avanzando hacia el lago alpino flanqueado de montañas azules y blancas hacia el agua serena reflejando el sereno celaje hacia los ventisqueros que cortaban el paso la sed y la esperanza de saciarla aumentaban: todo permanencia inmóvil: punto muerto
A medida que iba
alejándose el camión con su glacial su blanquiazul espalda se distinguían las letras cada vez más pequeñas y patentes de la marca del agua registrada.
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Agazapadas Parcas tras el tapial
no ven (sólo contemplan –la vista hacia poniente– el malhadado ciclo del nitrógeno enfermo) la caravana vana de los coches del sábado No vemos por nuestra parte cómo hijas tres de la noche hilan que te hilarán a la vuelta de la esquina del camposanto de Beleña campo de beleños que tú cavas enterrador estulto cuando a alguno das tierra
Son vasijas sagradas tus dichosos pucheros
urnas letales vasos soñadores cuando el castro cerraba sus poternas al lobo
Y puede que del barro que profanas a golpes
salte una maldición brote un hechizo –con tu azadón maldito sus tijeras afilas...– que te lleve con ellas.