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Revista trimestral publicada

por la Organización de las Naciones Unidas


para la Educación, la Ciencia y la Cultura
con la colaboración de la Comisión Española
de Cooperación con la Unesco,
del Centre Unesco de Catalunya
y Hogar del Libro, S.A.
Vol. XLIII, n ú m . 1, 1991
Condiciones de abono
en contraportada interior.
Redactor jefe: Ali Kazancigil
Maquetista: Jacques Carrasco
Ilustraciones: Florence Bonjean
Realización: Helena Cots
Corresponsales
Bangkok: Yogesh Atal
Beijing: Li Xuekun
Belgrado: Balsa Spadijer
Berlín: Oscar Vogel
Budapest: György Enyedi
Buenos Aires: Norberto Rodríguez
Bustamante
Canberra: Geoffroy Caldwell
Caracas: Gonzalo Abad-Ortiz
Colonia: Alphons Silbermann
Dakar: T . Ngakoutou
Delhi: André Béteille
Estados Unidos de América: G e n e M .
Lyons
Florencia: Francesco Margiotta Broglio
Harare: Chen Chimutengwende
H o n g Kong: Peter Chen
Londres: Alan Marsh
México: Pablo González Casanova
M o s c ú : Marien Gapotchka
Nigeria: Akinsola A k i w o w o
Ottawa: Paul L a m y
Singapur: S. H . Alatas
T o k y o : Hiroshi Ohta
Túnez: A . Bouhdiba
Viena: Christiane Villain-Gandossi
T e m a s d e los próximos n ú m e r o s
Transiciones a la democracia
Cuestiones fundamentales de la democracia
C a m b i o s en el medio ambiente planetario

Ilustraciones:
Portada: Dos forasteros, 1821. de Goya. A través
de estos dos hombres peleándose, que se van
hundiendo a medida que avanza la pelea, el pintor
español ilustra la absurdidad de los conflictos
violentos. Museo del Prado, Madrid, D R.
A la derecha: La guerra en dibujos, con aviones
que parecen tiburones. Extraído de Lake et
Mortimer: le secret de l'espadon, de Edgar P.
Jacobs. Copyright 1982. Ed. du Lombard. Bruselas.
REVISTA INTERNACIONAL DE CIENCIAS SOCIALES

Marzo 1991

Estudio de los conflictos


internacionales 127
Editorial

Pierre de Senarclens El paradigma «realista» y los conflictos


internacionales

Geoffrev Parker Continuidad y cambio en el pensamiento


geopolítico occidental durante el siglo X X 21

Christopher R . Mitchell C ó m o poner fin a guerras y conflictos: decisiones,


racionalidad y trampas 35

Kurt R . Spillmann La imagen del enemigo y la escalada de los


y Kati Spillmann conflictos 59

A.J.R. Groom ¡Sin compromisos! La resolución de problemas


desde u n punto de vista teórico

Maurice Bertrand La difícil transformación: de la «limitación de


armamentos» a un «sistema mundial de seguridad» 93

Lázló Valki ¿Dónde están aquellos soldados? La evolución en


las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 109

Rodolfo Stavenhagen Los conflictos étnicos y sus repercusiones en la


sociedad internacional 125

Yves Besson La crisis de identidad, paradigma de la


conflictividad en el Cercano Oriente 141
2

Shahram Chubin Los conflictos en el Tercer M u n d o : tendencias


y perspectivas 157

M o h a m m a d - R e z a Djalili Análisis de los conflictos en el Tercer M u n d o :


elementos de una tipología 175

Debate abierto

Pramod Parajuli Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo:


los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 185

Feng Lanrui Estudio comparado de las dos crisis de desempleo


del pasado decenio en China 205

El ámbito de las ciencias sociales

Jacques Hamel La reconstrucción empírica en las ciencias sociales:


consideraciones teóricas y críticas 221
Vladimir V . Mshvenieradze, 1926-1990 235

Datos e información sobre ciencias sociales

Eric Tanenbaum El desarrollo de los archivos de datos de ciencias


y Mareia Taylor sociales 237

Servicios profesionales y documentales

Calendario de reuniones internacionales 249


Libros recibidos 253
Publicaciones recientes de la U N E S C O 255
Números aparecidos 257
Editorial

En el lapso de dos años -1989 y 1990- el orden quedó frenada, el eje conflictual Norte-Sur si-
mundial que quedó establecido al terminar la gue estando ahí, cada vez más lleno de peligros
Segunda Guerra Mundial ha llegado a su fin. para la seguridad y el bienestar de toda la hu-
Ningún autor de política-ficción habría osado manidad. Incluso la perspectiva de una c o m u -
imaginar un tal desenlace, en un período de nidad de seguridad que englobe todos los países
tiempo tan breve. Europa ya no está dividi- del Norte parece lejana. E n Europa del Este,
da políticamente y las dos grandes potencias justo después del desmoronamiento de las re-
nucleares han alcanzado tal coincidencia de giones comunistas, han resurgido los conflictos
perspectivas y de políticas que las tensiones regionales que habían quedado congelados du-
Este-Oeste que dominaron las relaciones inter- rante cuatro decenios. Al igual que en las repú-
nacionales desde 1946 parecen pertenecer al blicas del Cáucaso y de Asia central, donde rea-
pasado, y estar abriendo el camino a la emer- parecen situaciones conflictivas latentes duran-
gencia de una suerte de seguridad que englo- te decenios. E n el Próximo Oriente, m á s que
baría, de punta a punta, todo el hemisferio nunca preso de la violencia, con la ocupación
norte. de Kuwait, el martirio del Líbano y el intermi-
Algunos analistas han deducido de ello que nable conflicto entre Israel y los palestinos de-
la guerra fría ha acabado con ventaja para uno seosos de una patria. En Africa pueden e n u m e -
de los dos protagonistas, y que asistimos al «fin rarse m á s de una docena de conflictos en
de la historia»1, habiendo Occidente ganado el curso.
combate ideológico y hecho prevalecer sus va- Esta lista horrible podría prolongarse, pero
lores democráticos y su sistema económico ba- basta para invalidar la metáfora hegeliana de
sado en el mercado, en detrimento de otros va- unfinalde la historia, que no parece m á s perti-
lores y de otros sistemas. Según este punto de nente en 1990 que para el imperio napoleónico
vista, subsistirían violencias locales, sobre todo de principios del siglo XIX que inspiró al filóso-
de carácter étnico, pero serían los vestigios de fo alemán.
una época pasada. ¿Realmente hemos entrado D e ello se desprende que las relaciones in-
en la era posthistórica en la cual no existirán ternacionales parecen encontrarse en un punto
conflictos mayores? Es m u y improbable. L a de inflexión importante. Se han realizado pro-
gestión del sistema global, constituido por una gresos significativos entre las grandes potencias
economía capitalista ahora completamente en materia.de desarmamento. El Este y el Oeste
mundializada y por un conjunto interestatal parecen de acuerdo en establecer un nuevo or-
cada vez m á s heterogéneo y fragmentado, sigue den mundial. ¿Estarán en disposición de hacer-
siendo en extremo complejo. Las tensiones y lo? ¿Se incorporará el Sur a su elaboración?
los conflictos regionales, de orden político, ¿No se prefigura el eje Norte-Sur c o m o el de
ideológico o étnico persisten, mientras que fac- mayores peligros? Los desequilibrios económi-
tores c o m o los flujos demográficos o los riesgos cos y demográficos, que siguen siendo enor-
ecológicos pueden ser los causantes de otros mes, ¿no constituyen un desafío para la seguri-
conflictos. Si bien la polarización Este-Oeste dad y la paz en el m u n d o ?

RICS 127/Marzol991
4 Editorial

Algunos acontecimientos recientes pueden los responsables políticos posean una mayor
invitar al optimismo. Después de la invasión base de conocimientos relativos a las causas,
de Kuwait, los cinco miembros permanentes el desarrollo y la finalización de los conflictos.
del Consejo de Seguridad, con el apoyo de la El estudio sobre los conflictos internacionales
casi totalidad de la comunidad de estados, por constituye un c a m p o interdisciplinario, que
primera vez desde la creación de la O N U , ac- analiza las causas y la evolución de los conflic-
tuaron conjuntamente (la decisión de enviar tos, así c o m o los comportamientos y las per-
las fuerzas de la O N U a Corea en 1950 había cepciones de las partes implicadas.
sido adoptada en ausencia de la U R S S , país El objetivo de estos estudios es contribuir a
que entonces practicaba la política de no asistir la resolución de conflictos, a través de la eluci-
al Consejo de Seguridad) en la aplicación del dación de los factores y de los procesos políti-
sistema de seguridad colectiva previsto por la cos, militares, económicos, sociales, étnicos,
Carta de las Naciones Unidas (capítulo VII, ar- cognoscitivos y psicológicos que intervienen.
tículos 41 y 42 principalmente) preveyendo la Teniendo el c a m p o complementario de las in-
utilización del comité de Estado mayor, ador- vestigaciones sobre la paz (las cuales se basan
mecido desde tiempo atrás, para mandar, de m á s en el paradigma estructuralista y compor-
acuerdo con el artículo 47 de la Carta, las fuer- tan una orientación normativa), los estudios
zas multinacionales que se pondrían a disposi- sobre los conflictos, situados m á s bien, en el
ción de las Naciones Unidas. U n a evolución de lado de la teoría de la acción y de la estrategia
este tipo podría desembocar en un verdadero de actor1, elaboran una base conceptual y empí-
sistema de seguridad colectiva, en la que el rica preciosa para la gestión de un sistema in-
Consejo de Seguridad y las fuerzas de las N a - ternacional complejo y conflictivo.
ciones Unidas adoptarían el papel de policía Exceptuando los textos de C . Mitchell y de
internacional2. L. Valki que fueron redactados posteriormen-
Falta por saber si esta primera tentativa de te, los artículos de la sección temática son ver-
seguridad colectiva tendrá continuidad, y se siones revisadas de comunicaciones presenta-
extenderá a otros casos de conflictos, c o m o por das en el «Coloquio sobre las tendencias
ejemplo al Líbano, o al conflicto que enfrenta a actuales en el estudio de los conflictos interna-
israelíes y palestinos. También falta por saber, cionales», organizado el 8 y 9 de diciembre de
si un sistema de seguridad de tales característi- 1989. en el Instituto de Investigaciones ínter-
cas podría ser realmente colectivo y hacer par- disciplinarias de la Universidad de Lausanne.
ticipar a los países del Tercer M u n d o en su es- Agradecemos a su organizador, Pierre de Se-
tablecimiento. Sin lo cual, se correría el riesgo narclens. tener a bien asociar la R I C S a este
de que estos últimos lo percibieran c o m o un coloquio. Los artículos que se encuentran a
dispositivo m á s al servicio de los intereses de continuación, redactados por algunos de los
las grandes potencias, y de los ricos contra los mejores especialistas de los estudios sobre con-
pobres. flictos internacionales, ofrecen a nuestros lec-
La gestión del sistema mundial encaminada tores una visión de las tendencias actuales en
a la creación de un nuevo orden mundial sus- este c a m p o .
ceptible de asegurar la paz y la seguridad para
todas las naciones exige, entre otras cosas, que A.K.

Notas

1. Francis Fukuyama, «La fin de l'histoire?». Commentaire, otoño 1989.

2. Maurice Bertrand. «Une "realpolitik" au service de quel ordre international?». Le Monde Diplomatique,
octubre 1990.

3. Véase a este respecte A.J.R. G r o o m , «Paradigms in conflict: the strategist, the conflict researcher and the peace
researcher». Review ojInternational Studies (1988), 14, págs. 97-115.
El paradigma «realista»
y los conflictos internacionales

Pierre de Senarclens

El análisis político de las relaciones internacio- m o n d Aron y Martin Wight 1 . Hasta nuestros
nales surgió en los países anglosajones bajo la días lo esencial de las obras, sobre todo las de
rúbrica de «teoría de las relaciones internacio- carácter didáctico, publicadas en el m u n d o an-
nales» y ha versado esencialmente sobre la pro- glosajón sobre la «teoría de las relaciones inter-
blemática de la guerra y los conflictos. Elabora- nacionales» dimana de ese m i s m o paradigma.
do en los años cuarenta c o m o un intento por Este marco conceptual sigue dominando en
estudiar rigurosamente, sin prejuicio normati- muchos aspectos el estudio de la política inter-
vo o ideológico, los fundamentos de las relacio- nacional.
nes interestatales, pretendía distinguirse tanto Esta perspectiva no es únicamente acadé-
de la historia diplomática c o m o de las perspec- mica, sino que viene orientando la diplomacia
tivas jurídicas, institucio- estadounidense desde fina-
nales o normativas que ha- les de la Segunda Guerra
Pierre de Senarclens es profesor de Re-
bían dominado hasta ese laciones Internacionales en la Uni\ersi- Mundial. Georges Kennan,
m o m e n t o la literatura de- dad de Lausana. Suiza. Fue Director de- el inspirador de la política
dicada a las relaciones in- la Sección de Derechos H u m a n o s \ de de «contención», se aparta
la Paz de la U N E S C O desde 1980 hasta
ternacionales. A la concep- 1983. D e sus numerosas publicaciones claramente de la tradición
ción legalista y optimista, destacan: Le mouvement Esprit «idealista» estadouniden-
al «idealismo» inspirado 1932-1941: Essai cnlupie. 1974; L Im- se, al menos a comienzos
périalisme, 1980 en colaboración con
por el Presidente Wilson Ph. Braillard; Yalta, 1984; La en.se des de su ilustre carrera y pro-
oponía un análisis político Salions L'nie.s. 1988. paga una visión de las rela-
llamado «realista». ciones internacionales que
Esta corriente de pensa- se inspira en la geopolítica
miento, que se impuso pri- europea. La administra-
mero en Estados Unidos, ción T r u m a n en su conjun-
está ilustrada por el libro to termina por adherirse a
de Hans Morgenthau Poli- esa nueva representación
tics among Nations, publicado en 1948 y reedi- de las relaciones internacionales y desde enton-
tado muchas veces. Esa obra recogía los traba- ces los círculos dirigentes de Estados Unidos,
jos del geógrafo Nicolas Spykman, el teólogo con la excepción incierta del Presidente Carter,
Reinhold Niebuhr, el politólogo Arnold W o l - se expresarán y comprometerán en ese sentido.
fers y el periodista Walter Lippmann. En Euro- H . Kissinger, consejero y m á s tarde Secretario
pa este enfoque encuentra igualmente una vena de Estado del Presidente Nixon, y X . Brzezins-
fecunda gracias, sobre todo, al ensayo del histo- ki. colaborador próximo del Presidente Carter
riador inglés Edward H . Carr, titulado The - a m b o s profesores de la Universidad de Har-
Twenty Years Crisis, publicado en 1939. Ter- vard antes de asumir la función pública- con-
minada la Guerra, numerosos politólogos pro- tribuyeron a esa literatura académica de inspi-
longan de m o d o original esa orientación teóri- ración «realista». Al comienzo de sus M e m o -
ca, entre otros, John Herz, Hedley Bull. Ray- rias, en el capítulo titulado «Convicciones de

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6 Pierre de Senarclens

un estadista», H . Kissinger muestra con toda Hobbes relativo a la sociedad civil: sin un po-
claridad que el modelo «realista» había guiado der capaz de inspirar miedo, el hombre vivirá
su pensamiento y su acción diplomática2. Son en estado de guerra4. Del m i s m o m o d o , el or-
innumerables los ensayos políticos y las m e m o - den internacional es precario dado que los Es-
rias de diplomáticos o estadistas que apuntalan tados que lo componen buscan sólo su propio
esta corriente de pensamiento. interés, sin estar obligados a obedecer al gobier-
no de un poder supremo. C o m o la persona se-
gún Hobbes, el actor estatal persigue objetivos
La aportación del «realismo» racionales, sobre todo en relación con su nece-
al análisis de los conflictos sidad de seguridad y sus ambiciones naciona-
les. Si las relaciones internacionales constitu-
Según la teoría «realista», el conflicto es el cen- yen ante todo un enfrentamiento de voluntades
tro de las relaciones internacionales. Así pues, estatales en competición, la única manera de
su objetivo principal es explicar las guerras en- garantizar un orden precario, una paz relativa,
tre Estados. El punto de partida de su análisis consiste en mantener un equilibrio de fuerzas.
es un postulado tradicional sobre la naturaleza Esta política se convierte, en efecto, en el mejor
h u m a n a y la historia; su pesimismo a este res- instrumento de las grandes potencias. Abando-
pecto se inscribe en una tradición filosófica in- nados a sí mismos, los Estados van a proteger
memorial. Sin embargo, se concentra en la es- su existencia o perseguir objetivos expansionis-
pecificidad de la política mundial y en la tas. Son previsibles las alianzas que resultan en
estructura que se desprende de ella. Los Esta- estos casos, ya que responden a la necesidad de
dos son los verdaderos «actores» de la sociedad evitar la preponderancia de un Estado o una
internacional. La teoría de las relaciones inter- coalición de Estados. La teoría de la disuasión
nacionales debe versar ante todo sobre el análi- nuclear y la búsqueda permanente de nuevos
sis de las relaciones interestatales. Esos actores recursos militares corresponde plenamente a
asumen por sus propios medios la satisfacción este paradigma. C o m o la guerra es una amena-
de sus intereses, en particular sus ambiciones za constante, se precisa de una defensa adecua-
de seguridad o expansión. C o m o el sistema in- da que garantice todos los medios de seguridad.
ternacional se caracteriza por la inexistencia de En la era nuclear esta política entraña una es-
una autoridad c o m ú n , de un gobierno central trategia tendente a disuadir al adversario gra-
que disponga de medios de coerción, su estruc- cias a una capacidad militar a la vez aterradora
tura es de tipo anárquico. Los conflictos y las e irracional.
guerras resultan de ese desorden institucional, En los años sesenta este marco conceptual,
específicamente, de las contradicciones ineluc- ligado históricamente al período de la guerra
tables entre aspiraciones estatales irreconcilia- fría, fue criticado con severidad por los teóri-
bles. El sistema es además m u y heterogéneo. cos de la «interdependencia». Estos minimizan
Los Estados que lo componen no obedecen a la las consideraciones de poder y seguridad, de-
misma concepción de la política y están organi- muestran la importancia de los esfuerzos reali-
zados según principios diferentes de legitimi- zados por los principales actores para limitar
dad. Los pueblos siguen tradiciones culturales los riesgos de guerra y destacan la creciente in-
distintas, más aún, antagónicas. La política ex- tegración de la economía internacional y el pa-
terior de los Estados es a veces inconstante, so- pel cada vez mayor de las instituciones interna-
bre todo cuando se ve sometida a los avatares y cionales y los actores transnacionales, entre los
fluctuaciones de gobiernos democráticos. Por que figuran en primer lugar las sociedades mul-
todas estas razones en las relaciones interesta- tinacionales. C o n todo, hacia finales de los
tales alternan la guerra y la paz, ya que ninguna años setenta se observa de nuevo un esfuerzo
autoridad puede imponer una ley soberana. El por conceptualizar la evolución de la sociedad
ámbito de las relaciones internacionales es el internacional a partir de los postulados de la
del estratega y el diplomático. R a y m o n d Aron escuela «realista», en particular gracias a las
lo ha designado c o m o el c a m p o «diplomático- obras de Kenneth Waltz The Theory of Interna-
estratégico»3. tional Relations- o de Robert J. Lieber No
Así, pues, los autores «realistas» aplican a Common Power1'. La reaparición de este enfo-
las relaciones interestatales el argumento de que coincide con la desilusión respecto de la
El paradigma «realista» y los conflictos internacionales 7

La l'ux Imeiicaua que prevalecía desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se debilitó a partir de los años setenta,
a pesar de que Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar: U S S Dwight D . Eisenhower atra\ iesa el
Canal de Suez, el 24 de septiembre de 1 990. Sipj
8 Viene de Seiitiieleii\

distensión Este-Oeste y el aumento de una ten- comienzo, esa perspectiva resultó decepcio-
sión que recuerda la de la guerra fría. nante. Sus primeras ambiciones eran desmesu-
Estos «neo-realistas» fundan su análisis en radas. Morgenthau, principal inspirador de esa
los mismos postulados clásicos, pero utilizan literatura, quería brindar al politólogo la posi-
ciertos aportes de las teorías sobre los «regíme- bilidad de comprender rigurosamente las ac-
nes», procurando integrar los factores institu- ciones de los estadistas, «leer» su pensamiento
cionales y normativos en su análisis de la es- y hacer inteligible la lógica de su política exte-
tructura de las relaciones internacionales. rior. La clave de lectura reposaba, empero, en
Lieber reconoce, en efecto, que la política postulados m u y frágiles de tipo «la política in-
de poder no explica todo, y que para compren- ternacional c o m o toda política es política de
der la política mundial no es suficiente caracte- poder» 7 . D e manera general se mostraba m u y
rizar la sociedad internacional por la anarquía poco sistemático en el enunciado de los princi-
ni analizar la diplomacia y la estrategia de los pales conceptos de su teoría. Retrospectiva-
Estados por las exigencias de su seguridad. A d - mente parece incluso extraño que un pensa-
mite que es preciso analizar el orden interna- miento tan intuitivo y aproximativo hubiera
cional teniendo en cuenta la coerción de la di- podido pretender crear una «teoría» de las rela-
suasión nuclear, las consecuencias de la ciones internacionales.
difusión del poder, el crecimiento de la econo- M u y pronto sólo se denominó con ese térmi-
mía mundial y los factores de interdependencia no un cometido m u c h o m á s modesto que con-
entre los distintos Estados. C o n todo, en último sistía en definir la especificidad de la política
análisis el poder sigue siendo el árbitro de las internacional, aislar las principales variables y
relaciones internacionales. Las relaciones entre sugerir algunas hipótesis sobre la estructura del
los distintos Estados se desenvuelven al mar- sistema mundial. Sin embargo, los trabajos ulte-
gen de la violencia y los débiles están a merced riores de esa escuela no siempre contribuyeron a
de los m á s fuertes, en particular de quienes dis- la elaboración de marcos teóricos que favorecie-
ponen de los medios militares para imponer su ran la comprensión de las relaciones internacio-
voluntad. Sin duda alguna, el derecho interna- nales. R . Aron, que se comprometió m u c h o so-
cional público y las organizaciones interguber- bre este particular, no fue m u y riguroso en su
namentales desempeñan un papel benéfico y método y entremezcló digresiones de índole his-
contribuyen a resolver las crisis y los conflictos, tórica y sociológica que debilitaban su intento
pero la índole y la finalidad de las instituciones de conceptualización. H o y en día la corriente de
reflejan los proyectos de los principales actores pensamiento «realista» es m u y diversa. C o m -
del sistema. prende autores que se diferencian considerable-
mente de los primeros ensayos de teorización,
pero sigue alimentándose de proposiciones bas-
La crítica del «realismo» tante generales sobre la naturaleza conflictual de
la política y sobre la especificidad «anárquica»
Los «realistas» tuvieron el gran mérito de ini- del orden internacional.
ciar un esfuerzo de reflexión politológica sobre Q u e la escena internacional sea poco inte-
las relaciones internacionales y romper con una grada, esté próxima a la anarquía en ciertas cir-
tradición provinente de las disciplinas históri- cunstancias por no tener un gobierno mundial
cas o jurídicas. Para ello procuraron analizar la y normas que puedan ser sancionadas; que sea
política internacional no c o m o una serie de menester tener en cuenta la relación de fuerzas;
acontecimientos históricos con m á s o menos que la garantía de la seguridad nacional pase
sentido, ni c o m o un conjunto de instituciones por políticas de alianza; todo esto son otras tan-
en crecimiento orgánico, sino m á s bien deter- tas proposiciones nada originales. D e hecho,
minar sus características principales, formular este marco conceptual reproduce los postula-
hipótesis sobre su dinámica profunda, definir dos de las doctrinas políticas clásicas. Al pre-
las principales variables que marcan su evolu- tender explicar científicamente las fuerzas que
ción y explicitar las configuraciones estructura- determinan la evolución de la política mundial,
les sobresalientes. no hace sino reactualizar unafilosofíapolítica
N o obstante, desde el punto de vista de las nacida del Renacimiento, que tiene sus oríge-
pretensiones científicas que enunciaba en un nes incluso en la antigüedad griega, con las re-
El paradigma «realista» y los con finios internacionales 9

flexiones de Tucídides sobre la guerra del Pelo- riosas de la Segunda Guerra M u n d i a l , no


poneso. podían menos que verse comprometidas en
Por inscribirse en el c a m p o de lo político, una confrontación directa. Los «realistas» pro-
las relaciones internacionales contemporáneas ponían un esquema de análisis que legitimaba
constituyen por esencia un conjunto de proce- la continuidad de la política anglosajona, en
sos y fenómenos en estrecha relación con los particular el paso de una sociedad internacio-
conflictos y las relaciones de poder y coerción. nal dominada por Gran Bretaña a un orden
Sin embargo, puede impugnarse la pretensión mundial conformado por los Estados Unidos.
de fundar un método científico en considera- La política estalinista frente a Europa central,
ciones tan generales. N o avanzará la compren- el Medio Oriente y el Mediterráneo parecía in-
sión de lo político si se reduce la complejidad dicar la continuación de una ambición tradi-
de lo real a movimientos intemporales y se li- cional de Rusia, y la contención de ese empuje
mita la explicación al enunciado de categoría por parte de Estados Unidos era una reacción
abstracta. El análisis de los «realistas» es defec- ineluctable que traducía el paso de la hegemo-
tuoso por cuanto tiende a caracterizar la políti- nía británica a la Pax Americana. Así. con ese
ca de manera tradicional y descuidar el movi- procedimiento teórico cobraban nueva profun-
miento histórico, en este caso los cambios didad histórica los enunciados de la política ex-
ideológicos y estructurales que modifican la na- terior de Estados Unidos. Su éxito obedecía
turaleza m i s m a de las relaciones internaciona- igualmente a que en plena guerra fría daba una
les. La forma y la índole de esos conflictos va- justificación «científica» a las orientaciones de
rían necesariamente en función de los la política exterior de Estados Unidos, en una
principios de acción y los sistemas de legitima- sociedad m u y marcada por el mito del progreso
ción que orientan la política en las distintas y por la dominación cada vez m á s acentuada de
épocas. los credos tecnocráticos. En efecto, la teoría
Por lo demás, al imponerse, el «realismo» «realista» no se contentaba con retomar anti-
no era menos ideológico que el «idealismo» guos aforismos, sino que les atribuía la condi-
que combatía. Estaba marcado por las expe- ción de científicos. La continuidad en las reac-
riencias trágicas de los años treinta. Sus tesis se ciones hegemónicas de las grandes potencias
afirmaron en contraposición a las ilusiones pa- que dominaban la escena internacional era una
cifistas y legalistas inspiradas por el Presidente prueba del carácter incontestable de las propo-
Wilson después de las dos guerras mundiales, siciones formuladas. H o y en día el «realismo»
en el m o m e n t o en que aparecía una vez m á s sigue siendo una corriente de inspiración con-
una viva confrontación entre los Estados Uni- servadora que defiende la carrera armamentis-
dos y la U R S S . La teoría racionalizaba una ta. La influencia que aún ejerce en algunas uni-
concepción política m u y generalizada en ese versidades de Estados Unidos revela también
m o m e n t o en los círculos dirigentes anglosajo- esa dimensión ideológica.
nes, los círculos militares y diplomáticos, en Sus orientaciones son igualmente sospecho-
particular. Esa política se imponía tanto m á s sas desde un punto de vista ético. Pretendiendo
cuanto que el expansionismo soviético presen- que los criterios de la moral individual no son
taba analogías con la política exterior fascista. aplicables a los círculos dirigentes, los «realis-
El fracaso de las políticas de «apaciguamiento» tas» sostienen implícitamente la razón de Esta-
que acababa de comprobarse frente a la coali- do, fundada en los intereses de seguridad na-
ción del Eje. debía responder a una ley históri- cional. Apelan m á s o menos abiertamente al
ca que trascendía la coyuntura de los años de la maquiavelismo y asocian sus concepciones a la
posguerra. Así. los «realistas» procuraron m o s - mirada lúcida, racional y determinada que es-
trar durante la guerra fría que ese conflicto te- peran de un «príncipe ilustrado». Su perspecti-
nía causas objetivas que dimanaban lógica- va no es amoral, puesto que defienden una po-
mente de relaciones de fuerzas antagónicas y lítica coherente de seguridad, orientada hacia
limitaciones geoestratégicas. C o m o Alemania. el orden y la paz. Su reacción contra el idealis-
Francia e incluso Gran Bretaña habían perdido m o obedece al rechazo de una política de «apa-
su capacidad de desempeñar un papel impor- ciguamiento» cuyas consecuencias históricas
tante en Europa y el m u n d o , la U R S S y los Es- fueron trágicas. Sin embargo, la visión conser-
tados Unidos, las dos grandes potencias victo- vadora de algunos «realistas» atribuyó en la
10 Pierre de Senarclens

posguerra una autoridad moral a políticas in- constitutivos del poder ciertas realidades mate-
sostenibles desde el punto de vista de los dere- riales o políticas, por ejemplo, los recursos mi-
chos humanos. litares, la capacidad industrial, las materias pri-
m a s , las ventajas geoestratégicas, el número de
habitantes, etc. Integra además en el poder las
La noción de poder características culturales, el estado de ánimo
del país y las cualidades diplomáticas o guber-
Así, pues, el pensamiento «realista» se articula namentales. También asimila al poder la capa-
en torno al concepto de potencia-poder, en in- cidad de controlar las acciones de los demás o
glés power. Esta sigue desempeñando un papel de influir en ellas. Así, pues, la política de po-
esencial ya que los «realistas» buscan en ella a der es una relación psicológica que dimana de
la vez un elemento cuantificable de los recursos tres fuentes: la espera de un beneficio, el temor
nacionales y una variable que dé un sentido de una desventaja y el respeto por el hombre y
unívoco a la acción de los factores internacio- las instituciones. Puede ejercerse a través de ór-
nales. El poder es, pues, asimilable al papel que denes, amenazas, la autoridad o el carisma de
desempeñan el dinero y el beneficio en la eco- un hombre o una posición, o bien mediante la
nomía de mercado, elementos necesarios a la combinación de esas actitudes o fenómenos''.
explicación del régimen capitalista. Desde lue- En la m i s m a línea, R . Aron definió el poder en
go, la teoría económica constituye una referen- el contexto internacional c o m o «la capacidad
cia importante para los autores «realistas», de una unidad política de imponer su voluntad
preocupados por lograr un rigor comparable a otras unidades», admitiendo, sin embargo,
gracias a sus esfuerzos de conceptualización. que el poder político «no es un absoluto sino
Sin embargo, este concepto sigue estando una relación humana». Lo distingue de la fuer-
mal definido en el conjunto de los métodos que za que está constituida por los recursos milita-
apelan a esa corriente de pensamiento. Todos res, económicos o morales que se movilizarán
estos teóricos afirman que el poder es un ins- con un objetivo 1
determinado según una políti-
trumento determinante de la política interna- ca de poder ". Wolfers distingue entre poder e
cional y que los Estados propenden a intensifi- influencia: el primero define la capacidad de
carlo, pero que no están en condiciones de alterar el comportamiento de los demás actores
ofrecer una definición convergente. Se podría mediante la coerción, mientras que la segunda
comprender en términos esencialmente milita- significa la posibilidad de influir mediante la
res. A priori, esta perspectiva debería facilitar persuasión. Admite, empero, un continuo entre
la aparición de una teoría, ya que los elementos poder e influencia".
de esa fuerza militar son, en principio, cuantifi- U n a parte de la literatura realista utiliza la
cables. E n realidad, c o m o es bien sabido, los noción de poder c o m o metáfora para caracteri-
recursos materiales de la fuerza militar sólo tie- zar la política internacional. Esta última se asi-
nen sentido dentro de una estrategia que abar- mila a las relaciones que predominan entre los
ca realidades políticas e intelectuales no ponde- Estados que engendran los armamentos, el na-
rables. Incluso definida en términos cionalismo, la diplomacia de dominación, las
restrictivos, la noción de poder no ofrece nin- relaciones económicas fundadas en la fuerza, la
gún criterio que permita comprender la capaci- hegemonía, el equilibrio de poder y la guerra.
dad y el papel de un Estado. La mayoría de los En este tipo de relación todos los Estados persi-
autores utilizan la noción de poder en una con- guen fines egoístas. El derecho, la moralidad y
cepción m u y amplia -con elementos materia- las instituciones ocupan un lugar subordinado.
les e inmateriales-, lo que complica todavía Se llega en último término a una especie de tau-
más el problema. Según Waltz, no es posible tología. Así. E . Carr se contenta con afirmar
separar la capacidad económica, militar o de que el poder «es en lodos los casos un elemento
cualquier otra índole que pueden movilizar las esencial de la política». Considera que la fuerza
naciones para imponerse. Reconoce además militar es de importancia suprema puesto que
que la importancia de esos diferentes elemen- la guerra es la razón última del poder en las
tos del poder cambian según las distintas épo- relaciones entre Estados. En lo esencial, la polí-
cas y que es difícil jerarquizar los Estados con tica internacional obedece a la dinámica creada
precisión8. Morgenthau define c o m o elementos por la power politics, es decir, a un tipo de rela-
El paradigma «realista» y los conflictos internacionales 11

ciernes sociales en que rige la ley del m á s fuerte.


rialistas y las que tenían c o m o objetivo el pres-
Este poder tiene componentes militares, econó- tigio". Esta diversidad de objetivos dificulta-
micos e ideológicos. Así. pues, la política inter- ba, c o m o lo recordaba Wolfers, la previsión
nacional está determinada fundamentalmente política y. por consiguiente, disminuía en m u -
por relaciones de dominación y violencia. N o cho el alcance de su teoría14. Los Estados no
cree necesario definir rigurosamente los atribu- son c o m o los individuos en la sociedad natural
tos de las fuerzas movilizadas en esos procesos definida por Hobbes, sino que son m u y diver-
conflictivos12. sos por su esencia misma. Sus intereses y sus
A partir de consideraciones tan inconexas voluntades son complejos y heterogéneos.
no se explica la manera de establecer los c o m - Y , sin embargo, los teóricos «realistas» si-
ponentes del poder, determinar su nivel y pre- guen ligados a una concepción elemental de la
ver sus efectos con seguridad. D e hecho, los ele- racionalidad estatal. Waltz compara los objeti-
mentos del poder se c o m p r e n d e n en una vos de las naciones a los de las grandes empre-
medida que sirve para expresarlos, pero no sas en una estructura oligopolista. Mientras
existe ningún patrón universal de esa medida. que éstas tienden a optimizar sus ganancias, los
Por lo demás, este procedimiento no distingue Estados «procuran garantizar su superviven-
entre el poder c o m o recurso, y la capacidad de cia». Al sentar c o m o postulado los desórdenes
influir en la acción de los demás actores del y la violencia de una sociedad anárquica, asu-
contexto internacional en un m o m e n t o dado. m e c o m o corolario que todos los Estados tie-
En esta teoría la pertinencia de este concepto se nen c o m o objetivo esencial su propia supervi-
ve debilitada aún m á s por la confusión entre el vencia y que, por consiguiente, su política
fin y los medios. Los Estados perciben sus dife- internacional responde ante todo a objetivos de
rentes objetivos recurriendo a la política de po- estrategia militar. Los intereses nacionales se
der, pero además buscan esta última c o m o un resumen, pues, en las exigencias de seguri-
fin en sí mismo. Esta confusión es tanto mayor dad 15 .
cuanto que el poder se asimila a toda suerte de Esta perspectiva presenta por lo menos tres
capacidades. graves fallos. En primer lugar, confunde los ca-
sos límite, las situaciones extremas de conflic-
tos en los que se juegan intereses importantes,
El Estado-actor racional con la evolución general de la sociedad m u n -
dial. D a d o que siempre es posible recurrir a la
Para fundar su teoría de las relaciones interna- guerra, los partidarios de esta teoría deducen
cionales, los «realistas» han intentado extraer una explicación global de las relaciones inter-
la racionalidad del actor estatal y reducirla a la nacionales c o m o si el espectro de la violencia
búsqueda de un cierto número de objetivos dominara siempre los conflictos de intereses y
limitados. La idea de un Estado representado valores entre los Estados. Esta deficiencia
c o m o actor racional dimanaba directamente muestra además que no se quiere tener en cuen-
de la doctrina hegeliana y de la nacionalista del ta las transformaciones experimentadas por al-
siglo xix. Postulaba un Estado que perseguía gunas concepciones políticas dominantes, en
con ahínco una idea, un objetivo coherente. R e - particular las nociones de seguridad, c o m o con-
flejaba la perspectiva de Clausewitz sobre la secuencia de las mutaciones que se han produ-
guerra c o m o enfrentamiento de voluntades cido en el siglo X X . Ahora bien, las dos guerras
antagónicas. En las circunstancias de esa época mundiales y la crisis de los años treinta trastor-
podía comprenderse tal concepción: los Alia- naron las condiciones de seguridad nacional y
dos habían movilizado todos sus recursos para modificaron los sistemas axiológicos colecti-
defender su seguridad nacional, mientras que vos. La seguridad política no entrañaría en el
parecía que la guerra fría obligaba a las grandes futuro únicamente elementos militares, sino
potencias a proseguir una estrategia relativa- además la realización de proyectos socioeconó-
mente unívoca. micos que respondan a las aspiraciones de li-
D e hecho, Morgenthau admitía que podían bertad, igualdad, prosperidad y felicidad de ca-
variar los objetivos nacionales y, entre otras co- da persona. En otros términos, han cambiado
sas, distinguía entre los Estados satisfechos y los sistemas de legitimación, y los principios
los que no lo estaban, entre las políticas impe- que inspiran la política internacional reflejan
Pierre de Senaivleiis

esas mutaciones. Esta evolución histórica con- demás, c o m o se podía comprender intuitiva-
lleva un fuerte crecimiento de la función guber- mente antes de los trabajos de G r a h a m Allison
namental, pero paradójicamente también el de- sobre el proceso de decisiones, con el enorme
bilitamiento de los valores tradicionales unidos crecimiento de los organismos estatales duran-
a la autoridad estatal. A d e m á s , las tragedias bé- te el siglo X X se vuelve aleatoria la imagen de
licas del siglo X X han limado en m u c h o las pa- un actor unitario que persigue objetivos cohe-
siones nacionalistas de las sociedades indus- rentes y racionales17. D e todos m o d o s este en-
triales avanzadas, incluso si en otras regiones foque es insuficiente para esclarecer la política
esas pasiones siguen intactas, c o m o en el exterior de los Estados en tiempos de paz, sobre
Oriente Medio, o renacen de sus cenizas, c o m o todo de los Estados nacidos de regímenes de-
en el Cáucaso y el Asia central. mocráticos.
Así, pues, la seguridad ya no es un asunto Otra laguna del análisis «realista», por lo
únicamente nacional, sino que requiere de una que a seguridad se refiere, es lo nuclear. A co-
estrecha colaboración internacional que es ne- mienzos de la guerra fría, sus teóricos no c o m -
cesaria a nivel militar, pero aún más para ga- prenden el alcance de los cambios estratégicos
rantizar condiciones económicas, políticas y y políticos que implica la fabricación de nuevos
sociales que permitan la movilización de los re- armamentos. C u a n d o Morgenthau publica en
cursos nacionales"'. Después de 1945. el Esta- 1948 su obra Politics among Kations, elude la
do-nación cambió de naturaleza. Y a no puede cuestión nuclear. Ahora bien, las armas atómi-
sobrevivir adhiriéndose a una visión estrecha cas han vuelto todavía más ambigua la idea de
de la soberanía nacional. Esta quedará limitada defensa nacional. Su fuerza no puede utilizarse
por los procesos transnacionales de integración en el marco de una estrategia clásica. Estas ar-
sean gubernamentales o privados. El actor esta- m a s debilitan a veces la capacidad de acción de
tal se vuelve tributario de alianzas militares, de los dos «Grandes» ya que detrás de cada crisis
instituciones internacionales, de relaciones de internacional que pudiera oponerlos se vislum-
dependencia e intercambios económicos de ca- bra el espectro de una escalada nuclear. Des-
rácter obligatorio. Esto se aplica en particular a pués de 1945 la guerra ya no es una opción de
los Estados llamados del Tercer M u n d o . N o política exterior. Según Clausewitz, es bien co-
obstante, los Estados Unidos y sus aliados, que nocido que la tecnología de las armas moder-
dominan la escena internacional, están igual- nas -nucleares o convencionales- podría hacer
mente imbricados en una red de cooperación llegar los conflictos hasta sus últimas conse-
intergubernamental y se ven obligados, en con- cuencias. Así, pues, las guerras limitadas son al-
secuencia, a definir su seguridad nacional te- go temible. Los estrategas de las grandes poten-
niendo en cuenta esa situación. cias lo saben y sus discursos sobre las guerras
Así, pues, la teoría «realista» afirma una convencionales o la utilización de las armas nu-
concepción de soberanía en vías de desapari- cleares tácticas se inscriben, explícitamente o
ción. Mientras que para consolidar el Estado- no. dentro de la lógica de la disuasión. Hasta
providencia a finales de la Segunda Guerra comienzos de los años cincuenta la preponde-
Mundial se recurre a sistemas cada vez m á s ela- rancia de Estados Unidos en lo referente a ar-
borados de cooperación internacional y a la m a s nucleares contribuía al mantenimiento de
proliferación de instituciones interguberna- la paz. M á s tarde la instauración del equilibrio
mentales que persiguen ese mandato, esta teo- del terror hace aún m á s manifiesta la irraciona-
ría comprende una concepción obsoleta de la lidad de la guerra entre las grandes potencias
seguridad. Su modelo de actor racional plantea y, por consiguiente, la obsolescencia de una
c o m o axioma que los gobiernos pueden seguir concepción de las relaciones internacionales
siendo amos y señores de su orientación políti- fundada en el postulado de la anarquía y el con-
ca, en otros términos, que están en condiciones flicto.
de determinar su régimen interno sin injeren- Desde luego, las grandes potencias pueden
cia exterior. Ahora bien, estas hipótesis son recurrir a las armas para garantizar la perenni-
inadecuadas porque no tienen en cuenta la di- dad de un cierto orden internacional y para es-
námica de la economía internacional ni los tablecer, c o m o en el pasado, zonas de influen-
cambios estructurales que conllevan los nuevos cia, c o m o lo atestiguan las intervenciones so-
medios de comunicación e información. Por lo viéticas en los países del Este o las de Estados
¡il paradigma «realista" y los conflictos internacionales

El fin del M u r o de Berlín: el triunfo de los valores democráticos en el Este \ en el Sur ha podido hacer creer en un
«final de la historia». En realidad, los conflictos, las relaciones de dominio y de violencia continúan ocupando la
escena internacional, («snim.

Unidos en América latina, el Caribe. Asia y es vencer»20. La disuasión aparece pronto en la


Africa. Sin embargo, fuera de su zona de in- encrucijada de las contradicciones mantenidas
fluencia inmediata su capacidad de interven- por el rechazo del «apaciguamiento», la necesi-
ción es limitada y sus armas nucleares constitu- dad de manifestar su determinación y la impo-
yen un débil recurso, c o m o lo demuestra la gue- sibilidad de hacer la guerra.
rra de Corea, de Vietnam y de Afganistán. Sin embargo, es difícil para los teóricos
Wolfers lo presintió. E n un artículo publica- «realistas» reconciliar sus ideas sobre política
do en 1950 conceptualizaba m u y bien los dile- internacional con los imperativos de la disua-
mas de la disuasión, mostrando que la guerra sión nuclear. Si la guerra no puede seguir sien-
ya no es una opción y preconizando una posi- do la continuación de la política por otros m e -
ción defensiva fundada en la amenaza del te- dios, tendrán que revisar y corregir su posición
rror nuclear18. Muestra además la polarización a este respecto. En un m u n d o en el que reina el
internacional que va a resultar de esa nueva equilibrio del terror, en una época marcada por
amenaza y la carrera armamentista que ésta en- la transnacionalización de los sistemas econó-
gendrará. Sugiere así ciertos límites del modelo micos, políticos y culturales, cambian de natu-
«realista». G . Kennan e incluso Morgenthau raleza los enfrentamientos internacionales en-
van a interrogarse luego sobre las dificultades tre los principales actores del sistema. Así, du-
insolubles de la estrategia nuclear, admitiendo rante la guerra fría el conflicto ideológico ad-
que la guerra atómica no es una opción racional quiere su propia autonomía en relación con las
para los Estados Unidos 19 . R . Aron dedica una ambiciones estatales tradicionales. Al concebir
buena parte de sus reflexiones al dilema de la el poder en sus componentes esencialmente mi-
seguridad nuclear, recordando que «sobrevivir litares o geoestratégicos y definir a los actores
14 Pierre de Senarclens

del sistema a partir de una visión m u y conven- la respuesta del sistema a los esfuerzos de las
cional del Estado y la soberanía nacional, los grandes potencias por extender su hegemonía.
«realistas» descuidan una nueva característica En este sentido, tal evolución es un factor de or-
de los conflictos internacionales: la lucha por den.
difundir su influencia haciendo irradiar su au- El equilibrio político internacional fue una
toridad, su visión del m u n d o , su legitimidad. máxima de gobierno en los siglos XVill y XIX, y
Así, salvo en el caso de R . Aron, no se encuen- los «realistas» ven en él la consecuencia de una
tran en sus obras referencias a las dimensiones necesidad histórica. D e hecho, c o m o con justa
ideológicas de las relaciones internacionales. razón lo observó Anthony Giddens, el equili-
La guerra fría se percibe ante todo c o m o un en- brio en cuestión representaba m á s bien una jus-
frentamiento clásico, el conflicto ideológico tificación de la política perseguida por las gran-
que encubre esa realidad tradicional. La con- des potencias que la realidad de una relación de
tención del m u n d o comunista se analiza en tér- fuerzas:i. Ahora bien, al equilibrio de las gran-
minos de seguridad y no c o m o medio para di- des potencias, que se supone determinó el or-
fundir m o d o s de vida favorables al individua- den internacional hasta 1914, sucede en la teo-
lismo liberal y la economía de mercado. Pasan ría «realista» la bipolaridad determinada por la
por alto los esfuerzos de las grandes potencias oposición entre los Estados Unidos y la U R S S .
por controlar las instituciones internacionales, Algunos autores llegan a comparar el equilibrio
sus programas y su orden del día. Perciben el que se instaura entre ellos con el del Congreso
arma atómica c o m o instrumento de fuerza m i - de Viena, c o m o si fuera posible establecer ana-
litar y n o c o m o símbolo del poder necesario pa- logías entre estrategias y universos políticos tan
ra afirmar una autoridad internacional. distintos. ¿Es realmente la disuasión fundada
Por último, los postulados de una racionali- en el terror una prolongación lógica del equili-
dad universal, que inspiran una concepción de brio buscado por las cancillerías de las poten-
lo político fundada en el modelo del Estado- cias europeas antes de 1914? La Segunda G u e -
Nación de tipo occidental, se estrellan con los rra Mundial engendró un m u n d o tan diferente
escollos de la diversidad cultural y con el carác- en su principio y estructura que parece aleato-
ter irreductible de proyectos ideológicos opues- rio comprenderlo a partir de las concepciones
tos a la visión del m u n d o y la historia heredada políticas del siglo XIX. N o obstante, esta noción
de la Ilustración. Desde luego, es posible apli- de equilibrio se utiliza de m o d o aproximativo
car al conjunto de conflictos del Tercer M u n d o para justificar la necesidad de hacer contrapeso
esquemas de análisis nacidos del modelo «rea- a la U R S S . C o m o proyecto político, esta posi-
lista», pero la explicación no es en m o d o algu- ción es, sin duda alguna, razonable. Por el con-
no suficiente. trario, es m u y discutible si se enuncia c o m o
parte de una teoría con pretensiones científi-
cas.
La estructura del sistema En efecto, se buscó el equilibrio en cuanto a
internacional armas estratégicas, y desde luego esa voluntad
contribuyó a mantener la división de Europa
C o m o en la evolución de la política mundial en los círculos de influencia creados en la pos-
atribuyen una función preponderante a los re- guerra. Sin embargo, una vez definida la estruc-
cursos estratégicos, los «realistas» se interesan tura del sistema c o m o bipolar, queda por m o s -
de m o d o m u y especial por la estructura de las trar el nexo entre esta configuración y la evo-
relaciones internacionales que dimana de la lución de la sociedad internacional. L o s
configuración de la relación de fuerzas. Al de- «realistas» no han estado nunca en condiciones
pender de la política de actores estatales en de explicarlo. Morton Kaplan intentó formular
conflicto, el sistema internacional se orienta las leyes de funcionamiento de los sistemas de
22
sea hacia la hegemonía de un imperio sea hacia equilibrio, pero su tentativa quedó fallida .
una forma de equilibrio entre los principales Aron mostró la inanidad de ese intento, reco-
Estados. E n su perspectiva, la anarquía del sis- rriendo la historia para demostrar el carácter
tema puede cristalizar en un orden relativo gra- universal de la ley del equilibrio de fuerzas, de-
cias al equilibrio político que resulta de fuerzas finida por H u m e . Al evocar el sistema bipolar
antagónicas. Esta evolución se considera c o m o fundado en la fuerza nuclear, Aron cree poder
El paradigma «realista» y los conflictos internacionales 15

afirmar: «Se aplica la ley más general del equili- Sin embargo, la evolución de esta estructura
brio: el objetivo de los actores principales es n o conflictiva sigue siendo incierta. N o está garan-
encontrarse a la merced de un rival. N o obstan- tizada la moderación y la frustración de ambi-
te, c o m o los dos grandes dirigen las acciones y ciones antagónicas puede provocar cortocircui-
los pequeños, incluso unidos, no pueden equi- tos en todo m o m e n t o . Son probables las crisis
valer a uno de ellos, el principio del equilibrio futuras y no es nada seguro que se pueda evitar
se aplica a las relaciones entre las coaliciones, un enfrentamiento militar directo. Tanto m á s
formadas en torno a uno de los que dirigen las que los cambios tecnológicos que han produci-
acciones. Toda coalición tiene c o m o objetivo do la miniaturización de la b o m b a atómica y
supremo lograr que el otro no adquiera recur- una precisión cada vez mayor de los «vectores»
sos superiores a los propios»21. Aron introduce inducen a la tentación de guerras limitadas de
asimismo ciertas consideraciones sobre las di- tipo convencional o nuclear24.
mensiones ideológicas de la estructura, afir- Para preservar el orden internacional y ga-
m a n d o con S. Hoffmann que los sistemas hete- rantizar su hegemonía, las grandes potencias
rogéneos son fundamentalmente inestables y crean organizaciones internacionales y definen
conflictivos. las «reglas del juego» que marcan la dinámica
También Stanley Hoffmann intentó sacar de la política mundial. Ahora bien, a partir de
las consecuencias del equilibrio del terror. E n los años 70 el debilitamiento relativo de la po-
primer lugar, el «sistema diplomático-estraté- tencia de Estados Unidos puede poner en peli-
gico» se caracteriza por la estabilidad a nivel gro «los regímenes» establecidos gracias a su
central y global del sistema, pero además por la autoridad. Así, pues, al margen de las concep-
inestabilidad en los niveles inferiores. En otros ciones «neorrealistas» se ve aparecer una litera-
términos, gracias a la estructura bipolar carac- tura cuya posición y pretensiones teóricas son
terizada por la potencia nuclear de los dos difíciles de situar y que versa sobre la aparición
«grandes» se ha podido evitar hasta ahora la y el fin de los imperios, o bien sobre la evolu-
guerra entre los principales actores del sistema, ción de la sociedad internacional tras el debi-
sin disminuir, por ello, la violencia, en particu- litamiento de la hegemonía de Estados Uni-
lar las guerras convencionales en los países lla- dos 25. Sus autores destacan, por lo general, el
mados del Tercer M u n d o , o la guerrilla y la peligro de inestabilidad y de conflictos c o m o
subversión en la periferia, o incluso en uno de consecuencia del desmoronamiento de la pre-
los campos. En segundo lugar, el sistema inter- ponderancia estadounidense y la aparición de
nacional está fragmentado en subsistemas re- nuevos polos de poder. Según Robert Gilpin, la
gionales. Dentro de esos conjuntos, la solución Pax americana, lo m i s m o que anteriormente la
de los conflictos está determinada ante todo Pax britannica era un factor de orden y estabili-
por la relación de fuerzas y las guerras son la dad internacional. Estados Unidos y Gran Bre-
continuación de la política mediante otros m e - taña crearon y sancionaron las reglas del libre
dios. E n consecuencia, el equilibrio estratégico cambio, garantizaron la creación y aplicación
nuclear no puede impedir la aparición de esas de un sistema monetario internacional y procu-
realidades conflictivas. Por lo demás, las gran- raron la seguridad de las inversiones26. Según
des potencias no se enfrentan militarmente, pe- esta orientación teórica, la relación de fuerzas
ro su antagonismo produce crisis debido a su sigue desempeñando, en último análisis, un pa-
voluntad de modificar el statu quo y su esfera pel determinante en la política internacional.
de influencia respectiva (la crisis de Berlín y de Sólo los dos «grandes» dominan la sociedad in-
Cuba), o por su intención de ampliar sus rela- ternacional e influyen en su estructura. El inte-
ciones conflictivas a un tercer Estado (guerra rés preponderante atribuido a esta última no-
de 1973 en Oriente Medio). Por último, las ción constituye la innovación principal de esta
grandes potencias se comprometieron a evitar literatura. En efecto, esta visión muestra la na-
la destrucción general consecuencia de un acci- turaleza obligatoria de la estructura del sistema
dente o la escalada. H a n procurado controlar internacional. Los «neo-realistas» orientan,
su armamento y limitar además su intervención pues, su análisis hacia la configuración de la
más allá de su zona de influencia. Esta prudencia relación de fuerzas entre los principales actores
no les ha impedido, sin embargo, buscar ventajas de la escena internacional. Del m i s m o m o d o
marginales en zonas secundarias. que los economistas definen el mercado por la
16 Picric ilc Sciuirck'iis

interacción de las principales empresas (estruc- cional. Están condenados a poner de relieve un
tura oligopólica). Waltz explica la estructura m u n d o bipolar, descuidando las características
política internacional por la interacción de las estructurales que escapan a esa oposición con-
grandes potencias2". Los atributos de los acto- flictiva. o procurando a lo s u m o integrarlos en
res tienen menos importancia que la estructura la «dimensión vertical» de las relaciones inter-
producida por su interacción. Esta última per- nacionales. N o se explicitai! las condiciones ne-
mite comprender y prever el comportamiento cesarias para pasar de la bipolaridad a la multi-
de los actores. Waltz rechaza, sin embargo, la polaridad del c a m p o político-económico.
noción de multipolaridad por considerar que la N o se puede descubrir la estructura del sis-
estructura del sistema internacional sigue es- tema internacional sin definir su principio de
tando dominada exclusivamente por las dos organización. Para que la ley del equilibrio sea
grandes potencias que deben su preponderan- válida, sería preciso, c o m o lo reconoce Headley
cia al conjunto de los recursos económicos, mi- Bull, que los principales actores del sistema de-
litares, científicos y tecnológicos que pueden cidan dedicar sus recursos a la optimización de
movilizar para garantizar su independencia na- su potencia estratégica. E n realidad, pueden
cional y lograr sus fines. En su perspectiva, esta perfectamente perseguir otros objetivos, sobre
estructura bipolar es m u c h o m á s estable y tran- todo la prosperidad económica, la estabilidad
quilizante que las del pasado. política y la armonía social. H . Bull reconoce
Sin embargo, al no estar en condiciones de con razón que el equilibrio de las potencias es
definir los elementos constitutivos del poder ni tanto más difícil de lograr cuanto que la políti-
su finalidad en la era atómica, esos «neorrealis- ca internacional evoluciona «en varios table-
tas» no pueden explicar claramente la ordena- ros»^. Así, pues, es preciso admitir una cierta
ción de las alianzas y relaciones antagónicas en diversidad de equilibrios en función de realida-
la escena mundial, ni los efectos de esa estruc- des políticas heterogéneas, cambiantes y c o m -
tura en la evolución de las relaciones interna- plejas. Hoffmann reconoce, además, la existen-
cionales. Por consiguiente, el equilibrio sigue cia de una «dimensión funcional» de las rela-
siendo aproximativo ya que no dimana simple- ciones internacionales.
mente de un equilibrio militar, sino de una re-
lación de fuerzas que no puede evaluarse con
claridad. A d e m á s , al definir la anarquía del sis- El orden internacional
tema internacional en términos esencialmente
políticos, no integran en la explicación de las Si la dinámica de la política mundial no resulta
estructuras los factores que dependen de las va- únicamente del enfrentamiento de potencias
riables socioeconómicas. En su perspectiva, los antagónicas, el orden internacional deberá fun-
desórdenes provienen de la falta de una autori- darse también en normas jurídicas y morales,
dad política única, y no de una polarización instituciones y principios ideológicos. El siste-
económica, social o cultural. Así, la estructura m a pluripolar del siglo XIX constituía, c o m o lo
de las relaciones internacionales que conside- reconoce Aron, un «compromiso histórico en-
ran significativa nace del antagonismo Este- tre el estado natural y el reino de la ley»2M. M á s
Oeste. Dicha estructura apenas si integra las re- que cualquier otra, las guerras del siglo X X de-
laciones Norte-Sur y no destaca los sistemas re- muestran la utilidad de normas integradoras.
gionales que obedecen a otra dinámica política. Durante la Segunda Guerra Mundial los Alia-
D e hecho, es difícil para esos teóricos definir dos procuraron definir los principios y sentar
las características estructurales de la sociedad las bases institucionales de un nuevo orden in-
internacional, lo que desde luego es una tarea ternacional. La Carta de las Naciones Unidas
ardua. Sin embargo, permaneciendo funda- traduce perfectamente esta exigencia, del mis-
mentalmente vinculados a una concepción clá- m o m o d o que las numerosas organizaciones de
sica del actor estatal, la seguridad nacional y las carácter universal o regional que se crearon
relaciones de fuerza que conforman la política después de 1945 para animar y administrar
mundial, sin interrogarse sobre la concepción una cooperación multilateral que empieza a ser
ideológica y los proyectos políticos de esas uni- indispensable para los proyectos de los Esta-
dades en interacción, no logran obtener los ele- dos.
mentos significativos de esa estructura interna- El antagonismo Este-Oeste suscitó durante
I.I paradigma «realista» y los conllictos internacionales 17

Biblioteca de la guerra ( W a r Library). Pentagon. Washington. D . C . R Maiinck/Mugnurr

largo tiempo una división aparentemente irre- en la relación de fuerzas, el espectro de con-
ductible de la sociedad internacional, pero este frontaciones bélicas y los factores de anarquía,
conflicto jamás acercó la sociedad internacio- los teóricos «realistas» resultaron incapaces, y
nal a un sistema anárquico: los círculos dirigen- sobre todo poco preocupados, de explicar la
tes de Estados Unidos especulaban constante- mayoría de las relaciones interestatales tenden-
mente sobre el hecho de que la U R S S no quería tes a crear vínculos de cooperación fundados
la guerra y que. además, el comportamiento y en negociaciones diplomáticas o técnicas de ti-
los compromisos internacionales de ese país po bilateral o multilateral. Descuidaron el aná-
eran previsibles y racionales. C o m o la guerra lisis de los vínculos de interdependencia que
no era una opción posible de política exterior, constituyen la trama de las relaciones interna-
los principales Estados mantuvieron mecanis- cionales, dejando de lado, entre otras cosas, el
m o s de cooperación que atenuaban las conse- estudio de los movimientos de integración re-
cuencias de su hostilidad mutua. Las armas de gional. N o pudieron explicar el papel ni la
terror confirmaron aún m á s la necesidad y el orientación de los numerosos actores de la so-
peso de las instituciones, c o m o lo prueban la ciedad internacional que n o pertenecen al
duración de las organizaciones internacionales círculo estrecho de las grandes potencias. N o
de posguerra, su crecimiento y la proliferación atribuyeron ninguna importancia a la prolife-
de nuevas redes de cooperación interguberna- ración de actores transnacionales que menos-
mental y de O N G . caban sin cesar la soberanía de los Estados. Por
Del m i s m o m o d o que el espectro de la vio- otra parte, c o m o lo ha observado Keohane con
lencia civil no es el objeto principal de la vida toda razón, los teóricos «realistas» no aprecia-
política de los Estados, tampoco la amenaza de ron debidamente las repercusiones de los m e -
guerra puede dominar el estudio de las relacio- dios de comunicación e información en la re-
nes internacionales. Al centrar su investigación ducción de la inseguridad internacional y en la
18 Pierre de Senardens

extensión de los mecanismos de cooperación ción Este-Oeste no hace inmediata esta utopía.
intergubernamental1". Tales fenómenos y pro- La escena internacional sigue siendo un lugar
cesos han conllevado una modificación de la en el que se exacerban las crisis, los conflictos y
naturaleza y finalidad de la política, modifica- las relaciones de dominación y violencia que
ción que repercute en el conjunto de las relacio- constituyen la esencia m i s m a de lo político. E n
nes internacionales. este caso específico se puede incluso pensar que
Los procesos que se están llevando a cabo las estructuras de la sociedad internacional
en los países de Europa oriental parecen poner contemporánea favorecen las relaciones de
de manifiesto el triunfo de los valores occiden- opresión y dependencia, los procesos de margi-
tales e incitan al optimismo. Pareciera que la nalización social, los movimientos migrato-
historia restablece la marcha del progreso hasta rios, los conflictos étnicos, las guerras civiles y
el punto de que algunos creen poder anunciar el regionales y el terrorismo. Sin embargo, estos
«fin de la historia». Paradójicamente, ¿no de- fenómenos no son explicables en el paradigma
biera la rapidez extraordinaria de estos sucesos «realista». Ahora bien, un marco conceptual
convencernos m á s bien del carácter siempre in- para el estudio de las relaciones internaciona-
determinado de la historia, de sus ardides, de les, que no tiene nada que decir sobre los graves
sus subterfugios, de sus rupturas? Así, pues, no problemas planteados por el desarrollo, el m e -
se puede reprochar a nadie que se vea sorpren- dio ambiente, los refugiados, el crecimiento de-
dido por acontecimientos que parecen modifi- mográfico y los nuevos antagonismos religiosos
car profundamente la evolución de las relacio- y culturales, o que reduce esos fenómenos a
nes internacionales. Sin embargo, las transfor- confrontaciones interestatales tradicionales, es
maciones del c a m p o soviético invalidan las necesariamente incompleto y, en consecuencia,
tesis sobre las limitaciones de la estructura bi- insuficiente. E n efecto, la sociedad mundial no
polar y asignan una importancia nueva a los presenta las mismas características de integra-
atributos sociopolíticos e ideológicos de los ac- ción que la mayoría de los sistemas estatales y
tores estatales. Dichas transformaciones pare- esta característica constituye un factor suple-
cen dar, además, un peso particular a las fuer- mentario de desorden, e incluso en algunos ca-
zas transnacionales en la política de los Estados sos de anarquía. Las relaciones de fuerza se m a -
y la evolución del sistema internacional. E n la nifiestan de m o d o m á s abierto, sin la media-
actualidad estas últimas hacen desmoronar ción de instituciones y de normas investidas de
desde el interior las estructuras del c a m p o so- una autoridad aceptada en términos generales
viético. Desde luego, las transformaciones del y sin el m a n d o de un poder gubernamental.
c a m p o socialista cuentan con la autorización C o n todo, cuando la guerra no es una opción
del Kremlin, pero responden, sin embargo, a estratégica racional entre las grandes potencias,
limitaciones económicas, movimientos socio- cuando es difícil delimitar los círculos de la po-
culturales, corrientes ideológicas exógenas al lítica interior y los de la política exterior, cuan-
régimen soviético, por lo que parecen contra- do se erosionan las fronteras tradicionales de
decir el marco conceptual tradicional y dan ra- los países, en una época en que los organismos
zón a los adeptos del transnacionalismo. La li- no estatales y las organizaciones interguberna-
mitación de las posibilidades de utilizar la fuer- mentales influyen cada vez m á s en la vida de
za militar entre los Estados modernos, así los Gobiernos y los pueblos, no se puede fundar
c o m o el nexo cada vez m á s estrecho entre el el análisis politológico de los conflictos en afo-
poder y la acumulación del saber científico y rismos intemporales o en categorías nacidas de
técnico han modificado los datos político-es- un orden conceptual caduco que impide la
tratégicos tradicionales. Las transformaciones comprensión de las principales estructuras eco-
de la sociedad internacional no alejan los ries- nómicas y políticas del m u n d o contemporá-
gos de guerras ni disminuyen el riesgo de vio- neo.
lencias o la realidad de crisis y antagonismos de
toda índole. La perspectiva de una reconcilia-
Traducido del francés
El paradigma «realista» y los conflictos internacionales 19

Notas

1. Véase a este respecto, entre 12. E . H . Carr. The Twenty Years 23. R . Aron. op cil. p. 144-145.
otros. O . R . Holsti, «Models of Crisis. 1919-1939, Londres,
International Relations and MacMillanCo.. 1962. pp. I02ss.
Foreign Policy», Diplomatic 24. Stanley Hoffmann. «L'ordre
History, vol. 13. n u m . I. invierno 13. H . Morgenthau, op. cil. international», en M . Grawitz y J.
de 1989. pp. 15-43. pp. 52 ss. Leca. Fraile de science politique,
n u m . 1. París. P U F . 1985.
2. Henry Kissinger. .1 la Maison 14. A . Wolfers. op. cil. p. 6. p. 666-698.
Blanche, Fayard, t. I. 1979.
15. K . Waltz, Theory of
International Politics, Reading. 25. Por ejemplo las obras de P.
3. R a y m o n d Aron. Paix cl guerre
Mass.. Addison-Wesley. 1979. Kennedy. The Rise and Fall of the
entre les nations, París.
p. 134. (¡reut Powers. Nueva York.
Calmann-Lévy, 1962. p. 33 ss.
R a n d o m House, 1988; T . Geiger.
16. Véase British Security. A The Future ol the International
4. Véase a este respecto. C . R .
System. The United States and the
Beitz., Political Theory and Report by a Chatham House Study
H oiid Political Economy, Boston,
¡niernational Relations. Princeton, Group. Londres. Royal Institute of
Unwin H y m a n . 1988; D . P . Calleo,
Princeton University Press. 1979. International Affairs, 1946.
Beyond American Hegemony. The
p. 35.
17. Graham Allison. The Essence Future of the Western Alliance,
Nueva York. Basic Books. Inc.
5. R.J. Lieber, Ko Common of Decision: Explaining the Cuban
Publishers, 1987.
Power. Understanding Missile Crisis. Boston, Little,
International Relations, Boston. Brown & Co., 1971.
Scott, Foresman & C o . . 1988. 26. Robert Gilpin. The Political
18. A . Wolfers. «The Atomic-
Economy of International
6. Kennett Waltz. Theory of World B o m b in the Soviet-American
Relations, Princeton. Princeton
Politics, Reading. Mass. Relations», en B . Brodie, The
University Press. 1987.
Addison-Wesley. 1979. Absolute Weapon, Nueva York,
1946.
7. Hant Morgenthau. Politics 27. K . Waltz. «Political
among Nations. Nueva York. A . 19. H . Morgenthau. .1 New Structures», en R . Kcohane.
Knopf, 6.-' edición. I 985. p. 5 y 33. Foreign Policy for the United Neorealism and its Critics. Nueva
Situes, Nueva York, F . A . Praeger. York. Columbia University Press.
8. K . Waltz. Theory, op. cit. 1969. p. 207 ss.; G . Kennan The 1986. pp. 88-89.
p. 1 34. Nuclear Delusion, Nueva York.
Pantheon Books. 1983.
9. H , Morgenthau. op. cil 28. Headley Bull. The Anarchical
pp. 31 ss.. y pp. 115 ss. 20. R . Aron. op. cil. p. 654 ss. Society. Londres. Macmillan.
1977. p. 113.
10. R . Aron. op. cil. p. 58. 21. Anthony Giddens, The
Nation-Slate and Violence, Polity 29. R. Aron. op. cil. p. 143.
1 1. Arnold Wolfers. Discord and Press. 1985, p. 257.
Collaboration. Essays on
International Politics. Baltimore. 22. Morton Kaplan, System and 30. Robert O . Keohane, After
Johns Hopkins Press. 1962. Process in International Politics. Hegemony. Princeton University
pp. 103 ss. Nueva York. 1957. Press, p. 245.
Continuidad y cambio
en el pensamiento geopolítico occidental
durante el siglo XX

Geoffrey Parker

Durante el presente siglo han ocurrido en la es- tono predilecto- se convirtió en característica
cena internacional más cambios fundamenta- de los nuevos atlas policromos que tanta in-
les que en cualquier otra época anterior de la fluencia ejercieron en la visión mundial de va-
historia. Entre esos cambios puede señalarse rias generaciones de jóvenes europeos. A la lar-
un enorme incremento de la población total del ga, ello contribuiría a inculcarles peligrosas ilu-
m u n d o , la difusión de la industrialización des- siones acerca de la importancia y el destino de
de su centro en el Atlántico Norte a otras m u - su respectiva nación.
chas partes del m u n d o , la radical transforma- Al iniciarse el deceniofinalde este siglo se
ción del sistema del comercio mundial, los rá- ha esfumado ese orden mundial eurocéntrico,
pidos cambios tecnológicos, la utilización de dando lugar a un mosaico complejo de formas
gran n ú m e r o de nuevas geopolíticas que, a primera
fuentes de energía y de m a - vista, parecen carecer de
Geoffrey Parker es lector en la School of
terias primas, y el conside- Continuing Studies. Universidad de todo tipo de orden o cohe-
rable crecimiento de la ri- Birmingham. Reino Unido, especializa- rencia. El ámbito del m u n -
queza general que éstas ori- do en geografía política. D e entre sus do consiste ahora casi ente-
ginan. El m u n d o h u m a n o numerosas publicaciones destacan A
political geography of European Com- ramente en un gran n ú m e -
se ha consolidado en un so- munity. 1983: Western Geopolitical ro de Estados soberanos de
lo sistema global y los acon- Thought in the Twentieth Century, tamaño m u y diverso, desde
tecimientos que tienen lu- 1985; y The Geopolitics of Domination.
1988. Actualmente está trabajando en los de proporciones conti-
gar en cualquiera de sus re- un Diccionario de Geopolítica. nentales y subcontinenta-
giones pueden producir les, c o m o Australia y Chi-
ondas de choque sísmicas na, hasta los diminutos Es-
en una extensa zona. Esto tados insulares, c o m o
se ha visto claramente en Singapur y Jamaica. Cada
las repercusiones mundia- uno de ellos, por lo menos
les que han tenido los suce- en teoría, es absolutamente
sos acaecidos en la parte oriental de Europa a independiente, y todos son iguales a la luz del
fines del decenio de los años ochenta. derecho internacional. Algunos gozan de un al-
El resultado de estos acontecimientos ha si- to grado de homogeneidad, tanto política c o m o
do la transformación completa del ámbito geo- cultural, mientras que otros muestran una con-
político del m u n d o . A comienzos de siglo ese siderable diversidad interna, diferencia que no
ámbito seguía siendo esencialmente eurocén- siempre depende del tamaño del Estado. Entre
trico, y el poder mundial se concentraba en m a - muchos, si no entre la mayoría, se han dado
nos de los Estados más importantes de Europa agrupamientos de carácter regional. Las finali-
occidental y central con sus imperios mundia- dades de estos agrupamientos varían entre la
les y sus extensas esferas de influencia política, de vincular estrecha e inextricablemente entre
económica y militar. Colorear el m u n d o de ro- sí a una serie de Estados contiguos y la de des-
sa - o de verde o de azul o de cualquier otro empeñar únicamente funciones concretas y li-

RICS 127/Marzo 1991


22 Geoffrey Parker

mitadas. U n a docena aproximadamente de los pagación de las ideas geopolíticas, especial-


Estados del m u n d o , ubicados en su mayoría en mente de aquellas que dimanaban de la escuela
torno a la cuenca del Atlántico Norte, han lle- de Karl Haushofer en Munich. M u c h o antes
gado a dominar el sistema económico mundial, del final de la Segunda Guerra Mundial, la m a -
mientras que dos de ellos, las «superpotên- yoría de los principales geopolíticos se habían
cias», monopolizan prácticamente por sí solos alejado de los excesos del régimen nazi, pero el
los armamentos de destrucción masiva. Otros daño estaba hecho y durante toda una genera-
Estados poderosos y extensos, c o m o India y ción, tras la guerra, la geopolítica, al igual que
Arabía Saudita, han alcanzado una situación su disciplina de origen, la geografía política,
de hegemonía regional limitada. Tal es la índo- quedaría relegada a la periferia de las discusio-
le del ámbito geopolítico abigarrado y policro- nes políticas serias. En el decenio de los setenta
m o que actualmente ha reemplazado al antiguo la situación ya había evolucionado, empezán-
orden mundial eurocéntrico. Comprender m e - dose de nuevo a apreciar el valor del método
jor ese ámbito es el e m p e ñ o de los especialistas geopolítico.
en geopolítica. Otro problema inherente al estudio espacial
Esta disciplina consiste en el estudio de los del ámbito geopolítico del m u n d o estriba en
Estados c o m o fenómenos espaciales, a fin de que, c o m o se ha observado, ese ámbito está su-
poder comprender las bases de su poderío y el jeto a alteraciones de envergadura. D e ahí que
carácter de las interacciones que se producen el geopolítico se encuentre en la situación de
entre ellos. Para la geopolítica, el poder arraiga tener que examinar unos fenómenos suscepti-
con firmeza en el carácter propio de la tierra. bles de cambios súbitos y, en gran medida, im-
Así c o m o en la mitología griega el gigante A n - previstos. D e resultas de ello, es posible que las
teo, hijo de G e a y de Poséidon, deidades de la explicaciones propuestas y sometidas a verifi-
Tierra y del M a r , recibía su fuerza del contacto cación respecto de una determinada serie de
con el suelo que pisaba, del m i s m o m o d o el po-variables no puedan sostenerse fácilmente en
der del Estado e m a n a del carácter del territorio circunstancias radicalmente modificadas. E n
que ocupa. El m u n d o es m u y variado en lo que vista de lo cual, los profesionales de la geopolí-
atañe al clima, a la vegetación, a los suelos y a la tica tienen que formularse las preguntas si-
geología, c o m o también a la distribución de las guientes: ¿Representa la transformación perió-
masas continentales. Tal diversidad ha conver- dica del ámbito geopolítico del m u n d o un m e r o
tido a su superficie en algo m u c h o m á s impor- cambio de escena - o . en el mejor de los casos,
tante que el mero teatro en que se viene repre- el comienzo de un nuevo acto- en un d r a m a
sentando el drama de la historia h u m a n a . Tal histórico en curso que posee su propia trama y
c o m o pensaban East y Prescott, el m u n d o geo- sus propios personajes? ¿ O bien señala el co-
político constituye «un mecanismo de engra- mienzo de un drama completamente nuevo,
najes m u y delicados», y la geopolítica es el es- distinto e independiente del que le precedió?
tudio de c ó m o y para q u é funciona ese Quienes tienen por oficio observar y tratar de
mecanismo 1 . interpretar el escenario geopolítico están obli-
El estudio de la geopolítica ha tropezado gados a dar una respuesta a esta alternativa an-
con una serie de problemas. El principal de tes de seguir adelante. D e esa respuesta depen-
ellos consiste en que, si bien su papel c o m o dis- de que la geopolítica sea limitada en su alcance
ciplina académica radica en buscar la objetivi- y pragmática en sus conclusiones o bien que
dad, por su proximidad a la toma efectiva de pueda tener u n significado interpretativo m u -
decisiones ha caído a veces en la trampa de jus- cho m á s amplio, capaz de hacer afirmaciones
tificar e incluso de promover las políticas na- dotadas de una validez que trascienda cual-
cionales. El ejemplo m á s notorio de ello fue la quier lugar y época concretos y orientada a for-
escuela alemana de Geopolitik en los años de mular propuestas y teorías relativas al carácter
entreguerra, cuando se dio una estrecha rela- fundamental del m u n d o h u m a n o .
ción entre los principales Geopo/itiker y algu- Las principales figuras del pensamiento
nas personalidades de la alta jerarquía del Ter- geopolítico occidental han sostenido en este
cer Reich 2 . El expansionismo germánico, punto opiniones m u y distintas. Las actitudes
centrado en la doctrina del Lebensraum (espa- han variado entre la del geógrafo francés Vidal
cio vital), fue sustentado y sostenido por la pro- de la Blanche, quien expresó su recelo acerca de
Continuidad y cambio en el pensamiento geopolítico occidental durante el siglo XX 23

«Globe terrestre», detalle. Castillo de Versailles, Escuela de Le Brun, siglo xvii.Giraudon.


24 tieoïlïey Parker

lo que consideraba c o m o intentos prematuros se trataba de un « m u n d o en profunda discor-


de «formuler les lois»*, y la del geógrafo británi- dia», siendo a m e n u d o el cambio y el conflicto
co Haiford Mackinder, el cual no tenía incon- sus características m á s peculiares, en vez de la
veniente en dar una explicación geopolítica ge- estabilidad y la cooperación. Al indagar las
neral de la historia del m u n d o 4 . Sin embargo, causas de esta situación crítica, los geopolíticos
sean cuales fueren las posturas respectivas con han prestado especial atención al reparto desi-
respecto a las teorías y las leyes, los geopolíticos gual de los recursos materiales y humanos del
han partido en realidad sobre todo del supuesto m u n d o . Se ha insistido en la importancia de los
de que. si bien los actores y el escenario cam- factores territoriales para explicar el carácter
bian a menudo, todo forma parte de un m i s m o particular de cada Estado y las motivaciones de
vasto drama, no siempre fácilmente compren- su comportamiento internacional. El estudio
sible. El ámbito geopolítico del m u n d o ha sido de los procesos y pautas propios del ámbito
abordado c o m o si fuera una totalidad cerrada, geopolítico ha exigido también que todo análi-
finita e interdependiente, cuyas diversas partes sis riguroso sea diacrónico y la relación espa-
sólo podrían entenderse cabalmente en función cio-temporal ha conservado su importancia
de la totalidad. También se ha partido de un medular en el pensamiento geopolítico. Según
positivismo subyacente en la creencia de que Jean Brunhes, la «géographie dite politique»
esa comprensión debe alcanzarse gracias al des- era, en su sentido m á s general, una «géographie
cubrimiento de pautas y de procesos repetiti- de l'histoire»1. Nunca se ha pensado seriamente
vos, fuertemente influidos por las peculiarida- que los fenómenos geopolíticos fueran sólo ex-
des geográficas. La totalidad puede, pues, ser plicables en función del presente y las teorías
interpretada y explicada racionalmente y, se- han tomado inevitablemente en cuenta la di-
gún Saul Cohen, «cabe compararla a un dia- mensión histórica. La oposición entre las expli-
mante, no a un fragmento de vidrio»-1. D e esta caciones deterministas y las probabilistas. que
afirmación se han derivado una serie de ideas, tanta importancia revistió en la evolución de
proposiciones y teorías encaminadas todas las ideas geográficas a comienzos del siglo, ha
ellas a profundizar la comprensión de los pro- seguido siendo también una característica im-
cesos geopolíticos. En la base de esta forma de plícita de reflexión posterior. Sobre esta base
pensar está la orientación predominantemente general se ha aceptado la investigación de los
occidental de la disciplina. Se ha supuesto ge- posibles esquemas futuros del desarrollo m u n -
neralmente que este «Occidente», centrado en dial c o m o un elemento fundamental de las fun-
los países del Atlántico Norte, representa, de ciones de la disciplina. La tendencia a evitar
m o d o implícito o explícito, el progreso, la ilus- calamidades y catástrofes tales c o m o la deca-
tración y la civilización. E incluso cuando O c - dencia política y económica, la pérdida de la
cidente no ha estado manifiestamente a la altu- influencia internacional, los conflictos y la gue-
ra de semejante autoafirmación, se ha rra ha dado origen a una tendencia normativa y
explicado el fracaso c o m o una pérdida transito- «comprometida» en el pensamiento cuya base
ria del estado de gracia más bien que c o m o el es la fe en el libre albedrío y en la capacidad del
fruto de un fallo más profundo. Se ha conside- hombre para influir en los resultados.
rado que la «ilustración» occidental contrasta
tajantemente con lo que Kipling llamaba la
«amada noche egipcia» que cubría la mayor Principales escuelas
parte del resto del m u n d o al que, gracias al estí-
de pensamiento
mulo occidental, se estaba obligando a avanzar
«(¡Ay, cuan lentamente!) hacia la luz»6. Esta luz
Pese a todos estos elementos de unidad y conti-
del «Primer M u n d o » contrasta de m o d o implí-
nuidad en el pensamiento geopolítico occiden-
cito con las tinieblas del «Segundo», «Tercer» y
tal que acabamos de mencionar, han surgido
«Cuarto» mundos, lo que ha tendido a reflejar-
una serie de «Weltanschaungen» (cosmovisio-
se en las combinaciones de colores que se e m -
nes) explicativas m u y distintas entre sí. Cabe
plean en los atlas políticos occidentales.
reconocer seis escuelas principales de pensa-
La interdependencia y la racionalidad se miento: la binaria, la marginalista, la ternaria,
han considerado, así, c o m o atributos del m u n - la zonalista, la centralista y la pluralista (figu-
do geopolítico; se ha estimado igualmente que ra 1). Existen, por añadidura, los universalistas
Continuidad y cambio en cl pensamiento geopolítico occidental durante el siglo XX 2^
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26 Geoffrey Parker

y los idealistas, que representan unas posturas m o reacción contra la división del globo implí-
o unos objetivos dimanantes de una o m á s de cita en la tesis binaria. Significa un intento deli-
esas escuelas. berado y positivo de impedir la consolidación
Para los binaristas el m u n d o se divide fun- de esa división y presentar una alternativa rea-
damentalmente en dos polos importantes de lista a ella. Si logra asentar su base de poder,
poder. A u n q u e los principales centros de poder esta «tercera fuerza» puede alcanzar una posi-
pueden modificarse históricamente, se mantie- ción que le permita lanzar un desafío a uno de
ne un estado casi permanente de conflicto y en- los dos protagonistas y sustituirlo quizás c o m o
frentamiento. El defensor m á s célebre de la in- centro principal de poder. D e este m o d o , aun-
terpretación binaria fue Haiford Mackinder, y que puede considerarse la concepción ternaria
su «Heartland» (territorio central) fue su con- c o m o un intento de proponer un equilibrio en-
cepto m á s sugestivo*. Postulaba este autor la tre tres centros de poder, puede también enten-
dicotomía histórica entre el poder marítimo y derse c o m o un método que ofrece al sistema
el terrestre, siendo el baluarte principal de este binario la posibilidad de adaptarse a las reali-
último el remoto y -por lo m e n o s a comienzos dades cambiantes del poder para cobrar así
de siglo- invulnerable «Heartland» situado en nuevas esperanzas de vida. La idea de Mitteleu-
el centro de Asia. La de Mackinder siguió sien- ropa, tal c o m o fue elaborada a comienzos de
do a lo largo del siglo una importante teoría siglo, constituye un ejemplo de la concepción
explicativa, aunque su atractivo aumentase o ternaria, ya que postula la interposición de un
disminuyese según las circunstancias de la nuevo polo de poder entre la esfera marítima y
época. la continental a fin de impedir que puedan con-
Desde un principio se le opuso la teoría seguir una c o m ú n dominación del m u n d o .
marginalista, perfeccionada en el decenio de Los seguidores del zonalismo ubican decidi-
1940 por Nicholas S p y k m a n , que situaba el damente los centros naturales del poder m u n -
centro real del poder mundial en un gran «rim- dial en las zonas templadas y subtropicales del
land» (territorio periférico) representado por Hemisferio Norte. Conceden así implícitamen-
una gigantesca medialuna que envolvía el con- te al clima el papel principal en lo que atañe a la
tinente euroasiático". Según esta idea, tanto el determinación de las estructuras geopolítias
m u n d o marítimo c o m o el continental, aunque del m u n d o . Para ellos, los países m á s impor-
hayan logrado aparecer c o m o los centros geme- tantes son los de América del Norte y Europa,
los del poder mundial, adolecían de insuficien- junto con la Unión Soviética y Japón. James
cias y rémoras considerables para poder mante- Fairgrieve consideraba también que el Asia de
ner ese papel. A largo plazo, a m b o s acabarían los monzones estaba capacitada para formar
siendo esencialmente periféricos respecto del parte de este sistema de poder del Hemisferio
poder basado en los territorios periféricos, y los Norte1". El predominio del Norte iba igualmen-
conflictos mundiales m á s importantes han te- te implícito en las teorías de los Geopolitiker
nido por objeto controlar la totalidad o una alemanes. Ello podía verse en las pan-ideen de
parte de esos territorios, con su población y sus Karl Haushofer, grandes regiones del m u n d o
recursos inmensos y su situación geoestratégica destinadas a apuntalar el poder dominante de
central. tres o cuatro naciones del Hemisferio Norte".
El pensamiento ternario considera que el Durante el decenio de los setenta, el Informe
ámbito geopolítico del m u n d o se escinde, al Brandt vino a poner de relieve las enormes dis-
menos potencialmente, en tres, y no dos, cen- paridades existentes entre los recursos de los
tros principales de poder. Esta teoría tiene afi- países de la zona nórdica templada («el Norte»)
nidades con la escuela marginalista que tam- y los de las tierras tropicales y ecuatoriales e m -
bién distingue tres macrorregiones geopolíticas pobrecidas («el Sur»)' : .
-la marítima, la continental y los territorios pe- D e aquí d i m a n ó el significativo concepto de
riféricos-, pero se separa de ella en la medida «Norte-Sur» visto c o m o la división m á s impor-
en que postula la existencia de cierto equilibrio tante y peligrosa del m u n d o m o d e r n o que exi-
entre esas regiones que se mantiene durante un gía ser abordada urgentemente para evitar que
lapso de tiempo. El surgimiento de una situa- ocurrieran toda una serie de catástrofes políti-
ción ternaria supone la interposición de una cas y económicas. La idea se ha materializado
«tercera fuerza» dentro de la escena binaria co- en nuevas proyecciones cartográficas, la m á s
Continuidad y cambio en el pensamiento geopolítico occidental durante el siglo XX 27

«El nuevo mapu de Europa en 1970». n R

célebre de las cuales es la ideada por Arno Pe- cer M u n d o . En una semiperiferia de países m e -
ters. La inclusión de China entre las potencias nos desarrollados y de países en desarrollo se
del Norte ha dado lugar a ese «pentágono» que sitúan la Europa oriental y la Unión Soviética,
Henry Kisinger y otros conciben al iniciarse el el Mediterráneo y el Oriente Medio. L a posi-
declive de la influencia mundial de las dos su- ción dominante de Occidente se apoya en el
perpotências13. El panorama general se presen- control del capital internacional, la superiori-
ta c o m o un enorme conglomerado de poder en dad técnica y las poderosas redes socioeconó-
el Norte, escindido por discordias internas pe- micas que le sirven para ejercer su influencia.
ro que sigue manteniendo una posición domi- Entre estas últimas se incluyen las empresas
nante respecto del resto del m u n d o . Su situa- multinacionales con sede en Europa y América
ción presente es la de una masa inestable que del Norte.
podría estallar violentamente o bien alcanzar Por último, la escuela pluralista niega la
una situación m á s equilibrada y estable. existencia de un monopolio natural del poder
En quinto lugar tenemos la escuela centra- por una sola región del m u n d o . Sostienen sus
lista, la cual se basa en las ideas de centro secuaces que históricamente los centros del po-
y periferia, especialmente las de Wallerstein y der mundial se han desplazado de un lugar a
Modelski. U n núcleo político y económico otro y que la periferia de un siglo se convierte
mundial, constituido por los países capitalistas en el centro del siglo siguiente14. U n a razonable
occidentales, domina y explota a una periferia previsión permite pensar que este proceso va a
mundial que consiste principalmente en el Ter- continuar probablemente. Para que tal situa-
28 Geoffrey ¡'inker

ción pueda considerarse c o m o un orden m u n - Imperio R o m a n o en el Mediterráneo, el Impe-


dial estable tiene que poseer lo que Saul Cohen rio de Asoka en el subcontinente indio y el per-
denomina un «equilibrio dinámico»15. sistente Estado Imperial Chino en el Lejano
Cada una de estas seis escuelas de pensa- Oriente.
miento trata de explicar la naturaleza real del En el otro extremo del espectro geopolítico
orden del m u n d o , también se las puede conce- se sitúa el ideal internacionalista que trata de
bir c o m o vinculadas entre sí en función de la escapar al ciclo histórico de las dominaciones y
evolución o el desarrollo. Sería así posible con- de acceder a un orden global en el que la liber-
siderarlas no c o m o verdades recíprocamente tad, la autodeterminación y el reparto de los
excluyentes sino más bien c o m o teorías que ex- recursos serían la norma. Al igual que ocurre
plican únicamente determinadas épocas y que con el estado universal, es posible considerar
sólo son plenamente verdaderas en función de una evolución en este sentido a partir de algu-
uno y otro tipo de síntesis. En todo caso el con- nos esquemas interpretativos. Esta teoría tam-
cepto de cambio y movimiento es inherente a bién se basa decididamente en la esperanza y
todas ellas y en cada una late la esperanza de un en la fe más bien que en una prueba histórica
progreso hacia una situación mejor, junto con positiva, aunque la existencia de agolpamien-
el temor a una regresión hacia algo peor. Mien- tos c o m o la Comunidad Europea es hoy indicio
tras unos se esfuerzan por «alcanzar la luz», de que hay alguna posibilidad de avanzar en
otros temen las tinieblas de la «noche egipcia». ese sentido. Este idealismo parte de la creencia
Las escuelas de pensamiento geopolítico son, de que la humanidad es capaz de obrar mejor
pues, fundamentalmente escatológicas en la de lo que nos dan a entender los testimonios del
medida en que contemplan la posibilidad de pasado. Si pudiera conseguirse tal cosa, decía
una solución definitiva de los problemas del Albert Demangeon, ello representaría una po-
conflicto, pero prevén dos resultados probables derosa demostración de la libertad de acción
m u y diferentes entre sí: el universalista y el in- del ser h u m a n o y un indicio de que hemos con-
ternacionalista. A primera vista no es posible servado cierto grado de libertad frente al deter-
atribuir a ninguno de los dos el monopolio del minismo, es decir frente al destino.
«bien» o del «mal», ya que cada uno tiene su Aunque a lo largo del siglo sean varios los
propio siniestro esquema de tiranía o de anar- geopolíticos que han sostenido de m o d o inter-
quía. El ideal universalista consiste en el movi- mitente los puntos de vista idealistas, el influjo
miento que tiende a la fundación de un solo de las diversas escuelas de pensamiento ha ten-
estado universal que podría dimanar razona- dido a concentrarse en períodos bien determi-
blemente de uno u otro de los esquemas expli- nados. En los años anteriores a la Primera G u e -
cativos. El m u n d o binario podría llegar a su fin rra Mundial dominaba la concepción binaria,
con el triunfo de uno u otro de los protagonis- mientras que en los años de entreguerra cobra-
tas. Este era el temor latente de Mackinder ron mayor relieve las ideas marginalistas, ter-
cuando afirmaba que «quien rige el "Heart- narias y zonalistas. Conceptos tales c o m o Mit-
land" (territorio central) m a n d a en la Isla teleuropa y Lebensraum en A l e m a n i a
Mundial», y añadía la sombría declaración de contrastaban con communauté, entente y cor-
que «quien gobierna la Isla Mundial m a n d a en don sanitaire en Francia. Tras la Segunda G u e -
el M u n d o » 1 6 . La fundación de un estado uni- rra Mundial volvieron a dominar las concep-
versal sería igualmente el resultado probable ciones binarias, aunque a lo largo del decenio
del m u n d o ternario si una «tercera fuerza» lle- de los sesenta volvería a infiltrarse en el debate
gara a ser lo suficientemente poderosa c o m o cierta dosis de pluralismo y, a partir del dece-
para desplazar a las otras dos. N o disponemos, nio de 1970, las teorías del centro y la periferia
por supuesto, de ejemplos de un acontecimien- gozarían otra vez del favor de la nueva genera-
to planetario c o m o éste, por lo que pensamos ción de pensadores geopolíticos.
que se trata menos de una teoría geopolítica
evolutiva que de una visión ideal - o de una pe-
sadilla- de lo que podría ser el resultado defini- Las teorías geopolíticas
tivo de la historia. Sin embargo, en determina-
das regiones del m u n d o se ha creado realmente
y la situación internacional
un estado universal, del que son ejemplos el
Naturalmente, se plantea la cuestión de hasta
Continuidad y cambio en cl pensamiento geopolítico occidental datante el siglo YA 29

qué punto estas ideas han recibido la influencia cas y las condiciones de la época, también se
del Zeitgeist (espíritu de la época) dominante e dan aquí algunos elementos de continuidad.
incluso de si reflejan y consolidan los factores Durante la mayor parte de los tres primeros
concretos de la situación internacional en de- cuartos del siglo se aceptó la idea de que el en-
terminado m o m e n t o . Al abordar esta cuestión frentamiento era inherente al sistema y de que
se debería tener siempre en cuenta que la situa- lo m á s que cabía esperar de manera realista era
ción internacional es ya de por sí un fenómeno limitar los efectos deplorables que producía. A
variable. Constantemente sobrevienen c a m - toda manifestación de gran poder que se pro-
bios graduales, pero los grandes cambios histó- dujese en cualquier parte del espacio geopolíti-
ricos que afectan al ámbito geopolítico se pro- cofinitocorrespondería más tarde o m á s tem-
ducen por lo general súbitamente después de prano un despliegue de fuerzas que vendría a
largos períodos de calma y de relativa estabili- contrarrestarla en otra parte. Se ha intentado
dad. Aunque el esquema, tal c o m o se describe comprender de diversas maneras la relación
en el artículo de Mackinder de 1904 «El eje entre la aparición del poder político y el medio
geográfico de la historia mundial» (véase la no- geográfico en el que se produce, pero en la prác-
ta 4), pretendía ser una interpretación general tica todos los geopolíticos sitúan los factores es-
de las corrientes de la historia, en realidad se paciales, junto con los recursos físicos y h u m a -
ajustaba a la interpretación de la situación in- nos, en el centro de la explicación del proceso.
ternacional a comienzos de siglo. En menos de El modelo binario de conflicto se ha impuesto
un decenio los considerables cambios ocurri- en general con más fuerza que los demás m o d e -
dos en el equilibrio de fuerzas a nivel mundial los de enfrentamiento. El «dos» ha resistido
hicieron que la tesis de Mackinder pareciera m á s que el «tres» o que el «cuatro», e incluso
m u c h o menos válida. Las ideas ternarias de los cuando había cuatro o m á s implicados en un
años de cntreguerra. junto con los primeros conflicto éstos tendían a alinearse en dos cam-
atisbos de la dicotomía entre Norte y Sur. refle- pos geoestratégicos. Finalmente, hemos sido
jaban a su vez la aparición de nuevos centros de testigos de la persistencia del modelo hegemó-
poder que venían a lanzar un serio desafío a la nico que comprende un centro y una periferia
posición mundial de las potencias occidentales. del m u n d o , un dentro y un fuera, un «primero»
La vuelta a las ideas binarias a partir de 1945 y. y un «segundo», un «nosotros» y un «ellos», un
especialmente, el renovado interés por la obra «bien» y un «mal», una «luz» y una «oscuri-
de Mackinder tuvieron que ver con el creciente dad». También ha persistido la idea de un or-
enfrentamiento entre Este y Oeste que ha llega- den geopolítico mundial en el que la domina-
do a veces a adquirir proporciones casi cósmi- ción, en todos los sentidos de la palabra, preva-
cas. lece sobre la cooperación. El paradigma de la
A medida que menguaban el poder y la in- dominación se ha manifestado de formas m u y
fluencia abrumadores de las dos superpotên- diferentes, desde las económicas, militares e
cias, ciertas dosis del pluralismo comenzaron a ideológicas hasta las progresistas y humanistas.
incorporarse a los esquemas geopolíticos con Sin embargo, su existencia ha servido de base al
vistas al m u n d o de después de la guerra fría. Al intento de formular normas con vistas a tras-
m i s m o tiempo, la situación poscolonial favo- cender la explicación de este o aquel período y
recía también las concepciones sobre centro y a formular proposiciones generales y verifica-
periferia, adaptándose en particular esas con- bles de validez universal.
cepciones al estudio de la continuidad del pre- Tras el estancamiento del período de pos-
dominio de Occidente aun después de desapa- guerra, cuando el tema parecía congelado por
recer los instrumentos de dominación política. la psicosis de la guerra fría, surge, mediada la
Esta tendencia ha ido acompañada de actitudes década de los setenta, un nuevo pensamiento
tajantemente críticas frente a lo que aparece que impone un sentido m á s idealista. El objeti-
c o m o neocolonialismo y frente a la injusticia vo de este proceso era lograr un cambio radical
general que muchos geopolíticos reconocen en la índole y el propósito de la geopolítica, de
c o m o uno de los legados más duraderos del im- m o d o que en lugar de limitarse a tratar del po-
perio. der del Estado pasara a preocuparse m á s positi-
Pese a tan claros indicios de la estrecha rela- vamente por la paz y por una distribución m á s
ción entre la difusión de ciertas ideas geopolíti- equitativa de los recursos del planeta. La dia-
30 Geoffrey Parker

láctica hegeliana se convirtió en parte de una ba la validez de las diversas teorías en función
nueva metodología encaminada a explicar las de las realidades recientemente aparecidas.
pautas y los procesos espaciales, pero el espíritu Estos acontecimientos de tan gran impor-
de la nueva geopolítica retornó a los geógrafos tancia están lejos de representar un evento geo-
anarquistas de comienzos del siglo X X . Kropot- político único en su género. A un período de
kin y Reclus. La concepción humanista en que dominación o hegemonía ha seguido normal-
se funda postula que las ideologías, las organi- mente un período de fluctuación y de ajuste te-
zaciones y los sistemas nunca deben conside- rritorial, antes de que pueda establecerse un
rarse c o m o autónomos e independientes de los nuevo orden. Si bien históricamente el nuevo
propios seres humanos. orden se da a conocer por la consolidación de
La tradición humanista ya había tenido re- un nuevo régimen o dinastía, geopolíticamente
percusiones considerables en el estudio de esta consiste en la aparición de una nueva región
disciplina cuando el ámbito geopolítico del política central en torno a la cual tiene lugar
m u n d o fue sacudido por el seísmo que se pro- una consolidación territorial, seguida tal vez de
dujo en el bloque comunista en 1989. El dece- una renovada expansión. Aunque ciertas for-
nio de 1980 se había iniciado bajo el orden m a s de territorialidad c o m o el nacionalismo
mundial de la posguerra que, pese a importan- han sido catalizadores del cambio, las unidades
tes modificaciones, seguía sólidamente instala- territoriales m á s reducidas presentan un histo-
do. El m u n d o binario de la guerra fría se habíarial particularmente halagüeño en lo que atañe
convertido en un m u n d o binario-pluralista a la supervivencia a largo plazo.
m á s flexible, y el pluralismo hacía serias incur- D e las teorías geopolíticas de dominación y
siones en la idea de un « m u n d o en discordia» decadencia se desprende la idea de que el perío-
entre dos grandes bloques. N o obstante, lo que do de predominio ruso-soviético sobre gran
Yves Lacoste ha denominado «les grands dis- parte de Europa oriental está tocando a su fin19.
cours manichéens»** seguía constituyendo el Ningún poder dominante ha dado muestras de
material básico de la geopolítica. U n decenio ser eterno y, pese a las frecuentes y reiteradas
después apenas si existe el bloque soviético y referencias al Imperio R o m a n o c o m o precur-
nuevos agrupamientos geopolíticos están en sor y modelo, en Europa los períodos de domi-
vías de formación. La causa principal de este nación, incluso parcial, rara vez han excedido
derrumbamiento ha sido el fracaso de la econo- de dos generaciones. Del m i s m o m o d o que es
mía centralmente planificada tal c o m o se prac- posible identificar las condiciones geopolíticas
ticó en la Unión Soviética y en todo el bloque de la dominación, también pueden determinar-
soviético. El heredero de la ideología en ruinas se las de la decadencia. A juzgar por las pautas
parece ser el nacionalismo subyacente, y éste observadas en el caso de los estados hegemóni-
es, a la vez, el catalizador de las tendencias cen-cos del pasado, esas condiciones son una ex-
trífugas y la materia prima para la creación de pansión territorial exagerada en regiones que,
nuevas estructuras. En China han aparecido los por razones geográficas, no pueden ser real-
primeros indicios de un proceso similar, aun- mente sometidas a control, unas esferas de in-
que en 1989, en contraste con los movimientos fluencia excesivamente extensas m á s allá de las
centrífugos de Europa y de la Unión Soviética, fronteras, una centralización desmesurada y
se produjo una vasta e inflexible reafirmación poco práctica de la región política central y un
de los controles centrípetos. Sin embargo, esta desplazamiento del centro de gravedad del po-
circunstancia ha sido excepcional y la desinte- der económico y, subsiguientemente, del poder
gración de las estructuras protouniversalistas político del centro hacia la periferia. Todos es-
del comunismo ha continuado con rapidez. tos factores hacen que la nación dominante re-
¿ C ó m o reaccionará la nueva geopolítica an- sulte cada vez m á s incapaz de cumplir con el
te el cambio masivo que se está produciendo «destino» que ha elegido y se vea obligada a
actualmente en Europa? La rigidez de las rela- valorar de nuevo su posición.
ciones internacionales en los últimos cuarenta Estas características pueden observarse
años ha dado paso ahora a un estado de fluidez; ahora en la Unión Soviética y en su esfera de
la certidumbre se convierte en incertidumbre, y influencia. En los años cincuenta, Y . M . Goblet
ello impone una nueva evaluación de las ideas afirmaba que la Unión Soviética era «el impe-
geopolíticas. Hay que volver a someter a prue- rio que no se atreve a decir su nombre; las letras
Continuidad y cambio en el pensamiento geopolítico occidental durante el siglo XX 31

que designan a la U R S S constituyen en rea- idea de libertad y autodeterminación para las


lidad una ficción criptogramática que cubría unidades territoriales más reducidas y vulnera-
lo que era, lo que sigue siendo, el Imperio bles ha gozado de aceptación general han sido
Ruso» 20 . Se ajuste o no a la verdad este plantea- en general efímeras. Elfinalde un período de
miento desde un punto de vista político o ideo- dominación suele anunciar la llegada de otro
lógico, las normas por las que se ha guiado el período que estaba aguardando entre bastido-
comportamiento geopolítico de la Unión So- res. Escribiendo por la época en que se fragua-
viética desde la revolución de 1917 han sido ba la Comunidad Europea, Louis Janz señaló a
prácticamente idénticas a las de los estados he- la atención el hecho de que en el pasado las
gemónicos de la Europa del pasado. Considera- tentativas de establecer unidades geopolíticas
da en términos geopolíticos, la Unión Soviética de gran magnitud iban asociadas menos con
es un intentofinalde mantener y prolongar el términos tales c o m o comunidad y ayuda m u -
período de dominación rusa, del m i s m o m o d o tua que con otros c o m o expansión, anexión,
que el Commonwealth Británico y la Unión conquista, penetración, ocupación, Anschluss y
Francesa representaban tentativas finales de protectorado22. Al igual que sucedió con Aus-
apuntalar el poder mundial británico y francés. tria afinesdel decenio de los treinta, la autode-
La modificación por Rusia de las antiguas es- terminación ha demostrado no ser más que un
tructuras imperiales para adaptarlas a las con- m o m e n t o de respiro en el camino hacia la in-
diciones del m u n d o moderno ha demostrado corporación a una unidad geopolítica de mayor
ser no menos vulnerable a las fuerzas de la de- tamaño. En opinión de L o w . Austria fue un ra-
cadencia. tón Mickey que en vano buscó protección con-
La desintegración de las estructuras de do- tra los animales que le rodeaban; el resultado
minación de la posguerra y la aparición de uni- final fue la Anschluss (anexión) y no la Zusctin-
dades de organización más reducidas que tra- incnschluss (asociación) (figura 2).
tan de reemplazarlas concuerda con el dicho de
Schumacher de «pequeño es sinónimo de her-
moso», idea que ejerció considerable influen- D e una disciplina de guerra
cia en el pensamiento socioeconómico de co- a una disciplina d e paz
mienzos del decenio de los ochenta. N o obstan-
te, en la escena internacional, pequeño no U n a de las principales tareas de la nueva geo-
significa necesariamente logrado o seguro, y los política reside en plantearse la cuestión de có-
estados europeos más reducidos se han encon- m o asegurar un orden pacífico del m u n d o m e -
trado de m o d o inevitable en una situación de diante el acuerdo y el consentimiento en vez de
vulnerabilidad frente a las nada gratas atencio- acudir a la fuerza y a la dominación. Para algu-
nes de sus vecinos de mayor tamaño. Tal c o m o nos especialistas en geografía política, c o m o
ha señalado O'Sullivan, el animus dominandi Vidal de la Blanche y Albert Demangeon. que
siempre ha sido la fuerza motriz de los asuntos escribieron durante y después de la Primera
del m u n d o 2 1 . En el transcurso de los siglos se ha Guerra Mundial, la solución estriba en llegar a
planteado periódicamente el problema de có- «acuerdos regionales» que conduzcan al esta-
m o alcanzar la paz y la seguridad sin esa domi- blecimiento de «comunidades» de estados que
nación. C o n este fin se han propuesto gran nú- actúen conjuntamente motivados por intereses
mero de planes ambiciosos, aunque hayan sido recíprocos. Goblet proponía que se reemplaza-
m u y pocos los que lograron salir de los gabine- ra el antiguo orden internacional por otro diná-
tes a la luz pública y menos aún los que se pu- mico y evolutivo basado en negociaciones y en
sieron con éxito en práctica. A la hora de crear pruebas experimentales2'. Las ideas internacio-
cierto tipo de orden a partir del desorden inter- nalistas e integracionistas que han constituido
nacional se ha recurrido repetidas veces a la op- la base de la cooperación entre los Estados de
ción m á s primitiva, menos cerebral, aunque Europa occidental en los últimos cuarenta años
más fácil y más atractiva a primera vista, de deben m u c h o a las concepciones de los especia-
dominar por la fuerza. Tal opción se justifica listas franceses en geografía política. M á s re-
con razones atávicas invocando conceptos de cientemente, Yves Lacoste y otros especialistas
«destino nacional» cómodamente revestidos pertenecientes a la escuela Hérodote de Francia
de religión o ideología. Las épocas en que la han examinado con m á s detalles la base geopo-
32 d a iJJ ivy Pinker

Hitler Dollfu« Mussolini

F I G I ' R A 2. D . L o w : El ratón Mickey busca protección (Evening Standard, Londres. 28 de febrero


del934).i)R

lítica de un nuevo orden internacional en Euro- ño frente a lo grande, del pragmatismo frente al
pa, señalando sus m á s amplias posibilidades de d o g m a y, sobre todo, de los mejores intereses
aplicación. E n su aspecto m á s radical, este de la humanidad, al m o d o de Reclus y Kropol-
planteamiento no sólo exige modificaciones kin. frente a los del Estado hegeliano.
importantes en las estructuras del poder m u n - A finales del decenio de 1930. mientras so-
dial, sino asimismo una reevaluación funda- bre una Europa atribulada se cernía la tormen-
mental de la idea de lo que el poder es, tanto ta, Jacques Ancel enunció este principio a la
dentro de cada Estado c o m o en sus relaciones vez c o m o concepto geopolítico y c o m o afirma-
con los demás. El nuevo pensamiento se basa ción de esperanza en el futuro. Aludiendo al
en la premisa de que la verdadera solución no derrumbe final de todo imperio, sostenía que
reside en esa semimansión c o m ú n de la «Euro- las murallas de cada Jericó caen cuando suenan
pe des nations» que proponía de Gaulle ni en las trompetas que despiertan a las naciones
una situación permanente de cooperación limi- confiadas y dormidas 25 . Medio siglo después, al
tada entre Estados soberanos preconizada por iniciarse el último decenio de este agitado siglo,
Margaret Thatcher. La solución se parece m á s parece que el cielo se despeja, pero sigue siendo
a la «Europe des régions» de Yann Fouéré, en la incierto el tiempo que va a hacer. Las posibili-
que la hegemonía colectiva de los poderes euro- dades de crear un m u n d o nuevo y mejor son
peos postimperiales se ve obligada a dar paso al mayores que en cualquier otro m o m e n t o desde
concepto «lotaringio» de unidad en la diversi- 1945, pero el riesgo de fracaso sigue presente.
dad 24 . Si esta opción constituyera un modelo Los paralelismos históricos en que se basan las
viable para la nueva Europa, representaría la teorías geopolíticas acerca de la naturaleza del
afirmación del principio de la concertación ámbito mundial no son en verdad alentadores
frente al principio de dominación, de lo peque- y bien podría recaer el m u n d o en sus viejas y
Continuidad y cambio en el pensamiento geopolítico occidental durante el siglo XX 33

cruentas costumbres. L a creencia general en el mente fuerte para hacer frente a los riesgos que,
triunfo del «progreso» que imperaba a comien- por supuesto, siguen acechándolo. El modelo
zos de siglo iba a derrumbarse cruelmente po- preceptivo tiene que convertirse en otro nor-
cos años después. El horror de las dos guerras mativo para poder ofrecer una opción realista a
mundiales no sería nada en comparación con la la humanidad frente al destino.
devastación que causarían los mutuamente de- Halford Mackinder escribió su Democratic
vastadores armamentos modernos en el caso de Ideals and Reality en 1919, tras la Primera
que estallara un tercer conflicto de ese tipo. Guerra Mundial. Había en este libro un pasaje
Ello hace doblemente necesario que esa com- de tono francamente poético en el que el autor
prensión de la «realidad» geográfica que es la recordaba que un general romano victorioso,
virtud peculiar de la geopolítica aporte su con- cuando entraba triunfalmente en R o m a , iba
tribución a la tarea de fundar los grandes idea- acompañado en su carro por un esclavo cuya
les y esperanzas de la humanidad en unas es- tarea consistía en murmurarle al oído que él, el
tructuras concretas y duraderas. general, era, c o m o los demás hombres, un sim-
Tal como cayó el M u r o de Berlín, el Telón ple mortal26. D e idéntica manera, añadía M a c -
de Acero está hoy siendo desmantelado y se kinder, durante las deliberaciones sobre el tra-
van asentando con m á s o menos tanteos las ba- tado de Versalles «un etéreo querubín» debería
ses de una nueva estructura internacional. haber musitado las verdades sempiternas de la
¿Cuál será la geopolítica correspondiente a esta geopolítica en los oídos de los estadistas aliados
nueva estructura? La concepción binaria había allí reunidos para advertirles que perseguir ob-
apuntalado y justificado la guerra fría, pero jetivos idealistas, sin prestar antes la debida
quedaba el idealismo en calidad de antídoto atención a las realidades geográficas, está con-
contra la plena aceptación de esa concepción denado al fracaso. C o m o se vería después, el
c o m o algo definitivo y eterno. C o n todo, en lo nuevo orden mundial creado por los estadistas
que se refiere a la evolución del pensamiento en Versalles duró apenas veinte años y acabó
geopolítico, parece haber echado raíces algo en una conflagración m u c h o más horrible que
completamente nuevo. La antigua geopolítica la anterior.
giraba esencialmente en torno a la noción de Tal vez habría que incitar a un «etéreo que-
enfrentamiento -pensando, si no siempre en su rubín» contemporáneo, provisto de todos los
promoción activa, sí al menos en c ó m o adap- dispositivos electrónicos modernos de la pre-
tarse a sus consecuencias y en c ó m o introducir sentación audiovisual, a que dirigiera adver-
mecanismos de seguridad dentro del « m u n d o tencias similares a quienes hoy tratan de plan-
en discordia». Ahora se estima indispensable tearse los grandes problemas y las grandes posi-
convertir una disciplina de guerra en una disci- bilidades del m u n d o . El querubín podría
plina de paz. El modelo idealista ha sido hasta animarles a considerar la realidad geográfica
la fecha un modelo preceptivo; ha propuesto no sólo c o m o un factor que hay que tener en
modos de pasar del conflicto a la cooperación, cuenta sino c o m o un factor esencial para crear
en vez de tratar, c o m o las demás escuelas de un m u n d o mejor y m u c h o m á s generoso. Tal
pensamiento afines, de comprender e interpre- vez entonces podrían alegrarse incluso los geo-
tar las realidades del poder mundial. Pero urge políticos, c o m o los manifestantes de Praga en
dar al idealismo unos cimientos reales para que 1989, de que al fin «ha llegado Godot».
pueda ocupar un lugar sólido en el pensamien-
to geopolítico y ser útil con vistas a crear un
nuevo orden económico mundial lo suficiente- Traducido del inglés
34 Geoffrey Parker

Notas

I East, W . G . y Prescott, J . R . V . . 9. Spykman, N.J., America's 18. Lacoste. Y . . «Editorial: les


Our Fragmented World, Londres, Strategy in World Politics. Nueva géographes, l'action et la
Muuiiillan, 1975, Capítulo 1. York, Harcourt Brace, 1942. politique», Hérodote 33, 1984.

2. Hess. W . R . (traducción inglesa 10. Fairgrieve, J., Geography and


19. Parker. G . , The Geopolitics of
de F. y C . Crowley), My Father World Power, Londres, University
Domination. Londres y Nueva
Rudolf Hess, Londres, W . H . Allen, of London Press, 1932, Capítulo
York. Routledge, 1988, Capítulo 8.
1986, pág. 26 y ss. XVIII.

3. Vidal de la Blache, P., «La 11. Haushofer, K... Geopolitik der 20. Goblet, Y . M . . Political
géographie politique, à propos des Pan-ideen. Berlín, Vowinkel, 1931. Geography and the W 'odd Map.
écrits de M . Frédéric Ratzel». Londres, George Philip, 1956,
12. Brandt, W . (Presidente), pág. ix.
Annales de géographie, VII, 1898,
North-South: A Programme for
páginas 79-111.
Survival. Report oflndependent 21. O'Sullivan. P . , Geopolitics.
Commission on International
4. Mackinder, H J . , «The Londres, C r o o m H e l m . 1986.
Development Issues, Londres, 1980.
Geographical Pivot of History», pág. 6.
Geographical Journal'23. 1904.
13. Parker, G . , Western
págs. 421-437. 22. Janz. L., «The Enlargement of
Geopolitical Thought in the
Twentieth Century. Londres, the European Community».
5. Cohen, S.B., Geography and European Community 1, Londres.
C r o o m Helm, 1985, pág. 161.
Politics in a Divided World, Oficina de la Comunidad Europea.
Londres. Methuen, 1964. 14. Gottmann, J. (ed.). Centre and 1973.
Periphery: Spatial I 'ariaiions in
6. Kipling, R . , «The White M a n ' s Politics. London, Sage, 1980. 23. Goblet. Y . M . . Le Crépuscule
Burden», 1899. en A Choice of des traités. Paris, Berger-Levrault,
Kipling's Verse, éd. de T . S . Eliot. 1 5. Cohen, S.B., « A N e w M a p of 1934, pág. 259.
Londres, Faber, 1941. Global Geopolitical Equilibrium;
A Developmental Approach», 24. Fouéré, Y . , L'Europe aux Cent
7. Brunhes, J. La Géographie Political Geography Quarterly, Drapeaux, Paris. Presses d'Europe,
Humaine, edición abreviada. marzo de 1982, págs. 223-241. 1968.
París, Presses Universitaires de
France, pág. 273. 16. Mackinder, H J . , op. cit. 1919.
pág. 194. 25. Ancel. J., Géographie des
8. Mackinder, H.J., Democratic Frontières. Paris, Gallimard, 1938.
Ideals and Reality: A Study in the 17. Demangeon, A . , Le Déclin de
Politics of Reconstruction, Londres, l'Europe. París, Payot, 1920, 26. Mackinder, H J . .op. cit.. 1919.
Constable, 1919. pág. 309. pág. 194.
C ó m o poner fin
a guerras y conflictos:
decisiones, racionalidad y trampas

Christopher R . Mitchell

Durante el último decenio proliferaron los tra- cuatro subprocesos interconectados, cada uno
bajos universitarios que tienen por objeto en- de los cuales precisa un análisis y esclareci-
tender los procesos de la negociación bilateral miento propios:
para ponerfina los conflictos, tanto a nivel in- 1. U n proceso de decisión complejo que puede
ternacional c o m o intranacional. La amplia bi- comenzar, desde el punto de vista analítico,
bliografía reciente sobre la negociación contie- en el m o m e n t o en que los adversarios llegan
ne información obtenida gracias a simulacio- a la conclusión (generalmente cada uno por
nes experimentales (Druckman, 1973 y 1977; su lado) de que una serie posible de solucio-
Pruit, 1981; Gulliver, 1979), monografías so- nes de avenencia o transacción es preferible
bre negociaciones destinadas a poner fin a las a la continuación de la guerra, los enfrenta-
guerras, a los conflictos la- mientos, la huelga, el blo-
borales y a otros enfrenta- queo y otras formas de con-
Christopher R . Mitchell es profesor de
mientos (Zartman, 1978) y Resolución de Conflictos Internaciona- flicto declarado, opinión
algunas experiencias y re- les y Director de Investigación en el que persiste a lo largo del
flexiones de los propios ne- Centro de Análisis y Resolución de proceso de terminación.
gociadores (Zartman y Ber- Conflictos. Universidad George M a -
son, Fairfax, Virginia, E E . U U . C o n an-
2. U n proceso de comuni-
m a n , 1982). El nivel alcan- terioridad fue profesor de Relaciones cación en el que los ad-
zado por la investigación Internacionales en la Universidad de versarios empiezan dan-
sobre el tema nos permite Londres. Es autor de los libros The do a conocer su deseo de
Structure oj International Conflict
sistematizar los resultados (1981) y Peacemaking and the Consul- iniciar conversaciones
disponibles para elaborar tant 's Role y editor de International Re- directas (en determina-
una especie de teoría gene- lations Theory (1978 con A . J . R . das condiciones), e indi-
G r o o m ) y New Approaches to Interna-
ral de la negociación, que tional Meditation (1989 con Keith can luego las condicio-
puede predecir la estrategia Webb). nes en las que decidirán
óptima para que las partes finalmente encontrarse
en p u g n a lleguen a u n e intentar alcanzar un
acuerdo negociado. acuerdo negociado.
H a y un aspecto íntimamente relacionado 3. U n proceso de negociación en el que los ad-
con el proceso general destinado a «ponerfina versarios, bilateralmente o con la ayuda de
un conflicto» (o terminación de conflictos), otras partes, intentarán negociar cara a cara
también de suma importancia, que aún no ha la forma de llegar a la mejor de las solucio-
conseguido despertar el m i s m o interés en los nes de transacción aceptables (arreglos), una
medios universitarios; se trata de las decisiones de las cuales será preferible (aunque sólo sea
de las partes, m á s interesadas en la búsqueda de marginalmente) a la continuación del con-
una solución que en proseguir los esfuerzos pa- flicto.
ra obligar al adversario a rendirse. Iniciaremos 4. U n proceso de materialización en el que se
pues este artículo con la división del «proceso pone en práctica el acuerdo alcanzado,
general» de terminación de los conflictos en adaptándolo mediante negociaciones com-

RICS 127/Marzo 1991


36 Christopher R. Mitchell

plementarias y (a veces) con la supervisión de « c ó m o se termina una guerra», mientras que


de terceros, para garantizar el cumplimiento el trabajo de Bueno de Mesquita (1980, 1981)
de los términos de dicho acuerdo. sobre las decisiones de iniciar una guerra recal-
E n muchas contiendas no se inician nunca caba, paradójicamente, que se podrían elabo-
los subprocesos dos, tres y cuatro de este proce- rar modelos similares para analizar las opcio-
so de terminación de conflictos. Algunas per- nes inherentes a la terminación de u n conflicto
sisten hasta que una de las partes llega a una importante. L o que resulta interesante en el
especie de «paz» cartaginense con su adversa- trabajo de estos universitarios (como por ejem-
rio. E n otros conflictos puede ocurrir que se plo el de Nicholson, 1967) es que adoptaran el
ponga en marcha el proceso de negociación di- enfoque del Beneficio Previsto ( E U , según las
recta, pero al no conseguirse una solución acep- iniciales en inglés) para analizar las decisiones
table, se recae en la coerción mutua y el empleo relativas a la guerra y la paz, tratando de inves-
de la fuerza (frecuentemente con mayor inten- tigar las circunstancias que hacen «racional»
sidad) c o m o resultado del fracaso. Otros con- proseguir los combates en vez de abandonar la
flictos aún se caracterizan por las prolongadas coerción y resolver el conflicto mediante algún
negociaciones entre enemigos que procuran lle- tipo de arreglo, renunciando a la victoria total.
gar a un acuerdo «satisfactorio» ejerciendo pre- Estos autores parten del supuesto de que las de-
sión sobre la otra parte hasta ponerla en una cisiones de poner fin a un conflicto, c o m o cual-
situación que la obligue a aceptar una solución quier otra decisión h u m a n a , son el resultado de
de «transacción», que le parecerá preferible a la un proceso racional de elección, y pueden por
continuación de las hostilidades. tanto entenderse mejor recurriendo a un m o d e -
A pesar de estos ejemplos de intentos abor- lo formal de adopción racional de decisiones.
tados de poner fin a los conflictos, parece razo-
nable afirmar que el inicio del subproceso de
decisión destinado a terminar la contienda (op- Características del proceso
tando por la búsqueda de una solución negocia- de adopción de decisiones
da) es fundamental y constituye el primer paso para terminar un conflicto
positivo. Asimismo, n o basta con que una de
las partes perciba una serie de transacciones A primera vista puede parecer inadecuado re-
posibles que son preferibles a la continuación currir a modelos tradicionales para analizar las
del conflicto, puesto que si la otra parte juzga decisiones políticas, en particular en circuns-
que los beneficios potenciales de la prosecu- tancias complejas y, con frecuencia, emociona-
ción de los combates son superiores a cualquier les, c o m o son los conflictos sangrientos. Sin
acuerdo que pueda lograrse o que «se haya embargo, es posible elaborar un modelo formal
ofrecido», el conflicto continuará. Por ende, y para procesos aparentemente irracionales (por
sin que pueda negarse la importancia del proce- ejemplo, la esquizofrenia). M á s aún, no es ab-
so de negociación, es importante asimismo surdo aducir que en cualquier conflicto los in-
prestar atención a los procesos de decisión in- dividuos que deben decidir su continuación o
trínsecos a las partes que, alternativamente, su fin evalúan las ventajas y los inconvenientes
tendrán que elegir entre: 1) perpetuar o, 2) ter- de prolongar la contienda, intensificarla, avan-
minar el conflicto, y también a las evaluaciones zar propuestas de paz o indicar que las ofertas
de los costos y beneficios que estas opciones, del enemigo no son del todo rechazables. El he-
siempre cambiantes, ofrecen a los dirigentes de cho de que este tipo de evaluaciones incluya
los antagonistas1. gran número de factores, muchos de los cuales
Durante el decenio de 1980 algunos medios son «irracionales» y se presentan en forma irre-
universitarios se ocuparon del problema de la gular, rudimentaria pero eficaz, n o significa
terminación de los conflictos (incluidas, en cier- que no puedan analizarse sistemáticamente
tos casos, las «decisiones de abandonar la con- utilizando modelos formales y precisos. L a
tienda»). Algunas de las investigaciones inclu- cuestión que se plantea en este artículo es la de
yeron modelos tradicionales de los procesos saber si el enfoque clásico del Beneficio Previs-
conducentes a la decisión (mutua) de entablar to es el m á s adecuado para entender las decisio-
un proceso de negociación. Wittman (1979), nes de terminar u n conflicto o si, con algunas
por ejemplo, presentó un modelo interesante modificaciones, podría convertirse en un rao-
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 37

El fin de una guerra: negociaciones entre oficiales norcoreanos y estadounidenses con el fin de determinarla frontera
entre las dos Coreas, Panmunjon. 1953. Koysionc.

délo m á s preciso del proceso que se registra típicas en tiempos de guerra podrían describir-
efectivamente cuando los dirigentes tratan de se mejor con un modelo incremental que inclu-
poner fin a una contienda mediante una solu- yera el proceso tan bien definido por Herbert
ción negociada. Simon ( 1954) con el término «satisficing» (con-
U n breve examen de algunos casos de ter- formarse con una solución menos que óptima)
minación de conflictos bélicos hace ver que los y por Charles Lindblom ( 1959), que lo denomi-
procesos de decisión subyacentes en los proce- nó «ajuste incremental de las políticas en vi-
sos más generales de terminación son comple- gor».
jos y variados. Es obvio que los responsables de N o obstante, es evidente también que la
los países contendientes no sopesan racional- continuación o terminación de la contienda es
mente cada mañana los pros y los contras de un tema que los dirigentes han de tratar una y
continuar combatiendo o negociar la paz. Por otra vez, con criterios que pueden o no ser ra-
lo general, los estadistas están demasiado ocu- cionales. El hecho de que esta opción sólo se
pados para considerar opciones fundamentales considere en raras ocasiones no debería causar
tales como: «proseguir o abandonar» la lucha. ninguna sorpresa, puesto que la decisión de
Es m u c h o m á s probable que las decisiones coti- buscar una paz negociada representa una inver-
dianas se refieran a la forma más eficaz de con- sión radical de una política a la que durante
tinuar la contienda, asignar los escasos recursos m u c h o tiempo se han sacrificado recursos, vi-
disponibles y contrarrestar los últimos avances das humanas, carreras políticas, en una pala-
del enemigo. E n otras palabras, las decisiones bra, toda la energía y la reflexión de un país2.
38 Christopher R. Mitchell

N o parece desde luego que un modelo incre- rias, centradas en cambios menores y de efectos
mental de adopción de decisiones sea lo que bastante previsibles. Sin embargo, en un m o -
mejor describe este proceso decisional, c o m o mento determinado los dirigentes hacen frente
demuestran, por ejemplo, las actas de las deli- a una situación que pone en entredicho toda su
beraciones del Gobierno británico sobre la po- política, por lo que se impone reconsiderar la
sibilidad de negociar un acuerdo de paz con las continuación de la contienda, sopesando las
potencias centrales en 1916 (Ikle, 1971). Es, opciones, fines, medios, costos, beneficios y
m á s bien, toda la forma de adoptar decisiones probabilidades. E n este contexto parece m á s
lo que parece cambiar radicalmente, y su des- adecuado otro modelo de decisión, de acuerdo
cripción exigiría un modelo de «reconside- con la tipología de Braybrooke y Lindblom 4 .
ración global» de la situación (básicamente T o d o el proceso podría representarse c o m o una
distinto del modelo «de continuación incre- continuidad incremental con interrupciones
mental», que suele ser el más adecuado para las repentinas que obligan a los adversarios a con-
decisiones en tiempos de guerra)3. E n este pun- siderar, temporalmente, otro proceso de adop-
to, pues, los dirigentes de las partes enfrentadas ción de decisiones5, c o m o puede verse en la fi-
adoptarán probablemente un tipo de decisión gura 1.
que se puede describir mejor con un «modelo El resto de este artículo se dedica a estudiar
racional» y, quizás, una versión del procedi- estos períodos (generalmente breves) en que se
miento de decisión del Beneficio Previsto. reconsidera globalmente el proceso decisional,
Así, pues, parece plausible sostener que el y los dirigentes han de escoger entre proseguir
proceso decisional de los dirigentes de países la guerra o iniciar las negociaciones. N o s cen-
enfrentados en un conflicto importante se com- traremos en particular en la naturaleza del pro-
pone de dos «modos» distintos de adopción de ceso y en la forma adecuada de modelar lo que
decisiones, empleados sucesivamente. El pri- suele ocurrir en estos casos. U n a de las cuestio-
mero se centra en la continuación de los c o m - nes fundamentales consiste en saber si, en este
bates y abona el modelo incremental de deci- m o m e n t o , es útil considerar el proceso de
sión. Según Braybrooke y Lindblom (1970, adopción de decisiones «racional», y si esta
págs. 66-71 ), las decisiones tienden a ser rutina- consideración abona la idoneidad del enfoque

Modos de decisión

Reconsideración global
de la situación

Continuidad
incremental

Detonante 1 Detonante í-1

El fracaso confirma
lo acertado de la
politica inicial ''Detonante 2

FIGURA 1. Alternancia de modos decisionales en la terminación de conflictos.


Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 39

del Beneficio Previsto para entender las deci- girán «racionalmente» la opción que genere el
siones de proseguir un largo conflicto o suspen- m á x i m o Beneficio Previsto.
der los combates y buscar una solución de tran- Tercero, conviene observar que, c o m o ya se
sacción. indicaba antes, la fórmula del E U (Expected
Utility o Beneficio Previsto) tiene carácter for-
mal y definitorio, indicando que el Beneficio
Modelos d e beneficio previsto. Previsto del resultado X es una combinación
Principios fundamentales de diversas ventajas que se obtendrán con el
logro de X , menos los costos que éste implique,
Convendrá exponer en forma esquemática los multiplicados por la probabilidad de alcanzar
principios básicos del enfoque del Beneficio ese resultado X . Este tipo de razonamiento es
Previsto aplicado al proceso de adopción de de- m u y diferente de aquel consistente en indicar
cisiones y, en particular, a las relativas a la ter- los factores que probablemente van a afectar la
minación de los conflictos, c o m o hizo Wittman idea que el decisor se haga del Beneficio Previs-
(1979). to de determinado resultado. C o n este último
razonamiento podrá saber el decisor si el Bene-
ficio Previsto de u n resultado dependerá de
Definición del Beneficio Previsto cierto número de variables o, dicho de otro m o -
Este enfoque consiste esencialmente en que los do, será afectado o causado por una serie de
que deben optar entre diversas posibilidades factores:
calculan conscientemente el valor total o «be- EE[X]=fIpu(A)]-[(l-p)u(Q] [2]
neficio» de las consecuencias probables de su
elección. Seguidamente se compara este benefi- M á s adelante volveré a referirme a esta im-
cio con la probabilidad estimada de una conse- portante distinción pero, por el m o m e n t o , voy
cuencia particular y se escoge la solución ópti- a ocuparme de las posibles aplicaciones de los
m a para conseguir el m á x i m o beneficio modelos clásicos de Beneficio Previsto a los ca-
previsto. sos de terminación de guerras6.
El Beneficio Previsto se calcula combinan-
do tres factores. Primero, las ventajas deriva-
Elección racional y terminación d e la guerra
das de una determinada opción. Segundo, los
costos inherentes a la opción elegida y el resul- Si se tiene presente que ambos adversarios de-
tado previsto. Y , por último, la probabilidad es- ben llegar a una conclusión similar sobre la
timada de que la opción escogida dé el resulta- conveniencia de iniciar negociaciones de paz,
do previsto, esto es, que se obtengan las el enfoque del E U basado en la idea de «agente
ventajas sufragando los costos. Así pues, el Be- racional» afirma que, para que pueda iniciarse
neficio Previsto ( E U ) se define c o m o sigue: el proceso de terminación de un conflicto, a m -
bos grupos de dirigentes deben estimar que
E U = pu(A)-[l-p]u(C) [1] existe la posibilidad de alcanzar un arreglo o
Deben tenerse en cuenta tres características solución de transacción [S] que ofrezca más
importantes de esta fórmula. Primero, al calcu- ventajas que la continuación de la lucha ( W ) .
lar el Beneficio Previsto de una elección con el E n consecuencia, tanto para la Parte X c o m o
consiguiente resultado, el decisor «racional» para la Parte Y :
considera siempre que los costos son un factor
negativo en su evaluación. Segundo, la «adop- X EU W < X EUSn [3]
ción racional de una decisión» será la opción Y EU W < Y EU Sn [4]
que dé el resultado con el m á x i m o Beneficio C o n este enfoque podría explicarse la conti-
Previsto. Al plantearse el dilema de si debe o no nuación de la guerra entre Irán e Iraq hasta
continuarse un conflicto, los dirigentes «racio- 1989 (a pesar de los numerosos sondeos de paz
nales» calcularán los costos (generalmente res- del Gobierno iraquí y la intensa actividad de
tándolos), los beneficios y las probabilidades los mediadores potenciales) en la siguiente for-
correspondientes de «triunfar» prolongando la m a : a) para los dirigentes iraníes, los costos de
contienda y los compararán con los resultantes alcanzar un arreglo de paz mediante una solu-
de los posibles arreglos negociados. Luego ele- ción de transacción (con o sin tropas iraquíes
40 Christopher R. Mitchell

en el territorio iraní) seguían siendo m u y altos diferentemente las alternativas existentes y los
y superaban las futuras pérdidas militares que resultados posibles. Para dar un ejemplo histó-
entrañarían la recuperación del territorio iraní rico mencionaré el caso de la guerra de los
ocupado y la posterior invasión de Iraq para bóers de 1899-1902, en la que los dirigentes de
derrocar a Saddam Hussein; b) los beneficios las dos repúblicas bóers, Transvaal y el Estado
de continuar la guerra invadiendo Iraq exce- Libre de Orange, evaluaban de m u y distinta
dían sobremanera, tanto en cuanto a apoyo na- manera las ventajas de continuar la lucha o de
cional c o m o a ventajas políticas regionales, a cesar las hostilidades, aunque sólo fuera por el
los beneficios del arreglo transnacional pro- hecho de que la primera tenía una importante
puesto por Bagdad; y c) las probabilidades de población no bóer que se aprestaba a dominar a
salir triunfador de la contienda, según Teherán, la república sobre la base de cualquier resulta-
seguían siendo buenas. D e ahí que, mientras do salvo la victoria total, lo que no ocurría con
que los iraquíes evaluaban m u y positivamente el Estado Libre de Orange. En tales casos po-
las ventajas de alcanzar un arreglo de avenen- dría permitirse la simple suma de las funciones
cia, especialmente tras el éxito de su invasión de cada dirigente respecto del Beneficio Previs-
inicial de Irán al comienzo de las hostilidades, to siempre que esas divergencias fueran de es-
la situación de los iraníes era prácticamente la casa entidad, lo que no suele ocurrir. Cualquier
opuesta. Traducido a fórmula, esto daría lo si- modelo general de terminación de los conflic-
guiente: tos que ignore esas diferencias corre el peligro
de inducir a errores graves7.
Iraq E U X < Iraq E U S n [5]
Irán E U W Irán E U S n [6]
La falta de interacción entre los beneficios y las
probabilidades
Problemas de los enfoques clásicos del EU
La tendencia a ignorar las diferencias en el seno
Las obras recientes sobre terminación de los de las unidades decisoras y a considerar una
conflictos (Wittman, 1979; Mitchell y Nichol- función única, agregada, respecto de las venta-
son, 1983; y Teger, 1980) ponen de relieve cier- jas es un grave fallo de los enfoques clásicos del
tos aspectos importantes en los que los enfo- E U . Pero hay otro problema más grave, y que
ques clásicos del E U no resultan suficientes radica en el supuesto del que parte el modelo de
para elaborar modelos precisos sobre las deci- que la evaluación que los dirigentes hacen de
siones de terminación de un conflicto, plan- las ventajas de un resultado es independiente
teando una serie de problemas respecto de su de la evaluación de las probabilidades de que
aplicación en tales situaciones. A continuación ese resultado se produzca y, por ende, aquéllas
analizaremos tres de esos problemas. no se ven afectadas por éstas8. A m b o s factores
deben mantenerse claramente separados en el
El problema del agente único cálculo del Beneficio Previsto para que tal ope-
ración sea fructífera. Si las probabilidades esti-
La única forma de elaborar un modelo preciso madas de lograr un resultado pueden verse afec-
del proceso decisional es suponer que cada an- tadas por los beneficios que se esperan del
tagonista posee una función (o, por lo menos, m i s m o y, al mismo tiempo, los beneficios de
un orden de preferencia) unitario respecto al ese resultado pueden afectar también las pro-
Beneficio Previsto. Partiendo de este supuesto babilidades estimadas de alcanzarlos, los efec-
es posible comparar los cálculos relativos de la tos se nos vuelven totalmente circulares, lo que
«Parte X » acerca de las ventajas de continuar anula la utilidad del modelo.
el conflicto [W] o de aceptar un arreglo [Sn] con A u n así, son cada vez más abundantes las
los de la «Parte Y » . Al suponer que hay un diri- pruebas empíricas de que para los decisores
gente «único» responsable de las decisiones, se existen diversos tipos de relaciones no fortuitas
oculta el hecho de que dentro de cada parte an- entre las probabilidades estimadas y los benefi-
tagonista se dan probablemente graves desa- cios del resultado. E d m e a d señalaba en 1972
cuerdos y divergencias, existiendo distintas dos de estos tipos de relaciones corrientes, a las
facciones en el seno del gobierno, de la direc- que denominó el «efecto Lewin» y el «efecto
ción sindical o de la comunidad que evalúan Irwin». El primero postula una relación clara y
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 41

La guerra Iraq-Irán (1980-1988) fue un caso de engranaje. Prisioneros de guerra iraquíes en Iran, 1982. Aitred/Sipa.

reiterada entre la posibilidad remota de alcan- cuencia de esas relaciones o de las circunstan-
zar un resultado y la mayor valoración del mis- cias en que se produzcan, el simple hecho de
m o ; cuanto menor es nuestra posibilidad de que haya pruebas de la existencia de tales inter-
lograr algo, más valor adquiere y m á s lo desea- acciones entre B (beneficios) y P (probabilida-
mos. des) a la hora de tomar decisiones reales plan-
En cambio, el «efecto Irwin» postula la exis- tea otro grave problema a quien desee utilizar
tencia de una relación periódicamente observa- algún tipo de enfoque de Beneficio Previsto pa-
da entre el beneficio de un resultado y la proba- ra elaborar procesos de elección y decisión du-
bilidad estimada de alcanzarlo, de m o d o que rante la terminación de un conflicto.
un resultado considerado valioso tenderá a in-
crementar la probabilidad estimada de lograr- El problema de la función relativa a un
lo [Edwards (1962) y Pruitt y Hoge (1965), beneficio estable
entre otros, intentaron demostrar experimen-
talmente esta manera de ver]. A decir verdad, Por último, el tercer problema clave dimana
el efecto Irwin consiste en «wishful thinking», del hecho de que son muchos los modelos de
es decir una manera de tomar los deseos por E U sobre terminación de conflictos que adop-
realidades. tan un análisis fundamentalmente estático o
Las relaciones a las que acabamos de refe- que, en el mejor de los casos, se ocupan sólo de
rirnos no son sino algunas de las muchas cone- unos pocos aspectos dinámicos del proceso. En
xiones causales posibles entre las probabilida- el modelo de Wittman, por ejemplo, los únicos
des estimadas de lograr un resultado y la elementos dinámicos son las estimaciones res-
evaluación de los beneficios y costos en caso de pectivas de las partes acerca de las probabilida-
que se alcance. Independientemente de la fre- des de alcanzar la victoria (estimaciones basa-
42 Christopher R. Mitchell

das en gran medida en las vicisitudes cambian- distinción hecha anteriormente entre lo que
tes en el campo de batalla) y de los costos cre- afecta al Beneficio Previsto y la definición del
cientes originados por la acción del enemigo 9 . Beneficio Previsto de un resultado (la conclu-
Son serias las dificultades que se oponen a sión de un arreglo negociado) consistente en las
la aceptación de un modelo basado en una serie ventajas menos sus costos, modificados por la
tan limitada de supuestos acerca de los cam- probabilidad estimada de alcanzar ese resulta-
bios en los cálculos de los dirigentes. Por ejem- do, obtener los beneficios y pagar los costos.
plo, es frecuente que éstos cambien de opinión Parece manifiesto que:
respecto de las posibilidades de éxito y de sus 1. Los dirigentes que han de optar entre conti-
costos probables en función del comportamien- nuar la guerra o terminarla sopesan de algún
to del adversario. A d e m á s , con el paso del m o d o el valor o Beneficio Previsto de uno u
tiempo se modifican las evaluaciones sobre el otro resultado.
mayor o menor interés de una u otra ventaja 2. Las decisiones relativas al Beneficio Previs-
concreta. D e igual manera, los mismos costos to de un determinado resultado cambiarán
pueden evaluarse de m o d o diferente en fun- con el paso del tiempo.
ción, entre otras cosas, de la importancia de los 3. Por consiguiente, ciertos factores ejercen
recursos propios ya sacrificados en la lucha o una influencia variable sobre este tipo de
aún disponibles para el futuro. evaluaciones del Beneficio Previsto de los
resultados, aun cuando la gama de resulta-
Necesidad de un modelo alternativo dos posibles se mantenga estable a lo largo
del tiempo.
En este breve análisis hemos puesto de relieve E n los enfoques clásicos de E U (BP) este
algunos de los escollos con que tropieza la adop- cambio se explica por la modificación de la
ción de un enfoque fundamentalmente «racio- naturaleza de los costos y los beneficios de las
nal» (tanto en el sentido económico c o m o en el distintas opciones. A medida que los dirigen-
que Clausewitz da a esta palabra) del proceso de tes vayan teniendo un conocimiento m á s pre-
decisión relativo a la terminación de los conflic- ciso de las consecuencias probables (quizás
tos, enfoque basado en un modelo clásico del adicionales) del Resultado Y comparadas con
Beneficio Previsto. Hay suficientes pruebas cau- las del Resultado X , el Beneficio Previsto de Y
sales al respecto c o m o para afirmar que las par- declinará comparado con el de X . El E U de
tes contendientes no siempre se comportan de proseguir la guerra y lograr una costosísima
manera racional tratando de obtener el m á x i m o victoria podría disminuir, frente al E U de
provecho. Son muchas las guerras, las huelgas y aceptar la negociación inmediata de un arre-
hasta las disputas entre individuos que se pro- glo, desde el m o m e n t o en que los dirigentes
longan más allá del límite en que cada oponente hayan tomado en consideración los posibles
puede esperar conseguir el equivalente de lo que efectos desestabilizadores de la guerra respec-
ha perdido en la pelea. Por consiguiente, lo que to de la posición política de su propia clase o
necesitamos es uno u otro tipo de modelo de grupo étnico. E n este tipo de modelo, la modi-
elección que tenga en cuenta los aspectos relati- ficación de la evaluación se producirá c o m o
vos al comportamiento (tal vez «no racionales») consecuencia de un cambio en la importancia
en el proceso decisional de terminación de los de los beneficios y los costos estimados de los
conflictos; un modelo que ayude a explicar, en resultados alternativos, de las probabilidades
sentido empírico, c ó m o deciden los líderes la de alcanzar una victoria o de sufrir u n a de-
mejor forma de poner fin a una contienda, en rrota.
vez de c ó m o debería terminar ésta si los enemi- D e todos modos, una de las dificultades que
gos se comportaran de acuerdo con el modelo plantea este modelo radica en que, vistas las
clásico de búsqueda del máximo provecho. cosas empíricamente, los dirigentes, individual
o colectivamente, no siempre evalúan con sufi-
ciente cuidado cada uno de los aspectos de los
El beneficio previsto: costos y los beneficios correspondientes a un
un enfoque causal resultado, combinándolos luego con las proba-
bilidades, a fin de calcular el Beneficio Previsto
Convendría que volviéramos a referirnos a la general que entraña cada resultado particular
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 43

de una serie dada. Parece que les es difícil aislar forma de un modelo causal y sencillo c o m o el
de manera sistemática cada uno de esos aspec- que a continuación se esboza en lafigura2:
tos (de los beneficios y de los costos) correspon-
dientes a cada uno de los resultados u opciones, E3
y m u c h o m á s aún asignarles valores relativos
para llegar a una evaluación general. C o m o han
señalado John Elster (1983) y Paul Veyne E2 E4
(1976), los individuos parecen actuar como si
las opciones o los resultados existieran en «ha-
ces» o «paquetes» que no pueden deshacerse y
rehacerse a voluntad. El URi E5
N o obstante, parece ser que los decisores
adquieren una cierta capacidad de evaluar glo- F I G U R A 2. Modelo causal de los beneficios de
balmente el Beneficio Previsto relativo de los un arreglo
distintos resultados, con lo cual pueden compa-
rarlos y elegir luego el que prefieren. Parece ser
también que, aunque los decisores no exami- Para que la explicación sea m á s fácil, hemos
nen cuidadosamente las ventajas o los costos elaborado simplemente este modelo de m o d o
que acarrea cada decisión, la evaluación que que refleje los factores causales (e) que influyen
hagan del E U de un resultado sufre el influjo de en la decisión del decisor sobre el nivel de bene-
factores clave y entraña un cierto análisis de las ficio de u n determinado resultado, aunque
ventajas y de los costes. Por último, estos jui- también podría hacerse un planteamiento simi-
cios subjetivos acerca del Beneficio Previsto se lar y construirse un modelo causal para evaluar
modifican con el tiempo, de m o d o que existe la decisión sobre el nivel de probabilidades de
cierto grado de conexión causal entre la evalua- alcanzar determinado resultado mediante una
ciónfinaldel E U y las circunstancias y decisio- decisión dada. Por consiguiente, m i análisis va
nes del dirigente, lo que influye en sus juicios a centrarse en adelante en las estimaciones del
acerca de los resultados, en las comparaciones beneficio de un resultado dado, aunque po-
que entre ellos hace y, por ende, en la opción drían formularse consideraciones análogas so-
elegida. bre las evaluaciones de la probabilidad.
En consecuencia, un m o d o fructífero de en- Para vincular m á s este enfoque con los m o -
focar los modelos del proceso de decisión sobre delos clásicos de E U , puede sostenerse que las
la terminación de los conflictos sería elaborar estimaciones del decisor consistirían en:
un modelo causal que pudiera ayudarnos a su- 1. evaluaciones de: I) los beneficios relativos
perar ciertas insuficiencias del enfoque clásico que se obtendrían de la persecución y el lo-
del E U . Tal modelo partiría de la idea de que gro de una serie de resultados posibles, y II)
los dirigentes poseen una evaluación de las ven- los costos relativos que normalmente aca-
tajas de un resultado y una estimación de las rrearán esa persecución y ese logro.
probabilidades de lograrlo. A d e m á s , este enfo- 2. estimaciones de las probabilidades relativas
que implicaría: de lograr esos resultados.
1. comprender algunos factores (muchos, aun- Sin embargo, la primera ventaja importante
que no forzosamente todos, derivados de los del enfoque considerado es que, al sopesar la
beneficios y los costos previstos de lograr el influencia de los costos y los beneficios que
resultado) que influyen en el nivel de E U de acarrean las decisiones sobre el valor de las di-
ese resultado10; ferentes alternativas, puede abandonarse la
2. ser consciente de que el número y la influen- distinción tradicional entre esos dos factores.
cia relativa de los factores causales pueden Los costos pueden considerarse simplemente
cambiar con el tiempo; y c o m o beneficios negativos o, m á s precisamen-
3. dar por sentado que puede haber una cone- te, c o m o influencias independientes que redu-
xión causal entre los beneficios del resultado cen el nivel estimado de beneficio de un resul-
y las probabilidades de lograrlo, y vicever- tado. Así, pues, ese nivel se evaluará de
sa. acuerdo con la influencia de factores positivos
En resumen, el modelo podría revestir la (beneficios) o negativos (costes).
44 Christopher R. Mitchell

Los modelos causales de las evaluaciones de modelo sería mejor calificarlo de «no racional»
los beneficios ofrecen otras ventajas para expli- en vez de racional o irracional.
car qué factores ejercerán probablemente m á s El resto de este artículo tratará directamen-
influencia en los decisores al evaluar las opcio- te de dos de estos temas y procurará arrojar al-
nes posibles y sus resultados. Primero, el m o d e - guna luz sobre el tercero por deducción, tratan-
lo considera una amplia g a m a de factores cau- do de dar respuesta a las tres cuestiones
sales al abordar la cuestión de por qué el siguientes:
beneficio de un resultado particular es mayor o 1. ¿Cuáles son las variables que influyen nor-
menor que el de otros resultados alternativos. malmente en los juicios de los dirigentes
Segundo, puede abordar los problemas de la di- acerca de las opciones y los resultados cuan-
námica de las evaluaciones del beneficio y la do se enfrentan con el problema de poner fin
cuestión de qué tipos de cambios podrían afec- a una guerra?
tar las estimaciones del decisor sobre el benefi- 2. ¿En qué forma podrían esas variables inde-
cio relativo de determinados resultados (para pendientes influir en el beneficio relativo (o
más detalles, véase la sección 4). Por último, se la probabilidad) de las posibles alternativas
evitan problemas inherentes a los modelos clá- (principalmente, continuar hasta lograr la
sicos de E U basados en el supuesto fundamen- «victoria» o negociar un arreglo transaccio-
tal de que el beneficio y la probabilidad tienen nal)?
efectos totalmente independientes. 3. Cuando se plantea la posibilidad de termi-
Sin embargo, un enfoque causal plantea nar un conflicto, ¿qué es lo que normalmen-
también numerosos interrogantes, especial- te modifica la influencia de esas variables
mente cuando se trata de los juicios de los deci- principales en una dirección dada o en de-
sores sobre opciones y resultados complejos, terminada magnitud?
c o m o los que atañen a los procesos de termina-
ción de conflictos. U n primer problema es el
realtivo a las variables (e) que pueden afectar Modificaciones de las evaluaciones
las evaluaciones de los beneficios y de las pro- de los beneficios
babilidades en tales situaciones: su número, ti-
po, clasificación y consecuencias. El segundo Las principales cuestiones que plantea el uso
atañe a los cambios probables en la naturaleza, del modelo causal giran en torno a las causas
amplitud y consecuencias de esas variables que originan la modificación de las evaluacio-
causales y a las causas de esos cambios. Mani- nes de los dirigentes sobre las ventajas de los
fiestamente, una de las causas posibles de los resultados y opciones posibles. N o cabe duda
cambios en los factores que afectan las evalua- de que es necesario analizar empíricamente los
ciones de los beneficios de los resultados radica factores que influyen en la evaluación de los
en las modificaciones que se originan en el beneficios de alcanzar la victoria o de negociar
«equilibrio de las ventajas» de las partes en un arreglo. Hay que preguntarse, además, si un
conflicto; pero, ¿cuáles son las otras variables gran número de factores causales tienen una re-
que influyen tradicionalmente en las evaluacio- percusión importante y si todos deben ser teni-
nes de los dirigentes al considerar las alternati- dos en cuenta en todo m o m e n t o . Por último, se
vas que se les presentan durante una contien- plantea la cuestión de saber qué es lo que oca-
da? Por último, los modelos causales de este siona el cambio en: 1 ) el número y la amplitud
tipo ignoran en general las cuestiones de «ra- de las variables influyentes: y 2) su influencia
cionalidad» en el proceso de decisión, sustitu- relativa en la evaluación.
yéndolas por un esquema explicativo basado
en el supuesto de que es posible comprender
ese proceso como un proceso de elección no ya Variables que influyen
conscientemente racional (o incluso irracio- en las evaluaciones de los beneficios
nal), sino basada en evaluaciones de alternati- El primer problema que se plantea es el de có-
vas producidas por un determinado modelo de m o arrojar luz sobre las consideraciones que
variables en el m o m e n t o de la elección, y de suelen influir en los decisores a la hora de eva-
elección cambiante de acuerdo con las modifi- luar y de comparar los beneficios de las opcio-
caciones de esos factores causales. Este tipo de nes esenciales para poner término al conflicto.
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 45

a saber: I) seguir combatiendo, con sus lógicos ejemplo, una aceleración súbita de las peticio-
costos y los beneficios problemáticos que ello nes hechas a los fondos sindicales durante una
entraña; o II) aceptar una avenencia que pueda huelga (d2sC/dt) puede tener una repercusión
ser aceptable también por el adversario. H a y mayor en la evaluación de los beneficios de
factores que son familiares y obvios. Por ejem- continuarla hasta obtener las reivindicaciones
plo, parece poco probable que las personas se buscadas en un lapso de tiempo mayor. Asimis-
muestren indiferentes a los futuros beneficios m o , en las evaluaciones de los beneficios puede
(fB) que se espera obtener con los resultados influir la comparación entre el sacrificio que
alternativos, ya se trate de u n aumento de los representan los futuros costos previstos (fC) y el
salarios, del dominio de unas islas en litigio, de nivel de los recursos generales (RES) que que-
la custodia de los hijos o, según las palabras de dan por gastar (fC/RES).
Bueno de Mesquita (1981), de la diferencia en- Los factores que influyen en los decisores en
tre el comportamiento del adversario antes del caso de conflicto (y cuando consideran la posi-
conflicto y el que resultará de la derrota o la bilidad de u n arreglo transaccional) pueden
transacción". Asimismo, el beneficio de un re- desglosarse en cuatro grandes grupos:
sultado cualquiera se reducirá indudablemente 1. factores interpartes
a causa de los futuros costos previstos (fC) de 2. factores propios de las partes
proseguir la lucha o, por lo contrario, de lograr 3. factores propios de los aliados
una transacción. E n los modelos clásicos de E U 4. factores ajenos al conflicto
los costos pueden también revestir la forma de Los factores interpartes son los m á s conoci-
oportunidades perdidas (oC), pero pueden en- dos porque en esta categoría se incluyen todas
trañar además pérdidas reales de los recursos aquellas cuestiones que se supone influyen en
disponibles en ese m o m e n t o (costos «ocultos» las evaluaciones de las ventajas en los modelos
o sC), que suelen pesar m u c h o m á s en los cálcu- tradicionales de E U . Se trata de las ganancias
los del decisor que los costos de oportunidad12. resultantes del éxito obtenido en el conflicto14
Ejemplos del primer tipo de costos son las posi- -aumento de los salarios, de la productividad
bilidades de esparcimiento perdidas o la baja del trabajo, del territorio o del acceso a las m a -
de la producción causada por una huelga pro- terias primas (fB)-; de los recursos básicos ori-
longada, y del segundo tipo las víctimas reales y ginales de la parte contraria destinados a conti-
los daños materiales en los recursos producidos nuar la contienda (bRES) y los recursos restan-
por cualquier conflicto que implique violencia tes para tal fin (bR - s C ) ; de los costos
organizada. «ocultos» ya invertidos para lograr el éxito
M e n o s obvias pueden resultar otras consi- (días de huelga, pérdidas salariales por días no
deraciones que influyen muchísimo en las eva- trabajados, víctimas, ciudades destruidas) (sC);
luaciones de los decisores. Para algunos diri- de los costos previstos que habrá que asumir
gentes en pugna, los factores destacados que in- para realizar cada uno de los resultados alterna-
fluyen en las evaluaciones de una opción tivos (fC); y de los costos que se le han impues-
pueden revestir la forma de un menor apoyo to y pueden aún imponérsele al adversario
dentro de su propio partido (iSPT) o entre alia- [sc(ADV), fC(ADV)] en los casos en que haya
dos o protectores (aSPT). Para otros, los facto- adquirido valor en sí m i s m o el hecho de origi-
15
res que ejercen una influencia positiva en la narle esos costos .
evaluación de las ventajas de determinados re- En cambio, a los factores propios de las par-
sultados podrían consistir en el hecho de crear- tes se les reconoce generalmente una influencia
se una reputación de negociador «adecuada» menor en los cálculos de los decisores sobre las
(fBREP) que podría ser útil en la solución de ventajas relativas de continuar el conflicto o de
otros conflictos ulteriores; o bien en el deseo de procurar una avenencia. N o obstante, está de-
no revelar una vulnerabilidad especial a los ad- mostrado con creciente evidencia que estos fac-
versarios potenciales13. tores pueden ser de enorme trascendencia por
Por otra parte, ciertas evaluaciones de los la influencia que ejercen en las evaluaciones y,
dirigentes pueden ser influidas m á s fuertemen- consiguientemente, en la elección resultante,
te por aumentos repentinos de los costos o en sobre todo en el caso de que el liderazgo de una
las comparaciones que hacen entre los recursos parte contendiente se vea amenazado por una
disponibles y los que podrían conseguir. Por facción rival, o cuando existen importantes di-
46 Christopher R. Mitchell

visiones en el seno de esa parte. En esos casos, D e igual m o d o , los factores ajenos al conflic-
factores tales c o m o el nivel de apoyo de los su- to pueden ejercer un gran influjo en los juicios
bordinados (iSPT), el nivel de credibilidad de de los decisores acerca del arreglo transaccio-
los dirigentes (LCR), el grado de responsabili- nal. A algunos dirigentes puede preocuparles la
dad de una persona o de una élite por la política «reputación de negociador» de su gobierno y
en vigor, o la repercusión de un determinado tratarán de utilizar su comportamiento en el
resultado en la suerte de quienes dentro del conflicto actual para influir en el de sus adver-
propio grupo apoyan al dirigente o se oponen a sarios en futuras contiendas. E n cuanto a los
él tienen un efecto importante (y, a veces, deci- dirigentes de las empresas, suelen negarse a
sivo) en el beneficiofinalatribuido a m o d o s de aceptar ahora compromisos sobre ciertas cues-
proceder opuestos y a sus consecuencias. Si los tiones porque temen que tal decisión deje m á s
dirigentes asignan un valor supremo a mante- tarde la puerta abierta a futuras demandas de
ner la unidad dentro de sus propiasfilas,cual- otros trabajadores. Así, pues, los factores que
quier resultado que la amenace será considera- influyen en las evaluaciones en virtud de las
do c o m o poco provechoso frente a otros resul- cuales se rechaza una determinada opción, qui-
tados alternativos que mantengan esa unidad. zá no tengan su origen en preocupaciones rela-
Si lo que importa verdaderamente es evitar re- tivas a las ganancias o a los sacrificios del pre-
sultados que ofrezcan a los rivales del propio sente (ni siquiera en problemas de política in-
bando la oportunidad de capitalizar política- terna o en razones de reputación), sino en los
mente una «liquidación», es normal que las op- juicios acerca de los posibles sacrificios futuros
ciones que impidan ésta sean m á s altamente que pueden derivarse del comportamiento ac-
apreciadas que las otras. Parece ser que este ti- tual y del efecto de demostración que lleva apa-
po de factores suele influir en gran medida en rejado16.
los juicios sobre las ventajas relativas de conti-
nuar el conflicto hasta la «victoria total» tantas
veces prometida, en vez de aceptar una tran- Amplitud y número
sacción. de las variables causales
E n otras ocasiones, son los factores propios Es fácil afirmar que estos factores pueden ejer-
de los aliados los que m á s pesan a la hora de cer influencia en las decisiones relativas a la
asignar un beneficio relativo a las alternativas terminación de un conflicto y sostener que al-
que se presentan. Las consecuencias probables gunos desempeñan un papel m á s o menos im-
de un resultado en un aliado o protector, ya sea portante en la determinación de las ventajas de
c o m o costos impuestos [fC(ALL)] o c o m o be- los resultados del conflicto a medida que éste se
neficios otorgados [fB(ALL)], puede cobrar desarrolla. En cambio, es m u c h o más difícil de-
mucha importancia a la hora de evaluar las terminar qué factores podrían ejercer mayor
ventajas. L a posibilidad de disgustar a otra influencia en u n m o m e n t o dado y, lo que
agrupación o sindicato puede ser un factor im- es m á s importante, c ó m o puede modificarse
portantísimo para prolongar la huelga. L a re- este grado de influencia con el transcurso del
nuencia a dejar que continuara solo la guerra su tiempo.
aliado, el Estado libre de Orange, fue un pode- La bibliografía sobre la psicología de la elec-
roso factor que llevó a los líderes de Transvaal, ción y el tratamiento de la información puede
durante la guerra de los bóers, a rechazar las ofrecernos algunas pistas para resolver la cues-
ofertas británicas de arreglo. tión. Podría sostenerse que, independiente-
Desde luego, la repercusión de estos factores mente de los muchos factores que potencial-
propios de los aliados dependerá m u c h o de lo mente influyen en la evaluación de los benefi-
sensibles que sean los dirigentes de una de las cios que hacen los dirigentes en el m o m e n t o de
partes de la coalición a los deseos, las aspiracio- la decisión, su número será probablemente li-
nes y los objetivos de las otras. Esa sensibilidad mitado, aunque sólo sea por el simple hecho de
puede modificarse con el tiempo y su disminu- que la capacidad h u m a n a para tratar la infor-
17
ción puede ser la razón de que se acepten ofer- mación también lo es . Son muchos los estu-
tas de transacción que se habían rechazado an- diosos que sostienen que cada decisor sólo pue-
teriormente. C ó m o y por qué se produce ese cam- de tener en cuenta un número limitado de fac-
bio sigue siendo objeto de reflexión y estudio. tores en el m o m e n t o de elegir. Las estimaciones
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 47

del número de factores que influyen en las


Modificación d e las influencias
apreciaciones de cualquier persona ante una si-
sobre la evaluación de las ventajas
tuación compleja varían según los autores que
han abordado el tema. Miller (1956) y Simon El objeto principal de este artículo es demos-
(1974) afirman que la cifra de esos factores se trar que los juicios sobre el valor de los resulta-
sitúa entre cinco y nueve tratándose de casos de dos alternativos posibles de un conflicto son di-
elección tan variados c o m o la compra de una námicos, en el sentido de que no sólo cambian
casa o la firma de un acuerdo de paz18. Miller los resultados sino también los factores que in-
mantiene que son siete los factores que influ- fluyen en la evaluación de los decisores, modi-
yen con mayor frecuencia en la evaluación y la ficando así el valor de esos resultados. Por
elección; Simon llega a la conclusión de que es- ejemplo, puede que en las primeras fases de un
ta cifra se acerca probablemente m á s al cinco conflicto los dirigentes consideren que no es
que al nueve; Warfield, recurriendo a un enfo- tan importante aprovechar al m á x i m o el apoyo
que diferente, afirma que son sólo tres los fac- de subordinados dentro de su propio grupo
tores que ejercen con toda probabilidad una (iSPT) y que, por ende, éste influya m u y poco
gran influencia en cualquier situación comple- en la evaluación de las opciones que se les pre-
ja(1988). sentan. Posteriormente, tras un conflicto costo-
En consecuencia, cabe simplificar conside- so y arduo, ese apoyo puede desempeñar un pa-
rablemente el problema de analizar lo que in- pel clave en la evaluación del decisor. En lo que
fluye con la evaluación del decisor sobre los be- respecta a nuestro modelo, se ha agregado un
neficios relativos de proseguir la lucha o de nuevo factor a la estructura, factor que ahora
aceptar un arreglo. E n cada ocasión, parece que repercute en las U alternativas.
el decisor, al evaluar el interés relativo de las Asimismo, podría argüirse que un determi-
alternativas que se presentan, sufre la influen- nado factor (por ejemplo, el apoyo interno a
cia de una cantidad limitada de factores, y no una élite) estaba (implícitamente) presente en
del amplio número en que lógicamente cabe la estructura del modelo desde el comienzo,
pensar. aunque sólo empezara en una fase posterior del
Si los factores que influyen son sólo unos conflicto a tener importancia en la evaluación
pocos y las evaluaciones del beneficio relativo de U , aumentando esa importancia desde 0
de un arreglo inmediato (Sn) en comparación hasta alcanzar un valor positivo.
con el «éxitofinal»(en una futura fase) son re- La concepción formal es sencilla. El modelo
lativamente sencillas, también lo es la estructu- podría contemplarse simplemente c o m o una
ra de nuestro modelo causal. Este consistirá ecuación o c o m o una estructura causal (quizá
normalmente en un pequeño número de varia- la forma m á s sencilla sea un diagrama de valor
bles independientes (e) que influyen en la eva- positivo o negativo) con un número limitado
luación de las ventajas de un arreglo negociado de variables independientes. Algunas de ellas
(o, alternativamente, de la continuación del van siendo sustituidas con el tiempo, a medida
conflicto hasta alcanzar la «victoria») (figu- que los dirigentes cambian de opinión sobre
ra 3). cuáles son los factores importantes que deben
tenerse en cuenta y qué nuevos factores co-
Cf/RES mienzan a influir en sus evaluaciones. Por en-
de, algunos elementos desaparecen del modelo
y son sustituidos por otros cuya influencia (con
el paso del tiempo y de los acontecimientos y
por motivos cuya plena comprensión nos esca-
Cs STNi
pa en parte) pasa a ser decisiva. Lafigura4 ilus-
tra este enfoque:
Este tipo de modelo puede utilizarse para
Af. CRD representar diversas formas de dinamismo en
URi
el proceso decisorio relativo a la terminación
FIGURA 3. Factores determinantes del benefi- de los conflictos, a saber, los siguientes hechos
cio de un acuerdo en T . normalmente observables:
1. con el tiempo la gente cambia de opinión
48 Christopher R. Mitchell

fC\,

iSPT
+

fB. —• uSn < « — LCR


Evaluaciones en T

fC(ALL),

d^Cw
Uc
-dt
Evaluaciones en T + 1

F I G U R A 4 . Modificación de las influencias sobre I L c o n el tiempo.

sobre lo que para ella es vital en u n resultado nuevo, el hecho de conservar el apoyo de los
y lo q u e carece de importancia; subordinados o partidarios o bien de hacer fra-
2. la gente cambia de opinión acerca de la i m - casar los intentos de sus rivales dentro del gru-
portancia relativa q u e tienen para ella unos po puede influir simultáneamente, pero su im-
y otros factores en u n resultado posible, per- portancia relativa comparada con los costos
diendo algunos de esos factores importancia originados (sC) puede acrecentarse, aun cuan-
con el tiempo mientras la de otros a u m e n t a ; do la magnitud de estos últimos aumenten en
y forma constante. Todas estas modificaciones
3. las personas pueden modificar, a m e n u d o pueden introducirse en el modelo mediante
repentinamente, su apreciación de si un de- cambios en el nivel y la influencia de las varia-
terminado factor incrementa o reduce el va- bles pertinentes. E n los modelos pueden plas-
lor de un resultado. marse los cambios en las preferencias de los di-
U n a vez más, el segundo de estos tres gran- rigentes, alterando el orden de los valores, de
des tipos de modificaciones puede abordarse m o d o que en un m o m e n t o determinado del
simplemente en términos de modelo causal. L o conflicto puede darse el caso siguiente:
que estamos examinando es el hecho de que, fB | fB [ A D V ] | iSPT | f C / R E S | sC | fC
independientemente de la naturaleza inaltera- (ALL) | 0 [7]
ble de los propios factores, los decisores pue-
den asignar, y de hecho atribuyen, diferentes mientras que en otro orden de influencia es sus-
grados de importancia a cada factor en distin- tituido por:
tos momentos. E n cierta fase del conflicto las
fC/RES | sC | fB | F C [ALL] | iSPT | fB
ganancias previstas (fB) pueden parecer el fac-
(ADV) | 0 [8]
tor m á s decisivo respecto de la decisión de con-
tinuar o no la lucha. Pero en otra fase ulterior El tercer tipo de d i n a m i s m o a q u e n o s he-
los costos previstos en proporción a los recur- m o s referido puede parecer al c o m i e n z o extra-
sos restantes (cF/R) pueden convertirse en el ñ o , por n o decir «irracional». Sin e m b a r g o , n o
factor determinante, a medida que cambian las parece en principio q u e haya n a d a ilógico en
opiniones y los valores de los decisores. D e que en cierto m o m e n t o determinados factores
Cómo poner fin a guerras y confíelos: decisiones, racionalidad y trampas 49

U n conflicto que no tiene fin previsible: pueblo de Tokui. Chipre, en 1974. U n a línea invisible separa las comunida-
des griega y turca, M . Rihoud/Magnum.

ejerzan una influencia positiva en las evalua- (en el m o m e n t o t) los costos y los beneficios
ciones del valor de un resultado y en que, en relativos de los resultados que se lograrán en
otro posterior (o viceversa), esa influencia sea t + n. N o obstante, en la realidad del proceso
negativa. D e hecho, el cambio puede ser repen- decisorio, los costos ocultos parecen desempe-
tino. E n la práctica suele observarse que la gen- ñar un papel tan importante c o m o curioso y
te considera que hay factores que incrementan contradictorio (véase Edmead, 1971). En cier-
el valor de aquello que intenta obtener hasta un tas fases del conflicto los líderes parecen amol-
punto álgido, superado el cual su percepción de dar sus decisiones a un modelo en el que los
la situación se modifica y lo que antes se pensa- costos ocultos actúan c o m o una inversión que
ba que aumentaba el valor de un resultado hace contribuye a incrementar el valor atribuido a
que de pronto ese resultado ya no valga la pena las ventajas y, en ocasiones, la probabilidad de
conseguirlo. lograr el resultado perseguido. D e acuerdo con
Para dar un ejemplo m á s claro de este fenó- nuestro modelo, este factor tiene un efecto po-
m e n o tomaremos c o m o factor los costos ocul- sitivo en la evaluación de las ventajas de prose-
tos (sC). E n la teoría clásica de E U los costos guir la lucha hasta la victoria. Cuanto más in-
ocultos no desempeñan ningún papel en la eva- vierte uno de los contendientes en la consecu-
luación de las opciones y los resultados, tenién- ción del éxito, m á s valor adquiere éste'1'. L o
dose tan sólo en cuenta los costos futuros (fC), gastado no se da por «perdido» sino que se con-
que suelen denominarse también costos «pre- vierte en «recursos invertidos».
vistos». Lo que se ha sacrificado hay que darlo N o obstante, en determinado m o m e n t o la
por perdido, y los dirigentes racionalistas, a la influencia sobre las evaluaciones del volumen
hora de decidir, desprecian los sC al calcular de costos ocultos puede cambiar radicalmente,
50 Christopher R. Mitchell

comenzando a ejercer influencia en calidad de Orígenes del cambio endógeno


costos auténticos o de «sacrificios». En tal caso, en la evaluación de las ventajas
el peso de los sacrificios ya realizados se suma a
los sacrificios presentes y a los previstos. U n o s Nuestro último problema radica en dilucidar
y otros se convierten en factores negativos que las razones por las cuales se producen cambios
se refuerzan mutuamente y acaban incidiendo en las apreciaciones de los dirigentes (y, por de-
en la evaluación de las ventajas de perseguir un ducción, si dichos cambios se producen de m o -
resultado victorioso. Puede que un cambio tan do sistemático y previsible). Por ejemplo, ¿qué
drástico c o m o éste guarde relación con el au- es lo que determina cuándo no ejercen influen-
mento de las pérdidas o con el agotamiento de cia las variables (asumiendo en este caso un va-
los recursos, de m o d o que la relación entre los lor cero) en U . es decir en las evaluaciones de
sacrificios y los recursos restantes se aproxime las alternativas y opciones posibles por los de-
a uno; o bien con el hecho de haberse superado cisores?
un «punto álgido» en el proceso continuo de Parecen ser escasos los conocimientos siste-
pérdidas, c o m o haber perdido la capital o el sis- máticos de que disponemos acerca de la diná-
tema defensivo de un río, o seis meses en un mica subyacente en tales cambios de influencia
piquete de huelga20. sobre las evaluaciones y decisiones (cambio
Cualquiera que sea el factor crucial, una «endógeno»), aunque algunas ideas aplicables
vez superado ese umbral, puede invertirse al caso pueden derivarse de la teoría de la atri-
completamente la forma en que un factor in- bución, de la de la prospección o de las teorías
fluye en la evaluación de las ventajas de un de la disonancia cognoscitiva. Sin embargo, ha-
resultado. Los costos ocultos, en términos de ce poco han aparecido algunos resultados inte-
días de salario perdido, de hombres muertos, resantes en los trabajos experimentales sobre la
de territorios sacrificados o de fortunas dilapi- trampa en la que cae la gente que se dedica a
dadas, puede convertirse en motivo para re- invertir cada vez m á s recursos para intentar al-
chazar una posible avenencia y para continuar canzar un objetivo inicialmente deseable (la
la lucha. Por lo contrario, otros costos simila- «victoria»), hasta que llega un m o m e n t o en que
res pueden transformarse en una carga abru- la inversión de recursos alcanza un volumen tal
madora que aumente la renuencia de una de que, naturalmente, supera los beneficios que se
las partes a seguir gastando e impulsa a sus esperaba obtener. D e acuerdo con las propias
dirigentes a proponer (o aceptar) arreglos tran- palabras de uno de los pioneros en la materia,
saccionales. los dirigentes «han invertido demasiado para
D e acuerdo con nuestro modelo, el valor poder abandonar» la lucha (Teger, 1980) y que-
real de uno de los parámetros se ha vuelto ne- dan atrapados en una espiral ascendente de in-
gativo y el factor que antes realzaba el valor tervención y de inversión que va m u c h o m á s
del resultado ahora lo disminuye21 ( C o m p á - allá del punto en que los cálculos del Beneficio
rense las dos estructuras alternativas de la fi- Previsto, que normalmente calificaríamos de
gura 4). «racionales», indican que ha llegado la hora de
Por desgracia, por satisfactorio que sea re- abandonar la lucha.
conocer que las diversas formas de cambio pue-
den introducirse en un modelo causal de análi-
La trampa y la modificación de la evaluación
sis del proceso de decisión sobre terminación
de las ventajas
de los conflictos (modelo que ofrece al menos
un complemento de los enfoques clásicos de El trabajo sistemático realizado en torno a esta
E U ) , sirve de m u y poco para explicar los moti- cuestión ha sido en gran parte de carácter expe-
vos por los que el decisor modifica su evalua- rimental, recurriendo al conocido juego de la
ción de las alternativas posibles. En la última subasta del dólar (Dollar Auction) consistente
parte de este artículo se exponen algunas ideas en adquirir un billete de un dólar por el menor
sucintas sobre los procesos que podrían origi- número posible de centavos (Shubik, 1971). En
nar cambios en las evaluaciones que los diri- muchos de estos experimentos los jugadores,
gentes hacen de las ventajas relativas de prose- una vez que habían decidido participar en la
guir o terminar un conflicto. subasta del dólar, seguían invirtiendo recursos
m u c h o m á s allá del punto en que podían obte-
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 51

Los costos
Decisión de Reconoci- generales
perseguir miento de superan Agotamiento
los objetivos los probables manifiestamente de los
Acontecimientos y de presionar costos a cualquier recursos
preliminares al adversario largo plazo posible ganancia disponibles

Etapa del Búsqueda de Justificación Castigo y Abandono de


conflicto recompensas de los costos reducción de la meta
las perdidas
al mínimo
T, T3
T
Influencias
dominantes Ganancias Volumen de D a ñ o causado Costos futuros
resultantes inversiones ya al adversario. en proporción
del cambio hechas; salvar Minimización a los recursos
de política la reputación; de las pérdidas restantes
del adversario: necesidad de generales
recompensas probar la
por ganar racionalidad
de la inversión;
autojustificación

F I G U R A 5. Etapas del cambio en la evaluación.

ner algún beneficio pecuniario, aun en el caso sus recursos para alcanzar alguno de los resulta-
de que lograran hacerse con el dólar subastado. dos deseados (Rubin, 1981), implique o no ello
Basándose en este ejemplo, los investigadores directamente la presencia de un adversario. E n
sostienen que las evaluaciones de los partici- cada etapa parece que ciertos valores básicos
pantes sobre los diversos resultados cambian a inciden en la evaluación que los participantes
medida que aumenta la inversión de recursos hacen de los resultados y también en su deci-
(ofertas) y entran en juego nuevos valores que sión de proseguir la partida o de abandonarla.
influyen en las evaluaciones iniciales de las M á s aún, al llegar a ciertos límites, esos valores
consecuencias resultantes de «ganar» o «per- dominantes cambian, con lo que la evaluación
der» en el juego. Pese a iniciar la partida con la del beneficio relativo de las alternativas posi-
esperanza de obtener algún provecho financie- bles (la «victoria» gracias a la continuación del
ro, la aparición de nuevos motivos, tales c o m o conflicto o la «transacción» mediante un arre-
el deseo de hacer pagar al adversario el hecho glo negociado) puede variar muchísimo de un
de haber prolongado el juego (y de hacerlo m á s m o m e n t o a otro, a u n q u e también puede
costoso) o de reducir al mínimo una pérdida mantenerse (aproximadamente) igual durante
inevitable, comienza a influir en la manera co- largo tiempo, debido a la influencia de los
m o los jugadores valoran las diversas opciones nuevos valores que surgen para justificar la
y sus consecuencias. Según una hipótesis, estas persecución constante del objetivo, es decir
nuevas valoraciones de las estrategias y las in- ganar.
versiones son en gran medida consecuencia del Simplificando al m á x i m o esta idea, cabe
resumen de los recursos ya invertidos para al- afirmar que un «tipo ideal» de «caer en la tram-
canzar la meta (según nuestra terminología, se pa» en una situación de conflicto puede pare-
trata de un ejemplo del fenómeno de «costos cerse m u c h o a la figura 5, en la que las cuatro
ocultos»). etapas muestran que factores m u y diversos in-
Los analistas que han estudiado la trampa fluyen en las evaluaciones del interés de los re-
en la que caen los jugadores explican que éstos sultados alternativos y, por ende, en las m a n e -
atraviesan distintas etapas en las que invierten ras de proceder.
52 Christopher R Mitchell

Fases de la «caída en la trampa»: búsqueda de gentes. D e la obra de Staw se deduce que cuan-
recompensas y justificación de costos to mayores sean la inversión destinada a alcan-
zar el éxito mediante una determinada política
C o m o ocurre con el juego de la subasta del dó- y la responsabilidad personal del líder en la
lar, la primera fase del conflicto corresponde a elección inicial, mayores serán las probabilida-
un proceso decisorio dominado por la búsque- des de que las nuevas inversiones se utilicen
da de recompensas. Esto significa que, una vez para justificar retrospectivamente lo acertado
que se ha adoptado la decisión inicial de alcan- de la decisión inicial. En este punto, lo impor-
zar unas determinadas metas, la evaluación tante es «... intentar demostrar la racionalidad
que los participantes hacen del provecho de las a los demás o probarles que un error costoso
consecuencias resultantes de la victoria o del era en realidad la decisión correcta, enfocado el
fin de las hostilidades por medio de un arreglo problema con una perspectiva a largo plazo...»
o avenencia, está fuertemente influida por las (Staw, 1976, pág. 42).
variables centradas en las ganancias que habían
de obtenerse con el triunfo, aunque modificada Fases de la «caída en la trampa»:
por la conciencia que el decisor tiene de los minimización de las pérdidas
probables costos futuros de continuar la con-
tienda. La teoría de la disonancia cognoscitiva En ciertos casos los conflictos pueden alcanzar
afirma también que este tipo de evaluación po- un punto en el que los dirigentes antagónicos
dría dimanar de factores psicológicos que re- empiezan a cobrar conciencia de que los costos
fuerzan la necesidad de los dirigentes de sentir generales que les acarreará la lucha en caso de
que se adoptó la decisión inicial correcta al dar que continúe (o. incluso, el nivel de sacrificios
los primeros pasos para alcanzar las metas de- ya hechos), son m u y superiores a las ganancias
seadas, convocando a los miembros del sindi- posibles que se obtendrán con el triunfo, al m e -
cato a una huelga, iniciando el embargo comer- nos si se aplica la definición de «ganancias»
cial o enviando una fuerza de intervención pa- utilizada en la primera y segunda fases del con-
ra recuperar las islas en litigio. flicto. El comité de huelga se da cuenta de que,
Sin embargo, en determinado m o m e n t o aunque se acepten plenamente sus reivindica-
(quizá relativamente poco tiempo después de ciones salariales y se modifiquen las condicio-
dar los primeros pasos en el conflicto), los diri- nes de trabajo, ello no compensará la pérdida
gentes suelen parecer cada vez m á s conscientes de los salarios ni las dificultades que son de
de los costos en que ya han incurrido y de los prever en el futuro. D e acuerdo con el enfoque
sacrificios futuros que se verán obligados a ha- clásico del E U , éste sería el m o m e n t o de aban-
cer ellos y sus seguidores. Llegados a este pun- donar la lucha. N o obstante, hay otros criterios
to, entramos en la fase de la justificación de cos- que pueden cobrar en ese m o m e n t o toda su im-
tos. E n esta segunda fase las ganancias poten- portancia hasta influir en las valoraciones de
ciales (fB) siguen ejerciendo una importante los decisores, con lo que el conflicto entrará en
influencia sobre las apreciaciones de los líde- la tercera fase, la de la reducción al mínimo de
res, pero hay también otros factores que nor- las pérdidas y el castigo.
malmente empiezan a influir, c o m o la necesi- En esta tercera fase puede incluirse entre los
dad de justificar la decisión inicial y de invertir valores nuevos e influyentes el relativo al casti-
nuevos recursos para alcanzar la meta. Resulta go del adversario por su intransigencia y por su
entonces importante seguir demostrando que parte de responsabilidad en la creación de un
la inversión previa y los sacrificios presentes callejón sin salida m u y costoso. Para cada uno
responden al sentido c o m ú n político. U n o de de los contendientes lo fundamental será cer-
los medios seguros para lograrlo es invertir m á s ciorarse de que su oponente acaba perdiendo al
para probar no sólo la adhesión decidida a una menos tanto c o m o él m i s m o , si no más. Según
acción determinada sino también lo acertado las palabras de Rubin. «... cada parte no aspira
de la misma. Llegados, pues, a este punto, fac- ya a ganar o ni siquiera a reducir las pérdidas al
tores tales c o m o los costos ocultos y la justifica- mínimo, sino a quedar igualada con el adversa-
ción de la inversión cobran toda su importan- rio que originó el conflicto...» (Rubin, 1981,
cia, con el corolario de que los costos previstos pág. 56). C o m o declaraba el emperador alemán
pesan m u c h o menos en los cálculos de los diri- Guillermo II en 1914: «¡Puede que nos derro-
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 53

ten, pero al menos los británicos perderán la In- yando y que ya no pueden seguir sacrificando
dia!». otras posibilidades por correr tras un triunfo
La siguiente hipótesis parece plausible: este cada vez m á s lejano y quizás ilusorio. Habrá
elemento punitivo que influye en las aprecia- llegado sin duda la hora de enfrentarse al mal
ciones de los decisores se verá afectado por la trago de la derrota, c o m o les sucedió a los fin-
magnitud del daño ya causado por el adversa- landeses y a los franceses en 1940, a los bóers
rio (sC), pero también por el grado de responsa- en 1902 y a los japoneses en 1945.
bilidad de los propios dirigentes en la continua- Llegado ese m o m e n t o , una de las partes be-
ción de una determinada política, lo que les ha- ligerantes entra en la fase que podría denomi-
ce vulnerables a las críticas de sus partidarios o narse de abandono de la meta (fase dolorosa y
a la pérdida de su posición preeminente. Los generadora de divisiones), en la que la evalua-
dirigentes que han puesto m u c h o de sí mismos ción de las opciones parece depender completa-
en una determinada política y se han visto frus- mente de consideraciones acerca de los proba-
trados en sus expectativas, es m u y probable bles costos futuros en proporción a los recursos
que valoren la idea de «hacérselo pagar al ene- restantes y del carácter de las ganancias margi-
migo» c o m o uno de los aspectos esenciales del nales que un adversario hábil podría conside-
beneficio obtenible de cualquier resultado que rar ventajoso ofrecer en esta fase. A d e m á s , pa-
se produzca. recen producirse otros cambios en los factores
En este punto otros factores que probable- que afectan las valoraciones de los decisores.
mente influyan en la evaluación de las opciones Los costos ocultos ya no aparecen c o m o inver-
y de sus consecuencias pueden contemplarse siones para lograr la victoria, sino c o m o sacrifi-
con un enfoque m á s clásicamente «racional». cios que no deben aumentar. Cuanto mayores
En esta tercera fase una motivación importante hayan sido los sacrificios en pos de la victoria,
puede ser la de reducir al mínimo los costos tanto menos interesante parecerá ésta, incluso
futuros o los generales, de manera que esa re- en el caso de que se alcanzara. Hay, por supues-
ducción de los costos, y no ya la obtención del to, otros factores que siguen influyendo en las
beneficio m á x i m o , se convierta en el elemento apreciaciones de los decisores iniciales y que
determinante de la evaluación de las opciones pueden hacer que no se acepte ninguna reduc-
antagónicas por los dirigentes. Por ejemplo, se ción de las pérdidas ni que se abandone la lu-
pueden sufrir pérdidas de todo tipo si se prosi- cha, ya que tal decisión podría acarrearles cos-
gue la huelga un mes m á s , antes de que ceda la tos elevadísimos dentro de su propio grupo, co-
patronal, pero las pérdidas serán aún mayores m o una situación humillante, la pérdida de su
si con una medida de fuerza c o m o ésa no se influencia o de sus cargos y el derrumbamiento
gana nada que pueda compensar los sacrificios profesional o incluso la desaparición física.
y las privaciones. Así, pues, puede ser que con- D e ahí que, para algunos decisores, la utili-
tinuar el conflicto siga siendo una opción m á s dad de continuar la lucha pueda seguir pesando
interesante que abandonar la lucha con las m a - m á s que la de alcanzar algún arreglo o avenen-
nos vacías, especialmente si la primera deci- cia, aunque ello suponga el agotamiento casi to-
sión permite reducir al mínimo los riesgos y la tal de los recursos. Puede que ésta sea la expli-
pérdida del apoyo de los partidarios, ofrecien- cación de la frecuencia con que se destituye a
do m á s razones para justificar la acción y aca- los dirigentes que han encabezado el conflicto
llando las críticas dentro del partido. cuando llega la hora de cambiar a rajatabla de
política y buscar la paz. Es evidente que son
Fases de la «caída en la trampa»: muchos los factores que intervienen en este
abandono de la meta proceso, entre ellos la mala disposición proba-
ble de un adversario al que sonríe la suerte y
N o obstante, cuando el conflicto se prolonga y que por ello se negará a aceptar cualquier arre-
el adversario también se muestra intransigente, glo con aquellos que considere responsables del
los dirigentes pueden alcanzar un nuevo punto conflicto. N o se trata, contra lo que suele supo-
álgido en el que aparece a las claras que se les nerse, de que los decisores iniciales no hayan
están acabando rápidamente los recursos res- sido capaces de cambiar de opinión y de adap-
tantes para continuar la lucha que es improba- tarse a las nuevas circunstancias, sino m á s bien
ble que sus protectores o aliados les sigan apo- de que sus apreciaciones sobre los resultados
54 Christopher R. Mitchell

alternativos tienen en cuenta unos costos m u y cerse (dinamismo endógeno o de valoración) y


concretos tanto para ellos c o m o para su grupo, a las acciones posibles que cabe emprender.
facción o partido. Quienes no tengan que so- A u n cuando las decisiones objetivas que se pre-
portar directamente tales costos podrán igno- sentan a los decisores sigan siendo exactamente
rarlos, pero no en cambio esos decisores. las mismas durante cierto tiempo, sus evalua-
ciones subjetivas pueden cambiar considera-
blemente c o m o resultado de factores dinámi-
La «caída en la trampa»
cos propios tanto del conflicto en sí m i s m o co-
y la modificación de las evaluaciones
m o del decisor.
El esquema de clasificación que acabamos de Justamente para dar cuenta de este segundo
formular de las fases y puntos álgidos del con- tipo de cambios, proponía una alternativa al
flicto es m u y general. Son m u y pocos los con- enfoque clásico (y en gran medida estático) del
flictos de la vida real en los que se dé una pro- Beneficio Previsto, a la hora de analizar las de-
gresión tan clara de las fases de decisión y los cisiones relativas a la terminación de los con-
factores señalados tampoco gobiernan las deci- flictos. Esta alternativa se presenta c o m o un
siones de manera tan sistemática c o m o parece modelo causal en el que la evaluación que el
dar a entender nuestro sucinto esquema. N o decisor hace de las ventajas de un resultado se-
obstante, la teoría de la caída en la trampa nos rá influida de distinta manera en momentos di-
parece un punto de partida interesante para ferentes por una serie de factores, además de
abordar sistemáticamente la cuestión de por las ganancias y costos futuros previstos que
qué algunos conflictos duran hasta m u c h o m á s tienden a dominar el enfoque clásico.
allá del punto en el que los cálculos «raciona- H e m o s introducido el dinamismo en este
les» (en el sentido clásico del E U ) ponen de m a - modelo al sostener que, en ciertos momentos
nifiesto que las partes en pugna deberían poner del conflicto, determinadas cuestiones gobier-
fin a la contienda. nan las apreciaciones y evaluaciones de los de-
A d e m á s , este esquema plantea el problema cisores, aunque posteriormente puedan perder
de la introducción de algunos elementos diná- importancia a los ojos de éstos o incluso ser
micos realistas en un modelo de proceso deci- sustituidas por otras cuestiones que pasarán a
sorio que constituye el primer elemento nece- ejercer la influencia principal en las evaluacio-
sario del proceso general de terminación del nes individuales (o incluso colectivas). Tales
conflicto. «cuestiones» van desde las de carácter tradicio-
nal y familiares (como los costos materiales
previstos) hasta las que se olvidan o minimizan
Conclusión (como la influencia de los costos ocultos e in-
cluso la repercusión que tiene la probabilidad
C o m e n z á b a m o s nuestro artículo afirmando estimada de éxito en el beneficio o valor). Por
que, al menos en dos aspectos, el proceso de último, ya hemos analizado algunas ideas sobre
decisión sobre la terminación de conflictos po- la «teoría de la trampa» en la que cae el dirigen-
día considerarse dinámico, especialmente res- te de u n conflicto, ideas que podrían explicar
pecto de la decisión continuamente pendiente cuando las apreciaciones de los dirigentes están
entre proseguir la lucha o aceptar un arreglo. El dominadas por determinadas cuestiones y
primero de esos aspectos es el relativo a las cuándo éstas pueden resultar menos influyen-
cambiantes circunstancias exteriores de la in- tes.
teracción {dinamismo exógeno o situacional) E n este artículo hemos presentado en forma
que ofrece posibilidades cambiantes de ganan- sucinta las respuestas potenciales a los proble-
cias y de costos en diversos momentos (por mas que plantea el análisis del componente de-
ejemplo, el balance de las ventajas de que se cisorio en el proceso de terminación de los con-
dispone en el campo de batalla, en los piquetes flictos. Por otro lado, son muchos los proble-
de huelguistas o en los tribunales). El segundo, m a s q u e suscita este tipo de e s q u e m a
igualmente importante, pero al que se presta aproximativo. Aunque haya conflictos que en
menos atención, se refiere a las valoraciones la realidad correspondan a este proceso en cua-
cambiantes que los dirigentes hacen del Benefi- tro fases que hemos propuesto en el último
cio Previsto de las opciones que parecen ofre- apartado, se plantean grandes problemas de or-
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 55

den práctico al tratar de comentar los puntos N o hace falta hacer hincapié en otras difi-
álgidos en que cada fase (como la de justifica- cultades que presenta el enfoque descrito, co-
ción de los costos) cede el paso a la siguiente m o los problemas de la pugna entre dirigentes y
(reducción al mínimo de las pérdidas). E n el las múltiples (y conflictivas) funciones relati-
juego de la subasta del dólar puede ser relativa- vas a las ventajas, los órdenes de preferencia y
mente fácil calcular ese punto de transición. las evaluaciones de beneficios de probabilida-
Desde el m o m e n t o en que la oferta de un juga- des en el caso de partes contendientes en pugna
dor para comprar el billete de un dólar exceda interna. U n a y otra vez vuelven a plantearse los
los 101 centavos, resultará evidente que uno de perennes problemas de los conjuntos colecti-
los jugadores se encuentra en una situación en vos.
la que trata de adquirir el dólar intentando per- Considero, no obstante, que el enfoque aquí
der sólo lo menos posible. Sin embargo, esos apuntado (que podría calificarse de «no racio-
puntos álgidos son menos fáciles de calcular, nal») ofrece algunas ventajas con respecto a los
incluso en los conflictos en torno a aumentos enfoques clásicos del E U a la hora de elaborar
salariales y a costosfinancieros,c o m o en el ca- modelos de procesos políticos complejos que
so de una huelga. D e todos modos, la mayor entrañan evaluaciones y decisiones de los diri-
parte de los conflictos de la vida real tienen un gentes. L o realista es plantearse el hecho de que
carácter multidimensional, y hasta las huelgas los líderes cambian de opinión sin tratar de im-
suelen acarrear ganancias y pérdidas que no re- poner de manera deliberada o sistemática una
visten un carácter pecuniario ni material. idea de lo que son resultados positivos o negati-
Parece ser que, en determinados m o m e n - vos. E n m o d o alguno puede tacharse este c o m -
tos, los decisores, incluso en los conflictos m á s portamiento de «irracional», aun admitiendo
complejos y difíciles de evaluar, llegan a la con- que es apenas racional en el sentido económico
clusión de que no podrán obtener ninguna ga- clásico de la palabra, necesitamos pues m o d e -
nancia auténtica que compense las pérdidas su- los y medios de análisis que puedan habérselas
fridas y de que deben reducir al mínimo las que con los fenómenos observados y que nos pue-
aún habrán de afrontar. La tarea de la investi- dan ayudar a comprender por qué ciertos con-
gación consiste en averiguar si esos puntos de flictos acaban de acuerdo con los cálculos del
transición pueden reducirse a modelos, tanto si m á x i m o aprovechamiento «racional» del Be-
se trata de guerras internacionales c o m o de neficio Previsto y otros no.
huelgas nacionales o de luchas entre clanes o
grupos antagónicos. Traducido del inglés

Notas

1. E n todas las fases de cualquier se nos ofrece; rechazarlo, pero un acuerdo. Pero el ejemplo de la
proceso de terminación de seguir negociando con objeto de guerrafinosoviéticadel invierno
conflictos los dirigentes se mejorarlo; rechazarlo, interrumpir de 1939-1940 nos enseña que estas
enfrentan con unas opciones y las negociaciones y volver a la situaciones no son del todo
decisiones similares. Por ejemplo, estrategia de pura coerción. imposibles.
el análisis de la fase de negociación Probablemente se apliquen
obliga a prestar m u c h a atención a principios similares a las fases 3. Tanto Etzioni (1967) c o m o
los procesos decisorios dentro de tanto de comunicación c o m o de Schulman (1975) han propuesto
cada una de las partes que materialización. modelos alternativos de
negocian («¿Tenemos o no un «exploración mixta» y de proceso
acuerdo que sea aceptable para el 2. Es m u y raro que un país y sus de decisión «no incremental»,
contrincante?»). Durante esta fase, dirigentes se vean forzados a entrar respectivamente.
sin embargo, la opción en una guerra que desde el m i s m o
fundamental parece ser trivalente y primer día del conflicto tratan de 4. Podría también sostenerse que
no binaria: aceptar el acuerdo que evitar mediante la negociación de la decisión que debe adoptarse en
56 Christopher R. Mitchell

esta fase sc presenta c o m o una complementarios para cualquier británicos no debían hacer
opción binaria constante modelo realista. ninguna propuesta de paz en ese
(proseguir la lucha o abandonarla), m o m e n t o porque se interpretaría
de forma que un modelo adecuado 9. D e hecho, Wittman señala que que se habían visto obligados a
podría reflejar esa estructura. el valor de un resultado u objetivo hacerla a causa del éxito de la
en disputa puede disminuir con el campaña de los submarinos
5. Otra cuestión interesante, que tiempo. Si dos países se disputan alemanes, con la consecuencia de
examinaremos en otro artículo, es una provincia que resulta que «se consideraría que nuestra
la de qué acontecimientos o destruida c o m o consecuencia de la posición insular m á s bien agrava
situaciones ponen en marcha estas contienda, se habrá reducido, al que reduce nuestra vulnerabilidad.
revisiones políticas y si los grandes menos parcialmente, el Beneficio Nadie puede pensar en nuestro
reveses en el c a m p o de batalla son Previsto de la victoria. U n ejemplo futuro dentro de diez años sin
sólo uno entre una serie de factores de ello podría ser lo ocurrido con sentir graves terrores» (Ikle. 1971.
detonantes cuya existencia se los pozos de petróleo de Irán. págs. 48-49).
observa periódicamente.
10. Este enfoque parece servir de 14. Hay una distinción que parece
6. Al escoger una entre varias fundamento al modelo de Wittman dejarse bastante de lado en los
opciones, incluidas la de continuar y refleja en gran medida el debates sobre los modelos de E U , y
una guerra quizás onerosa o la de pensamiento de Clausewitz: «Si es la distinción entre: I) los
buscar un arreglo transaccional pretendemos obligar a un beneficios logrados gracias al éxito
mediante la negociación, la adversario a que se pliegue a futuro, de los que sólo se disfrutará
utilidad o valor suele presentarse nuestros deseos, tenemos que tras la «victoria» y II) los
c o m o «haces» o «paquetes» de ponerlo en una situación que sea beneficios «actuales», resultantes
beneficios (que van desde m á s insoportable para él que el quizá de la continuación efectiva
territorios o materias primas hasta sacrificio que le exigimos». del conflicto. Respecto del debate
un mayor apoyo interno), y lo sobre estos últimos beneficios,
m i s m o ocurre con los costos 11. La fórmula de Bueno de véase la obra de Mitchell (1980).
(pérdidas militares, disminución Mesquita implica comparar las
de la influencia sobre otros ventajas de la política actual de A 15. Es m u y probable que ocurra lo
gobiernos, pérdida del apoyo con las ventajas (o falta de ellas) de contrario en los casos en que cada
interno). N o obstante, los enfoques la política actual de B , y luego el parte contendiente valora
del Beneficio Previsto parten del E U que se obtendrá si se consigue recíprocamente la buena suerte y el
supuesto de que los decisores acercar la política futura de B a la éxito de la otra. Sin embargo, este
pueden evaluar cada una de las deseada por A . Cuanto mayor sea tipo de relación parece poco
ventajas y luego adicionarlas para la distancia que separa la política probable en caso de guerra o de
obtener un valor general de actual de B de la deseada por A , otro conflicto violento y
utilidad o beneficio, de m o d o que tanto mayor será el beneficio prolongado.
se pueda comparar esa utilidad potencial resultante de la victoria y
general con otras utilidades tanto mayores las desventajas 16. Cuando la Gran Bretaña
agregadas. Empero, esto parece resultantes de la derrota. recuperó las islas Malvinas
darse rara vez en la realidad.
(Falkland), se sostuvo que un
12. Thaler, por ejemplo, sostiene factor (posiblemente de poca
7. Para algunas ideas acerca de que las desventajas resultantes de monta) que influyó en la
este problema véanse Mitchell y una pérdida (por ejemplo, de evaluación de las opciones y
Nicholson (1983). dinero) suelen considerarse resultados hecha por el Gobierno
generalmente superiores a las británico fue el temor de los
8. A continuación voy a centrar ventajas proporcionadas por una efectos que el abandono de la lucha
mi atención en el caso de una sola ganancia equivalente. A la gente le por parte de los británicos antes de
función de Beneficio Previsto, el duele m á s perder recursos que ya alcanzar la victoria podría tener
orden de preferencia o la tiene que ganar otros al alcance de respecto a la posibilidad de que
evaluación de las ventajas, para su m a n o . « U n a función de pérdida Guatemala se apoderara
poder ocuparme mejor de los siempre es m u c h o m á s ardua que igualmente de Belize o Venezuela
problemas que plantean los una de ganancia... a la primera se de Guyana.
cambios ocurridos con el paso del le concederá siempre mayor
tiempo. Sin embargo, las valor...» (Thaler, 1980, pág. 44). 17. Puede que el número de estos
cuestiones que plantean las partes factores aumente cuando se trate
contendientes no unitarias, la 13. Ikle señala que esta cuestión se de decisiones adoptadas por un
multiplicidad de los dirigentes o la planteó en un m e m o r á n d u m grupo, cuando la variedad de los
suma de una serie de evaluaciones enviado al gabinete de guerra factores aumenta a medida que
de las ventajas siguen británico en 1916. E n él Lord aumenta el tamaño de ese grupo.
constituyendo problemas Robert Cecil sostenía que los Sin embargo, podría sostenerse
Cómo poner fin a guerras y conflictos: decisiones, racionalidad y trampas 57

también que: I) los miembros de aceptación general influyan en la interesantes que decir sobre el
un grupo de decisión que elección. carácter de esos momentos álgidos
encabezan una parte en conflicto o límite en diversas culturas.
serán influidos probablemente de 18. Sobre el concepto original,
un conjunto de factores comunes y véase Miller ( 1956). 21. Para algunas ideas interesantes
pertinentes que inciden en su 19. Parece que, tal c o m o sostiene sobre el carácter de tales cambios
evaluación de los beneficios, y II) Boulding, «los hombres y las ratas súbitos en la dirección de la
que el proceso de debate y aprenden a amar aquello que les ha influencia de determinados
evaluación en grupo pondrá hecho sufrir...». factores, así c o m o su posible
normalmente de relieve unos conexión con la teoría de las
factores idiosincráticos, dejando 20. Tanto Schelling( 1960) c o m o catástrofes, véase Nicholson
así que una serie de cuestiones de Coser (1961) tienen cosas (1982).

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La imagen del enemigo
y la escalada de los conflictos

Kurt R . Spillmann y Kati Spillmann

Al comienzo de su estudio sobre las conjeturas ras de interés por la fuerza podrían escalar peli-
y percepciones de los Estados Unidos y la grosamente sin quedar otro recurso que hacer
Unión Soviética por lo que respecta al desar- conjeturas en cuanto a la manera de controlar
m e , Daniel Frei observa que nadie puede pre- esos procesos de escalada2.
tender afirmar que una imagen del adversario C o n el aumento de la densidad demográfi-
es objetivamente «correcta» y otra es una dis- ca, resulta imperativo superar en la política de
torsión de la «verdad» y, por consiguiente, que todos los días los criterios tradicionales de la
obedece a una percepción errónea. También percepción del enemigo y su potencial destruc-
observa que no se trata de desenmascarar c o m o tivo. Pero no lo lograremos si teóricamente no
falsos ciertos rasgos de la percepción de un ad- comprendemos mejor de qué manera evolucio-
versario, sino más bien de na la percepción del enemi-
promover la comprensión go y cuál es su función.
Kurt R . Spillmann es Director del Cen-
mutua de ambas partes m e - tro de Estudios de la Seguridad y Análi-
diante un esfuerzo para po- sis de Conflictos en el Instituto Federal
nerse en el lugar de la otra y de Tecnología de Suiza y Profesor de El síndrome de la
Política de Seguridad e Investigación de
comprender así por qué el los Conflictos. Sus libros incluyen Der imagen del enemigo
adversario percibe el m u n - Weltraum seit 1945 (1988); Aggressive
do de una manera determi- USA? Amerikanische Sicherheitspolitik Del m i s m o m o d o que los
nada1. La superación de las 1945-1985(1985).
médicos califican de sín-
formas aceptadas de rela- Kati Spillmann ejerce de psicoanalista dromes ciertas manifesta-
ción, estereotipadas y anta- en Zurich, Suiza. H a publicado varios ciones complejas, pero tí-
gónicas, es u n requisito artículos sobre teoría psicoanalítica así
c o m o sobre psicohistoria.
picas, de una enfermedad,
previo para la superviven- algunos fenómenos de la
cia de la humanidad en una esfera sociopolítica tam-
época en que su autodes- bién pueden describirse
trucción ya no es imposi- con este término. Las siete
ble. Hasta ahora, la humanidad se podía permi- características que se indican a continuación
tir «reacciones primitivas» basadas en criterios corresponden al síndrome de la imagen del ene-
de comportamiento arcaicos, que en un m o - migo 3 :
mento fueron razonables. Las consecuencias 1. Desconfianza (todo lo que proviene del ene-
tal vez fueron graves, pero hasta este momento migo es malo o, si parece razonable, obedece
nunca había estado en juego la supervivencia a razones fraudulentas).
de la humanidad. C o n la posibilidad de la auto- 2. Culpar al enemigo (el enemigo es responsa-
destrucción nuclear y/o ambiental, resulta ab- ble de las tensiones existentes y tiene la cul-
solutamente necesario un cambio de paradig- pa de todo lo que es negativo en las circuns-
mas, del que en política es ejemplo el llama- tancias predominantes).
miento en favor de la empatia. Las tentativas
3. Actitud negativa (todo lo que hace el enemi-
de las potencias nucleares de delimitar sus esfe-
go es con intención de perjudicarnos).

R I C S 127/Marzo 1991
60 Kurt R. Spillmann y Kali Spilhminn

4. Identificación con el mal (el enemigo encar- cientes, en circunstancias «normales», para
na lo opuesto de lo que somos y de aquello una orientación razonable en el nicho ecológi-
por lo cual luchamos; quiere destruir lo que co ocupado por los seres humanos 4 . Es evidente
m á s estimamos, y por consiguiente debe ser que la visión nocturna (es decir, la que requiere
destruido). mayores amplitudes de frecuencia) no ha sido
5. Simplificación negativa (todo lo que benefi- decisiva para la supervivencia de los seres hu-
cia al enemigo nos perjudica, y viceversa). manos por lo que se dejó a los especialistas en
6. Negación de la individualidad (todo el que otros nichos ecológicos, tales c o m o los murcié-
pertenece a un grupo determinado es auto- lagos, los buhos y otros habitantes de la noche.
máticamente nuestro enemigo). En cambio, en todas las fases de la evolución, sí
7. Negación de la empatia (no tenemos nada fue decisiva para la supervivencia la percep-
en c o m ú n con nuestro enemigo; ninguna in- ción oportuna y correcta de los enemigos po-
formación podrá hacernos cambiar nuestra tenciales, por ejemplo los posibles competido-
percepción del enemigo; los sentimientos res por el territorio, las mujeres, los alimentos y
humanos y los criterios éticos hacia el ene- los lugares de reposo, a fin de poder reaccionar
migo son peligrosos e imprudentes). con la estrategia adecuada: la lucha, la amenaza
La imagen del enemigo se forma, pues, a o la fuga5.
través de una percepción determinada exclusi- La teoría de la epistemología6 evolutiva
vamente por una evaluación negativa. Sin e m - postula que el hombre, que no está dotado de
bargo, por su propia naturaleza, las evaluacio- medios especiales de supervivencia mediante
nes son subjetivas y, también en este caso, el ataque o la defensa (tales c o m o colmillos, ga-
están profundamente arraigadas en el área irra- rras, pezuñas, etc.) logró su supervivencia gra-
cional. U n llamamiento puramente racional en cias a su capacidad cerebral, que le permite
favor de una «mayor empatia» no llegará por lo liberarse en gran medida del mero comporta-
tanto a las raíces reales de la imagen del enemi- miento reflejo que gobierna al resto de los seres
go y, por consiguiente, no tendrá mucho éxito. vivos y adaptarse mejor a situaciones ambien-
El análisis de la evolución de la imagen del ene- tales diversas. Esa liberación del mero compor-
migo debe, pues, comenzar por un análisis de la tamiento reflejo también fue el resultado de un
función y la evolución de las percepciones ne- proceso diferenciado de la percepción. Gracias
gativas. a ella, las circunstancias ambientales ya no se
percibieron c o m o inequívocas sino m á s bien
c o m o situaciones equívocas, abiertas a diver-
La imagen del enemigo a la luz sas opciones de comportamiento entre las cua-
de la biología evolutiva les el hombre tenía que distinguir y elegir. Esta
elección de opciones implicaba que la acción
La percepción se define aquí como un trata- debía evaluarse de manera prospectiva y juz-
miento de datos al servicio de la supervivencia. garse de acuerdo con cierto tipo de normas. Las
D e acuerdo con su función, la percepción debe percepciones «buenas» y «malas» y las aprecia-
concebirse en términos binarios estableciendo ciones de las percepciones eran evaluadas y di-
una distinción entre lo que contribuye a la su- ferenciadas de acuerdo con su contribución po-
pervivencia y lo que la pone en peligro. Así es- sitiva a la supervivencia. La selección natural
tablece el criterio básico del amigo y el enemi- eliminó las percepciones y evaluaciones inade-
go. Sólo con ayuda de este criterio básico de la cuadas a lo largo de centenares de millones de
percepción, el comportamiento puede adaptar- años de evolución, durante los cuales nuestro
se razonablemente a las exigencias del entorno. cerebro se desarrolló c o m o centro de trata-
N o obstante, de acuerdo con la variedad de las miento de la información. Así, lo «bueno» y lo
categorías ecológicas, diferentes formas de vida «malo» no se basaban en criterios morales, filo-
perciben diferentes señales c o m o necesarias sóficos o científicos sino m á s bien en su contri-
para la supervivencia. Por ejemplo, de toda la bución con éxito a la supervivencia.
g a m a de amplitudes electromagnéticas, sólo Para comprender esto debe tenerse en cuen-
cierta g a m a de frecuencias es registrada por el ta que nuestro cerebro no evolucionó c o m o un
ojo h u m a n o c o m o luz «visible», puesto que las instrumento para identificar el m u n d o de una
señales recibidas en esta frecuencia son sufi- manera objetiva sino c o m o un instrumento pa-
La imagen del enemigo y lu escalada de los conflictos 61

Cerebro
conciencia
pensamiento
depósito-archivo

Cerebelo
calculador de
la coordinación
del sistema locomotor
Tallo cerebral
funciones vitales
metabolismo

Corte longitudinal del cerebro h u m a n o -estructura vertical a lo largo de la pared interna de una de las dos mitades del
cerebro, con las secciones cerebrales m á s importantes, inane Hannes Keiler (cd), ¡buken uivi dw /.ukuuii, Rmgier. zunch. i m . püg. ixo

ra incrementar nuestras posibilidades de super- de los seres vivos son el resultado de una inter-
vivencia, al igual que todos nuestros demás ór- acción compleja entre numerosas zonas del ce-
ganos. rebro, y cada zona tiene su propio método de
La historia del desarrollo del cerebro h u m a - tratamiento de la información. La investiga-
no se remonta a centenares de millones de ción moderna sólo conoce superficialmente los
años7. U n corte longitudinal de un cerebro hu- límites de esas regiones8.
m a n o actual muestra la presencia simultánea La parte más antigua del cerebro h u m a n o ,
de partes m u y antiguas y m u y recientes (con el tallo cerebral, se remonta a nuestro pasado
funciones y experiencias sumamente diferentes prehumano,filogenético.Las estimaciones so-
e incluso opuestas) cuyos efectos de penetra- bre su antigüedad oscilan entre 500 millones y
ción, de intersección y de acumulación deter- mil millones de años1'. Sin embargo, este «fósil
minan (y limitan) la manera en que percibimos en nuestro interior» sigue siendo vital para el
nuestro m u n d o , y también dirigen nuestro hombre moderno porque controla ciertas fun-
comportamiento. ciones elementales, c o m o el equilibrio hídrico
Según las modernas investigaciones sobre el del cuerpo, mantiene la tensión arterial y la
cerebro, casi todas las actividades estudiadas temperatura del cuerpo, etc. Todas las capas
mediante la observación del comportamiento cerebrales posteriores dependen del tallo cere-
62 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

bral y de sus límites, lo que significa que toda peña una función especial en el contexto que
información pasa primero a través de las sec- nos interesa.
ciones cerebrales más antiguas antes de llegar al El cerebro es la región de actividad m á s
cerebro propiamente dicho. Si por cualquier compleja y diferenciada del sistema nervioso.
razón el tallo cerebral no cumple sus funciones Evolucionó bastante tarde en la historia del des-
vegetativas vitales (por ejemplo, la adecuada arrollo pero luego, durante su evolución (que
composición mineral de los fluidos corporales), no parece haberse completado aún), se expan-
las funciones cerebrales «más elevadas» queda- dió enormemente y se prolongó hacia el exte-
rán inmediatamente subordinadas a necesida- rior forzando hacia el interior del cráneo las zo-
des elementales, tales c o m o la ingestión de ali- nas cerebrales que se habían desarrollado
mentos. Esto significa que la razón y las anteriormente". Este proceso se produjo «re-
facultades intelectuales se concentrarán en ase- cientemente» en el desarrollofilogenético,es
gurar una supervivencia elemental a través de decir hace aproximadamente 20 a 30 millones
la fuerza irresistible del hambre y el estrés que de años12.
les hará renunciar a su función normal de con- El desarrollo específicamente h u m a n o del
trol. cerebro es aún más reciente. Es el producto de
Desde el punto de vista de su desarrollo, el los últimos cuatro millones de años, durante los
diencéfalo es varios centenares de millones de cuales la zona del cráneo, agrandada por el ce-
años m á s joven que el tallo cerebral y contribu- rebro, triplicó su tamaño en m u y poco tiempo e
ye a la supervivencia mediante el control de la hizo que el cerebro pasara a desempeñar la fun-
reacción frente a los estímulos ambientales. ción principal". Esta expansión de lo cerebral
Las experiencias perfeccionadas a lo largo de hizo posible la antropogénesis, la transición del
millones de años y de innumerables generacio- hombre de la primera a la segunda etapa, de la
nes están almacenadas en el diencéfalo en for- evolución biológica a la cultural. Este salto
m a de programas innatos y sirven para domi- cuántico creó nuevos postulados a la vez cuan-
nar situaciones vitales de una manera reflexiva. titativos y cualitativos. En primer lugar, la ve-
El diencéfalo no se interesa en absoluto en una locidad de la adaptación posible al medio a m -
percepción refinada del entorno sino en una biente aumentó de seis a nueve veces debido al
reacción normal frente a una configuración desplazamiento del proceso creativo de apren-
particular de los estímulos ambientales que son dizaje, que pasó de los genes al cerebro (un
relevantes para la supervivencia de los organis- acortamiento del proceso de aprendizaje de m i -
m o s respectivos. Por ejemplo, los experimen- llones de años a días y horas). T o d o ello abrió el
tos han demostrado que, en los animales, las camino al cambio cultural y podemos observar
imágenes del enemigo están situadas en la zona su velocidad creciente durante el breve período
del diencéfalo. « M u c h o antes de que un pollo de nuestra m i s m a vida14. En segundo lugar, se
se enfrente realmente con el enemigo, éste se elaboraron programas de conducta (reflejos)
halla fijado en su cerebro, c o m o programa de más definidos gracias al desarrollo de la con-
conducta diseñado específicamente para su de- ciencia, el habla, el intercambio de ideas, la po-
fensa. Este programa se pone automáticamente sibilidad de transmitir experiencias, que pudie-
en acción a partir de un "reconocimiento inna- ron abrirse de ese m o d o a la influencia externa.
to" cuando aparece en el medio ambiente esa La conciencia permitió que el Homo sapiens,
combinación específica y adecuada de caracte- dotado de un cerebro, se enfrentara a la natura-
rísticas que es el estímulo clave»10. leza con su propia voluntad e imaginación. Así
Estas reacciones defensivas arcaicas frente comenzó el conflicto entre la herencia biológi-
a todo lo extraño también parecen seguir sien- ca y la cultura humana. Desde entonces la vida
do efectivas en los seres humanos (programa- y la acción humanas tienen lugar en un contex-
das en la zona del diencéfalo) c o m o lo demues- to de tensión compuesto defijacionesarcaicas,
tra el temor, observado universalmente, que conformaciones individuales variables y exi-
aparece en el niño de ocho meses. gencias normativas. Así comenzaron a plan-
tearse problemas éticos cada vez más comple-
El cerebelo es tal vez apenas más joven que
jos.
el diencéfalo. Coordina los movimientos in-
conscientes y complejos de los músculos y, por Los mecanismos arcaicos de defensa contra
lo que sabemos hasta este m o m e n t o , no desem- «el extraño» (la amenaza, el enemigo), que
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 63

Imágenes del enemigo en llamas: auto de te de materiales de propaganda comunista en Budapest. 1956. tossing/
Magnum

componen el programa almacenado en las ca- Filogénesis y ontogénesis


pas profundas del diencéfalo, eran absoluta-
mente necesarios para asegurar la superviven- Para comprender estos procesos arcaicos habrá
cia en la primera fase de la evolución. Desde el que conocer mejor el primitivo desarrollo filo-
comienzo de la evolución cultural surgió un in- genético del cerebro h u m a n o en correlación
terés opuesto por el extraño (y al mismo tiempo con las facilidades de percepción y evaluación
la capacidad de luchar contra él). del Homo sapiens. D e esa manera podríamos
La evaluación del extraño c o m o amenaza- entender el significado y la evolución de las
dor o interesante, c o m o un detonante del mie- imágenes del enemigo; pero el conocimiento
do y la agresión, o c o m o un objeto de interés, es científico a este respecto sigue siendo m u y limi-
sin duda alguna el producto combinado de las tado. Sin embargo, hay otras esferas de investi-
reacciones arcaicas del diencéfalo y de las reac- gación que en cierta medida colman una im-
ciones adquiridas recientemente, y ya no refle- portante laguna en el conocimiento de c ó m o
xivas, del cerebro. Esta evaluación dependerá funcionan los seres humanos.
del tipo de combinación que se produzca entre En psicología se han hallado pruebas de que
la imagen de la percepción y la imagen del ene- la evoluciónfilogenéticapuede observarse du-
migo. rante un cierto lapso de tiempo y en cierta
Si predomina un temor espontáneo, los medida, por lo menos durante el desarrollo
procesos y reflexiones fisiológicamente m á s ontogénico del niño. U n análisis detenido del
lentos del cerebro quedarán invalidados y desarrollo emocional y cognoscitivo, nos per-
suprimidos por los imperativos directos del mitirá extraer conclusiones sobre la formación
diencéfalo. y la función de las imágenes del enemigo.
64 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

Las conclusiones de Sigmund Freud predeterminan en forma decisiva la manera en


y Jean Piaget que una información es recibida, interpretada
y tratada.
Sigmund Freud y sus seguidores se dedicaron Describiremos primeramente el desarrollo
ante todo a explorar el desarrollo emocional, emocional normal y luego el desarrollo socio-
mientras que Jean Piaget y sus seguidores hi- cognoscitivo para destacar que la empatia, es
cieron investigaciones m u y importantes en la decir la capacidad de identificarse con los sen-
esfera del desarrollo cognoscitivo. A m b o s se timientos de otras personas, que se propugna
centraron en el niño durante su crecimiento pa- actualmente en política, es el resultado último
ra proporcionar la clave del carácter específico de una diferenciación emocional y cognosciti-
de las emociones humanas y demostrar la uni- va exitosa surgida de un proceso complejo de
versalidad de la razón lógica. Aunque se ocupa- maduración, aprendizaje y desarrollo. Por últi-
ran de aspectos diferentes del desarrollo h u m a - m o , nos proponemos mostrar de qué manera a
no, sus descubrimientos son convergentes en la medida que se intensifica un conflicto, ya sea
medida en que ambos llegan a la conclusión de entre individuos o entre grupos, la capacidad
que tras cualquier forma de conocimiento exis- de identificarse con los sentimientos del otro
te una base emocional de adaptación indivi- (de apreciar la situación en su perspectiva) se
dual, y que la inteligencia para funcionar ha de desintegra gradualmente y retrocede a la per-
estar motivada por un poder emocional. La di- cepción elemental dualista de la primera infan-
ferenciación resultante en la esfera emocional cia.
se convierte así en la primera estructura básica C o n estas palabras hemos formulado una
del conocimiento o, en otras palabras, todas las declaración importante: la imagen del enemigo
emociones conllevan aspectos de conocimiento no es el resultado de una acumulación sino m á s
mientras que el conocimiento también incluye bien de una desintegración que implica una re-
aspectos emocionales15. A m b a s escuelas de in- gresión a pautas arcaicas de comportamiento y
vestigación también llegaron a la conclusión de a un funcionamiento emocional infantil.
que existe un vínculo inseparable entre el proce- El desarrollo de la capacidad humana para
so ontogénico de desarrollo del niño y las e m o - comprender lo que es extraño, nuevo y diferen-
ciones, acciones y pensamientos del adulto. te, y para reflexionar al respecto y clasificar di-
Para Freud, la esencia del desarrollo psíqui- ferentes perspectivas en la esfera social desde
co reside en hacer conscientes los impulsos una posición determinada, es el resultado de
emocionales arcaicos e inconscientes a fin de una diferenciación permanente de la capacidad
poder analizarlos de manera diferenciada. afectiva y cognoscitiva. Para nuestro problema
Para Piaget el conocimiento se inicia m u - tiene mucha importancia el hecho de que este
cho antes que el desarrollo cognoscitivo. C o m o proceso pueda invertirse según las circunstan-
biólogo llegó a estar convencido de que la vida cias y de que las regresiones en el desarrollo
contiene un conocimiento ipso fado y que tam- emocional y cognoscitivo pueden producirse
bién la inteligencia humana debe considerarse fácilmente y en todo m o m e n t o . Para compren-
desde un punto de vista evolucionista. der mejor este proceso, presentaremos una bre-
Cada ser h u m a n o deberá tratar de alcanzar ve descripción del desarrollo del funciona-
por sí m i s m o los resultados complejos del trata- miento emocional y cognoscitivo y de la
miento de la información gracias al cerebro. capacidad creciente de diferenciación así c o m o
Estos resultados son la consecuencia de un lar- del proceso recíproco de posible regresión en
go proceso de aprendizaje y de desarrollo tanto ambas esferas.
en la esfera emocional c o m o en la cognoscitiva.
Esta es una de las razones por las que la misma
situación, la misma información o el m i s m o La trayectoria del desarrollo
hecho no evocan automáticamente la misma emocional
interpretación o percepción en todos los seres
humanos. La interpretación o la percepción de Sobre la base de las ideas de Sigmund Freud, la
una situación depende m u c h o del repertorio moderna teoría de las relaciones objetivas ha
mental, del punto de referencia individual, de demostrado empíricamente que la capacidad
las experiencias y expectativas personales que de percepción de uno m i s m o y de otros, el desa-
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 65

rrollo de un sentimiento de pertenencia a u n la memoria del niño recuerdos aislados de sen-


grupo y la capacidad de compartir los senti- saciones «buenas» y «malas».
mientos de otros son el resultado de un comple- En la segunda etapa («todo lo que no es uno
jo proceso de relaciones e interacciones entre el m i s m o es amenazador») se produce la primera
niño y su entorno primero y m á s inmediato. diferenciación notable. El primer signo visible
En este caso, por relaciones objetivas se en- de una incipiente distinción entre lo interno y
tienden las experiencias mentales internas vivi- lo externo es la aparición de la ansiedad frente
das sobre todo a través de la experiencia e m o - al extraño, aproximadamente entre los seis y
cional de la relación con uno m i s m o y con las ocho meses, hecho que puede observarse onto-
demás personas y cosas. Estas representacio- génicamente en todos los círculos culturales y
nes, que constituyen la vida interior, se forman que indica que el niño ya logra diferenciar algu-
en la matriz madre-hijo que, desde el primer nos objetos externos. El niño rechaza y se siente
día de vida, es importante para la superviven- amenazado por todo lo extraño, es decir por
cia no sólo en términos físicos sino también en todo lo ajeno al «yo» (el «yo» en esta etapa es
términos psicológicos. Es necesario que en esta todo lo familiar). El rasgo peculiar de esta an-
matriz puedan tener lugar experiencias y fun- siedad frente al extraño es el hecho de que no
ciones m u y concretas, así c o m o ciertas secuen- hay ninguna experiencia negativa directa que
cias de desarrollo para que el niño pueda lograr se relacione con esa ansiedad o rechazo, es de-
con éxito el tránsito de la matriz simbiótica ha- cir, que el niño no reacciona frente a un peligro
cia la identificación individual estable que lo real, sino m á s bien frente a lo que no es fami-
convertirá en un ser h u m a n o autónomo, capaz liar, a lo extraño que, en un reflejo impulsivo,
de percibir en forma realista a los demás y de parece ser objeto de discriminación c o m o peli-
establecer relaciones humanas. E n otras pala- groso. D e aquí que la clasificación primera y
bras, la capacidad de establecer relaciones ob- m á s original de datos en la esfera emocional se
jetivas es el resultado de un proceso de desarro- base en contrastes bien diferenciados entre sí,
llo que no puede darse por supuesto16. E n su lo familiar y lo extraño, la seguridad y la a m e -
relación personal con la madre, y m á s tarde con naza. E n estas profundidades elementales lo fa-
el padre, el niño adquiere los elementos básicos miliar y lo extraño tienen respectivamente el
de esa capacidad, y al m i s m o tiempo, los ele- m i s m o significado que «bueno» y «malo».
mentos básicos de comportamiento social. En la tercera etapa, que tiene lugar entre el
En la adquisición de esta capacidad, la vida primer año de vida y el tercero, el niño aprende
emocional del niño atraviesa diversas etapas paulatinamente a distinguir entre sí m i s m o y la
distintivas de desarrollo. La percepción de uno madre (entre el «yo» y el «tú»). Surge el senti-
mismo y de los demás, m u y importante en rela- miento de su propio yo así c o m o el del «tú».
ción con la cuestión de la imagen del enemigo, Comienza entonces una etapa de desarrollo, es
atraviesa brevemente cuatro etapas que confor- decir, la capacidad cada vez mayor de integrar
m a n , amplían y diferencian el potencial de lo bueno y lo malo, originariamente divididos,
emociones y percepciones y crean importantes tanto en el yo c o m o en el objeto. (Inicialmente
vínculos emocionales entre el individuo y la so- el niño es incapaz de percibir la madre que nu-
ciedad. tre y está disponible [el objeto bueno] y la m a -
En la primera etapa («nosotros dos somos dre no disponible y frustrante [el objeto malo]
uno») el niño transcurre las primeras semanas c o m o una sola y misma persona.) C o n la inte-
de su vida en la llamada fase simbiótica. El ni- gración de estas representaciones opuestas, con
ño es incapaz de percibir ninguna diferencia el reconocimiento de que la madre c o m o objeto
entre lo interior y lo exterior, entre el «yo» y el único posee cualidades buenas y malas, el niño
«no yo». Vive en una fusión alucinatorio-narci- logra dominar una parte de la realidad, lo que
sista con la madre que puede definirse c o m o la le permite mantener su amor a la madre (y a sí
sensación de que «nosotros dos somos uno». mismo) incluso a través de las decepciones.
La consecuencia de esta indiferenciación es También consigue soportar y controlar los sen-
una ilusión de omnipotencia. En esta etapa, las timientos conflictivos, es decir ambivalentes, y
experiencias se clasifican en «buenas», es decir, funcionar en ausencia de una madre auxiliado-
agradables, y «malas», es decir, desagradables. ra, capacidad que indica el logro de la separa-
Al m i s m o tiempo, comienzan a almacenarse en ción intrapsíquica.
66 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

Todo este proceso implica una considerable En la tercera y cuarta etapas de desarrollo
expansión del repertorio emocional y del con- emocional observamos con particular claridad
trol emocional y, por consiguiente, un aumento hasta qué punto el individuo y la sociedad son
de la capacidad de hacer frente a las fluctuacio- dos sistemas de acción que dependen uno del
nes de h u m o r y a las frustraciones. También se otro y c ó m o los niños, m u c h o antes de alcanzar
amplía considerablemente la percepción del yo la capacidad intelectual y racional de recons-
y del objeto. El niño se siente ahora c o m o algo trucción, «conocen», en la esfera emocional,
completo y permanente a través del tiempo y las demandas, valores y códigos simbólicos, y
de las condiciones externas e internas cambian- ajustan sus acciones en consecuencia18. Este co-
tes. E n esta etapa del «yo» y el «tú», la otra nocimiento se adquiere a través de las interac-
persona, al igual que el «yo», ha adquirido un ciones con los padres o con otras personas con
rostro, una identidad, independientemente de las que mantiene una relación emocionalmente
que en ese m o m e n t o las relaciones sean de importante y los sustituyen, que se acercan al
amistad y cooperación o de enemistad y c o m - niño c o m o primeros portadores de datos con
petencia. En esta etapa del desarrollo, las fuer- una información importante sobre su grupo
zas integradoras se han fortalecido suficiente- m u c h o antes que resulte posible cualquier aná-
mente para impedir el proceso de división que lisis consciente de su contenido. Así, este «co-
en las etapas anteriores provocaban una totali- nocimiento» emocional radica en gran medida
zación o demonización de la experiencia desa- en el inconsciente. D e ahí que quede fuera del
gradable y frustrante17. alcance del examen crítico y que resulte por lo
En este m o m e n t o , cuando la resistencia y la tanto m á s accesible a la manipulación que las
desconfianza con respecto al m i s m o objeto (la ideas obtenidas mediante u n esfuerzo cons-
misma relación-persona) resultan tan posibles ciente. Este «conocimiento» emocional es un
c o m o la sumisión por amor o miedo, el niño factor importante en la formación de un senti-
tiene un conocimiento emocional por lo que miento de pertenencia a un grupo, pero tam-
respecta a las demandas, prohibiciones y valo- bién por lo que respecta a la capacidad de iden-
res, pero también por lo que respecta a la culpa, tificarse con los sentimientos de otra persona.
el poder y la impotencia. ¿ C ó m o se llega a esta situación? La teoría de las
Así llegamos entre el tercero y el sexto año de relaciones objetivas establece una diferencia
vida a la cuarta etapa (además del «yo» y el entre dos procesos básicos igualmente necesa-
«tú», aparece el «él»). Sólo en este momento el rios para llegar a esta situación: la internaliza-
niño llega a la etapa en que puede percibir a su ción y la identificación.
padre c o m o algo independiente y separado de En la interiorización, las relaciones inter-
su madre. Este paso es decisivo en el proceso de subjetivas se transforman en impresiones in-
socialización. El niño adquiere la capacidad in- trasubjetivas. Esto supone una transformación
terna y la disposición de entablar relaciones hu- de las relaciones con los objetos en el sentido de
manas no sólo diádicas sino también triádicas. que las reglamentaciones internas asumen las
Esto significa que puede mantener y hacer fren- funciones de los objetos vivos del m u n d o exte-
te a una gran variedad de relaciones humanas, rior. Por ejemplo, el padre dispone lo que está
incluidas las que tienen lugar sin su participa- bien y mal, castiga' y elogia, -y este padre que
ción y fuera del grupo al que pertenece. Esta castiga y elogia es interiorizado de tal manera
nueva capacidad permite la pluralidad, es decir, que el niño se siente aceptado o rechazado se-
que el niño ahora se halla arraigado emocional- gún lo que haga, sin necesidad de que el padre
mente en su propia identidad de m o d o que pue- siga estando presente. Sin embargo, a lo largo
de mantener relaciones humanas a través de dis- de este proceso, no se internalizan solamente
tancias temporales y espaciales y a través de los objetos (tales c o m o el padre), sino también
conflictos, y también aceptar que las personas los conceptos de valores, ideales, obligaciones
mantengan estrechas relaciones entre sí sinÉque normativas, expectativas, etc. Así, estas de-
él m i s m o se sienta afectado y sin que ello provo- mandas y actitudes pasan a formar parte de la
que temores de aislamiento y pérdida. Se han estructura intrapsíquica, y el actuar contra ellas
creado así las condiciones emocionales que per- provoca sentimientos de culpa, de temor de
miten al niño percibir otras identidades c o m o pérdida de cariño y de miedo al castigo. A tra-
tales y aceptarlas en su naturaleza diferente. vés de la interiorización de todas estas cualida-
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 67

La repulsa del enemigo: un adolescente libanes hace un gesto de rechazo a un helicóptero extranjero, Beirut, 1984.
Durand/Sigma

des, se crea un sistema de valores comunes pro- de dependencia y su deseo de llegar a ser inde-
fundamente arraigado, que en general ya no es pendiente, se convierte en una ansia de ser
objeto de reflexión, y que prepara el terreno pa- igual que el otro, a m a d o (o temido) que el niño
ra una acción c o m ú n y una interpretación y necesita tanto. E n el proceso de identificación
evaluación comunes de los datos que forman el niño asimila un rasgo característico del otro
y determinan la percepción de la realidad so- y cambiará según la imagen del otro20. En otras
cial. Puesto que, por lo menos en términos ge- palabras: a través de la asimilación se cambian
nerales, el propio grupo de cada uno sólo puede las propias estructuras internas. Pero asimila-
definirse en cuanto que es diferente de otros ción no significa cambio de las estructuras in-
grupos, las representaciones emocionales de ternas mediante la integración de elementos
valores específicos que distinguen al propio externos únicamente (como el comportamien-
grupo de los demás se convierten en un c o m p o - to o las actitudes); la asimilación significa tam-
nente integrante del proceso general de sociali- bién adquisición de conocimientos a través de
zación, haciendo así una contribución signifi- la información inmanente en esos elementos.
cativa tanto a la concepción que el individuo Gracias al proceso asimilativo de identifi-
tiene de sí m i s m o c o m o a la identidad social19. cación, el niño adquiere nuevas estructuras in-
Para comprender los fenómenos colectivos ternas y se reconstituye a sí m i s m o . Al m i s m o
(por ejemplo, las imágenes del enemigo), es tiempo, asimila información y adquiere, a tra-
preciso analizar otro proceso básico del desa- vés de esta osmosis inconsciente de las caracte-
rrollo: la identificación. La identificación es un rísticas, comportamiento, sentimientos, etc.
proceso inconsciente que suele ir precedido de del «yo y el otro», una especie de «conocimien-
una imitación consciente. El conflicto interno to» del otro. Se encuentran aquí las raíces de la
cada vez mayor del niño entre sus sentimientos empatia, es decir de la capacidad de identifi-
68 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

carse con otra persona y experimentar senti- gen del enemigo, es decir la capacidad de iden-
mientos de solidaridad21. tificarse con otra persona y adoptar su punto de
E n resumen, se puede decir que al comienzo vista, es el resultado reciente y sumamente deli-
del desarrollo emocional hay una distinción en- cado de un proceso óptimo de ese desarrollo
tre lo familiar y lo extraño que forma parte de cognoscitivo sumamente complejo, y siempre
las estructuras m á s elementales de percepción en peligro, que cada ser h u m a n o tiene que c u m -
del m u n d o . Sin embargo, el desarrollo emocio- plir ontogénicamente.
nal puede madurar y rebasar esa etapa indife- El psicólogo ginebrino Jean Piaget y sus se-
renciada y dicotómica. A la edad de cinco a sie- guidores consagraron sus investigaciones inno-
te años a p r o x i m a d a m e n t e , se alcanza vadoras a este proceso del desarrollo. Hallaron
(idealmente) un nivel de diferenciación gracias que la capacidad humana de pensar e imaginar
al cual resultan posibles la construcción y la se manifiesta en una secuencia determinada de
profundización de relaciones variadas y dife- etapas de desarrollo y que este desarrollo forma
rentes, de lo extraño a lo familiar. Las huellas parte de un proceso continuo de interacciones
del primitivo desarrollo emocional, incluidos entre el niño y su entorno. El punto central de
el esquema «familiar-extraño» y los primeros la teoría es que la comprensión mental (cogni-
valores y actitudes interiorizados, siguen laten- ción) es el resultado de interacciones entre el
tes en segundo plano (aunque sin control cons- sujeto y el objeto mucho m á s complejas de lo
ciente) porque ontogenética y filogenéticamen- que los simples objetos pueden provocar por sí
te están arraigados mucho m á s profundamente mismos.
que el desarrollo cognoscitivo que se describe a Al m i s m o tiempo Piaget, sobre la base de
continuación. extensas investigaciones empíricas, demostró
que el hombre debe primeramente formarse
una imagen de su entorno y de sí mismo antes
La trayectoria del desarrollo de poder enfrentarse con el m u n d o y moverse
sociocognoscitivo22 en él c o m o un ser que percibe y actúa. Pero
estas imágenes no son preexistentes ni podrían
El desarrollo sociocognoscitivo puede enten- formarse objetivamente según normas superio-
derse c o m o una secuencia progresiva de la asi- res. E n esto Piaget y Freud coinciden. A m b o s
milación de la información que permite adqui- investigadores llegaron a la conclusión de que
rir la capacidad de inferir y adoptar el punto de el hombre participa activamente en la cons-
vista de otro o de otros. El desarrollo cognosci- trucción de su realidad y de que, por consi-
tivo se superpone al desarrollo emocional y lo guiente, la realidad siempre implica un elemen-
23
complementa para que resulte posible lo que es to personal y de desarrollo .
específico del funcionamiento h u m a n o . Las La conciencia y la percepción, según Piaget,
funciones cognoscitivas residen en el neopalio no consisten en una captación pasiva de la rea-
y, por consiguiente, en términos filogenéticos, lidad. El desarrollo de la percepción y de la con-
son m u c h o m á s recientes que la percepción ciencia implica una asimilación activa y paula-
emocional y preoral y que las funciones de tina de los fenómenos que van surgiendo. Los
orientación. E n consecuencia, nuestra capaci- objetos y su significado potencial sólo pueden
dad neopálica de pensar y comprender se halla ser captados en la medida en que una persona
continuamente en conflicto con el estrato m u - tiene a su disposición categorías de experien-
cho m á s antiguo y poderoso de comportamien- cias o modelos de conducta que permiten una
to emocional y reflejo que, en nuestro m u n d o clasificación adecuada de la integración. Esto
moderno, ha quedado en cierta medida peligro- se aplica también a la esfera sociocognoscitiva
samente anticuado. Con ayuda de las funciones de las relaciones personales. U n niño (o u n
cognoscitivas el hombre pudo salir del cautive- adulto) no puede asimilar un movimiento sen-
rio de los reflejos. Gracias a estas capacidades, sorial o una estructura cognoscitiva sin haber
es decir, evitando la regresión a criterios primi- dominado las formas preliminares necesarias
tivos de diferenciación c o m o el de lo familiar y de los movimientos que hay que aprender o de
lo extraño, es posible superar el síndrome de la los conceptos o estructuras que se deben inte-
imagen del enemigo. grar.
La empatia requerida para superar la ima- El conocimiento se desarrolló primordial-
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 69

mente a través de la organización, la coordina- tos de vista, aunque inicialmente el niño sigue
ción y la estructuración de datos dentro del yo. careciendo de la capacidad de aplicar esa dis-
Por eso el orden surge de una actividad ordena- tinción en la esfera de la interacción social. E n
dora y no de un supuesto orden inmanente de otras palabras, todavía no comprende que sea
los propios objetos. La construcción de este or- posible inferir los pensamientos, los.sentimien-
den, así c o m o la configuración y diferenciación tos y la situación de una tercera persona y te-
de las concepciones o imágenes humanas, sur- nerlos en cuenta en el propio comportamiento.
gen en líneas generales durante los primeros Falta todavía la capacidad de pensar en térmi-
doce a quince años de vida. Este proceso se ca- nos abstractos que permitiría reconocer que las
racteriza por una complejidad creciente. Para perspectivas personales de diferentes indivi-
nosotros tiene particular importancia el hecho duos pueden ser un factor determinante de
de que este proceso es reversible y que, por con- reacciones diferentes frente a una m i s m a situa-
siguiente, resulta posible una regresión tanto en ción (etapa de la perspectiva relacionada con la
la esfera emocional c o m o en la cognoscitiva. información social).
Examinaremos por tanto el proceso de desarro- En la tercera etapa, a la edad de aproxima-
llo de la madurez de la cognición y luego, en la damente ocho a diez años, se desarrolla la capa-
etapa siguiente, el proceso de regresión caracte- cidad de reflexionar sobre nuestro propio c o m -
rizado por un deterioro progresivo del funcio- portamiento y motivaciones desde el exterior,
namiento maduro. Puede observarse una regre- es decir, desde el punto de vista de otra perso-
sión de este tipo en la escalada de los conflictos na. Se hace así posible el razonamiento «pienso
entre individuos o grupos. L a representación que él piensa que yo pienso...». Ahora el niño
de un proceso de deterioro de este tipo debería puede reconocer y aceptar que no hay un punto
ilustrar nuestra afirmación (hipótesis) princi- de vista «absolutamente» cierto y que las per-
pal de que las imágenes del enemigo no son el sonas pueden pensar y sentir en forma diferen-
resultado de un proceso de desarrollo, sino m á s te acerca de la misma situación. También c o m -
bien el resultado de procesos regresivos que se prende que los motivos de una persona pueden
remontan a emociones y modalidades de per- ser contradictorios y que esa persona puede
cepción y conciencia de la primera infancia. atribuirlos a una jerarquía; en otras palabras,
Es interesante observar que el desarrollo so- puede comprender que las personas tienen
ciocognoscitivo no comienza realmente hasta orientaciones múltiples. Por último, el niño
que el niño ha pasado por las etapas de desarro- aprende a darse cuenta de que puede haber en
llo básico emocional, a la edad de aproximada- conflicto motivos altruistas (en beneficio de
mente seis años, en que el niño se siente afirma- otras personas) y egoístas (en beneficio propio)
do emocionalmente dentro de sí mismo y en el tanto en uno mismo como en los demás. Se des-
grupo. arrolla así la capacidad para hacer frente a las
E n la primera etapa del desarrollo cognosci- contradicciones tanto en la esfera emocional
tivo, aproximadamente hasta la edad de cuatro c o m o en la cognoscitiva: la reflexión de que en
a seis años, predomina la simple atribución del muchas ocasiones las personas hacen cosas que
propio punto de vista al otro. El «ego» del niño, realmente no quieren hacer, y de que no hacen
aunque haya adquirido un conocimiento bási- cosas que querrían hacer (etapa de la introspec-
co de c ó m o moverse dentro de su entorno so- ción).
cial, lo sigue percibiendo primordialmente des- En la cuarta etapa, a la edad de aproximada-
de el punto de vista de un «ego individual». mente diez a doce años, resulta posible el des-
Sólo durante el proceso de desarrollo cognosci- cubrimiento de que uno puede adoptar las
tivo el niño aprende a concebirse como un «ego perspectivas de diferentes personas alternati-
social» que sabe c ó m o integrar y asociar las vamente y de que los demás también pueden
múltiples relaciones sociales en su propia hacerlo. Es posible relativizar la abstracción in-
orientación de los procesos de acción y adop- trospectiva a partir de la posición de uno mis-
ción de decisiones (etapa de la perspectiva ego- m o para situar el pensamiento a un metanivel,
céntrica)24. basado en el conocimiento de que los otros
En la segunda etapa del desarrollo cognosci- también pueden hacerlo. D e esta forma resul-
tivo, es decir, entre los seis y los ocho años, re- tan posibles conclusiones complejas a partir de
sulta posible la distinción entre diferentes pun- situaciones polivalentes y se llega a compren-
70 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

der que la amistad, la confianza y la considera- graves conflictos y a confrontaciones peligro-


ción sólo pueden funcionar sobre la base de sas.
una mutualidad múltiple (etapa de la perspecti- Sin embargo, este proceso de escalada no
va mutua). sigue una trayectoria caótica sino que se desa-
E n la quinta etapa, la etapa adulta, que serrolla gradualmente en términos sorprendente-
alcanza aproximadamente entre los doce y mente recíprocos con el desarrollo emocional y
quince años, se reconoce paulatinamente la red cognoscitivo.
de relaciones sociales globales y se da por su- La regresión y desintegración de las normas
puesto la perspectiva del sistema social tradi- emocionales y cognoscitivas diferenciadas pro-
cional con respecto a las normas y a las expecta-ceden en cada nueva fase de la escalada según
tivas de conducta, a veces también en forma principios específicos que las partes en conflic-
negativa (perspectivas que difieren del sistema to respetan mutuamente en una coordinación
social y convencional). tácita de expectativas25.
El desarrollo sociocognoscitivo normal La escalada hacia un nuevo nivel (y con ella,
pasa así de un punto de vista egocéntrico a una la regresión y la ulterior desintegración de las
orientación diferenciada en función de los ob- funciones emocionales y cognoscitivas) sólo se
jetos y las personas. Gradualmente, se relativi- produce cuando una de las partes interesadas,
za y descentraliza la simple atribución de la deliberadamente o no, da un paso que no es
propia concepción del m u n d o . Se desarrolla la
«aceptable» en el contexto de esa fase específi-
comprensión de diferentes puntos de vista. Son ca de la escalada26.
posibles las concesiones mutuas c o m o resulta- Así, la correlación entre las diversas fases de
do de una capacidad cada vez mayor para acep- la escalada y las correspondientes etapas del
tar diversas perspectivas, lo que permite múlti- desarrollo emocional y cognoscitivo ofrece una
ples relaciones sociales sumamente matizadas. indicación acerca del nivel predominante de
En este proceso de desarrollo de la cognición escalada, de los peligros concretos de una in-
h u m a n a reside uno de los elementos clave esen-
tensificación de la escalada y de las condiciones
ciales de la empatia, generalmente ignorado: el previas de la «desescalada» partiendo del he-
llamado análisis perspectivo. cho de que el desarrollo cognoscitivo (o su con-
trario, la regresión) siempre está estrechamente
El desarrollo de todas estas posibilidades se
ve amenazado, sin embargo, por sentimientos relacionado con el comportamiento social.
de inseguridad, por presiones sociales, por te- La etapa 1 de la escalada forma parte de la
mores y tensiones de todo tipo, que se mani- vida cotidiana normal. Incluso cuando las rela-
fiestan en momentos de crisis y turbulencia. ciones son buenas hay m o m e n t o s en que las ex-
Incluso las capacidades sociales adquiridas pectativas, las necesidades o las ideas opuestas
m u c h o tiempo antes pueden perderse o desin- provocan conflictos. Estos sólo pueden resol-
tegrarse en circunstancias de tensión. D e aquí verse procediendo con s u m a cautela,'reflexión
que también los individuos adultos se compor- diferenciada y empatia mutua, es decir, m e -
ten según reacciones de su primera infancia. E ndiante un análisis perspectivo mutuo. En esta
las páginas siguientes se examinarán pues los fase se adquiere conciencia de las tensiones. Se
rasgos peculiares del proceso de escalada que hace un esfuerzo para hallar soluciones objeti-
parecen implicar una regresión a formas m á s vas con la parte contraria y se prepara uno para
primitivas del pensamiento y la conciencia. comportarse de manera cooperativa. Si por
cualquier razón es imposible llegar a un acuer-
do, si una de las partes se obstina en su punto
Rasgos característicos de vista, el conflicto se intensifica hasta llegar a
de los procesos de escalada la etapa siguiente.
E n la etapa 2, las partes fluctúan entre posi-
El impacto de los procesos de escalada sobre las ciones cooperativas y competitivas. Se tiene
funciones emocionales y cognoscitivas se reve- conciencia de los intereses comunes, pero los
la c o m o una regresión gradual y del nivel de propios deseos predominan y aumenta su im-
desarrollo alcanzado a un nivel menos diferen- portancia. El análisis diferenciado de la infor-
ciado. Los conflictos de intereses y opiniones, mación se torna limitado en favor de los pro-
el temor o la incomprensión suelen conducir a pios argumentos. Aumentan los puntos litigio-
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 71

sos, se sugieren otras posibles derivaciones del Las verdaderas causas del conflicto se difu-
conflicto, se utilizan la lógica y la comprensión minan y pierden importancia, en tanto que las
para convencer o disuadir al adversario. Revis- características generales (la Gestalt) del adversa-
ten cada vez m á s importancia los esfuerzos por rio se convierten en centro de atención y preocu-
imponerse y no permitir ningún debilitamiento pación. Los estereotipos colectivos, tales como
de la propia posición, y aumenta la tentación radicales, fascistas, judíos, capitalistas, etc. se
de abandonar el campo de la mera discusión aplican cada vez con m á s frecuencia c o m o iden-
hasta que, en u n m o m e n t o determinado, el tificaciones negativas del adversario.
conflicto se intensifica a causa de una acción Pese a todas las dificultades, el adversario,
tomada por una de las partes. sin embargo, sigue teniendo un rostro. El alar-
Al pasar a la etapa 3 de la escalada, es decir, de de poder, la competencia entre perspectivas
a la esfera de las acciones concretas, se acre- diferentes dominan el terreno que cada con-
cienta el temor de que puedan perderse las ba- trincante desea ganar. Al igual que en la tercera
ses para una solución c o m ú n del problema. L a etapa del desarrollo emocional, adquieren pre-
interacción entre los grupos se hace m á s emoti- ponderancia las cuestiones de potencia e impo-
va e irritable. Todas las esperanzas se centran tencia, legalidad, culpabilidad y orden. Debido
en la acción, renunciando a las discusiones es- a las tensiones en aumento, la disposición a uti-
tériles y exasperantes. Este cambio produce un lizar la empatia desaparece gradualmente. Para
sentimiento de satisfacción y reduce las tensio- aliviar las tensiones internas, se siente la tenta-
nes internas, al menos por el m o m e n t o . Sin e m - ción cada vez mayor de pasar a la acción a fin
bargo, las expectativas de las partes en el con- de tener m á s influencia sobre el adversario. Es-
flicto son paradójicas: ambas esperan, por m e - to a su vez puede conducir a un callejón sin
dio de la presión y la determinación, provocar salida en el que ambas partes rechazan cual-
un cambio en la parte opuesta, pero al m i s m o quier tipo de empatia y, por consiguiente, al-
tiempo ninguna de las dos está dispuesta a ce- canzan una etapa crítica, la etapa 4 de la esca-
der voluntariamente. Se desarrolla así la con- lada.
tradicción inmanente en la escalada: las medi- En la etapa 4 , las funciones cognoscitivas
das tomadas por una parte para provocar un retroceden a la etapa 2 del desarrollo, es decir,
cambio en la otra (es decir, la «desescalada») al nivel de seis a ocho años de edad. Es cierto
son interpretadas por la parte opuesta c o m o un que todavía se tiene conciencia de otras pers-
indicio de escalada27. pectivas, pero ya no se es capaz ni se está dis-
E n la etapa 3 aumenta dentro del grupo la puesto a considerar los pensamientos, senti-
presión para aceptar la opinión c o m ú n . Esta mientos y la situación del otro, ni a tenerlos en
presión es uno de los primeros indicios visibles cuenta en el propio comportamiento. Así, tam-
de que la escalada se está intensificando. Se bién desaparecen las diferenciaciones indivi-
aceptan cada vez menos las opiniones disiden- duales, otro signo m u y grave de que la escalada
tes, es decir, las maneras diferentes de percibir va en aumento.
y evaluar la evolución del conflicto. Esta pre- E n la esfera emocional predominan los jui-
sión hace que muchos miembros del grupo, que cios tajantes, es decir, todo lo que n o es «yo» o
en realidad tienen un punto de vista diferente o «nosotros» es amenazador y malo, y por consi-
m á s diferenciado, guarden silencio y se con- guiente, es rechazado. Se amplía así cada vez
viertan en espectadores28. La dificultad de opo- m á s la brecha entre los grupos en conflicto. Al
nerse a esta presión reside en el hecho de que el m i s m o tiempo, aumentan las proyecciones m u -
grupo reacciona a esa oposición con un despego tuas: los aspectos negativos del propio grupo
total, evocando temores profundamente arrai- que no corresponden a la imagen del grupo, se
gados de soledad, pérdida y destrucción. L a proyectan hacia el m u n d o externo o hacia el
coincidencia cada vez mayor de opiniones im- adversario29. Asimismo, los sentimientos de
plica una diferenciación cada vez menor de la opresión se dirigen contra el adversario en los
percepción y una reducción de la capacidad de siguientes términos, m á s o menos: «Si tengo
acción y reflexión. Se sacrifica una visión pon- miedo es porque tú debes haberme amenaza-
derada y compleja de la realidad en aras de una do». Además, los contendientes se sienten m u -
versión limitada y simplificada m á s fácil de tuamente obligados por el adversario a asumir
sustentar desde el punto de vista emocional. ciertos papeles que difícilmente pueden eludir
72 Kurt R. Spillmann y Kati Spillmann

pero que no corresponden a la imagen que tie- rece quedar eliminado; el comportamiento
nen de sí mismos. C o m o resultado de esta iden- dentro del grupo determina los acontecimien-
tificación proyectiva30, un grupo puede sentirse tos. E n consecuencia, el poder y la violencia
desafiado a manifestar cierto comportamiento, asumen formas impersonales y la percepción
inconscientemente, que corresponde exacta- de la parte opuesta se petrifica en la imagen
mente a la imagen proyectada por el adversa- rígida del enemigo.
rio. Así, el tratamiento emocional de la infor-
E n esta etapa de la escalada, el comporta- mación vuelve a reducirse al esquema elemen-
miento de los contendientes sólo puede c o m - tal del tratamiento de la primera infancia a tra-
prenderse si se hace una estimación exacta y se vés de sensaciones contrapuestas, extraño/fa-
tiene conciencia del alcance de la regresión y de miliar, amenazador/seguro o malo/bueno, y en
c ó m o esas imágenes proyectivas se interponen la esfera cognoscitiva el punto de vista de cada
entre los contendientes y determinan los acon- uno representa la realidad. A este nivel de la
tecimientos. Las partes en conflicto rechazan escalada (o regresión) ya no hay una manera
esas imágenes, que les persiguen c o m o espíritus cualitativamente diferente de pensar y sentir.
malignos, pero simultáneamente desean atri- Mediante la amenaza y el temor, ambos
buirlas al adversario; en otras palabras, ambas contendientes se esfuerzan por obtener el con-
partes provocan y combaten al m i s m o tiempo trol total de la situación, agravando así aún
cierta actitud del adversario. Aumenta m á s aún más el conflicto. Para conservar la credibilidad
la presión sobre los individuos o grupos indife- y disuadir al enemigo de recurrir a la fuerza, el
rentes para que opten por un bando. Cualquie- propio grupo amenazador se siente obligado a
ra que se mantenga en contacto con ambos gru- emplear él mismo la fuerza. A su vez, esta acti-
pos se hace sospechoso. tud demuestra al grupo amenazado la naturale-
Si el conflicto no puede detenerse en esta za agresiva del amenazante y provoca un con-
etapa, la escalada se intensifica hasta un punto traataque y, por ende, una escalada mayor que
dramático. Esto es lo que ocurre cuando uno de puede llegar a la aniquilación total y la autodes-
los contendientes comete o amenaza con come- trucción. Se dévalua al enemigo hasta conver-
ter una acción determinada que el adversario tirlo en objeto y se le deshumaniza completa-
considera un agravio, o una «pérdida de presti- mente. Se pierde así todo tipo de asociación o
gio» que debe ser objeto de una respuesta ade- de sentimientos comunitarios, y desaparecen
cuada31. todas las normas y escrúpulos éticos humanos
E n la etapa 5 de la escalada aparecen indi- en el trato con el enemigo. Los criterios e m o -
cios claros de una regresión progresiva en forma cionales y cognoscitivos de diferenciación que
de una «representación» ideológica global extre- permiten al ser h u m a n o sentir empatia sufren
m a de las perspectivas antagónicas. Se invocan un colapso total en relación con el enemigo 11 .
los «valores sagrados», las convicciones y las Sin embargo, estos mismos seres humanos
obligaciones morales superiores. El discurso son capaces, en virtud de una reactivación de
asume dimensiones casi míticas. Los sentimien- los procesos infantiles de diferenciación entre
tos simbióticos del grupo progresan (o m á s bien el «bien» y el «mal», de actuar en el seno de su
regresan) al sentimiento de «nosotros» (dos) so- propio grupo (bueno) c o m o seres perfectamen-
m o s uno «solo», acompañado de delirios de o m - te racionales y normales. Por eso es tan difícil
nipotencia. En este momento la escalada alcan- que un observador sin experiencia o mal infor-
za cimas alucinatorio-narcisistas32. m a d o tenga en cuenta la verdadera percepción
El conflicto se extiende a toda la concepción atávica del «yo» y «el otro», y pueda analizarla
del yo, así como a la concepción del m u n d o , y conscientemente para tratar de resolver un
las percepciones y evaluaciones individuales conflicto.
desaparecen. Lo que queda es una idea, una
imagen compartida por todos. En relación con
el adversario, el individuo se percibe ahora a sí La función de la imagen
m i s m o casi exclusivamente como miembro de del enemigo
su grupo, a la vez que percibe a los individuos
del grupo opuesto c o m o exponentes del grupo Para poder orientarse en su entorno, el hombre
enemigo: el comportamiento interpersonal pa- se ve obligado a construir un sistema ordenado
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 73

C o n su aparición en la televisión iraquiana, el 16 de septiembre de 1990, pocas semanas después de la invasión de


Kuwait, George Busch pretendía superar el síndrome de la imagen del enemigo. El jefe de Estado iraquí, Saddam
Hussein, cuyo retrato aparece a la izquierda, ya había aparecido con anterioridad en las cadenas de televisión
norteamericanas. Pa\ioisk\/s\gma.

dentro de una profusión caótica de datos, que la supervivencia, pertenecen los llamados este-
le ayude a clasificar las experiencias, a juzgar el reotipos que en las modernas investigaciones
presente correctamente y a estimar el futuro en sobre los prejuicios ya no están considerados
la forma m á s precisa posible. L a mayor parte c o m o meras distorsiones irracionales o negati-
de este proceso de asimilación de datos parece vas de la realidad. Los estereotipos son en pri-
preceder a la orientación consciente, por ejem- mer lugar categorías que ayudan a dividir al
plo, a la coordinación «automática» de las fun- m u n d o en unidades comprensibles y de fácil
ciones corporales, al tratamiento visual de los captación para evitar el caos y hacer posible
datos, o al habla. Este tipo de tratamiento pre- una organización basada en valores, expectati-
consciente de la información parece ser m u c h o vas y conceptos comunes que permitan un
m á s amplio que cualquier otro fenómeno posi- comportamiento sensato en un m u n d o social.
ble en la esfera cognoscitiva. Juntamente con Ciertos criterios, c o m o la edad, el sexo, la pro-
ese tratamiento, y también en la esfera social, fesión, la nacionalidad, el idioma, y también la
hallamos una regularidad sistemática en la for- estatura física y el rango social, para no m e n -
m a en que el proceso h u m a n o de elaboración cionar sino unos pocos ejemplos, forman parte
de datos asimila las informaciones contradicto- de los estereotipos y categorías m á s comunes
rias paradójicas y alarmantes34. de orientación en el c a m p o social.
A este sistema ordenado, fundamental para Las condiciones previas de estas pautas co-
74 Kurl R. Spillmann y Kali Spillmann

munes de percepción y acción se establecen du- dos c o m o enemigos no sólo son despojados de
rante el desarrollo emocional a través de los su individualidad sino que ya no son conside-
procesos de interiorización e identificación. rados ni siquiera c o m o semejantes.
Las imágenes del enemigo son un extremo En la esfera emocional, el sentimiento sim-
patológico de las funciones de clasificación, biótico de «nosotros (dos) somos uno» predo-
distinción y definición tan esenciales para mina dentro del propio grupo, mientras que
nuestra supervivencia, ya que corresponden a el grupo enemigo se percibe sobre la base de
una regresión a criterios de funcionamiento los criterios primitivos de la primera infan-
emocional, de percepción y de conciencia de la cia según los cuales «todo lo que no es uno
primera infancia. Las consideramos patológi- m i s m o (nosotros mismos)» es amenazador
cas porque cuando las imágenes del enemigo yjmalo. En la esfera cognoscitiva predomina la
dominan la percepción, desaparece toda posi- perspectiva egocéntrica, lo que implica que el
bilidad de análisis objetivo y la esfera emocio- punto de vista propio representa la realidad
nal queda dominada por la diferenciación in- absoluta.
fantil y primitiva entre lo bueno y lo malo (el La presión de los sentimientos simbióticos
amigo y el enemigo). En otras palabras, falta la de alianza dentro del grupo crea una desindivi-
relación recíproca entre percepción y empatia dualización dentro del m i s m o que puede tener
necesarias para una captación adecuada del en- repercusiones graves. La responsabilidad per-
torno35. sonal, la culpabilidad, los escrúpulos, los re-
N o obstante, la función de la imagen del mordimientos de conciencia, las normas ético-
enemigo corresponde a la función de los este- morales, todos los elementos básicos de la e m -
reotipos, con la diferencia fundamental de que patia desaparecen en el trato con el enemigo
la imagen del enemigo determina la orienta- que a menudo ya no es percibido siquiera c o m o
ción mientras que los estereotipos nos ayudan a un semejante. Sin los escrúpulos y las barreras
orientarnos. Las imágenes del enemigo clasifi- habituales, el hombre llega a ser capaz de matar
can categóricamente las amenazas y los aconte- y torturar.
cimientos incomprensibles. Explican una reali- El crimen, la venganza, la tortura y la des-
dad difícil culpando de las calamidades a un trucción masiva en la guerra, son las conse-
grupo (brujas, judíos, comunistas, capitalistas, cuencias que han caracterizado a la historia
turcos, etc.). Al m i s m o tiempo, se promueven cultural desde las épocas primitivas.
los valores propios, se fortalece la cohesión del Si consideramos las proporciones alarman-
grupo y el temor interno e indefinido puede tes y las consecuencias de una percepción del
proyectarse hacia alguna causa específica. yo y del otro que ha sufrido una regresión hasta
Así, al igual que con los estereotipos, se evi- el nivel de las imágenes del enemigo, es difícil
ta el caos y se establece una base c o m ú n de va- comprenderlas c o m o una simple expresión de
lores, expectativas y concepciones del entorno la destructividad y agresividad humanas. Pare-
social aunque a un nivel sumamente primi- ce surgir algo m u c h o m á s amplio y elemental, a
tivo. cuyo influjo las cualidades humanas específi-
cas, adquiridas ontogénicamente, desaparecen,
haciendo retroceder incluso a seres humanos
El impacto de las imágenes maduros a etapas primitivas, preindividualis-
del enemigo tas.

Las imágenes del enemigo son siempre el resul-


tado de una escalada acompañada de una pau- El desmantelamiento
latina regresión y disolución de los criterios de la imagen del enemigo
cognoscitivos y emocionales diferenciados de
la percepción y el comportamiento. Las conse- Para desmantelar una imagen del enemigo es
cuencias de esta regresión son enormes: las preciso, ante todo, hacer un esfuerzo de «rein-
imágenes del enemigo cambian la psiquis, el in- dividualización», ya que este proceso exige
telecto y el comportamiento humanos. La e m - gran energía y constituye un gran desafío. Sin
patia y la identificación se desintegran en tal un esfuerzo consciente de la voluntad, pero
medida que los seres humanos que son percibi- también sin el conocimiento de la dinámica de
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 75

la escalada, resulta casi imposible un desman- ¿ Q u é condiciones deben cumplirse


telamiento de la imagen del enemigo que con- para que resulten posibles
duzca a cambios básicos y duraderos. Hay que los encuentros constructivos?
encontrar la forma de romper gradualmente el
molderígidode la interacción a nivel del grupo Curiosamente, varios experimentos diferentes
y convertirla en una reacción interpersonal. coinciden en que antes de que pueda tener lu-
También hay que hallar la manera de diferen- gar cualquier contacto personal, debe presen-
ciar y por ende «reindividualizar» la percep- tarse una información circunstanciada y dife-
ción del enemigo en la esfera emocional y de renciada sobre el otro grupo, por ejemplo, so-
reconstruir lentamente las etapas del análisis bre su historia, realizaciones, normas, estilo de
perspectivo en la esfera cognoscitiva. E n este vida y tal vez también sobre sus diferentes con-
proceso de reconstrucción de las funciones pro- ceptos de la vida y las relaciones humanas.
pias de la madurez, hay que volver de nuevo a Esta fase de la información puede c o m p a -
la etapa del análisis perspectivo, partiendo de rarse con la experiencia de un piloto en un si-
la etapa egocéntrica, para llegar a aceptar que mulador, donde el peligro de una colisión pue-
existen otros puntos de vista, para estar dis- de presentarse sólo en teoría. En ausencia del
puestos a escuchar estos otros puntos de vista, enemigo, los aspectos emocionales son menos
para compararlos con los propios y, finalmen- dominantes y, por consiguiente, hay mayores
te, para buscar juntos una solución mutuamen- posibilidades de modificar su imagen estereoti-
te aceptable. pada a través de la información, y tal vez inclu-
Así, pues, eldesmantelamiento dela imagen so de reemplazarla por una imagen individuali-
del enemigo implica la «reindividualización» y zada del enemigo con sus necesidades legíti-
la reconstrucción de las diferenciaciones emo- mas.
cionales}' cognoscitivas. Este proceso sólo puede Sólo a través de la asimilación (en el sentido
darse en los individuos y tiene que realizarse en de aceptación) de esta información pueden su-
dos sentidos: hacia dentro, es decir, en el pro- perarse, en la etapa siguiente del contacto per-
pio grupo, donde, en los primeros momentos sonal, los peligros de una percepción dualista
de la escalada del conflicto surge la intolerancia blanco-negro, típica de la imagen del enemigo.
frente a diferentes evaluaciones y percepcio- Una combinación adecuada de la informa-
nes; y hacia fuera, hacia el enemigo que, c o m o ción y contacto con las bases de la comunica-
categoría estereotipada no sólo ha perdido su ción que, sin embargo, deberá completarse m e -
individualidad sino a m e n u d o incluso su hu- diante la capacitación en comunicación de los
manidad. En otras palabras, también en la esfe- posibles interlocutores en conversaciones futu-
ra práctica y política el desmantelamiento tiene ras. E n los encuentros difíciles y sumamente
que producirse ante todo a través de los indivi- delicados de este tipo, es esencial que los parti-
duos3''. cipantes conozcan la importancia de escuchar
Durante m u c h o tiempo prevaleció la creen- activamente, de elegir las palabras adecuadas, y
cia de que el contacto habría de contribuir esen- hablar de tal manera que el otro sienta que es
cialmente al desmantelamiento de la imagen tomado en serio. Krauss y Deutsch, en su estu-
del enemigo. Si los grupos hostiles tuvieran la dio clásico sobre las repercusiones de la c o m u -
oportunidad de conocerse, aumentaría la acep- nicación en los conflictos en escalada, llegaron
tación y la comprensión mutuas y se reducirían a la conclusión de que sólo era posible relajar la
los conflictos. tensión si los participantes habían seguido un
En consecuencia, se organizaron programas curso de formación en comunicación y habían
educacionales, intercambios de estudiantes, tomado conciencia de la importancia de estos
38
acontecimientos deportivos, conferencias co- factores .
munes, etc. Herbert Kelman instruyó a israelíes, pales-
Los resultados de las nuevas investigacio- tinos y egipcios en comunicación y análisis
nes indican claramente que los contactos tie- perspectivo antes de reunir a los tres grupos; el
nen repercusiones positivas en condiciones resultado fue un éxito, ya que fue posible cele-
m u y concretas o, para decirlo de otra manera: brar conversaciones francas y constructivas pe-
los contactos mal preparados o forzados, a m e - se a las grandes diferencias de opiniones que
nudo resultan contraproducentes37. seguían prevaleciendo3''. Sin un deseo mutuo de
76 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

escuchar, sin un esfuerzo consciente de tratar al lo que respecta al otro, ha resultado sorpren-
otro c o m o a un igual en las conversaciones, y dentemente falsa. Durante estas negociaciones,
sin una mínima correspondencia en el vocabula- se impone el reconocimiento mutuo y el respe-
rio, no puede haber diálogo. to de los sentimientos profundos de enemistad,
Los experimentos recientes realizados en Is- cólera, pesar, culpabilidad y pérdida, y hay que
rael han demostrado que grupos mixtos de do- encontrar una base c o m ú n a partir de la cual el
centes, israelíes y palestinos, pueden evitar una conflicto que separa a las partes también pueda
regresión cognoscitiva entre ellos mismos y en- percibirse c o m o una historia c o m ú n . Lo que se
tre sus estudiantes y, por ende, evitar una esca- requiere, pues, es una diferenciación en la per-
lada hacia las imágenes del enemigo, tras una cepción de un conflicto profundamente arrai-
capacitación esmerada y adecuada. La prepara- gado que presenta aspectos amenazadores y
ción y capacitación de estos docentes incluía: aparentemente insuperables para ambas par-
1. U n a introducción a la epistemología (¿Có- tes. El reconocimiento de que los temores, la
m o se forma el conocimiento y en qué cir- aversión y las reservas hacia el otro no pueden
cunstancias cambia?). ser monopolizados por un grupo, sino que es-
2. U n a introducción (a cargo de expertos c o m - tán recíprocamente compartidos por el grupo
petentes y reconocidos) a la historia, la reli- enemigo, desestabiliza la propia posición, pero
gión, la ética y la sociología del grupo enemi- es una condición previa para que comiencen a
go (resulta decisivo un conocimiento pro- mitigarse los sentimientos y conceptos hostiles.
fundo del otro grupo y de sus perspectivas). Si este proceso no es (aún) posible, ambas par-
3. Seminarios en c o m ú n en que los interesados tes pueden abandonar las negociaciones pre-
pueden expresar sus sentimientos y temores vias no oficiales sin atraer innecesariamente la
y donde pueden adquirirse instrumentos y atención pública y sin desprestigiarse. Esta difí-
materiales para reemplazar los prejuicios cil tarea exige a m e n u d o muchos intentos, que
sobre el otro por conocimientos objetivos y han de interpretarse como etapas destinadas a
diferenciados40. crear un clima que pueda facilitar sustantiva-
En las investigaciones recientes sobre los mente las negociaciones oficiales ulteriores.
conflictos se destaca cada vez m á s el valor de Sin embargo, lenta y trabajosamente se m a -
las llamadas negociaciones previas. Se puede nifiesta la voluntad que hace posible la intros-
comparar a una fase de diagnóstico durante la pección de las causas de la hostilidad. Aquí se
cual los interesados pueden intercambiar infor- llega a la encrucijada entre la reducción y la
mación y buscar posibles puntos de acerca- prevención de las hostilidades; que puede pro-
miento sin las tensiones públicas y sin necesi- vocar un cambio fundamental en la compren-
dad de dar a conocer los resultados. La tarea sión de la enemistad.
esencial radica en una evaluación detallada del En la tarea general de desmantelamiento de
«triángulo conflictivo»"" de incomprensiones, las imágenes del enemigo, revisten importancia
choques de intereses y enemistades. Las nego- especial tres elementos de la esfera social: las
ciaciones previas implican la exploración m u - relaciones públicas, la elaboración de progra-
tua de intereses, percepciones, necesidades, te- m a s educativos y la construcción de redes.
mores, etc.. una exploración informal pero En las relaciones públicas es conveniente
m u y compleja desde el punto de vista emocio- ofrecer información sobre el enemigo desde
nal y cognoscitivo. (Es sorprendente que hasta dos puntos de vista diferentes. Por una parte,
el m o m e n t o se hayan hecho tan pocas investi- es importante reconocer los logros y contribu-
gaciones sistemáticas sobre el impacto y la fun- ciones positivas y destacar las similitudes. Por
ción de los malentendidos.) otra, las diferencias no deben ocultarse sino
Durante las negociaciones previas, los par- m á s bien presentarse, explicarse y definirse co-
ticipantes se ven obligados a exponer y definir m o legítimas y tolerables. La imagen del enemi-
qué es lo que realmente quieren y por qué lu- go anónima y estereotipada colectivamente de-
chan, sobre qué estarían dispuestos a transigir y be destruirse mediante la presentación de bio-
sobre qué valores básicos no podrían transi- grafías individuales. Entre los ejemplos que
gir42. La creencia general de que cada uno de los tuvieron éxito porque permitieron adoptar una
contendientes tiene ideas m u y claras en este perspectiva a través de la individualización, ca-
sentido, tanto por lo que a él respecta c o m o por be citar las películas «Holocausto», «Raíces» o
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 11

«Grito de Libertad». Pero el conocimiento de A d e m á s , la construcción de una red c o m ú n


c ó m o funcionan los prejuicios y estereotipos es entre políticos conocidos, institutos de investi-
precisamente lo que hace tan difícil creer en el gación y medios de comunicación tiene una im-
cambio básico de actitudes por medio de la in- portancia decisiva para que resulte posible el
formación. Los seres humanos con prejuicios desmantelamiento continuo y sistemático de la
no quieren aceptar ciertas informaciones o tien- imagen del enemigo. Sin el apoyo positivo de
den a deformarlas de conformidad con sus pro- estas autoridades oficiales, no es posible llevar
pios prejuicios (disonancia cognoscitiva)43. a cabo una tarea tan difícil y exigente.
E n la esfera educativa, se plantea el proble- Es de esperar que, con la difusión del cono-
m a del desmantelamiento de las imágenes del cimiento de los problemas del desarrollo e m o -
enemigo así c o m o el de evitar la aparición de cional y cognoscitivo y de las particularidades
dichas imágenes. Sería conveniente desde el co- de la dinámica de los procesos de escalada, se
mienzo impartir una formación sólida y dife- aprovechen con m á s frecuencia las posibilida-
renciada en materia de análisis perspectivo so- des de evitar estos procesos regresivos y se bus-
cial, sobre la naturaleza del prejuicio y sobre la quen soluciones en que la empatia no haya des-
dinámica de los conflictos. Esta tarea podría aparecido. Es necesario hallar nuevas formas
realizarse con éxito, sobre la base de los resulta- de enfrentar los conflictos y los choques de in-
dos de las investigaciones de Piaget, tomando tereses. Para ello, debemos tratar de compren-
en consideración las diversas capacidades de der a los demás y al m i s m o tiempo esforzarnos
las diferentes etapas de desarrollo. H a y pruebas por ser mejor comprendidos.
empíricas cada vez m á s abundantes de que esta
capacitación puede tener un impacto interno Traducido del inglés
duradero44.

Notas

1 Daniel Frei, Perceived Images: und Behandlung von Konflikten in vol. I, Die Natur der Erkenntnis,
U.S. and Soviel Assumptions and Organisationen. Berna, Haupt, Stuttgart. S. Hirzel. 1988,
Perceptions in Disarmament, para 1980, así c o m o de Ole R . Holsti, págs. 57-115.
el Instituto de las Naciones Unidas «The Belief System and National
de Investigación sobre el Desarme. Images. A Case Study», en Journal 5. Andreas Phocas. Biologische
R o w m a n & Allanheld, Totowa of Conflict Resolution», vol. V I , Aspekte politischen Verhaltens,
(N.J.) 1986. 1962, págs. 244-252. Studie, 1986. pág. 25; Andrew
Bard Schmookler, The Parable of
2. Véase Richard Ned Lebow, 4. Esta gama de valores medios, the Tribes: The Problem of Power
Nuclear Crisis Management: A «normales» para la categoría in Social Evolution, Boston,
Dangerous Illusion. ecológica del Homo sapiens, a la Houghton Mifflin C o . , 1986.
Ithaca/Londres, Ithaca University que éste ha adaptado su sistema de págs. 21 y siguientes: Irenäus
Press. 1987. en particular el percepción y de conocimiento, es Eibl-Eibesfeldt, Krieg und Frieden
desilusionante capítulo llamada por Gerhard Vollmer el aus der Sicht der
«Miscalculated Escalation» «mesocosmos». La expresión ha Verhaltensforschung, Munich,
págs. 104-153. sido elegida con precisión, puesto Piper, segunda edición, 1984,
que los seres humanos, durante un págs. 49-56.
3. H e m o s elaborado estas siete largo período, hemos considerado
características sobre la base de erróneamente este cosmos de 6. Gerhard Vollmer, Evolutionäre
Dean G . Pruitt y Jeffrey Z . Rubin, valores medios como la Erkenntnistheorie, Stuttgart,
Social Con/lid: Escalation. representación «objetiva» del S. Hirzel, 1975, 4 1987; Konrad
Stalemate and Settlement, Nueva cosmos propiamente dicho. Véase Lorenz, Die Rückseite des Spiegels:
York, R a n d o m House, 1986, Gerhard Vollmer, «Mesokosmos Versuch einer Naturgeschichte
pág. 95; de Friedrich Glasl, und objektive Erkenntnis», en menschlichen Erkennens, Munich,
Konfliktmanagement: Diagnose Vollmer Was können wir wissen? Piper, 1973.
78 Kurt R. Spillmann y Kali Spillmann

I. L a exposición siguiente sobre la University Press, 1983; Rubin u n d cognición social», en particular en
evolución del cerebro se basa en John Gertrude Blanck, Jenseils der Estados Unidos. Véanse Michael
C . Eccles, Das Gehirn des Menschen, Ich-Psychologie; Eine H . Chandler, «Social Cognition, A
Munich/Zurich, Piper, 1975. en Ohjektbezieh-ungstheorie auf der Selective Review of Current
H o i m a r von Ditfurth ( « V o n den Grundlage der Entwicklung, Stuttgart. Research», en: W . F . Overton/J.M.
biologischen Grenzen der Vernunft, Klett-Cotta. 1989; Otto F . Kernberg, Gallagher (eds.). Knowledge and
en H a n n e s Keller [redactor]. Denken Innere Welt und äussere Realität; Development, vol. 1, Nueva York.
über die Zukunft, Zurich, Ringier, Anwendunger der Plenum, 1976; John H . Flavell,
1986, págs. 177-189, en particular la objekl berziehungstheorie, Cognitive Development, Englewood
pág. 186), y en Roland A . Leemann, Munich/Viena, Internationale Cliffs, Prentice-Hall, (2) 1985;
«Aspekte des Menschlichen Psychoanalyse, 1988. Carolyn Uhlinger Shantz. «Social
Denkens». Neue Zürcher Zeitung. 12 Cognition», en: John H .
de julio de 1989, pág. 57. 17. La conservación de la identidad Flavell/Ellen M . M a r k m a n (eds.).
no sólo es sumamente importante en Cognitive Development, vol. 3 de la
8. Spektrum der Wissenchaft: Gehirn el marco de la psicología del colección Handbook of Child
und Nervensystem. 9a. ed. Heidelberg, desarrollo; también en las Psychology. Paul H . M ü s s e n (ed.),
Verlagsgesellschaft, 1988, pág. VIII. investigaciones sobre los conflictos, la N u e v a York, John Wiley (4) 1983,
«pérdida de prestigio» está págs. 495-555; Dieter Geulen (ed.),
considerada c o m o una etapa decisiva Perspektivenübernahme und soziales
9. Las evaluaciones presentadas n o
de la escalada en la formación de la Handeln; Texte zur sozial-kognitiven
provienen directamente del cerebro
h u m a n o sino del desarrollo de imagen del enemigo y en el desarrollo Entwicklung. Frankfurt, Suhrkamp,
1982.
secciones comparables del cerebro en de conflictos entre individuos y
la historia de la evolución de nuestros grupos. E . Goffman, « O n Face-Work»;
antepasados de las eras paleozoicas y Psychiatry, vol. 18, 1955, págs. 23. Hans G . Fürth, op. cit.. pág. 6.
mesozoicas. Véase Ditfurth. op. cit., y 211-231; Herberte. Kelman.
L e e m a n n . Aspekte des menschlichen «Violence without Moral Restraint: 24. La designación de estas etapas
Denkens, loe. cit. Reflections on the Dehumanization of corresponde a Robert L . Selman.
Victims and Victimizers», en Journal «Sozial-kognitives Verständnis; Ein
10. Véase Ditfurth, op. cit., pág. 184. of Social Issues, vol. 29, 1973, N . " 4, W e g zu pädagogischer und klinischer
págs. 25-61. Praxis», en: Geulen (ed.) op. cit.. págs.
II. Kahle, op. cit.. pág. 14. 230-237.
18. Fred Weinstein/Gerald M . Platt,
12. Ditfurth, op. cit.. pág. 181. Psychoanalytic Sociology; An Essay on 25. T h o m a s Schelling, «Bargaining,
the Interpretation of Historical Data C o m m u n i c a t i o n and Limited W a r » ,
13. Harry J. Jerison. and the Phenomena of Collective Journal of Conflict Resolution, vol. 1,
«Palaeoneurology and the Evolution Behavior. Baltimore, T h e John 1957, pág. 21.
of M i n d » , en: Scientific American. Hopkins University Press, 1973.
vol. 234, enero de 1976, pág. 96. 26. Etapas de la escalada según
19. Henri Taijfel, Gruppenkonflikt Friedrich Glasl, op. cil.
14. Rupert Riedl. Evolution und und Vorurteil: Einslstehung und
Erkenntnis, Munich/Zurich, Piper, Funktion sozialer Stereotypen. 27. Quincy Wright, «The Escalation
1987, pág. 224 y siguientes: y Biologie Berna/Stuttgart/Viena, H u b e r , 1982. of Conflicts», Journal of Conflict
der Erkenntnis; Die Resolution, vol. 9, 1965, págs.
stammesgeschichtlichen Grundlagen 20. J. Laplanche/J.B. Pontalis, Das 434-442.
der Vernunft, M u n i c h . 1988, pág. 3 3 . Vokabular der Psychoanalyse, vol. 1,
Frankfurt, S u h r k a m p , 1973, pág. 219. 28. Véanse Irving L . Janis, Victims of
15. H a n s G . Fürth, Knowledge as 21. E n los trabajos de Freud, el Groupthink, Boston. Houghton Mifflin
Desire; An Essay on Freud and Piagel, término «identificación» adquirió u n C o . , 1972, y un estudio monográfico:
N u e v a York, Columbia University significado cada vez m á s importante. Ervin Staub, «The Evolution of
Press, 1987, pág. 4 3 . El proceso de asimilación que implica Bystanders: G e r m a n Psychoanalysts
este término corresponde a la and Lessons for Today», en Political
16. Margaret S. Mahler y Manuel interpretación q u e hace Piaget de Psychology, vol. 10, n u m . 1, 1989,
Furer, Symbiose und Individuation, estos procesos, también primordiales págs. 39, 52.
vol. 1, Psychosen im frühen para él. de la evolución y el desarrollo.
Kindesalter. Stuttgart, Klett, 1979; 29. Para el mecanismo defensivo de la
Edith Jacobson, Das Selbst und die 22. Por razones de comprensión nos proyección, véase A n n a Freud, «Das
Welt der Objekte. Frankfurt limitaremos a la representación del Ich und die Abwehrmechanismen»,
S u h r k a m p , 1978; Jay r. desarrollo sociocognoscitivo elaborada Die Schriften der Anna Freud, vol. 1,
Greenberg/Stepheti A . Mitchell, Objeci a partir de Piaget, en el marco de las M u n i c h , Kindler, 1980, págs. 197-355.
Relations in Psychoanalytic Theory, investigaciones sobre «La adopción de
Cambridge (Mass.)/Londres, Harvard una perspectiva social» o «La 30. Mientras que en el caso de la
La imagen del enemigo y la escalada de los conflictos 79

proyección existe un claro ciencias políticas, distingue cinco Issues, vol. 32, 1976, págs.
sentimiento de dislanciamiento (el principios que permiten al sistema 169-183; John W . Burton,
otro es perverso, codicioso, sucio, h u m a n o de percepción construir Resolving Deep-Rooted Conflict. A
etc.). la identificación proyeclivu se un m u n d o coherente a partir de la Hundbook, L a n h a m / N u e v a
caracteriza por una diferenciación masa amorfa de información York/Londres, University Press of
insuficiente entre el objeto y el yo. disponible: 1) memoria deductiva, America, 1987.
De aquí que el impulso proyectado 2) coherencia, 3) realidad,
(destructivo, agresivo, etc.), así 4) simplicidad, 5) estabilidad. 38. R . M . Krauss/Morton Deutsch,
como el temor del mismo, continúe Véase John D . Steinbruner, The
«Communication in Interpersonal
presente en la propia experiencia y Cybernetic Theory of Decision,
Bargaining», en: Journal of
que el otro deba ser mantenido Princeton, Princeton University
Personality and Social Psychology,
siempre bajo control. Cuanto más Press, 1974, págs. 95-102.
vol. 4, 1966, págs. 572-577.
intensa y primitiva sea la
proyección de esta fantasía, más se
identificará el otro con la fantasía 35. Walter G . Stephan/David 39. Pruitt/Rubin, op. cit..
proyectada. Véanse Melanie Klein, Rosenfield, «Racial and Ethnic pág. 170.
«Bemerkungen über einige Stereotypes», en: Arthur G . Miller
schizoide Mechanismen». en: Hans (ed.). In the Eye of the Beholder:
40. Tali Ben-Gal/Daniel Bar-Tal,
Thorner (ed.). Das Seelenleben des Contemporary issues in
«Training Teachers for
Kleinkindes und andere Beiträge Stereotyping, N u e v a York,
Jewish-Arab Coexistence in
zur Psychoanalyse, Stuttgart, Praeger, 1982, pág. 92. E n sus
Israel». Documento presentado en
Klett-Cotta, 1983; T h . H . Ogden, investigaciones sobre la
la reunión anual de la Sociedad
« O n Projective Identification», esquizofrenia, tanto Arieti c o m o
Internacional de Psicología
International Journal of Cameron señalan que la
Política, junio de 1989, Tel-Aviv.
Psychoanalysis, vol. 60, 1979, socialización adecuada y la
págs. 357-374. reflexión ponderada requieren una
organización de la percepción en la 41. Richard N e d Lebow,
que estén representados no sólo la «Interdisciplinary Research and
31. E n su libro sobre la crisis de propia conducta sino también el the Future of Peace and Security
los misiles en Cuba, Robert comportamiento recíproco Studies», Journal of Political
Kennedy describe en términos implícito. Silvano Arieti, Psychology, vol. 9, n u m . 3, 1988.
impresionantes c ó m o ni U R S S ni Interpretation of Schizophrenia, págs. 507-525.
E E . U U . deseaban entrar en guerra Nueva York, Robert Brunner,
a causa de C u b a , pero c ó m o a m b o s 1958; N . C a m e r o n , «Perceptual 42. John W . Burton, «Conflict
debían tener en cuenta la Organization and Behaviour Resolution as a Function of
posibilidad de que el adversario, Pathology», en: R . R . Blake/G.V. H u m a n Needs», en: Roger A .
para mantener su seguridad, su Ramsey (eds.). Perception: An Coate/Jerel A . Rosati (eds.). The
prestigio o su orgullo, tomase Approach to Personality, N u e v a Power of Human Needs in World
medidas que obligasen al otro a York, Ronald, 1951, Society. Boulder/Londres, Lynne
tomar también medidas por las Rienner. 1988, págs. 187-204.
págs. 283-306.
mismas razones. E n consecuencia,
la escalada hacia la guerra habría 43. La existencia de información
sido inevitable. Robert F . 36. Herbert C . Kelman/S.P. «incoherente» (es decir, la
Kennedy, Thirteen Days: A Cohen, «The Problem-Solving disonancia) es resentida c o m o
Memoir of the Cuban Missile Workshop: A Social Psychological irritante y amenazadora. El
Crisis. N u e v a York, W . W . Norton Contribution to the Resolution of interesado se esfuerza por buscar la
& C o m p a n y Inc., 1969, pág. 62. International Conflicts», Journal coherencia. Mediante la
of Peace Research, vol. 13, 1976, percepción selectiva y la captación
págs. 79-90. selectiva de la información, se
32. L.F. Richardson, Arms and evita toda situación o información
Insecurity. Pittsburgh, Boxwood que pueda revivir o fortalecer la
37. Wolfgang Stroebe/A.W.
Press, 1960. disonancia. Véase Leon Festinger,
Kruglanski/D. Bar-Tal/M.
Hewstone (eds.). The Social A Theory of Cognitive Dissonance,
33. Robert Jay Lifton ofrece Psychology ofTntergroup Conflict: Stanford (Ca.), Stanford
algunos ejemplos de este proceso Theory, Research and Applications, University Press, 1957.
en Home from the War: Viet Nam Berlin/Heildelberg, Springer, 1988;
Veterans, Neither Victims nor Miller (ed.), op. cit.: D a n 44. Michael J. Chandler,
Executioners, N u e v a York, Simon Landis/Harry R . D a y / P . L . «Egozentrismus und antisoziales
and Schuster, 1973. M c G r e w / J a m e s A . Thomas/Albert Verhalten; Erfassen und Fördern
B . Miller, «Can a Black "Culture der Fähigkeiten zur sozialen
34. John D . Steinbruner, Assimilator" Increase Racial Perspektivenübernahme», en:
especialista norteamericano en Understanding?», Journal of Social Geulen (ed.) op. cit., págs. 471-484.
¡Sin compromisos!
La resolución de problemas
desde un punto de vista teórico

A.J.R. Groom

Introducción explicación suficientes pueden contribuir a que


la resolución de problemas dé mejores resultados
La teoría no es sólo un mero requisito de la y, tal vez, a reducir las posibilidades de fracaso.
respetabilidad académica, puesto que nada hay El contexto teórico puede contribuir tam-
tan práctico c o m o una buena teoría. N o basta bién a que se entienda mejor la resolución de
con saber que la resolución de problemas pue- problemas c o m o una especie de asesoramiento
de dar buenos resultados, ya que éstos pueden radicalmente distinto del que Maquiavelo
ser en buena medida fruto del azar; es necesa- brindaba al Príncipe. Trata de emular el realis-
rio buscar una explicación tanto para sus éxitos m o y el sentido práctico de Maquiavelo, pero,
c o m o para sus fracasos, de m o d o que pueda además, de hallar un nuevo fundamento empí-
utilizarse inteligentemente. rico. El enfoque de resolu-
Además, se precisa un mar- ción de problemas reco-
A . J . R . G r o o m es profesor de Relacio-
co conceptual adecuado nes Internacionales en la Universidad
noce la dura realidad del
que oriente la futura estra- de Kent (Canterbury) y Director del conflicto, al igual que
tegia al abordar el conflicto Centro de Análisis de Conflictos. H a Maquiavelo y Hobbes, si
publicado trece libros sobre teoría de
en todos los contextos so- las relaciones internacionales, organiza-
bien se basa en premisas
ciales y en todos los niveles ción internacional y estudios estratégi- distintas pero comproba-
de organización. E n resu- cos y de conflictos. Sus obras m á s re- das que pueden revolucio-
cientes son un volumen de ensayos, en nar (y han revolucionado)
m e n , la resolución de pro- colaboración con P . Taylor, titulado
blemas forma parte de una Frameworks for International Co-opera- el planteamiento de u n
filosofía coherente cuyo tion (Londres, Pinter, 1990), y un estu- conflicto en múltiples á m -
dio de las corrientes de la teoría de las bitos de interacción social,
valor estriba en su verifica- relaciones internacionales, en colabora-
ción empírica. N o se trata ción con W . C . Olson, titulado The entre ellos los conflictos in-
de lo que debiera ser, si- Study of International Relations; Then terestatales y entre c o m u -
no de lo que es posible o de and Now, en prensa en U n w i n H y m a n . nidades. Además, el enfo-
lo que ha sucedido. Evi- que de resolución de pro-
dentemente, la resolución de problemas no es blemas es positivo: no se trata de apartarse
ninguna panacea: no siempre ha dado buenos progresivamente de un mal conocido, sino de
resultados, se puede utilizar mal el enfoque co- establecer un medio distinto y m á s adecuado
rrecto o algunos elementos primordiales, c o m o de abordar los males de una sociedad. Es una
por ejemplo, tiempo suficiente dedicado a un respuesta al grito que todo conflicto parece ge-
caso concreto, son factores externos que pue- nerar: ¡tiene que haber un camino mejor!
den, deliberadamente o no, sabotear el proceso La resolución de problemas implica ofrecer
en una etapa delicada. Pero puede funcionar ese camino mejor, e incluso si no se contem-
bien, c o m o atestiguan, por fortuna, múltiples plan todos los detalles, la orientación general y
pruebas en contextos m u y distintos, entre ellos las características principales están claras. El
el internacional y el intercomunitario. Ahora camino es conocido y la experiencia indica que
bien, sólo una conceptualización teórica y una existen ventajas que pueden conseguirse, esco-

R I C S 127/Marzo 1991
82 A.J R. Groom

llos que deben soslayarse y medios de vencer daba por sentado que era evidentemente razo-
las dificultades. La resolución de problemas nable para toda persona racional. Se estimaba
dista mucho de ser un nuevo alegato en favor que quienes pensaran de otro m o d o incum-
de la buena voluntad, de la paz a cualquier pre- plían deliberadamente las reglas del juego y,
cio y de la paz con tal de que todo el m u n d o seapor consiguiente, por seguridad colectiva se les
razonable, racional o bien intencionado; no es podía imponer dictatorialmente con toda justi-
una cuestión de idealistas ilusos que esperan cia el respeto de las mismas. Por desgracia, lo
que brille la luz en el camino de Damasco. La que en Versalles era razonable y racional para
resolución de problemas es una técnica, ensa- los vencedores, no lo era tanto para los venci-
yada por profesionales experimentados y m u y dos o los revolucionarios. Así, a medida que
sagaces que representaban a partes en conflic- avanzaba el período de entreguerras, el método
tos encarnizados en todos los niveles, desde el normativo de abordar los conflictos fue susti-
individual hasta el interestatal, y que no han tuido por la negociación y el regateo coerciti-
descubierto una fórmula mágica, ya que puede vos. Reinaba la disensión, y los m á s dotados
fallar, pero sí una vía mejor para cada cual des- para manipular toda una diversidad de medios
de su propio punto de vista en todas las facetas de coerción se esforzaban por imponer su vo-
del conflicto. C o m o las razones prácticas y los luntad, a pesar, o a expensas de los deseos de
medios que la justifican se han comentado en los m á s débiles. Si los años veinte fueron la
otros ensayos', abordaremos aquí su marco época del idealismo, los treinta fueron la del
teórico. realismo, al menos según la terminología que
emplea E . H . Carr en su famosa obra The
Twenty Year Crisis2.
Diversos enfoques para El enfoque realista tiene su fundamento fi-
abordar los conflictos losófico en la tradición, de la que Hobbes y M a -
quiavelo son los máximos exponentes, según la
A grandes rasgos, existen tres enfoques para cual la tendencia a dominar es propia del indi-
abordar los conflictos: el enfoque juridico-mo- viduo o, al menos, del individuo que vive en
ral o normativo, la negociación o el regateo sociedad. En posición de algún m o d o interme-
coercitivos y el enfoque de resolución de pro- dia se encuentra la escasez, considerada c o m o
blemas. E n pocas palabras, el enfoque jurídico la motivación del afán de dominio. Habida
o moral trata de abordar el conflicto aplicando cuenta de que los bienes materiales deseables
una serie de normas jurídicas o morales. Es una existen en cantidades limitadas, un agente do-
manera válida de abordar los conflictos cuando minante puede orientar su producción, distri-
existe un consenso básico entre las partes sobre bución, intercambio y consumo en beneficio
esas normas, ya que entonces todos aceptan las propio. Todos los individuos o grupos tratan de
reglas del juego y lo que se discute es simple- encontrarse en situación dominante y, si los
mente su aplicabilidad en un caso concreto. Es- dominados tienen la ocasión, tratarán de de-
te método suele utilizarse cuando el propio rrocar a los que ostentan el poder para ocupar
conflicto actúa para todas las partes c o m o suce- ellos su puesto. La lucha entre los que tienen y
de, por ejemplo, con el sistema electoral britá- los que no tienen es eterna, y tanto el Leviatán
nico (con la excepción de Irlanda del Norte), en de Hobbes c o m o el Príncipe de Maquiavelo,
el que sólo un partido suele formar gobierno, conocedores de la situación, imponían siste-
de m o d o que existe un auténtico conflicto entre m a s coercitivos para refrenar o neutralizar esas
las partes, pero las reglas para solventarlo son pretensiones de poder. Esta es, según se afirma,
aceptables tanto para los ganadores como para la ley de la naturaleza, y el Príncipe o Leviatán,
los perdedores. prudentes, hacen cumplir la ley y respetar el
Cuando la disensión predomina sobre el orden en su reino gracias a su extremada y m a -
consenso en cuanto a las reglas del juego, el en- nifiesta capacidad de imponer su voluntad. La
foque normativo sirve de poco. O bien una de diplomacia coercitiva entre príncipes, que a ve-
las partes o todas ellas rechazan las normas por ces las guerras ponen a prueba, es el único m e -
inadecuadas, o hay que imponerlas. En el pacto dio de entenderse. En el mejor de los casos, co-
de la Liga de las Naciones se indicaba un méto- m o sucedió a lo largo de la evolución del
do preciso para solventar los litigios del que se conjunto de los Estados europeos en los siglos
¡Sin compromiso! La resolución de problemas desde un punto de vista teórico 83

xvill y XIX, los Estados se muestran dispuestos social establecida por el poder dominante es
a cooperar para mantener el equilibrio de po- tan fuerte que no puede ser desafiada, pero su
der: si entran en conflicto es porque cada uno auténtica estabilidad depende de lo arraigada
desea establecer su propio orden mundial, pero que esté en los dominados la convicción de que
cooperan para impedir que alguno de ellos lo el orden, si se lo desafía, puede ser y será eficaz-
consiga. Según esta concepción realista, la paz mente defendido. La ley y el orden, la civiliza-
nunca podrá existir (sólo una tregua), ya que ción, dependen de la voluntad y la capacidad
los vencidos o los débiles tienen un impulso de aquellos que los definen con éxito suficiente
instintivo, o motivado por la escasez, a procu- para imponerlos y defenderlos. N o se trata de
rar dominar, que les llevará a autoafírmarse y a valores permanentes ni autónomos. El impulso
aspirar al poder cada vez que surja una oca- de subvertirlos no ceja nunca y no puede igno-
sión. La paz no puede ser sino una tregua basa- rarse si se quiere estar tranquilo. A los hombres
da en el predominio avasallador del poder ac- de Estado corresponde tener presente esta ley
tual y q u e se m a n t e n g a d e p e n d e de u n a
de la naturaleza e implantar sistemas sociales
vigilancia constante para preservar esa prepon- en los que los fuertes establezcan mecanismos
derancia. Este es el mensaje de Hobbes y de suficientemente disuasivos para que la ley, el
Maquiavelo y la regla de oro implícita de la m a - orden y la civilización prosperen. La única al-
yoría de los profesionales y periodistas. Pero, ternativa es la violencia civil constante: la civi-
c o m o temen lo peor, propician que suceda, ya lización reposa sobre una tregua frágil. N o pue-
que los preparativos para atajar lo que temen de haber una paz auténtica.
pueden ser interpretados por otros c o m o una El enfoque de resolución de los problemas
amenaza y suscitar así otros preparativos por ofrece una definición de paz m u y distinta. Uti-
su parte, que a su vez justifican los primeros. lizaremos la expresión «resolución de conflic-
Según este enfoque realista, el regateo y la tos» para distinguirla de lo que dentro de la
negociación coercitivos son el cauce habitual concepción realista hemos denominado «arre-
por el que discurre la dinámica de las relacio- glo de los conflictos». Por resolución de con-
nes sociales. El conflicto se considera omnipre- flictos se entiende una situación en la que todos
sente, puesto que se debe a una tendencia a do- los interesados (independientemente de que
minar, inherente al individuo o al individuo en sean respetables o descarriados, criminales o
sociedad, o imputable al menos a la escasez bondadosos, fuertes o débiles estén m u y intere-
material. C o m o no todos pueden dominar, las sados o no tanto) establecen unas relaciones,
relaciones sociales son una pugna forzosa entre sin tener en cuenta lo estrechas o distantes que
dominantes y dominados. Por consiguiente, el sean, que, sin temor ni favor y con pleno cono-
conflicto únicamente puede zanjarse o arre- cimiento de la situación y de sus características
glarse, pero no resolverse. Por arreglo del con- estructurales, resultan esencialmente acepta-
flicto se entiende una situación en la que el ven- bles para todos según sus preferencias indivi-
cedor o una tercera parte logra imponer u n duales. A d e m á s , estas relaciones deben reflejar
arreglo al vencido o a las partes litigantes, ya un «perfecto conocimiento» que elimine el
sea recurriendo a la coerción o a la amenaza de riesgo de que la violencia estructural convierta
coerción. E n la práctica puede que la victoria a esos agentes en «esclavos felices». Gracias a
no sea tajante, surgiendo un compromiso basa- ellas, la coerción manifiesta o estructural resul-
do en el equilibrio de las fuerzas coercitivas. E n ta innecesaria; cuando un conflicto queda re-
caso de que dejen de actuar o pierdan credibili- suelto, la situación se mantiene por sí sola gra-
dad o eficacia las presiones ejercidas por el ven- cias a la satisfacción de las partes afectadas.
cedor o la tercera parte, el conflicto se reanuda- D o s conclusiones se imponen: este enfoque es
rá, porque sus causas no han sido ni pueden ser m u y distinto del de la negociación coercitiva, y
abordadas, ya que, en último término, inde- suena a puro idealismo, ya que cada cual consi-
pendientemente de la forma concreta que local- gue lo que quiere y todo va de maravilla en el
mente adopten, se relacionan con la cuestión mejor de los mundos posibles (y, además, tanto
permanente de quien dominará y quien será para los santos c o m o para los pecadores). El
dominado. Los períodos de civilización y cal- resto de este artículo estará dedicado a demos-
m a que existen en la práctica se consideran co- trar que el concepto de resolución de los pro-
m o política del poder disfrazada: la estructura blemas implica un m u n d o conceptual m u y dis-
84 A.J.R. Groom

tinto del de regateo coercitivo y c ó m o lejos de son totalmente independientes, pero la depen-
ser mero idealismo, permite resolver conflictos dencia no implica necesariamente la relación
de m o d o que se respeten todos los valores esen- coercitiva ni la dicotomía dominación-sumi-
ciales, ya que, c o m o se argumentará, esos valo- sión. La dependencia mutua (o diferenciación
res no escasean. ¡Qué duda cabe de que serán de funciones) puede legitimarse sin el menor
necesarios algunos cambios!, pero únicamente rastro de política de poder disfrazada, prueba
en el plano de la táctica y de los medios y no en de lo cual es la función que cumple Suiza en el
el de los objetivos y los valores, lo que implica concierto de las naciones o la de los países es-
la necesidad de un debate convincente sobre candinavos y Canadá en el mantenimiento de
ciertas cuestiones fundamentales y arduas, pa- la paz en las Naciones Unidas. La diferencia no
ra el que nos servirá c o m o punto de partida un supone forzosamente dominación aunque, in-
análisis sucinto de la naturaleza del conflicto. cluso en una relación legitimada, los conflictos
no escasean.
Desde el punto de vista de los especialistas
La naturaleza del conflicto en resolución de problemas, el conflicto es en-
démico, es decir, se trata de un fenómeno natu-
Rechazamos, por carecer de fundamento empí- ral que surge en cualquier situación en la que
rico, la pretensión del enfoque realista de que haya centros distintos de adopción de decisio-
existe un impulso universal hacia la domina- nes y falte una información completa. Así,
ción. Es indiscutible que la tendencia a domi- pues, aunque no fuera m á s que por casualidad,
nar y la conducta agresiva, independientemen- decisores distintos pero mal informados esco-
te del m o d o en que se definan, se dan con gerán políticas que sean mutuamente incompa-
frecuencia, pero no c o m o impulso innato sino tibles y, por consiguiente, conflictivas. E n la
c o m o reacción, adecuada o no, a situaciones mayoría de los casos, la socialización rutinaria
que proceden del medio. U n impulso ha de ser se hace cargo de esos conflictos de un m o d o tan
vivido desde dentro y, en la medida en que en- eficaz que no se perciben. Las personas no cho-
frenta a un individuo o a un grupo contra otro can entre sí en un vestíbulo abarrotado donde
en una situación mutuamente excluyente (do- cada cual va a lo suyo, ya que automáticamente
minación o sumisión), la paz, en el sentido de y de m o d o literal cada cual sigue su r u m b o .
acuerdo, es imposible. Ahora bien, si los inten- Existen procedimientos institucionalizados
tos de dominación o la conducta agresiva son aceptables para todos que permiten descartar
reacciones al medio, y c o m o tales, no son in- incompatibilidades indeseables e imprevistas
mutables, la paz es posible en la medida en que en todos los planos de la sociedad. La O C D E es
tanto el agente c o m o el medio pueden cambiar un ejemplo. Unicamente cuando fallan esos
de manera que sea posible resolver (o agravar) procedimienos institucionalizados y de sociali-
una situación conflictiva. La paz consiste en zación, resultan insuficientes o se consideran
una serie de funciones y en un sistema de inter- inaceptables, surge ese conflicto en el sentido
acciones que resulten satisfactorios para todos habitual del término, esto es. una serie de in-
los participantes en función de sus distintos cri- compatibilidades mutuas sometidas al regateo
terios en un estado de «perfecto conocimiento» o la negociación coercitivos. Incluso en tal ca-
individual y general; se trata de una relación so, para el especialista en el tema esas incompa-
legitimada (pero no forzosamente «legal»). Así, tibilidades no se deben a impulsos innatos ni a
pues, todas las funciones y transacciones pue- escasez de valores apreciados, ni siquiera for-
den situarse en un espectro que va desde la po- zosamente a escasez de bienes materiales, sino
lítica máximamente coercitiva (la guerra sin a elecciones subjetivas y, por consiguiente, rao-
cuartel) a la paz absoluta (que, en términos bí- dificables, tanto en lo que respecta a los medios
blicos, «sobrepasa todo entendimiento»). A d e - c o m o a los fines. Así, pues, salta a la vista una
m á s , la situación que ocupan las transacciones diferencia fundamental entre el enfoque del re-
en este espectro puede variar con el paso del gateo coercitivo y el de resolución de los pro-
tiempo, ejemplo de lo cual puede ser el cambio blemas: el primero mantiene que el conflicto es
radical de orientación de las relaciones franco- una «suma cero», y el segundo que las partes
alemanas después de la Segunda Guerra M u n - litigantes tienen la capacidad de definirlo así,
dial. Ninguna persona ni ningún grupo social por lo que será así en sus consecuencias, pero
¡Sin compromiso! La resolución de problemas desde un punto de vista teórico 85

también que esa elección es tan innecesaria co- m a inmediatamente evidente en la práctica,
m o autodestructiva y que el objetivo de la reso- existe una gama infinita de objetivos y medios
lución de problemas consiste en sustraerse a posibles entre los que el agente puede elegir.
esa trampa tan perturbadora y de tan catastró- Evidentemente en la práctica, las escalas de
ficos efectos. El regateo coercitivo únicamente tiempo, la falta de conocimiento, los factores
puede zanjar una disputa por algún tiempo, en acumulativos o sistémicos, el desarrollo de un
tanto que con la resolución de problemas existe medio, etc., limitan el conocimiento y la per-
la posibilidad de suprimir el conflicto. La reso- cepción de esta elección infinita. A d e m á s , for-
lución de problemas no admite compromisos. m a parte integrante de la condición h u m a n a la
Abordando ahora el quid de la cuestión, un imposibilidad de tener todo a la vez. E n este
conflicto de «suma cero» es aquel en el que lo sentido siempre hay escasez, puesto que hacer
que uno gana lo pierde forzosamente el otro. una cosa supone no poder hacer otra. Es m e -
Evidentemente, las partes en conflicto suelen nester elegir, pero toda elección implica un cos-
ver su relación en estos términos, considerando to de oportunidad; cuando se ha decidido al-
la situación c o m o «o ellos o nosotros», de m o - canzar un determinado valor, es m u y posible
do que si «ellos» obtienen todo o parte, «noso- que no se disponga de la capacidad, del tiempo
tros» tendremos que contentarnos con los res- y de los recursos necesarios para tratar de obte-
tos. M á s aún, este diagnóstico de la situación ner otros valores. La opción concreta que se ha-
origina inmediatamente un comportamiento ga refleja unos valores básicos y la información
basado en estas premisas. Así, pues, si un con- disponible, y en ella influyen todos los factores,
flicto se entiende c o m o de tipo «suma cero», tanto objetivos c o m o subjetivos, que intervie-
surgen normas de comportamiento basadas en nen en el proceso de adopción de la decisión,
tal premisa que hacen que el conflicto se con- entre ellos, por lo que respecta a los factores
vierta por sus efectos en «suma cero». Pero, materiales, su abundancia o escasez relativas,
¿concluye aquí la question? el objetivo general y la deseabilidad subjetiva.
Incluso los partidarios del enfoque realista Ahora bien, la mayoría de los agentes sociales
admiten que el comportamiento no está total- procuran aprovechar al m á x i m o (o satisfacer al
mente predeterminado, pues si bien el impulso menos) una amplia g a m a de valores. También
puede tener un objetivo general o la escasez tratan de reducir al mínimo el costo de oportu-
puede agregar atractivo a ciertos valores o bie- nidad que implica la búsqueda de una serie de
nes, no impone los medios concretos para al- valores, objetivos o bienes materiales en rela-
canzar ese objetivo ni sus características deta- ción con otras series de valores. Es evidente,
lladas concretas. Para el especialista en pues, la importancia que tienen las variables
resolución de problemas, que no reconoce que referentes a la información, las funciones y la
el impulso sea innato, el espacio para manio- estructura.
brar es aún mayor. N o sólo pueden modificarse Puesto que teóricamente hay una elección
los medios conducentes a ciertosfines,sino que posible infinita de medios yfines,parece vero-
también se pueden cambiar los propiosfineso, símil que exista una opción viable que no sea
al menos, pueden ser redefinidos de m o d o que conflictiva. Dicho de otro m o d o , cada agente o
su búsqueda resulte funcional y no perturbado- grupo de un sistema social podría en teoría, dis-
ra. N o obstante, un caso especial se da cuando poniendo de tiempo y de un conocimiento per-
un agente tiene un solo objetivo, puesto que en- fecto, hacer una determinada selección que no
tonces su relación con su medio es, desde luego, implique ninguna incompatibilidad con la elec-
una «suma cero». O alcanza el objetivo o no lo ción de losfinesy medios de otros grupos den-
alcanza, o bien obtiene tan sólo una parte. Sin tro de ese mismo sistema. Ahora bien, ¿por qué
embargo, no deja de ser igualmente cierto que un determinado agente, que ha invertido ya
no existen agentes sociales o individuos que se múltiples recursos para tratar de conseguir de-
encuentren en tal situación, ya que hasta un terminadas metas, debe renunciar a ellas para
maníaco sexual tiene que parar de vez en cuan- conseguir esta situación de compatibilidad?
do para comerse un bocadillo. ¿Por qué tendría que poner la otra mejilla?
El especialista en la resolución de proble- ¿Por qué habría de acomodarse cuando los de-
m a s sostiene que la naturaleza de las relaciones m á s agentes no lo hacen, tan sólo para evitar las
sociales es tal que, en teoría, o siempre de for- incompatibilidades imputables tanto a la elec-
86 A.J.R. Groom

ción de los d e m á s c o m o a la suya propia? do, ello equivale a establecer una distinción en-
La primera respuesta a este dilema es que si tre la seguridad protectora, pero muchas veces
no existe un proceso de acomodamiento m u - autodestructiva, frente a una amenaza, y una
tuo, al menos cierto acomodo unilateral evitará concepción de la seguridad del medio en la que
la necesidad de pagar el costo de oportunidad ésta parte de ese propio medio, libre de amena-
de la búsqueda de valores incompatibles que es zas. Este segundo tipo de seguridad n o es algo
la que origina el conflicto. En otras palabras, no que escasee; todos pueden disfrutarla. Sin e m -
se trata de ser «el niño bueno» ni de noblesse bargo, la seguridad protectora del campamento
oblige, sino que es m á s bien una cuestión prác- armado puede ser considerada por otros c o m o
tica de incompatibilidad de los objetivos que una amenaza, y su respuesta activa puede redu-
busca un agente lo que genera el conflicto con cir la protección e incrementar el costo de esa
otro. E n tal caso, los objetivos que persigue mal llamada seguridad. Ni que decir tiene que
pueden resultarle m u c h o m á s costosos de lo las dificultades prácticas de transformar un
que serían si pudiera volver a definirlos o si se campamento armado en un medio de seguri-
encontrara un medio de eliminar algunas de las dad mediante asociación saltan a la vista, pero
incompatibilidades de las estrategias aplicadas. las posibilidades de seguridad para todos son
U n ejemplo contemporáneo de esta situación patentes. Se hafijadoasí un objetivo importan-
es el comprensible deseo de los israelíes a al- te y realista.
canzar el objetivo de la seguridad. Su forma ac- T a m p o c o el desarrollo escasea. Es ésta una
tual de hacerlo les obliga a pagar unos nevadí- noción con múltiples facetas y dimensiones
simos costos de oportunidad en relación con económicas, sociales, políticas y culturales. En
otros valores. resumidas cuentas, significa autorrealización.
Sin embargo, por no considerar m á s que el as-
pecto económico, es evidente que buena parte
Cambio de rumbo del crecimiento puede obtenerse mediante la
especialización. Sin duda ésta es la experiencia
Pero hay una segunda razón que explica por del desarrollo económico del m u n d o occiden-
qué cambiar de r u m b o es una propuesta realis- tal desde la Segunda Guerra Mundial, que la
ta, a saber, porque la mayoría de los objetivos mayoría de los economistas imputan al ex-
básicos que buscan los gobiernos o las partes de traordinario crecimiento del comercio mundial
un conflicto no escasean. Examinemos cuatro sobre todo entre los propios países desarrolla-
ejemplos: la seguridad, el desarrollo, la identi- dos. H a y que imaginar cuál sería el grado de
dad y la participación. C o n miras a la seguri- crecimiento económico si todos los países
dad, los israelíes han optado por una política adoptaran una política económica autárquica.
de campamento armado, lo que resulta a todas Evidentemente, la especialización sobre una
luces perturbador en el sentido de que origina, base equitable y legitimada va en beneficio de
en primer lugar, un campamento armado en el todos, aunque la teoría del privilegio compara-
otro bando y, m á s recientemente, la Intifada. tivo presenta algunos inconvenientes serios
Así, su costo por lo que se refiere a otros valores cuando los términos comerciales son desfavo-
es m u y elevado. Ahora bien, la seguridad puede rables a algunas formas de especialización.
obtenerse también mediante asociación, esto es, A d e m á s , hay en el m u n d o recursos suficientes
una situación en la que un agente puede des- para cubrir las necesidades materiales básicas
empeñar una función importante, fundamental de todos. E n términos más generales, la auto-
dentro de un sistema, con el acuerdo de todos rrealización no debe conseguirse a costa de los
los demás, de m o d o que los otros agentes no demás, sino en su beneficio, ya se considere en
deseen proseguir un conflicto con el primero función del individuo o del grupo, pero ello re-
porque ello equivaldría a perder las ventajas de quiere unas relaciones que no repudien la iden-
su cooperación dentro del sistema en perjuicio tidad propia del agente.
de todos. En otras palabras, una función acep- La identidad surge de una relación. N o se
table dentro del sistema, cuya ejecución y reali- trata de la fórmula cartesiana «pienso, luego
zación responda a las necesidades de todos, es existo», sino m á s bien de « m e relaciono, luego
la garantía de la seguridad de un agente deter- existo». El individuo es un animal social y care-
minado que cumple esa función. E n cierto m o - ce de identidad si no mantiene relaciones con
¡Sin compromisos! La resolución de problemas desde un punto de vista teórico 87

un medio. Es innegable que el individuo no po- bienes y recursos se puede provocar «artificial-
dría seguir existiendo. Lo que hay que poner de mente» o «culturalmente» mediante la publici-
relieve es que tales relaciones pueden y deben dad y otros medios similares, pero, en cual-
ser recíprocas y aceptables para todos. Además quier caso, son a todas luces instancias en las
pueden ser múltiples, distintas y superpuestas. que, ya sea por motivos artificiales, culturales o
Si las relaciones se cortan o se imponen, se des- relacionados con las necesidades básicas, la es-
arrollará una cultura marginal entre los que ha- cala temporal y el medio dictan que resulten
yan sido privados, que basarán su identidad en insuficientes para responder a una demanda
esa cultura marginal y no en la cultura domi- que ha sido «fijada» a corto plazo. Ahora bien,
nante. Las relaciones que refuerzan el senti- ello no implica la necesidad de conflicto, ya
miento de identidad de un agente suelen ser las que puede idearse un sistema de distribución
que generan un sentimiento auténtico de parti- de un producto escaso que aumente al m á x i m o
cipación. la satisfacción de la totalidad de los objetivos
Se da un alto grado de participación en una de cada agente y reduzca al mínimo su costo de
situación en la que existe consenso sobre el pro- oportunidad. U n sistema así podría ser legiti-
ceso de adopción de decisiones, esto es, en la m a d o por todos y probablemente ofrecería una
que cada cual desempeña el papel que, según gran participación a cada agente en el grado en
estima, le corresponde. N o se trata de cumplir que tal participación fuera oportuna. N o obs-
una función importante en una determinada tante, podría ser sumamente desigual, literal-
decisión, sino de que el agente perciba la fun- mente hablando, por lo que respecta a las por-
ción que cumple c o m o suficiente. E n otros tér- ciones recibidas, siendo al m i s m o tiempo su-
minos, ninguna legislación convencional, el de- m a m e n t e equitable a ojos de todos los
recho de voto, por ejemplo, puede proporcio- participantes. La escasez de recursos materia-
nar el sentimiento de participación, que debe les puede dar lugar, c o m o sucede muchas veces,
estar vinculado a un determinado agente en un a rivalidades y conflictos, pero no hay ninguna
sistema concreto de transacciones. Tampoco se razón intrínseca por la que deban hacerlo de
trata de jerarquía dentro de un sistema conven- manera perturbadora, y sí existen buenas razo-
cional de adopción de decisiones. E n la mayo- nes empíricas y prácticas para buscar un proce-
ría de los estudios sobre la industria y otros sec- dimiento de distribución que sea legitimado
tores se ha llegado a la conclusión, basándose por todos c o m o participativo, equitable y fun-
en el análisis de sistemas, de que u n procedi- cional por reducir al mínimo el costo de opor-
miento de adopción de decisiones participati- tunidad y elevar al m á x i m o la totalidad de va-
vo y fundado en el consenso, en lugar de ser lores. En un plano táctico, «todo de una vez» es
lento y engorroso, resulta de hecho m á s eficaz siempre imposible y, por consiguiente, el pro-
que las decisiones impuestas por una pirámide blema está en gestionar eficientemente el costo
jerárquica. Dicho de ocho m o d o , una sola per- de oportunidad, cosa que un agente sólo puede
sona que m a n d a desde arriba no es forzosa- hacer de manera que sea a la vez aceptable para
mente el sistema m á s eficaz (aunque, desde lue- él y para su medio. E n el plano estratégico de
go, si todos están de acuerdo no hay ninguna los valores básicos no hay problema, ya que és-
razón para que no dé buenos resultados, sino tos pueden ser plenamente satisfechos porque
una situación en la que todos los agentes perti- no escasean. Los deseos son harina de otro cos-
nentes del sistema cumplen la función que con- tal.
sideran importante en la determinación de va- Del examen de estos cuatro valores princi-
lores, lafijaciónde los objetivos y la creación y pales que todos los Estados, todos los agentes y
aplicación de los medios para su obtención grupos, así c o m o todos los individuos, parecen
dentro de ese sistema. desear obtener, no se desprende que su obten-
D e este m o d o se puede hacer frente a la es- ción por un grupo, Estado, agente o individuo
casez de recursos materiales de manera no con- se realice forzosamente a expensas de otros
flictiva. Al igual que ciertos valores fundamen- agentes. La meta fundamental de la resolución
tales c o m o la seguridad, el desarrollo, la identi- de problemas es hacer comprender a las partes
dad y la participación abundan, otro tanto en conflicto que no se encuentran en una situa-
puede suceder con los recursos y bienes mate- ción de «suma cero»; que su relación no debe
riales. Hasta cierto punto, la demanda de estos ser entendida en términos de «ellos o noso-
88 A.JR. Groom

tros», y que tampoco se trata simplemente de traordinario. Sin embargo, el proceso no es ine-
«ser buenos», poner la otra mejilla y ceder, sino vitable: el curso e incluso la existencia m i s m a
que tanto los medios c o m o losfinesse pueden del conflicto están sometidos a modificaciones
manejar de m o d o que se reduzca al mínimo el por parte de los participantes. M á s aún, el ele-
costo de oportunidad para obtener lo que se mento de apoyo puede aportar información del
quiere, porque lo que se quiere está a disposi- m u n d o real. Por ejemplo, en el conflicto de
ción de todos. Esto significa que lo que el espe- Chipre, sería m u y sorprendente que los chi-
cialista trata en realidad de hacer es eliminar priotas no desearan adquirir la independencia,
las disfunciones de la adopción de decisiones. puesto que la Enosis es contraria a la tendencia
La finalidad consiste en maximizar los objeti-actual de la sociedad mundial en general. Argu-
vos, no a costa de los demás, sino en el contexto mentos similares podrían avanzarse por lo que
de los demás. El especialista no propone una respecta a Puerto Rico. Además, otra función
política de apaciguamiento, sino un aumento que cumple el grupo de apoyo es actuar c o m o
de la racionalidad en el proceso de adopción de una sonda para las propias partes. También
decisiones. En la práctica, ¿cómo se puede eli- puede interpretar fenómenos. Se trata, enton-
minar la disfuncionalidad de los medios para ces, de facilitar información en el terreno aca-
alcanzar metas que existen, prácticamente para démico, de actuar c o m o sonda y c o m o intér-
todos, en cantidad ilimitada? Existen dos for- prete de las tendencias generales del m u n d o en
mas que, según los especialistas, pueden utili- relación con un conflicto determinado. El gru-
zarse para conseguirlo. U n a consiste en las téc- po de apoyo carece de poder en el sentido con-
nicas de apoyo, y la segunda en aplicar la no- vencional del término y no hace juicios. Su au-
ción general de resolución de problemas. toridad se basa en su conocimiento de la teoría
de los conflictos y de la naturaleza de la resolu-
ción de problemas.
La consecución de objetivos Es difícil entender en qué consiste la resolu-
ción de problemas, a la vez porque difiere des-
Las técnicas de apoyo no se basan en la jerar- de un punto de vista conceptual de los supues-
quía, no imponen directrices ni formulan jui- tos habituales y porque en el lenguaje cotidiano
cios. N o emanan de ninguna autoridad, c o m o no se distingue de la negociación y el regateo.
el Consejo de Seguridad de las Naciones Uni- Así, pues, existe un problema de terminología
das, y no implican juicio alguno por parte de ya en la base misma. L o que se entiende por
quienes las aplican en cuanto a los méritos de negociación y regateo es una relación de la que
un determinado agente en un caso concreto. se da por sentado que es de «suma cero» y que,
A d e m á s , no se orientan a los resultados en el por tanto, es sumamente probable que tenga
sentido de que tengan una meta preestablecida carácter coercitivo. La resolución de proble-
a la que traten de llegar los que recurren a ellas. m a s , por su parte, es algo m u y distinto. Consis-
La función de la persona o el grupo que las uti- te en examinar las dificultades de las que todas
lizan consiste m á s bien en proporcionar infor- las partes implicadas pueden salir beneficiadas
mación, ante todo sobre hechos concretos y las en principio y de las que de m o m e n t o salen to-
diferentes formas de interpretarlos y, en segun- das ellas perdiendo. C o m o ejemplo de resolu-
do lugar, información basada en la teoría. G e - ción de problemas en beneficio de todos cabe
neralmente esta información se facilita a peti- citar una de las formas más habituales de adop-
ción de las partes y con mucha frecuencia se tar decisiones en la C o m u n i d a d Europea.
refiere a los procesos del conflicto. Dicho de Cuando los Estados Miembros llegan a verse en
otro m o d o , quienes intervienen en un conflicto un contexto de regateo se dicen que no va a
suelen considerar que se encuentran en una si- servir para nada'y que es preciso aumentar el
tuación única.. N o hay nadie que sea tan inmo- interés común. Es éste un factor importante
ral ni tan malvado c o m o su adversario. Ahora que contribuye a un mayor grado de integra-
bien, es indiscutible que los conflictos tienen ción. Así, pues, la solución de problemas no es
sus reglas y modelos, y la función que cumple el una búsqueda de la victoria ni cuestión de ga-
elemento de apoyo es mostrar a las partes nar o perder. Todos pueden salir ganando, en el
opuestas qué pueden esperar y hacerles ver que sentido de obtener el m á x i m o provecho de la
lo que les está sucediendo no tiene nada de ex- totalidad de sus valores y de reducir al mínimo
¡Sin compromisos! La resolución de problemas desde un punto de vista teórico 89

su costo de oportunidad. Los objetivos funda- partes interesadas puedan concentrarse en él


mentales no escasean, por las razones que ya mentalmente, ya que la definición del proble-
antes se han expuesto. El conflicto puede resol- m a puede ser parte esencial de su sustancia.
verse en la medida en que haya unas relaciones La consecuencia de esta idea es perceptible
legitimadas entre los agentes y que no depen- en el contexto de un problema social3. Piénsese
dan ya de amenazas o de algún tipo de coer- en una sociedad en la que una raza domina a
ción. Sin embargo, en la resolución de proble- otra. Si la raza dominada es abúlica, fatalista y
m a s es importante que todas las partes se sien- servil, por estimar que su situación forma parte
tan involucradas en el proceso y en un plano de un orden divino, no se plantea problema al-
satisfactorio para cada una de ellas por separa- guno. Para que éste surja, el esclavo tiene que
do. N o sólo todas las partes han de estar impli- creer que la libertad es posible. Del m i s m o m o -
cadas, sino que además deben estar satisfechas do, si la parte dominante se desinteresa de su
para que el especialista en la resolución de pro- capacidad para dirigir a la raza servil estiman-
blemas pueda resolver el conflicto. Conviene do que forma parte del orden divino, sus m i e m -
señalar que la resolución de problemas es un bros tampoco tienen problemas. Ahora bien, si
proceso continuo: la resolución de un problema la raza dominada empieza a comprender el va-
concreto hará surgir casi siempre otro proble- lor de la libertad y de la igualdad y cree, ade-
m a , ya que los sistemas de interacción no están m á s , que la libertad y la igualdad son objetivos
aislados y un conflicto, resuelto en un primer que pueden alcanzarse, es entonces cuando se
sistema, puede caracterizarse por una serie de le plantea un problema.
transacciones y propiedades dentro de otro sis- La dificultad para la raza dominada estriba
tema diferente. Si un determinado conflicto ac- en que la solución de su problema requiere que
túa para terceras partes, la resolución del pri- éste sea reconocido por los miembros de la raza
mero requerirá casi siempre medidas para evi- dominante. C o m o se ha podido observar en
tar problemas o paliarlos en otros sistemas. múltiples ocasiones, si bien el grupo dominado
Cierto es que los problemas pueden estar inte- puede generar un problema para el grupo domi-
rrelacionados de tal manera que constituyan nante, es sumamente difícil que genere el pro-
una cadena o un rompecabezas, lo que eviden- blema corréelo. Si el grupo dominado se lanza a
temente dificulta la tarea del especialista e in- las calles y arroja piedras contra las ventanas
dica que éste debe actuar partiendo del conflic- del grupo dominante conseguirá a todas luces
to m á s grave, generalmente en el plano local, y ocasionarle un problema. Pero se trata del pro-
tratar ante todo de aislarlo de esa cadena para blema erróneo. ¿Qué sucede si se recurre a una
someterlo a análisis y ejercicios de apoyo antes tercera parte para resolverlo? Esta tratará de re-
de tratar de restablecerlo en su medio. E n el solver el problema visible según la definición
caso de Chipre, esta actitud hubiera supuesto de la raza dominante. Puede emplear la fuerza
empezar por abordar las relaciones interiores y para atajar la violencia, o puede convencer a
entre las comunidades respectivas, sin tener en los dirigentes de la raza dominada de que la
cuenta a Turquía ni a Grecia. La resolución de violencia no beneficiará su causa, o bien per-
problemas es también un proceso continuo suadir a la raza dominante de que debe hacer
porque, c o m o antes se ha dicho, el conflicto es
algunas concesiones. Esto sería un ejemplo de
endémico. mediación acertada, pero no de solución del
¿Qué es un problema? Su naturaleza suele problema.
ser objeto de polémica. En la resolución de un En este sentido, es primordial no definir el
problema la naturaleza de éste, la identidad de problema, aceptando así implícitamente el
las partes y la del sistema de transacciones co- contexto de poder de cada una de las partes.
rrespondientes son los aspectos cruciales y m á s Corresponde a todas ellas definir el problema,
difíciles del proceso. Ahora bien, proceso im- lo que origina la dificultad de identificar a las
plica estructura y ésta puede tener una influen- partes, puesto que definir el problema e identi-
cia autónoma. Así, pues, hay que tener en cuen- ficar a las partes equivale a preguntarse si fue
ta ambas cosas. U n error cometido en cual- antes el huevo o la gallina. Pero para resolver
quier nivel puede hacer que fracase todo el este dilema hay una regla m u y sencilla: ¿se en-
proceso. Por tanto, hay que magnificar el pro- cuentran presentes todas las partes necesarias
blema para que tanto el especialista c o m o las para una solución válida del conflicto? ¿Está
90 A.J.R. Groom

completa la asamblea y no falta nadie que, aun- vez origina estímulos diferentes en la medida
que desprestigiado, tenga en principio derecho en que la reacción de una persona a su medio
a veto? Para las partes implicadas, esta actitud concreto se convierte en estímulo para otras
suele dar lugar a las transacciones m á s intensas personas, de m o d o que la situación se autoper-
en cualquier plano, tanto cualitativa c o m o petúa. Por consiguiente, todo sistema ha de
cuantitativamente. contar con medios para integrar tanto los c a m -
bios c o m o los conflictos, y, para ello, necesita
desarrollar a la vez la capacidad de estabilidad
Conclusiones y la de cambio. La estabilidad por sí sola no
basta (si bien cumple muchas funciones útiles),
Estos aspectos prácticos son el tema de otros porque únicamente a través del cambio se pue-
artículos. E n éste se han abordado cuestiones de ajustar un medio cambiante sin conflictos ni
conceptuales y de definición. La resolución de catástrofes. La cuestión está en saber cuánto
problemas se ha definido c o m o un enfoque no cambio, cuándo, dónde, c ó m o y en qué senti-
jerárquico, no directivo y que no hace juicios, do. La innovación sistemática a través de las
que da lugar a un proceso de participación en el respuestas al intercambio de las informaciones
que todas las partes en un litigio determinan recibidas del medio y del pasado, y el autoco-
juntas en qué consiste éste, con ayuda de técni- nocimiento parafijarobjetivos, constituyen la
cas de apoyo, y llegan a su resolución, de m o d o base del concepto que fundamenta el proceso
que todas ellas se encuentren en una situación cibernético de adopción de decisiones. L a ca-
en la que puedan aprovechar al m á x i m o la tota- pacidad y la disponibilidad de responder y la
lidad de sus valores. Existen pruebas empíricas información procedente de esas tres fuentes (el
de diversas situaciones sociales, comprendidos medio, el pasado y la propia identidad) exigen
los conflictos interestatales, que demuestran la una constante vigilancia para evaluar su perti-
posibilidad de este procedimiento. E n primer nencia en la capacidad del sistema para salir
lugar, es posible porque los agentes tienen una adelante.
gran variedad de objetivos potenciales que re- Únicamente se percibe un estímulo cuando
flejan valores fundamentales cuya inevitable tiene alguna relación con conocimientos o re-
oportunidad de costo puede reducirse al míni- cuerdos existentes, ya que el aprendizaje es
m o y, en segundo lugar, porque la realización acumulativo. Incluso una revolución del apren-
de valores fundamentales está abierta a todos dizaje sólo se produce si se reconoce que las
en la medida en que no escasean. Cada cual anomalías son suficientemente numerosas o
puede disfrutarlos, puesto que se trata de un considerables en comparación con la experien-
bien colectivo en potencia. cia pasada c o m o para generar una conceptuali-
L a finalidad de la resolución de problemas zación completamente nueva. U n a vez que se
es llegar a una solución válida de un conflicto ha reconocido un estímulo e interpretado en re-
sin pasar por la coerción. En una situación así lación con el recuerdo y el pasado, el conoci-
se siguen produciendo cambios. Tal vez con- miento de sí, esto es, los valores personales o
vendría exponer a grandes rasgos un modelo del grupo, generan la respuesta adecuada. Esta
cibernético de cambio y adaptación al cambio respuesta refleja objetivos basados en valores
en una situación de paz 4 . Para que se dé una cuya utilización al m á x i m o confiere sentido de
situación de paz se precisa una reacción no finalidad a la existencia de un individuo o de
coercitiva a dos características endémicas de un grupo. U n comportamiento orientado a un
todos los sistemas sociales, a saber, el cambio y fin únicamente puede existir cuando hay auto-
el conflicto. Y a antes se ha señalado el carácter conocimiento o jerarquía de valores. L a reac-
endémico del conflicto, que guarda estrecha re- ción o respuesta pasa al medio en funciona-
lación con otro fenómeno omnipresente, el miento y su adecuación se evalúa mediante la
cambio. Este último se produce porque los estí- información que se recibe a cambio. Esta es un
mulos son distintos para cada individuo y las mensaje procedente del medio que indica el
personas tienen la capacidad de aprender, lo grado en el que una respuesta concreta a u n es-
que implica la memoria. Al variar los estímulos tímulo tiene posibilidades de conseguir su fin y
en u n medio natural y social, ningún individuo si tal fin resulta adecuado a juicio del medio.
o grupo tiene la misma experiencia, lo que a su Así, pues, en ese intercambio de información
¡Sin compromisos! La resolución de problemas desde un punto de vista teórico 91

hay dos elementos: si la metafijadava a alcan- bien de que una y otra parte modifiquen su
zarse y si es adecuada. rumbo. Esto constituye una garantía de paz en
N o es difícil comprender por qué las cosas una situación de cambio. El objetivo de la re-
pueden ponerse feas. La totalidad del proceso solución de problemas es llegar a esa situa-
implica elementos subjetivos importantes que ción, y en este artículo se ha procurado presen-
pueden ser deformados por percepciones erró- tar una breve panorámica de algunas de las ra-
neas, divergentes e inexactas, opciones auto- zones teóricas que lo posibilitan. Ahora bien,
destructivas, etc. Pero puede haber también la auténtica prueba es empírica, y es en situa-
una dificultad más grave, la de negarse a res- ciones empíricas de gran dificultad donde ca-
ponder a la información recibida. Cabe la po- be reivindicar el enfoque de resolución de
sibilidad de que los agentes se nieguen a modi- problemas en un grado suficiente que justifi-
ficar su r u m b o y pretendan forzar el medio, que su desarrollo y aplicación constantes. Si
esto es, a los demás, a acomodarse a ellos. Esto bien es cierto que este enfoque ha tenido fra-
es, desde luego, lo que hacen la diplomacia casos lamentables, también los han tenido
coercitiva y el sistema de política del poder. otros. N o es una panacea ni una varita mági-
Pero el cambio existe y no es posible refrenar- ca, pero tiene suficiente viabilidad c o m o para
lo eternamente. E n este sentido, la política de tratar de superar los compromisos y arreglos
poder y la diplomacia coercitiva fracasan del enfoque consistente en el regateo coerciti-
siempre. L a alternativa consiste en responder vo. E n este sentido, no tiene que haber c o m -
a la información facilitada por el medio y en promisos. L a paz es posible en beneficio de
modificar el rumbo. El medio propio de otros todos. El desafío para el especialista en reso-
agentes hará esto m i s m o en una situación de lución de problemas está en darle una mayor
relaciones legitimadas que es el objetivo de la probabilidad.
resolución de problemas, de m o d o que no se
trata de «ceder» siempre al medio, sino m á s Traducido del inglés

Notas

1. Edward E . Azar y John W . C . R . Mitchell: Peacemaking and Affairs, Foreign Service Institute,
Burton (eds.): International the Consultant's Role, U . S . Dept. of State. 1984.
Conflict Resolution, Sussex, Farnborough, G o w e r , 1981; Diane
Wheatsheaf. 1986; John W . B. Bendahmane y John W .
2. E . H . Carr: The Twenty Years
Burton: Resolving Deep-Rooted McDonald Jr. (eds.): Perspectives
Crisis, Londres, Macmillan, 1981.
Conflict, Londres, University Press on Negotiation, Washington D . C . ,
of America, 1987; Michael H . Center for the Study of Foreign
Banks (ed.): Conflict in World Affairs, Foreign Service Institute 3. Agradezco a Richard Little esta
Society, Sussex, Wheatsheaf, 1984; D . C . , U . S . Dept. of State, 1986; formulación.
Dennis J.D. Sandole e Ingrid Diane B. Bendahmane y John W .
Sandole-Staroste (eds.): Conflict McDonald Jr. (eds.): International 4. Véase Karl W . Deutsch: The
Management and Problem Solving; Negotiation, Washington D . C . , Nerves of Government, Nueva
Londres, Frances Pinter, 1987; Center for the Study of Foreign York, Free Press, 1963.
La difícil transformación
de la «limitación de armamentos»
a un «sistema mundial de seguridad»

Maurice Bertrand

La «limitación de armamentos» (traducción y completo») o a las tentativas de instituciona-


aproximada del inglés arms control) es el régi- lización de una «seguridad colectiva» que hasta
m e n en el cual, manteniendo un poderío mili- el m o m e n t o ha resultado esquiva.
tar considerable, se negocian entre adversarios Por lo tanto, se trata de un decisivo invento
potenciales las limitaciones cuantitativas y conceptual que abrió el camino a una transfor-
cualitativas de armamentos y, en consecuencia, mación revolucionaria de las concepciones de
se acepta proporcionar informaciones y se ad- la seguridad. En la actualidad se puede conside-
mite su verificación. Este régimen es un inven- rar que podría llegar a la eliminación de los sis-
to de la era nuclear. Se puso en práctica a partir temas de defensa basados en las armas y las
de los años sesenta entre los Estados Unidos y alianzas, y a sustituirlos por mecanismos insti-
la Unión Soviética con los tucionales de seguridad
objetivos esenciales de evi- donde el control, las medi-
Maurice Bertrand es Consejero H o n o -
tar o de superar las posibles rario de la Cour des Comptes de Fran-
das de confianza y la acep-
«crisis» y de reglamentar la cia. Antiguo miembro de la Unidad de tación de ciertas reglas per-
carrera armamentista. Has- Inspección Conjunta de la O N U (1965- mitirían garantizar el arbi-
ta 1985, ningún otro país se 1985) y miembro del grupo de 18 exper-
tos para la reestructuración de la O N U
traje de los conflictos
incorporó ni fue incorpora- (1966). H a publicado varios libros y ar- internacionales sin recurrir
do a este régimen. En c a m - tículos sobre relaciones y organizacio- a la violencia. Esto signifi-
bio, a partir de ese año. los nes internacionales. Su último libro pu- ca que se está produciendo
blicado es The Third Generation World
acuerdos de reducción de Organisation (1989). una transformación pro-
armamentos y de estableci- funda de estructuras m e n -
miento de medidas de con- tales configuradas por m i -
fianza negociadas en el lenios de historia bélica.
marco o después de la C o n - Por lo tanto, no es sor-
ferencia sobre la Seguridad prendente que este nuevo
y la Cooperación en Euro- método haya tenido difi-
pa (CSCE) involucraron en la limitación de ar- cultades para imponerse y perfeccionarse. Es la
mamentos a todos los países europeos. forma que reviste o debería revestir el conflicto
El acuerdo entre adversarios sobre la con- internacional cuando la guerra declarada se ha
ducción de las guerras es un fenómeno antiguo, convertido en una imposibilidad. Sin embargo,
cuya historia se podría escribir; la negociación esta forma es todavía m u y imprecisa y no ha
entre adversarios para impedir la guerra es un terminado de evolucionar. C o n reticencia y
fenómeno reciente. En la búsqueda de la paz y lentitud se ha comenzado a reconocer que una
de la seguridad, es una vía difícil, realista y con- guerra general -el enfrentamiento de dos ejér-
creta, que se sitúa entre las políticas de fuerza citos que intentan destruir o vencer al enemi-
(consistentes en preparar la guerra para obte- g o - ya no es posible cuando uno de ellos posee
ner la paz) y las búsquedas idealistas relativas el arma nuclear. La teoría de la disuasión ha
al «desarme» (a m e n u d o calificado de «general progresado difícilmente en las mentes, y aún

RICS 127/Marzo 1991


94 Maurice Bertrand

m á s difícil ha sido reconocer que la limitación ríodo no ha tomado aún una forma definitiva,
de armamentos es su corolario inevitable. pero tal vez se pueda desde ahora trazar el per-
A la dificultad de comprender el carácter fil de lo que podría ser un nuevo sistema m u n -
enteramente novedoso de la situación creada dial de seguridad.
por la expansión de los arsenales nucleares por
las dos superpotências, se añadió el hecho de
que el juego estratégico en esta nueva situación Dificultad del avance conceptual
ya no podía tener lugar en los campos de bata- entre 1945 y 1985
lla. El fenómeno de irresponsabilidad resultan-
te ha permitido el enfrentamiento de las teorías En el período 1945-1985 se distinguen tradicio-
m á s opuestas, lo que desde comienzos de los nalmente tres fases:
años cincuenta ha dado a los problemas milita- - la fase de los comienzos de la guerra fría, de
res un carácter demasiado académico. N o obs- 1945 a 1962 1 ,
tante, debido a este m i s m o aspecto abstracto, el -la fase de la distensión, de 1962 a 1981, du-
estudio de la evolución de las concepciones de rante la cual los dos grandes continuaron en-
la limitación de armamentos permite percibir frentándose en todas partes en el m u n d o , de-
mejor el juego de las fuerzas que, en una socie- cidiendo al m i s m o tiempo ser prudentes en lo
dad planetaria en vías de constitución, tienden esencial, es decir, evitar las crisis graves2,
a favorecer o impedir el surgimiento de u n sis- - finalmente, la fase de un resurgimiento de la
tema de seguridad capaz de suprimir el recurso tensión entre los dos grandes, de 1981 a
de la guerra. 19853.
En 1943, en Los Alamos, Nils Bohr, que ha- La historia de la carrera armamentista du-
bía participado en la construcción de la prime- rante esos cuatro decenios corresponde bastan-
ra b o m b a A , decía: «La nueva arma no contri- te bien a las tres fases de este período.
buirá solamente a transformar la guerra, sino En efecto, la primera fase, de 1945 a 1962,
que exigirá a la humanidad que trascienda su es la de la constitución de arsenales completos
hábito ancestral de hacer la guerra». Desde los por ambas partes, incluyendo medios capaces
primeros años de existencia de las armas nu- de transportar el arma termonuclear hasta el
cleares se multiplicaron las fórmulas a este res- corazón de los territorios del adversario en lap-
pecto: «En cuanto Rusia tenga la b o m b a , ten- sos cada vez m á s breves. Es también la fase en
d r e m o s u n a paz a r m a d a , y será una paz que desaparece la indiscutible superioridad mi-
duradera» (Szilard, 1945); «hasta ahora, los ob- litar de Estados Unidos, sustituida por un equi-
jetivos esenciales de los militares han sido ga- librio aproximado con la Unión Soviética.
nar las guerras; en lo sucesivo, el objetivo será En 1950, sólo se podían transportar las
evitarlas» (Bunch Brodie, 1946); «extraña esta- bombas atómicas en avión, y se trataba de
bilidad» (Oppenheimer), «disuasión existen- bombas A . L a b o m b a H aparece en 1952 en
cial, autodisuasión» (McGeorge Bundy), etc. Estados Unidos y en 1953 en la Unión Soviéti-
En agosto de 1949, la explosión de la primera ca. E n 1955, la Unión Soviética disponía de
b o m b a atómica rusa debería haber permitido unas 20 bombas y algunos bombarderos estra-
definir con precisión las consecuencias de esta tégicos, frente a 4.750 bombas y 400 bombar-
situación de disuasión recíproca. deros para Estados Unidos. El primer «Sput-
Ahora bien, esto no ha ocurrido. Para c o m - nik» fue lanzado en 1957, antes del «Explorer»
prender la lentitud con la cual el concepto de de Estados Unidos (febrero de 1958). En 1960,
limitación de armamentos se ha abierto paso la Unión Soviética disponía de una fuerza de
en las mentes, hay que situarse en el contexto ataque auténticamente amenazadora, de 300
histórico, ideológico y político de las relaciones bombas, 50 bombarderos y, sobre todo, de alre-
entre las dos superpotências desde 1945, es de- dedor de 20 misiles intercontinentales. Los m i -
cir, en el contexto de la guerra fría hasta 1985 y, siles lanzados desde submarinos ( S L B M ) apa-
m á s tarde, en el de una situación política nueva recieron en 1960 en Estados Unidos y en 1964
que comienza a poner fin a esta guerra. en la Unión Soviética. El reconocimiento foto-
Del primer período surgió un sistema de li- gráfico por satélite fue establecido en 1969 en
mitación de armamentos m u y imperfecto e in- los Estados Unidos y en 1962 en la Unión So-
completo. El que debería surgir del segundo pe- viética.
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 95

Progreso en el control de los armamentos: el ejército soviético desmantela misiles SS-20 en una base de Kazakhstan,
junio 1988. Sygma.

En cambio, durante la fase correspondiente avión, un buque o desde el suelo, y que eran
a la distensión (1962-1981), los progresos cuali- difíciles de detectar por radar.
tativos de la carrera armamentista fueron impor- Durante esta fase, el número de cargas nu-
tantes pero no modificaron fundamentalmente cleares pasó de 1.550 en Estados Unidos y de
un tipo de equilibrio que se mantenía acompaña- 600 en la Unión Soviética en 1965, a 10.100 y
do de una irrazonable carrera cuantitativa. Las 6.000 respectivamente, en 1980; y el de los lan-
innovaciones importantes se refieren a: zamisiles estratégicos, de 1.850 en Estados
- la instalación de sistemas A B M (sistemas an- Unidos y 525 en la Unión Soviética en 1965, a
timisiles) en 1966 en la Unión Soviética y en 2.046 y 2.582 respectivamente, en 1980.
1974 en Estados Unidos; Finalmente, durante la última fase (1981-
- los misiles estratégicos con varias cargas in- 1985), continuó la carrera cuantitativa; el nú-
dependientes, cada una de las cuales podía mero de cargas nucleares estratégicas alcanzó
dirigirse hacia un objetivo diferente (multiple un cuasi equilibrio, con 11.200 para Estados
independantly targetable reentry vehicle, Unidos y 9.900 para la Unión Soviética, y lo
M I R V - vehículo de reentrada con cabezas mismo ocurrió con los lanzamisiles que ascen-
múltiples guiadas independientemente) en dieron a 2.939 para Estados Unidos y 2.682 pa-
1970 (Estados Unidos) y en 1975 en la Unión ra la Unión Soviética. Sin embargo, el sistema
Soviética; A B M de Estados Unidos, llamado Strategic De-
- las armas llamadas tácticas, que podían en- fense Initiative (IDE-Iniciativa de Defensa Es-
viar cargas nucleares miniaturizadas a diver- tratégica) sigue en su etapa de investigación y
sas distancias; de experimentaciones preliminares, sin un ver-
- los misiles de crucero, aviones sin piloto, de dadero avance tecnológico.
vuelo lento, que se podían lanzar desde un Al examinar el nacimiento y la evolución
96 Maurice Bertrand

del concepto de limitación de armamentos du- El motivo principal de la supervivencia de


rante este primer período, hay que tener pre- las estructuras mentales prenucleares en la era
sente estos datos técnico-militares y político- nuclear es, evidentemente, ideológico. Se trata,
ideológicos. E n primer lugar, es m u y natural para los dos grandes, de mantener y desarrollar
que, pese a las observaciones de Niels Bohr, sus hegemonías. La división ideológica del
Oppenheimer y otras personas bien intenciona- m u n d o , combinada con el orgullo nacional,
das, la era nuclear haya sido abordada con una debe hallar una expresión en la búsqueda de la
mentalidad prenuclear. Desde comienzos de superioridad en materia de fuerza militar y de
los años cincuenta, las opiniones se dividieron armamento. Para los «halcones» que domina-
en cuanto a las maneras de atacar el problema, ban la escena política, la idea de que la guerra
suscitándose discusiones y luchas de ideas y de era imposible, lo que llevaba inevitablemente a
influencia que en la práctica permitieron al jue- aceptar el compromiso, no estaba m u y lejos de
go de la carrera armamentista tomar el lugar de la traición. Este clima ideológico ha desempe-
lo que habría podido o debido ser el juego bien ñado en ambos campos un papel fundamental
entendido de la disuasión mutua y del equili- y en él reside toda la dificultad del problema.
brio estratégico, garantía de la paz. La complejidad de la lógica de la disuasión
Apareció primero la idea según la cual el ar- tampoco ha facilitado las cosas. Esta lógica
m a nuclear era realmente utilizable, es decir, consiste en esforzarse por hacer creer al adver-
que no impedía el combate sino que se limitaba sario que se puede ser lo bastante loco para des-
a transformarlo. E n Estados Unidos, Paul encadenar el cataclismo nuclear y, por lo tanto,
Nitze, que durante cuarenta años fue uno de los actuar c o m o si se preparara una decisión de es-
«expertos» reconocidos en las negociaciones te tipo en caso de crisis extrema o de amenaza
sobre la limitación de armamentos, sostenía ya fundamental contra el «santuario nacional».
en 1947 que, después de todo, el arma nuclear Consiste también en hacer todo lo posible para
no era sino «el equivalente de un ataque de 220 estar en condiciones de conservar una capaci-
B-29». Ahora bien, aunque el arma era utiliza- dad de represalia en caso de que el otro fuera el
ble (ya se había utilizado en Hiroshima y Naga- primero en recurrir al arma nuclear, sin dejarle
saki, pero en una situación donde el adversario suponer, sin embargo, que se está adquiriendo
no podía responder de la m i s m a manera), la una superioridad que le amenaza realmente de
consecuencia era que cada adversario debía capitulación, caso en el que se posibilitarían las
prever una protección contra ella (de aquí los reacciones de pánico en situación de crisis...
refugios antiatómicos) y que había que adquirir De ahí la constitución de un acabado arse-
una superioridad sobre el adversario eventual, nal de conceptos propios de esta lógica, relati-
fabricando más bombas que él y más poderosas vos a la naturaleza de los objetivos estratégicos
(de aquí la carrera por la b o m b a H ) ; entre tan- teóricos que hay que ser capaz de alcanzar: es-
to, cada cual debía mantenerse permanente- trategia «anticiudades» o estrategia «antifuer-
mente en una situación en la que el chantaje de zas»; o los métodos de intimidación progresiva
la utilización del arma nuclear le favoreciera en en caso de ataque; «respuesta flexible», utiliza-
lugar de beneficar al adversario. ción de «armas de teatro» en el campo de bata-
Esta actitud, en ambos campos, parecía has- lla (posible únicamente si se posee una «pano-
ta natural, pues consistía en transponer simple- plia completa», de las armas tradicionales a los
mente en la era nuclear los principios elemen- misiles intercontinentales, pasando por todos
tales de estrategia que habían imperado duran- los grados de poder y de distancia de tiro de las
te toda la historia antes de 1949. Quienes armas nucleares). La O T A N adoptó esta fór-
insistían en el carácter absolutamente novedo- mula en 1967 (a propuesta de Estados Unidos
so de la situación, por ejemplo George Kennan en 1962), en lugar de la estrategia de represalias
desde el principio en Estados Unidos, tuvieron masivas (massive retaliation), inventada por
en esas condiciones muchas dificultades para Foster Dulles y adoptada por la O T A N en
hacerse escuchar y entender. Toda la historia 1956. La elaboración, finalmente, de toda una
de la evolución de la limitación de armamentos familia de conceptos en torno a la hipótesis del
hasta 1985, y quizás hasta nuestros días, se ex- «primer golpe» -vasto ataque nuclear destina-
plica porque sólo fueron parcialmente c o m - do a destruir la capacidad de represalia posible
prendidos. del adversario, incapacitándolo para infligir un
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 97

daño sustancial al atacante-, de lo que deriva la cional o razonable de la disuasión, en la medi-


importancia del papel de la «defensa antimisi- da en que la extravagancia puede acrecentar el
les» (o ABM-anti ballistic missile), de una efica-efecto disuasivo y, por lo tanto, la estabilidad, o
cia cuyo efecto reforzaría automáticamente la llevar al adversario a la mesa de negociaciones;
capacidad de ofensiva (reduciendo el peligro de por ejemplo, la amenaza de expandir la defensa
los daños causados por el adversario al respon- antimisiles, aunque no tiene ninguna posibili-
der) y la capacidad de respuesta en caso de ata- dad de ser realmente eficaz (como en el caso de
que del adversario; de aquí, a su vez, la impor- la IDE), puede preocupar al adversario y obli-
tancia de la precisión y del número de cargas garle a reflexionar o a modificar su comporta-
nucleares, que dio un impulso considerable al miento. Desde luego, la carrera armamentista,
desarrollo de los misiles M I R V , y la importan- tanto cualitativa c o m o cuantitativa, ha sido di-
cia de la movilidad de los lanzamisiles, impi- rectamente alimentada por al menos cuatro
diendo al adversario conocer de antemano sus desviaciones importantes respecto de lo que
posiciones. habría podido ser, por ambas partes, una con-
El papel de «lo impensable», la inversión de cepción m á s «razonable» de la paz armada y
lógica tradicional, en particular sobre el papel del equilibrio entre los dos grandes.
de la defensa, cuyo desarrollo aumenta propor- La primera desviación ha sido la búsqueda
cionalmente la capacidad ofensiva, la necesi- casi permanente de la superioridad, c o m o si se
dad de hacer creer de manera irracional en la hubiera tratado de ganar una guerra en el terre-
propia determinación, la de no trastornar al ad- no al viejo estilo, lo que no ha permitido nego-
versario adquiriendo demasiada credibilidad, ciar con eficacia verdaderas limitaciones cuan-
el desarrollo de armas cuya razón de ser es no titativas, ni de incluir en las negociaciones (con
ser utilizadas..., todas paradojas difíciles de excepción de los sistemas antimisiles) la prohi-
comprender y que se prestan a múltiples inter- bición del desarrollo de nuevas armas.
pretaciones. E n estas condiciones, la teoría de La segunda ha sido la ilusión del equilibrio
la disuasión se convirtió rápidamente en el á m - cuantitativo, es decir, la idea de que el número
bito reservado de personas que presumen de de lanzamisiles y de cargas nucleares cumplía
suficiente inteligencia para percibir todas sus una función por sí m i s m o , en tanto que lo úni-
sutilidades; se convirtió en el objeto de una pe- co importante era la invulnerabilidad de la ca-
dantería intelectual. pacidad de represalias. La mayor parte de los
El hecho de que la concepción más simple y «expertos» y políticos ha sucumbido a esta ilu-
más racional de la disuasión haya podido resu- sión. Robert M c N a m a r a intentó explicar que la
mirse en la fórmula «destrucción mutua garan- «paridad» existía entre Unión Soviética y Esta-
tizada» (mutually assured destruction, cuya si- dos Unidos en octubre de 1962, en la época de
gla es M A D , en inglés «loco») demuestra que la la crisis de Cuba, porque, pese a una disparidad
era nuclear ha añadido al placer de los juegos numérica de 17 a 1 (5.000 cargas estratégicas
estratégicos las delicias de un absurdo aparen- en Estados Unidos frente a 300 en Unión So-
te. E n estas condiciones, no es sorprendente viética), un ataque nuclear contra la Unión
que los intelectuales, los universitarios en par- Soviética no habría tenido sentido. E n efecto,
ticular, hayan hallado allí la ocasión de utilizar algunas decenas de misiles soviéticos habrían
sus competencias en materia de manejo de podido sobrevivir, en número suficiente para
ideas y conceptos. D e esta manera, en la era destruir Estados Unidos. Sin embargo, M c N a -
atómica, la institución militar ha sido sustitui- mara fue apenas comprendido y ciertamente
da por las concepciones estratégicas de los pro- no se le escuchó.
fesores. Escribiendo libros sobre las armas nu- La tercera desviación ha sido la ilusión de la
cleares se puede llegar a ser ministro de relacio- posibilidad de una defensa invulnerable contra
nes exteriores o. al menos, asesor en cuestiones los misiles del adversario, combinada con la
de seguridad; Henry Kissinger y Zbigniew idea de la superioridad moral de la defensa so-
Brzezinski han tenido numerosos émulos que, bre el ataque. Ilustran esta desviación las decla-
con menos éxito, tratan de sostener tesis origi- raciones, por ejemplo, de Kosiguin en Glassbo-
nales o heterodoxas para hacerse notar, lo que, ro, en su entrevista con Johnson en enero de
desde luego, aumenta la confusión. 1967, en respuesta al m i s m o M c N a m a r a que le
N o existe una doctrina auténticamente ra- explicaba que el despliegue de un sistema so-
98 Maurice Bertrand

viético antimisiles llevaría directamente a una - finalmente, los «expertos», que se afirman
nueva escalada de la carrera armamentista: «la oponiéndose unos a otros, y que hacen su ca-
defensa es moral; la ofensiva es inmoral», res- rrera en la diplomacia o en las avenidas del
pondió. Incluso después de la firma del tratado poder.
A B M , que consagraba la concepción inversa, la En estas condiciones, las actitudes doctrina-
ilusión renació de sus cenizas bajo la forma de les han sufrido evidentemente la influencia
la I D E . tanto de las situaciones de política interior (que
Finalmente, la cuarta idea falsa ha sido que en los Estados Unidos determinan la actitud
la dignidad y la soberanía nacionales y las nece- del Congreso, por ejemplo, el Maccartismo en
sidades de la seguridad impedían admitir veri- 1954 y el poder de la tendencia conservadora
ficaciones por el adversario en territorio nacio- que favorece permanentemente a los «halco-
nal. Las tentativas para superar este tabú (por nes» contra las «palomas»), c o m o por las de
ejemplo, la iniciativa «cielos abiertos» formu- política exterior (los acontecimientos de Viet
lada por Eisenhower en julio de 1955), no tu- N a m en 1971 influyeron directamente la acti-
vieron éxito, pues los «medios técnicos nacio- tud de Nixon y de Kissinger frente a China y en
nales», expresión con la que se designó en los las negociaciones S A L T I con la Unión Soviéti-
tratados la observación por satélite, parecieron ca; la invasión de Afganistán en 1979, que dio
suficientes a todos. al Congreso una excusa para no ratificar los
N o corresponde aquí escribir la historia de acuerdos S A L T II)4.
las discusiones y las rivalidades en torno a estas Así, puede parecer casi sorprendente que el
diversas concepciones de la disuasión y del concepto de la limitación de armamentos haya
equilibrio estratégico, o del mantenimiento de podido sin embargo abrirse paso a través de to-
la estabilidad en caso de crisis. Pero hay que dos estos obstáculos y expresarse, en el período
observar en primer lugar que la reflexión, aun- llamado de «distensión», en un número impor-
que ha sido a m e n u d o abstracta, ha estado tante de acuerdos (véase nota 2), los m á s im-
siempre teñida de ideología: el nacionalismo, la portantes de los cuales fueron los acuerdos
búsqueda de la hegemonía, la necesidad de sen- S A L T I, A B M de 1972 y S A L T II de 1979. El
tirse en posición de fuerza, han influido sobre sentido c o m ú n comenzó a hacerse escuchar a
los teóricos m u c h o más que el afán de equili- partir de 1962, evidentemente debido a la con-
brio y de preservación de la seguridad. Este as- junción de diversos factores:
pecto ideológico ha sido reforzado por la dife- El sobresalto creado no solamente entre la opi-
rencia de niveles de comprensión del problema nión pública sino también en los medios
en varios niveles: políticos por haber rozado la catástrofe du-
- la opinión pública, que desea la paz, pero cree rante la crisis de Cuba 5 ;
de buena gana que se la obtiene por la fuer- La existencia, desde comienzos de los años se-
za; senta, de arsenales con misiles estratégicos
- los hombres políticos que utilizan los senti- dotados de cargas termonucleares que ga-
mientos dominantes de la opinión para sus rantizaban la posibilidad de destrucción
necesidades electorales (Kennedy que se refe- mutua;
ría al «desequilibrio de misiles» en su campa- La certeza de que ningún progreso técnico po-
ña electoral de 1959 contra su competidor día asegurar la superioridad absoluta a uno
Nixon; Nixon en 1968, que utilizaba la mis- de los dos campos.
m a idea de desequilibrio para presentarse co- N o obstante, estas condiciones no permitie-
m o hombre fuerte contra su competidor de- ron a ninguno de ellos abordar el problema en
mócrata Humphrey; Reagan haciendo lo mis- su conjunto. La lógica de la lección de C u b a
m o contra Carter en 1980, etc.), o, a m e n u d o , habría exigido que, para preservar la paz en el
tienen ideas escuetas sobre los problemas es- futuro, se intentara al m i s m o tiempo prevenir
tratégicos (Reagan y su «guerra de las gala- los accidentes y las crisis, garantizar la estabili-
xias», Kosiguin, ya mencionado); dad y detener o invertir la carrera armamentis-
- las instituciones militares, que defienden sus ta en todos los ámbitos.
intereses y sus presupuestos (Eisenhower, a Pero la situación psicológica y política no es-
pesar de ser también militar, denunciaba el taba suficientemente madura para eso. D e he-
«complejo militar-industrial»); cho, en la preparación de los acuerdos S A L T I,
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 99

El encuentro Bush-Gorbachov en Helsinki, septiembre dej 990: al margen del control de armamentos, todavía queda
mucho que hacer para instaurar un sistema mundial de seguridad. Le Scgrciam/Svgma.

sólo hubo preocupación por el peligro de los mi- tros alrededor de una rampa de lanzamiento
siles estratégicos intercontinentales. El único de misiles intercontinentales ( I C B M ) , lo que
progreso intelectual importante (pero provisio- representaba en total 100 proyectiles antimisi-
nal) fue comprender, por ambas partes, que el les c o m o m á x i m o (un protocolo de julio de
aumento de los sistemas defensivos podía ser 1974 redujo ulteriormente el número de luga-
peligroso pues suscitaba necesariamente una res autorizados a uno solo). U n acuerdo provi-
carrera aún más desenfrenada por el número, la sional (interim agreement) limitaba, por otra
precisión y la potencia de los misiles. parte, el número de lanzamisiles I C B M autori-
Por lo tanto, se necesitaron varios años de zados a 1.054 para los Estados Unidos y a
maduración de 1962 a 1968, durante los cuales 1.618 para la Unión Soviética6. El acuerdo no
la preocupación se centró ante todo en los peli- limitaba el número de cargas nucleares que
gros que podían derivar de la proliferación nu- podía transportar cada misil; finalmente, el
clear, hasta que los dos grandes se decidieran a acuerdo contemplaba la verificación de su
entablar negociaciones bilaterales para la limi- aplicación por los «medios técnicos naciona-
tación de los armamentos estratégicos (apertu- les», lo que representaba un modesto progreso
ra de las conversaciones en noviembre de intelectual y político, en la medida en que, co-
1969) y que se llegara, tres años después, a los m o señalaba el anuario del SIPRI en 1973, «la
acuerdos S A L T 1. por los cuales Unión Soviéti- búsqueda de la información sobre las activida-
ca y Estados Unidos se comprometían (tratado des del adversario, hasta entonces considerada
A B M ) a no desplegar sistemas defensivos anti- un tabú, ascendía a la categoría de una acti-
misiles, con sólo dos excepciones: 150 kilóme- vidad internacional reconocida y efectivamen-
tros alrededor de sus capitales y 150 kilóme- te útil».
100 Maurice Bertrand

«En cuanto al resto», proseguía el m i s m o al Presidente Reagan, significaba poner en tela


autor, «este acuerdo estimula la carrera tec- de juicio el tratado A B M de 1972, que sin e m -
nológica armamentista e incluso la legitima: bargo ambas partes habían firmado y ratificado
la "limitación", ¿se convertirá en "escala- por un lapso indefinido.
da"?». El concepto y la aplicación de la limitación
Esta era, evidentemente, la consecuencia ló- de armamentos, que eran el resultado, para esta
gica de un acuerdo limitado a una sola clase de fecha, de 40 años de práctica de la disuasión
armamento. Desde luego, las negociaciones de- recíproca, eran en definitiva modestos, tímidos
bían continuar y los tratados preveían la prepa- y corrían peligro. Sin duda, se había aprendido
ración de un acuerdo más completo. Empero, que el enfrentamiento nuclear era imposible,
la marcha hacia S A L T II, marcada por el en- pero el sentido c o m ú n perdía terreno día a día
cuentro Ford-Brejnev de Vladivostock, en no- y todas las desviaciones ideológicas que impe-
viembre de 1974, donde se decidió ampliar los dían poner en práctica una doctrina «racional»
futuros acuerdos al conjunto de los lanzamisi- de la disuasión seguían alimentando una carre-
les, donde se estableció un número límite glo- ra armamentista sin límites.
bal, y luego por una tentativa norteamericana
en marzo de 1977 de superar la «fórmula de
Vladivostock» (tentativa inmediatamente re-
chazada por la Unión Soviética) no hizo pro-
Los progresos decisivos
gresos decisivos. a partir de 1985
El acuerdo S A L T II, de junio de 1979, fir-
m a d o en Viena por Carter y Brejnev, preveía, a Las mismas fuerzas ideológicas y las mismas
partir del 1.° de enero de 1981, un límite de desviaciones siguieron manifestándose en el
2.250 vectores estratégicos de toda clase, c o m - período que comienza en 1985. Sin embargo,
prendiendo un máximo de 1.320 misiles «pesa- ante los cambios ideológicos, doctrinarios y de
dos», de los cuales 1.200 ( I C B M o S L C M - Sea política militar registrados en la Unión Soviéti-
Launched Cruise Míssil [misiles de crucero lan- ca, apareció una nueva concepción de la limita-
zados desde el mar]) podían tener cargas múlti- ción de armamentos, aplicada tenazmente en el
ples ( M I R V ) , entre los cuales 880 I C B M c o m o lado soviético por Michael Gorbachov. En cier-
m á x i m o . El número de cabezas por misil ta medida, se confunde con la corriente «desar-
M I R V se limitaba a 10 para los I C B M y a 14 me», dando a esta última un carácter m á s rea-
para los S L C M . El acuerdo excluía las armas lista. En estas condiciones, quizá tenga posibi-
tácticas y los misiles de crucero, y permitía con- lidades de ir m á s lejos que la precedente, y
tinuar la carrera cualitativa en casi todos los expresarse en la práctica de manera menos con-
ámbitos. El Senado de Estados Unidos se negó tradictoria.
a ratificarlo. En m a y o de 1981, George Kennan, en una
C o m o resultado del acuerdo, en 1985, c o m o conferencia pronunciada en Washington, ha-
ya se ha indicado, el número de lanzamisiles bía sugerido que se considerara seriamente la
superaba en alrededor de 500 unidades los lí- posibilidad de reducir los arsenales nucleares
mites aceptados, y el número de cargas nuclea- en 50 %. La idea de que para mantener la paz
res estratégicas, debido al desarrollo de los no era necesario seguir construyendo algunos
M I R V , se había multiplicado por 2,5 aproxi- miles de lanzaproyectiles y de cargas nucleares
madamente para los Estados Unidos y por 5 suplementarias no tenía prácticamente ningu-
para la Unión Soviética, desde 1972. En cuanto na posibilidad de ser adoptada en el m o m e n t o
a los misiles de alcance intermedio y a las ar- en que Kennan la exponía. Cinco años más tar-
mas nucleares tácticas (obuses de artillería, mi- de, esta idea constituyó la base de las negocia-
nas, misiles de crucero, etc.), el número de car- ciones que tuvieron lugar en la C u m b r e de
gas nucleares ascendía a alrededor de 10.000 Reykjavik entre Gorbachov y Reagan, y, aun-
por cada lado. U n total de más de 40.000 car- que fracasó en ese momento debido a la negati-
gas nucleares para los dos grandes representa va norteamericana de renunciar a la IDE, cons-
un resultado bastante paradójico de los esfuer- tituyó el marco de las nuevas negociaciones de
zos de limitación de armamentos; a esto se aña- limitación de armamentos estratégicos, rebau-
de que la iniciación del programa IDE, tan caro tizadas S T A R T (Strategic A r m s Reduction
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 101

Talks), donde se sustituía la palabra limitación Esta nueva situación ideológica y política
por la de reducción. debería por lo tanto permitir un análisis más
Las novedades ocurridas a partir del semi- completo de la noción de seguridad y una a m -
fracaso-semiéxito de Reykjavik se refirieron: pliación de la noción de limitación de arma-
- a la idea de que es posible suprimir completa- mentos, para dar más importancia a la reduc-
mente una categoría de armas (supresión de ción de las armas y a las medidas de control
misiles de alcance medio por el tratado F N I mutuo e internacional. Es imposible en la ac-
-Fuerza Nuclear Intermedia- de Washing- tualidad determinar con precisión el nuevo ré-
ton, en 1987); gimen de defensa o de seguridad al que se ha de
- a la de que la verificación in situ de la aplica- llegar. Pero se pueden identificar los elementos
ción de un tratado, por inspectores del adver- que hay que tener en cuenta para comprender
sario, se convierte en aceptable (idea también las principales orientaciones e imaginar los po-
puesta en práctica por la verificación de la sibles desarrollos de esta evolución. Se trata
aplicación del tratado FNI) (Artículo 11, que de:
organiza las inspecciones en el lugar durante Las negociaciones en curso sobre la reducción
13 años después de la firma del tratado; Ar- de armamentos.
tículo 12, que organiza medidas de coopera- Los tipos de resistencia que continuarán opo-
ción para acrecentar la eficacia de la utiliza- niéndose al desarrollo de la limitación de
ción de los «medios técnicos nacionales»); armamentos;
- la idea derivada de las decisiones adoptadas Las posibilidades de una nueva conceptualiza-
en la C S C E (Conferencia sobre la Seguridad y ción de los problemas de seguridad.
la Cooperación en Europa), de establecer
«medidas de confianza» consistentes en invi-
tar a observadores del adversario a las manio- La hipótesis del éxito
bras efectuadas por los ejércitos ubicados en de las actuales negociaciones
Europa;
- la idea de que las negociaciones para la reduc- Y a no resulta ridículo suponer que el conjunto
ción de armamentos deberían extenderse a de las negociaciones en curso sobre la reduc-
todas las categorías de armas o, por lo menos, ción de armamentos podría tener resultados
referirse tanto a las armas químicas (por to- positivos en un plazo de tres a cuatro años. A m -
dos los países), las armas nucleares estratégi- bas partes aceptan ya los objetivos generales de
cas (los dos grandes) y las armas tradicionales reducción o de prohibición y las discusiones se
(23 países). refieren actualmente a las formas de alcanzar-
Evidentemente, estas novedades no son los. Se conocen las dificultades y, aparente-
sólo progresos intelectuales que vienen a per- mente, existe la voluntad de superarlas. Las re-
feccionar la concepción abstracta de la limita- cientes concesiones sobre puntos importantes
ción de armamentos. Fueron posibles gracias a (por ejemplo, la inclusión de los aviones en las
la evolución ideológica en la Unión Soviética y discusiones sobre las armas tradicionales, la
en Europa Oriental, y por sus consecuencias aceptación de separar las negociaciones
prácticas en el plano de las políticas exterior e S T A R T de la condición previa del abandono
interna. El contexto fue profundamente modi- de la I D E por los Estados Unidos, etc.) parecen
ficado por la decisión de la Unión Soviética de indicar que se podrán encontrar soluciones a
retirar sus tropas de Afganistán y por los gestos los obstáculos que subsisten. Ahora bien, el re-
de apaciguamiento que ha inducido o provoca- sultado significativo de un éxito de estas nego-
do entre sus aliados (los cubanos en Angola, los ciaciones no residiría en las reducciones, aun
vietnamitas en C a m b o y a , etc.). Por su parte, sustanciales, del número de tanques, de avio-
las transformaciones extraordinariamente rá- nes y de misiles, sino en el efecto psicológico
pidas que se producen en Europa Oriental y en que produciría:
la Unión Soviética ponen en tela de juicio la La evidente desaparición de una amenaza de
oposición ideológica entre el Este y el Oeste (y, invasión o de agresión por ambas partes,
c o m o consecuencia, la línea de frente que atra- Y la presencia en los territorios de ambas par-
vesaba el centro de Europa) y, en definitiva, la tes de un verdadero ejército de controlado-
razón de ser de dos alianzas militares. res con el uniforme del «adversario».
102 Maurice Bertrand

El mandato adoptado en enero de 1989 pa- portante sea tal vez el resultado de la aplicación
ra las negociaciones F A C E de Viena (Fuerzas de las medidas de verificación y de control que
Armadas Convencionales en Europa) les atri- serán previstas por los tratados. Según los
buye como objetivos «establecer un equilibrio cálculos de la C I A publicados en un informe de
estable y seguro entre fuerzas convencionales a diciembre de 1988 sobre las medidas de verifi-
niveles más bajos, eliminar las disparidades» y cación que han de preverse para la ejecución
«prioritariamente, hacer desaparecer la capaci- del Tratado S T A R T , sería necesario prever al
dad de lanzar ataques sorpresivos y de iniciar menos 2.500 instalaciones de control en el te-
una ofensiva a gran escala». Se refieren esen- rritorio de la Unión Soviética, y casi otro tanto
cialmente a los tanques, los vehículos blinda- en el territorio de Estados Unidos. La verifica-
dos, las piezas de artillería y, desde la conce- ción del tratado sobre las armas tradicionales
sión del Presidente Bush, a los aviones de exigiría probablemente una organización toda-
ataque. vía más compleja. Finalmente, los progresos de
El hecho de que la Unión Soviética haya pu- las negociaciones, desde la adopción del con-
blicado un inventario preciso de sus arsenales, cepto de «medidas de confianza» por el Acta
admitido la existencia de disparidades, acepta- Final de Helsinki de la Conferencia sobre la Se-
do el principio de su eliminación (lo que le lle- guridad y la Cooperación en Europa, han sido
varía a la destrucción de alrededor de 60 % de notables. A d e m á s del envío de observadores
los vehículos blindados y piezas de artillería, en por ambas partes de un alto número de manio-
tanto que la O T A N sólo tendría que reducir sus bras organizadas por los países firmantes de los
cifras de 10 a 15 %), efectuado reducciones uni- acuerdos7, se han adoptado medidas más seve-
laterales antes de la conclusión de las negocia- ras ( M C D S - Medidas de Confianza y de Segu-
ciones (retirada de 5.000 tanques de Europa ridad) elaboradas por las reuniones de Belgra-
Central y reducción de efectivos de 500.000 do y de Madrid sobre la continuación de la
hombres), contribuye ya a hacer desaparecer la C S C E , y luego por las negociaciones de la C D E
idea misma de la amenaza de la «marejada de (Conferencia sobre el Desarme en Europa, de
tanques soviéticos sobre Europa» que desde Estocolmo, de enero de 1984 a diciembre de
hace 40 años justifica la política militar de la 1986). Finalmente, el último ciclo de negocia-
O T A N . La firma de los acuerdos confirmaría ciones que comenzó en Viena en marzo de
definitivamente esta transformación psicológi- 1989 tiene por objeto extender y desarrollar es-
ca y política. tas medidas (posibilidad de enviar observado-
Del mismo m o d o , en las negociaciones nu- res a maniobras donde participan m á s de
cleares estratégicas S T A R T , que tienen por ob- 13.000 hombres, en lugar de 17.000 actualmen-
jeto una reducción del 50 % de este tipo de ar- te, perfeccionamiento de los métodos de obser-
mamento, el problema esencial no consiste en vación y de información recíprocas). Los sovié-
determinar cuál será el número de lanzaproyec- ticos proponen incluso prohibir las maniobras
tiles o de vehículos de lanzamiento y de cargas con más de 40.000 hombres, lo que llevaría a
nucleares. Las reducciones actualmente previs- ambas partes a suprimir ejercicios c o m o las
tas hasta el nivel de 6.000 cargas nucleares y maniobras anuales de la O T A N (Automn For-
1.600 lanzaproyectiles o vehículos de lanza- ge), que movilizan a más de 200.000 hombres.
miento en cada lado, permitirían de todas m a - Este extraordinario desarrollo de las medi-
neras la existencia de enormes capacidades de das de verificación, de observación y de control
destrucción. También en este caso el problema no podría dejar de reforzar, por ambas partes,
esencial es hacer desaparecer la amenaza de un la convicción de que la guerra se está convir-
ataque por sorpresa, el peligro del primer golpe. tiendo en una hipótesis puramente académica,
La conclusión de un acuerdo, que significaría que no justifica el mantenimiento de enormes
que se han superado finalmente las dos dificul- aparatos militares, que se tornan cada vez m e -
tades que subsisten, es decir, la interpretación nos utilizables, puesto que el resultado del con-
del Tratado A B M y los misiles de crucero lanza- trol consiste en impedir su utilización. La lógi-
dos desde el mar, tendría un efecto psicológico ca del esfuerzo de reducción de armamentos,
esencial, a saber, la convicción de que ninguna combinada con la del desarrollo de las medidas
de las partes desea realmente la guerra. de verificación, es reemplazar la desconfianza
por la confianza. En el caso extremo, la noción
Sin embargo, el efecto psicológico más im-
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 103

de disuasión es antinómica con la de confianza. mas nucleares, sino si reduce la posibilidad de


Por lo tanto, se comprende que se haya pro- una guerra nuclear... Nuestro juicio sobre el va-
puesto ir más lejos y crear una situación que, en lor de cualquier acuerdo S A L T debe basarse en
lugar de limitarse a reducir las amenazas, las si aumenta la seguridad de nuestras fuerzas es-
haría desaparecer completamente8. tratégicas y disminuyen las posibles tentacio-
Por esta razón, la situación que se creará nes, por ambas partes, a recurrir a las armas
por el éxito de las negociaciones en curso sobre nucleares en una crisis. Esta lógica, que actual-
las armas tradicionales y sobre las armas estra- mente tiende a asignar a las negociaciones el
tégicas será una situación inestable, en el senti- objetivo de supresión de las amenazas, y no so-
do de que conducirá inexorablemente a conti- lamente su mera reducción, es la que inspira las
nuar las negociaciones para alcanzar niveles de propuestas formuladas por los soviéticos en
armamentos aún más bajos. Es posible que la materia de armas tradicionales, c o m o lo prue-
supresión de la posibilidad de un ataque sor- ba el plan en tres fases presentado por el señor
presivo en Europa se deba, más que a las nego- Shevarnadze: reducción en Europa en una pri-
ciaciones F A C E , a la evolución de la situación mera fase en que se eliminan las asimetrías en
política. Pero surgirá inevitablemente la nece- los efectivos y en cinco categorías de armas
sidad de avanzar aún más en la reducción de (tanques, aviones de ataque, helicópteros de
armamentos, especialmente en lo que se refiere combate, vehículos blindados y artillería), con
a las armas nucleares de corto alcance, bajo la reducción a un nivel inferior a 10-15 % del más
presión de una Alemania reunificada y de algu- bajo nivel actual de uno u otro lado; segunda
nos otros países, con miras a la supresión o a la fase que permita reducir estos armamentos a
reducción a m u y bajos niveles de todas las ar- un nivel de menos 25 %;finalmente,tercera fa-
mas de este tipo instaladas en su territorio. Es se en que las fuerzas armadas de ambas partes
m u y posible que esta reducción lleve también a sólo conservarían un carácter "estrictamente
buscar un nivel más bajo para las armas nuclea- defensivo"».
res estratégicas. La idea de que las discusiones Evidentemente, las negociaciones suple-
para la reducción de 50 % de las armas estraté- mentarias que suscitará la firma de los acuer-
gicas son «un paso en la dirección correcta, pe- dos que actualmente se negocian sobre las ar-
ro que es insuficiente» y que hay que «propo- mas nucleares y sobre las armas tradicionales
ner eliminar todas las armas utilizables para el se orientarán en la dirección indicada por el ex
primer golpe» fue expuesta en particular por el Presidente Nixon y por el Ministro de Relacio-
ex Presidente Richard Nixon en un artículo pu- nes Exteriores de la Unión Soviética, E . She-
blicado en febrero de 1989 en Foreign Affairs. varnadze. Es decir, la concepción del control de
En él proponía revisar el actual proceso de las armamentos podría evolucionar de manera de-
negociaciones S T A R T , sustituyéndolo por un cisiva hacia una nueva concepción de la seguri-
esquema en dos fases que comprendería un pri- dad militar basada en dos o tres nociones sim-
mer nivel de reducción menos ambicioso (y por ples pero de carácter enteramente novedoso: en
lo tanto más rápidamente realizable) y un se- especial, que es posible y deseable buscar la se-
gundo nivel donde se procuraría alcanzar «el guridad mediante el desarrollo de medidas de
objetivo, m u c h o m á s difícil, de acrecentar la control recíproco y, sobre todo, que es posible
estabilidad estratégica reduciendo de ambas no solamente reducir las amenazas sino supri-
partes el número de armas capaces de destruir mirlas.
durante un primer golpe unos objetivos milita-
Esta situación llevaría a las otras potencias
res reforzados». El nivel de estas armas, las más
nucleares, en particular Gran Bretaña y Fran-
amenazadoras, debería reducirse de manera
cia, a participar en las negociaciones sobre es-
más importante que la cifra de 50 % actual-
tas armas. El problema del nivel mínimo de ar-
mente en estudio, y propone una reducción de
mamentos para garantizar la seguridad, de lo
75 % del actual nivel de este tipo de armas de
que habría que entender por «suficientemente
parte soviética y de parte norteamericana (in-
razonable», se plantearía en definitiva a n u m e -
cluyendo los planes en curso, es decir, el M X , el
rosos países, con más agudeza que hoy.
Midgetman y el misil Trident II D 5).
Finalmente, hay que tener en cuenta que las
«El problema no consiste en saber -escribe negociaciones sobre la prohibición de la fabri-
Nixon-, si ese tratado reduce el número de ar- cación y la posesión de armas químicas, que se
104 Maurice Bertrand

desenvuelven en el marco de las Naciones Uni- palabras han cambiado y de que no hay que
das (y por ende entre 159 países) también ha- bajar la guardia, sino, por el contrario, moder-
cen esperar que puedan dar resultados positi- nizar, desarrollar,fingirque nada ha pasado.
vos, pese a las enormes dificultades técnicas. A Es difícil pronosticar las formas que adop-
este respecto, hay que hacer dos observacio- tarán estas resistencias en el Este y en Occiden-
nes: te, en la hipótesis de un éxito del primer ciclo
Su éxito conduciría a la instalación de un régi- de negociaciones actualmente iniciadas, acom-
m e n de verificación y de inspección inter-pañado de un auge de la liberalización de Euro-
nacional extraordinariamente complejo, pa Oriental. Sin embargo, se pueden determi-
con el establecimiento de u n organismo nar algunos elementos. En primer término, hay
compuesto por miles de inspectores, lo que que esperar que la disminución de los presu-
puestos militares provoque difíciles problemas
fortalecería aún m á s en los países del Norte
de reconversión de una parte importante del
el efecto psicológico provocado por las m e -
didas de control relativas a los otros tipospersonal militar y de las industrias de arma-
de armas; mento, que hasta el m o m e n t o no ha sido al pa-
Q u e se extendería a todos los países, incluidosrecer objeto de estudios preparatorios serios.
La presión que continuará ejerciendo el « c o m -
los del Tercer M u n d o , esta nueva concep-
plejo militar-industrial» tenderá a aumentar
ción de la seguridad, basada m á s en el con-
trol que en las armas. debido a que no solamente será amenazado si-
no directamente afectado por las medidas de
E n definitiva, la situación así descrita lleva-
ría a buscar, en el ámbito institucional, en qué reducción.
instituciones se pueden enmarcar las medidas La revolución intelectual que exige la trans-
de control multilateral o mundial; cuáles son formación fundamental de la situación políti-
las estructuras y poder que conviene conferir- ca, ideológica y estratégica también tropezará
les; cuáles son las consecuencias que hay que con dificultades. Durante m u c h o tiempo, la
extraer en el plano de las organizaciones regio- gente ha estado acostumbrada a pensar en tér-
nales y de la organización mundial. ¿Las cues- minos de estrategia tradicional, a hacer frente a
tiones de seguridad no exigen acaso soluciones una situación relativamente simple de oposi-
institucionales específicas, diferentes de las ción entre dos campos rivales e ideológicamen-
que se proponen en la actualidad para la orga- te distintos, y no podrán adaptarse fácilmente a
nización económica y política de la futura Eu- una situación tan nueva.
ropa, en la medida en que sólo se puedan resol- Los matices ideológicos dentro de cada país
ver a nivel de una zona geográfica m u c h o m á s
y las diversas sensibilidades nacionales respec-
vasta? ¿Se puede organizar la seguridad en una to de los problemas de defensa provocarán
zona geográfica determinada, sin tener en reacciones m u y variadas. El análisis de la c o m -
cuenta el resto del m u n d o ? plejidad del debate estratégico en Estados Uni-
dos y en Europa demuestra claramente que no
basta distinguir entre palomas y halcones. E n
Las resistencias a la un estudio reciente, Stuart Croft10 distingue en
limitación de armamentos Estados Unidos cinco escuelas de pensamiento
diferentes sobre la estrategia americana (radi-
La presión que empuja a un nuevo régimen de cal liberal dealers, defence democrats, conserva-
seguridad nacional e internacional tendrá sin tive dealer bilateralists, conservative defender
duda el contrapeso de las resistencias ideológi- conservative unilateralists), lo que conduce a
cas y corporativas y de los intereses vinculados cinco hipótesis diferentes para la estrategia
a la existencia de las estructuras actuales. Las americana (fortalecimiento del Tratado A B M ,
resistencias ideológicas ya se han manifestado despliegue de una defensa antimisiles «liviana»
vigorosamente. Los conservadores de Estados de acuerdo con la Unión Soviética, búsqueda
Unidos, de Europa y de Unión Soviética, se de un acuerdo de limitación de armamentos ra-
niegan a admitir que los cambios en curso son dical con Unión Soviética, disminuyendo con-
durables y fundamentales. En Occidente, esta siderablemente la fuerza estratégica soviética
actitud ha tomado formas polémicas e incluso en I C B M , combinado con el despliegue limita-
grotescas9, con la tesis básica de que sólo las do de defensas antimisiles negociadas, desplie-
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 105

gue de una defensa antimisil generalizada para ción generalizada de medidas de control, y en
los misiles, y despliegue generalizado de defen- la hipótesis complementaria de la continuación
sas antimisiles que protejan también a las po- de la democratización de Europa Oriental y de
blaciones). En caso de éxito de las negociacio- la Unión Soviética, es posible imaginar al m e -
nes en curso, es posible que aumente la comple- nos los tipos de problemas que será indispensa-
jidad del debate, que m u y probablemente se ble resolver, bajo la forma de conceptos nue-
centrará en torno a la naturaleza de las amena- vos. Se pueden enumerar, en los planos militar,
zas que habrá que afrontar en el futuro. institucional e ideológico:
El problema del nivel mínimo de armamentos.
El de los tipos de medidas de verificación y de
Hacia un nuevo sistema control que han de acompañarlo,
y una nueva concepción El de los tipos de amenazas contra la seguridad
de la seguridad que habrá que afrontar en lo sucesivo y los
medios correspondientes,
E n definitiva, la visión política y la capacidad El del tipo de instituciones m á s adecuadas para
de dominar y de integrar todos los elementos organizar un nuevo régimen o sistema de
de los problemas planteados condicionará la seguridad nacional e internacional,
evolución del régimen de limitación de arma- El del tipo de sociedad que correspondería a
mentos hacia un nuevo régimen m á s amplio este tipo de régimen y de instituciones.
que integre el control en la seguridad, o, por el Se trata sin duda de una vasta tarea, pero la
contrario, su bloqueo o su rechazo en condicio- importancia de los cambios que ocurren actual-
nes que permitirían conservar y desarrollar los mente justifica que la reflexión política no se
sistemas de defensa tradicionales. E n otros tér- limite a una vitrina determinada. Los proble-
minos, el futuro depende en gran medida de la m a s de seguridad siempre han estado vincula-
elaboración y adopción de nuevos conceptos en dos a los asuntos institucionales e ideológicos.
materia de defensa y de seguridad. Por lo tanto, es natural que los cambios que se
En este ámbito, el Este se ha esforzado m u - producen actualmente en los ámbitos ideológi-
cho m á s que el Occidente. En los discursos ofi- co e institucional cuestionen en lo fundamental
ciales y en los foros internacionales se han pro- la concepción de la seguridad, cuya evolución,
puesto innumerables conceptos nuevos para a su vez, tendrá obligatoriamente repercusio-
apoyar los esfuerzos de negociación. H a n apa- nes en los planes ideológico e institucional.
recido los conceptos de «nivel de suficiencia ra- El alcance y la índole de las medidas, e in-
zonable», de «sistema completo de paz y de se- cluso de los regímenes permanentes de verifica-
guridad internacional» (comprehensive system ción y de control que se aceptenfinalmentede-
of peace and security, CSPS), de «defensa de- terminará, evidentemente, la solución que
fensiva», acompañados de las nociones de «se- cada país podrá dar al problema del nivel míni-
guridad económica internacional», «disolu- m o de armamentos. La respuesta al problema
ción de las alianzas militares», etc. D e esta m a - de los tipos de amenazas que habrá que afron-
nera se ha propuesto un completo vocabulario tar en el futuro será esencial para determinar la
nuevo a las cancillerías occidentales, que lo han concepción global de los sistemas de seguridad.
examinado con escepticismo y desconfianza A este respecto, se pueden esperar esfuerzos de
antes de descartarlo casi por completo. imaginación considerables, alimentados por
Empero, este rechazo occidental de los con- las diversas ideologías políticas que habrá que
ceptos propuestos por el Este no ha ido de par defender y fomentar. E n torno a este tema se
con propuestas de conceptos sustitutivos. Por tejerán probablemente las concepciones m á s
lo tanto, aún no están reunidas todas las condi- fantásticas y m á s erradas, justificadas única-
ciones que permitan efectuar progresos con- mente por los prejuicios políticos y sociales de
ceptuales decisivos. Sin embargo, los cambios quienes las defenderán, lo que no les impedirá
son tan veloces que la reflexión deberá al m e - lograr un considerable éxito público. La histo-
nos seguir los acontecimientos, a falta de pre- ria, ya recapitulada, de las ideas relativas a la
decirlos. Ahora bien, en la hipótesis de un éxito disuasión durante el período 1945-1985, per-
y de una continuación de las negociaciones so- mite imaginar las contiendas ideológicas y teó-
bre la reducción del armamento, de la aplica- ricas que surgirán a este respecto.
106 Maurice Bertrand

Por otra parte, la actual evolución del papel La segunda intentará reducir considerable-
y el lugar del Estado-nación (cesiones de sobe- mente los niveles actuales de armamento, su-
ranía en favor de instituciones regionales, so- primir completamente algunas categorías de
bre todo en Europa, comienzo de aceptación de armas, perfeccionar las medidas de control e
medidas de control militar, etc.), estará en lo institucionalizarlas para disminuir y, en lo po-
sucesivo tan vinculado a la evolución de las sible, suprimir las amenazas de una agresión
concepciones en materia militar c o m o a la de entre países que acepten estos regímenes de
las ideas en materia de interdependencia eco- control permanente. Intentará fortalecer y re-
nómica. Pero, aunque todos pueden compro- formar las instituciones mundiales a fin de ga-
bar que entre los diversos niveles subnacional rantizar un sistema eficaz de seguridad colec-
(autonomías internas), nacional, regional y tiva.
mundial se comienza a esbozar una nueva dis- D e hecho, la aceptación de las primeras m e -
tribución de las funciones y los poderes, nadie didas de limitación de armamentos por los tra-
puede predecir las nuevas estructuras políticas tados de 1972 (prohibición de los sistemas de-
que producirá. La concepción hasta el m o m e n - fensivos A B M , limitación de una categoría de
to aceptada en principio de la «seguridad colec- armas, legitimación de los sistemas de observa-
tiva» a nivel mundial, por intermedio del Con- ción mediante los «medios técnicos naciona-
sejo de Seguridad y de las Naciones Unidas, les») han abierto el camino a una posible mar-
evolucionará quizás hacia un régimen más efi- cha hacia una sociedad mundial de que se ex-
caz si se logra superar los tabúes que hasta aho- cluiría progresivamente la posibilidad de la
ra le han impedido funcionar realmente. guerra. Los progresos registrados desde enton-
La viabilidad de los mecanismos de seguri- ces, es decir, la extensión de las limitaciones a
dad que se podrán establecer depende de la so- otras categorías de armas (SALT II), los avan-
lución que se halle (o que no se halle) a los enor- ces en materia de medidas de observación di-
mes problemas que plantea la integración eco- recta (medidas de confianza de la C S C E ) y de
nómica y política de una sociedad mundial las limitaciones impuestas (medidas de con-
dividida entre dos «mundos» totalmente dife- fianza y de seguridad de la C D E ) , de verifica-
rentes, uno rico, postindustrial y compuesto ción sobre el terreno y de supresión completa
por solamente mil millones de personas, el otro de una categoría de armas (Tratado FNI), pare-
pobre, agropastoral, de industrialización inci- cen tener posibilidades de continuar y de a m -
piente y con más de cuatro mil millones de ha- plificarse gracias a las actuales negociaciones,
bitantes. La evolución y la ampliación de la para desembocar en un nuevo régimen de segu-
concepción de la limitación de armamentos ridad internacional.
depende por lo tanto de un gran número de fac- Empero, aunque desde 1985 se haya acele-
tores y de sus combinaciones, lo que impide rado el movimiento en esta dirección, no cabe
cualquier pronóstico. Sin embargo, el debate esperar que prosiga de manera lineal. E n reali-
iniciado entre el Este y el Occidente, y en- dad, este movimiento sólo ha concernido a los
tre conservadores y liberales en ambos campos, dos grandes en cuanto a las armas nucleares, y
permite imaginar que en los próximos años se en- a los dos grandes, y a algunos países europeos
frentarán dos concepciones posibles de la se- en cuanto a las armas tradicionales. Ahora
guridad. bien, aun para estos países, una transformación
La primera procurará conservar lo esencial política, institucional e ideológica de tal ampli-
de las estructuras y de las tendencias a la exten- tud, suponiendo que sea posible, no podría pro-
sión de los aparatos militares existentes, con un ducirse sin resistencia y sin vicisitudes. La ex-
repliegue a un nivel puramente nacional si las tensión a todo el planeta de un sistema de segu-
alianzas existentes se distienden. Procurará ridad basado en el control mutuo aplicado a
justificar la continuación de la carrera arma- todas las categorías de armas -nucleares, tradi-
mentista cualitativa bajo todas sus formas (nu- cionales, químicas y biológicas, etc.- supone
clear, A B M , espacio, armas inteligentes, etc.), que:
aunque deba hacer concesiones cuantitativas, y El conjunto de los países nucleares, incluida
limitar al máximo, e inclusive destruir, lo que China, acepte participar en un régimen de
ya se ha adquirido en materia de limitación de control de las armas de este tipo, lo Cual está
armamentos. aún m u y distante.
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 107

Los países del Tercer M u n d o acepten partici- Es m u y posible que la respuesta sea negati-
par en un régimen de control que hasta aho- va. E n la actualidad es una m o d a afirmar que
ra sólo comprende a los países del Norte, hay que revisar y corregir íntegramente la con-
Los países ricos acepten pagar el elevado precio cepción de la seguridad internacional, para in-
de una integración económica y social m u n - tegrar en ella, entre otras cosas las considera-
dial. ciones ecológicas. Pero aún se está m u y lejos de
haber efectuado la reconversión intelectual ne-
Ahora bien, estos países ricos, debido a las cesaria para definir y aceptar todas las conse-
transformaciones actuales en el Este y a los pro- cuencias (especialmente económicas y finan-
gresos tecnológicos que permiten a todos entrar cieras) de una concepción de la seguridad adap-
en una era postindustrial, tienden a constituir tada a los problemas y a las posibilidades de la
una sociedad cada vez m á s homogénea; en sociedad moderna.
cambio, la sociedad planetaria, pese a la mar- En realidad, actualmente tiene lugar una ca-
cha hacia la interdependencia económica, si- rrera de velocidad entre la evolución de estruc-
gue siendo profundamente heterogénea, pues turas mentales habituadas a pensar el sistema
los países del Sur no tienen ni el m i s m o m o d o internacional en términos militares, y el rápido
de producción, ni las mismas ideologías, ni los desarrollo de nuevas amenazas que ya no son
mismos problemas de seguridad que los del militares, sino que derivan de las migraciones
Norte. El problema de saber si el Norte será masivas del Sur hacia el Norte, y que comien-
capaz de conseguir que los países del Sur adop- zan a desestabilizar el m u n d o rico y desarrolla-
ten un régimen de limitación de armamentos do. Sería una extraña paradoja que una socie-
generalizado a todas las categorías de armas dad capaz de concebir y aplicar un sistema des-
equivale en definitiva a preguntarse si el Norte tinado a suprimir la guerra se desintegre por no
es capaz de dar un carácter homogéneo a la so- haber sabido reconocer los nuevos tipos de
ciedad planetaria, es decir, exportar hacia el amenazas y haber aplicado oportunamente los
Sur su ideología compuesta por una combina- medios de evitarlas. Pero la historia brinda
ción de voluntad de enriquecimiento, de dere- muchos otros ejemplos de cataclismos que la
chos humanos y de democracia, así c o m o de lentitud de la evolución de las estructuras m e n -
transferir al Sur su capacidad de producción tales impidió prevenir.
y de modernización y, finalmente, su nivel de
vida. Traducido del francés

Notas

1. Este período se distingue, entre Soviética estuvo dirigida por Stalin Moscú ( 1963), del aniquilamiento
otras cosas, por el Plan Marshall hasta marzo de 1953. luego por de la Primavera de Praga (1968),
(junio de 1947). el bloqueo de Malenkov, Bulganin y Jruchov. en de la normalización de las
Berlín, la separación de la R F A y tanto que en los Estados Unidos relaciones China-Estados Unidos
de la R D A , la Guerra de Corea Eisenhower sucede a Truman en ( 1971 ); es el gran período de la
(1950-1953), el surgimiento de 1952. luego Kennedy a Eisenhower descolonización y del desarrollo de
China Comunista, la constitución en I960. Este período concluye numerosos conflictos locales y
de la O T A N ( 1949) y del Pacto de con la crisis de C u b a de septiembre regionales en los cuales los dos
Varsóvia (1955), el ingreso de la a noviembre de 1962, que permitió grandes están directa o
R F A en la O T A N , la fase francesa a los dos grandes comprender que indirectamente involucrados (del
de la Guerra de Indochina los peligros de un enfrentamiento Congo al Oriente Medio, pasando
(1946-1954) seguida de la nuclear eran m u y reales. por Africa. América Central y
intervención norteamericana en Asia). En la Unión Soviética.
Vietnam, la represión de la 2. Es el período de la guerra de Jruchov gobierna hasta 1963, y le
revolución húngara ( 1956). el Vietnam, hasta la derrota sucede Brejnev, en tanto que en los
comienzo de la guerra de Argelia. norteamericana en 1975. de la Estados Unidos se suceden
En este período, la Unión ruptura ideológica entre Pekín y Kennedy hasta 1963. Johnson
108 Maurice Bertrand

hasta 1968. Nixon hasta 1974, Unión Soviética indican que, Pacto de Varsóvia. 4 los no
Ford hasta 1976, Carter hasta mutatis mutandis, los juegos alineados) y se habían invitado
1980, año en que cede el lugar a político-estratégicos fueron observadores a 35 de ellas.
Reagan. comparables. A d e m á s , se habían organizado 18
Pero es también el período durante inspecciones a pedido (challenge
el cual se firman el Tratado de 5. Véase el relato romántico de inspections) en buenas condiciones
Moscú sobre la prohibición de los Robert M c N a m a r a en Blundering (5 para Estados Unidos, 5 para
ensayos nucleares (1963), los into disaster, Nueva York, Unión Soviética, 2 para Reino
tratados sobre la desmilitarización Pantheon Books, 1987, pág. 11, Unido, 2 para la R D A , 1 para la
del espacio y sobre la sobre sus propias emociones, el 27 R F A y para Turquía, Bulgaria y
desnuclearización de América de octubre de 1962, después de Polonia). International Institute
latina ( 1967), el tratado de no que Kennedy y él m i s m o for Strategic Studies, Strategic
proliferación nuclear ( 1968), el informaran a Jruchov que Estados Survey. 1988-1989. pág. 53.
acuerdo de los Cuatro sobre Berlín Unidos emprenderían acciones
(1971), la iniciación de la suplementarias (further action) si 8. Véase G r a h a m T . Allison Jr.
Conferencia sobre la Seguridad y la no se retiraban los misiles «Testing Gorbachev», Foreign
Cooperación en Europa en 1972, la soviéticos de Cuba: « N o Affairs, otoño de 1988.
apertura de las negociaciones especularé sobre lo que podría
M F B R en 1973, el acuerdo S A L T I haber sido esta further action, pero 9. «El hecho de que el Secretario
( A M B ) en 1972, el acuerdo sobre la sé que, cuando salía de la Casa General Gorbachov sepa sonreír y
prevención de la guerra nuclear Blanca esa tarde de un maravilloso vestirse correctamente no significa
entre Unión Soviética y Estados otoño, y atravesaba el jardín para que haya un cambio fundamental
Unidos en 1973, los acuerdos subir a m i auto y dirigirme al en los objetivos soviéticos».
S A L T II en 1979. Pentágono, temía que quizá no Caspar Weinberger, Foreign
volviera a ver otra noche de Affairs, primavera de 1988; véase
sábado». también Thierry de Montbrial, «La
3. Este tercer período se distingue
por el desarrollo de la intervención sécurité exige la prudence».
militar soviética en Afganistán 6. La diferencia entre ambas cifras Foreign Policy, verano de 1988;
(comenzado a fines del año 1979), se justifica por la predominancia «Informe sobre la disuasión
el aumento del armamento nuclear de los Estados Unidos en selectiva», de la Comisión de
estadounidense en Europa bombarderos estratégicos (450 Estados Unidos sobre la estrategia
(despliegue de los Pershing II). y frente a 140 de Unión Soviética), integrada a largo plazo: «el fracaso
por la iniciativa de defensa que no se incluyen en el acuerdo, (de la nueva política soviética)
estratégica del Presidente Reagan, por consideraciones estratégicas, y podría llevar al régimen a buscar
que tiende a contradecir todo el porque Estados Unidos disponían su legitimidad en el éxito militar
equilibrio estratégico ya de misiles M I R V , lo que no era en el exterior...» etc.
Este/Occidente. el caso de Unión Soviética cuando
firmó el acuerdo. 10. International Institute for
4. Casi todos estos ejemplos se Strategic Studies (1153) Adelphi
refieren a Estados Unidos, cuya 7. Afinesde 1988, en virtud de papers 238. «The impact of
escena político-estratégica se estos acuerdos, ambas partes strategic defences on
conoce mejor. Sin embargo, todas habían notificado 83 «actividades European-American relations in
las informaciones relativas a militares» (33 la O T A N , 46 el the 1990s».
¿Dónde están aquellos soldados?
La evolución en las percepciones
de las amenazas en Europa Oriental

László Valki

Las percepciones de amenazas que garantizar las condiciones apropiadas para


en la posguerra las transformaciones políticas y sociales en
otros seis países2. Era obvio para todos que di-
Las percepciones de amenazas en Europa chas transformaciones no eran en absoluto el
Oriental han sufrido una evolución considera- resultado de procesos espontáneos, sino las
ble desde quefinalizóla Segunda Guerra M u n - consecuencias de una intervención decidida y
dial, en particular en el sentido de que las a m e - enérgica y que por consiguiente distaba m u c h o
3
nazas pueden cambiar según quien las perciba. de descansar sobre una base sólida . Esto expli-
Por ejemplo, durante los primeros años de la caría el hecho de que los líderes soviéticos se
guerra fría se consideraba que el monopolio viesen dominados por un complejo de superio-
americano del a r m a n u - ridad notable de veras,
clear, y el hecho de que Es- mientras q u e simultá-
László Valki es Profesor y Director del
tados Unidos rodearan a Departamento de Derecho Internacio-
neamente también se des-
Unión Soviética y al nuevo nal de la Universidad Eötvös. Buda- arrollaba en su seno un in-
«campo socialista» con un pest, Hungría. También es Director del curable complejo de infe-
Centro de Investigación de la Paz de la rioridad. Todos los hechos
sistema de bases militares Academia de Ciencias de Hungría:
constituía una a m e n a z a H-1364 Budapest, P O B 109. Egytern ocurridos en Europa Orien-
considerable. D e hecho, tér 1-3, Hungría. tal después de 1945 confir-
Stalin se sentía amenazado maron a Stalin que el punto
porque no estaba seguro de de vista comunista del pro-
que Occidente respetara el greso de la historia era
acuerdo alcanzado en Yal- acertado, pero también era
ta y no intentase modificar consciente de que el nue-
el statu quo militar de vo sistema geopolítico y
1945. Sin embargo, ya en- geoestratégico que había
tonces, se manifestó en los creado era en extremo vul-
líderes soviéticos una esquizofrenia de tipo nerable. Esa es la razón por la cual encontra-
m u y particular: por una parte, reconocían los m o s en los discursos de Stalin y de otros políti-
cambios que estaban produciéndose a su favor cos soviéticos afirmaciones que reflejan un en-
en las relaciones internacionales de poder y los tusiasmo misionero desesperado y un alto nivel
utilizaban para crear su propia zona de influen- de autoconfianza, que presagiaban una nueva
cia; por otra parte, eran conscientes de los peli- expansión del socialismo, y al m i s m o tiempo,
gros que implicaba la aparición de esta zona de acusaciones insistiendo en los propósitos impe-
influencia. El ejército soviético era más fuerte y rialistas y agresivos de las potencias occidenta-
más potente que nunca, disponiendo de una les, que revelaban percepciones de graves a m e -
enorme experiencia militar; al mismo tiempo, nazas. Así, se atribuyó a Churchill el lanza-
era también m á s vulnerable, pues además de miento de la guerra fría (a pesar de que en
los territorios adquiridos en 1939-1940', tenía Fulton el político británico se limitó a quejarse

RICS 127/Marzo 1991


110 Lúszló I 'alki

de la política de la Unión Soviética en Europa de los Estados Unidos de compartir la respon-


Oriental); así, consideraron que la proclama- sabilidad de la toma de decisiones sobre los
ción de la doctrina Truman, el Plan Marshall y asuntos m á s importantes con Moscú, en tanto
la idea de la contención constituían la expre- que Gran Bretaña pasaba a convertirse en una
sión de esfuerzos de expansión americanos (a potencia de segunda clase. Esta es una de las
pesar de que estaban orientados a mantener el razones importantes que explican la aparición
statu quo); y por último, acusaron a las tres po- de un complejo de inferioridad soviético. Sta-
tencias occidentales de dividir Alemania (a pe- lin, Khrushev y Brezhnev hicieron todo lo posi-
sar de que fue Moscú quien transformó rápida- ble por modificar esta situación: deseaban te-
mente el sistema político de la parte oriental ner el m i s m o rango que los Estados Unidos no
del país y ordenó el bloqueo de Berlín). Al pare- sólo en Europa sino también en otros continen-
cer. Stalin creía en lo que decía de conformidad tes. Los Estados Unidos intentaron impedirlo
con la versión m u y simplificada de la ideología con su política de contención y su aplicación,
marxista que él defendía, y que interpretaba to- bastante coherente aunque no siempre exitosa,
das las acciones políticas c o m o una realización exigiendo que la Unión Soviética permaneciese
de las principales leyes de la historia. Muchas en su propia zona de influencia. Aunque oca-
personas del hemisferio occidental compartían sionalmente Moscú pudo ampliar dicha zona,
esta evaluación estalinista y en innumerables en general ello le ocasionó m á s inconvenientes
obras especializadas, se culpaba sobre todo a que beneficios.
Churchill y a T r u m a n de la Guerra Fría. A d e - N o disponemos aquí de espacio suficiente
más, se planteaba la cuestión de c ó m o podría para hacer un análisis detallado de cada una de
haberse atenuado la intensa percepción de las fases del cambio en las percepciones de
amenazas que sentía el oso ruso, rodeado c o m o amenazas 5 . Sólo deseo recordar el hecho bien
estaba por todas partes4. Esto se debió proba- conocido de que, en lo referente a Europa, el
blemente al hecho de que los intelectuales libe- liderazgo soviético trata de compensar su pro-
rales occidentales no apreciaban la política do- pia situación desfavorable manteniendo enor-
méstica conservadora, y a veces claramente de mes contingentes de fuerzas arrhadas conven-
derecha, de estos políticos. Además, la socie- cionales. Esto, sin embargo, intensificó las
dad anglosajona fue siempre partidaria de res- percepciones de amenazas en Occidente. Estas
petar las reglas del «fair play»: ¿por qué. se pre-percepciones se agravaron c o m o consecuencia
guntaban, la Unión Soviética tendría menos de las frases ciceronianas en los discursos de la
derecho a la «autodeterminación» en su propia Plaza Roja o en los manuales escolares acerca
zona de influencia que las otras grandes poten- de la decadencia inevitable del sistema capita-
cias en otras zonas del m u n d o ? lista, y de una posible guerra Este-Oeste, que
La idea del «fair play» quizá también captó aceleraría la liquidación del capitalismo y en la
la imaginación de los líderes estalinistas. A m e - que los deseos de los pueblos coincidirían con
dida de que la Unión Soviética emergía de la los objetivos estratégicos de las fuerzas arma-
Segunda Guerra Mundial c o m o una auténtica das soviéticas. M e ha sorprendido siempre el
superpotência, exigió inmediatamente que se le hecho de que muchos expertos soviéticos, in-
reconociera esta condición y, sobre todo, su cluso aquéllos con una visión m á s amplia, no
igualdad. Inicialmente, Stalin y sus colabora- tuvieran en cuenta en absoluto que dichos dis-
dores dejaron Teherán, Yalta y Potsdam con cursos y textos eran analizados en Washington
gran confianza en sí mismos, pues habían podi- y Londres c o m o fuentes auténticas por exper-
do decidir el futuro del m u n d o en estas reunio- tos, que no tenían mucha oportunidad de fami-
6
nes, libres de toda injerencia externa (como la liarizarse con las intenciones reales de Moscú .
presencia de Estados de segunda y tercera cate- Los informes de los servicios de inteligencia
goría), en una terna confidencial. Sólo se inclu- coincidían con este análisis, al confirmar la
yeron otras dos grandes potencias entre los existencia de una doctrina militar en extremo
miembros permanentes del Consejo de Seguri- ofensiva y que no dejaba ninguna duda en la
dad, sobre todo por razones de cortesía diplo- mente de los especialistas de que, de no existir
mática. Aunque la condición de la Unión So- una O T A N fuerte, el ejército soviético no se
viética c o m o superpotência no c a m b i ó detendría hasta llegar a las costas del Atlán-
ulteriormente, pronto desapareció la voluntad tico.
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 1 1 1

Stalin rodeado por Molotov, Vichinsky y G r o m y k o en la conferencia de Potsdam, 17 de julio-2 de agosto de 1945.
Su muerte en mayo de 1953, apaciguó un poco la paranoia colectiva ligada a su personalidad. Magnum.

La muerte de Stalin, elfinde la paranoia calmaron temporalmente la esquizofrenia so-


colectiva asociada con su personalidad, y el pri- viética. Ello se debió sobre todo al hecho de que
mer despliegue de armas nucleares soviéticas Moscú todavía era consciente de la vulnerabili-
aumentó la confianza de los nuevos dirigentes dad del bloque soviético. Los acontecimientos
en Moscú. En pocos años, vino a añadirse a ello de 1953 en Berlín, de 1956 en Hungría y en
el lanzamiento del Sputnik, que significaba el Polonia, de 1961 una vez m á s en Berlín y más
término de la invulnerabilidad nuclear del con- tarde los de 1968 en Checoslovaquia, indica-
tinente americano, así c o m o la desintegración ban todos ellos que el sistema económico y po-
acelerada del sistema colonial. Estos dos últi- lítico imperante en un país de Europa Oriental
m o s factores fomentaron explícitamente el podía «protegerse» o estabilizarse durante dé-
complejo de superioridad: por una parte, por cadas, pero que el «sistema socialista mundial»
vez primera los Estados Unidos habían sido su- c o m o noción histórica estaba m u y lejos de ha-
perados en el campo de la alta tecnología, y por berse consolidado; de hecho, se hallaba cons-
otra parte, la retirada ignominiosa de las poten- tantemente en un estado crítico. Posteriormen-
cias coloniales del Tercer M u n d o parecía signi- te, la segunda crisis de Polonia en 1980 volvió
ficar que el socialismo había prevalecido sobre a demostrarlo. Se desconoce cuál fue la percep-
el capitalismo. La mayoría de los textos escola- ción en Moscú durante estos períodos acerca de
res soviéticos que trataban de esta cuestión ha- la estabilidad del propio Estado multinacional
cían coincidir el comienzo de la decadencia del soviético, y cuántos movimientos nacionalistas
sistema colonial con la Gran Revolución Socia- o étnicos fueron reprimidos en la Unión Sovié-
lista de Octubre. tica antes de la «glasnost». Es posible, desde
Sin embargo, estos acontecimientos sólo luego, que los dirigentes soviéticos no conside-
112 László Valki

rasen las crisis en los países de Europa Oriental, la «lucha internacional de clases» en el Tercer
los levantamientos sofocados y los movimien- M u n d o . En muchos casos, esta esquizofrenia se
tos reprimidos, c o m o los fenómenos trascen- debía al hecho de que el apoyo a los movimien-
dentales tal c o m o los valoramos hoy día. E n tos «progresistas» aumentaba paradójicamente
definitiva, la lucha de clases era un proceso so- las percepciones de amenaza soviética. Según
cial permanente y la índole del enemigo de cla- la vieja ideología, todas las intervenciones que
se era tal que podía resurgir una y otra vez. Era promovían la victoria de las «fuerzas socialis-
evidente que había que derrotarlo, recurriendo tas» en el Tercer M u n d o formaban parte de la
a las fuerzas «progresistas», y avanzando des- evolución natural de la historia y eran por lo
pués por la vía elegida. Sin embargo, segura- tanto legítimas, en tanto que las intervenciones
mente Moscú estaba al corriente de que la prin- occidentales que se oponían a este proceso eran
cipal fuente de peligro en los países de Europa necesariamente agresivas e imperialistas, y por
Oriental no era la amenaza externa; en todo ca- tanto ilegítimas. Es posible que Moscú tuviera
so, procedía del interior. Es m u y probable que también la impresión de que los Estados occi-
esta constatación llevase a la creación, en los dentales amenazaban la seguridad de la Unión
años cincuenta, de organizaciones de seguridad Soviética de manera directa en el Tercer M u n -
del Estado, dotadas de m u c h o personal, algu- do. E n el espectáculo de un cabaret de Buda-
nas de las cuales fueron disueltas posterior- pest se hacía la pregunta «¿Por qué son los Es-
mente. Cabe notar que en Rumania, por ejem- tados Unidos una potencia imperialista?»
plo, se prestó m á s atención al fortalecimiento «Porque intervienen en los asuntos internos de
de las fuerzas de la Securitate que a las del ejér- la Unión Soviética en el m u n d o entero». La
cito. Resulta instructivo también recordar los aversión soviética quedaba confirmada cuando
países en los que sobrevivieron dichas organi- las intervenciones occidentales ayudaban a m e -
zaciones. nudo a la extrema derecha, a las dictaduras co-
Los años posteriores a 1957 se caracteriza- rrompidas y liquidaban movimientos que te-
ron por un optimismo que se debía en gran par- nían poco que ver con la Unión Soviética o con
te al despliegue de los misiles nucleares. Khrus- el c a m p o socialista, tales c o m o el asesinato
hev llegó a un punto en que puso todas sus de Allende y la ayuda prestada a Pinochet en
cartas del lado de las armas nucleares, exage- Chile.
rando su número real en discursos públicos7 y La otra razón por la cual la esquizofrenia
comenzó a frenar el desarrollo de las fuerzas soviética no menguaba es que Occidente volvió
convencionales. Sin embargo, los americanos a adquirir rápidamente la superioridad tecno-
lograron equilibrar la situación rápidamente: lógica. Si bien Gagarin fue el primer hombre en
durante la crisis de C u b a , tenían al menos una el espacio, Armstrong fue el primero en poner
ventaja de 20 a 1 en cuanto al número de misi- el pie en la Luna. Los medios de comunicación
les. L a crisis de los misiles calmó la euforia so- de Moscú no cometieron el error de los chinos,
viética, pero también tuvo un efecto modera- que no mencionaron en absoluto este último
dor sobre la forma de pensar de Estados acontecimiento y, eventualmente, los dirigen-
Unidos. A m b o s países adquirieron conciencia tes soviéticos se dieron cuenta de que la supe-
de la gravedad de la amenaza mutua y a partir rioridad americana se había transformado en
de entonces, ambos se esforzaron por evitar el un factor permanente. Esta situación llevó a la
peligro de un apocalipsis. El año 1962 marcó el Unión Soviética a hacer esfuerzos ilimitados
comienzo de la détente, caracterizada por la vo- en la esfera del desarrollo militar, sin tener real-
luntad de evitar una confrontación directa en- mente la esperanza de alcanzar a los Estados
tre las superpotências, y por un cierto deseo de Unidos. Por supuesto que no era m u y agrada-
llegar a una fórmula de transacción racional en ble ser el eterno «segundo», en particular para
numerosos campos. un país con ambiciones a escala mundial. En
Sin embargo, la esquizofrenia soviética no esas circunstancias, no había más alternativa
cejó durante este período de detente. Primero que acusar a Occidente, justificadamente, de
bajo el liderazgo de Khrushev, y luego con estimular la carrera armamentista, mostrando
Brezhnev, los soviéticos comprendieron que la que cada sistema de armamento nuevo o m á s
predestinación en la que habían creído no se perfeccionado era siempre desplegado por el
estaba produciendo en Europa, y continuaron adversario. Estos análisis olvidaban en general
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 113

el hecho de que los nuevos adelantos se inicia- del número de espectadores de los teatros). E n
ban a veces casi al m i s m o tiempo, sin que uno comparación con el arsenal del adversario, el
de los bandos tuviera conocimiento de lo que despliegue de 10, 20 o 30.000 tanques más qui-
hacía el otro. zá daba una sensación de victoria a las jerar-
Así, se libró una especie de guerra imagina- quías militares, sin hacer un solo disparo.
ria entre las principales potencias de la O T A N
y la Unión Soviética, al menos con respecto a
Europa (las guerras locales del Tercer M u n d o La transformación
eran genuinas)8. Es interesante observar que se-
gún los análisis occidentales, la tesis de la posi- Antes de que se modificara la situación y se
bilidad de evitar una guerra nuclear sólo pasó a transformaran las percepciones de amenazas,
formar parte de la doctrina militar soviética a tres secretarios generales se sucedieron a la ca-
mediados de la década de los sesenta, y la no- beza del Partido Comunista de la Unión Sovié-
ción de que tal guerra debía ser evitada, a m e - tica". Gorbachev fue el primer líder soviético
diados de la década de los setenta9. N o cruza- en reconocer que la amenaza interna era esen-
ron la línea divisoria cuando surgía una crisis cialmente más grave que la amenaza externa.
política en el campo opuesto, aunque la oportu- Esta amenaza sólo se manifestó inicialmente
nidad puede haber sido tentadora. A pesar de en la falta del crecimiento económico espera-
que la cantidad de armamentos podía medirse do, pero después apareció también en el fenó-
y estimarse su calidad, y de que era posible eva- m e n o de crisis. Esta fue la razón por la que
luar la calificación del personal, las condicio- Gorbachev y sus partidarios proclamaron el
nes de la infraestructura y la duración probable principio de la suficiencia razonable y anuncia-
de la movilización, esto sólo permitía llegar a la ron que la doctrina militar de Unión Soviética
conclusión, y no a otra cosa, de que en lo refe- y de la Organización del Pacto de Varsóvia de-
rente a la mayoría de los sistemas de armamen- bía transformarse12.
to de las fuerzas convencionales el Pacto de El hecho de reconocer y expresar que el ad-
Varsóvia había adquirido una superioridad nu- versario también podía tener percepciones de
mérica considerable. Era m u y dudoso que di- amenaza era m u y significativo. Hasta enton-
cha superioridad pudiese traducirse en un éxito ces, esta posibilidad nunca se había menciona-
militar10. Después de todo, prepararse durante do, y es m u y probable que ninguno de los líde-
décadas para una función de gala sin ensayos res soviéticos anteriores hubiese considerado
era sin lugar a dudas una empresa absurda, cu- que la amenaza de Khrushev «os enterrare-
ya falta de sentido era claramente percibida in- mos» apoyada por 40.000 tanques, las tropas
cluso por los movimientos pacifistas más inge- cubanas en Angola o las tropas soviéticas en
nuos. Por supuesto que cualquier paso en la Afganistán, también podría haber causado an-
carrera armamentista parecía siempre un acto siedad en el bando adverso.
altamente racional desde el punto de vista de Estos dos factores llevaron lógicamente al
los distintos actores, en la medida en que se reconocimiento del hecho de que, en el c a m p o
concebía c o m o un mensaje importante, de he- de las fuerzas convencionales, existían asime-
cho c o m o un mensaje político, en cuanto a la trías entre el Pacto de Varsóvia y la O T A N , y
determinación, la intransigencia, el rechazo del que éstas debían eliminarse sin aumentar los
compromiso y la superioridad de la sociedad sistemas de armamento existentes. En otras pa-
en cuestión. labras, ello significaba que los nuevos dirigen-
Cabe notar aquí que la existencia de la supe- tes estaban dispuestos a proceder a reducciones
rioridad cuantitativa no era sólo el fruto del re- en gran escala, y aún más, c o m o se comprobó
petido complejo de inferioridad, sino la conca- en las negociaciones de Viena, que estaba dis-
tenación lógica del modelo de producción puesto a aceptar una paridad. Este hecho es im-
«socialista», caracterizado por u n enfoque portante, y no sólo desde un punto de vista mi-
«cuantitativo». C o m o se sabe, conforme a este litar. Tal c o m o ya se indicó, las opiniones
enfoque, la calidad es en general de importan- difieren respecto a c ó m o puede utilizarse la su-
cia secundaria, un factor casi despreciable (re- perioridad cuantitativa soviética. Según algu-
cuérdense los datos publicados en esa época nos especialistas, la superioridad cuantitativa
acerca de la producción de acero o de leche o queda compensada con ventaja por la superio-
114 László 1 ïi/ki

ridad cualitativa del c a m p o occidental, que se el poder. Primero procuró reducir la presencia
manifiesta sobre todo en el nivel tecnológico soviética en Afganistán, luego se retiró comple-
m á s elevado del armamento, en la mejor for- tamente, sin declarar sus objetivos con respec-
mación del personal y en unos sistemas m á s efi- to a Europa. Sólo m á s tarde, a decir verdad en
cientes de m a n d o , control y comunicación. El un lapso de tiempo m u y breve y paralelamente
establecimiento de la paridad significaría que al proceso de cambios en Europa Oriental, llegó
la superioridad cuantitativa soviética desapa- a la conclusión de que n o debía continuar la
recería, mientras que permanecería la superio- política de sus predecesores y sólo entonces re-
ridad cualitativa occidental. Si hasta ahora sólo nunció oficialmente a la doctrina Brezhnev. El
podían hacerse conjeturas acerca de si los tan- nuevo dirigente se dio cuenta de que cualquier
ques fabricados en Occidente tenían una capa- tipo de injerencia sería incompatible con su
cidad de fuego superior, una mayor precisión o nuevafilosofíapolítica y, m á s aún, de que la
una capacidad de defensa superior a sus equi- vieja política habría tenido efectos desastrosos
valentes soviéticos, y si esta superioridad c o m - para la «perestroika» en la propia Unión Sovié-
pensaba el mayor número de tanques soviéti- tica. A d e m á s , comprendió que no tendría sufi-
cos, hoy en día podemos afirmar con bastante cientes fuerzas para contener la ola revolucio-
certeza que, al alcanzar la paridad, la superiori- naria en Europa Oriental, pues la gestión de sus
dad Occidental será general11. Evidentemente, crisis internas cada vez m á s profundas estaban
esto lo saben los expertos soviéticos, y por lo consumiendo toda su energía. U n o de los as-
tanto se puede sacar la conclusión de que en pectos m á s importantes de la rápida transfor-
Moscú ya no existe el temor de un conflicto ar- mación en la manera de pensar de M o s c ú fue
m a d o en Europa. Probablemente se considera en el hecho de que si bien se limitó a reconocer
que un ejército convencional m á s pequeño bas- los cambios en Hungría y en Polonia, según al-
ta para garantizar la seguridad de la Unión So- gunas fuentes, apoyó explícitamente el derro-
viética, claro está con el apoyo de fuerzas nu- camiento de los regímenes estalinistas en Ber-
cleares disuasivas en el trasfondo. Todo esto lín, Praga y Bucarest. Esto lo hizo a pesar de
revela una reducción considerable en la percep- que tenía conciencia de que los nuevos regíme-
ción soviética de una amenaza. nes, c o m o ocurrió en Hungría y en Polonia, to-
La voluntad soviética de establecer la pari- marían medidas m u c h o m á s radicales que las
dad también muestra que M o s c ú no considera que hoy se identifican con la «perestroika» en
que el peligro de que un conflicto del Tercer la Unión Soviética.
M u n d o se extienda a Europa sea m u y impor- Al renunciar a la doctrina Brezhnev, la prin-
tante. Ello se deriva lógicamente del cambio de cipal fuente de la percepción soviética de a m e -
estrategia según el cual la Unión Soviética no nazas (así c o m o de su esquizofrenia) había des-
desea continuar «la lucha internacional de cla- aparecido, juntamente con la intangibilidad de
ses» en el Tercer M u n d o . L a retirada de Afga- la construcción geoestratégica y geopolítica es-
nistán y el hecho de que Moscú convenciese a talinista. M á s exactamente, la amenaza había
C u b a para que se retirase de Angola, y a Viet- cesado de existir de manera irreversible en el
n a m para que abandonase C a m b o y a , atesti- sentido geopolítico: en Europa Oriental, la
guan este cambio de orientación. Habida cuen- Unión soviética ya no tenía nada que defender.
ta de que una parte de las amenazas percibidas En los próximos meses se verá qué ocurrirá en
por los soviéticos tenía su origen en los conflic- la esfera geoestratégica.
tos del Tercer M u n d o , c o m o resultado de las En lo referente a este último aspecto, duran-
acciones anteriores también desaparecerán es- te m u c h o tiempo nadie pensó que las potencias
tas percepciones. de la O T A N podían amenazar el territorio de
Sin embargo, el cambio m á s importante se los Estados de Europa Oriental en el sentido
produjo cuando Moscú modificó las fronteras clásico, y por ende la seguridad militar de la
de la región de Europa que consideraba a m e n a - Unión Soviética. Incluso durante las crisis m á s
zada (más exactamente cuando permitió que la agudas (en 1956, 1961, 1968 o 1981) nadie acu-
historia las modificara). Claro está que ello só a los miembros de la O T A N de estar traman-
constituyó el resultado de un proceso. El nuevo do planes de adquisiciones territoriales, salvo a
dirigente soviético no abandonó la doctrina las referencias obligatorias al «revanchismo de
Brezhnev inmediatamente después de asumir Alemania Occidental» que, sin embargo, esta-
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 115

La parte del telón de acero entre Hungría y Austria. Su apertura por parte de los húngaros en 1989 marcó el inicio
del fin de la separación entre Europa del Este y del Oeste. Lessmg/Magnmn.
116 Lúszlò Valki

ban sólo destinadas a fomentar las percepcio- la presencia soviética, seguidas de manifesta-
nes de amenazas que podían derivarse de la ciones, pancartas de «¡Fuera los rusos!» o, en el
reunificación alemana. Esta memoria histórica peor de los casos, explosiones y otras atrocida-
del cataclismo de la Segunda Guerra Mundial, des, debían sentarse a la mesa de conferencias y
la aparición de las armas nucleares y la crea- no sólo con los checoslovacos. El Gobierno
ción de un sistema económico mundial cualita- húngaro aprovechó inmediatamente la oportu-
tivamente nuevo eliminaron la adquisición de nidad y también anunció su voluntad de nego-
territorios de las posibles opciones estratégicas. ciar15. En a m b o s países las conversaciones con-
Lo que estaba en juego en Europa Oriental era dujeron a resultados sorprendentes. M o s c ú
únicamente el mantenimiento del orden socio- comprendió que no podía esperar a que termi-
político, que naturalmente también podría ha- nasen las negociaciones de Viena y, finalmente,
berse modificado mediante la intervención mi- aceptó retirar todas sus tropas antes del 30 de
litar externa. Afortunadamente, durante las junio de 1991 l6 .
últimas cinco décadas nadie hizo, ni podía ha- En el m o m e n t o de escribir este artículo, es-
cer, una tentativa semejante. L a seguridad de taba por firmarse un acuerdo sobre la retirada
los Estados de Europa Oriental, en el sentido de las tropas soviéticas estacionadas en la R e -
militar, estaba amenazada exclusivamente por pública Democrática Alemana y en Polonia.
sus propios aliados, a veces de una manera m u y Gorbachev es probablemente consciente de la
tangible, aunque indudablemente sin reivindi- inevitabilidad de la retirada; el ejército estacio-
caciones territoriales, desde 1945. nado en estos dos países, menos de medio m i -
Moscú no sólo puso fin a las limitaciones llón de soldados, sirve sólo c o m o argumento en
ideológicas de su política europea, que ante- manos de Moscú en las negociaciones sobre el
riormente parecían válidas para la eternidad, futuro de Alemania.
sino que también comenzó a reexaminar sus N o creo que haya ningún obstáculo para la
puntos de vista militares. En otras palabras, el retirada de las tropas soviéticas, excepto el ya
liderazgo soviético aceptó los cambios geopolí- mencionado. Es absurdo suponer que la pre-
ticos en Europa Oriental y ahora está adoptan- sencia soviética continuará en la parte oriental
do su orientación geoestratégica a dichos cam- de una Alemania unificada. Si no puede llegar-
bios. Este último aspecto se manifestó de se a un acuerdo de aquí a entonces, las pancar-
manera evidente en relación con las tropas so- tas de «¡Fuera los rusos!» aparecerán en Dres-
viéticas estacionadas en cuatro países de Euro- den y en Leipzig c o m o aparecieron en Praga y
pa Oriental. E n junio de 1989, cuando se proce- en Budapest. En cuanto a Polonia, la situación
dió al nuevo enterramiento de Imre Nagy, el es diferente ya que Varsóvia teme la unifica-
pueblo húngaro manifestó su asombro cuando ción alemana y por lo tanto, por el m o m e n t o ,
uno de los representantes de la oposición exigió no alienta a la Unión Soviética a retirarse. Si,
la retirada de las tropas soviéticas. El público desde un punto de vista político, no hay nada
no estaba al corriente de las consultas confiden- que defender en los países de Europa Oriental,
ciales que se habían celebrado previamente en- quiere decir que la amenaza occidental ha cesa-
tre los dos gobiernos en cuanto a la posibilidad do de existir. Si la orientación principal de los
de retirar las tropas, aunque en esa época las procesos orgánicos de transformación coincide
negociaciones no habían tenido éxito. Shevar- con los intereses a largo plazo de la política ex-
nadze había sostenido que la posición soviética terior de las potencias occidentales, sería c o m -
se habría debilitado considerablemente si antes pletamente irrealista temer cualquier «apre-
de que se terminaran las negociaciones C F E en mio» militar de dichos procesos. Occidente
Viena, se hubiese anunciado unilateralmente la apenas debería intervenir en las transformacio-
retirada de las tropas estacionadas «temporal- nes en términos militares, puesto que basta
mente» 14 . Los acontecimientos recibieron el proporcionar apoyo político para impedir que
impulsofinalcon la transformación revolucio- las economías nacionales de los países interesa-
naria en Checoslovaquia, tras lo cual Vaclav dos se desplomen durante el período de transi-
Havel planteó sin miramientos la cuestión de la ción y en los años siguientes. D e m o m e n t o , no
retirada de las tropas. Moscú y la élite militar hay que temer una invasión militar o económi-
soviética no tenían mucha opción. Si no que- ca. El capital internacional no parece prever in-
rían enfrentarse con protestas de masa contra vadir Hungría o Polonia; sólo los capitales de la
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 117

República Federal de Alemania muestran gran nemos conocimiento de ningún cambio impor-
interés en la República Democrática Alemana. tante en el programa actual de la O T A N .
Los acontecimientos mencionados son tam- Sólo se oyen rumores de planes e ideas. Es
bién prometedores desde el punto de vista de la alentador naturalmente que la O T A N haya fi-
seguridad soviética. Si Occidente no tiene nin- nalmente renunciado a la «modernización» de
gún interés en intervenir militarmente en Euro- los misiles L A N C E , y que el Grupo de Alto ni-
pa Oriental, no habrá que desplegar tropas en vel haya iniciado la retirada de la artillería nu-
los Estados fronterizos con la Unión Soviética. clear de la República Federal de Alemania17.
Aunque los estrategas militares siempre tienen Los participantes occidentales en las conferen-
que ponerse «en el peor de los casos», la analo- cias científicas internacionales ya han explica-
gía con 1941 sería absurda, ya que nadie quiere do en diversas ocasiones que, a raíz de la retira-
atravesar los países de Europa Oriental para da de las tropas soviéticas de Europa Oriental,
amenazar la existencia de la Unión Soviética. la doctrina oficial de la O T A N , de «la respuesta
La referencia incesante a esta hipótesis tiene flexible» está perdiendo su sentido, ya que se
un carácter de manipulación, o revela que al- basaba en el supuesto de que Estados Unidos,
gunas personas interrumpieron sus estudios enfrentados contra el avance arrollador de las
de historia en el capítulo sobre la Segunda fuerzas convencionales soviéticas se verían
Guerra Mundial. ¿Cuál sería la situación de obligados, tarde o temprano, a utilizar sus ar-
Europa Occidental hoy en día si los alemanes mas nucleares en el campo de batalla. La apari-
y los franceses hubiesen establecido sus rela- ción de una zona libre de armas soviéticas, de
ciones en la década de los cincuenta basándose 400 a 600 kilómetros, es decir de un cordón de
en sus recuerdos de las tres guerras anteriores? seguridad a lo largo de las fronteras actuales
A d e m á s , las fuerzas de la O T A N serían actual- entre el Este y el Oeste pondría término a la
mente y en un futuro inmediato poco aptas pa- percepción de amenazas en que se basa la doc-
ra llevar a cabo esta estrategia militar ofensi- trina de la O T A N y la de los Estados Unidos.
va, y la Unión Soviética seguiría siendo una Asimismo, el concepto de F O F A (ataques con
potencia nuclear contra la cual sólo podría fuerzas de seguimiento) también quedaría anti-
lanzarse una guerra de intervención a expen- cuado, puesto que estos supuestos golpes en
sas de un gran riesgo. profundidad sólo significarían que las fuerzas
Naturalmente el argumento inverso tam- de la O T A N atacarían, en su centro mismo, a
bién es válido. Las transformaciones en los paí- las instituciones democráticas emergentes en
ses de Europa Oriental no pueden dejar de afec- los Estados de Europa Oriental.
tar las percepciones de amenazas de la O T A N . D e hecho, estoy convencido de que la re-
Las hipótesis de un «ataque por sorpresa», que ducción de las percepciones de amenazas im-
nunca tuvieron fundamentos sólidos, han per- plicaría también que ambas alianzas militares
dido finalmente todo sentido. Las fuerzas ar- han perdido su razón de ser. La Organización
madas unificadas del Pacto de Varsóvia difícil- del Pacto de Varsóvia no se estableció con el
mente podrían hoy ser lanzadas y controladas objetivo de que, en caso de agresión externa,
por un m a n d o central. Cualquier otra hipótesis los países de Europa Oriental vinieran en ayu-
de conflicto armado limitado tiene poca proba- da de la Unión Soviética sino, al contrario, de
bilidad de materializarse ya que, sin el apoyo que la Unión Soviética defendería el imperio
del país huésped, las tropas soviéticas estacio- creado por Stalin contra todos los peligros ex-
nadas en Europa oriental no estarían en condi- ternos e internos, en ausencia del cual, la Orga-
ciones de amenazar la seguridad de un Estado nización ya no tiene sentido. Moscú probable-
miembro de la O T A N . Desgraciadamente, es- mente es consciente de este hecho; parece, no
tas consideraciones se reflejan m u y poco de obstante, que el límite sefijaríaen el hecho de
m o m e n t o en la doctrina militar y en las reglas seguir siendo miembro del Pacto de Varsóvia.
operacionales de la O T A N y, lo que quizá sea Los dirigentes soviéticos posiblemente no tole-
más importante, en su programa de moderniza- rarían que se traspasase ese límite, es decir, que
ción de armamentos. Es sabido que el desarro- un país se retirara del Pacto de Varsóvia. Evi-
llo de nuevos armamentos desde la planifica- dentemente, el hecho de ser miembro parece
ción al despliegue, lleva de 5 a 15 años, según el ofrecer una garantía de que seguirá existiendo
sistema de armamento. Por el m o m e n t o , no te- un cordón de seguridad a lo largo de las fronte-
118 Lúszló lïi/ki

ras de la Unión Soviética y de que su posición nización18. La primera etapa consistiría proba-
geoestratégica no cambiará desfavorablemen- blemente en poner término al sistema de m a n -
te. do y control integrado y centralizado, por ser
En este sentido, los dirigentes de Moscú de- incompatible con la soberanía de los países de
searían mantener algunos elementos del statu Europa Oriental el hecho de que una parte de sus
quo geoestratégico. Aunque no han protestado fuerzas armadas, en caso de guerra o de alerta,
contra la adopción de ningún tipo de sistema esté controlada por Moscú. Por ello debería di-
político en los países de Europa Oriental, inter- solverse el M a n d o de las Fuerzas Armadas Uni-
pretarían la retirada del Pacto de Varsóvia co- ficadas aunque no sería absolutamente necesa-
m o una oportunidad para que un país dado se rio, por ejemplo, desmantelar el sistema de
incorporara a la zona de influencia de la alerta temprana del Pacto de Varsóvia, puesto
OTAN. que podría seguir siendo útil hasta que se llega-
Es sintomático de que durante las negocia- ra a un amplio acuerdo entre el Este y el Oeste
ciones húngaro-soviéticas sobre la retirada de sobre el control de armamentos, afinde tener
las tropas, los negociadores soviéticos temieran en cuenta los intereses de seguridad legítimos
que un día Hungría permitiese que las fuerzas de la Unión Soviética.
militares de una tercera potencia entraran en el Del m i s m o m o d o , los órganos consultivos
país, aunque se tratase simplemente de dejar también podrían ser útiles durante algún tiem-
que los aviones de reconocimiento A W A C so- po, para aplicar los acuerdos a que se llegase en
brevolasen su territorio, por no hablar del des- las negociaciones C F E de Viena o durante el
pliegue de instalaciones permanentes o de la proceso de la reunificación alemana, en que los
entrega a dicha potencia de los centros de m a n - Estados miembros actuales pueden discutir,
do, control y comunicación abandonados por pero no tomar decisiones, acerca de los nuevos
el ejército soviético. problemas.
Sin embargo, la historia por lo general no A fin de eliminar cualquier temor por parte
tiene en cuenta las percepciones de amenazas de la Unión Soviética en materia de seguridad
que existen temporalmente durante las princi- una vez que se ponga término al Pacto de Var-
pales transformaciones sociales. Si se eliminan sóvia, son varias las soluciones jurídicas inter-
los principales obstáculos al desarrollo de los nacionales disponibles. A u n q u e los acuerdos
procesos sociales orgánicos, las percepciones bilaterales en vistas de amistad, cooperación y
secundarias no pueden frenar las transforma- asistencia mutua no pueden mantenerse, ya
ciones. L o esencial son los procesos sociales que se refieren explícitamente a la protección
profundamente arraigados y no el manteni- del «sistema socialista», pueden ser reemplaza-
miento de un marco jurídico sin sentido. D e dos por nuevos acuerdos según la «fórmula Fin-
hecho, después de la retirada de las tropas so- landesa». Según el acuerdofino-soviéticode
viéticas sólo un factor puede a lo sumo mante- 1948, ninguna de las partes puede formar parte
ner en existencia el Pacto de Varsóvia: el gran de una «alianza o coalición» «dirigida» contra
interés tanto en el Este c o m o en el Oeste por la otra parte. U n a prohibición de ese tipo po-
mantener a Gorbachev en el poder. Se estima dría extenderse a todas las alianzas militares
en general que una retirada unilateral de la Or- bilaterales o multilaterales afinde evitar posi-
ganización del Pacto de Varsóvia pondría en bles controversias acerca de la interpretación
peligro la posición del Presidente soviético, lo del término «dirigida». Al m i s m o tiempo, de-
que aparentemente todos quieren impedir co- bería omitirse en estos instrumentos bilaterales
m o lo demuestra la actitud reciente de los paí- la obligación de asistencia mutua, que sigue fi-
ses occidentales en relación con los Estados gurando tanto en los acuerdos actuales c o m o en
bálticos. Por esta razón, el nuevo Gobierno de el acuerdofino-soviético.U n a solución de este
Hungría expresó sus opiniones con mucha cau- tipo contribuiría probablemente a impedir el
tela. El Ministro de Asuntos Exteriores anunció desarrollo de una percepción de amenaza por
que no tenía intención de actuar unilateral- parte de la Unión Soviética en relación con Eu-
mente; su objetivo era que todos los miembros ropa Oriental.
del Pacto de Varsóvia, incluyendo naturalmen- D e hecho, estoy convencido de que la aboli-
te a la Unión Soviética, iniciaran negociaciones ción del Pacto de Varsóvia conduciría a la abo-
conjuntas con miras a la disolución de la Orga- lición de la O T A N en un período de tiempo
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 119

El final de la Segunda Guerra Mundial en Europa: las tropas soviéticas abandonan progresivamente la Alemania
oriental, que quedó unida a la Alemania occidental el 3 de octubre de 1990. Nmosn.

históricamente breve. La razón es simple: la dental y una vez más habría asaltos a las bases
creación de la O T A N se debió a la amenaza militares americanas. La O T A N no puede so-
resultante de la ideología y el poder militar co- brevivir c o m o una alianza militar solitaria por-
munista. Es obvio que una vez desaparecido es- que no tendría su polo opuesto. Aunque el te-
te último también deberá desaparecer el prime- rrorismo del Oriente M e d i o o el
ro. Paulatinamente la O T A N perderá su fundamentalismo islámico militante conlleva
misión original y será difícil encontrarle una graves peligros, ninguna de estas imágenes del
nueva función. La situación de la integración enemigo puede colmar el vacío dejado por el
militar occidental no puede equipararse a una Pacto de Varsóvia. Naturalmente, por el m o -
integración económica, pues si bien la amenaza mento, todo indica que ni Estados Unidos ni
oriental desempeñó un papel importante en la los demás Estados miembros piensan seria-
creación de las Comunidades Europeas, no mente en liquidar la alianza occidental. Esto es
desempeñó en absoluto un papel decisivo. Aun- plenamente comprensible. Mientras la Unión
que las relaciones entre los miembros europeos Soviética no lleve a cabo una reducción drásti-
de la O T A N con los Estados Unidos nunca se ca, ante todo de sus fuerzas convencionales,
asemejaron a las de los Estados de Europa mientras las relaciones de poder no se modifi-
Oriental con la Unión Soviética, es posible que quen en ese vasto imperio, bien mediante la
los políticos de Europa Occidental también creación de una federación auténtica, de una
acogieran favorablemente una mayor autono- confederación más o menos flexible, o incluso
mía de sus países. En caso contrario, tarde o la aparición de algunos Estados autónomos,
temprano, aparecerían los eslogans de tipo mientras Moscú no permita finalmente que se
Yankee go home! en los muros de Europa Occi- desarrolle un proceso histórico orgánico, los
120 László Valki

miembros de la alianza occidental sentirán la un conflicto armado. La C S C E , con su rígido


necesidad de la integración militar y de mante- sistema de toma de decisiones, sería absoluta-
ner la estructura de un sistema c o m ú n de toma mente inadecuado, ya que debería decidir acer-
de decisiones políticas. La política exterior de ca de un conflicto entre partes que son a su vez
Gorbachev, la retirada de las tropas soviéticas miembros de la organización, y que por lo tan-
a varios centenares de kilómetros y la liquida- to tendrían derecho de veto. Nadie aceptaría
ción del Pacto de Varsóvia no bastan por sí un sistema de «asambleas» regido por el voto
mismas. Por lo tanto, no es sensato vincular la de la mayoría, aunque los Estados miembros
disolución del Pacto de Varsóvia a la disolu- fueran democracias pluralistas. La ampliación
ción de la O T A N , a menos que la intención real de la Unión de Europa Occidental se limitaría a
sea ocultar el hecho de que se desea mantener establecer un nuevo sistema de alianzas, pero
la existencia del Pacto de Varsóvia. cabe preguntarse, ¿con qué participación y pa-
Pero incluso si se cumplen estas condicio- ra solucionar qué conflictos? C o n respecto a un
nes, algunos miembros de la O T A N pueden es- Consejo de Seguridad, es bien sabido que en el
timar necesario mantener algún tipo de presen- marco de las Naciones Unidas nunca ha podi-
cia americana en Europa. E n este sentido, po- do establecerse una fuerza militar conjunta; es-
drían ser útiles los acuerdos bilaterales, te tipo de institución no podría crearse tampo-
similares a los que los Estados Unidos tiene co en Europa, con participantes europeos (más
concertados actualmente, en forma de acuer- los americanos). ¿Quién proporcionaría el nú-
dos de asistencia mutua o de instalación de ba- cleo de las fuerzas armadas y cuál sería la c o m -
ses militares, entre otros, con países miembros posición del órgano supranacional con faculta-
de la O T A N . La presencia limitada podría con- des para decidir acerca de su utilización? La
sistir en el despliegue de un número simbólico experiencia histórica muestra que sólo un Esta-
de tropas y el mantenimiento de armamentos y do o una alianza de Estados individuales puede
de equipos de infraestructura, que permitiesen tomar decisiones socialmente válidas y eficaces
el regreso de tropas americanas al continente por lo que respecta a la utilización de los m e -
en números superiores en caso de que surgiera dios de violencia, puesto que sólo los Estados
una amenaza. poseen el monopolio de la violencia, en el senti-
Se espera que c o m o resultado de los proce- do weberiano. Es difícil imaginar que los pue-
sos de transformación en Europa Oriental, des- blos del continente desearan crear un Estado
aparezcan no sólo las alianzas militares sino supranacional, simplemente para llenar el va-
también el concepto de Este y Oeste como con- cío de poder.
ceptos políticos. Está surgiendo una Europa de A mi juicio no deberíamos, por lo tanto,
democracias pluralistas que conducirá al esta- volver a pensar en el establecimiento de un
blecimiento de un sistema de seguridad paneu- nuevo sistema de seguridad europeo, sino apli-
ropeo. H o y en día, las grandes líneas de un sis- car la receta del funcionalismo que resultó tan
tema institucional de esa índole son claramente eficaz en el período histórico que siguió a 1945:
visibles. Algunos desearían concebirlo en el vincular a los Estados de tal m o d o que sean in-
marco de la C S C E , con la participación de las separables. Así, m á s que ampliar la Unión de
dos grandes potencias. Otros piensan en exten- Europa Occidental, debería ampliarse el C o n -
der la Unión de Europa Occidental y otros de- sejo de Europa, en el marco del cual una coope-
searían la creación de las Naciones Unidas de ración amplia es posible en varios campos. L a
Europa, con el establecimiento de un Consejo C S C E puede mantenerse, pero sólo c o m o órga-
de Seguridad europeo y un ejército común. Sin no consultivo y no como órgano decisorio. Sin
embargo, la historia contemporánea ha demos- embargo, la tarea más importante consiste en
trado que sólo un tipo de sistema de seguridad hacer participar a los países de Europa Oriental
resulta viable: el sistema de bloques militares en la integración de Europa Occidental. El pri-
antagónicos en el que ambos bandos tienen mer paso se dio en abril de 1990 en la Confe-
fuerzas nucleares de disuasión. Este es precisa- rencia de las Comunidades Europeas de D u -
mente el tipo de sistema que está perdiendo su blin, al esbozarse un plan de acuerdos de aso-
finalidad ante nuestros ojos. Todos los demás ciación'1'. L o s doce Estados m i e m b r o s
sistemas de seguridad han demostrado ser ine- difícilmente pueden ir más lejos en un futuro
ficaces o lo demostrarían en caso de producirse inmediato, ya que pasará m u c h o tiempo antes
La evolución en las percepciones de las amenazas en Europa Oriental 121

de que los países de Europa Oriental puedan zó el Tercer Reich. D e hecho, una regresión de
pretender ser miembros de pleno derecho. Sin esa índole sería imaginable sólo si volvieran a
embargo, a largo plazo, el objetivo podría ser presentarse las condiciones de hace cincuenta
una integración paneuropea, en cuyo marco años, lo que es completamente irrealista. El an-
una amenaza contra la seguridad nacional sería tídoto m á s importante y m á sfiablecontra el
inimaginable, c o m o ocurre actualmente entre nacionalismo es la integración europea. El na-
los miembros de las Comunidades Europeas. cionalismo vendría causado más bien por unas
Hasta entonces, los pequeños Estados de políticas destinadas a impedir que los alemanes
Europa Oriental deberán proteger su seguridad del Este ejerzan su derecho a la libre autodeter-
nacional por sus propios medios. Esta seguri- minación.
dad ya no puede verse amenazada por un peli- Evidentemente, no todos los políticos c o m -
gro total. Es de suponer que la O T A N podría parten este punto de vista. E n un principio,
representar una fuerza disuasiva suficiente, si Margaret Thatcher expresó sus recelos en los
los líderes soviéticos actuales fueran reempla- términos m á s estridentes, pero también los po-
zados por la vieja guardia que intentaría resta- lacos, los soviéticos y otros líderes expresaron
blecer la situación anterior a 1985 o anterior a sus reservas. Desde entonces, los políticos
1990. Aunque todo está lejos de tranquilizar a británicos y soviéticos han cambiado de pa-
Europa Oriental, es preferible partir de una recer, pero sigue habiendo reservas por parte de
realidad que establecer un sistema institucio- Polonia. Esto se debe en gran parte a las vaci-
nal que no sería operacional. laciones que, curiosamente, mantuvo durante
C o m o resultado del proceso de transforma- mucho tiempo Helmut Kohl en cuanto al reco-
ción en Europa Oriental probablemente deja- nocimiento de la actual frontera polaco-alema-
rían de existir no sólo las alianzas militares sino na. En vez de decir inmediatamente que nunca
también las nociones de Este y Oeste c o m o con- se volvería a las fronteras del Tercer Reich.
ceptos políticos. Aunque temo que continúen Kohl hizo varias declaraciones ambiguas acer-
las disparidades económicas, hay muchas espe- ca del nuevo parlamento de una Alemania uni-
ranzas de que emergerán en Europa una c o m u - ficada, que debería tomar las decisiones apro-
nidad de democracias pluralistas. Así, la tarea piadas. La actitud del Canciller fue incompren-
de estudiar las relaciones de poder sumamente sible porque en los llamados acuerdos
complejas entre el Este y el Oeste se reducirá al orientales (Ostvertäge), Alemania Occidental
estudio de las relaciones entre las dos superpo- ya había reconocido la frontera polaco-alema-
tências. Sin embargo, se plantea la cuestión de na, y lo m i s m o había hecho la República D e -
si surgirá una tercera gran potencia, aunque só- mocrática Alemana en 1950. Así, por lo que
lo de carácter regional, en la forma de una Ale- respecta a la situación jurídica internacional, la
mania unificada. cuestión es m u y sencilla: si dos Estados se
A mi juicio, la razón de la división de Ale- unen, entran en vigor las normas de la sucesión
mania fue debido a la partición de Europa y al de Estados, lo que implica en este caso que dos
hecho de que Alemania Oriental quedara so- obligaciones que fueron contraídas por separa-
metida al dominio extranjero. Si este último do, se fundan simplemente por ser concordan-
deja de existir, tampoco puede mantenerse la tes. N o emerge una nueva situación jurídica;'
división mencionada. E n 45 años, no surgió la nadie puede referirse a «un cambio de circuns-
nación Alemana «socialista», contrariamente a tancias» y la cuestión puede considerarse re-
la afirmación de Honeker. y la República D e - suelta. Por lo tanto, las reservas de Polonia en.
mocrática Alemana no se convirtió en una se- lo que respecta a la unificación no son sorpren-
gunda Austria. Al propio tiempo, muchos te- dentes: la desconfianza emocional fue amplifi-
m e n que la reunificación contribuya a un resur- cada por las declaraciones del Canciller. Des-
gimiento del nacionalismo alemán. Este es un pués de las negociaciones «dos m á s cuatro», el
fenómeno psicológico comprensible por parte Gobierno de Polonia terminó por aceptar la
de la generación que experimentó directamen- propuesta del señor Kohi y se contentará con
te el Tercer Reich. Sin embargo, estimo que las esta solución. ¿Significa esto que están apare-
analogías históricas de 1933 o 1939 ya no tie- ciendo nuevas percepciones de amenaza en Eu-
nen validez. N o veo por qué una Alemania uni- ropa? La respuesta es probablemente sí. Estas y
ficada debería regresar al punto en que comen- otras percepciones similares tienen consecuen-
122 Maurice Bertrand

cias negativas c o m o se vio claramente por la ac- ración panaeuropea no militar. N o se estable-
titud del Gobierno de Polonia, por el hecho de cerán nuevas alianzas. A u n q u e el número de
que no ha instado a la Unión Soviética a retirar soldados en cada país se reducirá, el número de
sus tropas y que no ha insistido en una revisión soldados profesionales probablemente perma-
del Pacto de Varsóvia. Sin embargo, c o m o la necerá al m i s m o nivel. D e hecho, todos los Es-
amenaza real por parte de una Alemania unifi- tados europeos necesitarán unas fuerzas arma-
cada no se materializará, estoy convencido de das reducidas pero altamente cualificadas que
que pronto desaparecerán las percepciones con- puedan defender en caso de necesidad los inte-
siguientes. Sin embargo, esto sólo puede ocurrir reses de la seguridad nacional.
si la República Federal Alemana actual y el futu- N o es posible prever actualmente si nuevas
ro gobierno de la Alemania unificada siguen una amenazas reemplazarán las viejas que están
política m á s prudente que la actual, y en sus de- desapareciendo. U n a vez que se disuelvan las
cisiones y declaraciones, tienen en cuenta unas alianzas, se producirá en el continente una es-
percepciones que están profundamente enraiza- pecie de vacío de poder, pero puede ocurrir que
das desde hace cincuenta años. incluso hoy esa noción sea caduca. Por el m o -
mento, puede afirmarse con seguridad que si
¿Dónde están todos aquellos soldados? m e surgen nuevas percepciones de amenazas en
preguntaba en el título de este artículo. uno u otro país, nunca alcanzarán el nivel ab-
Por supuesto, los soldados no desaparecie- surdo de la Confrontación Este-Oeste durante
ron ni desaparecerán; simplemente abandona- los últimos cuarenta y cinco años.
rán los países extranjeros. Sus alianzas se disol-
verán y serán reemplazadas por una coope- Traducido del inglés

Notas

1. El tamaño de los territorios diciembre de ese año. c o m o Simon and Schuster, 1965). David
invadidos y de la población que resultado de un referendum Horowitz. From Yalta to 1 ietnam:
habitaba en ellos era considerable, «nacional», se nacionalizaron las American Foreign Policy in the
del orden de 450.000 k m 2 , con un propiedades de antiguos nazis en (>>/<:/HÜ/-(New York: Hil and
total de 21 millones de habitantes las zonas de ocupación soviética, W a n g . 1971). Michael Wolffsohn
(Lituânia. Letónia. Estonia. lo que supuso m á s del 90 % de las Die Debatte über den Kalten Krieg:
Ucrania Occidental. Bielorrusia empresas m á s importantes. Politische Konjunkturen.
Occidental y ciertas partes de Historische-politische Analysen
Finlandia. Moldavia y Besarabia). 4. Fleming opina con otros autores (Opladen: Leske Verlag, 1982),
que los orígenes de la «guerra fría» William A . Williams. The
2. Alemania del Este. Polonia, deben buscarse en la guerra de Contours of American History.
Checoslovaquia. Hungría. intervención contra Rusia (Chicago: World Publishing
Rumania y Bulgaria. Soviética y en el hecho de que C o m p a n y . 1961 ), etc.
Estados Unidos se negaron a
3. El sistema político que se reconocer, después de la Segunda 5. Entre los numerosos trabajos
convertiría en el modelo de Europa Guerra Mundial, los intereses consagrados a esta cuestión, cabe
Oriental, esto es. la unificación legítimos de Unión Soviética en citar la obra de Michael McGwire,
forzada de los Partidos Comunista materia de seguridad. Entre otras Military Objectives in Soviel
y Socialdemócrata. se llevó a la muchas obras pueden consultarse Forcing Polier (Washington. D . C . ,
práctica en Alemania Oriental las siguientes: Denne F. Fleming, The Brookings Institution. 1987).
m u c h o antes que en otros países The Cold U 'ar and its Origins (New
(21 y 22 de abril de 1946). En las York: Doubleday, 1961). Véase 6. Otro tanto cabe decir de los
elecciones locales celebradas en también G a r Alperowitz, .Momie autores húngaros. Véase, por
septiembre de 1946 el S E D Diplomacy: Hiroshima and ejemplo. Agota Szirles.lóvér.
unificado (Sozialistische Potsdam, the Use of Atomic Bomb Tönendem (Historia), manual
Einheitspartei Deutselllands) and the American Confrontation utilizado en el cuarto curso de la
obtuvo el 57 % de los votos v en with Soviet Power (New York:
enseñanza secundaria en Hungría
La difícil transformación de la limitación de armamentos» a «un sistema mundial de seguridad» 123

(Budapest, Tankonykiadó. Comunista de la Unión Soviética exteriores de Hungría Gyula


1982). (Pravda, 26 de febrero de 1986). Horn.
Posteriormente, se hicieron en la
7. A este respecto, remitimos m u y Llnión Soviética un gran número 15. El autor del presente artículo
particularmente al lector al de declaraciones en este sentido. tuvo el honor de participar en estas
discurso pronunciado por Véase por ejemplo, la alocución negociaciones.
Khrushev ante el Soviet Supremo que pronunció Chevardnadze el 25
16. D e hecho, la fecha límite se
de la U R S S (Pravda, 15 de enero de julio de 1988 en una reunión
fijó en el curso de unas
de 1960). celebrada en el Ministerio
negociaciones entre soviéticos y
Soviético de Asuntos Exteriores
checoslovacos. Semanas más tarde,
8. La expresión imaginary war (Mczldunarodnaia Zhizny. 1988).
los húngaros no pudieron obtener
(guerra imaginaria) fue empleada
que sefijaseuna fecha límite m á s
por primera vez por Mary Kaldor, 12. Véanse las resoluciones 1986 y
concreta.
The Baroque Arsenal ( Abadus. 1989 de la Comisión Consultiva
Sphere Books Ltd.. 1982). Política de la Organización del
17. h'épszahadság, 28 de abril y 11
Tratado de Varsóvia
de m a y o de 1990.
9. Véase McGwuire. op. cit. (Ncpszabadsúg. 12 de junio de
1986 y 30 de m a y o de 1987). 18. i\'épszahtidság. 6 de abril de
10. Véase B . R . Posen, «Measuring 1990. El partido de oposición
the Conventional Balance». 13. «European Security: A «Alianza de Demócratas Libres»
International Security 9 comparative Analysis of Quality había reclamado ya en el
(1984-1985). and Quantity of Military Forces Parlamento que se prescindiera
and \\ capons Systems. » Centro de unilateralmente el Tratado
11. Los primeros indicios de Investigaciones sobre la Paz. (Xépszahadság, 10 de m a v o de
revisión de la doctrina militar Budapest, 1989 (inédito). 1990).
soviética se remontan al discurso
pronunciado por M r Gorbachov 14. Dato proporcionado al autor 19. iXépszahadság, 29 de abril de
en el 27° Congreso del Partido por el ex ministro de asuntos 1990.
Los conflictos étnicos
y sus repercusiones
en la sociedad internacional

Rodolfo Stavenhagen

La persistencia de los conflictos en parte a que muchos especialistas consideran


étnicos que las confrontaciones étnicas son asuntos in-
ternos de los Estados, quizá relacionados con
En una reseña de los Estados en situación de gobiernos dictatoriales y/o represivos, o que
conflicto armado en 1988 se señala que de un son simplemente subproductos de conflictos
total de 111 conflictos en el m u n d o , 63 eran m á s amplios.
internos y se describe a 36 de ellos como «gue-
rras de formación de Estados», es decir, con-
flictos en que intervienen un gobierno y un gru- Los conflictos étnicos y la teoría
po de oposición que exige la autonomía o la
secesión para una etnia o A nivel teórico, los conflic-
región particular1. D e he- Rodolfo Stavenhagen es un sociólogo
tos étnicos no encajan fácil-
cho, en los últimos años ha mejicano y profesor en el Colegio de mente en los modelos ana-
disminuido el número de México, Ciudad de México. Fue Direc- líticos tradicionales de los
conflictos interestatales tor Adjunto de Ciencias Sociales de la estudios de los conflictos o
U N E S C O , 1979-81. Autor de varios li-
clásicos y ha aumentado el bros, actualmente investiga los proble- de la sociología del cambio
número de conflictos in- mas étnicos en América latina. y el desarrollo. Durante dé-
traestatales, particular- cadas, el llamado paradig-
mente en los países del Ter- m a de la «modernización»
cer M u n d o . E n otro estudio dominó el pensamiento en
se indica que «las matanzas las ciencias sociales y, se-
realizadas por los Estados gún este punto de vista, el
de miembros de grupos ét- proceso de cambio social
nicos y políticos represen- va de lo tradicional hacia lo
tan más pérdidas de vidas moderno, de lo simple a lo
que todas las demás formas complejo, del «particula-
de conflictos mortíferos combinados... c o m o rismo» al «universalismo», para utilizar con-
promedio, han muerto a m a n o s del Estado en- ceptos elaborados por Parsons en la tradición
tre 1,6 y 3,9 millones de civiles inermes en cada weberiana. E n este marco, los problemas étni-
uno de los decenios transcurridos desde el final cos pertenecen al m u n d o «particularista» o
de la Segunda Guerra Mundial...» 2 . premoderno, y se dejan de lado en el proceso de
A pesar de estos datos, los especialistas de modernización. Si se plantean, son considera-
investigaciones sobre la paz y los conflictos y dos c o m o «obstáculos al cambio» o si no c o m o
de las relaciones internacionales, han prestado una consecuencia de una «modernización in-
relativamente poca atención en los últimos completa», y por ende de menor importancia
años a los conflictos étnicos3. Se ha prestado para el teórico. Del m i s m o m o d o , las teorías de
mayor atención a las confrontaciones entre Es- la «construcción de las naciones» ponen de re-
tados de tipo tradicional. Esta situación se debe lieve el carácter global de la transformación de

RICS 127/Marzo 1991


126 Rodolfo Starenhagen

las unidades y lealtades subnacionales en el se- nidades, según los distintos contextos y cir-
no de una entidad política m á s amplia. U n a cunstancias. A m e n u d o se identifica a los
vez m á s los problemas étnicos pueden ser con- grupos étnicos en función de sus relaciones con
siderados c o m o obstáculos en un proceso evo- grupos similares y con el Estado. D e hecho,
lutivo más amplio. muchos conflictos étnicos en el m u n d o obede-
Otras teorías vinculan los conflictos básica- cen a problemas surgidos a raíz de los cambios
mente a intereses económicos, en los que los en la posición de un grupo étnico dentro del
actores colectivos tienden a ser clases sociales marco social m á s amplio. Procedamos ahora a
definidas en función de su posición en el siste- identificar distintos tipos de situaciones que
m a productivo. C u a n d o las relaciones sociales suelen producirse en todo el m u n d o :
de producción son esenciales para determinar 1. Grupos étnicos dentro de u n Estado que se
las relaciones de poder a nivel de una sociedad autoidentifíca c o m o multiétnico o multinacio-
y a nivel internacional, los problemas étnicos nal. Estos grupos pueden basar su identidad en
pueden parecer definitivamente de importan- el idioma (como en Bélgica o en Suiza), en la
cia secundaria'4. religión (como en el caso de los sikhs, los m u -
Así. comprobamos que. en general, las teo- sulmanes y los hindúes en India; los cristianos
rías liberales, funcionalistas y marxistas de los y los musulmanes en Líbano), en la nacionali-
conflictos y el desarrollo han minimizado la dad (como en Unión Soviética) o en la raza (Su-
importancia de los problemas y los conflictos dáfrica). En estos casos, los grupos étnicos dis-
étnicos5. Por lo tanto, hay pocos modelos teóri- tintos de la nacionalidad d o m i n a n t e o
cos útiles para orientar la investigación sobre mayoritaria pueden o no disfrutar de un estatu-
estos problemas contemporáneos 6 . to jurídico especial, y se encuentran en una si-
tuación minoritaria y no dominante.
2. Grupos étnicos dentro de un Estado que n o
Tipos de grupos étnicos reconoce formalmente su propia composición
en conflicto multiétnica, c o m o Francia, Japón, Indonesia.
Turquía, Portugal y muchos países africanos.
A fin de situar los conflictos étnicos en una En este caso, las minorías pueden tener una im-
perspectiva adecuada, quizá sea útil referirse plantación regional, tales c o m o los bretones y
brevemente a los distintos tipos de situaciones los corsos en Francia, los escoceses en Gran
en que los grupos étnicos interactúan dentro de Bretaña; o pueden ser raciales (como los negros
un marco m á s amplio. Pero previamente, ha- en Estados Unidos), religiosas (como los coptos
brá que formular una definición, aunque sea en Egipto o los Baha'i en Irán), lingüísticas (co-
limitada, de lo que se entiende por grupo étni- m o los bereberes en Argelia), o tribales (como
co, ya que el término se utiliza de manera bas- en Afganistán); o una combinación de varios de
tante poco rigurosa en la literatura especializa- estos elementos.
da y no hay un consenso general respecto a este 3. Minorías nacionales que se identifican con
concepto7. En pocas palabras, u n grupo étnico su etnia en un Estado vecino en el que pueden
o una etnia es una colectividad que se identifi- disfrutar de una situación mayoritaria (como
ca a sí m i s m a y que es identificada por los de- los húngaros en Rumania, los turcos en Bulga-
m á s conforme a criterios étnicos, es decir, en ria, los albaneses en Yugoslavia, los chícanos
función de ciertos elementos comunes tales co- en Estados Unidos).
m o el idioma, la religión, la tribu, la nacionali- 4. Múltiples grupos étnicos en un Estado en
dad o la raza, o una combinación de estos ele- que ninguno de ellos goza de una posición do-
mentos, y que comparte un sentimiento c o m ú n minante particular, específicamente en países
de identidad con otros miembros del grupo. coloniales de independencia reciente, en los
N o cabe duda que esta definición plantea m á s que el propio Estado es una creación relativa-
interrogantes de los que permite resolver, pe- mente débil y artificial; esta situación tiende a
ro puede ser útil c o m o introducción de este prevalecer en el Africa Subsahariana.
artículo. 5. Minorías étnicas asentadas a ambos lados
Los grupos étnicos, así definidos, también de la frontera entre Estados distintos y que se
pueden ser considerados c o m o pueblos, nacio- encuentran en situación minoritaria en a m b o s
nes, nacionalidades, minorías, tribus, o c o m u - Estados, c o m o ocurre en las zonas fronterizas
Los conflictos él nicos y sus repercusiones en la sociedad internacional 127

Conflictos étnicos: los tamiles en Sri-Lanka. Phihppoi S\gr

de Asia sudoriental, con los vascos en España y en las Américas, Australia y Nueva Zelanda,
Francia y los kurdos en Oriente Medio. pero muchos pueblos tribales de Asia meridio-
6. Emigrantes y refugiados étnicos, producto nal y sudoriental también se consideran hoy en
de migraciones importantes, particularmente día c o m o indígenas, así c o m o los inuit y los sa-
de países del Tercer M u n d o hacia otros países mi en las regiones polares septentrionales*.
del Tercer M u n d o o hacia naciones industriali- Esta clasificación esquemática no agola to-
zadas. Si bien en los siglos anteriores los colo- das las posibilidades de situaciones de interac-
nos europeos colonizaron muchas áreas del ción entre los grupos étnicos, y puede haber su-
m u n d o , y sus descendientes constituyeron gru- perposición entre distintas categorías. Sin
pos étnicos en muchos países (bien c o m o mino- embargo, es un mecanismo útil para identificar
rías o c o m o mayorías), en las últimas décadas situaciones en las cuales tienden a producirse
las corrientes migratorias se han invertido y los los conflictos étnicos.
inmigrantes del Tercer M u n d o se asientan aho-
ra en sus antiguas metrópolis, constituyendo
enclaves étnicos en muchos países y plantean- Variedades de conflictos étnicos
do graves problemas sociales y culturales.
7. Pueblos indígenas y tribales que constituyen El término de «conflicto étnico» abarca hoy en
un caso especial de grupos étnicos, y que se día una amplia gama de situaciones. D e hecho,
consideran en general c o m o minorías, habida puede sostenerse que el conflicto étnico en sí
cuenta de las circunstancias históricas de su no existe. Lo que sí existe son conflictos socia-
conquista e incorporación a las nuevas estruc- les, políticos y económicos entre grupos de per-
turas estatales, así c o m o de su apego a la tierra sonas que se identifican mutuamente según cri-
y al territorio y de sus resistencia secular al ge- terios étnicos: color, raza, religión, idioma,
nocidio, el etnocidio y la asimilación. Los pue- origen nacional. A menudo, dichas característi-
blos indígenas se encuentran principalmente cas étnicas pueden ocultar otras características
128 Rodolfo StuYcnhagen

distintivas, tales c o m o intereses de clase y po- afiliación de clase de los miembros de un grupo
der político, las cuales, cuando se analizan, étnico. E n los sistemas estratificados, los con-
pueden resultar ser los elementos más impor- flictos sociales y políticos pueden manifestarse
tantes del conñicto. Sin embargo, cuando se c o m o conflictos étnicos y por lo general afectan
utilizan las diferencias étnicas de manera el poder del Estado, amenazando el modelo
consciente o inconsciente para distinguir a los institucional en que se basa el poder estatal.
adversarios en una situación de conflicto de- Los conflictos étnicos m á s importantes de la
terminada - e n particular cuando se han con- década de los ochenta -Líbano, Sri Lanka, In-
vertido en poderosos símbolos de moviliza- dia. Timor Oriental, Irlanda del Norte, Chipre,
ción, c o m o suele ocurrir-, la etnicidad se Eritrea, Burundi, Sudáfrica, Sahara Occiden-
convierte efectivamente en u n factor determi- tal, Nicaragua- reminiscentes de los conflictos
nante de la naturaleza y la dinámica del con- étnicos ocurridos anteriormente en Nigeria,
flicto9. Pakistán y Canadá, implican no sólo una con-
Los especialistas distinguen en general en- frontación entre grupos étnicos, sino también
tre sistemas jerarquizados y no jerarquizados entre uno de estos grupos y el Estado etnocráti-
de relaciones interétnicas, aunque hay numero- co, es decir, el Estado controlado por un grupo
sos casos en que es difícil establecer una dife- étnico dominante.
rencia entre ambos. E n los sistemas no jerar- La persistencia de los conflictos de esta ín-
quizados, pero que están sin embargo m u y dole durante períodos relativamente largos y la
divididos, pueden producirse conflictos étni- violencia intensa que puede acompañarlos, ha
cos entre grupos que comparten en proporcio- llevado algunos observadores a establecer una
nes relativamente iguales riqueza y poder, distinción entre los «conflictos de interés» y los
cuando uno o varios de los grupos teme o perci- «conflictos de valores» o «conflictos de identi-
be que su posición respecto a otro grupo étnico dad»; los primeros son m á s fácilmente de nego-
tiende a deteriorarse. En estos casos, el conflic- ciar o resolver que los segundos. Los conflictos
to étnico puede ser localizado y particularista, étnicos son por lo general de segundo tipo, en
sin afectar el centro del poder político. Sin e m - los que las metas o los objetivos de las partes en
bargo, se puede sostener que la mayor parte de conflicto tienden a excluirse mutuamente o son
los casos de conflictos étnicos en el m u n d o hoy incompatibles y por lo tanto m u c h o m á s difíci-
en día implican un sistema jerarquizado o es- les de resolver. Las diferencias étnicas y c o m u -
tratificado de relaciones interétnicas en el que nales, según afirma E . Azar y otros, pueden ser
los diferentes grupos étnicos no sólo están je- el origen de los conflictos sociales prolongados
rarquizados según una escala de poder, presti- con que se enfrentan tantos países en el m u n d o
gio y riqueza y situados en general en una posi- de hoy 10 .
ción superordinada o subordinada en relación U n a de las razones para estas diferencias ra-
con los otros, sino lo que es m á s importante, en dica en el modelo casi universal de la nación-
el que el centro de poder y el aparato del Estado estado, inspirado en el nacionalismo europeo
están controlados, en mayor o menor medida, de los siglos xviii y xix que sirvió de ejemplo
por una etnia dominante y/o mayoritaria, de- para la creación de estados en todo el m u n d o ,
jando a la etnia o a las etnias subordinadas en en particular c o m o un legado del sistema colo-
una situación de marginación. nial. M u c h o s conflictos étnicos se producen
A m e n u d o , en los sistemas étnicos jerarqui- porque el modelo homogeneizante e integrador
zados o estratificados, un grupo étnico puede de la nación-estado, que se manifiesta en ideo-
identificarse o coincidir con una clase social. Se logías oficiales, políticas gubernamentales de
pueden citar c o m o ejemplos a los trabajadores diversa índole, actitudes sociales dominantes y
emigrantes del Tercer M u n d o étnicamente di- comportamientos políticos, entra en contradic-
ferenciados en Europa Occidental, la historia ción con la identidad étnica y social de los gru-
de los negros en Estados Unidos, los trabajado- pos subordinados. Cuando la ideología domi-
res indios tamiles de las plantaciones de Sri nante de la nación-estado es incapaz de
Lanka, los pueblos indígenas de América lati- acomodar la diversidad cultural y étnica, au-
na, los africanos en Sudáfrica, etc. Sin embar- menta la posibilidad de que se produzcan con-
go, la estratificación étnica es también un fenó- flictos étnicos duraderos. El genocidio cultural
m e n o que existe en sí, cualquiera que sea la o etnocidio, que acompaña a m e n u d o dichos
Los conflictos étnicos y sus repercusiones en la sociedad internacional 129

conñictos, son fenómenos frecuentes en m u - nidades en Irlanda del Norte», pero ha sido re-
chas partes del m u n d o . chazado tanto por los unionistas c o m o por los
El conflicto étnico puede manifestarse de republicanos tradicionalistas12. N o es probable
distintas formas, desde la actitud individual ca- que se encuentre pronto una solución a este
racterizada por el rechazo, la exclusión y la hos- conflicto.
tilidad acompañada de estereotipos, prejuicios, 2. El conflicto en Sri Lanka, ha atravesado dis-
intolerancia y discriminación a nivel de las re- tintas fases. Los tamiles minoritarios, que se
laciones interpersonales, pasando por la acción distinguen por su religión e idioma de la m a y o -
política institucional y los movimientos sece- ría budista cingalesa, están concentrados sobre
sionistas, hasta las confrontaciones violentas todo en el noroeste de la isla, donde se asenta-
que pueden revestir las formas de disturbios, ron hace m á s de dos mil años. U n subgrupo lo
matanzas, genocidios, levantamientos, rebelio- constituyen los tamiles de origen indio llevados
nes, revoluciones, terrorismo, guerra civil, gue- por los británicos durante el siglo XIX y a co-
rras de liberación nacional y guerra entre Esta- mienzos del siglo X X para trabajar en las plan-
dos. taciones de té de las tierras altas centrales. U n a
Las comparaciones internacionales de si- vez proclamada la independencia, la comuni-
tuaciones en que se producen conflictos étnicos dad cingalesa estimó que los tamiles habían ob-
denotan la existencia de problemas recurrentes tenido privilegios económicos y políticos des-
que suscitan movilizaciones étnicas y que son proporcionados de los británicos y procedió a
la causa profunda de muchos conflictos étni- cambiar la situación. Primeramente, se negó la
cos. Estos problemas se vinculan a la distribu- ciudadanía a la mayoría de los trabajadores ta-
ción de recursos y de poder entre los grupos miles de origen indio; después se adoptó una
étnicos, a la cuestión de la tierra y del territorio política basada en el uso exclusivo del idioma
(reservas, colonización, inmigración, etc.), al cingalés y se modificaron los requisitos de in-
idioma, la religión, la identidad cultural, y a la greso en la universidad a fin de favorecer a la
discriminación basada en la raza o en el co- juventud cingalesa; y por último se implantó el
lor". budismo c o m o religión oficial. Aunque poste-
riormente algunas de estas medidas fueron re-
vocadas o atenuadas, los tamiles estimaron que
Cuatro ejemplos eran víctimas de discriminación. La moviliza-
ción étnica tamil asumió distintas formas des-
U n breve análisis de cuatro de los conflictos de la defensa de sus tierras contra la coloniza-
étnicos m á s importantes ocurridos en el m u n - ción por «forasteros» cingaleses a rei-
do en el decenio de 1980-1990 muestran la in- vindicaciones políticas destinadas a lograr la
teracción de estos factores. autonomía regional o la federación. Por últi-
1. E n Irlanda del Norte, las raíces históricas del m o , las organizaciones tamiles militantes exi-
conflicto entre los protestantes mayoritarios gieron la creación de u n Estado separado (Ta-
que desean permanecer vinculados a Gran Bre- mil Eelam), e iniciaron un conflicto armado
taña y los católicos minoritarios que aspiran a para lograr dicho objetivo. Después de una se-
unirse a la República de Irlanda, se remontan rie de disturbios violentos en que cientos de ta-
al siglo xvi. Los católicos nacionalistas irlande- miles murieron y q u e d a r o n sin hogar
ses estiman que han sido tradicionalmente ob- (1983-1985) y durante los cuales muchos m á s
jeto de discriminación por parte de los protes- 'se convirtieron en refugiados internos e inter-
tantes unionistas dominantes. La partición de nacionales, el conflicto se transformó en una
Irlanda, decidida por Gran Bretaña en 1920, guerra civil total. El movimiento tamil recibió
no resolvió este antiguo conflicto y cuando re- ayuda de simpatizantes del estado indio meri-
surgió de manera violenta en 1969, la imposi- dional de Tamilnadu, y el gobierno cingalés op-
ción de la administración directa por Londres tó por una política de victoria militar en n o m -
en 1972 no contribuyó a resolver el problema. bre de la soberanía nacional. A medida que el
U n acuerdo anglo-irlandés firmado en 1985 conflicto se prolongaba, con un número de víc-
«ha sido por lo general bien acogido... c o m o un timas cada vez mayor y sin que se previera una
medio equilibrado y pragmático de reconocer solución, en 1987 se firmó un acuerdo entre la
las identidades y los intereses de ambas c o m u - India y Sri Lanka en el que se permitía la inter-
130 Rodolfo Siuvenhagen

vención militar india para garantizar el cese de resistencia a las políticas revolucionarias equi-
las hostilidades y reconocer diversas reivindi- valía a una acción contrarrevolucionaria. E n
caciones de los tamiles. 1981 se produjeron detenciones, evicciones,
E n 1990, a solicitud del gobierno de Sri desplazamientos de población y diversos actos
Lanka. India retiró sus tropas. El movimiento de violencia; algunos miskitos se incorporaron
de guerrilla tamil, que no fue realmente dislo- de hecho a las fuerzas de la Contra, apoyadas
cado por el ejército de la India, manifestó su por los Estados Unidos. Otros buscaron refugio
voluntad de negociar con el gobierno central. entre las comunidades miskitos en la orilla
Pero entre tanto, un movimiento cingalés bu- opuesta del Río Coco en el vecino Honduras,
dista de signo extremista intensificó sus violen- mientras que otros optaron por promover sus
tos ataques contra el gobierno central, lo que a objetivos en el marco de las nuevas estructuras
su vez acarreó violentas contramedidas del go- políticas del país.
bierno. U n a vez m á s . cientos de civiles fueron En 1985, el régimen sandinista reconoció
víctimas de esta escalada. A comienzos de sus errores y procedió a rectificar su política.
1990. después de la retirada de las tropas in- Tras extensas consultas se promulgó una nueva
dias, el nivel de violencia parecía haber dismi- Constitución para Nicaragua en 1988 en la que
nuido, pero no se preveía una solución política se garantizaba la autonomía regional para las
a corto plazo13. A mediados de este año. el con- comunidades de la Costa Atlántica, pero al
flicto se recrudeció. m i s m o tiempo se reservaba un amplio control
3. La revolución sandinista de 1979 en Nicara- para el gobierno actual. La mayoría de los refu-
gua, después de varios años de una guerra de giados miskitos regresaron del extranjero, otros
guerrillas, logró derrocar a la sangrienta dicta- depusieron sus armas y volvieron a iniciar una
dura que había durado m á s de 30 años y pudo actividad política legítima, y otros m u c h o s
establecer un gobierno popular revolucionario. aceptaron el reto sandinista de obrar por una
Habida cuenta de las orientaciones marxistas autonomía regional efectiva en el marco de las
de los nuevos dirigentes, el gobierno fue objeto nuevas estructuras políticas14. A comienzos de
m u y pronto de una guerra larvada, de un boicot 1990, el gobierno sandinista fue derrotado en
económico estricto, y de tentativas de derroca- las elecciones y una coalición de partidos opo-
miento por parte del gobierno de Reagan. En su sitores asumió el poder. La mayoría de los mis-
lucha de resistencia contra el imperialismo y en kitos votaron contra el gobierno revoluciona-
defensa tanto de la revolución c o m o de la sobe- rio. Al m o m e n t o de escribir este ensayo
ranía nacional en peligro, los sandinistas qui- todavía no se sabe exactamente c ó m o procede-
sieron rápidamente establecer su control efecti- rá el nuevo gobierno para resolver el problema
vo sobre todo el país. Esto les hizo entrar en de la autonomía.
conflicto directo con los miskitos y otros pue- 4. E n las provincias 1'ascongac/a.s de España,
blos indígenas de la costa Atlántica, una región en el país de Euzkadi, el nacionalismo regional
que nunca se había integrado efectivamente en surgió c o m o una fuerza política en el siglo XIX,
la estructura política centralizada de Nicara- después de que el gobierno español central hu-
gua. Habida cuenta de sus viejos vínculos cari- biese abolido antiguas instituciones legales lo-
beños con el Reino Unido y los Estados Uni- cales. Al m i s m o tiempo, la industrialización in-
dos, y de la influencia de la Iglesia morava, que cipiente provocó migraciones y conflictos de
fue establecida originalmente por misioneros clase cada vez m á s agudos. Durante la dictadu-
americanos, los miskitos. m u c h o s de los cuales ra de Franco, se prohibió el idioma vasco y
habían sido educados en escuelas misioneras otras manifestaciones étnicas. El nacionalismo
americanas a lo largo de la costa, desconfiaban vasco se fortaleció durante los años cincuenta y
de los revolucionarios de habla española de la sesenta, y en los años setenta logró imponerse
región occidental, que ahora estaban a cargo una organización separatista militar conocida
del gobierno central y que deseaban cambiar el c o m o E T A , que utilizaba tácticas terroristas.
estilo de vida, las actividades económicas y los Los vascos no sólo reclaman sus instituciones
derechos a la tierra tradicionales de este pueblo tradicionales sino también su lengua y se consi-
indígena. Los sandinistas, a su vez, mostraron deran racialmente distintos de otros españoles.
poca simpatía por las reivindicaciones «étni- A pesar de que se garantiza la autonomía regio-
cas» de los indios y estimaron pronto que su nal en la nueva Constitución Española y el Es-
Los conflictos étnicos y sus repercusiones en lu sociedad internacional 131

*,?'é

WÍÈ^ÊÊÊ

Conflictos cínicos: los turcos en Bulgaria. i oicsnci/s^rmi.

tatuto de Autonomía regional de 1978. los efec- juicio el concepto de nación y la índole del Es-
tos de la crisis económica en el plano local han tado m i s m o . En el contexto de las ideologías
contribuido a aumentar la simpatía en la pobla- estatistas dominantes de nuestra época, este ti-
ción por el movimiento nacionalista. También po de conflicto amenaza la estabilidad de las
ha recibido el apoyo de los vascos de Euzkadi instituciones de un país y pone claramente de
del norte, es decir, de la Francia vecina, pero en manifiesto las debilidades de las estructuras
esta región el nacionalismo vasco es un proble- políticas existentes. Cuando los mecanismos
m a de escasa importancia. Los gobiernos de Es- políticos que pueden llevar al consenso de los
paña y de Francia se han puesto de acuerdo pa- partidos en conflicto no existen o no son ope-
ra combatir conjuntamente el terrorismo de rantes, aumentan las probabilidades de recurso
E T A . Actualmente parecen darse las condicio- a la violencia por una o ambas partes, lo que a
nes para lograr una solución pacífica al proble- su vez crea una espiral en escalada de violencia
m a en el marco del proceso democrático, pero y contraviolcncia.
las tensiones y las confrontaciones violentas E n los casos mencionados anteriormente,
entre los nacionalistas vascos extremistas y las todos los elementos que acompañan en general
fuerzas represivas del gobierno central siguen al conflicto étnico están presentes en mayor o
siendo agudas, y las diferentes fracciones na- menor medida en cada uno de ellos. Huelga de-
cionalistas vascas no han logrado todavía po- cir que no todos los elementos están presentes
nerse de acuerdo para adoptar una estrategia en todos los casos: por ejemplo, el problema de
común15. la distribución desigual del poder económico o
C o m o lo muestran los casos descritos ante- político, la cuestión del control de la tierra y el
riormente, cuando el conflicto étnico se produ- territorio, el conflicto lingüístico, la identifica-
ce entre un grupo étnico minoritario y una et- ción religiosa de las partes, la cuestión de la
nia dominante que controla el poder del identidad y de la autoestima del grupo, el pro-
Estado, es frecuente que se ponga en tela de blema del mantenimiento de las fronteras, la
132 Rodolfo Stavenhagen

idea estereotipada del adversario, la ansiedad y tados-naciones modelos y a los sistemas de cla-
el temor del «otro» generado por las distintas ses, y que los trasciende. La identidad étnica es
percepciones de lo que está en juego, la utiliza- una característica permanente de la vida del
ción y el papel de los mitos y símbolos movili- grupo, que puede ser reprimida a veces o existir
zadores. etc. sólo de manera latente. El objetivo y la función
de los movimientos étnicos consiste en «des-
pertar» una etnia y suscitar una conciencia co-
Movimientos étnicos lectiva en torno a la misma; en otras palabras, y
parafraseando a Marx, en transformar a la «et-
Los objetivos de las organizaciones y movi- nia en sí» en una «etnia para sí». Muchas etnias
mientos étnicos que participan en el conflicto estarían de acuerdo con este enfoque. Los vas-
varían según las circunstancias y pueden - y a cos, los tamiles, los kurdos y muchos otros sos-
m e n u d o así ocurre- cambiar con el tiempo. L o tendrían sin lugar a dudas que su identidad ét-
que comienza c o m o una simple protesta contra nica existía antes de que se produjeran los con-
16
la discriminación o la opresión política, o con- flictos actuales en que se ven envueltos .
tra las injusticias y desigualdades percibidas Los «instrumentalistas», por su parte, tien-
puede transformar el objetivo de la plena igual- den a considerar que la etnicidad es un arma
dad o de una mayor libertad individual en una política, que puede crearse, consolidarse, utili-
exigencia de mayor autonomía local o regional, zarse, manipularse o descartarse, en función de
de participación en el poder político y cambios las conveniencias políticas. La identidad étnica
en la estructura del Estado, para llegar al sepa- es sólo una de las muchas opciones que una co-
ratismo y la independencia. En general, los m o - lectividad dada puede utilizar en beneficio pro-
vimientos secesionistas, cuyo costo político, pio; se trata de una cuestión de «elección racio-
económico y h u m a n o es m u y alto, no han teni- nal»17. La identidad de los indios miskitos en
do m u c h o éxito en la época contemporánea. Nicaragua, por ejemplo, se considera por lo ge-
Sin embargo, el objetivo de la secesión o de la neral c o m o un fenómeno bastante reciente y
creación de un Estado separado, inspira m u - que se ha activado sin duda a raíz del conflicto
chos movimientos étnicos y es utilizado a m e - político que se produjo en dicho país. Lo mis-
nudo por ellos c o m o un elemento para negociar m o puede decirse de la identidad de los palesti-
a nivel político. D e hecho, no hay nada que un nos, de los sikhs, de los eritreos, de los saha-
Estado establecido tema m á s que la amenaza rauis y de otros muchos grupos en todo el m u n -
de una secesión territorial. Los Estados mejor do q u e invocan la identidad étnica para
prefieren perder poblaciones que territorios. difundir su mensaje político. Si bien toda gene-
Desde el Tratado de Westfalia. las fronteras te- ralización sería arriesgada, es probable que la
rritoriales de los Estados han sido consideradas mayor parte de los conflictos étnicos actuales
c o m o los límites sagrados del sistema interna- contenga una mezcla de a m b o s ingredientes: la
cional. Se han llevado a cabo demasiadas gue- identidad étnica probablemente tiene sus raí-
rras por parcelas de territorios para que poda- ces históricas en la conciencia colectiva, pero
m o s subestimar el poder del «imperativo terri- también ha sido utilizada intencionadamente
torial» que algunos estudiosos atribuyen a por las élites militantes para movilizar el apoyo
nuestra naturaleza animal. y delimitar un área precisa de acción política.

Los vínculos étnicos Las élites étnicas y las m a s a s


U n problema importante que se plantea en re- La última afirmación nos lleva a analizar otro
lación con los movimientos políticos étnicos es aspecto importante de los conflictos étnicos
la índole del vínculo étnico en sí. es decir, el contemporáneos, que es el de la relación entre
significado de la etnicidad. Hay dos escuelas las élites y las masas, entre los líderes y los se-
principales de pensamiento al respecto. Los guidores, entre los militantes y los espectado-
«primordialistas» sostienen que la etnicidad es res, en otras palabras, el papel de la «vanguar-
un vínculo primordial entre los miembros de dia» étnica. N o todos los miembros del grupo
una comunidad «natural», que precede a los es- étnico participan de la m i s m a manera en los
Los conflictos cínicos y sus repercusiones en la sociedad internacional 133

conflictos étnicos. Aunque es posible que los que respetan los autores contemporáneos pero,
individuos sean víctimas de discriminaciones o de hecho, los conflictos étnicos y la situación de
de genocidio simplemente por su afiliación ét- las minorías étnicas han tenido desde hace
nica, las reivindicaciones y demandas étnicas tiempo consecuencias internacionales y las si-
son formuladas y fomentadas generalmente guen teniendo hoy en día.
por las élites militantes antes de que la base de Los estados europeos manifestaron su preo-
la etnia haya incluso tenido conciencia de ellas, cupación por la protección de los cristianos ba-
y por supuesto antes que las haya formulado jo el Imperio O t o m a n o ; a raíz de la Primera
c o m o reivindicaciones propias. A su vez, las Guerra Mundial se firmaron algunos tratados
élites pueden dividirse en distintas facciones para la protección de las diversas minorías na-
que se distinguen no sólo por lo que respecta a cionales18; la Sociedad de las Naciones creó un
cuestiones de estrategia y de táctica sino tam- régimen internacional para la protección de las
bién, a m e n u d o , por lo que respecta a los objeti- minorías que se derrumbó después de la Segun-
vos del conflicto en sí. Así ocurre con los vas- da Guerra Mundial. U n a vez m á s , durante este
cos, los tamiles, los kurdos, los miskitos, los re- período, se firmaron varios acuerdos bilatera-
publicanos irlandeses, los palestinos y muchos les entre Estados, relativos al trato de las mino-
otros. Cabe preguntarse si las élites étnicas ex- rías nacionales, religiosas y lingüísticas.
presan simplemente las exigencias y aspiracio-
nes subyacentes de los pueblos que pretenden
representar, o si imponen sus propias ideolo- Afinidades étnicas
gías sobre sus seguidores y sobre sus adversa- allende las fronteras
rios y rivales políticos. N o es posible responder
fácilmente a este interrogante en la medida en Hay varias razones por las cuales un conflicto
que en situaciones de conflicto étnico, por su étnico puede desbordarse a través de las fronte-
propia índole es poco probable que las decisio- ras nacionales y afectar actores externos. Es fre-
nes se t o m e n democráticamente entre los cuente que un grupo étnico en conflicto tenga
miembros de una etnia en conflicto. Cuando se miembros de la misma etnia en otros países.
procede a consultas m á s o menos democráticas Así, los tamiles de Sri Lanka, los kurdos, los
(como ocurrió con las elecciones de Euzkadi en vascos, los sikhs, los miskitos, los católicos de
1979 o en el referéndum de Quebec en 1980) Ulster, los turcos en Chipre y en Bulgaria, los
los elementos m á s radicales generalmente no albaneses en Yugoslavia, los húngaros en R u -
reciben el apoyo masivo popular de sus propios mania, entre otros, tienen grupos étnicos afines
pueblos. en otro país que por lo general, pero no siem-
pre, es un país vecino, en los que buscan y a
m e n u d o obtienen apoyo político y material.
La internacionalización Los insurgentes tamiles encuentran apoyo en
de los conflictos étnicos Tamilnadu, al otro lado del Estrecho de Palk;
los militantes vascos de Euzkadi del sur en-
A primera vista, la mayoría de los conflictos cuentran refugio en el País Vasco francés al
étnicos parecen ser asuntos internos de las na- igual que los miembros del I R A en la República
ciones-estados. Los grupos étnicos se enfrentan de Irlanda. Las comunidades sikhs en Gran
entre sí en el marco de una sociedad ya existen- Bretaña y Canadá apoyan la lucha de los sikhs
te; o bien una etnia lucha por sus derechos y el en el Punjab. Los militantes nacionalistas kur-
poder con un gobierno central; es posible que se dos en Irán, Iraq, Turquía y Siria han encontra-
pongan en tela de juicio las políticas estatales e do apoyo en los países vecinos según las cir-
incluso que se modifiquen; también es posible cunstancias inestables y cambiantes de la polí-
que se modifique la situación o el estatuto jurí- tica en el Oriente M e d i o . L o s refugiados
dico de una minoría étnica. E n la medida en miskitos de Nicaragua fueron acogidos por las
que el sistema internacional moderno se basa comunidades miskitos en la vecina Honduras
en el principio de la soberanía del Estado, estos antes de que volvieran a sus hogares cuando
problemas internos se dejan cómodamente al cambiaron las circunstancias. Así, las relacio-
margen de las preocupaciones de la comunidad nes con grupos étnicos afines en el exterior pue-
internacional. Esta puede ser la situación ideal de ser un importante factor en la evolución de
134 Rodolfo Sluven/iagen

un conflicto étnico al parecer exclusivamente tes moros y el gobierno de Filipinas. Los movi-
interno. mientos izquierdistas de la década de los 70 y
Se impone aquí una nota de cautela. La idea de los 80 apoyaron los «movimientos de libera-
según la cual un conflicto étnico es un asunto ción nacional» en distintas partes del m u n d o .
meramente interno o doméstico es un mito Los grupos conservadores a su vez, proporcio-
más de los Estados. D e hecho, si un grupo étni- naron apoyo moral y a veces material a los go-
co se ve afectado por un conflicto, es m u y lógi- biernos de tendencia ideológica afín que trata-
co, no sólo en virtud de una «razón de Estado» ba de hacer frente a los conflictos étnicos.
ficticia sino también en virtud de una «razón
de etnia» igualmenteficticiaque otros grupos
étnicos afines, dondequiera que se encuentren, Los vecinos afectados
presten apoyo a los miembros de su misma et-
nia, sin tener en cuenta las fronteras internacio- Algunas intervenciones extranjeras no tienen
nales o la cuestión de la soberanía de los Esta- nada que ver con la etnicidad o la ideología,
dos. Se trata evidentemente de un asunto obje- sino simplemente con la geopolítica. Los países
to de controversia, puesto que lo que puede vecinos pueden fácilmente verse inducidos a
parecer lógico para los miembros de una etnia intervenir en un conflicto étnico por sus pro-
es algo m u y peligroso y subversivo para los Es- pias razones políticas de Estado. Así. por ejem-
tados. U n ejemplo: cuando el conflicto entre plo, tanto Irán c o m o Iraq han apoyado a los
los miskitos y el Gobierno Revolucionario Ni- kurdos que luchan contra el Estado en el país
caragüense llegó a su apogeo, diversas organi- vecino y. sin embargo, han sido acusados de
zaciones indígenas internacionales sugirieron reprimir a los kurdos en su propio territorio.
que los indígenas tenían la responsabilidad de India ha acusado a Pakistán de apoyar el movi-
ayudar a sus hermanos en lucha. Claro está que mento nacionalista extremista sikh en el Pun-
el gobierno nicaragüense, que se encontraba en jab, así c o m o a la rebelión musulmana en Ca-
ese m o m e n t o en una situación de víctima de chemira por razones geopolíticas propias. Y el
una intervención externa, consideró que esta gobierno de India a su vez ha sido acusado de
posición constituía una clara invitación a una actuar de manera similar tanto en Sri Lana co-
nueva injerencia en sus asuntos soberanos. La m o en Tibet.
mayoría de los gobiernos reaccionan de mane-
ra similar y pretenden a menudo negar la im-
portancia de las causas locales de un conflicto La participación
étnico, atribuyéndolo simplemente a una inje- de las superpotências
rencia extranjera en sus asuntos internos.
Por último, la participación de las grandes po-
tencias ha aumentado a medida que se han
El apoyo ideológico externo multiplicado los conflictos étnicos en el m u n -
do. Unión Soviética, por sus propias razones
Pueden haber otras razones para explicar la políticas, ha intervenido en el conflicto étnico
participación externa en un conflicto étnico. El de Etiopía, apoyando primero a una de las par-
caso m á s corriente se refiere a las simpatías tes y después a la otra, sin preocuparse m u c h o
ideológicas que una de las partes en el conflicto de la ideología o la etnicidad. Estados Unidos
puede suscitar entre los actores externos y és- han apoyado sistemáticamente a los cristianos
tos, a su vez. pueden considerar el conflicto ét- en Líbano, a los miskitos contra el gobierno
nico c o m o una oportunidad para ampliar su in- sandinista de Nicaragua, al gobierno de Sri
fluencia y fortalecer su ideología. M u c h o se ha Lanka contra la insurrección tamil, al gobierno
escrito sobre la participación de la Libia de filipino contra los moros y las rebeliones triba-
Gaddafi en diversos conflictos de esta índole: les, a los ovambos contra el gobierno de Angola
su apoyo a los movimientos nacionalistas ex- y a los h m o n g contra el gobierno del Vietnam,
tremistas, tales c o m o la E T A y el IRA, y el pa- entre otros. Al comienzo de 1990, las tres repú-
pel que ha desempeñado prestando apoyo a la blicas bálticas de Unión Soviética declararon
rebelión de los moros en Filipinas y organizan- su independencia unilateralmente y recibieron
do después las negociaciones entre los dirigen- muestras de simpatía y comprensión de Occi-
Los conflictos cínicos y sus repercusiones en fa sociedad internacional 135

CUERNO'
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V -j •>. / ilBBIIIIit

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Conflictos étnicos: los vascos en España. bi-L/s¡r

dente, es decir, de los mismos países que no la guerra hispanoamericana de 1898. Varios
aprueban la independencia de los vascos, de los grupos étnicos en India, que hubiesen optado
irlandeses del norte, de los ciudadanos de Q u e -
por la independencia de haber tenido la opor-
bec o de Puerto Rico. tunidad de hacerlo, rechazan la manera en que
la formación del estado indio limitó su propia
soberanía (Sikkim, pueblos tribales de Bihar y
El peso d e la historia Assam). Lo m i s m o puede decirse de los karen y
shan en Birmânia, así c o m o de Timor Oriental
Algunos movimientos étnicos o nacionalistas y de Papua occidental, que forman parte ac-
son hoy día legados de períodos anteriores de tualmente de Indonesia. Los conflictos en el Sa-
formación de estados o de imperios y, por tal hara occidental y en Chipre tienen un origen
razón, arrastran las consecuencias internacio- similar. Las Naciones Unidas se han ocupado
nales de dichos procesos. Actualmente, las re- de algunos de estos casos en el marco de sus
públicas del Báltico de Unión Soviética mani- órganos especializados, en particular cuando
fiestan de nuevo una tendencia nacionalista re- está en juego la noción de la «libre determina-
primida durante mucho tiempo y ponen en tela ción de los pueblos». Pero, en general, las N a -
de juicio los acuerdos secretos entre Stalin y ciones Unidas tienden a favorecer el respeto de
Hitler que permitieron a Unión Soviética ane- la soberanía del Estado por encima de sus sim-
xionar las tres repúblicas bálticas independien- patías por la libre determinación de los pueblos
tes en 1940. El movimiento independentista de que no constituyen un Estado, salvo en algunos
Puerto Rico todavía rechaza la incorporación casos de descolonización flagrante, tales c o m o
de la isla a Estados Unidos c o m o resultado de Namibia.
136 Rodolfo Sluvenhagen

El cambiante equilibrio su propio diktat a las partes en conflicto, y por


etnodemográfico último fue objeto de repulsa por todas las par-
tes afectadas1''.
Cuando los conflictos étnicos surgen c o m o re-
sultado de emigraciones o del cambiante equi-
librio demográfico en algunos países, el «país La etnización d e las relaciones
de origen» de los emigrantes puede manifestar
cierta preocupación a nivel internacional o bi-
internacionales
lateral acerca del bienestar de sus hijos. Así, In-
dia manifiesta interés en la suerte de los indios En Sri Lanka tal c o m o en el caso de Euzkadi, de
en Africa oriental o en el Pacífico (Uganda, Fi- Ulster, de Chipre y muchos otros, puede afir-
ji). China adopta una actitud paternal con res- marse que un conflicto étnico interno «se des-
pecto a los millones de chinos expatriados en bordó» hacia la arena internacional y se trans-
Asia sudoriental y otras regiones. Turquía y Ar- formó en un conflicto internacional. Sin e m -
gelia, entre otros, han firmado acuerdos con los bargo, ocurre a m e n u d o que las relaciones
gobiernos de Europa occidental por lo que se internacionales entre los Estados adquieren un
refiere a la situación de sus trabajadores emi- tinte étnico cuando se producen conflictos étni-
grantes en estos países. cos reales o potenciales. Las políticas exteriores
de algunos países están claramente inspiradas
en simpatías o consideraciones étnicas. Es in-
Intervención directa necesario recordar la utilización agresiva por
parte de la Alemania nazi de los alemanes étni-
El acuerdo de 1987 entre India y Sri Lanka es cos en el extranjero durante la preparación de
un ejemplo reciente de una intervención direc- la Segunda Guerra Mundial. Hasta hace m u y
ta formal por parte de una potencia regional en poco las potencias coloniales planteaban sus
un conflicto étnico interno. Varios precedentes objetivos coloniales en términos de teorías de
hicieron esta intervención casi inevitable, co- supremacía racial. Cada vez que hay víctimas
m o se señaló anteriormente. Además, India, «blancas» en algún disturbio político en un
c o m o potencia regional cada vez más impor- país del Tercer M u n d o , los gobiernos y la opi-
tante, manifestó su preocupación por las impli- nión pública de los países occidentales mani-
caciones geopolíticas de la inestabilidad en su fiestan especial preocupación mientras que se
flanco meridional. India ofreció sus buenos ofi- presta poca atención a las numerosas víctimas
cios c o m o mediador, con poco éxito, entre los locales. La política exterior de Estados Unidos
insurgentes tamiles y el gobierno de Sri Lanka. es particularmente sensible a los deseos de los
Según los términos del acuerdo firmado por In- grupos de intereses americanos que encuentran
dia y Sri Lanka en 1987. las tropas indias desar- apoyos en el Congreso y en la Casa Blanca. Así,
marían a la guerrilla tamil, y el gobierno de Sri a pesar de que los intereses del gobierno ameri-
Lanka a su vez reconocería algunas de las rei- cano están del lado del régimen que preconiza
vindicaciones legítimas del movimiento tamil. la supremacía de los blancos en Sudáfrica, no
Sin embargo, de hecho, las tropas indias ayuda- puede ignorar las presiones de la comunidad
ron a reprimir varias de las facciones tamiles, afroamericana contra cl apartheid manifesta-
con grandes pérdidas en vidas humanas, y fue- da, en particular, en la demanda pública de
ron consideradas en Sri Lanka, tanto por los sanciones económicas contra Sudáfrica. U n a
tamiles c o m o por los cingaleses, c o m o una nue- de las razones que explica el apoyo continuo de
va fuerza de ocupación. E n 1990 se retiraron Estados Unidos a Israel es la fuerza del «lobby»
las tropas indias. En el ejemplo de Sri Lanka, la de los judíos americanos en el Congreso. Los
intervención extranjera siguió una pauta casi americanos de origen árabe empiezan a c o m -
previsible. En la primera fase, India simpatizó prender la importancia de esta actividad para
discretamente con una de las partes en conflic- manifestar su propio apoyo a la causa árabe. El
to (los tamiles), luego hizo un esfuerzo de m e - apoyo de Estados Unidos a Polonia durante los
diación, después intervino militarmente c o m o últimos años reflejaba tanto una ideología anti-
«pacificador», con un mandato limitado; pos- soviética c o m o las presiones de la comunidad
20
teriormente fue acusado de tratar de imponer polaca en Estados Unidos .
Los conflictos étnicos y sus repercusiones en la sociedad internacional 137

.V^\VV;V4.Í&*,-Í;:,A

Conflictos étnicos: los kurdos que viven en Iran. Irak, Turquía, Siria y U R S S . Boubai/Top.

La opinión pública, opinión pública mundial decayó. Los palesti-


las organizaciones no nos y los chiítas en el Líbano, entre otros, han
aprendido a utilizar el poder de los medios in-
gubernamentales
ternacionales de comunicación para llamar la
y los conflictos étnicos atención o a granjearse la simpatía de la opi-
nión pública mundial (ambos aspectos no son
La internacionalización de un conflicto étnico siempre coincidentes).
tiene otros aspectos, al margen de la interven- En la medida en que muchos de los conflic-
ción directa o indirecta de los estados vecinos o tos étnicos actuales se producen en el Tercer
de las superpotências. La opinión pública m u n - M u n d o , muchas organizaciones no guberna-
dial, en particular de Occidente, siempre puede mentales y organismos de voluntarios que tra-
ser manipulada mediante la utilización de los bajan en los países del Tercer M u n d o pueden
medios de comunicación de masas. Recorde- desempeñar un papel en la intervención inter-
m o s simplemente la cobertura por todos los nacional. A veces, se convierten en abogados
medios de comunicación de que fueron objeto en el exterior de la causa de algunos grupos ét-
la Intifada y la resistencia negra en Sudáfrica nicos en conflicto. Los kurdos, los miskitos, los
durante algún tiempo, hasta que los gobiernos tamiles, el pueblo de Timor oriental, los negros
de Israel y de Sudáfrica respectivamente impu- de Sudáfrica y otros pueden contar con el apo-
sieron restricciones estrictas a dicha cobertura. yo y la simpatía de muchas de estas organiza-
Casi de la noche a la mañana, el interés de la ciones que operan desde Europa occidental y
138 Rodal lo StciYc'iihtigeii

América del Norte y que no sólo proporcionan las Naciones Unidas en el proceso de descolo-
una publicidad en el extranjero a la causa del nización, la Asamblea General ha aprobado
grupo étnico, sino que también canalizan re- muchas resoluciones en relación con el derecho
cursos y todo tipo de ayuda para dichos grupos. a la libre determinación de los pueblos, pero
Los organismos donantes del m u n d o industria- estas resoluciones no siempre han sido respeta-
lizado desempeñan un papel cada vez m á s im- das por los Estados que ejercen el poder sobre
portante en los proyectos de desarrollo en m u - el territorio y los pueblos afectados. Pueden ci-
chos países subdesarrollados. Si bien una parte tarse c o m o ejemplos el Sahara Occidental y Ti-
de la ayuda se destina directamente a proyectos mor Oriental21.
locales y contribuye al bienestar de la pobla- En los últimos años, los órganos competen-
ción a nivel de la base, a menudo se canaliza a tes de las Naciones Unidas se han preocupado
través de organismos gubernamentales locales. cada vez más por las situaciones de conflicto en
Los grupos étnicos en conflicto con un Estado a que se producen violaciones masivas de los de-
m e n u d o se quejan de que dicha ayuda no les rechos humanos. Sin lugar a dudas, los procedi-
llega, o se les retiene y en realidad refuerza el mientos en los órganos competentes de las N a -
poder del Estado. E n tales circunstancias, los ciones Unidas son m u y lentos y complicados.
organismos donantes pueden amenazar con re- Sin embargo, cada vez con más frecuencia se
tirar o suspender sus contribuciones a un país les pide que actúen para poner término a di-
dado, intentando influir de este m o d o en el chas violaciones. La Comisión de Derechos
comportamiento de un gobierno en relación H u m a n o s , el Comité de Derechos H u m a n o s , la
con el conflicto. C o m o ejemplos, cabe citar las Subcomisión de Prevención de Discriminacio-
presiones que ejercieron sobre el gobierno de nes y Protección a las Minorías, entre otros ór-
Sri Lanka muchos organismos donantes para ganos especializados, han examinado los casos
que modificara sus políticas respecto a los ta- de violaciones de los derechos humanos en el
miles. Se ejercieron presiones similares sobre el marco de conflictos étnicos. E n los últimos
gobierno de Sudán en relación con el conflicto años, por ejemplo, la Subcomisión se ha ocupa-
en el Sudán meridional, o sobre Etiopía en el do de la situación en Sri Lanka, de la suerte de
conflicto del Tigré y Eritrea. Los gobiernos, por los chakmas y otras tribus de las montañas de
supuesto, reaccionan negativamente a estas po- Chittagong de Bangladesh, de los pueblos indí-
líticas, considerándolas c o m o una injerencia genas de las Américas, el genocidio ocurrido en
inadmisible en sus asuntos internos. Armenia hace más de setenta años (los arme-
nios desearían que las Naciones Unidas reco-
nocieran que este genocidio tuvo lugar mien-
Las Naciones Unidas tras que el gobierno turco lo deniega), y por su-
puesto, del apartheid. Las comunicaciones
Otra forma importante y potencialmente m á s sobre violaciones de los derechos humanos so-
eficaz de interés internacional se manifiesta a metidos a los órganos especializados de las N a -
través del sistema de las Naciones Unidas. Si ciones Unidas se basan en los derechos estipu-
bien las Naciones Unidas respetan escrupulo- lados en el Pacto Internacional de Derechos Ci-
samente la soberanía de los Estados, en princi- viles y Políticos y en el Pacto Internacional de
pio pueden verse implicadas en conflictos étni- Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
cos (al igual que en otros tipos de conflictos in- Los conflictos étnicos, por su duración, su in-
ternos) en el marco de tres mandatos distintos: tensidad y su carácter a veces irracional, con-
a) cuando un conflicto representa un peligro ducen m u y a m e n u d o a violaciones masivas de
claro para el mantenimiento de la paz; b) cuan- los derechos humanos.
do se trata de un problema de descolonización
y c) cuando implica violaciones masivas de de-
rechos humanos. Las Naciones Unidas han e m - Consecuencias
prendido misiones de mantenimiento de la paz de la internacionalización
en algunos conflictos étnicos (Líbano. Chipre),
pero sólo cuando el conflicto había adquirido La internacionalización de los conflictos étni-
un carácter internacional y había intervenido cos puede tener distintos tipos de consecuen-
un país externo. E n el marco de la función de cias por lo que respecta al propio conflicto. U n
Los conflictos cínicos y sas repercusiones en lu sociedad internacional 139

especialista ha distinguido cinco pautas al res- buciones en este nuevo campo. La importancia
pecto: a) la exacerbación del conflicto c o m o re-mundial de los conflictos étnicos no puede ne-
sultado de la intervención extranjera; b) la pro- garse o desconocerse. A medida que los princi-
longación del conflicto c o m o resultado de una pales conflictos ideológicos del siglo X X se difu-
intervención de intereses externos; c) la m o d e -minan en el horizonte, los conflictos de identi-
ración del conflicto a consecuencia de las pre- dad y de valores, es decir, los conflictos étnicos
siones internacionales; d) la conciliación de las de fondo, adquirirán sin duda mayor relevan-
partes en el conflicto c o m o resultado de la m e -
cia y virulencia. Habrá que encontrar nuevas
diación o la intervención de un elemento exter- formas de abordar y resolver estos conflictos.
no; e) la transformación del conflicto, es decir, Pueblos que se definen étnicamente y que no
que el conflicto étnico puede ser superado por constituyen un Estado están pasando a ocupar
intereses no étnicos de terceros y transformarse la escena internacional a medida que se trans-
en otro tipo de conflicto totalmente distinto". forman las funciones tradicionales del Estado.
Otros actores (trátese de Estados o de organiza-
ciones no gubernamentales) se ven implicados
Conclusiones en los conflictos étnicos. La comunidad inter-
nacional, y en particular las organizaciones
El estudio de la internacionalización de los multilaterales de carácter regional y universal
conflictos étnicos y de la etnización de las rela- deben hacer frente al desafío que plantean los
ciones internacionales se encuentra en sus co- grupos étnicos en conflicto.
mienzos. Las ciencias sociales y la teoría inter-
nacional todavía no han hecho muchas contri- Traducido del ingles

Notas

1. Peler Wallensteen (Editor), Resolution?» en Edward E. Azar y explicativo, véase Donald L .


States in Armed Conflict I988, John W . Burton. International Horow itz. Ethnie Groups in
Uppsala. Uppsala University. Conflict Resolution. Theory and Conflict. Berkeley, University of
Department of Peace and Conflict Practice, Sussex. Wheatsheaf California Press,'1985.
Research. Report n u m . 30. julio de Books. 1986.
1989. 7. U n instrumento útil para la
4. Para un enfoque conceptual investigación sobre la etnicidad es
2. Barbara Harff y Ted Robert reciente sobre las relaciones la obra de Fred W . Riggs (Editor),
Gurr. «Genocides and Politicides sociales de producción, véase Ethnicity ¡niercocta Glossary.
since 1945: Evidence and Robert W . Cox, Production. Power, Concepts and Terms uses in
Anticipation», Internet on the and II 'oriel Order: Social Forces in Ethnicity Research. Honolulu.
Holocaust and Genocide. the Making of History, N e w York, International Social Science
Jerusalén, Institute of the Columbia University Press. 1987. Council (International Conceptual
International Conference on the Encycloplcdia for the Social
Holocaust and Genocide, N u m e r o 5. Para una crítica anterior de esta Sciences, v. I). 1985.
especial 13, diciembre de 1987. negligencia, véase Rodolfo
Stavenhagen, «Ethnodevelopment: 8. Sobre los pueblos indígenas,
3. K u m a r Rupesinghe. «Theories a Neglected Dimension in véase Comisión independiente
of Conflict Resolution and Their Development Thinking», en sobre las cuestiones humanitarias
Applicability to Protracted Ethnic R a y m o n d Apthorpe y A . Krahl internacionales. Indigenous
Conflicts», en K u m a r Rupesinghe (Editores). Development Studies: Peoples. A Global Quest for Justice.
(compilador). Ethnic Conflicts and Critique and Renewal. Leiden, Londres. Zed Books. 1987.
Human Rights, Oslo, The United A . J. Brill. 1986.
Nations University and Norwegian 9. Véase Rodolfo Stavenhagen.
University Press, 1988; véase 6. Para una contribución «Ethnic Conflict and H u m a n
también Michael Banks, «The importante en este c a m p o , en la Rights. Their Interrelationship»,
International Relations Discipline: que se hace m u c h o hincapié en la en K u m a n Rupesinghe
Asset or Liability for Conflict psicología social c o m o un factor (Compilador), op. cit.
140 Rodolfo Stavenhagen

10. Edward A . Azar. «Protracted Robert P. Clark. «Euzkadi: Basque Minority Rights. A Comparative
International Conflicts: Ten Nationalism in Spain since the Analysis, Westport, Greenwood
Propositions», en Edward A . Azar Civil War», en Charles R . Foster. Press, 1983.
y John W . Burton, op. cit. Nations without a State. Ethnie
Minorities m Western Europe. N e w 19. K . M . D e Silva. «Indo-Sri
1 1. Véase Jerry Boucher, D a n York. Praeger, 1980; J. Martin Lanka Relations 1975-1989: a
Landis & Karen Arnold Clark Ramirez and Bobbie Sullivan. Study in the Internationalization
(Editores), Ethnic Conflict. «The Basque Conflict», en Jerry of Ethnic Conflict», documento
International Perspectives, Boucher, D a n Landis y Karen presentado al ICES International
Londres. Sage Publications, 1987. Arnold Clark, op. cit. K e n Workshop on the
Medhurst. «Basques and Basque Internationalization of Ethnic
12. T o m Hadden y Kevin Boyle. Nationalism», en Colin H . Conflict». 2-4 de agosto. 1989.
«Northern Ireland: Conflict and Williams (Editor). National Colombo, Sri Lanka.
Conflict Resolution» y Paul Separatism, Vancouver.
Arthur, «The Anglo-Irish University of British Columbia 20. Kenneth Longmyer. «Black
Agreement: Conflict Resolution or Press, 1982. American Demands», y Daud J.
Conflict Regulation?», en K u m a r Sadd y G . N . Lendermann. «Arab
Rupcsinghc (Compilador), op. at. 16. Harold Isaacs, The idols oj the American Grievances» en Foreign
Tribe: Anthony D . Smith, The Policy, num. 60. Otoño 1985
13. K u m a r Rupesinghe Ethnic Origins of Nations, Oxford. (Sección especial sobre « N e w
(Compilador), op. cit.. Part V . Basil Blackwell, 1986. Ethnic Voices»).
«The Tamil-Sinhalese Conflict in
Sri Lanka». 17. Michael Banton, Racial and 21. Hector Gros Espiell, /:/
Ethnic Competition, Cambridge, derecho a la libre determinación.
14. K u m a r Rupesinghe Cambridge University Press. 1983; Aplicación de las Resoluciones de
(Compilador), op. cit.. Part IV. Donald L. Horowitz, op. cit. las Naciones Unidas. Nueva York,
«Ethnic Conflict in Nicaragua». Benedict Andersoon. Imagined Naciones Unidas, 1979.
Communities. Reflections on the
15. Fernando Reinares, Violencia Origin and Spread ol'Nationahsm. 22. Ralph R . Premdas, «The
y politica en Euskadi, Bilbao. Londres, Verso, 1983. Internationalization of Ethnic
Desclée de Brouwer, 1984; Conflict: Theoretical
Philippe Oyamburu, L'Irréductible 18. Francesco Capotorti. Study on Explorations», documento
Phénomène Basque, París. Editions the Rights of Persons belonging to presentado al «ICES International
Entente. 1980: Patrick Busquet, Ethnic. Religious and Linguistic Workshop on Internationalization
Claude Vidal, Le Pays Basque et sa Minorities, N e w York, United of Ethnic Conflict», 2-4 de agosto
Liberté, Paris, Le Sycomore. 1980; Nations. 1979: Jay A . Sigler, de 1989. Colombo. Sri Lanka.
Las crisis de identidad,
paradigma de la conflictividad
en el Cercano Oriente

Yves Besson

El fenómeno de la afirmación ducta israelí o la dependencia dramática de un


de la identidad país postrado c o m o Egipto. Esta revaluación
del planteamiento teórico se ha efectuado en
Para todo observador del escenario del Cerca- dos direcciones, partiéndose de la conciencia
no Oriente, es obvio que m á s allá de las formas de la importancia - m á s claramente percibida
interestatales en que se manifiestan allí los con- hoy en día- del choque dialéctico producido
flictos recientes o del presente, actúan fuerzas, por la irrupción de la razón occidental y de su
intereses y estrategias de otra índole. A u n cuan- modelo nacional-estatal en el m u n d o del Cer-
do estos factores de conflicto hayan sido tam- cano Oriente. Esta difusión intelectual y física,
bién identificados en otras regiones del m u n d o , que se llevó a cabo primero hasta 1914-1918,
y puedan seguir siéndolo, en el conjunto o t o m a n o ,
parecen haber traspasado unitario y tradicionalista, y
Yves Besson. Licenciado en Letras - His-
en el Cercano Oriente un toria, Universidad de Ginebra. 1964. luego en una zona fragmen-
umbral que hace de su viru- Doctor en Ciencias Políticas, Instituto tada y sometida brutal-
Universitario de Altos Estudios Interna-
lencia algo enteramente es- cionales, Ginebra, 1978. Diploma de la
mente a la modernización
pecífico. La desintegración Fletcher School of Law and Diplomacy, por losflujosy reflujos co-
del Líbano, en particular, Universidad Tufts, Medford, Mass., loniales, ha hecho sentir de
E E . U U . , 1968. Diploma del Centro de
está llena de peligrosas po- Estudios Arabes del Oriente Medio, m o d o continuo su influen-
sibilidades de contagio, Shemlan, Líbano, 1973. Diplomático cia. Las dos tendencias que
suizo de 1970 a 1981. Profesor auxiliar caracterizan hoy en día la
que sólo ha podido ser evi- de Relaciones Internacionales en la Uni-
tado en otras partes, y por versidad de Friburgo, de 1981 a 1990. orientación de las investi-
el m o m e n t o , mediante una Director de las Operaciones de la Oficina gaciones son, por u n lado,
de Socorro y de Obras Públicas de las N a -
agravación de la coacción y ciones Unidas para los refugiados palesti- la atenuación de las diver-
la violencia estatal. nos en el Próximo Oriente (OOPS) en Je- gencias entre orientalismo
rusalén desde julio de 1990. e historia social, con la con-
Estos acontecimientos,
potencialmente m u y volá- siguiente aparición de un
tiles, obligan al analista a poner en entredicho y neo-orientalismo y de una nueva historia so-
revaluar el planteamiento teórico del estudio cial, menos alejados el uno del otro de lo que
de los conflictos en el Cercano Oriente. Global- pudiera parecer a primera vista; y, por otra par-
mente, la situación en esta región es conflicti- te, la reafirmación de la importancia de esa rea-
va, m á s allá de determinados factores más visi- lidad a la que se 1
ha dado el nombre de identi-
bles pero que son también síntomas de la de- dad o etnicidad .
gradación política, social y moral, c o m o son la A las distintas tendencias que han domina-
corrupción, el derroche de las riquezas petrolí- do los planteamientos occidentales de estos úl-
feras, la evolución de tipo estalinista de algunos timos cuarenta años corresponden, globalmen-
regímenes, las rivalidades interárabes, las ten- te, tres grandes tipos de análisis.
tativas de manipulación de la causa palestina, El primero parte de esta idea: las diversas
el conflicto Irán-Irak, la arrogancia de la con- comunidades del Cercano Oriente, divididas

R I C S 127/Marzo 1991
142 Yves Bessoii

en Estados - e n la m a y o r parte de los casos, arti- otras zonas constituye un ejemplo que permite
ficialmente- por obra de la situación colonial y ilustrar el m o d e l o teórico, de acuerdo c o n
de la historia reciente, comparten determina- orientaciones contrapuestas, sumidas éstas a su
das características históricas y culturales que vez en una gran lucha planetaria. Los liberales,
constituyen su auténtica esencia (esto es. carac- optimistas, creen que con determinadas adap-
terísticas ontológicas), y que determinan y li- taciones, sectoriales y limitadas, y mediante la
mitan sus posibilidades de evolución, imponen aceptación de ciertos principios (la laicidad,
horizontes y fronteras a su c a m p o político, c por ejemplo), el proceso de modernización aca-
hipotecan su proceso de modernización. Estos bará por ponerse en marcha; los marxistas o los
elementos ontológicos han tenido que afrontar socialistas sostienen que la gravedad de las de-
desde el siglo XIX el choque provocado por la pendencias es tal que es menester modificar
irrupción de otros conceptos cuya influencia primero profundamente las reglas del juego
no es m e n o s poderosa, esto es. los conceptos mundial. Sin embargo, a m b o s son internacio-
que articulan el modelo racional y jurídico del nalistas, en la m e d i d a en que insisten en la in-
Estado nacional, producto de la historia euro- fluencia decisiva que ejercen factores externos
pea. El modelo occidental ha sido trasplantado y relaciones económicas (macroeconómicas) en
al Cercano Oriente, pero sin éxito por el m o - la modernización política. N o s encontramos
m e n t o . H a y que preguntarse entonces si es p o - aquí ante u n caso de influencia bastante a m b i -
sible que arraigue, y en la nueva corriente de gua del m a r x i s m o sobre el liberalismo, en la
pensamiento encontramos dos respuestas de m e d i d a en que este último adquiere así u n fuer-
sentido contrario: te carácter ideológico, puesto que acaba por
a) la de algunos analistas occidentales que esti- considerar que la economía de mercado, por sí
m a n que la persistencia de esos elementos m i s m a , puede bastar para que los hombres al-
ontológicos en el Cercano Oriente constitu- cancen la felicidad a través del desarrollo que
ye un obstáculo que se opone a la moderni- permite'.
zación y lleva a toda una serie de callejones La tercera corriente, por último, está repre-
sin salida generadores de conflictos; sentada por algunos politólogos que estiman
b) la de los islamistas y los fundamentalistas que, en el caso del Cercano Oriente, los Estados
que piensan que han encontrado una solu- actuales, tal y c o m o son reconocidos por la co-
ción de los problemas que plantea la histo- m u n i d a d internacional, y sean cuales fueren
ria a la evolución de sus sociedades, solu- sus insuficiencias, sus taras congénitas y sus
ción que consiste en el rechazo del modelo fracasos, han conseguido al m e n o s lo m á s difí-
occidental y la construcción de otra m o d e r - cil, o sea, durar. Para ellos, el hecho de que to-
nidad, cuyos cimientos han de ser precisa- davía n o haya desaparecido ninguno de los Es-
mente dichos elementos ontológicos2. tados que surgieron tras la descolonización - y
L a segunda corriente hace hincapié en las en particular, la supervivencia del Estado liba-
posibilidades de evolución, pese a los obstácu- n e s - es algo absolutamente fundamental. Esti-
los, y en la capacidad que tienen estas socieda- m a que el fortalecimiento del stale-building
des de integrar y armonizar lo m o d e r n o (alóge- acabará por suscitar la aparición de u n senti-
n o ) c o n lo tradicional. E n esta corriente miento de solidaridad interna -nation-buil-
encontramos tanto a los teóricos de la moderni- ding- en u n proceso de modernización, aunque
zación, relativamente desprestigiados hoy en para ello haya q u e hacer n o pocas concesiones
día, con su optimismo de inspiración neolibe- al despotismo 4 .
ral, c o m o a los de la teoría de la dependencia de ¿ Q u é críticas pueden hacerse a estas tres co-
inspiración marxista o marxizante. Parten a m - rrientes? ¿ D i s p o n e m o s acaso de u n plantea-
bas escuelas de la idea de que existen procesos miento que permita progresar en el análisis del
históricos de desarrollo, que atraviesan etapas desarrollo de las sociedades del Cercano Orien-
y pueden aplicarse a todas las sociedades; los te, sin tener q u e decidir previamente si esa evo-
que defienden la teoría de la dependencia esti- lución debe por fuerza ajustarse al modelo de la
m a n a d e m á s que las fuerzas del capitalismo in- razón estatal de tipo occidental, o al m o d e l o
ternacional obran en detrimento del desarrollo marxista que ha de enfrentarse por lo d e m á s
y de la modernización. E n esta perspectiva, ca- hoy en día con terribles interrogantes? ¿Cuáles
da caso estudiado en el Cercano Oriente o en podrían ser los instrumentos conceptuales m á s
I.as crisis de identidad, paradigma de la conliietiridad en el Cercano Oriente 143

Las identidades y los conflictos: un religioso judío y un palestino en Jerusalén. M Bji-\m/Magnum.

apropiados en el análisis de los conflictos del deberían ser, pues, considerados m á s bien co-
Cercano Oriente? m o realidades imaginadas con arreglo a deter-
A la primera tendencia mencionada, o sea, minadas modalidades, realidades informadas
la corriente esencialista o «primordialista», de nuevo por éstas en cada época de la historia
cabe objetar que los elementos ontológicos y proyectadas en una actualidad que es a su vez
fundamentales - q u e han inspirado tantas obras transitoria, sometidas a los imperativos de la
sobre el Estado islámico o la sociedad época. El islamismo - y hasta el islamismo inte-
m u s u l m a n a - no han quedado determinados de grista- no es hoy lo que fue en el siglo pasado.
una vez para siempre, ya sea por suerte, c o m o H a y muchas diferencias entre el wahhabismo
piensan los islamistas, o por desgracia c o m o te- saudí del siglo XIX y los islamismos de hoy en
m e n algunos analistas occidentales para quie- día, que son a su vez m u y diversos según sus
nes se trata de elementos arcaicos que es m e - orígenes: irachí-chiíta, libanés-chiíta, egipcio-
nester eliminar o bien encerrar en un espacio sunnita o marroquí-sunnita. por ejemplo. Si
social y político claramente definido, antes de adoptamos una epistemología dinámica, con-
poder modernizar y desarrollar. En el marco vendrá que tengamos en cuenta el carácter evo-
m á s limitado del estudio de los conflictos del lutivo de los dos modelos antagónicos, y el pro-
Cercano Oriente, estos elementos ontológicos ceso dialéctico iniciado con la llegada de
144 Yves Bcsson

Napoleón Bonaparte a Egipto, sin limitarse a y a veces también socioeconómicos, están en


uno de los dos. Por último, la corriente esencia- muchos casos superpuestos e imbricados. Estos
lista afirma la necesidad de una evolución radi- vínculos impiden una clara visión ya que, al
cal de uno u otro de estos dos modelos, pero haberse vuelto a instalar, pasando por la puerta
siempre en detrimento de uno de ellos. Admite, trasera, en las trastiendas de las fachadas esta-
pues, el carácter irremediable del conflicto. tales, hacen que sean en muchos casos inútiles
En cuanto a la segunda corriente, parte de nuestros instrumentos conceptuales, y en este
una tipología de la modernización c o m o cho- caso concreto los referentes a la guerra y a la
que violento y conflictivo o c o m o adaptación paz. Además, estos lazos son omnipresentes y
con liberalización progresiva, pero entendida duraderos; son constantemente recreados y por
siempre c o m o victoria final del modelo occi- tanto resisten todos los intentos de suprimirlos.
dental. Por último, la tercera corriente funda su Son, también, símbolos de oposición a conside-
análisis en el supuesto de la perennidad del Es- raciones materialistas. Nuestra razón, con de-
tado, en el papel decisivo que ha de desempe- masiada frecuencia, al aplicarse a los países de
ñar éste en la modernización y la construcción Oriente se ha interpuesto entre el observador y
voluntarista de una sociedad renovada, gracias lo observado, petrificando la razón oriental en
a la seguridad que permite una comunidad in- una supuesta inmovilidad y reconociendo úni-
ternacional organizada por y para los Estados, camente a la nuestra las virtudes de la flexibili-
naturalmente solidarios en su defensa frente a dad 5 . La etnicidad podría entonces definirse
las impugnaciones que vienen de entidades si- c o m o la síntesis de un cierto número de rasgos
tuadas en otras esferas. Esta corriente va a ofre- distintivos y de componentes que determinan
cer, a más o menos largo plazo, posibilidades la identidad, que forma parte de la naturaleza
de adaptación a los elementos ontológicos, al esencial de un grupo determinado y ejercen
crear para ellos lugares de integración político- una influencia de tipo axiomático en la mente
jurídicos e institucionales en un c a m p o político de los individuos que lo componen. Estos ras-
reajustado, c o m o va a ofrecer también posibili- gos de identidad han de ser, sin embargo, consi-
dades de dominar, atenuar y resolver los con- derados c o m o unas variables que pueden evo-
flictos. N o puede por menos de comprobar, sin lucionar de m o d o independiente o bien juntas,
embargo, que la forma de poder estatal sin fre- en función del tiempo y del lugar, en la repre-
no que encontramos hoy en día en el Cercano sentación que de ellas se da o que surge, ya sea
Oriente ha sido puesta con frecuencia al servi- espontáneamente, ya sea por la movilización.
cio de los que la controlan, y que constituyen Ni que decir tiene que esa brusca aparición de-
una especie de nueva tribu, de identidad ideo- be ser clarificada. La identidad islámica iraní-
lógica, producto de una modernización trunca- chiíta, producto de la revolución de Jomeini o
da, mutilada, monopolizada y saqueada por de las ideas de Shariati, ha sido considerada
una minoría. por ejemplo c o m o algo de carácter ontológico
Identidad: la palabra nos lleva al punto de por sus actores, y ello aunque su expresión ver-
partida de nuestras reflexiones. Desde hace al- bal deba m u c h o a la modernidad importada
gunos años, el modelo que parte del concepto (en la integración y utilización 6
del concepto de
de identidad ha vuelto a estar en boga en el república, por ejemplo ). La etnicidad no es,
estudio del Cercano Oriente. Esta región cons- pues, una cualidad estática que un grupo posee
tituye un mosaico de diversas comunidades, de o no posee, sino un conjunto de variables de
grupos simples o complejos cuyos lazos se cru- diversos tipos, cuya esencia queda manifestada
zan, cuyas vinculaciones se ven determinadas de m o d o sensible mediante una expresión ver-
en la mayor parte de los casos por lazos ances- bal adaptada o readaptada de m o d o permanen-
trales, reales o tenidos por tales. Para estos gru- te. D e ahí que toda amenaza, real o percibida
pos, esos lazos determinan directa o indirecta- c o m o tal, contra la integridad, la prosperidad o
mente el lugar que cada uno de ellos ocupa, ya la supervivencia de la c o m u n i d a d , pueda
se trate de individuos o de comunidades, en el desencadenar lo que podríamos llamar una
c a m p o político y socioeconómico del Estado o movilización de la identidad. Y , al contrario,
de la región, o hasta en un plano superior. Estos condiciones de gran seguridad y de existencia
lazos de diversas índoles: religiosos, étnicos en armoniosa de la comunidad pueden mantener
el sentido m á s estricto, lingüísticos, culturales. su identidad en estado latente. Sin embargo.
Las crisis de identidad, paradigma de la conflictividad en el Cercano Oriente 145

una situación de dominación y de miseria eco- coexistían, en el sistema otomano, gracias a ese
nómica y social a veces no basta para suscitar doble patrimonio musulmán y bizantino insti-
un despertar de la identidad; otros factores ex- tucionalizado en el millet, que determinaba las
teriores pueden también desempeñar un papel, relaciones entre el Estado otomano y los diver-
c o m o puede verse en la evolución de la c o m u - sos grupos árabes o no árabes, musulmanes o
nidad chiíta en el Líbano. V a a ser pues menes- no musulmanes. El millet otomano era la en-
ter examinar por qué y c ó m o una comunidad carnación del deber de protección con respecto
con una cierta identidad latente puede movili- a los pueblos del Libro, pero tal y c o m o ha que-
zarse y, pasando por períodos de ideologiza- dado previsto en el orden coránico, o sea, c o m o
ción y politización llegar a lo que podemos lla- condición particular discriminatoria. La elec-
mar etnicidad. Habrá después que aislar, entre ción del calificativo en este caso depende de la
todos los factores de conflicto, el factor de la interpretación que se dé del tercer rasgo distin-
afirmación de la identidad, que tiene una ten- tivo, o sea, el concepto del tiempo. Este último
dencia natural en muchos casos a actuar disfra- era compartido por las tres religiones del Libro.
zado, ocultándose tras una retórica más moder- Condicionaba su visión del m u n d o y de la his-
na, para conseguir supuestamente una mejor toria y estructuraba su memoria. Permitía ci-
aceptación por parte de la comunidad interna- mentar un orden de las cosas c o m ú n en su esen-
cional. Sin embargo, es preciso, en primer lu- cia, aun cuando los signos elaborados para
gar, desde este punto de vista, efectuar un rápi- representarlo fueron profundamente diferentes
do e x a m e n histórico de la evolución del y potencialmente conflictivos. Esta temporali-
Cercano Oriente desde hace un siglo. dad no veía en la historia un encadenamiento
sin fin de causas y efectos ni separaba radical-
mente el pasado y el presente, la historia y la
La dimensión de la identidad cosmología. Al contrario: al yuxtaponer lo uni-
en el Cercano Oriente: versal cósmico y lo particular local, proponía a
cada comunidad de la zona otomana una posi-
algunas consideraciones históricas
bilidad de libre representación de sí misma,
Bajo la dominación otomana, pero también con signos propios para cada una. U n a con-
durante los siglos anteriores, la zona del Cerca- ciencia del tiempo de este tipo, que no vincula
no Oriente disfrutó de una situación de coexis- los acontecimientos, ni temporal ni causalmen-
tencia relativamente armoniosa o, al menos, en te, sino que los conecta al ponerlos en relación
un orden político y social que podríamos lla- mediante la religión (y en este caso la etimolo-
mar tradicional, siendo los dos polos mayorita- gía aclara el concepto) con una Divinidad, po-
rios de esta tradición la identidad árabe y el dría ser definida8 c o m o una simultaneidad a lo
islam. La identidad étnica quedaba definida largo del tiempo . En esta simultaneidad estaba
por tres rasgos distintivos primordiales: la reli- presente de m o d o constante un sentido perma-
gión, la lengua, definidora de la etnia en el sen- nente, que se daba así tanto al destino h u m a n o
tido m á s estrecho, y una determinada idea del c o m o a la naturaleza de las cosas. «La armonía
tiempo histórico o de la temporalidad. Algunas otomana» era, pues, ante todo, una visión del
comunidades compartían plenamente estos m u n d o y de la historia compartida por las dis-
tres rasgos distintivos: tal era por ejemplo el tintas comunidades religiosas y lingüísticas del
caso de las comunidades árabes musulmanas imperio. La penetración colonial del siglo XIX y
sunnitas, mientras que los árabes chiítas esta- la Primera Guerra Mundial acabaron con este
ban ya en una situación periférica con respecto orden, cuando la razón occidental introdujo el
a esa plenitud; otras, c o m o la de los árabes cris- producto de su propia revolución conceptual,
tianos, sólo tenían dos de los tres, mientras que esto es, la conciencia
9
de un «tiempo homogé-
los griegos ortodoxos, los armenios o los judíos, neo y vacío» , el tiempo que miden el reloj y el
diferentes por su lengua y su fe, lo único que calendario, y que sólo la acción de los hombres
tenían en c o m ú n con los demás era una m i s m a puede llenar. V a a desaparecer así paulatina-
idea del tiempo. A este respecto, el caso de los mente esa conciencia, en el Cercano Oriente,
turcos era especial: disponían del poder políti- de una simultaneidad a lo largo del tiempo,
co pero sólo compartían con los demás dos de transversal, atemporal y llena de m o d o perma-
los tres rasgos distintivos7. Estas comunidades nente, profeticamente, de causas y efectos m e z -
146 Yves ßcs.son

ciados, siendo sustituida por el tiempo medido dar la impresión de que la Turquía kemalista,
y vacío de la razón occidental. L a superioridad Egipto, Irán y Arabia Saudita, durante algún
técnica y militar de Europa sólo ha sido. pues, tiempo, y pese a la existencia en su seno de m i -
el vehículo, el instrumento de una revolución norías étnicas en el sentido amplio, iban por la
mental que desde hace un siglo está desarticu- senda de la constitución de Estados nacionales.
lando y trastornando el m u n d o del Cercano La evolución en el «creciente fértil» fue m u c h o
Oriente, afectando su identidad en lo que tiene m á s problemática. Al contrario de lo ocurrido
de m á s íntimo y profundo. en Egipto, por ejemplo, los nuevos Estados
U n a de las consecuencias de este choque y las nuevas fronteras creadas por Francia y
fue, pues, la aceleración radical de las potencia- Gran Bretaña eran en muchos casos arbitra-
lidades conflictivas, al quedar destruido el úni- rias, dividían a grupos y comunidades entre va-
co rasgo distintivo compartido por el conjunto rios Estados que eran a su vez demasiado ex-
de las comunidades del Cercano Oriente, y tensos. A d e m á s , las políticas de las potencias
también debido al hecho de que las comunida- mandatarias, lo hicieran éstas o no voluntaria-
des minoritarias, cristianas, judías u otras, que mente, contribuyeron a exacerbar las relacio-
sólo estaban ligadas al orden otomano por uno nes entre las comunidades. Todos estos facto-
o dos de los rasgos distintivos comunes, se en- res provocaron una movilización vertiginosa
contraron así menos alejadas (pasivamente) o de las identidades, su proyección en el c a m p o
m á s próximas (activamente) de esa razón occi- político y su transformación en etnicidades po-
dental, presentada c o m o la modernidad. E n líticas. Q u e d ó entonces fortalecida la «división
efecto, la irrupción de la razón occidental, vista religiosa» libanesa, que había ya surgido en
por muchos c o m o una impugnación no sólo de 1861 " . y se manifestaron el conflicto nacional
los símbolos sino de la esencia m i s m a de la árabe-judío en Palestina, las rivalidades reli-
identidad, sobre todo por aquellos que no po- giosas y étnicas en Iraq y en Siria, y la cuestión
seían todos los rasgos distintivos que hemos kurda. E n todas partes, bajo la retórica nacio-
mencionado anteriormente, iba a llevar las po- nalista que servía para disfrazar ambiciones es-
sibilidades de conflicto hasta el corazón m i s m o pecíficas y exclusivas, empezaron a manifestar-
de la identidad árabe-musulmana. N o es. pues, se con impaciencia las etnicidades q u e
de extrañar que los árabes cristianos fueran los deseaban apoderarse de lo que parecía tener
iniciadores de la Nadha y de un renacimiento que convertirse en un formidable instrumento
literario del árabe clásico. Al ser los primeros de poderío: el aparato de Estado. Añádase a es-
afectados, pero también los primeros que se ad- to que el sistema internacional reconocía a este
hirieron a la razón occidental moderna, de lo último tanto el monopolio de la utilización de
que se trataba en este caso para ellos, que que- la fuerza c o m o una legitimidad interna y exter-
rían salvaguardar su porvenir en la región, era na que hacían de él un instrumento excepcio-
de un intento de compensar esa pérdida de soli- nalmente útil en los conflictos entre comunida-
daridad ontológica con la mayoría árabe m u - des, superficialmente secularizados, suscitados
sulmana mediante una mayor atención presta- por la razón occidental y por otros factores. Es-
da a otro rasgo distintivo: la lengua. Tratábase tas mismas comunidades, lanzadas a ese tiem-
sin embargo de una lengua árabe a la que se iba po homogéneo y vacío de la modernidad, sen-
a confiar, al margen de su carácter sagrado, y tían a la vez una profunda nostalgia por el
mediante la secularización de lo escrito, un pa- m u n d o otomano, sentimiento que en la mayor
pel de apoyo y vehículo para un nuevo concep- parte de los casos no era explícito, y una ambi-
to, el de nación; y no cabía la menor duda para ción de poder a la que el discurso de la afirma-
ellos de que éste, puesto que había logrado sus- ción de la nación daba legitimidad y nuevo vi-
tituir en Europa a las viejas comunidades m e - gor, permitiendo al m i s m o tiempo ocultar su
dievales, podría desempeñar el m i s m o papel en carácter de afirmación de la identidad.
el Cercano Oriente, y garantizar al m i s m o tiem-
Al retirarse las potencias mandatarias tras
po su supervivencia en tanto que comunidad
la Segunda Guerra Mundial, los países del Cer-
minoritaria10.
cano Oriente alcanzaron la independencia y la
Durante el período entre las dos guerras plena soberanía. Los grandes problemas de que
mundiales, la región se dividió en Estados bajo hablaban continuamente los representantes del
la influencia de la dominación colonial. P u d o nacionalismo en sus diversas formas ideológi-
Las crisis de identidad, paradigma de la conßictividad en el Cercano Oriente 147

El conflicto libanes, una tragedia compleja e interminable, en el cual las identidades comunitarias son uno de los
factores fundamentales. De Muiikr.

cas: nasserismo, baasismo o panarabismo. o el mas económicos y sociales y el fortalecimiento


conflicto con Israel, no habían hecho desapare- de los aspectos opresores de los aparatos estata-
cer las manifestaciones propiamente étnicas. les, que estaban en manos de una de las c o m u -
Cuando éstas se presentaban de m o d o abierto y nidades, c o m o por ejemplo en Siria, contribu-
se enfrentaban con los Estados existentes, eran yeron a limitar el campo de la acción política y
sometidas a una represión implacable en n o m - a poner en peligro m á s directamente la existen-
bre de la razón de Estado; cuando conseguían, cia m i s m a de las comunidades minoritarias o
sin embargo, infiltrarse en el discurso estatal o postergadas. En la mayor parte de los casos, la
ideológico, constituían una corriente subterrá- única manifestación de la modernidad con que
nea que fomentaba continuamente conflictos estaban realmente en contacto las poblaciones
cuyos actores, atentos a lo que pudiera pensar era la de los instrumentos de coacción intelec-
la opinión internacional, utilizaban sin freno tual, religiosa y física. Añádase a esto que la
una retórica nacional-estatal, jurídica, política destrucción del equilibrio libanes, que fue una
y económica para beneficio de las grandes po- especie de modelo otomano reducido y adapta-
tencias protectoras que querían establecer su do, dio a entender claramente a las distintas
influencia en la región. comunidades del Cercano Oriente que iba a ser
La derrota árabe de junio de 1967 y los con- necesaria una mayor movilización de la afir-
siguientes fracasos del nacionalismo en sus for- mación de la identidad. Esta movilización se
m a s nasserista o baasista. mostraron con creces llevó a cabo ya en el marco regional (con un
el vacío de la retórica ideológica y de afirma- aumento del papel político de lo religioso, so-
ción de la nación. La agravación de los proble- bre todo del islam), ya en el marco más estre-
148 Yves Be.sson

cho de un Estado o una zona subregional aquí que el análisis se encuentre ante conflictos
(transformación del conflicto árabe-israelí en en los que los actores son tanto comunidades
conflicto palestino-israelí después de 1967, di- rivales, en el seno de los territorios y de la esfe-
visión defacto del Líbano entre las distintas et- ra estatales y con la participación del aparato
nias, monopolio del poder alauita en Siria). del Estado, c o m o una o varias comunidades
Lo que se desprende de este rápido bosque- que se enfrentan directamente con el aparato
jo histórico es que, desde hace m á s de setenta de Estado, o bien, por último solidaridades co-
años, las comunidades del Cercano Oriente no munitarias, basadas en la afirmación de la
han conseguido encontrar, apoyándose en uno identidad, que ejercen su influencia de m o d o
de los dos rasgos distintivos -la lengua o la reli- conflictivo por encima de las fronteras estata-
gión- una solución para sustituir al tercer rasgo les pero intentan utilizar los aparatos de Estado
desaparecido, o sea, ese concepto c o m ú n del en interés de sus respectivas causas. Los objeti-
tiempo histórico destruido por la irrupción de vos que están en juego en estos conflictos están
la razón occidental. Fracaso general, pero con relacionados, de m o d o aislado o acumulativa-
tres excepciones: Arabia Saudita, Estado islá- mente, con campos m u y diversos, c o m o el de-
mico y dinástico. Turquía, Estado nacional seo de un control exclusivo del poder de Esta-
fundado en la lengua, pese al problema kurdo y do, una mayor participación en ese poder, la
a la búsqueda desesperada de la modernidad, e mejora de la condición social, la seguridad co-
Israel, Estado nacional fundado en la exclusivi- munitaria, un mayor acceso a las riquezas pro-
dad de una religión y una lengua. El caso egip- ducidas, o bien el control de riquezas específi-
cio osciló constantemente entre el modelo de cas y de gran significado político y económi-
un Estado nacional mediterráneo y una situa- co12.
ción de epicentro del m u n d o árabe y musul- Añádase a esto que, c o m o ya señalamos an-
m á n . L a existencia de una identidad egipcia teriormente, la caída del Imperio otomano, la
preislámica hace empero de este Estado un ca- división colonial de la región en Estados, la
so aparte, y la presencia de una importante mi- ideología de la afirmación de la nacionalidad y
noría copta que no comparte con la mayoría la influencia marxista han desestabilizado pro-
árabe musulmana ni el rasgo distintivo religio- funda y duraderamente el conjunto de la región
so, ni siquiera en algunos casos el rasgo distinti-al acabar la Primera Guerra Mundial. Este en-
vo étnico en el sentido estricto, hace que el país frentamiento entre tradición y modernidad ha
esté expuesto a las vicisitudes que entraña lo ét- sido, desde entonces, extremadamente conflic-
nico. tivo; su ámbito es a la vez local, estatal, regio-
nal e internacional, y en él se acude a actores
exteriores cuyo interés por la evolución de la
El factor étnico en los conflictos región obedece en muchos casos a motivos pro-
actuales o potenciales pios, pero que se convierten de m o d o conscien-
te o inconsciente en participantes directos en
En el plano teórico, distamos todavía de haber estos conflictos etnonacionales. Importa con-
llegado a una cierta unidad de pareceres, aun- signar al respecto que estos actores exteriores,
que fuera relativa, en la presentación de m o d e - c o m o Estados Unidos, U R S S o Reino Unido y
los que puedan orientar las investigaciones. Pa- Francia, han utilizado constantemente, con al-
rece ser sin embargo posible determinar algu- gunas variantes, tipos de interpretación de los
nos puntos de acuerdo. En primer lugar, nadie conflictos del Cercano Oriente que remiten de
parece poner ya en duda que, en el Oriente M e - hecho a los fundamentos históricos o ideológi-
dio, los componentes relacionados con la iden- cos de su propia política. Son muchos los ejem-
tidad hayan hecho ahora irrupción, y probable- plos que vienen a la mente, desde la firma del
mente de m o d o duradero, en el ámbito de los Pacto de Bagdad a la intervención naval y hu-
conflictos (aunque cabe preguntarse si habían manitaria francesa en el Líbano en 1989, sin
estado alguna vez realmente ausentes). En se- olvidar la crisis de Suez en 1956. En cada uno
gundo lugar, los Estados del Cercano Oriente, de estos casos, cabe preguntarse quién ha utili-
al haber adquirido una cierta legitimidad, zado a quién; es c o m o si este gran juego de la
constituyen en muchos casos el lugar y el con- afirmación de la identidad consiguiera frecuen-
texto donde se desarrollan estos conflictos. D e temente, con extrema habilidad, aprovechar ya
Las crisis de identidad, paradigma de la conjliclividad en el Cercano Oriente 149

sea el apoyo proporcionado y sus resortes, ya símbolos por él producidos y por los efectos in-
sea las reglas y usos de las relaciones internacio- ducidos por la representación de estos símbo-
nales para sus propias actividades y objetivos, los. Estos dos métodos de análisis del fenóme-
violando sin el menor escrúpulo esas reglas y no islamista provienen ambos de un antiguo li-
usos cuando estorban demasiado. naje intelectual que parte de M a x Weber y Karl
Las dificultades con que tropezamos para Marx. Podría mencionarse también aquí una
elaborar una teoría de los conflictos de tipo ét- tercera escuela, de inspiración durkheimista.
nico son considerables. Dicha teoría podría, Parte ésta de la siguiente idea: c o m o la integra-
claro está, tomar c o m o punto de partida, en el ción de las sociedades plurales del Cercano
caso del Cercano Oriente, las investigaciones y Oriente sólo puede efectuarse sobre la base de
trabajos referentes a los conflictos internacio- una conciencia de formar parte de una m i s m a
nales. Pero el hecho de que estos vínculos entre entidad, las perturbaciones sociales provoca-
relaciones internacionales y conflictos de tipo das por la modernidad económica y política
étnico sean a su vez utilizados por los actores han llevado a los individuos a sumirse en las
en el Cercano Oriente, y ello en conflictos que capas m á s profundas de su identidad étnica, en
son a primera vista conflictos de afirmación de busca de su propia seguridad. D e aquí que la
la identidad, y viceversa, complica todo inten- modernización suscite directamente la movili-
to de teorización. Esta mezcla de géneros es, zación de la afirmación de la identidad y el ca-
permítaseme la expresión, una cortina de hu- rácter étnico, y en este caso la aparición de fun-
m o ; desdobla el campo del análisis y el número damentalismos y m á s concretamente del fun-
de incógnitas con que se enfrenta el analista. El damentalismo islámico15.
estudio de la política siria del presidente Hafiz La eventual utilización de alguno de estos
al Asad ilustra perfectamente lo que decimos: modelos depende también de lo que el observa-
¿es acaso una política de Estado?; ¿o m á s bien dor prefiere: ya sea una visión m á s bien funcio-
una política alauita que utiliza el aparato de nalista, en la que se insiste en el consenso sobre
Estado? Los dos puntos de vista han sido utili- determinados valores, en la interdependencia
zados en el análisis; pero cuando se llega a los de las comunidades y en el mantenimiento del
puntos clave de la investigación, corremos el sistema, aun cuando deba éste ser modificado;
riesgo de encontrarnos con que son poco satis- ya sea una visión estructuralista que hace pasar
factorios y mutuamente incoherentes. ¿ C ó m o al primer plano la utilidad de la rivalidad, del
salvar el obstáculo13? conflicto y de la jerarquización étnica. Por lo
Y lo m i s m o pudiera decirse, por tomar un demás, estos dos paradigmas tienden a acercar-
ejemplo específico, del estudio del fundamen- se uno al otro, admitiendo cada cual la utilidad
talismo islámico y de sus objetivos políticos. de parte de los postulados ajenos.
E n palabras de E d m o n d Burke III, puede decir- D e todos estos planteamientos y de sus apli-
se, en resumen, que el debate sobre si nos en- caciones concretas en el análisis se desprenden,
contramos ante movimientos políticos islamis- a fin de cuentas, determinadas convergencias.
tas o ante movimientos sociales en Estados y Puede observarse entre historiadores y politó-
sociedades musulmanes ha desembocado en logos una tendencia a no limitarse al campo del
orientaciones de la investigación sumamente discurso político de las élites y a explorar tam-
diferentes y en resultados no menos diversos, bién el de la acción de los grupos locales. D e
en particular en el estudio de los conflictos14. m o d o paralelo, las ciencias sociales han pasado
Los estudiosos de los movimientos sociales han asimismo del estudio de los rasgos distintivos
intentado mostrar c ó m o surgen protestas y de identidad normativos y ontológicos (el is-
conflictos sociales, pero sin dar una importan- lam c o m o sistema normativo, por ejemplo) al
cia prioritaria a los símbolos de identidad o ét- de la cultura popular (el islam c o m o es vivido
nicos elaborados en esos conflictos, mientras por el musulmán del montón, en el plano lo-
que los especialistas de los movimientos isla- cal). Por último, la ampliación de los campos
mistas han prestado mayor atención a los con- epistemológicos y la profundización simultá-
ceptos y la retórica islamista en las distintas en- nea, m u y localizada, del análisis, han permiti-
tidades políticas en las que éstos han surgido. do que se inicie una historia comparativa de las
Esta última escuela se ha interesado no tanto sociedades del Cercano Oriente. Estas idas y
por las causas del movimiento c o m o por los venidas continuas del analista entre el plano lo-
150 Yves Bcsson

cal y los elementos regionales, estatales o sim- medios, anticipamos ya lo que debería dejarse
plemente exteriores, permite una presentación c o m o parte de la investigación y el examen es-
más precisa y un análisis m á s profundo de los pecíficos, y limitamos así el campo m i s m o de
conflictos. Este método comparativo consiste estudio al introducir una categorización d e m a -
en el examen de un conflicto particular en sus siado estricta. Es preferible, pues, según Horo-
múltiples contextos. Al ir m á s allá del simple witz, atenerse a la definición propuesta por Le-
examen de los rasgos distintivos de identidad wis Coser, o sea, que «el conflicto es una lucha
(islámicos o de otro tipo) y de sus relaciones en la que lo que se busca es alcanzar objetivos y
con elementos ontológicos, permite intentar al m i s m o tiempo neutralizar, dañar a rivales o
comprender mejor las modalidades y razones eliminarlos»18.
del inicio, en distintos niveles y en distintos Volviendo al caso del Cercano Oriente, y
momentos, de una movilización conflictiva de profundizando algo más, hay que preguntarse
las identidades que desemboca en una afirma- ahora por qué (y por qué en determinado m o -
ción de lo étnico en el plano político y/o mili- mento), por quién o por medio de qué, y por
tar16. último c ó m o , han sido movilizadas estas iden-
El análisis global, desde el punto de vista de tidades, transformándose así en etnicidades y
la identidad, tanto de los conflictos del Cerca- proyectándose en el c a m p o político. Desde ese
no Oriente c o m o de otros conflictos, sigue de- punto de vista, los Estados y las sociedades, en
pendiendo hoy en día de una condición previa: el Cercano Oriente, están caracterizados por
una definición clara y por todos aceptada de los una gran diversidad de identidades netamente
conceptos utilizados y de la terminología17. T o - afirmadas, pero también por la existencia de
das las investigaciones sobre la cuestión de la clases socioeconómicas y por determinados ti-
identidad y de la etnicidad han desembocado pos de distribución y ejercicio del poder políti-
en una sobreabundancia y una confusión se- co. Quiere esto decir que algunas identidades
mánticas, debidas tanto a las ideologías c o m o a comunes, pero separadas por fronteras estata-
los proyectos y a la subjetividad de los investi- les, mantienen relaciones diferentes, según los
gadores. N o corresponde aquí abordar esta casos, con las clases sociales existentes y con los
cuestión. Sería sin embargo útil poner coto a que disponen del poder. Las identidades del
esta invasión de la forma en detrimento del Cercano Oriente tienen, pues, que habérselas
fondo. Antes de examinar cuáles son los ele- en muchos casos con asimetrías de condiciones
mentos y los factores utilizados en los conflic- y situaciones que determinan y modifican no
tos de afirmación de la identidad, o en los con- sólo su capacidad de acción sino también lo
flictos en que interviene ésta c o m o componen- que podríamos llamar su umbral de moviliza-
te, bueno sería ponerse de acuerdo sobre la ción. A este respecto, basta con recordar aquí,
definición del término conflicto. C o m o ya lo por ejemplo, el caso de las minorías cristianas
señaló Horowitz, la mayor parte de las defini- desperdigadas por toda la región, y el papel que
ciones que han sido presentadas por el m o m e n - desempeñó para ellas el polo libanes con predo-
to entrañan nociones c o m o lucha, enfrenta- minancia árabe cristiana; o bien el caso de los
miento y disturbios, estableciéndose así una chiítas, minoritarios en casi todos los países, y
distinción entre conflicto y otros conceptos co- el papel que ha desempeñado para ellos el polo
m o competición, competencia o rivalidad. Al- chiíta iraní (y por lo tanto no árabe); o, por últi-
gunas definiciones van aún más lejos e inclu- m o , el caso kurdo, no árabe pero sunnita, y que
yen en el concepto la idea de enfrentamiento no dispone de ningún polo de referencia esta-
directo a fin de obtener algún beneficio exclusi- tal. Nos encontramos, pues, en todas partes con
vo, o hasta la de utilización de medios intrínse- sociedades caracterizadas por dialécticas asi-
camente incompatibles con el objetivo afirma- métricas entre identidades, clases socioeconó-
do. Parece ser sin embargo preferible confor- micas y ejercicio del poder político-militar,
marse con una definición sencilla, aun cuando dialécticas estructuradas a su vez por desigual-
en numerosos conflictos étnicos encontremos dades que remiten a estos tres componentes. Es
esa nota de exclusivismo o exclusión del otro. A de señalar que estas estructuraciones m á s o m e -
decir verdad, si introducimos desde un princi- nos sólidas y duraderas, según los casos, y gene-
pio estas dos características que son la exclu- radoras de desigualdad o hasta de exclusión, se
sión y la incompatibilidad entre objetivos y han efectuado a m e n u d o a través del dominio
Las crisis de identidad, paradigma de la conßictividad en el Cercano Oriente 151

del aparato de Estado, dominio presentado co- ción estrecha del derecho de los pueblos, y tam-
m o legítimo y que ha actuado c o m o instrumen- bién, por último, en una vía de acceso, corrupta
to de legitimidad no sólo en el plano interno y corruptora, al poder económico y político. Si
sino también en los marcos regional o interna- ampliamos así la noción de «empresario políti-
cional, marcos utilizados a su vez c o m o agentes co» introducida por Rothschild, puede profun-
de legitimación. Todos estos lazos forman, dizarse el análisis de los componentes de afir-
pues, una madeja extraordinariamente compli- mación de la identidad de los conflictos del
cada en los distintos niveles de análisis. Cercano Oriente y de su evolución en el tiem-
Si queremos estudiar m á s de cerca la cues- po, examinándose por qué y cuándo ha sido es-
tión del umbral de movilización y, por consi- cogido tal o cual rasgo distintivo de identidad
guiente, el origen de un conflicto, vamos a c o m - por tal o cual categoría de empresarios políti-
probar en primer lugar que los datos circuns- cos. H a de entenderse por categorías de empre-
tanciales (históricos y socioeconómicos) en el sarios políticos las categorías establecidas en
sentido más amplio, y las dialécticas de clases, esas sociedades por la configuración de las cla-
de ejercicio del poder y de desigualdades étni- ses y las funciones sociales, el ejercicio del po-
cas, han suscitado en el Cercano Oriente movi- der militar o político, o las divisiones basadas
lizaciones en las que el elemento dominante es en la identidad de grupo. Se comprueba desde
la afirmación de la identidad, movilizaciones luego que existen empresarios políticos no étni-
que o bien se expresan libre o claramente, o cos, cuyos motivos son ideológicos y que suelen
bien avanzan bajo el disfraz de un discurso luchar contra las solidaridades comunitarias,
ideológico que en muchos casos está destinado étnicas o de identidad, porque su meta es la
al m u n d o exterior. E n este sentido, el arabismo construcción de una nación y un Estado. Este
ha de ser considerado c o m o una movilización tipo de proyecto de transformación política y
étnica, en particular en un discurso de afirma- social de las identidades del Cercano Oriente,
ción nacionalista. La etnicidad es un dato su- ya sea en el sentido de una modernización de
mamente plástico, que toma formas diferentes tipo liberal encaminada a la edificación de nue-
y m á s o menos restrictivas dependiendo de las vas solidaridades, pluriétnicas y con agrupacio-
necesidades de los actores a los que Rothschild nes voluntarias, ya sea en el sentido de una m o -
da el nombre de empresarios de la moviliza- dernización de tipo socialista que hace hinca-
ción política de la etnicidad o empresarios polí- pié en la conciencia de clase, h a estado
ticos19. El discurso ideológico baasista de Hafez continuamente presente en el discurso político
El Assad y de los que le rodean ha constituido desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embar-
también una empresa de movilización alauita, go, si bien se ha conseguido ocultar en muchos
aunque desde luego se haya manifestado m e - casos los componentes de afirmación étnica
nos claramente que la de los chiítas libaneses, que subyacían en esos proyectos de m o d o per-
por ejemplo. Estos empresarios políticos, apro- manente, sus fracasos políticos y sobre todo
vechando las riquezas de un fondo de datos his- económicos, y su incapacidad de crear signifi-
tóricos, psicológicos, culturales o sociales, rein- cados, les han despojado de ese revestimiento y
terpretando y «re-presentando» esos datos, sus- sólo han quedado los elementos de afirmación
citan la aparición en el campo político de toda de la identidad20. Y es así c o m o los fracasos de
una proyección de símbolos destinados a modi- la ideología de la nación árabe del nasserismo
ficar o fortalecer las dialécticas de las desigual- han suscitado a la vez un retorno a la afirma-
dades. Pero lo importante es que los aconteci- ción de la identidad egipcia y a explosiones is-
mientos históricos mencionados m á s arriba, y lamistas. Los fracasos de estos empresarios
que caracterizaron la caída del sistema otoma- ideológicos han dejado la vía libre a los empre-
no, han dado a las identidades, ahora politiza- sarios de la etnicidad política o, m á s concreta-
das, una triple cualidad de principio. Se han mente, a otras categorías de empresarios políti-
convertido a un tiempo en principio de legiti- cos que utilizan otros rasgos distintivos en los
mación de Estados y gobiernos gracias a una que el elemento de afirmación de la identidad
interpretación truncada del concepto de na- aparece m á s claramente y es más netamente ex-
ción; en segundo lugar, se han utilizado c o m o clusivo. La evolución del Baas sirio es significa-
un principio inverso de impugnación de regí- tiva al respecto, ya que ha pasado de un arabis-
menes y sistemas en nombre de una interpreta- m o socializante, que está hoy en día claramente
152 Yves Besson

desprestigiado, a una estricta defensa, en apa- tan. La revolución iraní y la utilización perver-
riencia, de los intereses sirios, pero una defensa tida que ha sabido hacer, con s u m a habilidad,
de intereses cuya presentación y aplicación es de los instrumentos de comunicación y del dis-
en muchos casos el disfraz de la promoción y curso políticos modernos, o la acción de los
supremacía de los alauitas; mientras que el so- grupos terroristas de las etnicidades fragmenta-
cialismo, o el sistema así llamado, sólo es útil das, dan una buena ilustración de lo que deci-
en la medida en que permite un dominio abso- m o s . Por último, y se trata de otra área de inte-
luto del aparato de Estado en todo el campo rés que importa destacar, esta irrupción de las
social, político y económico. P o d e m o s conside- etnicidades en la política contribuye a satisfa-
rar, pues, que todos los empresarios ideológi- cer en muchos casos necesidades que no son
cos o ideologizantes que han aparecido desde la políticas, necesidades premodernas, de convi-
descolonización en el Cercano Oriente se han vencia comunitaria, m u y alejadas de la racio-
visto obligados, en un m o m e n t o u otro, y aun- nalidad tecnocrática de la modernidad. E n re-
que hayan dispuesto del dominio del aparato sumen, toda movilización política de la identi-
de Estado, a enfrentarse con la etnicidad, pro- dad «etnitiza» la modernidad y «moderniza»
yectada en el c a m p o político, mediante la inte- la identidad étnica. Este intercambio dialéctico
gración, la asociación o la represión. potencia la escalada de la conflictividad tanto
Llegados a este punto de la reflexión, es para los empresarios c o m o para los que son así
también interesante señalar que los umbrales movilizados. Según Spillmann, que recoge las
de movilización han ido tomando continua- ideas de Freud y de sus sucesores sobre el desa-
mente importancia, en función no sólo de los rrollo afectivo, y otras de Piaget y de su escuela
fracasos de los empresarios ideológicos sino sobre el desarrollo cognoscitivo, esa ascensión
también de la aceleración de los procesos de constituiría de hecho, y en sentido contrario,
integración de estas sociedades en los circuitos una regresión hacia las21primeras fases de las ad-
de la modernidad. Esta modernidad, en sus quisiciones infantiles . Encontramos una vez
manifestaciones cambiantes pero siempre de- m á s en la patológica situación libanesa una cla-
terminadas por elementos exteriores, se centra ra ilustración de esto. Estamos aquí en el centro
ahora en tres campos que representan cada uno m i s m o de esa22noción de mutilación presentada
un desafío directo para las sociedades, los Esta- por Shayegan .
dos y las comunidades del Cercano Oriente: la
secularización, la democracia liberal con arre-
glo a la razón occidental y sus tendencias uni- Conclusiones
versalistas, y la comunicación, que es a veces
considerada c o m o el último disfraz de la viola- Estas reflexiones, por fuerza incompletas, so-
ción colonial de las conciencias. bre un eventual planteamiento teórico de los
Por otra parte, la movilización de las identi- componentes de afirmación de la identidad en
dades en el sentido de la etnicidad acentúa, m o - los conflictos del Cercano Oriente, han intenta-
difica, da expresión ideológica y vuelve a re- do mostrar que, históricamente, el choque de la
crear a veces los rasgos distintivos de identi- introducción de la razón occidental ha dejado
dad, según las necesidades del m o m e n t o . sentir continuamente su influencia, y que sigue
Intenta así, sumiéndose en las capas más pro- afectando a la evolución de la región. Y a se tra-
fundas y más íntimas de la identidad personal y te de la razón liberal o de la razón marxista, de
comunitaria, contribuir a salvaguardar deter- la idea de Estado nacional, que en el Cercano
minados elementos ontológicos por intermedio Oriente sólo ha desembocado en muchos casos
de la politización. Al hacerlo, sin embargo, en la creación de Estados sin nación y de nacio-
transforma esa etnicidad mediante la utiliza- nes sin Estado, de la hegemonía política euro-
ción en muchos casos intensiva de determina- pea o de la dependencia económica, técnica y
dos instrumentos y herramientas conceptuales financiera, la modernización ha acumulado en
del combate político, que son forzosamente estos países numerosos estratos cuya génesis ha
modernos. Esta relación se nutre y fortalece por sido siempre foránea. Tras un modelo vino
sí misma, ya que la etnicidad encuentra en la otro, dejando cada vez tras de sí ideologías im-
modernidad los medios de proyectar en el cam- puestas superficialmente y que sólo tienen sen-
po político actual los símbolos que la represen- tido entre las élites que las introdujeron. El des-
Las crisis de identidad, paradigma de la conßictividad en el Cercano Oriente 153

pertar de la conciencia de clase que propusie- y que esa complejidad obliga ahora a los espe-
ron algunos, el individualismo racional y de ti- cialistas de las ciencias sociales e históricas a
po ideológico, o la segmentación en grupos plu- centrar sus investigaciones en casos m u y espe-
ralistas y voluntaristas que propusieron otros, cíficos. D e aquí que todo estudio de conjunto,
factores éstos relacionados con la mundializa- aunque sea sobre los rasgos distintivos m á s fre-
ción de la ciencia y de las tecnologías y con las cuentes c o m o el islam, el sunnismo o el arabis-
interdependencias o dependencias económi- m o , ya sólo tenga un interés limitado y en m u -
cas, han impuesto todos ellos, por acumulación chos casos abstracto. E n esta perspectiva, la re-
dialéctica, divisiones reales y potenciales, étni- flexión teórica futura deberá ocuparse de m o d o
cas o etnonacionales. Hasta la «división por co- m á s decidido de lo problemático y lo conflicti-
munidades religiosas» libanesa, y aun podría- vo, y no de las doctrinas en sí, cuyo análisis y
m o s decir que sobre todo ella, sistema que fue estudio remiten demasiado frecuentemente to-
la última tentativa de modernización de la vía davía a un orientalismo que hoy ha quedado
otomana, ha acabado por estallar, dejando ver superado. Dicho sea con otras palabras, y por
todas las combinaciones posibles de moviliza- tomar un ejemplo, lo interesante hoy en día ya
ción de los rasgos distintivos de identidad, so- no es tanto saber si el islam normativo plantea
ciales y religiosos, regionales e ideológicos, se- determinados problemas, y por qué los plantea,
gún el m o m e n t o y las necesidades. sino descubrir cuándo, dónde y c ó m o plantean
Cada uno de los métodos teóricos que se determinados problemas esas normas, pero
han utilizado por el m o m e n t o permite abordar esas normas tal y c o m o son percibidas, vividas
un sector del campo de análisis y comprender y reimaginadas localmente.
una parte de la realidad. Desde hace algunos Por último, además de las diversas orienta-
años, la tendencia a tener en cuenta la etnici- ciones de investigación posibles mencionadas
dad c o m o m o d o de acción política operativo y m á s arriba, la cuestión del inicio de la movili-
racional se ha manifestado m á s claramente. zación en pro de la afirmación de la identidad
Los estudios sobre el terreno, realizados de m o - gracias a la acción de los empresarios de la poli-
do m u y localizado, han permitido comprender tización de las identidades colectivas presenta
mejor por qué y c ó m o , en circunstancias que se todo un campo de estudios particularmente in-
transforman, surgen nuevas categorías de e m - teresante en el Cercano Oriente. Ese c a m p o
presarios políticos, que no se confunden con las abarca en particular el examen de las estrate-
élites clásicas, mejor conocidas y clasificadas-13. gias, del capital de símbolos de cada uno y de
Tienden también a buscar estos estudios el por- sus transformaciones tácticas, o sea de las m o -
qué de la movilización, en particular en el caso dalidades variables de su funcionamiento y de
del fundamentalismo islámico24. N o por ello su proyección en lo político. Difícilmente po-
deja de ser cierto, sin embargo, que el número y dría exagerarse, a mi entender, la importancia
la variedad de los parámetros que intervienen de este campo de estudios para el examen de
en lo que podríamos llamar las estrategias de los conflictos actuales y potenciales en el Cerca-
afirmación de la identidad, o estrategias étni- no Oriente.
cas, en el Cercano Oriente son tales, y tan mul-
tiformes, que de poco sirve en su caso una teo- Traducido del francés
ría de conjunto, por m u c h o que se perfeccione.
154 Yves Besson

Notas

1. La importancia que se ha dado 6. Sobre este problema y sus 12. Véase Ben Dor, op. cit.
en los trabajos sobre el Cercano consecuencias, véase: Daryush
Oriente al factor étnico, o de Shayegan, Le regard mutilé: 13. El lector encontrará un
afirmación de lo étnico, ha sido Schizophrénie culturelle: pays planteamiento teórico de los
variable. M u y presente en las traditionnels face à la modernité. conflictos étnicos desde un punto
publicaciones de Albert Hourani, Paris. Albin Michel, 1989, en de vista general en las obras de
que ha sentado las bases de este particular las págs. 105-136. Donald Horowitz, Ethnic Groups
tipo de planteamiento de su obra in Conflict. Berkeley. Univ. of
Minorities of the Arab H 'arid 7. Sobre la problemática de las California Press, 1985 y Joseph
(Londres, Oxford University Press, identidades minoritarias, véase lo Rothschild, Ethnopolitics: A
1947), y que vuelve a utilizar el dicho en el excelente libro de Conceptual Framework. N . Y . .
concepto en sus libros y ensayos Laurent y Annie Chabry, Politique Columbia Univ. Press.. 1981.
ulteriores, ese elemento parece et minorités au Proche-Orient. Les
quedar un poco olvidado en el raisons d'une explosion. Paris.
decenio de los años cincuenta. 14. E d m o n d Burke III e Ira M .
Maisonneuve et Larose. 1984.
Vuelve a desempeñar un papel de Lapidus, cds., Islam, Politics and
sobre todo las págs. 15-60.
primer plano, en particular, en Social Movements. Londres, L B .
Ideological Revolution in lhe Tauris. 1988. págs. 17-35.
Middle East de Leonard Binder 8. Véase Erich Auerbach.
( N e w York, Willey. 1964). Mimesis. La presentación de la 15. Véase en particular Samuel P .
Encontrará el lector una buena realidad en la cultura occidental. Huntington. Political Order in
reseña de los principales trabajos Madrid, F C E , 1983, cap. I. cit. por
Changing Societies. N e w Haven.
publicados sobre el tema desde Benedict Anderson. Imagined
Yale Univ. Press., 1968.
hace treinta años en: Milton Communities. Reflections on the
E s m a n e Itamar Rabinovich, eds.. Origin and Spread of Nationalism.
Londres, Verso, 1983, págs. 29-30. 16. Por lo que respecta a esta
Ethnicity, pluralism and the state
evolución de las investigaciones
in the Middle East (Ithaca y
sobre el tema, véase una buena
Londres. Cornell Univ. Press, 9. Debemos este concepto a ilustración de esta tendencia en:
1988), págs. 8-11. Walter Benjamin. «Tesis de Milton Esman e Itamar
filosofía de la historia», en Rabinovich, eds.. op. cit.. pero
Discursos interrumpidos I. trad. J. consúltese también la contribución
2. Enfoque bien presentado en el Aguirre. Madrid. Taurus. 1973. de Kais Firro, The Druze in and
libro de Bertrand Badie, Les deux
between Syria, Lebanon and Israel.
Etals: pouvoir et société en
10. Sobre todos estos problemas págs. 185-197; o algunos capítulos
Occident et en terre d'Islam, Paris,
relacionados con lo que Shayegan, de Bruno Etienne, L'islamisme
Fayard. 1986.
op. cit.. llama el «hechizo del radical. París, Hachette, 1987. en
m u n d o » , véase Kamal H . Karpat, particular el cap. VII, págs.
3. A d e m á s de la obra fundamental An Inquiry into the Social 207-258. Sin olvidar la obra
referente a esta corriente, o sea: Foundations of Nationalism in lhe anteriormente mencionada de E .
Karl Deutsch. Nationalism and Ottoman State: from Social Estates Burke III e Ira Lapidus. Puede
Social Com mimical ion to Classes, from Millets to Nations. encontrarse por último un
(Cambridge. M . I . T . Press. 1953). Princeton, Princeton Univ. Press., planteamiento interesante en el
consúltese también la de Myron 1973. Research Monograph artículo de Edward E . Azar,
Weiner. ed.. Modernization: The n u m . 39; Benefict Anderson, «Protracted Social Conflict:
Dynamics of Growth. Nueva York. Imagined Communities. Theory and Practice in the Middle
Basic Books. 1966. Reflections on the Origin and East». Journal of Palestinian
Spread of Nationalism, op. cit.: Studies. 3, N.° 1. 1978. págs. 41-60.
4. Véase, sobre esta corriente. Georges C o r m , L Europe et Utilizando un concepto
Gabriel Ben Dor. Stale and l'Orient. De la hulkanisation à la enriquecido con aportes tomados
Conflict in the Middle East. lihanisation. Histoire d'une de la psicología y de numerosos
Emergence of the Post-Colonial modernité inaccomplie. Paris. La trabajos referentes a la identidad
State. N e w York. Praeger, 1983. Découverte, 1989; Laurent et personal y colectiva, preparo la
Annie Chabry, Politique et publicación de una obra teórica
minorités au Proche-Orient. Les sobre lo que yo llamo, en el caso
5. Véase M o h a m m e d Arkoun, raisons d'une explosion, op. cil. del Cercano Oriente, el proceso
Pour une critique de la raison conflictivo continuo (PCC), con
islamique. París, Maisonneuve et una tipología específica de la
Larose, 1984, págs. 155-191, en lo 11. Véase Georges C o r m . conflictividad en el Cercano
referente a autoridades y poderes Géopolitique du conflit libanais. Oriente.
en los países islámicos. Paris, La Découverte. 1986.
Las crisis de identidad, paradigma de la conjliclividad en el Cercano Oriente 155

17. Se encontrará en la obra de conflicto, véase el estudio de Kurt Rodolfo Stavenhagen. a un grupo
Gabriel Ben-Dor y David B. y Kati Spillmann, Feindbilder: de especialistas de los problemas
Dewitt, Conflict Management in Entstehung. Funktion und étnicos, que vienen de regiones o
the Middle East (Lexington. Mass., Möglichkeiten ihres Abhaus, Estados en los que la problemática
Lexington Books. 1987), un buen Zürcher Beiträge zur de la afirmación de la identidad es
planteamiento politológico de los Sicherheitspolitik und particularmente apremiante. El
conflictos del Cercano Oriente. Konfliktforschung, Heft n u m . 12, proyecto prevé la publicación de
E T H Z , Zurich, 1989. estudios monográficos cuyos
18. D . Horowitz, op. cit., pág. 95. resultados permitirán sin duda
alguna enriquecer, gracias a sus
22. D . Shayegan. op. cil. aportes comparativos, los
19. J. Rothschild,«/), cit.
conocimientos teóricos sobre el
20. Véase la obra notable de 23. Cabe mencionar aquí el tema.
Fouad Ajami, The Arab proyecto de investigación iniciado
Predicament. Arab Political por el U N R I S D en febrero de
Thought and Practice since 196 7. 1990, en Ginebra, sobre el tema 24. Citemos por ejemplo a B .
Cambridge. Cambridge Univ. «Los conflictos étnicos y el Etienne, op. cit.. cap. V I L sin
Press., 1981. desarrollo. Para realizar este olvidar por ello numerosas
proyecto se ha reunido, bajo los investigaciones c o m o las de Michel
21. Sobre estos aspectos auspicios de este Instituto de las Seurat en Francia o Michael
psicológicos de la «escalada» del Naciones Unidas y la dirección de Gilsenan en Oxford.
Los conflictos en el Tercer Mundo:
tendencias y perspectivas

Shahram Chubin

Introducción nuación de la política por otros medios, por


ejemplo, pues su capacidad de destrucción in-
Si la futurologia, c o m o la mayor parte de los troducía una desproporción entre cualquier ob-
estudios históricos, consiste en un análisis del jetivo concebible y los medios que sería menes-
presente que refleja las preocupaciones y ética ter utilizar para alcanzarlo. Así, pues, ya no se
que prevalecen en ese m o m e n t o dado, cual- podía seguir considerando a la guerra un ins-
quier conjetura acerca de futuras guerras debe trumento político, sino un acto suicida, habida
tener m u y en cuenta el actual ambiente de opti- cuenta de la espantosa capacidad de destruc-
mismo. Las modificaciones de las relaciones ción de las nuevas armas.
entre las superpotências, que quizá conduzcan A decir verdad, la posesión de las armas nu-
a la supresión de las alian- cleares moderó las políticas
zas militares del Oeste y del de a m b a s superpotências
Shahram Chubin es Director de Planifi-
Este, a la reducción de las cación Estratégica del Grupo M en Gi- en todas las regiones1 y, pe-
fuerzas armadas y la dismi- nebra. Suiza. Anteriormente fue Direc- se a algunas situaciones de
nución de múltiples inter- tor Adjunto del Instituto Internacional
de Estudios Estratégicos de Londres y
extrema tensión, se evitó la
venciones en el Tercer Director de Investigación para el Pro- guerra y se impuso una paz
M u n d o , plantean el inte- grama de Estudios Estratégicos en el «fría». E n Europa, se ins-
rrogante del ordenamiento Instituto de Estudios Internacionales de
tauró (o adecuó) una c o m u -
Ginebra. Actualmente sus investigacio-
futuro del m u n d o , de la ín- nes se centran en los problemas de las nidad de defensa que hizo
dole de la intervención en armas químicas y de la tecnología de impensable la guerra entre
el futuro de las superpotên- misiles en el Oriente Medio y sobre los sus miembros. Se elevó la
cias en terceras zonas y de conflictos en el Tercer M u n d o en gene-
ral, temas sobre los que ha publicado disuasión a doctrina abso-
las repercusiones que éstos varios estudios. luta de evitación de la gue-
y otros cambios habrán de rra. Dicha disuasión se ba-
tener en la dinámica en las saba en la voluntad o a m e -
relaciones en el Tercer naza de utilizar las armas
M u n d o . A ú n no se sabe en qué medida la expe- nucleares para proteger los intereses funda-
riencia de los Estados postindustriales (demo- mentales. Constaba de una voluntad plausible
cráticos), que virtualmente no han conocido ('credibilidad') y de una evidente capacidad a
conflicto armado alguno desde 1945, y que no recurrir a armas que entrañarían una destruc-
se han combatido mutuamente ni en Europa, es ción y aniquilación generalizadas, tanto de
transferible o tiene pertinencia para los Países quien las emplease c o m o de su adversario.
Menos Adelantos ( P M A ) o el Tercer M u n d o . La disuasión se basaba en gran medida en
C o n la aparición de las armas nucleares, «el las «represalias», es decir, en la capacidad de
arma absoluta», y su posesión por ambas super- «lograr destruir» al Estado enemigo, y en acre-
potências, algunos analistas afirmaron que la cer el costo de una posible agresión por parte de
guerra había perdido su razón de ser. Y a no éste, a fin de disuadirle de intentarla. La disua-
podía tener ninguna función útil, como conti- sión nuclear, en cambio, no consistía en una

R I C S 127/Marzo 1991
158 Shuhrum Cluibin

estrategia de restricción, esto es, en impedir los bución del poder»2, c o m o ha afirmado Geof-
movimientos del adversario y su acceso a posi- frey Blainey, se plantea el interrogante de si en
bles fuentes de aprovisionamiento, ni de defen- la época nuclear esta cuestión no se ha transfor-
sa, y muchos consideraron alarmantes los es- m a d o . Blainey ha conjeturado que algunas gue-
fuerzos consagrados a mejorar la defensa, por rras se produjeron a causa del «barómetro con-
creer que disminuían la capacidad de disua- fuso del poder»; que las guerras estallaban
sión, pues la disuasión nuclear incitaba al ad- cuando «ambos rivales consideraban que po-
versario a no actuar ante los enormes peligros y dían alcanzar m á s mediante la guerra que por
consecuencias que podía entrañar un error de conducto de la paz» y que «la paz... significa
cálculo. Para disuadir no era necesario conven- un acuerdo general sobre la medición (del po-
cer al 100 % de que se daría una respuesta; bas- der)»1. Al parecer, en la época nuclear, se han
taba, habida cuenta de los riesgos, con desper- modificado radicalmente las dudas sobre la ca-
tar dudas e incertidumbres suficientes para pacidad relativa de ambos rivales y del costo de
inhibir a la parte contraria; una posibilidad li- la guerra frente al de la paz.
mitada de respuesta habría de mover a cautela Si las armas nucleares disminuyeron la pro-
al otro Estado, el cual no sabría con certeza si babilidad de enfrentamientos militares direc-
podría escapar a las represalias y, por consi- tos entre las superpotências en Europa, la tre-
guiente se mostraría renuente a lanzarse en pri- gua consiguiente (afirmaban algunos)
mer lugar a una empresa de resultado incierto. aumentaría la probabilidad de desplazar esa ri-
La aplicación de la disuasión fue «extendi- validad a terceros lugares. La inestabilidad y
da» a Europa mediante fuerzas armadas de ti- los conflictos de esas zonas, juntamente con
po tradicional, que servían de «alambres dispa- su presunta importancia para la credibilidad
radores de trampas», y asimismo instalando y prestigio geopolíticos de las superpotências y
armas nucleares tácticas y «de campo de bata- las necesidades de éstas de control de las rutas
lla» en el territorio europeo: aquéllas servían de y los recursos, se tuvieron por otras tantas fuer-
instrumento inicial de defensa para ganar tiem- zas que las impulsaron a una rivalidad de al-
po y éstas de eslabón de la cadena de disuasión cance mundial. La amenaza de la guerra n u -
estratégica de los Estados Unidos de América. clear obligaría a actuar con cautela y a dirigir
Conjugadas, debían constituir una disuasión los esfuerzos a las guerras indirectas, la subver-
de múltiples niveles, esto es, una respuesta fle- sión, la infiltración, el terrorismo y las activida-
xible. En ningún m o m e n t o se juzgó que una po- des de propaganda.
lítica fundada únicamente en una estrategia de A decir verdad, lo que estaba en juego en
restricción o de defensa tradicional bastaría pa- cualquier país del Tercer M u n d o , salvo rarísi-
ra defender a Europa, en parte por la abruma- m a s excepciones, difícilmente podía justificar
dora superioridad de la U R S S en armas tradi- correr el riesgo de una guerra nuclear evocado
cionales y en parte por la falta defiabilidadde por los fantasmas de Sarajevo. Fashoda y Aga-
la disuasión tradicional, c o m o se desprende de dir. La amenaza de las armas nucleares incita-
la experiencia histórica. ba a atenuar la rivalidad entre las superpotên-
N o podemos estar seguros de si se hubiese cias en lo tocante a crisis remotas o periféricas,
mantenido la paz sin la existencia de las armas aun en los momentos m á s tensos de la guerra
nucleares ni, a decir verdad, los intensos prepa- fría. Desde entonces, por diversos motivos (al-
rativos militares a ambos lados del Telón de gunos de ellos compartidos por ambas superpo-
Acero. Sobre lo que sí podemos especular es tências), c o m o la excesiva extensión de los te-
sobre el papel desempeñado por las armas nu- rritorios controlados y el desencanto hacia el
cleares en lo que se refiere a suscitar tanto te- Tercer M u n d o así c o m o una redefinición de su
m o r ante los peligros de enfrentamiento y esca- propia rivalidad y su desideologización, se ha
lada de las crisis pequeñas c o m o para coartar iniciado una tendencia a disminuir los compro-
todo recurso a la fuerza a cualquier nivel. Si misos en dichas zonas.
una de las principales causas de guerra ha sido, Sin la intervención de las superpotências,
a lo largo de la historia medir la distribución los conflictos en los P M A no superan las di-
del poder («un desacuerdo sobre las fuerzas re- mensiones regionales ni son capaces de alterar
lativas de las distintas partes») y si la guerra era ni de desestabilizar radicalmente el sistema in-
el « m o d o m á s convincente de medir la distri- ternacional considerado en su conjunto. Pero
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 159

» « "
fsmrntm
A

La ausencia de conflicto armado entre las grandes potencias no debe hacer olvidar que desde la Segunda Guerra
Mundial 160 de los más de 1 70 conflictos armados de los que se tiene noticia han tenido lugar en el Tercer M u n d o :
los «cascos azules» de la O N U lomando posición en la ribera occidental iraní de Kasr-ek-Chirin. el 18 de agosto de
1990, mientras que en la ribera oriental ondea la bandera iraquí. Ahmed/Siru.

quizá se trate de un fenómeno temporal. Con- cionales, que tratan de fomentar. En el decenio
forme proliferan las armas nucleares y un n ú m e - de 1990, si la guerra es un mecanismo obsoleto
ro cada vez mayor de Estados consigan armas o no, es un interrogante aún sin responder,
de destrucción masiva y dominar las técnicas y pues persiste en el Tercer M u n d o , pero es m e -
poseer los medios necesarios para lanzarlas a nos discutible el hecho de que ha cambiado el
distancias cada vez mayores, el sistema interna- uso general del poder, tradicionalmente conce-
cional en conjunto se verá afectado. bido en buena parte c o m o poder militar. La
Aunque las armas nucleares modificaron guerra, antaño, identificada predominante-
radicalmente los cálculos tradicionales sobre mente con las grandes potencias, que tendían a
los conflictos bélicos, no fueron el único factor intervenir desproporcionadamente en los con-
en lo que parece ser una desbelicización de los flictos bélicos, se ha convertido hoy en día en
Estados postindustriales. La amenaza nuclear asunto propio de los Estados débiles y m e n o -
incitó a una contención en todos los planos, pe- res. Entretanto, el poder consta en la actualidad
ro la experiencia europea de guerras en repeti- de más variables que nunca, y no sólo requiere
ción también había llevado al agotamiento. A c - sustentos económicos sino la capacidad de in-
tualmente las instituciones y los hombres de novar y de competir en el terreno de la econo-
Estado democráticos muestran un mayor inte- mía y de la tecnología avanzada.
rés por la cooperación y la integración interna- El fenómeno de la guerra en el Tercer M u n -
160 Shahrum Chiihin

do ha sido un dato habitual de la política inter- pada que proporcionan los cohetes, así c o m o la
nacional desde 1945. aunque no está claro si se adquisición de nuevas armas por países pro-
trata de un período de transición o de una si- pensos a la guerra.
tuación casi permanente. Es evidente que nin- Son muchos los motivos para pensar que
guno de los tres rasgos que caracterizan al m u n - proseguirán los conflictos en las zonas a que
do industrializado han podido servir para nos venimos refiriendo: la aparición de nuevos
limitar el recurso a la fuerza en esas regiones; nacionalismos agresivos, las ideologías trans-
nos referimos a la existencia de armas nuclea- nacionales que amenazaban a la integración de
res, a la experiencia histórica y a las limitacio- entidades nuevas o inestables, los problemas
nes que conlleva la democracia, todo lo cual no étnicos y religiosos avivados por vecinos o ene-
tiene vigencia en el entorno del Tercer M u n d o . migos, la distribución desigual de los recursos y
U n interrogante de importancia es si existe una la falta de solidez de los equilibrios regionales
relación estrecha entre el proceso de desarrollo de poder, por sólo mencionar algunos. T o d o es-
(político y económico) y la guerra, es decir, en- to aumenta la inseguridad y ha sido causa tradi-
tre el subdesarrollo y una posible propensión a cionalmente de guerras. En teoría, son tres los
los conflictos. A primera vista, el proceso mis- tipos de guerras interestatales entre Estados en
m o de construcción de un país está lleno de ten- desarrollo: 1. las sostenidas con países fronteri-
siones, al tiempo que el entorno internacional zos; 2. las sostenidas con potencias exteriores;
de esas regiones es sumamente permisivo. 3. las sostenidas contra las superpotências.
Al m i s m o tiempo, es intuitivamente «ob- Pudiera ser que un tipo de guerra llevada a
vio» que. al haber más Estados, tiende a haber cabo en los últimos decenios, la guerra antico-
más guerras; que la proliferación de entidades lonial, carezca en la actualidad de vigencia. Es-
estatales desde 1945 habrá de complicar las re- te hecho, juntamente con el alcance limitado de
laciones internacionales, m á s aún si se tiene en la mayoría de los aspirantes a ser potencia re-
cuenta que en su mayoría no proceden de una gional (como la India o Sudáfrica), puede signi-
tradición occidental y que han conferido al sis- ficar el eclipse virtual de la segunda categoría.
tema internacional una textura claramente he- N o hay motivo alguno para confiar en que las
terogénea. Pues bien, Quincy Wright ha obser- guerras del primer tipo disminuyan, y las del
vado (con reservas) que «la probabilidad de tercero seguirán siendo una fuente de conflic-
guerra disminuirá en proporción al aumento tos posible mientras las superpotências sigan
del número de Estados del sistema»4. teniendo un ámbito mundial (aunque sus acti-
Si se sigue aislando las guerras entre las po- vidades sean selectivas). Así, pues, las pregun-
tencias menores de los peligros de escalada ha- tas que se plantea al estudioso de los conflictos
cia el empleo de armas nucleares y de una ca- del Tercer M u n d o son numerosas y m á s fáciles
tástrofe que afecte a todo el sistema, ¿hay de formular que de responder:
motivos para preocuparse ante lo que algunos 1. ¿Aumenta o disminuye la frecuencia de los
podrían denominar «una fase normal» del des- conflictos en el Tercer M u n d o ?
arrollo? Y a hemos indicado que puede haber- 2. ¿Qué relaciones existen entre la inestabili-
los. E n primer lugar, existen armas nuevas con dad, el desarrollo y la guerra?
mayor poder de destrucción y de m á s alcance. 3. ¿Recurren a la guerra por distintos motivos
A ú n está por demostrar si los Estados pueden los Estados que se hallan en diferentes fases
repetir la política de disuasión nuclear (como de desarrollo o de su historia o a causa de
ha sugerido provocadoramente K e n Waltz). sus distintas estructuras políticas?
aunque sólo sea porque la situación ya no es 4. ¿Está cambiando tanto la institución de la
bipolar, y porque sus capacidades nucleares guerra que este hecho constituye una dis-
son deliberadamente ambiguas en lugar de de- continuidad radical frente al pasado? ¿Se
claradas abiertamente. La disuasión basada en aplica esta situación al Tercer M u n d o ?
las armas tradicionales es m á s problemática y
apenas menor si se conjuga con armas quími-
cas y biológicas y con una capacidad nuclear El cambio y la continuidad
declarada. La preocupación no puede por m e -
nos que aumentar si a esto añadimos los incen- En las dos generaciones últimas, la guerra ha
tivos desestabilizadores o de respuesta antici- sido sinónimo de conflicto en el Tercer M u n d o .
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 161

La llamativa diferenciación entre la paz arma- potencias que definían sus intereses con ampli-
da alcanzada entre el Oeste y el Este frente al tud solían intervenir de m o d o desproporciona-
predominio del recurso a la fuerza en todos los do en los conflictos. H o y en día, en particular
demás lugares ha sido explicada de diversas en los últimos años, han disminuido radical-
maneras por referencia a la amenaza nuclear y mente las expectativas de una guerra de impor-
a la desbelicización de las sociedades postin- tancia en la que intervengan las grandes poten-
dustriales, por un lado, y a las tensiones y ca- cias. Se pone el acento en la disuasión y hay
racterísticas de la descolonización y del perio- quien afirma que ésta es en sí inestable y debe-
do subsiguiente, por otro. A d e m á s de la notablería ser sustituida por una «defensa no ofensi-
diferencia numérica de los conflictos entre los va».
Estados desarrollados y entre los subdesarrolla- Las explicaciones de esta feliz situación di-
dos, hay otras. Algunas, c o m o el nivel de tecno- vergen: hay quien se refiere al éxito de la estra-
logía y organización, característicos de sus acti- tegia occidental en lo tocante a disuadir a la
vidades respectivas en la guerra, no deben U R S S , en una fase de expansión. Otros opinan
sorprender. El que esos Estados hayan iniciado que se trata de la culminación de una tendencia
conflictos por sentirse menos inhibidos y limi- secular a largo plazo, en la que el pensamiento
tados para hacerlo, ya sea por la índole de sus (y la práctica) occidental considera que ya no se
instituciones políticas (o su carencia), el aleja- puede practicar la guerra: Ya no es posible ha-
miento geográfico y político de los centros de cer la guerra, en el sentido de alcanzar ganan-
poder y la consiguiente insignificancia relativa cias positivas a cambio de un costo en vidas y
sistemática de sus disputas concretas, puede recursos lo suficientemente limitado para ser
constituir otra explicación parcial. U n a posible proporcionado a las ganancias. Conforme a es-
diferencia m á s profunda radica en la posibili- ta opinión, la «tendencia de la guerra a engen-
dad de que los Estados que han recurrido a la drar una tregua», patente desde 1860, ha obli-
fuerza en el m u n d o contemporáneo lo hayan gado a reconocer que así son las cosas, c o m o se
hecho por motivos que difieren de los de los observa, contemporáneamente, en la capaci-
Estados postindustriales, los cuales hallan m e - dad, aun de los P M A que disponen de alguna
nos razones para combatir. E n resumen, la con- tecnología, de «imponer una tregua aun a las
dición o índole de esta primera categoría de Es- potencias m á s adelantadas», c o m o demuestra
tados puede tener tanta importancia en su la actuación de los mujadiyines afganos5. Otros
voluntad de recurrir a la fuerza c o m o las expli- autores, en cambio, c o m o Bernard Brodie, ha-
caciones sistemáticas y m á s profundas que ha- cen m á s hincapié en la aparición de las armas
cen hincapié en sus capacidades militares. nucleares y en su importancia para modificar
La frecuencia del recurso a las armas, las los cálculos sobre la utilidad de la guerra, al
causas y consecuencias de las hostilidades im- inutilizar todo cálculo de costos y beneficios. El
portantes y los factores tendentes a proseguir, resultado es el m i s m o : la guerra ya no es u n
disminuir o aumentar esos conflictos son, por elemento racional de una opción económica de
tanto, las cuestiones que abordaremos a conti- la política exterior. L a disuasión nuclear ha
nuación. Forzosamente, haremos más hincapié sustituido a la guerra y c o m o resultaría difícil
en unos asuntos que en otros, y en ocasiones mantener dentro de ciertos límites cualquier
nuestra visión será impresionista, pues preten- hostilidad ante la existencia de la amenaza nu-
demos estimular el debate y los análisis en pro- clear, también se debe evitar la guerra de tipo
fundidad m á s que exponer conclusiones empí- tradicional.
ricas cerradas. Otros analistas ponen m á s el acento en «la
U n a cuestión sustancial a este respecto es la obsolescencia de las guerras de grandes dimen-
inexistencia virtual de guerras de importancia siones»6, atribuyéndole distintas causas, que
entre las principales potencias. Las guerras en van desde la necesidad de alejar el «día del jui-
que intervienen estos Estados han tendido a ser cio» a tendencias de la desbelicización de la so-
los coletazos finales de proceso de descoloniza- ciedad postindustrial. Otros más ven en la des-
ción o se deben a circunstancias anómalas, co- aparición del combate ideológico entre el Este
m o en el caso de las Falklands/Malvinas. Tra- y el Oeste, y en la victoria de este último, el
dicionalmente, la condición de gran potencia inicio de un período de trivialización de los
se obtenía y perdía en la guerra, y las grandes asuntos internacionales, en el que los contables
162 Shahrum Chiibin

predominarán sobre los estrategas y la alta polí- ria, Etiopía, Sudán, Chad y el Líbano. Es u n
tica será sustituida por cálculos económicos a hecho notable el que, donde la competencia en-
ras de tierra. tre Oriente y Occidente ha enconado las dispu-
H o y en día, conforme se distienden los blo- tas locales, la causa principal de la inestabili-
ques y se hace m á s selectiva la competencia en- dad ha sido una situación local de guerra civil
tre las superpotências en terceras regiones, no (como en el Vietnam, Afganistán, Kampuchea,
sólo se halla m á s desperdigado el poder, sino Angola y Etiopía).
que su validez se define en términos m á s gene- En tanto que el primer tipo de conflictos es-
rales, que incluyen múltiples factores además tá disminuyendo y el tercero predomina, ¿se
de la capacidad militar. tiende a conflictos del segundo tipo, es decir,
¿Hasta dónde afectará todo esto a los con- hacia las guerras interestatales?
flictos en terceras regiones y en qué medida son Antes de abordar la cuestión, es necesario
importantes o decisivas dichas fuerzas externas analizar brevemente las relaciones entre las ar-
para las dimensiones de esos conflictos? m a s (los gastos y suministros militares) y los
Según un estudio, m á s de 160 de los cerca conflictos. U n planteamiento especialmente
de 170 conflictos de importancia, tanto interes- burdo de esta cuestión es afirmar que existe
tatales c o m o intraestatales. acaecidos desde la una relación causal e invariable entre a m b o s
Segunda Guerra Mundial han tenido lugar en aspectos, es decir, considerar que la guerra es
los países en desarrollo7. Según otro estudio, u n consecuencia de los armamentos o, por decirlo
tercio de los países del Tercer M u n d o se han en otras palabras, considerar que las armas son
visto mezclados en guerras, y casi el 50 % en un factor independiente entre las causas de la
insurrecciones8. C o m o era de esperar, en el pe- guerra. Si esta opinión se conjuga con la de que
ríodo inmediatamente posterior a las colonias los gastos militares se detraen de los «necesa-
( 1945-1970), en el que sucedieron cerca de 120 rios», c o m o la enseñanza y la atención de sa-
de esos conflictos, las intervenciones fueron un lud, da lugar a la formulación ritual de consig-
rasgo característico de cerca de dos terceras nas y a u n a retórica q u e perpetúa u n a
partes de ellos. Ahora bien, desde entonces, la burocracia egoísta interesada en el desarme por
tendencia ha sido hacia guerras internas e in- el desarme m i s m o .
tervenciones de otros Estados del Tercer M u n - Debería ser evidente que no se pueden ha-
do. cer generalizaciones útiles acerca de un m u n d o
Por lo general, los conflictos entre los Esta- en desarrollo del que forman parte tanto la In-
dos desarrollados y los subdesarrollados han si- dia c o m o Benin. Asimismo es infructuoso atri-
do una herencia de la época colonial. En otros buir a las armas o a los gastos militares un papel
casos, c o m o en Corea. Vietnam y Afganistán, la concreto haciendo abstracción del contexto. L o
lucha entre los dos bloques ha sido un factor que sí podemos decir es que el aumento de los
esencial, pero aun entonces, en particular en los gastos militares de esos países sólo se entiende
dos últimos casos, había una situación de gue- por referencia a diversos factores:
rra civil antes de que la intervención extendiera - un atributo de la soberanía es la capacidad de
el conflicto. N o es probable que en el futuro defender el territorio propio, y para esos nue-
aumente este tipo de guerra entre Estados ade- vos Estados fue natural poner el acento en la
lantados y Estados menos adelantados. seguridad «material»;
U n segundo tipo de conflictos, el de las gue- - para dichos Estados, «empezar desde cero» o
rras interestatales en el Tercer M u n d o , no ha empezar a asumir el costo de construcción o
sido frecuente hasta la fecha. Esta modalidad adquisición de buques y aviones no podía por
de guerras «clásicas» entre dos países tiene sus menos que ser elevado;
ejemplos m á s patentes en los conflictos árabe- - las nuevas fuerzas armadas de esos Estados,
israelí, entre Irán e Irak y entre la India y el Pa- tanto si su reclutamiento era nacional c o m o
kistán. entre minorías, se convirtieron en garantes
El tercer tipo es el de las guerras internas, primordiales de la seguridad (a m e n u d o de la
esto es, las hostilidades que acompañan a la seguridad interna) y adquirieron intereses
construcción y formación de un Estado nacio- propios en que se alcanzase determinado ni-
nal (incluidas las guerras de secesión y las gue- vel de gastos;
rras civiles), entre otras las acaecidas en Nige- - la disponibilidad de armas de fuentes exterio-
Los conflictos en cl Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 163

res, a m e n u d o en condiciones m u y favora- fue una respuesta a la retirada de la protección


bles, facilitó los gastos, ya fuese por motivos británica y estuvo causada asimismo por la dis-
genuínos de seguridad o por prestigio. ponibilidad de excedentes monetarios.
Las consecuencias que esta «militariza- Las experiencias de Irán en 1980 y de la In-
ción» del planeta han tenido en el surgimiento, dia en 1962 muestran que la debilidad militar,
ejecución o resultado de los conflictos del Ter- aparente o real, puede llevar a cálculos erró-
cer M u n d o no están claras ni se pueden genera- neos a los vecinos y precipitar la guerra y la
lizar. Ahora bien, lo que no cabe poner en duda derrota. Ahora bien, en otras circunstancias,
es la magnitud de la cesión de armas modernas c o m o en el período posterior a 1967, en Israel,
a los Estados en desarrollo: sus gastos militares ni siquiera una evidente potencia militar ha
pasaron de 28.000 millones de dólares (en dóla- bastado para hacer desaparecer todas las a m e -
res de 1986), en 1960, a 144.000 millones de nazas. E n otros lugares, la combinación de la
dólares en 1987, multiplicándose más de dos disuasión nuclear con la tradicional ha tenido
veces considerados c o m o porcentaje de los gas- resultados estabilizadores; sin duda alguna, el
tos militares mundiales9. equilibrio de Europa, considerablemente mili-
En 1987, los países en desarrollo adquirie- tarizado, ha mantenido la paz y no existe moti-
ron m á s de las tres cuartas partes de las armas vo alguno a priori para presumir que no pueda
comercializadas en el m u n d o . Las cesiones de suceder otro tanto en una situación dada en
armas tuvieron lugar porque hubo proveedo- cualquier otro lugar.
res, muchos de los cuales atendían a supuestos
intereses estratégicos. Para dar un indicador
parcial, en el quinquenio de 1975 a 1979 única- La guerra y los Estados
mente, los suministros de armas soviéticas a en desarrollo
30 P M A se calcularon en 23.200 millones de
dólares (y los de Estados Unidos a un nivel si- Pese a que el m u n d o es cada vez m á s pequeño,
milar); en 1982-1986. se calcula que U R S S su- al crecimiento de las fuerzas transnacionales, a
ministró 59.700 millones de dólares en armas a la transparencia de la política incluso en los Es-
32 Estados (Estados Unidos facilitaron sumi- tados m á s remotos y a la infiltración de las
nistros aproximadamente similares)10. ideas, las m o d a s y las ideologías en cualquier
Es sabido que las cifras sobre ventas de ar- parte del m u n d o , siguen existiendo diferencias
m a s son engañosas. E n primer lugar, no son palpables entre las situaciones de los países en
acumulativas; las armas tienden a ser «consu- desarrollo y las del Occidente democrático y
midas», las tasas de desgaste son elevadas, en postindustrial (así c o m o con respecto al Este,
particular en los conflictos bélicos y en climas aunque esté menos adelantado política y eco-
extremados o si su mantenimiento es insufi- nómicamente). Estas diferencias de situación
ciente. En segundo lugar, las cifras expresadas pueden hacer que sea más difícil de reproducir
en dólares pueden exagerar la situación y celar la pauta europea de disuasión estable. También
los costos cada vez mayores de la infraestructu- pueden hacer que sea relativamente más atrac-
ra de apoyo a los sistemas de armas, al no decir- tivo utilizar la guerra c o m o instrumento polí-
nos nada sobre una situación que puede ser en tico.
realidad de disminución del número unitario Las diferencias, en pocas palabras, son de
de armas cedidas. dos clases: políticas y económicas, y están inte-
Según un estudio de las cesiones de armas, rrelacionadas. A m e n u d o se supone que entre
éstas han tendido a dirigirse a las zonas en las la pobreza, la desigualdad y el recurso a las ar-
que existen conflictos (el Oriente Medio, Asia mas hay m á s una correlación que una relación
Sudoriental), pero esta situación se puede ex- causal. Existe el axioma, de carácter intuitivo,
plicar lo m i s m o por el desgaste de las armas y la de que las guerras no se inician simplemente
necesidad de sustituirlas que por una relación «en la mente de los hombres», sino en la aflic-
causal, pues en la zona árabe-israelí la primera ción de la pobreza y la desigualdad y en el seno
guerra (1949) tuvo lugar antes de que llegasen de un sistema internacional anárquico. Si tal es
cantidades importantes de armas a la región. el caso, el desarrollo suprimirá por sí m i s m o
En el Golfo Pérsico, la acumulación de armas algunas de las causas fundamentales de la gue-
antecedió al estallido de las hostilidades, pero rra.
164 Shahram Chiibin

Las condiciones políticas en que la guerra intereses de su régimen) sin tener que rendir
sigue siendo un instrumento político adecuado cuentas políticamente a nadie. Cuando unas
deben ser examinadas m á s a fondo, aunque só- fuerzas armadas poderosas (por ejemplo) cons-
lo sea para cotejarlas con las existentes actual- tituyen un grupo de interés, las decisiones acer-
mente en Occidente. H a y una separación nota- ca de la paz y de la guerra pueden tomarse sin
ble entre el crecimiento o aumento del naciona- reflexión suficiente o ser desproporcionadas.
lismo estatal de los P M A y la tendencia de los Existen, claro está, diferencias considera-
Estados desarrollados a transcender o sublimar bles entre los distintos P M A . Basta con c o m p a -
sus nacionalismos en una integración m á s a m - rar el papel tradicionalmente preeminente de
plia. Tradicionalmente, «el conflicto ha sido un las «antiguas» fuerzas armadas de América la-
factor esencial del desarrollo de la conciencia tina, en cuyos países las fuerzas armadas son
nacional y de la formación de los Estados»11. por lo general reducidas, con la considerable
Está por ver si las guerras de independencia y magnitud de las fuerzas armadas de los distin-
de descolonización y las vinculadas a la cons- tos países de Oriente Medio. Las guerras de es-
trucción y formación de los distintos países ta última región no tienen comparación (ni en
irán seguidas de guerras interestatales de carác- escala ni en intensidad) con los conflictos triba-
ter nacionalista. les o fronterizos de Africa. T a m p o c o hay c o m -
Lo que está claro es que hoy en día la m a y o - paración por lo que se refiere a las cesiones de
ría de los Estados se hallan bajo la presión de armas, pues cerca de las dos terceras partes de
sus minorías, que solicitan la plenitud de dere- los suministros de armas llevados a cabo en
chos y cierto grado de autonomía. El vigor del 1984-1989 se concentraron en el Oriente M e -
nacionalismo sobre las tendencias particularis- dio, incluyendo el Golfo Pérsico12. También
tas queda garantizado, con todo, aunque se re- hay grandes diferencias por lo que se refiere al
fuerce gracias a las facultades de coerción cada desarrollo económico y la capacidad tecnológi-
vez mayores de los Estados modernos (Basta ca: compárense, por ejemplo, los países recien-
con comparar la longevidad de Saddam H u s - temente industrializados con algunos Estados
sein, Hafiz al Asad y M . Gadafi con la política africanos pobres.
de sustitución acelerada de dirigentes políticos Conforme avance el desarrollo económico
vigente en Siria y en Iraq en el decenio de en muchos de esos Estados, la vida dejará de
1960). E n el escenario contemporáneo, Etio- ser «repugnante, brutal y breve» y el recurso a
pía, Sudán, Sri Lanka, India y Pakistán consti- la fuerza dejará de ser una consecuencia natu-
tuyen una lista incompleta de Estados con fisu- ral de esa situación. Ahora bien, en la medida
ras internas. La señal m á s esperanzadora puede en que algunos Estados (fundamentalmente
ser la inexistencia de signos de que las grandes africanos) queden al margen de ese crecimiento
potencias tengan interés en intervenir en nin- y sigan retrasándose o estancándose, puede ser
guno de ellos. más tentador utilizar la fuerza, tanto para con-
El equilibrio entre lo que ha sido denomina- quistar recursos c o m o por cuestiones de fronte-
do «etnopolítica» y el Estado nacional deberá ras. E n la situación inversa, los P M A que por
ser reforzado. Aumentarán los incentivos para primera vez dispongan de verdadero poder,
recurrir a la fuerza si los vecinos plantean una aunque sea relativo, pueden hallar irresistible
amenaza a la integridad política de un Estado el papel de «matón» regional, en particular si
dado. A d e m á s , aunque arriesgado, el factor no hallan barreras que se les opongan.
m i s m o de la guerra produce un efecto de solidi- Por lo general, estas zonas son comparables,
ficación y definición que los dirigentes políti- al menos en el sentido de que en ellas hay pocas
cos pueden utilizar (como da a entender Wight) limitaciones políticas internas a la utilización de
para reforzar su autoridad (La guerra entre Irán la fuerza. Ahora bien, recientemente se ha visto
e Iraq es un ejemplo reciente). en Argentina lo que en los años cincuenta se vio
Las estructuras internas (o m á s bien la falta en Egipto y Siria, es decir, que una guerra fallida
de estructuras) de muchos de estos Estados son es políticamente arriesgada incluso para un régi-
un elemento que permite recurrir a la fuerza. m e n represivo. Y en América latina (al igual que
A falta de instituciones políticas sólidas (entre en Europa Oriental) existe ahora una tendencia
ellas la prensa libre), a los dirigentes les resulta en pro de la democracia que no tiene paralelo
m á s fácil seguir sus propias preferencias (y los visible, hasta ahora, en el Oriente Medio.
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 165

Los factores que influyen fría) está disminuyendo juntamente con la de


en los conflictos entre los P M A sus «protectores». E n tanto que las causas de
los conflictos de ese tipo habitualmente han si-
Los cambios acelerados y generalizados que do de índole local y por ello no se acabarán, el
hoy en día tienen lugar en las relaciones entre entorno externo se ha vuelto, a fin de cuentas,
las superpotências (y sus bloques respectivos) menos propicio y receptivo para esos conflic-
no pueden por menos que influir en los conflic- tos.
tos del Tercer M u n d o . Las vinculaciones m u n - A medida que los bloques alcancen acuer-
diales, que a m e n u d o son m á s teóricas que rea- dos de limitación del armamento tradicional
les, existen sin duda alguna en cierto sentido. en Europa, surgirán nuevas presiones para ven-
En el nivel m á s abstracto, el ejemplo de las su- der armas al Tercer M u n d o . Los Estados c o m o
perpotências que disminuyen su enfrentamien- Francia, que poseen fuertes motivaciones es-
to mundial y avanzan hacia formas más explí- tructurales yfinancieraspara disminuir los cos-
citas de cooperación repercutirá en las concep- tos unitarios de sus sistemas de armas y mante-
ciones de otros Estados, situación ésta que se ner intacta su infraestructura nacional de de-
reafirmará conforme se impongan medidas de fensa, tenderán a aumentar o por lo menos
control de armas tradicionales tras las limita- mantener las ventas de armas por motivos m e -
ciones de las armas nucleares y porque la relati- ramente comerciales. La U R S S también tendrá
va decadencia de las superpotências parece de- motivos para mantener o aumentar las ventas
berse en parte a la excesiva importancia atri- de armas a fin de obtener divisas. Los proble-
buida a su componente militar. Las reflexiones m a s que plantean las motivaciones comercia-
al respecto pueden influir en las reflexiones de les, en lugar de estratégicas, de dichas cesiones
los dirigentes del Tercer M u n d o acerca de la de armas y tecnología se deben a la tendencia a
utilidad de las armas. la irresponsabilidad que a m e n u d o las acompa-
La disminución de la competencia entre las ña. Basta con reflexionar acerca del papel juga-
superpotências y la tendencia a una interven- do por los bancos italianos, las compañías far-
ción más selectiva en los conflictos del Tercer macéuticas alemanas y la industria nuclear
M u n d o disminuirá las cesiones de armas y fo- francesa, para advertir c ó m o dichas ventas
mentará una tendencia hacia una polarización efectuadas por quienes carecen de una perspec-
menor de los conflictos. Si el resultado de lo tiva mundial o estratégica y subordinan las
anterior es una menor mundialización de las consideraciones políticas a las comerciales,
disputas locales con la consiguiente reducción constituyen en potencia una amenaza mayor
del peligro de escalada, también habrá de en- que la actuación de las superpotências en lo que
trañar una menor influencia de las potencias se refiere a armar indiscriminadamente al Ter-
exteriores en la realización,finalizacióny re- cer M u n d o .
sultado de dichos conflictos. Puede significar, Otro fenómeno que ya es visible, pero pro-
incluso, una menor atención o preocupación bablemente habrá de acelerarse, es el creci-
hacia cierta clase de conflictos que no pongan miento de las industrias nacionales de armas en
en peligro inmediato intereses vitales. El precio m á s países en desarrollo. La India, el Brasil.
a pagar por esta diferenciación entre los distin- Corea, la República de Taiwan y Argentina son
tos tipos de conflicto puede ser un aumento de ejemplos obvios, pero la lista no es aumentable
su fluidez y autonomía y el que, por lo tanto, indefinidamente. La difusión de esta capaci-
estén menos sujetos a los intereses o influencias dad habrá de entrañar la aparición de más Esta-
de las potencias externas. En resumen, el precio dos autónomos en este aspecto, más capaces de
de una reducción del comercio de las armas y sostener determinadas categorías de conflictos
de las guerras «por procuración» puede ser un sin recurrir a proveedores externos y que, en
m u n d o en el que estallen m á s guerras locales. algunos casos, podrán facilitar armas a otros
Por otra parte, los Estados del Tercer M u n d o Estados.
no pueden recurrir a la guerra con la seguridad Conforme los Estados en desarrollo mayo-
de que obtendrán asistencia para poner fin al res acrezcan su propia producción, podrán ha-
conflicto ni de que obtendrán automáticamen- llarse en situación de cooperar con otros países
te apoyo. Así, pues, su influencia en las super- en desarrollo. Pueden utilizar la riqueza de un
potências (hecho éste procedente de la guerra Estado menor para financiar proyectos o for-
166- Shahram C/iiihiii

mar un consorcio afinde elaborar nuevos siste- constituye Gadafi ya está siendo alegada para
mas de armas (por ejerrfplo Iraq y Egipto, y a m - mantener un número mínimo de misiles balís-
bos con là Argentina, piara producir el misil su- ticos de tecnología avanzada ( A T B M ) o una ca-
perficie a superficie Condor 11). D e ese m o d o , pacidad limitada de defensa (del m i s m o m o d o
pueden superar las limitaciones de financia- que ocurría con las motivaciones expuestas por
ción y el atraso tecnológico de uno de ellos y, Robert M a c N a m a r a a propósito de China a
aunando sus recursos, concebir sistemas de ar- mediados de los años sesenta).
mas más eficaces que si lo hiciesen por sepa- En cuanto al planeta considerado en su con-
rado. junto, la difusión de esta tecnología juntamente
Según se vaya desvaneciendo la guerra fría, con su empleo ocasional, o incluso frecuente,
la categoría de Estados denominados «el Ter- tiene consecuencias directas e indirectas. E n
cer M u n d o » se volverá tan imprecisa c o m o ya primer lugar, la utilización de armas anterior-
lo es la de países «en desarrollo» para referirse mente prohibidas (por ejemplo, las químicas)
por igual a los países recientemente industriali- va acabando con los tabúes que puedan existir
zados y a los últimos del pelotón. La diferencia- contra su empleo. En el caso de las armas nu-
ción que ya existe en algunos aspectos puede cleares, esta situación tendría graves conse-
aumentar en cuanto a la capacidad militar. U n cuencias para las principales potencias nuclea-
grupo de países en desarrollo -aproximada- res y sus propias relaciones mutuas de disua-
mente una docena- tienen o buscan disponer o sión. E n segundo lugar, es probable que estas
poder acceder a armas nucleares, químicas y armas hagan confuso el umbral entre lo que es-
biológicas. Esos mismos Estados están adqui- tá vedado y lo que no lo está. Así, por ejemplo,
riendo cohetes u obteniendo la tecnología de su la frontera entre las armas estratégicas y las ar-
fabricación que les permitan ocasionar daños a mas tácticas se volverá borrosa, aunque sólo
zonas hasta ahora alejadas y consideradas apar- sea porque, gracias a sistemas de dirección pre-
te. A falta de sistemas de dirección suficiente- cisos, las municiones guiadas (por ejemplo, los
mente perfeccionados, dichos Estados pueden misiles de crucero) pueden ser tan eficaces para
verse movidos a combinarlos con armas de a m - algunas misiones c o m o las asignadas anterior-
plia capacidad de destrucción local o de des- mente a las armas nucleares. Esta nueva situa-
trucción masiva para aumentar su eficacia. C o - ción plantea la cuestión del control de las ar-
rolario de lo anterior puede ser la inclinación, mas, en el sentido de que las potencias exterio-
dictada quizá por consideraciones económicas, res deberán sopesar las ventajas de proseguir
a sustituir con dichas armas los sistemas de ar- una política de restricción de la difusión de su
mas tradicionales, cuyo costo cada vez es m a - tecnología con medidas sustitutorias de «ges-
yor y que les puede resultar difícil mantener o tión», es decir, aceptar que «el lobo ha salido de
sustituir. Limitándose meramente a apelar a la la madriguera» y tratar de estabilizar la situa-
razón o a la virtud no se podrá acabar con las ción, por ejemplo suministrando la tecnología
presiones en pro de atajar en el camino de la adecuada, c o m o son los mecanismos de m a n d o
posesión de las armas u obtenerlas con rapidez, y control perfeccionados.
ni tampoco con la tendencia a invertir en esas Al m i s m o tiempo, los peligros de implica-
armas, que poseen cualidades casi mágicas y ción en un entorno militar tan peligroso, tende-
totalmente míticas. rán a plantear con más agudeza la cuestión del
¿ C ó m o influye esta proliferación en los con- papel de las potencias exteriores: puede que ha-
flictos regionales? Será más sencillo empezar ya que elegir entre separar tajantemente a m b o s
por las potencias exteriores. Para éstas, la difu- tipos posibles de conflictos de la diplomacia de
sión de este tipo de tecnología significa eviden- prevención.
temente riesgos en lo que se refiere a su propia También se han observado las repercusio-
capacidad de proyectar su influencia. C o m o nes de estas nuevas capacidades en la política
mínimo, complica su entorno de combate. Y si regional y en tensiones mayores. El mayor al-
la tendencia se vuelve m u y pronunciada, habrá cance de estas armas hace que puedan utilizar-
que plantear interrogantes acerca de hasta dón- se contra países a los que, en cambio, sería difí-
de deben llegar sus acuerdos de control de ar- cil llegar con armas tradicionales. Habrá que
mas y de qué grado de «capacidad cualitativa» ampliar la noción de «región», a fines prácti-
desearán mantener. La supuesta amenaza que cos, conforme se produzcan «reacciones en ca-
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 167

dena» (ya sea por contagio o para oponerse a nuclear que se atribuye a un enemigo, o m o d o
una nueva amenaza posible). A d e m á s de un de mantener en rehén a la población adversa-
círculo cada vez mayor de políticas que pueden ria, será cada vez menos claro el límite entre las
acrecer la tensión, la aparición de cohetes de armas tradicionales y otras modalidades de ar-
mayor alcance en los arsenales del Tercer M u n - mas y disminuirá el umbral de utilización de
do podría implicar directamente a una super- armas de destrucción masiva. A u n q u e se adop-
potência: la U R S S . Situada cerca del arco de ten sistemas que puedan sobrevivir a un primer
P M A más cercano a dichas armas, la U R S S ha ataque y doctrinas responsables, son pocas las
manifestado en repetidas ocasiones su conster- posibilidades de establecer un sistema eficaz de
nación ante la proliferación de dichos sistemas disuasión. La historia enseña que no es proba-
y ha observado que el problema que plantea la ble la eficacia de una disuasión basada en ar-
existencia del cohete Jericó II no es meramente mas tradicionales. Por otra parte, la reproduc-
teórico, pues dicho cohete puede alcanzar el te- ción de una disuasión basada en armas nuclea-
rritorio soviético. res no es un proceso mecánico, pues se basa
Las repercusiones de estos sistemas de ar- además en factores históricos y culturales. Pa-
mas en los conflictos del Tercer M u n d o son a rece dudoso que haya posibilidades de forjar
un tiempo más sencillas y complicadas. En pri- una disuasión estable basada en tecnologías in-
mer lugar, estos sistemas y otras tecnologías termedias, de capacidad ambigua, que los ad-
exógenas que puedan aparecer más adelante no versarios posean en magnitudes indetermi-
son en sí mismos buenos ni malos; pueden uti- nadas.
lizarse para fomentar la disuasión o para aca- En tanto que las armas nucleares han confe-
bar con ella, para suscitar un equilibrio o para rido cierta moderación a las relaciones entre las
desequilibrar una situación. E n términos prác- superpotências, y en particular a su competen-
ticos, estas armas tenderán a ampliar el alcance cia militar, las nuevas armas de destrucción
de la guerra y aumentar su intensidad. Asimis- masiva y/o de mayor alcance de los Estados en
m o , pueden tender a separar la intensidad de desarrollo pueden aumentar los daños que toda
una guerra de la base industrial del país y a dis- guerra entraña, pero asimismo alimentar la ilu-
minuir la duración de un conflicto. Según se sión de que se pueden vencer y acabar con rapi-
utilicen, según lo precisas que sean y según las dez las guerras. U n elemento esperanzador es
contramedidas que se adopten, podrían llegar a que quienes han tenido la experiencia de una
ser, pero no lo son necesariamente, decisivas en guerra moderna habitualmente no se lanzan a
el plano militar (Pues los misiles de tierra a tie- otra a la ligera. Los que están obteniendo ahora
rra o las armas de crucero no perfeccionadas no el acceso a las tecnologías modernas son los
son especialmente eficaces). mismos que ya han participado en conflictos
Quizá lo m á s preocupante sean las conse- interestatales de importancia, guerras que han
cuencias que estos sistemas de armas tienen en resultado invencibles en el sentido tradicional
la estabilidad. Según las características que po- del término. Esta situación puede hacerles pre-
sean, pueden ser vulnerables al ataque y, por cavidos hasta cierto punto a propósito de los
consiguiente, en lo fundamental armas de «pri- riesgos de conflicto y de las posibilidades de
mer golpe», lo que hará que ambos campos una victoria a bajo costo. Pero para el sistema
tiendan a disparar primero. En tal caso, la inca- internacional, la difusión de la tecnología jun-
pacidad de estas armas para sobrevivir a un tamente con la del poder en términos generales
primer ataque tendrá por efecto «acortar la m e - habrá de significar un m u n d o más anárquico y
cha», lo que hará que ambos campos tiendan a menos ordenado que el que hemos conocido
elaborar doctrinas basadas en el ataque preven- durante la guerra fría bajo el predominio de las
tivo, que son inherentemente desestabilizado- superpotências.
ras y peligrosas si se produce una crisis. En tal
caso, lo más probable es que en el futuro esta-
llen guerras esporádicas. Las perspectivas de guerra
Si se considera a estas armas una alternativa en los Estados en desarrollo
a los sistemas tradicionales de armas, y un ata-
jo para obtener una capacidad militar efectiva, Resulta difícil generalizar útilmente acerca de
o c o m o contramedidas frente a la capacidad la posibilidad de que estallen conflictos en un
168 Shahrain Chubin

grupo tan diverso de países cuyas motivaciones parecer aumentando considerablemente, aun-
y capacidades respectivas son m u y distintas. que n o por primera vez, pero, ¿basta esto para
A d e m á s , cualquier detección de «tendencias» renunciar a ella, en lugar de utilizarla, aunque
es forzosamente impresionista (más que pre- sea en menor medida, c o m o instrumento polí-
dictiva), y tiene más utilidad heurística que en tico? ¿Habrá de convertirse la guerra en un ins-
lo tocante a formular políticas. Ello no obstan- trumento excepcional, en lugar de habitual, de
te, conviene efectuar un balance de las fuerzas la política del m u n d o en desarrollo? ¿Acabará
que influyen en las perspectivas de que estallen por ser tan infrecuente, para dichos Estados,
guerras en el Tercer M u n d o . c o m o lo es ya para el m u n d o industrializado?
La guerra en el Tercer M u n d o se está con-
virtiendo en una cuestión m á s heterogénea,
Las limitaciones
con amplias variaciones por lo que se refiere a
sus niveles de violencia y capacidades milita- Toda enumeración de los factores que actual-
res, lo que hace que sean distintos los tipos de mente se oponen al estallido de la guerra debe-
guerra posibles. La situación de los P M A fuer- rá comenzar por la propuesta de que el cálculo
temente armados y capaces de tender a enta- de los costos y beneficios, es decir de los riesgos
blar graves conflictos habitualmente contra frente a los objetivos, rara vez arroja resultados
otros Estados (por ejemplo, en el Oriente M e - positivos. Y así es no sólo, ni principalmente,
dio, el Golfo Pérsico, Asia Meridional y Asia por motivos técnicos, si bien es cierto que la
Oriental) contrasta con la de los países de m e - difusión de las armas ha aumentado la capaci-
nores fuerzas armadas, menos experiencia en dad de los Estados de menor entidad de impo-
guerras interestatales y preocupados funda- ner situaciones sin salida a potencias m á s fuer-
mentalmente por sus fronteras y en particular tes (como ilustra el ejemplo del Stinger en Afga-
por su seguridad y prestigio internos (por ejem- nistán). E n conflictos asimétricos c o m o éstos,
plo, los Estados africanos y latinoamericanos). las diferencias entre los sistemas de armas
Son m u y escasos los P M A que hoy en día cuentan menos que la capacidad de enjugar los
están en la situación de los Estados africanos de costos, incluida la capacidad de proseguir. Po-
los años cincuenta, que disponían únicamente cas potencias industrializadas cuentan con
de fuerzas de policía; la mayoría cuentan en la apoyo político interno a operaciones prolonga-
actualidad con fuerzas aéreas y navales de cier- das y costosas en el Tercer M u n d o . En guerras e
ta entidad. Ahora bien, cada vez es mayor la intervenciones de esas características, los Esta-
distancia entre los Estados que apenas llegan a dos desarrollados se enfrentan hoy en día a una
controlar sus fronteras y los que pueden lanzar población «nativa» movilizada (en lugar de
cohetes a larga distancia, fabricar armas y obte- aquiescente), situación ésta m u y alejada de la
ner o manufacturar armas químicas, biológicas de la época de los Raj.
e incluso nucleares. Sin embargo, nada indica Se pueden aplicar consideraciones similares
que m á s de un puñado de Estados de esas ca- a los conflictos internos del Tercer M u n d o ,
racterísticas sean aún capaces de sostener una donde los resultados de las guerras no han sido
guerra moderna durante largo tiempo, es decir, concluyentes políticamente hablando, aunque
que posean el nivel de organización y de logísti- los resultados militares fuesen claros. Si se im-
ca y la capacidad económica suficiente para ser pide al país victorioso cosechar los frutos de su
independientes en lo que se refiere a lograr ar- victoria, ya sea porque las grandes potencias se
mas, si bien, gracias a la adquisición de algunos lo impiden o porque la guerra no basta para
misiles, se pueden causar grandes estragos en imponer decisiones a quienes no están dispues-
breve tiempo. tos a aceptarlas (como es el caso del conflicto
Juntamente con factores políticos, tanto in- árabe-israelí), acaba por ser considerada trivial
ternos c o m o internacionales y los gastos y ries- o, sencillamente, desproporcionada a los obje-
gos conexos, ante todo los que entrañan los tivos que puede alcanzar. Los dirigentes deben
nuevos sistemas de armas, puede que recurrir a tener en cuenta hoy en día las consecuencias
las armas c o m o instrumento de la política de internas de las guerras sin resultados claros (Is-
un Estado se esté convirtiendo, no todavía en rael en el Líbano. Irak en Irán) o, en otro caso,
algo del pasado, pero sí en algo menos frecuen- el costo regional de una guerra victoriosa. Se
te. Los costos que entraña una guerra están al puede considerar que la guerra es un instru-
Los conflictos cu el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 169

mento atrayente para desviar la atención de es porque existen otros modos de definir la se-
una situación política interna irresoluble, pero guridad o de computar la potencia. H o y en día,
sus peligros pueden aumentar el valor de una la seguridad se define por referencia a algo más
situación de no guerra/no paz, en lugar de que las armas, el territorio o el poderío militar;
una situación de guerra declarada, que tiende a tienen mucha m á s importancia la situación
ser m á s peligrosa y costosa. Dichos dirigentes económica y la estabilidad y la legitimidad tan-
deben considerar asimismo las repercusiones to política c o m o psicológica.
prácticas de la modificación de las relaciones El ejemplo de las superpotências también
entre las superpotências; al poder ejercer m e - está teniendo efectos de demostración: no hay
nos presión, ya no pueden contar con patroci- un ambiente favorable a la guerra, y no sólo
nadores extranjeros que los apoyen sin antes porque las superpotências estén disminuyendo
medir suficientemente las consecuencias, les sus compromisos en el Tercer M u n d o . Los diri-
suministren armas o consigan que se establezca gentes de los países en desarrollo que estudian
una paz honorable. la posibilidad de recurrir a la fuerza deben te-
Dejando aparte el hecho de que las armas ner en cuenta la probabilidad de una condena
pueden no ser decisivas (según el tipo de guerra unánime en el seno del Consejo de Seguridad,
y los objetivos del conflicto), también pueden de que se dicte un embargo sobre las armas e
no estar disponibles, no ser reemplazables o te- incluso de que se adopten medidas militares
ner un precio prohibitivo. El aumento de los conjuntas contra el agresor. En términos gene-
precios de los armamentos, la noria de las c o m - rales, el ambiente no es propicio a las guerras
pras, modernización y envejecimiento de sus locales.
componentes o la saturación y los problemas El aumento de las medidas legislativas in-
de asimilación han influido incluso en los ternacionales contra determinados tipos de
clientes más inmunizados, los Estados del Gol- guerra también desempeña un papel, aunque
fo Pérsico. La extraordinaria inflación del pre- no sea cuantificable, en lo que se refiere a limi-
cio de las armas que ha vuelto tan onerosa una tar las ocasiones de empleo de la fuerza. La
inversión militar para los Estados que tratan de oposición a las guerras de hegemonía, conquis-
superar a otros o de mantener su supremacía ta territorial, adquisición o anexión o en busca
cualitativa sobre sus vecinos, ha hecho dismi- de ganancias materiales o de la gloria es un he-
nuir el interés que ofrece adquirir nuevas ar- cho real. Lo m i s m o sucede con las normas con-
m a s . También en este caso, la experiencia repe- tra los tipos de intervención sancionados por
tida de las guerras, tanto la directa c o m o la in- las leyes internacionales anteriores14, que se re-
directa, ha dado lugar a que surjan burocracias fuerzan día a día.
desmesuradas, por un lado, y Estados cuartele- Si bien existen factores jurídicos, prácticos
ros, por otro11. y políticos que limitan el empleo de la fuerza,
Al menos por lo que se refiere a los Estados también hay otros en virtud de los cuales des-
de Oriente Medio considerablemente armados, encadenar una guerra sigue siendo un instru-
se ha llegado al punto en que disminuyen los mento político factible y racional.
beneficios que conllevan las inversiones milita-
res. A consecuencia de lo que Shaid Feldman
Los factores q u e facilitan la guerra
denomina «el cansancio acumulado», puede
disminuir la voluntad de apoyar guerras que no U n interrogante de importancia es si la utilidad
sean vitales. Quizá no estemos lejos de que de la fuerza o de la guerra está disminuyendo
aminore la propensión de los dirigentes a lan- en términos generales o únicamente en lo que
zarse a ellas. se refiere a los Estados desarrollados. Dicho en
Desde una perspectiva m á s amplia, se dis- otros términos: ¿se ha universalizado la con-
cierne esa m i s m a orientación, aunque menos ciencia de la disminución de las ventajas que
pronunciada: la noción de «dilema de seguri- entraña el empleo de la fuerza? En caso contra-
dad» ya no es meramente académica, está sub- rio, ¿hasta qué punto se aplica por doquier? Es
yacente al «nuevo pensamiento en materia de difícil saber en qué grado es geográficamente
seguridad» de la U R S S posterior a la glasnost y específica la tendencia en contra de un conflic-
coincide con el espíritu de la época. Si cada vez to de grandes dimensiones entre los Estados de-
ofrecen menos interés las inversiones en armas sarrollados, en qué medida depende de las ar-
170 Shahrum Chuhin

m a s nucleares o está relacionado con su fase o del aumento del n ú m e r o de Estados y de la difi-
nivel de desarrollo histórico. Si en el futuro el cultad de distinguir las motivaciones de los
comportamiento de los P M A se adapta a las conflictos. Lo que sí es m á s claro es que ha au-
pautas seguidas por los otros países, se seguirán mentado la capacidad de m á s Estados de infli-
resolviendo los conflictos por la fuerza. C o n - gir daños considerables a otros. Puede que los
forme a dicho modelo, se pasará de las guerras Estados no sean ya capaces de combatir duran-
civiles a las guerras interestatales clásicas ali- te m u c h o tiempo contando con su propio poder
mentadas por el nacionalismo (como sucedió o con el poder de que piensan disponer, pero,
en Europa entre los siglos x v y xix). Por otra utilizando armas modernas, pueden alcanzar
parte, estos Estados pueden saltarse una fase y zonas anteriormente inaccesibles. C o n ello, las
pasar directamente a una época m e n o s propen- guerras pueden tener un carácter m á s regional,
sa a las guerras. Según se responda a estos inte- conforme aumenta el alcance de las armas y la
rrogantes y pareceres, dichos Estados influirán amenaza que supone. Esta posibilidad de ex-
de una u otra forma en las políticas de otros pansión horizontal, o de extensión geográfica,
Estados frente a los conflictos que puedan sur- de la guerra va aunada a la perspectiva cada vez
gir en el futuro: si se les considera trampas peli- m e n o r de escalada de la mayoría de las guerras
grosas para las superpotências, podrá ser indi- locales, en términos verticales, esto es, de que
cado aplicar políticas de diferenciación. Y otro intervengan en ellas las superpotências, lo cual
tanto, si se considera que dichos conflictos son puede ser una situación satisfactoria, pero por
anómalos y reflejan querellas atávicas que son otra parte puede dar lugar a la fragmentación
expresión de atraso. Ahora bien, si se considera de la política internacional y propiciar u n en-
que se trata de una fase inevitable y necesaria torno m á s permisivo para guerras cada vez m á s
de la evolución histórica, podrá ser adecuado autónomas.
aplicar otras políticas. Relacionada con todo esto está la tenden-
Las situaciones de los P M A dejan amplio cia, anteriormente mencionada, de interven-
c a m p o de maniobra para recurrir a las armas. ciones Sur-Sur; ejemplos recientes de ello son
Se puede disminuir el recurso a la guerra para Israel, Sudáfrica. Siria. India y Vietnam. Otros
construir un país, pero debe persistir frente a la ejemplos son las intervenciones de Irán e Irak
competencia que representan la lealtad y la ad- en Líbano, de Cuba en Africa, de Libia en C h a d
hesión a otras fuentes, ya sean tribales, étnicas y de Egipto anteriormente en Y e m e n . Dichas
o confesionales. C o m o ha descubierto Iraq, la intervenciones pueden aumentar si se regiona-
guerra puede aglutinar a la población de un liza la política y las potencias locales no hallan
país, aunque pagando un precio elevado. enfrente a nadie que se les oponga.
La guerra puede seguir siendo atractiva, no
sólo porque permite obtener riquezas o alcan-
zar la gloria, sino para obtener la obligada legi- Conclusiones
timación. La guerra por recursos escasos y vita-
les, c o m o el agua en las regiones áridas, en de- «La historia de los asuntos internacionales en
terminadas circunstancias, puede parecer los últimos cinco siglos» (nos recuerda Paul
necesaria para la supervivencia. Las ideologías Kennedy) «ha sido con demasiada frecuencia
y fuerzas transnacionales que rechazan o su- una historia de guerras, o al menos de prepara-
bordinan el nacionalismo y las fronteras estata- ción a la guerra»15. La tendencia de los últimos
les, aunque ya no predominan, aún n o se han cuarenta años a un n ú m e r o menor de conflictos
extinguido totalmente. U n a causa tradicional entre las grandes potencias aún no se ha tradu-
de guerra, la medición de fuerzas para implan- cido en menos conflictos entre todos los Esta-
tar la ley del m á s fuerte en una región, puede no dos. Es en el Tercer M u n d o donde se han con-
resultar anacrónica ni frivola, en un m o m e n t o centrado las guerras y es también ahí, aunque
en que Estados nuevos establecen contactos no en exclusiva, donde se han invertido recur-
mutuos y tratan de definir sus respectivas jerar- sos considerables en armamentos. A u n q u e este
quías regionales. hecho no es de extrañar, habida cuenta de la
Resulta difícil saber si los Estados recurren debilidad militar de la mayoría de esos Esta-
a la guerra con menos frecuencia que en el pa- dos, y puede haber estabilizado la amenaza de
sado, o por distintos motivos, habida cuenta guerra, la carencia de otros procedimientos de-
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 171

terminados para resolver las disputas no puede cretas harán que se recurra en menor medida a
por m e n o s que influir en las decisiones acerca la guerra, incluso en los países en desarrollo.
de si utilizar o no las armas. Al m i s m o tiempo, Las perspectivas de los países en desarrollo
el aumento del nacionalismo, tan visible en son, más bien turbulentas que tendentes a una
m u c h o s Estados, juntamente con el renaci- estabilización espontánea. Las presiones y ten-
miento de la conciencia nacional en Europa siones del desarrollo económico, la integración
Oriental y en el «imperio interno» de la Unión política, la legitimación y la institucionaliza-
Soviética, que desentona de la tendencia a la ción17, resultan m u c h o más fuertes a causa de la
integración de Europa Occidental, puede in- transparencia e interdependencia del actual sis-
fluir en las perspectivas de que estallen conflic- tema internacional. Las distintas facetas y ele-
tos. Estas diferenciaciones en las que el Norte mentos del poder hacen prever una mayor dife-
(u Occidente) se halla en desacuerdo objetiva- renciación en el planeta, así c o m o entre los pro-
mente con los países en desarrollo, pueden in- pios P M A .
fluir también en las posibilidades de que se des- Pues bien, pese a sus diferencias, los países
encadene algún conflicto. Es un hecho eviden- m e n o s adelantados pueden coincidir en el ca-
te, n o sólo en los nacionalismos, apasionados y rácter injusto del sistema internacional actual y
en buena medida nuevos, frente a su desplaza- de sus normas y convenciones, en el que apenas
miento por lealtades tanto por encima c o m o se les deja decir nada y aún se les permite tener
por debajo del nivel del Estado nacional (esto m e n o s influencia. Esa solidaridad puede ser to-
es, por lealtades supranacionales y regionales o davía más fuerte, en particular si el comercio se
locales) en el Norte. Es asimismo evidente por convierte en una competición entre bloques y
lo que se refiere a los derechos humanos, terre- deja de lado a los Estados más débiles. Los m o -
no en el cual las presiones mundiales han crea- vimientos demográficos, incluso los tempora-
do virtualmente una norma universal, a la que les o la emigración y el empleo estacional, jun-
algunas zonas (como el Oriente Medio) dan tamente con la permeabilidad de la sociedad
muestras evidentes de conformarse en escasa moderna, hacen que la seguridad sea más inter-
medida. dependiente y esté menos sometida a un con-
La sustitución parcial del m u n d o radical- trol exclusivamente nacional, c o m o se ha visto
mente bipolar por un sistema más borroso dis- con el terrorismo y los secuestros de aviones. Se
minuye las presiones en pro de una interven- trata de cuestiones que no son causas clásicas
ción exterior; sin una competición mundial sis- de conflictos, pero que pueden llegar a serlo
temática (inherente al sistema analizado por conforme mengua el m u n d o , se desplazan o
Ken Waltz), la periferia puede reaparecer c o m o son desplazadas las poblaciones y los Estados
tal, con menos importancia. Pero la no inter- se vuelven más interdependientes y sensibles a
vención, si bien conduce a pasar por alto y m a r - las actividades recíprocas. Esos problemas y los
ginalizar a determinados países, no puede que simboliza el asunto Rushdie, a los que M i -
constituir una gran mejora para el Tercer M u n - chael Howard denomina «la interfaz perturba-
do. da entre el m u n d o desarrollado y el m u n d o en
A diferencia de lo sucedido en la Europa desarrollo, que tan peligrosamente puede ali-
postclaussewitziana"1. en los países en desarro- mentar la división en el seno de nuestras c o m u -
llo seguirá habiendo guerras. Pero es más pro- nidades multiculturales»18, pueden aumentar,
bable que la violencia en el Tercer M u n d o sea con consecuencias para la seguridad interna de
interna en lugar de consistir en guerras interes- los Estados más ricos. Hay otros problemas a
tatales (salvo cuando países vecinos estén en- propósito de los cuales cabe predecir que surgi-
vueltos en un problema interno que afecte a rán diferencias (por ejemplo, el de los refugia-
ambos). Parecen improbables las guerras regio- dos), aunque no es seguro que se conviertan en
nales de coalición. Otro tanto sucede con el e m - fuente de conflictos. Así, por ejemplo, los pro-
pleo de la fuerza para obtener recursos (agua, blemas ambientales no conducen por sí mis-
etc.), si se dispone de otros medios para solu- m o s a la guerra, pero tampoco dan lugar forzo-
cionar las disputas y hacer coexistir los distin- samente a soluciones justas. En términos gene-
tos intereses. Tanto el costo de la guerra c o m o rales, p o d e m o s afirmar q u e se están
los problemas políticos que habrá de entrañar modificando las perspectivas del m u n d o desa-
la traducción de sus resultados en ventajas con- rrollado en materia de seguridad y, por consi-
172 Shahram Chiibin

guíente, el sentimiento de amenaza y la propia U n a de las ironías del m u n d o de la posgue-


noción de seguridade Algunos de los nuevos rra es que buena parte de los progresos alcanza-
problemas habrán de entrañar un mayor inte- dos en el terreno del control de las armas ha
rés por la cooperación con los Estados en desa- tenido lugar en la zona relativamente pacífica
rrollo y otros empujarán a los Estados más ri- de la confrontación entre el Este y el Oeste, en
cos a relaciones de competición y posiblemente tanto que apenas se ha aplicado en los Estados
de enfrentamiento con el Tercer M u n d o menos propensos a los conflictos de fuera de Europa.
próspero. U n a de las grandes aportaciones del control de
En algunos de estos Estados ha aumentado las armas ha sido su comprensión de que es pre-
la capacidad de infligir grandes daños con inde- ciso que los competidores estén igualados para
pendencia de sus posibilidades económicas ge- tomar conciencia de en qué aspectos pueden
nerales. C o m o se indicó anteriormente, el có- cooperar con sus rivales, y planear estrategias
m o y el si dichos Estados hacen la guerra, po- tanto a largo c o m o a breve plazo. Otra aporta-
dría arrastrar a otros Estados al plantear ción importante ha sido la de que se puede fo-
interrogantes sobre los posibles umbrales y ta- mentar el diálogo político entre los adversarios
búes, así c o m o más directamente. Al implicar a mediante medidas de control de armas que, se-
otros Estados, los P M A que disponen de una gún avanzan, pueden contribuir a disminuir las
capacidad militar m á s perfeccionada habrán tensiones fundamentales y a mejorar las rela-
de plantear difíciles interrogantes acerca de ciones. Las medidas para promover la confian-
cuál es la política adecuada a las terceras par- za y la transparencia que son condiciones pre-
tes. Así, por ejemplo, ¿deberán los proveedores vias indispensables de la predicibilidad fortale-
de armas buscar conscientemente producir cen la estabilidad y, con el paso del tiempo,
equilibrios regionales mediante el suministro alientan una actitud de reciprocidad y de poner
de tecnología y mecanismos que fomenten la el acento en la seguridad mutua. A m b o s aspec-
estabilidad, aumenten el control y refuercen la tos del control de las armas, la importancia
defensa, o deberán simplemente quedarse atribuida al juego repetido y la posible contri-
aparte a contemplar lo que pasa? bución de las armas y las decisiones militares
El espectro del futuro puede que no sea la (por ejemplo, acerca de la doctrina), que, aun-
escalada (como en la analogía de los Balcanes), que sean unilaterales, pueden ayudar a dismi-
sino la fragmentación y el desorden. Conforme nuir las tensiones y la desconfianza, son aplica-
las superpotências tengan menos motivos para bles a situaciones vigentes en las zonas más mi-
disputarse en el Tercer M u n d o , disminuirán litarizadas del Tercer M u n d o . U n a vez que los
sus motivaciones para preocuparse por lo que distintos gobiernos entiendan que son perti-
allí acontece, especialmente en los Estados nentes y útiles para resolver sus problemas de
Unidos, país en el que el período de atención seguridad, y actúen en consonancia, las guerras
que se dedica a una cuestión es breve, se consi- serán un acontecimiento menos frecuente y
dera que las sutilezas no son norteamericanas y fortuito en el Tercer M u n d o .
es dudoso que se sea capaz de concentrarse en
más de un problema al mismo tiempo :n . Traducido del inglés
Los conflictos en el Tercer Mundo: tendencias y perspectivas 173

Notas

1. Michael Mandelbaum. The University Press (para SIPRI), 14. Véase Hedley Bullied.).
Nuclear Revolution: ¡niernational 1988, pág' 33. Intervention and World Politics,
Politics before and alier Hiroshima. Clarendon Press. Oxford, 1984.
Nueva York, Cambridge 8. Gabin Kennedy, The Military
University Press. 1981. in the Third World, Nueva York, 15. Paul Kennedy, The Rise and
Scribners, 1974, pág. 53. Tail of the Great Powers. Nueva
2. Geoffrey Blainey. The Causes of York. R a n d o m House, 1987.
Wars, Nueva York, York Free 9. RuthSivard, World Military pág. 537 (Existe versión en
Press, 1973, págs. 1 14 y 226. and Social Expenditures, Nueva español).
York. 1989.
3. Ibidem, págs. 86. 122 y 127. 16. Kenneth Booth, «Redefining
10. David Ed. Albright, «The East-West Security», International
4. Quincy Wright. A Study of War U S R R and the Third World in the Affairs, enero de 1990, vol. 66,
(ed. abreviada). University of 1980's», en Problems of n u m . 1. págs. 17-46.
Chicago Press, pág. 122. Communism, marzo-junio de
1989, vol. 37, n u m . 2-3.
17. En cuanto a las tendencias en
5. Russell Weighley, «War and the págs. 58-59, quien cita World
una zona, puede verse: Colin
Paradox of Technology», Military Expenditures and Arms
Legum, «The Coming of Africa's
International Security, otoño de Transfers, 1987, A r m s Control and
Second Independence». The
1989, vol. 14, n u m . 2. Disarmament Agency, Washington
Washington Quaterly, invierno de
págs. 200-201. D . C . , marzo de 1988.
1990, vol. 13. n u m . 1.
págs. 129-144.
6. Véase el título de la obra de 11. Martin Wight, Power Politics
John Mueller, Nueva York. Basic (ed. de Hedly Bull y Carsten
Books, 1989. Holbraad), 1979, pág. 103. 18. Michael Howard. «1989: A
Farewell to Arms?», International
12. H'oiid Military Expenditures Affairs, verano de 1989. vol. 65.
7. Véase István Kende. «Wars of
n u m . 3. pág. 413.
Ten Years 1967-1976», Journal of and Arms Transfers, Washington
Peace Research, 1978, vol. 15, D.C., ACDA, 1989.
n u m . 3; « N e w features of armed 19. Para un análisis de algunos de
conflict in developing countries». 13. Puede hallarse un análisis del estos problemas, véase el número
Development and Peace, primavera costo de la burocracia militar en especial de Survival. «Nonmilitary
de 1983; K . Subrahmanyam. Oriente Medio en: Anthony Aspects of Security»,
«Third World A r m s Control in a Cordesman, «The Middle East and noviembre-diciembre de 1989.
Hegemonistic World», en Thomas the Cost of the Politics of Force»,
Ohlson (ed.). Arms Transfer The Middle East Journal, invierno 20. Robert Axelrod. The Evolution
Limitations and Third World de 1986, vol. 40, n u m . 1, of Cooperation. Nueva York, Basic
Security, Nueva York, Oxford págs. 5-15. Books. 1984.
Análisis de los conflictos
en el Tercer Mundo:
elementos de una tipología

Mohammad-Reza Djalili

Desde hace algunos años, el acercamiento entre mico, la deuda, el tráfico de la droga, la degra-
el Este y el Oeste, que hace prever cambios es- dación del medio ambiente, el incremento de-
tructurales profundos a nivel global, y las inci- mográfico y la amplificación de los fenómenos
pientes soluciones de varios conflictos regiona- migratorios han venido a añadirse a las causas
les, han dado lugar a que las guerras del Tercer tradicionales de enfrentamiento?
M u n d o quedaran relegadas a un segundo plano E n este período en que, por vez primera, pa-
en las preocupaciones de la comunidad inter- rece posible considerar cerrado el capítulo de la
nacional. Esto es tanto más cierto cuanto que la posguerra, y puede pensarse en la renovación
gran cobertura mediática de algunos conflictos, del sistema internacional, no hay que llevar al
c o m o la guerra de Líbano o el alzamiento pales- Tercer M u n d o a una marginación que ¡no sólo
tino, ha banalizado los ho- sería nociva para ejsos paí-
rrores de la guerra provo- ses, sino que ademas perju-
M o h a m m a d - R e z a Djalili. politólogo.
cando un sentimiento de exprofesor de la Universidad de Tehe- dicaría en el futura al con-
hastío en la opinión públi- rán, enseña actualmente en la Universi- junto de la comurjidad in-
ca internacional. Pero, si dad de Lausana y en el Instituto Uni- ternacional 2 . Entre los
versitario d e Altos Estudios In-
bien algunos focos de con- ternacionales de Ginebra. Es autor de
n u m e r o s o s problemas a
flicto se han extinguido y varias obras entre las cuales figuran: Re- que deben hacer frente
otros han perdido intensi- ligion et révolution: I Islam shi 'He el I '/;- Africa, Asia y América latp
dad, persisten numerosas tat (1981) Les relations internationales
(1988), Diplomatie islamique, stratégie
na, los conflictos armados
tensiones, nuevas amena- internationale du khomeynisme (1989). merecen una atención par-
zas se perfilan en el hori- Su dirección es: 46. chemin des Cou- ticular en la medida en que
zonte y la guerra sigue o m - driers. 1209 - Ginebra, Suiza. llevan en sí los riesgos evi-
nipresente en los tres conti- dentes de propagación y de
nentes que forman el Sur escalada que pueden a m e -
del planeta1. nazar la estabilidad, a m e -
Por otra parte, a pesar nudo precaria, de muchas
de la calma momentánea y del aroma de paz naciones y de regiones enteras. El mejoramien-
que flota en el aire desde hace algún tiempo, no to del clima internacional puede ofrecer una
hay que perder de vista el hecho de que desde nueva ocasión para calmar los ánimos, circuns-
1945 a nuestros días los enfrentamientos arma- cribir y atenuar los riesgos y tratar de reducir
dos regionales han sido una característica cons- las causas de los desequilibrios que conducen a
tante de la vida internacional. H a y muchas los enfrentamientos armados.
probabilidades de que ello siga siendo así du- En las circunstancias actuales, que se carac-
rante los años venideros. En efecto, ¿cómo sen- terizan a la vez por una clara mejoría de las
tirse optimista cuando se sabe que aquí y allí relaciones Este-Oeste y por la aparición de nue-
existen los ingredientes de múltiples explosio- vos peligros en el Sur, los especialistas en políti-
nes y enfrentamientos, y que nuevos factores, ca internacional deben concentrar su reflexión,
debidos en particular al estancamiento econó- quizás aún m á s que en el pasado, en los conflic-

RICS 127/Marzo 1991


176 Mohammund-Reza Djalili

tos del Tercer M u n d o . C o m o es natural, esta entre 1945 y 1985, se registraron 160 conflictos
reflexión puede adoptar las formas m á s diver- armados, de los cuales 151 tuvieron lugar en el
sas, pero si se desea hacer algunas comparacio- Tercer M u n d o . D e los 172 Estados que forman
nes, siempre será necesario ir m á s allá de los la comunidad internacional, un 54 % intervinie-
casos particulares y articular un marco de aná- ron por lo menos una vez en un conflicto; desde
lisis general que pueda aplicarse a la mayoría elfinde la Segunda Guerra Mundial hasta 1985,
de los conflictos, para lo cual es indispensable el m u n d o ha conocido sólo 26 días de paz abso-
una clasificación o tipología de los conflictos luta. En cuanto a la frecuencia de los conflictos,
del Tercer M u n d o . E n este ensayo intentare- en 1955 hubo 15, en 1965. 24, en 1975,21 y e n
m o s presentar una tipología específica en el 1985, 33. El número de muertos provocados por
contexto del análisis de las relaciones interna- estos conflictos se sitúa, según las estimaciones,
cionales en general. Para ello, ante todo proce- entre los 25 y los 35 millones de personas5.
deremos a hacer una definición precisa de los Si se opta por la definición restrictiva (con-
conflictos que son objeto de dicha tipología. flicto: enfrentamiento armado organizado y de
una cierta amplitud), se plantea un segundo
problema: ¿cómo considerar por igual conflic-
Definición de los conflictos tos m u y localizados, c o m o la intervención de
en el Tercer M u n d o Senegal en Gambia en 1980, y las «grandes gue-
rras» del Tercer M u n d o , c o m o el conflicto ara-
Hasta el término de la Segunda Guerra M u n - be-israelí (1948-1949, 1956, 1967, 1973), la
dial, el conflicto corresponde en general al fe- guerra de Corea ( 1950-1953), la guerra de Líba-
n ó m e n o de la guerra, entendido c o m o un en- no (1975-) o la guerra Irán-Iraq (1980-1988)?
frentamiento armado entre potencias que tiene H a y que distinguir entre las operaciones únicas
un carácter territorial manifiesto. Desde 1945, o los enfrentamientos fronterizos y los conflic-
la noción de conflicto se ha ampliado conside- tos mortíferos y de larga duración. Pero en este
rablemente de resultas del mayor número de caso también la delimitación es difícil y necesa-
conflictos internos que muchas veces han ad- riamente arbitraria. Y ello tanto más, y ahí resi-
quirido dimensiones internacionales, por lo de la tercera dificultad, cuanto que los datos de
que el análisis estratégico ya no puede ignorar- que dispone el investigador sobre los conflictos
los. Pero el problema que se plantea entonces es del Tercer M u n d o son a menudo poco de fiar,
el de determinar el m o m e n t o en que una ten- incompletos y difícilmente verificables6.
sión o una crisis se transforma en conflicto. ¿Es A estas tres dificultades cabe añadir otra
el instante en que esta tensión degenera y se más, que se deriva de la tendencia de ciertos
transforma en un enfrentamiento con uso de la sectores de la opinión pública internacional a
fuerza? ¿O bien aquel en que toma la forma de presentar globalmente al Tercer M u n d o c o m o
un golpe de estado, o de un acto de terrorismo? una zona plagada de conflictos cuyas causas na-
Las respuestas varían según las perspectivas die conoce realmente y a cuya solución la co-
que se adopten3. munidad internacional no puede contribuir en
Es posible ver en toda situación de conflicto nada. Claro está que si los conflictos del Tercer
o acto de violencia social el germen de un con- M u n d o no deben minimizarse en ningún caso,
flicto más amplio o, a la inversa, desde un pun- tampoco hay que caer en el extremo opuesto,
to de vista mucho m á s restringido se pueden que consistiría en confundir Tercer M u n d o ,
tomar en consideración sólo los conflictos ar- violencia y enfrentamientos armados. L a vi-
mados que presuponen la existencia de dos gru- sión apocalíptica deforma la realidad, que por
pos hostiles, el empleo de una o de varias fuer- definición es m á s matizada y compleja, e impi-
zas organizadas, una cierta continuidad en los de la reflexión sistemática y el planteamiento
enfrentamientos y un nivel de organización por racional de los conflictos.
ambas partes. V e m o s pues que, según los crite-
rios que se adopten, el inventario de los conflic-
tos del Tercer M u n d o puede variar considera- Tipologia
blemente4.
Según un estudio estadístico realizado por Las motivaciones, las bazas enjuego, los objeti-
un investigador de la Universidad de Baviera, vos y las modalidades son por lo general los
Análisis de los conflictos en el Tercer Mundo- elementos de una tipología \11

Consecuencias de un conflicto de tipo hegemónico: kuwaitíes huyendo hacia Arabia Saudi, tras la ocupación de su
país por parte de Irak, el 2 de agosto de 1990. siodiiart-Kai//Cosmos.
178 Mohammund-Reza Djalili

factores a partir de los cuales se pueden distin- un modelo tipológico de tres niveles que corres-
guir los conflictos entre sí y establecer las cate- ponderían a los conflictos globales, los conflic-
gorías. Pero una tipología elaborada con datos tos regionales y los conflictos entre Estados*. Se
de esa índole, por útil que resulte, puede indu- trata en realidad de construir una tipología es-
cir a error al investigador, por cuanto a m e n u - tructurada, que no se limitaría a una clasifica-
do es difícil distinguir claramente entre las cau- ción meramente enumerativa sino que tendría
sas reales y los pretextos alegados, los objetivos por objetivo establecer un conjunto coherente
declarados y los objetivos inconfesados, las en el que se combinasen diversas categorías, al
funciones aparentes y las funciones subyacen- tiempo que facilitaría la percepción de las inte-
tes de cada conflicto. A d e m á s , las motivacio- racciones entre los distintos niveles.
nes y los objetivos de los dos contendientes no
son necesariamente los mismos en un comien-
zo, y pueden variar en el curso del conflicto. Conflictos de dimensiones globales
Por lo demás, un conflicto armado suele estar en el Tercer M u n d o
motivado por causas diversas, aunque en el Pertenecen a esta categoría los conflictos de la
m o m e n t o de iniciarse las hostilidades haya una descolonización, los que son resultado de la ri-
serie de razones, de tipo económico por ejem- validad entre las dos grandes potencias o de la
plo, que parezcan prevalecer sobre las causas proyección al Sur del conflicto Este-Oeste, y las
de naturaleza ideológica, territorial o de otro intervenciones de las grandes potencias en el
tipo. La multiplicidad de las causas y su inter- Tercer M u n d o . N o se trata, pues, únicamente
conexión hacen problemático todo intento de de los conflictos Norte-Sur, noción a nuestro
clasificación. juicio m á s limitada y que abarca esencialmente
Para atenuar estas dificultades, podríamos los conflictos de tipo metrópoli-colonia o cen-
imaginar otra tipología de naturaleza m á s bien tro-periferia, que tienen pocos elementos en co-
jurídica, basada en la distinción entre conflicto m ú n con las relaciones Este-Oeste.
interno (guerra civil clásica) y conflicto inter- Los conflictos de la descolonización deben
nacional. Otra posibilidad consistiría en recu- clasificarse en el grupo de los conflictos en el
rrir a los datos geoespaciales, según la «locali- Tercer M u n d o de dimensiones globales, ya que
za c i ó n » del conflicto, proponiendo u n a la descolonización es un fenómeno cuyas reper-
tipología basada en la extensión territorial del cusiones exceden con m u c h o de las relaciones
conflicto (restringido/amplio). A u n q u e estos entre el colonizador y el colonizado y que han
métodos ofrezcan posibilidades m á s sistemáti- dado lugar a la transformación de todo el siste-
cas, no dejan de ser sin embargo m u y estáticos, m a internacional mediante la multiplicación
son incapaces de integrar los elementos exter- del número de actores, la mayor heterogenei-
nos que influyen indefectiblemente en la evolu- dad de la sociedad internacional y la introduc-
ción de un conflicto, y sobre todo, se prestan ción, por vez primera, de la problemática del
mal a una reflexión sobre la variedad de los desarrollo a nivel mundial. Este tipo de conflic-
conflictos, difícilmente reducibles a dos tipos tos ha caracterizado básicamente la historia
ideales7. contemporánea durante tres decenios que van
Sería sin duda m á s adecuado un enfoque m á s o menos de 1945 a 1975, pero ello no quie-
m á s dinámico, que tuviera en cuenta tanto el re decir que los conflictos de descolonización
contexto regional c o m o el contexto internacio- hayan desaparecido del todo. Es m u y posible
nal y que no pasase por alto el grado de depen- que en el futuro asistamos al resurgimiento de
dencia o de autonomía de cada conflicto res- este tipo de conflictos en relación con la evolu-
pecto al entorno externo, al tiempo que ción de las cuestiones referentes a las nacionali-
permitiera establecer una clasificación m á s dades en la U R S S , o a la situación en el Tibet o
precisa de los conflictos sin caer en una e n u m e - en Nueva Caledonia.
ración fastidiosa que privaría de toda utilidad a La aparición del Tercer M u n d o en la escena
la tipología. Al tomar en consideración la exis- internacional no fue solamente, ni m u c h o m e -
tencia en el ámbito político de distintas esferas nos, un resultado de las luchas armadas y las
de acción a nivel nacional, regional y global, guerras de liberación nacional. La descoloniza-
todas las cuales contribuyen a la configuración ción se hizo hasta cierto punto de manera rela-
de la realidad internacional, se podría construir tivamente pacífica, pero hubo algunos casos en
Análisis de los conflictos en el Tercer Mundo, elementos de una tipología 179

que las potencias coloniales trataron de perpe- viético comprobaba hace poco que los soviéti-
trar su presencia a toda costa, aunque ello su- cos «habían hecho lo posible por obstaculizar el
pusiera el enfrentamiento armado. Los conflic- desarrollo del capitalismo en los países libera-
tos resultantes fueron enfrentamientos de dos e imponer nuestro modelo de desarrollo
carácter limitado (levantamiento de Casablan- bajo la bandera de la lucha antiimperialista. El
ca en 1952, intervención de los Países Bajos en Occidente, por su parte, tiende a explicar los
Indonesia en 1947-1948), conflictos de larga complejos procesos en el interior de los países
duración pero de baja intensidad (Chipre del Tercer M u n d o y sus propias contradiccio-
1955-1959, Kenya 1952-1957), o guerras de nes c o m o resultados de las amenazas de M o s -
grandes proporciones y elevado costo, por to- cú».
dos los conceptos (guerra de Indochina 1946- Ello tuvo por resultado no sólo que se vin-
1954, guerra de Argelia 1954-1962). cularan los disturbios sociales y los conflictos
El sistema de equilibrio nuclear y disuasión regionales del Tercer M u n d o al contexto Este-
que se instaló entre las dos grandes potencias al Oeste, sino también «que se desnaturalizara
término de la Segunda Guerra Mundial, y que profundamente la mentalidad de los países del
prohibía todo enfrentamiento armado directo Tercer M u n d o , su visión objetiva de los proble-
entre ellas, tuvo c o m o consecuencia, de algún mas; estos países aprendieron a explotar las
m o d o natural, el desplazamiento de su rivali- contradicciones de las grandes potencias y a
dad a la zona periférica del sistema internacio- atribuirles sus propios problemas y faltas: esta
nal que surgió después de la formación de los forma de proceder fomentó en ellos el egoísmo
dos grandes bloques, o sea al Tercer M u n d o . A individual y de grupo, y favoreció su participa-
pesar de las tentativas de numerosos países de ción en los conflictos y en la carrera de arma-
esta zona para eludir la lógica de la confronta- mentos»1'.
ción entre bloques, el Tercer M u n d o no fue ca- La intervención directa en algunos países
paz de protegerse eficazmente contra los efec- del Tercer M u n d o de las grandes potencias oc-
tos de la rivalidad Este-Oeste. Transformado cidentales, c o m o Estados Unidos y Francia, o
en teatro de las «estrategias indirectas», los paí- de Unión Soviética, no siempre se inserta en el
ses del Sur recibieron ayuda, armas y apoyo lo- marco Este-Oeste sino que puede derivarse de
gístico, político y diplomático según la posición otras consideraciones, en particular de orden
que hubiesen adoptado respecto de uno de los geoestratégico. Así, Estados Unidos han consi-
dos bloques. A veces se rebasaban los límites derado siempre que la estabilidad de América
del mero apoyo y una gran potencia intervenía Central es una necesidad imperiosa para su se-
directamente en un conflicto. La guerra de C o - guridad nacional, y han intervenido varias ve-
rea (1950-1953) preludia ya las intervenciones ces en esta región (Guatemala en 1954, Santo
de los años 1960-1970. E n Vietnam, Estados Domingo en 1965, Granada en 1983, Panamá
Unidos intervienen masivamente, sobre todo a en 1989) bien para impedir cambios que po-
partir de 1967, para frenar el avance comunista drían ser contrarios a sus intereses, o bien para
en Asia, con una reacción que se estimaba cru- contribuir al derrocamiento de un régimen o de
cial para el porvenir del « m u n d o libre». La des- un dirigente que ya no les convenía. En cuanto
colonización portuguesa se produjo en el m o - a Francia, que está vinculada a los estados afri-
mento en que Estados Unidos estaban aún canos por numerosos acuerdos de defensa o de
traumatizados por su derrota en Vietnam, lo asistencia militar, sus intervenciones han con-
que permitió a movimientos de tendencia mar- sistido en «acciones exteriores», entre otros en
xista conquistar el poder en Mozambique y en Mauritania, Jibuti, Zaire, República Centroa-
Angola, con el apoyo logístico soviético y la fricana, Chad y G a b ó n . Por su parte, Unión So-
ayuda de tropas cubanas en el caso de Angola. viética, que ya había intervenido militarmente
En Africa oriental, la caída del Negus y las riva- en Budapest y Praga en los años 1950-1960 pa-
lidades locales entre somalíes y etíopes lleva- ra preservar los «logros del socialismo», ha li-
rían al injerto duradero del esquema de con- brado durante m á s de una década una guerra
frontación Este-Oeste en esta parte del océano en Afganistán que no deja de recordar las gue-
Indico. rras de conquista territorial que Rusia libró a
Analizando el desplazamiento del conflicto fines del siglo pasado en Asia central y el Cáu-
Este-Oeste al Tercer M u n d o , un especialista so- caso.
180 Mohammund-Ri'zu Djulili

Conflictos regionales La aspiración a practicar una política de lide-


razgo regional ha inducido a algunas potencias
Pertenecen a esta categoría los conflictos entre regionales a servirse de la fuerza armada para
Estados, las guerras derivadas de la aparición alcanzar su objetivo. Así sucedió con India en
de potencias hegemónicas en las esferas de ac- el subcontinente, con Vietnam en Indochina o
ción regionales y los conflictos de tipo irreden- con Sudáfrica en el Africa Austral. Incluso al-
tista. gunos Estados de reducidas dimensiones, c o m o
Los conflictos entre Estados son «conflictos Libia, se han dejado tentar por el hegemonismo
regionales» diríamos por definición, puesto regional.
que se distinguen de los conflictos generaliza- En cuanto a los conflictos de tipo irredentis-
dos en los que participan numerosos beligeran- ta, aunque hasta ahora han sido menos frecuen-
tes y diversas coaliciones, y que abarcan un te- tes que los otros tipos de conflictos, también
rritorio m u y vasto, c o m o fue el caso de los dos han dejado su impronta en la historia del Ter-
conflictos mundiales del siglo X X . Por lo de- cer M u n d o contemporáneo. En el Africa Orien-
m á s , hay m u y pocos conflictos entre Estados, tal, por ejemplo, la voluntad declarada del go-
incluso bilaterales, que no tengan consecuen- bierno somalí de llevar a cabo una política de
cias m á s o menos importantes a nivel regional. reunificación de todas las poblaciones de ori-
En cualquier caso este tipo de conflicto clásico, gen somalí en el marco de un solo Estado ha
por lo general causado por un desacuerdo sobre creado una situación de conflicto latente en to-
el trazado de las fronteras, al que se s u m a n a da la región, situación que degeneró en un en-
veces antagonismos ideológicos o ambiciones frentamiento armado en el caso de la guerra del
económicas, ha sido m u y frecuente durante la Ogaden (1977-1978). E n la parte asiática del
segunda mitad del siglo x x en los tres continen- m u n d o árabe, en la política siria de dominio de
tes del Tercer M u n d o . Así, de Africa pueden Líbano es fácil reconocer reminiscencias irre-
recordarse los conflictos Libia-Chad dentistas derivadas de la utopía damascena de
(1973-1987), Malí-Burkina Faso (1985-1986) y la Gran Siria.
Marruecos-Argelia (1962); de América latina
los conflictos Honduras-El Salvador (1969),
Nicaragua-Honduras (1957) y Ecuador-Perú Conflictos internos
(1981), y de Asia los conflictos India-Pakistán En el Tercer M u n d o , los conflictos internos de
(1947-1949, 1965, 1971). China-India ( 1962). un Estado son los m á s numerosos, los m á s m o r -
Irak-Kuwait (1960). Irán-Irak (1980-1988), tíferos y a veces los m á s largos. Según estima-
etc. ciones de Evan Luard, de los 127 conflictos ar-
A pesar del cese de las hostilidades entre es- m a d o s m á s importantes del período
tos dos últimos países en 1988 o del fin del con- comprendido entre 1945 y 1986, 17 fueron
flicto Chad-Libia, las posibilidades de desenca- conflictos de descolonización. 24 «guerras de
denamiento de las hostilidades en los países del fronteras» motivadas por reivindicaciones te-
Sur son aún m u y numerosas. Citemos c o m o rritoriales y 73 guerras internas1".
ejemplo las discordias persistentes entre Tur- Estos conflictos se originan por los trazados
quía y Grecia a propósito de Chipre, o entre arbitrarios de fronteras en la época colonial, las
India y Pakistán respecto de Cachemira, entre diferencias étnicas y religiosas, el enconamien-
otras muchas desavenencias que aún persisten to de las rivalidades político-ideológicas entre
en uno u otro lugar. el poder y las fuerzas de oposición, el centralis-
La aparición de potencias regionales con m o excesivo y la homogenización forzada, y la
vocación expansionista en el Tercer M u n d o es falta de estructuras de concertación democráti-
una realidad indiscutible, aunque la literatura ca y de un consenso nacional. Aunque ocurran
al respecto guarde una extraña discreción sobre dentro de un solo Estado, estos conflictos no
este tema. Algunos países, por razones históri- pueden considerarse internos en el sentido es-
cas o apoyándose en el peso que les confiere la tricto del término, ya que tarde o temprano,
extensión de.su territorio, la importancia de su directa o indirectamente, este tipo de conflicto
población o la voluntad de un dirigente caris- tiene consecuencias internacionales".
mático, se atribuyen un papel que rebasa larga- La clasificación de los conflictos internos en
mente los límites de las fronteras nacionales. categorías bien definidas es un ejercicio ingra-
Análisis de los conflictos en el Tercer Mundo: elementos de una tipologia 181

to, ya que a m e n u d o es difícil disociar las dife- Posibilidades y límites


rencias políticas de las étnicas, y de las opo- de una tipología estructurada
siciones religiosas y culturales. Las reivindica-
ciones autonomistas y regionalistas van a c o m - El modelo de tipología en tres niveles de los
pañadas a veces de divergencias ideológicas conflictos del Tercer M u n d o que acabamos de
profundas; en otros casos, la unidad ideológica esbozar permite, c o m o puede verse en el esque-
no impide que persistan reivindicaciones auto- m a siguiente, distinguir ocho tipos diferentes
nomistas. E n esas condiciones, se puede a lo de conflictos que pueden agruparse en tres rú-
m á s distinguir dos categorías diferentes de con- bricas segúnfiguraal pie.
flictos internos en un Estado: la lucha armada En este modelo, cada conflicto está situado
generalizada y la lucha armada localizada. E n en relación con las repercusiones que puede te-
el primer caso, se trata de impugnar un poder ner en un espacio político dado, que no se co-
instalado (los sandinistas contra Somoza en Ni- rresponde necesariamente con un espacio geo-
caragua, por ejemplo), fenómeno que también gráfico. Supongamos por ejemplo un conflicto
se puede denominar levantamiento popular, de descolonización que se sitúe esencialmente
guerra revolucionaria o incluso guerra civil en un territorio geográficamente delimitado (el
ideológica. Las luchas armadas localizadas, por territorio colonial y accesoriamente la metró-
su parte, pueden ser de tipo secesionista, c o m o poli); sin embargo, en nuestra tipología se clasi-
fue el caso de la guerra de Biafra o el alzamien- ficaría c o m o un conflicto global del Tercer
to del Pakistán oriental que condujo a la crea- M u n d o , puesto que, en cierto m o d o , pone en
ción de Bangladesh, o bien de tipo autonomis- entredicho la naturaleza, la composición, y el
ta, c o m o la guerra del Kurdistan en Iraq, la futuro del sistema internacional en su conjun-
rebelión de la minoría musulmana en Filipinas to. Por lo demás, este modelo ofrece la posibili-
o la revuelta tamil en Sri Lanka. Pero en ocasio- dad de situar, si es necesario, un conflicto da-
nes la voluntad autonomista puede ocultar do, c o m o por ejemplo el conflicto libanes en el
también una política secesionista inconfesada, que es m u y difícil distinguir entre los distintos
o utilizarse para derrocar un poder central apo- elementos, a distintos niveles, lo que supone
yándose en un particularismo local. Cualquiera una de las principales características de esta ti-
que sea su causa, la persistencia de un conflicto pología, que se distingue por su flexibilidad, su
dentro del Estado puede conducir a un proceso fluidez y sobre todo porque toma en considera-
de descomposición del Estado, sobre todo si ción la existencia de una especie de relación
tiene una dimensión externa, c o m o el caso de dialéctica entre las tres esferas que la c o m p o -
Líbano, o por lo menos cuartear las estructuras nen.
estatales, c o m o ocurre en Perú, Colombia, El En general, esta tipología ofrece ventajas
Salvador o Etiopía. bastante claras. E n primer lugar permite apor-
tar correcciones al enfoque globalista, que po-

^Conflictos de descolonización

Dimensión «Sur»
Conflictos .del conflicto Este-Oesle
globales


—Tí • Intervenciones de las grandes
potencias
f

' Conllictos enlre Estados

Conflictos del Conflictos Conflictos hegemónicos


Tercer M u n d o regionales
• •»Conflictos irredentistas
• *

'

Luchas armadas generalizadas


Conflictos
Luchas armadas lozali/adas

O c h o tipos de conflictos
182 Mohammurul-Rczu Djalili

dría hacer pensar que un sistema mundial basta nera quizá m á s precisa que en los otros m o d e -
para explicar la dinámica de sus partes consti- los, los distintos ejes conflictivos que atravie-
tuyentes y que los conflictos del Tercer M u n d o san el conjunto del sistema internacional y po-
son generalmente reflejo de la rivalidad Este- ner de relieve los puntos de cruce de esos ejes.
Oeste y de las ambiciones imperialistas, o bien Esta última particularidad permite compren-
la consecuencia de la actividad de los vendedo- der mejor la noción de seguridad internacional
res de armas que en los conflictos regionales y describir sus múltiples facetas.
encuentran el medio no sólo de obtener benefi- En definitiva, este modelo, sin que pretenda
cios substanciales sino también de poner a proporcionar un marco de análisis ideal, des-
prueba sus nuevos modelos. Este modelo, si provisto de puntos débiles, abre posibilidades
por una parte reajusta la visión globalista, per- de reflexión en lo que se refiere al análisis c o m -
mite por la otra evitar que el sistema interna- parativo sistemático de las guerras del Tercer
cional se vea c o m o algo totalmente descom- M u n d o . Al tener en cuenta ciertos elementos
puesto y dividido en subsistemas regionales de diferenciación, permite distinguir un n ú m e -
completamente autónomos o cerrados. Por lo ro bastante considerable de conflictos evitando
demás, la existencia m i s m a de las interacciones al m i s m o tiempo una diversificación excesiva
entre los subsistemas es lo que permite a las que legitima sólo el análisis de casos, que es
grandes potencias y a las organizaciones inter- poco propicio para una reflexión global. C o m o
nacionales ejercer un cierto control sobre el modelo de estructura no jerárquico ni rígido,
desarrollo de los conflictos. esta tipología permite abordar el fenómeno de
La segunda ventaja de este modelo es que los conflictos en el Tercer M u n d o c o m o un fe-
no se limita a presentar una visión del m u n d o nómeno dinámico cuyas características pueden
esquemática y unilateral utilizando el concep- variar en el curso de las hostilidades de manera
to, en cierta medida ambiguo, de sistema inter- autónoma o en relación con la evolución del
nacional subordinado12. En efecto, además de entorno regional e internacional. Asimismo, al
la dificultad de dar una definición rigurosa de hacer hincapié en la «movilidad» de los con-
la subordinación, este concepto es incapaz de flictos induce al observador a prestar m á s aten-
reflejar la complejidad de las interacciones, ción a la existencia, en el núcleo mismo de cada
que pocas veces van en sentido único. Ahora situación conflictiva, de los riesgos de derrapa-
bien, en las guerras del Tercer M u n d o se c o m - je y desbordamiento que pueden conducir a
prueba a menudo que las causas profundas son una mayor internacionalización de una guerra
la mayoría de las veces locales, y que las gran- del Tercer M u n d o , lo que haría quizá que la
des potencias intervienen, con diversas m o d a - comunidad internacional reaccionara de m a -
lidades, una vez ha empezado el conflicto, bien nera m á s eficaz para frenar o resolver el con-
por voluntad propia o bien arrastradas por las flicto, pero también podría, a la inversa, dar
partes beligerantes, sin que sus intereses estén lugar a una crisis internacional grave cuyo des-
claramente definidos. arrollo es, por definición, imprevisible.
Por último, el interés de esta tipología radi-
ca asimismo en su capacidad de indicar, de m a - Traducido del francés
Análisis de los conflictos en el Tercer Mundo: elementos de una tipología 183

Notas

1. En los anales de los conflictos 4. Basándose en criterios tales Underdevelopment».


del Tercer M u n d o , 1988 c o m o los combates prolongados International Studies Quarterly.
constituye un hito excepcional: en entre fuerzas armadas de dos o vol. 26. n u m . 3. 1982.
pocos meses, los soviéticos más Estados, o de un gobierno y págs. 333-372.
anuncian la retirada próxima del de una oposición organizada, con
ejército rojo del Afganistán, los empico de armas m á s o menos
9. Andrei Kolossovski. «Tiers
iraníes y los iraquíes aceptan un perfeccionadas y que hayan
M o n d e : zones de risque». La vie
alto el fuego, se desbloquea la ocasionado la muerte de un
internationale, agosto de 1989,
situación de Namibia, turcos y millón de personas, como mínimo
pág. 45.
chipriotas entablan negociaciones, el SIPRI Yearbook I98H
el Frente Polisario y las enumeraba 36 conflictos armados
autoridades marroquíes establecen en 1988 en el planeta. 35 de los 10. Evan Luard. The Blunted
contacto, y en Camboya se inicia cuales localizados en el Tercer Sword. The erosion of Military
el proceso de retirada de las Mundo. Power in Modem World Politics.
fuerzas vietnamitas. La nueva Londres. L B . Tauris. 1988. págs.
distensión de las relaciones entre 57-79.
el Este y el Oeste permite a las 5. Mir A . Ferdowski. «Regional
Naciones Unidas desempeñar un Conflicts in the Third World: 1 1. Se pueden distinguir diversos
papel apreciable en esta Dimensions, Causes, grados de injerencias externas en
evolución. Véase al respecto. Perspectives», Law and Stale, vol. un conflicto interno; también se
Brian Urquhart, «Conflict 38. 1988. págs. 28-49. puede tratar de medir las
Resolution en 1988: the Role of repercusiones externas, en el
the United Nations». SIPRI plano regional e internacional, de
6. Así. por ejemplo, los cálculos
Yearbook 19X9. págs. 445-460. un conflicto entre Estados. Véase
de las pérdidas de vidas humanas
y los perjuicios económicos de la al respecto Lincoln P. Bloomfield,
«Coping with Conflict in the Late
2. A propósito de la marginación guerra entre Irán e Iraq, suelen
Twentieth Century», international
del Tercer M u n d o en la vida variar del simple al doble, según
Journal. X L I V , otoño de 1989,
internacional, véase Steven R . la fuente de que se trate.
pags. 772-802.
Davis, « W h y the Third World
Matters», International Security.
7. Sobre este género de tipología,
verano de 1989. págs. 50-70. y 12. Acerca del concepto de
véase nuestro estudio «Reflections
Peter Lyon. «Marginalization of sistema internacional
on a Typology of Conflicts in the
the Third World». The Jerusalem subordinado, véase Leonard
Third World». Unesco Yearbook
Journal of International Relations. Binder, «The Middle East as a
on Peace and Conflict Studies,
vol. II, n u m . 3. 1989, págs. 64-74. Subordinate International
Paris. 1982. págs. 3-12.
System». World Politics, vol. 10.
3. Acerca del paso del estado de 1958. págs. 408-429, y Michael
tensión al de conflicto, véase 8. Bratton Michael ha utilizado Brecher, «International Relations
Franco A . Casadio. «Conflits et un método similar para estudiar and Asian Studies: The
cadre stratégique». Etudes fenómenos distintos a los Subordinate State System of
polcmologtques. n u m . 30, 2.° conflictos. Véase su «Patterns of Southern Asia, World Politics.
trimestre 1984, págs. 24 y 25. Development and vol. 15, 1963. págs. 213-235.
Poder y conocimiento
en el discurso del desarrollo:
los nuevos movimientos sociales
y el Estado en India

Pramod Parajuli

El primer articulo de esta sección, escrito por posición del Estado sobre el conocimiento,
Pramod Parajuli, hace referencia a anteriores pues los nuevos movimientos sociales expresan
números de la RICS dedicados al desarrollo y al una sólida crítica de la ideología del desarrollo.
Estado, pero más particularmente al número Además, impugnan el papel del Estado-nación
117, septiembre 1988, sobre «Las relaciones lo- custodio de los grupos subordinados. Final-
cales-mundiales», y al núm. 122, diciembre mente, regeneran y rearticulan el conocimiento
1989 sobre «El conocimiento y el Estado», dado existente de los grupos subordinados como un
que analiza las relaciones de poder entre los ni-sistema válido de pensamiento, que rechaza la
veles local y estatal, así como los vínculos entre idea básica de lo que se entiende por conoci-
el discurso y la acción. miento y sobre quiénes son los que conocen.
El segundo artículo, es- La aparición de nuevos
crito por Feng Lanrui es la movimientos sociales coin-
Pramod Parajuli, nepalés, es analista y
continuación de un número militante de movimientos e ideologías cide con el declive de la he-
sobre «El trabajo» (XXXII, populares. H a creado y prestado aseso- gemonía del pensamiento
3, 1980), así como de un ar- ramiento a diversos grupos populares. sobre el desarrollo tanto en
Tras terminar su doctorado en educa-
tículo sobre «Desempleo en- ción para el desarrollo internacional en el «Primer M u n d o » (Sut-
tre la juventud china», la Universidad de Stanford, se propone ton, 1989; Nerfin, 1986;
núm. 116, junio 1988, pági- investigar sobre problemas de movi- Friberg y Hettne, 1988) co-
mientos sociales, el discurso del desa-
nas 229-310. rrollo, la ecología y la política del cono-
m o en el «Tercer M u n d o »
A.K. cimiento en los nuevos movimientos ( A d d o , 1988; Kothari,
sociales. 1988;Nandy, 1987; Shiva,
1988; Chatterjee, 1986).
La doctrina del C o m o Paulo Freire, nos re-
desarrollo ferimos al Primer y Tercer
M u n d o s no c o m o divisio-
H a llegado el momento de nes geográficas sino c o m o
analizar críticamente las relaciones entre los sectores de población divididos por la ecuación
nuevos movimientos sociales en India, el papel del poder. Sostenemos que el Tercer M u n d o es
del Estado y la doctrina del desarrollo. Los pre- un concepto político que simboliza un m u n d o
supuestos convencionales acerca del desarrollo de silencio, de opresión, de dependencia, de ex-
han llegado a un callejón sin salida. Los nuevos plotación, de violencia ejercida por las clases
movimientos sociales de mujeres, indígenas y dirigentes sobre los oprimidos (Parajuli, 1986).
pobres del campo desafían los indicadores esta- E n este sentido, el así llamado Primer M u n d o
tales de crecimiento y afirman que los nuevos tiene su propio Tercer M u n d o , y el Tercer
parámetros del desarrollo son las condiciones M u n d o tiene su propio Primer M u n d o . En tan-
de vida, la sostenibilidad y la igualdad. Este to que en el Primer M u n d o la crítica del desa-
nuevo punto de vista tiene importantes conse- rrollo se centra en el «subdesarrollo» y en el
cuencias para el paradigma del desarrollo y la «sobredesarrollo», en el Tercer M u n d o la base

R I C S 127/Marzo 1991
186 Pramod Partijuli

del creciente descontento con el desarrollo es la sión (P) pesa más que la coerción (C). Definida
crisis de supervivencia e identidad. en estos términos, la hegemonía funciona c o m o
Para analizar esta oposición entre el pensa- un concepto dinámico y conserva la estructura
miento sobre el desarrollo y los nuevos movi- más persuasiva de la dominación siempre y ne-
mientos sociales recurriremos a la noción cesariamente abierta a la resistencia» (Guha,
gramsciana de «hegemonía» (Gramsci, 1971; 1989:231).
1985)1 y a la noción de Foucault de «discurso» En la actualidad, el pensamiento sobre el
(Foucault, 1980, 1988)2, para demostrar que desarrollo articula una relación de d o m i n a -
la hegemonía se construye en el c a m p o del dis- ción-subordinación entre el Primer M u n d o y el
curso. Tercer M u n d o . E n este esquema imperialista
La oposición entre los nuevos movimientos de desarrollo, el Tercer M u n d o queda relegado
sociales y el Estado son «discursos» porque son a la periferia tanto en teoría c o m o en las rela-
relaciones que no están determinadas para ciones concretas. Teóricamente, el Primer
siempre. Son relaciones hegemónicas en las M u n d o somete al Tercer M u n d o de muchas
cuales se puede discutir el significado de cada maneras, tales c o m o la «exclusión», la «discri-
elemento de la relación. Foucault (1980) dice minación» y el «reconocimiento»3. Mediante
que el poder no tiene centro, sino que está dis- la exclusión, el Primer M u n d o resta importan-
perso a través de la estructura social en diver- cia al Tercer M u n d o en la formulación de la
sos focos de poder, cada u n o de los cuales ex- teoría del desarrollo. A d e m á s , el Primer M u n -
presa u n a relación de explotación y do discrimina el conocimiento del Tercer M u n -
subordinación. E n tanto que las relaciones de do, atribuyéndole un carácter irracional e infe-
explotación separan a los productores directos rior a la racionalidad occidental. A u n en los
de lo que producen, las relaciones de domina- casos en que se reconoce al Tercer M u n d o , el
ción establecen diferencias en función de las Primer M u n d o lo caracteriza c o m o una región
formas étnicas, sociales y religiosas. de lo inconsciente y de fuente de fantasía
La noción de hegemonía de Gramsci es im- (Franco, 1988;Nandt, 1989).
portante para analizar esta oposición. A u n q u e Desde el punto de vista del discurso hege-
Gramsci consideraba los conflictos de clase co- mónico, el desarrollo funciona en varios nive-
m o relaciones centrales en la historia, les daba les. E n primer lugar, vincula a los Estados-na-
un carácter m á s amplio de «conjunto de rela- ción con la circulación mundial del capital
ciones» referido a un vasto espacio de lucha fomentando una cultura mundial basada en la
que abarca tanto la política y la economía co- tecnología moderna y en un sistema de c o m u -
m o lafilosofía,la cultura y la ideología (Car- nicaciones e información que lo impregna todo
noy, 1984). Argumentaba que la hegemonía no (Kothari, 1988; Abdel-Malek, 1981). Procura
es un proceso político que tiene lugar entre los hegemonizar no sólo el espacio económico, si-
polos opuestos de una cultura «dominante» no también el secular y temporal. C o m o dice
que se impone y una cultura «débil» subordina- Mouffe (1988:92). «las relaciones capitalistas
da, sino entre dos ideologías antagónicas. Esta han penetrado casi todos los aspectos de nues-
es la razón por la cual la cultura de los grupos tras vidas: la cultura, el tiempo libre, la muerte,
subordinados nunca afronta la cultura d o m i - el sexo; hoy en día todo es una fuente de ganan-
nante de un m o d o completamente sometido o cias para el capital». L a lógica del proceso de
totalmente resistente. En la lucha para abrir sus acumulación del capital subordina el Tercer
propios espacios de resistencia y afirmación, M u n d o al Primero, destruyendo su medio a m -
las culturas subordinadas tienen que negociar y biente y transformando a cada individuo en un
llegar a compromisos en torno a los elementos consumidor.
de la cultura dominante a que están sometidos El Estado-nación en el Tercer M u n d o es
y aquellos que conservan c o m o representativos una noción problemática. El Estado moderno
de sus propios intereses y anhelos (Bennett, del Tercer M u n d o no ha evolucionado de m a -
1987). Ranajit G u h a , el historiador de los su- nera natural; su estructura fue impuesta por
bordinados, ha expresado esta dialéctica de Europa y fomentada c o m o el motor de la ideo-
manera sucinta: «La hegemonía se mantiene en logía poscolonial del desarrollo y el progreso. El
una condición de dominación (D) tal que, en la desarrollo, reconocido por el orden internacio-
composición orgánica de esta ultima, la persua- nal c o m o el único agente legítimo del cambio
Poller v conocimiento cu el discurso del desarrollo- los nuevos movimientos sociales v el Estado en India 187

La Conferencia del movimiento de liberación de las mujeres indias, discutiendo sobre cuestiones ecológicas, 4-6 de
febrero de 1988. p. Parajuii.

social, sólo podía ser llevado a cabo por los apa- turales. El estado indio ha influido en los con-
ratos de Estado modernos, y no por los tradi- flictos de clase, étnicos, de género y de casta,
cionales. Seth (1989:619) ha observado aguda- mediante el secularismo, la democracia políti-
mente que los habitantes del Tercer M u n d o ca y el sistema económico capitalista. El discur-
tienen que vivir c o m o pueblo sin un Estado o so del desarrollo del estado indio se expresa en
en un Estado que no es el suyo. La expansión un vocabulario de «protección y desarrollo»,
del modelo europeo de Estado al resto del m u n - pero subordina a las mujeres, a las tribus y a las
do proporcionó beneficios a Europa. Para los minorías. C o n el pretexto del Estado benefac-
Estados-nación europeos resultó m á s fácil coo- tor, las élites nacionales han transformado las
perar entre sí y mantener su propia soberanía, diferencias de casta, de género y de etnia en
al tiempo que establecían la hegemonía sobre relaciones de dominación. Cada entidad social
los nuevos Estados-nación. es definida por el Estado y ordenada en rela-
Al m i s m o tiempo, los Estados de las socie- ción con el Estado. El Estado, en su función de
dades en desarrollo arbitraban entre la «con- custodio oficial y de desarrollador de estos gru-
ciencia universal del capital» y los sectores de pos, les niega cualquier opción creativa.
población marginados por ésta, tales c o m o las Los nuevos movimientos sociales desafían,
mujeres, los indígenas y los pobres rurales. El c o m o diría Octavio Paz, «el ogro filantrópico»
Estado somete a estos grupos al discurso domi- del Estado-nación moderno, que aspira a ser
nante de las élites nacionales. En el discurso del una fuerza de dominación con ambiciones to-
desarrollo se encarga al Estado unificar la eco- talitarias, y que al m i s m o tiempo se presenta
nomía nacional, establecer un mercado nacio- c o m o el guardián de sus ciudadanos. Intenta
nal c o m ú n e imponer normas lingüísticas y cul- regular la «acumulación» y la «legitimización».
188 Pramod Parajiili

el «capitalismo» y la «democracia». C o m o re- vesadas por resistencias y quiebras. Los movi-


presentantes de los «pueblos-nación», los nue- mientos de liberación hegemónicos y contrahe-
vos movimientos sociales desafían la autoridad gemónicos interactúan en el c a m p o del poder
del Estado y su pretensión de representar al mediante un lenguaje de consenso, así c o m o de
pueblo. Al afirmar los elementos locales, re- contestación. En tanto que el estado indio utili-
gionales y étnicos, los actores de estos movi- za la coerción y la persuasión para generar el
mientos intentan superar tanto la explotación consenso en torno al desarrollo, los movimien-
económica c o m o la subordinación político-cul- tos contrahegemónicos de los marginados recu-
tural que ejerce el Estado. En tanto que el esta- rren a la estrategia dual de «colaboración» y
do indio trata de integrar a cada individuo co- «resistencia». Esto explica las tensiones que se
m o ciudadano (mediante los procesos encuentran tanto en el discurso dominante so-
electorales democráticos) y c o m o consumidor bre el desarrollo c o m o en los nuevos movi-
(a través del mercado libre), los actores de los mientos sociales.
movimientos sociales procuran obtener una En el análisis del discurso contemporáneo
administración social autónoma (Seth, 1989). sobre el desarrollo utilizaremos la exposición
Aunque la base de la administración social pue- de G u h a (1989) sobre los lenguajes de domina-
de haber sido en gran medida destruida por el ción y subordinación en la India colonial y pre-
Estado y por los cambios inducidos por el desa- colonial. Sostenemos que la metáfora del esta-
rrollo, algunos de estos movimientos se abocan do indio sobre el desarrollo lo presenta c o m o el
a la regeneración de este tipo de gobierno. protector y benefactor de los desfavorecidos. A
Ejemplos de estas opciones son la versión de través de los períodos precolonial, colonial y
«repúblicas de aldeas» de M a h a t m a Gandhi poscolonial de la India se encuentra una con-
(Chatterjee, 1986, capítulo 4 y Parekh, 1989, tinuidad de la metáfora. El desarrollo es un
capítulo 5), así c o m o la noción de un «Estado sustituto contemporáneo de la ideología del
civil» (Seth, 1989:626). Pueden surgir otras for- « d h a r m a » en la India precolonial y del
m a s en la medida en que los movimientos fe- «mejoramiento» en la India colonial (Guha,
ministas, ecológicos e indígena articulen for- 1989).
m a s alternativas de gobierno.
Los nuevos movimientos sociales difieren Elementos
constituyentes Precolonial"1 Colonial Poscolonial
de los movimientos opuestos al sistema tradi-
Coerción Dunda Orden Ley y orden
cionales, tales c o m o los partidos de oposición,
Persuasión Dharma Mejoramiento Desarrollo/
de dos maneras: en primer lugar, el objetivo protección
central de estos movimientos no consiste en Colaboración Bhakli Obediencia Participación
obtener el poder del Estado mediante las elec- en el desarrollo
Resistencia Dharmic Legitimidad Nuevos
ciones o una revolución violenta, sino median- movimientos
te la transformación de la naturaleza de la sociales
política. E n segundo lugar, los nuevos movi- Disidencia Disidencia
mientos sociales en la India y en otros lugares
descartan el mito de una vanguardia. En estos La explicación completa de la formulación
movimientos, los antagonismos se expresan no precedente rebasaría los límites de este artícu-
sólo mediante las clases, sino a través de múlti- lo. Al yuxtaponer el discurso del desarrollo en
ples «focos de poder» tales c o m o el género, la el contexto histórico de la dominación y la su-
etnia, la casta y la identidad regional. bordinación en la política de India, nos propo-
nemos demostrar la manera en que los grupos
subalternos impugnan el desarrollo. En nuestra
La parcialidad de los movimientos opinión, los debates contemporáneos sobre el
contrahegemónicos desarrollo de India ejemplifican la dialéctica
entre persuasión y colaboración, entre coerción
Esta tensión entre el Estado desarrollista y los y resistencia. Por una parte, la perdurable tra-
nuevos movimientos sociales puede ser carac- dición democrática de India ha creado un espa-
terizada c o m o una lucha por la hegemonía. Por cio político donde han surgido los nuevos m o -
su propia índole, las relaciones hegemónicas no vimientos sociales. Por otra parte, la creciente
son unidireccionales ni monolíticas; están atra- burocratización y centralización política de los
Poder y conocimiento en el discurso del desarro/lo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 189

años setenta y ochenta han reprimido las lu- na interna. E n cada lucha hay una tensión in-
chas locales por la automonía. En tanto que los terna entre la tendencia a asir las oportunida-
nuevos movimientos sociales se han beneficia- des y la defensa de la identidad, entre la
do a veces de los programas de desarrollo y bie- participación en el espacio politicoeconómico
nestar patrocinados por el Estado, estos progra- existente y la búsqueda de la autonomía. D e los
mas han constituido también una vía para la conflictos sociales que aparecen en este proceso
impugnación del Estado. de transformación emerge una nueva cultura
C o n el pretexto de desarrollo, el Estado ge- (Touraine, 1988).
nera sucesivos programas a fin de hacer suyas En las siguientes secciones se exponen las
las iniciativas populares. Por ejemplo, después tensiones entre el estado indio y las clases po-
de un decenio de luchas de las mujeres, de los pulares en los movimientos femeninos, en los
pueblos indígenas y de los pobres rurales, la úl- movimientos de defensa del bosque y contra-
tima estrategia del Estado indio ha consistido rios a los embalses.
en apropiarse de sus demandas c o m o si el pro-
blema del deterioro ecológico y la subordina-
ción de las mujeres pudieran resolverse en el Los movimientos femeninos
marco del paradigma dominante del desarro-
llo. Sin embargo, a medida que el Estado asume Los movimientos femeninos contemporáneos
cada vez más estas demandas, se van poniendo de India son los más visibles y afirmativos en
de manifiesto las contradicciones entre la acu- su desafío al orden político, económico y cultu-
mulación capitalista y la democracia, revelan- ral establecido. Tienen la posibilidad de ofrecer
do no sólo la contradicción entre el capital y el un marco distinto no sólo a las relaciones entre
trabajo sino también aquellas que derivan de la los hombres y las mujeres, sino también a las
ruptura de la circulación natural de la materia relaciones entre los humanos y su medio a m -
entre los humanos y la tierra. La capacidad del biente, el conocimiento y el poder, el Estado y
Estado para movilizar los recursos ideológicos la sociedad civil.
y materiales para los programas de desarrollo Los movimientos femeninos de India no
atraviesa una aguda crisis. tienen una composición homogénea ni una
Los nuevos movimientos sociales utilizan orientación uniforme. Existen tres tendencias
múltiples estrategias para contrarrestar el po- diferentes: los «desarrollistas», los «feministas-
der del Estado, aplicando sus propios indicado- socialistas» y los «ecofeministas»5. Amparada
res para evaluar la conveniencia del desarrollo. en el marco teórico de las «mujeres en el desa-
El problema, argumentan, no consiste mera- rrollo», la orientación desarrollista ha logrado,
mente en integrar a las mujeres al desarrollo o con un éxito considerable, obtener el patroci-
para «ponerse al nivel de los hombres»; se trata nio estatal para el progreso económico de las
de buscar identidad y autonomía para los rele- mujeres. Las orientaciones ecofeministas y fe-
gados a la periferia por las políticas de desarro- ministas-socialistas también han utilizado la
llo del Estado. Los nuevos movimientos socia- ideología desarrollista liberal del estado indio,
les c o m o los disidentes dhannic de la India así c o m o el contexto positivo generado por el
precolonial y los disidentes «legítimos» de la Decenio de la Mujer, para atraer la atención
India colonial representan la resistencia de los pública sobre la opresión de las mujeres en las
subordinados. esferas doméstica y pública. En el ámbito do-
Los nuevos movimientos sociales, portado- méstico, han planteado problemas relativos a
res de una hegemonía naciente, no son unifor- los crímenes relacionados con la dote, la vio-
mes ni están exentos de tensiones. Las contro- lencia masculina contra las mujeres y proble-
versias y las tensiones entre los movimientos m a s de herencia. Los movimientos femeninos
femeninos, indígenas y ecologistas de India no en las zonas rurales de la India también han
están de ningún m o d o resueltos. N o tienen un planteado los temas de la paga igualitaria para
código uniforme de lo que se debe y no se debe las mujeres, y han luchado para que se apliquen
hacer, no están encerrados en categorías uni- sistemas de garantía de empleo y leyes de sala-
versales o en esquemas predeterminados. En rio mínimo. Las mujeres rurales se han afanado
cambio, en el núcleo de estos movimientos hay por proteger los entornos ecológicos que garan-
un espíritu autocrítico y una permanente pug- tizan la existencia de una biomasa para la agri-
190 Prainod Parajuli

cultura, la cría de animales domésticos, la ali- trientes (Shiva, 1988:143). A d e m á s , este tipo
mentación, el agua y el aire sanos. de agricultura exige mucha agua pero conserva
E n sus campañas contra la dote y otras la- m u y poca.
cras sociales, las mujeres han venido cobrando Las mujeres rurales de India comprenden la
conciencia de que sólo atacan el síntoma y no la interdependencia entre la fertilidad del suelo y
enfermedad (Omvedt, 1989). H a n llegado a la la durabilidad de los recursos vitales. Cuando
conclusión de que deben luchar por derechos se intenta detener la extracción de bauxita en
de herencia, por la tierra y la propiedad. H a n Ghandhamnardan, Orissa, de caliza en el valle
comenzado a demostrar que el desarrollo indu- de D o o n . o de uranio en Sighbhum, Jharkhand.
cido por el Estado subordina a las mujeres. Sos- estas mujeres expresan una visión del m u n d o
tienen que el Estado patriarcal y su modelo ca- en la que se comprende la interdependencia del
pitalista de desarrollo es una de las causas agua, el suelo, los bosques y la agricultura. Re-
principales de la subordinación de las mujeres. sulta irónico que el estado indio no haya logra-
La tecnología moderna y la revolución verde en do proteger ni desarrollar estas economías
la India rural han desplazado y subordinado el campesinas. E n consecuencia, la crítica del Es-
trabajo femenino al trabajo masculino. El des- tado se ha convertido en un tema fundamental
censo del trabajo femenino es mayor (aproxi- de los movimientos feministas.
madamente 90 %) en Punjab -la tierra de la re- Estos problemas ecológicos y agrícolas han
volución verde-, seguido por Tamil N a d u , ensanchado las diferencias entre los grupos de
Bengala occidental y Maharastra, tres Estados mujeres que buscan el patrocinio del Estado y
donde las relaciones capitalistas de la produc- los que desean la autonomía respecto de éste.
ción en el sector agrícola son m á s visibles (Kel- En tanto que los desarrollistas acusan a los au-
kar, 1981). tonomistas de ser demasiado políticos, anties-
Algunos estudios han demostrado que, en tatales y antimasculinos, los autonomistas acu-
tanto que aumenta el trabajo de las mujeres, su san a los desarrollistas de conformarse con
valor disminuye debido a que producen para el integrar a las mujeres en el «maldesarrollo» pa-
consumo familiar y no para el mercado. Por triarcal. Las diferencias entre las orientaciones
ejemplo, el estudio de Srilata Batliwala de- ecofeministas y feministas-socialistas son tam-
muestra que la contribución de las mujeres, los bién notorias. Aunque ambas son antipatriar-
hombres y los niños en la India rural es de 53, cales y anticapitalistas, la crítica ecofeminista
31 y 16 % (de horas totales de trabajo por hogar va contra el proyecto homogeneizador del de-
por día) respectivamente (citado en Shiva, sarrollo tecnológico y capitalista (Shiva, 1988),
1988:118). Sin embargo, las mujeres reciben en tanto que la crítica feminista-socialista se
menos salario y menos alimentación. Su presti- centra en la opresión de las mujeres en las rela-
gio y condición respecto de los cultivos para el ciones semifeudales de producción (Omvedt,
mercado disminuyen debido a su pérdida de 1987). Estas controversias no constituyen lí-
poder de decisión sobre las necesidades de gra- neas divisorias sino un proceso positivo en el
no en el hogar o sobre el precio y el ingreso desarrollo cultural y la autocrítica. U n a teoría
procedentes del grano. feminista del Estado y el desarrollo sólo podrá
N o hay que sobreestimar las crecientes surgir a través de estos debates.
preocupaciones ecológicas de las mujeres. E n Los desafíos feministas a la hegemonía del
una medida que resulta alarmante, la reduc- Estado indio han comenzado a surgir en los
ción de la fertilidad del suelo se debe a los m é - frentes académicos y de militantes. Algunos
todos reduccionistas de la agricultura científi- análisis recientes del nacionalismo indio han
ca, las políticas forestales y los grandes demostrado la subordinación del género feme-
embalses. Según algunos cálculos, India pierde nino a los valores patriarcales de casta (Chat-
cada año al menos 2,5 millones de hectáreas de terjee, 1989; Chakravarti, 1989), en tanto que
tierra. C o m o consecuencia, la cantidad de tie- los grupos militantes de mujeres han demostra-
rra cultivable per capita ha disminuido de 0,48 do que el Estado no sólo utiliza su propia vio-
hectáreas en 1951 a 0,26 en 1981 (Showdhry, lencia sino que es también una de las fuentes de
1989:141). La agricultura de capital intensivo la violencia contra las mujeres en la familia, los
introducida por la revolución verde destruye la lugares de trabajo o el vecindario. Los grupos
fertilidad del suelo por agotamiento de los nu- de mujeres están estableciendo los vínculos en-
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el listado en India 191

tre el Estado, el capitalismo y el patriarcado en el sentido de una mercancía cuantificable,


(Kothari, 1986;Shiva, 1988), disipando el mito sino c o m o una fuente de luz y aire, alimento y
del Estado guardián y protector de las mujeres. agua, fertilidad y sustento (Bahuguna, 1988).
Las asociaciones religiosas y rituales tales c o m o
Sarna (bosquecillos sagrados)7 en las tribus, y
Las luchas forestales tapovan en los hindúes, protegen el carácter sa-
grado de los árboles. Tanto para las tribus co-
Muchas comunidades luchan también activa- m o para los hindúes, los bosques simbolizan
mente para conservar y recuperar el control lo- una inagotable fuente de fertilidad cósmica
cal de los recursos forestales. Las tribus, las m u - (Shiva, 1988).
jeres y los montañeses han c o m e n z a d o a En Jharkhand, las tribus han impuesto di-
oponerse a las políticas desarrollistas de los versas sanciones sociales a la tala de árboles.
programas sociales forestales promovidos por Por ejemplo, la tala se limitaba a algunas esta-
el Estado indio y el Banco Mundial. Estos gru- ciones, así c o m o a ciertas etapas del crecimien-
pos han comprendido que estos programas pro- to de los árboles. A d e m á s , no se debían talar las
mueven el cultivo de unas pocas especies fores- especies sagradas de árboles o aquellos que se
tales de crecimiento rápido tales c o m o el encontraban dentro de la superficie del Sarna.
eucalipto y la teca para satisfacer las necesida- N o se permitía a nadie cortar más árboles que
des de una economía de mercado (Fernandes, los necesarios para satisfacer las necesidades
1988; Kulkarni, 1987). En comparación con la domésticas. Se trataba a los bosques c o m o una
scraya (Shorea Robusta), la teca tiene un valor parte integral del sistema de sustento vital que
de mercado superior y madura en 40 años en había que preservar. Además, los recursos fo-
lugar de 60, pero las tribus de Jharkhand y de restales estaban vinculados a la continuidad de
otros lugares sostienen que la productividad de la tribu a través de la creación de mitos y ritos.
la biomasa de la seraya es mejor. D e sus semillas Refiriéndose a los m o d o s de conocimiento de
se extrae aceite, sus ramas se utilizan para leña, los indígenas americanos, P a m Colorado
sus hojas y corteza para medicina y su madera ( 1988:50) señala el valor intrínseco de un árbol
para las viviendas. Los festivales Jharkhandi co- en sus conciencias: «La ciencia nativa, a m e n u -
m o Sohrae, Karam, se asemejan al ciclo vital de do entendida a través de imágenes relacionadas
las serayas. En las economías de montaña y fo- con los árboles, es holística. Mediante procesos
restales estos árboles son también una garantía espirituales, sintetizan información de los á m -
contra el hambre (Fernandes et al, 1988). bitos mental, físico y cultural-histórico. C o m o
Por estos motivos, los movimientos de base un árbol, las raíces de la ciencia nativa se hun-
arrancan los árboles jóvenes de teca y de euca- den profundamente en la historia, el cuerpo y
lipto (Omvedt, 1987). E n 1983. los pequeños la sangre de la tierra».
agricultores del distrito de T u m k u r en Karna- El movimiento Chipko, dirigido básica-
taka arrancaron los eucaliptos y los sustituye- mente por mujeres al pie del Himalaya, consti-
ron por tamarindos y mangos; en 1980, las tri- tuye otro ejemplo8. E n este caso se trata de
bus de Jharkhand arrancaron las tecas y plantar especies de árboles ecológicamente
plantaron serayas en su lugar. adecuados para obtener el forraje, los frutos y
En 1985, sólo alrededor del 10 % de la su- la leña que conservarán las fuentes de agua y la
perficie de la India estaba aún forestada6. D e vegetación, de la región. La política ecológica
aquí que la gestión local o estatal de los recur- Chipko tiene cuatro aspectos. Su meta básica es
sos forestales que quedan en el país sea una preservar los bosques naturales. Chipko decla-
cuestión crítica. ¿Quién debe tener el control ra que el agua (junto con el oxígeno y el suelo)
de estos recursos: el Estado o la gente que de- es el principal producto de los bosques. El m o -
pende directamente de ellos? Las mujeres rura- vimiento procura convertir los bosques de m o -
les y los nativos sostienen que salvar los árboles nocultivo en bosques mixtos, dando prioridad
es de su incumbencia, pues aún conservan la a los árboles que favorecen la autosuficiencia
Aranya Sanskrit! (cultura forestal) que se basa de la comunidad en las necesidades básicas.
en la «interdependencia creativa entre la evolu- Chipko también apoya el control local de la co-
ción h u m a n a y la protección de los bosques». munidad sobre la gestión de los bosques (Bahu-
N o se considera a los bosques c o m o un recurso guna, 1988:9).
192 Pramod Purujuli

¿De quién es el agua? grandes embalses ha sido su propia superviven-


cia e identidad. Estos proyectos monumentales
La oposición a los embalses
han desplazado millares de personas. C o m o lo
Los grandes embalses son otro terreno de anta- expresa la memoria local de los campesinos
gonismos. En tanto que el Banco Mundial pro- santal desplazados por la corporación del Valle
pone una agricultura de monocultivo m u y tec- de D a m o d a r ( D V C ) , el resultado del desarrollo
nificada y de alto consumo de agua, los movi- no ha sido otro que sus propias piras funera-
mientos Santal, Mundas y Hos adivasis de rias". Los santal desplazados expresaron esta
Jharkhand defienden los sistemas agrícolas y alienación de las siguiente manera:
de gestión del agua basados en el uso moderado
del agua y en estanques y depósitos administra- ¿Qué empresa vino a m i tierra e instaló una
dos en el plano local. karkhanav-
La construcción de grandes embalses priva dejó su nombre en las islas y los estanques
de agua al sector rural y agrícola para responder con el nombre de D V C ?
a las necesidades urbanas e industriales; en arrojó en el río la tierra extraída por una m á -
cambio, la técnica local de construcción de quina.
ahars (sistemas de recolección de agua de llu- cortó la montaña y construyó un puente
vias), de estanques y depósitos procura usar de bajo el que corre el agua
manera óptima el agua disponible para fines los caminos vienen dándonos la electricidad.
agrícolas locales. El movimiento popular para Después de instalar la karkhana
detener el proyecto de embalse polivalente Su- todos los prajali los interrogaron
barnarekha9, por ejemplo, ha logrado no sólo preguntaron de quién era ese nombre
postergar la construcción del embalse, sino al llegar la tarde nos pagaron
también regenerar los sistemas indígenas de con pedazos de papel
irrigación c o m o una alternativa ante los gran- ¿dónde guardaré esos papeles
des embalses. que se disuelven en el agua?
Estos esfuerzos locales para resolver los pro- E n cada casa hay un pozo que da agua
blemas del agua son urgentes en un período en para las berenjenas y las coles
que India debe enfrentar simultáneamente gra- alrededor de cada casa hay un m u r o
ves problemas de sequía, desertificación e que la asemeja a un palacio.
inundaciones, causados por un modelo de des- Nuestra lengua santal ha sido destruida en el
arrollo que intenta resolver el problema del distrito.
agua sumergiendo los bosques y las montañas, Vinieron y la convirtieron en un gliaut ardiente
desviando los ríos, construyendo embalses y con el nombre de D V C
canales (Singh, 1990)10. En el vocabulario del (citado en Shiva. 1988:190)
desarrollo, los bosques y los ríos son tratados
de manera lineal en lugar de cíclica. Se conside- En estas líneas se concentra la profunda re-
ra a los ríos c o m o bestias salvajes que hay que sistencia de los pueblos indígenas contra los
domar, administrar y controlar. C o m o lo dice grandes proyectos hidráulicos. En todas partes,
un anuncio publicitario de cemento en India, los proyectos de desarrollo se han negado a es-
«el río es furioso pero el dique resistirá». cuchar las voces de las tribus, las mujeres y las
E n cambio, las luchas de oposición a los e m - castas inferiores. El Estado modernista científi-
balses de las poblaciones marginadas han de- co ha recibido el mandato de destruir sus entor-
mostrado que «contener un río es contener al nos ecológicos (Viswanathan. 1987). Por la ló-
pueblo». Es. esencialmente, detener el ciclo de gica del desarrollo, los pueblos marginados de-
la vida. Los grandes embalses han tenido gra- ben aculturarse o desaparecer.
ves consecuencias externas tales c o m o la poca
disponibilidad de agua, y una excesiva sedi-
mentación y explotación del agua. Para los adi- Desarrollo, endogeneidad
vasis. los grandes embalses no son los templos y crítica del crecimiento
prometidos por Nehru, el difunto Primer M i -
nistro de India, sino «ghaats» ardientes (pira El desarrollo ya no es una vaca sagrada ni una
funeraria). Para este pueblo, el precio de los verdad incuestionable. Los problemas plantea-
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 193

^vm I
"¡mrm

Cartel mural, pueblo de Jitpur, Jharkhand. India, durante el «Bir Melo», festival del bosque. Su mensaje: «salvad a
los seres humanos salvando el bosque», p. Parajuii.

dos por los movimientos ecológicos, femeninos la igualdad. El desarrollo no ha logrado la igual-
e indígenas han dado lugar a importantes deba- dad mediante el crecimiento ni conseguirá el
tes sobre la relación entre la ecología y la econo- crecimiento mediante la igualdad.
mía: ¿cómo deben usarse los recursos ambien- La metáfora del crecimiento se impugna
tales c o m o los bosques, el agua y los minerales? ahora tanto en sus premisas epistemológicas
¿En beneficio de quién? ¿Para el lucro a corto c o m o en cuanto a la posibilidad de alcanzar sus
plazo o para la conservación a largo plazo del metas. Desde el punto de vista epistemológico,
forraje, el combustible, el alimento, los fertili- el crecimiento no es necesariamente bueno, y
zantes y lasfibras?¿La irrigación y los embalses m á s crecimiento no es siempre mejor. Los acto-
deben ser de alta capitalización, con tecnología res de los nuevos movimientos sociales apoyan
y recursos externos, o basarse en tecnologías la ética de la «supervivencia - durabilidad -
nativas? coexistencia y flexibilidad», en lugar del proce-
Estos movimientos han demostrado las dos so irreversible de «dominación - expansión -
falacias relativas al desarrollo. La primera es crecimiento - eficacia», que impregna la ideolo-
que favorece la igualdad interna; la segunda es gía desarrollista (Friberg y Hettne, 1988). E n
que fomenta el crecimiento económico, permi- términos prácticos, el desarrollo no es un asun-
tiendo a los países subdesarrollados «alcanzar» to de conocimiento científico aplicado al logro
a los desarrollados. Empero, es evidente que el del progreso, sino el producto de configuracio-
objetivo de los países en desarrollo era «alcan- nes históricas particulares entre los llamados
zar» y no lograr la igualdad. El resultado, iróni- Primer y Tercer M u n d o s .
co y cruel, es que no han alcanzado ni logrado Sin embargo, los defensores del discurso del
194 Pramod Parajuli

desarrollo presentan a estos nuevos movimien- el océano «Bharatiya» de pobreza14. E n tanto


tos sociales c o m o grupos que quieren porciones que la isla de prosperidad está habitada por el
más grandes del pastel económico. Este juicio «triángulo de acero» de políticos, industriales
es el resultado de una visión reduccionista de la urbanos y ricos agricultores, y burócratas15, las
política y la economía, que puede resumirse en masas (las tribus, los nómadas, los artesanos
el proverbio nepalés «el dinero puede hablar rurales, los campesinos sin tierra, los trabaja-
pero no escuchar». Estos movimientos no son dores agrícolas, los agricultores pequeños y
grupos tradicionales de presión que intrigan marginados y los habitantes de guetos urbanos)
para obtener su parte de la recompensa del pro- viven en el océano de pobreza (Gadgil, 1990;
ceso de desarrollo, sino que procuran redefinir Kothari, 1988). Por este motivo, los movimien-
toda la matriz del desarrollo y el progreso, la tos ecológicos de Asia meridional son al m i s m o
supervivencia y la identidad, el cuerpo y la sa- tiempo movimientos de campesinos, de muje-
lud, los alimentos y la nutrición, el tiempo y el res y de pobres.
espacio, la naturaleza y el ser humano, los h o m - N o obstante, el atractivo de estos movi-
bres y las mujeres. Conciben diferentes m a n e - mientos deriva de que la lucha por la supervi-
ras de lograr la igualdad y la democracia, la au- vencia se ha convertido en una lucha por la au-
tonomía y la identidad. tonomía regional así c o m o por la formación de
E n India, c o m o en Europa, la crítica del cre- identidades étnicas y de género. Aunque las lu-
cimiento está cada vez m á s vinculada al crite- chas encontraron su ímpetu inicial en los pro-
rio de que el m u n d o siga siendo habitable (Ha- blemas concretos de la disminución del nivel
bermas, 1981:35). El fundamento orgánico de de vida, han evolucionado hasta cuestionar se-
la existencia humana está en crisis. El deterioro riamente el conjunto del modelo de crecimien-
ecológico ha alterado la fertilidad de los suelos, to y desarrollo.
la productividad y, de manera concomitante,
nuestra salud. En ambos continentes se cobra
conciencia de que el proceso de maldesarrollo La política de los movimientos
ha despojado no sólo al trabajador sino tam- sociales: poder del Estado o poder
bién al suelo. Sin embargo, hay una diferencia del pueblo
entre las recientes interpretaciones de los m o -
vimientos europeos y los de India. Algunos La importancia política de estas luchas reside
(Habermas, 1981; Fuentes y Frank, 1989; en que impugnan las nociones integracionistas
Boggs, 1986) sostienen que las nuevas políticas y desarrollistas del estado indio. Además, se re-
de Europa tienen que ver fundamentalmente conoce que la clase dirigente ha articulado sus
con una crisis de la calidad de vida, y se intere- intereses de clase c o m o el interés c o m ú n de to-
san menos en la distribución de los beneficios da la nación. Sin embargo, el ámbito de los su-
económicos y de los servicios. La preocupación bordinados no pudo ser incorporado en la ideo-
básica de los movimientos ecológicos y femeni- logía de la clase dirigente durante las luchas por
nos de India, a diferencia de los europeos, es la independencia ni después de ésta. Al comba-
detener el control monopólico de los ricos so- tir la dominación británica, las élites naciona-
bre sus recursos naturales (Agarwal, 1985; Kot- listas subordinaron los problemas de las muje-
hari, 1988;Omvedt, 1987). Los conflictos entre res, las castas inferiores y las etnias nativas al
movimientos ecológicos en India no se refieren proyecto hegemónico de independencia nacio-
al uso «productivo» versus «uso protector» del nal. Los dogmas del nacionalismo indio esta-
medio ambiente, sino que se trata de otros usos ban basados en actitudes patriarcales hacia las
«productivos» (Guha, 1988). La crisis ecológi- mujeres, y en actitudes paternalistas hacia los
ca se debe en gran parte a la desigual distribu- dalit y las tribus. Después de arrogarse el poder
ción de los recursos entre los diversos estratos de definir y articular los problemas de las muje-
de población en un contexto ecológico determi- res y las minorías indias, las élites nacionalistas
nado. Esta es la razón por la cual los movimien- las resubordinaron en nombre de la gran causa
tos ecológicos de Asia meridional proponen de swadeshi (Chatterjee, 1989). Caracterizadas
medidas correctivas a los modelos desiguales y c o m o diosas y madres en la ideología colonial,
al maldesarrollo que han creado una sociedad se aconsejó a las mujeres indias permanecer en
dual: la isla india de consumismo rodeada por el ethos patriarcal de la cultura aria. Del m i s m o
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 195

m o d o , los dalit y adivasis fueron sujetos al es- satisfactoria de los nuevos movimientos socia-
tricto código moral de jerarquías de castas. les. Esta insuficiencia aparece tanto en las tra-
El Estado tiene también otra limitación de- diciones desarrollistas-difusionistas (véase K a -
rivada del legado de sus vínculos con la metró- zancigil, 1986:123-5) y neo marxistas (Carnoy,
poli. La «conciencia universal del capital» bus- 1985; Therborn, 1986). E n tanto que el prime-
ca la participación de los Estados-nación c o m o ro se refiere a la evolución del Estado c o m o ve-
actores jurídicos, independientemente de que hículo de desarrollo capitalista o socialista, este
cuenten con la representatividad y el apoyo del último se centra en las clases sociales c o m o ca-
pueblo (Seth, 1989). Chatterjee ( 1986:168) des- tegoría fundamental y no toma seriamente en
cribe acertadamente esta paradoja de los Esta- cuenta a las categorías de mujeres, grupos étni-
dos del Tercer M u n d o : «El Estado nacionalista, cos y otras minorías.
refugio de la revolución pasiva, encuentra aho- El Estado periférico no sólo se ha empobre-
ra para "la nación" un lugar en el orden m u n - cido teóricamente; también su base es frágil. Su
dial del capital, procurando mantener en sus- capacidad de representar al «pueblo-nación» se
pensión perpetua las contradicciones entre el ve limitada porque emergió dejando de lado el
capital y el pueblo... El Estado actúa ahora co- tejido social nativo de las instituciones, movi-
m o el ente racional que asigna y arbitra para la mientos sociales, hermandades y redes de soli-
nación. Se niega legitimidad política a cual- daridad comunitaria que configuraron la socie-
quier movimiento que impugne esta presunta dad civil en las sociedades preestatales. Kazan-
identidad entre el pueblo-nación y el Estado- cigil (1986:138) ha descrito sucintamente esta
representante de la nación». pobreza de los Estados periféricos: «El Estado
Las contradicciones y limitaciones de los periférico, completamente absorto en la tarea
modelos particulares de desarrollo para las tri- de constituirse, construyendo el aparato e inte-
bus y las mujeres del estado indio tienen raíces grando comunidades segmentadas en una na-
históricas. Sin embargo, la historiografía y aná- ción, las ha ignorado o a m e n u d o las ha consi-
lisis elitista del estado indio (Frank, 1979; R u - derado sólo obstáculos que había que superar.
dolph y Rudolph, 1987), consideran la política Por esta razón, los movimientos populares y las
c o m o la pugna entre las castas dominantes y/o redes de instituciones y solidaridades, algunos
las regiones geográficas por el poder y los privi- de los cuales podían haber sido transformados
legios. Sostienen que las élites locales, provin- y movilizados en recursos sociales para la for-
ciales y de casta compiten por su parte de los mación del Estado-nación moderno en la peri-
frutos del desarrollo ( G u h a , 198*9; G u p t a , feria, han funcionado c o m o contrapoderes y
1989). Bardhan ( 1984) brinda un necesario m e - centros de resistencia contra un Estado que los
joramiento de este análisis, identificando tres excluía».
clases propietarias dominantes: los intereses de Los actores de los nuevos movimientos so-
los terratenientes, las élites industriales y la bu- ciales procuran recuperar su territorio perdido
rocracia, elementos competidores en el estado de u n Estado desarrollista-integracionista. R e -
indio. Aunque este análisis muestra la relativa curren a estrategias ofensivas y defensivas con-
autonomía del estado indio respecto de seg- tra un sentido moral generalizado de injusticia
mentos de las élites dirigentes, no explica la (Fuentes y Frank, 1989:181). E n India, estos
manera en que los nuevos movimientos socia- parámetros son dharma (rectitud) y nyaya (jus-
les impugnan la legitimidad básica del Estado. ticia) (Guha, 1989). Según argumenta Offe
Estos análisis no explican las contradiccio- ( 1985), en el contexto de los nuevos movimien-
nes de las políticas estatales de desarrollo, ni tos sociales europeos, la alternativa política de
analizan la manera en que el Estado busca legi- estos grupos reside en el desmantelamiento del
timidad a través de diversas reformas y/o con- paradigma «lo privado versus lo público» de la
cesiones a los grupos competidores (Gupta, antigua política. Al incorporar lo «privado» y lo
1989). La escena del Estado se asemeja a un «doméstico» en un discurso público legítimo,
monólogo pasivo de élites competidoras, sin los nuevos movimientos sociales trascienden
las voces de disidencia o contestación de la m a - «las fronteras institucionales de la antigua polí-
yoría oprimida. tica». Aquí reside la esperanza de trascender la
Los análisis del Estado en Europa y en Esta- meta de capturar el poder del Estado para trans-
dos Unidos tampoco han arrojado una visión formar la propia naturaleza de la política.
196 Prarrwd Parajiili

También en India los parámetros modernos entre conocimiento tradicional y conocimiento


de nación, ciudadanía y democracia están cam- moderno, sino entre diferentes tradiciones de
biando, en tanto que la identidad y la autono- conocimiento (Nandy, 1987). El surgimiento
mía de los subordinados se convierte en un ele- de un conocimiento subordinado es una tenta-
mento afirmativo en lugar de un accesorio del tiva de modificar las relaciones de poder entre
discurso nacionalista. La nueva política, tal co- estas tradiciones. N o es un conflicto exclusiva-
m o la conciben estos movimientos, integra la mente semántico. L a naciente conciencia ex-
sociedad civil y el Estado de m o d o que permite presa el anhelo de los subordinados de obtener
una relación dinámica entre las relaciones «po- no sólo su autonomía política y económica, si-
líticas» y «sociales», los partidos y los movi- no también la capacidad de definirse a sí mis-
mientos (Boggs, 1986:19). Cuando la sociedad m o s y de definir sus aspiraciones y el proceso
civil adquiera autonomía, el Estado dejará de de desarrollo.
gobernarla y se convertirá en un elemento den- Véase, por ejemplo, el poder de conceptos
tro de ella (Laclau y Mouffe, 1985). Al m i s m o tales c o m o «subdesarrollado», «atrasado»,
tiempo, no habrá un sujeto político histórico «desnutrición», «barraquismo», «agricultura
privilegiado; en su lugar, cada sujeto sociocul- de subsistencia», que se utilizan en el discurso
tural será dotado de su propia productividad del desarrollo. Nadie niega que la vida en la
simbólica. periferia es extremadamente penosa, pero es
diferente definirla c o m o «subdesarrollada» y
sostener que esta deficiencia sólo puede ser su-
La impugnación del conocimiento perada mediante la ayuda extranjera, la indus-
trialización y el crecimiento de un mercado li-
Los nuevos movimientos sociales son también bre. E n estas fórmulas, el pueblo del llamado
lugares de creación y regeneración de un cono- «Tercer M u n d o » es tratado c o m o un paciente
cimiento sometido. Gracias a estos movimien- que necesita constantemente medicación, ase-
tos, los indígenas, las mujeres y otros grupos soramiento y competencias del «Primer M u n -
marginalizados han reafirmado su propio co- do». Hay sólo un diagnóstico -el subdesarro-
nocimiento, que expresa su autonomía e iden- llo- y sólo un tratamiento -la inyección de ayu-
tidad. Este conocimiento se elabora en las m e - da (Rahnema, 1988). La consecuencia m á s
morias locales de resistencia y lucha de sus vi- peligrosa de esta actitud reduccionista es que
das cotidianas; en otras palabras, la base de su los países desarrollados han reclamado la hege-
sistema de pensamiento es una historia de lu- monía no sólo sobre la definición del problema
chas. La resurrección del conocimiento someti- sino también de su solución.
do tiene lugar de dos maneras. E n primer lugar, Es cierto que durante los últimos cuarenta
los movimientos regeneran el conocimiento so- años la validez de las nociones desarrollistas ha
metido que había perdido actualidad aplastado sido casi universalmente aceptada en todas las
por el conocimiento dominante. Al m i s m o sociedades, tornando la disidencia de ayer en el
tiempo, lo modifican mediante la autocrítica y orden establecido de hoy (Nandy, 1989:270).
lo ponen al servicio de la lucha contemporánea N o es sorprendente que una gran parte del dis-
por su identidad y autonomía. curso de los nuevos movimientos sociales esté
Entre la manera en que el discurso del desa- también atrapado en estas categorías. Sin e m -
rrollo define las bases del subdesarrollo y la m a - bargo, todavía hay esperanza. En la aldea natal
nera en que las ven los subordinados existe una del autor, al pie del Himalaya nepalés, los cam-
amplia diferencia de significado. Según Gusta- pesinos y las mujeres entienden el medio a m -
vo Esteva, intelectual mexicano, en tanto que el biente c o m o un equilibrio del espacio social, el
primero está impregnado de especialización mérito religioso y el bienestar de la comunidad.
moderna, este último representa valores c o m u - Para ellos, el bienestar ecológico está sumido
nitarios «plurales» y autónomos (Esteva, en el acto espiritual de construcción de cliau-
1987). Pero no se trata meramente de una yux- paaris plantando árboles banyan, pipaly swami
taposición de «tradición» versus «moderni- alrededor de las fuentes de agua, en los lugares
dad» o «rural» versus «urbano», ni de «núcleo» comunes de la aldea y en los caminos. El chau-
versus «periferia», que aparecen en los textos paari no refleja un conocimiento aislado sino
sobre el desarrollo. N o se trata de una opción un conocimiento intrínseco a la existencia. E n
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 197

primer lugar, el chaupaari fomenta la planta- m a n visión indígena contra la visión colonial.
ción de árboles. En segundo lugar, proporciona Según este grupo, algunos conceptos nativos ta-
un espacio social en torno al cual se celebran las les c o m o comida, salud, morada y cultura tie-
reuniones de vecinos, las festividades de la al- nen significados m u c h o m á s profundos y perti-
dea y las ceremonias religiosas y culturales; un nentes desde el punto de vista cultural que
chaupaari es una señal de responsabilidad so- aquellos propagados por el discurso del desa-
cial pues provee sombra y aire fresco a los via- rrollo, que ha sustituido estas nociones por las
jeros, vaqueros y cabreros fatigados. U n movi- de abastecimiento de alimentos, servicios m é -
miento ecológico elaborado sobre la base de es- dicos, vivienda y transporte, así c o m o servicios
tos sistemas de conocimiento también puede educativos (Redclift 1987:167-170); Esteva
regenerar los espacios sociales de la mujer (Pa- (1987). E n el contexto de comunidades agríco-
rajuli y Enslin, 1990). las de Estados Unidos, Wendell Berry (1988:
Los subordinados crean espacios sociales al 50) formula comentarios similares: «La gente
menos parcialmente refiriéndose a los valores se une en la tierra por el trabajo. La tierra, el
simbólicos y rituales vigentes en el pasado. E n trabajo, el pueblo y la comunidad están c o m -
Nepal, las mujeres han utilizado los espacios prendidos en la idea de cultura. Pretender des-
rituales socialmente sancionados tales c o m o cribir la tierra, el trabajo, el pueblo y la c o m u -
teeß6 para criticar la injusticia de una sociedad nidad mediante información o cantidades pa-
patriarcal. Las mujeres de la agrupación Sistren rece invariablemente arrojarlos unos en contra
de Jamaica también utilizan la tradición de la de otros. Así, se usa el trabajo para explotar la
«narración» c o m o depósito de conocimiento tierra, al pueblo para explotar su trabajo, a la
en su lucha contra una sociedad racista y sexis- comunidad para explotar al pueblo. Y en lugar
ta: «La tradición de la narración contiene las de tierra, trabajo, pueblo y comunidad, tene-
verdades m á s poéticas sobre nuestras luchas. m o s las categorías industriales de recursos, la-
Los cuentos son uno de los lugares donde pue- bor, gestión, consumidores y gobierno».
den refugiarse con seguridad los elementos m á s Las razones que explican la definición de
subversivos de nuestra historia, ya que a través los problemas en estos términos cuantificables
de los años los narradores convierten los he- y observables, c o m o lo hace el discurso del de-
chos en imágenes divertidas, vulgares, sorpren- sarrollo, son comprensibles. Estas nociones
dentes y mágicamente reales. Estas narraciones configuran un cuadro uniforme de los proble-
codifican las amenazas más evidentes para los m a s del Tercer M u n d o , así c o m o una solución
poderosos en imágenes furtivas de resistencia uniforme y cómoda de aplicar y evaluar. Pero
en las que puedan apoyarse cuando las luchas en esta traducción se pierden las maneras de
abiertas son imposibles o para reunir valor cuan- definir los problemas y de resolverlos propias
do es necesario» (colectivo Sistrens, 1987:3). de los campesinos nepaleses, de las mujeres ja-
Los poemas Teej de las mujeres nepalesas o maicanas y de los pobladores mexicanos. El al-
las narraciones de las mujeres jamaicanas c o m - bedrío histórico de aquellos en cuyo nombre se
binan la imaginación estética con el proceso de realiza el proyecto de desarrollo queda someti-
adquisición de facultades. Su conocimiento es- do en este proceso.
tá inmerso en las maneras en que discuten los D e esta manera, el discurso dominante del
significados, las identidades y el conocimiento desarrollo subyuga el conocimiento de los su-
sobre el desarrollo en ámbitos tales c o m o la bordinados perpetuando dos supuestos. El pri-
agricultura, la silvicultura y la conservación del mero es que los subordinados se identifican
agua o el suelo. Aunque estos poemas y narra- con los valores dominantes y no pueden dar
ciones puedan no tener un carácter directa- una interpretación válida de su propia opre-
mente liberador, y aunque puedan ser parciales sión. El segundo es que son cognoscitivamente
y contradictorios, se refieren a la lógica m á s ín- incapaces de articular su propio punto de vista.
tima y duradera de las luchas sociales. Por el contrario, sostenemos que los oprimidos
E n México, un consorcio de análisis, desa- son capaces no sólo de resistir al conocimiento
rrollo y autogestión trabaja en la regeneración dominante, sino también de articular sus pro-
del vigor comunitario de los barrios urbanos de pias concepciones del m u n d o . E n muchos as-
Tepito (a ocho manzanas de la plaza principal pectos, su conocimiento autónomo se opone al
de la ciudad de México). Fomentan lo que lla- conocimiento dominante desarrollista. Por
198 Pramod Parajuli

ejemplo, en tanto que la racionalidad desarro- raleza son necesariamente participativas. L a


llista considera la naturaleza c o m o un recurso naturaleza en sí m i s m a es el experimento, y las
que hay que explotar para obtener productivi- mujeres c o m o silviculturas, agricultoras y ad-
dad y beneficios ( W C E D , 1987), las mujeres y ministradoras del agua son los científicos tradi-
las tribus de Asia meridional están demostran- cionales. Su conocimiento es ecológico y plural,
do que la naturaleza es la auténtica base y la refleja tanto la diversidad del ecosistema natu-
matriz de la vida económica (Shiva, 1988: ral c o m o la diversidad de las culturas a que da
224). Para ellas, los elementos de la natura- lugar la vida natural».
leza que la concepción dominante ha tratado co- El conocimiento situado es intencionada-
m o «deshechos» son la base del sustento y la ri- mente político porque es un proceso de carác-
queza. ter participativo y de responsabilidad de quien
Muchos argumentan que estos ejemplos son conoce. Es el eco del reclamo de identidad y
demasiado locales, limitados y contextúales pa- supervivencia de las víctimas de la explotación
ra que se los pueda considerar un conocimiento y la subordinación. Sin embargo, el conoci-
válido. Esta crítica es bienvenida. Los subordi- miento situado no tiene un carácter fundamen-
nados no reclaman la universalidad de su cono- tal, pues los subordinados saben que la esencia-
cimiento, c o m o lo hacen los grupos hegemóni- lidad es un arma de los opresores y no de los
cos. Haraway (1988) afirma que el conocimien- oprimidos. E n tanto que a los opresores intere-
to feminista es un «conocimiento situado» que sa crear un conocimiento neutro, desencarna-
se aplica también al conocimiento de otros gru- do, inmediato, trascendente, a los marginados
pos subordinados. El conocimiento situado no interesa crear un conocimiento localizable en el
es objetivo ni relativista en el sentido tradicio- tiempo y el espacio, encarnado en la lucha y
nal del término Es un conocimiento del que só- participativo en su funcionamiento. Sólo este
lo es responsable aquél que lo tiene. Es un co- conocimiento puede brindar una concepción
nocimiento que acepta su localización en el del m u n d o m á s adecuada, durable, objetiva y
tiempo y el espacio, es siempre un conocimien- transformadora.
to particular y distinguible. A diferencia de la
ciencia moderna, no reclama la universalidad
ni, por lo tanto, la responsabilidad. C o m o dice Conclusión: ¿adonde van los
Haraway (1988:583) acerca del conocimiento nuevos movimientos sociales?
feminista, sólo la perspectiva parcial promete
una visión objetiva: «Todas las narrativas cul- D e lo expuesto se desprenden varias preguntas.
turales occidentales acerca de la objetividad ¿ C ó m o se configurará la política de los nuevos
son alegorías de las ideologías que rigen las re- movimientos sociales? ¿Continuarán los diver-
laciones de lo que llamamos mente y cuerpo, sos movimientos funcionando separadamente,
distancia y responsabilidad. La objetividad fe- o encontrarán un terreno c o m ú n para formar
minista se refiere a la ubicación limitada y al una «voluntad popular-nacional»? ¿ C ó m o se
conocimiento situado, no a la trascendencia y a articularán los conocimientos de estas identi-
la fragmentación de sujeto y objeto. Nos permi- dades? Sólo el futuro dirá lo que surgirá de es-
te ser responsables de lo que aprendemos y de tos múltiples microexperimentos. Hay que sus-
la manera en que vemos». pender los juicios formulados mediante los
El conocimiento situado no debe confun- lentes teóricos existentes. En cambio, propone-
dirse con el relativismo. El conocimiento situa- m o s especular sobre las posibles orientaciones
do niega el relativismo tanto c o m o la objetivi- futuras.
dad científica. Ninguno de ellos se sitúa, se m a - Los nuevos movimientos sociales de India
terializa ni acepta la parcialidad del brindan un contradiscurso a la «conciencia
conocimiento; ninguno asume riesgos y por lo universal del capital» que trata de colonizar el
tanto imposibilita una aprehensión correcta territorio precapitalista de las mujeres, las tri-
(Haraway, 1988:584). Por el contrario, el cono- bus y los campesinos. En este sentido, los nue-
cimiento situado es intrínsecamente participa- vos movimientos sociales buscan y promueven
tivo. Shiva (1988:38-41) observa acerca del co- la identidad personal y colectiva. Por esta ra-
nocimiento ecológico de las mujeres en India: zón se atribuye un gran valor a los espacios so-
«Las maneras ecológicas de conocer en la natu- ciales particulares y pequeños, a las formas des-
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 199

centralizadas de interacción y a las esferas pú- Frankenstein», que ha dañado, quizá de m a n e -


blicas no diferenciadas. Para citar la frase de ra irreparable en muchos casos, los sistemas in-
Habermas (1981:39), están en la «sutura entre munitarios propios de las culturas locales y de
el sistema y el m u n d o de la vida». Son una reac- las economías de subsistencia. Es urgente rege-
ción a la «colonización» del m u n d o de la vida nerar estos sistemas de inmunidad.
por los sistemas económico y político-adminis- La segunda función es buscar la solidaridad
trativo. Los nuevos movimientos sociales no entre los nuevos movimientos sociales de todo
creen en la «igualdad mediante el crecimien- el m u n d o mediante la redefinición de la d e m o -
to». La meta no es igualdad o democracia sino cracia política y económica. Hay que definir la
ambas. democracia no sólo c o m o democracia repre-
Estos movimientos también han desviado sentativa, sino c o m o una relación social con-
su interés de la captura del poder del Estado sultiva y participativa. Los nuevos movimien-
hacia la reactivación de la sociedad civil y a la tos sociales tienen la capacidad de iniciar este
construcción de movimientos sociales capaces proceso de participación. La democracia parti-
de transformar sus mundos. La pregunta cru- cipativa requiere una modificación de la no-
cial es: ¿cómo interactuará esta sociedad civil ción predominante de poder. Debemos comen-
reactivada con el estado indio y sus partidos zar por reconocer que el poder no se ejerce ne-
políticos? L a promesa de los nuevos movi- cesariamente mediante los aparatos de
mientos sociales reside en la pérdida de vigen- gobierno o los partidos políticos, sino que se
cia de la imagen benevolente del Estado en la manifiesta en cada ámbito de nuestras vidas en
India independiente y otros lugares. Se con- todas las formas culturales, comunicativas y
vierte cada vez m á s en un apéndice de las fuer- éticas. Por ello, la cuestión no consiste en inte-
zas del mercado y del orden económico inter- grar a los nuevos movimientos sociales en los
nacional. Los partidos políticos también han Estados-nación, sino en reestructurar el Estado
perdido el vigor y la credibilidad para proponer para ajustado dentro de cada sociedad civil.
alternativas. La tercera tarea es desarrollar un sistema de
Sin embargo, los nuevos movimientos so- conocimiento distintivo que pueda representar
ciales de India y otros países serían ineficaces las experiencias de los grupos subordinados re-
sin vínculos y solidaridad mundial. La cons- curriendo a formas alternativas de producir y
trucción de movimientos múltiples y de víncu- validar conocimiento. N o proponemos que el
los entre ellos en todo el m u n d o tiene tres fun- conocimiento de las mujeres, los dalit y los in-
ciones fundamentales. La primera consiste en dígenas se integren en el conjunto prefabricado
desmitificar el desarrollo c o m o la meta inevita- del discurso dominante sobre el desarrollo. El
ble de todo país. Los pueblos están cansados de conocimiento desarrollista es, en muchos as-
probar una alternativa de desarrollo tras otra pectos, antitético de los intereses de estos gru-
(tales c o m o el desarrollo integrado, el ecodesa- pos. E n cambio, proponemos una doble tarea
rrollo, el desarrollo sostenido). Consideran, co- para los nuevos movimientos sociales. E n pri-
m o lo señala Nandy (1989:270) que «la mayor mer lugar, hay que regenerar el conocimiento
parte de los esfuerzos son también productos folklórico de sentido c o m ú n de estos pueblos
de la misma concepción del m u n d o que ha pro- para adaptarlos a las luchas contemporáneas y,
ducido el concepto principal de ciencia, libera- en segundo lugar, reconstruir el lenguaje del
ción y desarrollo. Ahora están buscando una discurso dominante sobre el desarrollo a la luz
alternativa al propio desarrollo». Ahora es ne- del conocimiento surgido de la base.
cesario abandonar, c o m o lo dice Majid Rahne-
m a (1988) el desarrollo c o m o un «sueño de Traducido del inglés
200 Prainod Parujuli

Notas

* Este análisis surgió de los dos 3. Esta acertada terminología es cobertura forestal (Chowdhary,
años de viajes (1987-1988) y la de Franco (1988), que la utiliza 1989).
participación del autor en para analizar la subordinación de
movimientos populares en la India los textos latinoamericanos a los
y Nepal. El autor agradece los norteamericanos y europeos. 7. Sarna es un núcleo de bosque
conocimientos que le original protegido desde el
transmitieron los diversos grupos establecimiento de cada
ecologistas de la región de comunidad. Entre los Santal,
4. La configuración precolonial de
Jharkhand, en India, así c o m o a su M u n d a s y Hos, Sarna es el hogar
la dominación y la subordinación
madre y sus amigos de su aldea de de las deidades y un espacio
estuvo orientada por los conceptos
Gunjanagar, Chitwan, Nepal. En público donde se adoptan las
supremos, no sólo de las
Stanford fueron m u y útiles los decisiones de la comunidad y lugar
prerrogativas de coerción (Danda)
contactos con Elizabeth Enslin y de encuentro de lo sagrado y lo
sino también una obligación de
Richard Haavisto, en las diversas profano.
proteger, fomentar, apoyar y
etapas de preparación del texto. El promover al subordinado
autor agradece especialmente a (Dharma). Dharma también 8. En los años ochenta, el
Akhil Gupta y Pradeep Dhillon sus supone, de parte de los movimiento Chipko se popularizó
explicaciones sobre la complejidad subordinados, adaptarse al lugar en la conciencia ecológica de India.
de la economía política india. N o de cada uno en la jerarquía de Desde entonces el movimiento se
obstante, el autor es el único casta, clase, edad y género. Por ha extendido a 300 aldeas en los
responsable de las insuficiencias de otra parte, los subordinados distritos del norte de Utter
este artículo. utilizaron simultáneamente la Pradesh. En los Ghats occidentales
absoluta servilidad a la deidad del sur de India y en las montañas
c o m o si fuera autoinducida y de India central están surgiendo
voluntaria (Bhakti), y la oposición movimientos similares. El
1. Existe una abundante moral a la autoridad real cuando movimiento Chipko consiguió una
bibliografía sobre la noción no protegía al subordinado (Guha, sanción legislativa del Estado indio
gramsciana de hegemonía. En 1989:239-71). en 1981. En la actualidad, un
términos de Gramsci, la decreto gubernamental prohibe la
hegemonía es la predominancia tala de árboles a m á s de mil metros
obtenida por consentimiento más en todo el país y particularmente
que por la fuerza, de una clase o 5. Estas categorías no sonfijasy
en absoluto perfectas. Por su parte, en zonas de 40 mil kilómetros
grupo sobre otras clases, cuadrados alrededor de los
recurriendo a múltiples medios por las mujeres de la India y los
militantes de estos movimientos distritos de Tehri y Garhwal en
los cuales las instituciones de la Utter Pradesh (Bahuguna, 1988).
sociedad civil difunden y tampoco se categorizan a sí
popularizan las ideas de las clases mismos en estos términos. Por el
dirigentes en grado tal que las contrario, un grupo determinado
de mujeres puede ser categorizado 9. El embalse polivalente
clases subordinadas perciben y Subarnarekha es uno de los
evalúan la realidad social en ese c o m o «desarrollista» en una
ocasión, «socialista-feminista» en proyectos hidráulicos m á s grandes
contexto. En otras palabras, es la de la región de Jharkhand. Esta
orquestación de la voluntad de los otra y «ecofeminista» en una
tercera. Sin embargo, en las realización, cuyo costo se calcula
subordinados en armonía con el en 127 millones de dólares, está
orden establecido del poder agrupaciones y redes regionales y
nacionales, estas orientaciones destinada a irrigar 250.000
(Gramsci, 1971;Carnoy, 1984; hectáreas de tierras, proveer agua
Sasson, 1986). tienden a adquirir un carácter
distinto. para usos industriales y
municipales, reducir las
inundaciones y generar 10
megawatts de electricidad.
2. Foucault señala que el campo 6. En tanto que la meta del Comprende dos grandes embalses,
del discurso está constituido Gobierno indio es conservar 33 % uno en Chandil. en el río
básicamente por relaciones de de la cobertura forestal y sólo ha Subarnarekha, y otro en Icha, en el
poder, en tanto que el efecto podido poner 22 % de la tierra bajo río Kharkai, con dos represas y
primario del conocimiento es el el control del Departamento siete largos canales de irrigación.
ejercicio de estas relaciones. El Forestal, algunos estudios aéreos
discurso es un c a m p o de recientes han mostrado que sólo
estrategias y tácticas que crea 8-10 % cuenta con bosques 10. India es el constructor de
diferenciaciones, poniendo límites cerrados (Omvedt, 1987). Se embalses más grande del m u n d o .
a lo que se puede manifestar, y a calcula que cada año India pierde En los últimos tres decenios se han
quienes pueden hacerlo. 1,5 millones de hectáreas de construido m á s de 1.554 embalses
Poder y conocimiento en el discurso del desarrollo: los nuevos movimientos sociales y el Estado en India 201

en el país. Entre ellos, 50 son 13. Praja es el sujeto de un del Estado (los manufactureros
grandes proyectos de irrigación dirigente, el Raja. Praja simboliza urbanos y los agricultores ricos),
que abarcan m á s de 10 mil aquí la situación de carencia de los que deciden sobre los
hectáreas cada uno, y 517 son poder. subsidios (los políticos) y los
proyectos medianos (Omvedt, que los administran
1987; Singh, 1990). 14. Esta acertada frase de «India» (la burocracia),
para indicar el sector modernizado
11. Configurada según el modelo y «Bharat» para indicar el sector 16. Tcej es un festival anual
de la Tennessee Valley Authority, rural procede de una entrevista exclusivamente femenino, en el
de Estados Unidos, la Corporación personal con el dirigente cual las mujeres se bañan en
del Valle de D a m o d a r fue uno de campesino Sharad Joshi, en Pune, comunidad en los ríos sagrados,
los primeros proyectos de valles febrero de 1987. ayunan, cantan y bailan
fluviales en India. para purificarse y recibir los
15. El «triángulo de acero», según poderes de fertilidad y
12. Karkhana significa industria, el ambientalista indio M a d h a v personalidad de la divinidad
con el uso de herramientas y Gadgil, consta de tres actores, hindú ShivafParajuli y
máquinas. aquellos que reciben los subsidios Enslin, 1990:55).

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Estudio comparado
de las dos crisis de desempleo
del pasado decenio en China

Feng Lanrui

Las dos crisis de desempleo esas personas puedan encontrar trabajo ese año
del pasado decenio en China o el siguiente; y, en segundo lugar, que el índice
de desempleo no supere el 3 % . En 1988 ese
Los artículos sobre el problema del empleo en índice era sólo del 2,06 % (véase Cuadro 1).
China aparecidos en la prensa extranjera han Si calculamos que al iniciarse el Séptimo
producido alarma. Según las estimaciones pu- Plan Quinquenal 30 millones de personas bus-
blicadas, en 1989 unos 10,5 millones de perso- caban trabajo y que en los cinco años del mis-
nas buscaban trabajo en las ciudades y aldeas m o un promedio de seis millones por año lo
del país'. Afinesdel año se había logrado colo- consiguieron, el panorama de la m a n o de obra
car a 4,9 millones, mientras que 5,8 millones y del empleo resulta optimista.
seguían desocupados. El ín- N o se han tenido en
dice estimado de desem- cuenta aquí por lo menos
Feng Lanrui, economista, es investiga-
pleo2 había pasado, con dora principal de la Academia China de dos cuestiones. E n primer
respecto al año anterior, Ciencias Sociales y, al m i s m o tiempo. lugar, la agricultura ya acu-
del 2,6 al 3,8 % y China al- Secretaria General del Consejo de Aso- saba un importante exce-
ciaciones Económicas de China y
canzaba, por segunda vez miembro del Comité Permanente de la dente de m a n o de obra que
en el decenio, un nivel de Asociación Popular China de Amistad era necesario desviar a
desempleo excepcional- con los Países Extranjeros. Entre sus otros sectores. E n segundo
principales publicaciones cabe mencio-
mente alto. nar Salario y empleo ( 1982); El empleo lugar, en la cifra sobre la
La primera crisis de en la fuse inicial del socialismo (1988) y m a n o de obra debía haber-
desempleo se había produ- Distribución, salario, empleo ( 1988). Es se incluido el personal con-
también autora de decenas de artículos,
cido diez años antes, en entre ellos «Desempleo entre la juven-
siderado supérfluo por las
1979. En esa época estaban tud china», RICS, N . " 116. Domicilio: empresas durante estos
sin trabajo 15 millones de 34 D o n g z o n g b u H u t o n g , Beijing cinco años. Se mantenía, al
100005, República Popular de China.
personas, y el índice de des- m i s m o tiempo, una especie
empleo llegaba al 5.8 %. En de optimismo ciego con
respuesta a este sombrío panorama, China respecto al desarrollo de la economía. T a m p o -
adoptó una política de apertura, desarrolló co se consideró importante el ligero aumento
múltiples facetas de la economía y abrió nue- del desempleo observado en 1986, cuando en
vos canales de empleo. Los resultados se mani- realidad ya se habían producido algunos cam-
festaron m u y pronto; en el decenio siguiente, bios sutiles en la situación. En 1989 estos cam-
78,8 millones de personas encontraron trabajo bios se manifestaron en una contracción gene-
y la situación del empleo se normalizó. E n Chi- ral de la economía. Por un lado, no se había
na se considera que la situación del empleo es previsto que ese año tantas empresas interrum-
«normal» cuando se reúnen dos condiciones: pieran total o parcialmente su producción. Se-
en primer lugar, que en todo el país el número gún las estimaciones, estas empresas daban
de personas aspirantes a un empleo sea aproxi- ocupación a un millón de «empleados inacti-
madamente de 10 millones y que en general vos»'. Además, el ritmo de crecimiento de la

R I C S 127/Marzo 1991
206 Feng Lanriti

economía del país había disminuido considera- la Oficina Nacional de Estadística sólo indica-
blemente, reduciéndose en consecuencia el nú- ban el número de personas empleadas, y no el
mero de puestos de trabajo que aquélla podía de personas desempleadas ni el índice de des-
ofrecer. Las cifras publicadas por la Oficina empleo. Con todo, las estimaciones bastan para
Nacional de Estadística muestran que en 1989 explicar la crisis de desocupación de 1989 y la
encontraron trabajo sólo tres millones de per- gran depresión del nivel laboral.
sonas, lo que indica que en ese año 7,5 millones El extraordinario nivel de desempleo de
de jóvenes no pudieron encontrarlo y que el ín- 1989 afectó a todas las zonas del país. En Bei-
dice de desocupación no era el 3,8 % estimado jing buscaban trabajo 130.000 personas, entre
originalmente, sino más del 4,5 %. A u n así, en ellas graduados de diversos tipos de disciplinas
esta cifra no se toma en cuenta a las personas y soldados y oficiales desmovilizados. Este año
que quedaron sin trabajo ese año. marcó, pues, la ola de desempleo más grave co-
Según numerosos artículos de prensa, el año nocida desde 1983 4 . Según el Zhongguo Lao-
1989 se caracterizó por un nuevo aumento del dong Bao de 10 de marzo de 1990, desde el 1.°
empleo. En realidad, ese año se produjo la dis- de julio de 1988 «se han expedido en Shangai
minución del empleo más importante del dece- 130.000 tarjetas de desempleo; y quedan aún
nio, alcanzando la desocupación un nivel sin algunos desempleados sin tarjeta». Quiere de-
precedentes, c o m o se desprende del gráfico cirse que en esa ciudad había por lo menos
aquí reproducido. Las cifras de la derecha del 130.00 desempleados. En la provincia de Jiang-
m i s m o representan el índice de colocación y las su el número de personas sin trabajo ascendía a
de la izquierda el de desempleo. Las cifras ante- 620.000, cifra próxima al triple de la media
riores a 1988 son las publicadas por la Oficina anual de todo el último decenio5. Se estima que
Nacional de Estadística o se han calculado so- en ese año todas las ciudades y aldeas de la pro-
bre esa base. Las cifras de 1989 se fundan en las vincia podían ofrecer, como m á x i m o , 150.000
estimaciones formuladas a principios de año. empleos. Con un índice de colocación de apro-
Se ha recurrido a este tipo de estimaciones por- ximadamente el 24 %, el índice de desempleo
que las cifras publicadas en febrero de 1990 por era de alrededor del 5 %, superior a la estima-

C U A D R O 1. Situación laboral de los trabajadores urbanos desde 1978

Personas
Personas Personas que ya conta-
índice
aspirantes a encontraron bilizadas
Trabajadores de Desempleo
un empleo empleo en el
Año urbanos1 colocación3 (%)
ese año ese año ejercicio
(x 10.000) (%)
(x 10.000) precedente
(x 10.000)

1978 9.514 1.078 544 50.4 530 5.3


1979 9.999 1.538 902,6 58 635.4 6,0
1980 10.526 1.309 900 68 409 4.9
1981 11.059 1.125 820 72 305,5 3,8
1982 11.365 969 665 69 304.9 3.2
1983 11.746 899.3 628,3 69,8 271,4 2.3
1984 12.229 957,5 721,5 75.3 235,7 1,9
1985 12.808 1.052,1 813,6 77.3 238.5 1,8
1986 13.373 1.057.5 793,1 74.9 246.4 2.0
1987 13.810 1.075.7 799,1 74.2 276,6 2.0
1988 14.267 1.140,5 844,3 74,0 296.22 2,06
1989 13.4992 1.050 490 46.66 560 3.8-4
(estimación) (estimación) (estimación)

Cifra establecida en junio de 1989.


Las cifras correspondientes a los trabajadores urbanos son las publicadas por la Oficina Nacional de Estadística
en su «Anuario Estadístico de China».
Por índice de colocación se entiende la relación entre el número de personas que buscan empleo en un año
determinado y el número de personas empleadas alfinalde ese año.
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 207

0 100

9 90

8 80
B .

7 70

6 60

5 50

4 40

3 30

^ V
i 20

1 10
1978 79 80 82 83 84 85 86 87 89
índice de desempleo índice de colocación
(Curva A ) (Curva B)

Evolución del índice de desempleo y del índice de colocación, desde 1979 a 1989.

ción nacional del 3,8 al 4 %. E n la ciudad de Distinto desarrollo temporal


Nanjing las personas sin trabajo llegaban a de a m b a s crisis
56.000 y la ciudad sólo podía ofrecer entre
25.000 y 27.000 empleos, que alcanzaban ape- La agravación del desempleo en 1979 siguió al
nas para atender a la mitad de la demanda. El período de grandes destrucciones de la Revolu-
aumento del índice de desocupación era inevi- ción Cultural y a los tres años de estancamiento
table. subsiguientes. El modelo económico instaura-
D e lo dicho se desprende que la segunda do por la Revolución Popular, que había esta-
gran crisis de desempleo del decenio ya había do al borde del colapso, comenzaba apenas a
empezado a manifestarse en 1989. recuperarse, y el crecimiento era lento. El siste-
Estos dos momentos de intensificación del m a de la explotación agrícola familiar recién
desempleo presentan características distintas y establecido seguía siendo objeto de debates. El
difieren en sus causas, sus antecedentes y su es- nivel de la producción agrícola era todavía ba-
tructura. Por otro lado, las soluciones para su- jo, y aún no se habían producido excedentes
perar esta segunda crisis no serán las mismas. A importantes de m a n o de obra. Los diversos sec-
continuación vamos a hacer un examen c o m - tores de la economía china necesitaban un ajus-
parado de las dos grandes crisis de desempleo te. La agricultura, la industria pesada y la in-
del pasado decenio. dustria ligera mostraban graves desequilibrios
208 Feng Laiiriti

y el sector terciario acusaba un gran atraso. La equilibraron gradualmente. La economía china


economía urbana estaba exclusivamente basa- se desarrollaba con bastante rapidez.
da en los organismos y establecimientos estata- E n cambio, surgieron una serie de proble-
les. La propiedad colectiva existía sólo de pala- mas económicos y sociales, c o m o la inflación,
bra. Las actividades económicas suprimidas el aumento de los precios, el incremento del dé-
durante la Revolución Cultural no se habían ficitfinanciero,el alza cada vez mayor del défi-
restablecido, ni habían aparecido todavía otros cit del comercio exterior, etc., que reflejaban la
factores económicos. La estructura sumamente situación conflictiva de un modelo de desarro-
centralizada de la economía planificada per- llo acelerado con resultados mediocres y escasa
manecía intacta y los mecanismos del mercado eficacia y que agravaban el desequilibrio entre
todavía no habían entrado en juego. Las exis- la oferta y la demanda. N o existía separación
tencias de bienes eran escasas y la economía no entre la política y la actividad comercial, y m u -
había comenzado a funcionar nuevamente. Es- chos se valían de su situación de poder para
te es uno de los aspectos de la situación. Por- obtener beneficios personales. La burocracia y
que, al mismo tiempo, 1979 fue uno de los años la corrupción adoptaban formas cada vez m á s
que más esperanzas suscitó desde la creación graves y suscitaban el descontento de la pobla-
de la Nueva China. El Partido acababa de cele- ción. En el tercer trimestre de 1988 se tomaron
brar la Tercera Sesión Plenária de la Undécima medidas para consolidar la recuperación eco-
Reunión del Comité Central. Las reformas nómica y ejercer un control sobre los mecanis-
y las directrices políticas adoptadas por esta m o s del mercado. Se aplicó una política de res-
Sesión Plenária representaron una formi- tricciones financieras y monetarias q u e
dable ruptura y un nuevo impulso para la eco- permitiría abordar las dificultades económicas
nomía. Comenzaba así un nuevo período de desde su base. A partir de 1989 se pusieron en
reformas económicas que creaba condiciones práctica nuevas medidas económicas, c o m o el
favorables para resolver el problema del de- control de los gastos y la reducción de la crea-
sempleo. ción de bienes de capital, que dieron origen a
Los antecedentes de la crisis de desempleo una depresión del mercado y a un estancamien-
de 1989 fueron totalmente diferentes. Los re- to de la producción. El fenómeno afectó a todos
sultados de un decenio de reformas aparecían los sectores de la industria en diversa medida y
con claridad y los cambios sociales y económi- engendró una situación difícil, caracterizada
cos eran evidentes. La economía socialista de por la escasez de fondos, de recursos energéti-
mercado había adquirido estatus jurídico y se cos y de materias primas. La producción de las
desarrollaba con rapidez. Pese a que los meca- empresas estatales acusó un descenso vertigi-
nismos de mercado aún no funcionaban plena- noso. Las subvenciones del Estado aumenta-
mente, comenzaba con todo a formarse un ban a medida que aumentaba su déficit y la car-
mercado de materiales de producción, un mer- ga resultaba insoportable. Decenas de miles de
cado monetario y un «mercado de m a n o de empresas colectivas, entre ellas las de pequeñas
obra». La actividad económica se recuperaba ciudades y aldeas, y de empresas comerciales e
gradualmente. Gracias al sistema de produc- industriales individuales y privadas quebraron
ción agrícola basado en la responsabilidad con- y tuvieron que interrumpir sus actividades. El
junta de la familia, la capacidad productiva au- sistema económico entero de la Revolución Po-
mentaba y engendraba importantes excedentes pular estaba amenazado. C o n estos anteceden-
de m a n o de obra, que rápidamente se desvia- tes económicos y sociales surgió la segunda
ban hacia los centros urbanos. El Estado permi- gran crisis de desempleo del decenio.
tía el establecimiento de diversos tipos de enti-
dades económicas, sujetas a la dirección de la
economía oficial. Las empresas colectivas e in- Crecimiento natural de la mano
dividuales y otras entidades económicas no so- de obra urbana: primera
cialistas se desarrollaron en diversa medida y la comparación entre los factores
economía monoestructural quedó sustituida determinantes de a m b a s crisis
por una estructura económica pluralista. El sec-
tor terciario eraflorecientey las relaciones en- El crecimiento demográfico, con sus efectos en
tre los tres principales sectores económicos se el crecimiento natural de la m a n o de obra.
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 209

constituyó un factor determinante de las dos a la edad activa alrededor de 1990, necesitan
crisis del empleo. Los nacidos durante la explo- trabajar. Se estima que en 1990 entre 4,5 y 5
sión demográfica que siguió a la Liberación co- millones de nuevos aspirantes a un empleo se
menzaron a alcanzar la edad activa a partir de sumarán a los 7,5 millones de desempleados
la segunda mitad del decenio de 1960, y ello contabilizados el año anterior. Estos dos gru-
contribuyó al aumento excepcional del desem- pos representan ya de por sí entre 12 y 12,5
pleo de 1979. E n 1967 m á s de tres millones de millones de desempleados. En la cifra no se in-
adultos jóvenes se incorporaron a la fuerza de cluye al personal de las empresas que hayan in-
trabajo urbana del país. C o m o es natural, ello terrumpido su producción, a los empleados que
creó una gran presión sobre el empleo. Fue ade- sean declarados supérfluos (ese año) ni a los
m á s en el decenio de 1960 cuando se inició la trabajadores agrícolas desocupados.
Revolución Cultural. El modelo económico de Las circunstancias de la actual crisis de des-
la Revolución Popular se vio gravemente afec- empleo, caracterizada por una m a n o de obra
tado, las posibilidades de empleo disminuye- recientemente formada difieren un tanto de las
ron y apareció el problema de la desocupación. que rodeaban al fenómeno hace diez años. Los
Para hacer frente a tal situación, se lanzó un jóvenes desempleados de 1979 eran en su m a -
llamamiento a los jóvenes, animándolos a esta- yor parte los mismos estudiantes de los ciclos
blecerse en las zonas rurales. El llamamiento básico y superior de la escuela secundaria en-
fue seguido de medidas coercitivas que condu- viados al campo durante la Revolución Cultu-
jeron al traslado a dichas zonas de 15,6 millo- ral. Afinesdel decenio de 1970 tenían alrede-
nes de graduados de los ciclos básico y superior dor de 30 años; habían tenido que resolver ya
de la enseñanza secundaria. La aplicación de muchas dificultades y disponían de cierta expe-
esta importante decisión política atenuó tem- riencia y aptitudes de trabajo. La situación de
poralmente la situación bastante grave de des- los jóvenes que alcanzaban la edad activa a fi-
empleo y evitó una crisis aún más seria. Sin nes del decenio de 1980 y comienzos del de
embargo, el desplazamiento de los jóvenes con 1990 es bastante diferente. Son mucho m á s jó-
instrucción a las zonas rurales no era la solu- venes, en general menores de 20 años. Los gra-
ción al problema del desempleo, ni bastaba pa- duados del ciclo secundario básico apenas tie-
ra elevar la productividad de la m a n o de obra nen 16 o 17 años. Tienen escasa experiencia de
rural, urbanizar el campo o llevar a cabo la m o -
las relaciones sociales, sus condiciones de vida
dernización agrícola. U n a de las consecuencias son bastante benignas y carecen relativamente
más graves de esta política de traslado de jóve- de aptitudes profesionales. D e ahí que sea m á s
nes con instrucción al c a m p o fue que, cuando difícil darles un empleo.
ya no se pudo seguir manteniendo las medidas Los jóvenes víctimas de la actual crisis de
coercitivas, millones de estos jóvenes exiliados desempleo difieren también de los «jóvenes
regresaron en masa a los pueblos y ciudades y instruidos» de hace 10 años por sus criterios
contribuyeron al alto nivel de desempleo de para elegir un trabajo. Sus expectativas son ele-
1979. vadas y sus condiciones m á s exigentes. El tipo
Asimismo, el aumento natural de la m a n o de empresa (en el decenio de 1989 los jóvenes
de obra urbana fue. por su carácter ininterrum- demostraban una preferencia por las empresas
pido, un importante factor determinante de la privadas, que ofrecían salarios elevados; en la
segunda crisis de desempleo iniciada en 1989. actualidad han vuelto a optar por las empresas
Los nacidos durante la explosión demográfica estatales), la dificultad del trabajo, la posición
de los decenios de 1960 y 1970 han alcanzado social que representa, el salario y los beneficios
la edad activa a principios del decenio de 1990. que ofrece, la distancia entre el lugar de trabajo
Según las cifras de la Oficina Nacional de Esta- y el hogar y la calidad de las relaciones h u m a -
dística, en los cinco años comprendidos entre nas son factores que se toman en considera-
1968 y 1972 la población del país experimentó ción. Los jóvenes prefieren seguir siendo «bus-
un aumento medio de 21.600.000 personas por cadores de empleo» a aceptar un trabajo
año. Si se considera que la población urbana desagradable, aburrido, sucio o agotador, que
representaba el 20 % de esta cifra, el crecimien- no corresponde a sus aspiraciones. A d e m á s en
to medio de esta población fue de 4,3 millones el decenio de 1980 se aceleró el desarrollo eco-
de personas por año. Esas personas, que llegan nómico, el índice de empleo urbano aumentó.
210 Fenn Lanriii

el número de personas que dependían de un ciones económicas y culturales de las zonas ur-
salario fue disminuyendo constantemente y banas; 4) el desplazamiento de la fuerza de
muchos jóvenes, con sus familias para respal- trabajo rural, expulsada de sus tierras por el
darlos económicamente, podían esperar mejo- avance de la construcción de industrias y edifi-
es posibilidades de trabajo. La situación del cios de viviendas.
empleo no era tan apremiante c o m o en el dece- La situación de hace 10 años difiere tam-
nio de 1970 y principios de 1980 para los jóve- bién de la actual por las tendencias y los efectos
nes con instrucción que regresaban del campo. del éxodo de la fuerza de trabajo rural. Según
las estadísticas, cerca de 90 millones de los 134
millones de trabajadores agrícolas fueron ab-
Crecimiento mecánico de la fuerza sorbidos por las pequeñas empresas de ciuda-
de trabajo urbana: segunda des y aldeas. El enorme éxito6 de esas empresas
comparación entre los factores en los últimos diez años no puede disociarse de
determinantes de ambas crisis la contribución que ha hecho esa parte de la
fuerza de trabajo agrícola. Otra parte de los tra-
El crecimiento mecánico de la fuerza de trabajo bajadores fue contratada por las empresas mi-
urbana ha sido principalmente una consecuen- neras y las industrias urbanas. Cabe distinguir
cia del desplazamiento de la fuerza de trabajo dos categorías: la primera está formada por los
rural hacia las ciudades. trabajadores temporeros. Los campesinos re-
El último éxodo masivo de fuerza de traba- presentan una proporción importante de los
jo rural a las ciudades comenzó poco antes de la m á s de 100 millones de personas que, en todo
mitad del decenio de 1980. Hasta entonces el el país, trabajan c o m o empleados asalariados
fenómeno m á s próximo de migración de un no permanentes. La segunda categoría c o m -
gran número de campesinos a los centros urba- prende a los campesinos autorizados a abando-
nos en busca de trabajo, databa de la Revolu- nar las zonas rurales en aplicación de la política
ción Cultural. Las fábricas, minas y otras e m - oficial. Constituyen lo que comúnmente se co-
presas, ante el éxodo de tantos jóvenes al noce c o m o «población ex campesina». Los resi-
campo, contrataron a 14 millones de campesi- dentes en zonas rurales que cumplen con los
nos que acababan de llegar de las zonas rurales. trámites correspondientes se inscriben c o m o
Se trataba naturalmente de un desplazamiento residentes urbanos. Están autorizados oficial-
anormal, independiente de las fuerzas de pro- mente a buscar empleo y gozan de todos los
ducción. El tipo de corriente h u m a n a de doble beneficios reconocidos a los residentes urbanos
sentido que se crea entre la ciudad y el campo (asignación de alimentos y productos básicos,
fue una de las principales causas de la gran cri- subvenciones, guarderías y educación de los hi-
sis de desempleo de 1979. jos y otros beneficios).
A fines del decenio de 1980, las circunstan- El traslado a las ciudades de las personas de
cias eran diferentes. En primer lugar, la desvia- estas dos categorías de trabajadores rurales ha
ción de la fuerza de trabajo rural hacia las ciu- tenido consecuencias importantes en el desa-
dades y aldeas fue el resultado directo del rrollo de la economía urbana. Las empresas de
desarrollo de las fuerzas productivas y una eta- las ciudades han podido obtener beneficios ele-
pa necesaria de la «urbanización»: 1) el sistema vados gracias a la m a n o de obra que represen-
de producción basado en el grupo familiar ha- tan los ex campesinos contratados c o m o e m -
bía incrementado la productividad agrícola. La pleados temporeros. Estos se han hecho cargo
tierra ya no podía dar cabida a la fuerza de tra- de las tareas difíciles, sucias y agotadoras que
bajo agrícola excedentária, y este factor se ha- los trabajadores urbanos no querían o no po-
bía convertido en una de las principales causas dían realizar, poniendo de esta forma remedio
de desempleo latente. En 1989 se contabilizaba a la falta de este tipo de m a n o de obra en las
un excedente de m a n o de obra agrícola de 150 ciudades. U n o s 10 millones de campesinos re-
a 200 millones de personas. Los campesinos tu- convertidos en obreros de la construcción han
vieron que ir a ganarse la vida a otros lugares; edificado rascacielos en las ciudades de todo el
2) el resultado de los bajos salarios agrícolas y país. La fuerza de trabajo rural emigrada a los
la tentación de los empleos urbanos bien remu- centros urbanos para emplearse en actividades
nerados; 3) la atracción de las mejores condi- comerciales o de servicios ha representado una
Feng Lannti 211

gran aportación para el sector terciario, ha traí- Otros campesinos llegaron a las ciudades de
do prosperidad a las ciudades y ha facilitado la resultas de la planificación administrativa. C o -
vida de la gente. El éxodo de los campesinos a m o ya se ha dicho, durante un período de diez
las ciudades en el pasado decenio y su incorpo- años el gobierno autorizó a unos diez millones
ración a los sectores no agrícolas han contribui- de agricultores a abandonar el campo; la m a y o -
do al desarrollo de la producción y a la creación ría de esas personas necesitaban trabajar. Por
de un sistema de progreso social, por lo que re- ejemplo, en 1989, 240.000 ex campesinos de la
presentan una etapa necesaria en la transición provincia de Jiangsu se marcharon a la ciudad
hacia la modernización y la urbanización de para buscar trabajo. Estas personas representa-
China. ban el 39 % de los aspirantes a un empleo (véa-
Este éxodo histórico de la fuerza de trabajo se Cuadro 2). El desempleo de los ex campe-
agrícola ha sido el resultado de varios mecanis- sinos es mayor en determinadas regiones. E n
mos, que en muchos casos eran simplemente los tres primeros trimestres de 1988 se exten-
acontecimientos naturales. Numerosos campe- dieron 2.378 tarjetas de desempleo a ex campe-
sinos de las regiones subdesarrolladas del inte- sinos en la ciudad de Huainan, provincia de
rior han emigrado a las zonas costeras y a las Anhui. Este grupo de personas representaba el
regiones desarrolladas en busca de trabajo. 20,26 % de la población urbana desempleada.
Cientos de miles de agricultores de Shangai, N o está previsto que la situación mejore en el
Guangzhou, las ciudades y aldeas del delta del decenio de 1990.
río de las Perlas, la zona especial de Shenzhen, Así, pues, de acuerdo con los datos disponi-
la región meridional de Jiangsu y las ciudades bles, el crecimiento mecánico de la fuerza de
costeras de la provincia de Shandong se dedi- trabajo urbana es otro importante factor de la
can al trabajo no permanente. Además, se cal- crisis de desempleo afinesdel decenio de 1980
cula en un millón el número de personas que y principios del de 1990.
forman la «ola de trabajadores» que anualmen-
te se trasladan a las grandes ciudades de la cos-
ta. Previendo la situación de escasez que esto Transformación de la oferta
iba a producir, el país ofreció activamente de empleo: tercera comparación
orientación a la población. A medida que la entre los factores
presión sobre el empleo en las ciudades se hacía determinantes de a m b a s crisis
más fuerte, las autoridades adoptaban medidas
administrativas que incitaran a los campesinos En la presente sección vamos a examinar las
a regresar a las zonas rurales. E n cambio, las transformaciones que se han producido en la
empresas acogían con sumo agrado a estos agri- oferta de empleo desde el punto de vista de los
cultores llegados a la ciudad en busca de traba- cambios en la estructura económica y, particu-
jo. Su contratación c o m o trabajadores tempo- larmente, en el régimen de la propiedad. Si se
reros representaba para ellas una fuente de m a - analiza la situación del empleo en función del
no de obra barata y las eximía del pago de régimen de la propiedad, observamos un proce-
cuotas a la seguridad social (pues en esa época so de «contracción-expansión-contracción»
el sistema de protección social de China sólo que afecta al proceso de «disminución-aumen-
amparaba a los empleados permanentes y tra- to-disminución» de la oferta de m a n o de obra.
bajadores bajo contrato). A d e m á s , los trabaja- La contracción de la oferta de empleo caracte-
dores rurales se mostraban obedientes y fáciles rística definesdel decenio de 1970 resultaba en
de manejar y, cuando ya no eran necesarios, se primer lugar de la aplicación a largo plazo de
los enviaba simplemente de regreso al c a m p o . una política basada primordialmente en las
En los últimos diez años han llegado así a las grandes empresas estatales. Casi todas las coo-
ciudades por diversos cauces entre 18 y 20 m i - perativas urbanas se convirtieron por entonces
llones de campesinos que han encontrado tra- en empresas del Estado; las pequeñas se fusio-
bajo c o m o obreros temporeros, a través de di- naron o se convirtieron en cooperativas en gran
versos canales. Y cada vez que el ritmo de la escala. E n principio la gestión y organización
economía disminuye y las necesidades de m a - de estas cooperativas en gran escala y de las
no de obra se reducen, el desempleo urbano au- empresas estatales no presentaban diferencias:
menta inevitablemente. unas y otras se administraban de acuerdo con
212 Feng Lanriii

C U A D R O 2. Desglose del número total de aspirantes a un empleo en la provincia de Jiangsu en 1989 (estimación)

Cifras absolutas Porcentaje


Categoría
(cientos de miles) del total

1. Personas desempleadas ya contabilizadas el año anterior 12 19

2. Graduados de la escuela secundaria superior en el año


en curso 29

3. Empleados declarados supérfluos por las empresas 5

4. Personas puestas en libertad tras purgar una condena a


la rehabilitación o a la reforma mediante el trabajo 3

5. Campesinos a quienes se han confiscado sus tierras 5

6. Diversos tipos de ex campesinos (incluidas las 200.000


personas enviadas al campo en el decenio de 1960 y
posteriormente autorizadas a regresar a la ciudad) 24 39
7. Total 62 100

una planificación estatal (regional) unificada. fluyó positivamente en la ampliación de la es-


Los doctrinarios de la época las denominaban tructura del empleo. En lugar de dejar ejercer el
«falsas cooperativas». La empresa privada, si- monopolio de la oferta de trabajo a las empre-
nónimo de capitalismo, estaba sujeta a restric- sas estatales, se han creado múltiples posibili-
ciones e incluso prohibida. Hacia 1978 sola- dades gracias a la propiedad colectiva, a la pro-
mente 1 50.000 personas trabajaban para piedad privada, a las empresas mixtas, etc. Los
empresas de particulares, en comparación con estrechos cauces del empleo se han ensancha-
el total de 1.260.000 de diez años antes, y esta do. E n el decenio comprendido entre 1979 y
fuente de empleo desapareció prácticamente. 1988 se resolvió el problema del desempleo pa-
Así, la oferta de empleo generada por las coope- ra 78 millones de personas. Pero a partir del
rativas y empresas de particulares se agotó casi segundo semestre de 1988 la oferta de empleo
completamente. E n 1979 los establecimientos tendió a contraerse, fenómeno que se agudizó
y entidades estatales eran básicamente las úni- considerablemente en 1989. Este paso de una
cas fuentes de trabajo posibles. Pero estos esta- tendencia expansiva a otra de contracción n o
blecimientos sólo podían ofrecer un número li- constituía simplemente un ciclo histórico sino
mitado de puestos, lejos de los 15 millones de que presentaba nuevas características particu-
empleos necesarios al año. La división de los lares. Si el gran aumento del desempleo de diez
factores de la economía en unidades fue una años antes se relacionaba con el monopolio de
causa importante del aumento excepcional del la oferta de empleo por parte de las empresas
desempleo afinesdel decenio de 1970. E n la estatales, la nueva crisis actual no puede diso-
Tercera Conferencia Plenária de la Undécima ciarse del estancamiento de las posibilidades
Reunión del Comité Central celebrada en di- de empleo ofrecidas por el Estado.
ciembre de 1978 se decidieron una serie de re- La experiencia pasada muestra que las uni-
formas y una política general de apertura. La dades de trabajo estatales tienen todavía gran
Conferencia decidió promover el comercio importancia entre las múltiples fuentes de
agrícola, atraer las inversiones extranjeras, ad- empleo que se han ido ampliando en los úl-
quirir tecnologías modernas y métodos de ges- timos diez años. Las cifras del Cuadro 3 mues-
tión de otros países y permitir el desarrollo de tran que alrededor del 60 % de los aspirantes
la economía privada. La Conferencia sobre a un empleo consiguen anualmente colocar-
M a n o de Obra y Empleo, celebrada en agosto se en unidades de trabajo estatales. A partir
de 1980, decidió reformar el sistema de gestión del último trimestre de 1988, en que se apli-
y organización de la m a n o de obra, sustituyen- caron restricciones económicas, esta impor-
do la acentuada centralización del sistema por tante fuente de empleo comenzó a dar mues-
una política de «triple integración». Esto con- tras de debilitamiento c o m o consecuencia
tribuyó a mejorar la situación del empleo e in- de las dificultades que afectaban a las empre-
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 213

sas del Estado, y en 1989 se estancó en gran Las cooperativas contrataron aproximada-
parte. mente el 30 % de las personas recientemente
En ese último trimestre de 1988 las autori- empleadas en las ciudades. Sin embargo la m a -
dades del país aplicaron una política de restric- yoría de las creadas en los últimos diez años lo
ción doble, y las empresas estatales tuvieron en habían sido con el fin de dar trabajo a los de-
general que hacer frente a dificultades vincula- sempleados. La inversión era pequeña y los
das con la escasez de capitales, de materias pri- equipos y locales tenían carácter precario. Las
mas y de energía. La capacidad para ampliar la posibilidades de desarrollo o transformación
producción se había debilitado y las cifras de de estas empresas eran reducidas. Hace algunos
colocación experimentaron un descenso que años el gobierno les concedió incentivos m o n e -
duró dos años. E n 1989 siguieron aplicándose tarios yfiscalesque les permitieran desarrollar-
las medidas de organización y consolidación y se. Dada la contracción del mercado monetario
se logró contraer el mercado monetario, redu- en los últimos dos años, esas empresas han te-
cir la creación de bienes de capital, disminuir nido que hacer frente a las mismas «tres caren-
los gastos y controlar el aumento del total de los cias» que las empresas estatales. Para colmo,
salarios. Respecto de la gestión de la fuerza de una vez expirado el período de exoneración fis-
trabajo, se aplicó a las empresas estatales un cal, la carga impositiva y los costos se agrava-
plan uniforme de contratación mínima, conge- ron y las condiciones de pago se volvieron m á s
lación de puestos vacantes, selección y reduc- difíciles. En 1989 las pequeñas empresas urba-
ción del personal7. U n a vez m á s se adoptó una nas hubieron de hacer frente a la medida urgen-
organización sumamente centralizada con res- te adoptada por el Banco Agrícola de imponer
pecto a la m a n o de obra y el empleo. Según el un crecimiento nulo del nivel de pagos. A prin-
plan de contratación establecido por el estado, cipios del año el 70 % de las empresas pasaban
con excepción de algunas nuevas unidades que ya por una situación de depresión y cientos de
gozaban de exoneraciones parciales y de otras miles de pequeñas empresas urbanas habían te-
en plena expansión, que podían contratar un nido que cesar en sus actividades. Solamente
número determinado de trabajadores, las e m - en la provincia de Hebei más de 1.200 socieda-
presas estatales no estaban autorizadas a hacer des de las ciudades de Tangshan y Zhangjiakou
contrataciones. Las vacantes producidas por y de la región de Lunzhou se habían visto obli-
razones naturales (jubilación o muerte de los gadas a cerrar sus puertas. E n la provincia de
trabajadores) no debían cubrirse. E n cambio, Jilin la inversión en las pequeñas empresas ur-
las empresas debían informar de las reduccio- banas fue un 41 % inferior a la del m i s m o pe-
nes de personal al Ministerio de Trabajo, el ríodo del año anterior. Al haberse interrumpi-
cual les autorizaría a contratar a personal de do la creación de bienes de capital, el sector de
conformidad con los objetivos establecidos. Es- la construcción decayó gradualmente y en el se-
tas dos medidas produjeron en general una pa- gundo semestre de 1989 m á s de dos millones
ralización de la oferta de empleo de las empre- de obreros de origen campesino regresaron a
sas estatales, calculándose que de este m o d o se las zonas rurales. Es de prever que en 1989 y
suprimieron tres millones de puestos de traba- 1990 la capacidad de las cooperativas urbanas
jo. Las otras dos medidas aplicadas, es decir la y de las pequeñas empresas de las ciudades pa-
selección y reducción de personal, también ra absorber la fuerza de trabajo habrá dismi-
contribuyeron a aumentar el desempleo. nuido considerablemente.
La paralización de la oferta de empleo de La proporción correspondiente a la empre-
las empresas estatales agravó considerablemen- sa privada urbana en el conjunto de la econo-
te la crisis de desocupación. Examinemos aho- mía nacional ha sido siempre reducida. A u n -
ra la situación de las empresas cooperativas y que en los últimos diez años ha experimentado
privadas c o m o fuentes de empleo. un crecimiento, sigue siendo poco importante,
En los últimos diez años las cooperativas y además tampoco es estable. C o m o se des-
urbanas, entre ellas las pequeñas empresas de prende del Cuadro 3, el número de personas
las ciudades, habían contribuido en gran medi- contratadas por empresas privadas aumenta
da al esfuerzo por resolver el problema del e m - todos los años. E n el decenio considerado, la
pleo, situándose en este punto en segundo lu- aceleración m á x i m a del ritmo de aumento se
gar, tras las empresas estatales. situó entre 1983 y 1985. La cifra más elevada
214 Feng Lanrui

C U A D R O 3: Desglose del personal urbano empleado recientemente entre 1978 y 1988

Desgl ose por principales categorías


Estructura del empleo
<je empleados (x 10.000)

Año Fuerza Fuerza Graduados de Otros Unidades Unidades de Empresas Cifra de


de de universidades. estatales propiedad privadas empleo total
trabajo trabajo escuelas colecti va (x 10.000)
urbana rural secundarias,
escuelas
profesionales y
escuelas
técnicas 1(x 10.000)
% (x 10.000) % (X 10.000) %
1978 274.9 148.4 37.7 83.4 392 72 152.4 28 544
1979 688.5 70.8 33.4 109.9 567.5 62.8 318.1 35.2 17 0.19 902
1980 622.5 127.4 80 70.1 572.2 63.6 278 30.9 49.8 0.55 900
1981 534.3 92 107.9 85.8 521 63.5 267.1 32.6 31.9 3.8 820
1982 408.1 66 117.4 73.5 409.3 61.5 222.3 33.4 33.4 5 655
1983 406.5 68.2 93.4 60.2 373.7 59.4 Ï70.6 27.2 84 13.4 628.3
1984 449.7 123 81.7 67.1 415.6 57.6 197.3 27.4 108.6 15 721.5
1985 502.3 150.2 88.5 72.6 499.1 61.3 203.8 25 110.7 13.6 813.6
1986 431.6 166.5 99.3 95.7 536.3 67.6 223.8 28.2 33 4.2 793.1
1987 411.7 166.8 117.1 103.5 499.4 62.5 214 26.8 85.7 10.7 799.1
1988 422.6 159.9 130.8 131 492.2 58.3 263.2 31.2 88.9 10.5 844.3
1989

Nota: E n el primer trienio del Séptimo Plan Quinquenal (1986-1988), cada año el 62,7 %del total de los empleados
recientes ingresaban en unidades de trabajo estatales, el 28.7 % se integraba en unidades de trabajo colectivas
y la empresa privada absorbía el 8.5 %. Fuente: «Anuario Estadístico de China de 1989». Los porcentajes
anuales se calculan sobre la base de las estadísticas publicadas en el Anuario.

corresponde a 1984, año en que encontraron res de miles de personas puedan encontrar tra-
colocación en este tipo de empleos 1.068.000 bajo en las empresas privadas.
personas, es decir, el 15 % del número total de C o m o acabamos de demostrar, la contrac-
nuevos empleos. En 1986 la proporción dismi- ción general de la oferta de empleo ha sido una
nuyó drásticamente al 4,2 %. Este porcentaje se de las causas principales de la crisis.
ha incrementado nuevamente en los últimos
dos años, en que las empresas privadas absor-
bieron a m á s de 800.000 personas, es decir más Transformaciones d e la estructura
del 10 % de los nuevos empleados, pero sin que industrial: cuarta comparación
se reprodujeran los niveles de 1984. Tras las entre los factores determinantes
medidas administrativas y de organización de a m b a s crisis
adoptadas en 1988, el sector de la empresa pri-
vada, además de las dificultades propias deri- En esta sección vamos a examinar las causas de
vadas de las «tres carencias», ha tenido que ha- las dos grandes crisis de desempleo desde el
cer frente a una presión de tipo político. E n punto de vista de las transformaciones de la es-
algunos lugares este sector ha debido soportar tructura industrial. D e b e m o s considerar dos
medidas sumamente enérgicas. Y a a fines de aspectos de esa estructura: 1) el sector indus-
junio de 1989 el número de empresas privadas trial; no se analizará la agricultura, ya que la
de carácter comercial e industrial había dismi- influencia de este sector en el empleo urbano es
nuido en relación con el año anterior. El plan bastante reducida; 2) el sector terciario. E m p e -
propuesto a principios de año de colocar en es- zaremos por examinar la influencia de la es-
te tipo de empleos a unas 700.000 personas que tructura industrial en la primera de las dos
buscaban trabajo no llegó a materializarse. Hay grandes crisis de desempleo.
pocas esperanzas de que los próximos tres años C o m o ya se ha indicado, la amplia oferta de
de aplicación de las medidas administrativas y empleo de hace diez años dependía directa-
de consolidación sirvan para que esos centena- mente de la estructura industrial. Esta no sólo
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 215

condicionaba las estructuras de empleo, sino ritmo de desarrollo más lento. Ello originó gra-
también sus niveles. China no estaba dotada de ves desequilibrios dentro del sector de la indus-
una estructura industrial racional. La industria tria pesada. En 1988, el valor de la producción
pesada recibía una atención desproporcionada de ésta fue de 7.704.530.000.000 de yuanes, es
en comparación con la industria ligera, lo cual decir el 50,73 % del valor de producción total
le aseguraba un crecimiento automático. La in- de la industria. La industria manufacturera pe-
versión en la industria pesada no permite ab- sada arrojó u n valor de producción de
sorber la cantidad de m a n o de obra que podría 3.858.51O.OOO.OO0 de yuanes, es decir m á s del
emplear la industria ligera con la misma inver- 50 % del valor de la producción total del sector
sión. El carácter sumamente atrasado de las de la industria pesada; el valor de la produc-
empresas con alto coeficiente de m a n o de obra, ción correspondiente al sector de las materias
del sector del abastecimiento y de otros servi- primas fue de 2.972.080.000.000 de yuanes, o
cios ha limitado las posibilidades de la econo- sea el 38,57 % del total; y el correspondiente a
mía china para absorber m a n o de obra, factor la industria minera, de 873.490.000.000 de
éste de importancia en la crisis de desempleo yuanes, representaba el 11,34% del total. La
de 1979. E n m i artículo de 1982 m e referí a esta industria manufacturera dejaba bastante reza-
situación en detalle*, por lo que no he de volver gada a las industrias minera y de materias pri-
sobre este tema en este trabajo. mas, debilitando de esta manera los ya frágiles
El ajuste de las estructuras industriales, con vínculos entre estos sectores y agravando aún
miras a mantener el crecimiento de la econo- más los desequilibrios de la estructura indus-
mía, representó un importante factor de las re- trial.
formas de la organización económica en 1979. En segundo lugar, los sectores del comercio,
Tras muchos años de arduo trabajo, durante el la vivienda y los servicios de abastecimiento,
Sexto Plan Quinquenal se obervó cierta mejo- así c o m o otras actividades de servicios del sec-
ría estructural en los diversos sectores de la tor terciario, comenzaron a desarrollarse con
economía nacional y en el sector terciario. El bastante rapidez. Sin embargo, las comunica-
porcentaje de la inversión, la producción y la ciones y el transporte, las telecomunicaciones y
m a n o de obra de la industria ligera resultó su- la banca no consiguieron salir de su atraso. Las
perior al de cualquiera de los cinco años ante- deficiencias en los sectores de las comunicacio-
riores (véase Cuadro 4). U n cambio similar se nes y el transporte, la energía y las materias pri-
produjo en el sector terciario. En este sector se mas originaron un atolladero que frenó el desa-
alcanzaron, en cuanto a inversión, valor de rrollo de la economía de China en su conjunto.
producción y m a n o de obra, un mayor número En el decenio de 1980, la parte correspondiente
de objetivos que en cualquiera de los cinco al sector terciario en el total de la producción
años precedentes (véase Cuadro 5). El mejora- nacional fue superior a la de los decenios ante-
miento de la estructura industrial fue m u y re- riores (véase Cuadro 5); sin embargo, se produ-
ducido, pero aun así ayudó considerablemente jeron graves desequilibrios estructurales den-
a superar la crisis de desempleo de 1979. tro del propio sector terciario.
Sin embargo, en la segunda mitad del dece- Resultado de los graves desequilibrios de la
nio de 1980, es decir durante el resto del Sépti- estructura industrial para todas las empresas
m o Plan Quinquenal no se registró ninguna industriales del país fueron las «cinco caren-
nueva mejora; por el contrario, surgieron una cias», de carbón, electricidad, materias primas,
serie de dificultades nuevas. transporte y financiación, que afectaron el de-
En primer lugar, aparecieron nuevos pro- sarrollo de la economía nacional.
blemas relacionados con la estructura indus- En el tercer trimestre de 1988 se impusieron
trial. La industria manufacturera se desarrolla- restricciones económicas encaminadas a c o m -
ba a demasiada velocidad. Concretamente, las batir un nuevo ciclo inflacionista. En 1989 se
industrias manufactureras pesadas mantuvie- adoptaron nuevas medidas para reducir la m a -
ron un ritmo de desarrollo m u y rápido durante sa monetaria, moderar la demanda y vigilar la
todo el decenio. Gracias a ello este sector se adquisición de bienes y materiales. Aunque es-
convirtió en el más pujante de toda la industria tas medidas contribuyeron a aminorar un poco
pesada, seguido por el de las materias primas. la inflación, la contracción de la demanda dio
La industria minera era el que presentaba el también lugar a una contracción de la oferta y
216 Feng Luiinii

el problema del desequilibrio entre ambos fac- la creación de bienes de capital. En 1989 se in-
tores quedó sin resolver. El resultado fue el des- terrumpieron o aplazaron 18.000 proyectos de
censo de la producción; el índice de crecimien- construcción en todo el país. El 57,1 % de la
to de la producción industrial en 1989 fue del primera tanda de 1.018 empresas disueltas por
0,9 %, y en octubre de 1989 y enero y febrero de las autoridades centrales lo fueron por proble-
1990 fue incluso negativo9. mas de circulación de bienes y de capital. El
Este descenso de la producción industrial programa de reforma administrativa y de con-
trajo aparejada la pérdida de varios millones de solidación produjo el cese de muchas activida-
empleos. des comerciales privadas. D e las empresas co-
E n el segundo semestre de 1989 la contrac- merciales e industriales de particulares existen-
ción de la economía se manifestó en una depre- tes a fines del año anterior, dejaron de existir
sión del mercado. Las ventas disminuyeron y 2.184.000 en el primer semestre de 1989 y el
comenzaron a acumularse las existencias de sector perdió m á s de tres millones de puestos
bienes. Las empresas, con escasos recursos fi- de trabajo. E n 1989 había 900.000 empresas
nancieros, funcionaban por debajo de su capa- privadas urbanas menos que afinesdel año an-
cidad. Las interrupciones totales o parciales de terior (cifras dadas por la Oficina Nacional de
la producción se hicieron m á s frecuentes, se re- Estadística hasta el 21 de febrero de 1990). E n
dujo el salario de muchos miembros del perso- realidad esa cifra era superior.
nal y, aunque conservaban su empleo, perma- En lo que atañe a las causas relacionadas
necían inactivos. Las empresas se retrasaron en con la estructura industrial, la crisis de 1989
sus pagos recíprocos y ello originó un círculo difería de la crisis anterior en que: 1) diez años
vicioso. antes la estructura industrial se caracterizaba
El sector terciario sufría asimismo los efec- principalmente por el desequilibrio entre la in-
tos de la depresión. El turismo internacional, dustria ligera y la pesada, ya que la primera se
las tiendas, los hoteles y los restaurantes sufrie- hallaba gravemente rezagada con respecto a la
ron un bajón en sus actividades y se abandonó segunda. La crisis actual deriva principalmente

C U A D R O 4. Comparación entre la industria ligera y la industria pesada en función de la inversión, el valor de la


producción y la fuerza de trabajo

Porcentaj ede Porcentaje del Porcentaje de la


las inversiones valor de producción fuerza de trabajo
Año
Industria Industria Industria Industria Industria Industria
ligera pesada ligera pesada ligera pesada

Media del Quinto


12,60 87.40 44.15 55.85 37,85 62,13
Plan Quinquenal
1976 12.86 87,64 43,72 56.28 39,73 61,27
1977 11.08 88,91 43,72 56,28 36,14 63,86
1978 10.70 89.30 42,70 57,30 36.44 63,56
1979 11.90 88.08 43,12 57,96
1980 18,46 81.53 46,95 53,04 39,10 60.89
Media del Sexto
15,61 84,84 50.04 49,96 41,06 58.94
Plan Quinquenal
1981 20,08 79,92 51.50 48,57 40,93 59.07
1982 17,82 82,18 50.48 49,52 41,29 58.71
1983 13,73 86,27 49,64 50,36 41,13 58.87
1984 12,42 87,58 49,56 50,44 41,03 59.97
1985 14,21 85.79 49,59 50,41 40.92 59,09
Media del Séptimo\
14,62 85.38 47,85 52,15 41.65 58.13
Plan Quinquenal
1986 15,47 84.52 46,50 53,49 41,39 58.59
1987 14,52 85,48 46.79 53,21 41,99 58.00
1988 14,15 85,85 49.27 50,73 42,11 57,88

frota: Las cifras consignadas en el cuadro se han calculado sobre la base de los datos publicados en el Anuario
Estadístico de China.
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 217

C U A D R O 5. Inversión, P N B y m a n o de obra

Inversión %' PNB% 2 M a n o de obra %}

Año Industria Industria Industria Industria Industria Industria Industria Industria Industria
primaria secundaria terciana primaria secundaria terciana primaria secundaria terciana

Media del Quinto


13.7 52.6 33,7 21,9 69,5 8.6 71.96 16.66 11.38
Plan Quinquenal
1976 12.38 61.61 26.1 25,15 68,34 8.5 75.8 14.5 9,7
1977 15.5 61.86 22,6 20,8 69,8 9.4 74.5 14.8 10.7
1978 11.78 59.2 24,0 28,4 48,6 23.0 70.7 17.6 11.7
1979 9.5 41.41 30,7 31,5 47,9 20.6 69.9 17.9 12.2
1980 9.85 51.32 40,24 30,4 49,0 20.6 68.9 18.5 12.6
Media del Sexto
6.58 47.2 47,14 32,56 45,7 21,5 66.1 19.5 14.4
Plan Quinquenal
1981 9.3 48.8 41,9 32,4 47,3 20,4 68.2 18.6 13.2
1982 7.5 46.9 44,5 33,9 45,9 20,0 68.36 18.7 13.0
1983 6.53 49.23 44,2 33,8 45,5 20,3 67.2 19.0 13.8
1984 5.50 47.5 45,0 33.0 44.6 21,9 64.2 20.0 15.8
1985 4.11 43.6 45,4 29,7 45.1 24,9 62.5 21.1 16.4
Media del Séptimo
3.62 51.45 45,75 27,97 46,57 25,5 22.4 60.2 17.37
Plan Quinquenal
1986 3,72 46.78 49.5 28,4 46.4 25,3 61,1 TT | 17.0
1987 3.73 52.0 44,3 28,2 46.3 25,6 60.1 22.5 17.6
1988 3.4 55.6 41,0 27.3 47.0 25,7 59.5 22.6

1. Calculado sobre la base de los datos que figuran en la página 105 del Anuario Estadístico de China de 1989.
2. Las cifras anteriores a 1987 representan la producción total de la sociedad en su conjunto, calculada sóbrela base
de los datos indicados en la página 4 4 del Anuario Estadístico de China de 1989. Las cifras posteriores a 1978 se
calculan sobre la base de los datos que figuran en la página 28 de dicho anuario.
3. Calculado sobre la base de los datos que aparecen en la página 105 del Anuario Estadístico de China de 1989.

del enorme atraso de las industrias de la ener- Un nuevo enfoque para superar
gía, las comunicaciones, la minería, las mate- la actual crisis de desempleo
rias primas y otras actividades básicas, que han
obstruido y frenado el desarrollo de la econo- Las características de la crisis de desempleo
mía nacional. 2) Las medidas administrativas y que se inició en 1989 difieren de las de la crisis
de organización han repercutido en el mercado anterior; el número de desempleados es mayor,
del consumidor de manera demasiado intensa su extracción social es m á s compleja, la crisis
y repentina. La depresión del mercado genera tendrá una duración m á s prolongada y será
necesariamente un discurso de la producción m á s difícil de superar. La situación general es
de bienes de consumo. A su vez, la disminución m á s sombría que la de hace diez años.
de la producción de bienes de consumo dificul- En primer lugar, hay un mayor número de
ta la venta de materiales de producción, los desempleados, y sus antecedentes son m á s
fondos no circulan y la producción se desplo- complejos.
m a . Decenas de miles de empresas de grande y ¿Cuántas son exactamente las personas
mediano tamaño terminaron suspendiendo to- afectadas por la actual crisis de desempleo? N o
tal o parcialmente la producción. N o sólo eran se dispone de cifras exactas. Las personas ac-
incapaces de absorber nueva m a n o de obra, si- tualmente sin trabajo pueden dividirse a gran-
no que hasta el personal empleado permanecía des rasgos en las siguientes categorías:
inactivo. 3) La crisis de desempleo se produjo en 1. E n la primavera de 1989, se calculaba en
circunstancias paradójicas en las que, por una 10,5 millones el número de jóvenes que bus-
parte, la demanda general superaba a la oferta caban trabajo en las ciudades. A fines del
global y, por otra, la debilidad del mercado hacía año tres millones lo habían encontrado,
que se acumularan los bienes. Esta situación de mientras que 7,5 millones seguían desocu-
coexistencia de penuria y excedentes explica la pados. Por sí solo, este grupo sitúa ya el índi-
dificultad de superar la crisis actual. ce de desempleo en más del 3,8 %.
218 Feng Lannti

2. E n 1989, se estimaban en un millón las per- La segunda diferencia estriba en la duración


sonas «recientemente declaradas excedentá- de las crisis de desempleo.
rias» (estas cifras se refieren al personal e m - La crisis actual, que se inició en 1989, va a
pleado temporalmente por empresas estata- tener una duración mayor. La de 1979 se resol-
les, cooperativas y empresas privadas)10. vió en tres años, mientras que en el caso actual
3. E n 1989, las empresas funcionaban por de- serán necesarios cinco. Las razones son las si-
bajo de sus capacidades y muchas suspen- guientes: En primer lugar, los diez años de cre-
dieron parcial o totalmente su producción. cimiento excepcional de la fuerza de trabajo
En noviembre había en el país aproximada- fueron el resultado de los diez años de la explo-
mente 25.000 empresas que no trabajaban y sión demográfica ( 1968-1977) ocurrida 16 años
unos cuatro millones de empleados inacti- antes. Esto es algo perfectamente evidente. Sin
vos. La mayoría de estas personas cobraban embargo, el aumento de la población en los úl-
un salario parcial, pero en realidad eran se- timos cinco años fue ligeramente inferior al del
midesempleados. primer quinquenio. Entre 1968 y 1972 la po-
Estos tres grupos representaban 12,5 millo- blación experimentó un incremento anual de
nes de personas, a las que hay que sumar las 21.606.000 habitantes. Entre 1973 y 1977 ese
que se encuentran en otras dos situaciones. incremento fue de 15.612.000 personas, lo que
U n a es la del llamado «personal de reserva» de significa que el crecimiento natural de la fuerza
la empresa. Los economistas estiman que son de trabajo no descenderá al nivel de hace cinco
entre 1.5 y 2 millones las personas en esta situa- años hasta después de 1992. Sólo entonces po-
ción de desempleo encubierto. La segunda ca- drá observarse una reducción del número de
tegoría es la de la enorme masa itinerante de desocupados resultantes del fuerte crecimiento
m a n o de obra (peones que trabajan en proyec- demográfico. La segunda razón estriba en la di-
tos de obras públicas). Se trata de los trabajado- ficultad para eliminar uno de los factores de la
res llegados de las zonas rurales y contratados crisis de desempleo, a saber, el desequilibrio de
c o m o obreros de reserva. E n este grupo se in- la infraestructura industrial. En los dos últimos
cluyen los campesinos que, emigrados a la ciu- años se han estado aplicando medidas adminis-
dad años antes, encontraron empleos tempora- trativas y de consolidación. Las decisiones de
les y luego se quedaron sin trabajo y los jóvenes la autoridad central seguirán poniéndose en
que dejan el campo por primera vez para bus- práctica durante tres años más. Si en estos tres
car un empleo. El grupo, bastante importante, años se logra también ajustar la estructura eco-
puede representar a veces 100.000 o hasta un nómica, es probable que el índice de desempleo
millón de personas que se desplazan por las disminuya. Si no, la crisis se prolongará.
grandes ciudades y las zonas costeras; de ahí El último factor, el m á s importante, es el
que se les pueda llamar «desempleados itine- ritmo de crecimiento económico. U n creci-
rantes». Si estas personas se incluyeran en las miento económico sostenido es fundamental
estadísticas de desempleo, las cifras resultarían para acabar con el alto nivel de desempleo. Si
bastante alarmantes. se consigue reducir suficientemente la masa
Si analizamos simplemente la composición monetaria y se activa el mercado de m o d o que
de la masa actual de desempleados con arreglo la economía pueda superar rápidamente la crí-
a las tres categorías citadas, la situación es m u - tica situación actual, es posible que el índice de
cho m á s compleja que la de hace diez años. desempleo disminuya en los próximos tres a
C o n la excepción de los jóvenes instruidos, los cinco años; de lo contrario, su nivel actual se
recientemente declarados excedentários y los mantendrá.
empleados inactivos de hoy tienen m á s edad, En tercer lugar, debemos señalar la dificul-
mantienen una familia y asumen unas responsa- tad para superar la crisis de desempleo.
bilidades y no pueden contar con sus mayores. El C o m o es sabido, la solución de esa crisis de-
obrero de origen campesino que regresa a las zo- pende de la combinación de varios factores.
nas rurales tras haberse quedado sin trabajo en la Entre ellos el fundamental es el desarrollo eco-
ciudad descubre que las tierras disponibles no nómico, que es lo único que puede producir un
abundan. Incapaz de encontrar otro trabajo, pasa aumento sustancial de la demanda de m a n o de
por largos periodos de vagabundeo y se convierte obra. E n este punto las condiciones de hace
en un factor de inestabilidad social. diez años eran más favorables que las actuales.
Estudio comparado de las dos crisis de desempleo del pasado decenio en China 219

El crecimiento excepcional del desempleo que registro de los desempleados y concebir un


se inició en 1989 se produjo en el marco de una sistema de indemnización que les garantice
economía deprimida. La economía de la Repú- la satisfacción de sus necesidades elementa-
blica Popular había experimentado por prime- les.
ra vez en diez años un crecimiento negativo 3. Se debe impartir gradualmente una capaci-
que trajo aparejada la disminución de la de- tación profesional y establecer redes de in-
m a n d a de m a n o de obra. Se había previsto que formación y una orientación profesional
en los primeros meses del año se podría procu- más eficaz.
rar trabajo a 4,5 millones de personas, pero las 4. Es necesario prever un sistema de subsidios.
previsiones nunca se cumplieron. A fines de Por conducto del sistema de asistencia so-
noviembre la cantidad de empleados se había cial (función que normalmente incumbe al
reducido en m á s de 400.000 en relación con los Ministerio de Administración Civil), debe
años anteriores. Los próximos tres años serán prestarse ayuda a las personas que lleven
un período de austeridad económica y de apli- largo tiempo desempleadas, es decir aque-
cación de medidas administrativas y de conso- llas cuyos subsidios de desempleo hayan ce-
lidación; las inversiones en capitalfijoseguirán sado y que no hayan podido encontrar tra-
disminuyendo y la demanda de m a n o de obra bajo. Es también necesario crear las institu-
menguará en consecuencia; continuará aumen- ciones pertinentes y dictar las leyes
tando el número de empresas que cierran sus adecuadas.
puertas o suspenden sus actividades, y habrá Desde la perspectiva del empleo el nuevo
cada vez m á s empresas improductivas y e m - enfoque debe prever cuatro transformaciones
pleados inactivos. Las cooperativas atravesa- principales:
rán dificultades aún m á s graves. Seguirá dismi- 1. Transformación de los objetivos en materia
nuyendo el número de empresas privadas e in- de empleo. En lugar de tratar únicamente de
dividuales; la lentitud cada vez mayor del colocar a individuos en empleos, se deberá
ritmo de desarrollo dificultará la solución de la perseguir el doble objetivo de resolver el
crisis de desempleo. problema del desempleo y, al mismo tiem-
po, mejorar los resultados económicos. H a y
que renunciar a conseguir el pleno empleo a
Un nuevo enfoque en un nuevo contexto
costa de la productividad, c o m o hasta ahora
El anterior análisis muestra que la actual crisis se ha hecho.
de desempleo es m u c h o m á s grave que la de 2. Transformación de la política de empleo. La
hace diez años y obliga a adoptar un nuevo en- política de triple integración debe sustituir-
foque y a buscar nuevas soluciones para supe- se por una política de empleo competitiva,
rarla. caracterizada principalmente por el desplie-
Este nuevo enfoque se orienta según dos gue de las fuerzas del mercado. Para lograrlo
perspectivas: la del empleo y la del desempleo. es necesario adoptar medidas encaminadas
Desde la perspectiva del desempleo: a establecer un mercado de trabajo regulado
1. Hay que reconocer que en China existe des- sobre bases macroeconómicas.
empleo y que este fenómeno puede prolon- 3. Transformación de los mecanismos de e m -
garse. L o que hay que tratar de determinar pleo. E n armonía con la transformación de
es qué índice de desempleo resulta acepta- la política, debe sustituirse la atribución ofi-
ble. ¿Sería en condiciones normales soporta- cial de empleos por la distribución regida
ble para la sociedad un 30 % de desemplea- por las fuerzas del mercado y el control m a -
dos? croeconómico directo del gobierno por la re-
2. Es menester establecer medios para la ges- gulación indirecta. El resultado de esta
tión de los problemas del desempleo y ela- transformación será la creación de un autén-
borar una primera serie de instituciones, le- tico mercado de trabajo. El gobierno debe
yes y reglamentaciones; el gobierno debe permitir la libre circulación de la m a n o de
crear instituciones encargadas de gestionar obra e introducir reformas en la estructura
esos problemas y velar porque esos procedi- salarial de m o d o que los salarios se convier-
mientos y reglamentaciones se apliquen. tan en una palanca reguladora del mercado
Por el m o m e n t o , lo m á s urgente, es llevar un de trabajo.
220 Fcnn Lain ni

Transformación de la fuente principal de H e m o s tratado aquí de hacer un esbozo


empleo. Ello entraña la transformación del m u y sencillo de un enfoque capaz de superar la
régimen de propiedad estatal en una econo- crisis de desempleo. El empleo es un tema m u y
mía basada en la propiedad colectiva y pri- complejo que exige reformar una serie de siste-
vada. Es necesario esforzarse en desarrollar mas interrelacionados con vistas a la solución
intensamente la actividad colectiva, indivi- de un gran número de problemas conexos, ela-
dual y privada para crear las condiciones borar un conjunto de leyes, instituciones y pro-
que permitan absorber un gran volumen de cedimientos y adoptar las medidas adecuadas.
m a n o de obra. Al m i s m o tiempo habrá que D e todos modos, lo primero es resolver el pro-
transformar las empresas estatales e incor- blema de cuál es el enfoque correcto para abor-
porarlas al mercado bursátil, con lo que se dar la cuestión del empleo.
beneficiarían de la vitalidad del desarrollo y
se fomentaría el empleo. Traducido del chino

Notas

1. La cifra de 10,5 millones «empleados poco activos», que «seleccionar» se entiende separar y
admite dos explicaciones; según la representaban aproximadamente despedir a los trabajadores
primera, esta cifra abarca el total el 4 % de todas las personas empleados de forma no conforme
de puestos de trabajo que se empleadas. con el plan, en especial los obreros
necesitaban en las ciudades y de origen campesino. «Reducir el
4. Rennün Ribao. 14 de junio de personal» significa separar de sus
aldeas en 1989 (véase Wen Huí
1989. puestos a los empleados
Bao. 20 de junio de 1989): según la
otra, se refiere al número de 5. En la provincia de Jiangsu excedentários de las empresas, sin
jóvenes candidatos a un empleo en 2.270.000 personas consiguieron por ello considerarlos
las ciudades y aldeas en ese año empleo entre 1979 y 1988, es decir desempleados en la sociedad.
(véanse los comentarios en a razón de 227.000 por año de ese
Zhongguo Laodong Bao. 24 de decenio. 8. Véase 1 ) mi artículo «Sobre los
agosto de 1989). La autora de este factores que influyen sobre el
artículo opta por la segunda 6. En 1988 la producción total de empleo en nuestro país». Remain
explicación. las empresas municipales y Ribao, 16 de noviembre de 1981. y
comunales fue de 649.600 millones 2) «Desempleo urbano en China».
2. El índice de desempleo citado de yuanes chinos, equivalente al Las ciencias .sociales en China,
en el presente artículo corresponde 24 % del producto nacional n ú m . 1. 1982. Beijing.
al «índice de aspirantes a un correspondiente a ese año. lo que
empleo» que aparece en el Anuario representaba para el estado 31.000 9. Cifras publicadas por la Oficina
Estadístico de China, basado en el millones de yuanes chinos de Nacional de Estadística. En
siguiente método de cálculo: impuestos, o sea el 13 % del total octubre de 1989. la producción
Desempleo = número de de los ingresos fiscales del país en industrial total disminuyó en un
desempleados urbanos / número ese año, y un ingreso en divisas de 2,1 % en relación con el m i s m o
de personas empleadas por la 8.020 millones de dólares de E E . U U . período en el año anterior. E n
comunidad urbana + N ú m e r o de enero de 1990, el total de la
desempleados urbanos. 7. En la «contratación mínima» se producción industrial se redujo en
tiene en cuenta el número total; un 6.1 % en relación con el m i s m o
Según el método de cómputo
según la reglamentación vigente, período del año anterior. En enero
chino, el número de desempleados
sólo pueden contratar obreros las y febrero de 1990. la producción
resulta de la diferencia entre el
empresas recién creadas y industrial total disminuyó en un
número de aspirantes a un empleo
desarrolladas con arreglo al plan 0.9 % en relación con el m i s m o
en un año determinado y el
del estado, las demás no están período del año anterior.
número de personas efectivamente
autorizadas a hacerlo, «Congelar
empleadas ese año.
los puestos vacantes» significa no 10. «Investigaciones sobre la
3. En septiembre de 1989 había en permitir a las antiguas empresas estrategia del desarrollo del trabajo
todo el país 25.000 «empresas llenar las vacantes que se y del empleo». Ciencias del
perezosas» con cuatro millones de produzcan de manera normal. Por Trabajo Chinas, n ú m . 1. 1990.
La reconstrucción empírica
en las ciencias sociales:
consideraciones teóricas y críticas

Jacques Hamel

Introducción esta disciplina es, en m á s de un aspecto, obliga-


torio por su propio objeto: las sociedades exóti-
Las dificultades que actualmente se reconocen cas o rurales donde escasean las fuentes manus-
a los métodos clásicos de acopio de datos en critas y resulta m u y complicado aplicar el cues-
ciencias sociales, tales c o m o las encuestas esta- tionario. L a investigación de c a m p o , la
dísticas, han despertado de nuevo el interés por observación directa y el contacto prolongado
los métodos de observación directa o participa- con informantes de primera calidad allanan las
tiva. Estos métodos se pueden definir breve- dificultades inherentes a este contexto. Las vir-
mente c o m o una investigación de campo cuyo tudes de este planteamiento metodológico e m -
objetivo es reconstituir un objeto o caso social piezan a ser reconocidas para losfinesde la ex-
en sus propiedades empíri- plicación de las sociedades
cas. E n opinión del antro- modernas. D e esta manera
Jacques Hamel es investigador y profe-
pólogo Maurice Godelier, sor en el Departamento de Sociología la antropología ha irrumpi-
la observación participati- de la Universidad de Montreal (C.P. do en los estudios de los
va se puede considerar co- 6128. Succ. A . Montreal. Quebec, C a - medios urbanos e indus-
nadá, H 3 C 3J7). Sus trabajos tratan de
m o «la inmersión prolon- metodología, economía, análisis de la
triales capitalistas; en estos
gada en las relaciones so- técnica y teoría sociológica de la transi- casos, el uso de la observa-
ciales locales, el descenso ción. Dirige en la actualidad dos inves- ción favorece la aplicación
tigaciones de c a m p o relativas a la eco-
en el pozo. Sólo a partir de nomía francófona en Quebec y a la
de nuevos enfoques. Al fi-
las informaciones recogi- «generación del 68». nal de una conferencia pro-
das por un observador en el nunciada en un coloquio
seno de un pequeño grupo sobre «la situación actual y
social se construyen las teo- el porvenir de la antropolo-
rías antropológicas... (con gía en Francia», Maurice
miras a) reconstruir una ló- Godelier presentó esta
gica social global»1. perspectiva c o m o un reto
En otros términos, la observación local de en los términos siguientes:
las relaciones sociales permite llegar a la «lógi- «Estimamos que ya es hora de que algunos
ca social global» mediante una teoría cuya ex- de nosotros se dediquen a una antropología de
plicación es válida de m o d o general o global en la empresa capitalista, de las formas de control
razón de las cualidades de rigor y profundidad social que en ella imperan, de las representacio-
de esta observación, puestas precisamente de nes que tienen las diferentes partes sociales de
relieve por el planteamiento metodológico que la empresa... Se nos podría objetar que ésta no
ha regido su definición. Este planteamiento es tarea de antropólogos; pero la antropología
metodológico ha predominado en antropología es ante todo un método y no se limita a ninguna
hasta el punto de caracterizar a esta disciplina esfera determinada. Penetrar en la empresa pa-
con respecto a la sociología y a las otras cien- ra observar directamente lo que en ella ocurre y
cias sociales. El uso de este planteamiento en no captarla desde fuera mediante cuestionarios

R I C S 127/Marzo 1991
-Ill Jacques H amei

y encuestas estadísticas, es tarea que puede rea- la dinámica de grupo. Este método se puede
lizar la antropología y eso basta para justificar describir brevemente « c o m o u n proceso inten-
este proyecto en el plano científico»2. so y detallado durante el cual algunos sociólo-
Aunque el objetivo de la antropología de ga- gos inducen a los actores de un conflicto a ha-
nar terreno a costa de la sociología es justo y cer u n análisis de su propia acción. Este
leal, hay que destacar las cualidades conferidas proceso supone una serie de etapas que consti-
a la observación participativa desde el punto tuyen la historia de la investigación»1. E n resu-
de vista de su fecundidad respecto de la reco- midas cuentas, la intervención sociológica tie-
lección de información y de la transición de lo ne lugar en el seno de un grupo de militantes de
local a lo global que caracteriza perfectamente una acción colectiva que, en compañía de sus
este planteamiento metodológico. En el presen- aliados y adversarios, hacen su análisis a peti-
te artículo se pretende precisamente discutir ción y bajo la dirección de un equipo de soció-
las virtudes y las dificultades vinculadas con la logos que adhieren a la teoría de los movimien-
recolección de informaciones por vía directa, tos sociales. Durante los encuentros se invita a
cuya construcción funcional permite la transi- los participantes a situarse en el marco de las
ción de lo local a lo global, sin la menor velei- perspectivas de análisis suscitadas y alimenta-
dad polémica hacia la antropología. Se analiza- das por los investigadores quienes, desde un co-
rán estos problemas y virtudes a la luz del mienzo, sefijanel objetivo de frenar las presio-
método de intervención sociológica de Alain nes ideológicas y el juego político con objeto de
Touraine que, a nuestro juicio, se puede consi- alcanzar el «nivel m á s elevado al que puede lle-
derar, con toda razón, c o m o un prototipo de gar la acción considerada»4. U n a vez determi-
este planteamiento participativo en sociología nado este sentido supremo, con la ayuda del
y que resume a la perfección sus dificultades. equipo de investigadores y con la participación
Los medios de resolver las dificultades que se directa de los protagonistas de una acción so-
reconocen en la intervención sociológica refle- cial conflictiva, se puede definir y movilizar
jan los debates actuales de la epistemología del una línea de acción política con miras a resol-
conocimiento cualitativo, cuyo horizonte esta- ver el conflicto, a eliminar las resistencias y
rá determinado en estas páginas por los recien- oposiciones entre los actores sociales. La preci-
tes trabajos de Gilles-Gaston Granger y A n - sión del sentido supremo de la acción social y
thony Giddens. En la partefinalde este artícu- de la línea política que de él se desprende para
lo, una investigación de c a m p o llevada a cabo los fines de la solución del conflicto se c o m -
en la perspectiva de la antropología industrial prueba en la segunda etapa de los debates en
ya mencionada por Maurice Godelier permiti- que. con este objeto, los participantes se adhie-
rá plantear de manera concreta los problemas ren a las hipótesis presentadas por el equipo de
de la observación participativa y los medios de investigadores. Si se logra esta adhesión, se
resolverlos o, según los términos m á s generales puede comprobar el valor del autoanálisis y del
a los que aquí se dará prioridad, del estudio de sentido que de él se desprende a su término, y
casos. aplicar así directamente sus virtudes al movi-
miento social.
En diversos aspectos, el método de inter-
El método de intervención vención sociológica es pariente cercano de la
sociológica observación participativa de los antropólogos,
m á s allá de su intención propiamente política
En el contexto de los recientes debates que han de resolver un conflicto social. Según la defini-
puesto en tela de juicio los métodos estadísti- ción propuesta por Maurice Godelier de la ob-
cos y de encuestas por cuestionario, la defini- servación participativa, este aspecto interven-
ción del método de intervención sociológica es cionista también figura en ella, pero en menor
indudablemente oportuna y fecunda. Desde es- grado. Sin perder de vista este aspecto, no lo
te punto de vista, hay que reconocer a Alain incluiremos en el presente estudio crítico del
Touraine el mérito de haber presentado c o m o método de intervención sociológica, en el que
un reto a la sociología un método de investiga- se insistirá m á s bien en sus virtudes y en sus
ción directa cuya determinación se remite pro- dificultades propiamente metodológicas. Este
gresivamente a la observación participativa y a estudio crítico, por severo que pueda parecer.
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y criticas 223

no le quita oportunidad y fecundidad, y, a gadores, el analista, durante los debates. Ahora


nuestro juicio, los problemas detectados resu- bien, el valor de este sentido no depende en
m o d o alguno del rigor manifestado por el ana-
m e n las dificultades de la relación entre teoría
y práctica propias de la sociología, que Alain lista en la elaboración de estas hipótesis, que
Touraine ha definido en términos que las po- podrían explicar desde un punto de vista socio-
nen claramente de manifiesto. lógico y resolver desde un punto de vista prácti-
co (o político) los términos de los conflictos; en
C o n fines de autoanálisis, el método de in-
tervención sociológica requiere la participa- realidad, deriva de que los participantes en la
ción de los protagonistas de un movimiento so- intervención sociológica suscriben este senti-
cial, reconstituido a escala reducida por la do. La definición o manifestación de este senti-
composición del grupo de participantes que do supremo no descansa sobre bases metodoló-
gicas sino que se establece por una rigurosa
aquí se define c o m o representativa, ya que «ca-
da grupo ha sido construido a partir de una re- conversión de los participantes a las hipótesis
presentación teórica del conflicto tan completa del equipo de sociólogos que, por lo demás,
y diversificada c o m o sea posible»5. A d e m á s del
preside y maneja la dinámica de esta conver-
aspecto propiamente militante que interviene sión. El equipo de investigadores dispone así
en la selección de los participantes involucra- de un segundo poder que, a todas luces, puede
dos en la intervención sociológica, ¿cuáles son aprovechar para establecer la validez de las hi-
el carácter y el rango de esta representatividad?pótesis que ha elaborado.
¿Refleja estrictamente una selección de perso- Sin embargo, la crítica del método de inter-
nalidades altamente calificadas para los fines vención sociológica no puede reducirse a estos
del autoanálisis de la acción social? Este pro- poderes, a partir de los cuales puede o no proce-
blema es de envergadura ya que la reunión de der el equipo de investigadores en la organiza-
estos militantes tiene por objeto recrear nada ción del autoanálisis de los diversos conflictos
menos que un movimiento social en su mate- con la participación de los principales protago-
rialidad histórica y social. El grupo o taller, por
nistas. Pero dichos poderes corresponden, por
sus debates, se considera aquí c o m o «la figuraderecho, al equipo, en virtud de la determina-
del movimiento, con sus múltiples significados ción de las modalidades funcionales de este
y sus configuraciones m á s o menos estables»6. método. A nuestro juicio, cabría m á s bien con-
La definición de la composición del grupo de siderar la transición del sentido primero, que
militantes, de sus aliados y adversarios deter- constituye los significados atribuidos al con-
mina, en primer lugar, el valor del autoanálisis flicto social por los protagonistas que autoana-
que ocurre dentro de él. Importa señalar que la lizan su propia acción, al sentido segundo o
constitución del grupo debe poner de manifies- sentido supremo de esta acción social. N o po-
to los diversos conflictos de un movimiento so- demos dejar de comprobar que las modalida-
cial y, con estefin,este grupo se define en con- des de esta transición son sumamente vagas y
cordancia con una representatividad teórica de que se reducen al virtuosismo del analista que
este conflicto, «una imagen que se forjan los propone en definitiva el sentido supremo de la
sociólogos de un problema o de un debate»7. acción. Aunque se confiere al sentido primero
Esta elección de los protagonistas, que determi-el rango de «verdadero conocimiento de la ac-
ción social»8, es indiscutible que su sentido su-
na el éxito o el fracaso de la intervención socio-
lógica, depende del equipo de investigadores premo sólo puede alcanzarse mediante el ana-
que debe solucionar los problemas de la repre- lista, cuyos servicios son necesarios «porque el
sentatividad y de la dinámica del grupo. Estas actor sólo tiene una conciencia limitada de los
responsabilidades fundan incontestablemente significados de su acción»9. Destaquemos, no
un primer poder que el equipo de sociólogos di- obstante, «que el acceso a ese sentido supremo
fícilmente podría ignorar. sólo puede lograrse a través de lo que expresa el
La aclaración del sentido supremo de la ac- actor (sobre su acción):
10
se trata del único mate-
ción social plantea graves problemas. E n efec- rial disponible» . El problema es aquí m u y
to, este sentido se adquiere alfinaldel autoaná- complejo: ¿cómo podría el analista alcanzar la
lisis del grupo mediante la conversión de los etapa suprema de una acción social a través de
participantes a las hipótesis esbozadas y pro- significados definidos desde el comienzo c o m o
puestas por un miembro del equipo de investi- limitados? ¿En qué se convierte, dentro de la
224 Jacques Hamel

labor del analista, la determinación (o manifes- cación del sentido supremo de la acción social
tación) del «sentido más elevado al que puede constituye una iniciativa sumamente arriesga-
llegar la acción social»? da ya que puede ocasionar: a) una sistematiza-
Sin duda, los actores del conflicto social es- ción del sentido primero de los actores sociales
tán movilizados en función del autoanálisis, que en m o d o alguno ni de por sí puede ser el
pero igualmente cierto es que corresponde al sentido m á s elevado de la acción social, ya que
analista orientar este último hacia el descubri- está «limitado» y es local desde el punto de vis-
miento de su sentido supremo y cuyo carácter ta de una conciencia que se percata de las «di-
supremo reside precisamente en lo que busca el mensiones del sistema social»; o b) una sustitu-
analista c o m o sociólogo, es decir, una explica- ción del sentido de la teoría sociológica de los
ción del conflicto social dentro del orden de movimientos sociales por el sentido de los acto-
una determinación a nivel de la sociedad, «de res sociales, escamoteando así nada menos que
las dimensiones del sistema social o de las con- el sentido primero y específico de la acción o el
diciones de la acción que escapan a la concien- conflicto social considerados.
cia de los actores sociales»". Desde este punto En otras palabras, la elaboración del sentido
de vista, la conciencia de los actores sociales es supremo de la acción social, es decir, la defini-
evidentemente limitada, local, relativa estricta- ción de la teoría sociológica, puede, en un caso,
mente a un conflicto social cuyas motivaciones reproducir, en un nuevo esfuerzo, el sentido
o fundamentos no son y no tienen que ser con- primero de los actores sociales, lo cual no pue-
siderados por dicha conciencia en su totalidad, de ser en sí m i s m o una explicación propiamen-
es decir, desde el punto de vista «de las dimen- te sociológica; en el otro caso, puede sustraerse
siones del sistema social», sino desde el estricto a este sentido primero cuyas cualidades heurís-
punto de vista de las acciones constitutivas de ticas con miras a alcanzar las «dimensiones del
este conflicto social. La intención del analista, sistema social», las propiedades de la acción so-
sociólogo en este caso, consiste en alcanzar m e - cial que se remiten a «limitaciones estructura-
diante su tarea «esas dimensiones del sistema les», están implícita o explícitamente definidas
social» que determinan globalmente un con- c o m o limitadas.
flicto social determinado. Hallamos nueva-
mente aquí la acertada idea del sentido supre-
m o de la acción social, definido en consonancia Los problemas de la transición
con la teoría sociológica elaborada por el ana- del sentido de los actores al sentido
lista, quien aprovecha con este fin el concurso sociológico: las consideraciones
de los propios actores de un conflicto social. de Anthony Giddens
Sin embargo, hay que admitir que, para obte-
ner este resultado, el analista no puede sino Aunque el método de intervención sociológica
apoyarse en el sentido local, limitado, de los merece varias críticas, conviene subrayar que
actores de un conflicto social, a fin de alcanzar las dificultades manifestadas son clásicas en las
ese nivel global de las «dimensiones del sistema ciencias sociales, que están presentes bajo di-
social» que lo determinan. El aspecto crucial de versos títulos y con distintos grados, en las teo-
esta tarea del analista en la intervención socio- rías sociológicas de Pierre Bourdieu, R a y m o n d
lógica sería entonces propiamente metodológi- Boudon y, en la tradición anglosajona, en la
co: ¿cómo logra llevar a cabo esta transición del teoría de la estructuración de Anthony Gid-
sentido primero de los actores sociales al senti- dens. N o se trata, en este breve artículo, de exa-
do segundo de la acción social estrictamente minarlas detalladamente. Se hará hincapié en
considerada desde el punto de vista de las de- la teoría de Anthony Giddens cuya reciente for-
terminaciones sociales que la constituyen y que mulación, en el libro La constitution de la socié-
conciernen, en primer lugar, al analista para los té, pretende precisamente plantear en términos
fines de la definición del sentido supremo de la nuevos y fecundos los problemas relativos a la
acción social, es decir, de su explicación dentro transición del sentido primero de los actores
de una teoría sociológica? A falta de una defini- sociales al sentido de la teoría sociológica y de
ción funcional precisa de la tarea del analista, lo local a lo global que, por el m o m e n t o , se defi-
que trascienda las aptitudes y la pericia de que nen en forma de dualismo. «Las sociologías in-
pueda dar prueba, es lícito pensar que la expli- terpretativas se basan en u n imperialismo del
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y críticas 225

sujeto individual, en tanto que el funcionalis- de una competencia cognoscitiva adecuada pa-
m o y el estructuralismo hacen alarde de un im- ra dar forma a una explicación que pone de m a -
perialismo del objeto societal (de las limitacio- nifiesto las propiedades estructurales de las re-
nes estructurales). La destrucción de estos dos glas que definen la movilización de los recursos
imperios constituye uno de mis principales ob- constitutiva de su acción ordinaria. Pero la
jetivos en este esfuerzo de elaboración de la competencia cognoscitiva de los actores socia-
teoría de la estructuración. Según esta última, les no deja de ser relativa, y su relatividad se
el objeto de estudio por excelencia de las cien- define esencialmente por los límites de su com-
cias sociales es el conjunto de las prácticas so- petencia discursiva, determinados «por el in-
ciales realizadas y ordenadas en el espacio y en consciente y por las condiciones no reconoci-
el tiempo, y no la experiencia del actor indivi- das y las consecuencias no intencionales de la
dual ni la existencia de totalidades sociales. Los acción»14. El objetivo de las ciencias sociales,
actores sociales no crean estas actividades sino en particular la sociología, es precisamente el
que, m á s bien, las recrean sin cesar utilizando estudio de estas condiciones no reconocidas y
los mismos medios que les permiten expresarse no intencionales de la acción social que esca-
en calidad de actores»12. (Subrayado del au- pan a las competencias discursivas de los pro-
tor.) pios actores sociales. N o obstante, para apre-
E n el edificio de la teoría de la estructura- hender estas condiciones inconscientes el
ción, los medios de que disponen los actores estudio sociológico debe arrancar de las c o m -
sociales para expresarse en cuanto tales son re- petencias discursivas limitadas de los actores
lativos a los recursos y a las competencias cog- sociales que dan acceso a sus competencias cog-
noscitivas involucradas repetidamente en la noscitivas, cuyo alcance latente se puede apro-
acción. La movilización de estos recursos y vechar en la explicación de los fundamentos de
competencias cognoscitivas funciona según re- la acción social, del tejido social, con la condi-
glas que de ningún m o d o se pueden reducir a ción de activar ese alcance latente mediante las
las limitaciones estructurales que determinan, capacidades conceptuales superiores de los ins-
en forma causal implacable, la acción social. trumentos utilizados en este estudio sociológi-
Las propiedades estructurales reconocidas en co.
estas reglas de m o d o positivo (en calidad de re- N o se puede dejar de señalar aquí un paren-
glas que habilitan para la acción) o de m o d o tesco entre la teoría de Anthony Giddens y el
negativo (en calidad de limitaciones) definen, método de intervención sociológica de Alain
por consiguiente, las relaciones o sistemas so- Touraine, que se hace aún más patente cuando
ciales en forma de modelos normalizados de se examina la teoría de la estructuración a la luz
los que estas propiedades son a la vez el medio del planteamiento metodológico que está en
y el resultado de las acciones que organizan de ella determinada en términos de una «doble
m o d o repetitivo. hermenéutica». «Esta se refiere al doble proce-
E n esta perspectiva se da por sentado que el so de traducción o de interpretación utilizado:
fundamento de la producción y la reproduc- por un lado, las descripciones de los sociólogos
ción de las relaciones o sistemas sociales es la deben transmitir los marcos de significación al
acción de los actores competentes en la movili- que recurren los actores para orientar sus c o m -
zación de recursos y cuya competencia es prin- portamientos: por otro lado, estas descripcio-
cipalmente cognoscitiva. «Todos los seres hu- nes son categorías interpretativas que, a su vez,
m a n o s son agentes competentes. Todos los exigen un esfuerzo de traducción dentro y fuera
actores sociales poseen un conocimiento nota- de los marcos de significación de las teorías so-
ble de las condiciones y de las consecuencias de ciológicas»15.
lo que hacen en su vida cotidiana... E n general, La primera hermenéutica está destinada a
los actores son igualmente capaces de dar un captar los «marcos de significación que utilizan
informe discursivo de lo que hacen y de las ra- los actores» cuya comprensión (o explicación),
zones por las cuales lo hacen. Sin embargo, en dentro de las significaciones de las teorías so-
lo esencial, la competencia de los actores se in- ciológicas, permite el acceso a las condiciones
serta en el curso de los comportamientos coti- no reconocidas y no intencionales de la acción
dianos»11. social. La revelación pública de estas condicio-
D e este m o d o , los actores sociales disponen nes entraña necesariamente una segunda her-
226 Jacques Haine/

menéutica definida c o m o un «esfuerzo de tra- La teoría de la estructuración confirma, por


ducción de los marcos de significación de las consiguiente, las oposiciones clásicas de las
teorías sociológicas» que permitiría poner de ciencias sociales, aunque su propósito inicial
manifiesto y mitigar la insuficiencia de las busque y deje presagiar lo contrario. La teoría
competencias discursivas de los actores socia- de Anthony Giddens tropieza con las mismas
les. E n la perspectiva del método de interven- dificultades metodológicas y prácticas del m é -
ción sociológica, conviene aquí cabalmente ha- todo de intervención sociológica de Alain T o u -
blar del «sentido más elevado» de su propia ac- raine en la definición funcional de las transicio-
ción al que pueden llegar los actores sociales16. nes: 1) del «marco de las significaciones de los
Esta doble hermenéutica tiende asimismo actores» al «marco de significaciones de la teo-
un puente, según Anthony Giddens, entre las ría sociológica»; y 2) de lo local a lo global. La
sociologías interpretativas y las sociologías es- doble hermenéutica propuesta ofrece, pese a
tructurales, entre lo cuantitativo y lo cualitati- estos defectos, una vía de solución: «la descrip-
vo, entre lo local y lo global; un puente cuyas ción de las formas de la vida social» que, a
bases metodológicas descansan en «un punto nuestro juicio, es obligatoria en la definición de
de partida (que) es hermenêutico en la medida estas transiciones.
en que (la teoría de la estructuración) admite
que la descripción de las actividades humanas
exige conocer bien las formas de vida que estas Los problemas de la determinación
actividades expresan» (el subrayado es nues- de un objeto de investigación
tro)17. Este aspecto se abordará mediante la breve pre-
L a doble hermenéutica tiende un puente, sentación de una investigación de c a m p o sobre
pero esto no quiere decir que la dualidad clási- la economía francófona en Quebec. L a finali-
ca entre «significación» y «estructura» y, parti- dad de esta investigación consiste en poner de
cularmente, entre lo local y lo global, haya de- manifiesto la especificidad de esta economía
saparecido de la teoría de la estructuración. En francófona dentro de la economía de Quebec
efecto, aunque el marco de las significaciones constituida también por intereses económicos
de los actores sociales determina una compe- extranjeros (estadounidenses y británicos).
tencia discursiva, ésta tiene límites que dificul- C o n este fin se han reconstituido empíricamen-
tan la aprehensión de las condiciones no reco- te prácticas económicas francófonas en colabo-
nocidas y no intencionales de la acción; por lo ración con informantes escogidos y mediante
tanto, de la acción en sus limitaciones estructu- materiales (archivos, etc.) característicos de es-
rales globales o generales. Por su parte, el mar- te método monográfico[i>.
co de significación de un actor social tiene un La participación de informantes-clave para
alcance demasiado restringido para poner de explicar el fenómeno o problema que constitu-
relieve el carácter global de las razones y limita- ye el objeto de la investigación sociológica sus-
ciones estructurales de su acción. «La investi- cita, de entrada, las mismas dificultades que
gación que aborda ante todo problemas de or- plantea el método de intervención sociológica
den hermenêutico puede tener alcance general de Alain Touraine. Esto se debe a que la parti-
en la medida en que, en relación con un conjun- cipación de informantes-clave y el uso de los
to amplio de contextos de acción, contribuye a materiales ya constituidos con diversos fines
dilucidar la índole de la competencia de los ponen de inmediato en juego un criterio20 que
agentes y, en consecuencia, las razones de su no pertenece, en verdad, al orden de una teoría
acción. sociológica, pero a partir del cual los investiga-
»Los estudios etnográficos, por ejemplo, en dores deben proceder en la determinación de
antropología, la tradicional investigación de esta teoría sociológica. La consideración de es-
c a m p o organizada en una comunidad de pe- te punto de vista es por lo tanto obligatoria en
queñas dimensiones, no constituyen estudios todos los sentidos, incluida una investigación
que, de por sí, se presten a la generalización; cuya finalidad, contrariamente al método de
pueden, no obstante, prestarse a ella sin gran intervención sociológica, no estriba en estable-
dificultad cuando su número es suficiente para cer el sentido de una acción o de una práctica
permitir establecer un juicio sobre su caráctersocial sino rigurosamente su configuración e m -
típico» (el subrayado es nuestro)1". pírica. N o hay por consiguiente otra opción, en
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y críticas 227

las ciencias sociales, que la de considerar debi- la determinación social en ellos implícita y que
damente este punto de vista cuyo desglose y el análisis sociológico trata precisamente de po-
tratamiento determinarán progresivamente la ner de manifiesto, conservando a la vez las cua-
aprehensión primera del objeto por el investi- lidades empíricas de esos puntos de vista. Esta
gador, y su explicación dentro del orden de una tarea se realiza por ensayo y error mediante un
teoría sociológica. método inductivo cuyo éxito depende del des-
A fin de establecer las prácticas económi- cubrimiento de una vía que permita agotar la
cas francófonas en Quebec, un equipo de so- riqueza de la explicación inmediata determina-
ciólogos21 reunió a obreros, empleados y ge- da por el parecer de los informantes, considera-
rentes de una empresa francófona de la región da c o m o material del análisis propiamente di-
del Centro de Quebec 2 2 , en el marco de deba- cho. Los peligros de error y de retroceso al
tes cuya preparación y organización se aseme- punto de partida propios de esta tarea de inves-
jan al método de la intervención sociológica. tigación no menoscaban de ningún m o d o su ca-
Sin embargo, el objetivo de las discusiones no lidad ni la objetividad que la define. Conviene
consistía en poner de manifiesto el sentido aplicar aquí la consigna de la antropóloga Fran-
m á s elevado de los distintos conflictos consti- çoise Zonabend: «Reconozcamos que la m á s
tutivos de las prácticas económicas de la histo- estricta objetividad pasa necesariamente por la
ria de esta empresa, sino reconstituir las pro- subjetividad m á s intrépida». La audacia de es-
piedades empíricas de estas prácticas. L a ta tarea está, no obstante, determinada por su
reconstitución se realizaba según el punto de finalidad de dar una explicación desde un pun-
vista de estos actores que de ningún m o d o se to de vista sociológico y se orienta por la expe-
puede considerar limitado. Estas prácticas riencia práctica y táctica acumulada en las teo-
económicas aparecen, durante la discusión, en rías sociológicas.
sus múltiples aspectos, políticos, personales, E n la primera aproximación al material
anecdóticos, históricos, cuya riqueza depende constituido por el criterio de los informantes
de la experiencia social de los participantes in- movilizados por el equipo de sociólogos (cuyo
vitados a narrarla a fin de alcanzar el objetivo objetivo consistía, c o m o se ha dicho, en la ex-
del equipo de sociólogos. Estas declaraciones plicación sociológica de las prácticas económi-
son, indiscutiblemente, materiales de primera cas francófonas en Quebec) se tomaron en
calidad en lo que atañe a la finalidad ya que, cuenta, se adoptaron y luego se abandonaron 23
de algún m o d o , constituyen la experiencia vi- distintas pistas de investigación porque no lo-
va y real de una práctica social que se trata de graban agotar la explicación inmediata que
explicar obedeciendo a un riguroso criterio so- ofrecían estos actores. Estas pistas de investiga-
ciológico. ción estaban a m e n u d o relacionadas con teo-
Si hay un criterio limitado, es sin duda el rías sociológicas perfectamente constituidas
sociológico, y la riqueza de los materiales exige cuyo planteamiento resultaba insuficiente para
ante todo someterlos a una reducción para de- introducir esta explicación primera en la pers-
terminar el objeto relacionado con la especifi- pectiva de una explicación propiamente socio-
cidad de esta disciplina, a saber, explicar toda lógica. El concepto de proceso de trabajo pare-
práctica por una determinación social. La espe- ció particularmente fecundo para este fin y su
cificidad de la sociología exige u n desglose de definición extensiva, formulada en el contexto
24
dichos materiales en función de ese objetivo, de la sociantropología del trabajo , equivalía a
mediante instrumentos teóricos que lo deter- un hilo de Ariadna que permitía establecer ca-
minan con exactitud y que, por otro lado, de- balmente las cualidades empíricas de la expli-
terminan la imaginación sociológica que es ne- cación primera, recogida en calidad de mate-
cesario movilizar para los fines de este rial de análisis mediante la participación
desglose. directa. Considerado c o m o relación con la na-
Ante la abundancia de criterios y de la ri- turaleza, un proceso de trabajo es una cadena
queza de la explicación inmediata de los acto- de acciones, individuales o colectivas, destina-
res invitados a reconstituir, bajo la dirección de da a extraer de ella recursos que, en su forma
los sociólogos, las prácticas económicas francó- inmediata o tras haber experimentado una se-
fonas, se dio prioridad a algunas formas de re- rie de transformaciones de aspectos y de esta-
ducir o delimitar estos criterios en el plano de dos, se convierten en bienes sociales.
228 Jacques Mainel

La tarea de reducción de este material obe- sociales, a una explicación segunda, determi-
dece entonces a este criterio que determina pre- nada por un criterio particular: el de la expli-
cisamente su desglose en el orden de la defini- cación sociológica. Por el m o m e n t o importa
ción de lo que teóricamente es (desde el punto señalar que se trata de un punto de transición
de vista sociológico) u n proceso de trabajo, a y no de u n punto de ruptura. Conviene anali-
saber: 1) los recursos que constituyen el objeto zar este punto mediante un esquema aclarato-
de trabajo en el marco de este proceso; 2) los rio (véase fig. 1).
medios de trabajo, es decir, los instrumentos y L a definición de este objeto de investiga-
mecanismos que se aplican a estos recursos a ción es primordial para los fines del análisis y,
fin de transformarlos; 3) las capacidades físicas en este sentido, debe contener cualidades o vir-
e intelectuales, por ejemplo, la fuerza, la habili- tudes estratégicas y heurísticas en las que se ba-
dad, la astucia y los conocimientos de los parti- sa el rigor de este análisis. Citando las palabras
cipantes directos e indirectos en un proceso de de M a r x , que evocan a la perfección la determi-
trabajo. Estos recursos, medios y capacidades nación de la transición entre una explicación
físicos e intelectuales se configuran dentro de primera y una explicación segunda, definida
las relaciones sociales de producción determi- según el registro específico de la sociología, el
nando, en primer lugar, la organización del objeto de investigación es c o m o «una ilumina-
proceso de trabajo. Mediante este enfoque teó- ción en que están sumidos todos los colores y
rico, las prácticas económicas francófonas po- que revela las tonalidades peculiares de cada
drían entonces evaluarse, de m o d o heurístico, uno, c o m o un éter especial que pusiera de m a -
en su totalidad, tal c o m o habían sido construi- nifiesto el peso específico de todas las relacio-
das empíricamente en la explicación primera nes sociales que de él emergen» 27 .
recogida directamente entre los informantes es- El objeto de investigación determina una
cogidos. Este enfoque teórico está expresamen- transición y es además un punto de mira que
te definido en una táctica metodológica desti- condiciona el desglose de una explicación pri-
nada a aprehender una totalidad orgánica, y su mera dentro de una segunda, a fin de poner de
definición ha sido orientada por las considera- manifiesto una determinación social, tal c o m o
ciones de Marx sobre la producción material en ella está construida en forma de una especi-
entendida en su sentido genérico: «Llegamos a ficidad.
la conclusión que producción, distribución, in-
tercambio y consumo no son idénticos, sino
que todos son miembros de una totalidad, dife- El problema de la descripción
rencias en el seno de una unidad... U n a forma E n el análisis sociológico sólo se puede proce-
determinada de producción determina, por der a partir de esta explicación primera, sin ne-
consiguiente, determinadas formas de consu- cesidad de recomenzarla, pues esta explicación
m o , de distribución, de intercambio, así c o m oinmediata no es una explicación sociológica en
ciertas relaciones de estos diferentes momentos el sentido definido anteriormente: una explica-
entre sí... Existe una acción recíproca entre es- ción limitada a una determinación social. El
tos diferentes momentos; así ocurre en cada objeto de investigación, por las propias virtu-
conjunto orgánico»25. des de su definición, permite alcanzarla, aun-
Este enfoque teórico es el objeto de investi- que esta determinación social que se pretende
gación y su definición tiene relación con el tra- alcanzar es inmediatamente construida según
bajo sociológico: no puede ser proporcionada los términos y modalidades, es decir, el senti-
por los propios informantes. Por otro lado, es- do, de esta explicación primera, cuya relativi-
ta definición determina, precisamente, el des- dad refleja precisamente el carácter inmediato
glose de la explicación primera que los infor- entre esta explicación y la acción. E n estas con-
mantes ofrecen de las prácticas económicas de diciones no hay acción y sentido; la acción so-
las que han sido actores, para alcanzar la de- cial sólo se puede alcanzar si se construye en
terminación social que es la explicación socio- este sentido: el sentido inmediato que le atribu-
lógica que se pretende lograr2'1. El objeto de yen sus propios actores, y entregado a los soció-
investigación es el punto de transición entre logos que lo recaban para losfinesde su investi-
una explicación primera de su propia acción, gación. El objeto de investigación de estos so-
proporcionada de inmediato por los actores ciólogos se debe localizar en esta explicación
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y criticas 229

F I G U R A 1. Determinación de las transiciones entre el sentido de los actores y el sentido


sociológico, y entre lo local y lo global

Explicación Definición teórica Carácter Sentido Global


de las propiedades sociológico sociológico •
empíricas específico teórico

Objeto de investigación Proceso de trabajo

Reconstitución Sentido de los actores:


empírica «teoría en actos»

Casos Prácticas económicas Local


Forano

Objeto que ha originado Práticas económicas


la investigación francófonas

primera, de m o d o que en este caso es obligato- considerarlo en esta construcción primera,


ria una tarea de descripción. dentro de la explicación inmediata que de él
Es oportuno ofrecer sobre este punto un dan los actores sociales que han participado en
ejemplo concreto, vinculado con la investiga- ella directamente. El análisis se efectúa en una
ción sobre las prácticas económicas francófo- especie de cruce epistemológico en que el obje-
nas en Quebec. La investigación de campo ele- to de investigación, definido según las exigen-
gida permitió recoger entrevistas con ex obre- cias de la teoría sociológica, se debe manifestar
ros cuyas observaciones, suscitadas por u n en una explicación primera que no es réducti-
esquema de diálogo elaborado por los sociólo- ble a informaciones dispersas sino que está or-
gos y determinado por el objeto de su investiga- ganizada en forma de teoría de actos29. Las ba-
ción, es decir, la organización del proceso de ses epistemológicas de esta teoría en actos se
trabajo en una empresa, eran de este orden: deben tomar en cuenta en el análisis, ya que en
«Por aquel entonces él manejaba la cosa c o m o ellas se halla determinada una configuración
un asunto de familia, c o m o una familia que vi- del objeto de investigación que revela su espe-
ve en el c a m p o en una granja...», « m e voy allí», cificidad sociológica, es decir, en el orden de la
« m e las arreglo con m i hermano», «no hagas organización de una sociedad.
eso, vamos a hacerlo juntos»... «un asunto de Volviendo brevemente al ejemplo anterior,
familia... no valía gran cosa»28. según las observaciones de las personas que res-
El análisis del contenido de esta entrevista pondieron a las encuestas sobre las prácticas
requiere, en primer lugar, la descripción de lo económicas francófonas, resultaba que el tra-
que se define, desde u n punto de vista socioló- bajo era «un asunto de familia», «un asunto en-
gico, c o m o proceso de trabajo (véase la defini- tre parientes», etc. La explicitación de esta base
ción teórica antes expuesta) tal c o m o se cons- epistemológica, facilitada por la descripción
truye a través de las observaciones recogidas, es del objeto de investigación formulada en las
decir, de las propias palabras de los informan- declaraciones, permitió «comprender» 30 y lue-
tes o, según Anthony Giddens, «en la forma de go explicar estas prácticas económicas en la
la vida social». Para aprehender las propieda- perspectiva de la teoría según la cual los lazos
des empíricas del proceso de trabajo hay que de parentesco pueden formar parte de las rela-
230 Jacques Hamel

ciones sociales de producción31. La teoría del za específica hace precisamente posible esta
parentesco proporciona los instrumentos teóri- dominación 33 . A fin de determinar esta especi-
cos y metodológicos que exige la construcción ficidad, ¿habría que analizar todas las empre-
teórica de la índole específica de la organiza- sas de Quebec (francófonas y anglófonas) o, en
ción del proceso de trabajo reconstituida empí- menor medida, bastaría con una muestra re-
ricamente, es decir, en definitiva, según las presentativa? Se prefirió m á s bien el método de
cualidades estratégicas de este objeto de inves- casos, dentro de una estrategia metodológica
tigación, la especificidad de las prácticas eco- que orientó la elección de una empresa defini-
nómicas francófonas en Quebec. da c o m o un caso dotado de virtudes heurísticas
para losfinesdel análisis destinado a establecer
la especificidad, la índole original de la econo-
La definición del objeto mía francófona. Se eligió la empresa Forano,
de investigación y la transición ubicada en la región central de Quebec, por el
de lo local a lo global tipo de desarrollo de esta región, donde la in-
dustrialización no fue impulsada por capitales
Las cualidades estratégicas que rigen la deter- extranjeros, c o m o ha ocurrido en el resto de
minación del objeto de investigación autoriza- Quebec.
ba, desde un punto de vista metodológico, la A primera vista, este caso constituye un m o -
transición de lo local a lo global, tal c o m o se do de acceso ideal a la especificidad de las prác-
destacó anteriormente. Abordaremos ahora es- ticas económicas francófonas, ya que se puede
te último punto. suponer que la dominación exterior interviene
La determinación del objeto de investiga- allí en menor grado debido a la historia del de-
ción es incontestablemente primordial, ya que sarrollo de esta región. La definición del objeto
en ella se encuentra definido un desglose cuyo de investigación, es decir, la organización del
valor heurístico se debería averiguar en primer proceso de trabajo tal c o m o se ha mencionado
lugar. La determinación de este objeto depende anteriormente, determina un segundo desglose
de cuestiones m u y sencillas a primera vista: a) estratégico para establecer la especificidad de
¿Qué es lo que se quiere explicar precisamente? estas prácticas económicas y explicarlas así en
b) ¿ C ó m o determinar la especificidad de las re- su generalidad, es decir, en aquello que las ca-
laciones sociales que dan lugar a esta explica- racteriza. Este segundo desglose se determina
ción? desde un punto de vista teórico mediante los
Estos puntos requieren una estrategia don- instrumentos teóricos y metodológicos adecua-
de se impone la imaginación sociológica. Según dos. La figura 1 resume estas etapas.
el ejemplo anterior, era necesario explicar las Según el objetivo de la investigación (o sea,
prácticas económicas francófonas en la socie- explicar las prácticas económicas francófonas
dad de Quebec dominada por intereses econó- en Quebec) y la estrategia metodológica adop-
micos extranjeros. Por lo demás, los estudios tada con fines de explicación, es legítimo supo-
sobre la economía de Quebec han demostrado ner que la gestión y la organización del proceso
este carácter de dominación o de dependencia de trabajo de la empresa Forano son represen-
del exterior12. Sin discutir estos estudios, nos tativas de las prácticas económicas francófonas
parece que hay que relativizados mediante el y que, por lo tanto, su análisis permite determi-
análisis propiamente dicho del carácter especí- nar el carácter específico que las explica desde
fico de esta economía francófona en el contexto un punto de vista sociológico. Aclaremos que
de esta dominación o dependencia. E n resumi- dicha representatividad es sociológica, no esta-
das cuentas, el análisis de la economía de Q u e - dística, y que se determina en el marco del or-
bec ha tratado sobre todo de la economía domi- den de las propiedades específicas de las rela-
nante (británica o estadounidense) a la que está ciones sociales que constituyen una determi-
subordinada la economía francófona, sin to- nada sociedad. A u n q u e no pretendemos inter-
m a r en cuenta debidamente o suficientemente venir en el célebre conflicto de los métodos al
la especificidad de esta economía dominada. que este punto nos lleva, convendría citar un
¿Cuál es la índole de esta economía, además de texto de Françoise Zonabend en que se desta-
distinguirse por la subordinación a una econo- can los méritos del método de casos o método
mía dominante? U n a economía cuya naturale- monográfico, desde el punto de vista de la defi-
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y críticas 231

nición de la representatividad: «Sólo el método matiza un tanto las tesis de René Thorn, al defi-
monográfico ofrece la posibilidad de precisar nir la transición de lo local a lo global, caracte-
las condiciones sociológicamente pertinentes rística, a su parecer, del conocimiento cualitati-
de la representatividad ya que, al abocarse a vo. «Por la palabra explicación entendemos
describir los procesos concretos de la formación aquí la relación entre lo local y lo global en la
de las (relaciones sociales), pone de manifiesto que ha insistido con razón el matemático René
los factores de mayor importancia, los m o m e n - Thorn. H e m o s visto que T h o m caracteriza la
tos de ruptura m á s determinantes, al menos pa- singularidad c o m o «concentración» de lo glo-
ra cada objeto estudiado. Esto posibilita la ge- bal dentro de lo local. Pero sugiere, de m o d o
neralización, pues se ve claramente en qué es- m á s general, que el planteamiento teórico se
triba la particularidad de cada caso. D e m o d o opone al planteamiento pragmático en tanto
que a los «especialistas de lo particular», c o m o que consideración de los problemas globales,
a veces se les califica, les corresponde trabajar que se han de solucionar por reducción a situa-
tanto c o m o los demás en «lo general»34. ciones locales típicas; se opone a la considera-
Por la profundidad y las virtudes heurísti- ción de los problemas locales que se han de so-
cas que se le reconocen, el método de casos no lucionar por medios globales... Reconoce en la
constituye estrictamente un planteamiento lo- propia ciencia esta doble orientación. Pero la
cal sino que determina la transición de lo local inteligencia de las formas, tal c o m o la entiende,
a lo global por sus cualidades metodológicas. al aspirar, c o m o se ha señalado, a la compren-
Este punto ha sido captado a la perfección por sión de su génesis, supondría esencialmente el
el antropólogo Clifford Geertz, quien, defen- movimiento que caracteriza el saber cualitati-
diendo precisamente la opinión contraria a la vo por excelencia y que parte de las singularida-
crítica que reduce el método de casos al estudio des para descubrir y volver a introducir en ellas
de lo particular, en el sentido de un exotismo lo global»37.
que a m e n u d o se le reprocha a la antropología, El conocimiento científico de los procesos
destaca con razón: «La mejor formulación de de la naturaleza, por ejemplo, se produce a par-
este tipo de estructura aldeana (al que aspira- tir de la reconstitución de «casos» en laborato-
ban los primeros antropólogos) consiste tal vez rio, es decir, de dispositivos experimentales cu-
en representarla, recurriendo al modelo de ya construcción se define de m o d o estratégico
la intersección de planos de organización so- con este fin. Se sientan las bases de este conoci-
cial teóricamente distintos (...). U n a aldea no miento de los fenómenos naturales mediante el
es un caserío ni un grupo que frecuenta la estudio de casos, es decir, recurriendo a una
m i s m a iglesia, sino un ejemplo concreto de medida cualitativa de las propiedades específi-
intersección de diferentes planos de organi- cas de estos fenómenos, que debe precisamente
zación social, en u n lugar definido de m o d o revelar el caso determinado en forma de proto-
general»15. tipo elaborado según las exigencias metodoló-
Sin duda, los casos seleccionados deben gicas.
contener un valor estratégico que permita un Frente a esta actitud sería inútil buscar en
desglose metodológico cuya definición o expli- Granger una oposición franca y tajante al cono-
cación establece precisamente la generalidad cimiento cuantitativo, a la que lo conduce o in-
de la explicación que se desprende de este tipo vita la célebre controversia entre los partida-
de casos. Según Clifford Geertz, el caso36 selec- rios de los métodos cuantitativos y los de los
cionado debería ser un observatorio de las «in- métodos cualitativos, controversia que, en últi-
tersecciones de planos de la organización de la m a instancia, se basa en un profundo equívoco.
vida social», de m o d o que sea posible, en estas Este equívoco podría disiparse si se distinguie-
condiciones, describir minuciosamente la ló- ran y reconocieran las lógicas constitutivas de
gica interna de esta vida social, el carácter es- cualquier planteamiento de investigación, en-
pecífico de las relaciones sociales con su fun- tre las cuales no existe contradicción alguna.
damento. Estas lógicas, llamadas aquí «lógica del des-
La epistemología de las matemáticas y de cubrimiento» y «lógica de la prueba», se con-
las ciencias exactas demuestra que lo m i s m o funden a m e n u d o dentro de un m i s m o plantea-
ocurre en estas disciplinas. Gilles-Gaston miento de investigación; diferenciarlas permi-
Granger permite aclarar este punto. Granger tiría mostrar que el método de casos interviene
232 Jacques Hamei

en ellas en dos formas cuyo estatuto respectivo generalidad de la hipótesis es teórica y se dedu-
conviene distinguir y destacar. ce del uso metodológico del estudio de casos.
El método de casos se puede presentar, en Ahora bien, c o m o lo sugiere resueltamente
primer lugar, en forma de estudio de un caso la breve distinción establecida entre las lógicas
particular destinado a someter a prueba la vali- constitutivas de un planteamiento de investiga-
dez de las hipótesis cuyo valor de generalidad ción, no puede haber prueba antes de un descu-
se desprende del valor de una teoría. El caso brimiento. El método de casos, en su definición
seleccionado debería ser representativo, en el heurística, goza de un derecho inmediato de
sentido de los cánones de un positivismo justi- ciudadanía dentro de un planteamiento de in-
ficado aquí perfectamente, ya que su estudio vestigación. La descripción de las propiedades
pretende generalizar la explicación obtenida al específicas es obligatoria en la definición de las
estudiar otros casos que presentan propiedades teorías explicativas.
idénticas o parecidas. El método de casos se
puede presentar, en segundo lugar, en forma de
estudio de un caso a fin de suscitar o, m á s exac- Conclusión
tamente de engendrar, hipótesis cuyorigorper-
mite la definición primera de una teoría; este La descripción de la forma de la vida social,
estudio de caso adquiere así un valor estratégi- según Anthony Giddens, es imperativa en lo
co para los fines de la generalización de esta que se refiere a su explicación sociológica. E n
teoría. E n lo que atañe a este punto, la audacia estas condiciones, la descripción monográfica
metodológica puesta de manifiesto en la deter- o el estudio de caso destinado expresamente a
minación del caso en cuestión es en definitiva reconstituir un objeto en sus propiedades e m -
recompensada por la riqueza y el valor de las píricas no nos hace retroceder en m o d o alguno
hipótesis que se obtienen alfinalde su estudio. hacia una edad de piedra de la sociología, c o m o
El método de casos es válido en el marco de un suele admitirse con demasiada precipitación
planteamiento heurístico cuya definición fun- en la actualidad. El método de casos es necesa-
cional permitiría establecer una especificidad a rio para la definición de las transiciones del
la que se aspira y que se podría determinar den- sentido de los actores sociales, constitutivo de
tro de una teoría en forma de una hipótesis sus propias acciones, al sentido de la teoría so-
cuyo valor de generalidad exige ser sometido ciológica, y de lo local a lo global. El método de
a prueba. E n la perspectiva de la lógica de la explicación sociológica es, progresivamente,
prueba, el estudio de caso tiene valor desde un relativo y tributario de estas transiciones, cuya
punto de vista propiamente metodológico, explicitación se puede realizar de manera ideal
pues el planteamiento de investigación arranca mediante el estudio de casos. N o se puede, en
de una hipótesis teórica cuya definición funcio- efecto, poner de manifiesto las propiedades
nal es el estudio de caso. empíricas de un caso en forma de carácter espe-
Señalemos que, en la lógica del descubri- cífico, dentro del orden de las relaciones socia-
miento, la hipótesis se establece dentro de una les constitutivas de una sociedad determinada,
generalidad empírica, es decir, en la revelación sin explicitar debidamente la medida de las
de las propiedades específicas del caso cuyo va- cualidades empíricas y típicas del caso. Así se
lor las evidencia c o m o rasgos dominantes fundamentan los valores empírico y represen-
(Françoise Zonabend) o caracteres típicos tativo de la explicación del caso.
(Anthony Giddens), c o m o características gene-
rales. Inversamente, en la lógica de la prueba, la Traducido del francés
La reconstrucción empírica en las ciencias sociales: consideraciones teóricas y críticas 233

Notas

* Este texto es el resultado de los 4. Alain Touraine y col.. 17. Ibid. pág. 51.
seminarios de investigación que Mouvements sociaux
reunieron a Gilles Houle, Paul d'aujourd'hui, Paris, Editions 18. Ibid.,. pág. 393.
Sabourin, Linda Binhas, Stéphane Ouvrières, 1982, pág. 14.
Kelly, Jacques Warren y Laurent 19. Véase a Françoise Zonabend,
Saumure del Departamento de 5. Michel Wieviorka. « D u texte au prétexte. La
Sociología de la Universidad de «L'intervention sociologique», en monographie dans le domaine
Montreal. Expresamos nuestro Marc Guillaume (Dir. de la pub.), européen». Etudes rurales. 97-98,
reconocimiento por la ayuda, L'étal des sciences sociales en 1985:33-38.
directa o indirecta que han France. Paris, La Découverte,
aportado. Para sus investigaciones 1986, pág. 160. 20. Por criterio se entiende aquí la
actuales, el autor recibe la ayuda intención, implícita o explícita,
financiera del Consejo de 6. Idem. que determina la relatividad de
Investigaciones en Ciencias todo saber, de todo conocimiento,
H u m a n a s de Canadá. 7. François Dubet, Acteurs sociaux trátese del conocimiento propio de
et sociologues. Le cas de los actores sociales o del
1. Annick Gwenael, «Entretien l'intervention sociologique, Paris, conocimiento científico. El criterio
avec Maurice Godelier», en C A D I S . noviembre de 1988 (texto de los actores sociales tiene mucha
Entretiens avec Le Monde, 6, Paris, inédito), pág. 18. relación con el carácter inmediato
La Découverte/Le M o n d e , 1985, de este conocimiento respecto de
págs. 148-149. la acción social, cuya inmediatez
8. F. Dubet, op. cit., pág. 13. Es
Convendría aquí añadir un m u y difícil sostener lo contrario: define precisamente su sentido.
extracto de otra entrevista ¿cómo podrían no conocer la Sobre este tema consúltense los
concedida por Maurice Godelier, acción quienes la llevan a cabo? trabajos del epistemólogo
donde define con mayor exactitud Algunas corrientes del marxismo canadiense Gilles Houle, quien,
la observación participativa: «Creo han seguido este rumbo c o m o sagaz lector y crítico de las
que se habla de m o d o un tanto obras de G . Granger y de J-B.
(L. Althusser), con las
difuso de la observación Grize. aporta atinadas
consecuencias que se saben.
participativa; para mí, la relación consideraciones a la definición de
Subrayemos de paso el carácter
de observación participativa es las formas del saber. Además de
pretencioso de este pensamiento
una relación que he constituido de los títulos indicados en la nota 30.
según el cual el actor se equivoca,
m o d o m u y orgánico, con gran véase «Le sens c o m m u n c o m m e
en tanto que el analista (que no
empeño, día a día, ya que forme de connaissance». Sociologie
participa en la acción) tiene
constantemente pido a las et sociétés. X I X , 2, octubre de
indefectiblemente razón.
personas con quienes convivo que 1987:77-86; «L'économie c o m m e
interrumpan la fluctuación de su forme sociale de connaissance».
actividad para establecer una 9. ídem.
Sociologie du sud-est. n u m . 51-54,
distancia respecto de sí mismas, lo enero-diciembre de 1987:145-166.
cual nos lleva a un proceso de 10. ídem.
conocimiento, de interpretación,
de representación; en esta relación 11. Ibid., pág. 17. 21. Este equipo estaba constituido
se constituye asimismo una por Gilles Houle, encargado de la
intersubjetividad intelectual». 12. Anthony Giddens, La investigación. Paul Sabourin y
Marc Auge, Pierre Bonté, Maurice constitution de la société, París, Jacques Hamel, del Departamento
Godelier y col., «Ethnologie et fait Presses Universitaires de France. de Sociología de la Universiad de
religieux». Revue française de 1987, pág. 50. Montreal.
sociologie. X I X , 1978, pág. 583.
13. Ibid., pág. 344. 22. Se trata de la empresa Forano
2. Maurice Godelier, de Plessisville, metalurgia
«L'anthropologie économique en 14. Idem. especializada en la fabricación de
conductores y de material de
France», en La situation actuelle el
15. Ibid., pág. 347. transmisión.
l'avenir de l'anthropologie en
France, Paris, Editions du C N R S ,
1978, págs. 6I-62. 16. Habría m u c h o que decir sobre 23. El análisis se inicia, por
las virtudes prácticas (o políticas) ejemplo, desde el punto de vista de
3. François Dubet, Alain Touraine de esta hermenéutica, pero en este la gestión propiamente
y Michel Wieviorka, «Une artículo sólo importa destacar la administrativa de la empresa y de
intervention sociologique avec afinidad de los puntos de vista de sus estrategias comerciales y
Solidarnosc», Sociologie du travail. Anthony Giddens y de Alain financieras adoptadas por su
24,3. 1982. pág. 280. Touraine. dirección. Estos puntos de vista
234 Jacques Hamel

teóricos tenían, en las primeras explicación en términos enjeux». Cahiers canadiens de


etapas de la investigación y frente anecdóticos, personales, Sociologie/The Canadian Journal
al material recogido, un alcance psicológicos, históricos, etc. of Sociology, 12, n ú m . 1-2,
heurístico m u y limitado. Ante 1987:42-63; también Arnaud Sales
estos resultados fue necesario 27. Karl M a r x . op. cit., pág. 172. (en colaboración con Lucie
escoger otro punto de vista que Dumais), «La construction sociale
permitiera englobar la gestión 28. Entrevista con M . J.A. Racine, de l'économie québécoise».
administrativa y las estrategias 21 de marzo de 1981. Recherches sociographiques,
comerciales en un objeto de X X V I , 3, 1985:319-360; Gilles
investigación que permitiera 29. Suscribo esta acertada fórmula Paquet, «Le fruit dont l'ombre est
aprehenderlas aprovechando al de Gilles Houle, cuyos trabajos la saveur: réflexions aventureuses
m á x i m o las cualidades empíricas sobre la teoría del conocimiento sur la pensée économique au
del material acopiado. Es decir, un merecen especial atención; véanse Québec», Recherches
punto de vista que, sin referirse «L'idéologie: un m o d e de sociographiques, op. cit:365-397.
exclusivamente a la gestión y a las connaissance». Sociologie et
estrategias, dejaría vislumbrar su sociétés, X I , I, abril de
carácter específico. Este objeto de 33. Esta perspectiva del análisis
1979:123-145; e «Histoires et
investigación fue definido desde el punto de vista dominado
récits de vie: la redécouverte
mediante la noción de proceso de en vez del dominante constituye
obligée du sens c o m m u n » , en
trabajo (véase la continuación del un cambio profundo en los
Danielle Desmarais y Paul Grell
texto). términos que prevalecen en los
(dirs. de la pub.). Les récits de vie,
estudios sociológicos clásicos en
Al final del análisis del proceso de Montreal. Editions Saint-Martin,
los que, en primer lugar y
trabajo se pudo investigar la 1986:35-51.
exclusivamente, se considera el
gestión administrativa y las criterio dominante para los fines
estrategias comerciales: prueba 30. Sería conveniente distinguir de la explicación. Este cambio se
definitiva del valor heurístico del sucintamente entre «comprender» debe principalmente a los trabajos
punto de vista inicialmente elegido y «explicar», sin detenernos en la de Maurice Godelier; consúltense
y que se refería a la organización conocida distinción u oposición sus estudios sobre la ideología, «La
del proceso de trabajo. entre comprensión y explicación. part ideelle du réel», L'Homme,
Comprender designa aquí la XVIII. 3-4, 1978:155-188.
24. Sobre la antropología del captación del objeto de
trabajo, véanse los estudios investigación (definido desde un
punto de vista sociológico), tal 34. F. Zonabend, « D u texte au
precursores de Pierre Bouvier;
c o m o está empíricamente prétexte», op. cit., pág. 35.
especialmente «Pour une
anthropologie de la quotidienneté construido en las observaciones o
du travail». Cahiers internationaux en lo que aquí hemos denominado
35. Clifford Geertz. «Form and
de sociologie, L X X I V , «teoría en actos» de los actores
Variation in Balinese Village
1983:133-142: Le travail, Sociales, sociales. Explicación designa la
Structure», American
I. 2. 1984, y, recientemente. Le construcción propiamente teórica
Anthropologist, 61 (6), diciembre
travail au quotidien. Une démarche de las propiedades empíricas de
de 1957, citado por Patrick
socio-anthropologique, Paris, P U F , este objeto de investigación.
C h a m p a g n e . «Statistique,
1989, (colección Sociologie monographie et groupes sociaux»,
d'aujourd'hui). 31. Hipótesis del antropólogo en Etudes dédiées ù Madeleine
Maurice Godelier. elaborada en Grawilz. Ginebra, Dalloz, 1982.
varias obras, principalmente
25. Karl Marx, Contribución a la Horizon, trajets marxistes en
crítica de lu economia política anthropologie, París, François 36. Entedemos casos en un
(traducción francesa), París, Maspero, 1979 y, más sentido no réductible a un espacio
Editions sociales, 1977, recientemente, L'idéel et le físico (por ejemplo: una aldea) sino
págs. 286-287. matériel, París. Fayard, 1984. en el sentido general de objetos de
la sociología (conflicto, práctica
social, etc.).
26. Para los sociólogos; no para los 32. Para una reseña de estos
actores sociales que explican estas trabajos, véase Jacques H a m e l y
prácticas de m o d o menos Gilles Houle. « U n e nouvelle 37. Gilles-Gaston Granger, Pour
restringido, tal c o m o hemos économie politique québécoise la connaissance philosophique,
señalado anteriormente: francophone: problématique et Paris. Odile Jacob, 1988, pág. 114.
Vladimir V . Mshvenieradze
1926-1990

Vladimir Vlassovitch Mshvenieradze, que fue da que habría sido nombrado Académico en
director de la División del Desarrollo Interna- un futuro próximo.
cional de las Ciencias Sociales en la U N E S C O , Con su espíritu independiente y su franque-
desde 1972 hasta 1978, murió súbitamente en za, incluso antes de la perestroïka y de la glas-
Moscú el 28 de m a y o de 1990, a la edad de nost, hubiera sido un excelente académico en el
sesenta y cuatro años. Mshvenieradze fue un seno de esta institución que acaba de ganar su
excelente especialista en historia de la filosofía autonomía respecto al poder político. Fue un
y enfilosofíapolítica, aunque trabajó también participante activo de la cooperación intelec-
en cuestiones de sociología política y publicó tual internacional, c o m o miembro de la U N E S -
numerosas obras y artículos sobre estos temas, C O , donde dio prueba de eficacia y de compe-
en inglés, en ruso y en georgiano. tencia, así c o m o defilósofoy sociólogo.
Nacido en Tbilissi, el 1 de marzo de 1926, M á s allá de sus capacidades intelectuales y
de m u y joven se enroló en la aviación soviéti- de sus éxitos universitarios. Vladimir Vlasso-
ca y participó en las últimas fases de la II G u e - vitch tenía una personalidad excepcional, lle-
rra Mundial. Después de la guerra, realizó sus na de notables cualidades humanas y de una
estudios superiores en Tbilissi y en Moscú, atención sin fallos para con los demás, dotado
donde obtuvo su doctorado enfilosofía,e ini- de una generosidad y de una afectividad ple-
ció una carrera académica, marcada por bri- namente georgiana. Este es el recuerdo que
llantes éxitos tanto a nivel nacional c o m o in- guardarán de él sus m u y numerosos amigos y
ternacional y por numerosas publicaciones. colegas, entristecidos por su desaparición, tan-
Ultimamente era director adjunto del Institu- to en la U N E S C O c o m o en las instituciones y
to de Filosofía de la Academia de las Ciencias asociaciones de ciencias sociales con las que
de U R S S , de la cual había sido elegido m i e m - colaboraba.
bro corresponsal en 1987, y a nadie le cabe du- Ali Kazancigil

RICS 127/Marzo 1991


El desarrollo
de los archivos de datos
de ciencias sociales

Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

En el curso de los tres últimos decenios, la RICS archivos de datos en general, se basa en la ex-
ha publicado una cantidad nada despreciable de periencia del Archivo de Datos del Consejo
estudios relativos a los datos, información y do- Británico de Investigación Económica y S o -
cumentación en ciencias sociales, tanto como cial1. (British Economic & Social Research
tema principal de varios números (XVI, 1, 1964; Council) para ilustrar algunos puntos. Y a que
XXIII, 2, 1971; XXVIII, 3, 1976, y XXXIII, 1, nuestra referencia a ellos será constante a lo
1981), como bajo la forma de artículos indivi- largo de este trabajo, p o d e m o s considerar este
duales que aparecen en la presente sección. De artículo también c o m o una monografía sobre
entre estos últimos, el artículo más reciente (enla evolución de un archivo hasta el decenio de
el núm. 123, 1990) es un análisis del desarrollo 1990 2 .
de los archivos de datos en C o n el paso de los años,
tanto que infraestructuras los archivos de datos evolu-
Eric Tanenbaum y Mareia Taylor son
de la investigación en cien- vicedirectores del Archivo de Datos del cionaron, pasando del pa-
cias sociales en Alemania. Consejo Británico de Investigación pel pasivo de simples depó-
El siguiente artículo estu- Económica y Social. Su dirección: Uni- sitos de información al de
versidad de Essex, Wivenhoe Park. Col-
dia los archivos de datos so- chester, Essex C 0 4 35Q, Reino Unido. distribuidores activos de
bre ciencias sociales britá- datos relativos a las cien-
nicos. cias sociales, con la flexibi-
lidad necesaria para adap-
AK. tarse a las necesidades
cambiantes de los especia-
listas del sector.
Introducción
Los archivos de datos de Antecedentes:
ciencias sociales son u n o un caso
de los logros m á s duraderos de determinismo tecnológico
del decenio de 1960. E n este artículo analizare-
m o s su evolución. D o s factores fundamentales modelaron la evo-
Para comenzar describiremos cuáles fue- lución de los archivos: a) la «candidez» tecno-
ron los motivos que dieron origen a los «ban- lógica y b) la inseguridad financiera. L a histo-
cos de datos», destinados a permitir la auto- ria de los archivos de datos, en sus comienzos,
matización de la información relativa a las sigue un curso paralelo al de la informatización
ciencias sociales para ponerla al alcance de to- en el ámbito académico. C o m o la mayor parte
dos. A continuación describiremos la forma de los proyectos de ciencias sociales estaban
en que evolucionaron hasta nuestros días. Pa- orientados al uso de computadoras, los archi-
ra concluir esbozaremos c ó m o se orientarán vos de datos desempeñaban m á s bien el papel
en el futuro. de consumidores de informática que de inno-
A u n q u e el presente artículo se refiere a los vadores en la materia1. Al adoptar la tecnología

RICS 127/Marzo 1991


238 Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

de otras disciplinas, los archivos tuvieron que Por ello, crearon registros de distribución cen-
adaptarse también a sus exigencias. tral o archivos de datos sobre ciencias sociales,
En segundo lugar, en todas partes los archi- mecanolegibles, para fomentar este enfoque
vos de datos dependían de fondos renovables y, ecológico de los datos de investigación, cuyo
por lo tanto, potencialmente no renovables, el origen configuró, no obstante, el mercado ini-
llamado «dinero blando». Puesto que estaban cial.
sujetos a examen por parte de sus homólogos, La mayor parte de los datos almacenados
los archivos tenían que asegurarse de que éstos por empresas comerciales dedicadas a la inves-
se mostraran satisfechos con ellos. A pesar de tigación de mercado se concentraban en la opi-
que siempre han estado en la vanguardia de la nión pública. Por ello no resulta sorprenden-
investigación social cuantitativa e informatiza- te que los politólogos y los sociólogos fueran
da, los archivos debían mantenerse dentro del los m á s atraídos por estos archivos «incipien-
entorno de los usuarios potenciales. Con fre- tes».
cuencia, este entorno no estaba tan des- C o n el tiempo, la relación entre el archivo y
arrollado c o m o los archivos hubieran deseado. su usuario se hizo recíproca. Los investigadores
Puesto que no podían permitirse dejar a sus académicos de estas disciplinas comenzaron a
usuarios rezagados, los archivos tenían que lo- almacenar sus propios datos en los archivos pa-
grar un equilibrio entre lo que resultaba técni- ra que fueran redistribuidos a otros investiga-
camente posible y lo que consideraban acepta- dores. Los datos sobre las investigaciones de
ble los investigadores. mercado, aunque todavía importantes, perdie-
ron preponderancia a medida que se iban alma-
cenando datos de las principales encuestas
Los comienzos científicas, tales c o m o los estudios nacionales
sobre las elecciones4 y las encuestas sobre las
Los orígenes de los archivos de datos centrali- costumbres nacionales5.
zados de carácter social se remontan a fines del
decenio de 1950, cuando se realizaron millones
de entrevistas y encuestas de investigación de El decenio de 1980
mercado. Puesto que todos los cuestionarios de
las entrevistas se transcribían enfichasindivi- A partir de este origen c o m ú n de los archivos,
duales, portátiles y reproducibles («tarjetas su evolución se bifurcó. Los bancos de datos
I B M » ) , para su tratamiento en «clasificadores» británicos, estadounidenses, alemanes y holan-
electromecánicos, los investigadores podían deses se concentraron en archivar, confirmar,
aprovechar los datos de las encuestas m u c h o documentar y transmitir registros de datos a ni-
tiempo después de que éstas hubieran servido vel individual, obtenidos de encuestas sociales
para sufinalidadoriginal. por muestreo. Los archivos italianos y norue-
Estas tarjetas de computadora de fácil re- gos, por otra parte, produjeron bases de datos
producción permitieron suministrar copias de nacionales e integradas geográficamente, de las
los datos a cualquier analista. M á s aún, la re- que extrajeron datos sobre determinadas uni-
ducción de las respuestas de los cuestionarios a dades geográficas.
simples perforaciones rectangulares en un tro- La evolución de estos dos tipos de archivos
zo de cartulina comprimía los datos lo suficien- converge en el decenio de 1980. E n la actuali-
te para permitir que esta información se envia- dad todos los archivos ofrecen registros indivi-
ra por correo. Desde el punto de vista funcional duales así c o m o resúmenes de bases de datos
se trataba, sin lugar a dudas, del precursor, po- integrados en su contexto geográfico. M á s aún,
co sofisticado tecnológicamente, de nuestras la cooperación entre archivos produce datos
redes informáticas actuales. comparativos transnacionales para su uso en la
En varios países los investigadores acadé- investigación social6 y hace que los productos
micos de las ciencias sociales se dieron cuenta, de cada archivo estén disponibles gracias a su
cada cual por su parte, de la ventaja que repre- red. Para ello se han firmado diversos acuerdos
sentaría reciclar la información que las empre- internacionales de intercambio de datos que fa-
sas de investigación de mercado habían obteni- cilitan el flujo internacional de información so-
do y almacenado en tarjetas de computadora. bre ciencias sociales7.
El desarrollo de los archivos de datos de ciencias sociales 239

Motivos de su auge: E n el aspecto más positivo, las computado-


pasado, presente y futuro ras electrónicas liberaron a los investigadores
de la rígida estructura lógica de los datos causa-
Al entrar en este nuevo decenio, los archivos de da por el almacenamiento defichasunitarias.
datos sociales, a diferencia de muchos otros C o n los soportes lógicos modernos destinados
proyectos de ciencias sociales, gozan de buena a la gestión de datos se pueden modelar los
salud. Bélgica, la República Federal de Alema- «mismos datos» de muchas formas distintas.
nia, los Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Ita- N o obstante, la utilización de datos estructura-
lia y Gran Bretaña cuentan con archivos de da- dos para un programa informático específico
tos de ciencias sociales nacionales reconocidos. generalmente exige tener acceso a ese progra-
Aunque no se los pueda clasificar de nacionales m a . C o m o sea que muchos de ellos son exclusi-
en el sentido que tiene esta palabra en Europa, vos de un sistema (e incluso a veces exclusivos
varios de los archivos de datos creados hace de una institución), el acceso general a los datos
m u c h o tiempo en los Estados Unidos de A m é - suele ser imposible.
rica y el Canadá desempeñan tareas similares. Los problemas «causados» por el uso gene-
Quizás un indicador m u c h o m á s impresio- ralizado de computadoras incompatibles dio
nante de la vitalidad de los archivos de datos nueva vida a los archivos. La conversión de las
sea la creación de nuevos servicios nacionales normas de computadoras para permitir el in-
de datos en Australia, Austria, Hungría, India, tercambio de datos se convirtió en la función
Israel, Suécia y Unión Soviética. Además, exis- m á s obvia de los investigadores.
ten proyectos actualmente en debate para la Metafóricamente hablando, los archivos se
creación de servicios similares en Eire, España, rodean de una «armadura» técnica de protec-
Finlandia, Francia y Suiza. ción. Por regla general, transforman los regis-
Aunque existen diferencias entre los distin- tros de datos de cualquier sistema de computa-
tos servicios, se desprenden tendencias c o m u - doras utilizado en su país en una norma única
nes m u y claras. En todas partes los archivos de para uso propio. A la inversa, cuando un inves-
datos se esmeran por mejorar su potencial téc- tigador desea obtener datos, el archivo convier-
nico y su contenido. te los datos de la norma propia a las necesida-
des del analista.
Progresos técnicos
La «armadura» garantiza la integridad del
archivo de datos. En caso necesario, quizá co-
Los archivos de datos en ciencias sociales na- m o consecuencia de un cambio de computado-
cieron cuando los investigadores de esa mate- ras, el archivo puede proceder a la conversión
ria, dedicados a estudios cuantitativos, deci- de toda la información registrada mediante
dieron adoptar la tarjeta perforada c o m o una simple operación. D e este m o d o , es posible
norma para el almacenamiento de datos y al- mantener actualizados los datos acumulados
canzaron su madurez cuando se abandonó esta de acuerdo con la evolución tecnológica.
norma, quizá también debido a ello. La capacidad de facilitar la utilización de
La sustitución en todo el m u n d o de los dis- los datos por distintos sistemas informáticos
positivos electromecánicos de registro de fi- asegura a los archivos un lugar reservado en el
chas individuales, c o m o los clasificadores, por m u n d o de la investigación. Además, amplía el
computadoras electrónicas, marcó el fin de la alcance de los datos disponibles para los inves-
norma única de almacenamiento de datos. C a - tigadores. E n este caso la capacidad técnica de
da fabricante de computadoras creó sus pro- los archivos viene a reforzar su contribución
pias normas de almacenamiento, haciendo sustantiva. Ejemplo de ello es la experiencia del
m u y difícil el intercambio de datos de investi- Archivo de Datos Británico.
gación producidos por computadoras de dife-
rentes orígenes. En realidad, esto limitó el in-
tercambio de datos a los investigadores que Logros importantes
utilizaban el m i s m o tipo de computadora o que Las fuentes más importantes de datos de en-
deseaban reciclarse c o m o analistas de sistemas cuestas sociales británicas son los estudios rea-
informáticos para poder efectuar el intercam- lizados por las oficinas gubernamentales. Has-
bio de datos entre computadoras. ta hace poco, todas estas encuestas (por
240 Eric Tanenbaiim y Mairia Taylor

ejemplo, la «encuesta general de hogares» y la investigar la explotación de la mujer y del ni-


«encuesta sobre la fuerza laboral», realizadas ño, el estado de la vivienda y la alimentación,
por la División de Encuestas Sociales de la Ofi- etc., nos aterraríamos ante nuestra propia reali-
cina de Población, Censos y Encuestas; la «en- dad» 8 .
cuesta sobre los gastos familiares» del Departa- Desde que M a r x escribiera estas palabras en
mento de E m p l e o , y la «encuesta nacional Das Kapital, el resto de Europa ha conseguido
sobre alimentos» del Ministerio de Agricultu- alcanzar a Gran Bretaña. N o obstante, el conte-
ra, Pesca y Alimentos) se llevaron a cabo m e - nido de este pasaje sigue siendo correcto. A ú n
diante programas informáticos adaptados es- en esta época de recortes presupuestarios, el
pecialmente. L o s datos se organizaron Gobierno sigue efectuando investigaciones a
específicamente para estos programas. E n con- gran escala sobre los diversos aspectos de la vi-
secuencia, no tenían acceso a esta información da social. Al poner los datos obtenidos de estos
los investigadores en ciencias sociales que care- proyectos al servicio de la investigación social
cían de los conocimientos informáticos necesa- general se enriquece este trabajo. Los archivos
rios para realizar la compleja tarea de desen- de datos sirven de conducto para la distribu-
marañar estos datos, paso fundamental y ción de este material.
previo al descifrado del complejísimo conteni- Aunque estos datos sumados a los recursos
do de los mismos por parte del analista. de que ya disponen los investigadores sociales
El Archivo de Datos resolvió el problema. permiten intensificar su vida laboral, sigue
Tras haber adquirido los derechos de distribu- pendiente la pregunta de saber si estas ventajas
ción de estas grandes fuentes de datos, elaboró son recíprocas. ¿Los investigadores originales
un programa de conversión para transformar se benefician poniendo sus datos a disposición
estos registros a u n formato m á s útil. D e esta de otros analistas? E n una palabra, la respuesta
forma los investigadores pueden aplicar los es «sí». El nuevo análisis de los datos o «análi-
módulos informáticos que conocen a los resú- sis secundario» agrega valor a los mismos, y
menes de datos pedidos al Archivo. En la Figu- ello de diversas maneras.
ra 1 puede verse la popularidad de estos regis-
tros en el contexto de la d e m a n d a general de
información del Archivo de Datos. Análisis secundario
Los datos oficiales brindan a los investigado-
res sociales enormes posibilidades. El gobierno Se llama «análisis secundario» el análisis de los
británico, por ejemplo, goza de una reputación datos que hacen otros investigadores distintos
envidiable por sus descripciones cuantitativas de de los primeros y para fines diversos también
las «condiciones sociales» del país. U n famoso de aquéllos para los cuales fueron almacena-
escritor del siglo XIX describía la situación con dos 9 . Aunque la figura 1 hace suponer que se
las siguientes palabras: «La estadística social de trata de un fenómeno reciente, el trabajo de
Alemania y de los demás países del occidente de Durkheim y Booth 10 , entre otros, demostró que
la Europa continental comparada con la inglesa el análisis secundario es un enfoque clásico de
es verdaderamente pobre. Pero, con todo, desco- la investigación social cuantitativa. E n tanto
rre el velo lo suficiente para permitirnos atisbar que estrategia investigativa, tiene a la vez bene-
la cabeza de Medusa que detrás de ella se escon- ficios sustantivos y económicos.
de. Y si nuestros gobiernos y parlamentos institu-
yesen periódicamente, como se hace en Inglate-
rra, comisiones de investigación para estudiar las Beneficios sustantivos
condiciones económicas; si estas comisiones se Los análisis secundarios permiten compensar
lanzasen a la búsqueda de la verdad pertrechadas muchas deficiencias asociadas con las investi-
con los poderes de que gozan en Inglaterra, y si el gaciones primarias de datos. Si echamos una
desempeño de esta tarea corriese a cargo de h o m - ojeada al carácter de los datos v e m o s dónde re-
bres tan imparciales e intransigentes como los side su punto débil.
inspectores de fábricas de aquel país, los inspec- C o m o lo muestra el «cubo de datos»" de la
tores médicos que tienen a su cargo la redacción figura 2, todo dato existe en un espacio tridi-
de los informes sobre "Public Health" (sanidad mensional. La investigación primaria conven-
pública), los comisarios ingleses encargados de cional tiende a concentrarse sólo en dos face-
El desarrollo de los archivos de datos de ciencias sociales 241
Datos
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F I G U R A 1. Datos suministrados anualmente por cada fuente.
242 Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

Observación

F I G U R A 2. El cubo de datos.

tas. Aunque la elección de los aspectos varía ejemplo, el enfoque taxonómico favorecido por
según los proyectos, los investigadores origina- muchos geógrafos frente a la orientación conti-
les utilizan m u c h o menos la faceta temporal, nua de los economistas).
quizá debido a que los fenómenos sociales en- En este sentido, cabe mencionar asimismo
vejecen al m i s m o tiempo que el investigador. que, en cierto m o d o , los enfoques estadísticos
C o m o resultado de ello, los que almacenan da- dependen también en cierta medida del ele-
tos primarios pueden decir poco sobre los cam- mento temporal. En la medida en la que distin-
bios que éstos sufren. tas estrategias estadísticas producen diferentes
Esto podría aplicarse también a otras res- marcos interpretativos, puede ser igualmente
tricciones en la perspectiva del primer investi- útil la capacidad para analizar nuevamente los
gador. C o m o se ve en lafigura3, el ámbito dis- datos a la luz de las convenciones estadísticas
ciplinario de los usuarios del archivo de datos actuales.
se ha ampliado considerablemente a lo largo de Los archivos de datos sociales ofrecen datos
los años. La disciplina del investigador («¿los que permiten a los investigadores ampliar las
sociólogos interpretan el m u n d o del m i s m o posibilidades de generalizar su análisis. Gra-
m o d o que los geógrafos?») o su ubicación geo- cias a la capacidad de los archivos de guardar
gráfica («¿los australianos interpretan el m u n - datos acopiados en distintos momentos y c o m -
do del m i s m o m o d o que los italianos?») puede partir datos recogidos en diferentes naciones,
distorsionar la interpretación de los datos. eliminan las restricciones al uso de los datos
A d e m á s de las diferencias de interpretación in- permitiendo su confirmación intertemporal y
terdisciplinarias, las tradiciones estadísticas transnacional. U n a vez más los archivos saldan
preferidas varían entre las disciplinas (por la deuda con sus creadores ayudando a mejorar
El desarrollo de los archivos de datos de ciencias sociales 243
Porcentaje de los pedidos anuales
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F I G U R A 3. U n o de los archivos por disciplina.
244 Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

la credibilidad de los resultados de la investiga- Beneficios económicos


ción social. Los análisis originales y los análisis
Los factores económicos contribuyen también
secundarios, que abordan los problemas comu-
a la popularidad de los análisis secundarios que
nes a todos los datos primarios, acrecientan el
sugiere la figura 1. Para decirlo claramente, se
valor de éstos.
trata de una estrategia investigativa poco costo-
Los archivos también ayudan a dar un sig-
sa. Los analistas secundarios, al no tener que
nificado más amplio a los resultados obtenidos
efectuar el trabajo sobre el terreno, pueden
de las fuentes de datos individuales. El Cua-
concentrarse en el análisis de los datos. D e este
dro 1, que contiene una lista seleccionada de
m o d o se ahorra m u c h o tiempo y dinero, c o m o
proyectos de análisis basados en una única
lo ilustra la experiencia británica.
fuente de datos, muestra cuan variado puede
ser una fuente única de datos. Puesto que cada E n los últimos años, el Archivo de Datos
uno de estos estudios utiliza una única fuente distribuyó datos que costaron millones de li-
de datos, su conjunto constituye el marco de los bras conseguir. Si consideramos el número de
propios datos. sus usuarios, esto representó m á s de 30 millo-
nes de libras en 1988. C o m o la mayoría de los
usuarios del Archivo de Datos trabajan en ins-
C U A D R O 1. Proyectos de investigación que utilizan una titutos politécnicos y universidades financia-
única fuente de datos. das por el gobierno, esto constituye una adición
importante al presupuesto de investigaciones
1. U n estudio intersectorial sobre la distribución de la del sector académico. Su repercusión aumenta-
renta en el Reino Unido. rá probablemente a medida que los archivos de
2. Diferencias por sexos en el absentismo laboral por
datos en ciencias sociales desarrollen sus pro-
enfermedad.
3. Enfoques alternativos para la clasificación de las
gramas actuales. A continuación describimos
mujeres por clases sociales.
varios de ellos.
4. Imposición fiscal, incentivos y distribución de la
renta.
5. Valor económico del salvamento de vidas. El decenio de 1990
6. Problemas en el análisis del capital h u m a n o : el caso
de Gran Bretaña. Los archivos creados en el decenio de 1980 son
7. Educación, ocupaciones e ingresos de hombres y servicios de información general que pueden
mujeres.
utilizarse para proyectos de datos especializa-
8. U n análisis de la variación en la satisfacción en el
empleo.
dos. Estos servicios de datos responden a nece-
9. Factores determinantes del régimen de ocupación
sidades comunes: adquisición, documentación
de viviendas en el Reino Unido. y difusión. E n el resto de nuestro artículo nos
10. Modelos de formación y disolución de la familia en concentraremos en la evolución actual del Ar-
la Gran Bretaña contemporánea. chivo de Datos por lo que respecta a cada uno
11. Factores socioeconómicos que determinan las dife- de estos sectores. E n otros países se están lle-
rencias de fecundidad. vando a cabo proyectos similares.
12. Circunstancias que afectan a las familias con niños
en edad preescolar o escolar primaria.
13. El programa comparativo internacional sobre la Adquisición
metodología del ciclo de vida para la integración de
los indicadores sociales. Los archivos de datos obtienen registros de da-
14. Factores económicos de la discriminación. tos por recomendación de los investigadores
15. La relación entre los factores socioeconómicos, la sociales. N o obstante, en la actualidad se orien-
declaración de enfermedad por el enfermo y el uso tan principalmente a rellenar las lagunas en su
de los servicios sociales. recopilación. U n ejemplo de este enfoque es el
16. El crecimiento y la distribución de las prestaciones proyecto británico que se examina a continua-
sociales en la industria británica. ción.
17. U n análisis de los ingresos laborales. El «proyecto de bases de datos sobre zonas
18. Evaluación del paquete de gestión de datos SIR.
rurales» («Rural Areas Data Base Project», que
19. Trabajo, hogar y matrimonio en las primeras etapas
tiene varios copatrocinadores12 se basó en las
del ciclo de vida.
necesidades en materia de datos de los investi-
El desarrollo de los archivos de datos de ciencias sociales 245

gadores rurales para clasificar los datos dispo- investigador que desee saber si existen datos de
nibles sobre las zonas rurales de Gran Bretaña. interés en uno de estos registros tiene varias op-
El proyecto reunió estos datos en una fuente ciones de búsqueda.
central desde donde pueden distribuirse a los El Catálogo de Archivo de Datos[i (publica-
investigadores interesados en distintas formas ción bianual en dos volúmenes) describe estos
(como «datos brutos», mapas, informes inter- registros de acuerdo con un esquema c o m ú n .
pretativos, etc.). Debido a su extenso índice, el investigador in-
El proyecto exigió la participación de perso- teresado en temas generales encuentra rápida-
nal adicional que se financió independiente- mente los estudios que resultan pertinentes a su
mente del presupuesto destinado al personal sector.
del Archivo. N o obstante, al aprovechar los ser- N o obstante, el analista secundario que de-
vicios centrales existentes, el proyecto sólo oca- sea ubicar datos puntuales m á s que estudios ge-
sionó los costos marginales de los especialistas, nerales exige un servicio diferente que permita
que se concentraron en los aspectos sustantivos buscar temas específicos. Para satisfacer esta
de la base de datos. Al distribuir los costos co- necesidad, el Archivo de Datos ha codificado
munes en varios proyectos, esta estrategia de cada uno de sus estudios con palabras clave se-
desarrollo constituye un enfoque económico leccionadas de acuerdo con el contenido del in-
para reforzar el acopio de datos en sectores has- dicador. Estas palabras clave, escogidas de un
ta ahora deficientes. vocabulario controlado, elaborado a partir de
Este proyecto es un ejemplo del nuevo inte- un diccionario de la U N E S C O sobre términos
16
rés en datos «administrativos» o «producidos de ciencias sociales , se han introducido en un
por procesamiento». La información generada sistema informatizado de gestión de informa-
por procesos administrativos privados y guber- ción que presta apoyo a las sesiones de consulta
17
namentales excede en mucho la cantidad de da- interactivas .
tos generados por investigaciones sociales A d e m á s de producir «metadocumenta-
adaptadas a los deseos del cliente. Y a en 1851, ción» acerca de estudios completos, el Archivo
elfilósofosocial y activista francés Pierre Jo- de Datos ofrece también «microdocumenta-
seph Proudhon destacó el enorme potencial ción» por temas. Esta documentación puede
que ofrecen los residuos administrativos, al es- incorporarse directamente módulos de análisis
cribir: «Ser gobernado significa que cada opera- estadístico de uso corriente.
ción, cada transacción, cada movimiento, será Por último, el personal del Archivo ha fo-
controlado, registrado, inventoriado, valorado, mentado la adopción de normas de cataloga-
sellado, medido, numerado, evaluado, patenta- ción coherentes para registros de datos meca-
do, autorizado, sancionado, avalado, sermo- nolegibles. Al reconocer la necesidad de estas
neado, obstaculizado, reformado, rechazado, normas si se quieren incluir los registros de da-
castigado»13. tos en los sistemas de índices de las bibliotecas
Si Proudhon ( 1809-1865) hubiera escrito en «convencionales», los miembros del Archivo
el decenio de 1980, podría haber añadido que, han participado activamente en el desarrollo y
en cada etapa, se almacena en computadoras la la promoción de un proyecto de clasificación
18
información recogida. N o obstante, su mensaje normalizado .
destinado a los investigadores sociales instru-
mentales es m u y claro. Para los estudiosos de la
Difusión de datos
organización social, queda aún por explotar
14
una veta de información . Varios proyectos en curso facilitarán el acceso
de los investigadores a los datos. Estos proyec-
tos se basan en las nuevas técnicas de almace-
Documentación
namiento de datos y comunicaciones entre
El Archivo de Datos posee más de 3.000 regis- computadoras («redes»); más adelante los exa-
tros de datos distintos, que van desde encuestas minaremos bajo el epígrafe correspondiente.
de mercado estrictamente definidas hasta el
Banco de datos de series cronológicas macroe-
Técnicas de almacenamiento de datos
conómicas de la Oficina Central de Estadísti-
cas, con m á s de 10.000 series individuales. U n El Archivo ha venido utilizando en diversas
246 Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

formas los discos ópticos, uno de los más inte- En 1985 comenzó un programa para poner a
resantes progresos realizados en la tecnología disposición de las escuelas secundarias (que
de almacenamiento masivo y abordable. Pri- disponían de microcomputadoras con disco
mero, el Archivo fue uno de los principales sub- flexible) datos sobre ciencias sociales, agregan-
contratistas de la British Broadcasting Cor- do resúmenes de sus depósitos de datos a los
poration (BBC) en el reciente proyecto de vi- módulos de los soportes lógicos utilizados en
deodisco interactivo realizado para la conme- las escuelas. Su primer producto contenía indi-
moración del 900° aniversario del Domesday cadores del censo de población de 1981 [9 . Los
Book. C o m o parte de su contribución figura- discos posteriores se refieren a la salud, la cri-
ban unas 2.500 «series de datos» que descri- minalidad y problemas en las zonas urbanas
bían las facetas sociales, económicas y políticas pobres. Se han vendido cientos de ellos a las es-
m á s importantes de Gran Bretaña en el decenio cuelas.
de 1980. El trabajo del Archivo sobre el disco le
dio la posibilidad de desarrollar técnicas para
que los datos fueran accesibles en este soporte. Comunicaciones entre computadoras
Desde entonces ha producido un videodisco in- En la mayor parte de los países, los investigado-
teractivo sobre las zonas rurales del país para la res en ciencias sociales se mantienen en enlace
BBC. entre sí y también con los archivos nacionales a
El Archivo adoptó también discos ópticos, través de una o m á s redes informáticas. Esto les
aunque de tipo diferente, para el almacena- permite el uso interactivo de la información y
miento en línea de su colección de datos de las transferencias de registros. En muchos paí-
3.000 registros. Aprovechando los progresos lo- ses los usuarios tienen acceso directo al conte-
grados en la red de sistemas de comunicación nido de los archivos nacionales. En Gran Breta-
entre computadoras descritas a continuación, ña, por ejemplo, el Archivo de Datos ofrece un
los investigadores podrán transferir registros sistema bibliográfico en línea así c o m o acceso
de datos del sistema de computadoras del Ar- directo a algunos de los registros de datos más
chivo a su propio sistema. Con esto se elimina populares que están almacenados en su propia
la manipulación de voluminosas cintas magné- computadora o bien en uno de los varios cen-
ticas que eran el medio tradicional de suminis- tros informáticos, distribuidos por todo el país.
tro de la información. En el futuro, los investigadores podrán utilizar
Por último, el Archivo de Datos está produ- grandes registros complejos de datos sociales
ciendo varios discos compactos ( « C D - R O M » ) informatizados del m i s m o m o d o que ahora uti-
que contienen registros de datos que pueden lizan la documentación impresa. Gracias a es-
analizarse de inmediato en las computadoras tos esfuerzos, los archivos de datos sobre cien-
personales disponibles en el mercado. Puesto cias sociales están ampliando el alcance de la
que cada disco compacto puede almacenar información social disponible.
unos 600 megabytes de material, los archivos El Archivo es responsable también de un
pueden suministrar grandes subgrupos de sus «sistema de teleconferencias» informatizado
colecciones (por ejemplo, registros de docu- para los especialistas en ciencias sociales britá-
mentación y datos) directamente a los usuarios nicos. Este sistema permite a las personas co-
finales a m u y bajo costo. Los C D - R O M deben municarse entre sí a través de la red, suminis-
constituir una opción interesante para aquellos trando «tableros de anuncios» sobre los princi-
que deseen crear laboratorios de datos sobre pales depósitos de datos del Archivo 20 . Las
ciencias sociales a nivel local sobre bases sóli- personas que trabajan con estas series de datos
das. comparten su experiencia, sus problemas y,
21
Por m u y interesantes que resulten los discos muchas veces también, sus soluciones .
ópticos, el Archivo todavía trabaja con su pa-
riente más pobre, el disco flexible o «floppy». Traducido del inglés
El desarrollo de los archivos de datos de ciencias sociales 247

Notas

1. En sus 23 años de vida, el los consumidores de informática, 7. Por ejemplo, el «acuerdo sobre
Archivo de Datos Británico c o m o son los archivos de datos. flujo transfronterizo de datos» del
(British Data Archive) ha Comité de Archivos Europeos de
cambiado de nombre en varias Datos en Ciencias Sociales
ocasiones. Fue fundado en 1967 4. Los estudios sobre los electores ( C E S S D A ) y los «acuerdos para el
con el nombre de Banco de Datos siguen siendo importantes. Véase intercambio de datos» de la
(Data Bank) y en 1972 se convirtió de Guchteneire, P. y L. L e D u c y R Federación Internacional de
en el Archivo de Encuestas (Survey Niemi (1985) «A C o m p e n d i u m of Organizaciones de Datos (IFDO).
Archive), nombre que mantuvo Academic Survey Studies of
hasta 1982 en que se cambió por el Elections Around the World»
de Archivo de Datos. Durante este 8. K.. Marx ( 1964), El Capital
Electoral Studies, IV: 167-182.
período, el Consejo de «Crítica de la Economía Política»,
Investigaciones bajo cuyos Fondo de Cultura Económica,
auspicios funciona cambió México, tomo I, págs. X I V - X V ,
5. Los datos de uno de los estudios
también de nombre, pasando del Prólogo a la primera edición.
más importantes de este tipo, G .
Consejo de Investigaciones en Almond y S. Verba, el proyecto
Ciencias Sociales (Social Science «Civic Culture» (Cultura Cívica), 9. Existen varias publicaciones
Research Council) a Consejo de sirvió de base a m á s de 500 nuevos excelentes sobre los análisis
Investigación Económica y Social análisis efectuados por secundarios. Véanse por ejemplo.
(Economic and Social Research investigadores que no pertenecían Dale, A . et. ai. (1988), Doing
Council). al grupo original. Este es un buen Secondary Analysis (Londres:
Cabe destacar también que cuando ejemplo de «análisis secundario». George Allen & U n w i n ) , Kieeolt,
escribimos «Archivo de Datos», M á s recientemente, el Programa K . y L . Nathan (1985) Secondary
nos referimos al del Consejo de Internacional de Encuestas Analysis of Survey Data (Londres:
Investigación Económica y Social Sociales (ISSP) se ha estado Sage), C . Hakim (1982) Secondary
y, en cambio, cuando utilizamos encargando de coordinar el acopio Analysis in Social Research
esta expresión en minúsculas, nos anual de datos censales sobre (Londres: George Allen & Unwin)
referimos a este tipo de archivo en temas sociales de actualidad en 11 y H . H y m a n (1972) Secondary
general. países. Estas encuestas contienen Analysis of Sample Surveys (Nueva
tanto preguntas específicas de un York: Wiley).
país c o m o otras comunes a todos
2. Después de escribir este artículo los países. U n a de las condiciones
para participar en el ISSP es que 10. E . Durkheim(1897). El
hemos leído el análisis sobre la
los datos sean de dominio público Suicidio. Akal Editor, 1982:
evolución de los archivos de Erwin
poco tiempo después de su acopio. C . Booth (1886), «Occupation of
Scheuch, que ofrece elementos
Véase Davis, J. y R . Jowell (1989) the People in the United Kingdom
comparativos con el estudio
«Measuring National Differences: 1801-1881» JRSSXLIX 314-344.
monográfico sobre Gran Bretaña
que presentamos aquí. Véase A n Introduction to the
Scheuch, E . K . ( 1990) « D e los International Social Survey 11. El «cubo de datos» vuelve a
archivos de datos a una Programme (ISSP)» en Jowell, R . , aparecer varias veces en la
infraestructura para las ciencias S. Witherspoon y L . Brook (eds.) bibliografía sobre el tema. U n a de
sociales». Revista Internacional de British Social Attitudes: Sped cd las primeras fuentes es R . B . Cattell
Ciencias Sociales. 123. International Report (Londres: (1952), «The Three Basic Factor
págs. 101-121. Gower). Analytic Research Designs - Their
Intercorrelations and
Derivatives», en Psychological
Bulletin IL:499-520.
6. A decir verdad, el grupo de
3. La situación está cambiando. trabajo conjunto, recientemente
La importancia que se da creado por la Fundación Científica 12. El Ministerio de Agricultura,
actualmente a la información Nacional de los Estados Unidos y Pesca y Alimentación, el
dentro de la «tecnología el Consejo Británico de Departamento del Medio
informática» parece indicar que las Investigación Económica y Social Ambiente, la Comisión sobre las
previsiones fueron erróneas en lo destacaron la necesidad de zonas rurales, la Comisión de
que se refiere al suministro de colaborar en la investigación para montes, la Comisión de desarrollo
computadoras convencionales (o crear grandes series de datos y el Consejo de Investigaciones
más exactamente, de soportes comparativos de referencia, tarea Económicas y Sociales, entre otros.
físicos o equipos). Quizás hubiera que ya realizan desde hace varios
debido prestarse mayor atención, años los archivos. Véase 13. P.J. Proudhon(1969).
m u c h o antes, a las necesidades de (la referencia del informe). General Idea of the Revolution in
248 Eric Tanenbaum y Mareia Taylor

the xix Century (Nueva York: 16. U N E S C O (1982) Bibliografía Revised Edition (Londres: Library
Haskell House Publishers, de vocabularios, diccionarios, Association).
pág. 294). encabezamientos de materia y
esquemas de clasificación de
14. Se sabe m u y poco acerca de 19. H . Midgley, E. Tanenbaum, N .
ciencias sociales (mono y
c ó m o analizar datos de este tipo. Walford y D.Walker (1985),
plurilingües), n ú m . 54, Informes y
Los sectores problemáticos se Census for Schools (Colchester:
Documentos de Ciencias Sociales,
refieren a la vinculación de datos, E S R C Data Archive).
París, U N E S C O .
su confidencialidad y su
muestreo. M . Anderson y 17. Para una descripción 20. Por ejemplo, la encuesta
E. Tanenbaum (1984), «Report on completa, véase B . Winstanley general de hogares, el Banco de
Administrative Statistics» ( 1986), IRONS: Information datos de series cronológicas
(Informe sobre estadísticas Retrieval On-Line System macroeconómicas del C S O , los
administrativas), presentado ante (Colchester: E S R C Data Archive). estudios sobre las elecciones, el
el Consejo de Investigación banco de datos de empresas
18. Véase Taylor, M . y
Económica y Social, Swindon, EXSTAT.
Reino Unido, sugiere un plan de B . Winstanley (1989), Cataloguing
trabajo para la actividad en este Computer Files: A Guide to
sector. Standards (Colchester: E S R C 21. Véase R . Blake y
Data Archive); y U K Computer E . Tanenbaum (1987), The Essex
15. M.Taylor (editor) (1986), File Cataloguing Group (1989) Bulletin Board (Colchester: E S R C
Data Archive Catalogue Draft Standards for the Data Archive) para mayor
(Cambridge: Chadwyck-Healey). Cataloguing of Computer Files: información.
Servicios
profesionales
y documentales
m
Calendario de reuniones internacionales
La redacción de la Revista no puede ofrecer ninguna información complementaria sobre estas reuniones.

1991

Viena Centro Internacional de Información para la Terminología: III Colo-


quio de I N F O T E R M - Terminología para la transferencia de conoci-
mientos
INFOTERM, P. O Box 130. .4-1021 Viena (Austria)

Primavera Praga Unión Geográfica Internacional; Comisión «Geografía y administra-


ción pública»: Reunión sobre «Desarrollo local y gobierno local»
Prof. Olga Viklakova. Ustav Statni Sprévy, Jungmannova
29, Postovni schrénka c.45, 11000 Praga (Checoslovaquia)

11-14 marzo Bangkok Unión Geográfica Internacional; Comisión «Población y Geografía»:


Coloquio
Dr. N. Nakavachara, Dept. of Geography, Chulalongkorn University,
Bangkok 10500 (Tailandia)

21-23 marzo Washington, DC Population Association of America: Reunión


PÍA, 1429 Duke Street, Alexandria, VA 223143402 (Estados Unidos de
América)

25-30 marzo Canterbury Centro Europeo de coordinación, investigación y documentación, en


(Reino Unido) ciencias sociales; Consejo Internacional de Ciencias Sociales: VI Confe-
rencia (Tema: Cambio social y sistemas de información en Europa)
D. Streatfteld, National Foundation for Educational Research, The
Mere, Upton Park, Slough. Bershire 9L1 2DO (Reino Unido)

27 m a y o Honolulu, Hawai Asociación Científica del Pacífico: XVII Congreso (Tema: Hacia el si-
3 junio (Estados Unidos glo del Pacífico: los retos del cambio)
de América) PSA, Bishop Museum, P. O. Box 17801. Honolulu. Hawai 96817 (Esta-
dos Unidos de América)
250 Servicios profesionales y documentales

26-28 junio Copenhague Institute of Organisation and Industrial Sociology: VIII Conferencia In-
ternacional
SCOS, Copcnhtiguen Btissincss School, 23B. Blaagaardsgadc, DK-2200
Copenhuguen A ' (Danmark)

2-5 julio Copenliaguen Instituto Internacional de Ciencias Administrativas: M e s a redonda.


( T e m a : La gestión de los servicios sociales)
USA. I rue Delacqz, Ble. ¡I, B-1050 Bruxelles (Bélgica)

8-12 julio Budapest International Association for Cross-Cultural Psychology: II Congreso


Europeo de Psicología
// European Congress of Psychology, Nal, Scientific Organizing P. O.
Box 4, H-1378 Hungary (Budapest)

4-9 agosto Asociation of Asian Social Science Research Councils: IX Conferencia


General
AASSREC c/o Indian Council of Social Science Research, 35 Ferozc-
shah Rd. New Delhi-110001 (India)

18-23 agosto México DF Federación Mundial para la Salud Mental: Congreso bienal 1991. (Te-
m a : El h o m b r e y la ciencia para la salud mental)
Federico Pílenlo Silva. C O M E C T A . A. C, Apartado Postal 22-421, Tlal-
pan 14000, México, DF (México)

Septiembre Europa Occidental Tribunal Internacional del Agua: Reunión


Tribunal International de l'Eau, Damrak 83-1. 1012 EN Amsterdam
(Países Bajos)

15-17 septiembre Padua U n i ó n Geográfica Internacional; G r u p o d e estudio sobre los cambios


(Italia) del medio ambiente en zonas kársticas: Conferencia internacional
Dr. Aldtno Bondesan. Dipl. de Geografia. Vniversila degli Sludí di Pado-
va. Via del Sanio 26. 35123 Padova (Italia)

24-28 septiembre Dublin Federación Internacional para la Vivienda, el Urbanismo y la Habilita-


ción de los Territorios: X L Congreso
FIIIUAT. 43 Wassenaarseweg, NL-2596 C G La Haya (Países Bajos)

25-29 septiembre Baltimore International Society for the History of Rhetoric: Reunión
(Estados Luidos) Prof N. Struever, Humanities Center. The John Hopkins University,
Baltimore. M D 21218 (Estados Unidos de América)

21-25 octubre París E A P S , U I E S P , I N E D : Congreso Europeo de Demografía


SOCFI. Congrès européen de démographie. 14 rue Mandar. 75002 Paris
(Francia)

Noviembre Minia Unión Geográfica Internacional; G r u p o de estudio sobre el h a m b r e y


(Egipto) la investigación de sistemas de producción alimentaria: Conferencia in-
ternacional sobre las zonas y lugares críticos
Prof. F. A'. Ibrahim. Institute of Geoscienei: University of Bayreuth. P.
O. Box 3008. D-8580 Bayreuth (Alemania)
Servicios profesionales y documentales 251

1992

2 0 - 2 4 enero I badán U n i ó n Geográfica Internacional; C o m i s i ó n «Salud y desarrollo»: R e u -


(Nigeria) nión
Dr. Base, F. Iyun. Depl ot Geography, University oflbadan. Ibadan (Ni-
geria)

30 abril Denver Population Association of America: Reunión


2 mayo (Estados Unidos PAA. 1429 Duke Street, Alexandria. VA 22314-3402 (Estados Unidos de
de América) América)

Junio Brasil Conferencia d e la Naciones U n i d a s sobre el m e d i o ambiente y el desa-


rrollo
Naciones Unidas, Nueva York, N.Y. 10017 (Estados Unidos de América)

13-17 julio \ "tena Instituto Internacional d e Ciencias Administrativas: X X I I Congreso in-


ternacional
USA. I rue Defacq, Ble. Il, B-1050 Bruselas (Bélgica)

9-14 agosto Washington, DC Unión Geográfica Internacional: X X V I I Congreso Internacional


27lh IGU Congress Secretariat, 17th and M Streets N W.. Washington,
DC 20036 (Estados Unidos de América)

1994

Praga U n i ó n Geográfica Internacional: Conferencia regional


Dr. J. Kvitkovic, Geograficky mistan CGI'SAV Ul. Obrancov miem 49,
81473 Bratislava (Checoslovaquia)
Libros recibidos

Generalidades, Civilización, re. What Leisure'.' Basingstoke, el contexto internacional. México,


Progreso MacMillan, 1990. 199 p. bibl. in- Instituto Matias R o m e r o de estu-
dex. dios diplomáticos, 1989. 247 p.
Activités de l'OMS dans la région eu-
Saint-Ouen, François. Les portis
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directeur général. Copenhague, O r -
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ganisation mondiale de la santé,
Lindgren, Jarl. Towards an Aging sitaires de France; Genève, Institut
1990. 188 p. carta, ill. graph, index.
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México. Secretaría de Relaciones collab. with C . Villain-Gandossi.
Green, Eileen; H e b r o n , Sandra; Exteriores. Memoria del Foro de Vienna, European Coordination
Woodward, Diana. Women's Leisu- consulta sobre los factores externos y Centre for Research and D o c u m e n -
254 Libros recibidos

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United Nations University; Sophia Survey, coord, by Geneviève Pinet. Regional Office for Europe; World
University; The International Uni- Copenhagen, World Health Organi- Health Organization. 1990. 93 p.
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nal Publications, European Series, ropean Series, 28). 12 Sw.Fr.
29). 45 Sw.Fr.
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Business Decisions. Tokyo, Asian Le Centre de recherches pour le dé-
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do $32.95; Rústica $27.50. cherche d'un implant contraceptif -
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Department Group, 1990. 199 p. tions. European Series. 35). (Engl, Carlier, O m a r ; Colonna, Fanny;
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(Research Paper. 75). £8.99. Press ofColorado. 1989. 300 p. ill.'
Publicaciones recientes de la Unesco
(incluidas las auspiciadas por la U n e s c o * )

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ces sociales: Anthropologie / Interna- na y el Caribe: Migraciones «libres» en H 'or/d Director)- of Peace Research and
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Sciences: Economics, vol. 35. 1986. tional des organismes de jeunesse / In-
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Bibliographie internationale des scien- ris. U n e s c o ; Oxford. Berg, 1988. Law, 2nd ed., 1990 / Répertoire mon-
ces sociales: Sociologie / International680 p. (World Social Science Informa- dial des instil niions de formation el de
Bibliography of lhe Social Sciences: tion Directories / Répertoires m o n - recherche en droit international / Re-
Sociology, vol. 36. 1986. L o n d o n ; diaux d'information en sciences socia- pertorio mundial de instituciones de
N e w York, Routledge / for / T h e In- les / Repertorios mundiales de infor- formación y de investigación en dere-
ternat. Committee for Social Science mación sobre las ciencias sociales). cho internacional. Paris. U n e s c o .
Inform, and D o c , 1990. 351 p. (Dif- Encuadernado. 150 F . 1990. 387 p. (World Social Science In-
fusion: Offilib. Paris) 900 F. Unesco Yearbook on Peace and Con- formation Directories / Répertoires
flict Studies, 1987. Paris. Unesco: N e w mondiaux d'information en sciences
Director}' of Social Science Informa- York. Greenwood Press, 1989. 327 p. sociales / Repertorios mundiales de
tion Courses, 1st ed. / Repertoire des bibl. index. 280 F. información sobre las ciencias socia-
cours d'information dans les sciences les). 90 F .
sociales / Repertorio de cursos en infor-World Directory of Human Rights
mación en ciencias sociales París. Teaching and Research Institutions. World List of Social Science Periodi-
Unesco; Oxford, Berg Publishers Ltd.. 1st ed. / Répertoire mondial des insti- cals, 1986, 7th ed. I Liste mondiale des
1988. 167 p. (World Social Science In- tutions de recherche et de firmal ion périodiques spécialisés dans les sciences
formation Directories / Repertoires sur les droits de l'homme / Repertorio sociales / Lista mundial de revistas es-
mondiaux d'information en sciences mundial de instituciones de investiga-pecializadas en ciencias sociales Paris,
sociales / Repertorios mundiales de ción y de formación en materia de de- Unesco, 1986. 818 p. index. (World
información sobre las ciencias socia- rechos humanos. Paris. Unesco: O x - Social Science Information Services /
les). Encuadernado. 100 F . ford. Berg Publishers Ltd., 1988. Services mondiaux d'information en
216 p. (World Social Science Infor- sciences sociales / Servicios mundiales
Estudios en el extranjero / Study mation Directories / Répertoires de información sobre ciencias socia-
Abroad / Etudes à l'étranger, vol. mondiaux d'information en sciences les). 100 F.

* Cómo obtener estas publicaciones: a) las publicaciones de la Unesco que lleven precio pueden obtenerse en la Oficina de
Prensa de la Unesco, Servicio Comercial ( U P P / V ) . 7 Place de Fontenoy, 75700 París, o en los distribuidores nacionales;
b) las copublicaciones de la Unesco pueden obtenerse en todas aquellas librerías de alguna importancia o en la Oficina de
Prensa citada.
Números aparecidos

Desde 1949 hasta 1958. esta Re-rula se publicó con el titulo de International Social Science Bullclin/Bnllciin micrnalioiuil
sciences sociales. Desde 1978 hasta 1984. la RICS se ha publicado regularmente en español y, en 1987. ha reiniciado su edición
española con el número 114. Todos los números de la Revista están publicados en francés y en inglés. Los ejemplares anteriores
pueden comprarse en la U N E S C O . División de publicaciones periódicas, 7, Place de Fontenoy. 75700 París (Francia).
Los microfilms y microfichas pueden adquirirse a través de la University Microfilms Inc.. 300 N Zeeb Road. Ann Arbor. M I
48106 (USA), y las reimpresiones en Kraus Reprint Corporation, 16 East 46th Street, Nueva York. N Y 100,17 (USA). Las microfi-
chas también están disponibles en la U N E S C O , División de publicaciones periódicas.

Vol. XI, 1959 Vol. XVIII. 1966


N u m . 1 Social aspects of mental health* N u m . 1 H u m a n rights in perspective*
N u m . 2 Teaching of the social sciences in the N u m . 2 M o d e r n methods in criminology*
USSR* N u m . 3 Science and technology as development fac-
N u m . 3 The study and practice of planning* tors*
N u m . 4 Nomads and nomadism in the arid zone* N u m . 4 Social science in physical planning*
Vol. XII. 1960 Vol. XIX. 1967
Num. Citizen participation in political life* Num. 1 Linguistics and communication*
Num. The social sciences and peaceful co-opera- Num. 2 The social science press*
tion* Num. 3 Social functions of education*
Num. Technical change and political decision* Num. 4 Sociology of literary creativity
Num. Sociological aspects of leisure*
Vol. XX, 1968
Vol. XIII. 1961 N u m . 1 Theory, training and practice in manage-
Num. 1 Post-war democratization in Japan* ment*
Num. 2 Recent research on racial relations* N u m . 2 Multi-disciplinary problem-focused re-
Num. 3 The Yugoslav c o m m u n e * search*
Num. 4 The parliamentary profession* N u m . 3 Motivational patterns for modernization*
N u m . 4 The arts in society*
Vol. XIV 1962
Vol. XXI, 1969
Num. 1 Images of w o m e n in society*
Num. 2 Communication and information* Num. 1 Innovation in public administration
Num. 3 Changes in the family* Num. 2 Approaches to rural problems*
Num. 4 Economics of education* Num. 3 Social science in the Third World*
Num. 4 Futurology*
Vol. XV. 1963
Vol. XXII, 1970
Num. 1 Opinion surveys in developing countries* Num. 1 Sociology of science*
Num. 2 Compromise and conflict resolution* Num. 2 Towards a policy for social research*
Num. 3 Old age*
Num. 4 Sociology of development in Latin America* Num. 3 Trends in legal learning*
Num. 4 Controlling the h u m a n environment*
Vol. XVI. 1964 Vol. XXIII. 1971
N u m . 1 Data in comparative research* N u m . 1 Understanding aggression
N u m . 2 Leadership and economic growth* N u m . 2 Computers and documentation in the social
N u m . 3 Social aspects of African resource develop- sciences*
ment* N u m . 3 Regional variations in nation-building*
N u m . 4 Problems of surveying the social science and N u m . 4 Dimensions of the racial situation*
humanities*
Vol. XXIV 1972
Vol. XVII. 1965
Num. 1 Development studies*
Num. 1 M a x W e b e r today/Biological aspects of race* Num. 2 Youth: a social force?*
Num. 2 Population studies* Num. 3 The protection of privacy*
Num. 3 Peace research* Num. 4 Ethics and institutionalization in social
Num. 4 History and social science* science*
258 Números aparecidos

Vol. XXV, 1973 Vol. XXXIV, 1982


N u m . 1/2 Autobiographical portraits* Num. 91 Imágenes de la sociedad mundial
N u m . 3 The social assessment of technology* Num. 92 El deporte
N u m . 4 Psychology and psychiatry at the crossroads Núm. 93 El hombre en los ecosistemas
Num. 94 Los componentes de la música
Vol. XXVI, 1974
N u m . 1 Challenged paradigms in international Vol. XXXV 1983
relations*
N u m . 2 Contributions to population policy* Núm. 95 El peso de la militarización
N u m . 3 Communicating and diffusing social science* Núm. 96 Dimensiones políticas de la psicología
N u m . 4 The sciences of life and of society* Núm. 97 La economía mundial: teoría y realidad
Núm. 98 La mujer y las esferas de poder
Vol. XXVII, 1975
Vol. XXXVI, 1984
N u m . 1 Socio-economic indicators: theories and ap-
plications* Núm. 99 La interacción por medio del lenguaje
N u m . 2 The uses of geography Núm. 100 La democracia en el trabajo
N u m . 3 Quantified analyses of social phenomena Núm. 101 Las migraciones
N u m . 4 Professionalism in flux Núm. 102 Epistemología de las ciencias sociales
Vol. XXVIII, 1976
Vol. XXXVII. 1985
N u m . 1 Science in policy and policy for science*
N u m . 2 The infernal cycle of armament* Núm. 103 International comparisons
N u m . 3 Economics of information and information Núm. 104 Social sciences of education
for economists* Núm. 105 Food svstems
N u m . 4 Towards a new international economic and Num. 106 Youth'
social order*
Vol. XXXVIII, 1986
Vol. XXIX, 1977
Num. 107 Time and society
N u m . 1 Approaches to the study of international or- Num. 108 The study of public policy
ganizations Num. 109 Environmental awareness
N u m . 2 Social dimensions of religion Num. 110 Collective violence and security
N u m . 3 The health of nations
N u m . 4 Facets of interdisciplinarity
Vol. XXXIX. 1987
Vol. XXX, 1978
N u m . 11 I Ethnic phenomena
N u m . I La territorialidad: parámetro político N u m . 112 Regional science
N u m . 2 Percepciones de la interdependencia mundial Num. 113 Economic analysis and interdisciplinarity
N ú m . 3 Viviendas humanas: de la tradición al Num. 114 Los procesos de transición
modernismo
N ú m . 4 La violencia Vol. XL, 1988
Vol. XXXI. 1979 Num. 115 Las ciencias cognoscitivas
Núm. 116 Tendencias de la antropología
N ú m . 1 La pedagogía de las ciencias sociales: algunas Núm. 117 Las relaciones locales-mundiales
experiencias Núm. 118 Modernidad e identidad: un simposio
N ú m . 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales
N ú m . 3 Modos de socialización del niño
N ú m . 4 En busca de una organización racional Vol. XLI. 1989

Vol. XXXII, 1980 N ú m . 119 El impacto mundial de la Revolución fran-


cesa
N ú m . 1 Anatomía del turismo N ú m . 120 Políticas de crecimiento económico
N ú m . 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología con- N ú m . 121 Reconciliar la biosfera y la sociosfera
tra comunidades? N ú m . 122 El conocimiento y el Estado
N ú m . 3 El trabajo
N ú m . 4 Acerca del Estado Vol. XLI I, 1990
Vol. XXXIII. 1981 N u m . 123 Actores de las políticas públicas
N ú m . 124 El campesinado
N ú m . 1 La información socioeconómica: sistemas, N ú m . 125 Historias de ciudades
usos y necesidades N ú m . 126 Evoluciones de la familia
N ú m . 2 En las fronteras de la sociología
N ú m . 3 La tecnología y los valores culturales
N ú m . 4 La historiografía moderna
*Números agotados
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los museos en Puerto Rico"
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Unidos en Panamá"
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política en la Integración Andina"
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Inlernacional y el Hamo Mundial, en H ashin^ton, DC
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Documentos de la Cuidad ¡lemana
Política, tomumcuiion i demot rucia
- Declaiaaón del Canalla Ledeiul de la Republica feilend de Manama,
Heinrich Oberrcuter
Helmut Kohl
Medios de comuimación y i alana pollina
- 'Halado Dos- Mús-Cuutro del 12 de sepiiembie de IWO
Lothar Roos
- Declaiaaón ¿lei Es-primei Ministro de la Rcpuhliiu Demoaatna de Memann
Preocupación ¡mi cl mundo pohie
Lothai de Mazière
Peler Werhahn
Dcilaraaón de Curucas
Ifílcsia-cionomiu

Rafael Braun
Libcittid i solidai ¡dad en una eionomia de men ado Comentario de libros

Hans-Jürgen Rosner Jean-François Revel


Id conocimiento muid,
Piiiuipios cl IL i is de la Ltonoima Simal de Menudo por Enrique Aguilar

Entrevistas
Personas j hechos
Lniiensia a! 1'iesidente de la Rcpuhiua li\>cnitnu. Di C alios S Menem
Disciti so del /'residente de la Repuhlua de ( osta Rua. Lu Rulad I
Dossier '90 Caldcion Eouimer en la sede del ( eniio de huesuda ion i fdiestiaiineiii
Pollino tdmin¡s!>ulivo(( / ! / ' \)
( n lamhio fundamental
Dieter Dollkcn
Josef Thesing La etonomia mundial se plómete un a tifie \uaas opoitttnidudcs a Ua\es
/./ desunollo de los atontei omentos en los países de Luí opa del liste r MÍ impacto icloimas y de la unification alemana
en el I eren Mundo
Piotr Cywinski
M a n o Vargas Llosa
listrei ha coopaaaón entie t s de usesniamtenlo sohic el SID I
I lempos de tiailonto \ maia\dla

Volkmar Köhler Rita Maertens


, ( asa cut opea o I cnei Mundo ' llcmamu oifiamzu una campaña tonna la dioi;a
Franklin Trem Jomadas Empújanos II
I Luí opa V2 e suas relutócs ion! a \mcntu Latina
.Seminal ¡o "La Economía Soual de Menudo i el tul tu o del l'anu;ua\ '
.luergcn Wesiphalen
Seminario intentai tonal "Luíopa 92 i los desafíos pata la intoiíanon
Lalinoamcnca i el Menudo fluí opeo l meo en el Cono Sut"
Milovan Djilas Coloquio international "La modernización de la \i fient uta Rede fotuto
í na MSIOII i evolutional ta i tlcmoaatiiu de Luropa del Estado, politica de apiste i tonseuienctas soaules"
Dieter Benecke Seminario "La Etonomia Souul de Menudo en Chile
Rckuioncs cntie Imana Latina \ ¡lemania a la luz de los iam/nos en Eutopu
Oí lenta! Semtnat¡t) international "Ucstion imhieniul en los Países del ( onveiuu
ladres Helio"
Ernest Precg
LI acálmenlo de los bloques comen tales regionales Publicaciones recibidas en la biblioteca del C I E D L A
* Una sección documental referida al lema se publica exclusivamente en la
sepárala (Dossier'90) Contenido del año 1990 de C O N T R I B U C I O N E S

Federico Fodcrs
/./ set toi uíiiopecuaiio en el lontesto del Menudo C omún Europeo-
, Paite integral o e\tepcion ¡usnfuuda a lu Etonomia Social de Mercado'.'

Wolfgang Grabisch
/ . / sector ufiíopecuano en la Rcpuhlua Lcdeiul de Hcmunia- su desarrollo y
ilcsalios en el mano de una Lionomia Souul de Matado

Jorge Ciar/arelli
/ / enlamo de SID I. su familia y su entonto

¡dentones en linisd

Publicación trimestral d e la K o n r a d - A d e n a u c r - S l i f t u n g A . C . - C e n t r o Inierdisciphnai lo


d e Estudios sobre el Desarrollo L a t i n o a m e r i c a n o CIEDLA

A ñ o Vil - N ° -4 (28) - O c t u b r e - d i c i e m b r e , 1990

Redacción > Administración: C I E D L A . Leandro N . Alcm 690 - 20' Pisi


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Hecho cl depósito que marca la lç> I I.723
oo
estudios sociales
IM." 66 /trimestre 4 / 1990

PRESENTACIÓN Pág. 5 LOS JÓVENES UNIVERSITARIOS Y


ARTÍCULOS LA SEXUALIDAD Paz Covarru-
bias; Mónica Muñoz; Lorena Po-
ACERCA DE LA NOSTALGIA.
blete; Carmen Reyes, Pág. 129
Darío Rodríguez M . Pág. 1 1
MERCADO CAUTIVO O CAUTIVOS
LA TERCERA VIA DE DESARROLLO
DEL MERCADO. Sergio Gómez. Pág. 165
HOY: ¿CONJUNTO VACIO, SUEÑO
LA DESCENTRALIZACIÓN DEL ES-
NOSTÁLGICO, O DESAFIO AUN VI-
TADO Y LA PARTICIPACIÓN DE
GENTE? Joseph Ramos Pág. 31
AGRICULTORES Y CAMPESINOS EN
OCHO AFIRMACIONES SOBRE LA
EL DISEÑO DE POLITICAS AGRA-
FORMACIÓN, LA CIENCIA, LA DE-
RIAS ESPECIFICAS. Carlos Amt-
MOCRACIA Y LOS DERECHOS DEL
mann Pág. 179
HOMBRE. Juan Ruz R. Pág. 47
ASPECTOS CONCEPTUALES DE
LA RACIONALIDAD UNIVERSI-
PRIVATIZACIÓN DE EMPRESAS.
TARIA EN EL PROCESO DE DE-
José R. Parada D. Pág. 197
SARROLLO Raúl Atria B. Pág. 57
TELEVISION Y EDUCACIÓN ANTE EL RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
DESARROLLO Valerio Fuenzalida Pág 87
«DESARROLLO DE LA CREATIVI-
SOCIABILIDAD Y PARTICIPACIÓN DAD». (C.P.U.) Dr. Alberto Cris-
COMUNITARIA EN HABITAT DE toffanini. Pág. 227
RADICACIÓN Y ERRADICACIÓN.
Patricia Muñoz S.; Patricio de la DOCUMENTOS
Puente; Emilio Torres R. Pág. 97 LAS ESPECIALIDADES MEDICAS Y
AMBIENTE FAMILIAR Y CONSUMO EL PROCESO DE ESPECIALIZACION
DE ALCOHOL: UN ESTUDIO CORRE- EN MEDICINA. Dra. Gabriela Ven-
LACIONAL EN ADOLESCENTES. Car- turini Pág. 233
men Rojas C ; Alba Zambrano C . Pág. 119 E V E N T O S : CREATIVIDAD EN L A
EMPRESA Y EDUCACIÓN Pág. 251

corporación d e p r o m o c i ó n universitaria

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sus autores y no necesariamente representan la posición de la Corporación
EL TRIMESTRE
ECONÓMICO
COMITÉ DICTAMINADOR: Carlos Bazdresch P , José Casar, Jorge Hierro, Inder Ruprah, Lucia Segovia, Aarón Tor-
nei!, Rodolfo de la Torre, Kurt Unger. CONSEJO EDITORIAL Edmar L. Bacha, Enrique Cárdenas, José Blanco, Gerar-
do Bueno, Héctor L Diéguez, Arturo Fernández, Ricardo Ffrench-Davis, Ennque Florescano, Roberto Frenkel, Ricardo
Hausmann, Albert O Hirschman, David Ibarra, Francisco Lopes, Guillermo Maldonado, José Antonio Ocampo, Luis
Ángel Rojo Duque, Gert Rosenthal, Fernando Rosenzweig t (Presidente), Francisco Sagasti, Jaime Jose Serra, Jesús
Silva Herzog Flores, Osvaldo Sunkel, Carlos Tello, Ernesto Zedillo

Director: Carlos Bazdresch P. Subdirector: Rodolfo de la Torre


Secretario de Redacción: Guillermo Escalante A.

Vol. LVII (4) México, Octubre-Diciembre d e 1 9 Ô 0 Núm. 228

SUMARIO
ARTÍCULOS:

Michael Gavin Politica comercial y balanza comercial: El argumento de los sub-


sidios a la exportación

Fernando Navajas La tarifa en dos partes cuasi óptima Eficiencia, equidad y fman-
y Alberto Porto damiento

Miguel Kiguel y Algunas implicaciones de los juegos de politica para las economias
Nissan Liviatan de alta Inflación

Aarón Tornell y Fuga de capitales y ¡uegos distributivos


Andrés Velasco

Gerardo Marcelo Marti Argentina: La crisis de 1890 Endeudamiento externo y crack


financiero

Fernando Solis Soberón La política comercial de la ganadería bovina en México

Gonzalo Castañeda Consecuencias macroeconómicas del auge en los mercados


financieros de México durante 1986-1987

NOTAS Y COMENTARIOS.

Rodolfo de la Torre En busca de una perspectiva económica general: Conversación


con Jagdish Bhagwati

R E S E Ñ A S BIBLIOGRÁFICAS:

Roberto Reyes Mazzoni: Masahiko Aoki. La estructura de la economia japonesa

DOCUMENTOS: Ecologia y la economia mundial (Miguel de la Madrid Hurtado).


Homenaje a don Rodrigo Gómez en el XX aniversario de su falle-
cimiento (Miguel Mancera)

Precio de suscripción por un año 1991


La suscripción en México cuesta $ 7 5 , 0 0 0 0 0
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Apartado Postal 44975, México. D F
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La Revista internacional de ciencias sociales
se publica en marzo, junio, septiembre
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® Unesco 1991

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