Los tiempos modernos son la faceta más joven de lo fugaz, la corrupción
ya está presente hasta en el amor, yo podría desear algo, pero jamás amarlo, bien decía Cervantes: "Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama". El amor a veces soló es una expresión soltada al aire, mi madre siempre me ha dicho que si, uno se enamora de alguien es por como es, y no debemos tratar de querer cambiar el como es, recuerdo lo que dijo Dante Alighieri: "Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada; no pretender modificarla”. Porque se quiere con el alma, no importando las circunstancias, por que más allá de una perfección esta un corazón. Y como bien dice “el que mucho desea mucho teme” y yo, yo temo, ese temor de desear todo a la misma vez, y a la misma vez no tener nada. El amor no es sólo un simple destello de emociones encadenadas, el amor es humilde, honesto y noble,por que si en algo yo me fijo, es en la amabilidad y la atención que presta cada persona, bien dice Alighieri: "Pronto se aprende a amar un corazón gentil". No me dejó sorprender por aquello que es pasajero, mi esperanza está, en las circunstancias que definirán al tiempo, esas que lo harán disfrutable, diré que el amor siempre ha tenido delirios fortuitos. Desde los tiempos de Shakespeare existía casi lo mismo: "El amor de los jóvenes no está en el corazón sino en los ojos". Fray Lorenzo se lo decía a Romeo. Tendemos a fijarnos en un físico y no en las emociones, a tener ese amor superficial, que desde tiempos remotos nos han inculcado, esa idea mal infundada, pero debemos de aprender que el amor no esta en los ojos si no en el corazón.