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¿PODEMOS...?
1> Suely Rolnik es psicoanalista, Nacional Centro de Arte Reina Sofía Brasil. El Manifiesto Antropófago, lanzado
investigadora y curadora. Vive en San (MNCARS) y del Departamento de Danza en 1928, y escrito por Oswald de Andrade
Pablo, donde es Docente Titular de la de la Université de Paris 8. Es autora entre –poeta, autor teatral y novelista
Pontificia Universidad Católica / PUCSP. otros libros de Micropolítica. Cartografías experimental–, constituye la referencia
Es docente invitada del Programa de del deseo, en colaboración con Félix más conocida del movimiento.
Estudios Independientes (PEI) del Museu Guattari, publicado en varios países. 3> La denominación Tupinambá abarca
d’Art Contemporani de Barcelona (MacBa), 2> La fuerte singularidad del Movimiento una gran variedad de grupos indígenas
del Master Oficial en Historia del Arte Antropofágico en el contexto que habitaban el vasto territorio invadido
Contemporáneo y Cultura Visual, internacional del modernismo es y colonizado por la corona portuguesa y
Universidad Autónoma de Madrid y Museo relativamente ignorada todavía fuera de en el cual ésta “fundó” Brasil.
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sus etapas. Curiosamente, ésta es la única (o que, según los jesuitas, los Tupinambaes re-
casi la única) registrada en el imaginario occi- cibían fácilmente sus enseñanzas de euro-
dental, probablemente por el horror que debe peos católicos, y con la misma facilidad se
haberles causados a los invasores europeos. las olvidaban, o sencillamente las abando-
Y más curioso todavía resulta que ésta tam- naban. Lo que para los curas era “incons-
bién haya sido la etapa privilegiada por los tancia” revela, a decir verdad, la inexistencia
modernistas en la construcción de su argu- de un sentimiento de sí sustancializado o de
mento. Con todo, otro aspecto podría sumi- una cartografía vivida como supuesta esen-
nistrar una clave complementaria a las cues- cia individual y/o colectiva, sea cual sea la
tiones que abordó el Modernismo; en todo misma; de allí el desapego y la libertad para
caso, sería sin duda una etapa esencial para deshacerse de elementos de la propia cultu-
las cuestiones que aquí pretendo plantear. ra para absorber elementos de otras y tam-
He aquí cómo la describen los antropólogos bién para dejarlos de lado cuando carecie-
Manuela Carneiro da Cunha y Eduardo Vivei- sen de sentido. No es casual que el único ri-
ros de Castro: “Luego de matar al enemigo, tual que los Tupinambaes se rehusaron fe-
el ejecutor se cambiaba el nombre y era mar- rozmente a abandonar haya sido la antropo-
cado con escarificaciones en su cuerpo, du- fagia5. Aceptaban incluso desestimar su eta-
rante un prolongado y estricto retiro”.4 Y así, pa caníbal, cuando se hacía imposible no
con el correr del tiempo, los nombres se iban someterse a esta exigencia de los portugue-
acumulando, con cada incorporación del ses, pero lo que no podían perder en ningu-
combate con un nuevo enemigo, acompaña- na hipótesis era esta “técnica de memoria
dos de los respectivos dibujos tallados en la del enemigo”, aquél radicalmente otro que
carne: y cuantos más nombres se grababan sostenía y aseguraba la “apertura a lo ajeno,
en su cuerpo, más prestigio se granjeaba su al lugar otro, al más allá”6. En definitiva, un
portador. La existencia del otro –no uno sino ritual de iniciación al Afuera y al principio
muchos y diversos– se inscribía así en la me- heterogenético de producción de sí mismo y
moria del cuerpo, con lo cual producía im- del mundo que éste implica. Y el mantenerlo
predecibles devenires de la subjetividad. a cualquier costo, ¿no sería una forma de
Obedece a esta misma lógica el hecho de exorcizar el peligro de contagio por el princi-
4> Cf.: Manuela L. Carneiro da Costa y llenos de soberbia (...) Lo ideal era que de la práctica de captura de los enemigos
Eduardo B. Viveiros de Castro, “Vingança muriera de un solo golpe de Ibirapema para hacerse de esclavos, pero los indios
e temporalidade: os Tupinambás”, en: [nota del traductor: Iwera-Pemme, bastón se resistían. Cuando no lograban escapar
Anuário Antropofágico 85 (1986), Río de del sacrificio], que le debía partir el a las órdenes de los colonizadores,
Janeiro. Los autores describen del cráneo.” [Traducción del portugués] preferían ofrecerles a sus familiares para
siguiente modo el ritual: “Al prisionero, al Posteriormente, se devoraba su cuerpo la esclavitud en lugar de entregar a sus
cabo de vivir algunos meses o incluso siguiendo un riguroso ritual de enemigos y abandonar el ritual
algunos años entre sus captores, se lo distribución de sus partes, y el matador antropófago, con la matanza en el terrero
mataba en plaza pública. Decorado con partía hacia su retiro. y sus demás etapas.
plumas y pintado, éste entablaba con su 5> De acuerdo con estos mismos autores,
matador, también paramentado, diálogos los portugueses pretendían echar mano
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6> Cf.: Manuela L. Carneiro da Costa y nosotros mismos, a pesar de tales que su trabajo no tenía nada que ver con
Eduardo B. Viveiros de Castro, op. cit. designios, tal cual somos, tan opuestos a la propuesta estética del movimiento. Ver
7> Así lo describe el antropólogo blancuras y civilidades, tan al respecto la película de la entrevista
brasileño Darcy Ribeiro: “La colonización interiorizadamente deseuropeos como que Caetano Veloso concedida a Suely
en Brasil se llevó a cabo como un desindios y desafros”. (En: O Povo Rolnik para el archivo de su autoría:
esfuerzo persistente de implantar aquí Brasileiro. A formação e o sentido do “Lygia Clark, do objeto ao
una europeidad adaptada en estos Brasil, San Pablo, Companhia das Letras, acontecimento: ativação da memória de
trópicos y encarnada en estos mestizajes. 1995). [Traducción del portugués]. uma obra e seu contexto” (MinC,
Pero tropezó siempre con la resistencia 8> Es el caso de la obra de Lygia Clark, Cinemateca Brasileira y SESC-SP, 2008).
tozuda de la naturaleza y con los que suele incluírsela en el Tropicalismo,
caprichos de la historia, que nos hizo a cuando la artista declaraba abiertamente
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9> Cartografia Sentimental. vie philosophique, París: Synthélabo, col. compleja transversalidad como síntomas
Transformações contemporâneas do Les empêcheurs de penser en rond, 1998, de un contexto y de una época y crear
desejo, San Pablo, Estação Liberdade, pp. 463-476. Traducción brasileña: dispositivos de intervención en la
1989, agotado; 2a y 3a ediciones “Esquizoanálise e Antropofagia”, en Gilles densidad de lo real en función de dicha
revisadas + prefacio (Porto Alegre: Deleuze. uma vida filosófica. (San Pablo: comprensión. En Brasil, esta singularidad
Sulinas/ UFRG, 2006, 2007). Editora 34, 2000, pp. 451-462). se propagó en las prácticas terapéuticas
10> La dictadura militar duró hasta 1985, 13> En Latinoamérica en general –y más de las instituciones públicas y en los
cuando fue electo –todavía ampliamente en Brasil– las obras de consultorios privados (e incluso entre los
indirectamente– el primer presidente civil Guattari, Deleuze, Foucault y de toda una psicoanalistas), como así también en la
del país. Las primeras elecciones directas tradición filosófica en la cual éstas se formación universitaria (va en aumento la
se realizaron en 1989. insertan (especialmente Nietzsche y cantidad de programas de doctorado en
11> La contracultura y la militancia, Spinoza) tuvieron fuerte influjo en el este línea de investigación en varias
ambos polos del movimiento de la campo psiquiátrico. Esto resultó en una universidades). Para dar una idea de la
generación de los años sesenta y setenta, postura crítica interesada en extensión de este movimiento, el grupo
fueron los dos objetos del terrorismo de problematizar las políticas de de treinta profesionales que asumieron el
Estado durante la dictadura en Brasil. subjetivación en la contemporaneidad, Ministerio de Salud en el primer mandato
12> “Schizoanalyse et Anthropophagie”, para hacer frente a los síntomas que de del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva
en Alliez, Eric (Org.), Gilles Deleuze. Une ellas surgen, comprenderlos en su se ubican todos en este paisaje.
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En 1998, cuando retomé este concepto, en había denominado como subjetividad antro-
un ensayo solicitado para el catálogo de la pofágica. Describí estas diferencias en la
XXIV Bienal Internacional de San Pablo (cuyo época, proponiendo los conceptos de “baja”
tema fue precisamente la Antropofagia)14, era y “alta antropofagia”, inspirada en el propio
ya otro el problema que sentí que me convo- Oswald de Andrade (y también, inspirada en
caban a afrontar: la política de producción Nietzsche, las denominé a su vez “antropo-
de subjetividad y de cultura que la genera- fagia activa” y “antropofagia reactiva” 17.
ción de los años sesenta y setenta había in-
ventado venía siendo instrumentalizada por Políticas de la creación
el capitalismo financiero transnacional, que El criterio que adopté para distinguir a estas
por ese entonces se establecía en todo el políticas de la subjetividad antropofágica se
planeta. Transformada en esta operación, di- basó en el modo de reaccionar al proceso
cha micropolítica se volvía dominante (de allí que convoca y dispara el trabajo de creación.
que ciertos autores califiquen al nuevo régi- Me refería a la dinámica paradójica entre el
men como “capitalismo cognitivo” o “cultu- plano extensivo, con su mapa de formas y re-
ral”15). No describiré este proceso, pues el presentaciones vigentes y su relativa estabili-
mismo es ampliamente tratado en el texto en dad, de un lado, y el plano intensivo y las
cuestión y en varios de mis ensayos durante fuerzas del mundo que no cesan de afectar
los últimos seis años16. Si bien este cambio nuestros cuerpos, redibujando el diagrama de
ya había empezado en Europa Occidental y nuestra textura sensible, del otro. Tal dinámi-
en Norteamérica a finales de los años seten- ca tensa los territorios en curso y sus respec-
ta, en Latinoamérica y en Europa Oriental a tivos mapas, y termina haciendo que entren
partir de mediados de los años ochenta (con en crisis nuestros parámetros de orientación
la disolución de los regímenes totalitarios, en en el presente. Es en ese abismo y en la pe-
buena medida engendrada por el propio ne- rentoriedad de producir sentido que se con-
oliberalismo), fueron necesarias al menos voca al trabajo del pensamiento. Ya al mo-
dos décadas para que sus efectos perversos mento de este impulso inaugural de la crea-
se hicieran sentir y se planteasen como pro- ción se definirán sus diferentes políticas, en
blema –tal como sucede con todo cambio función de cuánto se toleran los colapsos de
histórico de tamaña envergadura. Recién en- sentido, la inmersión en el caos, nuestra fragi-
tonces se hacía posible notarlos, lo que im- lidad. Para describir someramente esa dife-
ponía la necesidad de distinguir las políticas rencia, apunté dos polos opuestos en este
de la plasticidad, de la fluidez de la hibrida- proceso, aunque los mismos no existan como
ción y de la libertad experimental de crea- tales, ya que en realidad, además de ser mu-
ción que caracterizan a aquello a lo que yo chos los matices de este proceso, éstos varí-
14> Subjetividade Antropofágica/ Multitude, constituye en parte un despliegue 2006 (“Machines and Subjectivation”) y
Anthropophagic Subjectivity. En: Herkenhoff, de las ideas de Deleuze y Guattari relativas mayo de 2007 (“Extradisciplinaire”).
Paulo y Pedrosa, Adriano (Edit.). Arte al estatuto de la cultura y de la subjetividad 17> La noción de “baja antropofagia”
Contemporânea Brasileira: um e/entre en el régimen capitalista contemporáneo. aparece en el propio Manifiesto
Outro/s, XXIVª Bienal Internacional de San 16> Algunos de estos ensayos se Antropófago, que se refiere a ella como la
Pablo. San Pablo: Fundación Bienal de San encuentran reunidos en una edición bilingüe “peste de los así llamados pueblos cultos
Pablo, 1998, pp. 128-147. Edición bilingüe (español / inglés) de Brumaria, Nº 8: “Arte y y cristianizados”, y declara que es
(portugués / inglés). Revolución. Sobre historia(s) del arte”, en precisamente contra ella “que estamos
15> La noción de “capitalismo cognitivo” o Documenta 12 Magazine Project, 2007. O en actuando los antropófagos”. (Cf.: “Manifesto
“cultural”, planteada a partir de los años la edición multilingüe de Transversal Antropófago” [1928], en A Utopia
noventa, principalmente por investigadores multilingual webjournal: antropofágica, Obras Completas de Oswald
actualmente asociados a la revista francesa <http://transform.eipcp.net>; noviembre de de Andrade. San Pablo, Globo, 1990).
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18> “Zombie Anthropophagy”, en Curlin, bilingüe (alemán / inglés). En español: portugués: “Antropofagia Zumbi”, en op.
Ivet, Iilic, Natasa (Org), Collective Creativity “Antropofagia zombi”, en Brumaria 8: “Arte cit. (V. nota 16).
dedicated to anonymous worker, Kassel, y Revolución. Sobre historia(s) del arte”,
Kunsthalle Fridericianum, 2005, Edición Documenta 12 Magazine Project, 2007. En
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de crear una nueva noción, la de “subjetivi- se como una verdadera salvación. El capi-
dad flexible”,19 para poner en evidencia el talismo cultural parecía liberar a las fuerzas
contexto histórico que yo tenía en mente de creación de su represión, y más aun: las
–la política de subjetivación de los años festejaba y les daba el poder de ejercer un
sesenta y setenta y su clon capitalístico– y rol destacado en la construcción del mun-
dejar la calificación de “antropofágica” pa- do que por esos tiempos se instalaba. Este
ra su versión brasileña. Problematizo el hecho agravó la confusión existente entre
proceso que desembocó en esta instru- el modo contracultural y su versión pos-
mentalización y la describo más precisa- cafisheo capitalístico, como así también
mente; apunto también la confusión que sus efectos nefastos de ello decurrentes.20
muchos de la generación de los años se- En Brasil, un tercer factor se sumó además
senta y setenta hicieron entre estas dos a esta compleja situación: precisamente, la
políticas de la subjetividad flexible y el es- presencia de la tradición antropofágica. Si
tado de alienación patológica que dicha bien ésta había desempeñado un rol en la
confusión provocó. Por último, examino la radicalidad de la experiencia contracultural
especificidad de tales efectos en países de los jóvenes brasileños de los años se-
que recién habían salido de regímenes dic- senta y setenta, ahora, al contrario, tendía a
tatoriales, en particular aquéllos cuyo pa- contribuir a una adaptación más soft al am-
sado había estado signado por un singular biente neoliberal (incluso de una buena par-
y audaz experimentalismo. Tal es el caso te de la misma generación, ya entre sus 35
de varios países Latinoamérica y de Euro- ó 45 años). El país demostró ser un verda-
pa Oriental. En esos contextos, paralizado dero campeón atlético de la flexibilidad al
por la micropolítica de las dictaduras, di- servicio del mercado21. Seducida sobre todo
cho experimentalismo habría sido reactiva- en su polo más reactivo, esta tradición pro-
do con la instalación del capitalismo cultu- dujo aquello a lo que le asigné entonces el
ral, pero para canalizárselo directamente nombre de “zombis antropofágicos”.
hacia el mercado, sin pasar por la elabora- También en este texto hago mención a un
ción de la herida de la potencia de crea- movimiento crítico que empezaba a tomar
ción, la condición para reactivar su vitali- cuerpo internacionalmente en una nueva
dad política que había sido interrumpida. generación a finales de los años noventa
Esto hizo que en dichos países el adveni- en varios países, especialmente entre los
miento del nuevo régimen tendiera a vivir- jóvenes artistas.
19> “Subjetividad flexible” es una noción <http://transform.eipcp.net/transversal/ toda índole al que se hace mención en el
que creé en 2003 y se inspira parcialmente 1106>; publicado por: Eipcp – European cuerpo del texto.
en la de “personalidad flexible” sugerida Institute for Progressive Cultural Policies; 21> Algunas señales de este fenómeno:
por Brian Colmes en un texto escrito en contact@eipcp.net; <http://www.eipcp.net>. las agencias brasileñas suelen ganar
2001. La desarrollo desde la perspectiva 20> Europa Oriental comparte con todos los concursos internacionales de
de los procesos de subjetivación (V. Brian Latinoamérica situaciones que llevaron a publicidad; las novelas de la red Globo de
Holmes, “The Flexible Personality”, en que la instalación de la flexibilidad televisión se difunden en más de 200
Hieroglyphs of the Future. Zagreb: WHW / capitalística generase efectos similares a países; la mujer brasileña es según las
Arkzin, 2002; o en el blog del autor: los sugeridos en el texto (lo que merecería estadísticas la que más se identifica y se
brianholmes.wordpress.com). Holmes ser objeto de una investigación común). somete a los modelos ideales del cuerpo
retomó la idea, más recientemente (en Sin embargo, un fenómeno totalmente femenino que establecen los medios, lo
2006), en el ensayo “The Flexible distinto entra en juego en algunos países que ubica a Brasil en la cima del ranking
Personality. For a New Cultural Critique” de Europa Oriental en este mismo de consumo de cosméticos, de
(transversal 11/06: machines and contexto, que es precisamente el medicamentos para adelgazar y de
subjectivation - surgimiento de los fundamentalismos de cirugías plásticas.
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¿Y qué tiene que ver el arte con todo esto? críticos que las acompañan y en las direc-
Así llegamos al terreno de la producción trices de los museos que las reciben, y por
artística. No resulta una mera coincidencia último (o por empezar), en todas las prácti-
que sea en este terreno que el referido mo- cas que se hacen en el marco de una deriva
vimiento se manifieste con mayor vehe- ubicada más allá del terreno institucional
mencia: la situación antes descrita lo afec- del arte, en la cual se encuentra embarcada
ta directamente. Las artes plásticas nunca parte de la producción contemporánea.
habían tenido tanto poder en el trazado de La fuerza que predomina hoy en día en este
la cartografía cultural del presente como territorio es la de la denegación de dichas
en estos últimos diez o quince años. Más turbulencias, propia de una flexibilidad reac-
allá de la prominencia que la imagen en tiva: la baja antropofagia descrita anterior-
general ha adquirido en este trazado en el mente. Las megaexposiciones se han con-
transcurso del siglo XX, en el campo espe- vertido en una de las principales fuentes de
cífico del arte, las exposiciones internacio- cartografías prêt-à-porter vacías y sin relie-
nales se han convertido en un dispositivo ve, adaptables al consumo en cualquier pun-
privilegiado para el desarrollo de lenguajes to del planeta y a la rápida adquisición de un
planetarios. De hecho, en ellas se concen- repertorio globalizado. Ésta es probablemen-
tra y se compone, en un mismo espacio y te una de las razones por las cuales este tipo
tiempo, la mayor cantidad posible de uni- de exposiciones se propaga por todas par-
versos culturales, tanto del lado de las tes a vertiginosa velocidad, a punto tal que
obras como de su público. podamos suponer que, en un futuro para na-
Al comienzo de este texto señalé que el da lejano, tengamos bienales, gigantescas
preguntarse si a las cartografías que traen ferias de arte y museos de arte contemporá-
consigo la impronta de la hibridación, la fle- neo con sus despampanantes arquitecturas
xibilidad y la fluidez debe rechazárselas o en las capitales de todos los países del pla-
celebrárselas constituye un falso problema. neta (el franchising de museos europeos y
Pues bien, es tan falso como preguntarse norteamericanos forma parte de esta lógica).
sobre la pertinencia del rol del arte en la in- Sin embargo, paralelamente y a contrapelo
vención de dichas cartografías. También en de ese mainstream, se agitan otras fuerzas
este caso, lo que importa son las fuerzas que, de diferentes modos, trabajan en la
que están en juego en cada propuesta ar- construcción de cartografías basadas en las
tística: cuánto de la creación parte de las tensiones de la experiencia contemporánea y
turbulencias de la experiencia sensible con- no en su denegación. Por entre ellas se afir-
temporánea. Dichas fuerzas resultan de los ma el poder poético del arte: dar cuerpo a las
inevitables rozamientos, las tensiones y las mutaciones sensibles del presente. El volver-
imposibilidades que la compleja construc- las aprehensibles participa de la apertura de
ción de una sociedad globalizada implica posibles en la existencia individual y colecti-
singularmente en cada contexto y en cada va: líneas de fuga de modos de vida estériles
momento. En el terreno de las artes plásti- que no sustentan cosa alguna a no ser la
cas, las mismas cobran cuerpo no sola- producción de capital. ¿No será ésta precisa-
mente en las propias obras, sino también mente la potencia política propia del arte?
en sus exposiciones y en los conceptos cu-
ratoriales que éstas expresan, en los textos Traducción del portugués por Damián Kraus
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