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Deshumidificador casero

¿Qué vamos a necesitar?


Una lata de café, o algún tipo de recipiente con boca ancha, pero con tapa, un cuchillo común
y corriente, y carbón vegetal, que nos haya sobrado de algún asado.

Instrucciones
1. Hacer unos 10 agujeros en la tapa de la lata. Si es pequeña la lata, hagan menos, la
cantidad dependerá del tamaño del recipiente. Que no sean más anchos que un dedo
meñique, pero tampoco que sean minúsculos.
2. Colocar un par de carbones en el recipiente. Cuanto más agreguemos a la lata, más
efectivo será.
3. Volver a colocar la tapa, y ubiquemos la lata en un lugar en el que solamos ver que se
acumula la humedad. Ahora en invierno suele generarse condensación en las
ventanas, por ejemplo.
4. Los carbones deberán ser reemplazados, pero con hacerlo una vez al mes, será
suficiente. Lo bueno es que los carbones también absorben los malos olores.
5. Tal vez debamos colocar más de un recipiente por habitación, eso lo iremos viendo.
En vez de carbón vegetal, se puede usar sal gruesa, pero en ese caso, deberemos
recurrir a otro sistema:
1. Deberemos hacer uno o dos grandes agujeros en el otro extremo de la lata, es decir
en la parte que va hacia abajo, a la que le colocaremos una tela que permita pasar la
humedad pero no que se vaya la sal gruesa. La tapa no la usaremos, ya que
permanecerá abierta la lata.
2. Luego llenamos la lata con sal gruesa.
3. Necesitaremos colocar la lata dentro de un balde o tacho más grande que la lata, que
es donde goteará la humead.
4. La lata deberá ir sobre alguna base o pie, para que quede separada del fondo del
balde. Podemos buscar algún embalaje de plástico que nos haya sobrado, o
simplemente le pegamos algunas tapitas de gaseosa al fondo, sin tapar los agujeros,
para lograr separar la lata del balde.
Lo que hacen tanto el carbón como la sal gruesa, es atrapar la humedad y luego liberarla
cuando se saturan de ella. El problema con la sal gruesa, es que deberemos reemplazarla
más seguido (CADA SEMANA), si no queremos que se nos llene de moho el recipiente. A no
ser que lo mantengamos limpio. También deberemos tenerlo alejado de los niños, ya que sino
pueden llegar a ingerir la sal gruesa, y en grandes cantidades puede ser dañina. La sal la
podemos secar al sol, luego, para volver a utilizarla. Es más efectivo si en vez de sal gruesa
podemos conseguir sal de roca o halita, pero esa ya no es tan común en las casas, ya
deberemos recurrir a algún comercio especializado.
Usar gel de sílice o esos empaques pequeños para los muebles.

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