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COMPORTAMIENTO DE ESTRUCTURAS DE CONCRETO REFORZADO CON

ELEMENTOS PRECOLADOS EN EL SISTEMA DE PISO

Oscar López Bátiz


Mecánica Estructural y de Fluidos, S.A. de C.V.

1. INTRODUCCIÓN

En la construcción de edificios de concreto reforzado en regiones de alta sismicidad cada vez con mayor
frecuencia se observa el uso de elementos prefabricados en los sistemas portantes y resistentes a cargas
laterales, así como también un incremento en el uso de sistemas de piso prefabricados. Sin embargo, los
prefabricados no se mencionan explícitamente dentro de las recomendaciones o guías para diseño y
construcción sismo-resistente emitidas para estructuras de concreto reforzado, lo que tiende a generar
incertidumbre en el profesional de la ingeniería para adoptar este tipo de solución estructural para regiones de
alta sismicidad, y en algunos casos provoque la selección de parámetros de diseño no plenamente sustentados
y justificados.

Se han hecho esfuerzos, principalmente por conducto de los fabricantes y profesionales de la industria de los
precolados y presforzados, para desarrollar investigación y elaborar guías que permitan al profesional del
diseño estructural contar con información adecuada para usar, dentro del proceso de diseño, este tipo de
sistemas estructurales con un nivel de seguridad y confiabilidad adecuados y acordes con los lineamientos
generales intrínsecos en los reglamentos y códigos para diseño de estructuras vigentes.

Hasta el momento, los resultados de los trabajos analíticos y experimentales relativos al comportamiento de
este tipo de estructuras sujetas a cargas cíclicas reversibles, del tipo sísmico, han sido encauzados básicamente
a verificar los niveles de seguridad de un sistema estructural precolado específico comparándolo directamente
con el comportamiento medido de un sistema estructural similar de concreto reforzado “monolítico”. Este
hecho es debido a que, dentro de las recomendaciones emitidas por las normas de diseño para estructuras de
concreto reforzado, se establece que las estructuras o elementos precolados se pueden considerar como
elementos o sistemas estructurales sismo-resistentes adecuados siempre que se demuestre en laboratorio que
el comportamiento de éstos ante carga cíclica reversible proporciona niveles de seguridad y servicio iguales o
superiores a una solución estructural con concreto reforzado monolítico o tradicional.

La experiencia generada por la incidencia de sismos y el trabajo extenso en laboratorio ha mostrado que una
estructura de concreto reforzado colada en sitio bien diseñada, generalmente presentará un comportamiento
adecuado durante un sismo severo. Estructuras a base de marcos resistentes a momento, que incorporan
elementos de concreto prefabricados como elementos principales (trabes y columnas de los marcos), no han
tenido la misma experiencia en laboratorio. Sin embargo, las estructuras a base de marcos con incorporación
de elementos prefabricados está siendo cada vez más usada en regiones de alta sismicidad, esto debido a que
el uso de este tipo de elementos trae consigo un número considerable de ventajas durante el proceso de
construcción, entre las que sobresalen la rapidez, el control de calidad, la limpieza del trabajo de construcción
y solventar, en los países industrializados, la ausencia o disminución de mano de obra.

En el cuerpo del presente texto se trata de mostrar los tipos de sistemas y elementos estructurales
prefabricados más comunes empleados dentro de los sistemas de piso, indicando en cada caso algunas de las
ventajas y desventajas de los mismos; también se comenta sobre los resultados de algunos de los trabajos
experimentales en sistemas donde se usan elementos precolados y las conclusiones emanadas de los mismos;
y, finalmente, se presentan criterios de diseño sismo-resistente que pueden considerarse para estructuras
donde se usen elementos prefabricados dentro de los sistemas de piso.
2. TIPOS DE SISTEMAS MÁS EMPLEADOS

Existe un gran número de variantes de los sistemas estructurales con elementos prefabricados, entre los que se
pueden citar aquellos que consideran únicamente elementos precolados con algunos elementos de unión
colados in-situ (Fig.1); sistemas estructurales a base de paneles prefabricados; y sistemas estructurales
conformados por la combinación de estructuras tradicionales de concreto reforzado coladas en sitio, con
alguna combinación de elementos precolados como vigas, columnas o los sistemas de piso. Se presenta una
breve descripción de los elementos prefabricados de mayor uso y tendencia a ser usados en regiones de
sismicidad moderada y alta.

Figura 1 Representación esquemática de una estructura de concreto reforzado a base de marcos resistentes a
momento con elementos precolados (incluyendo el sistema de piso) y uniones coladas en sitio

2.1 Sistemas de piso

El uso de sistemas de piso prefabricados se ha constituido en una solución importante para el problema de
vivienda en los países latinoamericanos. Recientemente, estos sistemas de piso también se han utilizado con
ciertas ventajas para edificaciones de mayor envergadura, como son las comerciales, industriales u oficinas.
Al igual que para el caso de los sistemas estructurales prefabricados, la poca información y escasa difusión de
este tipo de soluciones estructurales, limita su uso dentro de las oficinas de los profesionales del diseño
estructural. Sin embargo, es de esperarse que en un futuro cercano se utilicen más los sistemas de piso
prefabricados por la rapidez y versatilidad en el proceso de construcción.

Los sistemas de piso más comunes en México se dividen en tres grupos:

• Vigueta y bovedilla, y doble T de poco peralte (peralte inferior a 30 cm)


• Losa alveolar o extruida
• Sistemas a base de elementos T, TT y ATT para claros grandes

El sistema a base de vigueta y bovedilla, así como la TT de poco peralte, se han empleado principalmente en
edificaciones habitacionales hasta de cinco niveles, aún cuando puede ser factible su uso en edificaciones de
mayor altura.

Las losas alveolares se fabrican en un molde con un proceso de extrusión, quedando una sección transversal
hueca. Dependiendo del peralte de la losa, se pueden emplear para cubrir claros, principalmente entre 8 y
12m, aunque se producen también para claros mucho menores, a partir de 3m.

Las losas a base de trabes T que se producen en México para edificación, cubren claros desde 6 m hasta
alrededor de 12 m. Algunas losas a base de T y TT se usan para cubrir claros mayores, entre 10 y 25 m.
Siendo este tipo de elementos, por las características intrínsecas de comportamiento requerido, además de
precolados, presforzados.

Sistemas de piso a base de vigueta y bovedilla

El presente texto se concentra en el sistema de piso denominado de vigueta y bovedilla, el cual está formado
por elementos precolados (algunos de los cuales pueden ser pretensados) portantes (vigueta), bovedilla de
cemento-arena (que en algunos casos pueden ser de otro material probablemente más ligero) y una losa de
compresión hecha de concreto generalmente con una resistencia a la compresión f´c=200 kg/cm2, con un
espesor mínimo de 4 cm. La losa de compresión generalmente está reforzada con una malla electrosoldada de
denominación 6x6-10/10 y rodeada perimetralmente con una cadena o trabe de concreto reforzado en la que
la vigueta se anclará por lo menos 5 cm dentro del núcleo de la trabe. Este sistema se usa frecuentemente en
casas y edificios de 1 a 5 niveles, básicamente en los proyectos de interés social que ejecutan los organismos
oficiales, en los que los elementos estructurales verticales son predominantemente muros. Los reglamentos en
México no contienen nada referente a este sistema de piso y la información de utilidad para diseño la
proporciona directamente el fabricante, sin estar necesariamente sustentada en trabajo experimental.

Este sistema ha tenido un uso satisfactorio en edificación habitacional de pocos niveles; pero su uso no está
restringido solamente a este tipo de edificación, también se ha utilizado con relativo éxito en edificios de 10,
15 y hasta 21 niveles, puentes vehiculares, techumbres de naves industriales, losas para tapar cajones de
cimentación, estacionamientos y andenes de carga y descarga.

Sistemas de piso a base de losas alveolares

Las losas alveolares, también llamadas aligeradas o placas de corazones huecos, son elementos estructurales
pretensados que se pueden usar para pisos (Fig.2), cubiertas, fachadas de edificios y en algunos casos incluso
como muros de carga. Generalmente se usan para cubrir claros de 8 a 14 m, con cargas útiles altas del orden
de 500 a 2000 kg/m2.

Figura 2 Representación esquemática de una estructura de concreto reforzado con un sistema de piso a base
de losas alveolares

En la mayor parte de los casos, sobre estos elementos se cuela una losa de concreto con una resistencia a la
compresión f´c=250 kg/cm2, esta losa generalmente está reforzada con malla de denominación 6x6-8/8 y 6x6-
6/6, la cual cumple con dos fines:

a) Lograr el efecto de diafragma en el sistema de piso, al proporcionarle monoliticidad en el


comportamiento a la losa.
b) Ayudar a evitar problemas de filtraciones de agua, al tapar las posibles fisuras que se forman en las juntas
entre los elementos prefabricados.

Sin embargo, algunos autores aceptan que estos elementos también se pueden emplear sin la losa de concreto
cuando la aplicación no lo requiera (por ejemplo, en estacionamientos, sistemas de piso de bodegas, centros
comerciales, etc.); pero es preciso mencionar que de los reportes de daños por sismos en edificaciones (por
ejemplo en China en 1981 y Armenia en 1988) se identifican daños de consideración en edificaciones donde
se había usado sistemas de piso precolados, pero en los que no se colocó la losa de compresión (Fig.3). En la
Fig.4 se presenta una edificación con problemas de comportamiento ante la incidencia de sismo, en ella se usó
sistema de piso a base de vigueta y bovedilla; pero, como se puede apreciar de la fotografía, el problema no se
presentó producto del sistema de piso seleccionado, sino de un inadecuado diseño de la estructura portante,
compuesta por marcos de concreto reforzado.

China, 1981

Armenia, 1988

Figura 3 Daños en edificaciones donde se usó sistemas de piso precolados, pero no se contempló la losa de
compresión para proporcionar monoliticidad

Los peraltes más comunes que se fabrican en México son: h=10, 15, 20, 25 y 30 cm, con anchos que pueden
ser de 1.00 y 1.20 m. Si además se usa losa de compresión, se recomienda que ésta tenga un peralte mínimo
de 5 cm, pudiendo ser mayor, lo que dependerá del uso de la losa, las cargas y claros a cubrir.
Cabe mencionar que el tipo de refuerzo de estos elementos varía de país a país, por ejemplo en Europa resulta
común el uso de alambre de preesfuerzo de 4 mm de diámetro; en Estados Unidos de Norteamérica y Canadá
se usan torones para presforzarlas; y en México el alambre usado como refuerzo por lo general es de 5 o 6
mm de diámetro.

Figura 4 Daños en edificación donde se usó sistemas de piso de vigueta y bovedilla. Se aprecia el
inadecuado diseño de los elementos estructurales de los marcos, y el adecuado comportamiento
rígido del sistema de piso de vigueta y bovedilla (Sismo de Tehuacan, Puebla, 1999)

Estas losas pueden trabajar como continuas tanto para momento negativo, como para positivo (en el caso de
inversión de momentos producidos por sismo) al darles continuidad en los apoyos o en claros adyacentes por
medio de algún tipo de empotramiento. Para ello se requerirá que los alvéolos sean colineales, así el acero de
refuerzo para lograr la continuidad para momento negativo se colocará en la parte superior, en la losa de
compresión o en la parte superior del alveolo; y la continuidad para momento positivo se logrará colocando
refuerzo en la parte inferior de los alvéolos. Cuando se coloca refuerzo dentro de los alvéolos, éstos
posteriormente habrán de rellenarse de concreto en la parte que se colocó el refuerzo.

Conexiones en sistemas de piso prefabricados

Los sistemas de apoyo para sistemas de piso de concreto precolado pueden ser del tipo simple o continuo. La
conveniencia del empleo de algunos de estos sistemas difiere del tipo de aplicación. El apoyo simple conviene
en claros largos cuando resulta muy difícil y costoso proveer la resistencia necesaria para momento negativo
en los nudos o zona de unión con los elementos portantes, dificultando el diseño de éstos últimos. El apoyo
continuo, resulta más adecuado en construcciones del tipo comercial o residencial ya que se requiere obtener
continuidad y mayor redundancia para un mejor comportamiento cuando las demandas dominantes son
producto de sismo o viento.

Los tipos de conexión para sistemas de piso precolado como losas extruidas o vigueta y bovedilla soportada
por vigas, pueden presentar tantas variantes como fabricantes de productos existen en el mercado; sin
embargo, en todas ellas la presencia de concreto colado en sitio (denominado losa o capa de compresión),
junto con refuerzo para momento negativo en estas zonas, hace posible lograr la continuidad y redundancia
necesaria en el sistema, además de contribuir al comportamiento tipo “diafragma rígido”.

En estudios experimentales realizados en la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda, Mejía y Park, 1994)
colocando refuerzos especiales en esta zona de concreto colado en sitio para unión de elementos precolados,
se ha reportado que el colocar un arreglo de refuerzo por anclaje, adicional en esta zona, permite que el
sistema siga siendo capaz de soportar cargas mínimas de servicio del piso aún cuando se pierden los apoyos
en las orillas debido a desplazamientos del sistema de piso. Por otro lado, de trabajos experimentales
desarrollados en el CENAPRED (México, López y colaboradores, 2001) se determinó que para sistemas de
piso a base de vigueta y bovedilla, no se observó problemas de desprendimiento o inestabilidad de la vigueta
aún para grandes desplazamientos relativos de entrepiso, aunque ésta estuviera ahogada solamente 5 cm en el
núcleo de la trabe y que no contara con ningún refuerzo o dispositivo especial para mejorar las condiciones de
anclaje de la vigueta en la trabe portante.

2.2 Estructuras a base de marcos resistentes a momento

Como una respuesta a la creciente demanda de construcción en regiones de alta sismicidad, aunado a la
necesidad de cubrir esa demanda en periodos cortos de tiempo, con alto control de calidad y con una
decreciente cantidad de mano de obra (sobre todo en los países altamente industrializados), es que se han
venido usando con mayor frecuencia estructuras a base de marcos resistentes a momento formadas por
elementos prefabricado vigas, columnas, así como sistemas de piso precolados.

Para este tipo de estructuras, uno de los aspectos más importantes a considerar en el proceso de diseño es el
análisis y diseño de las conexiones entre los elementos precolados. Las conexiones entre elementos
precolados se pueden presentar en cualquier parte de la estructura, pero básicamente se pueden dividir en dos
tipos; juntas en los extremos de los elementos, y juntas dentro del claro de los elementos; una representación
de los distintos tipos de elementos precolados en marcos y la ubicación de las juntas entre ellos, se presenta en
la Fig.5. Para el caso de estructuras precoladas, la experiencia que se tiene en Occidente del comportamiento
observado de conexiones en marcos, tanto durante sismos fuertes como en ensayes de laboratorio, no es tan
amplia como en el caso de uniones en estructuras monolíticas o coladas en sitio. Por este motivo, reglamentos
como el de Construcciones para el Distrito Federal, en sus Normas Técnicas Complementarias de Concreto de
1996 (RCDF-NTC, 1996), especifica fuerzas sísmicas mayores en estructuras prefabricadas respecto a las
monolíticas. En estas últimas se puede emplear un factor de comportamiento sísmico, Q, hasta de cuatro (en
el caso de marcos dúctiles de concreto colado en el sitio), mientras que para marcos de concreto prefabricado
se especifica generalmente para este factor un valor máximo de dos; sin embargo, también se puede aceptar el
valor de tres si se demuestra, a consideración del gobierno del Distrito Federal, que el diseño y el
procedimiento constructivo de las conexiones justifican el mencionado valor. En este último caso, el resto de
la estructura debe cumplir con los requisitos que, para marcos dúctiles, especifica el RDF-NTC, 1996.

Figura 5 Representación esquemática de los distintos tipos de elementos precolados usados en marcos y la
ubicación de las juntas entre ellos. Las zonas achuradas representan a los elementos precolados, y
las zonas punteadas representan concreto colado in-situ

De manera similar al RDF-NTC,1996, el reglamento de los Estados Unidos de Norteamérica, el Uniform


Building Code de 1994 (UBC, 1994), especifica que es posible emplear sistemas prefabricados siempre que se
demuestre que presentan resistencia y ductilidad mayor que los sistemas de estructuras de concreto reforzado
monolíticas. A diferencia del anterior, el nuevo reglamento Uniform Building Code 1997 (UBC 1997),
proporciona requisitos específicos para diseño y construcción de conexiones en elementos prefabricados de
concreto para estructuras a base de marcos resistentes a momento en zonas de alta sismicidad. La filosofía de
diseño de este reglamento para estructuras precoladas de concreto reforzado en zonas de alta sismicidad se
basa en tratar de lograr que las conexiones tengan un comportamiento semejante al de una estructura similar
de concreto totalmente colado en sitio. Con el propósito de cumplir con este criterio, se especifica que la
selección de las zonas diseñadas para tener comportamiento inelástico durante un evento símico altamente
demandante, deberán cumplir con los conceptos de columna fuerte – viga débil.

Para lograr que las conexiones en estructuras con elementos precolados tengan un comportamiento semejante
a las de concreto monolítico, en el mismo cuerpo del código se especifican y recomiendan el uso de las
conexiones “húmedas” y las “fuertes”. En Estados Unidos y en México ha sido poco común el uso de las
conexiones llamadas “húmedas”. Estas conexiones deben ser capaces de tener incursiones cíclicas inelásticas,
típicas ante la incidencia de sismos moderados e intensos, sin que la resistencia se vea afectada. Las
conexiones húmedas son aquellas que emplean cualquiera de los métodos de traslape o unión del acero de
refuerzo longitudinal de trabes y columnas especificados por el ACI 318-95 dentro de la región de conexión;
y se denominan “húmedas” porque se emplea concreto colado en sitio para llenar los vacíos existentes
generalmente en la zona del panel de unión, que es donde se trata de lograr la continuidad y redundancia entre
los elementos prefabricados a conectar. También existen las denominadas conexiones “secas”, que son
aquellas que no cumplen con los requisitos de las conexiones húmedas y, por lo general, la continuidad entre
los elementos, por medio del acero de refuerzo se logra con el uso de soldadura en campo.

A raíz del comportamiento observado de estructuras precoladas durante sismos recientes, ha surgido la
preocupación sobre el empleo de soldadura de campo en conexiones de elementos precolados de concreto.
Como resultado de esa preocupación, se debe mencionar que el reciente ACI 318-99, prohíbe el empleo de
soldadura para unir el acero de refuerzo localizado en la vecindad de la zona de unión viga-columna. También
lo prohíbe en secciones de elementos estructurales donde se espere la formación de articulaciones plásticas
durante la incidencia de sismos o eventos de diseño.

De acuerdo con el UBC 1997, una conexión (unión viga-columna) “fuerte” es aquella que permanece elástica
mientras que las zonas diseñadas para tener un comportamiento inelástico, generalmente alejadas del panel de
unión viga-columna, tienen incursiones inelásticas ante el sismo de diseño considerado por el reglamento
empleado. Esta condición de diseño se revisa verificando que la resistencia nominal de la conexión “fuerte”,
en flexión y cortante, sea mayor que los elementos mecánicos demandados cuando se alcanza la resistencia
última (incluyendo el efecto de la sobrerresistencia) de las zonas donde se presentará o espera el
comportamiento inelástico.

Aún cuando la ubicación de las llamadas conexiones fuertes es elegida por el diseñador, reglamentos como el
UBC 1997 sugieren que se debe cumplir que el centro de la zona diseñada para comportamiento inelástico en
flexión debe estar ubicada a una distancia de la conexión, o unión viga-columna, no menor que la mitad del
peralte del elemento que se conecta.

Por otro lado, en Japón existe una gran cantidad de información experimental sobre el comportamiento de
diferentes tipos de elementos precolados y de las uniones o conexiones entre ellos. Como resultado de esto
existe un manual donde se muestran las 26 uniones viga-columna más comunes empleadas en estructuras
existentes y probadas en laboratorios públicos y privados de Japón en los últimos veinte años (Shiohara,
1991). Algunas de estas soluciones para unir elementos precolados en la zona de unión viga-columna (la
mayoría conexiones húmedas), se presentan en la Fig.6. Más adelante, en el cuerpo de este trabajo, se
presentan algunas de las conclusiones más relevantes derivadas de los trabajos experimentales respecto del
comportamiento ante cargas cíclicas reversibles de algunos de estos tipos de conexiones.

2.3 Muros estructurales prefabricados

En los sistemas de construcción de concreto prefabricado también se utilizan los denominados sistemas a base
de paneles o muros estructurales. Este tipo de construcción es ampliamente utilizado en países como Japón,
China, Cuba, Rusia y la mayoría de los países que económicamente dependían de la antigua Unión Soviética,
algunos de los cuales se encuentran en zonas de alta sismicidad. Una representación esquemática de
edificación a base de paneles precolados se muestra en la Fig.7. Este tipo de construcción se caracteriza por
contar con paneles estructurales aislados, que generalmente tienen características de resistencia y capacidad
de deformación igual o superior a los elementos (muros y paneles) empleados en las estructuras monolíticas.
Figura 6 Representación esquemática de algunos de los distintos tipos de uniones entre elementos
precolados usados en marcos resistentes a momento

Figura 6 (cont.) Representación esquemática de algunos de los distintos tipos de uniones entre elementos
precolados usados en marcos resistentes a momento

El aspecto clave en el diseño de sistemas estructurales con este tipo de elementos precolados, al igual que en
la mayoría de los otros sistemas precolados, es la concepción, el análisis y el diseño de las conexiones, lo que
permitirá al conjunto alcanzar niveles de capacidad de deformación similar a los observados en estructuras
monolíticas, o generará un comportamiento inadecuado ante la incidencia de fuerzas laterales producto del
sismo (Otani, 1992).

Los muros de concreto reforzado en edificios son conocidos como un sistema eficiente para resistir fuerzas
horizontales debidas a acciones sísmicas. En general, un sistema a base de muros puede tener gran rigidez,
con lo cual los desplazamientos laterales durante movimientos sísmicos se pueden reducir significativamente.
En consecuencia, se logra un alto grado de protección contra daño por sismo en elementos tanto estructurales
como no estructurales.

Las estructuras que contienen muros estructurales de concreto reforzado en combinación con marcos
estructurales, también llamado sistema dual, ofrecen varias ventajas. En este sistema, los muros estructurales
pueden ser diseñados para resistir la mayor parte de la fuerza horizontal actuante en el edificio, por otra parte
los marcos solo resisten un pequeño porcentaje de esa fuerza horizontal, la que está determinada por la rigidez
relativa entre muro y marco.

Como se indica en la mayoría de los reglamentos para la construcción de estructuras de concreto reforzado, en
el análisis y diseño de los sistemas prefabricados a base de muros estructurales, se considerará el
comportamiento de estas estructuras como monolíticas, toda vez que se haya comprobado que el
comportamiento del sistema de paneles con unión entre ellos resulte igual al de un sistema con concreto
colado en sitio.

Figura 7 Representación esquemática de un sistema estructural a base de muros y paneles precolados

A diferencia de las uniones entre elementos prefabricados viga, columna y viga-columna, donde, dependiendo
de las características geométricas y constructivas de la junta considerada, se alcanza generalmente una
resistencia y capacidad a deformación igual al de la misma unión en una estructura de concreto totalmente
colada en sitio, siendo la diferencia básica una relativamente menor capacidad de disipación de energía por
deformación como ya se comentará en el siguiente apartado; las uniones entre elementos paneles precolados
en estructuras a base únicamente de este tipo de elementos pueden alcanzar una resistencia igual al de un
sistema totalmente colado en sitio, sin embargo la capacidad a deformación puede resultar considerablemente
inferior.

De igual manera que para el caso de las uniones viga-columna, en el caso de uniones entre elementos paneles
precolados también existen uniones húmedas y uniones secas. Las primeras son aquellas en que la zona de
unión entre los paneles contiene el refuerzo de liga o continuidad de los paneles a unir y este estará ahogado
por concreto colado en sitio. Contrariamente, las denominadas juntas secas, son aquellas donde la continuidad
entre los paneles la proporcionan dispositivos mecánicos previamente ahogados en los extremos a unir de los
elementos panel. De la incidencia de sismos recientes en Turquía y algunos de los países que conformaban a
la Unión Soviética, se ha podido determinar que, independientemente de la insuficiencia e inadecuancia de los
procedimientos de construcción y supervisión, las estructuras a base de paneles con uniones húmedas y de
baja altura (hasta cuatro niveles) pueden presentar comportamientos adecuados de resistencia y capacidad de
deformación ante la incidencia de sismos en la vecindad del de diseño; la mayor cantidad de daño observado
en este tipo de edificaciones se concentró en aquellas con uniones del tipo secas (Otani, 1992). La Fig.8
muestra una serie de detalles de conexiones húmedas entre elementos paneles para edificaciones en regiones
de alta sismicidad.
Figura 8 Detalles de algunos tipos de juntas entre paneles, referenciado al sistema presentado en la Fig.7
3. ALGUNOS TRABAJOS EXPERIMENTALES EN SISTEMAS CON PRECOLADOS

Hasta la aparición del programa PRESSS (por ejemplo Prestley, 1996) de investigación conjunta entre
Estados Unidos y Japón, sobre sistemas estructurales de concreto reforzado precolados, se habían llevado a
cabo trabajos experimentales y analíticos sobre este tipo de sistemas y elementos estructurales, la mayoría de
los que presentaban una desvinculación entre sí, y básicamente se concentraban en verificar la bondad del
comportamiento ante carga cíclica reversible de diferentes propuestas de solución de problemas constructivos
específicos usando elementos o sistemas precolados. De estos trabajos, una cantidad importante se enfocó a
verificar las características de comportamiento de elementos precolados aislados (sistemas de piso, muros,
columnas y trabes) sujetos a un patrón de cargas cíclicas reversibles (por ejemplo, Ugur y colaboradores,
1986; Stanton y colaboradores, 1986; French y colaboradores, 1989; Seckin y colaboradores, 1990). De la
revisión comparativa de las características del comportamiento de elementos estructurales de concreto
reforzado monolítico y elementos precolados, se ha podido determinar que las características de las fuerzas
restauradoras (curva esqueletónica primaria y reglas de comportamiento ante la incidencia de cargas cíclicas
reversibles) de los elementos monolíticos y los precolados aislados son básicamente las mismas (López,
1992). Solamente se ha reportado una variación entre el 10 y 15% de la rigidez inicial elástica a flexión,
tendiendo a ser menor en los elementos precolados (Mochizuki, 1992; López, 1992); sin embargo, la rigidez
al punto de fluencia por flexión vuelve a ser igual en promedio entre los elementos monolíticos y los
precolados.

Como se ha podido discernir del trabajo experimental en laboratorio y de los problemas de los procesos
constructivos en la práctica, el probable comportamiento inadecuado que se presentaría en un sistemas
estructural con elementos precolados en los que se espera comportamiento dúctil, radica en el
comportamiento de las juntas entre los elementos precolados y entre estos y los elementos colados en sitio
(Englekirk, 1987; Hawkins, 1989). Anteriormente, dentro del mismo cuerpo de este trabajo, se mencionaron
algunos de los tipos de juntas más comunes, dentro de las cuales los subensambles que presenten juntas, ya
sean en el centro del claro de los elementos o en los extremos de los mismos, que presentan acero continuo a
través de las mismas muestran lazos de histéresis con un comportamiento similar a un subensamble de
concreto colado en sitio, salvo una menor capacidad de disipación de energía por deformación en el rango
inelástico debido al adelgazamiento de los lazos de histéresis en los sistemas precolados, diferencia que no
resultó superior al 10% (Shiohara, 1991; López, 1992). Es preciso mencionar que las diferencias más
radicales en el comportamiento comparativo entre estructuras de concreto coladas en sitio y precoladas, se
encuentra en la respuesta momento-rotación determinada de la medición durante la prueba en laboratorio, en
este tipo de comportamiento se reportan diferencias en la capacidad de disipación de energía por deformación
en el rango inelástico incluso del orden del 20 al 25% (Shiohara, 1991), pero estas diferencias no repercuten
significativamente en las características de respuesta del subensamble, pudiéndose considerar que las
características de respuesta de los sistemas colados en sitio y los precolados con juntas donde el acero de
refuerzo es continuo a través de la unión son prácticamente las mismas. En la Fig.9, se presentan en forma
resumida los resultados de las pruebas desarrolladas por Shiohara (Shiohara, 1991).

Como se menciona en varios trabajos sobre sistemas estructurales donde se usan elementos precolados, el
problema fundamental en ellos es el tratar de lograr una monoliticidad similar a la que se tiene con elementos
colados en sitio en las zonas de unión (Park, 1995). Ese problema se acrecienta cuando uno de los lechos de
acero de refuerzo por flexión, por procedimiento constructivo, no puede ser continuo, siendo generalmente el
refuerzo para momento positivo (el acero ubicado en el lecho inferior). Este tipo de juntas sujetas a cargas
cíclicas reversibles pueden mostrar lazos de histéresis con un gran adelgazamiento propio de juntas con
problemas de adherencia y con una tendencia a presentar degradación de resistencia.

Así, por ejemplo, en su trabajo experimental con diferentes tipos de soluciones a uniones viga-columna de
elementos precolados y algunos elementos colados en sitio, Cheok y colaboradores (Cheok, 1993) concluyen
que se pueden idear procedimientos de unión, seca o húmeda, que permitan lograr igualar las resistencias de
los sistemas estructurales, e incluso alcanzar niveles de ductilidad más altos en los precolados con respecto a
los colados en sitio. Sin embargo, aunque logró alcanzar mayor nivel de capacidad dúctil, entendiendo por
ductilidad a la relación entre el desplazamiento último y el de fluencia, en el mismo trabajo se reporta que la
capacidad de disipar energía por deformación en los sistemas precolados resultó en promedio del orden de
40% menor que para los sistemas colados en sitio.
Figura 9 Resultados de las pruebas desarrolladas por Shiohara en uniones entre elementos precolados y la
comparación directa con el comportamiento de uniones usando concreto colado en sitio
Resultados similares a los de Cheok, los mencionan otros investigadores en trabajos experimentales con
soluciones menos comunes, la mayoría de los cuales los reporta y concluye Priestley en un reporte especial
presentado para el programa PRESSS (Priestley, 1996). En este reporte especial, Priestley hace referencia a la
tendencia a observar un adelgazamiento pronunciado en los lazos de histéresis de pruebas en sistemas
estructurales con elementos precolados, aspecto que repercute en una reducción notable de la capacidad para
disipación de energía por deformación en el rango de comportamiento inelástico, y por lo tanto en una
reducción en el amortiguamiento histerético equivalente (Shibata, 1981; Chopra, 1995), presentándose la
posibilidad de un incremento en las respuesta máxima de desplazamientos en los sistemas con precolados (por
ejemplo, López y colaboradores, 1990).

De igual manera, en Nueva Zelanda, Restrepo y colaboradores (Restrepo, 1995) desarrollaron un intenso
trabajo experimental con el propósito de establecer un procedimiento racional para el diseño y detallado de
conexiones entre elementos precolados, de manera que puedan cumplir con los requisitos de comportamiento
necesarios para marcos resistentes a momento en regiones de alta sismicidad. Cabe mencionar que algunas de
las soluciones presentadas por Restrepo contienen unión de las varillas de refuerzo por medio de soldadura en
campo, lo cual generalmente trata de ser evitado por los profesionales de la construcción en el medio
Latinoamericano.

En Japón, Kanoh (Kanoh, 1987) presentó un resumen de la actividad práctica y académica referente a
edificación donde se emplea elementos y sistemas precolados. En cuanto a estructuras a base de marcos
resistentes a momento, en las que las uniones entre elementos se realizan en la vecindad de la unión viga-
columna (procedimiento ampliamente socorrido en las soluciones estructurales donde se emplean elementos
precolados en Latinoamérica (ANIPPAC, 2000)), se han realizado una cantidad importante de pruebas para
diferentes soluciones y propuestas estructurales en las que el acero de refuerzo positivo de las trabes debe
anclarse en la unión y el acero para momento negativo pasa continuo a través de la misma unión. En México,
por ejemplo, en la última década se ha empleado este tipo de solución para edificación desde centros
comerciales, hasta edificios de oficinas y de apartamentos (por ejemplo, Alcocer y colaboradores, 2000).
Resulta interesante que los trabajos a los que hace referencia Kanoh datan desde 1981, y se pueden resumir en
los resultados de los tres tipos de soluciones más comunes en la práctica en Japón, resultados que se muestran
es la Fig.10.

En esta figura (Fig.10), se presenta el aparato de carga usado para probar el subensamble de elementos
precolados, trabes y columnas, unidos con concreto colado en sitio en la zona del panel de la unión viga-
columna. Los tres modelos presentan refuerzo para momento negativo continuo a través de la unión y la
diferencia radica en la forma del anclaje del refuerzo para momento positivo (el acero de refuerzo del lecho
inferior de la trabe). El primer modelo considera el anclaje del refuerzo de las trabes, que llegan a la unión en
el marco plano, en la vecindad anterior del eje de la columna; el segundo modelo también considera el anclaje
en la vecindad anterior del eje de la columna, pero propone el uso de un dispositivo anular que permita
“confinar” estos bastones de anclaje; y, finalmente, el tercer modelo considera el anclaje del refuerzo para
momento positivo de las trabes hasta el extremo opuesto de la zona de unión donde se está apoyando.

Los resultados son claros, aún empleando dispositivos mecánicos para mejorar el anclaje del refuerzo para
momento positivo, los lazos de las curvas de fuerzas cortante incidente contra desplazamiento lateral relativo
del subensamble presentan características de adelgazamiento pronunciado y degradación de resistencia
considerable (del orden y superior al 10% para ciclos de carga sucesivos al mismo nivel de desplazamiento).
Esto repercute en que el área dentro de la curva o lazo de histéresis resulte consistentemente mayor para el
tercer modelo que para los dos primeros, lo cual acarrea un mayor valor del amortiguamiento histerético
equivalente y por lo tanto una tendencia a presentar menores valores de las respuestas máximas de
desplazamiento para el tercer modelo que para los dos primeros; esta última aseveración proviene de la
relación que se ha observado entre las características de las reglas de histéresis y las respuestas en el rango
inelástico no-lineal de los sistemas de múltiples grados de libertad, como ya se mencionó anteriormente
(López, 1990).

Otro de los aspectos que provoca que las estructuras de concreto reforzado en las que se usan elementos
precolados sean consideradas como inadecuadas para su uso en regiones de alta sismicidad, es el empleo de
sistemas de piso a base de precolados (algunos de los sistemas ya fueron mencionados en la parte inicial del
Figura 10 Resultados de las pruebas presentadas por Kanoh en uniones entre elementos precolados con
diferentes soluciones en el procedimiento de anclaje del refuerzo en el panel de unión
texto). A este respecto, en México, Rodríguez (Rodríguez y Blandón, 2000) usando un modelo a base de
elementos precolados, incluyendo el sistema de piso, realizó trabajo experimental sujetando un espécimen de
dos niveles a carga cíclica reversible únicamente traslacional; obtuvo conclusiones interesantes dentro de las
que sobresale el hecho de que plantea la necesidad del uso de muros estructurales de concreto para poder
reducir los desplazamientos laterales, y por lo tanto, las demandas de desplazamiento relativo en los
elementos y subensambles a base de precolados. Esta conclusión puede considerarse congruente con lo
indicado en el párrafo anterior, y tiene el propósito de reducir el nivel de daño en los elementos estructurales y
no-estructurales de la edificación. El inconveniente de este trabajo radica en que no existe una comparación
directa del comportamiento de este modelo para el patrón de desplazamiento aplicado con un modelo
exactamente igual pero construido con concreto colado en sitio. Así, en el trabajo de López (López y
colaboradores, 2001) se establece una comparación directa entre el comportamiento de dos estructuras de
concreto reforzado a escala real, una de concreto totalmente colado in-situ, y la otra con un sistema de piso
precolado a base de vigueta y bovedilla; ambos modelos se sujetaron a un patrón de desplazamientos
traslacional y torsional. De las pruebas de López se pudo determinar que las estructuras con sistemas de piso
precolados a base de vigueta y bovedilla sujetas a cargas únicamente traslacionales no presentan variación
importante en el comportamiento comparativo con las estructuras totalmente coladas en sitio; sin embargo,
cuando se sujetan al efecto de torsión, las estructuras con sistema de piso a base de vigueta y bovedilla pueden
llegar a presentar una reducción en la rigidez a torsión del orden del 10% con respecto a la rigidez a torsión de
la misma estructura de concreto totalmente colada en sitio. Un resumen gráfico de los resultados de dicha
prueba se presenta en la Fig.11.

a) Vista general del modelo b) Detalle de los gatos usados para aplicar carga

Figura 11 Resumen de los resultados de las pruebas desarrolladas por López y colaboradores (2001)
3.1 ESTUDIO EXPERIMENTAL SOBRE EL COMPORTAMIENTO DE ESTRUCTURAS CON
SISTEMA DE PISO DE VIGUETA Y BOVEDILLA SUJETAS A CARGAS LATERALES

Introducción

En la construcción de edificios de concreto reforzado en nuestro país, cada vez con mayor frecuencia se
observa el uso de sistemas de piso prefabricados, entre los que sobresale, por su volumen de uso, el
denominado de vigueta y bovedilla. Este sistema no se menciona explícitamente dentro de las
recomendaciones o guías para diseño y construcción emitidas para estructuras de concreto reforzado, lo que
tiende a generar incertidumbre entre los usuarios profesionales del diseño de estructuras, y en algunos casos
provoque la selección de parámetros de diseño no plenamente sustentados y justificados.

De la revisión de trabajos experimentales en sistemas estructurales prefabricados hechos a la fecha, son muy
pocos los que se pueden relacionar con sistemas de piso prefabricados (Esteva, 1966), y solo uno se ha hecho
considerando propiamente a la vigueta y bovedilla (Iglesias y Guzmán, 2000). Esta ausencia de información
experimental sobre el comportamiento medido de estructuras con este tipo de sistemas de piso no permite que
se emitan recomendaciones lógicas y racionales para el análisis y diseño de las mismas.

Los procedimientos de diseño que se emplean para edificios con este tipo de sistemas estructurales son
básicamente los mismos que los usados para edificación tradicional de concreto reforzado; siendo la única
diferencia el considerar una supuesta menor capacidad de deformación y menor rigidez del diafragma de piso
en las estructuras precoladas, incluidas todas las estructuras con sistema de piso de vigueta y bovedilla.

En el presente trabajo se presenta el análisis del comportamiento experimental de dos modelos estructurales
de concreto reforzado construidos a escala natural, sujetos a cargas laterales cíclicas reversibles traslacionales
y torsionales, llevado a cabo en el laboratorio de estructuras grandes del CENAPRED. Uno de los modelos es
colado in-situ (denominado Modelo CR); y el otro es un modelo con las características del colado in-situ en la
estructura del marco soporte, teniendo como única variante el sistema de piso que es prefabricado a base de
vigueta y bovedilla (denominado Modelo PCR). El Modelo PCR, de la estructura con un sistema de piso a
base de vigueta y bovedilla; es representativo de sistemas estructurales que aunque ampliamente han sido
empleados en la práctica de la construcción en nuestro país, generalmente se considera como un sistema
estructural no propio para ser usado en zonas de alta sismicidad.

Al hacer un análisis estructural de los edificios ante excitaciones laterales, como las fuerzas que produce un
sismo, es con frecuencia necesario considerar la transmisión de las fuerzas horizontales inerciales que se
generan en la masa de los sistemas de piso de cada nivel hacia los marcos o elementos resistentes verticales de
mayor rigidez y resistencia. Esto se logra en general a través del sistema de piso, de aquí la necesidad de
conocer la resistencia y rigidez de los elementos que van a cumplir con esta función. Tratándose de elementos
prefabricados o precolados, no siempre resulta evidente que los esfuerzos tangenciales inducidos por las
fuerzas inerciales de sismo son suficientemente pequeños en comparación con la resistencia del conjunto,
principalmente en las zonas de unión entre los diferentes componentes de un sistema de piso como el de
vigueta y bovedilla. Por otra parte, la posible menor rigidez del conjunto formado por los diferentes
componentes, la posibilidad de desplazamiento relativo a lo largo de las juntas entre los componentes y lo
limitado de la continuidad lograda a través de las juntas entre la losa y los marcos estructurales de soporte,
pueden considerarse como fuentes de posibles deformaciones y desplazamientos mayores a los esperados, que
pueden invalidar las hipótesis usuales de análisis y diseño en edificios semejantes, construidos con losas
monolíticas de concreto reforzado. Además, el comportamiento a lo largo de las juntas entre los componentes
del sistema de piso puede alterar la distribución inicial de esfuerzos y conducir a leyes de comportamiento que
difieran de las que corresponden a materiales y elementos conocidos como “monolíticos”.

La tendencia y costumbre en los procedimientos para el diseño de estructuras de concreto reforzado en las que
se emplea sistemas de piso a base de vigueta y bovedilla, en la mayor parte de nuestro país, establece
restricciones empíricas de análisis y diseño que resultan severas para este tipo de sistemas estructurales,
comparativamente con las restricciones o parámetros de diseño que se emplean generalmente para el diseño
de estructuras “monolíticas” de concreto reforzado. Un ejemplo de estas restricciones son, por ejemplo, los
factores de reducción de las ordenadas espectrales para diseño por sismo o factores de comportamiento
sísmico “Q”; para estructuras tradicionales de concreto reforzado se pueden considerar factores de reducción
superiores a 2.0 con deformaciones relativas de entrepiso límite permisibles entre 1.5 y 3% (Ordaz et al,
2000), mientras que para estructuras donde se use vigueta y bovedilla, además de que no se presenta
indicación o referencia alguna en la reglamentación vigente, generalmente se emplea un factor de reducción
de resistencia de 1.5 o en el más audaz de los casos de 2.0, y los valores límite de desplazamiento relativo de
entrepiso permisibles son similares o menores a los indicados para estructuras a base de losas planas sin
muros y contravientos, del orden de 1.5% (Ordaz et al, 2000).

La investigación comprendió dos pruebas efectuadas sobre modelos a escala natural, cuyo objetivo era
establecer una comparación directa entre los comportamientos ante cargas laterales de una estructura de
concreto reforzado tradicional “monolítica” y una estructura de concreto reforzado con sistema de piso
prefabricado usando vigueta y bovedilla. El resultado es la obtención de información básica para estimar las
variables más importantes que permitan establecer procedimientos de análisis y diseño lógicos y racionales,
además de proporcionar al profesional de la ingeniería estructural herramientas para predecir el
comportamiento de este tipo de estructuras de concreto reforzado con sistemas de piso prefabricados. En las
pruebas se consideró como variable únicamente el tipo de sistema de piso, permaneciendo todos los demás
parámetros y características de ambos modelos exactamente iguales. La comparación de ambos modelos
estructurales se hace considerando un patrón de cargas laterales predefinido e igual a ambos.

Modelos de prueba

Dimensiones generales

Los modelos considerados para el trabajo experimental son dos construidos a escala natural, los cuales se
diseñaron tratando de representar el primer nivel de un edificio de cuatro niveles ubicado en la Zona III según
la zonación sísmica conforme al Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal. El diseño se hizo
considerando que el comportamiento de la estructura estaría suministrado por marcos dúctiles. Ambos
modelos presentan las mismas dimensiones generales, consistiendo en una estructura de un nivel y una crujía
en ambas direcciones, con una altura libre de entrepiso de 200 cm y claros medidos a ejes de columna de 450
cm en ambas direcciones. Las dimensiones de los elementos estructurales de los marcos resistentes a
momento son de 40x25 cm en las trabes y 40x30 cm en las columnas. La orientación de las columnas se
propuso de manera que la mayor inercia coincidiera con la dirección de aplicación de la carga lateral
traslacional. La losa es de 12 cm de peralte total en el modelo CR y de 17 cm de peralte total en el modelo de
vigueta y bovedilla PCR, teniendo una capa de compresión de 4 cm como peralte menor ésta última. La
selección de los peraltes de ambas losas obedece a criterios de resistencia, además de tratar de que el peso por
unidad de volumen y el momento de inercia a flexión de ambas losas fuera igual. En la Fig.12 se presenta una
vista general del modelo de prueba indicando sus dimensiones y ubicación dentro del LEG del CENAPRED.

Diseño de los modelos

Ambos modelos se diseñaron siguiendo los lineamientos establecidos en el Reglamento de las Construcciones
para el Distrito Federal en sus Normas Técnicas Complementarias (RCDF-NTC), tratando de asegurar la
conformación de un mecanismo de falla del tipo “columna fuerte – viga débil”, con el propósito de que se
presenten inicialmente las articulaciones plásticas en los extremos de las trabes y posteriormente en la base de
las columnas, asumiendo éste como un comportamiento adecuado ante la incidencia de cargas laterales
propias de sismo. Además, se hizo una revisión usando los lineamientos expuestos por el Instituto de
Arquitectos del Japón (AIJ, 1988), para evitar la aparición de falla por cortante y por adherencia en trabes y
columnas. En general, los modelos se diseñaron para que presentaran un comportamiento predominantemente
dúctil, empleando para diseño los criterios correspondientes al RDF-NTC para estructuras con características
propias a un factor de comportamiento sísmico Q=2, este valor de Q se eligió tomando en cuenta que es el
mayor valor para dicho parámetro que empíricamente se recomienda usar para estructuras sonde se emplea
vigueta y bovedilla para resolver los sistemas de piso.

La losa del primer modelo, de 12 cm de espesor, se coló monolíticamente con las trabes y contaba con un
refuerzo para momento positivo de varillas del número 3 a cada 25 cm, y para momento negativo de varillas
del número 3 a cada 15 cm, este refuerzo es propio de tablero de losa con los cuatro bordes continuos. El
segundo modelo, con un sistema de piso a base de vigueta y bovedilla, tenía una capa de compresión de 4 cm
de espesor de concreto reforzado, colado monolíticamente con las trabes, esta capa de compresión tenía un
refuerzo de malla electrosoldada nominación 6x6/10-10. La bovedilla es de cemento-arena con un peralte de
13 cm, siendo el elemento soporte de la bovedilla una vigueta pretensada también de 13 cm de peralte. La
vigueta pretensada se apoyó 5 cm dentro de la zona del concreto del núcleo de las trabes. Los procedimientos
constructivos para ambos modelos trataron de representar la práctica común de la construcción en México,
específicamente en la zona metropolitana del Distrito Federal.

Gato hidráulico para aplicación de carga (desplazamiento)

1 2
Sección transversal de columna
8 varillas # 6
Muro de reacción

0.37 4.50
estribos # 3 @ 7.5 cm
0.70

0.40

2.00
0.40

0.30

0.65 0.85
Sección transversal de trabe
6 varillas # 4
Losa de reacción estribos # 3 @ 17.5 cm
SUR NORTE

Vista Este de la geometría de los modelos de prueba


0.40

A B

0.70 0.25

4.50

0.70

0.40
Acotaciones en metros,
excepto las indicadas en
0.30
2.00
otras unidades.
Para las características
de los materiales usados
0.65
0.85
en los dos modelos de
prueba, ver Tabla 1.
Losa de reacción
OESTE ESTE

Vista Sur de la geometría de los modelos de prueba

Figura 12 Vista general del modelo de prueba, incluyendo el aparato de carga y de la ubicación del sistema
dentro del LEG-CENAPRED

El refuerzo longitudinal de las columnas fue de 8 varillas del número 6 repartidas uniformemente en la
periferia de la sección transversal, con refuerzo transversal de estribos del número 3 separados 7.5 cm a toda
la altura de la columna. El refuerzo longitudinal se ancló en el bloque de fijación a la losa de reacción con
ángulo de 90° y continúa recto dentro del muñón de columna en la parte superior. Las trabes tenían un
refuerzo longitudinal de 6 varillas del número 4, 3 para cada lecho, con refuerzo transversal de estribos del
número 3 a cada 17.5 cm. El recubrimiento tanto en trabes, como en columnas fue de 2.5 cm.

Para simular la continuidad de la estructura hacia los niveles superiores y hacia los tableros laterales, las
trabes y la losa se extendieron 70 cm a partir del eje de las columnas, excepto en la cara sur del modelo donde
se extendieron solo 37 cm con el propósito de que las dimensiones del modelo se ajustaran a las dimensiones
de los dispositivos de aplicación de carga. De igual manera, las columnas se extendieron 70 cm hacia arriba, a
partir del eje de las trabes, para simular la continuidad con el nivel inmediato superior.

Las características de los materiales empleados en ambos modelos se resumen en la Tabla 1. EL concreto
empleado para los modelos se elaboró en un trompo en el LEG-CENAPRED, de modo que resultase un
concreto de resistencia a la compresión aproximada de 350 a 400 kg/cm2, para ser usado en dados y columnas
de ambos modelos; y se elaboró un concreto de resistencia a la compresión aproximada de 250 kg/cm2, para
usarlo en trabes y capa de compresión del modelo PCR. Las varillas fueron de acero rolado en frío con una
planicie de fluencia no definida para las varillas del número 3, y de acero rolado en caliente con una planicie
de fluencia bien definida para las barras del número 4 y 6.

Tabla 1 Características mecánicas de los materiales


Material Resistencia (kg/cm2) Elemento estructural
Concreto f’c=400 Dados, columnas de los dos modelos
Concreto f’c=350 Trabes del modelo CR
Concreto f’c=280 Trabes y capa de compresión del modelo PCR
Acero fy=4200 (rolado en frío) Varillas No.3 para refuerzo lateral
Acero fy=4500 (rolado en caliente) Varillas No.4 para refuerzo longitudinal en trabes
Acero fy=4500 (rolado en caliente) Varillas No.6 para refuerzo longitudinal en columnas

Las viguetas pretensadas presentaban una resistencia del concreto de 400 kg/cm2 y la resistencia del acero de
presfuerzo era de 17,500 kg/cm2 (ambos datos son información obtenida del fabricante). La viguetas
empleadas tenían un dentellado en la parte superior, tratando de favorecer la monoliticidad con el concreto de
la capa de compresión. Las bovedillas, de 13 cm de peralte, presentaban 68 cm de dimensión mayor, de modo
que se colocaron, en los 450 cm de claro, cinco viguetas separadas a cada 75 cm y seis hileras de bovedillas
apoyadas en las viguetas y en las trabes en los extremos.

Instrumentación

Para conocer las características de comportamiento de los dos modelos, se midieron deformaciones unitarias,
desplazamientos y valores de cargas aplicadas en diversos puntos del modelo. Se usaron deformímetros
eléctricos (strain gauges) para medir deformaciones unitarias en puntos específicos del refuerzo longitudinal.
Con base en las deformaciones unitarias medidas, y conociendo las relaciones de esfuerzo-deformación
unitaria de los materiales, se pudo determinar la historia de esfuerzos en el punto de medición en cualquier
instante de la historia de desplazamientos aplicados. Se usaron extensómetros para medir directamente el
desplazamiento relativo entre dos puntos específicos, para estos modelos se emplearon transductores de
desplazamiento lineal LVDTs (Linear Variable Differential Transducers). Tanto los “strain gauges”, como los
“LVDTs” fueron leídos y almacenados a través de un dispositivo de adquisición de información conectado a
una computadora (Flores et al, 2000).

La instrumentación fue la misma para los dos modelos con objeto de poder comparar directamente el efecto
de los sistemas estructurales considerados en el comportamiento general de los especimenes. La
instrumentación se dividió en externa e interna, la interna consta de los medidores de deformaciones unitarias,
que en esta primera etapa del proyecto se usó para verificar el estado de esfuerzos del acero de refuerzo en las
secciones críticas de los elementos trabe y columna, con el propósito de determinar si fluyó o no el acero y el
nivel de demanda de deformación alcanzada. La instrumentación externa consta de los medidores de
desplazamiento y de las celdas de carga que permiten conocer el valor de carga aplicada en el espécimen; los
medidores de desplazamientos se colocaron en los extremos de columnas y trabes con el propósito de
determinar los valores de rotación en estas regiones donde se supone una mayor demanda, también se
colocaron en gran parte de la superficie de la losa, único parámetro variable de la prueba, para poder
identificar una diferencia local en el comportamiento entre los dos modelos.

La instrumentación tiene por objeto el estudio de las relaciones carga-desplazamiento en la estructura en


general y en los elementos estructurales en particular. Una vista general de la instrumentación externa de los
modelos, se presenta en la Fig.13.
Para medición de
desplazamiento de Para medición de
entrepiso en ejes deformación en losa
Para medición de
rotación en extre- AyB
Celda de carga OESTE
Muro de reacción en gato mo de trabe

Para medición de
desplazamiento
vertical en losa

Para medición de
rotación en extre-
mo de columna
SUR NORTE
Losa de reacción
SUR NORTE
ESTE
Distribución de transductores de desplazamiento y celdas de carga en marco típico y en losa de piso

Figura 13 Vista general de la instrumentación de los modelos, incluyendo el aparato de carga

Aparato de aplicación de carga

Los modelos se sometieron únicamente a cargas laterales tratando de simular el efecto que puede provocarle
un sismo. No se consideró el uso de cargas vivas (colocar sobrecarga en la losa), tampoco se consideró el
aplicar carga axial en las columnas tratando de simular el efecto del peso propio y cargas vivas de los tres
niveles superiores que se asumieron para el diseño de la estructura. El desplazamiento lateral se aplicó a los
modelos por medio de dos gatos hidráulicos de 50 toneladas de capacidad máxima cada uno, siendo aplicado
este efecto simétricamente al modelo en puntos ubicados sobre ejes paralelos a los marcos A y B (Fig 12 y
13), separados respectivamente 113 cm de ellos hacia el centro del modelo.

Para la aplicación de la excitación lateral, los gatos se fijaron al muro de reacción del LEG-CENAPRED y
permitían empujar en dirección norte (desplazamiento positivo) y sur (desplazamiento negativo) al modelo.
Para evitar aplicar carga de tensión directa en el sistema de piso durante la aplicación del desplazamiento
negativo, y afectar el comportamiento del mismo, se colocaron unos tensores unidos a la cabeza del gato que
permitían también “empujar” al modelo en la dirección de carga negativa (Fig.11).

La carga aplicada a los modelos, para poder alcanzar el desplazamiento preestablecido, debe transmitirse a la
losa de reacción para evitar el desplazamiento de los dados de fijación. Esta fuerza lateral se puede transmitir
hacia el piso de reacción por medio de fricción, para lo cual se aplicaron 15 toneladas de presfuerzo a cada
una de las cuatro barras que permitían anclar a los modelos en el piso de reacción.

Historia de carga

El patrón de excitación sobre el modelo fue controlado por desplazamientos. Este patrón de desplazamientos,
que se indica en la Fig.14, se determinó con base en el cálculo del desplazamiento relativo que presentaría el
modelo al primer agrietamiento por flexión en trabes y columnas, el cual resultaba entre 1/1000 y 1/800 veces
la altura del entrepiso (entre 0.1 y 0.125% de deformación relativa de entrepiso, que se abreviará en adelante
como DRE y que se define como la relación entre el desplazamiento lateral del entrepiso y la altura libre del
mismo).

La historia de desplazamientos (historia de carga) aplicada a los modelos se dividió en tres partes. La primera
parte, compuesta por 21 ciclos completos de desplazamientos traslacionales aplicados conjuntamente por los
dos gatos, tiene el objeto de observar el comportamiento básicamente a flexión del sistema estructural ante
excitación lateral de desplazamiento hasta un nivel de deformación relativa de entrepiso de 1/50 veces la
altura del mismo (para este modelo resultaba en un desplazamiento total de 40.0 mm, o 2.0 % de DRE). En
esta primera etapa no se considera explícitamente la presencia de torsión en el modelo. La segunda etapa,
compuesta por cuatro ciclos de desplazamientos con torsión explícita, lo cual se logró liberando del modelo el
gato del eje B’ y aplicando desplazamientos al modelo únicamente con el gato del eje A’; esta secuencia de la
historia de carga tiene el objeto de observar el comportamiento de las estructuras ante torsión inducida.
Además, se trata de estudiar específicamente el comportamiento del sistema de piso ante efectos de torsión, y
poder así comparar directamente la rigidez ante efectos de torsión de una estructura con un sistema de piso de
loza maciza o tradicional, con la que resulte en la estructura con el sistema de piso con vigueta y bovedilla.
Finalmente, la tercera parte del patrón de excitación, compuesta por tres ciclos de aplicación de
desplazamientos traslacionales aplicados por los dos gatos, tiene el objeto de observar el comportamiento de
los modelos ante un desplazamiento lateral mayor a los máximos permitidos por los reglamentos de diseño en
nuestro país, aplicando hasta un nivel de deformación relativa de entrepiso de 1/25 veces la altura del mismo
(4.0 % de DRE).

80 4

60 3
Desplazamiento lateral (mm)

Desplazamiento relativo (%)


40 2

20 1

0 0

-20 -1

-40 -2

-60 -3

-4
-80
4 ciclos de 3 ciclos de
21 ciclos de translación torsión translación

Número de ciclo de carga

Figura 14 Historia de desplazamientos aplicado a los modelos de prueba

La historia de desplazamientos no se aplicó en forma monótona creciente, después de los ciclos 11 y 19,
donde se aplicó un desplazamiento relativo de entrepiso de 1 y 2 % respectivamente, se aplicaron nuevamente
ciclos a desplazamientos pequeños con el propósito de observar la degradación de rigidez en el rango de
pequeños desplazamientos, que es la condición para la cual se determinan las características dinámicas de
mayor relevancia en el comportamiento de estructuras usando vibración ambiental.

Comportamiento General de los Modelos

Se describe el comportamiento observado durante la etapa de prueba para ambos modelos. La aparición del
primer agrietamiento, por flexión, se presentó en la base de las columnas y en los extremos de las trabes
indistintamente para los dos modelos. Para ambos modelos este primer agrietamiento se observó a un
desplazamiento lateral de 1.0 mm (equivalente a un DRE de 1/2000 veces la altura de entrepiso, o 0.05%).

La primera fluencia observada en el refuerzo longitudinal se presentó primero en las trabes y un ciclo después
en las columnas. Para el modelo CR este fenómeno de fluencia del acero de refuerzo longitudinal se observó
en trabes a un desplazamiento lateral de 10 mm (DRE de 1/200 h, o 0 0.5%) en el pico del octavo ciclo
positivo de carga ; y en columnas se presentó al siguiente ciclo a un desplazamiento de 10.6 mm (DRE de
1/189 h, o 0.53%). Para el modelo PCR la fluencia del refuerzo longitudinal de observó tanto en trabes como
en columnas a un desplazamiento lateral de 12 mm (DRE de 1/166 h, o 0.6%), observándose la fluencia en las
columnas un ciclo después del noveno ciclo de carga en el que apareció la fluencia en las trabes.

La aparición del agrietamiento por flexo-cortante se observó en columnas del modelo CR a un desplazamiento
lateral de 10.0 mm (DRE de 1/200 h, o 0.5%) en el noveno ciclo de carga. Para este modelo, el agrietamiento
por cortante se presentó también únicamente en columnas a un desplazamiento lateral de 20.0 mm (DRE
1/100 h, o 1.0%), correspondiendo al pico del noveno ciclo de carga. En el caso del modelo PCR la aparición
del agrietamiento por flexo-cortante se observó en columnas y trabes a un desplazamiento lateral de 5.0 mm
(DRE de 1/400 h, o 0.25%) durante el sexto ciclo de carga; y el agrietamiento por cortante se presentó
únicamente en columnas, a un desplazamiento lateral de 10.0 mm (DRE 1/200 h, o 0.5%) durante el décimo
ciclo de carga.

Otro aspecto importante desde el punto de vista de definición de falla de elementos estructurales de concreto
reforzado, es la aparición del fenómeno del aplastamiento del concreto. Este fenómeno se observó por efectos
de flexión en los extremos de las trabes y en las bases de las columnas, coincidiendo con la configuración de
mecanismo de fluencia considerado en el proceso de diseño. Para el modelo CR el aplastamiento del concreto
en trabes se observó ante un desplazamiento lateral de 40 mm (DRE de 1/50 h, o 2.0%), y el aplastamiento del
concreto en columnas se presentó a un desplazamiento aproximado de 55 mm (DRE de 1/35 h, o 2.8%). Para
el modelo PCR este fenómeno se presentó en trabes a un desplazamiento lateral de 30 mm (DRE de 1/66 h, o
1.5%), y en columnas se presentó de igual manera que para el modelo CR. En ambos especimenes el
aplastamiento del concreto se identificó durante el primer ciclo de carga posterior a los cuatro ciclos de
torsión, cuando se incursionaba hacia el primer ciclo positivo de desplazamiento máximo de 60 mm (DRE de
1/33 h, o 3.0%).

El patrón de aparición de grietas varía conforme se incrementa el nivel de desplazamiento aplicado en los
especimenes; sin embargo, a partir del nivel de DRE equivalente a 2.0%, no aparecen nuevas grietas por
flexión o cortante, la longitud de las grietas identificadas producto de los dos fenómenos anteriores también
presenta poca o nula variación en los elementos trabes y columnas. La degradación de resistencia y rigidez a
partir de un DRE igual a 2.0% se puede pensar es debido a la concentración de deformación en las grietas
existentes, por incremento de la abertura en las mismas, o debido a la pérdida de adherencia entre el concreto
y el acero de refuerzo. En la Fig.15 se muestra el patrón de agrietamiento observado en columnas y trabes
para cada modelo, para los niveles de DRE de 2.0% y para la condición final.

a) Agrietamiento en columna, DRE 2%, b) Agrietamiento en columna, DRE 2%,


modelo CR modelo PCR

Figura 15 Patrones de agrietamiento en columnas y trabes de los modelos CR y PCR para las condiciones de
DRE de 2.0% y final de prueba (DRE de 4.0%)
c) Agrietamiento en trabe, DRE 2%, d) Agrietamiento en trabe, DRE 2%,
modelo CR modelo PCR

e) Agrietamiento en la condición final de prueba, f) Agrietamiento en la condición final de prueba,


DRE 4.0%, modelo CR DRE 4.0%, modelo PCR

Figura 15 (cont.) Patrones de agrietamiento en columnas y trabes de los modelos CR y PCR para las
condiciones de DRE de 2.0% y final de prueba (DRE de 4.0%)

En cuanto al agrietamiento o daño observado en las losas de los modelos, en los dos casos el agrietamiento se
presentó en ambos lechos, superior e inferior, siendo perpendicular a la dirección de aplicación de carga. Por
la orientación del agrietamiento se puede decir que se debió principalmente a la contribución de las losas al
trabajo en flexión de los marcos resistentes a momento en la dirección de la aplicación de la carga. El
agrietamiento por flexión en el modelo CR interesó a la losa en su lecho superior a un desplazamiento lateral
de 10.0 mm (DRE de 1/200 h, o 0.5%) durante el séptimo ciclo de carga. Para el modelo PCR el
agrietamiento por flexión observado en la capa de compresión fue a un desplazamiento lateral de 5.0 mm
(DRE de 1/400 h, o 0.25%) durante el quinto ciclo de carga; y las viguetas del sistema de piso se agrietaron
demandadas por flexión cuando el modelo presentaba un desplazamiento lateral de 20.0 mm (DRE de 1/100
h, o 1.0%) durante el ciclo número 16 de la primera parte de desplazamientos traslacionales.

Cuando los modelos se sujetaron a los cuatro ciclos de torsión, no se observó agrietamiento por tensión
diagonal en las losas. Para desplazamientos superiores a 40.0 mm (DRE de 1/50 h, o 2.0%) se presentó
agrietamiento con tendencia diagonal en las esquinas de los tableros de ambas losas, resultando agrietadas las
bovedillas en el caso de la losa del modelo PCR; sin embargo, aunque en algunas bovedillas el agrietamiento
resultó severo (abertura superior a los 2 mm), no se presentó desprendimiento o indicios del mismo durante
toda prueba incluso hasta niveles de desplazamiento lateral de 80.0 mm (DRE de 1/25 h, o 4.0%) (ver Fig.16).
No se observó inestabilidad o desprendimiento de las bovedillas en el modelo PCR, tampoco las viguetas
mostraron deslizamiento en la zona de apoyo con la trabe portante. En general el desprendimiento de material,
observado en los dos modelos a niveles altos de DRE, resultó similar.

a) Modelo CR b) Modelo PCR

Figura 16 Vista inferior de la esquina de tablero de losa para los dos modelos (estado final de la prueba)

En general el comportamiento de ambos modelos fue del tipo viga débil – columna fuerte, sin que el tipo de
sistema de piso resultara significativo para la formación del mecanismo de falla. Sin embargo, aunque se
presentó primero la fluencia en el acero de refuerzo de trabes, el acero de refuerzo en columnas también fluyó
a niveles de DRE pequeños. Esto se puede pensar que es debido a la consideración de la influencia del
sistema de piso (losa maciza o vigueta y bovedilla) sobre las trabes de los marcos resistentes a momento
durante el proceso de análisis. De los resultados obtenidos observando el patrón de agrietamiento de las losas,
se entiende que el ancho de losa a considerar puede resultar prácticamente igual a un medio del claro del
tablero en la dirección perpendicular a la dirección de análisis o de aplicación de carga (Fig.17).

Figura 17 Vista superior de la losa para el modelo PCR (estado final de la prueba)
Análisis de los Resultados

Se presenta brevemente un análisis de la relación entre los niveles de deformación de los modelos, las
demandas de rotación en el sistema ante la carga de torsión, así como con la demanda de deformación del
sistema de piso. Se comparan directamente las características de deformación de los dos modelos. La
posibilidad de la comparación directa del comportamiento radica en que los dos modelos presentan la misma
instrumentación, la cual consiste en medidores de deformaciones unitarias y medidores de desplazamiento en
los extremos de columnas y trabes, y en una parte de la superficie de las losas.

Relación carga-desplazamiento lateral

Para determinar la relación carga-desplazamiento lateral de los modelos, la carga se definió como la suma de
las cargas aplicadas y medidas en cada gato, y el desplazamiento lateral como el promedio de los valores de
desplazamiento medidos en los transductores ubicados en la cara sur de los modelos en los ejes A y B. Las
relaciones medidas carga-desplazamiento lateral se muestran en la Fig.8, y son las obtenidas considerando los
veinticuatro ciclos de carga traslacional. En la misma figura se indican los puntos en los que se observó el
primer agrietamiento por flexión, el punto donde se identificó la primera fluencia por flexión y el punto en el
que se observó el aplastamiento del concreto en trabes. De las figuras se puede entender que tanto la
configuración global de las curvas, como los puntos al agrietamiento, fluencia y aplastamiento del concreto no
presentan diferencias apreciables entre los dos modelos. Las resistencias alcanzadas por los modelos se
indican en la Tabla 2. La diferencia más notable se presenta en los niveles de degradación de resistencia para
igual desplazamiento ante ciclos sucesivos de carga; en la curva carga-desplazamiento lateral correspondiente
al modelo PCR se identifica una degradación de resistencia entre 1 y 3% mayor a la observada en la curva
correspondiente al modelo CR. Sin embargo, estos niveles de degradación de resistencia observados en ambos
modelos, aún para niveles de DRE altos (mayor a 2%), no representan un indicio de que las estructuras
pudiesen tener demandas de desplazamiento grandes (inadecuados desde el punto de vista reglamentario) si se
sujetan a la representación de la incidencia de una excitación sísmica por medio de análisis inelásticos no-
lineales (López, et al, 1992).
δ1
P1
P2

δ2 Carga lateral = P 1 +P 2
Desplazamiento lateral = (δ1 + δ2 )/2

80 80
Aplastamiento del concreto Aplastamiento del concreto
60 60
Fluencia del refuerzo Fluencia del refuerzo
Fuerz a lateral (ton)

Fuerz a lateral (ton)

40 40

Grieta por flexión Grieta por flexión


20 20

0 0

-20 -20

-40 -40

-60 -60
Modelo CR Modelo PCR
-80 -80
-100 -80 -60 -40 -20 0 20 40 60 80 100 -100 -80 -60 -40 -20 0 20 40 60 80 100
Desplazamiento lateral (mm) Desplazamiento lateral (mm)

Figura 18 Curvas carga lateral-desplazamiento lateral de los modelos CR y PCR

Tabla 2 Resistencias medidas de los modelos


Resistencia cuando se presenta el
Resistencia máxima (ton)
Modelo aplastamiento del concreto en trabes (ton)
Positivo Negativo Positivo Negativo
CR 67.5 63.6 75.6 70.4
PCR 68.5 63.7 73.4 69.3
Relación carga-desplazamiento torsional

Para determinar la relación carga-desplazamiento torsional de los modelos, la carga se definió como la carga
medida en el gato del eje A’ (debido a que el gato del eje B’ se desconectó del modelo), y el desplazamiento
rotacional se consideró como la sustracción algebraica de los valores de desplazamiento medidos en los
transductores ubicados en la cara sur de los modelos en los ejes A y B. La Fig.11 muestra las relaciones
carga-desplazamiento torsional obtenidas durante los cuatro ciclos de desplazamiento torsional aplicado en
los modelos. La tendencia de las curvas resulta similar para ambos modelos.

De la revisión de la información de las gráficas se encontró una diferencia en la rigidez de los modelos al
sujetarlos al efecto de torsión inducida. La diferencia en la rigidez se determinó del orden del 30% superior
para el modelo CR en los dos primeros ciclos de torsión, y del orden de 20% superior para el mismo modelo
en los dos últimos ciclos de torsión. El nivel de daño asociado al agrietamiento observado en el modelo, en
este caso específicamente en los tableros de losa, no presentó alteraciones significativas durante los cuatro
ciclos de torsión; por lo que resulta difícil dilucidar si el porcentaje de diferencia entre las rigideces a torsión
de los dos modelos se reduce a un mayor desplazamiento debido el incremento del daño en la losa del modelo
CR.

Alargamiento del sistema de piso

Cuando los sistemas estructurales se sujetan a cargas laterales cíclicas reversibles, aparecen grietas en todas
las caras de los elementos producto de la inversión de momentos a los que se ven sujetos. Cuando el sistema
de piso, compuesto por trabes y losas, se sujeta a un patrón de fuerzas cíclicas reversibles, aparecerán grietas
por diversos efectos, principalmente debido a momento flexionante positivo y negativo; agrietamiento que,
conforme se incrementa el nivel de desplazamiento lateral, incrementa también su abertura. Ante el proceso
de abrir y cerrar sucesivo de las grietas, éstas tienden a presentar una abertura remanente, lo que se traduce en
una elongación o alargamiento del elemento o elementos estructurales donde se ubica la grieta. En el caso de
los especimenes probados en este trabajo se midió el alargamiento de la losa por medio de la diferencia
evolutiva durante el proceso de la prueba entre los valores de desplazamiento medido en los transductores
ubicados en las caras norte y sur de los ejes A y B. La Fig.19 muestra la relación obtenida entre el
desplazamiento lateral aplicado al modelo (valor que se considera igual al promedio de los valores reportados
en los medidores de desplazamiento ubicados en la cara sur del modelo) y el alargamiento del sistema de piso
medido considerando únicamente los transductores ubicados en el eje A. De la figura se aprecia que los
modelos después de haber estado sujetos a un desplazamiento lateral máximo de 80.0 mm, presentaron
alargamiento del sistema de piso, al término de la prueba, de aproximadamente 9.75 y 7.61 mm, en el modelo
CR y PCR respectivamente. Este alargamiento final remanente del sistema de piso, resulta del orden del 12.2
y 9.5 % del nivel de desplazamiento lateral máximo aplicado en el modelo, para los modelos CR y PCR
respectivamente. El patrón de incremento de elongación del sistema de piso ante el incremento sucesivo del
desplazamiento lateral aplicado resultó similar en ambos modelos, presentando una taza promedio de 1 a 6, es
decir un alargamiento en el sistema de piso del orden del 16.6% del valor del desplazamiento lateral aplicado.
También se observa que el alargamiento final remanente resultó del orden de 2.0 mm menor para el modelo
PCR, del orden de 20.5% menor alargamiento remanente registrado en el modelo PCR.

Conclusiones

Las conclusiones más relevantes de este trabajo experimental comparativo entre estructuras con sistemas de
piso “tradicional” a base de losa maciza y prefabricados a base de vigueta y bovedilla se pueden resumir en
las siguientes:
- Los patrones de agrietamiento, patrones de daño y configuración del mecanismo de falla no varió
significativamente entre los dos modelos considerados en el estudio cuando estos están sujetos a carga
predominantemente traslacional. Esta tendencia se apreció hasta niveles de DRE de 3%. Para DRE
mayores que este valor, el nivel de agrietamiento (abertura de grieta) y daño visible en el sistema de piso
de vigueta y bovedilla fue comparativamente mayor.
- El comportamiento carga lateral – desplazamiento lateral de los modelos cuando se considera únicamente
la historia de desplazamientos traslacional resultó prácticamente igual en ambos modelos hasta un DRE
de 2.0%. Para DRE mayores se observó pequeño incremento en la degradación de resistencia en el
modelo PCR con respecto a la observada en el modelo CR, la diferencia entre los valores de degradación
de resistencia determinada para los dos modelos fue menor al 3%. La resistencia a carga lateral,
determinada por el sistema portante, no presentó variaciones significativas en función del tipo de sistema
de piso.
- Cuando los modelos se sujetaron a cargas representativas de efectos de torsión, el modelo CR presentó
mayor rigidez que el modelo PCR, siendo la diferencia del orden de 10% menor la rigidez a torsión
medida en el modelo PCR.
- No se observó inestabilidad o indicios de desprendimiento de las bovedillas en el modelo PCR, tampoco
se observó deslizamiento de las viguetas en la zona de apoyo con la viga portante. En general el
fenómeno de desprendimiento de material del sistema de piso, observado en los dos modelos a niveles
altos de DRE, resultó similar para ambos modelos.

δ1 δ3
P1
P2
Desplazamiento lateral = (δ1 + δ2 )/2
δ2
Alargamiento de losa = δ3-δ1
100 100
Tendencia media Tendencia media
75 75
D e s p l a za m i e n to lateral (m m )

50 D e s p l a za m i e n to lateral (m m ) 50

25 25

0 0

-25 Alargam iento final


-25
Alargam iento final
-50 -50

-75 -75
Modelo CR Modelo PCR
-100 -100
0.0 3.0 6.0 9.0 12.0 15.0 0.0 3.0 6.0 9.0 12.0 15.0
Alargam iento de losa (m m ) Alargam iento de losa (m m )

Figura 19 Curvas desplazamiento lateral-alargamiento de la losa de los modelos CR y PCR


4. COMPORTAMIENTO ANTE SISMO Y PROCEDIMIENTO DE DISEÑO

La experiencia generada durante la ocurrencia de sismos, así como el extenso trabajo de laboratorio, ha
demostrado que edificaciones de concreto reforzado coladas en sitio bien diseñadas y adecuadamente
construidas, presentan un comportamiento adecuado ante la incidencia de sismos severos. Estructuras a base
de marcos resistentes a momento, en las que se incorporan algunos elementos de concreto precolados, que son
diseñadas para presentar un comportamiento dúctil y una resistencia adecuada ante sismo, no han tenido la
misma cantidad de trabajo de laboratorio, y la mayoría de los daños reportados durante la incidencia de sismo
se debe principalmente a inadecuados procedimientos de diseño y construcción (por ejemplo Otani, 1992).
Sin embargo, este tipo de estructuras con elementos precolados (o totalmente precoladas) en el futuro tiende a
ser ampliamente usada aún en regiones de alta sismicidad.

Como ya se indicó, la incorporación de elementos de concreto precolados presenta las ventajas de tener un
alto control de calidad, reducción considerable del trabajo en obra, e incremento notable de la velocidad de
construcción. En contraposición, la mayor desventaja del sistema es la supuesta discontinuidad que
presentaría en las regiones de unión entre los elementos precolados y entre elementos precolados y el concreto
colado en sitio. Las ayudas y propuestas para diseño sismo-resistente de estructuras precoladas emitidas en
diversos países (Vg. Nueva Zelanda, Japón y Estados Unidos) tratan de lograr que las estructuras resulten con
una capacidad de comportamiento dúctil similar a la de las estructuras de concreto reforzado coladas en sitio.
Sin embargo, como ya se ha mencionado anteriormente en este trabajo, no todas las soluciones presentan
comportamientos similares o mejores que cuando se emplea concreto reforzado colado en sitio; siendo el
parámetro de mayor influencia el que la capacidad de disipación de energía por deformación en el rango
inelástico puede ser menor en los sistemas con elementos precolados.

Así, los problemas básicos para el diseño sismo-resistente de estructuras incorporando elementos precolados
pueden reducirse a los siguientes:

a) Definir un método práctico y económico para la conexión entre los elementos estructurales cuando se
usen precolados; y
b) Determinar un espectro de diseño que considere el posible diferente comportamiento, ante carga cíclica
reversible del tipo sísmico, de este tipo de estructuras respecto de las coladas en sitio (diferencia que se
resume en un efecto marcado de adelgazamiento de los lazos de histéresis y degradación de resistencia
ante ciclos sucesivos de cargas alternadas)

Debido al supuesto pobre comportamiento ante la incidencia de sismos intensos, este tipo de estructuras ha
sido estigmatizado en cuanto a su uso para regiones de alta sismicidad. Sin embargo, actualmente una gran
cantidad de construcciones de concreto reforzado, estructuras a base de marcos resistentes a momento con una
combinación de elementos de concreto colado en sitio y elementos precolados, se han venido diseñando y
construyendo, usando para su diseño preceptos propios de estructuras totalmente monolíticas. Como ya se
mencionó, las estructuras donde se emplean elementos precolados, pueden presentar comportamiento ante
carga cíclica reversible con un acentuado efecto de adelgazamiento de los lazos de histéresis (también
denominado como “pinching”) y en muy contados casos (en un porcentaje similar a las estructuras
tradicionales de concreto reforzado; López, 1992) se puede observar degradación de la resistencia, aspectos
que generan incremento en las demandas de desplazamiento de estos sistemas estructurales respecto a los que
podrían esperarse para un sistema totalmente colado en sitio (Sucuoglu, 1995)

Los procedimientos de diseño que se emplean, y pretende seguir empleando, para edificios con este tipo de
sistemas estructurales son básicamente los mismos que los usados para edificación tradicional de concreto
reforzado totalmente colada en sitio; siendo la única diferencia el considerar una supuesta menor capacidad de
deformación y menor rigidez del diafragma de piso en las estructuras precoladas. La tendencia y costumbre en
los procedimientos para el diseño de estructuras de concreto reforzado en las que se emplea sistemas
estructurales con elementos precolados, en la mayor parte de nuestro país, consideran restricciones empíricas
de análisis y diseño que pueden resultar injustificadamente severas para este tipo de sistemas estructurales,
comparativamente con las restricciones o parámetros de diseño que se emplean generalmente para el diseño
de estructuras “monolíticas” de concreto reforzado. Un ejemplo de estas restricciones son los factores de
reducción de las ordenadas espectrales para diseño por sismo o factores de comportamiento sísmico “Q”. Para
estructuras tradicionales de concreto reforzado se pueden considerar factores de reducción superiores a 2.0
con deformaciones relativas de entrepiso límite permisibles entre 1.5 y 3% (Ordaz et al, 2000), mientras que
para estructuras donde se use elementos precolados, además de que no se presenta indicación o referencia
alguna en la reglamentación vigente, generalmente se emplea un factor de reducción de resistencia de 1.5 o,
en el menos conservador de los casos de 2.0, y los valores límite de desplazamiento relativo de entrepiso
permisibles son similares o menores a los indicados para estructuras a base de losas planas sin muros y
contravientos, del orden de 1.5% (Ordaz et al, 2000).

Una propuesta para diseño de estructuras de concreto reforzado en las cuales se usen elementos precolados se
basa en el seguimiento irrestricto de los lineamientos para diseño de estructuras monolíticas de concreto
reforzado. La diferencia radicará únicamente en las características del espectro para diseño ante sismo y esta
deberá establecerse con criterios lógicos y racionales.

Para determinar las características del espectro de diseño para estructuras donde se usen elementos
precolados, será necesario establecer modelos y reglas de histéresis que traten de representar adecuadamente a
las estructuras de concreto reforzado con comportamiento ideal, y a las estructuras con elementos precolados
que presentarían comportamientos inadecuados. Con objeto de poder emplear el espectro de diseño que se
presenta en los códigos vigentes, se tratará de establecer una relación entre las características de respuesta de
los sistemas representativos de estructuras de concreto monolítico y precolado, de manera que se pueda
determinar un factor que relacione directamente las ordenadas espectrales necesarias para que una estructura
de concreto reforzado con elementos precolados presente niveles de respuestas máximas (por ejemplo
ductilidad, desplazamientos relativos, etc.) iguales a las de una estructura monolítica, a partir de un espectro
de diseño único.

Tratando de representar los casos extremos, es ampliamente aceptado que el modelo de Takeda (Takeda,
1970) resulta adecuado para representar el comportamiento de estructuras de concreto reforzado bien
diseñadas y construidas, sujetas a carga cíclica reversible; y un modelo con adelgazamiento (modelo de
Takeda con Slip, Shiohara, 1982) representaría adecuadamente el comportamiento de una estructura con
elementos precolados. La respuesta de sistemas de un grado de libertad, representación simplificada del
comportamiento de estructuras de múltiples grados de libertad, con las mismas características dinámicas, pero
cada una con uno de los dos modelos mencionados se presentan en la Fig.20. De la misma figura se aprecia
que el efecto del adelgazamiento, genera una menor capacidad de disipar energía por deformación y, por lo
tanto, eso repercute en una mayor respuesta de desplazamientos. Si las características mecánicas y dinámicas
de los sistemas de un grado de libertad que representan a dos edificios son iguales, y la única variante es el
modelo de histéresis, para lograr que los niveles de desplazamientos máximos, y por lo tanto de ductilidad,
resulten iguales entre la estructura monolítica y la precolada, deberá proporcionarse una mayor resistencia a la
estructura con precolados. Luego, si las ordenadas espectrales para diseño se obtienen de relacionar los
niveles de fuerzas producto de la respuesta elástica de sistemas de un grado de libertad, con la resistencia
lateral necesaria para lograr un parámetro de comportamiento objeto, por ejemplo una ductilidad
predeterminada, por medio del factor de reducción de resistencias, resulta obvio que el factor de reducción de
resistencia para una estructura con elementos precolados deberá ser menor que para una estructura monolítica.
De la discusión anterior es que se plantea que los factores de comportamiento sísmico para estructuras con
elementos precolados sean menores que para las estructuras monolíticas, pero surge la pregunta ¿que tan
menores?.

Para responder parcialmente a la pregunta anterior, se obtuvieron los espectros inelásticos de isoductilidades
(el conjunto de ordenadas espectrales que permiten que cualquier sistema de un grado de libertad presente una
respuesta máxima de ductilidades igual y predeterminada), trabajando con el registro del sismo de SCT de
1985 en su componente este-oeste, para ductilidades de 1.5, 2, 3, 4 y 6, para sistemas de un grado de libertad
considerando los dos modelos de histéresis representativos de cada tipo de estructura. Para cada periodo
fundamental en los que se calculó la ordenada espectral, para los dos modelos, correspondiente a la ductilidad
predeterminada, se obtuvo la relación entre las ordenadas espectrales, resultado que se presenta en la Fig.21.
En la Fig.21, los términos Samodelo2 y Samodelo1 corresponden a los valores de las ordenadas espectrales para el
modelo representativo de estructuras precoladas y estructuras monolíticas, respectivamente, necesarios para
obtener una respuesta máxima de ductilidades dada. El valor promedio de la relación entre la ordenada
espectral del modelo representativo de estructura precoladas y el modelo representativo de estructuras coladas
en sitio es de 1.03, y valor de la media más una desviación estándar resultó de 1.08. De modo que, por
ejemplo, considerando una estructura en la cual se consideraría un factor de comportamiento para diseño por
sismo de 2.0 si fuera monolítica, podría emplearse un factor de comportamiento de 1.85 si en ella se usan
elementos precolados; todos los demás preseptos y filosofías para el diseño podrían considerarse los mismos
que aquellos usados para estructuras de concreto coladas in-situ.

Figura 20 Modelos de histéresis representativos de una estructura de concreto reforzado monolítico y una con
elementos precolados. Historia de la respuesta de ambos modelos ante el registro SCT-1985 (EW).

Figura 21 Comparación de los espectros de isoductilidades entre los modelos de histéresis representativos
de una estructura de concreto reforzado monolítico (Samodelo1) y una con elementos precolados
(Samodelo2). Historia de la respuesta de ambos modelos ante el registro SCT-1985 (EW).

5. CONCLUSIONES GENERALES

Las estructuras precoladas han sido estigmatizadas en el sentido de no recomendar su uso en edificación en
regiones de alta sismicidad por su supuesta, debido a que no ha sido formalmente fundamentada, precaria
capacidad de deformación y de disipación de energía por incursión controlada en el rango de comportamiento
inelástico. Sin embargo, de la observación del comportamiento de estructuras diseñadas y construidas con
base en criterios ingenieriles propios de filosofías de diseño sismo-resistente, y de la verificación, por medio
de trabajo experimental en laboratorio, del comportamiento ante cargas cíclicas reversibles de los sistemas
estructurales precolados propuestos, se puede concluir que la edificación de concreto reforzado con elementos
prefabricados es viable y presentará comportamientos adecuados ante la incidencia de sismos fuertes siempre
que existan lineamientos de diseño lógicos, racionales y adecuadamente sustentados.

Como se establece en la mayoría de los reglamentos y normas relativas al diseño de estructuras de concreto
reforzado, el proceso de diseño de estructuras donde se contemple el uso de elementos prefabricados podrá ser
igual al usado para estructuras de concreto reforzado totalmente coladas en sitio. La diferencia en el proceso
de diseño entre una estructura colada en sitio o monolítica y una con elementos prefabricados radicará, como
ya se mencionó, en la configuración y los valores de las ordenadas espectrales para diseño, específicamente
en los valores de los factores de comportamiento para diseño por sismo, donde se deberá considerar la posible
menor capacidad de disipación de energía que presentan algunos tipos de sistemas prefabricados.

En Latinoamérica existe una gran variedad de sistemas estructurales prefabricados, de los cuales la gran
mayoría no cuenta con un sustento reglamentario para su uso en los procesos de diseño y construcción.
Generalmente tampoco cuentan con la verificación de su comportamiento ante un patrón de cargas cíclicas
reversibles del tipo sísmico. Lo recomendable es plantear trabajos experimentales para obtener información,
determinar los límites de comportamiento admisible y proporcionar parámetros y herramientas a los
encargados de la emisión de normas y reglamentos, para que este tipo de sistemas estructurales puedan ir
plasmándose formalmente en estos documentos legales, y así se le proporcione certidumbre al profesional de
la industria de la construcción para el uso de los sistemas y elementos a base de prefabricados.

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