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CENTRO UNIVERSITARIO DEL QUICHÉ CUSACQ

DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CARRERA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES, ABOGADO Y NOTARIO

ASESORES:

LICENCIADO ALAM BARTOLOMÉ LEÓN PÉREZ

LICENCIADO CARLOS ARTURO DE LEÓN DE LEÓN

PASANTE:

SALOMON ALVARADO LOPEZ

CARNE: 201242680 DPI: 1970 20712 1415

CASO:

DILIGENCIAS VOLUNTARIAS DE DIVORCIO POR MUTUO

CONSENTIMIENTO

MATERIA:

CIVIL

SANTA CRUZ DEL QUICHÉ 27 DE NOVIEMBRE DE 2017


1. JUSTIFICACIÓN:

La elaboración de este estudio jurídico doctrinario sobrelleva de manera

especial fundar un mecanismo adecuado para que los jueces en función

de los tribunales de familia solucionen varios de los asuntos de su

conocimiento en materia de divorcio, prestándoles una mejor atención en

observancia de una pronta administración de justicia en beneficio de la

familia y de la sociedad. En este estudio se hace una breve analogía

acerca del matrimonio y su naturaleza jurídica, por haberse considerado

en este trabajo que sin ella no puede hablarse de divorcio. Por lo regular

cuando se habla de divorcio por mutuo consentimiento nos damos cuenta

que aquí debe de establecerse el convenio a la cual llegarán los esposos

con respecto a la guarda y custodia, alimentación de los hijos si los hubiera

dentro del vínculo matrimonial y así poder dejar protegidos a los hijos

mientras llegan a la mayoría de edad. El interés en base de la realización

de este estudio jurídico y sobre el proceso de Divorcio por Mutuo

Consentimiento fue el de hacer una exhibición sobre los problemas del

divorcio, la conveniencia y el peligro que presenta el uso excesivo del

mismo y, en segundo lugar, hacer un breve estudio sobre las innovaciones

introducidas en los actuales Códigos Civil y Procesal Civil y Mercantil

respecto del divorcio. Todo ello a favor de los principios de Economía

Sencillez y Concentración procesal sin descuidar la seguridad de la

Familia. Las causas del divorcio son, claro está, posteriores a la

celebración del matrimonio y siempre han estado específicamente

determinadas. Pero cuando se habla de causas del divorcio nos damos

cuenta que el orden jurídico las considera por la gravedad de la

convivencia (relación) normal de la pareja. Normalmente cuando se habla

de causas del divorcio se tiene en cuenta que alguno de los esposos tiene
la culpa por haberse producido la disolución y se tiene que tomar en cuenta

que la acción se da a quien no ha dado motivo en contra del

responsable. Pero hay varias causas para la disolución del divorcio, y

algunas personas no se atreven a llevar este proceso, las más propensas

son las mujeres porque no se atreven de separarse de un esposo violento

inclusivamente son amenazadas y se quedan calladas ante tal

circunstancia, y entre otras causas están: existen

las enfermedades, vicios o conductas de violencia producidas por cualqui

era de los dos. Por la misma razón cuando hablamos de Divorcio nos

referimos a un mal necesario cuando ambos cónyuges han dejado de

cumplir con los deberes y derechos del matrimonio, haciendo imposible o

en extremo difícil la vida en común, se permite la ruptura del vínculo

matrimonial.

Y así mismo al llevar este proceso se recabo informaciones a respecto del

caso, además se necesitó de herramientas públicas para poderlo llevar el

proceso y el objetivo de este estudio jurídico es saber y conocer todo lo

referente al Divorcio Voluntario.

2. PUNTOS DEL ESTUDIO JURÍDICO – DOCTRINARIO:

2.1 IDENTIFICACIÓN: No: 057-18

2.2 CASO CONCRETO:

JIMY UZIEL ALONZO ARÉVALO y YOMARA YANET SALAZAR

ALVARADO, llegaron a la oficina del bufete de la San Carlos, ubicado

en Santa Cruz del Quiché para solicitar asesoría, y secretaria les hiso

saber sobre los requisitos que con lleva un divorcio voluntario, y por

lo mismo se me asignó éste presente caso, ellos contrajeron

matrimonio por la vía civil el cuatro de abril del año dos mil doce, tal
como lo acreditan con el Certificado de Matrimonio inscrito bajo el

número doscientos treinta y cinco expedido por el Registro Nacional

de las Personas del Municipio de Canilla, departamento de Quiché, de

fecha veintiocho de mayo del año dos mil dieciocho y Constituyen su

domicilio conyugal en el Municipio de Canilla departamento de

Quiché.

Durante la vida matrimonial procrearon a una hija menor de edad de

nombre YASLIN YANET ALONZO SALAZAR, tal como lo acreditaron

con el Certificado de la Partida de Nacimiento de la menor. Los

esposos no celebraron capitulaciones matrimoniales; acogieron por

ende al Régimen de Comunidad de Gananciales y durante su

matrimonio no adquirieron ningún bien, por lo que no existe patrimonio

conyugal que liquidar y por cuestiones que no vienen al caso

mencionar de común acuerdo se decidieron disolver su vínculo

conyugal que los une.

Para éste Divorcio voluntario insertaron el siguiente proyecto de

convenio de bases del divorcio a quien quedará confiados los hijos

habidos en el matrimonio pues la menor YASLIN YANET ALONZO

SALAZAR, quedarán en poder de la madre YOMARA YANET

SALAZAR ALVARADO, pero el padre de la menor podrá visitar y

relacionarse con su hija menor de edad ilimitadamente en horas

hábiles, siempre y cuando no llegue bajo efectos de licor o algún tipo

de drogas. Y por cuenta de quién de los cónyuges deberán ser

alimentado y educado la menor de edad, pues el señor JIMY UZIEL

ALONZO ARÉVALO, se comprometió a pasar una pensión alimenticia

a favor de la menor por la cantidad de ochocientos quetzales

mensuales, que va ser cancelados en los primeros cinco días de cada


mes, para lo cual yo como estudiante de derecho les brindé mi

asesoría jurídica y así mismo hacer el escrito y con la ayuda del

Licenciado Carlos Arturo de León de León que brindo informaciones a

respecto de este proceso y de las revisiones de mi escrito, para que

sin ninguna inconveniencia se solicitó al honorable juez la ruptura de

este matrimonio. La pensión que deberá pagar el marido a la mujer si

está no tiene rentas propias que basten para cubrir sus necesidades,

pero la señora YOMARA YANET SALAZAR ALVARADO, renunció

a la pensión alimenticia que le corresponde en su calidad de cónyuge,

en virtud de contar con rentas propias para su subsistencia. Y con la

ayuda de Licenciado Carlos Arturo de León de León se les exigió una

Garantía que se preste para el cumplimiento de las obligaciones que

por el presente convenio contraigan los conyugues dicha garantía se

presta de conformidad a lo que estaba estipulado en el PRIMER

TESTIMONIO de la escritura pública número ochenta y cuatro,

autorizado en el Municipio de Santa Cruz del Quiché departamento

de Quiché de fecha veinte de abril del año dos mil dieciocho, por la

notaria KARLA GUISELA NORIEGA y por medio de la cual el señor

JIMY UZIEL ALONZO ARÉVALO otorga CONTITUCION DE

GARANTIA HIPOTECARIA. Este proceso se presentó por medio de

un escrito y todos sus medios de pruebas el trece de julio de año dos

mil dieciocho a las diez horas con cinco minutos.

2.3 JUICIO:

Diligencias Voluntarias de Divorcio por Mutuo Consentimiento.

2.4 LEYES APLICABLES:

Constitución Política de la República de Guatemala


Artículo 49. Matrimonio. El matrimonio podrá ser autorizado por los

alcaldes, concejales, notarios en ejercicio y ministros de culto

facultados por la autoridad administrativa correspondiente.

CÓDIGO CIVIL.

EL MATRIMONIO, INSTITUCION SOCIAL

ARTICULO 78. El matrimonio es una institución social por la que un

hombre y una mujer se unen legalmente, con ánimo de permanencia

y con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos y

auxiliarse entre sí.

ARTICULO 79. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos y

obligaciones de ambos cónyuges, y en su celebración deben

cumplirse todos los requisitos y llenarse las formalidades que exige

este Código para su validez.

DE LA SEPARACION Y DEL DIVORCIO

ARTICULO 153. EL matrimonio se modifica por la separación y se

disuelve por el divorcio.

SEPARACION Y DIVORCIO

ARTICULO 154. La separación de personas, así como el divorcio,

podrán declararse:

1. Por mutuo acuerdo de los cónyuges; y

2. Por voluntad de uno de ellos mediante causa determinada.


La separación o divorcio por mutuo acuerdo de los cónyuges, no podrá

pedirse sino después de un año, contado desde la fecha en que se

celebró el matrimonio.

CAUSAS

ARTICULO 155. Son causas comunes para obtener la separación o el

divorcio:

1º. La infidelidad de cualquiera de los cónyuges;

2º. Los malos tratamientos de obra, las riñas y disputas continuas, las

injurias graves y ofensas al honor y, en general, la conducta que

haga insoportable la vida en común;

3°. El atentado de uno de los cónyuges contra la vida del otro o de los

hijos;

4°. La separación o abandono voluntarios de la casa conyugal o la

ausencia inmotivada, por más de un año;

5°. El hecho de que la mujer dé a luz durante el matrimonio, a un hijo

concebido antes de su celebración, siempre que el marido no haya

tenido conocimiento del embarazo, antes del matrimonio;

6°. La incitación del marido para prostituir a la mujer o corromper a los

hijos;

7°. La negativa infundada de uno de los cónyuges a cumplir con el otro

o con los hijos comunes, los deberes de asistencia y alimentación

a que está legalmente obligado;

8°. La disipación de la hacienda doméstica;


9°. Los hábitos de juego o embriaguez, o el uso indebido y constante

de estupefacientes, cuando amenazaren causar la ruina de la familia

o constituyan un continuo motivo de desavenencia conyugal;

10. La denuncia de delito o acusación calumniosa hecha por un

cónyuge contra el otro;

11. La condena de uno de los cónyuges, en sentencia firme, por delito

contra la propiedad o por cualquier otro delito común que merezca

pena mayor de cinco años de prisión;

12. La enfermedad grave, incurable y contagiosa, perjudicial al otro

cónyuge o a la descendencia;

13. La impotencia absoluta o relativa para la procreación, siempre que

por su naturaleza sea incurable y posterior al matrimonio;

14. La enfermedad mental incurable de uno de los cónyuges, que sea

suficiente para declarar la interdicción; y

15. Asimismo, es causa para obtener el divorcio, la separación de

personas declarada en sentencia firme.

ARTICULO 156. Se presume voluntario el abandono e inmotivada la

ausencia a que se refiere el Inciso 4º del artículo anterior.

La acción podrá ser promovida por cualquiera de los cónyuges.

ARTICULO 157. No son causa de separación ni de divorcio, los actos

de infidelidad cometidos en connivencia o con el consentimiento del

otro cónyuge, o cuando después de consumados y conocidos por el

otro, han continuado los cónyuges conviviendo.


QUIEN PUEDE SOLICITAR LA SEPARACION O EL DIVORCIO POR

CAUSA DETERMINADA.

ARTICULO 158. El divorcio y la separación sólo pueden solicitarse por

el cónyuge que no haya dado causa a él, y dentro de los seis meses

siguientes al día en que hayan llegado a su conocimiento los hechos

en que se funde la demanda.

EFECTO DE LA SEPARACION Y DEL DIVORCIO

ARTICULO 159. Son efectos civiles comunes de la separación y del

divorcio, los siguientes:

1°. La liquidación del patrimonio conyugal;

2°. El derecho de alimentos a favor del cónyuge inculpable, en su caso;

3°. La suspensión o pérdida de la patria potestad, cuando la causal de

separación o divorcio la lleve consigo y haya petición expresa de

parte interesada.

ARTICULO 160. Son efectos propios de la separación, además de la

subsistencia del vínculo conyugal, los siguientes:

1°. El derecho del cónyuge inculpable, a la sucesión intestada del otro

cónyuge; y

2°. El derecho de la mujer de continuar usando el apellido del marido.

ARTICULO 161. Es efecto propio del divorcio la disolución del vínculo

conyugal, que deja a los cónyuges en libertad para contraer nuevo

matrimonio.
PROTECCION A LA MUJER Y A LOS HIJOS

ARTICULO 162. Desde el momento en que sea presentada la solicitud

de separación o de divorcio, la mujer y los hijos quedarán bajo la

protección de la autoridad para seguridad de sus personas y de sus

bienes, y se dictarán las medidas urgentes que sean necesarias. Los

hijos quedarán provisionalmente en poder del cónyuge que determine

el Juez, hasta que se resuelva en definitiva, a no ser que causas

graves obliguen a confiarlos a un tutor provisional.

MUTUO ACUERDO

ARTICULO 163. Si la separación o el divorcio se solicitaren por mutuo

acuerdo, los cónyuges deberán presentar un proyecto de convenio

sobre los puntos siguientes.

1°. A quién quedan confiados los hijos habidos en el matrimonio;

2°. Por cuenta de quién de los cónyuges deberán ser alimentados y

educados los hijos, y cuando esta obligación pese sobre ambos

cónyuges, en qué proporción contribuirá cada uno de ellos;

3°. Qué pensión deberá pagar el marido a la mujer si ésta no tiene

rentas propias que basten para cubrir sus necesidades; y

4°. Garantía que se preste para el cumplimiento de las obligaciones

que por el convenio contraigan los cónyuges.

OBLIGACION DEL JUEZ

ARTICULO 164. Para el efecto expresado en el artículo anterior, el

juez, bajo su responsabilidad, debe calificar la garantía, y si ésta, a su

juicio, no fuere suficiente, ordenará su ampliación, de manera que lo


estipulado asegure satisfactoriamente las obligaciones de los

cónyuges.

ARTICULO 165. Si la separación o el divorcio se demandaran por

causa determinada, deberá el juez resolver las cuestiones a que se

refiere el artículo 163; pero, tanto en este caso como en el de mutuo

acuerdo, no podrá declararse la separación o el divorcio mientras no

estén suficientemente garantizadas la alimentación y educación de los

hijos.

A QUIEN SE CONFIAN LOS HIJOS

ARTICULO 166. Los padres podrán convenir a quién de ellos se

confían los hijos; pero el juez, por causas graves y motivadas, puede

resolver en forma distinta, tomando en cuenta el bienestar de los hijos.

Podrá también el juez resolver sobre la custodia y cuidado de los

menores, con base en estudios o Informes de trabajadores sociales o

de organismos especializados en la protección de menores. En todo

caso, cuidará de que los padres puedan comunicarse libremente con

ellos.

OBLIGACION DE LOS PADRES SEPARADOS

ARTICULO 167. Cualesquiera que sean las estipulaciones del

convenio o de la decisión judicial, el padre y la madre quedan sujetos,

en todo caso, a las obligaciones que tienen para con sus hijos y

conservan el derecho de relacionarse con ellos y la obligación de

vigilar su educación.

OBLIGACION DEL JUEZ RESPECTO DE LOS HIJOS


ARTICULO 168. En cualquier tiempo el juez podrá dictar, a pedido de

uno de los padres o de los parientes consanguíneos, o del Ministerio

Público, las providencias que considere beneficiosas para los hijos y

que sean requeridas por hechos nuevos.

PENSION A LA MUJER

ARTICULO 169. La mujer inculpable gozará de la pensión alimenticia

a que se refiere el Inciso 3º del artículo 163, la cual será fijada por el

juez, si no lo hicieren los cónyuges, teniendo en cuenta las

posibilidades de quien debe prestarla y las necesidades de quien ha

de recibirla.

La mujer gozará de la pensión mientras observe buena conducta y no

contraiga nuevo matrimonio; y el marido inculpable tendrá el mismo

derecho, sólo cuando esté imposibilitado para dedicarse a trabajos

que le proporcionen medio de subsistencia y no contraiga nuevo

matrimonio.

LIQUIDACION DEL PATRIMONIO CONYUGAL

ARTICULO 170. Al estar firme la sentencia que declare la

insubsistencia o nulidad del matrimonio, o la separación o el divorcio,

se procederá a liquidar el patrimonio conyugal en los términos

prescritos por las capitulaciones, por la ley, o por las convenciones que

hubieren celebrado los cónyuges.

PERDIDA DEL APELLIDO

ARTICULO 171. La mujer divorciada no tiene derecho a usar el

apellido del marido.


EFECTOS

ARTICULO 172. Los efectos y consecuencias de la insubsistencia o

de la nulidad del matrimonio, así como los de la separación y del

divorcio, se regirán, en cuanto a las personas, por las leyes del país

donde hayan sido decretadas.

DE LA LEY DE TRIBUNALES DE FAMILIA

Artículo 8: En las cuestiones sometidas a la jurisdicción privativa de

los tribunales de familia, rige el procedimiento del juicio oral que se

rige en el Capítulo II del Título II del Libro II del Código Procesal Civil

y Mercantil. En las cuestiones relacionadas con el derecho de

alimentos, Los tribunales de familia emplearán además el

procedimiento regulado en Capítulo IV del Título II del Libro II del

Código Procesal Civil y Mercantil.

Artículo 10. El procedimiento en todos los asuntos sujetos a la

jurisdicción de los tribunales de familia debe ser actuado e impulsado

de oficio, excepto los casos a que se refiere el artículo anterior. La

asesoría legal en las audiencias, sólo será permitida cuando se preste

personalmente por los abogados colegiados o por los estudiantes de

las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de las Universidades

que funcionen legalmente en el país, que hayan aprobado los cursos

teóricos de Derecho Procesal Civil, encontrándose inscritos como

pasantes de los Bufetes Populares y en el ejercicio exclusivo de

práctica obligatoria, acreditando fehacientemente la calidad de

pasante, mediante credencial que se les expida y siempre que estén

bajo la dirección y control de las respectivas facultades. El

asesoramiento de los estudiantes será gratuito,


“Son obligatorios estos artículos debido a que aquí se cimienta la vía

para tramitar el juicio oportuno para ventilar el derecho de alimentos

que tiene que reconocer a los menores de edad.

Y se está cimentando la acción y calidad legal que se le concede a los

estudiantes para poder encaminar un proceso ante un órgano

jurisdiccional, y del cual valdrá para fundamentar el actuar de los

pasantes del bufete popular”.

LEY DEL TIMBRE FORENSE Y TIMBRE NOTARIAL

Artículo 1. Se crea un impuesto, que cubrirán los abogados y Notarios

en ejercicio de sus profesiones. Dicho impuesto se recaudará por

medio de timbres o estampillas específicas para el efecto, que se

denominaran, según su clase y objeto, Forense y Notarial.

Se exceptúan del impuesto a que se refiere esta ley, los contratos

autorizados por el Escribano de Gobierno y todas las actuaciones de

asuntos tramitados ante los bufetes populares de las universidades del

país

Artículo 7. Quedan exceptuados de la obligación de cubrir los timbres

creados por esta ley, los Abogados y Notarios que actúen en el

desempeño de sus atribuciones como funcionarios públicos y

devenguen sueldos del Estado, así como los Abogados asesores de

los bufetes populares de las universidades del país.

No obstante lo anterior, todos los colegiados activos, tributen o no por

medio de los timbres a que se refiere esta ley, tendrán derecho a la

prestación de gastos de funerales, de conformidad con el reglamento

respectivo. La Junta Directiva, fijara en todos los casos la cuota


mínima previa que deben cubrir los colegiados participantes para

gozar de las prestaciones establecidas. Para cubrir con las

obligaciones a que este artículo se contrae, la Junta Directiva deberá

ordenar los estudios actuariales correspondientes; cada vez que sea

necesario.

“son forzosos estos artículos porque se asienta la exoneración de los

impuestos para presentar memoriales ante un juzgado de familia,

debido a que se está actuando y asesorando a personas de

insuficientes recursos económicos y que no puede pagar una cantidad

pecuniaria para pagar un impuesto al estado por el trámite de un

memorial”.

2.5 CONSULTA DE AUTORES:

MATRIMONIO: Etimología y concepto. “Es un criterio casi general -

escribe Puig Peña- hacer deducir la palabra matrimonio (y la latina

matrimonium) de las voces matris y munium (madre y carga o

gravaven), dando a entender que por esta institución se pone de

relieve la carga, el cuidado, que la madre ha de tener sobre sus hijos.

Esta etimología quedó fijada por un texto de las Decrétales y por

algún derecho en particular, como nuestra legislación de Partidas. Las

primeras, en efecto, decía con frase feliz, que todo lo referente al

matrimonio se proyecta sobre los deberes y cargas maternas, pues el

niño “es antes del parto, oneroso; doloroso en el parto, y después del

parto, gravoso”. Dicho autor, con otros civilistas, cree que esta

referencia a la madre como sujeto pasivo o único depositario de los

gravámenes y sinsabores de la institución no debe admitirse, pues el

padre sufre también, en otro orden de relaciones, los cuidados de la


casa, no parece correcto buscar una significación etimológica que

hace referencia a cierto efectos que se producen en la institución del

matrimonio.

Más escuetamente, y en cierta forma con otro sentido, se expresa

que la palabra matrimonio “tomó el nombre de las palabras latinas

matris munium que significan oficio de madre; y no se llama

patrimonio, porque la madre contribuye más a la formación y crianza

de los hijos en el tiempo de la preñez y lactancia.

Castán, a propósito de las acepciones de la palabra matrimonio,

dice: “Dos acepciones tiene la palabra matrimonio, pues puede

significar ya el vínculo o estado conyugal, ya el acto por el cual se

origina y constituye dicha relación”. Y refiriéndose a la definición del

matrimonio: “Para caracterizar y definir el matrimonio como vínculo

adoptase por los escritores fórmulas muy diversas de sentido jurídico

formal, de sentido jurídico formal, se fijan exclusivamente en la nota

de legalidad. El matrimonio es “el estado de dos personas, de sexo

diferente, cuya unión ha sido consagrada por la ley” (Baudry-

Lacantinerie y Hougues-Forcade). Las del segundo grupo, de sentido

sociológico, giran alrededor de la nota de permanencia. Así

Westermarck, buscando un concepto de índole histórico-sociológico,

dice que “es el matrimonio una relación más o menos duradera entre

el hombre y la mujer, que se prolonga más allá del acto de la

reproducción hasta después del nacimiento de la progenitura”. Entre

las del tercer grupo o de tipo formalista, las hay que atienden a la

finalidad estrictamente sexual del matrimonio (Kant: “Unión de dos

personas de diferente sexo para la recíproca posesión de por vida de

sus cualidades sexuales”), y otros más aceptables, que atienden a la


finalidad espiritual e integral. En este último sentido, ya las

definiciones de los juristas romanos señalaron la constitución de una

plena comunidad de la vida como finalidad jurídicamente reconocida

del matrimonio. Modernamente se inspiran en la misma idea Ahrens

al considerar el matrimonio como “la unión formada entre dos

personas de sexo diferente con el propósito de una comunidad

perfecta e toda su vida moral, espiritual y física, y de todas las

relaciones que son su consecuencia”, y Kipp y Wolf, al definirlo como

“la unión de un hombre y de una mujer dirigida al establecimiento de

una plena comunidad de vida”. Todas estas definiciones recogen la

idea moral del matrimonio, propia de la civilización cristiana y moderna

y que inspira las legislaciones positivas. No faltan, por lo demás,

definiciones mixtas. En realidad, las tres notas aludidas de legalidad,

permanencia y plenitud son otros tantos aspectos parciales de la idea

del matrimonio. Reuniéndolas podríamos definir éste como la unión

legal de un hombre y una mujer para la plena y perpetua comunidad

de existencia. Y si quisiéramos definirlo en su acepción de acto,

podríamos decir que el matrimonio es el acto solemne por medio del

cual el hombre y la mujer constituyen entre sí una unión legal para la

plena y perpetua comunidad de existencia”1.

MODIFICACIÓN Y DISOLUCIÓN DEL MATRIMONIO:

1. Generalidades. “Quedó expuesto que el ánimo de permanencia,

con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a los hijos, y el

auxiliarse entre sí, caracterizan la unión de hombre y mujer por medio

del matrimonio, al cual la propia ley reconoce categoría de institución

1
Alfonso Brañas, Manual de Derecho Civil Libros I, II, III, Editorial Estudiantil Fénix, edición actualizada, págs. 123, 124.
social. Indudablemente, la unión matrimonial está formada a manera

de procurar la mayor permanencia y estabilidad de la unión, en tal

forma que los preceptos que la rigen son de orden público, en su gran

mayoría, con aplicación en el ámbito del derecho privado, pero, por su

indicada naturaleza, no susceptibles de elusión o modificación por la

voluntad individual.

Sin embargo, la permanencia y la estabilidad del matrimonio no

dependen de la voluntad del legislador, quien fija las normas generales

de observancia obligatoria por parte de los cónyuges, pero no puede

ir más allá: circunstancias de índole personal, familiar o social, son

determinantes del bien, o mal suceso de un matrimonio que efectiva o

aparentemente se celebró con ánimo de permanencia. Puede

suceder, y en efecto sucede, que la armonía conyugal desaparezca y

de paso a un franco o velado antagonismo entre los cónyuges, que, al

acentuarse, cree una situación insoportable para uno o para ambos; o

bien, que circunstancias determinadas impidan la consecución de

importantes fines del matrimonio.

Así, desde tiempos muy antiguos ha surgido el problema en cuanto

a si el matrimonio es o no indisoluble. Originalmente la solución

sencilla: el matrimonio podía disolverse, aún mediante el repudio de

uno de los cónyuges. Después, y en virtud de la influencia de las ideas

cristianas sustentadas en principios de orden moral que fueron

contrapuestos a la desorganización que acusaba el núcleo familiar, el

divorcio es rechazado y admitida únicamente la separación de cuerpos

o divorcio relativo, que no implicaba la disolución del vínculo

matrimonial- Posteriormente, y en especial a raíz de las ideas

dominantes que influyeron en la revolución francesa, y por la clara


tendencia de los legisladores a ocuparse de la materia (en pugna, más

o menos abierta, la autoridad estatal y la eclesiástica), vuelve a ser

manifiesto el problema de la disolubilidad o indisolubilidad del

matrimonio, resolviéndose en cada país según las ideas religiosas

dominantes y las condiciones sociales imperantes, sin perjuicio de que

en muchos países, sobre todo en aquellos que admiten la

indisolubilidad del vínculo matrimonial, el problema sigue latente y

visible a través de discusiones doctrinales y parlamentarias.

En términos generales, la discusión respecto a la conveniencia o

inconveniencia del divorcio (absoluto o vincular), gira en torno a las

ideas religiosas sobre el matrimonio y en torno a si la sociedad

conyugal o institución social resultante del mismo puede ser disuelta,

considerándose su incidencia en importantes aspectos morales que

rigen el desarrollo de la sociedad.

El problema, sin embargo, y sin restar importancia a sus

proyecciones sociales en cuanto a la colectividad, tiene sobre todo

singular relevancia para la familia en si (Sic.), para cada familia que

confronta la posibilidad de su desintegración, sea por la vía de la de

los cónyuges o por la del divorcio absoluto En (Sic.) uno u otro caso

(separación o divorcio), y en el supuesto más (Sic.) generalizado de

haber descendencia dentro del matrimonio, son los hijos quienes por

lo regular de improviso se ven obligados a afrontar difíciles situaciones

surgidas en el seno de su propia familia, sin estar preparados o sin

que se les haya preparado para comprenderlos en su real magnitud,

lo cual se traduce en graves daños morales resultantes de las

desavenencias entre sus padres, cuyo conocimiento les llega por

senderos indirectos o violentamente cuando aquellos ya no pueden


ocultarles una realidad insoslayable, En (sic.) tal caso, difícilmente

pueden los hijos substraerse al duro impacto psicológico resultante de

esa situación. Tampoco lo podrán hacer si sencillamente los padres

acuerdan separarse o divorciarse por causas de menor trascendencia

y de hecho el hogar queda disuelto, y que súbitamente ven

desaparecer el núcleo familiar que los sustentaba.

Ya quedó expuesto anteriormente que las disposiciones de la ley

no pueden resolver aquellos problemas que gravitan en la intimidad de

cada familia, como no sean en términos muy generales. Lo deseable,

indudablemente, seria (sic.) que los cónyuges, al confrontar

situaciones que inclinen hacia la suspensión o terminación de la vida

en común, actuaran con la mayor comprensión y ecuanimidad para

evitar o reducir en lo posible las implicaciones del problema.

Naturalmente, en la práctica de esa solución es la más difícil de

alcanzar, por depender en gran medida de factores temperamentales

y de educación”2.

2. Separación de los cónyuges: “Denominada simplemente

separación de cuerpos o separación de personas, esta figura es

definida por Planiol-Riper como “el estado de dos esposos que han

sido dispensados por los tribunales de la obligación de vivir juntos”.

Otros autores la denominan separación legal o divorcio relativo. Su

característica fundamental consiste en que, a pesar de traer como -

consecuencia la terminación de la vida en común, deja -vigente el

vinculo (sic.) matrimonial.

2
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 186, 187, 188.
Su origen eclesiástico es expuesto por Planiol-Ripert, en los

siguientes términos: “La introducción del principio de la indisolubilidad

del matrimonio se debe a la Iglesia; esta luchó contra las leyes

romanas y las costumbres germánicas que autorizaban el divorcio y

logró poco a poco obtener su supresión. Como no era posible

mantener ciertos hogares, profundamente desunidos, la Iglesia creó la

separación de cuerpos que no es otra cosa sino el divorcio antiguo

disminuido en sus efectos, y conservó la palabra misma de divorcio,

pero indicando que se reducía a una simple separación de habitación

(divortium quoad torum et mensum). Los esposos separados no

podían volver a casarse; “manet enim vinculum conjugale inter eos” Y

agrega dichos autores franceses: “Otro cambio se produjo. Mientras

que el divorcio antiguo resultaba, de la sola voluntad de los esposos,

la separación tenía que ser pronunciada en justicia; la jurisdicción

competente era la de la Iglesia. Esta regla se fundaba sobre la

necesidad de comprobar la existencia de una causa suficiente de

separación, y ha sido mantenida en la legislación moderna del divorcio

y de la separación de cuerpos, con la variante de que la competencia

corresponde a los tribunales civiles”.

La legislación civil de Guatemala, acogiendo esa variante, regula lo

relativo a la separación de los cónyuges permitiendo la materia a la

competencia de los tribunales específicos de orden común, desde la

promulgación del código de 1877.

Espín Canovas escribe que “la relación conyugal puede verse

perturbada por diversas anomalías, que impliquen o bien una mera

suspensión de la vida común de los cónyuges, o que lleguen incluso a

producir la definitiva desaparición del vínculo matrimonial” y que “en el


primer caso se trata de la llamada separación personal de los

cónyuges o divorcio no vincular”

Debido a la denominación divorcio no vincular o relativo, y a que

ciertas legislaciones como la española, al regular el divorcio se refieren

exclusivamente a la separación de cuerpos, denominándola

simplemente divorcio, la separación, en su aspecto doctrinario, es

estudiada como una clase de divorcio.”3

3. El divorcio. “Para mayor claridad e insistiendo en el tema

conviene hacer desde un principio la necesaria distinción entre

divorcio y separación, precisando los conceptos de ambas figuras, tal

como lo hacen Planiol-Ripert, quienes a ese respecto escriben: “El

divorcio es la disolución en vida de los esposos, de un matrimonio

válido. La separación de cuerpos es el estado de dos esposos que

han sido dispensados por los tribunales de la obligación de vivir juntos;

difiere del divorcio solamente en que los lazos del matrimonio se

debilitan sin romperse, y suprimiendo la obligación relativa a la vida en

común. El divorcio y la separación de cuerpos no pueden tenerse más

que por una sentencia judicial y por las causas determinadas por la

ley” Esta cita resulta oportuna en virtud de los conceptos que contiene

son aplicables a las figuras del divorcio y de la separación de cuerpos,

tal como las regula el código civil, (Sic.)

El tema del divorcio, como el del matrimonio, y por las mismas

razones, ha estado desde hace mucho tiempo ligado a dos criterios

3
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 188 a 189.
radicalmente distintos: el eclesiástico y el estatal. Según el primero,

sólo es aceptable el denominado divorcio no vincular o relativo

(separación de personas) dado que el matrimonio es indisoluble, como

no sea por la muerte de un (Sic.) de los cónyuges o por razones

especialísimas determinadas y apreciadas por la Iglesia; la cual, en

última instancia, ha visto con agrado que la legislación civil acepte esa

forma de divorcio, y nada más. Según criterio estatal generalizado, es

recomendable, y no existe razón valedera en contra, que un

matrimonio pueda disolverse si no se alcanzaron las finalidades del

mismo, Puede (Sic.) hablarse, entonces, de dos tendencias: una

desfavorable al divorcio absoluto, y la otra favorable al mismo.

El divorcio propiamente dicho, o divorcio absoluto o vincular,

produce la disolución del vínculo matrimonial, o sea, del matrimonio,

lo cual supone necesariamente que los cónyuges estén vivos, y en

todo caso que el matrimonio sea válido; si no es válido, se le

impugnará por insubsistencia o por nulidad, sin perderse de vista en

este último caso que por quedar la petición de nulidad a criterio de la

parte agraviada, puede muy bien demandarse el divorcio y no la

nulidad de un matrimonio inicialmente viciado en tal sentido.

En la legislación de Guatemala, el divorcio ha tenido variantes

claramente deslindables. Durante el gobierno del doctor Mariano

Gálvez, fue emitido el decreto legislativo de fecha 19 de agosto de

1837, que admitió el divorcio como una de las formas de disolución del

vínculo matrimonial, o sea el divorcio vincular, en sus dos formas:

divorcio por mutuo consentimiento y divorcio por causa determinada,

disponiendo que los esposos que se divorcien por cualquier causa no

podían ya reunirse ni ser reconocidos en ningún concepto como tales


esposos, más podía verificarse en sí un segundo matrimonio, pasado

un año de pronunciado el divorcio.

Durante el gobierno del general Justo Rufino Barrios, fue

abandonada esa postura sobre la materia objeto de estudio, El (sic.)

código civil de 1877 dispone que divorcio es la separación de los

casados, quedando subsistente el vínculo matrimonial (Art. 165). A

ese respecto conviene recordar lo opinado por la comisión

codificadora: “El Art. 165 declara: que es divorcio la separación de los

casados, quedando subsistente el vínculo matrimonial. El 169,

reconociendo lo que actualmente existe en práctica dice que la

sentencia emanará de la autoridad eclesiástica. Pero el divorcio

produce efectos civiles y canónicos. Todo lo que es civil se

reglamentó” El concepto de divorcio estaba acorde con el concepto

de matrimonio: un contrato civil solemne, por el cual un hombre y una

mujer se unen indisolublemente, según lo disponía dicho código.

Resulta evidente que el legislador de esa época actuó con suma

prudencia al tratar el tema del divorcio, de por si tan difícil,

“reconociendo lo que actualmente existe en práctica”, como dijo la

comisión redactora del proyecto de código, o, lo que es lo mismo,

reconociendo la influencia de las ideas religiosas imperantes y

determinantes en las normas sociales que en todo tiempo influyen en

la concepción del matrimonio y del divorcio.

Un cambio radical del criterio se manifiesta en el decreto

gubernativo número 484, promulgado el 12 de febrero de 1894,

cuando gobernaba el país el general José María Reina Barrios, el cual

contiene la ley de divorcio, basándose en que según la ley el

matrimonio es un contrato civil, y que por lo tanto una de sus


consecuencias es indudablemente la disolubilidad del vínculo legal,

pues no siendo el matrimonio obra de la naturaleza sino del mutuo

consentimiento de las partes, debe considerarse destruido desde que

faltan los motivos o causas fundamentales que hicieron contraerlo; esa

ley autorizó el divorcio, reconociendo: la separación de los cónyuges

y el divorcio propiamente dicho, ya por mutuo consentimiento, ya por

causa determinada. Disponía el artículo 1°.: La ley autoriza, no sólo

la separación de los cónyuges, quedando subsistente el vínculo

matrimonial, sino también el divorcio, en virtud del cual queda disuelto

ese vínculo, Y (sic.) el artículo 2°.: El matrimonio se disuelve: 1°. Por

el mutuo consentimiento de los cónyuges; y, 2°. Por voluntad de uno

de ellos, con causa determinada.

Con algunas variantes, los códigos de 1933 y el vigente mantienen

el mismo criterio en cuanto al divorcio, reconociendo la separación de

personas, con efectos modificativos del matrimonio, y el divorcio por

mutuo acuerdo o por voluntad de los cónyuges mediante causa

determinada, con efectos disolutivos del vínculo matrimonial.”4

4. Regulación del divorcio en el código vigente. “El artículo

153 dispone que el matrimonio se modifica por la separación y se

disuelve por el divorcio. El artículo 154, que la separación de

personas, así como el divorcio, podrán declararse: por mutuo acuerdo

de los cónyuges, y por voluntad de uno de ellos mediante causa

determinada. Como quedó expuesto, la legislación vigente acepta en

forma expresa la separación de personas (o divorcio no vincular o

relativo) y el divorcio propiamente dicho (o absoluto o vincular).

4
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 191 a 193.
El divorcio propiamente dicho, absoluto o vincular, tiene como

efecto propio, determinante de su naturaleza, el de disolver el vínculo

conyugal, dejando a los cónyuges en libertad para contraer nuevo

matrimonio, principio aceptado por el artículo 161 del código.”5

A. Divorcio por mutuo acuerdo: “Tanto como se debate en la

doctrina si es conveniente aceptar el divorcio absoluto, se discute, aun

entre los partidarios del mismo, si conviene dejar al acuerdo de los

cónyuges la disolución del vínculo matrimonial a través del divorcio por

mutuo acuerdo, o por mutuo consentimiento o voluntario, como

también se le denomina, (sic.)

Es una figura regulada en pocos países, Guatemala entre ellos. “En

realidad -escribe Rojina Villegas-, la idea del divorcio voluntario que

parte del Código francés, se debe a Bonaparte, quien logró imponerla,

no obstante la opinión contraria de quienes intervinieron en la

redacción del Código que lleva su nombre, Napoleón tenía gran interés

en mantener el divorcio voluntario en parte por la posibilidad de que

Josefina no le diese hijos, y también porque pensaba que el divorcio

voluntario constituye una forma conveniente de ocultar causas muy

graves; causas que pueden ser escandalosas, que pueden originar la

deshonra, el desprestigio, el descrédito de uno de los cónyuges” (sic.)

Dispone el código que la separación o divorcio (debió decir o el

divorcio) por mutuo acuerdo de los cónyuges, no podrá pedirse sino

después de un año, contado desde la fecha en que se celebró el

matrimonio (Art. 154). La razón de este precepto puede encontrarse

5
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 193 a 194.
también en el propósito del legislador de evitar la posibilidad de la

celebración de matrimonios simulados que podrían inmediata y

fácilmente disolverse mediante el trámite de un divorcio voluntario.

El artículo 163 preceptúa que si la separación o el divorcio se

solicitaren por mutuo acuerdo, los cónyuges deberán presentar un

proyecto de convenio sobre los puntos siguientes: “1º., a quien quedan

confiados los hijos habidos en el matrimonio; 2º., por cuenta de quién

de los cónyuges deberán ser alimentados y educados los hijos, y

cuando esta obligación pese sobre ambos cónyuges. (Sic.) en qué

proporción contribuirá cada uno de ellos; 3º,, (Sic.) qué pensión deberá

pagar el marido a la mujer si ésta no tiene rentas propias que basten

para cubrir sus necesidades; y 4º., garantía que se preste para el

cumplimiento de las obligaciones que por convenio contraigan los

cónyuges. Conforme el artículo 164, es al juez a quien corresponde,

bajo su responsabilidad, calificar la garantía y, en su caso, ordenar la

ampliación de la misma a efecto de que lo estipulado asegure

satisfactoriamente las obligaciones de los cónyuges. En todo caso,

dispone el artículo 165, no podrá declararse el divorcio mientras no

estén suficientemente garantizadas la alimentación y educación de los

hijos.

Es indudable que las disposiciones legales referidas tienden a que

sea garantizada en la mejor forma la situación de las personas

afectadas directamente por la disolución del matrimonio. Si bien del

inciso 3º del artículo 163 se infiere que es el marido quien debe pagar

pensión a la mujer, ello no obsta que si aquél, conforme a lo dispuesto

en el artículo 111, estuviere imposibilitado para trabajar y careciere de

bienes propios, puede ser quien reciba la pensión, dao que el inciso
4º, del artículo 163 se refiere al cumplimiento de las obligaciones que

por el convenio contraigan los cónyuges, o sea que tal convenio no

necesariamente debe circunscribirse a las disposiciones de dicho

precepto, en lo que no contraríen el espíritu del mismo.

El código hace énfasis en la situación de los hijos. Aun en contra

de lo convenido por los padres, el juez, por causas graves y motivadas,

puede resolver en forma distinta, tomando en cuenta el bienestar de

los hijos, a cuyo efecto puede basarse en estudios o informes de

trabajadores sociales o de organismos especializados en la protección

de menores; sin perjuicio de que los padres puedan comunicarse

libremente con ellos, con los hijos (Véase Art. 166).”6

B. Divorcio por causa determinada. “Es el típico divorcio absoluto

o vincular, no en lo que se refiere a sus efectos, idénticos a los del

divorcio voluntario o por mutuo acuerdo, sino en cuanto constituye

precisamente la forma admitida por las legislaciones que no aceptan

el divorcio por mutuo consentimiento. La disolución del vínculo

matrimonial no queda al acuerdo de los cónyuges: es necesario que

uno de éstos invoque alguna o algunas de las causas que la ley ha

fijado previamente como únicas razones para demandar la disolución

del matrimonio.

El código civil admite numerosas causas para obtener el divorcio,

quince en total, o sea una menos que el código de 1933.”7 Dichas

causas conforme al artículo 155, son las siguientes:

6
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 194 a 195.
7
Alfonso Brañas, Ob. Cit., págs. 195 a 196.
1. La infidelidad de cualquiera de los cónyuges.

2. Los malos tratamientos de obra, las riñas y disputas continuas, las

injurias graves, ofensas al honor, y en general, la conducta que haga

insoportable la vida en común.

3. El atentado de uno de los cónyuges contra la vida del otro o de los

hijos.

4. La separación o abandono voluntario de la casa conyugal o la

ausencia inmotivada, por más de un año.

5. El hecho de que la mujer dé a luz durante el matrimonio, a un hijo

concebido antes de su celebración, siempre que el marido no haya

tenido conocimiento del embarazo antes del matrimonio.

6. La incitación del marido.


2.6 ESQUEMAS:

2.7 BIBLIOGRAFIA:

a) TESIS UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES, ANÁLISIS

JURÍDICO DE LA CORRECTA APLICACIÓN DEL PROCEDIMIENTO

ESPECIAL DEL INCIDENTE REGULADO EN EL ARTÍCULO 207 DEL

CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y MERCANTIL, EN EL TRÁMITE DEL

AUMENTO O REDUCCIÓN DE LA PENSIÓN PROVISIONAL, EN EL

JUICIO ORAL DE FIJACIÓN DE PENSIÓN ALIMENTICIA MIRIAM

ELIZABETH CAMEY PÉREZ.

b) De la obra CABANELLAS, Guillermo. Diccionario enciclopédico de

derecho usual. 1 al 5t.; Argentina: Ed. Heliasta, 1981:


c) Gordillo Galindo, Mario Estuardo de la obra GORDILLO GALINDO,

Mario Estuardo. El derecho a alimentos o la obligación alimenticia su

regulación en la legislación guatemalteca y el proceso específico para

su fijación y posterior ejecución. (s.l.i.) (s.e) Guatemala octubre de

1985:

d) . CABANELLAS, Guillermo. Diccionario enciclopédico de derecho

usual. 1 al 5t.; Argentina: Ed. Heliasta, 1981.

LEYES

e) Código Procesal Civil Y Mercantil Decreto Ley Número 107.

f) Código Civil Decreto Ley Número 106.

g) Ley de Tribunales de Familia Decreto Ley 206.

h) Ley de Timbre Forense y Timbre Notarial Decreto Número 82-96

2.8 DATOS FINALES:

SALOMON ALVARADO LOPEZ, carné: 1970 20712 1415 Santa Cruz

del Quiché VEITITRES DE JULUIO DE 2018.

F____________________________

SALOMON ALVARADO LOPEZ


3. ANÁLISIS PERSONAL AL CONCLUIR EL JUICIO.

De acuerdo a lo solicitado por la usuario se pudo verificar la necesidad que tenía

al momento de acudir a este bufete popular para que se le brindara la asistencia

técnica y así mismo asesorarle jurídicamente a la solicitante, por eso

significativamente entendemos por alimentos todo lo que es indispensable para

el sustento propiamente dicho -la comida-, el alojamiento, el vestido, la asistencia

médica y, por supuesto, la educación de los menores de edad que han quedado

en estado de necesitarlo, por incumplimiento voluntario o involuntario de los

padres a prestarlos. La legislación guatemalteca, en su Artículo 283 del Código

Civil establece qué personas son las responsables eventualmente de prestar de


manera coercitiva los alimentos; sin embargo, creo que existen ocasiones dentro

de la vida de los menores afectados, en las cuales la prestación no se genera

con la conveniencia del caso, en virtud de atender el órgano jurisdiccional a una

mal orientada prelación -la cual, a mi criterio no existe- dentro del precitado

artículo. Por lo que se estima que dicha designación debe ir orientada en todo

caso hacia cualquiera de los parientes obligados legalmente, atendiendo a sus

capacidades socioeconómicas. En el matrimonio, en la patria potestad y en la

tutela se hace referencia a los alimentos, inmersos dentro de los deberes que se

derivan de cada una de tales instituciones. Pero los alimentos pueden tener una

entidad independiente y producirse como obligación entre determinados

parientes y en ciertas circunstancias. Con la palabra alimentos se designan todos

aquellos medios necesarios para la subsistencia de una persona, no sólo los

relativos a la comida (alimentación), sino a los de la vida, que comprenden incluso

los de educación. La prestación de alimentos es, en consecuencia, la satisfacción

que brinda una persona en favor de otra; proporcionando los medios necesarios

para la subsistencia de ésta. La deuda alimenticia es la obligación que tiene una

persona, por ley, de prestación de alimentos a otra.

Según lo que he tramitado durante el proceso, se verifico la lentitud del órgano

jurisdiccional y no se actuó con celeridad, sino que se dilato el trámite y no se

hacían las notificaciones rápidamente, aunque los plazos que la ley establece

son menores.

Por otra parte la ley establece que según el artículo 215 del Código Procesal Civil

y Mercantil si una persona es demandada y no se presenta en una audiencia y

no contesta por escrito la demanda, el juez deberá dictar resolución y declararlo

confeso de todas las pretensiones del actor, algo que en el trámite del proceso

se verifico que al momento de que el juez celebrara la audiencia, el demandado

no se presentó a la audiencia y el juez lo declaró en rebeldía, y por contestada la


demanda en sentido negativo; no así las pretensiones que tenía la actora de la

demanda, ya que el juzgador respondió que para imponer una pensión alimenticia

tenía que esperar el resultado de los estudios socioeconómicos y no otorgar lo

que se estaba pidiendo, algo que el artículo mencionado indica que el Juzgador

debería de otorgar todas las pretensiones del actor en su demanda; entonces

analizando debió el juzgador otorgar la cantidad que la actora estaba solicitando,

ya que el demandado estaba legalmente notificado y no hizo uso de su momento

procesal oportuno para pronunciarse respecto a las pretensiones del actor en su

demanda.

En el estudio socioeconómico que se practicó por la trabajadora social adscrita

al juzgado que conoció el proceso a las partes indica que el demandado no tiene

ningún recurso económico como para otorgar una pensión alimenticia mayor a la

que se le impuso en sentencia, empero el juez se basó en el estudio socio

económico y sin tomar en cuenta con la necesidad que presentaba la alimentista

ya que no tomo en cuenta ninguna relación de hechos de la parte actora, sino

que solo tomo en cuenta los medios probatorios como relación legal vinculante

de la parte demandada con el alimentista y los estudios socio económicos

practicados a las partes, y en fin la sentencia, que es la última etapa del juicio

oral, el juzgador impuso al demandado una pensión alimenticia de acuerdo a su

capacidad económica y no de acuerdo a la necesidad de la alimentista, empero

la demandante estaba de acuerdo a la imposición de la pensión alimenticia

debido a que el demandado se había negado rotundamente a otorgar a la actora

alguna ayuda para poder alimentar a su hija.

Y al finalizar el caso concreto la señora usuaria quedo conforme con este bufete

popular ya que se logró el objetivo deseado que era obtener una pensión

impuesto por parte del juez a el demandado, y que se le brindo asistencia en


todos los puntos y las notificaciones se hicieron de conocimiento oportuno a la

interesada para que tuviera conocimiento de lo que se estaba tramitando.

Y se le pregunto a la interesada sobre si se utilizaría algún recurso procesal al

momento que se recibió la sentencia, pero ella manifestó estar complacida y que

no quería que este proceso dilatara más tiempo y que estaría conforme en no

actuar ante la sala regional mixta de apelaciones del Departamento del Quiché y

no utilizar el recurso de apelación que menciona el artículo 209 del Código

Procesal Civil y Mercantil, quedando conforme lo que el juez había resuelto en

todos los puntos de la sentencia.

F________________________________

SALOMON ALVARADO LOPEZ

DPI: 2194 49570 1401

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