Está en la página 1de 3

CONTRADICCIONES FECUNDAS FREN- existe tal género de teoría absolutamente coheren-

TE A LA ESTÉRIL COHERENCIA te y verdadera? La respuesta es que difícilmente


cuando nuestro propio comportamiento cae cons-
ROSALIND MINSKY, Psicoanálisis y cultura. Estados tantemente en contradicciones que escapan al con-
de ánimo contemporáneos. Madrid, Cátedra, 2000. trol que tratamos de ejercer sobre ellas; ¿de qué
otro modo podría ser si tras nuestras palabras y
Rosalind Minsky nos propone en este libro acciones se encuentra funcionando un conjunto
una aproximación de corte psicoanalítico a la cul- de factores que escapan al ámbito de nuestra con-
tura como medio de vislumbrar las causas de los ciencia? ¿Cómo generar una única concepción co-
fenómenos sociales. Su proyecto se centra en el es- herente a partir de mentes no tan coherentes? No
clarecimiento y comprensión de aquello que pro- podemos salir de nuestra condición de seres limi-
voca la violencia en general, y la violencia contra tados para elaborar concepciones globales o com-
la mujer en particular, a través de la mirilla psicoa- pletas de las cosas. Minsky comienza, pues, reba-
nalítica. Otros hechos sociales, entre los que des- jando las pretensiones de la misma teoría.
taca la globalización y la consiguiente división cada Psicoanálisis y cultura es, en sintonía con lo
vez mayor entre los países pobres del sur y los paí- anteriormente dicho, un libro rico en contrastes
ses ricos del norte, también pueden encontrar su que apuesta por la precariedad teórica frente a
fundamento bajo esta perspectiva, pues, tras la to- los ideales de coherencia y perfección típicos de
talidad de manifestaciones que tienen lugar en el las posturas objetivistas. Acorde con la idea de la
seno de la cultura, siempre se encuentra funcio- incapacidad humana de romper con los límites
nando, a decir de Minsky, un conjunto de elemen- socio-culturales que nos impiden construir teo-
tos subconscientes. No obstante, la autora no se rías globales o completas, la autora señala las enor-
decanta por una sola teoría en el análisis de dichas mes ventajas que nos aportaría el apropiarnos de
manifestaciones culturales. Su apuesta apunta a un una variedad de elementos procedentes de dife-
eclecticismo que se autocomprende como enrique- rentes concepciones a la hora de tratar de dar ex-
cedor y productivo. Su tesis metodológica puede plicación a las diversas dimensiones de la cultu-
resumirse de la siguiente manera: una aplicación ra. Aboga por el valor de la productividad frente

LUCÍA ACOSTA MARTÍN / RECENSIÓN 213


sincrética de las ideas psicoanalíticas a la cultura es al de la coherencia; y es que la incompatibilidad
la forma más acertada de lograr la comprensión de teórica, resultado de la unión de planteamientos
los acontecimientos que tienen lugar en el mun- antagónicos entre sí, quedaría pormenorizada
do. Esta afirmación reta vigorosamente a las ten- frente a la riqueza conceptual que supondría la
dencias eminentemente culturalistas que durante posibilidad de contar con teorías diferentes.
los últimos años han dominado en el terreno del El predominio de visiones culturalistas que
psicoanálisis. A este respecto, Lacan, como vere- ha tenido lugar en el terreno psicoanalítico duran-
mos en el siguiente apartado, constituye el máxi- te los últimos años y el consecuente distanciamien-
mo exponente de dichas tendencias. La inclina- to con respecto a los planos de lo biológico y lo
ción culturalista da prioridad a los factores inconsciente, supone para la autora una reducción
culturales sobre los factores biológicos e incons- teórica contraproducente e innecesaria cuando lo
cientes, de cuyo tratamiento, por el contrario, se que se persigue es entender los fenómenos sociales
ocupan intensamente los/as teóricos/as de la teo- complejos entre los que destaca la violencia de gé-
ría de las relaciones de objeto, a la hora de explicar nero. Cuando tratamos de comprender el porqué
los diversos fenómenos. En sintonía con su apues- de tales fenómenos, hemos de partir de la base de
ta ecléctica, Minsky tiene que luchar, por otra par- que su explicación puede ser al menos tan contra-
te, contra la idea, extendida en el ámbito académi- dictoria como lo son los mecanismos que los pro-
co, de que la coherencia que toda teoría debe vocan; de tal suerte que quizá no esté de más am-
guardar consigo misma no es el principal valor a pliar nuestros horizontes tratando de asir aquellos
tener en cuenta. Frente a la pretensión de cohe- elementos que, aunque procedentes de diferentes
rencia de la teoría se pone de manifiesto la inani- e, incluso, incompatibles teorías, contribuyan a
dad del anhelo de dar con la verdad absoluta. ¿Acaso arrojar más luz sobre el asunto.

18.pmd 213 26/02/2013, 10:00


El problema de la subordinación femenina Por un lado, Lacan, reformulando la teoría
y el dominio masculino constituye, en este pun- psicoanalítica —al fusionar la teoría del incons-
to, una de las manifestaciones más violentas ejer- ciente de Freud con la teoría del lenguaje de
cidas sobre el cuerpo y la mente de la víctima. Saussure— sustituye la figura del padre por la
Sus consecuencias son devastadoras: pocas son del lenguaje, como ese otro en el que tiene lugar
las mujeres que consiguen escapar de sus agreso- la identificación una vez que comenzamos a
res para poder contarlo. El asesinato a manos de experimentarnos a nosotros mismos como par-
sus verdugos y el suicidio, cuando no un estado te de una cultura más amplia (o una vez que
de desequilibrio físico y psicológico indefinido, conseguimos separarnos del estado de indiferen-
siguen siendo los finales más frecuentes tras una ciación que nos mantenía unidos a nuestra ma-
vida en pareja plagada de malos tratos. Poner fin dre); traspone, así, los incontrolables conceptos
a éstos requiere de todo un conjunto de medidas freudianos como son el deseo inconsciente, la
que afectan tanto a los mismos abogados encar- sexualidad, la crisis edípica, el padre simbólico
gados de defender a las víctimas, como a los jue- y la identidad, desde la esfera personal y sexual
ces que dictan sentencia, pasando por el consul- de la familia a la esfera social del lenguaje y la
tor jurídico, psicólogos y psiquiatras, asistentes cultura, donde tales conceptos se vuelven sus-
sociales y demás profesionales en cuyas manos ceptibles de ser controlados.
está, en gran parte, el acabar con esta situación. Sin embargo, por otro lado, la teoría de las
Minsky considera que la violencia de géne- relaciones objetales hace referencia a una esfera
ro, así como la violencia en su sentido más am- que se encuentra fuera del lenguaje, que es exte-
plio (el horror del holocausto, el genocidio, la rior a éste. Sostiene la tesis de que las actividades
limpieza étnica, la tortura, las guerras, el des- pre-verbales contienen en sí mismas los elemen-
pliegue armamentístico,...), debe ser sometida a tos necesarios para o bien alcanzar, posteriormente
un análisis constante que indague sobre sus cau- en el lenguaje, una identidad humana más o me-
sas, pues de la comprensión del fenómeno de- nos madura; o bien alcanzar una identidad con-
pende su reparación. Ahora bien, comprender, siderablemente precaria o inestable (teniendo en
en este caso, el fenómeno de la violencia, re- cuenta que existen muchos grados de precarie-
LUCÍA ACOSTA MARTÍN / RECENSIÓN 214

quiere, como veíamos al principio, de una apli- dad según las circunstancias concretas) cuando
cación ecléctica de las ideas psicoanalíticas: las las relaciones con la madre que han tenido lugar
teorías sociológicas que plantean la construcción durante la infancia no han sido satisfactorias (se
de la identidad como un proceso exclusivamen- habla de la madre que no ha sido «lo bastante
te social o cultural, deben ser examinadas junto buena» para designar a la madre que demanda
con teorías que defienden la existencia de pro- constantemente la atención del niño/a sometién-
cesos inconscientes y factores biológicos actuan- dola a su voluntad). El triunfo de las visiones cul-
do tras los fenómenos culturales que percibimos. turalistas frente a las teorías biologistas y basadas
Unas y otras, juntas, contribuirán a clarificar en el inconsciente estaría perfectamente compren-
mejor la problemática de la violencia, así como dido, así, desde el punto de vista de la autora: la
el abanico de fenómenos sociales restantes. perpetuación en el mundo académico de la sepa-
Minsky baraja la posibilidad de que el enorme ración mente-cuerpo podría estar centrada en la
éxito de las teorías culturalistas, frente a la esca- idea de que los factores inconscientes, a diferen-
sa atención puesta en las teorías biologistas, sea cia de los culturales, históricos y sociales, son con-
consecuencia de una necesidad humana incons- siderablemente mucho más difícilmente contro-
ciente de dominar un mundo que es percibido lables, resultando su estudio más complejo. La
cada vez más ajeno a nuestro control. Sería, en necesidad inconsciente, entonces, de controlar el
ese caso, la defensa de una base biológica y, por mundo (acompañada de una visión negativa de
tanto, predeterminada e incontrolable, por par- la ciencia y la tecnología, visión según la cual la
te de la teoría de las relaciones objetales, la que tecnociencia, antes que guiarnos hacia el progre-
provocaría su rechazo. Veamos este conflictivo so, nos encamina hacia un desorden cada vez
punto con mayor detenimiento. mayor) sería la que estaría propiciando el éxito

18.pmd 214 26/02/2013, 10:00


de teorías culturalistas y desfavoreciendo a las teo- creatividad, lo que conduce, de manera inevita-
rías que denuncian la existencia de aspectos bio- ble, a unas fantasías de omnipotencia no resuel-
lógicos, como es el caso de la teoría de las relacio- tas relacionadas con dificultades para llevar a
nes objetales, por inducir estas últimas a una cabo la transición de la fantasía a la realidad. El
mayor sensación de incertidumbre. Sin embar- dar la espalda a la existencia de elementos rea-
go, tanto el ignorar los efectos que los fenóme- les, como son los biológicos, rechazando, así,
nos inconscientes tienen en la cultura como la todas aquellas dimensiones de la experiencia que
posibilidad de la existencia de factores biológicos puedan hacer precaria la propia identidad, hace
no va a hacer desaparecer, según Minsky, dicha patente la existencia de fantasías tempranas aún
relación e interacción. Ocurre justamente lo con- no superadas. De tal suerte que Lacan, en su
trario: ignorar la relación de la biología y el in- reformulación de la teoría freudiana, parece in-
consciente con la cultura conduce a la no com- tentar escapar de la tormentosa realidad que nos
prensión de los fenómenos culturales y, por lo enfrenta a traumáticas experiencias relacionadas
tanto, a la pérdida de toda posibilidad de alcan- con la pérdida y la privación hacia una realidad
zar cualquier control sobre éstos. lingüística donde el conocimiento asegura el
La actividad intelectual constituye para la control y el dominio. Sin embargo, concluye la
autora el arma defensiva más utilizada por los autora, eso no le lleva más que a excluir una
académicos a la hora de protegerse ante las tem- parte fundamental del universo humano (expe-
pranas y dolorosas experiencias sobre las que se riencias psicosomáticas previas al lenguaje) sin
centra la teoría de las relaciones de objeto. En el la cual su teoría, aunque compleja y coherente,
hecho de ignorar la existencia de factores bioló- queda incompleta.
gicos mediante la sobrevaloración de la raciona- En conclusión, las ventajas de una teoría
lidad, se encontraría la tendencia a negar todo ecléctica de corte psicoanalítico como la que nos
aquello que cayera fuera de control: actividad propone la autora podrían ser las siguientes. En
intelectual como forma defensiva de dominio primer lugar, el reduccionismo culturalista al que
frente a la ansiedad provocada por el sentimiento de forma generalizada ha tendido el ámbito aca-
de impotencia. Hablamos, aquí, de la distinción démico psicoanalista quedaría contrapesado con

LUCÍA ACOSTA MARTÍN / RECENSIÓN 215


entre el sentimiento y la que comúnmente ha sido la necesidad de incorporar enfoques que
considerada como su gran antídoto: la razón. focalicen los factores inconscientes y biológicos.
Pero, se pregunta la autora, ¿puede efecti- En segundo lugar, y como consecuencia de lo
vamente el conocimiento superar las dolorosas primero, el fenómeno de la violencia que, antes
emociones edípicas? ¿acaso posee la razón la su- que disminuir, parece ir en aumento, sería ana-
ficiente fuerza como para dar solución a todos lizado desde diferentes perspectivas aumentan-
los conflictos interiores del yo recluidos en nues- do, consecuentemente, las posibilidades de de-
tra mente? Su respuesta es tajante: el negar una tectar sus causas. Ahora bien, considero que el
y otra vez la relación que las mediaciones cor- modelo expuesto por Minsky, tendente a aunar
porales (preedípicas) y culturales (edípicas) guar- diferentes planteamientos y concepciones, exi-
dan con respecto a la formación de nuestra iden- ge una apertura hacia la diversidad que choca
tidad no constituye más que un signo inequívoco de frente con las tendencias unidireccionales tan
de lo que la autora denuncia como la persisten- arraigadas en el ámbito académico. Desautori-
cia de fantasías omnipotentes de dominio: la no zar la idea de alcanzar una única teoría verdade-
aceptación de que pueda existir algo que esté ra para todos requiere de un enorme esfuerzo
fuera de nuestro control. Freud y Lacan, según cuyos frutos sólo serán visibles centrándonos en
Minsky, al optar por la actividad intelectual el momento actual y tratando de desentrañar su
como forma defensiva de control, estarían hu- complejidad desde la conjunción de múltiples
yendo de una experiencia dolorosa temprana perspectivas y la estimación de una pluralidad
hacia un falso yo todopoderoso que domina so- de factores. Nada más y nada menos.
bre ese dolor. Es el ansia de conocimiento como
forma de dominio, antes que como forma de LUCÍA ACOSTA MARTÍN

18.pmd 215 26/02/2013, 10:00

También podría gustarte