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Las tríadas o mafias chinas hunden sus raíces en las sociedades secretas
surgidas en ese país a principios del siglo XVII como oposición a la dinastía Qing,
que había invadido el territorio y derrotado a la dinastía Ming. Cuenta la tradición
que los defensores de los Ming juraron seguir luchando en la sombra y se
organizaron bajo durísimos códigos de obediencia y lealtad que ponían la causa
común por delante de todo, incluso de la propia vida.
Con el paso de los siglos, los nobles propósitos iníciales degenerarían, como
ocurrió en muchas otras organizaciones, hacia burdas mafias criminales. No
obstante, conservan ciertas tradiciones y estructuras sociales antiguas, como el
respeto por los ancianos. En algunas ciudades como Hong Kong, las tríadas
siguen teniendo una importancia considerable.
Las tríadas son como los virus, malignas, ponzoñosas y mutables; se aprovechan
de los demás en beneficio propio... Son las peores sanguijuelas. Las han
bautizado con multitud de nombres, pero las sociedades que nacieron para
derrocar a los Qing y restaurar a los Ming han degenerado hasta convertirse en un
cáncer para la sociedad globalizada. Se han adaptado al medio para sacar el
máximo partido de los negocios ilícitos que ya lucraban a ciertos movimientos
secretos desde los albores de la historia de China. Aunque los gobiernos se
esfuerzan por descabezar esas redes criminales, estas organizaciones, como una
enfermedad incurable, resurgen, mutan y se extienden por la geografía mundial
con una aparente y preocupante impunidad... Parecen indestructibles.
El silencio es una parte fundamental, una de las armas más importantes de esta
organización criminal. Los distintos grupos, la estructura, la tradición y la historia
les han bautizado con mil nombres, con muchas aceptaciones que consiguen que
el pensamiento occidental pueda englobarlos en algo tangible en nuestra cultura.
La conclusión de que aquellas sociedades que nacieron para derrotar a los Qing y
restaurar a los Ming han degenerado hasta convertirse en un cáncer de la
sociedad global.
Se han adaptado al medio para sacar al máximo partido de los negocios ilícitos
que ya lucraban a ciertos movimientos secretos desde el principio de la historia de
China, existe un halo de misterio alrededor de la mafia china, mescla de
misticismo y de leyendas, combinación de tradición y realidad que nos envuelve
sin darnos cuenta. Su evolución y las nuevas de hacer negocio a cambiando la
visión del mundo.
La dinastía Qing gobernó China durante más de dos siglos y medio, controlando
un territorio de 13 millones de km2 y gozando de una estabilidad y prosperidad
social y económica, acompañado de un crecimiento demográfico de 430 millones
en el siglo XIX. Sin embargo, como ocurre con todas las dinastías chinas, la Qing
también se fue deteriorando con el tiempo. La entrada de las potencias extranjeras
en China, la crisis agraria y la corrupción de la corte Qing, hizo que se gestara y
desarrollara un fuerte sentimiento anti-Qing. Así se produjo a principios de siglo
XX el levantamiento de los Bóxers –una sociedad secreta dirigida por un grupo de
campesinos y gente de las capas sociales bajas que practicaban rituales y artes
marciales y se consideraban a sí mismos invulnerables-. Inicialmente, era un
movimiento anti manchú aunque, debido al apoyo forzado al que se vieron
obligados los Qing a darles a causas de las continuas revueltas que no podían
sofocar, focalizaron su ira contra los extranjeros. Durante unos días sitiaron las
legaciones extranjeras de Pekín en verano de 1900, pero los países extranjeros
enviaron un ejército a Pekín, y la Corte tuvo que huir a Xian.
Esta situación de crisis hizo que el nacionalismo chino cada vez fuera más intenso
y se acusara a los manchúes de los males de China. En 1911 se llevó a cabo la
última revolución, Revolución Xinhai, que acabó con el Imperio chino. En esta
revolución participaron las tríadas activamente. Aportaron armas y dinero y se
convirtieron en el canal para difundir las ideas revolucionarias entre el
campesinado y eliminaban a todos los opositores. La revolución hoy se narra en
el país como la precursora de la China actual y algunos de sus protagonistas son
tratados como héroes.
Existen varias teorías que hablan de la aparición de la primera Tríada que se erige
para luchar contra el poder de la dinastía Qing; sin embargo, la más extendida es
la que nos cuenta que durante el reinado del emperador Kangxi se produjo una
gran invasión desde el estado de Silu, comandada por el general Phang Lung
Tien, y que no lograron detener. En esta situación se redactó un edicto
reclamando voluntarios a lo largo de todo el reino para detener la invasión.
La dinastía Qing gobernó China durante más de dos siglos y medio, controlando
un territorio de 13 millones de km2 y gozando de una estabilidad y prosperidad
social y económica, acompañado de un crecimiento demográfico de 430 millones
en el siglo XIX. Sin embargo, como ocurre con todas las dinastías chinas, la Qing
también se fue deteriorando con el tiempo. La entrada de las potencias extranjeras
en China, la crisis agraria y la corrupción de la corte Qing, hizo que se gestara y
desarrollara un fuerte sentimiento anti-Qing. Así se produjo a principios de siglo
XX el levantamiento de los Bóxers ,una sociedad secreta dirigida por un grupo de
campesinos y gente de las capas sociales bajas que practicaban rituales y artes
marciales y se consideraban a sí mismos invulnerables. Inicialmente, era un
movimiento anti manchú aunque, debido al apoyo forzado al que se vieron
obligados los Qing a darles a causas de las continuas revueltas que no podían
sofocar, focalizaron su ira contra los extranjeros. Durante unos días sitiaron las
legaciones extranjeras de Pekín en verano de 1900, pero los países extranjeros
enviaron un ejército a Pekín, y la Corte tuvo que huir a Xian.
Esta situación de crisis hizo que el nacionalismo chino cada vez fuera más intenso
y se acusara a los manchúes de los males de China. En 1911 se llevó a cabo la
última revolución, Revolución Xinhai, que acabó con el Imperio chino. En esta
revolución participaron las tríadas activamente. Aportaron armas y dinero y se
convirtieron en el canal para difundir las ideas revolucionarias entre el
campesinado y eliminaban a todos los opositores. La revolución hoy se narra en
el país como la precursora de la China actual y algunos de sus protagonistas son
tratados como héroes.
La corte Qing reaccionó a la revolución Xinhai. Para ello, ordenó la ofensiva bajo
el mando de Yuan Shi-kai (militar que gozaba de un gran prestigio); sin embargo,
parte del ejército terminó poniéndose al lado de los rebeldes. El 30 de diciembre
de 1911 se proclamaba oficialmente la República de China, proclamando como
presidente provisional a Sun Yat-Sen (líder del Kuomintang o Partido
Nacionalista), conocido hoy en día como el padre de la China moderna, aunque
tuvo que dimitir en 1912. En 1913 llevó a cabo una segunda revolución, pero fue
incapaz de recuperar el poder, por lo que partió a Japón, donde organizó un
gobierno en el exilio. Según los historiadores, Sun dirigía la Tríada de las Tres
Armonías, una de las más grandes del país. Esta sociedad secreta aportó armas y
dinero para financiar la revolución. Además, fue un canal para difundir las ideas
revolucionarias entre el campesinado. Para estas fechas, cerca de 35 millones de
chinos ya pertenecía a alguna sociedad secreta, incluido muchos de sus
gobernantes. Transformadas en entes parecidos a las sociedades de socorros
mutuos, degeneraron en organizaciones criminales y se instalaron en Hong Kong,
enclave que prosperaba gracias al comercio legal del opio establecido por los
británicos.
La bonanza de las mafias chinas fue interrumpida por la invasión de los japoneses
en 1937. Estos ocuparon Hong Kong y prohibieron el comercio de opio. Aunque
algunas tríadas establecieron acuerdos de conveniencia con los ocupantes. A
cambio de mantener el orden y trabajar como espías, las pandillas pudieron
manejar el mercado negro, la prostitución y las drogas. Tras la Segunda
Guerra Mundial y la derrota de Japón en esta, las tríadas consiguieron organizarse
en Hong Kong. Cientos de mafiosos chinos se pusieron el uniforme y llenaron las
vacantes en las filas de la ley. Con el gobierno de la República Popular de China
de 1949, el Kuomintang se traslada a Taiwán. Con ello, las tríadas más
importantes huyeron y se establecieron en Hong Kong, donde el jefe de la Banda
Verde instaló el primer laboratorio para producir heroína a gran escala que
provocó una guerra entre los criminales, de la que salió vencida la 14k, que en
1955 intentó unir todas las tríadas, lo que desató un nuevo enfrentamiento. Los
británicos, cansados del creciente desorden, crearon la Triad Society Bureau,
una sección policial especializada en el combate contra las tríadas. En la década
de los años 50 habían arrestado a unos diez mil chinos, la mayoría de los cuales
fueron deportados a Taiwán. Allí crearon otra nueva sociedad, el Bambú Unido,
que puso en marcha el tráfico de heroína hacia EEUU y Europa. Para ello, las
tríadas enviaron químicos profesionales a la región donde se ubicaron las mejores
plantaciones de adormidera del mundo. El sector era controlado por altos oficiales
del Kuomintang que, apoyados por EEUU, combatían al mando de tropas
irregulares contra la influencia comunista en el sudeste asiático. A cambio de la
capacitación química, los jefes de las tríadas exigieron droga de alta calidad y a
bajo precio.
A principios de los años 90, el aumento del desplazamiento por las fronteras
permitió a las organizaciones mafiosas infiltrarse aún más, y multiplicar sus
actividades delictivas. De entre estas, la 14k era una de las más activas. Muchos
de los criminales huyeron hacia el interior de China y cambiaron sus nombres y
apellidos. Es en esta época es cuando se multiplican las actividades criminales
como el tráfico de oro, tráfico de antigüedades, de animales o plantas exóticas. En
1996 la policía china desmanteló 136.225 bandas criminales de todos los
tipos. Desde el año 2000, entidades mafiosas con sede fuera de China continental
siguen infiltrándose por diversos medios de comunicación. Mientras, las bandas de
delincuentes de ciertas regiones se convierten rápidamente en bandas criminales
mafiosas e incrementan su actividad delictiva.
Hoy en día es difícil saber la estructura real de las sociedades negras, ya que han
evolucionado mucho. Junto a los nombres de cada categoría, las tríadas también
tienen número, empezando con el número 4, que representan a los cuatro
océanos que se dice que rodeaban a China en la antigüedad. En la parte superior
de la jerarquía se encuentra el hombre conocido como el Señor de la Montaña o
Cabeza de Dragón o Hermano Mayor, este tiene la responsabilidad final de la
tríada y es una persona elegida entre los miembros más importantes. Su palabra
es ley. Debajo está El asistente de la Cabeza de Dragón que toma las
decisiones en su ausencia. Luego están el Maestro del Incienso y Sin Fung que
arbitran y garantizan la continuidad de los rituales de iniciación. Tras estos dos,
está La Sandalia de Paja, que es el mensajero. Se le asigna las relaciones con
otras sociedades. Después, está el cargo de Los Bastones Rojos, que son los
líderes de las pandillas. Se ocupa de la seguridad y la disciplina. El Abanico de
Papel Blanco es el responsable de la conservación de los libros de finanzas y de
invertir el dinero. Tras éste, están los peones de la delincuencia organizada.
Las cicatrices son muy comunes entre las bandas de Asia y se utilizan como una
forma de tatuaje. Aunque las marcas pueden ir en cualquier lado, las marcas de
quemaduras se suelen encontrar en los antebrazos, los brazos y la parte superior
de las manos. Las mujeres las tienen en los tobillos o pies. Simbolizan la voluntad
de cometer un delito por la pandilla. Uno de los tatuajes más reconocidos consta
de cinco puntos que quiere decir “Un grupo de buenos amigos”. Otro también
muy usual es una marca de tres puntos que significa “mi vida loca”. Además,
también se ven los tatuajes de dragones, mapas de países o símbolos religiosos.
La delincuencia organizada utiliza los recursos más avanzados para llevar a cabo
su cometido y asimilan los códigos de comunicación y gestión de grupos que
ejercen actividades lícitas. Tienen la capacidad de manipular la prensa, comprar
jueces u obtener la colaboración de políticos. La cifra de negocios de las mafias se
acerca a los 1000 billones de dólares por año. A la cabeza de negocios sucios, se
encuentra el tráfico de drogas, seguido del de armas y de personas.
INSTITUTO VICTOR FRANKL