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Cómo mejorar la

velocidad del wifi en el


hogar
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El wifi, esa bendición que permite tener conectividad a internet


de cualquier dispositivo sin usar un cable. Una libertad que
muchas veces puede verse frustrada por problemas como la
mala recepción o la baja velocidad. Dificultades que se pueden
solucionar siguiendo unas recomendaciones básicas.
Lo primero que hay que dejar claro es que la conexión wifi es un mecanismo de
conexión inalámbrica que transmite los datos que llegan por el cable de conexión
que viene de la calle. Esos datos son convertidos en una señal de radio gracias al
router. Evidentemente, la conexión por cable es el método más efectivo ya que se
mantiene la velocidad contratada (en muchas ocasiones se depende de la tarjeta
de red o adaptadores), mientras que por wifi la velocidad sufre una merma
importante.

¿La razón? Sencilla: por cable la conexión entre router y dispositivo es directa;
pero por conexión inalámbrica, viajando por el aire, es más fácil que la
velocidad baje al encontrar en su camino paredes, interferencias o cualquier tipo
de escollo.

Solo hay que seguir estas indicaciones básicas:

– Colocación del router: Queda muchas veces al azar pero es esencial.


Comprobar cuál es el entorno en el que está instalado el router, los elementos que
tiene alrededor, su posición y los dispositivos que se van a conectar resulta
prioritario. Por tanto, es conveniente tenerlo en un lugar céntrico del hogar, o
cercano a las estancias en las que se quiera una señal más fuerte. Es preferible
evitar que esté cerca de armarios o despensas y se recomienda situarlo a una
altura media-alta. Una posición baja hará la que señal se disperse y se pierda al
rebotar con el suelo.
– Posición de las antenas: Normalmente los router traen dos antenas y, en
muchas ocasiones por cuestiones estéticas, ambas están apuntando hacia arriba.
Lo recomendable es ponerlas en perpendicular. Es decir, una vertical y la otra
horizontal. Hasta un ingeniero de Apple lo reveló hace ya algún tiempo. Esa
posición de 90 grados es esencial para la mejor distribución de las ondas. No es
decisivo, pero ayuda a que mejore la recepción de las ondas por parte de los
dispositivos.

– Cambiar el canal por el que el router emite: Cuando se vive en un bloque con
muchos pisos, y por tanto muchas conexiones, será muy probable que se
comparta canal con muchos de los vecinos. Elegir un canal que esté libre, o con
pocos usuarios, será importante. Existen aplicaciones varias para poder realizar
este proceso, que se podrá realizar en la página de administración del router.
Normalmente en las IP 192.168.1.1 y 192.168.0.1.

– Tener el router siempre actualizado: Como cualquier dispositivo tipo móvil,


ordenador… el router necesita tener siempre instalada la última versión de su
programa interno. En algunos se va actualizando de forma automática pero en
otros hay que realizarlo de forma manual. Esto se puede hacer desde la página de
administración anteriormente descrita.

– El temido robo del wifi: Lo anteriormente descrito es importante pero muchas


veces la lentitud de la conexión se debe simplemente a que alguien también está
usando la red. Si se trata de un uso consensuado no habrá problema pero si es un
robo existen varias fórmulas para detectarlo y ponerle fin. Desde cambiar la
contraseña, a bloquear a la persona o personas en cuestión.

– Aumentar el alcance del router: Si solucionada la presencia ‘externa’ y los


consejos antes descritos no mejora la velocidad y señal siempre se puede recurrir
a los dispositivos PLC. Su función es llevar la señal del router por toda la casa y a
la mayor velocidad posible. Existe una extensa lista de productos disponibles y su
instalación suele ser bastante sencilla.
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