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Santuario de la naturaleza Águila

Sur
Por:
Andrea Velásquez y Fernanda Pérez

I.
Debería conservarse mucho, este es un lugar que tiene algo mágico. El que llega no se va tan
fácil. Depende del caso. Pero, hay algo que te cautiva de esto. Hay algo que te lleva en sí, que te
atrapa, te tira, como que te atrae y no te vas. Bueno todos no sienten lo mismo. Pero hay
bastante gente que sí lo ha sentido, de lo que he conversado. Es enamorarte de esto.
Extracto de entrevista, octubre de 2017.

Desde estas palabras emerge el profundo sentir que proporciona para un residente, el vivir en el
Águila, como le dice su gente. De eso se trata este trabajo etnográfico, de entender por medio de
un constante trabajo en terreno, cómo es que los distintos habitantes perciben y se relacionan con
su entorno, y así desde el análisis de esta relación, comprender las nociones de conservación que
existen entre los diversos agentes.
El presente trabajo se enmarca dentro del Taller de Titulación de antropología 2017, en donde se
busca responder a la demanda que se ha realizado desde las personas que están intentando crear
la figura legal de Santuario de Naturaleza, en uno de los predios no loteados de la localidad de
Águila Sur, ubicada dentro de la Región Metropolitana, específicamente en la comuna de Paine.
Se pretende entonces, responder a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las
nociones de conservación que poseen los distintos habitantes de las áreas circunvecinas al
proyecto de Santuario de la Naturaleza Águila Sur?
II.
● Llegando al Águila
Cuando se llega a Águila Sur por primera vez, impacta. Impacta la belleza de sus cerros siempre
verdes y sus caminos de árboles, animales y barro. El Águila podría entenderse como una de las
últimas localidades rurales y campestres, que se ubican dentro de la Región Metropolitana. Pues,
una parte de sus actividades se relacionan con el mundo campesino, en donde la agricultura
cumple un papel fundamental. Es por esta razón, que la zona aún resguarda importantes
características vegetacionales, ambientales y culturales que han ido desapareciendo en el centro
del país, de manera paulatina.
Los cerros forman parte de la vida cotidiana del Águila, destacan por su imponencia, belleza y
magnitud que se hace difícil de obviar. Parte del cordón montañoso Cantillana colinda con la
localidad. En él, se albergan territorios, fauna y flora de importante valor científico y cultural
para el país. Especies que se encuentran en peligro de desaparecer, y que en estos cerros aún
resisten.

● ¿Quienes viven en la zona?


En la localidad conviven diferentes habitantes, que se relacionan de maneras diversas con su
entorno, los cerros y las personas. Se han dividido a estas personas en grupos, que se distinguen
en la cantidad de tiempo que han vivido en la zona; y subgrupos que se relacionan con
características más particulares que emergen de esta división. El primer gran grupo, lo componen
los habitantes históricos, aquellos que han vivido siempre en la localidad y que a la vez, poseen
una gran trayectoria familiar en la misma. Principalmente, estos habitantes recibieron sus
terrenos mediante el desarrollo del proceso de Reforma Agraria que comenzó en el país en los
años 80. Es decir, estas personas poseen de manera hereditaria el territorio que habitan. Dentro
de este gran grupo, se pueden identificar a aquellos que han desarrollado y continuado un modo

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de vida que se relaciona activamente con la tierra, es decir, son personas que viven de los
quehaceres que desarrollan dentro del mismo área y que se ligan al ámbito más rural y
campesino, como lo son los arrieros y agricultores. Por otro lado, están aquellos lugareños que
siempre han residido en la localidad, pero que no viven del trabajo que les proporcionan sus
terrenos, sino que dependen de actividades que desarrollan fuera de la zona, fundamentalmente
en áreas urbanas.
El otro gran grupo, lo componen los nuevos habitantes, aquellos que llevan viviendo menos
tiempo en la zona, y que no poseen necesariamente una trayectoria familiar en dicha localidad.
La llegada de estos nuevos residentes, comienza porque algunos habitantes históricos inician un
proceso de venta de terrenos, en donde fueron cediendo parte de sus grandes dominios para que
posteriormente puedan ser comprados. Estos nuevos propietarios podrían ser identificados en tres
diferentes subgrupos. El primero de ellos, corresponde a la primera oleada de habitantes nuevos,
quienes viven principalmente en el sector de Ensenada de Águila Sur, en donde también
cohabitan con residentes históricos. En general, estas personas llevan alrededor de 20 años
viviendo en este lugar. Algunos de ellos se dedican a actividades que realizan en el sector, como
la administración y venta de terrenos, venta de alimentos, entre otros; y también existen aquellos
que se dedican a trabajos que realizan fuera del sector. Por otro lado, existen algunos habitantes
que también poseen terrenos, pero que han sido adquiridos dentro de los tres condominios que se
encuentran en la zona, el Condominio Ecológico de Águila Sur, Condominio Altos de Águila Sur
y Puerta de los Boldos. Estas personas llevan alrededor de 6 años viviendo en la localidad, y en
general sus actividades productivas son realizadas fuera de la zona. Son sujetos que han tenido la
posibilidad de emigrar, principalmente de entornos urbanos, buscando un contacto más cercano
con la naturaleza, y vivir en un ambiente más rural. Por último, están aquellos nuevos residentes,
que no poseen grandes terrenos, y que los han adquirido por medio del arriendo de un loteo de
una parcela o la compra de dicho loteo. Estas personas se ubican, en La Villa que se encuentra a
la entrada del poblado, y que corresponde al sector menos rural. Principalmente, no trabajan en la
localidad, sino que realizan actividades fuera de esta. Dentro de este grupo se incluyó a los
extranjeros, primordialmente haitianos, que han llegado en el último tiempo en busca de
oportunidades laborales. Estos residentes, tampoco poseen parcelas, sino que en general, han
arrendado casas o piezas para vivir con sus familias.

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● Nacimiento de la iniciativa de conservación
La Reforma agraria dio origen a la división del gran fundo Águila Sur en 52 parcelas, las cuales
pasaron a ser propiedad de los campesinos que trabajaban en él. Estas parcelas abarcaban casi la
totalidad de la zona excepto los cerros circundantes, los cuales posteriormente fueron comprados
de forma comunitaria por estos campesinos. De esta manera, pasaron a ser dueños de un total de
1600 hectáreas constituidas por las parcelas subdivididas y los cerros cercanos.
Posteriormente, una parte de los campesinos siguieron desempeñándose en actividades agrícolas
en sus predios, mientras que otra parte de ellos vendió sus tierras a un precio significativamente
menor al valor de la tierra en aquella época. Actualmente, este proceso de venta de terreno sigue
en el imaginario colectivo de los habitantes del sector, respecto a ello un residente declara: “hay
gente que vendieron sus sitios, los regalaron”.
En el año 2000, aquellos predios que estaban ubicados mayoritariamente en los cerros iban a ser
vendidos a un agente privado para convertirlos en un vertedero, por lo que José; quien formaba
parte de los nuevos residentes que habían llegado a Águila Sur, decidió reunir a un grupo de 46
personas para formar una sociedad y comprar aquellos terrenos. Esta iniciativa fue impulsada por
José con la idea de poder conservar aquellos cerros, dada la diversidad de fauna y flora que
habita en ellos, y principalmente porque existía un deseo de poder dar un uso no extensivo al
lugar que tenía un gran valor para él, particularmente por su deseo de habitar un lugar donde
pudiese tener mayor contacto con la naturaleza. Por ello, al reunir a estas personas, el objetivo
conservacionista de aquel proyecto les fue explícito, y para fomentar la inversión de capital les
ofreció a cada uno de ellos una parcela de 2 hectáreas por cada acción invertida.
Hoy en día, este grupo de personas conforman una sociedad de 39 miembros, quienes han
parcelado aquellos territorios para formar tres condominios. A quienes estén interesados en
comprar una parcela se les explicita las normativas y regulaciones respecto al uso de suelo, tala
de árboles, construcción de cercas y la tenencia de mascotas, en estos predios rodeados de flora y
fauna endémica.
Al mismo tiempo, una parte del terreno se dejó libre de loteo y viviendas, por tanto, en ellos
existe un grado menor de intervención humana. Esta zona es la que se busca preservar y

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conservar con la figura legal de Santuario de la Naturaleza, materializando la visión del proyecto
que inició José tiempo atrás.

● Definiendo Santuario de la Naturaleza en Chile


La zona contemplada para este Santuario de la Naturaleza corresponde a 250 hectáreas de bosque
mediterráneo que se encuentran en el área denominada cuenca de Águila Sur, la cual forma parte
del Cordón de Cantillana de la cordillera de la Costa de Chile central. Esta área de bosque
mediterráneo es considerada un hotspot de la biodiversidad, es decir, un punto de alta
concentración de especies endémicas y con estatus de conservación.
Ahora bien, un Santuario de la Naturaleza se define, según el artículo 31 de la Ley Nº17.288
sobre Monumentos Nacionales como:

“Son santuarios de la naturaleza todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan
posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas,
botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuyas conservaciones sean de
interés para la ciencia o para el Estado ” .

Por ende, para que un área sea declarada Santuario de la Naturaleza, debe llevarse a cabo un
proceso que involucra directamente al aparato estatal. Este proceso contempla varias etapas que
van desde un informe técnico a presentar primeramente al Ministerio del Medio Ambiente, una
posterior evaluación del informe y su presentación ante el Consejo de Monumentos Nacionales,
su posterior aprobación por el Consejo de Ministros, hasta la publicación del Decreto de
creación de Santuario de la Naturaleza en el Diario Oficial.

III. Diseño metodológico


Objetivo General

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● Comprender las nociones de conservación que tienen los habitantes de las áreas
circunvecinas al proyecto de Santuario de la Naturaleza Águila Sur.

Objetivos específicos
1. Identificar a los habitantes de las áreas circunvecinas al proyecto de Santuario de la
Naturaleza Águila Sur.
2. Conocer los significados de naturaleza que poseen los habitantes de Águila Sur.
3. Describir las relaciones que establecen los habitantes con los territorios del futuro
Santuario.
4. Describir la lógica de conservación existente dentro de los distintos grupos y subgrupos
de habitantes.
5. Analizar las diversas implicancias y significados que tiene el estatus legal de Santuario de
la Naturaleza para los residentes de la localidad.

● Estrategia metodológica
El presente trabajo investigativo se sustenta principalmente en una metodología cualitativa con
un enfoque etnográfico. Es cualitativa porque se privilegia la importancia de los discursos, los
relatos, las conversaciones, el lenguaje, la experiencia y los fenómenos que circunscriben al
terreno, desde los propios habitantes de Águila Sur, como los elementos primordiales que
proporcionan y generan los conocimientos necesarios para la realización del estudio (Ruiz,
2012).
El enfoque etnográfico, es crucial para poder adquirir un conocimiento directo y profundo sobre
las nociones de conservación que tienen los habitantes y como ellos se relacionan con el
territorio que se busca declarar Santuario de la Naturaleza. El poder conocer las distintas
nociones que emergen desde las relaciones que tienen los habitantes con la naturaleza,
proporciona la información necesaria para generar estrategias efectivas de vinculación entre los
distintos actores involucrados. El terreno etnográfico consta principalmente, de tres meses, en
donde ha existido una interacción y comunicación constante y activa con los distintos habitantes
que residen en las cercanías al futuro Santuario. En este sentido, es pertinente señalar que la
investigación en terreno posee una perspectiva analítica, puesto que se considera a la etnografía

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como una práctica inductiva e iterativa, por lo que el modelo investigativo se ha modificado a
medida que la investigación avanza (O’ Reilly, 2012).

● Técnicas de recolección de información


Las principales técnicas para poder llevar a cabo esta investigación son la observación
participante y las entrevistas semi-estructuradas. La primera técnica mencionada es definida
como una observación sistemática a partir de la experiencia directa que entrega la inmersión en
el terreno (Ruiz, 2012). En esta misma línea, Eriksen (2001) propone que la observación
participante implica un proceso de acercamiento profundo hacia la cultura y el mundo social de
los agentes de estudio. Se ha utilizado esta técnica en dos instancias, la primera de ellas es el
acompañamiento a los distintos recorridos habituales que realizan los residentes del Águila a los
terrenos pertenecientes al Santuario y sus áreas circundantes, para así ir conociendo más sobre
las actividades que se realizan en el lugar, sobre su flora, su fauna y los caminos históricos que se
han ocupado para recorrer los cerros. También, se ha utilizado esta técnica a través de la
asistencia a actividades relacionadas con la prevención de incendios forestales en las que
participa la comunidad, como lo son las charlas preventivas y la formación de nuevos
brigadistas. En este sentido, la observación participante ha permitido conocer a los distintos
residentes del lugar, a la manera en que se relacionan con su entorno y al mismo tiempo, se ha
podido profundizar en las dinámicas que se establecen entre los diversos agentes y que escapan
del ámbito discursivo.
En tanto, la entrevista semi-estructurada, implica un guión de preguntas, que permiten acceder
con precisión a la información requerida, y necesaria para dilucidar ciertos aspectos claves
dentro de la investigación, al mismo tiempo que permite al investigador agregar o modificar
preguntas a medida que surgen elementos inesperados y relevantes en la interacción con los
informantes. Las distintas entrevistas que se han realizado, cuentan con una serie de preguntas
tipo, que se les han hecho a los diferentes habitantes para poder entender cómo ha sido su
relación con el Águila y si es que han observado cambios en la localidad dentro del último
tiempo. Otras preguntas buscan comprender y visualizar las distintas nociones de naturaleza y
conservación que existen en la población circunvecina, para esto algunas interrogantes se han
orientado en entender la relación que tienen, y que han tenido los residentes con los territorios
que buscan ser protegidos. En este sentido, preguntas que intentan entender las prácticas

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cotidianas que tienen las personas y que perjudican o ayudan al cuidado del área, son relevantes.
A la vez, se pretende saber si es que han escuchado del proyecto y que es lo que opinan de él,
para así visualizar las diversas visiones que emergen con respecto a la construcción del Santuario
de la Naturaleza (Ver pauta de preguntas en el Anexo 1).

● Consideraciones éticas
Cuando se realiza un trabajo etnográfico con personas que poseen pensamientos, orígenes y
conocimientos altamente diversos, se debe tener en consideración algunos aspectos relevantes,
como lo son el anonimato, y el resguardo de sus identidades y opiniones. Pues, de ninguna
manera, se busca generar conflicto entre los distintos vecinos que habitan la zona.
En otro orden, se recalca la supresión de juicios a priori del terreno y se entiende que las
principales fuentes de conocimiento provienen de los testimonios de los entrevistados y de la
experiencia misma de las investigadoras en terreno. Es pertinente señalar, que al tratarse de
entornos altamente rurales y vegetacionales, se ha tenido un especial cuidado en el desarrollo de
las actividades que se han realizado en ellos, intentando intervenir lo menos posible en su
equilibrio.

IV.
A partir de los primeros acercamientos a la localidad y las posteriores entrevistas a sus
habitantes, emergen variadas temáticas por medio de la interacción activa entre las
investigadoras y sus entrevistados. A continuación, se destacan dos de ellas dado que han
aparecido de manera reiterada y son relevantes para la presente investigación.

La primera gran temática que se posiciona como una altamente relevante, son las diferentes
nociones de naturaleza y conservación que emergen desde los distintos actores que se relacionan

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con los territorios destinados al proyecto. Entre estos actores, destacan los residentes de las áreas
cercanas, con sus diversas particularidades, y el Estado de Chile, en su rol de proclamador oficial
de los diferentes patrimonios naturales existentes en el país.
Por un lado, aparece la idea de naturaleza que nace desde los habitantes nuevos, aquellos que
viven en algunas parcelas de la zona de Ensenada y los condominios. Este grupo entiende a la
naturaleza como su entorno, es decir, un ente que convive con ellos, pero con el que no se
encuentran necesariamente envueltos en relaciones de reciprocidad constantes con él. Es decir,
ellos entienden que viven en un entorno natural, han buscado establecerse en este tipo de lugares,
pero de manera general, no han creado relaciones de reciprocidad con la naturaleza. Pues, no
necesitan de sus productos o del trabajo de la tierra para vivir, sino que realizan otras actividades
económicas. Son personas que tienen un tipo de vida más cercano a lo urbano, pero desarrollado
en un entorno rural. Así, la idea de conservación que nace a partir de estas significaciones con
respecto a lo que es lo natural, se entiende como un mantenimiento de lo que existía
anteriormente, y se visualizan a ellos como un agente más que convive con este entorno, y así,
ayuda a su preservación. Aparece la idea de lo ecológico, que se liga con estas prácticas de
mantenimiento que se han desarrollado en algunas partes en donde viven estas personas, como lo
son el reciclaje y el uso de normativas altamente estrictas para la construcción de rejas que no
limiten el libre tránsito de animales salvajes, y la constante vigilancia de los animales domésticos
para que no afecten de manera significativa a las poblaciones de fauna y flora del lugar. No
obstante, se ha observado que estas prácticas no siempre se cumplen, y son propias de ciertos
lugares en la localidad, pues no se encuentran desarrolladas en otras zonas de Águila Sur. Por lo
que, se entiende que este tipo de vida ecológica-neo rural se liga también, a un tipo de
conocimiento y posición socio-económica que les permite a estas personas poder emigrar a
sectores “menos intervenidos” y realizar algunas prácticas que requieren dedicación y
financiación, para ayudar a su conservación.
Por otro lado, es relevante visualizar y comprender cómo es que los habitantes históricos
entienden lo que es naturaleza y el concepto de conservación. Se hablará de aquellas personas
que han vivido por siempre en la zona, y que las actividades que realizan a diario tienen que ver
con la tierra y labores campesinas. Para ellos la naturaleza, los cerros, los árboles y los animales
ocupan un papel central en su vida. Conviven de forma altamente activa con estos seres,
subiendo de manera frecuente a los cerros y llevando a sus animales para que pastoreen. Han

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construido relaciones de reciprocidad con el entorno, debido a que su vida depende del desarrollo
y la perpetuidad de estas. Ven a la zona como un lugar que les provoca sentimientos únicos, y no
se imaginan viviendo o desempeñando otras labores que no estén ligadas a la tierra. La
naturaleza entonces, es un continuo entre ellos y el entorno, que se sostiene por esta constante
comunicación activa que les genera conocimiento y recursos para poder desarrollar su vida.
Desde esta noción, es que se desprende la idea de conservación, como el respeto por el entorno,
por aquellas zonas que no han sido intervenidas. Se entiende que la conservación, va ligada a que
los cerros no se sigan vendiendo, a que dejen de poblarse las zonas que históricamente, para
ellos, no han sido intervenidas. Así, el equilibrio se mantendría y no se seguiría “matando”.
Por último, es pertinente entender las nociones de naturaleza y conservación que maneja y posee
el aparataje estatal chileno. Se observa que se entiende como natural, a aquellos lugares que no
poseen mucha intervención humana y que han mantenido sus características en el transcurso del
tiempo. Relacionado a esto, es que nace su idea de conservación, como el proteger y resguardar
aquellas zonas que representan un número alto de especies que son significativas para el ámbito
científico y que también poseen recursos que son necesarios para el equilibrio de la vida de
distintos seres, ideas que van directamente relacionadas con lo nacional. En este sentido, aquellos
lugares que poseen especies endémicas, que solo existen dentro del país y en determinados
contextos, toman cierta importancia por sobre otras que no lo son. Otro aspecto relevante, es que
estas decisiones sobre lo que se debe o no conservar, tienen un ámbito altamente político y están
sujetas a relaciones de poder, en donde los intereses privados y estatales, pueden ir por sobre el
conocimiento científico y/o local de una zona “natural”. En otro orden, se ha visualizado que el
Estado, por medio de diversos organismos como la CONAF, se preocupa por educar a los
vecinos de zonas como Águila Sur para que tomen acciones reales para prevenir incendios que
pueden afectar sus casas y también el entorno natural, por lo que estas acciones se ligan con la
idea de conservación. Sin embargo, en estas prácticas se encuentran ciertas contradicciones,
como lo son la baja destinación de recursos a los organismos que se encargan de temáticas
medioambientales.

La segunda gran temática que ha emergido del terreno etnográfico, son la propiedad y las
tecnologías de propiedad, considerando los efectos que han tenido en las relaciones que se
establecen entre los distintos actores (humanos y no humanos) que habitan en el Águila.

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Al ser la tierra un bien transable, es decir, un objeto que tiene un dueño y a la vez puede ser
intercambiado por dinero, se posibilitó el gran cambio demográfico que se experimentó en la
localidad. Luego de la división en parcelas de aquel gran fundo, el territorio anteriormente
constituido como un todo, en el cual primaba el uso agrícola y ganadero de la tierra, pasó a ser
segmentado, por ende, el uso que se le daba a cada pedazo de tierra dependía exclusivamente de
quien era dueño de dicha propiedad. Por tanto, cuando parte de estos terrenos pasó a tener un
uso exclusivamente habitacional, hubo un cambio a nivel de distribución del espacio, pues las
líneas divisorias entre parcelas, marcaban los límites donde los habitantes podían desenvolverse,
lo cual significó un gran cambio para aquellos agentes humanos y no humanos que transitaban
habitualmente por aquellos territorios, generando así dinámicas de exclusión e inclusión
Por un lado, aquellos senderos del cerro que eran conocidos y mantenidos por quienes los
visitaban frecuentemente, han cambiado o han desaparecido, dado que ahora solo existe una vía
de acceso al cerro principal, por medio del Condominio Ecológico, lo cual requiere de una previa
identificación y de un permiso de alguno de los propietarios para poder acceder. De esta forma,
quienes tradicionalmente utilizaban estos caminos dejaron de hacerlo. También, aquella fauna y
flora endémica que habitaba en los terrenos que hoy en día son casas, han experimentado un
proceso regulado de domesticación para poder construir aquellos hogares en esos lugares,
situación que es percibida por los habitantes históricos del lugar, como una pérdida del bosque.
En este sentido, los cerros anteriormente percibidos como “comunitarios” por quienes
tradicionalmente vivían en la localidad, se han vuelto un bien escaso y que por medio de las
tecnologías de propiedad -como las cercas- existe un control del desplazamiento. Este fenómeno
decanta en dos perspectivas sobre la privatización de los territorios, por un lado para quienes
siempre han vivido en el Águila es el comienzo de la degradación del territorio que puede
finalizar en la pérdida total de la singularidad. Por otra parte, para aquellos que son propietarios,
la privatización ha venido a ser una instancia para poder proteger, dado que existen figuras
legales que los amparan y permiten la conservación de aquello que les pertenece.
En otro orden, la venta de propiedad generó un cambio en la idea de comunidad de quienes han
vivido tradicionalmente en el Águila, dado que al ser una pequeña comunidad, conocían a
quienes vivían en el lugar y tenían relaciones cercanas con la mayoría de las personas. Sin
embargo, parte de estos residentes “tradicionales” sienten una lejanía con los habitantes de los
condominios, debido a que no los conocen, por lo que los perciben como un “otro extraño” con

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costumbres distintas a las que ellos tienen. No obstante, para algunos la llegada de los de los
nuevos residentes ha sido una oportunidad de trabajo en actividades de servicios domésticos o
trabajos ocasionales, lo cual ha generado un aumento de sus ingresos.

Identidad, memoria y territorio.


Gran parte de las personas que viven en Águila Sur, se han relacionado de manera histórica y
activa con los territorios que darán forma al futuro Santuario de la Naturaleza. Esta relación
activa e histórica ha sido un proceso de vida que se ha revitalizado año a año y que forma parte
constitutiva de estas personas. Es por esto, que se deben entender a estos terrenos, no tan sólo
cómo lugares físicos, sino como un territorio en donde las personas han construido lazos,
relaciones e incluso su identidad en una comunicación activa con el ambiente. Un territorio es un
espacio que alberga múltiples sucesos que van construyendo y simbolizando la memoria
colectiva de una comunidad, y que se va constituyendo en esta continúa relación entre sociedad y
naturaleza. (Durand y Jímenes, 2010) Así, es que se ejemplificará la manera es que las
identidades de los residentes de la localidad, se han construido en este contacto constante con los
mismos cerros, para luego vislumbrar que es lo que ocurre con este proceso, cuando por medio
de la acción discursiva, la propia figura del territorio cambia, como lo es con la formación del
futuro Santuario de Águila Sur.
Como se ha hablado anteriormente, los habitantes históricos son aquellos que han nacido en la
zona, y que a la vez poseen una trayectoria familiar en la misma. Es decir, son personas que se
han relacionado con estos territorios a lo largo de toda su vida, por lo que su historia de vida
como proceso en sí mismo, no puede ser entendida ni separada del entorno natural en la cual ha
estado inmersa. Estos habitantes ven que la localidad del águila, ha cambiado mucho en el último
tiempo. Porque es que ha llegado mucha gente de Santiago, de san Bernardo. Y antes no po,
éramos pura gente de aquí, nacida y criada. Y ahora, hay gente que uno ni conoce, sobre todo
para los cerros, usted va y gente que ni siquiera, que nunca he visto. (Señora Alejandra) Es un
cambio significativo para aquellos que viven desde siempre en la localidad, pues ha llegado
gente nueva, gente que no es de ahí. Pero lejos, el cambio más relevante para este grupo de
habitantes, es la llegada de personas al cerro, y posteriormente, el hecho de que el cerro ya no
está abierto. Con la llegada de los condominios, ocurre un cambio en el acceso a los cerros. Se
privatiza su entrada y pasa de ser un lugar comunitario a uno privado. Es difícil asumir que está

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tan cambiado, porque antes, en verdad, antes yo podía recorrer el cerro libremente, y… es
bacán que haya llegado gente, pero, bueno, está muy privatizado todo este tema del cerro y no
se valora tampoco. Al principio iba solo a jugar con mis primos, era como que… venían primos
de afuera, de linderos, ponte tú y era como “oh vamos al cerro”. Era como el panorama, y yo
me sabia los caminos con mis primos, cachai, entones los llevábamos y les mostrábamos el
cerros, era como lo único que teníamos para mostrar. (Juanita) Este cambio en el acceso al
cerro, genera no tan sólo, el no poder ir libremente como antes, sino que algo mucho más
profundo, un cambio en la identidad y la memoria de la gente. Pues, para ellos el cerro es un
recorrido hacia su infancia, hacia su memoria individual y también colectiva. Se genera un
cambio en el accionar de la gente, pues lo que antes era parte de su cotidiano, se ha vuelto un
suceso inhabitual en sus vidas. Ahora, suben menos, y sólo para ciertos eventos en el año.
Por otro lado, es relevante entender que para aquellas personas que no son necesariamente
habitantes históricos de Águila Sur, el territorio en el que están actualmente habitando si es
constitutivo de su identidad y han creado lazos con él. De alguna manera, ellos han decidido
emigrar de otros lugares para vivir en entornos menos intervenidos urbanamente. Es decir, tienen
un acercamiento para y con lo natural que de igual manera es relevante para su identidad. A
partir de mi historia. Mi familia desde chico tenía campo en Pelequén, en los Maquis, y el sector
donde yo viví mi infancia, mi adolescencia y el verano, los veranos, era muy parecido a este
sector. Entonces, llegó un momento en que quería comprar y vivir en el campo. Yo vivía en
Santiago. Y empecé a buscar algo que se pareciera. Entonces, encontré acá que era como muy
parecido el acceso, ósea esas subida, La Pirca, atrás al fondo, es muy muy parecido de donde
yo vivía. Entonces, me generó ese apego inmediato a la tierra. Y bueno, ahí empezamos a buscar
parcelas, nosotros queríamos bosque, así que nos compramos en el sector norte, que es el sector
donde está el bosque nativo, acá, y bien po´. Estamos impecables. (Carlos Días) Se desprende
entonces, la idea de una memoria que se liga al territorio, al entorno. El vivir en un lugar que se
acerque a los recuerdos, y que de alguna manera reviva ese pasado añorado. De alguna manera,
su identidad también se construye con un territorio en particular, un lugar del pasado que es
revivido por medio del entorno actual en donde residen.
Así, se ha analizado como es que el territorio es parte constitutiva de la identidad de las personas,
por lo que su rol y signific ación va de la mano de una construcción que es socializada por medio
de las vivencias que se desarrollan en el mismo, es decir de la memoria. A la vez, se hace

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necesario analizar lo que ocurre cuando este territorio cambia discursivamente y se le atribuye
una nueva categorización. Se debe tener en consideración, que estos discursos son producidos
políticamente, y que esta producción emerge de relaciones de poder, en donde se decide que es y
cómo es que se va a proteger lo “natural”. (Bustos) Lo mismo ocurre en el caso del Águila Sur,
en donde determinados terrenos dejarán de ser “los cerros” y pasarán a ser el “Santuario de la
Naturaleza de Águila Sur”. En este sentido, ¿Qué ocurre con la identidad y memoria de la
comunidad con este nuevo discurso? ¿Cómo se enfrentarán a esta nueva naturaleza?
Los habitantes históricos han subido a los cerros desde siempre, es parte de su memoria, de sus
recuerdos, de su vida. Con la nueva administración de estos territorios, han ocurrido cambios en
esta relación cerro-comunidad. Ahora el acceso es más limitado y restrictivo. Entonces si tú me
preguntas como ha cambiado, demasiado po. Ahora de repente tú vas pa arriba y llega alguien y
te reta po. ¿Y tú? Que andas haciendo aquí ¿Y si siempre he sido de aquí o no? (Beto) Ellos ven
con buenos ojos el que se proteja, que se deje de vender. Quieren que se cuide el área con sus
características naturales. Saben que es una zona privilegiada dentro de la región Metropolitana,
pero a la vez no quieren quedarse fuera del proceso. Piensan que con la nueva figura discursiva y
legal de Santuario de la Naturaleza, el acceso y la libertad de recorrer los cerros, será aún más
difícil de lograr. Quizás ya no podríamos nosotros que subimos harto al cerro, quizás ya no
tendríamos tanto acceso como ahora, tan liberado. Quizás yo creo que sería más restringida la
subida. Bueno igual sería bueno, porque a lo mejor visitaría más gente el lugar. A lo mejor si el
Santuario tuviera senderos y esas cosas, ayudaría. A lo mejor igual ayudaría a la comunidad a
que sea más conocida. Porque si tu subes acá tienes mucha flora y fauna. Ahora se están viendo
flores que antes no se veían. (Caco)
Para los nuevos habitantes, la figura de Santuario de la Naturaleza, es positiva en el sentido de
que mantiene lo que existe ahora. Conserva la naturaleza como ellos la han conocido y previenen
más invasiones humanas a áreas silvestres como estas. Sin embargo, muchos de ellos, abogan
por la idea de que una mayor restricción en el área es más beneficioso para la zona, porque la
protege. De esta manera, es que ellos ven que la figura de Santuario, es positiva para hacer valer
estándares de cuidado aún más altos de los que hay. Cuando estamos hablando de la reserva,
estamos hablando de poner estándares un poquito más elevados y ahí ya se trata de mantener el
predio tal como está y tratar de minimizar la habitación circunvecina. Es decir, lo que se quiere

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lograr es el compromiso de quienes viven cerca de la Reserva, en orden, a tratar de no invadir
con sus costumbres y con sus gatos, sus perros, aquello que esta alrededor. (Leo)
Así ambas visiones ven con buenos ojos la construcción de esta nueva figura legal de Santuario
de la Naturaleza, pero la diferencia radica, en lo que se entiende como cuidado. Por un lado los
históricos, ven que cuidar está ligado a la detención del loteo y venta de terrenos en el cerro, y
bajo esta perspectiva, el Santuario vendría a frenar esa acción. Pero, ven como necesaria un
mantenimiento de sus subidas, no quieren terminar con sus recorridos y con lo que han realizado
por medio de toda su vida en contacto con este entorno. Quieren continuar ligados esa parte de su
memoria que reviven cada que vez que se encuentran en esos territorios. Por lo que les asusta
que este nuevo discurso sobre lo natural, les impida continuar con sus tradicionales subidas. En
cambio, para los nuevos residentes, la figura de Santuario, endurecería el cuidado y permitiría
que se mantuviera el área sin mucha intervención. Porque la intervención humana en lo natural,
impide que la naturaleza se mantenga tal como está. Es decir, entienden de cierta forma que lo
natural debe tener la menor intervención humana posible, para así continuar con sus
características tan únicas.

V. Bibliografía
● Eriksen, T. H. (2001). Small Places, Large Issues: An Introduction to Social and Cultural
Anthropology. Pluto Press.
● Ley 17.288, Título VII; Art. 31; Ministerio de Educación pública; Versión Febrero 2010.

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● O'Reilly, K. (2012).Ethnographic methods. Routledge.
● Ruiz, J. (2012). Metodología de la Investigación Cualitativa. Universidad de Deusto,
Bilbao.

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