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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

PRIMERA SAIA PENAL TRANSITORIA

R.N. N° 05 - 02 - 2008 LIMA

Lima, cuatro de mayo de dos milnueve

- VISTOS:

Los recursos de nulidad interpuestos por los procesados Gregorio Ticona Gómez, Roger Luís

Cáceres Pérez, Antonio Palomo Orefice contra la sentencia de fecha tres de junio de dos mil

ocho, de fojas treinta y seis mil novecientos cincuenta y tres, en el extremo que los condenó;

asi como los recursos de nulidad interpuestos por el señor Fiscal Superior y por el Procurador

Pública Ad-Hoc en el extremo que absolvió a Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar, María del

Milagro Huamán Lu, Juan Carlos Miguel Mendoza del Solar, Jorge D'Acunha Cuervas,

Edílberto Canales pillaca, guido Pennano Alíson, José León Luna Gálvez, José Luís Elias

Avalos, Jorge Víclor Polack Mere!, Víctor Dionisio Joy Way Rojas, Luz Filomena Salgado

Rubianes y María del Carmen Lozada de Gamboa y el extremo de la reparación civil impuesta

contra los condenados Cáceres Ve'ásquez, Ticona Gómez y Palomo Orefice; intervin iendo

como Ponente el señor Vocal Supremo Rodríguez Tíneo; de conformidad en parte con lo

opinado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal; y

CONSIDERANDO:

Primero: Que, el Recurso de Nulidad es aquél medio impugnativo que se interpone a fin de

recurrir ante lo máxima instancia judicial, cuando en los fallos inferiores se ha violado las

formas, la ley o la Constitución Política el Estado, es un medio de impugnación no suspensivo,

parcialmente devolutivo y extensivo, que se interpone a efectos de alcanzar la nulidad total o

parcial de una decisión penal, la cual como ya se ha mencionado, se justifica por motivo de

derecho material o procesal; que en ese entendido el presupuesto subjetivo de dicho recurso

impugnativo, es el
Agravio o perjuicio, que se traduce en la diferencia que existe entre la pretensión interpuesta

y la decisión judicial final. Que, siendo así, y habiéndose expuesto ampliamente en la recurrida,

tanto, la tesis acusatoria del representante del Ministerio Público como los argumentos de

defensa de cada uno de los sujetos procesales, este Supremo Tribunal considera necesario

precisar, que su pronunciamiento se limitará fundamentalmente a analizar los

cuestionamientos que realiza cada uno de los recurrentes contra las consideraciones que tuvo

la Sala Penal Especial al expedir su sentencia y así poder determinar si cabe o no aceptar sus

alegaciones, evitando en lo posible redundar sobre temas de carácter doctrinario y procesal,

que abundante y ampliamente han sido desarrollados, tanto, por el Colegiado Juzgador como

por los abogados defensores de las partes procesales lee recurrenntes.

Segundo; Que, de otro lado, este Supremo Colegiado también advierte que es
indispensable señalar, que es objetó de un proceso penal es poner fin a una controversia

judicial, evitando el retardo innecesario del mismo debido a un impulso negligente del órgano

jurisdiccional o por una conducta procesal obstruccionista u omisiva de parte de los

procesados, pues en el fondo tales eventos solamente afectan al justiciable, quien podría

permanecer bajo la carga de una acusación por más tiempo del necesaria y razonable,

tratando de no sujetarse a procesos ritualistas, engorrosos y fundamentalmente escrito que

no conllevan o una solución oportuna y justa de los conflictos, sobre lodo, cuando tales

circunstancias, por el contrario, dejan en muchos casos una sensación de impunidad y

corrupción que ‘incide negativamente en la imagen del Estado. Que, en ese entendido, de

examen y revisión de los escritos de fundamentación de agravios de! representante del

Ministerio Público de fojas treinta y siete mil


trescientos cincuenta y cuatro, como del Procurador Ad-hoc del Estado, de

fojas treinta y siete mil trescientos ochenta y fres, se observa que ambas son

^expresos y precisos en señalar que sus recursos también tueron formulados

contra el extremo do lo reparación civil tijada al condenado Waldo Enrique

Ríos SaEcedo y no solamente a (os otros tres procesaaos condenados, sin

embargo, la Sala Penal Especial omitió en los decretos que expidió c fojas

treinta y siete mil trescientos ochenta y tres y treinta y siete mil cuatrocientos

doce, consignar que ef medio impugnativo que había planteado también


/
/ comprendía a dicho encausada, situación que no impide a este Tribunal

Supremo a evaluar y pronunciarse sobre tal extremo, pues proceder en

contrario constituiría una grave vulneración de los garantías de la doble

/'
/ instancia y de defensa de los sujetos procesales que recurren.

Tercero: Que, conforme consta de la acusación Fiscal de fojas veintinueve


mil ciento nóvenla y tres, sustentado en los hechos descritos por el Pleno del

Congreso de la República, se atribuye a Jas procesados Gregorio Ticana

Gómez, Roger Luís Cáceres Pérez, Antonio Palomo Oreffce, Ruby Consuelo

Rodríguez de Aguilar, María del Milagro Huamán Lu, Juan Carlos Miguel

Mendoza del Solar, Jorge D'Acunha Cuervas, Edilberto CanaJes Pillaca,

Guido Pennano Allison, Josó León Luna Gálvez, José Luís Eiías Avalos y Jorge

Paíaek Meref, en ía calidad de Congresistas electos para el período

correspondiente al año dos mí¡ a dos mil cinco, que luego de fas elecciones

generóles del nuGve de abril de dos mil. lo agrupación política de gobierno

"Perú Dos Mil", no logró obtener meyoría parlamentaría, oor tal situación, el

entonces Presidente de la República, A :berfo Fujimori Fujimori, le

encomendó a su asesor Vladimiro Montesinos Torres, poner en marcha un

conjunto de acciones dirigicas a conseguir que el grupo parlamentario cíe

gobierno tuviera mayoría en el Congreso de la República, que Jes sirviera '


y
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coma soporte y sustento al ilegal tercer periodo de gobierno consecutivo y evitar e impedir la

labor de fiscalización que le corresponde ni Poder <■ Leg'slativo, con dicho propósito se planeó

y ejecutó la operación denominada ''Reclutamiento de Congresistas" que consistió en la


l,
compra’? de un grupo ae Congresistas electos, quienes a cambio de recibir sumas de dinero,

provenientes cef erario nacional concretamente de los fondos del Servicio de Inteligencia

Nacional y de la desviación de los fondos del Ministerio de Defensa, del Interior y de los

Institutos Armados, comorometieron su apoyo con su voto al partido oficialista; no obstante,

que debieron presumir que ef dinero que recibían de manos de Montesinos Torres, po r un lado,

tenía procedencia ilícita yo que provenía def manejo ilegal de los fondos públicos que reaiízaba

sin ningún control y por otro Jado, se había aado un delío anterior, pues el dinero que

manejaba Montesinos Torres provenía del eraro nacional, coligiéndose que el objetivo se

cumplió, no solamente porque subsisten como efemenfos de prueba, los documentos

denominados: aj Carta de renuncia a su parrido de origen; b) Carta de afiliación o sujeción al

partíao de gobierno o cada de compromiso para apoyar al régimen de Fujimori Fujimori; y, c]

Un recibo por el dinero entregado, sino también, porque la Mesa Directiva del Congreso fue

elegida con setenfa votos a favor pese a que el partido de gobierno sólo obtuvo cincuenta y

seis escaños, alieránáose de esta forma ilícitamente Ja conformación de las fuerzas políticas.

Asimismo, en el caso de Luz Filomena Salgado Rjbiar.es y María Del Carmen Lozada Rondón

De Gamboa integrantes del partido oficialista ‘'Perú Dos Mil", se les atribuye haber '‘ecibido de

manos del ex asesar presidencial, Vladimiro Montesinos Torres, ía suma de veinte mil dólares

americanos, cada una de e ! las. para ue"Tin£inc:en su campana e.ectcral al Congreso de la

República, en las elecciones uel nueve de abril del año dos mil; del mismo modo, en las
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instalaciones del Servicio de fnte'igencia Nocional recibieron material de campaña eíectorat

corno son calendarios, potos, peJotas, etcétera, todo ello adquirido con dinero del Estaao;

finalmente, a Víctor Díonicio Joy Way Rojas se Je atribuye hober recibido veinte mil dotares

americanos en forma periódica de oarte de Vladímiro Montesinos Torres, para ser entregadas

a lo publicista de nacionalidad española de apeltído Sanchíz y a María Méndez Gasfelumendi.

Cuarto: Que, conforme se ha sostenido precedentemente, respecto a que la Sala Penal

Especial juzgadora ha sido pormenorizada en describir la naturaleza, alcances y los elementos

constitutivas de los delitos de cohecho pasivo impropio y receptación, por cierto, abundantes

en citas dogmáticos, modalidades y posiciones de diversos autores, con los que éste Supremo

Tribunal concuerda, solo cabe precisar, que la norma aplicable al caso es la descrita en el

artículo trescientos noventa y cuatro del Código Penal, pero en su versión original de mil

novecientos noventa y uno, antes de su modificatoria prevista por Ley número veintiocho mil

trescientos cincuenta y cinco, de fecha seis de octubre de dos mil cuatro, pues el evento

delictivo imputado se había dado antes de la entrada en vigencia de la ley en comentario y en

el que se sancionaba solamente el proceder del funcionario o servidor público que se

compromete a cumplir un acto propio de su cargo, sin faltar a sus obligaciones, bajo los efectos

corruptores del donativo, promesa o ventaja, con voluntad y conciencia, detalle de singular

importancia, toda vez, que la actual y reformada redacción del cohecho pasivo impropio a

diferencia de su versión original, además as desdoblarse el tipo penal en dos modalidades de

cohecho pasivo impropio, mediante aceptación y solicitud directa o indirecta "... se incorpora el

cohecho pasivo subsecuente (o como consecuencia del ya realizado\ que no


registraba el diseño original de mli novecientos noventa y uno; se amplía el acto propio del cargo para incluir el acto

de empleo; se utiliza al igual que en el cohecho pasivo propio la expresión directo o indirectamente, con la cual

expresamente se trató de cubrir todos los posibilidades de comisión: no se regula el cohecho mediante

condicionamiento; la pena privativa de la libertad ha sido incrementada ostensiblemente; y la peno de inhabilitación

ha sido regulada expresamente en el tipo penal con remisión al artículo treinta y seis del Código Penal"( Delitos

contra la Administración Público, Fidel Rojas Vargas; Editora Jurídica grijiey empresa individual de responsabilidad

limitada. Cuarta Edición. Limo - enero de dos mil siete :página setecientos uno). Que, de otro lado, el delito
de receptación na sólo se configura con la existencia de un delílo anterior y el conocimiento
previo de este, sino también, se verifica con la simple presunción o'el origen ilegítimo dei
objeto, pues "eí tipo penal de receptación abarco mucho más que el conocimiento de ilicitud, dado que incluso

plantea el hecho que ei agente debió presumir dicho ili -jiiud r Pero para que el agente activo dei delito de receptación

puedo presumir, es necesario que concurran una serie de situaciones y IcircürsíüfTírícis que posibiliten ctícfia

presonción m '{James Reótegvi Sánchez; Estudios de ^ Derecno Per>aJ -Parte Especial; Jurista Editores Empresa

Individual de Responsabilidad i-t'nitado: Lima - junio de dos mil nueve; página ochenta}.

Quinto: Que, fa defensa del procesado Gregorio Ticona Gómez mediante escrito de fojas

treinta y siete mil doscientos cuarenta y dos, alega que eJ hecho de concurrir a las

instalaciones del Servicio de inteligencia Nacionaf r:o puede constituir una situación adversa

aJ recurrente, no sólo porque esta situación fue reconocida por el recurrente, sino también

parque tal conducta es "socialrnente permitida" o porque constituye una "conducta neutra" ai

haberse realizado con el fin de realizar gestiones oara el desarrollo de ia crudad de Puno en

su condición de Alcalde; afirma también, que los documentos denominados “Compromiso de

Honor” y ^ "Carra üinqida ol ex Presidente de ía República" sólo demuestran el ( camtyo’ne

bancada, pero no la recepción de dinero; más aún, cuando no /


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suscribió recibo por dicho concepta; agrega, que la pericia de grafotecnia de fojas veintisiete

mil ochocientos noventa y ocho, deviene en irrelevante, pjes en eJ juicio oral reconoció haber

firmado los documentos sobre los cuales se llevaron a cabo la pericia; además, que no se ha

demostrado la entrega de un vehículo, ní eí pago de alquiler de una vivienda, ni siquiera la

ubicación de esta, pera presumir la existencia de dádivas en su favor; del rriisrno modo refiere,

que la incriminación que le hizo Montesinos Torres al declarar ante la Sub Comisión def

Congreso de la Repúbfica, no constituye prueba, por ser esta una sede de carácter polític o y

no un órgano jjrisaiccioral, máxime, si en ella no participó ur representante del Ministerio

Público, ni el recurrente, ni sus demás coimpufados, quienes no fueron notificados para hacer

uso del derecho de defensa; tampoco puede ser acipada como prueba anticipada ya que no

fue obtenida bajo lo 5updr/5¡ón de un Juez Penal, ni mucho menos, prueba pieconstituída,

trasladada, ní instrumenta/, al no haberse sometido al Principio de Bilateralidad y sin la

posibilidad de contradecirla o controlaría; de la misma manera refiere, que ía declaración de

Montesinos Torres ante el Sexfo Juzgado Penal Especial ai haber sido incorporada al

procedimiento de cnteiuicio político no puede servir como base ae una condena, pues no fue

ratificada a nivel de acto oral; no es un medio cíe prueba, sino un acto de ejercicio de defensa

materiaf de éste, quien busca asegurar su defensa, por lo que, constituyendo en eí fonda una

declaración de un coimputado debió valorarse en arención a los criterios del Acuerdo Plenario

del nño ri™ mil cinco; a^im.smo, la declaración de Montesinos Tc-rres ante lo Vocalía de

InstrLcción no resulta idónea como prueba de cargo, pues esta no se conc/uyó debide a que

el ex-asesar desistió de seguir declarando, impidiendo que el Mimstcio Público y los abogados

de los procesados

puci^íon '■ • formular pregurvas. El recurrerte también cuestiona la


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incriminación cíe Matilde Pinchi, pues a pesar que nunca observó la entrega de dinero, ésta

decfora en Dase a sus propias deducciones o conclusiones, afirmando un hecho que oirá

persona le comentó, a pesar que no está admitido oue un testigo exprese conceptos y

opiniones, llegando incluso a tener mayor protagonismo que el propio testigo directo, Vfodimiro

Montesinos Torres, a pesar que nunca observó la entrega de dinero; a esto debe adicionar

que en el fondo es una testigo de referencia

o de oídas, valorándose de manera correcta tal condición para los imputados absueltos,

pero no así para el recurrente; finafizando fa explicación da sus agravios, también discute la

versión del testigo Wílbert Ramos Viera, quien a su criterio no aporta nada para esclarecer el

hecho irnpuíaao, limitándose a declarar que ei recurrente se había reunido con ^^OTtesinos

Torres, supuesto que ya había sido reconocido por el encabado; concluye nd¡cando, que se

ha vufnerado el Principio de Igualdad, puesto que, en similar situación jurídica, fa Safa Penaf

Especial ha concluido de manera distinta af haber acertadamente absuelto de los cargos a

Cañóles Pillaca y Jorge Víctor Polack Meref, mientras que al recurrente lo condena.

A).- De ios límites de tas conductas neutras

Que, el procesado Ticona Gómez afirma que su concurrencia a las instalaciones del Servicio

de Inteligencia Nacional es una conducía ,;socialmente permitida" o "conducta neutra”, sobre

este tema, cabe precisa,' -, que el hecho de haber acudido a tal recinto, efecíívamcnfc, no es

n) puede constituir un delMo; no obstante ello, lo discutible sobre este punto es ol escenario

en el que sucedió, merituada conjuntamente con los otros ¡ndicado/es de ejecución de un

proyecto criminal en marcha, así se tieneJa_ ejecución de un "Plan de Reclutamiento de

Congresistas” para obtener Iq/náVQfía absoluta de uro bancada po ! í'ica en el Congreso de la


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República, fa suscripción de documentos de renuncia aJ Partido Político de origen y la

adhesión a uno nuevo, los Testimonios i n crimina torios, entre otros.


ES en este contexto en que debe evaluarse si la asistencia al recinto donde

despachaba el otrora asesor presidencial se enmarca en una conducta neutra o no, pues eJ

punto de partida para establecer en el presente caso la relevancia o irrelevancia oenal de la

conducta imputada radica en el anáfisis de Ja imputación objetiva, porque es precisamente

en el ámbito de la imputación objetiva donde se determina si fa conducta supera o no el riesgo

permitido, siendo decisivo ia interpretación del “contexto sodo/" donde se desarrolló .'a acción,

conforme a los deberes inherentes al rol del

/ agente con independencia de su actuación, si fue hecha mediante acción

misión, el margen de los datos psíquicos que puede tener en su mente y

ausaJidad natural acontecida; por ello el análisis del “rol soda/ del
agente ” cobra un protagonismo esencial, pues canaliza el ha/ de derechos
r\ y deberes concretos reconocido a fa persona en el ‘'sector social pardal
I don de desempeña su actividad", por fo que, una conducta será imputable
/ objetivamente si quebranta los deberes pertenecientes a su rol social, en
/ ese sentido, quien no obra en ef marco de un rof social estereotipado o
' inocuo y so extralimito de sus contornos, supera ampliamente el riesgo
permitido y "... es lógico concluir que el quebrantamiento del rol es la ¡lave que abre la

puerta de por en par en lo imputación penal sobre la base de la infracción de ia norma

jurídico i'Gunther Jakoós, La imputación Objetiva en Derecho Penal. Sobre el concepto de

imputación penal, ,'¡aducción de Manuel Cancro toebó: Centro de Investigación en

Filosofía y üerecno; Colombia - Bogotá, mil novecientos nóvenla y cuatro, página

veintitrés). Que, del examen de autos, no es enfendible cóma puede haber


acudido a solicitar ayuda para eJ desarrollo de obras a la sede def Servicio
de inteligencia Nacional cuya naturaleza y fines es producir, integran dirigir,
'ar y realizar actividades de inteligencia y

equerdas paro ;a Seguridad y la Defensa Nacional;


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además, en una situación de marcada agitación política luego de un

proceso electoíaJ conl'overtible, preliminar a la ’nstalación de un Congreso

con nuevos parlamentarios, pero sobre todo, discutible si tenemos en

j cuenta que el ahora procesado había resultado electo Congresista por el


movimiento político '‘Somos Pe rú" de abierta oposición al entonces

gobierno de turno, por lo que, no era de esperarse socialmente un

comportamiento de esta naturaleza, pues sus electores y la sociedad en su

conjunto esperar una represenfalívidad real de un sector de ella, que

siendo evauada conjuntamente con los elementas incriminatorios

precedentemente acotados, conlleva a colegir actos contrarios al orden

público, que en modo alguno pueden constituir conducta neutra o inocua,

org$ni7oc':ón creando
arto, que: una disimetría
in explicación entreElsusujeto
es muy ciara. comportamiento reaisu
Que gestiono comportamiento
y elámoito de
í
qtjé de él, en función de su rol social, se esperaba socialmcnto, no sólo infringe su rol y

quebranta la norma, sjno que defrauda expectativas socialmente institucionalizadas, de

manera Que core el riesgo de que se i'e reprochen jurídicamente su proceder. Desde este

punto de visto, puede ae-finirse muy sencillametite la imputación penal cunto la desviación

respecto de aquella expectativa que compete al portador de unirlo o. más

escuetamente, como ía desviación de ur> rol En ese senfrdo, la imputación es,

precisamente, e.1 reverso del eje r cic '0 correcto dei roí, de manera que debe su existencia

precisamente por el hecho delsu¡eto que se desvia y no adecúa su conducta airoique se

espera que cesempeña en lo Sociedad Sr antes dijimos que &l ejercicio del rol creaba

liberad y blindaba oí portador del mismo de cierta inmunidad, ahora cabe decir que ese

blindaje termino con el apartamiento o desviación dol rol por parto dol sujeto titular del

rV 17 jó* rso ■ipartcirss- dei rol es ©j' f^ndam&nto de la ¡mputoción penal. Pues no otra
coso e s apario.’se del rol que nacerse culpable, esto es, penalmente imputable"

¿imoutaccn Ob¡etiva e ímoutaaón Sub,etwq en Derecho Penal ; sobre El quebranlcmier\to

do! !o: como fundamento de lo imputación: Jrs Kindbouser, Miguel Polaino -Orts y Fernando

Corcino Barcuetq: Editora y Librería Jurídica Gríjley - Empresa individual de Responsabilidad

Limitada; Limo agesto cíe do^ mú' nuc^c: cácjina treinta y seis}.
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BJ.- De ia prueba indiciaría


Que, lo característico de la prueba indiciaría es que su objeto no es directamente el hecho
constitutivo del delito, sino otro hecho intermedio que permite llegar al primero por medio de
un razonamiento basado en ei nexo causal y ’ógico, existente entre ios hechos probados y
los que se tratan de probar, debiendo reunir este tipo de elementos de juicio la característica
de ser indicios, antecedentes, concomitantes, posteriores o subsiguientes y suficientes para
concluir por Ja culpabilidad del agente o no. Que, sobre este tema, la SaJa Penal Especial
ha sido extensa en concectualízar la na 4urafeza, sus alcances y los fines de este tipo de
prueba, relevando a este Supremo Tribunal de realizar mayores /'j:ornenfa:;cs al re specto,
dado que se comparten sus precisiones; empero, /no está por domas dejar sentado que fa
posición asumida por esta /Instancia Supremc, siempre estará sujeta a los alcances deJ
Acuerdo Plenanc número uno - dos mil seís/ESV - veintidós, deí trece de octubre de dos mil
seis, donde se acordó constituir como precedente vinculante, ef cuarto fundamento jurídico
de la Ejecutoría recaída en el caso Romero Pauear, expediente número mil novecientos doce
- dos mil cinco, del seis de setiembre de dos míí cinco, en donde 5e precisó ‘‘que, resp&cto al

indicio, {o} ésto -fieorto üase- ha de estar plenamente probado -por ¡os diversos medios de prueba que autoriza io

tey-, pues de ío contrano seria una mera sospecha sin sustento reaf alguna, (b) deben ser duróle s, o

cxccpcionafmenfe únicos pero de una singular fuerza acreditativa, fe,1 También concomitantes al hecho que se

trata de probar -los indicios deben ser periféricos respecto ai da*o fácrico a prebar . y desde luego no todos ia son-

y, \dj deben estar interrelocionados. cuando sean varios, de modo que se refuercen entre si y que no exCi'u/on ei

hecho consecuencia -no zólo se trato de suministrar indicios sino oue e^én imD.'iejdcs entre si-\

Que, los documentos denominad os ''Compro miso de Honor 1' y "Carta joo al frésiaente de

íc fiepúb/ica" no sólo demuestran e: cambo de


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bancada -reco roe/do po: et prncesncic- conforme lo alego el recurrente, sino

también, que valorado conjuntamente con eJ tristemente célebre video

' ''Kourí - Montesinos”, de conocimiento púbf'co el catorce de setiembre de

das mil, constituye un hecho base desde el c:uaf parte la inferencia lógica

de una convocatoria a las instalaciones dei Servicio de inteligencia

Nacional, anterior a Ja instalación y elección de la Mesa Directiva del

Congreso de la República cara ef cambio de posición política por un pago

de dinero en efectivo u otras dádivas; que aunado, a la persistente

incriminación de Viadímiro Montesinos Torres sobre una entrega de dinero y

otros favores como correfato de su adhesión al partido de gobierno, así

como a la versión de Matilde Pínchi Pinchi, quien refiere haber observado

video en que el procesado recibía dinero y firmaba documentos para

edmbiar de bancada política; asimismo, ia declaración de Wilberí Ramos

Viera quien ha manifestado haber observado en dos o tres oportunidades

al recurrente entrevislándose con el ex-asesor de inteligencia Montesinos

Torres; lo declarado por Humberto Guido Rozas Bonucchelfi - Jefe nominal

o aparente dei entonces Servicio de inteligencia Nactonai quien declaró

que ef presupuesto de dicho instituto se desdoblaba en dos parfes, los

gastos corrientes y los gastos de acción reservada que eran manejados por

Montesinos Torres, que concretamente demuestran la disponibilidad que

éste tenía de considerables sumas de dinero dei erario nacional sin control,

ni fiscalización a¡guna: y además, la pericia de grafotecnia de fojas

veintisiete mil ochocientos noventa y ocho, no hacen más qué corroborar

la existencia de abundantes indicios concomitantes y periféricos al hecho e

interrelacionodos, que demuesrren que el supuesto táctico punibfe -cjomhión

ae tes devine, de cohecho pcraVo vnprop/o y recepto si se realizó; y si bien, no se

J^abwe-acredtJocJo con elementos de juicio suficientes la entrega de un


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vehícu o y el pago de alquiler de una vivienda en su favor, lo cierto es que sí se derrostró la

entrega de dinero.

£).- De lo pericia de grafotecnia


/Que, aún cuando eí recurrente califica de intrascendente la pericia de

grafotecnia de fojas veintisiete mil ochocientos noventa y ocho, oor el

contrario para este Supremo Tribunal, las conclusiones de este examen

pericial de carácter técnico, resultan de singular importancia, si se íiene en

cuenta que su admisión y su posterior practica no fue un hecho aislado y sin

propósitos definidos, sino que este se levó a c:abo en virlud de que el

procesado negó tajantemente haber suscritos los documentos

-^'-'ominados '‘Compromiso de Honor" y "Carla dirigida af ex Presidente de

lepúbiiccalegaciones que fueron totalmente desvirtuadas con los

Itodos de la pericia er comentario, que concluía que la firma que


aparece en dichos manuscritos provienen de! puño gráfico do su titular, el

encausaco Ticona Gómez, esto es, tal hecho constituyó en su momento

una ruptura de su coartada de defensa, par ello, es entendióle que ahora

asevere que en el juicio oral había reconocido la suscripción de tales

documentos, cuanao ya se había Desvanecido su inicial argumento

exculpatorio.

£>).- De la presunto invalidez de la declaración de Montesinos Torres

Que, el recurrente ha cuestionado las versiones que dio el ex-asesor de

inteligencia viadimiro Montesinos Torres en todos los órganos extra-

jurisdiccionales y judiciales, así señaló que su declaración ante la Sub

Concisión deJ Congreso de la Repúbfica no constituye prueba

preconstituídc, ni mucho menos prueba trasladada, ni instrumental que en

el ^ondo busca asegurar su propia defensa y que no fue valorada de

con-ormjcad at Acuerdo Plenaric número dos - dos mil cinco / CJ - ciento

dieciséis -$ os réqiiisitGs ae s/r>tírc:ae.'rin cíe/ coímpuiodo-: igualmente ¡o hace


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respecto a la declaración que ésre rindió ante el Sexto Juzgado Penal

, Especial de Lima y ante la Vocalfa de Instrucción por cuanto no flegó a

concluirse; sin emoargo. tales argumentos devienen en intrascendentes,

fijes la versión del ex-asesor ae inteligencia no sólo fue un hecho base


/
/ sobre el cua! no solamente se inició Je investigación contra los Congresistas
/
de ía República ahora procesados, sinc también, porque éste sirvió

únicamente como partida de la inferencia lógica, que posteriormente fue

rodeado cíe indicios alurales, antecedentes, concomitantes, posteriores o

subsiguientes y suficientes, constituidos por los datos ofrecidos en sus

declaraciones testimoniales por Matilde Pinchi Pincni y WiJbert Ramos Viera,

/^por fas documentos suscritas por el imputado, los resultados de la pericia de

/jafbtóíefcria que llevaron a Ja Sala Penal Especial al hecho constitutivo del


íw I / \
/c^iito, incluso, el Colegiado Juzgador en todo el conjunto de la sentencia

que expidió y que es materia de revisión no realiza mayor anáfisis sobre tal

declaración, pues la toma solamente como una incriminación que Juego

ha sido corroborada con otros elementos de juicio en los que sí descansó su

fallo, consocucntcmente, los pretendidos cuesfíonamientos de orden

formal sobre :o imposibilidad de garantizar su defensa deben valorarse con

fa reserva del caso, pues lo cierto es que tal derecho de defensa Jo ha

ejercido s^n restricción algura en el presente proceso penal y si además, la

incrminación de Viadimiro Montesinos Torres fue acreditada con otras

fuentes suficientes cíe información probatoria.

£).- De ta libra apreciación d& fas pruebas

Nafa aparte lo constituye los alcances deí artículo aoscíentos ochenta y t res del Código de

Procedimientos Penaíes, que determina la libertad del juzgador de aoreciar ías pruebas con

criterio de conciencia, de estricta aplicación por Sala Pencl Especial que esta Suprema

Irstancia revisara
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y con arreglo a las normas de la lógica, máximas de la experiencia, de "fos


conocimientos científicos seguro?, io crítico. en definitiva, valoración Ubre, no libérrima.
/ discrecional pao no arbitraria. Se trata pues, de objetivar !a apreciación. requisito

necesario pare ano postenor fundcmcntación, hecho que $ó!o es posible cuando la

operación psicológico interna del J'jez y su resultado ai exterior aparecen como producios
de la razón '(José María Asencio Mellado - i a Prueba Prohibido y Pruebo Preconsttiuida en

el Proceso Penal; jckct> Publicidad -5AC; lime, junro de dos mí/ ocho, página cuarenta!'. en
dicho contexto, las alegaciones para poner en duda el valor de las
declaraciones de Matilde Pinchi P-nchi y de Wilbert Ramos Viera no resultan
atendibles, en tanto, que sus versiones otorgan datos reales, ciertos,
concretos, que han sido indubitablemente probados con otros indicios
(leihmoriio de Humberto Cuido Rozos Bonucchelfi, resultados de la pericia grafotecnia que

desvirtuaron fehacientemente el primigenio argumento de defensa, Jos documentos

lominaaos ‘'Comtxorjtáo de íionor" y "Coria dhigida ai ex Presidente de la República''}.

o denotaren aptitud significativa para conducir a demostrar Ja entrega


de dinero para realizar un acto propio de su cargo sin faftar a sus
obliga ciones.

Sexto; Que, ef procesado Roger Luís Cáceres Pérez al sustentar sus agravios mediante

escrito de fojos treinta y siete mil trescientos veinticuatro, alega que lo sentencia recurrida

carece de motivación suficiente y en ella, no exis _e prueba objetiva de cargo, habiendo sido

condenado con apreciaciones subjetivas carentes de vator prooatorio; agrega, que siempre

integró la agrupación política “'Frente Popular Agrícola det Perú" - FREPAP-, de abierta

ooosición al enronces gobierno de tumo y su renuncia a dicha bancaaa se deoió a cuestiones

internas; negando haber suscrito Carta de Adhesión en el Servicio de Inteligencia Nacional,

sino que lo hizo en el

Pataco de Gobierno ante el entonces Presidente de la República, Alberto!


\i
hec'hp que no constituye delito; de otro lado, afirma que*
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no se ho tenido en cuenla su declaración uniforme ante los instancias

/ judiciales y congreso! donde ha negado tajantemente haber recibido


Í.' ; dinero por el cambio de bancada política, e incluso, fos testigos Matilde
/
/ Píncíii P:nchí, Maruja Arce Gueirero, Merino Barfet, Huertas Caballero y otros
/

/ ofrecidos por el Ministerio Público, refieren, no haber observado entrega de

dinero alguno; del mismo modo, sostiene que la declaración de Montesinos

Torres ante el Juez Instructor fue realizada a nivel del Congreso de la

República, por (o que, una acusación constirucional no puede basarse en

la declaración de un procesado que puede mentir, constituyendo esta una

prueoa prohibida; más aúr, cuando no fue confrontado con éste;

concluye indicando, que las incriminaciones de Matilde Pinchi Pinchi

también carecen de valor probatorio, pues fueron desautorizadas por

Monresinos Torres, quien aclaró que era desínformada acerca de sus

ablaciones y funciones en el gobierno.

A).- Sobre ta presunta inexistencia de prueba objetiva de cargo

Quo, las alegaciones del recurrente sobre su inocencia en los cargos imputados, por haber

formado parte de una agrupación política de oposición y suscribir un documento en presencia

del entonces Presidente de la República y no así en los ambientes del Servido de Inteligencia

Nacioraf, han sido suficientemente desvirtuados can los fundamentos cieiullGdamenfe


IJ /?esponsabifidod
expuestos por lo Sala Penal Especial, en el parágrafo sobre dei ex-

Congresisia Roger Luís Cáceres Pérez" obrante a fojfis veír-tn y sete mi.1 noventa y cnco,

qi_e demuestran una respuesta razonaca y congruente del órgano juzgador, por lo que, el

hecho de que no se acoja el argumento excuípatorio dei recurrente, on modo alguno, puede

constituir una vulneraeiór o la garantía constitucional de motivación de resoluciones como lo

afirma la defensa del imputaao, tanto más, si se

precisarop'lovfundGirientos de derecho y juicios de volor que avalaron si


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pronunciamiento; no resultando cierta la a fírmación de que ha sido

condenado con simples presunciones subjetivas, pues to cierto es que su

'-'conducta se encuentra dentro de un misno comportamiento criminal, ya

/ que tue captado por un tercero fCcm andan le de to Tercera Región Militar de

Arequipa, General Abrahom Walter Cano Angulo) para conversar con el entonces

asesor presidencial, sobre Jas posibilidades del cambio de bancada política

por dinero, concurriendo a la sede del Servicio de Inteligencia NacionaJ en

Chorrillos donde despachaba el mencionado ex-asesor, hechos acaecidos

Juego del proceso eleccionario y con anterioridad a la instalación y

elección de la Mesa Directiva del Congreso de la República, así como la

suscripción de diversos documentos, enmarcado todo eflo en el contexto

e se presume la pretensión de obtener una mayoría absoluta para los

es de perpetuación en el poder del gooernanle de turno, objetivo que se


<

evidenció cuando con posterioridad al veintiocho de julio de dos rníl, la

Mesa Directiva del Congreso fue elegida con setenta votos a favor del

partido de gobierno, no obstante, que este solamente había obtenido

circuenfa y seis escaños, constituyendo este escenario ef "hecho base de

imputación" sobre el cuaJ i¡ la prueba indiciaría' fue fundamenlol para

acreditar la ejecución del denominado "Pían de Reclutamiento de

Congresistas'\ contexto crimina/ que ha sido corroborado con la prueba

obj*e4iva de cargo constifuida por la suscripción de los denominadas

"Compromiso de Honor' de apoyo a la agrupación política gobernante

"Perú Dos Mff" y a ‘ ;Cr>rtn dirigida al ex-Presidente de Ja República 11, cuyas

fVmas y nuellas dactilares además de haber sido reconocidos por el propio

recurrente, precisamente, corroboran el mismo modus ooerandi como

fueron recluitados oíros congresistas.


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ñ).- De ios testigos de referen ero.

Que, no se ajusta a la verdad su cHegato, referido, a que no se habría tenido en cuenta su

declaración uniforme ante las instancias judiciales y congreso! donde negaba tajantemente

haber recibido dinero por el cambio de bancada política, pues dicho argumento sí fue valorado

por fa Sala Penal Especial, empero, no fue convincente al haber sido desvirtuado por ía prueba

indiciara obrante en autos, que modificó su primigenia piesuncíón de inocencia de! cual estaba

investido por imperio constitucional; y si oien eJ testigo directo es aquél que declara sobre lo

que ha percibido en relación con los hechos objeto de prueba, también lo es que el testigo de

referencia es aquél que de manera indirecta ha tomado conocimiento de los mismos hechos,

aunque éste debe redundar sobre el Upar, fas personas y los medios por los cual es obtuvo

dicho conocimiento, situación que también ha sido observada por el Colegiado Juzgador;

máxime, si de autos se fiene que Pedro Huertas Caballero al rendir su test;moniaf señcíó que

había visto en el Servido de Inteligencia Nacional al procesado con su padre en ora reunión

que sostenían con Montesinos Taires en dos oportunidades y que éste último le dijo que a

todos los congresistas que se han pasodo a las filas del partido “Perú Dos MU" les había

entregado dinero; asimismo, María Angélica Arce Guerrero, quien era .secretaria personal de

Vladimiro Montesinos Torres, mencionó que en local dei Servicio de Inferencia Nacional y por

órdenes de éste último, preparó fres documentos o nombre del encausado Cácoros Péroz,

consistentes en una carra de renuncia, una carta de adhesión y un recibo; mientras que fa

testigo Matilde Pmchi Pínchí precisó que observó en varías oportunidades a( imputado con su

padre Luís Cáceres Velásquez en el iciodji Inteligencia Nacional, a quien le entregaron dinero

oara que se pase oias fitas de J,Perú Dos V/j' M acordándose de tal evento, porque dicho
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monto le envegaron en un file con el nombre de dicho procesado y en la primera página estaba
su ;icha personal deJ Registro Nacional de Identifícacon y de Esfado Civil - RENIEC con su
foto y en ras páginas siguientes había una carta de (enuncia a su partido de origen, otro
pasando a las filas de "Ferú Dos Mil" y porque Mon+esinas Torrres íe trajo el fólder con los
recibos firmados; que siendo osí, es irrelevante para el caso en comentario, que estos no
hayan observado directamente la entrega de dinero, pues la "declaración del testigo de referencia
es subsidiaria a ¡a det Instigo fuente - iiiular dei conocimiento dilecto de los hechos- por elto Jo obligación que

fiene de señalar e1 momento, Jugar, ,'as personas y los medios por J'GS cuafes obtuvo el conocimiento del Testigo

tuentc"(PabJo fa,'overa Eiguora; ia Prueba1 en eJ Nuevo Proceso Penat; loom Grafic: Limo, mano de dos mi¡ nueve;

página dente- hesito y JresJ y a pesar que quien p.féfeo comparecer ante ol Tribunal de Justicia es
ef testigo fuente por su cojnocimiento directo de Jos hechos, sí es aceptable ,'a admisión del
testigo def referencia cuando debido a situaciones de ¡mposibi'idad reaJ y efectiva, como en
el presente caso, donde no se logró obtener en el juicio oral la decJaracicn del testigo direcro
Vladimiro Montesinos Torres, quien ante el Vocal instructor se negó a continuar con su
declaración detallada sabré Jos hechos, en este escenario, debemos señalar, que "la pruebo
testifical de referencia debe obtener un carácter supletoria y excepcional. Es decÁr, íe da como ultima ratio, y

solamente os admisible cuando no es posible contar con la prueba directa (Manuel Miranda Entrampes; ia

Valoración de ¡a Prueba a la luz del nuevo Código Procesal Penal Peruano de dos mil cuatro - Tomo Ara Editores:

Urna - dos mil seis, página quinientos cuarenta y das}, consecuentemente, las críticas a las
incriminaciones de Matilde ?¡nchi Pinch! porque habrían sido desautorizadas por Montesinos
Torres, deviene en inútiles, dado que la valoración de su versión ha sido concordante con
orros elementos de juicio plurales e iníerreJccionados;

máxime. no puede dejar de tenerse en cuenta, que su padre Luís

ceres uez, con cuien precisamente habió concurrido e


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reiteradas oportunidades al Servicio de inteligencia Nacional en el ámbito delictivo antes

descrito, también fue condenado por hechos similares por la justicia nacional ai comprobarse

que recibió dinero del ex-asesor presidencia 1 Vladímíro Montesinos Torres.


C).- De la prueba prohibida

La “prueba prohibida o ilícita" es aquella pruebo, cuya obtención a actuaciones, lesionan


derechos fundamentales o se violan normas constitucionales, de modo que la misma deviene
procesalmente en inefectiva e inutílizable. por lo tanto, ,f... carecer? de efecto legal las pruebas obtenidos
directa o indirectamente con violación dei contenido esencia! de /os derechos fundamentóle 5. , . , puede concluirse

que la imputación penal no podrá sustentarse en u¿pecios dej n&cftij que se han probado ilegítimamente, aún cuando

ei Juez fenga ia eSV-y/ccíón sobre ia responsabilidad pena! dei Imputado, ia eficacia de la persecución
CQae c’e forma relevante ante los derecnos fundamentales ael procesada” fPercv García i

davero, ti Derecno procesa/ Peno/ treme a ics nuevos retos deí Nueva Codigo Proceso/ Penai: Acerca de las.

consecuencias po^fco-crim.'no/eí de la /mp/ementocrón deí nuevo s.'s/emcj procesoí penai; Ara Editores Empresa

individual de Responsabilidad Limita do: Lima. abn> de dos mi/ .nueve; página veintiocho,! . Que, en el fondo ol

recurrente está cuestionando la declaración instructiva que rindió Vladímíro Montesinos Torres

ante el Juez Saúl Peña Farfán. entonces titular del Sexto Juzgado Penal Especial, recabada

en cfención a que se trataba de un funcionario público y no de un Congresista de la República

como es el caso de autos, declaración cuyas copias fueron remitidas al Congreso de ía

República en atención a las investigaciones que se iniciaron anre e ! descubrimiento de una

presunta organización criminaf enquistoda en las altas esferas del Estado, cue nabía

estructurado una amplia rea de corrupción para peroetuarse en el poder; en dicho contexto,

os plausible no solamente que la referida decla ración ‘ue recabada ante un árgano judicial

competente sino^lümtSíeh ante la presencia cíe un ^presentante del Ministerio Público, que

orindaban tpdas las garantías necesarias legales: ahora bien, el hecho


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de que fa ruerna hoya sido valorada por las comisiones investigadores

pertinentes del Congreso de la República, en modo alguno puede

constituir una vulneración al debido proceso, pues dicho poder del Estado

para Jas fines del artículo cien de Ja Constitución PoJítíca del Estado, deja

de ser un poder político y se convierte en los hechos er> una instancia para -

jurisdiccional, también promotor de fa acción penal pública canfra los aJtos

funcionarios del Estado, provisto de capacidad indagatoria del delito y de

acusación; que □ mayor abundamiento, no es entendible que en toles

circunstancias el recurrente lo califaue como prueba prohibida, si ni

siquiera alega cuál fue el derecho fundamental que se habría transgredido

o en qué consistió o cómo se ejecutó Ja vulneración del mismo; por fo

.-#ft2tefriás, como se ha venido sosteniendo precedentemente la incriminación

/' efectuada por Montesinos Torres solamente constituyó un “indicio base"

que ha sido conca 4enodo con oíros indicios, sin los cuales no se hubiera

logrado establecer la concurrencia del hecho a probar, por todo lo

anteriormente expuesto. Jo resuelto por la SaJa Penal Especial en este

extremo, también resulta conforme a ley.

Sétimo: Que, el procesado Antonio Palomo Orefice, medrante escrito de

fundamentación de agravios de fojas treinta y siele mil trescientos Ireinta y

nueve, alego aue ol marco ae imputación fue fijado por el Congreso de la

República, que señaló que el recurrente es responsable de fa recepción de

veinte mil dólares americanos por Víadimiro Montesinos Torres a cambio de

dejar el partido “Perú Posible" e integrarse al partido de gobierno Alian 2a


,JPerú
Dos Mir, por lo tanto, al pronunciarse fa sentencia recurriaa por la

recepción de sesenra mil oóiares americanos, que nc fue materia de A

jo/^esoTpue) ni el Ministerio Público ni el Poder Judicial pjeden rebasar los / \

alcances ¿fe Ickacusación del Congreso luego de haberlo sometido al.


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antejuicío político, se ha vulnerado el artículo doscientos ochenta y cinco “A” del Código de

Procedimientos Penales; agrega, que no existe ninguna prueba objetiva que acredíte haber

recibido .suma de dinero de parte de Montesiros Torres, en tanto, que las testimoniales de

José Villalobos Candela, Rafael Merino Bartet. Humberto Guido Rosas Bonucchelli, Wilbert

Ramos Viera, Pedro Huertas Caballero, María Angélica Arce Guerrero, e inc!J5Q, Matilde

Pinchi Pinchi solamente demuestran su concurrencia al loca;' del Ser/icio de Inteligencia

Nacional, pero no la recepción de dinero; además, el hecho de que haya enviado una carta al

entonces Presidente de la República para incorporarse a la bancada del partido de gobierno

y otra carta a su agrupación política de origen comunicándoles su renuncia, constituyen delito,

prueba de ello es que los congresistas Mendoza del

S¿6\3( y Canales PÜIaca fueron absueltos evidenciándose así una conclusión


/
■'arbitraria y contradictorio; agrega, que el únícu leilíyo direclo cunlra persona es Vladimiro

Montesinos Torres, quien no ha declarado en sede judicía', y si bien declaró ante la Sub -

comisión del Congreso de la República, esio carece de valor probatorio, debido a que no se

le tomó juramento de ley; concluye indicando, que el peritaje de gratotecnra realzado sobre el

supuesto documento que habría suscrito, de techa dieciocho de abril de dos míf, por la

presunta 'acepción de veinte mil dólares americanos, nc es contundente, debido a que en el

se aprecia que las tirmas no le corresponden, conclusión similar a la que se arriba en re/ación

al denominado Compromiso de Hono:.

A) .- De los alcances del Anfejuicio Político

Que, los argumentos referidos a que se ha desbordado el marco de imputación tijado por el

Congreso de Ja República luego de un antejuicio poimco^xio-rssi^lta cierto, en principio,

porque íal aseveración no consta del exa.mer cHejés actuados, sobre todo de las copias

remitidas por el órgano


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legislativo a Pojas ciento veintisiete y ciento sesento y cuatro, cotejados con


el dictamen acusatorio del señor Fiscal Supremo en lo Penal de tojas
/ veintinueve rril ciento noventa y tres; y además, porque este supuesto fue
expresamente adorado por fn Sa'a Penal Especial al describir los hechos y
cargos imputados., limitando su pronunciamiento a los alcances de la
imputación que fue obje:o de discusión en el Congreso de la República, en
correlación a lo imputación del señor representante del Ministerio Público,
en su conaición de ütular de la occión penal, prueba de ello, es que a fojas
treinta y seis mil novecientos sesenta y cinco de la sentencia recurrida (ii.-
Hechos y Cargos), se citó textualmente -‘En base a la acusación consfifuc/ono/
apiobcdo por el Pleno del Congreso, en el sentido que Alberto f vjimori Fujimori y Vladimiro
Montesinos Tares formaron uno sociedad cor, un fin común: perpetuarse en el poder y

¿jnsc'-'JLi:' o cjíi!q'j¡ef preirrc, l.ticj mayoría paj/umerr/aría que fe permitiera la

ibromeniocicn el veintiocho de julio de dos mlt el control de la Presidencia y la Mesa

Dueciiva dol Congreso de !o República, asi'como de /as Comisiones Congresaies, pora io

evo! se dobía obtener ano mayoría parlamentaria a cambic ae donativos y/o divefses

ofrecimientos otorgados o tos Congresistas..." para más adelante agregar "Qc/e


cíicnoí hechos descritos por el Pleno del Congreso, fueron reproducidos por el
representante del /,¿'misterio Publico, conforme se advierte de ia acusación hiscal de fojas

veintinueve r?\il ciento noventa y tres...".

Que. este Supremo Cofegiedo considera necesario dejar constancia que en atención al

antejuicio político ios cl-os funcionarios públicos. enVe ellos, los Congresistas de la República,

tienen el privifegio de no ser procesados penalmente por la jurisdicción ordinaria, si no han

sido sometidos previamente a un procedimiento político jurisdiccional, debidamente regulado,

ante el Congreso de la República, en el cual el cuerpo legislativo deoe haber determinado ta

verosimilitud de los hechos que son materia de acusación, así como su subsunción en el tipo

penal, previa e inequívocamente establecido er ía ley, entendiéndose en fa doctrina

cofístífuao-aal. que tal prerrogativa -tiene como propósito de que no


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y puedan ser procesados ante la judicatura penal por los delitos cometidos
/ en el ejercicio de sus 'unciones, sin que medie jn procedimiento con las
/
debidas garantías procesales ante el Congreso de la República y la
consecuente acusación del propio Poder Legislativo; no obstante elfo, a
criterio de este Supremo Tribuna! y en virtud de sus facultades de control
difuso e independencia jurisdiccional, garantizados por la propia
Constitución política del Estado, considera que una limitación de esta
naturaleza -arrícufo cien cíe la Constitución- no puede dar lugar a la afectación
de la independencia y autonomía def Poder Judicial y del Ministerio
Público, que también son garantizados por la norma constitucional, sobre
todo, en el caso de esia última institución, que por antonomasia su función
y razón de existencia es la persecución e investigación del de/ito; más aún,
/^Vfuando ha sido eí propio Tribunal Constitucional, que ha considerado
y / ¡que 'os ■i’efejTGfori cfoposrc.'o.nes son contrarías al aludido principio fundomentol sobre los que

'se sostenía el Estado democrático de derecho: Ja separación de poderes. S¡ bien dicho

principio no puede negar ia mutua colaboración y fiscalización entre jos poderes ptíb/icoj,
rmpone la ausencia cíe toda injerencia en los funciones esenciales y especializadas que
competen a coda una de ios instituciones que diagraman la organizaci ón del Estado. En

ta' sentido, en modo oJguno puede restringirse la autonomia que corresponde al Ministerio

Fúbiicc en ei desenvolvimiento de ias funciones que la Constitución le ha conferido en su

ortículo í*5S°; menos aún puede aceptarse la limitación de ios principios de unidad,

exclusividad e independencia do la función jurisdiccional (incisas I y 2 dei articulo )39°j, la

que, desde fuego, alcanza también ai juez instructor encargado de evaluar la suficiencia

Ce elementos de juicio que justifiquen jo apertura de instrucción y de conducir la etapa

invosfigativa del proceso,f ¡Sentencia correspondiente o /o Acción de Inconctituaonaüdad

interpuesta por se sen fe y cinco Congresistas de la República contra ef inciso "j" del artículo

ochenta y nueve deí Reglamento del Congreso de lo RepúbÜcc; expediente número cero

cero cero seis - dos mil tres - At/TC, de techo primero de diciembre de des mil tres}

B) .- Sobre la validez de ta declaración de Vladimlro Montesinos Torres

se " DS venido sostenido precedentemente, los cuestionamientos a lo

versión incriminatoria de Vladimiro Montesinos Torres devienen en


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intrascendente, pues fa Sala Penal Especial ha sido clara y precisa en

/ sostener que por sí sola su vers'ón no constituye elemento de


/,
V responsabilidad, s;no que es un indicio base que ha sido corroborado con
/ .f >
/ ¡
(y / otros indicios abundantes, concomitantes e inteTefacionados. que

corroboraron la ejecución de un proyecto de reclutamiento de

congresistas que le otorgue al entonces gobierno, una holgada mayoría

que no solamente sirviera para impedir una real tunción fiscalizadora innata

del Congreso de la Repúblca, sino también, perpetuar en el poder al

partido de gobierno, torciendo así la voluntad ciudadana a cambio de

dádivas y beneficios, que en el fondo había votado por un grupo congresal

de oposición al gobernante de turno; por ende, las convalidaciones

formales exigidas por el recurrente, referidas., a que debería haber

declarado en sede judicial y que no se efectuó el juramento de ley al

omento de declarar ante la Sub-comisión del Congreso de la República,

resultan irrelevantes.

C) .~ De /cr pene/a de grafotecnia

Que, igualmente, respecto a su afegato dirigido a sostener la existencia de

una pericio de grafotecnia, que señala no haberse realizado estudio

comparativo respecto al recibo po^ la suma de veinte mil dólares

americanos, de techa dieciocho de abril de dos mil, no lo exime de

responsabilidad alguna, puesto que. el motivo de su responsabilidad penaf

en e' presente caso, corresponde al recibo de fecha diecisiete de junro de

do.s mil, por (a enntidad de asenta mil dó'ar^s americanos, obrante a fojas

veinticinco mil trescientos veintiocho, suscrito por el procesado y cuya

autenticidad de su firma ha sido científicamente comprobado con un

dictamen pericial de y/afofecnia, elemento de prueba de singular V-


ncic, oues a diferencia de sus demás coprocesados que

suscribieron los documentos"Compromiso de Honor” y "Carta dirigida al ex j


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Presidente de la KepúbífccT, éste además llegó a firmar jr. "recibo", esto es, un documento

donde cejaba expresa constancia de la recepción de dinero, que merituado conjuntamente

con el ''Compromiso de Honor" demuestran el traspaso de bancada pofítica a cambio de

ventajas económicas.
D) .- De \Q responsabilidad del procesado
Que, en relación a los reparos y objeciones a las declaraciones testimoníales de José

Villalobos Candela, Rafael Merino Barfet, Humberto Guido Rosos SonucchelJi, Wilbert Ramos

Viera, Pedro Huertas Caballero, Mario Angélica Arce Guerrero y de Matilde Pinchi Pinchi,

tampoco resultan atendibles, pues como se ha venido sosteniendo estas constituyen pruebas

indiciosas, sobre todo, la rendida por Rafaoj Merino Bartet - Asesor Política de A Jo .4fío

Dirección con el ron¿ío de Director General- cuyo jefe inmediato en el /Servicio de :nteligencía

Nacional era Víudimrro Monlesirios Tor;ei, quieri / indica haber preparado un recibo para dicho

imputado, versión similar a la de Matilde Pínchi P :nchi, que conjuntamente con los documentos

' Compromiso de Honor", "Carta dirigida ai ex Presidente de ia República" y "Corta de

renuncio al Partido Perú- Posible’1 y la prueba objetiva de cargo, es decir, cí “recibo'* de

fojas veinticinco mi; trescientos veintiocho, acreditan suficientemente su culpabilidad en la

comisión de los delitos de coheciio pasivo impropio y receptación; máxime, cuando a esta

situación debe adicionarse la vers'ón no creíble de que decidió integrar el gobierno dft tumo

pora obtener mayores beneficios para lo ciudad de loreto, pues eJ lugar y las circunsta ncias

no eran los que correspondían, así concurrió presuntamente con dicho fin al local del Ssrvcio

de Inteligencia Nacional y no así a--iGS-AJinisterios a locales representativos del Poder

Ejecutivo; por lo demás, me/fción aparte, merecerán sus alegaciones de una valoración

contradictorio de la prueba actuada con respecto a sus coimputados'


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UMA

Mendoza del Solar y Canales PiJIaca, los que serán valoradas al analizar los

agravios propuestos por el rep resentante del Ministerio Público.

Octavo: Que, el representante del Ministerio Público al sustentar sus

agravios mediante escrito de fojas treinta y siete mil trescientos cincuenta y

cuatro, alega que la SaJa Penal Especiaf no ha valorado correctamente el

material probatorio, pues el mismo conjunto de pruebas que fueron útifes

para condenar a ios sentenciados Cáceres Pérez, Ríos Salcedo, Tícona

Górrez y Palomo Orefice, no se tuvieron en cuenta o fueron considerados

insuficientes para establecer la culpabilidad de Jos encausados absueltos

Rodríguez de Aguilar, Huaman Lu, Mendoza del Solar, D'Acunha Cuervas,

Canales Pilíaca, Pennano Alfrson, Luna Gálvez, Joy Way Rojas, Salgado

Rpbíanes y Lozada Rondón de Gamboa; más aún, sí en la propia sentencia

sé admirró que todos ellos habían concurriao af local del Servido de

Inteligencia Nacional coincidentemente en las fechas en que se venía

ejeculando la denominado “operación de reclutamiento'*; agrega, que

del mismo modo, no se ha vaJorado en su verdadera dimensión los

alcances de! Informe de fojas dieciocho mil setecientos treinta y siete,

remitido por el Jurado Nacional de Elecciones, que da cuenta que la

Alianza Electoral ,;Perú Dos Mil", obtuvo en las eJeccíones generales del

nueve de abril de dos mil, cincuenta y dos representantes al Congreso de

la .República, y que posteriormente, para Ja elección de la Mesa Directiva

obtuvo setenta votos; tan bien resulta cuestionable, suponer cono cierta Ja

parfic:,poción satamente de los cuatro procesados condenados y de los

también condenados Kouri Bumachar y Cáceres Vefásquez , aues de ser

cierta esta posibilidad


los la Alianza
ochc congresi“'Perú dos mil" sofamente habría llegado a
•inalnente. iL;ceaió; además sía y no hubiera obtenido la mayoría como
■/ y* . . tampoco se ha merituado la prueba
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testimonial y documental existente en contra del imputado Edilberto Carales Pillaca de tojas

veinticinco mil doscientos treinta y cuatro o jveinticinco mil doscientos cuarenta y tres, donde

figuro el denominada / Compromiso de Honor, la solicitud de incorporación a “Perú dos mif y

la renuncia a su agrupación política de erigen; de otro lado, sostiene que no se ha valorado ei

modus operondi ccn las que se buscó obtener la mayoría oficialista en e! Congreso de la

República, cuyas características siempre han sido las mismas, la concurrencia al Serv :cio de

Inteligencia Nacional, de forma voljrtaria o por medio de contactos, las reuniones con Vlodimiro

Montesinos Torres y e: hecho ce que el tema central de agenda siempre se circunscribió al

cambio de bancada oficialista, a excepción de los /'encausados Pennano Allison, D LAcunha

Cuervas, Huamán Lu y Luna f bclvez, quienes si bien permanecieron en sus bancadas políticas

en calidad do "topos", votaban temas trascendentales a favor del partido de gobierno a cambio

de dinero; que asimismo, tampoco se apreció el contexto en que e defito se realizó, donde la

decisión, ejecución y sus resultados fueron tangibles, máxime, si tales circunstancias deben

concordarse con la caida del gooiemo y el hecho de que el Jurado Nacional de Elecciones

estuviera sometido al gobierno de turno, conjuntamente con la comprc de canales de

televisión, medios de comunicación y e 1 gasto de mi;lonarias sumas de dinero para lograr un

tercer período consecutivo de gobierno. El recurrente también sostiene respecto a les

procesadas Luz Filomena Salqado Rubíanes y Mario del Carmen Lczada Rondón de Gamboa,

que no es posible que hayan sido liberados de responsabilidad por el sólo hecho de que Martha

Chávez Cossío también nabía sido absuelta oor similar delro; máxime, si Montesinos Torres

v^Mailde ^inchi Pinchi se han marteniao en sus similares ;rinr-inac!(2Ínéí'y,e! prmero de éslos

solamente cambio su versión (especio


^ ...
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Ü Martha Chávez Cossío; de otro lado, en cuanto al congresista Víctor

Dionisio Joy Way Rojas, se advierte que las declaraciones incriminatorias de

■' Montesinos To rres, Pinchi Pinchi, y Arce Guerrero hasta la techa no han sido

desvirtuados con prueba alguna, por lo cue, considera que la absolución

no se encuentra arreglada a ley; finalmente retiere, que la reparación civil

fijada contra Cáceres Pérez, Ríos Salcedo, Ticona Gómez y Palomo Orefice,

la suma impuesta ni siquiera rernofarrierile respuride u lo magnitud del

daño acusado, no solamente por el daño causado al Estado Peruano sino

también por la traidor a la voluntad popular así corno a los Partidos

Políticas.
A) .- Dei apotegma *a igual razón, igual derecho"

Que, no es únicamente el representante del Ministerio Público quien


severa una situación común de aplicación para todos los imputados, sin
Acepción alguna, sino también, fu Procurador Público Ad-Hoc del Estado,
/coincide con los agravios sostenidos por la fiscalía, e incluso, lo hace la
defería del procesado Ticona Gómez, quien argumenta sobre este asunto,
vulneración del Princpio de Igualdad. Que el aforismo, "a igual razón , igual
derecho" o "igualdad de todos los ciudadanos ante ley" aplicable al asunto
judicial, corresponde a que en los casos ¡guales, semejantes o análogos se
debe tener la misma respuesta jurídica, pues lo administración de justicia
tiene por función, además de resolver conflictos, crear seguridad jurídica,
tratando igual a ios casos simifares. garantizando a la comunidad una
justicia predecible; que el apotegma en referencia se fundamenta en el
''Principio de Igucldad", que si bien no contiene "... un mandato expreso de
treta igual ocra toaos, no importando las circunstancies en /os que se encuentren, sino una

exige nc o de trato igualitario se ene \ ¡entra en situación análoga, y de trato desigualitario

si no está en igualdad de condicionen Detrás de e%to ultima exigencia - íamüién se fio

crio-, un trate diferenciado no res u/fe .'e<jVo de fa cláusula de J'a igualdad es

prec'SoÁiue éTí^.se sustente en razones objeí/vas y razonables, Quedando presento, per


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/
tanto, cualquier frotamiento diferenciado que sólo se sostente en razones subjetivos como ^ ei sexo de uno persona, so

raza, opción política, religiosa, idioma origen, opinión , condición económico o de cualquier otra índole"(Diccionario de

Jurisprudencia Penal:
//
'./ José Antonio Cero Jhon: Editora Jurídica Grigley: Lima; octubre de dos mil siete: página frese ¡en ros tres}:

en este entendido, se tiene que en autos corren los documentos de fojas veinticinco mil

doscientos treinta y cinco a veinticinco mil doscientos treinta y siete, suscritos por eí

encausado Edilberlo Canales Pilfaca, manuscritos similores a los utilizados por ¡a Sala Penal

Especial para determinar !a responsabilidad pena¡ de los procesados Roger Luís Cáceres

Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio Palomo Orefice. por io que, se advertiría una

argumentación disímil e incoherente; más aún, si de autos también se observaría una indebida

valoración de la prueba indiciaría ^ obrante en autos, así se tiene que no se habra merítuado

debidamente las //^-declaraciones testimoniales de Rafael Merino Bartet de fojas treinta y dos

/ jjnil novecientos veintitrés; Wílbert Ramos Viera de fojos treinta y tres mil cuarenta y cinco;

Pedro Huertas Caballero de fojas treinta y tres mil cuarerta y cinco; Matilde P^ncn! Pínchi de

fojas treinta y fres mil doscientos treinta y cinco; y Mario Rafael Ruíz Agüero de fojas treinta y

tres mil trescentos veinticuatro; que en todo caso, debe ser revisada por otro Colegiado

Juzgador al ser evidente, que en reloción al imputado Edilberto Canales Pillaca se observaría

una grave irregularidad que vulnera las ga ranfías estableadas por la Ley Procesal Penal, como

lo es ef “debido proceso", constituyendo tal situación una causal de nulidad prevista por el

inciso drimero del articula doscientos noventa y ocho del Código de Procedimientos Penales.

B) .- De ta prueba indiciaría pturaí y suficiente, as*" como dei contraindicio

Que, el '‘epresentante def Ministerio Público respecto a ios encausados Ruky^onsuelo

Rodríguez de Aguilar, Mana del Milagro Huamán Lu. Juan


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Ailison y José León Luna Gálvez asevera una indebida valoración de la

prueba indiciaría, pues no se ha merrtuaao en su real dimensión, que con

ellos se siguió la misma estrategia delictiva para reclutar congresistas que

apoyen al partido de gobierno a cambio de dinero; mas aún, si obra en

auvos un informe del Jurado Nacional de Elecciones, que corrobora el

crecimiento de la bancada oficialista en comparación al número que

obtLvo durante las elecciones generales, y ademós, el escenario tangible

de que muchos organismos estatales y medios de comunicación privados

apoyaban sin retraimiento el reprochable tercer período consecutivo de

gobierno. Que, tales apreciaciones a crirerio de este Supremo Tribunal

constituyen el hecno base que considerado por sí solo no puede formar

parte de. delito que se pretende probar, que necesariamente deben estar
W/T
/"j unidos y acompañados de otros elementos indiciarlos que sean plurales y
/// cor
cientes, con tal fuerza acreditativa de hechos indirectos que

concordantes recíprocamente nos hagan inferir la acreditación de la

aceptación de una ventaja económica para practicar un acto propio de

su cargo ó que haga presumir que dicha ventaja también provenía de la

comisión de un delito; sin embargo, conforme es de verse en el caso de la

impu!ada flufcy Consueto Rodríguez de Agvitar, solamente subsiste como

elemento indiciario las testimoniales que demostrarían su concurrencia a los

ambientes del Servicio de Irteligencia Nacional, sin otra indicio que

corrobore aceptación de dinero, pues los documentos denominados

‘"Compromiso de Honor" y “Carta de Renuncia'' al Partido Aprista Peruano

que ooran en los actuados, no cuentan con sus íirmas, ni huellas dactilares,

ni mucho menos corre en el expediente recibo de dinero; que un hecho

Similar ocurre respecío al encausado Jorge D'Acunha Cuervas, donde no

cbs*orr*e‘oBrqT§n autos ios manuscritos "Corrtpro/rí/so de Honor". “Caria de

Renuncio a P¿xrgpstoic,: y "Caria de Adhesión ai entonces ex-Presidente


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de io República” con su nombre, estos tampoco contienen su firma y huella

dactilar; cabo precisar que respecto a! imputado José León Luna Gálvez,

/ además de no haber suscrito los documentos mencionados líneas arriba, la


/
sola posibilidad de que hubiese sido cierta resultaría un contrasentido, pues

la incriminación de Montesinos Torres contra éste, era la de haber

recepcionado dinero para brindar ayuda al gobierno de furno sin

abandonar su partido de origen ''Sutiduudud Nuciunui”, ulribuyéndosele lu

conaícíón ce agente encubierto, por lo que, tal hecho no se encuentra

acreditado, así como tampoco el haber concurrido al Servicio de

Inteligencia Nacional no existiendo prueba testimonial que señale lo

confrario, toda vez, que Rafael Merino Bartet y Pedro Huertas Caballero

manifestaron no conocer al encausado; asimismo. Wilbort Ramos Viera si

bien en un primer momento indicó haberlo visto en dicho sede, sin

, embargo, durante la diligencia de confrontación con el procesado aclaró

If/ií que se nabía equivccaco; mientras que María Angélica Arce Guerrero y

/ Mario Rcfcel RUFZ Agüero sostuvieron no haberlo visto en el Servicia de

Inteligencia Nacional; de otro lado, respecto al encausado Guido Pennano

Atllson su aislada concurrencia a las oficinas cel Servicio de Inteligencia

Nacional no p^ede constituir prueba indiciaría, si no ha sido valonada con

documentos pertinentes, pues en su caso no existen, pericias o cualquier

oro elemento de juicio, resultando de aplicación los afcances del principio

ce duda razonable consagrado en el inciso décimo primero del artículo

ciento ‘reinla y nueve de fa Constitución Político del Estado.

Que, una situación distinta ocurre resnecto a los procesados María del

Milagro Huamán lu y Juan Carlos Miguel Mendoza del Solar, en ei primer

caso, porque además de no existir documentación suscrita por dicha

impj;jiada‘‘‘rue_d^ conocimiento público que és“a durante la elección de la

Mesa Directiva--del veinticinco de julio de des mil, no votó a tavor delj


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partido de gobierno, además, sus constantes viajes a los Estados Unidos de / América se

estuvieron efectuando antes de los hechos submatería conforme se acreditó con e! oficio de

fojas diecinueve mil ciento once remitido por la Oficina de Migraciones y Naturalización del

Ministerio del Interior; en el segundo coso, no solamente se tiene que el testigo Huertos

Caballero durante e; juicio oral desmintió su primigenia versión acerca de una entrega de

dinero a favor de Juan Carlos Miguel Mendoza del Solar, sino también, porque la testigo Arce

Guerrero, quien era secretaria personal de Víadimiro Montesinos Torres afirmó no haber

elaborado documentos con el nombre de dic^o ercausado, que siendo así, los supuestos antes

acotados constituyen contraindicios hacen ver poderosamente debilitados los indicios de cargo, en cuanto

do dios resulta a favor det acusado una explicación enteramente favorable de ios hechos que aparecen

correlativos del detito, y dan "Jímporfancio o Jas sospechas'^Xar/ Mittrermaier, Tratado de la Prueba en .Materia

Criminal;

• Fabián J. Di Plácido E’d.'toir; Sueños Aíres - mi/ novecientos noventa y nueve; página cuatrocientos trece).

C) .- De Ja duda razonab/e*

Que, el tex'o constitucional peruano, consagra dentro de los Principios y Derechos de la

Función Jurisdiccional, el Principio de In dubio Pro Reo, al establecer textualmente *7 a

aplicación de lo ley mas favorable at procesado en caso de duda o de conflicto entre leyes

peno/es", en dicho contexto, debemos asumir que Ja duda razonable, aplicable al ámbito

junicial está más relacionado a las conclusiones a tas que debe arribar todo Juzgador, siendo

que, en el ámbito de su razonamiento Implique que éste se veo impedido de lograr

convencimiento cuando se encuentra ante presupuestes de hecho imposibles, improbables,

no comprobados o que sencillamente no justifican la aplicación de una pena por existir

tambrén probatorios cié descargo que favorecen al imputado, sólo


eri’oncel debe.^abstenerse de condenor a un acusado. Que, el Fiscal;
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Supremo recurrente como la Parte Civil {Procurador Público Ad-hoc d<?/ EsfadoJ son coincidentes

en argumertar que Montesinos Torres sólo varió su incriminación contra la congresista Martha

Chavéz Cossío y el hecho de que ésta fuera absuelta en nada enerva los elementos de pruebo
/
subsistentes contra las procesadas Luz Filomena Salgado Rubianes y María del Carmen

Lozada Rondón de Gamboa, empero, si bien es cierto lo alegado por el recurrente, en cuanto

/
/
tal situación no es justificación suficiente para eximir de responsabilidad pena< o las

mencionadas procesadas, no es Tienes c:erto, aue fus lestigos María Angélica Arce Guerrero,

Pedro Huertas Caballero, Wilbert Ramos Viera y Mario Rafael Ruíz Agüero, personal

destacado al Servicio de Inteligencia Nacional y más cercano a Vladimiro Montesinos Torres,

han sido coíncídentes en afirmar que nunca observaron entrega de dinero en favor de dichas

imputadas a fin de quo solventen económicamente su compaña electoral; un hecho parecido

sucede respecto al procesado Víctor Dionisio Joy Woy Rojas a quien .se le atribuye haber

recibido la sumo de veinte mil dólares americanos de parte de Montesinos Torres a fin de

entregarlo a la publicista de naciona idad española de apellido Sanchíz, así como a a María

Méndez Gasteíumendi, pues si bien subsisten las versiones de Matilde Pinchi Pinchi y Arc e

Guerrero, también lo es, que la testigo de excepción Patricia Doig Diaz, secretaria personal

del mencionado encausado, a fojas veintitrés mil seiscien*os veinfuno, con quien la testigo

Arce Guerrero coordinaba telefónicamente la entrega de documentos -según ésta última lo

reconoció-, ha señalado qce todos ¡os documentos dirigidos para Joy Way Rojas, previamente

eran abiertos po r ella, no habiendo observado en ninguna oport unid adagüe estos hayan

contenido dinero, detallo relevante, pues la irru^ítJción con'rsa ésie se sustenta en que el

dinero le fue entregado en un sobre cerrado- y no, personalmente: por lo demás, no puede

dejar de
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considerarse que estos tres imputados eran concurrentes asiduos al local del Servicio ce Irteligencia

Nacional, por su reconocida militando en el y' partido de gobierno, incluso, mucho antes de la

campaña electoral del " / año dos mil, surgiendo así justificadas dudas sobre su participación en la /

com'siórr del delito de receptación, que por imperio constitucional les resulta favorable.

Noveno: Que, el Procurador Público Ad-hoc del Estado en su escrito de tundamentación de

agravios de fojas treinta y siete mil trescientos ochenta y cuatro, alega coincidentemer.te con

lo sostenido por el representante del Ministerio Público, que los argumentos asumidos por la

Safa Penal Especial para absolver a los imputados Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar,

María ? W/~\óe\ M.rayro Huarnán Lu, Juan Carlos Miguel Mendora del Solar, Jorge '

,'D'Acunha Cuervas, Edilberto Canales Millaca, Guido Pennano Alfison, José León Luna

Gólvez, Víctor Dionisio Joy Way Rafas, Luz Filomena Salgado Rubianes, María del Carmen

Lazada de Gamboa e incluso, para absolver a los encausados José Luís Elias AvaEos y Jorge

Polack Merel -contra quienes también -r apuesto recurso de nulidad a diferencia deí represen fon te cei Ministerio

PúbUco-, resudan totalmente contradictorios, por cuanto los mismos elementos de prueba

que consideró suficientes para determinar la responsabilidad de los condenados, a su

entender no fueron eficaces para el caso de los absueltos; asimismo. reiterando lo sostenido

por el representante del Ministerio Público al formular su recurso de nulidad contra las

.mputadas Salgado ^ubianes y Lozada de Gamboa, el hecho de que Vladimiro Montesinos

varió su declaración incriminatoria contra Martha Chcve/^Cois-o, resulta irrelevante, pues

contra dichas encausadas no t:edió ¡o mismo: más aún. si la inciminación contra éstas fue

corroborada por Matilcfe Pinchi Pinchi; de igual modo, respecto a la reparación civil

'' ■> ,?
/ / /■ z -/,TÍ r i - ÍZ
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/
fijada a los procesados condenados a ciferencia deJ representante del

Ministerio Púbico, el Procurador Púolico afirma que fa suma impuesta debe

elevarse porque se ha determinado que José ^íos Salcedo recibió la

cantidad de sesenta mil dólares americanos, Cáceres Pérez veinte mil

dólcres americanos. Ticona Gómez setenio y cinco mil dólares americanos,

y Palomo Orefice ochenta nrvl dólares americanos, que sumarían una

cantidad en moneda nacional de aproximadamen 4e setecientos cinco mil

nuevos soles, razón por fa cual solicita que ¡a suma señalada por dicho

concepto se eleve a un mílfón quinientos mil nuevos soles, suma que refiere

estar por debajo de ios cuatro millones de nuevos soles que solicitó ef

Ministerio Público af formular su acusación escrita y que por su elevado

monto motivó a que en su oportunidad no planteara contradicción

L^/^onforme al artículo aoscientos veintisiete del Código de Procedimientos

^enaíes.

A),- De Jo participación de los procesados José Luís Bitas Avalo* y Jorge

Polack Mere/.

Que, este Supremo Tribunal consecuente con su argumentación reitera una

falta de conerencia orgánica, táctica y vaíoratíva respecto al procesado

Jorge Polack Mere!, por Jas razones precedentemente expuestas en el

considerardo octovo, acerca del parágrafo subtitulado M Del apotegma a

igual razón, ¡goal derecho", de la precedente Ejecutoría aplicada al

imputado Edilberto Pillaca Canales y porque en autos también subsisten los

documentos de fojos veintidós mif ochocientos dieciocho a veintidós mil

ocnocienfos diecinueve, en consecuencia, sobre este extremo, habiéndose

incurrido er causal de nu ¡dad prevista por ef inciso primero del artículo

doscientos noventa y ocho del Código de Procedimientos Penales,

rá declararse nula la sentencia recurrida.


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UMA

Que. una situación distinta ocurre respecto ol procesado José Luís EJÍas

{ Avalos cuyo extremo absolutorio únicamente ha sido cuestionado por el

■-/ señor Procurador Público Ad-hoc del Estadc conforme consta de su escrito

/ de fojas treinta y siete mil trescientos ochenta y cuatro, no subsistiendo en

/ su caso situación similar a la de los encausados condenados, no sólo por el

hecho de que no existe elemento documental indiciarlo que éste haya

suscrito y que haga suponer un cambio de barcada política por favores

económicos, sino también, porque existen otros elementos indicíanos que

se oponen y fe quitan eficacia al indicio pase, como lo es ei hecho de que

el día nueve de abril en que se llevó a cabo ías elecciones generales, éste

fue expulsado públicamente dei movimiento político "Avancemos" al ser

/ considerado desleal por el dirigente nacionaf de dicha agrupación; que

kynado a ios antecedentes políticos que dicho imputado tenía, pues

c/uianle la campana de mil riuvecíerrios nóvenla y cinco, postuló al

Congreso de Ja República como candidato del partido ofícíafista dirigido

por el ex-Presídente Alberto Fujimori Fujimori, resultando un contrasentido

aue en dk:ha situación pueda haber sido tentado con favores económicos

mal habidos para pasarse a otra bancada política, si en esa época asumía

una posición independiente a'e cualquier otra organización política que

formaba parte ael Poder Legislativo, resultando insuficiente su aislada

concurrencia al local del Servicio de Inteligencia Nacional y sus entrevistas

con el ex-asesor Vladimíro Montesinos Torres acreditado mediante

declaraciones testimoniales. po. r ío aue. su absolución resulta confnrme a

ley.
Décimo; Que. tanto el señor representante del Ministerio Público como ef Procurador Ad -
Hoc del Estado coinciden en cuestionar el monto fijado por conceolo cejeo'aroáór. civil, por

considerarlo diminu" 0. Sobre este lema


/L
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como bier 3o señaló la Sala Penal Especial, las consecuencias jurídicas del delito no se agotan

con la imposición de una pena, sino que surge la necesidad de imponer una sanción civil

reparadora que se rige por el principio del daño causado y que comprende la restitución del

bien y ta indemnización de los daños y perjuicios; sin embargo, el Colegiado Juzgador

solamente ha justificado como supuestos restifutorios, fa afectación de la imagen del Estado,

la naturaleza, trascendencia y ámbito en el que se consumó el delito, Ja gravedad de los

hechos y la repulsa social, sin realizar mayor anáfisis sobre Nia indemnización por los daños

y perjuicios”, Que, oJ Código PenaJ de mil novecientos noventa y uno carece de normas

especificas que orienten al Juzgador sobre las criterios de determinación de las dimensiones

cualitativas y cuantitativas de la 'reparación civil a diferencia del Código Penaf de mil

novecientos veinticuatro, que si establecía que IJfa reparación se hará valorando, la entidad

del daño, por medio de peritos si fuere practicable, o por el prudente arbitrio del juez'*,

empero, eflo no es óbice para considerar que la indemnización por los daños y perjuicios, lo

cons4ifuye ef "daño emergente” caractenzacc como la disminución de ¡a esfera patrimonial

del afectado y el '%'cro cesante' 1 que se deíirie coma el no incremento en el patrimonio del

afectado o ganancia patrimonial neta dejada de percibir, ello en concordancia con el articulo

ciento une del Código Penat, el cuaf dispone, que ■' /a reparación civil se rige, además, por

ias disposiciones pertinentes de' Código Civil 1 ' r esto es, oor :as normas que regulan Ja

'^esponsaMdad Ex/roconíracfua/ 1' en los artículos mil novecientos sesenta y nueve a mil

novecientos ochenta y ocho y dos mil uno del Código Civil.

Qje, en este orden de ideas, ta sanción resarcitoria correspondiente al concepto del ucra

cesante, esto es, todos los beneficios de utilidad económica, yá'ue el Estado agraviado ha

dejedo de percibir como


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consecuencia c'el delito y que se habría obtenido sí el evento dañoso no se hubiera verificado,

no se encuentra inmerso en el monto fijado por la Sala Penal Especial; y aún cuando su

determinación no puede ser fijada al libre / albedrío por el Juzgador, sino que está sujeta a

principios rectores, como el de ser cierta y sobre todo probada, junto con su relación directa

con el

daño causado, pues "poro conseguir la efectiva reparación dei daño económico es fundamental que el actor

civil aemuestre no sólo la existencia de este Gaño sino soore todo su cuantía, i Lecciones de Derecho Peñol -
Parte General Percy Gorda Covero. acerca ae la Reparación Civil Editora y Librería Jurídica Orijley - Empresa

Individual de Responsabilidad Limitado, Lima, setiembre de dos mil ocho , página setecientos ochenta y cchoj,

supuestos que se observan en ef caso de autos, pues en parte son acreditadas con la prueba
documentaría suscrita por fos procesados condenados y que el Procurador PúbJico recurrente
ha sido claro en /Aeñalar que se aproximaría a !a suma de setecientos cinco mil nuevos soles,
^monto de dinero que pudo haberse utilizado en infraestructura educativa y / ae salud, de
apoyo social, entre otros fines, congruentes con fas diversas obligaciones que tiene el Estado
Peruano, consecuentemente, la suma propuesta por la Procuraduría por concepto de
reparación civil resufta atendible; máxime, si la reparación civil tiene como fundamento el daño
civif, entenaido como aquellos efectos negativos que derivan de la lesión de un interés
protegido, que puede originar consecuencias patrimoniales y ro patrimoniales, este úl 4¡mo
"circunscrita a i a lesión de derechos o legítimos inierescs exisienciales -no patrimoniales- tanto de los pegonas

naturales como de las personas jurídicas - se afectan como acota A/oífue/ Dofrárr, bienes inmateriales del

cerjudicadc, que no tiene reflejo patrimonial alguno- '(Acuerdo Ptenario número seis - dos mí! seis / CJ - cicnto

dieciséis, de fecha frece de octubre de dos mil seis, sobre la reparación civit y ¡o-, cientos de perore! y
que en ef caso de autos estaría construyo por la. traición a la vofuntad de ios electores en el
caso de Jos Hdynud‘ 0^ cemo a los partidos y organizaciones políticas, pues en eJ
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fondo tal agravio incumoe ai sistema democrático constitucional de derecho en el que se

desenvuelve ef país.

r'

/ Décimo Primero: Que, del examen cié la parte resolutiva de la sentencia recurrida se advierte
que eJ Colegiado Juzgador, aún cuando ha señalado la imposición de la pena de noventa

días-multa, no ha precisado el importe de cada aía-mu'tc conforme lo dispone el articulo

cuarenta y tres del Código Penal, por lo que, tratándose de una omisión atriburble al órgano

jurisdiccional que de una u otra forma incidirá en la garantía de pluralidad de la instancia, dado

que encontrándose el proceso penal en esta Instancia Suprema, los condenados no podrían

hacer efectivo cualquier "L.'estionumiento a los parámetros que se valorarían, como lo es el

pairímorio de éstos, sus rentas, remuneraciones y otros signos de riqueza, lo ylfye obfgc a

esfe Supremo Tribunal a establecer el extremo mínimo porcentual fijado en ef código

sustantivo antes mencionado, equivalente ai veinticinco por ciento de los haberes diarias de

cada condenado, todo e/lo, en aplicación de fos afcarces del segundo párrafo del artículo

doscientos noventa y ocho def Código de Procedimientos Penales, que faculta a íes Jueces y

Tribunales de Justicia a completar e integrar en fo accesorio, los faflos y resoluciones

judiciales.

Por estos fundamentos: declararon í).- NO HABER NULIDAD en ía sentencia de fecha tres

de jumo de dos mil ocho, de fojas tre'nta y seis mil novecientos cincuenta y tres, en el extremo

que condenó por unanimidad a Roger Luis Caceres Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio

Palomo Orefice como Qw'cres dei delito contra ia Administración Público - cohecho pasivo

impropio, (previsto en el artículo cierto noventa y cuatro del Código Penal) Bn agravíe del

Estado; y per mayoría como autores del de:ito contra el


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Patrimonio - receptación (previsto en el artículo ciento noventa y seis del

/ Código Penal) en agravio del Esíado; y les impone por unanimidad o cada
/1 uno de ellos, cuatro años de pena privativa de 'ibertad, suspendida en su
i

/ ejecución por el período de prueba de tres años, sujeto a regías de

conaucfa; asimismo, les impone la pena de inhabilitación para cualquier

cargo púbiíco que ostenten y al imposibilidad de ocupar carga público por

el periodo de tres años; así como noventa dias-mUta que deberán pagar a

favor del Estado; la INTEGRARON en este último extremo a efectos de

precisar que e, importe de cada día-mu^ta es el equivalente al veinticinco

por ciento del ingreso diario de cada condenado; N).- asimismo,

declararon NO HABER NULíDAD en el extremo de la sentencia, que absolvió

por unanimidad de la acusación fiscal a Juan Carlos Miguel Mendoza del

Soíar, Jcsé Luís Elias Ávalos, Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar, Jorge

□'Acunha Cuervas José León Luna Gálvez, Guido Carlos Pennano Allison,

MeSe Del Milagro Huamán Lu de fos delitos contra la Administración Pública

- cor.echo pasivo impropio (previsto en el articulo ciento noventa y cuatro

de! Código Penal) en agravio del Estado; y contra of Patrimonio -

receptación (previsto en el artícuio ciento noventa y seis del Código Penal)

en agravio dei Estado y a Víctor Dionisio Joy Way Rojas, Luz Fiíomena

Salgado Ruhianes y Moría del Carmen Lozada Rondón de Gamboa del

de,.?o corara eí Patrimonio - receptación ¡previsto en el artículo ciento

r e v e r t o ■/ veis de; Código Penal) en agravie del Estado; 111}Asimismo

NULA. ' que absolvió por unanimidad a Edílberto Canaies

h.lcr.j / -C^Qe Víctor Fo.ack Me'ei de los delilos contra ta Administración

Púc-licc - cobecho pasivo Impropio [previsto en el artículo ciento noventa y

cuotro ae! Código Penai] en agravio del Estado; y contra el Patrimonio -

h^j¿ptf¡jyór: ¡previsto el aHicuo ciento noventa y seis del Código Penal]

**n aqídvio dsl Estado; MANDARON que en este último extremo se realice
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un nuevo Juicio Oral por otro Colegiado y emita nuevo pronunciamiento; IV).- HABER

NULIDAD en ef extremo que tija en la suma de cien mil nuevos soles el monto cue por concepto

de reparación civil deberán pagar en forma solidaria los condenados Waldo Enriaue Ríos

Salcedo, Roger Luis Cáceres Pérez, Gregorio leona Gómez y Antonio Palomo Orefice a favor

del Estado; y REFORMÁNDOLO f'jaron en un millón de nuevos soles el monto que por

concepto de reparación civil deberán pagar en forma solidaría los condenados Waldo Enrique

Ríos Salcedo, Roger Luís Cáceres Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio Palomo Orefice

a favor del Estado; con lo demás que contiene, y los devolvieron. Interviene el señor Voc al

Supremo Zeva’los Soto por impedimento del señor Vocal Supremo Bíaggi Gómez.-

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