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El comportamiento sexual en los adolescentes, como también en los

adultos, no sólo responden a motivaciones sexuales intrínsecas sino


que también se ve influído por incitaciones externas. Es decir, los
prototipos y símbolos sexuales en una cultura (por ejemplo la imagen del desnudo
femenino), determinan los contenidos y los significados de la conducta
sexual. Para el adolescente enamorarse o haber tenido el primer
coito, pueden suponer motivos sociales más que motivos eróticos; ya que
para muchos adolescentes la intimidad sexual es una experiencia que aporta
autonomía, sentimiento de identidad, autovaloración propia como
persona atractiva y de toma de conciencia de su capacidad para la
relación con los otros.

También hay que tener en cuenta la influencia de la cultura, en el sentido


de que la sociedad considera conductas problemáticas en la adolescencia, que en
cambio juzgan normales en la edad adulta; motivo por el cual las relaciones
sexuales en la adolescencia constituyen comportamientos que jalonan la transición
a la adultez. En ellas el adolescente satisface una necesidad de
experimentación vital, de experimentar y experimentarse
tentativamente como adulto.

Introducción
Se le llama homosexual a la persona que siente atracción erótica hacia las personas de su mismo
sexo, pero que se sabe miembro de su sexo; a diferencia del trans-sexual que se siente atraído
hacia las personas de su sexo, pero que se cree miembro del sexo complementario y que por lo
tanto también cree que está erróneamente en ese cuerpo.

Existe el criterio de que el homosexualismo es una variante o una preferencia, una condición o una
opción. Los partidarios del criterio de que es una condición sostienen la teoría de que esta
condición se posee por razones biológicas que pueden ser establecidas por los genes. Pero si esto
fuera cierto, los gemelos tendrían siempre la misma orientación sexual. Sin embargo, hay
numerosos casos de gemelos que no son idénticos en su orientación sexual; especialmente los
que, por haber crecido separados, han recibido distinta educación.

Otros consideran que la homosexualidad está condicionada por factores hormonales. Pero la
mayoría de los homosexuales tienen todos los niveles de hormonas en la normalidad. Aunque se
puede dar el caso que las personas que sufren enfermedades con desequilibrio hormonal, como
los varones con pérdidas de la función de los testículos desde niños, pueden llegar a ser un "caldo
de cultivo" para ser reclutados por homosexuales militantes. Sin embargo, si son educados como
varones, no caen en el homosexualismo, aunque sus niveles hormonales no sean normales.

Nosotros consideramos que las personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo
sufren de un desorden emocional condicionado por distintas razones, y aunque cada persona es
única e irrepetible, su homosexualidad suele depender más frecuentemente de las siguientes
causas:
 Padre violento, alcohólico, hostil o distante
 Madre sobreprotectora
 Madre con trastornos emocionales que no transmite cariño adecuadamente
 Timidez extrema casi siempre condicionada por un mal desarrollo físico, como niños
muy delgados o muy obesos
 Ausencia de la figura paterna del hogar por muerte o divorcio, sobre todo si se
produce en etapas críticas del desarrollo
 Falta de identidad con iguales del mismo sexo
 Abuso sexual o violación
 Ausencia de juegos de participación
 Padres que no fomentan la identificación con su propio sexo

¿Puede prevenirse?
Si las necesidades emocionales de los niños se satisfacen adecuadamente en la familia, la
escuela, en fin, en el medio donde viven, no se desarrolla el homosexualismo.

Los padres son los primeros encargados de prevenir este desorden. Pero en algunos casos
corresponde a otros familiares, a maestros o catequistas orientar adecuadamente a los niños;
especialmente en los casos de familias que no estén capacitadas para cumplir con esta función.

Se debe buscar orientación profesional adecuada. No se debe aceptar nunca que la inclinación
homosexual sea una opción más ni restar importancia a la situación. Por otro lado, no se debe
dramatizar el problema, ya que ello puede llevar a situaciones contraproducentes. Tampoco se
deben permitir las bromas ni las burlas sobre un tema tan delicado, etiquetar a un niño como
homosexual, o permitir que se acepte como tal.

¿Puede cambiar la preferencia homosexual?


Hay esperanza y puede encontrarse ayuda. La meta de los que quieren cambiar su tendencia
homosexual debe ser vivir la castidad según su estado de vida: los solteros practicando la
continencia; los casados siendo fieles a su esposo o esposa en una relación heterosexual no
anticonceptiva.

Desgraciadamente existen pocos terapeutas que puedan ayudar a resolver este problema. Sin
embargo, cuando se recibe una adecuada terapia, sí se logra resolver el problema.

Un hombre que siente atracción hacia otras personas de su mismo sexo puede llegar a descubrir
que esta situación se debe al rechazo por parte del padre o a una pobre imagen corporal. Al
disminuir el sufrimiento emocional, la identidad con su sexo es reforzada y la atracción homosexual
disminuye paulatinamente y llega a desaparecer, dando lugar a la atracción hacia las mujeres.

Las mujeres pueden llegar a descubrir el conflicto con sus padres u otros hombres que las ha
llevado a desconfiar del amor masculino. En otros casos pueden darse cuenta de cómo la carencia
de afecto maternal las ha llevado a una necesidad de amor femenino.

Todo esto requiere tiempo. Muchos pueden llegar a casarse y tener hijos. Pero nunca se debe
estimular a contraer matrimonio precipitadamente, ya que hay evidencias de que el matrimonio no
cura la atracción hacia el mismo sexo y puede dañar seriamente a una segunda persona.

Nunca se debe aconsejar como tratamiento el continuar dentro de la vida homosexual aún
manteniéndose fiel a un compromiso. Tampoco se debe colocar a personas que son fáciles de
tentar por su tendencia homosexual, en lugares que deben ser considerados como ocasión
próxima de pecado para ellos, como los dormitorios colectivos, los campamentos, etc.
la disforia de género implica la existencia de una discrepancia significativa entre el sexo anatómico de un individuo y la percepción que tiene de
sí mismo como masculino, femenino, mixto, neutro u otro (identidad sexual). Este sentimiento de discrepancia hace que la persona
experimente una angustia significativa o menoscaba en gran medida su capacidad para desenvolverse. La transexualidad es la forma más
extrema de la disforia de género.

 Los niños se centran en actividades que tradicionalmente se asocian al otro sexo y tienen sentimientos negativos en relación a sus genitales.

 Los médicos basan el diagnóstico en síntomas que indican una marcada preferencia por ser del otro sexo.

 Las personas que tienen intensos deseos de pertenecer al otro sexo pueden ser tratados mediante asesoramiento psicológico, terapia hormonal y, en ocasiones, cirugía
genital irreversible.

Las personas con disforia de género creen que son víctimas de un error de la naturaleza y que están cruelmente encarceladas en un cuerpo incompatible con su sentimiento interno de
masculinidad, feminidad u otro (identidad sexual). Es decir, personas que son etiquetadas como masculinas al nacer se sienten como mujeres atrapadas en el cuerpo de un hombre, y
viceversa. Algunas personas sienten que no son ni masculinas ni femeninas y que se encuentran en algún punto intermedio, que son una combinación de los dos o que su identidad
cambia. El término sexualidad periférica (en inglés genderqueer) se refiere a algunas de estas variaciones de la identidad sexual.

En el travestismo las personas (casi siempre hombres) se excitan sexualmente al vestirse con ropa del sexo opuesto, pero no tienen un sentido interno de pertenecer en realidad al
otro sexo.

Transexualidad
Para los transexuales, el sentimiento de incompatibilidad entre el sexo anatómico y la identidad sexual es total, grave, angustioso y permanente. La transexualidad parece que se
presenta en aproximadamente uno de cada 11 900 varones biológicos y en una de cada 30 000 mujeres biológicas.

La mayoría de los transexuales son varones desde el punto de vista biológico que se identifican como mujeres, a veces en los primeros años de la infancia, y que ven con repugnancia
sus genitales y rasgos masculinos. Sin embargo, la mayoría de los niños con problemas de identidad sexual no serán transexuales en la edad adulta.

Aunque es muy poco frecuente, los transexuales pueden ser personas que nacieron con genitales que no eran claramente masculinos o femeninos (genitales ambiguos) o que tienen
algún tipo de anomalía genética, como el síndrome de Turner o síndrome de Klinefelter. Sin embargo, si estos niños crecen en un entorno en que se les considera de manera clara y
consistente varones o mujeres, la mayoría acabará desarrollando una clara percepción de su identidad sexual, incluso aunque hayan nacido con genitales ambiguos.

Síntomas
La disforia de género suele desarrollarse en torno a los 2 años de edad.

Síntomas de disforia de género en niños


Los niños con disforia de género pueden presentar las siguientes conductas o actitudes:

 Prefieren vestirse como el otro sexo

 Insisten en que pertenecen al otro sexo

 Desearían despertarse siendo del otro sexo

 Prefieren participar en juegos y actividades asociadas al otro sexo

 Tienen sentimientos negativos sobre sus genitales

Por ejemplo, una niña puede insistir en que se dejará crecer un pene y en que se convertirá en un niño; o también querrá orinar de pie. Un niño puede fantasear acerca de ser mujer y
evitar los juegos bruscos y competitivos. Se sentará para orinar y deseará librarse del pene y de los testículos. En los niños con disforia de género, el malestar asociado a los cambios
físicos de la pubertad lleva con frecuencia a la solicitud de tratamiento para hacer su cuerpo más similar al de las mujeres.

Sin embargo, la mayoría de niños que prefieren actividades que se consideran más apropiadas para el otro sexo (denominado comportamiento no conforme con el género) no tienen
disforia de género.

Síntomas de disforia de género en adultos


Aunque la mayoría de los transexuales comienzan a presentar síntomas de disforia de género o comienzan a sentirse diferentes durante la primera infancia, algunos no reconocen
estos sentimientos hasta la edad adulta.

Estas personas, por lo general hombres, pueden ser primero travestís y no llegar a reconocer su identificación con el otro sexo hasta una edad más avanzada. Algunos de estos
hombres se casan o se alistan en el ejército como una forma de escapar o de rechazar el deseo de querer pertenecer al otro sexo. Una vez aceptan estos sentimientos, muchos adoptan
de manera pública un satisfactorio y convincente rol de sexo femenino. Otros experimentan problemas, como ansiedad, depresión y conducta suicida. El estrés por no ser aceptados
por la sociedad y/o la familia puede provocar estos problemas o contribuir a su aparición.

Diagnóstico
 Evaluación por un médico

La mayoría de los niños con disforia de género no son valorados hasta la edad de 6 a 9 años.

Los médicos diagnostican disforia de género cuando la persona en cuestión (sea un niño o un adulto) presenta las características siguientes:

 Siente que su sexo anatómico no coincide con su identidad sexual y se ha sentido así durante 6 meses o más

 Se siente muy angustiada o no puede funcionar normalmente debido a este sentimiento

 Presenta otros síntomas concretos, que varían según el grupo de edad


Los otros síntomas necesarios para que se establezca un diagnóstico de disforia de género son ligeramente diferentes en niños y en adolescentes y adultos.

Los niños deben presentar también la mayoría de los síntomas siguientes:

 Deseo intenso y persistente de ser del otro sexo o insistencia en afirmar que son del otro género (o de algún otro)

 Una fuerte preferencia por vestirse con ropas del sexo opuesto y, en las niñas, la resistencia al uso de ropa típicamente femenina

 Una fuerte preferencia por pretender ser del sexo opuesto cuando se juega

 Una fuerte preferencia por juguetes, juegos y actividades típicas del otro sexo

 Una fuerte preferencia por los compañeros de juego del otro sexo

 Un fuerte rechazo de juguetes, juegos y actividades típicas del sexo que coincide con su sexo anatómico (por ejemplo, los niños se niegan a jugar con camiones o
balones)

 Un fuerte aversión por su anatomía

 Un fuerte deseo de las características sexuales que coinciden con su identidad sexual

Los adolescentes y adultos también deben presentar varios de los síntomas siguientes:

 Un fuerte deseo de librarse de sus características sexuales y, en el caso de adolescentes jóvenes, de impedir el desarrollo de las características sexuales secundarias (las
que aparecen durante la pubertad)

 Un fuerte deseo de las características sexuales que coinciden con su identidad sexual

 Un fuerte deseo de pertenecer al otro sexo (o a algún otro sexo)

 Un deseo apremiante de vivir o de ser tratado como si fuera de otro género

 Convencimiento de que se siente y reacciona de la misma manera que en otro género

Tratamiento
 Psicoterapia

 A veces, la terapia hormonal

 En algunas ocasiones, cirugía de reasignación de sexo

Los adultos que sienten que su sexo anatómico no coincide con su identidad de género pueden no requerir tratamiento si no presentan malestar psicológico o problemas en su
funcionamiento social.

Las personas transexuales pueden buscar ayuda psicológica para conseguir:

 Apoyo psicológico para poder sobrellevar las dificultades de vivir en un cuerpo con el que no se sienten cómodos

 Ayuda para someterse a una transición de sexo

El tratamiento no está orientado a convencer a los transexuales para que acepten su sexo anatómico y cambien su identidad sexual.

Muchos transexuales parecen beneficiarse en mayor medida de una combinación de psicoterapia, terapia hormonal, electrólisis y, en ocasiones, cirugía genital o cirugía de
reasignación sexual (que es irreversible).

Para algunos transexuales resulta suficiente la modificación del rol sexual que se efectúa vistiendo, trabajando y viviendo en sociedad como un miembro del sexo opuesto. Este
enfoque puede incluir la obtención de un documento de identidad (como un permiso de conducir) que les ayude a vivir y trabajar en sociedad como miembros del otro sexo. Puede
que nunca deseen alterar su anatomía. Muchas de estas personas, que en ocasiones reciben la denominación de «transexuales», no tienen síntomas que cumplan los criterios de un
trastorno de la salud mental.

Homofobia
En relación con la discriminación y el rechazo que sufren las personas lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, se habla de homofobia cuando queremos referirnos a esas actitudes hostiles hacia la homosexualidad en
general y contra las personas homosexuales en particular. Supone el rechazo, odio, desprecio o miedo hacia las personas homosexuales. 



El 17 de mayo de 1990, la homosexualidad fue retirada del catálogo de enfermedades de la OMS (Organización Mundial de la Salud), desde entonces ese día se celebra el día internacional contra la homofobia.

El bullying homofóbico es cualquier forma de acoso, maltrato físico, psicológico, verbal o sexual producido habitualmente en los centros educativos por motivos homófobos o transfobos (odio hacia cualquier persona que
no siga las normas impuestas por la sociedad sobre lo que se espera de su género e identidad sexual)

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