ENRIQUE VERA RIQUELME
EVOLUCION DEL
RADIGALISMO CHILENG
SANTIAGO DE CHILEES PROPIEDAD. INSC. 9757.ESTE LIBRO
“Evolucién del Radicalismo Chileno”,
‘presenta un panorama de la vida del principal de
los partidos politicos del pais, unida por muchas ra~
zones histéricas a la vida misma de la Republica.
A pesar de sus numerosas paginas, y de las investi-
gaciones que hubimis de hacer para realizarlo, este
trabajo es incompleto. :
Constituye apenas un sintesis del desenvolvi-
miento histérico del partido, de la vida de sus pro-
hombres, de su contribucién al mantenimiento de
nuestra organizacién democratica. Sin embargo,
ereemos que llena un vacio y Satisface una verda-
dera necesidad, dada la falta de literatura sobre el
radicalismo, su origen, sus precursores y fundado-
res.
Hemos estimado necesario recordar en sus pagi-~
nas, que el Partido Radical ha sido desde sus ori-
genes, un partido de avanzada, un baluarte de rei-
vindicaciones populares. La influencia y el mante-
nimiento de la doctrina radical a través de los afios
no se basa en circunstancias accidentales, sino en la
realidad de la accién desarrollada.-s-—
El Partido Radical, fuerza renovadora, cuya te
sis doctrinaria es la justicia social y el mantenimien-
to de la libertad humana, busca una concepcion de
Ja vida colectiva, que permita establecer un nexo
entre las corrientes del espiritu y los hechos, que
dé una valida a los conflictos dentro de la teoria y
la practica.
Consecuente con estos conceptos, el Partido Ra-
dical mantiene en forma inquebrantable su posicién
dentro de !a izquierda nacional, en defensa de los.
altos intereses de la democracia, porque aspira y
desea la solucién integral de los problemas econd-
micos de las clases media y proletaria.
Considera el régimen capitalista-individualista.
como una traba para el desarrollo de la personali-
dad de ciertos grupos humanos y por ello lucha por
reemplazarlo gradualmente por otro, en que los me-
dios de produccién pertenezcan a la colectividad'.
Mientras tanto, defiende el derecho que asiste a to-
do individuo para heneficiarse con los frutos de su
trabajo, a medina de sus esfuerzos y necesidades.
Para alcanzar plenamente la realizacién de es-
tos principios, el Partido Radical, ha’ declarada a
través de sus Convenciones, que no podra aliarse
ecn organizacienes que atenten contra el régimen
demociatico y representativo de Gobierno y que
propugnen el mantenimiento de] sistema capitalista.
Entregamos, pues, estas paginas, sin pretensio-
nes, esperando que correligionarios mas autcrizados
ent.eguen algiin dia la Historia del Partido Radical,
vale decir, tcdo un analisis politico de la Historia de
Chile. .
E. V. BR.I.—SINOPSIS
La mayor parte de los historiadores chilenos, al
enunciar las causas directas e indirectas de la Revo-
lucién de 1810, han dado un lugar preferente al des-
arrollo que las ideas democraticas habian experi-
mentado en la Colonia, por la lectura de los enciclo-
pedistas franceses del siglo XVIII. Asi se ha difun
dido la teorfa de que la Independencia de Chile, fué
un movimiento espiritual y doctrinario, producto de
Ja propagacion de las ideas de Rousseau, de Voltaire
@ Montesquieu, ademas de las repercusiones que la
Revolucion Francesa de 1789 produjo en nuestro
pais. .
Creemos, sin embargo, y para ello nos afirma-10 —
mos en el testimonio que ofrecen los.documentos de
la época, que la Revolucién de 1810 tuvo su principal
origen en los trastornos que sufrié Espajia en los co-
mienzos del siglo XIX.
Mas atin: el control que se ejercia sobre la cole-
nia. impidid, sin duda, que las obras filosdficas fran-
cesas fueran lo suficientemente conccidas en el
pais, para que ellas despertaran una inquietud. re-
volucionaria en el alma de nuestros antepasados.
Por otra parte, es muy posible que la Revelucién
Francesa fuera entonces, mag bien mirada con ho-
rror que con admiracién.
De esta manera, la Independencia de Chile se
produjo en forma totalmente accidental, presentén-
dose a nuestra sociedad, inesperadamente, el proble-
ma de gobernarse’ a si misma, y en circunstancias
que su organizacion era por demas defectucsa.
En efecto, las 315 partes de la poblacién la cons-
tituian los mestizos de espafioles e indigenas, que no
poseian cultura, y que eran algo asi como una servi-
dumbre rural.
En un plano superior estaban los criollos, des-
cendientes de los espafioles que se habian radicado
en el pais, y por cuyas venas corria pura sangre pe-
ninsular o con infima mezcla de sangre indigena.
Eran éstos los que posefan los mejores elementos de
la civilizaci6n europea; la riqueza y la produccién
estaban en sus manos.abt
Los espafioles establecidos en la colonia consti:
tufan el grupo dominante de la poblacién. No des-
tacaban por el numero, sino por la circunstancia de
poseer el gobierno, la administracién superior de jus-
ticia, Ja mayor parte de los servicios piblicos, casi
todo el comercio, muchas pequejias industrias, etc.
Se sentian investidos de superioridad, por sus vineu-
los con fa Corte y por su cultura social. De esta
manera, ellos constituian el poder.
El Gobierno de la nueva Republica, tenia que
recaer entonces en manos de la aristocracia criolla
de la capital, que si bien carecia de preparacién
politica, por su ninguna experiencia de gobierno, en
cambio formaba una clase culta e ilustrada, que por
sus riquezas, tenia influencia en todo el pais.
Pero el prestigio aleanzado en los campos de
batalla por los jefes del Ejército patriota, iba a sig-
nificar que nuestros primeros gobernantes emergie-
ran de las filas de los militares, quienes carecian de
Ja experiencia y el habito de los tranquilos negocios
del Estado. Es asi como la hegemonia de una clase
civil todopoderosa—-como apunta Manuel E. Hiibner
—iba a verse seriamente amenazada por el presti-
Bio légico que harfa de cada jefe victorioso un can-
didato a gobernante. Y el unico caudillo militar
que tiene talla de estadista, es don José Miguel
Carrera, el primero también en alzarse contra la
aristocracia criolla,a
Don Bernardo O’Higgins, el esclarecido jefe
militar de la Independencia, fué designado en 1817
Director Supremo con amplios poderes, ejerciendo
él gobierno de la Nacién durante mds de cinco
afios. Fué un periodo de autocracia, en que sdlo
valia la voluntad del Director, y durante el] cual la
opinién publica no tenia medios eficaces para ha-
cer llegar su voz hasta el Gobierno
Es asi como !o mas interesante de la Indepen-
dencia chilena es que quedan en pié, intactos, los
dos grandes principios de la colonia: el sentido de
Ja obediencia a un poder superior y el sentido je-
rarguico de la obediencia a una clase de notoria
superioridad. En el fragor de-la lucha, desapare-
cid el concepto monarquico ‘en cuanto a-forma de
Gobierno, pero fué muy: pronto reemplazado por
otro igualmente intangible, “La Soberania de la
Nacioén”, dogma aceptado por los escolasticos de la
Edad Media, y a a las nuevas circunstan-
cias.
Pues bien, a pesar de sus relevantes condicio-
nes, a pesar de lo provechoso y fecundo de su go-
biernd, a pesar de su autoridad civica y de su gran-
deza moral, O’Higgins, tal como Carrera, fué de-
rribado por la clase dominante.
Yes que a la aristocracia santiaguina, que
se creia con el derecho a detentar el poder, no po-
dia satisfacer el Gobierno de O’Higgins, que habia—13—
-escogido a no poca parte de sus colaboradores, en-
tre sus amigos de Chillan. Ella, ademas, no
descansaré en su accién por tomar el Gobierno,
durante toda la “era pipiola”. Levantara caudillos
contra caudillos. Derribaré a Carrera, con O’Hig-
gins; a éste con Freire; a Freire con Pinto; a Pin-
sto con Prieto.
La abdicacién de O’Higgins inicié la Mamada
“era de los Pipiolos”, y que Alberto Edwards reco-
noce con el nombre de ‘Gobiernos sin forma”. Es
el perfodo 1823-1827, en que se suceden en el Go-
bierno los nombres de numerosos caudillos, y en
‘que nuestros juristas ensayan los primeros regla-
mentos constitucionales. Es asi como a la caida de
‘O'Higgins subid al Gobierno el General Freire,
quien decliné también el mando, por el fracaso del
Congreso Constituyente que él convoco.
Designado Jefe Supremo de la Republica el
ilustre General don Francisco Antonio Pinto, el Par-
tido Pelucén, interesado, no sdlo en restaurar su an-
tiguo predominio, sino que también deseoso de ha-
vcer valer la influencia de su fortuna, rompid las
hostilidades con redoblada tenacidad, en contra del
pueblo que habia llegado a mostrar claramente su
-satisfaccién y el afecto que profesaba al prestigioso
gobernante. 2
La presidencia del General Pinto inicid una nue-
va evolucion politica, impulsada por el espiritu de-—4—
cididamente liberal del Presidente, quien patroci—
naba aquellas reformas institucionales mas confor--
mes con una democracia.
Y es en medio de ese volcan de pasiones poli-~
ticas que suscitaba la reaccién pelucona contra el
avance del liberalismo, cuando el 8 de Agosto, fué-
promulgada la Constitucién de 1828, obra republi-
cana y democratica del ilustre proscrito espafiol dom
Joaquin de Mora, inspirada en las _constituciones-
francesas de fa época revolucionaria, lg espafiola de-
1812, las que ya se habian dictado en Chile, y muy
en particular el proyecto federalista de Infante, de
1826.
Esta Constitucién establecié un régimen de li-
bertad y unidad, que tendia a llegar a cierto equili--
brio entre los poderes nacionales y locales, que pu-~
diera garantir los derechos de los ciudadanos. In--
eorporaba las mas avanzadas doctrinas de derecho
publico; establecié cierta interdependencia entre:
el poder Ejecutivo y el Legislativo, a fin de garan--
tizar la libertad y la democracia; abolia los mayoraz--
gos y propiciaba la libertad de culto.
Esta ultima determinacién excité la resistencia:
del clero y de fa aristocracia y sirvié de pre-
texto a los iddlatras del antiguo régimen. para en--
cender la guerra civil, traicionar a la Democracia y-
llevar al pais a la tirania de los estanqueros.
De esta manera, el pueblo, que habia vivido uno- 15-
-de sus mas puros rayos de gloria con Ja Constitu-
cién de 1828, que lo hizo saludar el dia de la Inde-
-pendencia de ese ario con el grito profétice de Pe-
“dro Palazuelos Astaburuaga de: “El pueblo jamas
-es vencido”, tuvo que salir a los campos de batalla
a enarbolar la bandera de la libertad, y oponerla a
Jas insignias del clero y la aristocracia que condu-
cian los ejércitos del General Prieto, en su marcha
sobre la capital, desde la ciudad de Concepcién.
Traicionadas en Ochagavia, las fuerzas de] Go-
bierno fueron derrotadas definitivamente en los
cmérgenes del Lircay el 17 de Abril de 1830, entre-
.gandose el Gobierno del pais a los pelucones, y po-
niéndose fin a la era pipiola, cuya caracteristica ha-
‘bia sido el deseo de dotar a la Nacién de un régi-
‘men acorde con los postuladios de 1810,
El Gobierno del General Prieto, cuya primera
figura fué don Diego Portales, el inspirador de los
sucesos que habian culminado en Lircay, y que
arrojaron al pais a la tirania y a los fieles defenso-
res de la Democracia al ostracismo, dotado de om-
cnimodas facultades, controlé la vida publica del
pais, cercenando las libertades e interviniendo deci-
‘didamente en la formacién de los poderes publicos.
De esta manera, el Gobierno de la Nacién pasd
‘a ser ejercido en forma absolutista por los mismog
hombres que habian levantado bandera de rebelién
contra la abolicién de la esclavitud y de los mayo-— 16-
razgos, y contra la libertad de conciencia y.de ex~
presion. Portales, desde el Ministerio del Interior,,
dié férrea organizacién al Partido Pelucén que en-
cabez6 61 mismo, llevandolo a la cuspide de su po--
derfo y agrupando a la rancia aristocracia colomial,.
al clero y a ios antiguos “estanqueros”, que debian.
su nombre al hecho de haber participado en el obs-
curo negocio del estanco de tabaco de la Sociedad:
“Portales, Cea y Cia.”.
En 1833 se le did caracter de legalidad a este-
Gobierno tiranico, mediante la Constitucién promul-.
gada ese afio y que consigné todos los principios au--
toritarios del Partido Pelucon.
Bajo este régimen, {a aristocracia se convirtis-
en una recalcitrante oligarquia, arrogante y ame--
nazadora, conculcé todas las libertades ptblicas,.
ahogé la espontaneidad y exalté el egoismo de los
palaciegos; lanz6 al destierro a los descontentos y~
separé de la Administracion a todos aquéllos que:
no rendian pleitesia a los gobernantes.II.—LOS PRECURSGRES
Ya en los iltimos afios del periodo colcnial, y
en los primeros de la Independencia, Juan Martinez
«de Rozas, Camilo Henriquez “El Fraile de la Bue-
na Muerte”, el mismo José Miguel Catrera y otros
patrictas avanzados, habian dado a ccnocer sus doc-
‘trinas libertarias que tendian a crear una Republi,
ca basada en la fomsa trilogia de “libertad, igual-
-dad y fraternidad”, que habia servida de emblema
-a los revolucionarios franceses de 1789.
Martinez de Rozas, aristécrata del intelecto, dis-
scipulo ferviente de los enciclopedistas, fué el pri-
mero en desafiar a la Iglesia como poder politico,
za la vez que el mas enérgico enemigo de los inte-eaatie
reses de la peninsula, de la reaccion y del oscuran~
tismo. :
Defensor de la cultura y de la educacién popu--
lar; primer campeon .de la libertad, Martinez de-
Rozas, diputado en 1811, nos legé un credo politi-
co en el que se inspiraron lds fundadores del Ra-
dicalismo, para dar estructura a nuestros progra--
mas libertarios y de justicia social.
Camilo Henriquez, nacido en Valdivia el 7 de
Julio de 1769, era un espiritu selecto y progresista.
Con brillante elocuencia defendia la Independencia.
y negaba Ja autoridad divina del Rey de Espajia.
En su célebre discurso, al incorporarse en 1811
al primer Congreso Nacional, defendié los derechos
de la Nacién Chilena, para establecer una Constitu-
cién y dictar las providencias que aseguraran su li~
bertad y su felicidad. Establecié los dereches entre
los individuos de] Estado de Chile y los de su Con-
greso Nacional, sin cuya observacién no puede al-
canzarse la libertad y la felicidad publica. Fué en-
tonces cuando arnparandose en los principios de la.
Religion Catdlica, defendié el derecho del Congre-
so Nacional para darse una Constitucién.
“Nunca esa hija luminosa de Jos cielos aprobé
“el despotismo ni bendijo las cadenas de la servi-
“dumbre. Jamas se declaré contra la libertad de
“ las naciones, si es que tomemos los abusos por
“ vrincipios. Elevada como un Juez integérrimo e9
* inflexible sobre los imperios y las reptblicas, mi-
“ y6 con igual complacencia estas dos formas de go-
* bierno”.
En 1809, Camilo Henriquez fué encerrado en un
calabozo de la Inquisicién por leer libros prohibi-
dos, y el 6 de Eneto de 1811, bajo el pseudénimo de’
“Quirino Lemachez”, publicé la primera proclama en
que se establecio la necesidad de romper definiti-
vamente con la Madre Patria.
Don Miguel Luis Amunategui, al juzgar aque-
Ta proclama, dice: -
* “La campana, tocando a rebato no habria pro-
“ ducido una sensaci6n mas profunda. Hasta la fe-
“ cha ninguna persona habria osado,ir mAs lejos,
“ excepto de palabra”.
Don. Angei Custodio Espejo en su Historia del
Radicalismo, se’expresa de esta manera:
“Era la revolucién que salia con la cara descu-
“ bierta de la obscuridad de] concilidbulo, para re-
“ correr las calles y entrar en las casas”.
Por eso el nombre de Camilo Henriquez, el pri-
:mero en proclamar Ja necesidad de la Independen-
cia y el primero también en redactar un periddico
sen el pais, no ha sido nunca reverenciado por el
-conservantismo. Su nombre lo han tomado los ra-
-dicales, como uno de los padres de su doctrina de
-libertad y de justicia social. Y junto a Martinez de20 —
Rozas constituyen los dos primeros precursores deL
Radicalismo chileno.
* *
Po
1844.—La dictadura pelucona se erguia cada
‘vez con mayor arrogancia sobre sus triunfos. Ha-
bia organizado al pais, pero continuaba lanzando a.
la carcel o al destierro a quienes se levantaban ,con-
tra los poderosos o en defensa de los humildes# Los
audaces y los ambiciosos medraban al amparo del.
engafio publico. Los expoliadores del pueblo, con
mentida inclinacién demecratica, a la vez que di--
ficultaban las realizaciones de las instituciones re-
publicanas, sacrificaban a los nobles ciudadanos
que luchaban por hacerlas efectivas. Los proleta-
rios agricolas tenian que ser sumisos a Ja influen-
cia del cura, y estaban sujetos a la autoridad del
patrén, amparada por los fueros sociales que le sig-
nificaban los privilagics de los sacerdctes.
La bandera que habia guiado-a ios ejércitos
emancipadores en las luchas de 1810, era sangriento
sudario que amortajaba al pueblo que habia here-
dado el valioso legado de la libertad. Y fué en esas
circunstancias cuando Francisco Bilbao, muchacho
visionario y valiente, de sdlo 21’afhos de edad, des-
pert6 a Santiago de su suefio colonial, anuncidndo-
le con acentos de tribuno y cantos de peeta, la au--
rora de una renovaci6n.—- 21+:
Desde las columnas de “E! Creptsculo”, diario
de avanzada democratica, la pléyade de muchachos
idealistas que se agrupaban en torno a Francisco
Bibao, comenzaron a dar a conocer sus inquietudes
y sus ansias de renovacion y de libertad. En una de
sus primeras ediciones aparecié el articulo titula-
do “Sociabilidad Chilena”, en e! que su autor, Fran-
cisco Bilbao, proclamé las ideas de igualdad y liber-
tad; abogé por una auténtica fraternidad, exigien-
do que también se escuchara la voz del pueblo.
Afirmé, por primera vez en la historia Nacional, la
necesidad dé que el proletariado asumiera el rol
gue le estaba reservado en los destinos y marcha
de la Republica.
- Tanta sinceridad, tanta audacia y tanta valen-
tia en la pluma de un nifio, tenia que causar pavor
€n las filas reaccionarias del peluconismo. Francis-
ce Bilbao fué condenado a seis meses de_prisién,
conmutables en una multa de $ 1.200, por blasfemo
e inmoral, y a que “Sociabilidad Chena” fuera
quemada en la plaza publica por las manos del ver-
dugo, siendo ademas expulsado dei Instituto Nacio-
nal. :
En “Sociabilidad Chilena”, Francisco Bilbao
planted una doctrina de unidad filoséfica y social,
gue tradujese los principios y las aspiraciones de
libertad de la Revolucién de la Independencia; for-
mul6 la critica profunda del atraso de la épeca y— 22 —
planted la tesis fundamental de nuestra organiza-
cién democratica.
Bilbao no traté de arrebatar sus creencias al
sencillo hijo de las multitudes, sino que se propuso
ensefiarle una doctrina universal que sirviera de
eredo humano a las colectividades, para demostrarle
las diferencias que existidn entre el fanatismo su-
gerido por la impostura y la verdadera fé inspirada
por las convicciones.
Estas ideas renovadoras cundieron pronto en la
javentud y tomaron cada dia un nuevo sector de
las actividades nacionales. El proscrito por haber
tenido la valentia de desafiar a las fieras del poder,
habia regresado al pais y continuaba su obra de re-
dencién, cuando abriéd sus puertas en la calle San
Antonio esquina de Monjitas la “Sociedad de la
Igualdad”, club democratico llamado a agrupar toda
aquella brillante juventud que seguiria un leme
impreso en uno de sus muros: “La Soberania de
la razén como autoridad de autoridades; la sobera-
nia de] pueblo como base de toda politica y el amor
y fraternidad universal como base moral”. Al fren-
te de ella estaban los nombres de Francisco Bilbao,
Lastarria, Santiago Arcos y Eusebio Lillo. Y en
sus filas formaban también los primeros represen-
tantes de un auténtico proletariado: Larracheda,
sombrerero; Cecilio Cerda y Rudecindo Rojas, sas-
tres, y el zapatero Manuel Licares.’o-oo
“La Sociedad de la Igualdad” es la primera es-
cuela proletaria que llama a los humildes a la cul-
tura y que lucha porque en Chile haya menos des-
heredados y menos explotacién. Con esos postula-
dos como emblema, su prestigio no tardé en acre-
centarse. Muy pronto reunié a lo mas brillante que
tenia la juventud y a todos aquellos proletarios que
comenzaban a sentir ansias de saber y de progreso.
Y si “Sociabilidad Chilena”, por sus ideas filo-
s6ficas y sociales y por su critica al despotismo pe-
lucén, bien puede considerarse como el primer gri-
to de batalla del Radicalismo, la ‘Sociedad de la
Igualdad”, dadas sus finalidades y su composici6n,
constituye, sin duda, el organismo precursor del
Partido Radical, llamado a ser mas tarde la colum-
na, vertebral de la organizacién democratiea de la
Republica.IlI.—LOS FUNDADORES
La obra iniciada por ese grupo de visionarios
que dirigia Francisco Bilbao, no podia permanecer
reducida al estrecho ambiente de la capital. Lo com-
prendieron asi y salieron a provincias. llegando a
predicar sus doctrinas de libertad y de justicia so-
cial hasta las 4ridas tierras del desierto, en donde
el musculo de acero del nortino trabaja con el mar-
tillo y el barreno, arrancando sus riquezas a las
minas.
Las ideas renovadoras encontraron campo pro-
picio, y muy pronto en Copiapéd y en La Serena
comenzo a prendér la fe revolucionarla: Manuel An-
tonio, Felipe y Guillermo Matta; Pedre Leén y An-— 26 --
gel Custodio Gallo, Rodriguez Velasco, Arteaga
Alemparte, Palazuelos y otros jévenes iniciaron la
defensa de la libertad desde la prensa y la tribuna
callejera, a la vez que preparaban sus armas para
derrocar a la tirania que desde hacia treinta afios
escarnecia al pueblo chileno.
Destacaban Manuel Antonio Matta y Pedro
Leén Gallo, quienes habian robustecido sus extra-
ordinarias inteligencias en las universidades del vie-
jo mundo. Son ellos los verdaderos fundaderes del
radicalismo chileno, y hasta hoy contingan guiando
con su ejemplo magnifico, con Ja pureza de sus al-
mas y la fuerza de su doctrinarismo, a cada nueva
generacién del Partido.
Pedro Leén Gallo, hombre de accién, revolucio-
nario impetuoso, organizé ejércitos y marché con
ellos sobre la capital, regando los campos fértiles
de la provincia de Coquimbo con la sangre g:nero-
sa de los primeros soldadcs radicales, en defensa de
la democracia y de las libertades conculcadas. Ven-
cedor en Los Loros y vencido en Cerro Grande, fué
siempre valiente y caballeroso, como un auténtico
Bayardo de las libertades piiblicas.
Manuel Antonio Matta, valiente y perseve-
rante, sufrié el destierro y la carcel en su cruzada
de redencién y de renovacién, de los espiritus. Des-
de la tribuna y desde la prensa abominé de los tira-2
nos y de la oligarquia, afrontando con ejemplar va-
lentia el odio de los potentados.
Elegido diputado por Copiapé en 1855, fué en
a Camara Politica el mas enérgico defensor de las
libertades publicas. Sin vacilacién y con perseve-
rancia sostuvo con energia sus convicciones e idea~
les, en esa época en que vacilaban atin los criterios
mas vigorosos.
Para salvar el vrincipio de soberani2 nacional
ante el horizonte cubierto por !as oscuras y espesas
tinieblas que procuraba acumular en él ej autori-
tarismo, Matta inic!6 una vigorosa campafia en pro
de la reforma constitucional,
Consecuente con este ideal, los jovenes redac-
tores de “El Constituyente”, convocaron al pueblo
de Santiago a un comicio ptiblico en los salones de
“La Filarmonica”, para dar forma definitiva a la
campafia en defensa de la reforma politica que
Matta ya habia propiciado en el Parlamento y que
habian sostenido esos bravos muchachos en la
Asamblea Constituyente. El dia 12 de Diciembre
de 1858 tuvo lugar la reunién indicada, con asiten-
cia de numerosos jévenes idealistas, Ilamados a ser
mas tarde Ja vanguardia del progreso nacional.
El Gobierno vié en aquella democrética reu-
‘nién, una amenaza para su estabilidad dictatorial
"y envid a sus agentes a impedir su realizacién.
*Con esta actitud precipité los acontecimientos, d4n-~28 —
doles la violencia de la revolucién que estallé des~
pués en Atacama, Coquimbo y otras provincias del
pais. Los jévenes que participaban en la reunién
de “La Filarménica”, fueron detenidos en numero
de 160, y trasladados a la Carcel de Santiago. Fue
al llegar a ese establecimiento penal cuando Mattas
arengd a sus compafieros en términos que le con~
auistaron 1a celebridad de tribuno popular. -
La arenga de Manuel Antonio Matta coxstituye
uno de los mas hermosos ejemplos de amor a la hu-
manidad, que nos legaron nuestros abuelos de doc-
trina.
“No os intimide el lugar a que habéis sido con-
ducidos, dijo en esa memorable oportunidad,—
vosotros que sois hijos de madres catdlicas, vosotros -
que habéis sido.educados en Ics principios del Cris-
tianismo, vosotros sabéis que las grandes ideas r'g2-
neradoras de la humanidad han brotado del fondo-
de las carceles, de la sangre de los martires. Hace
18 siglos que en las catacumbas de Roma gemia un
pufiado de creyentes, pero una voz les dijo: jEspe-
rad! y con este signo venceréis. ;Y cual es ese sig-
no? La libertad, ciudadanos, la libertad que durante
18 siglos ha germinado en el corazén del mundo
ofreciendo su sombra de bendicion para los buenos
y de maldicién... jqué digo! de desprecio para los
malos... No hagais tampoco alarde de vuestro entu-
siasmo al llenar vuestro deber por servir esa augus--