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CONOCIMIENTO SINTÉTICO A PRIORI (METAFÍSICO) Y MODALIDAD TRASCENDENTAL

Alejandra Baehr S.
Doctorado en Filosofía. Universidad Alberto Hurtado
Introducción
Uno de los problemas centrales, que orienta la reflexión kantiana en la Crítica de la razón
pura1, es sin duda el problema de la metafísica. De acuerdo con el idealismo trascendental
kantiano la solución propuesta a este problema deberá responder a la pregunta por la
posibilidad de los juicios sintéticos a priori. En este contexto, llama la atención la utilización
un término modal como el de “posibilidad” para dar cuenta del problema de la metafísica.
En efecto, el siguiente trabajo tiene como propósito mostrar que utilización de términos
modales por parte de Kant no se restringe al planteamiento del problema de la metafísica,
sino que también su solución o desenlace depende de una definición de la experiencia en
términos modales, esto es, como “posibilidad trascendental de la experiencia”. La que
determina y delimita el ámbito de referencia de los juicios sintéticos a priori de la metafísica
trascendental.

En este contexto, en lo que sigue se procederá de la siguiente forma: 1) determinación del


contexto general en el que se aborda el problema de la modalidad, a saber, la Analítica
trascendental de los principios; 2) tratamiento de la modalidad en los Postulados del
pensamiento empírico en general; 3) las categorías de modalidad y, por útimo, 4) algunas
consideraciones generales acerca de la posibilidad trascendental de un conocimiento
sintético a priori (metafísico).

1) Contexto del problema:


Kant desarrolla el problema de la modalidad en el contexto del libro segundo de la Analítica
trascendental, el que titula Sistema de todos los principios del entendimiento puro: sobre
los juicios sintéticos a priori que se infieren de las categorías según las condiciones sensibles

1
En adelante KrV. Para las referencias a esta obra se utilizará como es costumbre las letras (A) y (B) para
referirse a la primera (1781) y la segunda edición (1788) de esta obra.

1
de su aplicación. El propósito de este capítulo consiste en el establecimiento de un canon
para el uso empírico del entendimiento y la facultad de juzgar (Cfr. A132). En efecto, una
vez demostrada la validez objetiva de las categorías en la Deducción trascendental, queda
aún por establecer cómo es que éstas se deben aplicar a los fenómenos. En este sentido, lo
que el Sistema de los principios establece son las condiciones a priori que regulan la
aplicación de las categorías a fenómenos y, en consecuencia, constituye una suerte de guía
u orientación para la facultad de juzgar.

En este contexto, me interesa destacar la importancia que el Sistema de los principios


reviste para comprensión de la manera en que Kant enfrenta el problema de la metafísica,
esto es, como el problema acerca de posibilidad de los juicios sintético a priori. Si la
metafísica ha de ser considerada un conocimiento, entonces ésta deberá ampliar nuestro
conocimiento del objeto y hacerlo de manera enteramente a priori, es decir, a partir de
conceptos. En efecto, los principios del entendimiento puro son juicios sintéticos a priori
derivados de los conceptos puros del entendimiento y, en este sentido, constituyen un
particular tipo de conocimiento metafísico, i.e. metafísico trascendental.

Tal como he señalado antes, el sistema de los Principios del entendimiento puro, constituye
un conjunto de juicios sintéticos a priori derivados de las categorías, atendiendo a las
condiciones sentibles de su aplicación. De ahí que pueda considerárselo como un canon
para la facultad de juzgar. Esta última, es la encargada de subsumir el material sensible dado
a la intuición bajo las reglas del entendimiento o categorías. En este sentido, la facultad de
juzgar debe discernir si algo está o no bajo una regla dada. Cabe señalar que lo que interesa
aquí a Kant, no es el caso particular de aplicación de la regla, sino la condición de todo caso.

La lógica trascendental kantiana se distingue de la lógica general en la medida en que la


primera, no sólo se ocupa de la ausencia de contradicción, además de determinar las
condiciones universales para toda regla, a su vez, indica también el caso. En este contexto,
la analítica de los principios constituye una doctrina trascendental de la facultad de juzgar.
Kant divide esta doctrina en dos partes; una acerca de las condiciones sensibles de la
aplicación de categorías a fenómenos (esquematismo trascendental) y, una acerca de los

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juicios sintéticos que se infieren a priori de los conceptos puros del entendimiento (A136).
En lo que sigue caracterizaré brevemente la problemática planteada en el capítulo del
esquematismo, para finalmente concentrarme en el particular tipo de juicios sintéticos a
priori que se derivan de las categorías de modalidad, a saber, los postulados del
pensamiento empírico en general.

1.1) Del Esquematismo de los conceptos puros del entendimiento


En términos generales el capítulo del esquematismo trata de las condiciones sensibles de la
aplicación de categorías a fenómenos. El idealismo trascendental kantiano establece que
el conocimiento sólo es posible en la medida en que sensibilidad y entendimiento
concurran2. Sin embargo, las representaciones que tienen su origen en la sensibilidad
(intuiciones) son heterogéneas respecto de las representaciones que tienen su origen el
entendimiento (conceptos puros). En este sentido, el esquema debe configurarse como un
tipo de representación mediadora entre lo sensible y lo conceptual.

Ahora bien, Kant establece que “en todas las subsunciones de un objeto bajo un concepto,
las representación del primero debe ser homogénea con el último.” (A173) En el caso del
juicio “el plato es redondo”, el concepto empírico “plato” es homogéneo con el concepto
geométrico puro “círculo”, puesto que, la “redondez” pensada en el concepto empírico
“plato” es la misma que la “redondez” intuida en el concepto geométrico puro “círculo”. En
este sentido, entre el término sujeto del juicio y el término predicado, media un tercer
elemento, en este caso, la redondez (A137). En consecuencia, la “redondez” constituye un
tipo de esquema sensible puro. Sin embargo, tal como se ha señalado antes, en el caso de
los conceptos puros del entendimiento la heterogeneidad de las representaciones en juego
parece ser radical.

Kant encuentra el elemento mediador entre sensibilidad y entendimiento en el esquema


trascendental. El esquema es caracterizado por Kant, en general, de al menos tres maneras:
a) como determinación trascendental del tiempo (Zeitbestimmung), b) elemento

2
Nótese la utilización de un concepto modal para formular el problema del conocimiento sintético a priori.
En este sentido, no es de extrañar que la respuesta kantiana al problema de la metafísica esté formulada, a
su vez, en términos modales.

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homogéneo, mediador entre sensibilidad y entendiendo y, c) como producto o
procedimiento de la imaginación trascendental para suministrar su imagen al concepto. De
esta forma, para aplicar categorías. Me concentraré en la primera caracterización (a) del
esquema, puesto que me parece que pone de relieve la limitación del ámbito de lo posible
que representa la lógica trascendental respecto de la lógica general y, en consecuencia, el
sentido en el que debe comprenderse la lógica trascendental kantiana.

Ahora bien, el esquema como determinación trascendental del tiempo constituye el tercer
elemento buscado, homogéneo con la categoría y la intuición. Esto se debe que, tal como
sostiene Kant:

El concepto del entendimiento contiene unidad sintética pura de lo múltiple en


general. El tiempo como condición formal de todo lo múltiple del sentido interno, y
por tanto, de la conexión de todas las representaciones, contiene un múltiple a
priori en la intuición pura. Ahora bien, una determinación trascendental del tiempo
es homogénea con la categoría (que constituye la unidad de ella), en la medida en
que es universal y se basa en una// regla a priori. Pero por otro lado es homogénea
con el fenómeno, en la medida en que ǀ el tiempo está contenido en toda
representación de lo múltiple. Por eso, una aplicación de la categoría a fenómenos
será posible por medio de la determinación trascendental del tiempo, la cual, como
el esquema de los conceptos puros del entendimiento, media en la subsunción de
los últimos bajo la primera. (A139/B178)

Esto quiere decir que, el esquema como determinación trascendental del tiempo3 es una
representación universal que se basa en una regla a priori (categoría). Esto supone, por una
parte, que el esquema es homogéneo con la categoría, y por otra parte, que el esquema es
homogéneo con el fenómeno, en la medida en que es temporal. De esta forma, el esquema
trascendental responde al problema de la aplicación de las categorías a fenómenos.

Ahora bien, Kant clasifica los esquemas trascendentales de acuerdo con la tabla de las
categorías. Así pues, el esquema de las categorías de cantidad es el número (produce la
representación tiempo como un tiempo único); el de las de cualidad (cantidad de realidad,

3
La Zeitbestimmung puede entenderse como ejercida en el tiempo o como si la determinación fuera ella
misma temporal. Me parece que la determinación en cuanto actividad espontánea debe efectuarse siempre
sobre un material sensible que, en este caso lo proporciona el tiempo como forma pura de todos los
fenómenos en general y, en este sentido, la determinación se efectúa en o sobre el tiempo y no en el trascurso
o fluir del tiempo.

4
o el llenado del tiempo por la sensación), el grado; el de las de relación la determinación de
la relación de las percepciones entre sí en todo tiempo (según una regla de determinación
del tiempo). Finalmente, el esquema de la modalidad representa y hace presente (en
cuanto producto de la imaginación trascendental), el tiempo mismo como correlato de la
determinación de un objeto, si acaso pertenece al tiempo y cómo pertenece a él (Cfr. A145)

2) La modalidad en los postulados del pensamiento empírico en general

De acuerdo con el sistema el sistema de los principios, éstos se clasifican de acuerdo al


tipo de evidencia que suponen. En este sentido, Kant distingue entre principios
matemáticos y principios dinámicos. Al respecto Kant advierte:

[…] Pero pronto se pondrá de manifiesto que, tanto en lo que concierne a la evidencia,
como en lo que concierne a la determinación de los fenómenos a priori según las
categorías de la cantidad y de la cualidad (si se atiende a la forma de éstas últimas), los
principios de ellas se distinguen, en eso, notablemente de los dos restantes; pues
aquellos pueden tener una certeza intuitiva, mientras que éstos, una sólo discursiva,
aunque en ambos casos la certeza sea plena. Por eso, a aquellos los llamaré los
principios matemáticos, y a éstos, los dinámicos. (A161-2/B200-1)

Los principios dinámicos, en la medida en que poseen una evidencia discursiva y no intuitiva
como los matemáticos, rigen también la determinación a priori de todos los fenómenos,
pero lo hacen sólo regulativamente4. En este contexto quisiera llamar la atención sobre una
nota (B201) que Kant añade en la segunda edición (B) de la KrV. Allí sostiene que:

Todo enlace (conjunctio) es, ya composición (compositio), ya conexión (nexus). La


primera es la síntesis de lo múltiple [cuyos elementos] no se pertenece[n] unos a otros,
como p. ej. Los dos triángulos en los que se divide un cuadrado mediante la diagonal,
tomados por sí mismos, no se pertenecen necesariamente el uno al otro; y tal síntesis
de lo homogéneo en todo lo que puede ser considerado matemáticamente (síntesis que
a su vez puede dividirse en la de la agregación y la de la coalición, de las cuales la
primera se dirige a magnitudes extensivas, la otra a magnitudes intensivas). El segundo
enlace (nexus) es la síntesis de lo múltiple, en la medida en que [sus elementos] se
pertenece[n] necesariamente unos a otros, como p. ej. El accidente es representado
como enlazado a priori a alguna substancia, o el efecto a la causa, - [múltiple] que por
tanto es representado [como] enlazado a priori también, en tanto que es heterogéneo;

4
Como espero mostrar a continuación, los principios dinámicos son universales y necesarios, aunque sólo
subjetivamente (de acuerdo con la estructura de un intelecto finito como el nuestro). En este sentido, de su
función regulativa, sigue que sean meramente contingentes. Por el contrario, son necesarios, pero
hipotéticamente necesarios.

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el cual enlace, puesto que no es arbitrario, lo llamo dinámico, porque concierne al
enlace de la existencia de lo múltiple ([enlace] que a su vez se puede dividir en el
[enlace] físico de los fenómenos entre sí, y en el metafísico, enlace de ellos en la facultad
cognoscitiva a priori). [Nota de Kant. Esta nota pertenece a la segunda edición B, y no
pertenece a la edición A].

El tipo de enlace (síntesis) que caracteriza a los principios dinámicos es un enlace que
involucra a la existencia (Dasein) de lo múltiple. Esta existencia, no puede producirse de
manera enteramente a priori. Razón por la cual, la validez de estos principios es sólo
regulativa y no constitutiva de los fenómenos, como en el caso de los principios
matemáticos. Además, en el caso de los principios dinámicos, el enlace es entre
representaciones heterogéneas (entre existentes). No obstante, este tipo de enlace
corresponde a una síntesis de lo múltiple cuyos elementos se pertenecen necesariamente
unos a otros (como en el caso de la causa y el efecto). Así pues, los principios del
entendimiento a priori expresan un enlace que puede ser, o bien físico (entre fenómenos),
o bien, metafísico, i.e. que refiere a la relación entre el concepto del objeto y la facultad
cognoscitiva a priori. En este sentido, los postulados del pensamiento empírico son juicios
sintéticos a priori que, de acuerdo con el tipo de enlace que determinan, constituyen un
cierto tipo de conocimiento metafísico, pero siempre que se entienda en el sentido
establecido en el marco de una lógica trascendental.

Ahora bien, antes abordar el contenido de los postulados y las categorías de las que se
derivan resulta conveniente llamar la atención sobre un principio en particular, al que Kant
llama “principio supremo de todos los juicios sintéticos a priori” y que, en consecuencia,
rige también sobre los postulados del pensamiento empírico. En pablaras de Kant:

El principio supremo de todos los juicios sintéticos a priori es, entonces: todo objeto
está sometido a las condiciones necesarias de la unidad sintética de lo múltiple de
la intuición en una experiencia posible.
De esta manera son posibles los juicios sintéticos a priori, si referimos a un posible
conocimiento de experiencia, en general, las condiciones formales de la intuición a
priori, la síntesis de la imaginación, y la unidad necesaria de ella en una apercepción
trascendental, y decimos: las condiciones de la posibilidad de la experiencia en
general son, a la vez, condiciones de la posibilidad de los objetos de la experiencia,
y por eso tienen validez objetiva en un juicio sintético a priori. (A158/B197)

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En contexto, la ausencia de contradicción constituye una condición necesaria, pero no
suficiente para garantizar la posibilidad de un conocimiento sintético a priori. Por esta
razón, Kant establece que este elemento mediador no puede encontrarse en la experiencia
misma (si así fuera estaríamos ante un juicio sintético a posteriori), sino que debe buscársele
en las condiciones de posibilidad de la experiencia en general, a saber; en el sentido interno
y su condición formal, el tiempo; la imaginación y, por último, en la unidad trascendental
de la apercepción. En este sentido, las condiciones de posibilidad de la experiencia en
general son las que le proporcionan realidad objetiva a todos nuestros conocimientos
sintéticos a priori. En consecuencia, las condiciones de posibilidad de la experiencia
determinan la forma de la experiencia en general, atendiendo a las reglas para la
constitución de objetos de la experiencia.

3) Las categorías de Modalidad


Kant distingue entre una modalidad lógica (general) y modalidad trascendental (formal). La
modalidad lógica refiere a la analiticidad de los juicios, esto es, a la ausencia de
contradicción. Sin embargo, tal como se ha señalado antes, la mera ausencia contradicción
no garantiza un conocimiento sintético a priori. La modalidad trascendental en cambio,
debe considerar siempre la referencia de nuestros conceptos a objetos de la experiencia.
En este sentido, los postulados del pensamiento empírico en general ofrecen una definición
de las categorías de modalidad en su uso empírico y, de esta forma, distinguen el ámbito
del mero pensamiento, del ámbito del conocimiento.

Las categorías de modalidad (posibilidad, realidad efectiva y necesidad) se caracterizan por


que no contribuyen en nada a la determinación del objeto (sujeto del juicio), ya que no
proporcionan ninguna nueva determinación de éste (como predicado del objeto). En este
contexto Kant está pensando en la tradición leibnitziana que pretendía poder determinar la
realidad efectiva de un objeto a partir de la determinación completa de su concepto. En
efecto, en el contexto de la Dialéctica trascendental Kant se refiere específicamente al

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sentido que adquieren las categorías modales de posibilidad y realidad efectiva (ser), en el
marco de una lógica trascendental, señalando que:

Ser no es, evidentemente, un predicado real, es decir, un concepto de algo que


pudiera añadirse al concepto de una cosa. Es la mera posición de una cosa, o de
ciertas determinaciones en sí mismas. En el uso lógico es solamente la cópula de un
juicio. La proposición: Dios es omnipotente, contiene dos conceptos que tienen sus
objetos: Dios y omnipotencia; la palabra es no es otro predicado más, sino
solamente aquello que pone al predicado en relación con el sujeto. Ahora bien, si
tomo al sujeto (Dios) junto con todos sus predicados (entre los que está también la
omnipotencia) y digo: Dios es, o hay un Dios, entonces no le pongo ningún
predicado nuevo al concepto de Dios, sino que [pongo] solamente al sujeto en sí
mismo con todos sus predicados, es decir, [pongo] el objeto en relación con mi
concepto. Ambos deben contener exactamente lo mismo, y por eso, al concepto
que expresa solamente la posibilidad, no puede serle añadido nada, [sólo] porque
yo pienso su objeto como dado absolutamente (por medio de la expresión: él es). Y
así, lo efectivamente real no contiene nada más que lo meramente posible. Cien
táleros efectivamente reales no contienen nada más que [lo que contienen] cien
[táleros] posibles. Pues, como éstos significan el concepto, mientras que aquellos
[significan] el objeto y la posición de él en sí mismo, en caso de que éste contuviese
más que aquel, mi concepto no expresaría todo el objeto, y entonces o sería
tampoco el concepto adecuado de él. Pero en mi patrimonio hay más con los cien
táleros efectivamente reales, que son el mero concepto de ellos (es decir, con la
posibilidad de ellos). Pues el objeto, en la realidad efectiva, no está sólo
conteniendo el mismo concepto, analíticamente, sino que se añade sintéticamente
a mi concepto (que es una determinación de mi estado), sin que por medio de este
ser exterior a mi concepto esos cien táleros pensados, aumenten, ellos mismos, en
lo más mínimo. (A598/B626)

El punto que Kant deseas poner de relieve aquí se encuentra estrechamente vinculado con
el problema que nos convoca. Puesto que establece la imposibilidad de derivar la realidad
efectiva de un objeto a partir de la determinación completa y, meramente intelectual, del
concepto que tengo de dicho objeto. En este sentido, deben distinguirse cuidadosamente
las categorías de Realidad (Realität) y existencia efectiva (Wirklichket). Mientras que la
primera es una categoría de cualidad (determinaciones positivas del objeto), la segunda es
de modalidad. De acuerdo con el idealismo trascendental kantiano no podemos derivar la
existencia a partir de meros conceptos (de lo meramente pensado en ausencia de
sensación). Es necesario, por tanto, que la sensación sea acogida en el tiempo en general
(cualquiera: futuro o pasado), (éste tiempo: presente), para poder aplicar las categorías de

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modalidad. En el caso de la existencia efectiva, la aplicación de esta categoría requiere,
necesariamente, que la sensación sea acogida en el tiempo determinado. Por esta razón la
existencia efectiva no puede ser nunca anticipada como querrían los racionalistas de cuño
leibntziano. Si digo que un objeto es efectivamente real, entonces estoy diciendo que algo
está puesto en un tiempo determinado. En efecto, tal como señala Rosales (1993: 240):

Los esquemas trascendentales de la modalidad conciernen, como los de la relación, a la


existencia y por cierto a la presencia o ausencia del objeto, constituido de acuerdo con los
esquemas trascendentales antes mencionados, en el tiempo en su conjunto (Inbegriff). Los
esquemas de la modalidad se fundan así en los esquemas de las tres clases anteriores y son
imposibles sin ellos. El objeto o momento objetivo puede estar o no en algún tiempo
(indeterminado) o en un tiempo determinado, o siempre, en todo tiempo (A144-5).

Ahora bien, los postulados del pensamiento empírico en general son proposiciones
prácticas que no contienen nada más que la síntesis a través de la cual nos damos un objeto
y producimos su concepto. Sin embargo, cabe preguntarse ¿cuáles son los esquemas que
corresponden a cada una de las categorías de modalidad? En palabras de Kant:

El esquema de la posibilidad es la concordancia de la síntesis de diversas


representaciones con las condiciones del tiempo en general (p. ej. Que lo opuesto en
una cosa, no puede ser simultaneo, sino sólo sucesivo); por consiguiente, la
determinación de la representación de una cosa en un tiempo cualquiera.
El esquema de la realidad efectiva es la existencia en un tiempo determinado.
El esquema de la necesidad es la existencia de un objeto en todo tiempo.
[…] finalmente, el esquema de la modalidad y sus categorías, [contiene y hace
representar] el tiempo mismo, como el correlato de la determinación de un objeto: si
pertenece al tiempo, y cómo [pertenece a él]. Por eso, los esquemas no son nada más
que determinaciones del tiempo, a priori, según reglas, y éstas refieren, según el orden
de las categorías, a la serie del tiempo, al contenido del tiempo, al orden del tiempo, y
finalmente al conjunto del tiempo, con respecto a todos los objetos posibles. (A145-
6/B184-5)

En este sentido, los esquemas de las categorías modales en cuanto determinaciones


trascendentales del tiempo consisten en: a) esquema de la posibilidad, pensar el tiempo
como receptáculo; b) esquema de la efectividad (A225/B273), pensar cada instante del
tiempo es irrepetible (único). Por último, esquema de la necesidad, pensar el flujo del
tiempo como irreversible y con ellos sus contenidos (como irrepetibles) (Cfr. Caimi, 2012:
224-227). Cabe destacar que, para Kant, no habría lugar para una necesidad absoluta, sino
sólo hipotética, en la medida en que “las reglas de la interconexión empírica de los

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fenómenos demuestran mediatamente la existencia efectiva” de objetos de la experiencia
(B274). En este sentido, Kant se sitúa contra el idealismo problemático de Decartes, el que
juzga como dudosa la inferencia acerca de la efectiva realidad del mundo externo. En
efecto, de acuerdo con los postulados del pensamiento empírico podemos prefigurar a
priori con evidencia discursiva (mediatamente) el lugar en el tiempo en el que debería
encontrarse una existencia efectiva, aun cuando la presencia misma de la sensación no
pueda anticiparla.

4) Algunas consideraciones generales acerca de la modalidad trascendental y el


conocimiento sintético a priori
A partir de lo antes expuesto podemos comprender en qué sentido los postulados del
pensamiento empírico constituyen un tipo de conocimiento sintético a priori acerca del
modo en el que algo puede ser puesto (existe) en el tiempo en general. En este sentido, la
modalidad trascendental implica una “reducción” del ámbito de lo posible en el sentido de
la lógica general y, “ampliación” del ámbito del conocimiento a priori, en la medida en que
determina a priori cómo o de qué modo puede algo existir (ser puesto) en el tiempo en
general (cualquier tiempo/indeterminado). En efecto, esta “ampliación” del conocimiento
a priori es posible, en la medida en que las reglas que rigen la interconexión empírica de los
fenómenos, pueden legítimamente demostrar la existencia efectiva de objetos de la
experiencia. Sin embargo, dicha demostración no posee una evidencia inmediata (como en
el caso de los principios matemáticos), sino sólo mediata y, vale por tanto, sólo
subjetivamente. Cabe destacar que “subjetivo”, en este contexto, no quiere decir en ningún
caso “arbitrario”, sino que se refiere a que la aplicación de las categorías de modalidad
concierne, únicamente, al caso de un entendimiento finito, limitado por las condiciones
sensibles de su aplicación y , por tanto sólo para nosotros los seres humanos.

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Bibliografía

Kant, I. (2009) Crítica de la razón pura. Edición Bilingüe, traducción, notas y


estudio introductorio de Mario Caimi, FCE

Caimi, M. (2012) The logical structure of time according to the chapter on the
Schematism. Kant-Studien N°103, pp. 415–428

Rosales, A. (1993) Siete ensayos sobre Kant. Mérida, pp. 225-25º0

- Categorías matemáticas y dinámicas (A161/B200), Nota B201“enlace


metafísico de los fenómenos en la facultad cognoscitiva a priori”.

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