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Yo tuve la Maestra más mala del mundo.

El titulo puede ser parecido al de “Yo tuve la mama más mala del mundo”, y pues es verdad
hace ilusión y una pequeña reflexión a ese texto de Mariano Osorio.

Cuando otras personas ignoraban lo que sus maestros les enseñaban, a mí me encantaba ver como ella
daba clases a esas otras personas.
Cuando otras personas se enojaban, hacían berrinches o no les gustaba que ella les hablara porque
hicieron un mal paso o hicieron una pose que no les correspondía, yo intentaba llamar la atención para
que todas esas habladas también fuesen para mí.

Ella no solo le gustaba dar sus clases y que sus alumnos solo muevan el cuerpo no ella no dejaba que
se fueran sin tener nada en la mente, recuerdo una vez una frase que ella me dijo, la cual se
me quedaría marcado de por vida en mí, “Un Bailarín no es completamente un Bailarín, si no es
completamente una persona”. Si de hecho yo tampoco lo entendí lo que quería decir al inicio, pero
poco a poco con el tiempo fui descifrando aquella pequeña frase que desenterraría mi vida por
completo.
Una Vez me hizo pasar al frente a que improvisara, y pues entenderán yo no sabía ni papaya de bailar
pero hice mi mejor esfuerzo. Cuando termine todos aplaudieron, AL FIN ME MIRO y pensé “Al fin
logre si lo hice bien”, pero no fue así, me dijo “te falta estirar más piernas y brazos, no
tienes técnica, jamás has bailado, te va a costar mucho esto, etc. etc. etc.” Obviamente no era lo que
yo estaba esperando que me dijese pero, fue aquí cuando todo empezó…

Después de aquel día, las habladas eran más y más constantes, incluso llegue a pensar y a sentir que
me tenían odio o que les caía mal. Pero no, todo eso era por mí, era para que yo mejorase en todos los
sentidos.
Siempre tuve la maestra más mala del mundo, porque incluso ella misma rompía sus reglas, me hacía
hacer cosas que yo no pensaba que podía hacerlas. Incluso hasta dejarme solo en su propia escuela, no
llegar a tiempo para que sufriera un poco más de lo que debía, me ponía a dictar clases que ni mismo
sabía que podía dar.

Todo eso pensé que lo hacía para que se me bajaran las ganas de seguir haciendo las cosas. Hasta que
llego un punto en el cual todo estallo, exploto, parecía una bomba de tiempo y espacio dentro de mí.
Nunca se lo dije a nadie, no pensé que fuera demasiado importante, pero como en todo en nuestra vida,
eso se llegó a notar.
Pensé que rompió sus reglas a tal limite que yo en las Clases o los ensayos ya no me sentía iguale, no
eran los mismos, sentía que era un títere manipulado por Ella.

Tuve la Maestra más mala del mundo, porque ella tuvo la paciencia para explicarme todas las cosas,
detalle por detalle, porque lo hacía, porque me dejaba solo muchas veces, incluso en momentos
muy difíciles. No me explicaba con detalles que me hacía y por qué lo hacía, incluso fue tan mala que
dejo que yo mismo lo averiguara y se lo contara para que ella sepa que está desempeñando muy bien su
trabajo.

No escribo por alagar a alguien, sino porque siento la necesidad de contar mi experiencia frente a todas
estas circunstancias que yo las viví, que yo las pase, que hoy gracias a todo las puedo superar muy
orgulloso de lo que soy.

Tengo y siento siempre un inmenso cariño hacia ella, y agradezco siempre a la Vida por haberme dado
a LA MAESTRA MAS MALA DEL MUNDO.

Atte.: Anónimo

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