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Extensión Maturín
El Contrato
Profesor: Integrantes:
C.I.: 26.938.933
Introducción
1. Contratos bancarios
2. Característica comercial de los contratos bancarios
3. Caracteres del contrato
4. Clasificación de los contratos
5. Elementos esenciales a la existencia y validez del contrato
6. Inexistencia del contrato
7. Invalidez del contrato
8. Rescisión del contrato
9. Efectos de los contratos
Conclusión
Bibliografía
Introducción
Los contratos que son llevados a cabo por las entidades de crédito tienen
carácter mercantil ya que son actos de comercio citados por el Código de
Comercio (art. 175) y todos ellos son contratos de empresa, es decir, negocios
jurídicos de los que se sirve la empresa bancaria para explotar con terceros su
actividad económica. En este, como en otros sectores de la actividad
empresarial, tiene especial incidencia la normativa establecida en protección
del consumidor o “usuario de crédito”.
Como casi para la práctica totalidad de los conceptos, existen múltiples criterios
de clasificación para los contratos bancarios; así por ejemplo, en función de su
duración pueden ser indefinidos (de duración indeterminada) o con vencimiento
fijo. Sin embargo, en el caso de los contratos bancarios existe un criterio de
clasificación muy extendido y que cataloga los mismos como:
El Artículo 1142 del Código Civil señala una serie de elementos necesarios
para que un contrato sea válido y produzca los efectos jurídicos del contrato,
estos requisitos son, la capacidad de las partes, que es la aptitud jurídica para
ser sujetos de derechos y obligaciones, y hacerlas valer; por ejemplo, un menor
de edad no puede formar parte de un contrato al menos que esté emancipado,
también se puede dar el caso en donde un juez o abogado que fue objeto de
litigio de un bien, al momento de que se incurra en su venta no puede
comprarlo, ya que no está capacitado por la intervención legal que hizo. El otro
requisito es la ausencia de vicios del consentimiento, que serían el error, que
es motivo de nulidad cuando recae sobre la naturaleza del contrato; ejemplo,
quería hacer un arrendamiento e hizo una compraventa, también cuando recae
sobre la identidad del objeto, o sobre las cualidades específicas de la causa;
cuando el error se hace de mala fe se convierte en dolo, que es otro de los
vicios del consentimiento, que es todo medio contrario a la buena fe, empleado
con el propósito de engañar, para inducir a una persona a consentir un contrato
que no hubiera aceptado, la víctima del dolo puede mantener el contrato y
reclamar daños y perjuicios; y el ultimo, es la violencia, que es cuando se ha
causado un grave temor a una de las partes del contrato, o que se haya
abusado de la debilidad de la otra parte.
Según el artículo 1141 del Código de Civil un contrato debe cumplir con estos
elementos; consentimiento de las partes, objeto que pueda ser materia de
contrato y causa lícita; ya que estos son indispensable a la propia figura del
contrato, de modo que la falta de alguno de ellos impide la formación del
mismo: lo hace inexistente.
Según el artículo 1142 del Código de Civil el contrato debe cumplir estos
requisitos que son: capacidad de las partes y ausencia de vicios del
consentimiento (error, dolo, violencia). Estos son necesarios para que el
contrato produzca sus efectos jurídicos. La ausencia de alguno de estos
elementos, produce la INVALIDEZ del contrato y éste, por tanto, si bien existe
podría ser anulado.
Rescisión (del latín resccissum significa rasgar, romper, dividir algo.) El vocablo
tiene la misma etimología de la palabra escisión que vale tanto como
separación. Es una voz que expresa un concepto netamente jurídico a saber:
privación de efectos de un negocio jurídico por sí mismo válido para el futuro.
Según el artículo 1166 del Código Civil, los contratos no tienen efecto sino
entre las partes contratantes: no dañan ni aprovechan a los terceros, excepto
en los casos establecidos por la Ley. De tal manera que siendo fruto del
acuerdo de voluntades, en principio sólo surte efectos ente ellos. Pues la regla
general es que los contratos no pueden surtir efectos internos frente a terceros.
Sólo el titular del derecho de crédito es la persona que puede exigir el
cumplimiento de la obligación. Un tercero no puede.
Conclusión