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in: Economía
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Algo que también genera polémica son las subvenciones a personas. Por un lado, están
los jubilados que trabajaron para el estado, así como los contribuyentes, que obviamente
merecen una compensación por todo el servicio que brindaron al país en sus años
de trabajo. Negar esto es simplemente ser mezquino, ya que es justo que luego de
prestar la vida al trabajo por el país es justo que el país, el Estado, recompense por esto.
También están los casos en las que las subvenciones no surgen producto del trabajo. Por
ejemplo, las que son producto de la pobreza y el desempleo.
Aquí el argumento de los que están en contra de la participación del Estado es: “¿Para qué
les vamos a regalar dinero a los pobres? ¡Que trabajen, así como yo!”. El punto no es ese.
En el caso de la pobreza, es necesario que el Estado invierta dinero de sus propios fondos
para poder ayudar a familias en pobreza extrema a acceder a programas de vivienda,
alimentación y empleo. En el caso del desempleo, como sucede en España, cuando la
demanda de trabajo es considerablemente menor a la oferta, es porque el mercado
laboral está funcionando mal, y entonces el Estado está obligado a cubrir dicha necesidad
dando una pensión a los afectados.
Por último, hay proyectos en los que es el Estado quien debería tener la capacidad de
invertir. Muchos serían y aplauden siempre a la inversión privada, a tal punto
que dependemos de la inversión privada (y extranjera) para construir una pista. Si el
Estado realmente tomara consciencia de la importancia de la palabra “invertir”, lucharía por
tener tal capacidad económica de poder intervenir e invertir allí donde sea necesario
hacerlo, como por ejemplo: promoviendo a las pequeñas empresas, financiando proyectos
de investigación/inversión, apoyando la construcción y mejora de vías de comunicación,
invirtiendo en desarrollo tecnológico.
Los términos subvención y subsidio no son equivalentes: aunque en
ambos casos se trata de ayudas económicas, la subvención contribuye
a costear los gastos de algo (una obra, un proyecto) y el subsidio trata de
satisfacer de forma extraordinaria una necesidad concreta en un
momento determinado (subsidio familiar, subsidio de desempleo).
Sin embargo, en los medios de comunicación es común encontrar frases
como: «El Gobierno ayudará con algún tipo de subvención a los parados
de larga duración», «El Gobierno reitera el hecho de que nunca hubo más
parados cubiertos por una subvención», cuando lo correcto hubiera sido:
«El Gobierno ayudará con algún tipo de subsidio a los parados de larga
duración» y «El Gobierno reitera el hecho de que nunca hubo más
parados cubiertos por un subsidio».