La prostitución es definida como el acto en el cual se realiza actividades sexuales a cambio de

un pago, este pago puede ser por medio de dinero o bienes, es ejercida en su mayoría por el
sexo femenino.

La prostitución no es un acto moderno, de hecho su práctica es conocida desde la antigüedad.

Comenzando desde Babilonia en donde las mujeres tenían la obligación al menos una vez de
asistir al templo de la diosa Militta para realizar actos sexuales con un extranjero como
muestra de hospitalidad y este a cambio le daba un pago simbólico. Incluso los hombres tenían
permitido ofrecer a sus esposas como forma de pago a un préstamo. Al respecto, considero
que la legalización de la prostitución sería un acto en contra de los derechos humanos, pues
estas personas son utilizadas como objetos sexuales.

La legalización de la prostitución no protege a las mujeres que se encuentran en la

prostitución, de hecho pueden estar expuestas a un mayor maltrato por parte de los
proxenetas y clientes. Un estudio de la CATW realizado en 5 países, en los cuales se entrevistó
a 146 víctimas de tráfico internacional y de la prostitución local, muestra que el 80 por ciento
de las mujeres entrevistadas sufrieron violencia física por parte de los proxenetas. También
muestra que todas ellas sufrían similares y múltiples consecuencias de salud derivadas de la
violencia y de la explotación sexual (Raymond, 2002).

Al legalizar la prostitución se estaría mostrando a los hombres que la mujer es un objeto sexual
y debe ser tratada como tal, que ellas pueden ser compradas para satisfacer sus necesidades
sin riesgo alguno. Dando a la mujer una mujer de inferioridad, una imagen que se ha luchado
por eliminar y darle a la mujer el valor que se merece. Es por ello que la legalización de la
prostitución es un insulto a todo lo que las mujeres han venido luchando, es un insulto a sus
derechos.