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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA DE ACTO JURIDICO

MONOGRAFÍA

¿DE QUE MANERA INFLUYE EL OBJETO DE NEGOCIO JURIDICO EN LA


DOGMATICA JURIDICA MODERNA?
AUTOR:

 VASQUEZ RIVEROS RONALD JUNIOR

ASESOR:

NIEVES PEÑA PAMELA

TRUJILLO – PERÚ

2018
ÍNDICE
CARATULA

ÍNDICE

I. INTRODUCCION
II. MARCO TEÓRICO

II.1 NEGOCIO
JURIDICO………………………………………………………………………………
…….......... ..........4
II.1.1 DEFINICIÓN…………………………………..…………………………
………….....4
II.1.2 FUNDAMENTOS………..............................................................4

II.1.3 ANTECEDENTES
HISTORICOS………………………………………………………………………
……………..5
II.1.4 CARACTERES………………………………………………………………
………….5
II.1.5 CLASES…................................................................................6

II.1.6 ELEMENTOS…………………………………………………………………
………..7

II.2 . DOGMATICA JURIDICA


MODERNA……………………..………………………………………………………
………………………..8

2.2.1
DEFINICIÓN………………………………………………………………………...
..8

III. CONCLUCIONES…………………………………………………………………………
……………………9

VI.
REFERENCIAS……………………………………………………………………………………
………….…………10

V .ANEXOS..............................................................................................................11
INTRODUCCIÓN

La investigación tuvo como problema ¿De qué manera influye el objeto de negocio jurídico en la
dogmática jurídica moderna? , el objeto fue, determinar la influencia del objeto de negocio
jurídico en estudio. Debe ser licito conforme a la ley, otro punto es que debe estar en el comercio
o también puede ser natural de ley patrimonial o no patrimonial .La unidad de muestra fueron los
libros (consideraciones sobre la dogmática jurídica, la dogmática jurídica como teoría jurídica el
negocio jurídico y su relación mediante la dogmática jurídica moderna, teoría general de los actos
o negocios jurídicos ) , para recolectar los datos , se usaron las técnicas de observación ,
resúmenes , investigación de los contenidos y como instrumento se utilizó la investigación
mediante libros informáticos del tema estudiado.

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II. MARCO TEÓRICO

2.1. L negocio jurídico

2.1.1 DEFINICIÓN.

En un sentido amplio se ha definido el hecho jurídico como el modo de realización de los


supuestos jurídicos. También se ha dicho de ellos que son conducta humana capaz de dar
nacimiento, modificar, transmitir o extinguir un derecho subjetivo, un estado o una situación
Los hechos jurídicos se clasifican en dos categorías: voluntarios, o imputables a un sujeto de
derecho, e involuntarios, es decir, imputables al sujeto de derecho sin tener en cuenta la
intervención de su voluntad. De esta manera el contrato, el cumplimiento de una obligación, el
testamento, el delito, son hechos jurídicos voluntarios y el nacer, adquirir la ciudadanía al
cumplir los 18 años, sobrevivir a una enfermedad mental, el morir, son hechos jurídicos
involuntarios.

Agrega Valencia Zea que la doctrina de los alemanes y de los italianos, españoles, suizos, entre
otros, denomina a los hechos jurídicos voluntarios bajo la expresión de “actos jurídicos” en tanto
que los juristas franceses utilizan la definición de “acto jurídico” para señalar las “declaraciones
de voluntad” o los “negocios jurídicos”.
De una u otra manera existe consenso al afirmar que los actos conforman dos grandes categorías,
según la expresión de la voluntad en lícita o ilícita. De esta manera tenemos los actos jurídicos
conformes a derecho y los actos jurídicos contrarios al derecho o lo que es lo mismo, la conducta
humana lícita o ilícita. La más significativa modalidad de los actos jurídicos lícitos está
conformada por las “declaraciones de voluntad” o “negocios jurídicos”

2.1.2 Fundamento

Es manifestación de la autonomía privada en sentido estricto (autonomía de la voluntad).

2.1.3 antecedentes históricos

El término negocio jurídico y lo fundamental de su dogmática se debe a la pandectística alemana en


su intento de sistematizar la ciencia jurídica para establecer criterios que faciliten la solución de
problemas prácticos en supuestos en que la autonomía de la voluntad juega un papel relevante.

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2.1.4. Caracteres

. Es un acto jurídico y por ello un acto de voluntad; más caracterizado porque el contenido de la voluntad
es decisivo y regulador de los efectos jurídicos que produce; éstos se originan ex voluntad, no ex lege a
diferencia de los actos no negóciales semejantes a los negocios jurídicos (v. gr., el requerimiento de pago
que engreda pago que engendra ex lege la mora del deudor).

El negocio jurídico tiene doble valor: a) es título y fundamento de relaciones jurídicas, y b)


establece reglas de conducta. Por ello cabe distinguirlo de aquellas declaraciones de voluntad que
afectan la relación negocial, pero que carecen de independencia y de fundamento de dicha
relación negocial, como son los actos de cumplimiento o actos debidos (pago de la obligación,
entrega de legados) y los actos autorizados por la ley o el contrato modificativos de la relación
negocial (v. gr., elección en la obligación alternativa -art. 1.132-, la intimación -art. 1.100-, la
confirmación -art. 1.311-, el escoger del perjudicado -art. 1.12

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2.1. 5. Clases

. Según que sea necesaria la declaración de voluntad de una parte o de dos o más, los negocios pueden
ser unilaterales (testamento) y bilaterales o plurilaterales (contrato).

. Causales o abstractos, según que la causa forme parte integrante del negocio o que no esté
incorporada al mismo; esto es, según que la eficacia del negocio quede o no subordinada a la existencia
y licitud de la causa.

.Según que la manifestación de voluntad deba o no reunir ciertas formalidades, solemnes (v. gr.,
donación de inmuebles -art. 633- C.C.) o no solemnes.

. Por su fin, familiares (matrimonio, adopción, emancipación, etc.) y patrimoniales (que pueden ser
obligatorios, reales y sucesorios).

. Según que puedan o no existir per se principales (compraventa, testamento) o accesorios (prenda,
fianza).

. Por ser o no objeto de especial regulación, se clasifican en típicos y atípicos.

. Según que hayan de producir efectos en vida del declarante o a su muerte, siendo hasta entonces
revocables, ínter vivo o mortis causa.

. Negocios jurídicos anómalos (indirectos, simulados, fraudulentos y fiduciarios), que son objeto de
tratamiento específico en estasobras

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2.1.6. Elementos

Es tradicional la clasificación de los elementos del negocio jurídico en:

- Esenciales, sin los cuales el negocio del negocio jurídico en:

- Naturales, que el negocio lleva consigo normalmente, pudiendo excluirse por las partes
(saneamiento en la compraventa, gratuidad del mandato, etc.).

- Accidentales, que sólo existen cuando las partes los agregan (v.
gr., condición, término, modo). Estos elementos accesorios pueden tomar para las partes una
importancia capital, de suerte que su nulidad entrañe la del acto mismo (serían, pues, accesorios en
sentido objetivo, pero esenciales en sentido subjetivo).

Los elementos esenciales pueden ser propios de un negocio jurídico determinado (precio en la
compraventa) o comunes a todo negocio. Estos últimos pueden ser subjetivos (declaración de
voluntad) y objetivos (objeto, causa y forma).
El Código Civil no contiene una regulación general de los elementos esenciales del negocio, pero lo
contempla en determinados supuestos concretos (arts. 45 rel. 73.1 matrimonio, 687 -testamento 1.261
contrato).

La declaración de voluntad tiene como presupuestos: la capacidad del sujeto (la capacidad
jurídica especial para que le sean atribuibles
Los efectos propios del negocio jurídico -los del casado, los del comprador, etc.- y la capacidad de
obrar para vincularse a sí mismo -artículo 1.263- o a la persona en cuyo nombre o para cuya cuenta
actúa - artículo1.259, legitimación del representante y una voluntad no viciada.

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2.1 dogmática jurídica moderna

2.2.1 definición

Aunque los juristas no suelen ser muy conscientes de ello, la dogmática jurídica es un saber polémico,
y en varios sentidos. Lo es, para empezar, en cuanto a la propia denominación: “dogmática jurídica”,
que suena ciertamente rara en el contexto de la cultura contemporánea.

Seguramente, todo estudiante de derecho (de los países de derecho continental: en los que se emplea
ese término) habrá sentido algún tipo de extrañeza cuando por primera vez oyó o leyó esa expresión;
pero la costumbre, como se sabe, es una especie de segunda naturaleza, de manera que al cabo de algún
tiempo habrá pasado a considerarla como algo normal: parte de la jerga de los juristas profesionales.

Pruébese, sin embargo, a utilizar la expresión ante un auditorio ajeno a la comunidad jurídica (por
ejemplo, en un con- texto de científicos y/o de filósofos), y se verá que no es tan fácil de explicar que
alguien se dedique hoy profesionalmente (y aceptado que no se trata de una profesión religiosa) a una
actividad calificada por él mismo y por los demás de “dogmática”.

La extrañeza, como es más o menos obvio, proviene de que el lenguaje de los dogmas parece pertenecer
a la esfera de los saberes sagrados (de la teología) y no a la de los profanos, lugar en el que, se diría,
tendría que ubicarse el saber jurídico.

El “dogmático del derecho” que se viera en la tesitura de tener que explicar a otros (hacia afuera) el
uso de ese término podría, seguramente, aclarar que al mismo no se le debe dar ninguna connotación
especial: expresa, simplemente, la circunstancia de que, para el jurista teórico (para el estudioso del
derecho), las normas jurídicas son datos que no puede someter a discusión y, por ello, funcionan
precisamente como dogmas, como los puntos de partida a partir de los cuales tiene que operar.

Y seguramente añadiría a ello que, dados los orígenes muy remotos del saber que cultiva (que se
remontan por lo menos a la época clásica del derecho romano), no habría tampoco por qué extrañar- se
de la permanencia de esa tradición.

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III CONCLUSIONES

. Ahora bien, y como ya lo hemos adelantado, en mi opinión deben retirarse los artículos 1402º y 1403º
sobre objeto del contrato, no sólo por tratarse de definiciones que son contradictorias entre sí y que
responden a una concepción del contrato superada modernamente, sino fundamentalmente por ser
definiciones que responden a concepciones falsas e inadecuadas del objeto del contrato, todo lo cual
hemos explicado al detalle líneas arriba.

Parece impropio que en un código civil, como el nuestro, en el cual se ha regulado la figura del acto
jurídico, se establezcan normas sobre el objeto del contrato de manera independiente, como si se
tratara de dos ámbitos completamente distintos, olvidándose que el ámbito negocia! se encuentra
íntimamente vinculado al ámbito contractual por la sencilla razón que el contrato no es sino un negocio
jurídico plurilateral con contenido patrimonial.

El simple hecho de ser el contrato una especie la más importante dentro de la categoría general del
negocio jurídico, al mismo le es aplicable toda la teoría general elaborada sobre el negocio y todas sus
normas contenidas en nuestro Código Civil, es decir, al contrato le son aplicables todas las nociones y
regulaciones que conforman la teoría general del negocio jurídico.

debemos señalar que nuestra posición sobre la concepción social del negocio jurídico y del contrato y
las críticas que hemos planteado en el presente comentario al Dogma de la Voluntad, no pueden
interpretarse en modo alguno como una crítica a la doctrina general del contrato y menos aún a la
Teoría general del derecho de obligaciones.

Lo único que buscamos señalar es que no se puede permitir que existan conceptos sobre objeto del
contrato distinto a los del objeto del negocio jurídico y menos aún que se apliquen por extensión al
negocio jurídico conceptos nacidos en el ámbito de la doctrina general del contrato.

Lo que se busca es determinar los límites precisos de cada sistema teórico, poniendo énfasis en las
semejanzas y en las respectivas diferencias.

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IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍA

Aguilar Gorrondona, J. (1997). Derecho Civil I Personas (Ed. 13°). Caracas: Fondo de publicaciones
UCAB.

Asociación Venezolana de Derecho Tributario. (1999). Revista de Derecho Tributario (Ed. 1°


Trimestre). Caracas: LegisLEC Editores.

Carmona Urdaneta, W. (1998). Manual de Derecho Romano (Ed. 3ra). Caracas: Editorial
Mc Graw Hill.

Cabanellas de las Cuevas, G. (1998). Diccionario Jurídico Elemental (Ed. 1998). Argentina:
Editorial Heliastasa.

Código Civil. (1982). Gaceta Oficial de la República, 2990 (Extraordinaria), julio 26, 1982.

.
Contreras, G. (1997). Manual de Derecho Civil I (5ta. Ed.). Caracas: Vadell Hermanos Editores.

Decreto con rango y fuerza de Ley N°. 126 que establece el Impuestoal Valor Agregado. Gaceta
Oficial de la República de Perú, 5.341 (Extraordinaria), mayo 5, 1999.

Egaña, Manuel S. (1984). Notas de Introducción al Derecho. Caracas: Editorial Criterio.

García Máynez, E. (1980). Introducción al Estudio del Derecho (Ed. 31°). Argentina; Editorial
Porma, S.A.

Marcano Salazar, L. (1997). Introducción a los Principios Generales del Derecho. Caracas:
Marga Editores.

Maduro L., Eloy. (1993). Curso de Obligaciones (Derecho Civil III). Caracas: Publicaciones UCAB.

Olaso, L. (1997). Curso de Introducción al Derecho. (Tomo II). Caracas:


Manualesde Derecho UCA

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V. ANEXOS

ANEXO Nº1

ANEXO Nº2

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