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Geología
¿Qué es la incertidumbre?
La incertidumbre representa, en el ámbito geotécnico y probablemente en otros ámbitos afines, la
variabilidad que se encuentra de forma a veces inherente, en las propiedades y características de
los materiales naturales, dado que estos mismos no suelen tener comportamientos estáticos, sino
más bien dinámicos en el tiempo y que se conjugan entre sí.
Dicho esto, la incertidumbre puede categorizarse en tres grupos: de tipo geológico, paramétrico y
las de modelo. Las dos primeras, son las que juegan un papel importante en la práctica geotécnica,
a modo de base para diseños posteriores en etapas más avanzadas de un proyecto.
Los tipos de incertidumbre comprenden errores o vacíos en datos. De esta forma, para la
incertidumbre del tipo geológica podrán encontrarse fallos en la identificación de cuerpos,
delimitación de los mismos, relación y proporciones geométricas, relaciones entre otros cuerpos,
litologías no identificadas o mal descritas, haciendo una relación al momento en el que se generan
los modelos geológicos preliminares y las tomas de muestras; mientras que la incertidumbre
paramétrica habla de valores para mediciones geotécnicas como los que definan un RMR o
parámetros hidrológicos, como definir cohesión, deformación, entre otros.
Manejo de la incertidumbre
Es de gran importancia para los proyectos poder comprender cómo podría comportarse la
incertidumbre, cómo manejarla y/o cómo reducirla, en definitiva, cómo hacer que el proyecto sea
viable en el tiempo a pesar de que esta misma exista.
Usualmente para los proyectos en los que son requeridos trabajos donde se involucre la geotécnia,
se tiene a un grupo de trabajo geotécnico como encargados y evaluadores de proyecto, los que se
denominan “Personas Competentes”, que serán quienes den una opinión fundamentada para la
realización de la obra. Sin embargo, hay un factor humano que podría sesgar la evaluación de la
persona competente. Es por esto, que, se han ido diseñando diversos métodos que permitan
cuantificar la incertidumbre sin el sesgo de una evaluación subjetiva. Entre ellos se encuentran:
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Finalmente, luego de cuantificar la incertidumbre se realizan reportes de la misma, estos indicarán
para la comunidad de trabajo sobre qué nivel de información se está trabajando. Acá es donde
definen cinco niveles de información, los cuales, por conveniencia, se emparejan con los niveles de
progreso de la obra. De estos niveles, los correspondientes al 2, 3 y 4 pueden asociarse a los niveles
de confianza del código JORC (Joint Ore Reserves Committee) para la exploración-explotación
minera (Figura 1). Y estos son los siguientes:
• Nivel 1 - Etapa conceptual: Esta etapa tiene un nivel de confianza bajo. Se basa e infiere
sobre estudios previos, puede complementarse con análisis satelitales de la zona de estudio
e interpretaciones litológicas de fases exploratorias. Esto servirá de guía para el diseño del
talud en la fase de prefactibilidad. En esta etapa la evaluación es casi totalmente subjetiva.
• Nivel 2 - Etapa de prefactibilidad: Etapa con un nivel de confianza bajo. Se basa en los análisis
de la etapa anterior y se complementa con más información de terreno (afloramientos,
perforaciones y otros datos exploratorios). Aún sigue siendo evaluada de forma subjetiva,
pero tiene componentes cuantitativos provenientes de datos medibles.
• Nivel 3 - Etapa de factibilidad: El modelo geotécnico tendrá un nivel aceptable de confianza.
Se basa en investigaciones de factibilidad de la mina. Se construyen modelos 3D más
ajustados, con muestreos más cercanos entre sí y se definen los límites de las componentes
del dominio. En general, se caracterizan las componentes estructurales y dominios
litológicos. La incertidumbre se vuelve un valor a considerar en los estudios estructurales,
de macizos e hidrogeológicos.
• Nivel 4 - Diseño y construcción: El modelo geotécnico tiene un alto nivel de confianza. En
este nivel se confirman resultados obtenidos en el nivel 3. Se realizan mapas más detallados,
además de análisis de comportamientos de talud y muestreos que van en pro de confirmar
hipótesis. La incertidumbre es cuantificada.
• Nivel 5 - Operación: Tiene el nivel máximo de confiabilidad. Los datos se verifican para
mantener la operación en marcha. Se realizan mantenimientos y chequeos por parte de
personas competentes. La incerteza en esta parte ha dejado de ser “subjetiva”, para ser
totalmente cuantitativa.
En general, estos niveles son piramidales, lo que quiere decir que sin las bases no se puede
pretender estar en la cima, ya que genera colapsos y mal funcionamientos en la operación de los
taludes y la mina, como funcionar suponiendo estar en niveles 3 o 4, mientras que se encuentran
en niveles 1 o 2. Así, se puede decir que la confiabilidad e incerteza crecen de forma inversa al
ascender por cada nivel; mientras mayor confiablidad, la incerteza será más cuantificada y menos
subjetiva, lo cual irá permitiendo adelantarse al comportamiento de lo estudiado.
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Criterios de aceptación para taludes mineros
El FoS es el criterio de diseño más básico y se trata de, en términos simples, cuantificar cuanto es el
esfuerzo real que resiste un macizo, que se formula como la capacidad de este macizo sobre la
demanda que las fuerzas ejercen sobre él. Donde la capacidad será C y la demanda D, de esta forma:
C
1. FoS =
D
Generalmente, en las ingenierías se tiene un rango de fallo que varía de 1.25 a 2, para taludes se
mantiene entre 1.2 a 1.5 (Figura 3).
2. PoF = P[FoS ≤ 1]
3. PoF = P[C − D ≤ 0]
Las ventajas de estos cálculos radican en que fiabilidad de un talud es su probabilidad de suceso, es
decir, si se tiene un PoF de 20, habrá un 80% de fiabilidad (o factibilidad). Por otro lado, estos
cálculos se comportan de forma linear, es decir, un 10% es simplemente el doble de 5%.
Posteriormente, se tendrán distintos niveles de aceptación de PoF, los que varían según distintos
autores. Por ejemplo, Priest y Brown (1983) (Figura 5) dicen que hay dos condiciones que de no
cumplirse aseguran que un talud será inestable, esas son:
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Mientras que, en 1983, Kirsten (Figura 6) propone una tabla de riesgo, en la que según el porcentaje
de PoF obtenido se tendrán siete niveles de riesgo, los cuales definirán la vida útil, accesos
peatonales, frecuencias de fallas de talud, movimientos inestables y tiempos de vigilancia. Sin
embargo, en este sistema, Kirsten asume el PoF como propiedad del talud, y no el diseño del mismo,
por lo cual debe tomarse con cierta precaución su uso.
Por su parte, Swan y Sepúlveda en el 2000 (Figura 8), definen para la mina Ujina de Chile un sistema
que incluye: tipos de talud, casos en que falle el talud, características de la inestabilidad, criterios
de aceptación y comentarios para lo antes mencionado.
Mientras que la consultora SKR (Figura 7), en el 2006, genera una tabla simplificada, entre la unión
del sistema de Kirsten (1983) y Swan y Sepúlveda (2000).
Estas a su vez, se miden bajo un análisis de costos y beneficios. Lo último es definido para cada año
de vida de la mina, calculando el efecto relativo que tenga según sea la consecuencia.
Por lo tanto, para generar el análisis del riesgo se construye un modelo de árbol, este consta de
cuatro etapas:
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aceptable para modelar los diseños. Respecto de efectos económicos, se tiene una aceptación
general que sea el 5% del valor neto actual y para fallos de fuerza mayor uno igual o inferior al 1%.
Ya casi finalizando, y tomando los niveles de confianza vistos en la sección anterior, se generan
niveles de confianza para determinados ángulos de taludes conjugando los modelos de riesgo y la
información que se tenga, de esta forma se tendrán:
• Ángulos de talud conceptual, nivel 1: Son mayormente ángulos de taludes tomados de datos
preliminares. Sirve de base para la etapa de prefactibilidad y diseño.
• Ángulos de talud en prefactibilidad, nivel 2: Son ángulos de talud tomados de datos
preliminares, que cuentan con parámetros cuantificados de forma preliminar e inferencias
geológicas. Estos permiten modelos de talud simples y análisis de sensibilidad.
• Ángulos de talud factible, nivel 3: Son ángulos de taludes basados en diseños y modelos
geológicos más acabados. En esta etapa se han realizados más estudios que permiten tener
un conocimiento más acabado del comportamiento. Se generan modelos de talud más
complejos y más análisis de sensibilidad.
• Ángulos de talud en diseño y construcción, nivel 4: Se tiene un alto nivel de confianza en la
realizabilidad del talud. Se cumplen las normas internacionales establecidas, respecto de la
cantidad y tipo de muestreos, ensayos y análisis. Se confirman los modelos del nivel 3.
Posterior a los análisis vistos previamente, se configura una tabla resumen con rangos de niveles de
confianza para los ángulos de taludes (Figura 9) y los criterios de aceptación para la sección del talud
que se realice (Figura 10), así se tendrán valores asociados a las consecuencias de FoS y PoF para el
banco, para la inter-rampa (subdividida en bajo, medio, alto) y para el talud en general, subdividido
en bajo medio y alto. Y la conjugación de estos dos análisis permitirá, aunque de forma subjetiva,
manejar niveles de rendimiento del talud y su asociación a las consecuencias de falla.
Por último, como se mencionaba anteriormente, las decisiones de llevar a cabo el montaje y
funcionamiento de un talud, depende de decisiones corporativas bajo marcos regulatorios, por lo
cual, este tipo de análisis requieren de un trabajo interdisciplinario de especialistas que sienten
buenas bases para que las decisiones que se tomen corporativamente lleven al buen
funcionamiento del talud.
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Referencias
Read, J. (2012). 8 - Data Uncertainty. En J. Read, Guidelines for open pit slope design (págs. 213 -
220). Leiden: CRC Press Balkema.
Wesseloo, J., & Read, J. (2012). 9 - Acceptance Criteria. En J. Read, Guidelines for open pit slope
design (págs. 221 - 236). Leiden: CRC Press Balkema.
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Anexo tablas
Figura 2 Ejemplos de valores de FoS aceptables, según Priest & Brown 1983
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Figura 3 Valores para FoS en aplicaciones de ingeniería civil
Figura 4 Lineamientos para FoS y PoF según Priest & Brown 1983
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Figura 5 Interpretaciones de Priest & Brown 1983, para sus FoS y PoF propuestos.
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Figura 7 Criterio de aceptabilidad de PoF para taludes, según Consultora SKR 2006
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Figura 8 Criterios de aceptación para PoF y FoS, junto a categorización de inestabilidad de taludes. Según Swan y
Sepúlveda 2000.
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Figura 9 Niveles de confianza de los ángulos de talud.
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