A raíz de una decisión del gobierno panameño, los consumidores descubrieron
que la leche Pura Vida que tomaban en el desayuno no contenía el ingrediente principal que ofrecía el producto el cual es la leche. Como grupo opinamos que en este caso se debió informar al consumidor sobre el verdadero contenido del producto, ya que este espera recibir del proveedor una información veraz y oportuna, no solo porque lo manda la ley, sino porque ante todo cree en la reputación de la marca, así como en la empresa que fabrica un producto o presta un determinado servicio. Gloria, a través de su presentación comercial y por medio de imágenes (la vaca, el vaso) y de determinados textos, claramente pretendió generar en sus clientes una errada percepción sobre la verdadera naturaleza de Pura Vida, al margen de que la información nutricional contenida al dorso señalara los verdaderos componentes. Eso es inducir al error y, por lo tanto, infringir las normas de protección al consumidor.