Está en la página 1de 1

En una ciudad llamada Magic City, existía un joven de gran estatura moral, además de ser muy

hacendoso y generoso porque siempre él estaba haciéndole el bien sin ningún tipo de distinción.

El buen Dios todopoderoso se dio cuenta de esto y por ser tan bueno, le otorgó dos súper
poderes: El primero, poder tele transportarse cada vez que fuera a ayudar a una persona o a un
grupo que lo necesitara; y el segundo, tener la capacidad de ver lo que pasaba en el mundo antes
de partir a ayudar.

Un día, el joven se despidió de su familia y se fue por el mundo con la misión de ayudar a las
personas por un período de dos años, tiempo que duraría su súper poder. Lo utilizó haciendo el
bien a todos los que pudo, pero no obstante, siempre tuvo que enfrentarse a un antagonista que
no soportaba que los demás fueron felices, y por eso, le complicaba la vida a los demás.

Era un viejo muy antipático con el que el joven tuvo que enfrentarse y conversar por largas horas,
hasta que, finalmente, lo hizo comprender que él también podía ser feliz al ver felices a los demás.

Finalmente, le enseñó a compartir su felicidad y luego de haberle hecho entrar en razón, el joven
pudo regresar a su hogar, orgulloso de haber podido ayudar a los que más lo necesitaban.

Cuando el joven se despidió del buen Dios Todopoderoso, le agradeció infinitamente, todo lo que
había hecho por él y la oportunidad que le dio de poder ayudar a los demás, cumpliendo así la
última condición por haber tenido ese súper poder: DEBÍA SEGUIR SIENDO BUENA PERSONA
HASTA MORIR.

También podría gustarte