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Servicios Sociales

y Política Social

Solidaridad intergeneracional de las familias:


abuelas y abuelos en el cuidado de la infancia

Resumen
El aumento de la esperanza de vida, las transformaciones en los modelos fami-
liares y las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar han provocado que el
papel de las abuelas y abuelos adquiera nuevas dimensiones en nuestra sociedad. En
este artículo nos proponemos describir y reflexionar sobre los elementos que caracte-
rizan el contexto en el que se producen las relaciones intergeneracionales, el nuevo rol
de los abuelos/as, su función en el cuidado de la infancia y como ha impactado la crisis
socioeconómica a los trasvases de solidaridad entre generaciones. La microsolidaridad
de los abuelos es presentada como parte esencial del refuerzo del familismo en nuestro
modelo social con implicaciones en las relaciones entre familia, estado de bienestar y
solidaridad macrosocial. Esta realidad es asimismo identificada en la investigación “Im-
pacto de la crisis en las familias de la provincia de Ourense: necesidades, protección y
propuestas de afrontamiento” (Aguiar, 2014) cuyo “avance de resultados” se presenta al
final de este artículo.
Palabras clave
Solidaridad intergeneracional. Abuelos/as. Cuidado. Infancia.

Solidarity between Generations among families: grandmothers


and grandfathers in the childcare
Abstract
The increase in life expectancy, changes in family patterns and difficulties in reconciling
work and family life have caused the role of grandparents acquires new dimensions in our
society. In this article we propose to describe and reflect on the elements that characterize
the context in which intergenerational relationships occur, the new role of grandparents
in the care of children and how the socioeconomic crisis has impacted in transfers of
solidarity between generations. The micro solidarity of grandparents is presented as an
essential part of the reinforcement of familism in our social model with implications for
relations between family, welfare state and macro solidarity. This reality is also identified
in the investigation “Impact of the crisis on families in the province of Ourense: needs,
protection and coping proposals” (Aguiar, 2014) whose “preliminary results” are pre-
sented at the end of this article.
Keywords
Solidarity intergenerational. Grandparents. Care. Grandchildren

Autor/Author
Francisco Xabier Aguiar Fernández
Trabajador social y sociólogo. Doctor por la Universidad de Vigo.
Profesor Ayudante Doctor en el Grado de Trabajo social de la
Universidad de Vigo.
francisco.aguiar@uvigo.es

RECIBIDO: 18.02.15 | REVISADO: 2.03.15 | ACEPTADO: 24.03.15 | PUBLICADO: 30.04.15 41


Solidaridad intergeneracional de las familias: abuelas y abuelos
en el cuidado de la infancia

Introducción debilitamiento tal y como se había preconizado.


Para Meil (2011), el proceso de individualización,
Las transformaciones ocurridas en los modelos lejos de erosionar la manifestación de solidaridad
familiares, las dificultades para conciliar la vida familiar, la ha reforzado porque ha generado una
laboral y familiar, los cambios en los valores so- transformación profunda de las normas que rigen
ciales y la conyuntura económica han originado la convivencia entre sexos y generaciones en los
que el papel de los abuelos y abuelas adquiera hogares.
nuevas dimensiones en nuestra sociedad. La re-
lación entre abuelos/as y nietos/as ha dado paso Attias-Donfut (1995) ha examinado detallada-
a un ámbito de interacción entre generaciones mente el concepto de generación diferenciando
mucho más frecuente y el número de abuelas y cinco categorías diferentes: cohortes demográfi-
abuelos implicados en el cuidado de sus nietos/ cas, diferencia entre la edad de los progenitores y
as es cada vez mayor. En las dos últimas décadas la de los hijos/as, generaciones históricas, gene-
el porcentaje de abuelos/as de 65 o más años raciones familiares y generaciones del bienestar.
que afirman cuidar a sus nietos/as se ha dupli- En este artículo nos interesa distinguir entre estas
cado en nuestro país, llegando a suponer uno de últimas, ya que cuando se analizan las relaciones
cada cuatro (Meil y Rogero-García, 2014). Los intergeneracionales a escala micro se están con-
horarios laborales incompatibles con los horarios siderando las relaciones entre generaciones fami-
escolares y la falta de servicios que satisfagan liares, mientras que a escala macro se observa la
los intereses familiares respecto la educación relación entre generaciones de bienestar. En am-
de los hijos/as, sumado a unas mayores nece- bos casos existen mecanismos de reciprocidad o
sidades sociales de la población, hacen de los solidaridad, pero en el primero se dan entre hijos/
abuelos (sobre todo de las abuelas) una figura as, progenitores y abuelos/as, mientras que en el
indispensable en la educación y cuidado de la segundo entre generaciones definidas por el es-
infancia. El aumento de esta implicación se ha tado de bienestar según la edad y otros factores
asociado a una mayor participación de las ma- como la salud o la capacidad. La solidaridad exis-
dres en el trabajo remunerado, los elevados cos- tente en la familia (micro) y la que se realiza en
tes del cuidado formal y el limitado alcance de la sociedad (macro) se nos presentan a menudo
las políticas de apoyo a la familia (Flaquer, 2001; como las dos caras de una misma moneda con
Tobío, 2008). conexiones y trasvases entre ambas como vere-
mos más adelante.
El desarrollo y los cambios sociales ocurridos a
partir de los años setenta llevó a pensar que la El tipo de Estado de bienestar que se ha desa-
postmodernidad suponía la exageración del pro- rrollado en España sigue apoyándose sobre todo
ceso de individualización moderno y, por tanto, la en la familia como productora y distribuidora de
desaparición de la familia. Sin embargo, aunque bienestar, convirtiéndola en la principal agencia
en la actualidad, la familia nuclear parece disol- proveedora de servicios familiares, favoreciendo
verse en nuevas formas familiares, el intercambio de esta forma la dependencia y solidaridad fami-
de ayuda y el tipo de relaciones entre las gene- liares. Existe una creciente preocupación de las
raciones presenta nuevas caras, sin suponer su ciencias sociales por analizar las implicaciones

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entre la familia, los estados de bienestar y las 1. Un nuevo contexto para las
políticas sociales, en la medida que éstas últi- relaciones intergeneracionales
mas interactúan con el funcionamiento actual de
la familia. A este respecto el debate se puede ar- Las relaciones intergeneracionales están deter-
ticular en torno a tres cuestiones centrales: 1) En minadas por las condiciones demográficas, eco-
que medida el tipo de regimen de bienestar ex- nómicas, sociales y políticas de cada momento
plica la intensidad de la solidaridad familiar; 2) si histórico. Antes de proseguir, es necesario que
una creciente asunción de responsabilidades por nos fijemos en algunos de los aspectos que con-
parte del Estado debilita o no la solidaridad fami- dicionan el actual marco para las relaciones entre
liar y viceversa, y 3) si la supuesta mayor impor- abuelos/as y nietos/as:
tancia de la solidaridad familiar en nuestro país
se explica o no por las características de nuestro -- El aumento de la esperanza de vida ha oca-
régimen de bienestar familista. Tal y como han sionado que cada vez sea más frecuente que
señalado autores como Naldini (2002), la confi- coexistan varias generaciones de una mis-
guración ideológica y política que se instala en ma familia. Paralelamente el descenso de la
los Estados de bienestar mediterráneos ha sido fecundidad ha originado lo que Meil (2011)
legitimada culturalmente a través de estrategias denomina una “estructura tipo guisante” con
familiares privadas basadas en la microsolidari- muchos ascendientes y pocos colaterales y
dad intergeneracional y la dependencia de gé- descendientes. Este hecho beneficia el tras-
nero. Un considerable número de investigaciones vase de solidaridad hacia la infancia y las ge-
señalan que la solidaridad familiar en España no neraciones más jóvenes.
siempre se corresponde con la imagen de una
familia fuerte frente a la «familia débil» que re- -- La emergencia de una “generación interme-
giría en los países más desarrollados (Reher, dia” con condiciones físicas, recursos eco-
1996), y que en países con sistemas de protec- nómicos y de tiempo que les permite ofrecer
ción social públicos fuertes la solidaridad familiar ayuda a las otras generaciones. De hecho,
se mantiene. una gran proporción de personas mayores de
65 años proporciona ayuda tanto a las gene-
El concepto de solidaridad puede explicarse en raciones más jóvenes como a las más mayo-
base a sus distintos elementos, siendo una de las res (Gomila, 2005).
clasificaciones más reconocidas la de Bengtson y
Roberts (1991), quienes distinguen cinco dimen- -- Los cambios en las tipologías familiares y
siones diferentes: solidaridad normativa (normas la emergencia de una nueva familia exten-
sociales), solidaridad estructural (composición, sa (Tobio, 2012) que implica un aumento de
convivencia y proximidad residencial de los miem- las relaciones intergeneracinales. En España,
bros), solidaridad asociativa (contactos), solidari- solo un 35% de hogares corresponde a la ha-
dad afectiva (sentimientos de afinidad y pertenen- bitual familia nuclear con hijos mientras que
cia), solidaridad funcional (ayudas en servicios o el 65% restante se distribuye entre hogares
dinero) y solidaridad consensual (comunidad de unipersonales, parejas sin hijos, familias mo-
valores, actitudes y opiniones). nomarentales y monoparentales y otro tipo de

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familias en aumento como las reagrupadas casos ha supuesto que su figura recupere impor-
(EPA, 2013). tancia dentro de la familia y adquiera un notable
protagonismo y una valiosa función social.
-- El hecho de no convivir en el mismo hogar no
hace desaparecer la importancia de las rela- La vivencia del rol de abuelo/a es muy variada y
ciones familiares entre generaciones y se pro- depende de muchos factores. El contexto cultu-
duce la denominada “intimidad a distancia” ral, la edad del abuelo/a, la calidad de vida de los
en la que los nietos/as juegan un papel privi- nietos/as o el papel de los progenitores, son solo
legiado como mediadores (Meil, 2003; 2011). algunos de sus posibles condicionantes. Las pri-
meras investigaciones que abordaron este tema
-- Los valores basados en obligaciones estatu- se remontan a los años sesenta y tuvieron como
tarias han evolucionado hacia una solidari- objetivo elaborar tipologías o formas diferentes de
dad con fundamentos más afectivos y sen- ejercer el papel de abuelo/a (Neugarten y Weins-
timentales. tein, 1964), mientras que posteriormente se trató
de identificar los factores que podían incidir en las
-- Los cambios generacionales han hecho que diferentes facetas de la relación. Algunos de los
los abuelos/as actuales tengan unas caracte- factores que se han revelado como más importan-
rísticas muy diferentes a los de generaciones tes son de tipo interno e individual como el género,
anteriores. En general se mantienen activos la edad o la línea familiar del abuelo/a (materna
durante más tiempo y realizan actividades va- o paterna), y otros son factores externos como el
riadas (Osuna, 2006). tipo de relación familiar y la cantidad de cuidados
(Pinazo y Montoro, 2004).
-- La crisis económica estructural agravada por
la conyuntura actual ha propiciado un inten- La familia es un espacio para la adquisición y
so proceso de transformación al que se ha aprendizaje de valores en el que los abuelos/as
visto sometida la población española en un desempeñan un papel muy importante. Uno de
corto período, lo que ha generado un intenso los aspectos más importantes es la denominada
sentimiento de vulnerabilidad, un incremento transmisión intergeneracional de información,
muy importante de los procesos de exclusión traspaso de tradición, transmisión de saberes y
social y un aumento de los hogares bajo el experiencia. Voli (2009) señala que la abuelidad
umbral de pobreza (Laparra, 2010; Laparra y consciente se concreta en un sistema de relacio-
Pérez, 2012). nes donde los abuelos/as actúan como modelo
de conductas complementarias que orientan el
aprendizaje en la infancia. Por otra parte, la fami-
2. El rol del abuelo/a y la relación lia es el primer lugar de socialización y la presen-
con los nietos/as cia de los abuelos/as aporta oportunidades únicas
en cuanto a conocimientos y experiencias de vida.
Los cambios en la estructura de la familia, en su Con frecuencia supone el primer contacto de la
ciclo y evolución también han condicionado cam- infancia con la enfermedad o experiencia con la
bios en los roles actuales de abuelo/a. En muchos muerte.

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Podemos considerar el rol de los abuelos/as des- -- Cercano: abuelos/as que asumen su rol de
de una perspectiva multidimensional compues- forma tradicional, muestran un fuerte interés
to al menos por los siguientes aspectos (Osuna, por sus nietos/as pero manteniendo una acti-
2006): tud de no intervención.

-- Nivel actitudinal: se refiere a las normas que -- Remoto: corresponde a abuelos/as indepen-
gobiernan los derechos y obligaciones de los dientes que tienen bajas expectativas sociales
abuelos/as basadas actualmente en el afecto, y personales sobre el rol de la abuelidad.
la complicidad, el apoyo, el intercambio y su
disponibilidad. -- Simbólico: enfatizan la normativa y los aspec-
tos morales de rol de la abuelidad, tienen po-
-- Nivel conductual: corresponde a las activida- cas expectativas personales.
des que los abuelos/as realizan con y para sus
nietos/as. Las actividades se dividen en direc- -- Individualista: enfatizan los aspectos persona-
tas e indirectas (a través de los progenitores). les de la abuelidad e ignoran los sociales y
El papel de cuidadores estaría entre el primer morales de la relación.
grupo de actividades, mientras que en el se-
gundo, podemos incluir el apoyo económico o Osuna (2006) analiza la relación en la infancia
emocional que se ofrece a las madres/padres desde la perspectiva de los abuelos/as mostrando
y que tiene influencia en los nietos/as. que el vínculo afectivo es muy elevado y que exis-
te un alto grado de satisfacción en la relación que
-- Nivel emocional o afectivo: se relaciona con la mantienen con sus nietos/as. En la misma línea,
satisfacción con el rol. Generalmente es eleva- Triadó y Villar (2000) coinciden en señalar que el
da porque los abuelos/as no tienen el mismo vínculo afectivo se mantiene elevado aunque las
nivel de responsabilidades con sus nietos/as actividades compartidas no sean demasiadas. Por
que las que tuvieron con sus propios hijos/as. su parte, Triadó, Martínez y Villar (2000) obtuvieron
también algunas diferencias de género, siendo las
-- Nivel simbólico: se refiere a los distintos signi- abuelas quienes enfatizaron más la vinculación
ficados de “abuelidad”. Para algunos es fun- emocional con sus nietos/as. Por último, en cuanto
damental porque las actividades y sentimien- a la línea familiar los abuelos de la línea materna
tos propios como abuelos/as son centrales se ven como figuras más próximas que los de la
para la propia existencia. Otros lo relacionan línea paterna.
con proyecciones y aspiraciones de futuro o
reviven sus propias experiencias y recuerdan La mayor edad, y en concreto la llegada a la
a sus propios abuelos/as. adolescencia, ha sido relacionada con un debilita-
miento de la relación que afecta a varios aspectos
Por su parte, Block (2002) establece las siguien- como la frecuencia de contacto, las actividades
tes diferencias en las relaciones abuelos/as-nie- realizadas o aspectos de naturaleza más emocio-
tos/as según las tipologías de vivencias del rol de nal, como son el afecto o la satisfacción con la
abuelo/a: relación (Triadó et al. 2008).

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Otros estudios se centran en la relación entre los y con intensidades diferentes. En general se ca-
nietos/as y sus abuelos/as cuando éstos padecen racterizan por ser cuidados intensivos, adaptados
alguna enfermedad, y en especial una demencia a los requerimientos temporales y que no suelen
(Celdrán, 2004; Celdrán, Triadó y Villar, 2009). Es- tener contrapartida económica. Según datos del
tas investigaciones parecen apuntar a un descenso Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSER-
de la relación que afecta tanto a los aspectos más SO, 2010), el 37% de los abuelos y abuelas en
superficiales como a los más emocionales (Werner España tiene contacto diario con los nietos/as, un
y Lowenstein, 2001). Sin embargo, otros estudios 17% varias veces a la semana, el 7% una vez a la
señalan lo que se conoce como “inversión de roles” semana, y un 7% no tiene ningún contacto. La mi-
cuando los abuelos/as comienzan a tener proble- tad de los abuelos/as cuidan a sus nietos/as casi
mas de salud y son los nietos/as los que de forma todos los días y el 45% casi todas las semanas.
puntual o incluso de forma exclusiva ejercen como
cuidadores (Dellman-Jenkins y Britain, 2003). Resulta posible establecer un continuo del cuida-
do en el que en un extremo se situarían aquellos
En los últimos años han surgido todo tipo de pro- abuelos/as con una menor implicación y menor
gramas desarrollados desde centros educativos e cuidado (abuelos/as distantes o con rol formal)
instituciones sociales que de un modo u otro tratan hasta una mayor implicación y mayor cuidado
de poner en valor los aprendizajes y experiencias que llega al caso de los abuelos/as custodios que
intergeneracionales. También la relación entre abue- ejercen el rol de sustitutos de los progenitores.
los/as y escuela se ha restablecido de una mane- Cuando los abuelos/as asumen el rol de cuida-
ra muy significativa al tiempo que ha proliferado la dores sustitutos pueden hacerlo como abuelos/as
creación de escuelas de abuelos/as destinadas a fa- canguro (generalmente por problemas derivados
vorecer el aprendizaje intergeneracional, tomar con- de los horarios laborales de los padres); como
ciencia de sus derechos, de su valor en las familias y abuelos/as que asumen el rol de jefatura fami-
en la sociedad o enfrentarse a los cambios sociales liar (divorcio/negligencia de los hijos/as) o como
actuales. Como hemos visto los abuelos/as transmi- abuelos/as acogedores/as o “abuelos/as padres/
ten desde su rol familiar valores fundamentales en madres”, bien por ausencia física o psicológica,
la formación de la infancia manteniendo el necesario temporal o total de los progenitores originarios.
enlace intergeneracional y por ello, entre otros obje- Obviamente cuanta más implicación e intensidad
tivos, estas iniciativas han de perseguir una sociali- en el cuidado, más se aproxima a un rol parental
zación que fomente la participación complementaria y los efectos para su salud y bienestar pueden ser
en la formación y cuidado de los nietos/as sin entrar mayores (Pinazo y Ferrero, 2003).
en contradicciones ni conflictos con los hijos/as.
Algunos autores advierten que cuando los niños/
as pasan muchas más horas bajo el cuidado de
3. La “abuelidad”: entre la voluntad y sus abuelos/as que bajo el de sus progenitores,
la necesidad los abuelos/as pueden verse obligados a desem-
peñar la función educativa que sus progenitores
El cuidado que asumen muchos abuelos y, sobre por falta de tiempo no pueden ejercer y llevarles
todo, las abuelas, se puede dar en circunstancias a mantener unas relaciones afectivas que no les

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corresponden. Este hecho les priva de las venta- solidaridad familiar (Aguinaga, 2004; Perez Ortiz,
jas que su presencia como abuelos/as les propor- 2007). Los estudios concluyen que los abuelos/as
cionaría. Si bien es cierto que los abuelos/as se se mueven en una valoración ambigua de su pro-
sienten útiles de ayudar a los hijos/as en el papel pio rol entre la satisfacción de estar con los nietos/
de cuidadores porque refuerzan su participación, as y ayudar a los hijos/as, a un cierto sentimiento
sentimientos de utilidad o reducen los sentimien- de sentirse explotados o la necesidad de poner lí-
tos de soledad, éstas situaciones también pueden mites (Megías y Ballesteros, 2012).
conducir a situaciones de estrés o provocar efec-
tos negativos sobre la salud al asumir un exceso Desde una perspectiva psicosocial los efectos
de responsabilidad. positivos y negativos del cuidado coexisten en un
mismo nivel. Villalba (2000) señala entre los efectos
Algunos estudios señalan que si la sociedad está positivos de los cuidados (factores de protección)
organizada de forma que los niños/as puedan ser los sentimientos de amor y ayuda hacia hijos/as y
atendidos por sus progenitores de manera regular, nietos/as, los sentimientos de utilidad y solidaridad,
el cuidado de los abuelos/as se presenta de modo la revitalización por la relación con los nietos/as,
más voluntario. En cambio, el cuidado se puede el disfrute de la presencia y de la relación con los
convertir en una responsabilidad laboral en lugar nietos/as, el aumento de la autoestima por el sen-
de una actividad de disfrute cuando los hijos/as timiento de utilidad y apoyo familiar o la percep-
no tienen otra alternativa más que pedir ayuda a ción de sentirse importantes para sus familias y la
sus progenitores. En general, lo esperable es en- sociedad. Por el contrario, como efectos negativos
contrar una relación negativa entre voluntariedad que pueden constituir factores de riesgo, señala las
e intensidad, es decir, los abuelos/as que cuidan alteraciones y conflictos en las relaciones con los
muchas horas de los nietos/as, aun aceptándolo miembros de la familia y en las relaciones socia-
libremente, probablemente se hayan visto más les, los problemas de manejo de la relación y edu-
forzados a ayudar a los hijos como única alterna- cación de los nietos a cargo, el cansancio físico y
tiva, mientras que los que cuidan de manera más psicológico, el desfase generacional con los nietos/
esporádica incorporarían un componente más vo- as o la falta de tiempo para sí mismos. Además,
luntario al cuidado (Badenes y López, 2011). ha observado diferencias entre abuelos/as cuida-
dores y no cuidadores en estos efectos negativos
En la actualidad, muchos abuelos/as deben ejer- relacionados con la carga, tensión y presencia de
cer de un modo más activo su papel de cuidado- síntomas psicosomáticos, como resultado de des-
res y la dedicación ha pasado de ser voluntaria y empeñar roles de cuidadores.
esporádica, a ser diaria y casi a jornada completa.
En muchos casos, ha pasado de ser una ilusión El caso de los menores en situaciones de acogi-
a una obligación, implicando para los abuelos/as miento familiar en familia extensa en los que los
un esfuerzo físico, emocional y económico muy abuelos/as se convierten en custodios presenta
importante. La intensidad y horas de cuidado de unas características específicas. Existe una gran
los abuelos/as ha suscitado duras críticas apare- heterogeneidad en los perfiles de familias que se en-
ciendo denominaciones como “abuelas esclavas” cuentran en esta situación y en los motivos desen-
(Guijarro, 2001) que denuncian la sobrecarga en la cadenantes: desde familias multiproblemáticas y

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de riesgo donde predominan las situaciones de de calidad de vida apunta en una dirección similar
desprotección y desamparo de los menores, hasta (Meil, 2011). Sin embargo, las tareas de cuidado
cuidado del menor por motivos más normalizados son más intensas y las familias cohabitan en el
(fallecimiento de los padres o divorcios) (Pinazo y mismo hogar generando familias multigeneracio-
Ferrero, 2003). La reconversión de roles “de abue- nales en mayor grado que en el norte de Europa.
los/as a progenitores” puede generar muchos pro-
blemas en el ámbito familiar provocando la apari- Algunas de las variables que se han relacionado
ción de muchas consecuencias negativas, como en este estudio con una mayor probabilidad de ser
la aparición de sintomatología depresiva, proble- abuelo/a cuidador/a son: la menor edad del nieto/a
mas económicos o problemas escolares en los (tener un nieto/a entre 0 y tres años), vivir a menos
menores. En estos casos destaca la importancia distancia media de los nietos/as o que los hijos/as
de detectar las necesidades de apoyo psicosocial, tengan una menor autonomía laboral. Ello refleja-
además de otras formas de apoyo como el ins- ría que los abuelos/as cuidan más a los nietos/as
trumental, y redes formales e informales para el cuanto más lo necesitan los hijos/as, denotando
diseño de adecuadas formas de intervención so- en esta actitud un carácter altruista, protector y
cial desde las instituciones y los agentes sociales de ausencia de verdadera voluntariedad. Otras va-
(Pinazo-Hernandis y Lluna, 2011). riables son que el abuelo/a comparta su vivienda
con otros miembros (que no viva solo), que cuiden
a otras personas además de los nietos/as o que
4. Factores relacionados con el los nietos/as sean descendientes de hijas y no de
cuidado de los nietos/as nueras.

La encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubila- Aunque no todos los estudios coinciden, el gé-
ción en Europa (Survey of Health, Ageeing and Re- nero es un aspecto importante para entender el
tirement in Europe) conocida como SHARE ofrece cuidado de la infancia por parte de las abuelas/os
una panorámica multidimensional del proceso de (Perez Ortiz, 2007). La tendencia es, en la mayoría
envejecimiento en Europa y permite caracterizar de los casos, que los hombres asuman el papel de
el fenómeno de los abuelos/as cuidadores y es- cuidadores sólo cuando no exista o no esté dispo-
tablecer semejanzas y diferencias entre países. nible un miembro femenino de la familia. Además,
Estas investigaciones demostraron que las perso- cuando las mujeres ejercen de cuidadoras se con-
nas mayores están en el centro de una compleja sidera una extensión del rol culturalmente definido
red dual de intercambios de dar y recibir soporte de la maternidad, mientras que la menor partici-
(Attias-Donfut et al. , 2005; Hank y Stuck, 2008). pación en los cuidados familiares de los hombres
Aunque el soporte intergeneracional se mantiene se considera una extensión del rol culturalmente
fuerte en general, la regularidad y la intensidad de definido de paternidad.
la ayuda difiere entre países. Sorpresivamente los
datos evidencian que la participación de los abue- En una reciente investigación, Meil y Rogero-Gar-
los/as en el cuidado de los nietos/as españoles es cía (2014) trataron de averiguar si el cuidado de
menor que el registrado en países con estados de los hombres en el hogar sustituye al cuidado de
bienestar más desarrollados. La encuesta europea los abuelos/as o si lo complementa; es decir, si el

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cambio hacia una familia más igualitaria va acom- soportando los efectos sociales de la crisis, mien-
pañada de una menor dependencia de las redes tras que los hogares encabezados por personas
de solidaridad intergeneracional. Los resultados entre 30 y 44 años padecen en mayor medida los
indican que el cuidado de padres varones y de fenómenos de exclusión. En el mismo estudio se
abuelos/as tiende a sustituirse y no tanto a com- refleja que uno de cada tres hogares excluidos
plementarse. El análisis también muestra que una tiene menores a su cargo. Por otra parte, desde
parte significativa de las parejas con doble ingreso 2011 (INE), la tasa de riesgo de pobreza entre las
económico no cuentan con cuidado de abuelos/as personas de 65 años o más es inferior a la regis-
de manera habitual y que el cuidado de los abue- trada en la población total, debido a la estabilidad
los/as paternos no sustituye al de los abuelos/as de sus ingresos.
maternos y viceversa, sino que mantienen una re-
lación de complementariedad. En líneas generales, podemos afirmar que la
crisis económica de nuestro país ha influido en
Por último, en cuanto a la vigencia de la norma la solidaridad familiar en al menos dos aspectos:
de solidaridad con respecto al cuidado en nues- por una parte, afectando al proceso de progresi-
tro país, los estudios de Meil (2011) observan un va individualización en la evolución de las fami-
cambio de actitud que apunta hacia el rechazo a lias en una dirección contraria a la de las últimas
sobrecargar a los abuelos/as. La menor edad y décadas, y por la otra, reforzando la cooperación
el mayor nivel educativo se relacionan con una y la solidaridad intergeneracional de las familias
menor identificación con la norma de cuidar a los ante la insuficiente respuesta del Estado para
nietos/as. De hecho, son los progenitores de hijos/ proporcionar las ayudas y servicios sociales que
as preescolares (menores de tres años) quienes se requiren situándola en valores de hace veinte
menos se identifican con esta norma (49% frente años (Meil, 2011). Sin embargo, las funciones de
a 68%), aunque objetivamente serían quienes más la familia denominadas función asistencial (pro-
podrían apelar a su vigencia dadas sus dificulta- veer a los miembros de necesidades básicas) y
des para conciliar vida familiar y laboral. la llamada “colchón contra la adversidad” de sus
miembros en situación de crisis están llegando a
sus límites, al llevar ya años sobresaturadas. Esto
5. La solidaridad de las abuelas afecta especialmente a los menores, a los jóvenes,
y abuelos como respuesta ante a las mujeres, a los dependientes y a las familias
la crisis de mediana edad (Verde, 2014). Además, el dete-
rioro de los dinamismos vitales hace difícil soste-
La crisis socioeconómica provocó un amplio ner una microsolidaridad tan a largo plazo basada
aumento de la vulnerabilidad, exclusión social y en los escasos recursos estables como la pensión
desigualdad social en nuestro país (Cáritas, 2014). de los abuelos/as.
Según se desprende de los estudios sobre vul-
nerabilidad y exclusión social de López y Renes El I Informe sobre los Servicios Sociales en Espa-
(2011), los hogares encabezados por personas ña del Consejo General del Trabajo social puso de
mayores de 65 años (o en los que hay una perso- manifiesto el aumento de la demandas, la llegada
na anciana), son el grupo que mejor parece estar de nuevos perfiles de usuarios y una sobrecarga

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de trabajo en los profesionales del sistema, para- tegias que se ha señalado en este informe es la de
lelamente a un proceso privatizador y de recortes sacar a las personas mayores de las residencias
en medios y financiación. Estos recortes en bien- para compartir el hogar y vivir económicamente
estar social, el endurecimiento en los requisitos de las pensiones.
de acceso y el retraso en las tramitaciones han
incidido todavía más en la desprotección social de En sentido similar, coinciden los resultados de la
las personas, en el aumento de la sobrecarga en investigación “Impacto de la crisis en las familias
las familias y en una difícil adaptación de los ser- de la provincia de Ourense: necesidades, pro-
vicios sociales a las nuevas realidades que ofrece tección y propuestas de afrontamiento” (Aguiar,
la coyuntura de crisis (Lima, 2014). Todas estas 2014)1 que hemos llevado a cabo desde la Univer-
circunstancias en la práctica parecen haber refor- sidad de Vigo. Este estudio siguió una metodología
zado la confianza en la institución familiar y en las mixta y contó con la participación de 51 trabaja-
normas sociales que establecen la obligatoriedad doras/es sociales del sistema público de servicios
del apoyo mutuo entre las generaciones en caso sociales comunitarios de areas urbanas, semiur-
de necesidad en la población española de todas banas y rurales de esta provincia, de los cuales
las edades, al tiempo que ha disminuído la propor- 14 profesionales fueron entrevistadas en profun-
ción de personas que considera que cuando una didad. En el avance de resultados de este estudio
persona no puede valerse por sí misma es preferi- se señala a los menores como uno de los grupos
ble recurrir a los servicios sociales antes que a la más desfavorecidos por la crisis y que esto podría
familia (Meil, 2011). tener consecuencias en su desarrollo personal
futuro. Las trabajadoras/es sociales participantes
han identificado, entre otras, dificultades de las
6. Donde termina la solidaridad, y familias para conseguir los libros y materiales es-
comienza la “supervivencia”: avance colares, la existencia de carencias alimenticias y
de resultados de una investigación. una bajada en las actividades extraescolares.

El VIII Informe del Observatorio de la Realidad So- En el avance de resultados de esta investigación
cial (Cáritas 2013) visibilizó el desbordamiento de también se destaca que las personas mayores se
la capacidad protectora de las familias y algunas han visto obligadas a compartir sus pensiones y
de sus estrategias de supervivencia como vía para sus viviendas con las familias de sus hijos e hijas y
mantener una integración precaria, entre las que se han identificado como estrategias de subsisten-
aparecen las ayudas económicas de los abuelos/ cia nuevas a partir de la crisis la desinstitucionali-
as para gastos destinados a nietos/as e hijos/as zación de personas mayores, la reducción de horas
en la escolarización (ropa, material escolar, libros) en el servicio de ayuda a domicilio para lograr un
y el apoyo en el cuidado de los menores. Además menor copago, o compartir una vivienda de por si
se subrayaron otras estrategias como las ayudas reducida llegando a producirse situaciones de ha-
destinadas a alimentación (económica o en es- cinamiento. Esto último incluso ha sido relacionado
pecie); ayudas económicas para la vivienda (su- con problemáticas y conflictos nuevos en la utili-
ministros, hipoteca) o compartir la vivienda como zación de unos recursos económicos escasos, así
estrategia para recortar gastos. Otra de las estra- como en su reparto en el interior de las familias.

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Servicios Sociales
Artículos y Política Social

Solidarity between Generations among families: grandmothers


and grandfathers in the childcare

Coincidiendo con lo ya señalado anteriormen- 7. Conclusiones


te por otros autores como Tobío (2012), otro de
los fenómenos observados por las trabajadoras/ Las nuevas estructuras familiares han afectado
es sociales entrevistadas en este estudio es el al rol de los abuelos/as convirtiéndoles en soporte
crecimiento de las “familias multigeneracionales de la organización de la vida familiar y reforzan-
o sandwich” con dobles o triples jefaturas fami- do su papel de educadores y cuidadores. La crisis
liares compartiendo espacio en el mismo hogar. socioeconómica ha reforzado la microsolidaridad
Generalmente se trata de personas de 50-70 en el ámbito de las familias reforzando así las
años, que por su propio ciclo vital están en un relaciones entre generaciones. Como inevitable
momento de necesidad de cuidar a sus propios consecuencia se ha producido una sobrecarga
padres y madres mayores y dependientes, pero en la función protectora de la familia generando
que se ven en la obligación de asumir las cargas situaciones de desbordamiento y de mayor vulne-
económicas de sus hijos/as que ya deberían estar rabilidad.
independizados o que retornan al hogar con sus
propias familias por procesos de desempleo de El debate de la solidaridad intergeneracional en
larga duración, desahucios, divorcios insolventes el Estado español y en el conjunto de Europa se
económicamente, trabajo precarizado... Se hacen enmarca en el envejecimiento de nuestras socie-
cargo en muchas ocasiones de los cuidados de dades y la sostenibilidad de los Estados de Bien-
nietos/as de los hijos/as que tienen insuficiencia estar. Como hemos visto, los cambios sociodemo-
de ingresos, dobles jornadas laborales, incapaci- gráficos han propiciado el contacto e intercambio
dad para pagar el comedor escolar o la escuela entre generaciones prolongando los años de con-
infantil. Sus dos características más comunes vivencia. Por otra parte, esos mismos cambios
son su sobrecarga económica y la sobrecarga en sociodemográficos están ocasionando que los
sus funciones. Este avance de resultados coinci- trasvases de solidaridad beneficien a unas gene-
de con otras investigaciones realizadas en torno raciones más que a otras.
al impacto de la crisis en las familias y apunta a
previsiones similares a las señaladas en el es- Sin embargo, la protección social sostenida
tudio Delphi “La sombra de la crisis. La socie- en base a este tipo de estrategias microsolida-
dad Española en el horizonte de 2018” (Gentile, rias plantea dudas razonables hacia el futuro:
SanMartín y Hernández, 2014). Las previsiones ¿como repercutirá en el contexto macrosocial?,
de los expertos para los próximos cuatro años ¿cómo resolver el contrato implícito y desigual
es que las familias seguirán representando los entre hombres y mujeres que subyace a la so-
centros neurálgicos para hacer frente a la crisis, lidaridad intergeneracional?. Por otra parte, se
pero con menor poder adquisitivo y recursos. El está ampliando un grupo de edad compuesto por
empleo seguirá siendo una cuestión pendiente
para una gran proporción de la población y las 1
Proyecto de investigación financiado por la Vicerrectoría del
notas

personas mayores de 65 anos en términos com- Campus de Ourense de la Universidade de Vigo y la Diputación
Provincial de Ourense, en convocatoria INOU 2014, realizado por
parativos, continuarán mejor amparadas que los el Grupo de investigación CC4 de la Universidade de Vigo: “Tra-
otros con respecto a los recursos y los patrimo- bajo social y Servicios sociales”.
nios disponibles.

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Solidaridad intergeneracional de las familias: abuelas y abuelos
en el cuidado de la infancia

personas retiradas que se encuentran en activo, este sentido compromete la solidaridad colectiva
que todavía no requieren de cuidados y pueden y “el pacto social de ciudadanía” en el futuro. En
ocuparse del cuidado de la infancia. Pero, ¿hasta segundo lugar, el modelo de microsolidaridad
qué punto esta práctica es deseable, y donde es- intergeneracional contribuye a una privatización
tán los límites desde la perspectiva de las genera- de las necesidades sociales que puede condu-
ciones implicadas (abuelos/as, nietos/as)?. cir a lo que Banfield en 1958 denominaba como
“familismo amoral”, conceptualizado como una
Ante esta nueva realidad, es deseable que tam- actitud de confianza, lealtad y compromiso moral
bién desde el trabajo social se contribuya al mejor exclusivamente con aquellos que pertenecen al
desarrollo del papel del abuelo/a como educador/a grupo familiar. Es, por tanto, la versión opuesta a
y cuidador/a sin renunciar a su realización perso- la confianza interpersonal como una actitud mar-
nal, y sin sobrepasar la difuminada línea que se- cada por la preferencia de relaciones y activida-
para la voluntariedad y el disfrute de la obligación des sociales que transciendan al grupo básico de
y la renuncia personal. En este sentido resulta de relación. En este sentido, el familismo se mueve
especial interés la creación de redes que fomen- en dirección contraria a la solidaridad y las pro-
ten una nueva socialización y el impulso de espa- tecciones macrosociales.
cios y escuelas de formación para los abuelos/as
que posibiliten su crecimiento personal y autocui-
dado, el conocimiento y desarrollo de estrategias
educativas o el intercambio de experiencias.

La crisis nos enseña los efectos que el descon- Referencias biblográficas


trol de la economía puede tener sobre el bienestar
de las familias y de la infancia, minando la base Aguiar, F. (2014). Impacto de la crisis en las familias
de nuestros principios de solidaridad y justificando de la provincia de Ourense: necesidades, protección
y propuestas de afrontamiento. Universidade de Vigo.
una profundización en un modelo neoliberal que
Material no publicado.
privatiza las necesidades sociales, fomenta la des-
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