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- VISTOS:
Los recursos de nulidad interpuestos por los procesados Gregorio Ticona Gómez, Roger Luís
Cáceres Pérez, Antonio Palomo Orefice contra la sentencia de fecha tres de junio de dos mil
ocho, de fojas treinta y seis mil novecientos cincuenta y tres, en el extremo que los condenó;
asi como los recursos de nulidad interpuestos por el señor Fiscal Superior y por el Procurador
Pública Ad-Hoc en el extremo que absolvió a Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar, María del
Milagro Huamán Lu, Juan Carlos Miguel Mendoza del Solar, Jorge D'Acunha Cuervas,
Edílberto Canales pillaca, guido Pennano Alíson, José León Luna Gálvez, José Luís Elias
Avalos, Jorge Víclor Polack Mere!, Víctor Dionisio Joy Way Rojas, Luz Filomena Salgado
Rubianes y María del Carmen Lozada de Gamboa y el extremo de la reparación civil impuesta
contra los condenados Cáceres Ve'ásquez, Ticona Gómez y Palomo Orefice; intervin iendo
como Ponente el señor Vocal Supremo Rodríguez Tíneo; de conformidad en parte con lo
CONSIDERANDO:
Primero: Que, el Recurso de Nulidad es aquél medio impugnativo que se interpone a fin de
recurrir ante lo máxima instancia judicial, cuando en los fallos inferiores se ha violado las
parcial de una decisión penal, la cual como ya se ha mencionado, se justifica por motivo de
derecho material o procesal; que en ese entendido el presupuesto subjetivo de dicho recurso
impugnativo, es el
Agravio o perjuicio, que se traduce en la diferencia que existe entre la pretensión interpuesta
y la decisión judicial final. Que, siendo así, y habiéndose expuesto ampliamente en la recurrida,
tanto, la tesis acusatoria del representante del Ministerio Público como los argumentos de
defensa de cada uno de los sujetos procesales, este Supremo Tribunal considera necesario
cuestionamientos que realiza cada uno de los recurrentes contra las consideraciones que tuvo
la Sala Penal Especial al expedir su sentencia y así poder determinar si cabe o no aceptar sus
que abundante y ampliamente han sido desarrollados, tanto, por el Colegiado Juzgador como
Segundo; Que, de otro lado, este Supremo Colegiado también advierte que es
indispensable señalar, que es objetó de un proceso penal es poner fin a una controversia
judicial, evitando el retardo innecesario del mismo debido a un impulso negligente del órgano
procesados, pues en el fondo tales eventos solamente afectan al justiciable, quien podría
permanecer bajo la carga de una acusación por más tiempo del necesaria y razonable,
no conllevan o una solución oportuna y justa de los conflictos, sobre lodo, cuando tales
corrupción que ‘incide negativamente en la imagen del Estado. Que, en ese entendido, de
fojas treinta y siete mil trescientos ochenta y fres, se observa que ambas son
embargo, la Sala Penal Especial omitió en los decretos que expidió c fojas
treinta y siete mil trescientos ochenta y tres y treinta y siete mil cuatrocientos
/'
/ instancia y de defensa de los sujetos procesales que recurren.
Gómez, Roger Luís Cáceres Pérez, Antonio Palomo Oreffce, Ruby Consuelo
Rodríguez de Aguilar, María del Milagro Huamán Lu, Juan Carlos Miguel
Guido Pennano Allison, Josó León Luna Gálvez, José Luís Eiías Avalos y Jorge
correspondiente al año dos mí¡ a dos mil cinco, que luego de fas elecciones
"Perú Dos Mil", no logró obtener meyoría parlamentaría, oor tal situación, el
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coma soporte y sustento al ilegal tercer periodo de gobierno consecutivo y evitar e impedir la
labor de fiscalización que le corresponde ni Poder <■ Leg'slativo, con dicho propósito se planeó
provenientes cef erario nacional concretamente de los fondos del Servicio de Inteligencia
Nacional y de la desviación de los fondos del Ministerio de Defensa, del Interior y de los
que debieron presumir que ef dinero que recibían de manos de Montesinos Torres, po r un lado,
tenía procedencia ilícita yo que provenía def manejo ilegal de los fondos públicos que reaiízaba
sin ningún control y por otro Jado, se había aado un delío anterior, pues el dinero que
manejaba Montesinos Torres provenía del eraro nacional, coligiéndose que el objetivo se
Un recibo por el dinero entregado, sino también, porque la Mesa Directiva del Congreso fue
elegida con setenfa votos a favor pese a que el partido de gobierno sólo obtuvo cincuenta y
seis escaños, alieránáose de esta forma ilícitamente Ja conformación de las fuerzas políticas.
Asimismo, en el caso de Luz Filomena Salgado Rjbiar.es y María Del Carmen Lozada Rondón
De Gamboa integrantes del partido oficialista ‘'Perú Dos Mil", se les atribuye haber '‘ecibido de
manos del ex asesar presidencial, Vladimiro Montesinos Torres, ía suma de veinte mil dólares
República, en las elecciones uel nueve de abril del año dos mil; del mismo modo, en las
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corno son calendarios, potos, peJotas, etcétera, todo ello adquirido con dinero del Estaao;
finalmente, a Víctor Díonicio Joy Way Rojas se Je atribuye hober recibido veinte mil dotares
americanos en forma periódica de oarte de Vladímiro Montesinos Torres, para ser entregadas
constitutivas de los delitos de cohecho pasivo impropio y receptación, por cierto, abundantes
en citas dogmáticos, modalidades y posiciones de diversos autores, con los que éste Supremo
Tribunal concuerda, solo cabe precisar, que la norma aplicable al caso es la descrita en el
artículo trescientos noventa y cuatro del Código Penal, pero en su versión original de mil
novecientos noventa y uno, antes de su modificatoria prevista por Ley número veintiocho mil
trescientos cincuenta y cinco, de fecha seis de octubre de dos mil cuatro, pues el evento
compromete a cumplir un acto propio de su cargo, sin faltar a sus obligaciones, bajo los efectos
corruptores del donativo, promesa o ventaja, con voluntad y conciencia, detalle de singular
importancia, toda vez, que la actual y reformada redacción del cohecho pasivo impropio a
cohecho pasivo impropio, mediante aceptación y solicitud directa o indirecta "... se incorpora el
de empleo; se utiliza al igual que en el cohecho pasivo propio la expresión directo o indirectamente, con la cual
expresamente se trató de cubrir todos los posibilidades de comisión: no se regula el cohecho mediante
ha sido regulada expresamente en el tipo penal con remisión al artículo treinta y seis del Código Penal"( Delitos
contra la Administración Público, Fidel Rojas Vargas; Editora Jurídica grijiey empresa individual de responsabilidad
limitada. Cuarta Edición. Limo - enero de dos mil siete :página setecientos uno). Que, de otro lado, el delito
de receptación na sólo se configura con la existencia de un delílo anterior y el conocimiento
previo de este, sino también, se verifica con la simple presunción o'el origen ilegítimo dei
objeto, pues "eí tipo penal de receptación abarco mucho más que el conocimiento de ilicitud, dado que incluso
plantea el hecho que ei agente debió presumir dicho ili -jiiud r Pero para que el agente activo dei delito de receptación
puedo presumir, es necesario que concurran una serie de situaciones y IcircürsíüfTírícis que posibiliten ctícfia
presonción m '{James Reótegvi Sánchez; Estudios de ^ Derecno Per>aJ -Parte Especial; Jurista Editores Empresa
Individual de Responsabilidad i-t'nitado: Lima - junio de dos mil nueve; página ochenta}.
Quinto: Que, fa defensa del procesado Gregorio Ticona Gómez mediante escrito de fojas
treinta y siete mil doscientos cuarenta y dos, alega que eJ hecho de concurrir a las
instalaciones del Servicio de inteligencia Nacionaf r:o puede constituir una situación adversa
aJ recurrente, no sólo porque esta situación fue reconocida por el recurrente, sino también
parque tal conducta es "socialrnente permitida" o porque constituye una "conducta neutra" ai
haberse realizado con el fin de realizar gestiones oara el desarrollo de ia crudad de Puno en
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suscribió recibo por dicho concepta; agrega, que la pericia de grafotecnia de fojas veintisiete
mil ochocientos noventa y ocho, deviene en irrelevante, pjes en eJ juicio oral reconoció haber
firmado los documentos sobre los cuales se llevaron a cabo la pericia; además, que no se ha
ubicación de esta, pera presumir la existencia de dádivas en su favor; del rriisrno modo refiere,
que la incriminación que le hizo Montesinos Torres al declarar ante la Sub Comisión def
Congreso de la Repúbfica, no constituye prueba, por ser esta una sede de carácter polític o y
Público, ni el recurrente, ni sus demás coimpufados, quienes no fueron notificados para hacer
uso del derecho de defensa; tampoco puede ser acipada como prueba anticipada ya que no
fue obtenida bajo lo 5updr/5¡ón de un Juez Penal, ni mucho menos, prueba pieconstituída,
Montesinos Torres ante el Sexfo Juzgado Penal Especial ai haber sido incorporada al
procedimiento de cnteiuicio político no puede servir como base ae una condena, pues no fue
ratificada a nivel de acto oral; no es un medio cíe prueba, sino un acto de ejercicio de defensa
materiaf de éste, quien busca asegurar su defensa, por lo que, constituyendo en eí fonda una
declaración de un coimputado debió valorarse en arención a los criterios del Acuerdo Plenario
del nño ri™ mil cinco; a^im.smo, la declaración de Montesinos Tc-rres ante lo Vocalía de
InstrLcción no resulta idónea como prueba de cargo, pues esta no se conc/uyó debide a que
el ex-asesar desistió de seguir declarando, impidiendo que el Mimstcio Público y los abogados
de los procesados
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incriminación cíe Matilde Pinchi, pues a pesar que nunca observó la entrega de dinero, ésta
decfora en Dase a sus propias deducciones o conclusiones, afirmando un hecho que oirá
persona le comentó, a pesar que no está admitido oue un testigo exprese conceptos y
opiniones, llegando incluso a tener mayor protagonismo que el propio testigo directo, Vfodimiro
Montesinos Torres, a pesar que nunca observó la entrega de dinero; a esto debe adicionar
o de oídas, valorándose de manera correcta tal condición para los imputados absueltos,
pero no así para el recurrente; finafizando fa explicación da sus agravios, también discute la
versión del testigo Wílbert Ramos Viera, quien a su criterio no aporta nada para esclarecer el
hecho irnpuíaao, limitándose a declarar que ei recurrente se había reunido con ^^OTtesinos
Torres, supuesto que ya había sido reconocido por el encabado; concluye nd¡cando, que se
ha vufnerado el Principio de Igualdad, puesto que, en similar situación jurídica, fa Safa Penaf
Cañóles Pillaca y Jorge Víctor Polack Meref, mientras que al recurrente lo condena.
Que, el procesado Ticona Gómez afirma que su concurrencia a las instalaciones del Servicio
este tema, cabe precisa,' -, que el hecho de haber acudido a tal recinto, efecíívamcnfc, no es
n) puede constituir un delMo; no obstante ello, lo discutible sobre este punto es ol escenario
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despachaba el otrora asesor presidencial se enmarca en una conducta neutra o no, pues eJ
permitido, siendo decisivo ia interpretación del “contexto sodo/" donde se desarrolló .'a acción,
ausaJidad natural acontecida; por ello el análisis del “rol soda/ del
agente ” cobra un protagonismo esencial, pues canaliza el ha/ de derechos
r\ y deberes concretos reconocido a fa persona en el ‘'sector social pardal
I don de desempeña su actividad", por fo que, una conducta será imputable
/ objetivamente si quebranta los deberes pertenecientes a su rol social, en
/ ese sentido, quien no obra en ef marco de un rof social estereotipado o
' inocuo y so extralimito de sus contornos, supera ampliamente el riesgo
permitido y "... es lógico concluir que el quebrantamiento del rol es la ¡lave que abre la
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org$ni7oc':ón creando
arto, que: una disimetría
in explicación entreElsusujeto
es muy ciara. comportamiento reaisu
Que gestiono comportamiento
y elámoito de
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qtjé de él, en función de su rol social, se esperaba socialmcnto, no sólo infringe su rol y
manera Que core el riesgo de que se i'e reprochen jurídicamente su proceder. Desde este
punto de visto, puede ae-finirse muy sencillametite la imputación penal cunto la desviación
precisamente, e.1 reverso del eje r cic '0 correcto dei roí, de manera que debe su existencia
espera que cesempeña en lo Sociedad Sr antes dijimos que &l ejercicio del rol creaba
liberad y blindaba oí portador del mismo de cierta inmunidad, ahora cabe decir que ese
blindaje termino con el apartamiento o desviación dol rol por parto dol sujeto titular del
rV 17 jó* rso ■ipartcirss- dei rol es ©j' f^ndam&nto de la ¡mputoción penal. Pues no otra
coso e s apario.’se del rol que nacerse culpable, esto es, penalmente imputable"
do! !o: como fundamento de lo imputación: Jrs Kindbouser, Miguel Polaino -Orts y Fernando
Limitada; Limo agesto cíe do^ mú' nuc^c: cácjina treinta y seis}.
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indicio, {o} ésto -fieorto üase- ha de estar plenamente probado -por ¡os diversos medios de prueba que autoriza io
tey-, pues de ío contrano seria una mera sospecha sin sustento reaf alguna, (b) deben ser duróle s, o
cxccpcionafmenfe únicos pero de una singular fuerza acreditativa, fe,1 También concomitantes al hecho que se
trata de probar -los indicios deben ser periféricos respecto ai da*o fácrico a prebar . y desde luego no todos ia son-
y, \dj deben estar interrelocionados. cuando sean varios, de modo que se refuercen entre si y que no exCi'u/on ei
hecho consecuencia -no zólo se trato de suministrar indicios sino oue e^én imD.'iejdcs entre si-\
Que, los documentos denominad os ''Compro miso de Honor 1' y "Carta joo al frésiaente de
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das mil, constituye un hecho base desde el c:uaf parte la inferencia lógica
gastos corrientes y los gastos de acción reservada que eran manejados por
éste tenía de considerables sumas de dinero dei erario nacional sin control,
entrega de dinero.
exculpatorio.
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que expidió y que es materia de revisión no realiza mayor anáfisis sobre tal
Nafa aparte lo constituye los alcances deí artículo aoscíentos ochenta y t res del Código de
Procedimientos Penaíes, que determina la libertad del juzgador de aoreciar ías pruebas con
criterio de conciencia, de estricta aplicación por Sala Pencl Especial que esta Suprema
Irstancia revisara
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necesario pare ano postenor fundcmcntación, hecho que $ó!o es posible cuando la
operación psicológico interna del J'jez y su resultado ai exterior aparecen como producios
de la razón '(José María Asencio Mellado - i a Prueba Prohibido y Pruebo Preconsttiuida en
el Proceso Penal; jckct> Publicidad -5AC; lime, junro de dos mí/ ocho, página cuarenta!'. en
dicho contexto, las alegaciones para poner en duda el valor de las
declaraciones de Matilde Pinchi P-nchi y de Wilbert Ramos Viera no resultan
atendibles, en tanto, que sus versiones otorgan datos reales, ciertos,
concretos, que han sido indubitablemente probados con otros indicios
(leihmoriio de Humberto Cuido Rozos Bonucchelfi, resultados de la pericia grafotecnia que
Sexto; Que, ef procesado Roger Luís Cáceres Pérez al sustentar sus agravios mediante
escrito de fojos treinta y siete mil trescientos veinticuatro, alega que lo sentencia recurrida
carece de motivación suficiente y en ella, no exis _e prueba objetiva de cargo, habiendo sido
condenado con apreciaciones subjetivas carentes de vator prooatorio; agrega, que siempre
integró la agrupación política “'Frente Popular Agrícola det Perú" - FREPAP-, de abierta
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Quo, las alegaciones del recurrente sobre su inocencia en los cargos imputados, por haber
del entonces Presidente de la República y no así en los ambientes del Servido de Inteligencia
Congresisia Roger Luís Cáceres Pérez" obrante a fojfis veír-tn y sete mi.1 noventa y cnco,
qi_e demuestran una respuesta razonaca y congruente del órgano juzgador, por lo que, el
hecho de que no se acoja el argumento excuípatorio dei recurrente, on modo alguno, puede
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/ que tue captado por un tercero fCcm andan le de to Tercera Región Militar de
Arequipa, General Abrahom Walter Cano Angulo) para conversar con el entonces
Mesa Directiva del Congreso fue elegida con setenta votos a favor del
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declaración uniforme ante las instancias judiciales y congreso! donde negaba tajantemente
haber recibido dinero por el cambio de bancada política, pues dicho argumento sí fue valorado
por fa Sala Penal Especial, empero, no fue convincente al haber sido desvirtuado por ía prueba
indiciara obrante en autos, que modificó su primigenia piesuncíón de inocencia de! cual estaba
investido por imperio constitucional; y si oien eJ testigo directo es aquél que declara sobre lo
que ha percibido en relación con los hechos objeto de prueba, también lo es que el testigo de
referencia es aquél que de manera indirecta ha tomado conocimiento de los mismos hechos,
aunque éste debe redundar sobre el Upar, fas personas y los medios por los cual es obtuvo
dicho conocimiento, situación que también ha sido observada por el Colegiado Juzgador;
máxime, si de autos se fiene que Pedro Huertas Caballero al rendir su test;moniaf señcíó que
había visto en el Servido de Inteligencia Nacional al procesado con su padre en ora reunión
que sostenían con Montesinos Taires en dos oportunidades y que éste último le dijo que a
todos los congresistas que se han pasodo a las filas del partido “Perú Dos MU" les había
entregado dinero; asimismo, María Angélica Arce Guerrero, quien era .secretaria personal de
Vladimiro Montesinos Torres, mencionó que en local dei Servicio de Inferencia Nacional y por
órdenes de éste último, preparó fres documentos o nombre del encausado Cácoros Péroz,
consistentes en una carra de renuncia, una carta de adhesión y un recibo; mientras que fa
testigo Matilde Pmchi Pínchí precisó que observó en varías oportunidades a( imputado con su
padre Luís Cáceres Velásquez en el iciodji Inteligencia Nacional, a quien le entregaron dinero
oara que se pase oias fitas de J,Perú Dos V/j' M acordándose de tal evento, porque dicho
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monto le envegaron en un file con el nombre de dicho procesado y en la primera página estaba
su ;icha personal deJ Registro Nacional de Identifícacon y de Esfado Civil - RENIEC con su
foto y en ras páginas siguientes había una carta de (enuncia a su partido de origen, otro
pasando a las filas de "Ferú Dos Mil" y porque Mon+esinas Torrres íe trajo el fólder con los
recibos firmados; que siendo osí, es irrelevante para el caso en comentario, que estos no
hayan observado directamente la entrega de dinero, pues la "declaración del testigo de referencia
es subsidiaria a ¡a det Instigo fuente - iiiular dei conocimiento dilecto de los hechos- por elto Jo obligación que
fiene de señalar e1 momento, Jugar, ,'as personas y los medios por J'GS cuafes obtuvo el conocimiento del Testigo
tuentc"(PabJo fa,'overa Eiguora; ia Prueba1 en eJ Nuevo Proceso Penat; loom Grafic: Limo, mano de dos mi¡ nueve;
página dente- hesito y JresJ y a pesar que quien p.féfeo comparecer ante ol Tribunal de Justicia es
ef testigo fuente por su cojnocimiento directo de Jos hechos, sí es aceptable ,'a admisión del
testigo def referencia cuando debido a situaciones de ¡mposibi'idad reaJ y efectiva, como en
el presente caso, donde no se logró obtener en el juicio oral la decJaracicn del testigo direcro
Vladimiro Montesinos Torres, quien ante el Vocal instructor se negó a continuar con su
declaración detallada sabré Jos hechos, en este escenario, debemos señalar, que "la pruebo
testifical de referencia debe obtener un carácter supletoria y excepcional. Es decÁr, íe da como ultima ratio, y
solamente os admisible cuando no es posible contar con la prueba directa (Manuel Miranda Entrampes; ia
Valoración de ¡a Prueba a la luz del nuevo Código Procesal Penal Peruano de dos mil cuatro - Tomo Ara Editores:
Urna - dos mil seis, página quinientos cuarenta y das}, consecuentemente, las críticas a las
incriminaciones de Matilde ?¡nchi Pinch! porque habrían sido desautorizadas por Montesinos
Torres, deviene en inútiles, dado que la valoración de su versión ha sido concordante con
orros elementos de juicio plurales e iníerreJccionados;
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descrito, también fue condenado por hechos similares por la justicia nacional ai comprobarse
que la imputación penal no podrá sustentarse en u¿pecios dej n&cftij que se han probado ilegítimamente, aún cuando
ei Juez fenga ia eSV-y/ccíón sobre ia responsabilidad pena! dei Imputado, ia eficacia de la persecución
CQae c’e forma relevante ante los derecnos fundamentales ael procesada” fPercv García i
davero, ti Derecno procesa/ Peno/ treme a ics nuevos retos deí Nueva Codigo Proceso/ Penai: Acerca de las.
consecuencias po^fco-crim.'no/eí de la /mp/ementocrón deí nuevo s.'s/emcj procesoí penai; Ara Editores Empresa
individual de Responsabilidad Limita do: Lima. abn> de dos mi/ .nueve; página veintiocho,! . Que, en el fondo ol
recurrente está cuestionando la declaración instructiva que rindió Vladímíro Montesinos Torres
ante el Juez Saúl Peña Farfán. entonces titular del Sexto Juzgado Penal Especial, recabada
presunta organización criminaf enquistoda en las altas esferas del Estado, cue nabía
estructurado una amplia rea de corrupción para peroetuarse en el poder; en dicho contexto,
os plausible no solamente que la referida decla ración ‘ue recabada ante un árgano judicial
competente sino^lümtSíeh ante la presencia cíe un ^presentante del Ministerio Público, que
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constituir una vulneración al debido proceso, pues dicho poder del Estado
para Jas fines del artículo cien de Ja Constitución PoJítíca del Estado, deja
de ser un poder político y se convierte en los hechos er> una instancia para -
que ha sido conca 4enodo con oíros indicios, sin los cuales no se hubiera
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antejuicío político, se ha vulnerado el artículo doscientos ochenta y cinco “A” del Código de
Procedimientos Penales; agrega, que no existe ninguna prueba objetiva que acredíte haber
recibido .suma de dinero de parte de Montesiros Torres, en tanto, que las testimoniales de
José Villalobos Candela, Rafael Merino Bartet. Humberto Guido Rosas Bonucchelli, Wilbert
Ramos Viera, Pedro Huertas Caballero, María Angélica Arce Guerrero, e inc!J5Q, Matilde
Nacional, pero no la recepción de dinero; además, el hecho de que haya enviado una carta al
Montesinos Torres, quien no ha declarado en sede judicía', y si bien declaró ante la Sub -
comisión del Congreso de la República, esio carece de valor probatorio, debido a que no se
le tomó juramento de ley; concluye indicando, que el peritaje de gratotecnra realzado sobre el
supuesto documento que habría suscrito, de techa dieciocho de abril de dos míf, por la
se aprecia que las tirmas no le corresponden, conclusión similar a la que se arriba en re/ación
Que, los argumentos referidos a que se ha desbordado el marco de imputación tijado por el
porque íal aseveración no consta del exa.mer cHejés actuados, sobre todo de las copias
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evo! se dobía obtener ano mayoría parlamentaria a cambic ae donativos y/o divefses
Que. este Supremo Cofegiedo considera necesario dejar constancia que en atención al
antejuicio político ios cl-os funcionarios públicos. enVe ellos, los Congresistas de la República,
verosimilitud de los hechos que son materia de acusación, así como su subsunción en el tipo
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y puedan ser procesados ante la judicatura penal por los delitos cometidos
/ en el ejercicio de sus 'unciones, sin que medie jn procedimiento con las
/
debidas garantías procesales ante el Congreso de la República y la
consecuente acusación del propio Poder Legislativo; no obstante elfo, a
criterio de este Supremo Tribuna! y en virtud de sus facultades de control
difuso e independencia jurisdiccional, garantizados por la propia
Constitución política del Estado, considera que una limitación de esta
naturaleza -arrícufo cien cíe la Constitución- no puede dar lugar a la afectación
de la independencia y autonomía def Poder Judicial y del Ministerio
Público, que también son garantizados por la norma constitucional, sobre
todo, en el caso de esia última institución, que por antonomasia su función
y razón de existencia es la persecución e investigación del de/ito; más aún,
/^Vfuando ha sido eí propio Tribunal Constitucional, que ha considerado
y / ¡que 'os ■i’efejTGfori cfoposrc.'o.nes son contrarías al aludido principio fundomentol sobre los que
principio no puede negar ia mutua colaboración y fiscalización entre jos poderes ptíb/icoj,
rmpone la ausencia cíe toda injerencia en los funciones esenciales y especializadas que
competen a coda una de ios instituciones que diagraman la organizaci ón del Estado. En
ta' sentido, en modo oJguno puede restringirse la autonomia que corresponde al Ministerio
ortículo í*5S°; menos aún puede aceptarse la limitación de ios principios de unidad,
que, desde fuego, alcanza también ai juez instructor encargado de evaluar la suficiencia
interpuesta por se sen fe y cinco Congresistas de la República contra ef inciso "j" del artículo
ochenta y nueve deí Reglamento del Congreso de lo RepúbÜcc; expediente número cero
cero cero seis - dos mil tres - At/TC, de techo primero de diciembre de des mil tres}
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que no solamente sirviera para impedir una real tunción fiscalizadora innata
resultan irrelevantes.
do.s mil, por (a enntidad de asenta mil dó'ar^s americanos, obrante a fojas
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Presidente de la KepúbífccT, éste además llegó a firmar jr. "recibo", esto es, un documento
ventajas económicas.
D) .- De \Q responsabilidad del procesado
Que, en relación a los reparos y objeciones a las declaraciones testimoníales de José
Villalobos Candela, Rafael Merino Barfet, Humberto Guido Rosos SonucchelJi, Wilbert Ramos
Viera, Pedro Huertas Caballero, Mario Angélica Arce Guerrero y de Matilde Pinchi Pinchi,
tampoco resultan atendibles, pues como se ha venido sosteniendo estas constituyen pruebas
indiciosas, sobre todo, la rendida por Rafaoj Merino Bartet - Asesor Política de A Jo .4fío
Dirección con el ron¿ío de Director General- cuyo jefe inmediato en el /Servicio de :nteligencía
Nacional era Víudimrro Monlesirios Tor;ei, quieri / indica haber preparado un recibo para dicho
imputado, versión similar a la de Matilde Pínchi P :nchi, que conjuntamente con los documentos
comisión de los delitos de coheciio pasivo impropio y receptación; máxime, cuando a esta
situación debe adicionarse la vers'ón no creíble de que decidió integrar el gobierno dft tumo
pora obtener mayores beneficios para lo ciudad de loreto, pues eJ lugar y las circunsta ncias
no eran los que correspondían, así concurrió presuntamente con dicho fin al local del Ssrvcio
Ejecutivo; por lo demás, me/fción aparte, merecerán sus alegaciones de una valoración
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Mendoza del Solar y Canales PiJIaca, los que serán valoradas al analizar los
Canales Pilíaca, Pennano Alfrson, Luna Gálvez, Joy Way Rojas, Salgado
Alianza Electoral ,;Perú Dos Mil", obtuvo en las eJeccíones generales del
obtuvo setenta votos; tan bien resulta cuestionable, suponer cono cierta Ja
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testimonial y documental existente en contra del imputado Edilberto Carales Pillaca de tojas
veinticinco mil doscientos treinta y cuatro o jveinticinco mil doscientos cuarenta y tres, donde
modus operondi ccn las que se buscó obtener la mayoría oficialista en e! Congreso de la
República, cuyas características siempre han sido las mismas, la concurrencia al Serv :cio de
Inteligencia Nacional, de forma voljrtaria o por medio de contactos, las reuniones con Vlodimiro
Cuervas, Huamán Lu y Luna f bclvez, quienes si bien permanecieron en sus bancadas políticas
en calidad do "topos", votaban temas trascendentales a favor del partido de gobierno a cambio
de dinero; que asimismo, tampoco se apreció el contexto en que e defito se realizó, donde la
decisión, ejecución y sus resultados fueron tangibles, máxime, si tales circunstancias deben
concordarse con la caida del gooiemo y el hecho de que el Jurado Nacional de Elecciones
procesadas Luz Filomena Salqado Rubíanes y Mario del Carmen Lczada Rondón de Gamboa,
que no es posible que hayan sido liberados de responsabilidad por el sólo hecho de que Martha
Chávez Cossío también nabía sido absuelta oor similar delro; máxime, si Montesinos Torres
v^Mailde ^inchi Pinchi se han marteniao en sus similares ;rinr-inac!(2Ínéí'y,e! prmero de éslos
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■' Montesinos To rres, Pinchi Pinchi, y Arce Guerrero hasta la techa no han sido
fijada contra Cáceres Pérez, Ríos Salcedo, Ticona Gómez y Palomo Orefice,
Políticas.
A) .- Dei apotegma *a igual razón, igual derecho"
/
tanto, cualquier frotamiento diferenciado que sólo se sostente en razones subjetivos como ^ ei sexo de uno persona, so
raza, opción política, religiosa, idioma origen, opinión , condición económico o de cualquier otra índole"(Diccionario de
Jurisprudencia Penal:
//
'./ José Antonio Cero Jhon: Editora Jurídica Grigley: Lima; octubre de dos mil siete: página frese ¡en ros tres}:
en este entendido, se tiene que en autos corren los documentos de fojas veinticinco mil
doscientos treinta y cinco a veinticinco mil doscientos treinta y siete, suscritos por eí
encausado Edilberlo Canales Pilfaca, manuscritos similores a los utilizados por ¡a Sala Penal
Especial para determinar !a responsabilidad pena¡ de los procesados Roger Luís Cáceres
Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio Palomo Orefice. por io que, se advertiría una
argumentación disímil e incoherente; más aún, si de autos también se observaría una indebida
valoración de la prueba indiciaría ^ obrante en autos, así se tiene que no se habra merítuado
debidamente las //^-declaraciones testimoniales de Rafael Merino Bartet de fojas treinta y dos
/ jjnil novecientos veintitrés; Wílbert Ramos Viera de fojos treinta y tres mil cuarenta y cinco;
Pedro Huertas Caballero de fojas treinta y tres mil cuarerta y cinco; Matilde P^ncn! Pínchi de
fojas treinta y fres mil doscientos treinta y cinco; y Mario Rafael Ruíz Agüero de fojas treinta y
tres mil trescentos veinticuatro; que en todo caso, debe ser revisada por otro Colegiado
Juzgador al ser evidente, que en reloción al imputado Edilberto Canales Pillaca se observaría
una grave irregularidad que vulnera las ga ranfías estableadas por la Ley Procesal Penal, como
lo es ef “debido proceso", constituyendo tal situación una causal de nulidad prevista por el
inciso drimero del articula doscientos noventa y ocho del Código de Procedimientos Penales.
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parte de. delito que se pretende probar, que necesariamente deben estar
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/"j unidos y acompañados de otros elementos indiciarlos que sean plurales y
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cientes, con tal fuerza acreditativa de hechos indirectos que
que ooran en los actuados, no cuentan con sus íirmas, ni huellas dactilares,
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dactilar; cabo precisar que respecto a! imputado José León Luna Gálvez,
confrario, toda vez, que Rafael Merino Bartet y Pedro Huertas Caballero
If/ií que se nabía equivccaco; mientras que María Angélica Arce Guerrero y
Que, una situación distinta ocurre resnecto a los procesados María del
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partido de gobierno, además, sus constantes viajes a los Estados Unidos de / América se
estuvieron efectuando antes de los hechos submatería conforme se acreditó con e! oficio de
fojas diecinueve mil ciento once remitido por la Oficina de Migraciones y Naturalización del
Ministerio del Interior; en el segundo coso, no solamente se tiene que el testigo Huertos
Caballero durante e; juicio oral desmintió su primigenia versión acerca de una entrega de
dinero a favor de Juan Carlos Miguel Mendoza del Solar, sino también, porque la testigo Arce
Guerrero, quien era secretaria personal de Víadimiro Montesinos Torres afirmó no haber
elaborado documentos con el nombre de dic^o ercausado, que siendo así, los supuestos antes
acotados constituyen contraindicios hacen ver poderosamente debilitados los indicios de cargo, en cuanto
do dios resulta a favor det acusado una explicación enteramente favorable de ios hechos que aparecen
correlativos del detito, y dan "Jímporfancio o Jas sospechas'^Xar/ Mittrermaier, Tratado de la Prueba en .Materia
Criminal;
• Fabián J. Di Plácido E’d.'toir; Sueños Aíres - mi/ novecientos noventa y nueve; página cuatrocientos trece).
C) .- De Ja duda razonab/e*
aplicación de lo ley mas favorable at procesado en caso de duda o de conflicto entre leyes
peno/es", en dicho contexto, debemos asumir que Ja duda razonable, aplicable al ámbito
junicial está más relacionado a las conclusiones a tas que debe arribar todo Juzgador, siendo
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Supremo recurrente como la Parte Civil {Procurador Público Ad-hoc d<?/ EsfadoJ son coincidentes
en argumertar que Montesinos Torres sólo varió su incriminación contra la congresista Martha
Chavéz Cossío y el hecho de que ésta fuera absuelta en nada enerva los elementos de pruebo
/
subsistentes contra las procesadas Luz Filomena Salgado Rubianes y María del Carmen
Lozada Rondón de Gamboa, empero, si bien es cierto lo alegado por el recurrente, en cuanto
/
/
tal situación no es justificación suficiente para eximir de responsabilidad pena< o las
mencionadas procesadas, no es Tienes c:erto, aue fus lestigos María Angélica Arce Guerrero,
Pedro Huertas Caballero, Wilbert Ramos Viera y Mario Rafael Ruíz Agüero, personal
han sido coíncídentes en afirmar que nunca observaron entrega de dinero en favor de dichas
sucede respecto al procesado Víctor Dionisio Joy Woy Rojas a quien .se le atribuye haber
recibido la sumo de veinte mil dólares americanos de parte de Montesinos Torres a fin de
entregarlo a la publicista de naciona idad española de apellido Sanchíz, así como a a María
Méndez Gasteíumendi, pues si bien subsisten las versiones de Matilde Pinchi Pinchi y Arc e
Guerrero, también lo es, que la testigo de excepción Patricia Doig Diaz, secretaria personal
del mencionado encausado, a fojas veintitrés mil seiscien*os veinfuno, con quien la testigo
reconoció-, ha señalado qce todos ¡os documentos dirigidos para Joy Way Rojas, previamente
eran abiertos po r ella, no habiendo observado en ninguna oport unid adagüe estos hayan
contenido dinero, detallo relevante, pues la irru^ítJción con'rsa ésie se sustenta en que el
dinero le fue entregado en un sobre cerrado- y no, personalmente: por lo demás, no puede
dejar de
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considerarse que estos tres imputados eran concurrentes asiduos al local del Servicio ce Irteligencia
Nacional, por su reconocida militando en el y' partido de gobierno, incluso, mucho antes de la
campaña electoral del " / año dos mil, surgiendo así justificadas dudas sobre su participación en la /
com'siórr del delito de receptación, que por imperio constitucional les resulta favorable.
agravios de fojas treinta y siete mil trescientos ochenta y cuatro, alega coincidentemer.te con
lo sostenido por el representante del Ministerio Público, que los argumentos asumidos por la
Safa Penal Especial para absolver a los imputados Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar,
María ? W/~\óe\ M.rayro Huarnán Lu, Juan Carlos Miguel Mendora del Solar, Jorge '
,'D'Acunha Cuervas, Edilberto Canales Millaca, Guido Pennano Alfison, José León Luna
Gólvez, Víctor Dionisio Joy Way Rafas, Luz Filomena Salgado Rubianes, María del Carmen
Lazada de Gamboa e incluso, para absolver a los encausados José Luís Elias AvaEos y Jorge
Polack Merel -contra quienes también -r apuesto recurso de nulidad a diferencia deí represen fon te cei Ministerio
PúbUco-, resudan totalmente contradictorios, por cuanto los mismos elementos de prueba
entender no fueron eficaces para el caso de los absueltos; asimismo. reiterando lo sostenido
por el representante del Ministerio Público al formular su recurso de nulidad contra las
contra dichas encausadas no t:edió ¡o mismo: más aún. si la inciminación contra éstas fue
corroborada por Matilcfe Pinchi Pinchi; de igual modo, respecto a la reparación civil
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fijada a los procesados condenados a ciferencia deJ representante del
nuevos soles, razón por fa cual solicita que ¡a suma señalada por dicho
concepto se eleve a un mílfón quinientos mil nuevos soles, suma que refiere
estar por debajo de ios cuatro millones de nuevos soles que solicitó ef
^enaíes.
Polack Mere/.
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Que. una situación distinta ocurre respecto ol procesado José Luís EJÍas
■-/ señor Procurador Público Ad-hoc del Estadc conforme consta de su escrito
el día nueve de abril en que se llevó a cabo ías elecciones generales, éste
aue en dk:ha situación pueda haber sido tentado con favores económicos
mal habidos para pasarse a otra bancada política, si en esa época asumía
ley.
Décimo; Que. tanto el señor representante del Ministerio Público como ef Procurador Ad -
Hoc del Estado coinciden en cuestionar el monto fijado por conceolo cejeo'aroáór. civil, por
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como bier 3o señaló la Sala Penal Especial, las consecuencias jurídicas del delito no se agotan
con la imposición de una pena, sino que surge la necesidad de imponer una sanción civil
reparadora que se rige por el principio del daño causado y que comprende la restitución del
hechos y la repulsa social, sin realizar mayor anáfisis sobre Nia indemnización por los daños
y perjuicios”, Que, oJ Código PenaJ de mil novecientos noventa y uno carece de normas
especificas que orienten al Juzgador sobre las criterios de determinación de las dimensiones
novecientos veinticuatro, que si establecía que IJfa reparación se hará valorando, la entidad
del daño, por medio de peritos si fuere practicable, o por el prudente arbitrio del juez'*,
empero, eflo no es óbice para considerar que la indemnización por los daños y perjuicios, lo
del afectado y el '%'cro cesante' 1 que se deíirie coma el no incremento en el patrimonio del
afectado o ganancia patrimonial neta dejada de percibir, ello en concordancia con el articulo
ciento une del Código Penat, el cuaf dispone, que ■' /a reparación civil se rige, además, por
ias disposiciones pertinentes de' Código Civil 1 ' r esto es, oor :as normas que regulan Ja
'^esponsaMdad Ex/roconíracfua/ 1' en los artículos mil novecientos sesenta y nueve a mil
Qje, en este orden de ideas, ta sanción resarcitoria correspondiente al concepto del ucra
cesante, esto es, todos los beneficios de utilidad económica, yá'ue el Estado agraviado ha
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consecuencia c'el delito y que se habría obtenido sí el evento dañoso no se hubiera verificado,
no se encuentra inmerso en el monto fijado por la Sala Penal Especial; y aún cuando su
determinación no puede ser fijada al libre / albedrío por el Juzgador, sino que está sujeta a
principios rectores, como el de ser cierta y sobre todo probada, junto con su relación directa
con el
daño causado, pues "poro conseguir la efectiva reparación dei daño económico es fundamental que el actor
civil aemuestre no sólo la existencia de este Gaño sino soore todo su cuantía, i Lecciones de Derecho Peñol -
Parte General Percy Gorda Covero. acerca ae la Reparación Civil Editora y Librería Jurídica Orijley - Empresa
Individual de Responsabilidad Limitado, Lima, setiembre de dos mil ocho , página setecientos ochenta y cchoj,
supuestos que se observan en ef caso de autos, pues en parte son acreditadas con la prueba
documentaría suscrita por fos procesados condenados y que el Procurador PúbJico recurrente
ha sido claro en /Aeñalar que se aproximaría a !a suma de setecientos cinco mil nuevos soles,
^monto de dinero que pudo haberse utilizado en infraestructura educativa y / ae salud, de
apoyo social, entre otros fines, congruentes con fas diversas obligaciones que tiene el Estado
Peruano, consecuentemente, la suma propuesta por la Procuraduría por concepto de
reparación civil resufta atendible; máxime, si la reparación civil tiene como fundamento el daño
civif, entenaido como aquellos efectos negativos que derivan de la lesión de un interés
protegido, que puede originar consecuencias patrimoniales y ro patrimoniales, este úl 4¡mo
"circunscrita a i a lesión de derechos o legítimos inierescs exisienciales -no patrimoniales- tanto de los pegonas
naturales como de las personas jurídicas - se afectan como acota A/oífue/ Dofrárr, bienes inmateriales del
cerjudicadc, que no tiene reflejo patrimonial alguno- '(Acuerdo Ptenario número seis - dos mí! seis / CJ - cicnto
dieciséis, de fecha frece de octubre de dos mil seis, sobre la reparación civit y ¡o-, cientos de perore! y
que en ef caso de autos estaría construyo por la. traición a la vofuntad de ios electores en el
caso de Jos Hdynud‘ 0^ cemo a los partidos y organizaciones políticas, pues en eJ
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desenvuelve ef país.
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/ Décimo Primero: Que, del examen cié la parte resolutiva de la sentencia recurrida se advierte
que eJ Colegiado Juzgador, aún cuando ha señalado la imposición de la pena de noventa
cuarenta y tres del Código Penal, por lo que, tratándose de una omisión atriburble al órgano
jurisdiccional que de una u otra forma incidirá en la garantía de pluralidad de la instancia, dado
que encontrándose el proceso penal en esta Instancia Suprema, los condenados no podrían
pairímorio de éstos, sus rentas, remuneraciones y otros signos de riqueza, lo ylfye obfgc a
sustantivo antes mencionado, equivalente ai veinticinco por ciento de los haberes diarias de
cada condenado, todo e/lo, en aplicación de fos afcarces del segundo párrafo del artículo
doscientos noventa y ocho def Código de Procedimientos Penales, que faculta a íes Jueces y
judiciales.
Por estos fundamentos: declararon í).- NO HABER NULIDAD en ía sentencia de fecha tres
de jumo de dos mil ocho, de fojas tre'nta y seis mil novecientos cincuenta y tres, en el extremo
que condenó por unanimidad a Roger Luis Caceres Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio
Palomo Orefice como Qw'cres dei delito contra ia Administración Público - cohecho pasivo
impropio, (previsto en el artículo cierto noventa y cuatro del Código Penal) Bn agravíe del
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/ Código Penal) en agravio del Esíado; y les impone por unanimidad o cada
/1 uno de ellos, cuatro años de pena privativa de 'ibertad, suspendida en su
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el periodo de tres años; así como noventa dias-mUta que deberán pagar a
Soíar, Jcsé Luís Elias Ávalos, Ruby Consuelo Rodríguez de Aguilar, Jorge
□'Acunha Cuervas José León Luna Gálvez, Guido Carlos Pennano Allison,
en agravio dei Estado y a Víctor Dionisio Joy Way Rojas, Luz Fiíomena
**n aqídvio dsl Estado; MANDARON que en este último extremo se realice
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un nuevo Juicio Oral por otro Colegiado y emita nuevo pronunciamiento; IV).- HABER
NULIDAD en ef extremo que tija en la suma de cien mil nuevos soles el monto cue por concepto
de reparación civil deberán pagar en forma solidaria los condenados Waldo Enriaue Ríos
Salcedo, Roger Luis Cáceres Pérez, Gregorio leona Gómez y Antonio Palomo Orefice a favor
del Estado; y REFORMÁNDOLO f'jaron en un millón de nuevos soles el monto que por
concepto de reparación civil deberán pagar en forma solidaría los condenados Waldo Enrique
Ríos Salcedo, Roger Luís Cáceres Pérez, Gregorio Ticona Gómez y Antonio Palomo Orefice
a favor del Estado; con lo demás que contiene, y los devolvieron. Interviene el señor Voc al
Supremo Zeva’los Soto por impedimento del señor Vocal Supremo Bíaggi Gómez.-