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HENRY FORD EL JUDIO INTERNACIONAL UN PROBLEMA DEL MUNDO EDICIONES CHACO INDICE PRIMERA PARTE 1, Les judios: su cardcter individual y su actividad pro- ductiva .. 6... 0. 0. . see TE. —-Cémo ‘se defiende Alemama contra “Tos “judtos, oe HL — Historia de los judios en los Estados Unidos de América... oe oe tee eee 1¥.—La cuestién del judasome, es real © imaginariay ee V.— yArraigaré el antisemitismo en los Estados Unidos? ¥I.—La cuestién judia se abre via libre en Jas revistas .. VII.—Mr. Arthur Brisbane, defensor del judaismo .. .. ‘VEEL —jExiste um programa jndaico-universal determinadot 1X. — Fundamentos histéricos de la aspiracién judaica por Ja hegemonie, ‘universal .. 6. 0. 6. ee ee ae X.-=- Una. introduccién a los ‘‘Protocolos Sudios?? o “De Jos Sabios de Sién’’? .. .. .. a AL.— Apreciacién hebrea sobre la naturaleza, humana del no- judio .. .. eee XL. — Los ‘‘Protocolos judios”? Toaieen en Parte su cum- plimiento .. 2... be tecee ae X1IT.— Un plan judio de soeavar por eejdene?” a, ha. sociedad humana .. .. . bee XLV.—-;Habien previsto los judios ‘le guerra mondial? .. XV. — {Es el ‘‘kahal’? judfo idéntico al actual ‘soviet? ruso? XVI. —De emo influye la cucstidn judia sobre la agricultura XVH.—jPredoming el judaismo en la prensa mundial? XVIII. -- ;Cémo se explica el poder politico judio? .. .. 0... RIX.—La U.B.S/S, (Rusia Roja), hechura’ del panjudaismo XX.~ Un tesfimonio judio en favor del bolchevistho ~.. ... : 13 31 43 54 83 91 10% “4 128 137 150 163 arr 190 204 218 23% 243 268 SEGUNDA PARTE Del Prefacio personal de M. Henry Ford .. .. 4.—Los judios cn Hstados Unidos mixtifican su miméro UL. — ,Constituyen los judios una vacién? .. 2. -- +. LL. — Judios contra no-judios en Ja alta firanza neoyorquina JV,—La curva ascendente del poderfo financiero judfo .. V.— Baruch, ef ‘‘Disracli Americano’? y ‘*Procédsul de Juda en Amérien’? .. .. tee ae VL.— El predominio judio en el teatro norteamericano .. VIL. 1 primer trust teatral judio 6. 6. 6. 6. ee ee ViIL.— EI axpeuto judio del problema einematografico .. LX.— La preponderancia judia en el mundo cinematogrifico Nueva York bajo el ‘‘Kahal’’ judio .. X1.—Crities de los Derechos judfos’? .. .. 0... 6. XU.—La orden universal de los ‘B'nai B* vith”? see NLLE.—-Como caracteriza Disraeli a los judios .. XIV.—Fi jefe de Estadu que tuvo que inclinarse ante ef ju- dio internacional .. .. XV. —-Historia de Bennett, el editor pero indepen- diente .. see + NVL.-- El informe de Morgenthau ‘sobre Polonia. ae AYLI. —-Et eneadenamiento de Polunia por la Conferencia de la Paz ee we ce ve Lee eee XVI!L—Panorama actual de Tur ‘ enestién “judia”” X1X.—Un intermedio literario: Qné ew cl jazz? .. .. .. XX.—-Los viveros del boleheviquismo en Estados Unidos .. AXL -— Confesiones de un superior de la orden de B'nai B'rith XXL.— Kuhn, Loeb y Cia,, de Nueva York, y M. M. Wab- burg y Cia. de Hamburgo .. .. : XSUL.—Ta sed de oro americana, bajo el control financiero de los jud La influencia judia en la vida intelectual americana Los plines financicros de los judios internacionales .. 305 320 327 32k 341 348 359 371 378 391 401 410 423 432 452 462 468 484 492 501 PROLOGO La presente obra ha de adquirir en breve un renombre -universal, Hace un aio apenas que en los Estados Unidos — pueblo que simboliza ‘‘ América libre’’— ni la Prensa, ni los conferenciantes o los publicistas, se atrevian a comentar, si no era con gran benevolencia, la expresién “‘judio’’. Pero el mun- do, entero ignoraba que la “libre América”? era uno de los paises mds sujetos al yugo capitalista judio, subyugacién que siempre ha entraiado la esctavitud espiritual y politica de un pais. En mayo de 1920 aparecié en el popular semanario The Dearborn Independent el primer capitulo. del presente libro, titulado “Los judios; su cardcter individual y su. actividad productiva”’, El judaismo americano quedé suspenso de mo- mento al verse objeto de wea inesperada critica, pero leql, no- ble, sin parcialidad y hasta simpdtica, ante 200,000 lectores habituales de la revista. Otros capitulos siguieron apareciendo em semanas sucesivas, y cl niimero de lectores creclé extraordi- nariamente, excediendo pronto de los 300,000. El mundo ju- daico permanecié desde entonces indeciso y desorientado, im- perando wn silencio casi de muerte, en espera de acallar a su vez a la Prensa. La excitacién e intcrés iban en aumento en toda Norteamérica, Centenares de miles de ciudadanos presin- tieron en estos articulos de prensa, firmados por Mr. Ford, ef germen de la liberacién futura de un yugo implacable. El pue- 6 blo despertaba a la conciencia de la realidad, expresdndose su sentimiento en la frase: ‘;Nuestro pats esté traicionado, ven- dido, esclavizado!’’ Pero entonces el judaismo esgrimid sus armas prédilectas de defensa y afaque: la desfiguracién habil de los hechos, el soborno del adversario, la insidia calumniosa, el insulio ofensivo. Ni wn solo idtento de refutacién imparciai 4 fundamental. Militantes eclesidsticos débiles y politicos inte- resados clamaron jeremiacamente; se lamentaron y fingieron en ayuda de los judios, hablando de ‘persecuciones sin espi- ritu cristiano”’, de ‘‘ataque contra la fusidn espiritual de las razas’’ y otras frases estereotipadas para el caso. Pero su celo produjo un efecto contrario a sus intenciones; la “‘cuestion judia”’ se transformé en wn asunto candente —pues piblico lo era ya de mucho tiempo atrds—, en la ‘‘cwestidn primor- dial de Norteamérica’’. La ocultacién 0 disimulo de este grave problema se hizo imposible; la lucha empezada requeria, inde- fectiblemente, un término en uno u otro sentido. Qué significado adquieren estos hechos? El judaismo, apoyado principalmente en el empleo sagaz de la férmula hondamente sabia del ‘divide y vencerds’’, ha Wevudo a cabo gran parte de su obra tendiente a dominar el mundo eniero No sdlo cada pueblo ha sido convertido en enemigo irrecon- ciliable —al objeto del judaismo-—- de tos otros —y esto debe imponerles la investiguciin del secreto de la insinuacién tai- mada del judio para soslayarla o evitarla, quebrantando de paso su colosal ofensiva—, sino que también los pueblos han tentdo que luchar ferozmente entre si y sacrificar, por el objetivo de dominio econdémico del judto, millones de seres humanos en la flor de su vida. La Gran Guerra —lobra de Judd sin duda alguna!— ha causado mds muertos que seres de raza judia hay entre los pobladores de la Tierra. 7Un movimiento wniversal antisemita estd en marcha! El autor de la presente obra, el conocidisime fabricante de autombviles Henry Ford, dice en el prefacio de su obra: original americana: ‘Ea cuestidn: judia existe en los Estados Unidos desde hace mucho tiempo. Los judios lo sabéan,. pero e ‘los’ américanos lo ignoraban. Esta cuestién se presenté.a veces an formas tan agudas, qué hizo temer una .solucién ‘orttica., Hay actualmente indicios de que tiende nuevamente a wna crisis mds grave.” . La cuestion judia se relaciona no sélo con los hechos dek dominio ptiblico, tales conio predominio financiero- y. comer- cial, asalto al poder politico, monopolizacién de todas las “‘ne- . cesidades’’ de la vida, influencia arbitraria en la Prensa dé ut pais, sino que penetra en la vida cultural de los pueblos; convirtiéndose de esta forma en un problema vital pare las maciones. La cuestion judia se va extendiendo por América del Sur y se transforma en un factor temible de las relaciones panamericanas. Se mezcla también en alto yrado con: los cri: tieos acontecimientos en relacién con las perturbaciones: que mantienen a los pueblos en constante alarma. Con todo, este no. es nuevo, sus raices retroceden hasta la antigiicdad: st larga existencia ha producido varios aspectos de su posible solucin, que a su vez proyectan cierta luz sobre la solucién venidera. - Del. vasto material de hechos, coleccionade con suma dilix gencia y seleccionado criticamente, resulta con anonadadora claridad que ya no existe pats alguno-en el mundo entero cu yo desarrollo politico, econédmico y cultural pudiera compren.. derse del todo, si no es desde el punto de vista de su absdlute dependencia de wn plan coherente del judatsmo-para su pre= dominia wniversal, Ningin pais del mundo debé entregarse @ ly ilusién de swponerse libre de influencias judias por carecer de sinagogas o de colonias hebreas visibles. Bolsa, Parlamento 'y Prensa son en todas partes los criaderos del esptritu judiv, ain que nada importe que sus representantes visibles sean fttm ‘dios de raza 0. no. Un gran triunfo del: judaismo internacional, fué la pesa- da Gran Guerra, en cuyo transcurso un mimero de no judios muuch mayor que el- de los judios. que existen en 2b munda entero, tuve que entreger-su vida por el imperio, mundial de 8 la Bolsa. Todas las sugerencias que tendian a arrastrar ‘cadu vez més pueblos inocentes en la matanza universal, son de origen judio. Los portavoces de esas tendencias, en consecuen- cia, fueron y son, consciente o inconscientemente, los testafe- rros de la voluntad judia. Que estas mismas tendencias, si bien exteriormente no muy visibles, siguen ahora y seguirdn arremetiendo contra los tronos cristianos y preparando lu. esclavitud de todos los pue- blos no judios, se comprucba irrefutablemente en la presente obra. Tanto los cérculos conservadores de todas las naciones en interés de sus dinastias, como los liberules en interés de los clementos productores, ticnen la includible obligacién de examinar seriamente esta cuestion y proceder precisumente desde este punto de vista, cambiando radicalmente el rumbo de su actuacién futura en el casa de que tal ecomen lo exigiere. Ex algtin pais se Uevaré tarde 0 temprano la cuestion ju- dia a una soluciin practica, con lo euol automaticamente se agudizard para las demds naciones. Cada pucblo por si tendré entonces que decidir, si en concicncia de razu prefiere terciar por razén de orden, bienestar y veracidad, o si en adelante querré dejarse exclavizar visible o invisiblemente por el judio yevivir en discordia, pobreza y deslealtad. ¥ cuando-mds tarde, en esta lucha de los espiritus, la vic- toria se haya inclinado del lado de los pueblos sedenturios, y no errantes y aventureros, serd esto libro de Henry Ford uno de los grandes factores que hebrin contribuido a un verdadero ¥ no tergiversado pacifismo en rurstro. planeta. Algunos cupttulos de esta obra: se ocupan det libro cono- cido con el titulo de ** Protocolus de los Sabios (0 Ancianos) de Sidn’’, que el judaismo soslayé al tiempo de su publicacién, haciendo sobre cl mismo el mts absolute silencio, Mds tarde "¢ calificé de “engendro literario de asesinos o falsificadores én. plena demencia’’, senalindole como compilacién personal del autor de lu novela.‘ Biarritz”? (Retcliff Edit.), Goedsche. Se ha atribuido su origen al contenido del folleto que el abogadé Joly esertbid en 1864 eontra Napoledn IIT, pero lo que la Pren- 9 sa ha crplicado sobre ct particular de esta coincidencia, es de pocamonta y no revcla el verdadero sentido de la intencién. El autor dé los ‘‘Protocolos’”’ (1905) 0 no es judio y es un elari-. vidente para aquellos tiempos, que revelé punto por punto e' vasto programa econédimico, politico, social: del judaismo para el dominio del mundo, 0 es un judio de raza, muy conocedor del porvenir ‘‘organizado’’ del judaismo, que al revelar los planes de los encaminadores de su raza mostraba la *cawsa”* cuyo ‘“‘efecto”’ es cl actual estado de cosas en el mundo. Los “‘Protocolos’’ explican los uspectos que ha tomado la vida in- ternacional piblica de nuestros dias y los proveian. Entre las Obras que comentan los “‘Protocolos’’, se citan cn Alemania las Siguientes : “Die zionischen Protokolle’? (Hammer Verlag, Leipzig). B ek: “Die Gehetmnisse der Weisen von Zion” (Los secretos de los sabios de Sion). A. Rosenberg: “Die Protokolle der Weisen von Zion und die juedische Weltpolitik”’ (Protocolos de los Sabios de Sién y la politica internacional de los judios). (Deutscher Valksverlag. Munich). El lector, con las indicaciones anteriores podrd formarse un juicio de lugar y un criteria propio de las relaciones entrée la obra comentada y nuestro “EL Judio Internacional’’, de Henry Ford. PRIMERA PARTE «Entre las caracteristicas m4s salientes de la raze: hebrea, hay ‘que citar: ycentuada aversién a todo trabajo corporal que signitique fatiga; espfritu de familia muy pronunciado; instinto religioso innato y concepto muy elevado de la her- mandad de tribu; Animo esforzado, propio de profetas y de mértires, antes que el de adalides culturales y belicosos; ap- titud extraordinaria para resistir adversidades; excelente pre- isposicién para el comercio; astucia y perspicacia para la especulacién especialmente en asuntos de dinero; una pasion de oriental por el lujo, el goce intimo del poderio y de los placeres que brinda una posicién social elevada; facultades intelectuales bien equilibradas.’* (De ‘‘Nueva Enciclopedia Internacional’’). I LOS JUDIOS: SU CARACTER INDIVIDUAL Y SU ACTIVIDAD PRODUCTIVA De nuevo, vivimos en una época en que el judaismo atrac la atencién critica del mundo entero. Su entrada durante la Guerra en lo selecto de los cireulos financieros, politicos y s0- ciales fué tan general y Iamativa, que su posicién, su poderio y sus fines se acogieron con acerba critica, y en la mayoria de los casos inspiraron repulsién. Las persecuciones no son nove- dad para el judio. Nueva es en cambio, para su ética racial, esta exaltacién. Bien es verdad que este pueblo sufré hace 2000 afios los efectos de un antisemitismo instintivo de las de- mas razas, pero tal aversién no legé nurica a ser consciente, ni pudo expresarse concreta ni claramente. Hoy, en cambio, por asi decirlo, esté sometido al microscopio de la observacién cien- tifica, que nos da a conocer y comprender los verdaderos ori- genes de su poderio, de su aislamiento y también de sus amar- guras. En Rusia se le hace responsable del bolchevismo. cuya 14 ineulpacién, segin de doude nazea, sé podra tomar por funda- da o infundada. Log americanos, testigos que hemos sida de la fandtica verbosidad de los jévenes judios, apéstoles de una re. volucién social y econémica, tenemas la ventaja de poder fer, mar un juicio claro de lo que hay de real y verdadero en tales inculpaciones. En Alemania se culpa al judio de la derrote: sufrida, y una literatura amplisima con un sinnfmero de prue- bas detalladas obliga realmente a cavilaciones muy serias. En Inglaterra, se dice que el judfo es el verdadero amo de} mundo, que Ja raza judaica es una supra-nacionalidad que vive entre Y por encima de los pueblos, los domina por el poder del oro, y hostiga friamente un pueblo contra otro, mientras se oculta cautelosamente por entre bastidores. En Estados Unidos, por ultimo, Nama Ja atencién la insistencia con que les judfos — los viejos por amor al dinero, los jévenes. por ambieién— ge ine) troducen en todas les oreanizaciones militares, y especialmente en aanellos ramos dedicados a los negocios industriaies y mer-. cantiles derivados desde la guerra, y se eritiea.sobre todo al cinismo con que esos jndios explotan en su proxeeho persons} los miltinles conocimientos que obtuvieron en su calidad de funcionarios del Estado. En una palabra: la enestién indaica ha entrado an esce- na. Pero. como svele oeurrir en casos varesidos, en Joa ‘ave cnestiones de ventaia personal desempefian cierto panel. tam, bién anarecen determinados esfnerzos para acallarla, itisiauan- do su ineonveniencia de exponerla en. pfiblico. Bn cambio, Ja exneriencia infalible prueba ave todo problema eseametéddo de- tal sverte. tarde o temprano vnelve a abrirse pavo y entorees on formas inconyenientes vy hasta veligrasas muchas veces, El judfo es vn enigrha mundial, A Desar de-que-su masa e8 pobte en absolnto. domina, sin embargo, él mercado econé. mico y hacendistico del mundo entero, Viviendo en la didspera sin patria, ni gobierno, es décir, eu la dispersién. demuestra, sin embargo, une unidad. nacional Y una tenacidad no alesn- zadas por ningin otro pueblo. En casi todos los pafses, salyo restricoiones, supo hacerge el soberano efectivo al amparo ave 16 ces de los tronos. Antiguas profecfas, dicen que los judios vol- verén a su antigua patria, desde cuyo centro geogrffico do- minardn a todos los dem&s pueblos, no sin antes haber resistido la avalancha reunida de toda las naciones del orbe entero (1). La profesién a la que contribuye el judio en mucha ma- yor proporcién que ningtin otro pueblo, es la del intereambio comercial. No importa descender a ia compra de trapos viejos; lo esencial es comerciar. Desde la compraventa de ropa usada hasta el dominiv absoluto del comercio munaial y de la Ha- cienda de los bistados, siempre e! Judio aemostré las mejores aptitudes. Poseyendo como nmguna otra raza aversion hacia toao trabajo corporal y productivo, sane nivelar este detecto. por una preaisposicion caraeteristica para el intercambio. Ki no-JUGLO Manitiesta su actividad en eL terreny industrial 9 tecnico, mientras que el Joven judio pretiere empezar su ca- Trera como mozo, vendeaor ampuante 0 aepenuiente de co- mercio, por ja relacion que tales protesiones guaran con el aspecto mercantil. Segun un censo prusiano, de 16,0U0 judios, 1Z,uuu eran mercaueres, por 4,UU0 manutacturcros, mientras que de la poblacion imaigena renana solo un 6 Y se dedicata, aL intercamrpio comercial, Un censo, moderno daria seguramente, como resultado, un aumento muy considerable en las carreras académicas y hite- rarlas, sin que se observara, en cambio, un descenso en la participacién de los judios en los oficios mercantiles, y um aumento muy insigniticante, o probablemente ninguno en los ofieios manufactureros. En Estaaos Unidos se halla casi toco el comercio al por mayor, los ‘‘trusts’’ y ios institutos banea~ rios, las riquezas del subsuelo y los principales. productos de la agricultura, especialmente el tabaco, algodén y azticar, bajo el dominio absoluto de los financieros judios 0 de sus agen- —_———- (1) El Estadd de Palestina o Yerosimilitano, con capitalidad en Jerusaién, representa la restauracién de la nacién sionista, pero sin garantias de derecho internacional piblico, pues esté supeditado a Jos franco-ingleses. (N. de R.). 16 tes. Los periodistas judios representan también wna fuerza muy dilatada y omnipotente, *‘Gran nimero de poderosos almacenes se encuentran en manos de empresas judias** — dice la Enciclopedia Judia—, aunque muchos de ellos, si no la mayoria, figuran bajo razones sociales no hebreas. Judios son la mayorfa y los mas importantes duefos de la propiedad urbana, y predominan también en la vida teatral. Son los que dirigen igualmente y con absoluta hegemonia toda la vida informativa de] pais. Numéricamente inferiores 2 cualquier otra raza de las que entre nosotros viven, disponen, sin em- bargo, diariamente, de una publicidad amplisima y siempre favorable a sus intereses. Esto no seria posible, de no ser ellos mismos los que la brujulean a su antojo. Werner Sombart en su obra Judafsmo y vida ceondmica, dice que ‘‘si las cosas en América siguen desarrollandose en la misma forma que en esta Ultima época, igualandose las cifras de inmigracién y acrecentamiento de las diversas nacionalidades, ya vemos en nuestra fantasia los Estados Unidos de aqui a cincuenta 0 eien afios como un pais habitado tan sdlo por negros, esla- vos y judios, entre cuya poblacién los judios, desde luego, se habran hecho los duefios absolutos de toda la vida econdémi- ca’’, Y conste que Sombart es un sabio filosemita, Surge, naturalmente, una interrogacién: pues que el ju- dio se halla realmente en posesién de tal dominio, ye6mo Io aleanz6? América es un pais libre. Los jndios representan sélo un 3 % de la poblacién total; contra 3 millones de judios existen 97 millones de no-judios. Ya que el judio posee pode- rio, ,es consecuencia de su propia superioridad intelectual o de la inferioridad e indolencia de los no-judios? Facil seria decir que los judios vinieron a América, probaron fortuna como otros y demostraron sus facultades superiores en la lu- eha por el éxito. Pero esta consecuencia, no tomarfa en con- sideracién todos los hechos existentes. Antes de formular otra eontestacién mejor, hay que fijar dos puntos concretos. El primero de ellos es, que no todos los judios se han hecho ri- cos. Existe también gran nimero de judfos pobres, aunque la 7 mayoria de ellos siguen siendo independientes. Si bien es verdad que judios son los principales duefios financieros del pais, no es cierto que cada judio sea uno de los duefios. El que estas dos clases de judios hayan de distinguirse clara- mente, se impone desde ei! momento en que se analiza eritica- mente los métodos, que, ¢le tma parte, os judios ricos y de otra los pobres, emplean para llegar al poderio. En segundo lugar, la solidaridad judi: hace may dificil medir los éxitos judfos y los no judios por: igual rasero. (nando fueron posi- bles fuertes concentraciones financieras en América con la ayuda activa de grandes ¢apitales de allende el Océano; cuan- do vinieron a América inmigrantes judios apoyados sélida- mente por el capitalismo judio europeo, no seria justo apre- ciar la prosperidad de estios elementos clesde los mismos puntos de vista de los que se podria juzgar Ja lucha eeonémica de inmigrantes alemanes o yolacos, que legaron a estas tierras sin otros medios de vida: que su laboriosidad e inteligencia. Bien es verdad, que muclios judios han yenido a América sin mas sostén que su propis> valer; pero a pesar de ello no se puede decir que el pred‘ominio cjercide: por el capitalismo judaico sobre los asuntos lel pais sea, consecuencia exclusiva de la inteligencia de los ‘judios, sino que tal predominio no representa otra cosa que la ampliacidn territorial del predo- minio financiero judio ya e:xistente en ultramar. Este es el punto basico en que todo intento de explicacién debe apoyar- se. Se trata de una raza, que durante su época propiamente nacional se componia de caimpesmos (1), cuya disposicién tipica fué mas bien espirituial que materialista { pueblo mas bien de pastores que de merezideres, pero cuya raza, desde que quedara sin suelo patric. y sina gobierno propiamente dicho, y¥ después de haberse visto sienipre y en todas partes expuesta a persecuciones, debe hoy iniegablemente considerarse como (1) Aqui el autor confunde a ia poblacién indigena eanaanita, subyugada por los hebrecss, con la clase gobernante judia caracterizada como usureros y meread.eres, y que usurpé hasta el nombre de los 18 la verdadera, aunque ocultu,"dominadora del wuado eutero. 4Cémo es posible’ que surja tal acusacién? y { por qué esta ineulpacién se apova, al parecer, sahre numsrosos, cirenns- tanciados hechos? Empecemos por el origen. Duraute el desarrolio de su cardcter nacional vivian los judios bajo una ley que imposi- bilitaba tanto una riqueza como una pobreza exeesivas, Re- formadores modernos, que organizam sobre el papel sistemas sociales inmejorables, harian bien echandu wna mirada sobre el sistema social, bajo el cual vivian los judios primitivos, Lia ley mosaica, con su prohibicién de la usura, hizo impusible una aristocracia capitalista, yue grandes imancicros Judios la representan hoy precisamente con la comoda y durauera fuente de ingre os que representan ios interests que impones a sus deudores. Ni ta usura, ni la especulacion se vieron fa- vorecidas por la ley antigua. No existia usura con el suelo, sino que la tierra se repartia entre el pueblo, y si bien un Propietario poaia perderia por su cu.pa, o por contrarieda- des, volyia, sin embargo, la parcela. a la propiedad ue la familia transcurridos cincueuta anos. Von et ilamado aho de gracia, empezaba cada vez una nueva épova social. La tor- maeion de grandes feudos 0 de wiia casla de magnates finan. eieros, resuitaba imposible bajo tal legistacion, el pertodo de cincuenta aiios faciltaba la suticiente ibertad para que la actividad personal pudiera manitestarse en Ja lucha de la vida. , Si los judfos en Palestina y bajo la ley mosaica hubiesen sido una nacién conservadora, nunca hubieran podido adop- tar las formas financierus que actualmente la caracterizan, Un judio nunca se enriquecié a costa de otre judio, como tampoco en nuestros tiempos los juafog llegan a ser ricos en mutua competencia entre si, sino a costa de los pueblos no judios entre los que viven. La ley mosaica permitia al judio traficar con los extrafios segin determinados principios mo- rales, pero no con su ‘‘préjimo’’ de raza judia. Su ley, Ia- mada de extranjeros, rezaba: ‘‘al extranjero prestaras usura, con tu préjimo no debes haceria’’. 19 Esparcidos exitre los demas pueblos, pero sin mezclarse nunea fritimamente con ellos, ni perdiendo tampoco sa pat- tienlaridad marcadisima, tuvieron los judfos durante muchos Siglos las mejores ocasiones para: practicar dicha ley funda- mental, Extrafios entre ajenos, que a veces se les mostraron: eruelmente hostiles. con esta ley ejercian los judfos un: acte de justicia compensadora (1) o penal. A pesar de ello,. este hecho solo no hubiera sido suficiente para explicar la supe- rieridad judia en asuntos financieros, La explicacién mas bien deberé buscarse en el judfo mismo, en una fuerza suya: pro- pia, en su habilidad y en su moralidad especffica. Desde. su iniciacién, encontramos en la historia judaica Ja tendencia de esta raza a erigirse como la duefia de otros pueblos esclavizados. Aunque todas las profecias al parecer se- diriefan a un despertar moral de toda la humanidad por Israel, se opone manifiestamente a tal enunciado su tendencia dominadora. Al menos esto es lo que puede deducirse del to- no en que se escribié el Antiguo Testamento. Segtin aquellas antiguas historias. los judfos no obedecieron la orden divina de expulsar a los canaanitas, para que Israel no se contami- nara de la perversién de aquel pueblo. Observando, empero, la suma de fuerzas utiles, que perderian con la expulsién de los canaanitas, prefirieron hacerlos sus esclavos. ‘“Y oeurrié que cuando Israel se fortalecié, hizo a Jos canaanitas sus tri- butarios, no expulsdndolos’’. Esta desobediencia, esta predi- leecién por el dominio material, en lugar de una hegemonfa espiritual, marca el origen del que ha sido despwés perpetuo eastigo y constante angustia de los judfos. La dispersién desde hace 2500 afios de los judfos entre el resto de la humanidad ha modificado fundamentalmente el plan de salvacién, asignado a Israel. Los directores espiritua- les del judafsmo moderno proclaman atin hoy, que la misién judfa entre los pueblos del. mundo es de cardcter espiritual, (1) Aqui se confunde la causa con el efecto, siendo la usura ja: dia le causa, de, ln que nacié siempre la defensa cruel. == El trad, 20 pero tal aserto tiene poco de convincente ante la falta. abso- luta de pruebas practicas. Durante toda la-era moderna ean- sidera Jud a los demas pueblos sdélo desde el punto de vis. ta de cémo sus fuervas vitales puedan ser explotadas en su provecho material. Pero la profecia queda planteada, segin Ja que, aun en tierras extraiias, hostigado a donde dirija ‘sus pasos, vendré para Israel el momento en que su destierro termine en una Nueva Palestina y que Jerusalén, segan can- taban los antiguos profetas, volverd a ser el centro moral del orbe (4 ?). Si el judio hubiese sido laborioso, en cooperacién comin con el resto de la humanidad, su dispersién ciertamente no hubiese adquirido tales proporeioues. Pero como prefirié ha- cerse mercader improduetive, su instinto errante le levé a aventurero a través de todas las tierras habitadas. Ya en tiem- pos muy remotos estuvieron los judios eu China. En Inelate. rra sé les ve aparecer bajo lus reyes sajones. Mercaderes ju- dios existian ya en América del Sur cien afios antes del arri- bo de los PP. peregrinos a Plymouth-Rock. Judfos fueron los que en 1492 fundaron. la primera fabrica de aziear en Santo Tomas. En el Brasil ya se habfan establecido en firme, euan- do en las costas de) continente septentrional apenas existian algunas miseras aldeas. Su constante penetracién se prueba por el hecho de que el primer blanco que uaciera en Georgia fué un judio: Isaac Minis, La presencia de los judios en to- dos los rineones del mundo habitado, y su cohereneia nacional innata les conservaron como conjunto nacional entre los de- mas pueblos, cuyus agentes actives se agruparun en todas partes. Otra predisposicién motivd primordialmente su aseenso a la posicién de amos financieros del mundo, a saber: su habi- lidad ev iuventar constantemente nuevos métodos de usura. Mientras el judio no aparerié en la lucha de competidores, se sulia desarrollar el comercio en formas relativamente sen- cillas. Si hoy buscéramos en Jus origenes de muchos de los miétodos comerciales que facilitan y simplifican nuestro inter- 21 cambio, seguramente que tropezariamos con algdin nombre judio. Muchos de los instrumentos de giro y crédito indis- pensables fueron inventados por comerciantes judios, no sélo para el trato entre sf, sine, mejor adn, para alucinar a los no judios, con que traficaban. La letra de cambio mas an- tigua, que aun existe, fué librada por un judfo, Simén Ru- bens. La letra a la vista e< un invento judfo, como el cheque “al portador’’. Un capitulo de historia muy interesante va ligado a este documento “‘al portador’’. Los enemigos de los judios les qui- taban muchas veces hasta el ultimo ecéntimo de sus riquezas, pero con rapidez sorprendente, éstos yolvian a rehacerse y eran ricos de nuevo al poco tiempo. ,Cémo es posible que se explique este rapido alivio de ma miseria tan absoluta? Es que su activo se ocultaba sencillamente bajo la mascara del “al portador’’, y asi una parte de su propiedad podia siem- pre ser salvada. En las épocas en que se admitia el derecho del pirata de apre:ar todas las mercancias consignadas a un judio, éstos se defendian con la argucia de hacer viajar sus. mercaderias sobre conocimientos que no Hevaban el nombre del destinatario, sino que iban ‘‘a la orden’’. La tendencia judia fué la de traficar preferentemente con mercanclus y no con personas. Antiguamente todas las demandas en justicia eran de indole personal, pero el judio comprendié que las cosas le daban més seguridad que las per- sonas con quienes traficaba, y supo conseguir que en adelan- te las demandas se dirigieran contra las cosas. Ademas, este método le ofreeia la ventaja de permanecer mejor al margen. Es natural que tal procedimiento introdujera en el comercio una nota de dureza, pues que se preferia traficar con cosas a negociar con perronas, y esta dureza es la que se conserv6. hasta nuestros ‘dias. Otra institucién, que se generalizé, y que eficazmente: oculta el enorme poderio aleanzado por los judios, es del mis- mo origen que los documentos al portador, a saber: la stitile- za que deja aparecer una empresa dominada por el capital 22 judio bajo un nombre que no hace ni la mas leve insinua- cién de tal influencia judia. (Sociedad anénima. Sociedad por acciones). El judio es el tinico y verdadero capitalista internacio- nal. Pero por regla general no suele proclamarlo a los cuatro vientos, sino que prefiere utilizar a los Bancos y trusts no-ju- dios como sus agentes e instrumentos. La indicacién lamati- va de una ‘‘fachada’’ no-judia aparece a menudo unida con tal sugestiva manipulacién. También el invento de la Bolsa dé fondos es un producto del talento financiero judfo. En Berlin, Paris, Londres, Franc- fort y Hamburgo ejercian los judfos una influencia absoluta sobre las primeras Bolsas, y Venecia y Génova en las antiguas erénicas aparecen con el nombre de ‘‘ciudades judias’’, don- de pudieron realizar las mas grandes transacciones comercia- les y bancarias. El Banco de Inglaterra fué fundado por consejo y ayuda de judios holandeses inmigrados. Los Bancos de Amsterdam y Hamburgo deben su origen a la influencia judaica en aquellos centros. Otro aspecto singular en relacién con jas persecuciones y vorrerias de los judfos a través de Europa, ex que a donde ellos iban se trasladaba el centro del tréfico mundial. Cuan- do los judios vivian en Espafia, se hallaba alif el centro mun- dial del oro (1). Con la expulsién de los judios perdié Es. pafia su hegemonia financieva, que jamds habia de volver a recobrar. Los historiadores de ja vida econémieca europea siempre se han esforzado por saber el porqué del traslado de Ja preponderancia comercial desde Espafia, Portugal e Italia a los paises nortefios, Holanda, Inglaterra y Alemania, sin que ninguna de las razones aducidas haya podido convencer, €1) Tal aserto tomado de la obra ya citada de Sombart, no es: cierto. La expulsién casi completa de los judfos coincide en Espatia con ¢l momento en que los judics la habian arruinddo eon su usura, con el descubrimiento de América. Sélo después de estos hechos aleanzé Es- pafia la cumbre de su poderio, sucumbiendo un siglo may tarde a la piraterfa britinicg, — El trad, 23 Pero si se’ tiene en cuenta que tal transposicién coiicide con, Ya época de la expulsién de los judfos de los paises meridia~ nales y si refugio en los paises del Norte, y que c6n su ile. gada, a esas regiones empez6 alli el florecimiento comercial, no interrumpido hasta nuestros dias, no se hace dificil una explicacién verosimil. Siempre se reprodujo el hecho de qué ‘al marcharse los judios, vaya con ellos el meteado principal de los metales préciosos (1). La difusién de los judios a través de Europa, y de todo el globo, durante la cual cada comunidad judia qued6 -uni- da: con todas las demas por vineulos de sangre, de fe y de sufrimientos, les dé la posibilidad de manifestarse como in: ternacionales, en una forma que ninguna otra raza, ni comu- andad de comerciantes en aquellos tiempos hubiera podido ha« cer.o. No es solo que se estabfecieran en todas partes (otro tanto oeurre tambien con italianos 0 rusos), smo que, donde- quiera que estuvieren, guardaban intimo contacto. Listaban ya organizauos antes que las aemis comunidades internaciona- les, precisamente por este sitema nervivso de la mancomu- nidad de Ja sangre. A muchos escritores de la tidad media juamé ja atencion ef hecho de que los judios solian estar en- terados de los acoutecimentos europeos, antes de que lo fue- gan los mismos gobiernos, Conocian igualmente el ulterior desarrolio de los. acoatecimientos, comprendiendo desde ‘inego” ‘ (1) La explicacién real es que donde quiera que se manifestaran indicios. de un desarrollo de opulencia, lo escudrifiaba inmediatamente el ojo de rapiiia de Jos némaaas. Su explotucién febril, y la eosecha prematura de ulteriores posibilidades de bienestar, producen siempre un, yApido florecimiento. Junto con los primeros indicios de su inevitable decadencia, desaparecieron también los némadas. El que tal éxodo -cineidiera con las persecuciones de los judios se explica facilmente. Previgamente en lag époeas de decadencia, y numea antes, suelen distin: guir los pueblos a los yerdaderos camsantes. de la misua, y recurren naturalmente a la yenganza, Donde quiera que quedara algo por ¢o- merciar, por poco que fuere, solfan los judios volver siempre, 4 posaT de todas las persecuciones precedentes, seal ovidents de que, efectiva- mente, tales persecuciones nunca pueden haber sido tan crucies, ni bate generales, como la leyenda judia las quiere pinter, — El trad. Y 24 maucho mejor |as- soydiciones ¥ mutuas: relaciones politicas, que los mismos diplomaticos de oficio. Difundian las noticias interesantes de grupo a grupo, de pais a pais, preparando asi instintivamente el fumdamento de la informacién financiera moderna, informacién que les fué de incaleulable valor para sus negocios especulativos. Los eonocimientos anticipados fue- ron desde Juego una ventaja extraordinaria, en tiempos en que las informaciones atin eran pareas, lentas e inseguras, y les puso en condiciones de hacerse indispensables como inter- mediarios de los empréstitos de los Estados, forma de nego- cios esta Ultima que los judios fomentaron siempre. El judfo siempre se esforzé por tener a los Estados por clientes. Los empréstitos se emitfan a menudo en presencia de miembros de una& mi:mas familias financieras en los diferentes paises. Estas familias fueron las que, formando una especie de direc- torio internacional, barajaban a reyes contra reyes, gobiernos contra gobiernos, explotando sin eoneiencia las vebeldias na- cionales existentes 0 provoeadas en su propio y exclusivo pro- vecho. Un reproche muchas veces repetido vontra los financie- ros judios modernos se apoya precisamente en que prefieran ante todo este terreno para sus maquinaciones. Kn efecto, la mayoria de las erfiticas antisemitas no suclen dirigirse contra el comerciante particular judio con clientela privada. Miles de pequefios comercios judios gozin de nuestra general esti- ma, y de la misma manera rexpetamos también a decenas de miles de judfos particulares -onio vecinos nuestros. La eriti- ca que eon razén se hace eontra lox tinaneieros judfos no es pues originada tan s6lo por motives de raza. Deseraciadamen- te esta aversidn racial, que como prejuicio conduee tan fa. cilmente a equivocaciones, deriva del hecho cierto de que en la cadena financiera internacional, que envuelve al mundo entero, cada eslabén ostenta siempre cierta familia finane va judia, un eapitalista judio. 0 wm sistema baneario judio, Muchos quieren ver en tal cireunstancia una onganizacion premeditada del poderio judaico para dominar a todos tos e- 25 demas pueblos del mundo, mientras que otros lo explican tan <6lo como resultado de naturales simpatias judias entre sf, o por el desarrollo natura] del sistema familiar del -comercio judio, que tiende cada vez a abarear mas ramas en su acti- vidad. Seguin el lenguaje de las antiguas escrituras, erece Israel’ como la vid, que siempre hace brotar sarmientos nae- vos, profundizando cada vez mas sus rafces; pero todo sigue siendo parte de una misma planta. La facilidad de los judios para negociar con los Gobier- nos tiene su explicacién también en las antiguas persecucio- nes, en cuyos momentos dolorosos el judio comprendié el enorme poder del oro sobre los caracteres venales. A donde fuera que se dirigiera, le perseguia como una maldicién la ereciente antipatia popular. Los judfos, como raza, no se hi- cieron nunca simp4ticos, hecho que el mas ferviente judio no negara, aunque se esfuerce por dar una explicacién satisfac- toria. Quizd algin que otro judio como particular goce de nuestra estima, y hasta es posible que ciertos rasgos del ca- racter judio, detenidamente estudiados, nos sean ‘simpaticos. Sin embargo, una de las cargas que sobre si llevan los judios comno raza, radica en Ja antipatia colectiva de los demas pue- blos. Esta antipatia existe en nuestra edad moderna, en pai- ses civilizados y en condiciones que al parecer suponen im- posible toda persecucién. En cambio el judio parece que se preoeup2 muy poco de la amistad o enemistad de los dem4s pueblos, quiz4 por los fracasos de épocas pasadas, 0 también, y con mayor verosi- militud, por. creerse perteneciente a una raza superior a to- das las demas. Pero sea el que fuere el verdadero motivo, consta el. hecho de que su tendencia principal se ha dirigido siempre a ganar para si los reyes y la nobleza. ,Qué les im- portaba a los judfos que los pueblos murmuraran contxa ellos, mientras los reyes y su corte fueran sus amigos? Asi hemos visto existir siempre, hasta en los tiempos mas duros para ellos, un ‘‘judio de corte’’, que con ayuda de sus préstamos y los grillos de la deuda, pudo penetrar a eada momento en la 26 antecdmara real. La tactica judaica fué et2ruamente la del ‘‘eamino recto al cuartel general’’. Nunca se esforz6 el judio por conciliarse con el pueblo ruso; pero, en cambio, bused las simpatfas de la corte imperial. Tampoco apetecié nunca las simpatias de la corte imperial. Tampoco apetecié nunca envolver en sus redes al Emperador y a su Gobierno, En Inglaterra se refa el judfo del antisemitismo pronunciado del pueblo inglés, ,No tenfa por ventura detras de si a toda la nobleza? ;No reunfa en sus manos todos los hilos de la Bolsa londinense? Esta tactica de ir ‘‘derecho al cuartel general’’ explica perfectamente la influencia omninotente aue tiene él indaismo sobré tantos Gobiernos y la politiea de los pueblos. Tal tactica pudo desarrollarse facilmente por la habilidad del judfo de poder ofrecer en todo momento aquello que los Gobiernos necesitaban. Cuando se trataba de un _empréstito, en seguida el judfo de Corte intervensa, facilitandolo con ayu- da de judios de otras capitales 0 ceitros financieros. Si se trataba de que un Gobierno quisiera devolver una deuda ven- cida, pero sin confiar el metal preqioso a un convoy a través de terrenos peligrosos, aparecia también el judfo, que se en- cargaba dél asunto: extendfa simplemente un papel, y eual- cuier casa bancaria establecida en la otra capital abonaba el importe. Cuando por vez primera se proveia un ejército con pertrechos modernos, se encargaba igualmente un judio que tenfa el dinero suficiente y disponia también del’ siste- ma. adecuado. Ademés, obten{fa la satisfaccién de convertirse en. acreedor de toda una nacién. Esta tactica, que presté a aquella raza admirables servi: ‘ios aun en las mayores adversidades, no ofrece hoy ni indi. cios de modificarse. Bien se puede comprender que el judio, al observar la enorme influencia que su raza numéricamente tan insignificante ejerce en la actualidad sobre la mayorfa de Tos’ gobiernos, considerando la desproporcién entrée el nime- ¥o y el poderfo de su pueblo, quisiera ver en estos hechos, une prueba fehaciente de una superioridad racial. Hay que hacer constar también que la astucia judig en 27 inventar continuamente nuevas formas comerciales se sigue acreditando, como asimismo la facilidad de amoldarse a situa- ciones alternativas. Judios suelen ser los primeros, que en tie- rras extrafias fundan sucursales bancarias, para asegurar a los representantes de la casa central todas las ventajas posi- bles desde un principio. Durante .la Guerra se hablé mucho de las ‘‘victorias pacificas’’? que el Gobierno alemin hubiera obtenido al fundar en los Estados Unidos casas filiales 0 su- cursales de comercios alemanes. El que muchas sucursales alemanas hayan existido en nuestro pais, no puede negarse; pero por otro Jado no se olvide que en la mayoria de los ca- sos no se trataba de empresas alemanas, sino de relaciones judias. Los antiguos comercios alemanes fueron demasiado con- servadores para, ni aun en los Estados Unidos, adular a la clientela, En eambio las easas judias no eran tan conserva- doras, sino que vinieron a América y apresuraron los nego- eios. La competencia oblig6 a las casas buenas alemanas a que hicieran otro tanto. Pero Ja idea en su origen fué judia, no alemana. Otro método comercial moderno de origen genuinamente hebreo consiste en la fusién o consorcio de industrias simila- res entre si. Una vez que se adquiere, por ejemplo, una cen- tral eléctrica, se tiende a adquirir seguidamente la empresa de tranvias, que consume la corriente de aquella central. La base de esta politica es, a poder ser, aduefiarse de las utili- dades en toda la linea, desde la produccién de la corriente hasta el billete del tranvia. Pero la causa fundamentel estri- ba en aumentar el precio de la corriente para el tranvia eon syuda de Ja influencia en ambas empresas, y asimismo poder dictar el precio de las tarifas para el piiblico. Aquella empresa, que esté en contacto més directo con el consumi- dor, declara entonces que tiene que subir jas tarifas porqne sus propios gastos se han elevado, ocultando empero que di: cha elevadién fué. ordenada por sus misinos copropietarios, pero ne por circunstancias exteriores independientes. Existe hoy dfa en e] mundo una potencia finanuiara cen-

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