Recuerdos vívidos llegan a mi mente como caprichos del destino.
El valor de cada recuerdo es tan relativo como subjetivo
El tiempo suele desvanecer los recuerdos del camino Pero mi mundo de recuerdos… ¡en mi alma aún vivo!
Recuerdo el lugar, mi primer pensamiento, tu ropa y tu mirada
Puedo percibir el murmullo y la insignificancia del momento En mi mente se dibuja tu silueta y tu actitud tranquila y callada Te distingo tan irrelevantemente hermosa con tus cabellos al viento
Recuerdo sentir que me faltaba el aliento y cómo se helaba mi piel
Me deslumbraba el brillo en tus ojos y me cautivó la dulzura de tu faz Los días adquirieron color, lo amargo se convirtió en miel Y la angustia de mi alma se fue convirtiendo en paz
Recuerdo sentir la desesperación de tu partida inminente
Mi corazón quiso ir contigo pero no lo podías llevar Llego a su fin la historia que solo tuvo lugar en mi mente Y descubrí cómo el olvido poco a poco empezó a llegar