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EL NOTARIO COMO TERCERO DE CONFIANZA Y LA FUNCION DEL

REGISTRO PUBLICO COMO BASE DE LA SEGURIDAD JURIDICA

Para empezar a redactar este ensayo debemos tener en consideración los

conceptos a tratar, de esta manera, podremos vislumbrar si los mismos (al

menos los dos primeros) están en una relación de similitud o igualdad, si se

encuentran en una relación de conjunción o en todo caso tienen una relación

completamente disyuntiva; todo ello en el ordenamiento jurídico nacional, sin

perjuicio de usar conceptos provenientes en otros países.

El notario peruano es el profesional del derecho que tiene la calidad de

depositario de la fe pública como atribución delegada del Estado en el

Sistema Latino al que pertenecemos; en algunos otros casos solo es el Estado

quien da fe, por ello la diferenciación con los otros países u otros sistemas

(llámese Anglosajón o Administrativo). Además de la autonomía que este

pueda tener, ya que es una persona, que si bien recibe la delegación estatal

de dar fe pública, es completamente independiente de alguno de los poderes

del Estado. Su función data desde sociedades muy antiguas como la de la

Antigua Roma, todo en base al apoyo que ha brindado como un amigo del

derecho, como aliado del orden público y hacedor de la vida social (en cuanto

a las relaciones jurídicas se refiere) en armonía.

El notario es aquella persona en la que se confía para poder certificar todos

aquellos hechos que no sean competencia de otra autoridad, pero por sobre

todo es aquella persona que se encarga de consignar de fe pública a los actos

y contratos que ante éste se celebren, para lo cual por supuesto, sigue una

serie de requisitos preestablecidos de manera que se asegure que al momento


de conferir la fe en referencia, esta se encuentre limpia de cualquier factor

que pueda contaminarla.

El ejercicio de sus funciones debe estar regido por los más nobles principios,

deberes y derechos del Notariado latino, coadyuvantes a la primordial tarea

que le asisten en: la preservación de la legalidad, la prevención de futuras

litis, y la seguridad en el tráfico jurídico que los tiempos actuales tan

convulsos y difíciles necesitan. Se aboga por la máxima seguridad jurídica en

la actividad notarial, garantía que exige de una exquisita preparación técnica

profesional, verdaderamente identificada con la bella función fedataria,

autenticadora y antilitigiosa que realiza. (La Deontología, Soporte Jurídico

del Notariado Latino, LUGO, Dayron)

Sabemos que la actuación del notario está determinada a ejercerse bajo los

parámetros de autonomía, exclusividad e imparcialidad; de ello que en la

sociedad sea visto como un agente en el cual se pueda confiar, una persona

que puede configurar de validez a las relaciones jurídicas, muchas veces

siendo llamado “Tercero de Confianza”; sin embargo veamos que por cuanto

acierta o se equivoca la sociedad al embestir al Notario con esta nominación.

Veamos, toda sociedad tiene siempre un sinnúmero de reglas ya sean de

carácter jurídico, moral, social e incluso político; y por supuesto cada una de

ellas, condiciona el actuar diario de las personas que la conforman. Es decir

que todas las personas actúan de manera distinta de acuerdo a diversos

factores como educación, nivel socio-económico, religión, etc. Sin embargo

hay algunas que forzosamente deben asumir comportamientos ético-morales

intachables, tal es el caso del profesional del derecho que pretende ser, o

que es notario ya que la conducta proba que deben demostrar condiciona su

permanencia en el cuerpo de notarios de determinada sociedad.


Aquí y en cualquier parte del mundo es sabido que un notario es una persona

con un margen de error mínimo o nulo en cuanto a ética se refiere, ya que su

trabajo consiste justamente en ello, en actuar de manera correcta para que

los demás puedan creer que es merecedor de dar fe pública, y que es una

persona que transmite seguridad en su actuar ya que siempre su

comportamiento en sociedad es el indicado, por consiguiente aun y cuando no

sea parte de una relación contractual y se considere como un tercero en ella,

siempre será un elemento de confianza que otorgará la seguridad necesaria a

la celebración del acto jurídico. De tal manera que se puede decir que el

término empleado para definir al notario como un Tercero de Confianza, la

podemos asumir como correcta en la medida que sea cual fuere la jurisdicción

o el ordenamiento jurídico del que estemos hablando, siempre sabremos que

la conducta de un notario tendrá elementos característicos que podrán hacer

posible esa denominación.

Ahora estudiemos acerca del Registro público al cual se le considera como

una institución del estado que cumple funciones con total autonomía en el

tema Registral, todo en pro de las partes de un acto jurídico celebrado e

inscrito, así como también respecto de los terceros frente a quienes se hace

valer dicha inscripción.

También podemos analizar el concepto Seguridad Jurídica; para Luis Moisset

de Espanés: "Es un punto largamente discutido por los jusfilósofos. Algunos

afirman que la seguridad es un fin; otros, que es un medio; otros, que es un

valor por sí misma". Agrega "que aceptado que la seguridad, en el ámbito

jurídico, es un valor, se trata de un valor subordinado o, en lenguaje de

algunos filósofos, un valor fundante, que se encuentra por debajo del valor

fundado, que es el valor justicia". En cuanto, respecta al Derecho Registral,

dice "que el Registro cumple la función de herramienta útil al derecho para


hacer efectiva la seguridad, tanto en sus aspectos estáticos como dinámicos".

"Seguridad Jurídica y Seguridad Registral tienen como finalidad común: La

protección del individuo, el fin de la seguridad registral es el individuo. La

seguridad aparece como una exigencia del derecho registral, como valor final

que debe cumplir de manera inexorable".

Además para Felipe Salgado Padilla: “La Seguridad Registral es una categoría

especial de la seguridad jurídica, porque es la seguridad de algo determinado,

que está en los Registros; es decir, de los derechos y actos inscritos. Es un

medio instrumental de tutela de los derechos y de garantía del tráfico

jurídico de los mismos, tanto en su aspecto estático como dinámico”.

En cuanto al registro público como base de la seguridad jurídica, podemos

afirmar que todo surge a partir de la Publicidad Efecto que de este emana,

ya que el inscribir, tanto como el no inscribir un determinado título trae

efectos o consecuencias jurídicas distintas respecto de los derechos y

obligaciones de las partes y terceros. Por solo citar un ejemplo de cuanto

importa la inscripción de un título para poder obtener seguridad, los casos de

concurrencia de acreedores en los inmuebles son causados a partir de una

inscripción tardía; es decir que mientras que un acreedor es poco diligente y

mantiene su derecho en un documento privado, o en una escritura pública sin

registrar, hay otra persona que adquirió el derecho con posterioridad, sin

embargo fue más diligente e inscribió su derecho antes que el primero, con lo

que finalmente, de haber actuado de buena fe y haber adquirido su derecho

mediante una contraprestación onerosa, el derecho del primero es inoponible

al suyo. Aún y cuando el derecho existió ya que sabemos que el sistema

registral en el registro de propiedades inmuebles es declarativo más con

constitutivo. De esta manera tratamos de hacer notar cuanta es la


importancia de registrar, pero no solo de hacerlo, sino de llevar a cabo el acto

de inscripción de manera diligente para no generar futuros inconvenientes.

Otro de los aspectos del Registro Público, que sin lugar a duda es fundamental

al momento de hablar sobre seguridad jurídica es el que se produce mediante

la publicidad que el registro extiende, es decir, uno puede acceder a

información que se considerará verdad y que no aceptará prueba en contrario

si uno actúa de buena fe. Para explicarnos mejor, podemos decir que aquel

que toma conocimiento vía el registro del historial de un título (por ejemplo

del registro de bienes inmuebles) y desea registrar un nuevo asiento de

compra-venta, sabrá quién es el propietario acreditado (registrado) para

realizar el contrato y transferir de manera indubitable el bien.

Incluso se podría decir que el objeto principal o fundamental del Registro

Público es generar publicidad, es decir producir un estado de cognoscibilidad

irrefutable que cumpla con su finalidad, que es la seguridad jurídica, en sus

dos aspectos; la seguridad estática y la seguridad dinámica, la primera como

expresión de intangibilidad del título inscrito por aquel que no es el titular

registral, y la segunda al momento del tráfico del título, entiéndase por ello,

las contrataciones que se realizan comercializando los derechos inscritos los

titulares registrales y los terceros contratantes.

En conclusión y en referencia a todo lo estudiado podemos afirmar de manera

fehaciente que el Notario cumple un rol fundamental en la sociedad peruana,

un rol que coadyuva a que el ordenamiento jurídico sea más seguro, por

supuesto y con la ayuda de la institución que impermeabiliza a los derechos

registrados de las personas contra ataques maliciosos de terceros, más aún

ahora con las herramientas tecnológicas desarrolladas en pro de configurar

de una mayor seguridad a los títulos inscritos, como lo son la “Alerta

Registral”, “El bloqueo registral”, etc. Los mismos que sin lugar a dudas dan
mayor confianza en esta institución que es la Superintendencia Nacional de

Registros Públicos.

HÉCTOR ANTHONY LEON CABANILLAS.

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