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Considerar como mito los descubrimientos científicos del pasado (que ahora son
creencias anticuadas), siendo que ocupan los mismos métodos y razonamientos de la
actualidad es una contradicción. Sin embargo, si los incluimos como ciencia, ésta
habrá introducido conjuntos de creencias absolutamente incompatibles con las que
tenemos en la actualidad. Las teorías anticuadas no dejan de ser científicas por el
hecho de ser descartadas, pero esto hace difícil considerar al desarrollo
científico como un proceso de acumulación.
A falta de un paradigma, todos los hechos que pudieran ser pertinentes para el
desarrollo de una ciencia dada tienen probabilidades de parecer igualmente
importantes. La primera reunión de hechos es una actividad mucho más fortuita que la
que resulta familiar, después del desarrollo científico subsiguiente. A falta de una
razón para buscar alguna forma particular de información más recóndita. El
instrumental resultante de hechos contiene los accesibles a la observación y la
experimentación casual, junto con algunos de los datos más esotéricos procedentes
de artesanías establecidas. Debido a que las artesanías son una fuente accesible de
hechos que fortuitamente no podrían descubrirse, la tecnología ha desempeñado
frecuentemente un papel vital en el surgimiento de nuevas ciencias.
Puesto que cualquier descripción puede ser parcial, la historia natural típica con
frecuencia omite, de sus informes sumamente circunstanciados, precisamente
aquellos detalles que científicos posteriores consideran como fuentes importantes de
informaciones esclarecedoras. Las historias naturales yuxtaponen, a menudo,
descripciones. Sólo de vez en cuando, los hechos reunidos con tan poca guía de una
teoría preestablecida hablan con suficiente claridad como para permitir el surgimiento
de un primer paradigma. Esta es la situación que crea las escuelas características de
las primeras etapas del desarrollo de una ciencia. No puede interpretarse ninguna
historia natural sin, al menos, cierto caudal implícito de creencias metodológicas y
teóricas entrelazadas, que permite la selección, la evaluación y la crítica.
Para ser aceptada como paradigma, una teoría debe parecer mejor que sus
competidoras: pero no necesita explicar y, en efecto, nunca lo hace, todos los hechos
que se puedan confrontar a ella.
La definición más rígida del grupo científico tiene otras consecuencias. Cuando un
científico individual puede dar por sentado un paradigma, no necesita ya, en sus
trabajos principales, tratar de reconstruir completamente su campo. Esto puede quedar
a cargo del escritor de libros de texto. Sin embargo con un libro, el investigador
creador, puede iniciar una investigación donde la abandona el libro y así concentrarse
exclusivamente en los aspectos más sutiles y esotéricos de los fenómenos naturales
que interesan a su grupo. En lugar de ello se presentaran normalmente como artículos
breves dirigidos sólo a los colegas profesionales, a los hombres cuyo conocimiento del
paradigma compartido puede presumirse y que son los únicos capaces de leer los
escritos a ellos dirigidos.
Las operaciones de limpieza son las que ocupan a la mayoría de los científicos y
constituyen lo que llamo ciencia normal, esa empresa parece ser un intento de obligar
a la naturaleza dentro de los límites establecidos y relativamente inflexibles que
proporciona el paradigma. Los fenómenos que no encajan dentro de los límites ni
siquiera de los ve.
Segundo, se dirige hacia los hechos que, aunque no tenga a menudo mucho interés
intrínseco, pueden compararse directamente con predicciones de la teoría del
paradigma. Ilustran el esfuerzo y el ingenio inmensos que han sido necesarios para
hacer que la naturaleza y la teoría lleguen a un acuerdo cada vez más estrecho.
Los problemas teóricos de la ciencia normal caen muy aproximadamente dentro de las
mismas clases que los experimentales o de observación. Una parte del trabajo teórico
normal consiste simplemente en el uso de la teoría existente para predecir información
fáctica de valor intrínseco. Los científicos los consideran generalmente como trabajos
de poca monta que deben dejarse a los ingenieros y a los técnicos. Son las
manipulaciones de teoría emprendida no debido a que las predicciones que resultan
sean intrínsecamente valiosas, sino porque pueden confrontarse directamente con
experimentos. La necesidad de este tipo de trabajo nace de las enormes dificultades
que frecuentemente se encuentran para desarrollar puntos de contacto entre una
teoría y la naturaleza.
Más que cualquier otro tipo de investigación normal, los problemas de la articulación
de paradigmas son a la vez teóricos y experimentales.
Kuhn postula que en las revoluciones se ven cosas nuevas y diferentes; incluso si
estas cosas-ya antes vistas- se observan con los mismos instrumentos. Aun cuando la
vida cotidiana sigue tal cual, los cambios de paradigma hacen que los científicos vean
el mundo de la investigación-que les pertenece- de manera diferente.
Kuhn habla de que cambia el mundo, en cuanto a la experiencia con este. Para esto
ejemplifica con un “experimento de forma”-método utilizado por la psicología-. Al sujeto
se le colocan unos lentes especiales, los cuales hacen que el vea todo de pies a
cabeza. Primeramente el sujeto se ve desorientado, pero a medida que el sujeto
comienza a aprender-a través de la experiencia- a conducir en su nuevo mundo, todo
su campo visual se transforma-el punto de vista cambia, al igual que el del alumno-; el
mundo del sujeto cambia. Con esto Kuhn no le quita importancia a las experiencias y
las nociones previas, ya que solo a través de la comparación de esta el sujeto puede
adiestrarse de buena forma. Esto quiere decir que los objetos percibidos de manera
experimental, varían según la preparación y el adiestramiento previo del sujeto.
Es decir” lo que ve el hombre depende tanto de lo que mira como de lo que su
experiencia visual y conceptual previa lo ha preparado a ver”.
Esta teoría es cuestionada por que se vasa en la sugestión. Pero Kuhn afirma” que la
historia de la ciencia tendría un sentido más claro y coherente si se pudiera suponer
que los científicos experimentan, a veces, cambios de percepción”-crisis-.
Kuhn habla de que las revoluciones cambian el mundo por que cambian el punto de
vista. Esto lo fundamenta aun mas cuando dice que las revoluciones cambian las
categorías científicas. Ya que estas van quedando obsoletas. Para esto Kuhn
ejemplifica con un nuevo descubrimiento: Antes, al observar Urano, solo se veía una
estrella-inmóvil-, pero cuando se cuestionó el tamaño de esta y el porqué se mueve-
con la ayuda de nuevo instrumentos-, la categoría de estrella queda obsoleta para el
objeto, es así como surge la pregunta ¿cómo se mueve? Los científicos tratan de dar
respuesta a esto según las categorías que estos tienen- experiencias previas-, estos
dirán que puede que sea un comenta ya que se mueve, pero luego se descubre que
no se mueve como un cometa-la categoría de cometa queda obsoleta- si no que se
mueve como un planeta. Este nuevo descubrimiento genera un nuevo orden en las
cosas ya que la observación no solo afecta al objeto- no solo al planeta Urano sino, a
la categoría de planeta- sino al orden entero-cambia la forma de ver el mundo, cambia
en concepto como unidad de comparación-.
Aun así afirma que solo con las categorías antiguas-experiencias previas- se puede
hacer una verdadera comparación. No solo con la validación de las categorías puede
varias el punto de visa, si no que con la expansión de estas también se modifica el
orden de lo conocido-cambia la forma de ver el mundo-. Es por todo esto –
experiencias previas = categorías- que dice: si los cambios conceptuales acompañan
a los paradigmas, no podremos esperar que los científicos atestigüen directamente
sobre estos cambios; es porque se necesitan las antiguas convenciones para poder
analizar el cambio de paradigma.
Si bien hay veces en que se requiere de una nueva generación para conseguir
cambios, las comunidades se nuevos paradigmas. Existen ciertos científico con algo
más de experiencia los cuales puedan resistirse a dichos cambios, la mayor parte de
ellos podrían ser conseguidos. Hay científicos admiten un nuevo Paradigma por
diferentes razones inclusive por más de una a la vez.
¿Por qué debe progresar continuamente la empresa bosquejada antes, cuando, por
ejemplo, el arte, la teoría la política y la filosofía no lo hagan? ¿Por qué es el progreso
una condición reservada casi exclusivamente a las actividades que llamamos ciencia?
En medida muy grande, el término “ciencia” está reservado a campos que progresan
de manera evidente.
¿Hay mucho que pueda depender de una definición de “ciencia”? ¿Puede una
definición indicarle a un hombre si es o no un científico? De manera inevitable,
llegamos a sospechar que lo que se encuentra en juego es algo más fundamental. Es
probable que, en realidad, se hagan preguntas como las siguientes: ¿Por qué no
progresa mi campo del mismo modo que lo hace, por ejemplo, la física? ¿Qué
cambios de técnica, de métodos o de ideologías lo harían capaz de progresar en esa
forma? Éstas sin embargo, no son preguntas que pudieran responder a un acuerdo
con respecto a la definición. Además, si sirve el precedente de las ciencias naturales,
no cesarán de ser una causa de preocupación cuando se halle una definición, sino
cuando los grupos actualmente ponen en duda su propio status lleguen a un consenso
sobre sus realizaciones pasadas y presentes.
Durante el Renacimiento, cuando no se consideraba que hubiera una gran separación
entre las ciencias y las artes. Incluso después que cesó ese intercambio continuo, el
término “arte” continuó aplicándose tanto a la tecnología y a las artesanías, las que
también se consideraban como progresivas, como la pintura y a la escultura. Sólo
cuando estas últimas renunciaron de manera inequívoca a la representación como
finalidad y comenzaron a aprender nuevamente de los modelos antiguos, obtuvo su
profundidad actual la separación que, hoy en día, damos por sentada.
Preguntémonos ahora porqué debe progresar una empresa como la ciencia normal y
comencemos recordando algunas de sus características, más notables. Normalmente,
los miembros de una comunidad científica madura, trabajan a partir de un paradigma
simple o un conjunto de paradigmas estrechamente relacionados. Sin embargo,
viéndolo desde el punto de vista de cualquier comunidad simple, sea o no de
científicos, el resultado del trabajo creador exitoso es el progreso.
Ninguna escuela creadora reconoce una categoría de trabajo que, por una parte, sea
un éxito de creación, pero que, por otra parte, no sea una adición a la realización
colectiva del grupo. Si ponemos en duda, como lo hacen muchos, que progresen los
campos no científicos, ellos no se deberá a que las escuelas individuales no
progresen. Más bien, debe ser porque hay siempre escuelas competidoras, cada una
de las cuales pone constantemente en tela de juicio los fundamentos mismos de las
otras. El hombre que pretende que la filosofía, por ejemplo, no ha progresado, subraya
el hecho de que haya todavía aristotélicos, no que el aristotelismo no haya
progresado.
Sin embargo, esas dudas sobre el progreso se presentan también en las ciencias.
Durante todo el periodo anterior al paradigma, cuando hay gran número de escuelas
en competencia, las pruebas de progreso, excepto en el interior de las escuelas, son
muy difíciles de encontrar.
En resumen, sólo durante los periodos de ciencia normal el progreso parece ser
evidente y estar asegurado. Durante esos periodos, sin embargo, la comunidad
científica no puede ver los frutos de su trabajo en ninguna otra forma.
Así pues, con respecto a la ciencia normal, parte de la respuesta al problema del
progreso se encuentra simplemente en el ojo del espectador. El progreso científico no
es de un tipo diferente al progreso en otros campos; pero la ausencia, durante ciertos
periodos, de escuelas competidoras que se cuestionen recíprocamente propósitos y
normas, hace que el progreso de una comunidad científica normal, se perciba en
mayor facilidad. Una vez que la aceptación de un paradigma común ha liberado a la
comunidad científica de la necesidad de reexaminar constantemente sus primeros
principios, los miembros de esa comunidad pueden concentrarse exclusivamente en
los más sutiles y esotéricos de los fenómenos que le interesan. Esto hace aumentar
tanto el vigor como la eficacia con que el grupo, como un todo, resuelve los problemas
nuevos que se presentan.
Algunos de ellos son consecuencias del aislamiento sin paralelo de las comunidades
científicas maduras, respecto de las exigencias de los profanos y de la vida cotidiana,
no hay otras comunidades profesionales en las que el trabajo creador individual esté
tan exclusivamente dirigido a otros miembros de la profesión y sea evaluado por éstos.
Debido a que trabaja sólo para una audiencia de colegas que comparten sus propios
valores y sus creencias, el científico puede dar por sentado un conjunto único de
normas. Lo que es todavía más importante , el aislamiento de la comunidad científica
no respecto a la sociedad, permite que el científico individual concentre su atención en
problemas sobre los que tiene buenas razones para creer que es capaz de resolver, el
científico no necesita escoger problemas en razón de que sea urgente resolverlos y sin
tomar en consideración los instrumentos disponibles para su resolución, el contraste
entre los científicos naturalistas y muchos científicos sociales resulta aleccionador. Los
últimos tienden a menudo, lo que los primeros casi nunca hacen, a defender su
elección de un problema de investigación.
Los efectos del aislamiento respecto de la sociedad mayor se intensifican mucho por
otra característica de la comunidad científica profesional, la naturaleza de su iniciación
educativa. En la historia, la filosofía y las ciencias sociales, los libros de texto tienen
una importancia mucho mayor. Pero incluso en esos campos, los cursos elementales
de los colegios emplean lecturas paralelas en fuentes originales, algunas de ellas de
los “clásicos” del campo, otras de los informes de la investigación contemporánea que
los profesionales escriben unos para otros. Como resultado de ellos, el estudiante de
cualquier de esas disciplinas está constantemente al tanto de la inmensa variedad de
problemas que los miembros de su futuro grupo han tratado de resolver, en el
transcurso del tiempo. Compárese esta situación con la de las ciencias naturales
contemporáneas. En estos campos, el estudiante depende principalmente de los libros
de texto que hasta que, en su tercero o cuarto año de trabajo como graduado, inicia
sus propias investigaciones. Hasta las últimas etapas de la instrucción científico, los
libros de texto substituyen sistemáticamente a la literatura científica creadora que los
hace posibles.
Sin desear defender los extremos excesivos, a que se ha llevado a veces este tipo de
educación, no podemos dejar de notar que, en general ha sido inmensamente efectivo.
En las revoluciones científicas hay tanto pérdidas como ganancias y los científicos
tienen una tendencia peculiar a no ver las primeras.
Una de las leyes más firmes, aun cuando no escritas, de la vida científica es la
prohibición de hacer llamamientos, en asuntos científicos, a los jefes de Estado o a las
poblaciones en conjunto. Los miembros del grupo, como individuos y en virtud de su
preparación y la experiencia que comparten, deberán ser considerados como los
únicos poseedores de las reglas del juego o de alguna base equivalente para emitir
juicios inequívocos.
Todo esto quiere decir que la capacidad para resolver problemas constituya una base
única o inequívoca para la selección de un paradigma.
Sin embargo, a pesar de esas y otras pérdidas para las comunidades individuales, la
naturaleza de tales comunidades proporciona una garantía virtual de que tanto la lista
de problemas resueltos por la ciencia como la limitación de las soluciones individuales
de los problemas irán aumentando cada vez más.
Ya es tiempo de hacer notar que hasta las páginas finales de este ensayo, no se ha
incluido el término “verdad”.
Todo aquel que haya seguido hasta aquí la argumentación sentirá, no obstante, la
necesidad de preguntar por qué debe funcionar el proceso revolucionario.
No es sólo la comunidad científica la que debe ser especial. El mundo del que esa
comunidad forma parte debe también poseer características muy especiales y no
estamos más cerca al principio de saber que deben ser. Cualquier concepción de la
naturaleza que sea compatible con el crecimiento de la ciencia por medio de pruebas,
es compatible con la visión evolutiva de la ciencia que hemos desarrollado. Puesto que
esa visión es compatible también con la observación atenta de la vida científica, hay
argumentos poderosos en favor de su empleo, en los intentos hechos para resolver la
multitud de problemas que todavía tienen respuesta.