Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Apenas abrí los ojos, la vi a mi lado. No recuerdo desde cuándo esto sucedía. Ahí estaba ella acostada junto a mí… Como era normal
el silbato de la fábrica me comunicaba que ella ya no estaba conmigo. Filas interminables de cuerpos que desfilan armónicamente
hacia las largas mesas frías de metal. En sincronía infalible, los brazos suben y bajan por las canastas de pequeños componentes
electrónicos: la melodía del ensamble. Pati nunca se quejó. Por la tarde, bajo el cielo rojizo, ella regresaba con su cabello relajado.
Hoy no fue así; hoy patinó. Y con ella su cabeza. Ella, la primera Pati.
Pati no (20oct16)
Yo tenía empleo y Pati no. Apenas abrí los ojos, la vi a mi lado. No recuerdo desde cuándo esto sucedía. El silbato de la fábrica me
comunicaba que ella ya no estaba conmigo. Filas interminables de cuerpos que desfilan armónicamente hacia las largas mesas frías de
metal. En sincronía infalible, los brazos suben y bajan por las canastas de pequeños componentes electrónicos: la melodía del
ensamble. Pati nunca se quejó. Por la tarde, bajo el cielo rojizo, ella regresaba con su cabello relajado. Hoy no fue así; hoy patinó.
Pati no. (15sep16)
Roberto Agúndez Márquez
Yo tenía empleo y Pati no. Apenas abrí los ojos y la vi a mi lado. Esto no había común en mucho tiempo, creo que desde el
inicio de nuestra vida juntos. El silbato era una señal para mí de que ella ya no estaba aquí. Filas interminables de cuerpos que
desfilaban armónicamente hacia las largas mesas frías de metal. En sincronía infalible los brazos subían y bajan por las canastas de
pequeños componentes electrónicos. Esto era el inicio de la melodía del ensamble. Pati nunca se quejó, como si supiera que la marcha
era solo el medio. Por la tarde cuando el cielo rojizo le servía de fondo, ella regresaba. Su cabello más relajado le devolvía su vida.
Hoy ya no fue así, hoy patinó.