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MÉTODO ESTIMULACIÓN ACUÁTICA

Los programas de actividades acuáticas para bebes, más que la posibilidad de que el niño
se salve de situaciones de ahogamiento, promoverán una adaptación al medio acuático
desde muy pronto, lo que favorecerá la relación del niño con el agua a lo largo de toda su
vida. Esto es debido a que el agua será un medio privilegiado para experimentar nuevas
sensaciones, nuevos comportamientos motores y estimular los diversos sentidos (Moreno
y Cols., 2004).

El trabajo con el niño en el agua acentuará la estimulación psicomotora ya que este medio
proporciona un ambiente idóneo para conseguirlo. Un espacio diáfano, como es una
piscina, donde los llamativos colores de los objetos flotantes despiertan el interés del
bebe, facilita la fijación, el rastreo y la exploración, mecanismos estos de la estimulación
visual. La cantidad de información propioceptiva que recibimos cuando estamos
envueltos por la lámina de agua, se suma a la insustituible transmisión de estímulos
táctiles y afectivos que se producen en el abrazo entre madre/padre e hijo/a. La audición,
el olfato y el gusto también se ven enriquecidos cuando trabajamos en el medio acuático.
(Prieto, 2012)

1. OBJETIVOS

Los objetivos en el medio acuático responden a las demandas psicomotrices del


infante por lo que se tienen en cuenta aspectos psicológicos motrices y
emocionales. Estos objetivos se resumen en:
 Conseguir la adaptación al medio acuático.
 Estimular la actividad refleja.
 Conseguir automatismos que favorecen la autonomía en las acciones
motrices en este medio.
 Utilizar el juego acuático como vehículo para el desarrollo psicomotor
en este medio.
 Aprovechar las características físicas del agua para aumentar las
sensaciones propioceptivas en el niño.
2. DESARROLLO MOTOR ACUÁTICO Y POSIBILIDADES DE
ESTIMULACIÓN EN EL PRIMER AÑO DE VIDA:

En los recién nacidos se observa que sus movimientos son más apropiados para el
medio acuático que el terrestre, los bebés poseen reflejos inherentes que si son
estimulados se pueden convertir en automáticos (Moreno y De Paula, 2015).
En este sentido, según Fontanelli (1990), el niño al nacer está provisto de una serie
de reflejos que dejan de observarse en el transcurso de los 6 primeros meses de
vida. Estos reflejos si son ejercitados adecuadamente pueden transformarse en
reflejos condicionados y actos voluntarios. Durante su primer año de vida, si se le
proporciona un medio acuático adecuado conserva su gusto por el agua, refuerza
su reflejo de apnea y adquiere el sentido de equilibrio estático en el agua
(favorecido por su bajo peso específico). También, al tener la necesidad de
orientarse por medio de la vista, adquiere la habilidad de situar las vías
respiratorias fuera del agua, equilibrándose y desarrollando un principio de
motricidad voluntaria.
Al ser los reflejos un posible elemento de desarrollo, los siguientes reflejos se
pueden utilizar a través de la estimulación acuática:

 REFLEJO DE MORO: Se observa desde el nacimiento hasta los 4 meses


y facilita la flotación dorsal y el desplazamiento en dicha posición.

 REFLEJO PALPEBRAL: Se observa desde el alumbramiento a los 2


años y consiste en mantener los ojos abiertos en el medio subacuático. Este
reflejo permite al bebé bucear y orientarse bajo el agua.

 REFLEJO DE BÚSQUEDA (O ROOTING REFLEX): Existe desde el


nacimiento hasta los 5-6 meses, puede utilizarse para corregir la posición
de la cabeza en la posición dorsal.
 REFLEJO TÓNICO CERVICAL SIMÉTRICO: Sirve para mantener
la cabeza erguida. Favorece el mantenimiento de las vías respiratorias
fuera del agua en la posición prona. Inicia el movimiento de ascensión
después de la inmersión. En la posición dorsal dificulta el mantenimiento
de las vías respiratorias fuera del agua.

 EFECTO VISUAL DEL PRECIPIO: Del 3° al 6° mes. Determina que


el lactante incline el cuerpo atrás cuando en el borde de la piscina se inclina
para lanzarse al gua. Esta aversión coarta la intención de zambullirse.

 RESPUESTA DE JERÓNIMO: Aparece del 5° al 9° mes, en algunos


bebés, provoca un impulso a arrojarse al vacío. Favorece la zambullida.

 REFLEJO TÓNICO CERVICAL ASIMÉTRICO (O DEL


ESGRIMISTA): Se observa desde el nacimiento al 5° mes. Este reflejo
facilita el cambio de la posición ventral a la dorsal, pero provoca el ingreso
de la cara en el agua en la posición supina, desestabilizando también la
flotación en esta postura.

 REFLEJO DEL PARACAÍDAS: Aparece a los 6° ó 7° meses y se


prolonga en el tiempo transformándose en acción voluntaria. Favorece la
propulsión del estilo “perrito” por similitud de coordinación.

 REFLEJO DE APNEA: Aparece con el nacimiento y tiende a


desaparecer hacia el 6° mes si no se ejercita, aunque es fácil
“reaprenderlo” hasta el año de vida. Consiste en un bloqueo de la
respiración cuando el agua humedece las vías respiratorias externas.

 REFLEJO NATATORIO: Se observa desde el nacimiento y tiende a


inhibirse hacia el 5° mes. Parece que si se ejercita puede transformarse en
los rudimentos del crol ventral. En cuanto a este reflejo Buhler (1996),
después de observar 445 bebés entre la fase de 11 días hasta 2 años,
clasifico los cambios volitivos en tres fases: 1° fase, el niño se mantiene
en la posición prona en que ha sido sumergido y realiza movimientos de
natación refleja que logra de forma progresiva; 2° fase, el bebé tiende a
rotar de la posición prona a la dorsal y los movimiento de las extremidades
son como re forcejeo. Hay menos control sobre los mecanismos
respiratorios porque tose y traga agua; 3° fase, el niño tiende a permanecer
sumergido en posición prona, realizando movimientos de flexo -
extensión, principalmente con los miembros inferiores, aunque menos
automáticos que los reflejos, con la intención de llegar al borde de la
piscina.

3. LOS BENEFICIOS DE LA ESTIMULACIÓN ACUÁTICA

El trabajo de estimulación en el medio acuático con el niño presenta importantes


beneficios en distintas áreas del ser humano: intelectual, psicológico, emocional,
motor, socio-afectivo y orgánico. La amplia bibliografía que apoya la
argumentación de estos beneficios es suficiente como para considerarla una
práctica importante en el desarrollo psicomotor del niño que es en el ámbito en el
que vamos a estar enfocados en este estudio. (Prieto, 2012)

a. MOTOR
Las características especiales del medio acuático permitirán al niño
desplazarse en los tres ejes de espacio, la conocida “ingravidez” facilitara
un mayor campo de experiencia motriz consiguiendo movimientos
fundamentales en su desarrollo, tales como los giros que son adquiridos
con mayor facilidad en este medio. En el agua también aumenta las
sensaciones táctiles, así como la información propioceptiva lo que
mejorara sin ninguna duda la concepción del esquema corporal por parte
de los niños. (Wambergue, 2009)

b. INTELECTUAL
Se ha comprobado que la estimulación en sí misma, independientemente
de la técnica y/o el medio consigue resultados positivos. Algunos estudios
demuestran que los niños que han recibido una estimulación post natal
correcta los primeros meses de vida recibieron resultados
significativamente mejores en relación a la inteligencia y el coeficiente
intelectual que niños que no fueron estimulados. (Bretones, 2009)
Estudios alemanes realizados con niños en edad escolar pusieron de
manifiesto que aquellos que realizaban practicas acuáticas desde bebés,
mostraban un coeficiente intelectual más alto que aquellos otros que no
sabían nadar, destacando así mismo que las actividades acuáticas en 42
edades tempranas mejoraban la atención y la independencia. Los niños que
han sido estimulados en el medio acuático los primeros años de vida
desarrollan una mayor percepción, la atención y capacidad creativa lo que
sin duda repercutirá en su futuro aprendizaje. (Prieto, 2012)

c. RELACIÓN AFECTIVA
El hecho de compartir la estimulación con sus padres, se unen al placer
experimentado por el niño en un medio distinto y divertido. El ambiente
generado en las piscinas consigue una predisposición positiva por parte
del papá o la mamá, eliminando situaciones de estrés de la vida cotidiana
para buscar un momento de encuentro lleno de cariño y ternura con su
hijo. (Pla & Ramírez, 2006)

d. SOCIALIZACIÓN
Suele ser común, que en el medio terrestre el niño sea estimulado por su
padre, madre o terapeuta de forma individualizada y aislada. Por el
contrario, en el medio acuático los programas de estimulación son
grupales permitiendo un trabajo individualizado del padre con su hijo al
mismo tiempo que comparte la experiencia con otros grupos de padres e
hijos (Bretones, 2009).

e. ORGÁNICO
Cuando estimulamos al bebé en el agua conseguimos ayudar al sistema
inmunológico y al fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio. La
presión del agua sobre la caja torácica ayuda a la potenciación de la
musculatura respiratoria, además la humedad existente en la piscina
favorece la eliminación de mucosidades, por otro lado mejora la movilidad
intestinal favoreciendo el apetito. (Wambergue, 2009)
También tenemos otros beneficios de la estimulación acuática en bebés:

1. FORTALECER EL VÍNCULO ENTRE LA MADRE O EL PADRE Y EL


BEBÉ
La percepción del bebé en sus primeros meses consiste en relacionar su cuerpo
con el de la madre. A partir de este vínculo, él puede comprender su propio cuerpo
y las características de su entorno.
Compartir la experiencia en el agua brinda a los bebés seguridad, algo importante
para establecer futuras relaciones interpersonales. Por medio de esta práctica se
fortalecen los lazos familiares.
Es muy importante la afectividad para el desarrollo de la seguridad y autoestima.
Durante cada clase irá intensificándose ya que el contacto corporal es constante.

2. FAVORECE EL DESARROLLO SENSORIAL


Las sensaciones que el bebé experimenta dentro del agua, le permite la entrada de
información de su entorno a su sistema. Es decir, comienza un procesamiento
racional en cuanto a los sentidos. Las actividades que se desarrollan pasan a ser
verificadas por el sistema nervioso a través de los sentidos para crear sensaciones
y percepciones.

3. DESARROLLA LA MUSCULATURA
En este caso, fortalece el tono muscular, se obtiene el balance, equilibrio y las
diferentes posturas del cuerpo. Este tipo de estímulo le ayudará a poder caminar
cuando llegue el momento.
En el agua no hay dificultad de cargar al bebé porque dentro de ella, disminuye el
peso corporal hasta en un 90 %. Esta característica del agua, permiten
movimientos, posturas, sensaciones y juegos diferentes de los que se dan fuera de
esta.
En consecuencia, permite al bebé realizar movimientos que desafían la gravedad:
giros, brincos. Aprender nociones físicas, como por ejemplo, de flotación,
propulsión, desplazamiento, equilibrio, resistencia, etc.
4. MEJORA EL APARATO RESPIRATORIO
Ayuda con la expulsión de mucosidad. La inmersión en el agua ayuda a mejorar
la capacidad respiratoria.

5. FORTALECE EL SISTEMA INMUNOLÓGICO


Promueve el fortalecimiento de las defensas, lo cual ayuda a atacar las infecciones
como bacterias y virus que pueden afectar al bebé.

6. FAVORECE LA PSICOMOTRICIDAD
La estimulación acuática contribuye al desarrollo de las habilidades motrices,
expresivas y creativas a través del cuerpo. Permite explorar nuevos conocimientos
y enriquecer las experiencias motrices.
El agua le permite al bebé ampliar su posibilidad de movimientos y hace que sea
capaz de investigar y descubrir nuevas actividades para desarrollar nuevas
habilidades. El bebé aprende poco a poco experimentando e interactuando con el
medio. Si se le suministra un medio diferente en el que observe, irá ampliando su
aprendizaje y se estimulará su desarrollo intelectual.

7. ESTIMULA LA PERCEPCIÓN VISUAL Y TÁCTIL


Dentro del agua muchas cosas son diferentes, entre ellas la percepción. Por esta
razón, el bebé puede experimentar otro tipo de sensaciones y patrones visuales, al
mismo tiempo que desarrolla las habilidades táctiles.

8. AYUDA A RELAJARSE
La estimulación acuática tiene propiedades relajantes. Esto funciona tanto para
niños como adultos, un buen chapuzón nos ayuda a conciliar mejor el sueño.

9. ES UNA EXCELENTE PREPARACIÓN PARA LA NATACIÓN EN SÍ


El contacto con el agua desde temprana edad, le permite al bebé la posibilidad de
aprender a nadar. Es muy importante que los niños sepan nadar, pero también es
un incentivo para iniciarse en la actividad deportiva.
10. AUMENTA EL APETITO
Todos sabemos que estar en el agua nos produce más hambre. Te contamos que a
los bebés les sucede lo mismo, al salir del agua su apetito será mayor.

11. ESTIMULAR SU CONCIENCIA


Experimentar con su propio cuerpo, posturas y posiciones, permite reforzar su
estado de conciencia. Además, desarrollará conceptos como arriba, abajo, afuera,
adentro, adelante, atrás, sumir, flotar, empezar, terminar, entre otras.

4. ETAPAS

a. AMBIENTACIÓN / FAMILIARIZACIÓN
La ambientación hace referencia a una forma de equilibrio estático en el
medio acuático, que representa una parte del cuerpo sumergida y la otra
parte emergida, permitiendo así que el niño adopte una postura en la que
su peso y su fuerza de flotación se compensen manteniéndose en la
superficie del agua. Los niños logran conseguir este equilibrio por la
conjunción de sus reflejos innatos: reflejo de moro, reflejo tónico
laberíntico, reflejo de búsqueda, entre otros (Márquez, 2009).

b. ESTIMULACIÓN
Después de la ambientación viene la etapa de estimulación propiamente
dicha que está conformada por varias técnicas que incluyen: respiración,
juegos individuales y colectivos, flotación, giros, saltos, desplazamientos,
inmersión, dominio del espacio-tiempo y propulsión (Márquez, 2009).
Una parte muy importante en la estimulación es la etapa de respiración; en
el medio acuático a diferencia de lo que sucede en medio terrestre, la
respiración no se hace de forma involuntaria; en el agua se debe inspirar
por la boca, ya que si se hace por la nariz no se obtiene el suficiente aire
para poder sumergirse, además el agua incomoda un poco al entrar por la
nariz (Konovalova, 2011).
También se debe crear unos ciclos respiratorios precisos para aprovechar
cada salida a respirar, esto hace que se tenga conciencia de la respiración
y que se haga ya de forma voluntaria. El gasto energético para la
respiración en el agua también aumenta debido a la presión ejercida por el
medio hacia los pulmones, tanto en la inspiración como en la espiración,
una correcta respiración será la base para un manejo del medio acuático.
(Konovalova, 2011)

i. Fases en la estimulación

1. Respiración / Inmersiones
Es el conocimiento de las vías respiratorias, la apnea
voluntaria. Se manifiesta tras una progresión en el que
aumente poco a poco la profundidad y finalizará cuando el
niño acepte sumergir todo su cuerpo en el agua. La
inmersión es considerada una actividad indispensable en el
proceso de desarrollo y adaptación al medio acuático, pues
su dominio requiere también una correcta adaptación de la
respiración. (Loisirs, 2013)

2. Flotación
Es una experiencia para comprobar como el agua ejerce
una fuerza ascendente que empuja al niño hacia arriba.
Suele descubrirse a través de la inmersión o al
experimentar los desplazamientos. (Loisirs, 2013)

3. Desplazamientos
Para que el desplazamiento se convierta en una armoniosa
cadena cinética, es preciso que dichos movimientos tengan
una cadencia rítmica difícil de conseguir en el niño. La
realización de un desplazamiento autónomo se debe al
desarrollo de las estructuras perceptivas y a una buena
adquisición de los diferentes patrones y habilidades
motrices (terrestres y acuáticas), por lo que los primeros
desplazamientos autónomos básicos en el niño dependerán,
principalmente, de su nivel de desarrollo. (Moreno &
DePaula, 2009)
Los deslizamientos empiezan en posición dorsal y se
mantienen hasta los 6 meses.
Posteriormente pasan a inclinado vertical y finalmente
ventral. Inicialmente vienen dados de forma asistida.
(Loisirs, 2013)
En los desplazamientos encontramos:
Giros: Consisten en rotar a través de un eje imaginario que
pasa por alguna parte del cuerpo, para cambiar de posición
o de orientación. Para girar se utiliza los miembros
superiores y el tronco.
Manipulaciones: Consiste en interaccionar con algún
objeto. Para realizar lanzamientos y recepciones el niño
debe mantenerse en el agua de manera autónoma o con
ayuda de flotadores. (Márquez, 2009)

4. Saltos
Saltar es una habilidad en la que desde parados o en
movimiento tomamos impulso con una o ambas piernas
para despegar el cuerpo del suelo, ya sea en altura, en
longitud o en ambos a la vez y posteriormente caer (suelo
o agua). (Loisirs, 2013)
Las variaciones de los saltos vendrán dadas por el tipo de
piscina, el material y por las posiciones y movimientos del
propio cuerpo. (Moreno & DePaula, 2009)

c. SUPERVIVENCIA
En esta etapa el niño debe ser capaz de tener dominio en el medio acuático.
Después de la etapa de estimulación el niño tiene la capacidad de
defenderse por sí mismo en el agua, es decir, es capaz de realizar
desplazamientos autónomos, con ayuda de objetos que le permitan
permanecer flotando en el agua. En esta etapa se incluirán lanzamientos,
recepciones de objetos, entre otros. (Márquez, 2009)
d. NATACIÓN
La natación es la etapa final de una adecuada estimulación, los niños serán
capaces de realizar giros, saltos, manipulaciones y desplazamientos
independientemente. (Konovalova, 2011)

5. ¿CÓMO PREPARAR AL BEBÉ DESDE CASA?

Moreno, Arias, Caravaca, Del Castillo, Pinto y De Paula (2010) proponen que en
los primeros meses (0 ‐ 6) primero en la bañerita y luego en la bañera grande con
los padres (si cabe la posibilidad).
 La temperatura: 34 grados aproximadamente.
 Mucho contacto corporal, sensación de seguridad.
 Las primeras veces, la posición del bebé tendrá que ser de forma que el
niño vea al adulto (por ejemplo, colocar al bebé boca arriba sobre las
piernas o boca abajo sobre el pecho).

6. RECOMENDACIONES

Entre las recomendaciones que se deben de tener en cuenta para la estimulación


acuática tenemos (León, 2013):
a. Profesionales calificados: Es recomendable ponernos en manos de
profesionales capacitados con experiencia en matronatación.
b. Piscinas Las piscinas deben ser de uso exclusivo para bebés, las cuales
cuenten con los tratamientos pertinentes del agua. Preferiblemente sin
cloros, especialmente se recomiendan las que son tratadas con sal.
Además, la temperatura debe ubicarse entre los 32°-34°, esto para evitar
posibles daños en la mucosa, piel y ojos del bebé.
c. Accesibilidad, vestuarios y zonas adaptadas.
d. Métodos comprensivos sin prisas ni objetivos concretos: cada bebé tiene
unos progresos y hay que respetarlos, no todos reaccionan igual a los
mismos estímulos. El programa acuático debe adaptarse a las
características del bebé y nunca al revés.
7. METODOLOGÍA

El programa acuático debe adaptarse a las características del niño y no al revés


(Moreno, et al., 2010).
 Una sesión por semana o dos, como mucho, son suficientes.
 Un número máximo de siete niños acompañados es el ratio adecuado por
educador
Una buena metodología ha de ser:
 Activa, el niño es quien realiza la acción al responder a los estímulos que
se le proponen.
 Progresiva, aumento progresivo de la dificultad, respetando el ritmo de
aprendizaje del niño.
 Placentera, el clima de trabajo debe ser positivo. Un niño seguro explora
su entorno y aprende de la experiencia.
 Intencional, el profesor debe indicar los objetivos a los acompañantes para
que puedan colaborar adecuadamente.
 Lúdica, el juego intencional está presente en todas las sesiones como
forma privilegiada de aprendizaje.
 Significativa, el niño debe partir de lo que ya conoce y domina para
descubrir nuevos conceptos y procedimientos, que integra en su conducta.

8. MATERIALES ACUÁTICOS

Entre los materiales acuáticos tenemos (Moreno, et al., 2010):


 Manejable por el bebé.
 De colores vivos y diferentes texturas.
 Que hagan sonidos variados.
 De diferentes tamaños.
 Seguros y en buen estado.
 Que permita iniciar en el juego simbólico (muñecos, etc.)
REFERENCIAS

Bretones, A. (03 de Septiembre de 2009). Natación para bebés: efectos y beneficios sobre
el niño. Obtenido de
http://www.efisioterapia.net/articulos/imprimir.php?id=192&p=natacion-
parabebes.pdf

Eres mamá. (sf). 11 beneficios de la estimulación acuática en bebés. Recuperado de


https://eresmama.com/11-beneficios-la-estimulacion-acuatica-bebes/

Fontanelli, J. (1990). Natación para bebés. Sao Paulo: Ground.

Konovalova, E. (2011). El Agua, espacio de aprendizajes: Propuesta metodológica para


la estimulación adecuada en niños de 6 meses a 2 años de edad en medio acuático.
Santiago de Cali.

León, J. (2013). Los beneficios de la estimulación acuática para bebés. Recuperado de


http://www.sportlife.es/entrenar/ninos/articulo/los-beneficios-de-la-estimulacion-
acuatica-para-bebes/1

Loisirs, E. (2013). Técnico en actividades acuáticas para bebés. SEAE Consultorio y


Planificación SL

Márquez, E. G. (2009). Iniciación a las actividades acuáticas en edades tempranas.


Revista Digital de Educación Física.
Moreno, J y De Paula, L. (2005). Estimulación acuática para bebés. Revista
Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales. Recuperado de
http://www.um.es/univefd/Estimulacion%20bebes.pdf

Moreno, J. A., & DePaula, L. (2009). Estimulación acuática para bebés. Actividades
acuáticas para el primer año de vida. Barcelona: INDE Publicaciones.

Moreno, J., Arias, J., Caravaca, M., Del Castillo, M., Pinto, R. y De Paula, L. (2010).
Guía de Educación Acuática Infantil. Barcelona, España: INDE Publicaciones.

Peña, J. (2017). Influencia de la estimulación acuática en el desarrollo psicomotor en


niños de 0 a 3 años. Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito.
Recuperado de
http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/13988/TRABAJO%20DE%20DIS
ERTACION%20JOSELYN%20GALVEZ.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Pla, G., & Ramírez, E. (2006). El desarrollo psicomotriz en el medio acuático.


Aportaciones desde la fenomenología. Swimming Science I.

Prieto, J. A. (2012). Estimulación Temprana y Psicomotricidad. Sevilla: Wanceulen


Editorial Deportiva, S.L.

Wambergue, S. (2009). Psicomotricidad y medio acuático.

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