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Ley de Educación Sexual Integral en la Ciudad (2006 - 2018)

Balance sobre su implementación y propuestas para una nueva Ley de educación sexual integral

En los últimos meses la cuestión de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas volvió a tomar un protagonismo
importante en el debate público, producto de los reclamos formulados por la comunidad educativa porteña. En septiembre
de 2017 uno de los principales reclamos exigidos en el marco de las tomas de las escuelas secundarias de la Ciudad fue la
implementación de la ESI. Docentes y estudiantes reclamaban (y aún lo hacen) que el Estado garantice espacios
institucionales, formación, capacitación y materiales, para que la educación de niños, niñas y adolescentes deje de
depender de la voluntad de los y las docentes y sea una política pública. Por otra parte, el debate nacional por la
legalización del derecho al aborto, que busca garantizar el derecho de las personas gestantes a tener soberanía y autonomía
para decidir sobre su cuerpo en condiciones seguras, también permitió visibilizar los cuestionamientos que vienen
formulándose en torno a las políticas de educación sexual integral en los distintos distritos del país.

A 12 años de sanción de las leyes nacionales y locales de educación sexual integral a través del debate colectivo
protagonizados por las organizaciones, instituciones y referentes abajo firmantes se ha procurado analizar el estado de
situación en materia de educación sexual integral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El presente documento ofrece
una revisión crítica sobre los contenidos de las leyes vigentes, las acciones implementadas por el Ministerio de Educación
de la Ciudad, el alcance de la formación docente, las perspectivas de docentes y estudiantes sobre el abordaje de la
educación sexual integral en las escuelas y los desafíos existentes para promover acciones articuladas e integrales en
términos de promoción de derechos. Finalmente, este documento incorpora un conjunto de propuestas para implementar.

Las leyes de educación sexual integral y sus limitaciones

En 2006 se sancionó la Ley Nacional N° 26.150 que creó el programa Nacional de Educación Sexual Integral. De acuerdo
con la información presentada por el Ministerio de Educación de la Nación, en respuesta a un pedido de acceso a la
información presentado por el Observatorio de Derechos Humanos, a través de este programa ministerial se produjeron y
distribuyeron, desde el año 2007, distintos materiales y contenidos para la aplicación de la ley en las escuelas de las
provincias argentinas. También se desarrollaron cursos virtuales y presenciales de capacitación docente. Asimismo, en el
marco del mismo programa y junto con la Dirección de planeamiento educativo, se desarrollaron acciones de seguimiento,
monitoreo y evaluación de la política nacional. En el año 2015 se destinaron alrededor de 55 millones de pesos al
programa de educación sexual integral. En 2017 ese presupuesto fue reducido a 42 millones de pesos. Los lineamientos
que se impulsan desde el Programa Nacional, requieren de la colaboración de las autoridades locales para ser articulados
con las propuestas de política pública impulsadas a nivel local.

En Octubre de 2006 se aprobó también la Ley N° 2.110 de Educación Sexual Integral para la Ciudad de Buenos Aires,
dando respuesta a un reclamo histórico de las organizaciones de derechos humanos y del movimiento feminista. Cabe
destacar dos antecedentes valiosos en términos de abordaje de la cuestión de los derechos sexuales de los y las
adolescentes en el ámbito educativo porteño. En primer lugar, el Artículo 24° de la Constitución de la Ciudad reconoce la
responsabilidad indelegable del Gobierno de la Ciudad de incorporar programas de educación sexual integral. En segundo
lugar, previo a la sanción de la Ley, la Ciudad de Buenos Aires ya contaba con el aún vigente programa de retención
escolar de alumnas y alumnos madres, embarazadas y padres, el cual permite trabajar la continuidad educativa en
contextos de maternidades/paternidades adolescentes.

En el momento de su sanción la Ley N° 2.110 fue reconocida como un texto de avanzada que, entre otras cuestiones,
define a la Educación Sexual Integral como un derecho de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en tanto sujetos de
derechos sexuados, incorpora entre sus principios rectores a la perspectiva de género, realza el valor del conocimiento

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científico y define como uno de sus objetivos la modificación de patrones socioculturales que establecen la superioridad
de un género sobre otro.

En el momento de su sanción la norma también fue reconocida como una de las leyes con mayor consenso inter-
partidario. En el camino a esos consensos, el texto de la ley incorporó elementos de las diversas perspectivas conceptuales
y políticas que estaban expresadas en los múltiples proyectos de ley presentados en la Legislatura. Los consensos
alcanzados en el marco del debate parlamentario dieron lugar a la inclusión de un conjunto de elementos que matizan el
alcance de las definiciones conceptuales vinculadas con la perspectiva de género. Por ejemplo, el artículo 7° inciso a) "
respetando las convicciones de cada comunidad educativa" y el artículo 8° menciona que " Los establecimientos
educativos desarrollan los contenidos mínimos obligatorios en el marco de los valores de su ideario y/o de su Proyecto
Educativo Institucional con la participación de las familias y la comunidad educativa en el marco de la libertad de
enseñanza." De esta manera, la ley avala que los contenidos de educación sexual integral sean atravesado por las
perspectivas éticas de las instituciones educativas y también reconoce que cada una de las instituciones puede definir
contenidos a tratar en el marco de los valores de su ideario.

En el marco de estos 12 años tanto en el plano institucional como en los debates y demandas sociales lideradas por el
movimiento feminista se han conseguido numerosos avances que hoy en día no se encuentran lo suficientemente
contemplados por el texto de la Ley 2.110. Entre otras cuestiones, cabe mencionar la sanción de la Ley N°26.743 de
identidad de género (2012), la Ley N° 26.618 de matrimonio igualitario (2010), la aprobación del nuevo código civil y
comercial a través de la Ley N°26.994 (2014) y la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo FAL
(2012).

Las acciones del Ministerio de Educación de la Ciudad

Durante los doce años posteriores a la sanción de la Ley el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no creó un programa
con la jerarquía suficiente para abarcar todas las instancias establecidas por la ley ni creó un área específica en la
estructura ministerial que garantice y supervise su efectiva implementación en todos los niveles escolares. Ante la
ausencia de lineamientos institucionales claros para la implementación de la Ley, a doce años de su sanción, no se
conocen cuáles fueron los objetivos promovidos, si existen procesos de revisión en términos de impacto o si en algún
momento se ha generado información que permita dar cuenta de las condiciones en las que es aplicada en las escuelas de
gestión privada.

Un claro exponente de esta falta de política pública es que durante estos 12 años prácticamente no fueron asignados
fondos para la implementación de una política de educación sexual integral. En el año 2008 la partida destinada a ESI fue
de 725.00 pesos. El presupuesto sancionado para 2016 representó un escaso 0,0034% del presupuesto total del Ministerio
de Educación. Como si esto fuese poco, en el transcurso del año se redujo la partida en un 79%, es decir, se quitó más de
tres cuartas partes del dinero originalmente comprometido para la ESI. A su vez, ese monto, fue ejecutado apenas en un
56%. El monto final utilizado para la implementación de la ESI en 2016 fue de $131.620. Respecto a la utilización de los
escasos fondos ejecutados, el Gobierno de la Ciudad los ha destinado principalmente a contratar organizaciones de la
sociedad civil que brindan talleres en escuelas, sin embargo no existe información sobre otras acciones ejecutadas con
estos fondos.

Formación y herramientas para docentes

La perspectiva de la ESI fue incluida entre los contenidos obligatorios de formación docente de manera dispar. Si bien
desde el año 2009 se incluyeron contenidos para el nivel inicial y el nivel primario, recién en 2015 fueron incorporados a
los planes de estudio de los profesorados destinados al nivel secundario y superior. Si bien estos contenidos curriculares

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en términos generales se enmarcan en los conceptos establecidos por la ley, hoy en día existen un conjunto de temáticas
que aún continúan invisibilizadas en las propuestas de formación docente. Es un reclamo recurrente la necesidad de
romper con la lógica biologicista en la formación docente e incorporar una perspectiva crítica que permita abordar las
múltiples realidades que se viven en las escuelas. Entre otras cuestiones que actualmente no son tratados en los contenidos
de formación ni en lo materiales pedagógicos del Ministerio de Educación se pueden mencionar los tabúes vinculados con
el deseo sexual, la menstruación y los abortos no punibles. También existen importantes deudas en el desarrollo de
propuestas integrales que problematicen desde una perspectiva transversal de derechos la cuestión de la discapacidad y la
sexualidad.

Como recursos complementarios a la formación docente curricular existen actualmente espacios de especialización en
Educación Sexual Integral en el Profesorado del Instituto Joaquín V. González y en la Escuela de maestros. Estas
propuestas de especialización proponen una oferta de contenidos integrales y ofrecen herramientas actualizadas para
incorporar la perspectiva de género de manera transversal. Sin embargo, al contar con cupos limitados y falta de apoyo
presupuestario (docentes y coordinadoras hace diez años que cuentan con contratos precarios) no llegan a satisfacer la
demanda de formación por parte de los y las docentes de la Ciudad. Al mismo tiempo cabe destacar que la propuesta de
creación de la UNICABA hasta el momento no incorpora ningún componente que explícitamente garantice la continuidad
de estas propuestas formativas.

Además de revisar los contenidos y enfoques de la capacitación docente, existen un conjunto de dificultades adicionales
vinculadas con la capacitación que limitan las posibilidades de desarrollar en las escuelas propuestas integrales en
términos de educación sexual integral. En el transcurso de los 12 años en los que la Ley 2.110 estuvo vigente no se
desarrollaron espacios de formación continua que le permitan trabajar los contenidos ESI en servicio ni se ofrecen los
materiales pedagógicos necesarios para abordar la temática de manera adecuada con cada edad.

Los y las docentes que quieren trabajar contenidos actualizados sobre educación sexual integral no cuentan con materiales
pedagógicos pensados para interpelar a los NNYA desde sus propios saberes, inquietudes y experiencias. Desde el campo
de las artes es posible pensar abordajes pedagógicos innovadores que permitan repensar las identidades sexuales
procurando construir espacios de reflexión conjunta entre docentes y alumnos/as. Es necesario incluir estrategias
pedagógicas que incluyan nuevas narrativas, contenidos audiovisuales, música, videojuegos, historias de influencers e
incluso los recursos artísticos actualmente exhibidos en museos. Todos estos son recursos válidos para trabajar cuestiones
vinculadas a la educación sexual a través de las experiencias, los sentimientos, las emociones, el cuerpo y el pensamiento
crítico.

La distancia entre las herramientas institucionales que se ponen a disposición de los y las docentes y los procesos sociales
que protagonizan los y las estudiantes pone de manifiesto la necesidad de repensar la idea de que las escuelas deben
"impartir" educación sexual integral. Las organizaciones de estudiantes tienen miradas sobre las escuelas atravesadas por
la cuestión de género y actualmente impulsan procesos autogestivos que expanden los alcances de la educación sexual en
términos de acceso a derechos. Estos desafíos que plantean los y las estudiantes ponen en evidencia la necesidad de
repensar la forma en la que es abordada la sexualidad en las escuelas. El rol docente no consiste en impartir conocimiento
y encausar a los y las estudiantes. Las transformaciones sociales que impulsan los y las adolescentes permiten poner en
cuestión cual puede ser la dinámica de intercambio entre docentes y alumnos/as en el contexto social actual.

La ESI en las escuelas

Ante la ausencia de una política pública que motorice la implementación de la Ley, las acciones en materia de educación
sexual integral en las escuelas ocurren de manera asistemática y sin garantizar que sean aplicados los lineamientos básicos
que establece la norma. El Ministerio de Educación de la Ciudad dispone de fechas específicas para dictar talleres de ESI

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en las escuelas a través de la agenda educativa, pero el contenido de las jornadas queda a cargo de las escuelas (sin
garantizar que su organización quede a cargo de personal con formación específica) y frecuentemente son dirigidos
exclusivamente a las escuelas secundarias.

El Ministerio de Educación de la Ciudad también ha recurrido a la firma de convenios con organizaciones de la sociedad
civil, las cuales intervienen en un número reducido de escuelas ofreciendo talleres sobre la temática. De acuerdo con la
información disponible informalmente, actualmente el Ministerio de Educación tiene convenios firmados con dos
organizaciones de la Sociedad Civil con trayectoria en la implementación de talleres de ESI. Sin embargo el Ministerio
de Educación solo autorizó en el año 2017 la realización de 15 talleres en dos escuelas por cada organización, ninguno en
2016 y tampoco en 2018. En la actualidad el Gobierno de la Ciudad no publica información sobre las organizaciones
conveniadas y, en algunos casos se han recibido denuncias por los contenidos abordados por algunas empresas
comerciales o espacios de la sociedad civil que aparentemente no tendrían convenio pero se encontrarían trabajando la
temática en las escuelas.

En consecuencia, muchas veces los contenidos tratados por las escuelas son reducidos a problemáticas concretas (como la
violencia de género o la prevención de embarazos no deseados) y excluyen a una parte muy importante de los alumnos y
alumnas. En el caso de las escuelas de gestión privada, la falta de supervisiones pedagógicas por parte del Ministerio de
Educación habilita que cada institución pueda exacerbar su propio ideario, muchas veces incluso promoviendo la difusión
de contenidos contrarios a la ley de educación sexual integral.

Otra limitación importante para garantizar el acceso a los derechos sexuales de los niños, niñas y adolescentes (así como
de jóvenes y adultos en su formación terciaria o universitaria) es la falta de proyectos institucionales que construyan
propuestas de abordaje para cada una de las escuelas. Si bien existen casos en los que son presentados proyectos
vinculados con la aplicación de la Ley 2.110 en los establecimientos, estos casos son excepcionales. En numerosos casos
las propuestas de docentes que cuentan con formación específica no logran prosperar ante la falta de mecanismos que
exijan a las autoridades escolares la construcción de proyectos pedagógicos que cumplan con los preceptos de la Ley.

El débil abordaje de las escuelas coexiste con la falta de mecanismos institucionales que garanticen el resguardo de los
derechos. Por ejemplo, no existen hoy en día mecanismos que permitan abordar los casos de violencia de género que son
denunciados o identificados en el contexto escolar ni es respetado siempre el derecho a la confidencialidad cuando los
alumnos o alumnas presentan alguna cuestión vinculada con sus derechos sexuales y reproductivos. La falta de revisión
crítica y sistemática de las prácticas institucionales impiden actualizar las respuestas institucionales frente a las
problemáticas, realidades y preocupaciones que atraviesan los niños, niñas y adolescentes en las escuelas.

El reduccionismo en los temas abordados y su focalización en determinados ciclos educativos son dos prácticas que
socavan las herramientas de los y las docentes para acompañar a los niños, niñas y adolescentes en la construcción de su
identidad y autonomía en materia de derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo, en la actualidad, los niños, niñas y
adolescentes viven y reflexionan sobre sus propios procesos incluyendo miradas amplias y discusiones profundas sobre la
igualdad y la diversidad de género. Estos procesos muchas veces no logran ser comprendidos por las instituciones y por
los adultos a cargo de gestionar los proyectos educativos.

En este mismo sentido, numerosos centros de estudiantes de escuelas secundarias plantearon ante el Ministerio de
Educación de la Ciudad la necesidad de profundizar los lineamientos sobre educación sexual integral en las escuelas,
modificar las reglas de vestimenta a través de la aprobación de un código unificado para todas las escuelas e implementar
un protocolo de actuación para casos de violencia de género en el ámbito educativo. Si bien estas demandas fueron
presentadas a largo de una serie de reuniones mantenidas durante el año 2017, las autoridades ministeriales solo
avanzaron recientemente con la validación del protocolo ante casos de violencia de género. Por otra parte, los alumnos y

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alumnas de establecimientos de educación pública de la ciudad manifiestan que las actividades que se desarrollan en el
marco de las jornadas ESI suelen estar a cargo de personal no especializado y a través de metodologías que desincentivan
la participación. En esas actividades también se señala la falta de participación del personal educativo docente y no
docente.

Desde la comunidad estudiantil también se manifiesta la constante repetición de comentarios machistas y discriminatorios
por parte de docentes que demuestran no incorporar los preceptos principales de la Ley 2.110. Cabe señalar que cuando no
se aplican los lineamientos propuestos por la Ley 2110 en el conjunto de actividades formativas de las escuelas, opera el
curriculum oculto que reproduce estereotipos de género y fortalece miradas sociales asimétricas que profundizan la
desigualdad de derechos, trato y oportunidades. Como contracara de este diagnóstico, los centros de estudiantes organizan
y promueven jornadas de reflexión sobre temáticas vinculadas con la ESI y asesoran a estudiantes que atraviesan
situaciones en las cuales las autoridades escolares desconocen sus derechos sexuales, reproductivos y de identidad de
género.

En los últimos años fueron realizadas encuestas de opinión orientadas a indagar sobre el estado de conocimiento,
aceptación, percepciones y experiencias respecto de la implementación de la Ley 2.110 en la Ciudad y del marco
normativo nacional. En 2016 el Instituto de Investigación Social, Económica y de Política Ciudadana (ISEPCI), el
Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires y la organización Mumala, llevaron adelante una encuesta
sobre aplicación de la ESI. Entre los principales resultados de ese trabajo se destaca que 7 de cada 10 personas
encuestadas afirmaron haber recibido algo de educación sexual durante su secundario, aunque se estima un promedio de 8
horas en todos los años y solo vinculado a temas reproductivos y prevención. En el año 2017 la Fundación Huésped y el
colectivo por los derechos sexuales y reproductivos realizaron una encuesta sobre la implementación de la ESI a nivel
nacional. En ese trabajo se identificó que el 86% de las personas encuestadas cree que la educación sexual consiste en
aprender sobre el aparato reproductor. Finalmente, en el año 2018, Amnistía Internacional realizó una encuesta sobre las
percepciones sociales en torno al debate por la despenalización del aborto en la que se consultó también la percepción
social en torno a la educación sexual integral. El 91% de las personas encuestadas se manifestó a favor de que se brinde
educación sexual integral en las escuelas.

Articulación entre agencias estatales y acceso integral a derechos en la infancia y adolescencia

Otra deuda relevante para el desarrollo de una política integral es la falta de articulación sistemática de las propuestas para
la educación sexual integral en escuelas con otras áreas de gobierno relacionadas con la promoción de derechos de Niños,
niñas y adolescentes.

Actualmente, hay instituciones educativas que convocan a profesionales de la salud para impartir talleres sobre educación
sexual integral. Sin embargo, más allá de esas convocatorias ocasionales no existen actualmente espacios inter-
institucionales que permitan promover acciones conjuntas y sistemáticas que articulen los objetivos previstos en términos
de educación sexual con los servicios y derechos resguardados en los programas de salud sexual que se llevan adelante en
los hospitales y centros de salud de la ciudad. También es deficiente la articulación entre las escuelas de la Ciudad y el
Consejo de Derechos de niños, niñas y adolescentes en lo que se refiere con la protección de derechos sexuales y
reproductivos.

Teniendo en cuenta el escenario previamente mencionado, las organizaciones, instituciones y referentes abajo
firmantes manifestamos nuestra preocupación por el estado de implementación de la Ley 2.110 y proponemos:

1. Incorporación del conjunto de propuestas aquí desarrolladas en el marco de la Ley 2.110.

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2. Creación de un programa que garantice la aplicación transversal y sistemática de la ley de educación sexual
integral en todos los niveles educativos, el cual debe estar a cargo de la planificación anual de ESI, la evaluación y
supervisión de las acciones implementadas en las escuelas;
3. Creación de un consejo asesor con la participación referentes estudiantiles, de gremios docentes y de la academia;
4. Evaluación permanente del programa de Educación Sexual Integral a través de la Unidad de Evaluación Integral
de la Calidad y Equidad Educativa;
5. Establecimiento de mecanismos sistemáticos para la articulación con programas de salud que garanticen el acceso
integral de niños, niñas y adolescentes a sus derechos sexuales y reproductivos;
6. Establecimiento de criterios de selección de organizaciones de la sociedad civil con las cuales el GCBA firma
convenios, basados en los antecedentes de las organizaciones y en la elaboración de proyectos institucionales que
den cuenta de su capacidad para desarrollar propuestas para trabajar la perspectiva de género en el ámbito escolar,
garantizando acciones constantes de supervisión sobre su desempeño.
7. Actualización de los contenidos de formación docente, procurando ampliar el abordaje sobre los aspectos
vinculados con las identidades de género, la diversidad sexual y los abortos no punibles;
8. Capacitación en servicio para los y las docentes;
9. Capacitación especializada para las autoridades escolares y personal no docente;
10. Creación de protocolos de actuación para prevenir casos de abuso de autoridad que vulneren derechos vinculados
con la identidad o diversidad sexual;
11. Creación de protocolos de actuación para intervenir en casos de violencia;
12. Creación de equipos de supervisión y orientación escolar dedicados específicamente a ESI;
13. Revisión de normas de convivencia para eliminar prácticas estereotipadas en términos de género;
14. Creación de espacios, dispositivos y prácticas institucionales que garanticen el derecho a la participación y a ser
oídos de los niños, niñas y adolescentes;
15. Problematización de la cuestión de la menstruación en las escuelas, informar sobre el impacto de la menstruación
en la vida escolar de las adolescentes y asegurar el acceso gratuito a productos de gestión menstrual en todos los
establecimientos educativos;

Firman

Instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil: Secretaría de Géneros e Igualdad de Oportunidades de UTE -
Secretaría de Derechos Humanos de SADOP Capital Federal - Fundación Huésped - Asociación Argentina de Educadoras Sexuales -
Forum Infancias - Comisión de Educación del Parlamento de las Mujeres - Economía Feminista - Observatorio Contra el Acoso -
Residencia Interdisciplinaria de Educación y Promoción de la Salud - Centro de Formación Profesional N° 24 de CABA - Secretaría
de DDHH del Centro de Estudiantes del Joaquín V. González - Secretaría de Géneros del Centro de Estudiantes Terciarios del
Federico Dickens- Secretaría de Mujer y Géneros del Centro de Estudiantes del ISTLyR - Familias por la Escuela Pública - Colectivo
Pedagógico Conversaciones Necesarias - Referentes: Alberto Sileoni (ex Ministro de Educación de la Nación y de la Ciudad de
Buenos Aires) - Graciela Morgade (Decana de la Facultad de Filosofía y Letras - UBA) - Carolina Mera (Decana de la Facultad de
Ciencias Sociales - UBA) - Carolina Spataro (Subsecretaria de Políticas de Género de la Facultad de Ciencias Sociales - UBA) - Dora
Barrancos (Directora del CONICET en representación de las Ciencias Sociales y Humanas) - Ana María Suppa (Legisladora MC -
Integrante del Frente por la ESI) - Roxana Perazza (Pedagoga) - Gabriela Larralde (Universidad Nacional de las Artes) - María Elena
Naddeo (Legisladora MC, Ex presidenta del CDNNYA y Co-presidenta de la APDH) - Florencia Gentile (Plenarista del CDNNyA) -
Gabriel Lerner (ex Secretario de Niñez, adolescencia y Familia) - Lucila Szwarc (CONICET - CEDES) - Ayelén Dománico
(Integrante del Frente por la ESI - Seamos Libres) - Laura Velazco (Directora de Proyectos especiales del CESBA) - Gustavo
Lesbergueris (Coordinador Operativo de Educación y Cultura de la Defensoria del Pueblo CABA) - Micaela Kohen (Bióloga FCEN
UBA, Candidata a Doctora en Formación docente en educación sexual) - Florencia Fontana (Lic. en Sociología - Trabajadora del
sector salud) - Camila Lynn (Delegada ATE Ministerio de Salud de la Nación - Especialista en salud sexual y reproductiva) -
Organizaciones feministas y políticas: Colectivo Ni una Menos - Asamblea Popular Feminista - Colectiva Feminista Mala Junta -
Frente por la Igualdad Hilda Torres - Nuevo Encuentro CABA -Frente de Mujeres del Movimiento Evita - Frente de Géneros de
Unidxs y Organizadxs - Seamos Libres - Frente de Mujeres de La Cámpora - MuMaLa - Frente de Géneros Aquelarre - Chana

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Feminismo Futura - Legisladores/as: Carlos Tomada (Unidad Ciudadana) - Juan Nosiglia (Evolución) - María Rosa Muiños (Bloque
Peronista) - Andrea Conde (Unidad Ciudadana) - Victoria Montenegro (Unidad Ciudadana) - Lorena Pokoik (Unidad Ciudadana) -
Paula Penacca (Unidad Ciudadana) - Leandro Santoro (Unidad Ciudadana) - Mariano Recalde (Unidad Ciudadana) - Javier Andrade
(Unidad Ciudadana) - - María Patricia Vischi (Evolución) - María Inés Gorbea (Evolución) - Marcelo Guouman (Evolución) -
Leandro Halperin (Evolución) - Santiago Roberto (Bloque Peronista) - Silvia Gottero (Bloque Peronista) - Claudio Heredia (Bloque
Peronista)

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