Cada vez es mayor el número de empresas que implantan un sistema de gestión
de calidad. Las conocemos por el uso de un logotipo que identifica a la empresa
certificadora y hace referencia a la Norma ISO 9001:2015 para que una organización esté certificada tuvo que pasar cierto tiempo implantado y organizando sus procesos. Por eso la importancia de la implantación de un sistema de gestión de la calidad en las empresas genera ventajas tanto para la misma organización y como para sus clientes.
Ventajas para la organización:
Optimización de los procesos, lo cual se logra a través de una clarificación de
los objetivos generales. Todas las fases de la producción están enlazadas y orientadas de forma coherente hacia el cumplimiento de las metas. Para que esto se logre en mayor medida, es recomendable que el principio de mejora continua se incorpore como uno más entre los elementos que conforman la filosofía corporativa de la empresa.
Mejora la organización interna. Al aplicar métodos de comunicación más
claros y eficaces entre las distintas fases de producción, la relación entre los miembros de cada grupo es más fluida y las responsabilidades se asumen con mayor precisión.
Flexibilidad ante el cambio. Atrás han quedado las estructuras productivas en
las que sólo se podía intervenir al final de los procesos. Un sistema de Gestión de Calidad permite la incorporación de variantes y modificaciones según cada situación. Las fases también aportan calidad. Esta flexibilidad es más notoria en aquellas organizaciones con una estructura menos jerarquizada.
Promueve el trabajo en equipo. Los sistemas de Gestión de Calidad no se
pueden entender sin la intervención directa de cada uno de los miembros que toman parte en los procesos. Esto aumenta la sensación de trabajo conjunto y la motivación.
Ventajas para el cliente o consumidor:
Productos mejor elaborados. La función de los estándares de calidad es velar
por el cumplimiento de normas mínimas que garanticen servicios y productos óptimos. En la medida en que las empresas se acojan a dichos estándares, las ofertas serán mejores y el mercado ofrecerá distintas opciones a una misma necesidad.
Refuerza su confianza. Al percatarse de que la empresa invierte en la Gestión
de la Calidad, el cliente verá en ello un plus y, en el mejor de los casos, creará una relación de fidelidad hacia la marca. En este caso, confianza es sinónimo de bienestar.