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El Desembarco en Pisagua o Combate de Pisagua fue un ataque anfibio por

tropas chilenas bajadas desde naves de transporte protegidas por sus naves de guerra
contra el puerto de Pisagua defendido por tropas aliadas de Perú y Bolivia ocurrido el 2 de
noviembre de 1879 en el marco de la Campaña de Tarapacá durante la Guerra del
Pacífico. Un desembarco simultáneo en la playa de Junín, al sur de Pisagua con el fin de
distraer fuerzas aliadas se realizó sin mayores problemas pero fue hecho con atraso.
Derrotadas en el combate, las fuerzas aliadas se retiraron hacia Iquique y abandonaron el
puerto de exportación de salitre con valiosas instalaciones de desalinización, vías férreas,
locomotoras y vagones sin destruir a las fuerzas desmbarcadas.
La ocupación de Pisagua y el desembarco posterior del grueso de las fuerzas chilenas en
la zona, colocó al ejército chileno entre las fuerzas aliadas que defendían Iquique y las
acantonadas en Arica. El siguiente enfrentamiento mayor sería la Batalla de Dolores.
El combate fue el inicio de la invasión de Perú por fuerzas chilenas, el primero en territorio
peruano y, según la Armada de Chile, "el primer desembarco anfibio orgánico efectuado en
el mundo".

Primer desembarco
A las 8:00 de la mañana se dio inicio al desembarco. Se embarcaron la 1ª y 3ª compañías
del Batallón Atacama, al mando del subteniente Rafael Torreblanca,9 y dos compañías del
regimiento Zapadores comandadas por Manuel Villaroel, de las cuales lograron llegar
hasta la playa unos 450 hombres.10 Los peruanos se replegaron ordenadamente, pero los
bolivianos no pudieron retroceder de igual forma. Sin embargo, problemas de coordinación
en el ejército de Chile retrasaron el desembarco permitiendo a las tropas peruanas
reagruparse y tomar mejores posiciones defensivas, dificultando el avance de los
atacantes. Pese a la defensa, la infantería chilena logró tomar las trincheras peruanas y
penetrar hacia el interior antes de ser desalojados en la primera oleada fallida. Las
embarcaciones chilenas, entre tanto, regresaron a las naves en busca de una segunda
oleada.
A las 10:00 de la mañana, tras tres horas de combate, las baterías fueron inutilizadas, lo
que posibilitó al fin el avance de las lanchas chilenas protegidas por la artillería naval. La
defensa aliada repelió también este desembarco lo que se tradujo en descoordinaciones
en los oficiales chilenos que proponían desembarcar en Junín o en Pisagua Viejo o en Ilo
pensando frustrado este primer desembarco[cita requerida].

Segundo desembarco
Tras la primera oleada de asalto, logró embarcarse una segunda ola de soldados, el resto
del Batallón Atacama, más 30 soldados del 2° de Línea bajo las órdenes de Emilio Larraín
y tres compañías del Buin, estos últimos al mando del teniente coronel José María del
Canto Arteaga,10 mientras los blindados se acercaban a la costa para reducir la defensa.
Sus disparos incendiaron los montones de carbón y sacos de salitre que servían de
parapeto a los aliados, obligando a Recavarren a replegar su defensa ante la segunda
carga chilena.

Desembarco en Junín
A las 14:00, más tropas chilenas desembarcaron en la playa vecina de Junín. Al ser
informado de ello Recavarren decidió replegar los restos de sus tropas hacia la estación de
San Roberto.
El ascenso chileno hacia posiciones más favorables fue muy difícil, dadas las condiciones
del terreno y la defensa de los aliados. La sucesiva incorporación de tropas permitió tomar
finalmente las alturas, llegando hasta la pampa del Hospicio en la cumbre de la meseta.

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