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Caso Nisman: Una muerte y múltiples interrogantes

Paso una semana y hubo mucha información respecto de la muerte del fiscal que
investigaba el caso de la AMIA, sin embargo sigue reinando la incertidumbre y la
confusión. ¿Fue un suicidio?, el cual pudo haber sido inducido; ¿Hubo un tercero
dentro de su casa el cual lo asesino? Muchas hipótesis y hasta ahora ninguna ha
podido ser sido corroborada. Por el momento sabemos que el fiscal apareció
muerto en el baño de su departamento, como consecuencia de un disparo cerca
de la sien. El arma fue acercada por un colaborador en la causa, que se llama,
Diego Lagomarsino y además sabemos que las puertas de su departamento en
Puerto Madero estaban cerradas.

La muerte del fiscal sin lugar a dudas representa un caso complejo y como
tal requiere un análisis que intenten evitar simplificaciones para explicar el famoso
“que”, “como” y “porque” de estos casos. Es por eso que explicaciones tales como
que el gobierno dio la orden de matarlo porque no quería que presentara sus
denuncias contra la presidenta, hablando en el congreso o que grandes grupos
económicos estuvieran directamente vinculados en la organización del asesinato
para perjudicar al gobierno no tienen demasiado sentido.

No obstante, es innegable que esto cambió el mapa político tanto para el


oficialismo como para la oposición y que la muerte de Nisman puso al descubierto
una interna muy fuerte entre el gobierno y la secretaría de inteligencia (Ex SIDE).

Es por eso fundamental no dejarse llevar por las actualizaciones


apresuradas que se dan a cada hora en los noticieros e intentar informarse bien y
sobre todo ir esperando las informaciones otorgadas por la justicia, la cual es la
única información valedera y sobre todo es la justicia la que deberá intentar
esclarecer el caso y llegar a la verdad ya que de lo contrario lo único que
tendremos serán múltiples interpretaciones las cuales no harán más que confirmar
posiciones políticas que eran anteriores a la muerte del Fiscal de la Causa AMIA.

Por todo esto se torna fundamental para este caso recuperar la virtud de la
Prudencia para todo lo vinculado directamente con la muerte del fiscal como para
todo aquello que “sobrevuela” y lo rodea indirectamente.

Otra cuestión importante en torno a la muerte del fiscal es la idea de


suicidio inducido postulado por la mayoría de medios de comunicación y de
analistas del caso. Hablar de suicidio “inducido” carece de todo sentido y genera
una confusión al momento de analizar. Ya que de esta idea se desprende que
pueden existir suicidios que no seas inducidos por nada ni por nadie y aquí radica
el problema central ya que todo suicidio es inducido por algo; tal como postula
Emile Durkheim “El suicidio es ante todo un hecho social y sus causas son antes
sociales que individuales o netamente psicológicas”.

Con lo cual la aclaración de que la muerte de Nisman pudo haber sido


inducida solo genera confusión. Todo suicidio se debe a un problema, conflicto o
presión de la persona (que se quita la vida) con la parte del mundo que lo rodea o
que interactúa. Por eso es muy importante reflexionar y tener en claro que todo
suicidio es un hecho profundamente colectivo o de una incidencia colectiva con lo
cual si hay algo que puede afirmarse es que el fiscal Nisman, si efectivamente se
suicido, necesariamente fue inducido por angustias, temores o conflictos
netamente sociales.

En tal sentido las causas del suicidio del fiscal deben buscarse en el complejo
entramado social que configura la situación política de nuestro país y descubrir el
papel que jugaron los protagonistas de este episodio. Eso es preguntarse como
enfrenta una sociedad sus problemas o desafíos como es el de esclarecer un
crimen tan horroroso como el atentado de la AMIA.

La respuesta está a plena vista: El suicidio. Una entrega “altruista” del sujeto”
(podría decir Durkheim) frente a una realidad que no puede cambiar. Eso nos deja
mucho más que las especulaciones: un hecho social que pone al descubierto la
anomia de la sociedad argentina

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