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LA EMPRESA FRENTE A LA ADMINISTRACION DEL ESTADO

1.- ¿Necesito entender las normas del derecho administrativo?

Sin lugar a dudas, las empresas se relacionan en forma constante con


los órganos de la Administración del Estado. Así por ejemplo, una vez
constituida la empresa, debe efectuarse los trámites correspondientes
de inicio de actividades y Rut ante el Servicio de Impuestos Internos.
Otro tanto sucede durante la vida de al empresa. Estas quedan sujetas a
la fiscalización de la autoridad administrativa en relación al
cumplimiento de las obligaciones laborales y previsionales para con sus
trabajadores (Inspecciones del Trabajo) al igual que en materia de
impuestos (Servicio de Impuestos Internos). También sucede con las
Municipalidades que otorgan a las empresas las llamadas patentes
comerciales y cuando se trata de expender alcohol, las patentes de
alcoholes.- Asimismo, la autoridad sanitaria vela por el cumplimiento de
las normas del ramo contenidas básicamente en el Código Sanitario. Ej,
en el caso de un restaurant o una discoteca.- En fin, podemos concluir
que la empresa tanto desde su nacimiento como durante su vida se
relaciona en forma constante con los órganos de la Administración del
Estado.-

Es el Derecho Administrativo el que gobierna esta relación entre los


órganos de la Administración del Estado y el administrado, entre ellos, la
empresa.- Por ello, una adecuada comprensión de los principios y
normas que informan esta rama del derecho nos puede ser de gran
utilidad.-

2.- ¿Cuáles son los principios básicos del Derecho


Administrativo?

Para entender el Derecho Administrativo debemos explicar una clara


evolución que ha experimentado esta rama del Derecho. En un
comienzo la relación entre Estado y administrado apuntaba al “Estado
Policía”, una relación que se basaba en el denominado “garrote”, donde
el administrado aparecía como un súbdito que si no cumplía las normas
de rigor recibía todo el peso de la ley. En fin, era una verdadera relación
de subordinación hacia el poder. Hoy en día podemos decir con cierta
responsabilidad que la relación se está transformando hacia una de
“colaboración”, en que el administrado participa en la satisfacción de
necesidades públicas y que en principio corresponderían al Estado
satisfacer. Las concesiones en materia de obras públicas son un claro
ejemplo de ello. Esto no es más que la aplicación de un principio
constitucional que es base de nuestra institucionalidad: El principio de
subsidiariedad, conforme al cual el Estado solo interviene en aquellas
materias que el administrado no quiere o no puede intervenir.

Recientemente se han dictado un sinnúmero de normas que apuntan a


lo que venimos diciendo. Así, se dicta la Ley N ° 19.880 sobre
Procedimientos Administrativos que rigen los actos de la Administración
Pública (Diario Oficial 29/05/2003) y que regula, entre otras materias, los
distintos principios que informan el procedimiento administrativo.- A
modo ilustrativo, el principio de imparcialidad que exige a la
Administración del Estado actuar con objetividad y respetando el
principio de probidad; el principio de la impugnabilidad conforme al cual
el acto administrativo puede ser atacado por el administrado a través de
los recursos administrativos y judiciales de rigor.-

3.- El acto administrativo ¿presunción de legalidad?.

El acto administrativo es una manifestación de voluntad de la


Administración del Estado en ejercicio de una potestad pública y que
produce efectos jurídicos.- Así por ejemplo, una resolución que aplica
una multa administrativa por parte de la Inspección del Trabajo.-

La ley sobre Procedimientos Administrativos establece un principio de


enorme trascendencia: “La presunción de legalidad del acto”, es decir,
desde que se dicta, éste produce todos sus efectos, salvo que se decrete
la suspensión de sus efectos por parte de la autoridad administrativa o
bien por la autoridad judicial (tribunales de justicia).-

4.- La Constitución Política de la República. Supremacía


Constitucional.-

Dentro de nuestro sistema normativo, es posible ver que las normas


jurídicas que lo componen, concurren y se integran en un orden
jerárquico, a cuya cúspide está la Constitución Política y bajo ella, en
orden jerárquico descendiente, se encuentra la ley y los actos
administrativos.-

En el Derecho hay conceptos difíciles de definir, partiendo por la


definición del mismo Derecho. La razón de estas disputas conceptuales
radica en que son palabras que pertenecen a un mundo que trasciende
lo meramente jurídico, alcanzando el ámbito político y hasta el filosófico.

El concepto de Constitución es precisamente uno de aquellos que refleja


fielmente lo expuesto, y probablemente es uno de los más
controvertidos. Podemos revisar los siguientes conceptos:

i).- Recurriendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua


Española, de la serie de acepciones que es posible encontrar en él, el
profesor Alejandro Silva Bascuñan ordena las acepciones del citado
diccionario en la siguiente forma:
• Forma o sistema de gobierno que tiene cada Estado.
• Ley fundamental de la organización de un Estado.

Estas diversas acepciones revelan la amplitud de la expresión


Constitución, aunque las recién acotadas son conceptos en un sentido
político.
ii).- En opinión del profesor Jaime Guzmán, la Constitución “es aquello
que constituye al Estado o Polis: organismos, instituciones, fórmulas
jurídicas, políticas y sociales, conforme a las cuales está estructurada la
sociedad.”

iii).- Por su parte, los profesores Ana María García Barzelatto y Mario
Verdugo Marinkovic señalan en su Manual de Derecho Político que “en
las disciplinas políticas el vocablo alude a los caracteres de la unidad
política (polis, imperium, estado); a su modo de ser y a las normas o
reglas que le dan su fisonomía. En síntesis, se comprende por
Constitución del Estado el conjunto de normas y reglas, escritas, no
escritas, codificadas o dispersas, que forman y rigen su vida política”.

La Constitución no tiene por objeto agotar el Derecho, y su contenido no


es puramente jurídico. Así pues, la Constitución tiene un doble
cariz: por una parte es política, pues su fin es la limitación del poder, y
por la otra es jurídica, ya que el medio para lograr su fin político es el
Derecho.

La Constitución es un verdadero acuerdo sobre los mínimos sociales


para vivir amparados frente a los potenciales excesos de quienes
ostentan el poder, asegurando derechos y libertades a los miembros de
la sociedad para su natural desenvolvimiento. Es por eso que lo que
debemos entender por Constitución estará determinado por la
combinación de dos factores inseparables, como lo son la Política y el
Derecho.

En un sentido jurídico, la Constitución Política es la ley fundamental del


Estado, por cuanto trata de las instituciones fundamentales del Estado y
de sus potestades, de la organización administrativa y de los derechos
garantizados constitucionalmente a las personas.

Del texto de la Constitución Política del Estado se desprenden diversos


principios generales, que dan cuenta de su supremacía sobre el resto de
las normas del Ordenamiento Jurídico.

i).- Principio de Soberanía Constitucional.

Según este principio, la Constitución, como ley fundamental, es la norma


de mayor rango del Ordenamiento Jurídico, por lo tanto, las demás
normas de rango inferior deben subordinarse a ella. En caso contrario,
las normas serán inconstitucionales.

Entre la Constitución, que también es una ley, y las leyes ordinarias, se


admita una categoría más o menos amplia de leyes, lo que hace que los
Ordenamientos sean jerarquizados. Así, en nuestro país tenemos, por
orden de importancia o jerarquía, las siguientes leyes: Constitución
Política de la República, Leyes de Reforma Constitucional, Leyes
Interpretativas de la Constitución, Leyes Orgánicas Constitucionales,
Leyes de Quórum Calificado, Leyes Ordinarias o comunes y Tratados
Internacionales, aunque respecto de estos últimos, existe una gran
discusión sobre su jerarquía.
La Constitución establece ciertos controles de constitucionalidad, a fin
de velar que las normas jurídicas de rango inferior se sujeten a las de
rango superior, o sea, a la Constitución. En términos generales, los
órganos de control que establece la Constitución son:
• El Tribunal Constitucional.
• Antes la Corte Suprema vía recurso de inaplicabilidad.

ii).- Principio de Legitimidad.

En virtud del cual, tanto gobernantes como gobernados se encuentran


sujetos a la autoridad de la ley.

Que exista un Ordenamiento Jurídico no significa que haya un estamento


exento de cumplir con las normas, sino que todos, incluyendo a los
propios órganos del Estado, quedan sujetos a las mismas leyes.

iii).- Principio de Separación de los Poderes del Estado.

Los poderes del Estado se encuentran en un plano de equilibrio con


respeto de sus autonomías básicas, y con ciertos controles recíprocos.

Cada Poder del Estado tiene funciones propias, y sólo podrán hacer
aquello que les esté explícitamente permitido. Al Presidente (Poder
Ejecutivo) le corresponde el Gobierno y la Administración del Estado; al
Poder Legislativo (Congreso Nacional) le corresponde la redacción de
las leyes; y al Poder Judicial, le corresponde la jurisdicción, esto es, la
administración de la Justicia.

iv).- Principio de la no Discriminación Arbitraria o Principio de


Igualdad ante la Ley.

Las personas nacen iguales en dignidad y derechos ante la ley, lo que


está explícitamente declarado en el artículo 19 Nº 2 de la Carta Política.

5.- La Administración del Estado abusa de su poder. ¿Tengo


derechos? ¿Puedo reclamar?

Existe un principio básico que atraviesa todo nuestro sistema jurídico y


que se encuentra recogido en nuestra Constitución Política del Estado,
norma de mayor jerarquía en nuestro Ordenamiento Jurídico.- Es el
principio de legalidad recogido en los artículos 6 y 7 de dicho cuerpo
legal y conforme a los cuales, los órganos de la Administración del
Estado deben someter su actuar a la Constitución Política y a las leyes.
En caso de no hacerlo, el Ordenamiento Jurídico suministra diversas
herramientas para hacer frente a ese actuar ilegal. Puede suceder
también que el órgano de la Administración actúe dentro del campo de
sus atribuciones legales pero en forma desproporcionada y sin ajustarse
a ningún criterio de razonabilidad y lógica. Es lo que se denomina la
actuación “arbitraria” de la Administración, que también resulta ser una
conducta reprobable desde el punto de vista jurídico y como tal atacable
a través de las herramientas legales que veremos.-
Un primer referente es el artículo 1º de la Carta Fundamental.

Este artículo señala que: “Las personas nacen libres e iguales en


dignidad y derechos. La familia es el núcleo fundamental de la sociedad.
El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios (entre ellos las
empresas) a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad y
les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines
específicos. El Estado está al servicio de la persona humana y su
finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear
las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y
material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta
Constitución establece. Es deber del Estado resguardar la seguridad
nacional, dar protección a la población y a la familia, propender al
fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los
sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar
con igualdad de oportunidades en la vida nacional”.

Las consecuencias jurídicas del artículo 1 de la Constitución son dos, a


saber:
• Los derechos fundamentales constituyen el fin del accionar del
Estado.
• Los derechos fundamentales constituyen, a su vez, un límite al
accionar del Estado.

- Los Derechos Fundamentales como Fin del Accionar del Estado.

De lo dicho hasta aquí, cabe destacar que los derechos fundamentales


suponen una esfera o ámbito de inmunidad frente al Estado. Imponen a
éste una actitud abstencionista, de no entorpecimiento de los mismos.

Sin embargo, de acuerdo al artículo 1 de la Constitución, ello es sin


perjuicio de que la tutela y promoción de dichos derechos es parte de los
fines mismos del Estado.

Entre los fines del Estado, cabe mencionar:

i).- El Reconocimiento y amparo de los grupos intermedios, y garantía


de su autonomía. Entre ellos, encontramos a las empresas.-

ii).- Servicialidad del Estado: El Estado está al servicio del ser humano,
no al revés.

iii).- El bien común es un fin de la actividad estatal. El Estado debe


promover el bien común, aunque respetando precisamente los derechos
fundamentales.

iv).- La Protección de la familia y de la población.

v).- Asegurar la Igualdad de Oportunidades.


- Los Derechos Fundamentales como un Límite al Poder del
Estado.

La soberanía del Estado está limitada por los derechos fundamentales.

Se incluyen dentro de dicha limitación tanto los derechos reconocidos y


consagrados por la Constitución, como los contemplados en tratados
internacionales sobre la materia, ratificados por Chile y que estén
vigentes.

- Las Garantías Constitucionales en la Constitución Política de


1980.

Las libertades y derechos constitucionales están establecidos en el


Capítulo III de nuestra Carta Política, cuyo epígrafe lee "De los Derechos
y Deberes Constitucionales", básicamente plasmados en el artículo 19,
que dispone que la Constitución asegura a todas las personas una serie
de derechos y libertades, y además establece garantías para que tales
derechos y libertades sean resguardados.

Las garantías constitucionales son los medios por los que se asegura el
ejercicio efectivo de los derechos y libertades constitucionales a las
personas.

Es decir, los derechos y libertades declarados en el artículo 19 no serían


respetados de no ser por la existencia de estas garantías, que se
traducen en los recursos y acciones que mencionaremos a continuación,
siendo el más importante y antiguo el recurso de hábeas corpus.

Estas garantías constitucionales son:

(i).- El Recurso de Protección.

Esta recogido en el artículo 20 Constitución Política. Es aquel que puede


interponer por sí mismo, o cualquier persona a su nombre, ante la Corte
de Apelaciones respectiva, el que por causa de actos u omisiones
arbitrarias o ilegales sufra privación, perturbación o amenaza en el
legítimo ejercicio de los derechos constitucionales establecidos en el
artículo 19 de la Carta Política, que expresamente indica el artículo 20
del mismo texto, a fin de que la Corte adopte de inmediato las
providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio de los
derechos y asegurar la debida protección del afectado.

El fallo de la Corte de Apelaciones es apelable ante la Corte Suprema (en


segunda instancia). Además del artículo 20 de la Constitución, existe un
autoacordado sobre tramitación y fallo del recurso de protección.

(ii).- El Recurso de Amparo o Recurso de Hábeas Corpus.

Esta consagrado en el artículo 21 de la Constitución Política. Es aquel


que puede interponer por sí mismo, o cualquier persona a su nombre,
ante la Corte de Apelaciones respectiva, todo individuo que se hallare
arrestado, detenido, o preso con infracción a lo dispuesto en la
Constitución o en las Leyes, y en general, toda persona que ilegalmente
sufra cualquier otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a
la libertad personal y seguridad individual (artículo 19 Nº 7 Constitución
Política).

La Corte de Apelaciones es respecto a la presentación del recurso, el


órgano de primera instancia; el órgano de segunda instancia, es la
excelentísima Corte Suprema. Fuera del artículo 21, su tramitación está
definida por un autoacordado de la Corte Suprema.

(iii).- El Recurso de Amparo Económico.

Se encuentra regulado en la Ley 18.971.- de 1990, según el cual,


cualquier persona puede denunciar ante la Corte de Apelaciones
respectiva las infracciones al artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política
(libertad económica), dentro de los 6 meses contados desde que se
hubiere producido la infracción. La Corte de Apelaciones conoce en
primera instancia el recurso, y su fallo es apelable ante la Corte
Suprema, que conoce del recurso en segunda instancia.

(iv).- Acción de Nulidad Constitucional o Nulidad de Derecho


Público.

Esta acción esta establecida en los artículos 6 y 7 de la Constitución


Política. Los órganos del Estado deben someter su acción a la
Constitución y a las normas dictadas conforme a ellas, y todo acto que
contraviene o infringe esta sujeción de los órganos del Estado a la Carta
Fundamental, y demás normas subordinadas a ella, es nulo. La nulidad
corresponde declararla a un tribunal de justicia.-

- Análisis de los Derechos Garantizados Constitucionalmente en


el Artículo 19. Derechos constitucionales a favor de las
empresas.-

La Constitución Política del Estado, en el artículo 19 declara y protege


los derechos de las personas, entre otros y en lo que respecta a las
empresas:

i).- El Derecho de Asociarse.

Consagrado en el artículo 19 Nº 15 de la Constitución Política. Art. 19.


“La Constitución asegura a todas las personas: 15º. El derecho de
asociarse sin permiso previo. Para gozar de personalidad jurídica, las
asociaciones deberán constituirse en conformidad a la ley. Nadie puede
ser obligado a pertenecer a una asociación. Prohíbense las asociaciones
contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad del Estado.”

El derecho de asociación involucra la facultad de organizar entidades


lícitas, de ingresar y permanecer en ellas y de retirarse, todo ello sin
permiso previo y sin otro requisito que los que, voluntariamente, se
aceptaron al ejecutar alguno de estos actos.
ii).- La no discriminación arbitraria en el trato que debe dar el
Estado y sus organismos en materia económica.

Está consagrado en el artículo 19 Nº 22 de la Constitución Política, que


manifiesta que: Art. 19. “La Constitución asegura a todas las personas:
22º. La no discriminación arbitraria en el trato que debe dar el Estado y
sus organismos en materia económica. Sólo en virtud de una ley, y
siembre que no signifique tal discriminación, se podrá autorizar
determinados beneficios directos o indirectos a favor de algún sector,
actividad o zona geográfica, o establecer gravámenes que afecten a uno
u otras. En el caso de las franquicias o beneficios indirectos, la
estimación del costo de éstos deberá incluirse anualmente en la Ley de
Presupuestos;”
Postula la no discriminación arbitraria en el trato que debe dar el Estado,
y sus órganos en materia económica. Aunque existe una situación de
excepción, pues por ley se pueden aplicar determinados beneficios a
sectores determinados, por ejemplo la creación de una Zona Franca en
Iquique. Lo que queda prohibido es el establecimiento de diferencias
arbitrarias, pero no de aquellas que tengan un real, racional y efectivo
fundamento y que tengan una lógica y razonabilidad.

iii).- El Derecho a desarrollar cualquier actividad económica,


siempre que no sea contraria a la moral, al orden o a la
seguridad Nacional.

Esta consagrada en el artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política, que


expresa: Art. 19. “La Constitución asegura a todas las personas: 21º. El
derecho a desarrollar cualquiera actividad económica que no sea
contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional,
respetando las normas legales que la regulen. El Estado y sus
organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en
ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza. En tal caso, esas
actividades estarán sometidas a la legislación común aplicable a los
particulares, sin perjuicio de las excepciones que por motivos
justificados establezca la ley, la que deberá ser, asimismo, de quórum
calificado;”

La Constitución asegura a todas las personas el derecho de desarrollar


libremente cualquier actividad económica, personalmente o en una
sociedad, organizadas en empresas, en cooperativas o en cualquier otra
forma de asociación lícita, con el único requisito de respetar las normas
que regulan la respectiva actividad y con las limitaciones de la moral,
orden público o la seguridad nacional. La obligación de no atentar en
contra de esta garantía no sólo se extiende al legislador, al Estado y a
toda autoridad, sino también a otros particulares que actúen en el
ámbito de la economía nacional. Una persona, natural o jurídica, que
desarrolla una actividad económica dentro de la ley, sólo puede salir de
ella voluntariamente o por ineficacia empresarial que la lleve al cierre o
a la quiebra. Por eso es contrario a esta libertad, y la vulnera, el empleo
por los empresarios de arbitrios, como pactos, acuerdos, acciones y toda
clase de operaciones que tengan por objeto o den o puedan dar como
resultado dejar al margen de la vida de los negocios a quien esté
cumpliendo legalmente una tarea en la economía del país.

Finalmente, la Constitución declara su reticencia frente al Estado


empresario. Por ello entrega a la ley, que debe ser de quórum calificado
(mayor quórum pata su aprobación, modificación o derogación que una
ley ordinaria), el autorizar al Estado o a sus organismos, de la
administración central, autónomos, empresas del Estado o entidades en
que el Estado tenga alguna forma de intervención, para que ejerzan
actividades empresariales o participen en ellas. Igualmente, sólo una
ley, del mismo quórum, podrá establecer para el Estado o sus
organismos un trato diferente, en una actividad económica, del que la
legislación común otorga a los particulares.

Este derecho se protege a través del recurso de amparo económico.

iv).- El Derecho de Propiedad.

Esta consagrada en el artículo 19 Nº 24 de la Constitución Política, en


relación a los numerales 23 (libertad para adquirir el dominio de toda
case de bienes) y, 25 (el derecho de autor), del mismo artículo. Art. 19.
“La Constitución asegura a todas las personas: 24. El derecho de
propiedad en sus diversas especies sobre toda clase de bienes
corporales e incorporales.”
El artículo 582, inciso primero, del Código Civil define el derecho de
dominio, que también se llama propiedad, como “el derecho real en una
cosa corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo
contra la ley o contra derecho ajeno”. Por su parte el artículo 583,
agrega, “sobre las cosas incorporales hay también una especie de
propiedad. Así el usufructuario tiene la propiedad de su derecho de
usufructo”.
Se debe considerar que el artículo 584 señala que “las producciones del
talento o del ingenio son una propiedad de sus autores. Esta especie de
propiedad se regirá por leyes especiales”.
Son facultades inherentes al dominio:
• El Uso, Usus o Ius Utendi: implica la facultad de servirse de la cosa
según su naturaleza;
• El Goce, Fructus, o Ius Fruendi: implica la facultad de beneficiarse
con los frutos y productos de la cosa;
• La Facultad de Disposición, o Ius Abutendi: implica la facultad de
disponer materialmente de la cosa, alterar su forma, transformarla
o destruirla; y la facultad de disponer jurídicamente de la cosa,
gravar la cosa o enajenarla (venderla por ejemplo).

v).- La Garantía de las Garantías.

Establece que la Constitución asegura a todas las personas las garantías


concedidas, y que ninguna ley podrá vulnerar la esencia de tales
derechos. Garantiza que la ley no puede afectar a los derechos
inherentes de las personas bajo ninguna circunstancia.

De acuerdo a lo expuesto, si tales derechos no son respetados o son


afectados por actuaciones ilegales o arbitrarias de la Administración del
Estado, aparece la gran herramienta constitucional para hacerle frente,
el recurso de protección.

El recurso de protección es un mecanismo constitucional que no reviste


mayor formalidad para ser interpuesto y que consiste en acudir ante la
Corte de Apelaciones del lugar donde tuvo lugar la ilegalidad o
arbitrariedad, a fin de que este órgano, previo informe de la autoridad
recurrida, adopte si así lo considera, las providencias y resguardos de
rigor tendiente a restablecer el imperio del derecho que se ha
quebrantado.

De enorme relevancia es pedir al órgano judicial que suspenda los


efectos del acto administrativo (Orden de no Innovar) dada la presunción
de legalidad que los ampara.-

Cabe destacar que el procedimiento en el caso del recurso de protección


es relativamente concentrado y rápido, pues carece de prueba y como
tal no puede sino discutirse derechos que son abiertamente vulnerados.
Dicho de otra forma, no corresponde en esta instancia discutir derechos
que requieren de un procedimiento de largo conocimiento en que deban
rendirse pruebas.-

Sin perjuicio de lo anterior, frente a un actuar ilegal de la Administración


es preciso acudir al cuerpo legal que crea el órgano respectivo (ej, la ley
que crea la Dirección del Trabajo) y analizar si en la actuación en
concreto se está actuando al margen de la legalidad.

Además del recurso de protección normalmente la misma ley se encarga


de establecer procedimientos de reclamo ante la autoridad judicial e
incluso ante la misma autoridad administrativa. Lo primero a analizar
será si existe un procedimiento especial para reclamar del acto
administrativo. Luego, si no hay norma especial deberemos acudir a la
Ley de Procedimientos Administrativos que consagra recursos judiciales
y administrativos para hacer frente al actuar ilegal y arbitrario de la
Administración del Estado.-

A modo ilustrativo y sin perjuicio de interponer un recurso de protección


para hacer frente a un actuar ilegal o arbitrario, en materia laboral la ley
(el Código del Trabajo) consagra el derecho del administrado de
reclamar judicialmente ante una sanción de la Inspección del Trabajo e
incluso contempla la posibilidad de pedir una reconsideración ante la
misma autoridad administrativa. De no existir este procedimiento
especial habría que acudir a los recursos contemplados en la Ley de
Procedimiento Administrativo antes expuesta.-

En fin, como administrados debemos estar tranquilos que frente a un


actuar ilegal y/o arbitrario de la Administración del Estado que afecta los
derechos fundamentales tenemos la posibilidad que el acto sea revisado
por los tribunales de justicia a través de las distintas herramientas antes
indicadas.-

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