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INDICE
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PORTADA
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
INDICE
CAPITULO I
MARCO TEÓRICO
2. Proceso Deliberado 6
2.1 Intensión y Desempeño 6
4. Aplicando la Técnica 8
4.1. Seis sombreros- colores determinados 8
CONCLUSIONES 14
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 15
ANEXOS 16
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TÉCNICA DE LOS SEIS SOMBREROS
2. PROCESO DELIBERADO
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Un estado mental tranquilo y despreocupado es necesario para que cualquier
pensamiento implique algo más que meras reacciones frente a una situación.
En lugar de ser un pensamiento rutinario o reactivo, ponerse un determinado
sombrero provoca un pensamiento deliberado: uno se lo pone de un modo
deliberado.
El pensamiento crítico vale para reaccionar ante lo que se pone enfrente pero
no hace nada para producir propuestas. La costumbre occidental de la
argumentación y la dialéctica es defectuosa.
En este libro, los seis sombreros para pensar corresponden a los diferentes
colores que se usan para imprimir un mapa. Este es el método que intentaré
usar para dirigir la atención. No sólo se trata, por lo tanto, de ponerse un
sombrero para pensar, sino también de escoger de qué color será el sombrero
que se va a utilizar.
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Ser un pensador no implica tener razón constantemente. En realidad,
quien siempre cree tener la razón es muy posible que sea un pobre
pensador (arrogante, sin interés por la investigación, incapaz de ver
otras alternativas, etc.)
Los seis sombreros para pensar ofrecen una forma de traducir la intención en
desempeño efectivo frente a una adversidad de problemas.
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Por esta razón, a ellos les gusta tanto usar computadoras. Los seis
sombreros para pensar establecen ciertas reglas para el “juego” de pensar.
Y pienso en un juego de pensamiento en particular: el de trazar mapas
como opuesto (o distinto) al de discutir.
4. APLICANDO LA TÉCNICA
4.1. SEIS SOMBREROS – SEIS COLORES DETERMINADOS
En la práctica uno se refiere a los sombreros siempre por sus colores, nunca
por sus funciones. Y por una buena razón; si pides a alguien que exprese su
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reacción emocional ante algo, es poco probable que te respondan
honestamente: se piensa que está mal ser emocional. Pero la expresión
sombrero rojo es neutral.
Es más fácil pedirle a alguien que “se quite por un momento el sombrero
negro” que pedirle que deje de ser tan negativo. La neutralidad de los colores
permite que se usen los sombreros sin impedimento alguno.
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El uso del sombrero rojo permite que el pensador diga:
“así me siento con respecto a este asunto”. El sombrero
rojo legitima las emociones y los sentimientos como
una parte importante del pensamiento.
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El pensamiento de sombrero negro no es argumentación y nunca se
lo debería considerar tal. Es un intento objetivo de poner en el
proyecto los elementos negativos.
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fundado, pero no se limita a esto, a menos que se califique
adecuadamente otros tipos de optimismo.
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azul es como el director de orquesta. Es quien propone o llama al uso
de los otros sombreros.
El pensador de sombrero azul define los temas hacia los que debe
dirigirse el pensamiento.
CONCLUSIÓN
El concepto de los seis sombreros para pensar tiene dos propósitos centrales. El
primero es simplificar el pensamiento, permitiendo que el pensador trate una cosa
después de otra. En vez de hacerse cargo al mismo tiempo de las emociones, la
lógica, la información, la esperanza y la creatividad, el pensador puede encararlas por
separado. En vez de valerse de la lógica para disimular a media una emoción, el
pensador puede llevar dicha emoción a la superficie mediante el sombrero rojo y sin
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necesidad de justificarla. El sombrero negro para pensar puede entonces tratar el
aspecto lógico.
El segundo propósito central de los seis sombreros para pensar es permitir una
variación en el pensamiento. A una persona que en el transcurso de una reunión se
ha mostrado continuamente negativa, se le puede pedir que se quite el “sombrero
negro”. Esto le indica a la persona que está siendo persistentemente negativa.
También se puede pedir a esta persona que se ponga el “sombrero amarillo”. Este es
un pedido directo de que sea positiva. De este modo, los seis sombreros
proporcionan un lenguaje que, sin ser ofensivo, es preciso. Lo más importante es que
este lenguaje no amenaza el ego o la personalidad del sujeto. Se convierte en
actuación o incluso en juego. Los seis sombreros permiten que se solicite pensar de
ciertos modos. Los sombreros resultan así una especie de instructiva taquigrafía.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
https://www.neuronilla.com/seis-sombreros-para-pensar/
http://www.innovaforum.com/tecnica/sixhats_e.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Seis_sombreros_para_pensar
ANEXOS
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