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Ficha de lectura

Anthony Giddens “La transformación de la intimidad” capítulos II y III


Seminario Temático I (Vespertino)
Pablo Román
Las teorías de Foucault sobre la sexualidad
El "poder disciplinar" produce "cuerpos dóciles", controlados y regulados en sus
actividades e incapaces de actuar espontáneamente a impulsos del deseo (Giddens, 1998,
pág. 14).
En el siglo XIX y XX, es un momento en la historia donde la sexualidad es de cierto modo
develada para ser de alguna manera regulada y prohibida. La confesión católica es
entendida como el medio para regular la vida sexual. La sexualidad femenina se
encuentra estigmatizada bajo formas impuras, esta tiene una relación directa con la
patología de la histeria, los niños son definidos como sexualmente activos, situación que
es entendida como contraria a la naturaleza, mientras que los tamaños de las familias
se encontraban conformados espontáneamente de la prosecución disciplinada del placer
(Giddens, 1998, pág. 16).
Con la literatura que expresa el “amor romántico” se desplazan las relaciones maritales
de aquellos lazos de parentesco, llenándose estas de un sentido diferente. Se desarrolló
una fuerte diferenciación entre la casa y el trabajo, además de separarse también el acto
sexual de un carácter procreativo, cuestión en la que también se ven relacionadas las
políticas que proclamaban el control de natalidad.
Para las mujeres, y —en un sentido parcialmente diverso, también para los
hombres— la sexualidad se ha hecho maleable, abierta a una configuración de diversas
formas y a una "propiedad" potencial del individuo (Giddens, 1998, pág. 20).
En definitiva, actualmente la sexualidad se encontraría totalmente autonomizada,
liberada y sustentada como una cualidad de los individuos. En la mitad del siglo XX, la
sexualidad se encuentra en un proceso de revolución, donde se acentúa una autonomía
sexual femenina y el florecimiento de la homosexualidad.
El concepto de reflexividad institucional es propuesto por el autor en
contraposición a la idea de Foucault sobre un saber-poder entramado bajo discursos en
la organización social.
Sin negar su relación con el poder, deberíamos ver el fenómeno más
bien como una reflexividad institucional, que está en movimiento constante.
Es institucional, porque constituye un elemento básico estructurante de la
actividad social en las situaciones actuales. Es reflexivo en el sentido de que
introduce los términos para descubrir la vida social, entrar en su rutina y
transformarla, no como un proceso mecánico ni necesariamente de forma
controlada, sino porque forma parte de los marcos de acción que adoptan
los individuos y los grupos (Giddens, 1998, pág. 21).
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Anthony Giddens “La transformación de la intimidad” capítulos II y III
Seminario Temático I (Vespertino)
Pablo Román
Es decir, es en el propio desarrollo del individuo, el lugar aquel donde se conforma el
yo, se encuentra determinado bajo una serie de procesos reflexivos formados bajo
cánones institucionales. Es el psicoanálisis aquel que instaura en el siglo XX las
conexiones entre sexualidad y autoidentidad, que eran absolutamente oscuras, y que —a
la vez— pusiese de relieve que estas conexiones eran problemáticas (Giddens, 1998, pág.
22). Tanto el ego como la sexualidad y el cuerpo se encuentran invadidos por dicha
reflexividad lo que se aplica al ego, se aplica al cuerpo […] El cuerpo se convierte en un
foco de poder administrativo, que debe estar seguro. Pero más que esto, se convierte en
una carrera visible hacia la identidad del ego y se ve crecientemente integrado en las
decisiones sobre el estilo de vida que hace un individuo (Giddens, 1998, pág. 22). Y por
tanto el cuerpo se encontraría en la actualidad manipulado a tal grado que existe la
posibilidad de modificarlo a antojo por la ciencia nutritiva formada bajo un poder
administrativo diría Foucault, donde es tal el grado de manipulación de este que los
desórdenes alimenticios pasarían a entenderse bajo la lógica de una patología histérica,
el fenómeno de la dieta.
La perversión sufre un cambio, de ser condenadas de manera severa en tiempos
pasados, hoy son ilegales pero no negadas, por el hecho de que estos no representan
anomalías aisladas, sino que son propias de todas las personas. A partir de esto el
concepto de perversión es sustituido por el de desviación sexual, categoría que poco
apropiada para la legitimación legal de la homosexualidad en el mundo social.

Amor romántico y otras formas de afectividad

Ya se podía adelantar que el amor romántico es propio de la modernidad, es una


carga enorme de todo aquello que envuelve las pasiones en el campo de aquello que se
contrapone a la razón, lo entendido como irracionalidad. El matrimonio pre-moderno
tiene un carácter de conveniencia donde no encaja normalmente la atracción sexual,
este se encontraba determinado por un propósito de conveniencia, un acuerdo. Es fuera
del núcleo del matrimonio donde se desbordan las pasiones
La diferenciación trazada entre la sexualidad "casta" del matrimonio y el carácter
apasionado o erótico de los asuntos extramaritales fue bastante común entre otras
aristocracias distintas de las europeas (Giddens, 1998, pág. 26). Es en el siglo XVIII
donde se fomentan elementos pasionales en el amor romántico, cuestión que se
encuentra a la par del surgimiento de la novela la constitución de ambas constituyó una
nueva forma narrativa (Giddens, 1998, pág. 27). Donde afectos y lazos son enaltecidos
por sobre el acto sexual, estimando la virtud como el carácter selectivo, es decir, a partir
de determinadas características es seleccionada la otra persona.
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Anthony Giddens “La transformación de la intimidad” capítulos II y III
Seminario Temático I (Vespertino)
Pablo Román
A partir del siglo VXII las mujeres de la época se vieron afectadas por una serie
de cambios como lo fue la conformación de una nueva forma de hogar, el cambio de
relación entre padres e hijos y la “invención de la maternidad”. Hay un traspaso de roles,
la autoridad patriarcal es relegada por el afecto maternal, es la mujer la que se encarga
de la economía del hogar y el hombre toma un rol de sustentador. Los trabajos propios
del hogar, como aquel espacio íntimo donde se ejerce la maternidad son interpretados
bajo los aspectos de lo que se entiende como sexualidad femenina
Como observaba un artículo sobre el matrimonio publicado en 1839;
"el hombre establece la norma sobre la persona y conducta de su esposa.
Fundamenta la norma de sus inclinaciones: él gobierna por decreto, ella por
persuasión... el imperio de la mujer es un imperio de ternura... sus
instrumentos de mando son las caricias, sus amenazas son las lágrimas"
(Giddens, 1998, pág. 29).

El amor romántico se encuentra relacionado con el matrimonio y la esfera del hogar, la


intimidad, el mismo lugar donde se encuadra a la mujer, separándola del mundo
exterior, aislándola de él. El hombre en tanto circula entre estas dos esferas donde tiene
por un lado el amor romántico del hogar y por otro lado el amor pasional del exterior
entre prostitutas y amantes. El cinismo masculino hacia el amor romántico quedó
claramente fomentado por esta división, que implícitamente no dejaba de aceptar la
feminización del amor "respetable" (Giddens, 1998, pág. 29).

Podemos ver en este sentido lo importante que es confinar la


sexualidad femenina al matrimonio para constituir el distintivo de una
mujer "respetable". Esto, al mismo tiempo, ha permitido a los hombres
mantener su distancia del reino de la intimidad y mantener la condición de
casada como objetivo primario de las mujeres (Giddens, 1998, pág. 31).

Bibliografía
Giddens, A. (1998). La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las
sociedades modernas . Madrid : Ediciones Cátedra, S.A.

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