Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para Que La Memoria No Se Pierda PDF
Para Que La Memoria No Se Pierda PDF
Dirección Editorial:
Paúl González Palencia
Transcripción de textos:
Carmen González
Diseño de Portada:
T.S.U. Yohennys Peña
Impresión:
Impresos Arturo
RIF.: V-09502585-0
Telfs.: 0268-2525086 / 0414-6826274
PRÓLOGO
Baudilio Loyo, formó parte del Comando del Frente “José Leonardo
Chirino”. Nació en Santa Cruz de Bucaral en el Estado Falcón en 1933.
Es primo hermano de Douglas Bravo. Fue militante de Acción
Democrática y como tal participó en la lucha clandestina contra la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez. En 1960, pasó a formar filas en el
MIR a consecuencia de la división de AD. Entonces era estudiante de
derecho en la Universidad Santa María, en Caracas; estudios que nunca
culminó. A pesar de su militancia mirista se relaciona con su primo
Douglas para la acción guerrillera. Inicia las exploraciones preparatorias,
en 1960, en las montañas de Iracara y Santa Cruz de Bucaral. Estuvo
activo en el frente guerrillero hasta 1965, cuando viaja a Cuba a realizar
cursos militares. Regresa en 1968. Cae preso en ese mismo año hasta
1969. No se integra a la guerrilla y se separa de toda militancia. En la
actualidad posee una pequeña pero muy surtida y rentable bodega en
Barquisimeto. De eso vive. Actualmente no realiza ninguna actividad
política.
“Su preferencia más evidente fue para la Standard Oil of New Jersey
y para todo el grupo Rockefeller. Su práctica de arreglarse
directamente con Rockefeller sin tomar en cuenta debidamente las
otras intensas internas del imperialismo y de la burguesía
proimperialista, provocó disgustos”.15
Para lograrlo era fundamental una alianza del sector político (AD,
COPEI, URD) con el estamento militar, FEDECÁMARAS, la jerarquía
eclesiástica y las cúpulas obreras controladas por AD, las cuales
garantizarían la continuidad del Pacto de Avenimiento Obrero Patronal,
firmado el 24 de Abril de 1958.28
“..., había razones para empuñar las armas. Fue justo. Si no las
empuñábamos nosotros, otros las hubieran empuñado. La historia nos
ha dado la razón; nos derrotaron, pero los vencedores acabaron con
este país, lo arruinaron, lo empobrecieron y lo degradaron”. (p. 133)
“Si fue justo o no lo importante es que nos alzamos, que nos llenamos
de sueños, que intentamos tomar el poder para construir una patria
independiente y soberana. ¡Coño, que nos equivocamos: fue la
equivocación más bella de nuestra vida!” (p. 219)
“... que nadie escribe sobre ellos, aquí todo el mundo habla pa’
aparecer en los libros, pa’ aparecer en las historias, pero ellos no
escriben la verdadera historia ni recuerdan a sus compañeros que
cayeron: Arcadio Martínez, Arcadio Pérez Martínez, nombran claro a
Miguel Noguera, porque tienen que nombrarlo, a Baltazar Ojeda
ahora porque tienen que nombrarlo, pero hay mucha gente que cayó,
que fueron compañeros combatientes de distintos estados de
Venezuela... (p. 266) ... demasiada gente cayó y nadie los nombra”.
(p. 267)
__________________
1
Wolf, Eric R... Europa y la gente sin historia, p. 10.
2
Peña, Alfredo. Conversaciones con Douglas Bravo. Edit. Ateneo de Caracas.
Caracas, 1978.
3
Comandante de origen campesino del Frente José Leonardo Chirino, considerado
corno uno de los guerrilleros más audaces de la década del 60.
4
Capitán de las Fuerzas Armadas Nacionales quien en los años sesenta se incorpora
al Movimiento Revolucionario e integra la Comandancia al Frente Guerrillero “José
Leonardo Chirino”, Comandante Guerrillero y Disidente al FLN.
5
Considerado como el más importante táctico militar de la insurgencia de los años
sesenta.
6
El Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) publicó en 1968, cinco tornos
de documentos sobre la violencia en Venezuela en la década del 60. Los mismos
recogen información documental sobre el PCV, el MIR y el FLN-FALN.
7
Ferrarotti, Franco. Histoire et histoire de vie. Edit. Les Meridians París, 1983;
Bertaux, Daniel. Histoire le vie ou recit de practiques. Cordes. París, 1971. Hanet, F.
Aron, D. “Sourees orales, archives orales”; en Annales. París, 1980.
8
Savater, Fernando. Ortodoxos y heterodoxos, p. 16.
9
Hosak. l. (y) otros. Fundamentos de la historia, p. 61. García, Alejandro. Las
Fuentes Orales, p. 9.
10
Fals Borda, Orlando. “Comentarios sobre la Historia Doble de la Costa”, en: De
Ficciones y Realidades. p. 261.
11
Vasina, Jan. La Tradición Oral, p. 27.
12
Bigott. Luis Antonio. Investigación Alternativa y Educación Popular en
América Latina, p. 97.
13
Véase además: Apalategi, Joxemartin Introducción a la Historia Oral, pp. 93-
95; Marinas, José Miguel (y) Cristina Santamarina. La Historia oral: Métodos y
Experiencias, pp. 101-116; Sitton, Thad. Historia Oral, pp. 47-51; pp. 109-116;
Wolf, Eric R. Europa y la gente sin historia, pp. 11-13.
14
Ramírez Rosales, Edito. El 18 de Octubre y la problemática venezolana actual
(1945-l979), p. 66.
15
Comisión ideológica de Ruptura. El Imperialismo petrolero y la Revolución
Venezolana T-2, p. 250.
16
Rodríguez José. ¿Quién Derrocó a Gallegos?, p. 164.
17
Ibid, p. 159.
18
Sanin. Los adecos al poder, p. 142.
19
Velázquez Ramón J. Venezuela moderna, p. 183.
20
Ibid, p. 183.
21
Ibid, p. 179.
22
Ibid, p. 181.
23
CF. Ramón J. Velázquez. Venezuela moderna, p. 176.
24
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
25
CF Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
26
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193
27
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
28
González Navarro, José “Relaciones Laborales o Advenimiento Obrero Patronal”,
en Revista sobre Relaciones industriales, pp. 40-42.
29
Blanco Muñoz Agustín. La Lucha Armada. Hablan cinco Jefes, p. 253.
30
Ibid, p. 323
31
Cidoc. Venezuela: La violencia. T 5. p. 321
32
Gott, Richard. Las guerrillas de América Latina, pp. 37-38.
33
Ibid, p. 43.
34
“Nos están vendiendo por cuquitas”, expresión de uso corriente en la región del
Estado Falcón que equivale a “nos están cambiando por algo de valor
insignificante”.
COMANDANTE
DOUGLAS BRAVO
P.- Buenos días, Comandante Douglas Bravo, mucho tiempo sin verlo.
Estoy escribiendo un libro que tengo bastante avanzado, con el pretendo
reconstruir la historia del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”.
Hasta ahora, he realizado 14 entrevistas, la suya es la número 15. El
libro se llama “Para que la memoria no se pierda”. En gran medida,
este libro es la historia de los que no tienen historia: los combatientes y
las combatientes del “José Leonardo Chirino” tanto de la parte urbana,
como de la rural. He entrevistado a las siguientes personas: Jesús Díaz
Suárez (El gordo Cuchú), Nicolás Jiménez (Nico), Noel Sirit (Benjamín),
Francisco Perozo (Salomón), Raúl Chirinos (El Pica), Onésimo Medina
(El Negro), Ramón Martínez (El Gallinazo), Ignacio de Jesús Goitia
Henríquez (El Pichirilo), Alejandro Mariño Suzzarini (Tovar, Wilmer,
Alex), Carlos Portillo Pirela (Nacho o Daniel), Francisco Sosa
(Pancho), Baudilio Loyo (Gigio), Epifania Sánchez (La Negra Aurora) y
ahora me toca una entrevista con usted. ¿Qué le parece la idea,
Comandante?
R.- Bueno, hermano, poeta, guerrillero. Poeta Rossell, como usted es uno
de los combatientes y de los fundadores del trabajo campesino del Frente
Guerrillero “José Leonardo Chirino”, creo que tiene realmente un buen
proyecto, porque va a incorporar, como dijo hace rato, aquellos que no
tienen historia y me mencionó varios de los compañeros que habiendo
hecho historia, habiendo participado en circunstancias históricas
transcendentales, nadie los conoce, apenas quizá los que anduvimos con
ellos, o los de su caserío, o los de su barrio, si se trata de un pueblo, o de
una ciudad, o quizá sus familiares más cercanos, su novia o su madre.
Aparte de eso, me gusta mucho, porque forma parte de lo que la historia
no ha relatado del “José Leonardo Chirino”, porque usted, quizá, con su
propuesta, pueda llegar a desenterrar elementos importantes de la vida
política de hoy, que nacieron en el propio “José Leonardo Chirino”.
P.- Comandante a usted lo han entrevistado cientos de veces, en todas
las lenguas. Le voy a contar una anécdota para que usted vea.
Estábamos en la escuela guerrillera del destacamento Félix Adam, en El
Oasis y llega un camarada que venía de China y los camaradas chinos lo
habían enviado a Mongolia, él traía un periódico en mongol, donde
venía una entrevista suya. Le quiero hacer una primera pregunta
Comandante “Andrés”, una pregunta muy política, que está muy ligada
con tu espíritu. ¿Qué significó para usted el 23 de Enero y la caída del
General Pérez Jiménez?
R.- En realidad, podríamos decir que me tocó, como militante del Partido
Comunista de Venezuela, participar activamente en la derrota del General
Marcos Pérez Jiménez y formar parte de organismos como el Comité
Obrero de la Junta Patriótica dirigida por Fabricio Ojeda y formar parte
de comandos especiales, junto con gente de Acción Democrática que
dirigía Simón Sáez Mérida y conjuntamente, llevar a cabo en ese
entonces, ese gran esfuerzo. Creo que nosotros consideramos que fue una
gran victoria, porque derrotamos a Pérez Jiménez y años después,
supimos que nos faltó una estrategia correcta para profundizar el proceso
de la caída de Pérez Jiménez, que la táctica para la derrota de Pérez
Jiménez diseñada por el Partido Comunista fue correcta, pero que no
hubo una estrategia correcta para después de la derrota del General y no
tuvimos criterio de poder, no tuvimos concepción del poder, como si la
tenía Rómulo Betancourt, Uslar Pietri y otra gente.
R.- Bueno, efectivamente, Olegario Reyes tiene, incluso, una pelea, -lo
cuenta Miguel Otero Silva en “Fiebre”- tuvo una desavenencia muy seria
con Rafael Simón Urbina, porque Rafay Simón quería matar a unos
campesinos allí y Olegario que era campesino y de allí mismo, de
Curimagua se opuso radicalmente. Esto lo cuenta después Gustavo
Machado en otro libro. Ese Olegario de verdad, verdad, era un
extraordinario combatiente. Yo creo que Olegario, para aquel entonces,
era lo que fueron más tarde Miguel Noguera y Magoya, lo que fueron ese
grupo de hombres extraordinarios, campesinos natos, que incluso, estos
dos muchachos aprendieron a leer en la guerrilla, como usted mismo lo
sabe.
P.- Bueno, le voy hacer otra pregunta. Los inicios para instalar el frente
“José Leonardo Chirino” se caracterizan por muchas cosas, primero,
son muy pocos los prisioneros que caen en manos del enemigo,
podríamos mencionar entre ellos a Chema Saher, al Catire Rómulo
Valera y a uno de los Lapp, hermano de Guillermo, guerrillero del
Frente Sur que murió ahogado en el río Tocuyo. Los hombres del José
Leonardo se caracterizaran por el conocimiento del terreno y por el
apoyo recibido por los campesinos de la Sierra. Douglas cómo se le
ocurre la idea de instalar ese frente en esa Sierra, que uno la ve ahora y
dice: ¡coño! este fue un gran sueño, un extraordinario sueño y un gran
sacrificio. Hablemos de los preparativos para iniciar las acciones en el
José Leonardo.
R.- Eso es cierto, Baudilio se va al Sur, entra al Sur con Simón Domingo
Urbina; ya en el Norte estaba Manilo, haciendo un trabajo lento, lento.
Yo estaba clandestino para ese entonces y allí en la zona de Churuguara
había un elemento histórico muy importante, porque en esa zona estuvo
el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón con las tropas Federales durante
largo tiempo, por cierto, que hay un historiador, un señor que vive en
Churuguara, quien tiene unos archivos allá, en Cabure, quien tiene toda la
vida de Ezequiel Zamora, desde que llegó Ezequiel Zamora, ese señor
está vinculado a los Payares, porque el General Payares es quien le deja
todos esos documentos, ya que él fue ayudante de campo de Ezequiel
Zamora.
P.- Ustedes comienzan ese trabajo en la base social que fue un trabajo
en todo el Estado Falcón; comienzan en la Sierra propiamente, otro
grupo de hombres está en la zona Sur de Falcón, montañas de
Churuguara; otro grupo de hombres en el Este de Falcón, construyendo
partido, frente y social. ¿Cuándo comienzan a instalarse ya con las
armas en el frente, bueno Douglas cuando se instala en la Sierra con los
hombres en armas?
P.- Por cierto que Alcides está ciego, Alcides es uno de los poquísimos
dirigentes de la Dirección del Partido Comunista que sube a la montaña,
creo que él fue el célebre Comisario Político Camilo o el Gordo Camilo.
R.- Efectivamente, cuando tú introduces ese paréntesis en esta parte, vale
la pena alargar ese paréntesis, hablando de Camilo, él era Diputado a la
Asamblea Legislativa. El Partido Comunista había acordado que el
grueso de la Dirección subiera a la montaña. Alcides Hurtado era,
además, miembro del Comité Central y Secretario General de Partido en
Falcón, él fue uno de los pocos miembros del Comité Central que sube a
la montaña y permanece en el frente guerrillero, prácticamente hasta que
vino la expulsión del Partido Comunista para muchos dirigentes
guerrilleros.
R.- Sí, hubo unas escaramuzas, sí, en Las Vegas, sí allí hubo un combate.
R.- La acción de Las Vegas, por cierto Las Vegas es una zona campesina
en la parte baja de la montaña, se llama así porque está en las vegas del
río Hueque. En esta zona se encontraba un pelotón de policías, bajo el
mando del Sargento Colina, quien era un gran torturador y que había,
incluso, planeado ese mismo día, muchos campesinos y había asesinado
a otra gente más y había hecho presos algunos guerrilleros, entre ellos a
Rómulo Valero y al Chema Saher. La idea nuestra era capturarlo, pero
nos fuimos a buscarlo Mariño, Baltazar Ojeda, Miguel Noguera y otros.
Ahí es donde se destaca Miguel Noguera justamente y después de ese
combate de planificado, es el primer combate victorioso que nos da
armas porque en las cinco escaramuzas anteriores eran una retirada para
nosotros, más bien pérdida de proyectiles, además fuimos sorprendidos
en las escaramuzas. No como aquí, que fuimos nosotros quienes
sorprendimos al enemigo, una cosa es cuando uno sorprende y otra
cuando nos sorprenden, son dos cosas distintas. En esta acción obtuvimos
armas y le causamos varias bajas a la policía, entre ellas el Sargento
Colina quien había muerto en el combate, constituyó un alivio para los
campesinos que se sentían aterrorizados día y noche por la presencia de
ese Señor. Por cierto que allí participa un muchacho de Churuguara,
Adam, Félix Adam que viene del Sur con Miguel Noguera y llegan
justamente ese mismo día y una de las armas, una metralleta muy bonita,
la Ho King se la pasó a Félix Adam y con esa él se traslada después al
Sur donde se encuentra Jota Jota, Alirio Chirinos, El Cabito -Julio
Chirino-, que es de la Península de Paraguaná porque Alirio si es de
Churuguara, de Santa Cruz de Bucaral.
R.- Mire, Poeta le voy a decir algunas cosas de Miguel, así muy sencillas.
Estas son cosas que incluso no aparecen en ningún comentario de ningún
libro. Miguel Noguera ha subido el 15 de Marzo, pero bajaba
frecuentemente a los pueblos, para hacer sus contactos, porque era de los
conocedores, así como el Negro Bravo, él y el Negro Bravo eran
compadres. Miguel Noguera era un indio, indio blanco, hijo de Polo
Madrid, de Cabure; Polo Madrid estuvo preso y torturado bárbaramente y
no habló una palabra, ese hombre el papá de Olimpo, Miguel Noguera es
hermano de Olimpo. Bueno, entonces, fíjese usted este detalle de Miguel
Noguera. Nosotros hemos acostumbrado siempre quizá por la
universidad, quizá por la política a excusarnos de todo, Miguel Noguera
enseñó que no había por qué tener excusas y se acabaron las discusiones.
Un día sale Miguel Noguera para Hueque a buscar una correspondencia y
a poner las minas para una emboscada. ¡Carajo¡ y Miguel Noguera se
tarda, dos días más de lo convenido y nos preocupamos; al final cuando
estamos discutiendo en la Asamblea donde está todo el mundo
disgustado, oye, llega Miguel cargado de comida, con el morral y con
unos sacos, entonces le preguntaron: -Bueno mano Migue, diga por qué
usted no cumplió a la hora, no ve que nos tiene en emergencia, no ve que
estamos angustiados por usted, esto es irregular, esto es injusto y Miguel
Noguera dijo tranquilamente: -No, es que..., la hija de un campesino de
quien estoy enamorado,... me había comprometido a llevarle una serenata
y hasta que no le llevé la serenata, no me vine-. Lo dijo con franqueza, es
decir, otro de nosotros hubiera inventado que estaba haciendo tareas,
actividades, reconocimiento de terreno, etc... No, Miguel dijo la verdad,
simple y llanamente pues. Otro aspecto de Miguel era éste. Mire, cuando
subió Regis Debray, allá estas anécdotas, Poeta, le van a valer a usted un
millón ¿sabe? porque es una historia de la parte humana. Se encontraban
allá en el campamento la Negra Aurora, Tulio Martínez Delgado,
Picapiedra o Raúl Chirinos, porque los campamentos estaban cerca, el de
la emisora de la planta de transmisión y el campamento de la
Comandancia y el de la Escuela, había tres campamentos juntos.
Entonces sube Regis Debray a hacernos una entrevista en 1963, en Julio -
Agosto, no recuerdo bien, pero da la gran casualidad que subiendo Regis
Debray se producen ataques del ejército, cerca a los pueblos y no
hallábamos por dónde sacarlo, -a pesar de que Caraquita Urbina, que era
el jefe de la retaguardia… que por cierto ¿no? Este es un aspecto que
después le voy a decir como se llamaba esa retaguardia-. Lo cierto es que
era imposible bajar a Regis, entonces, el Capi Elías Manuit Camero, -que
era el Comandante del Frente Guerrillero para ese entonces, pues yo era
el Comandante de todo el distrito-, Manuit Camero en una cueva inmensa
que había allá, hacía actos en la noche para que Regis Debray no se
pusiera nervioso, porque en realidad él estaba muy preocupado, porque
cada vez que hacía mi intento de bajar... por cierto que quien lo ayudaba
siempre era la Negra Aurora, que era para ese entonces la jefe del
destacamento donde estaba Magoya y cada vez que hacía un intento no
podía bajar a Regis Debray. El Capi Manuit Camero montaba siempre un
espectáculo. En uno de esos espectáculos le preguntaba, por ejemplo a un
guerrillero ¿por qué se metió usted a guerrillero?. Manuit simulaba con
una latica de sardina que el guerrillero estaba hablando ante un micrófono
decía: -aquí la televisora cósmica!-, así se llamaba la televisora cósmica
con que se transmitía allá para el universo, entonces preguntaba: ¿por qué
se metió usted a guerrillero?. Nosotros que veníamos de la Universidad,
del Partido Comunista, que éramos hombres más o menos preparados,
contestábamos por ejemplo, hubo uno que dijo: yo me metí a guerrillero
porque quiero llevar el socialismo hasta Estados Unidos, y otro dijo: yo
me metí a guerrillero porque quiero entrar a Miraflores con las banderas
rojas y con los campesinos descalzos. Óigame cuando le preguntaban a
Miguel Noguera, ¿por qué se metió a guerrillero? No quiere contestar.
Poeta hay otra anécdota de Miguel Noguera, ahí mismo, cuando Manuit
le está organizando la estadía a Regis Debray. Otra de las preguntas de
Manuit Camero era ésta, ¿qué hizo usted antes de venir a la guerrilla?
¡Coño!, usted se imagina Poeta, me preguntan a mí digo -No joda, estuve
preso en la época de Pérez Jiménez, dos veces preso, fui perseguido y él
otro decía: yo fundé tantos sindicatos, hice tantas cosas, tengo tantos años
militando en el Partido Comunista. Todo el mundo tenía una historia
revolucionaria inmensa, pero Miguel Noguera no había participado en
política porque tenía 17 años y le preguntan y ¿qué hizo usted antes de
venir a la guerrilla? ¡Coño! Apuñalee un carajo en una pelea y llevé
veinte serenatas a pie y cuatro a caballo.
P.- Bueno, Comandante, Miguel muere en El Paso en el combate de El
Paso, 17-18 de Diciembre del 64, es tal vez la más importante operación
militar ejecutada por la guerrilla venezolana durante la década del 60.
P.- ¿Cromañón?
R.- Lo que pasa, Poeta, es que yo le estoy dando los antecedentes porque
el desembarco de Arnaldo Ochoa es el 24 de Julio y se llamó Operación
“Simón Bolívar”, en homenaje a Bolívar y esto es en el 66 y estamos
todavía en el 65. Ahora sí me está entendiendo ¿no?. De todas maneras
yo le voy a explicar esto y volvemos de nuevo al 65, porque es cuando se
produce la expulsión mía del Buró Político del Partido Comunista y la
expulsión de otros compañeros. Por esa expulsión y por esos
antecedentes es que deciden Fidel Castro y Celia Sánchez enviar ese
grupo de gente. ¿Me está entendiendo?. Es justamente por eso pues. De
tal manera que quería crearle los antecedentes. Pero es bueno que
empecemos con el desembarco y después retrocedemos al 65, cómo se
produce la expulsión, quiénes la apoyan, quiénes no la apoyan, todo ese
conjunto de fenómenos. Yo me encuentro en Yumare con Alirio
Chirinos, Manuit Camero, Baltazar, todo el grupo que viene.., todavía no
se ha producido la división total, ni el desembarco de los cubanos,
entonces salgo por Yumare y Leonardo sale enfermo. Eli Saúl Pérez, de
Barquisimeto -El Pelirrojo-, le cuento los antecedentes porque sí es
importante, porque Eli Saúl es operado en Caracas y le sacan unos
ganglios y lo mandamos inmediatamente a Cuba, donde lo reciben Fidel,
Piñeiro y Celia Sánchez. Entonces ¿qué sucede? que por primera vez ya
hay un vínculo directo entre Fidel y nosotros y solamente se esperaba un
acontecimiento especial para darle a la dirección del FLN allá, de la
misión del FLN que tenía características de embajada en Cuba para
acreditar una persona nuestra y ese hombre es Leonardo Quintana, que es
Eli Saúl Pérez y es allí cuando Leonardo Quintana me dice: -Mira, que se
está preparando todo el terreno para enviar la fuerza expedicionaria
donde vienen Luben y un grupo de personas-. Yo me encuentro en
Caracas reunido, pues se está realizando mi expulsión del Partido
Comunista y bueno eso fue un largo proceso que creo duró de tres a
cuatro meses; Núñez Tenorio conoce muy bien el proceso de mi
expulsión del Partido Comunista y un grupo de personas que usted bien
conoce, entre los que están Alonso Ojeda Olachea, etc. Pero lo concreto
es que en medio de este proceso, se produce el desembarco de Luben
Petkoff, Arnaldo Ochoa y los catorce cubanos y lo hacen por las costas
de Falcón, por un sitio que usted bien conoce, por los lados de Agüide.
R.- Bueno, entonces yo creo que en realidad este desembarco tiene una
extraordinaria significación política, porque este desembarco no es como
lo vieron algunos militantes del Partido Comunista de la dirección, o
como lo vieron otros militantes de los Partidos Comunistas de América
Latina, o como lo vio la CIA, o como lo vieron los gobiernos. Este
desembarco constituye la concreción del proyecto utopía guevariano
justamente de la creación de uno, dos y tres Vietnam en el continente, no
de inventarlo, no de inventarlo, sino de darle concreción a fenómenos que
ya existían en este continente. Porque ¿cuál es el proyecto del Che?
Mire, del Che me relatan los que hablaron con él, porque yo con él sobre
estos temas no hablé, yo lo conocí una sola vez, dándole la mano y nada
más y no pudimos hablar de esto, porque eso fue en el 60. El Che
empieza a madurar más ese proyecto y lo empieza a madurar, para el Che
era preguntarse esto, esto es lo trascendental? cómo defender, fíjese, bien
¿cómo defender el socialismo en Cuba? eso lo decía él en una de sus
charlas a los revolucionarios de América Latina y el mundo. ¿Cómo
defender el socialismo en Cuba? entonces él mismo se respondía y decía:
-fíjese de dos maneras: creando los focos de resistencia-.
P.- ¿Cuál era la tesis del Che para la defensa del socialismo en Cuba?
R.- El Che se planteaba que era necesario que surgieran en América
Latina un conjunto de focos de resistencia, de fuerzas de resistencia, que
abarcara América Central, El Caribe y América del Sur y que esos focos
de resistencia iniciaran su proceso largo, de una u otra manera venía la
confrontación con Estados Unidos; ahora bien, para el Che era
indispensable que estos focos tuvieran autonomía y no dependieran ni de
la Unión Soviética ni de China, ese es el aspecto importante. ¿Por qué?
porque si dependeríamos de la Unión Soviética y de China, era como
salir de una dependencia para caer en otra y hay algo más importante que
es esto. Que es muy importante verlo desde el punto de vista de lo que es
hoy, lo que pasó en el mundo socialista, Kruschev hizo un pacto con
Kennedy cuando la crisis de los misiles en Cuba y ese pacto obligaba a la
Unión Soviética a retirar los misiles, pero también a que Cuba no se
comprometiera ayudar a las guerrillas en América Latina y al mismo
tiempo que no se comprometiera Cuba a ayudar a los guerrilleros en
América Latina. Oiga bien esta cosa ¿no? Estados Unidos se
comprometía a reconocer a Cuba como formando parte del Bloque
Socialista. Cuando se presenta el desembarco de Ochoa aquí ¡Coño! es
una ruptura de Fidel, del Che y de Celia con ese pacto, esa es la
trascendental importancia.
R.- Eso es importante pensarlo, por eso cuando una gente se refiere
peyorativamente a la muerte del Che en Bolivia, ¿por qué escogió un país
donde no estaba desarrollada la guerrilla?, yo considero que si bien es
cierto fue un error táctico del Che no haber escogido a Venezuela, aunque
en efecto la había escogido, pero le plantea eso directamente al Buró
Político, a través de Pedro Duno y el Buró Político le niega la entrada. El
Che ha debido ingresar directamente a Venezuela, sin estar consultando
con el Buró Político. Ese error táctico del Che se minimiza al lado de ese
gran proyecto estratégico, de esa utopía, por eso, esas dos cosas tenemos
que revisarlas. Estas cosas las discutíamos mucho, cuando íbamos en la
marcha con los cubanos en Falcón. Conversábamos mucho con Arnaldo
Ochoa, era un brillante guerrillero, una cosa extraordinaria, no hay duda,
una cosa extraordinaria de verdad, realmente un hombre del dominio de
los problemas militares, no sólo guerrillero específicamente, no hay que
olvidar que es un hombre que participa en la guerrilla de Cuba, luego
participa en la reorganización del ejército de Cuba, luego interviene en la
guerra en Angola al frente de las fuerzas expedicionarias cubanas y antes
participó en El Congo con el Che, después se va a Nicaragua, por cierto
que Tirso Meléndez se encontró con él allá; Ochoa es realmente una
especie de Miranda en ese aspecto, pues. En esas cotorras cuando íbamos
en las marchas de Yaracuy hacia Lara y Trujillo, que ya vamos cerca de
Barinas, buscando Colombia, eso no se lo habíamos dicho a nadie, se lo
estamos revelando Poeta, era llegar hasta Colombia a unirnos con los
guerrilleros colombianos, ¿entiende?.
P.- Comandante, yo creo que hay una pérdida de los valores patrios,
cuando yo estaba pequeño las calles de mi pueblo se llamaron y se… se
siguen llamando: calle Libertad, calle Federación, calle Ampíes, calle
Manaure, calle Independencia, calle Simón Bolívar, calle Juan Bautista
Arismendi, Mariscal Sucre, General Mariño, ahora los complejos se
llaman Represa Raúl Leoni, Urbanización Ruiz Pineda, que de paso era
un gran hombre, murió con las botas puestas; Urbanización Pinto
Salinas; Urbanización Luis Hurtado Higuera y acaban de armar un
escándalo muy grande porque la base Libertador, en Palo Negro,
recientemente le levantaron un busto al General Gómez, yo, en
particular, creo Douglas, que el General Gómez es más importante en la
historia de este país que Raúl Leoni o que Jaime Lusinchi, porque el
General Gómez es el organizador de la patria, como pacificador, nos dio
45 años de paz, con ligeras escaramuzas, pero muy pequeñas. ¿Qué
opina usted del intento de los gobernantes de la democracia para que los
venezolanos perdamos nuestra memoria histórica?
R.- Bueno, además eso tiene su raíz en lo que se llama borrar la memoria
histórico-cultural de los pueblos. Ya no es sólo la memoria reciente, sino
borrar la memoria de los indios, porque en la medida que se borre la
memoria histórico-cultural milenaria indígena, en esa medida, nos
occidentalizan más, no se olvide usted que la occidentalización en 500
años, ha sido profunda en el orden filosófico, político, tecnológico, en
todas las cosas, que han hecho posible casi hasta que se borre de nuestra
memoria y eso tiene su origen en ese aspecto pues. Ahora bien, volviendo
a ese orden de cosas, nos encontramos que cuando nosotros
reivindicamos a los muertos no lo hacemos justamente para estar
viviendo de las figuras del pasado, sino para darle continuidad histórica a
los proyectos filosóficos, políticos y sentimentales y a los proyectos
espirituales y religiosos, ese es un aspecto importante ¿por qué?, porque
el pragmatismo político nos acusa a nosotros de estar haciendo actos el
21 de Junio, que lo hacemos y de paso aprovecho para decirte Poeta si es
que este libro sale este año y si no le no importa, de todas maneras queda
el recuerdo. Óigame esto que voy a decirle Poeta, el 21 de Junio se
cumplen 30 años del asesinato de Fabrico Ojeda y ya conversé con un
equipo de intelectuales y de campesinos, entre ellos se encuentra
Clodobaldo Russian, gran amigo de Fabricio, para crear el Comité para la
gran celebración de esos 30 años de la muerte de Fabricio porque la
celebración de la muerte de Fabricio no es una celebración para que esté
muerto sino es justamente para ponerlo más vivo, para darle plenitud a
sus ideas, para darle continuidad a todo lo que hizo Magoya, a todo lo
que hizo Choropo, a todo lo que hizo usted, el Flaco y todo el mundo.
Para darle expresión, diríamos, expresión sentimental, espiritual, cultural,
histórica a lo que ha sido toda esa trayectoria de hombres. Cuando se
escoge la fecha de Fabricio Ojeda, no es porque es el único muerto, es
porque es como el resumen de todos esos mártires y es muy significativo,
pues, que en este año se cumple y de paso le digo estamos a pocos días
también de la celebración de un aniversario más del Frente Guerrillero
“José Leonardo Chirino”. Quiero aprovechar esta oportunidad Poeta para
decirle esto, mire, usted puede leer lo que han dicho en los libros de
Agustín Blanco, por ejemplo, en otras obras, en novelas, en obras de
teatro, por la televisión, en folletos, Pompeyo Márquez, Teodoro,
Américo Martín, todos los que estuvieron en la guerrilla y se han
avergonzado de ese pasado y nosotros llevamos con orgullo ese pasado.
¿Sabe por qué? porque en los años 60, fue la primera vez en este siglo
que el pueblo se atrevió a disputarle el poder a los tradicionales
gobernantes, desde hace 500 años, la primera vez ¡no joda!, eso es
extraordinario y seguimos reivindicando ahora el intento del 27 de
Febrero, el 4 de Febrero y el 27 de Noviembre, porque son expresiones
que ya le quitan la disputa del poder político a las clases dirigentes, ellos
se las disputan entre ellos mismos desde hace 500 años y uno no ingresa
nunca en esa disputa; entró José Leonardo Chirino, entró Bolívar, entró
Ezequiel Zamora y entró la gente de la generación del 60.
P.- Comandante, pero además de los militares, este es un país con una
larga tradición de lucha: de los indios, de los negros y entre los siglos
XVIII y XIX pare esos hombres tan grandes y tan vergatarios como
Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Andrés Bello, e1 Mariscal Sucre y José
Leonardo Chirino.
R.- Fíjate, quizá aquí hay un tema muy importante que tocar, es el
siguiente: las luchas que se han desarrollado en América Latina, a veces
tienen un inconveniente serio, es lo que yo planteo en un nuevo
documento, que en parte está en el libro “La otra crisis” y parte está en
exposiciones que he hecho recientemente, usted y yo fuimos partidarios
de la lucha entre dos fracciones occidentales, cuando se habla de
democracia, de república, pero todas son ideas nacidas en occidente.
Cuando se plantean las luchas con un carácter propio, como decía Simón
Rodríguez: la América no debe imitar servilmente; pensamiento
profundo en lo filosófico, porque es un concepto de ruptura con Rouseau,
de ruptura con la Ilustración, eso es terrible, eso que dijo Simón
Rodríguez, está llamando a la creación y de paso le agrega más adelante
en un párrafo: que este continente debe ser poblado con colonos de
aquí mismo, de los indios de aquí mismo. No quería extranjeros, no es
porque tenía xenofobia no, no, no porque él decía que no era necesario y
después decía, me cuenta más un Indio que Ovidio, no era un desprecio
a los grandes pintores, escultores y filósofos de Grecia y Roma, era
simplemente, que él tenía el sentido de revalorizar la milenaria historia
cultural indiana y luego la negra que teníamos nosotros. Por eso, cuando
la lucha se caza hoy en día y eso es lo más importante y en cierta forma,
hoy lo que es el “José Leonardo Chirino” está de nuevo en esa búsqueda
de hacia dónde vamos y hoy estamos replanteando la lucha de
valores contra valores. Valores contra valores es que no se suspende la
lucha de clases, la lucha de clases continúa, pero el problema es que hay
que derrotar los monopolios occidentales hoy, en todas partes del mundo,
derrotar la globalización, para derrotar primero los valores de la
civilización occidental que son valores filosóficos, políticos, religiosos,
culturales, sentimentales, militares, tecnológicos, de toda naturaleza, hay
que exponerle valores alternativos de la nueva civilización en lo
tecnológico, en lo cultural, en los sentimental; si revalorizamos a la
América Latina con sus propios valores ya estamos luchando contra
occidente.
R.- Poeta, como una vez tuvimos una discusión sobre esto en una
conferencia que yo pasé allá en Mérida que estaba usted. Mire, yo dije en
aquella conferencia, ¿usted se acuerda? para conquistar una nueva
civilización se hace indispensable echar a la calle, desarrollar un nuevo
pensamiento político, filosófico distinto a los que existen y esto yo sé que
asusta, porque al decir distinto estamos enfrentados a Rouseau, a Marx,
estamos enfrentados a todos los que se encuentran allí ¿verdad? Es decir,
estamos enfrentando a todas las corrientes filosóficas, pero dijimos que se
necesitaba también una nueva manera de organizarnos, distinta al partido
y se disgustó mucha gente, porque dicen, éstos no quieren al partido,
claro que no lo queremos, el hombre en América Latina no está llamado a
organizarse como partido, sino en otra forma, en una forma comunitaria,
en una forma de trabajo, en una forma de guerra, en una forma distinta y
dijimos también que era necesario organizar una lucha distinta a la
clásica guerra, que es la que llamamos confrontación de valores, donde
está la confrontación cultural contra occidente, la confrontación
tecnológica, la confrontación científica, la confrontación espiritual-
religiosa y la confrontación con las armas en la mano, pero es una
confrontación de valores y finalmente, dijimos: América Latina necesita
una nueva religión, fíjese usted por qué dijimos eso. Se acuerda que fue
allá en Mérida y se asustó un gentío, eso creo que fue en el 82 o el 84, no
recuerdo exactamente el año. ¿Por qué, por qué una nueva religión?, no
es que estemos contra el budismo, no es que estemos contra el
cristianismo, no es que estemos contra el judaísmo. Es que simplemente
el planeta tierra es inmenso y tiene una franja para el budismo inmensa,
una franja para el islamismo, una franja para el judaísmo y hay una franja
también para las religiones cristianas, para las religiones de los indios,
para las religiones de los negros que se unen, que se empatan, hacen una
sincretud con la teología de la liberación y eso va a dar como
consecuencia a lo largo de los siglos, una nueva religión, un nuevo
pensamiento religioso y espiritual.
P.- Comandante Douglas Ignacio, Martín, José Andrés, Emiliano, como
le llamen. ¿Qué piensas de la soledad del hombre y de su soledad?
R.- Bueno, yo creo que es un lugar común decir, que en la medida en que
se han logrado “victorias”, entre comillas, póngamelas entre comillas,
para lo que se llama la civilización occidental, las victorias de la
industrialización, bueno ha sido tan poderosa la industrialización con la
ciencia y la tecnología, que el hombre hoy está llegando a otros planetas.
Ha sido tan extraordinaria la tecnología que a la tierra la cubre una
cortina de aparatos donde está la guerra de las galaxias y sin embargo, a
medida que el hombre alcanza millones de kilómetros de distancia y
fabrica aparatos sofisticados que tiene a la mano y cuando la informática
es algo extraordinario, en esa misma medida el hombre es más solitario,
digamos más esclavo, desde el punto de vista de su religiosidad, por eso
la emancipación tiene que lograr también la emancipación espiritual del
hombre.
R.- Poeta, como usted y yo venimos de una tierra que tiene símbolos -por
cierto que hay que rescatar los símbolos-, yo diría que parte de lo que ha
sido el “José Leonardo Chirino”, es porque todos los que pasaron por
allá, usted, Camero, Baltazar Ojeda Negretti, Miguel Noguera, Chema
Saher, supieron apoyarse en los símbolos de esa pequeña comunidad. Así
como hay los símbolos en Los Andes, los símbolos en Oriente, los
símbolos en El Llano, allá subimos para darle más expresión al frente
guerrillero “José Leonardo Chirino”, para aprovechar los símbolos. Usted
sabe que allá hay un símbolo en la montaña que es mágico, que es la
urupagua y desarrollar la urupagua es algo así como desarrollar los
valores propios. Está el símbolo del cardón, al coriano le dicen,
precisamente, que se parece a un cardón, porque es un hombre espinoso,
feo y duro por fuera, pero dulce y con agua por dentro. Hay otro símbolo
del cocuy de penca, que era la bebida de los dioses jiraharas y los
muchachos guerrilleros tomaban cocuy de penca y creen en ese símbolo y
en el mismo símbolo de la montaña, que era la montaña jirahara que le
quitaron ese nombre, todo lo que es hoy la fila de Iracara y todo ese
contorno de San Luis, es como la llamaban los indios, la montaña
Jirahara. Los Jiraharas son algo simbólico de lo que no nos quedaron
restos, así como decir una etnia en ninguna parte, porque después de esa
batalla de Cabure, en 1532 y después de la batalla de José Leonardo
Chirino, donde participan los Jiraharas, que los van reculando hacia el
fondo, hasta llevarlos y exterminarlos toditos, quedaron exterminados;
sin embargo, queda algo en la sangre de los corianos, de los Jiraharas y
queda ese símbolo, pues, y los Jiraharas eran del cocuy, de la urupagua y
del maíz. El maíz era el símbolo de América, en contraposición con el
trigo que es el símbolo de los conquistadores, que es el símbolo de la
opresión.
R.- No, no, en realidad era una reunión en donde participaban dirigentes
de Caracas, donde iba Pompeyo Márquez, Caraquita Urbina, Humberto
Arrieti, Alcides Hurtado del Partido Comunista y por URD asistían -es
bueno mencionarlos, porque estas cosas no se han dicho nunca, dieron un
aporte extraordinario-, los García Leiva, Ricardo García Leiva y Manuel
Antonio García Leiva, quienes fueron presidentes de la Asamblea
Legislativa del Estado Falcón. Asistió por Acción Democrática, nada
menos que Chente Beaujón, quien era para ese entonces Diputado al
Congreso por Acción Democrática, asistió Lino Martínez, Domingo
Urbina que estaba en el Frente del Sur. De tal manera, que las
conferencias eran una discusión, donde no había secretos, porque con
esta pluralidad de personalidades, era imposible tener secreto, claro, cada
quien conservaba sus secretos de partido o de tendencia, pero era una
discusión amplia y profunda, ahí comenzó esa discusión en Falcón, hasta
que en comunicación directa con Fabricio, Argimiro, Luben, Lunar
Márquez, se nos ocurrió la idea de hacer en Falcón una gran reunión de
guerrilleros que fue interrumpida por razones de seguridad y también
políticas, pero después Argimiro montó la gran reunión. Nosotros
llegamos a hacer cinco conferencias, Pompeyo Márquez se dio el lujo de
asistir a las cinco conferencias y eran grandes discusiones. Para decir
esto, por ejemplo, en la discusión de las conferencias porque era un
criterio colectivo, asistió Andrés Pasquier, Felipe Malaver, se propuso
por primera vez la tesis de insurrección combinada, que es la primera
teoría que expusimos. Me tocó el honor de exponerla en esa conferencia
de Falcón y surge después la tesis de lo que se llama El camino propio
de América Latina y el Caribe. No sabíamos lo que era eso, pero sí
sabíamos que eso iba a desembocar en algo que no era tan fácil y
ayudaba mucho en esto Polito Acosta, que después fue enemigo de las
tesis que nacieron allá, era una polémica muy buena. Leonardo Quintana
o Eli Saúl Pérez, el barquisimetano, contribuyeron mucho en eso, gente
que no estaba en Falcón como Fabricio, como Argimiro y sobre todo el
Taparo Linares que nos llegó a visitar. Para ese entonces surge desde el
“José Leonardo”, -esto es importante reseñarlo- un buró político
clandestino, que no era el buró político del Partido Comunista, que lo
componían Teodoro Petkoff, Germán Lairet, Núñez Tenorio, Caraquita
Urbina y otro grupo de gente. Ese buró lo sostuvo con más fuerza
Germán Lairet, hasta que después desistió de él. Teodoro fue el primero
que desistió de esa idea, hizo una carta en contra de mi, una carta que se
publicó, una carta bien escrita, agresiva, como era Teodoro, porque
primero me defiende, -porque Teodoro fue el primero que hizo la defensa
mía en el Buró Político del Partido Comunista-, después me hace una
carta donde me decía: Curraco, dentro del Partido Comunista se
harán todas las revoluciones. Entonces, en realidad, ese Buró Político
fue tan bien creado con una nueva Comandancia y nosotros le
propusimos a Moncada Vidal, Molina Villegas, a Medina Silva que
encabezaran la nueva Comandancia, porque ellos eran miembros y
figuras principalísimas de la vieja Comandancia de las Fuerzas Armadas
de Liberación Nacional y por supuesto, Fabricio sí aceptó encabezar la
presidencia del FLN, del Frente de Liberación Nacional, ese es el gran
mérito de Fabricio, no solamente el mérito que viene de URD y que sin
embargo, su espíritu estaba por encima del nuestro, que veníamos de una
formación de la más pura ortodoxia comunista.
R.- Bueno, llevaba una carta con una rosa roja, en cada uno de los sobres
y una serenata, una era para su mujer Amelia que está viva.
P.- ¿Y la otra?
R.- La otra para una novia. Resulta que se le confundieron los sobres esa
misma noche, entonces yo pago el pato como te podrás imaginar.
P.- ¿Cómo muere Julio César? Tengo entendido que fue por violación de
las medidas de seguridad del propio Julio.
R.- Bueno, sobre la muerte de Julio César hay varias versiones, pero
resulta que Julio César pasa a ser, como Miguel Noguera, una especie de
cosa mítica. Él se va para la montaña y empieza a combatir solo.
Picapiedra se retira hacia la Comandancia General y de la Comandancia
baja y va buscando el campamento de ustedes y él se queda perdido, se
queda solo en la montaña. Se queda por un largo tiempo, combatiendo
solo y no sabe donde está la gente. Una de las versiones es que muere
porque le pusieron una emboscada, porque sabían que estaba entre
Camacho y bajando hacia El Turagual, el pueblito que tomó Miguel
Noguera varias veces, donde está ahorita la represa. La otra versión es un
poco distinta, totalmente distinta que estaba en una cueva, de allí salía,
comía, sembró, hizo un conuco y salía con su FAL, ya tenía varias armas
que había conquistado y lo acompañaban varios campesinos a pelear y en
una de esas salidas a pelear, lo matan en un combate. Esa versión me la
contó el viejo Víctor, que era su gran amigo, su mejor amigo campesino
de allí.
P.- Si, yo le había hecho otras preguntas, eran sobre las teorías que se
desprenden de la guerrilla de Falcón.
P.- Hola Cuchú, tenía años que no te veía. Ando montado en la idea de
escribir un libro que se llame “Para que la memoria no se pierda”. El
mismo se basa en la idea de recoger las experiencias de los guerrilleros
del “José Leonardo Chirino”, tanto los urbanos como los rurales, pero
Gordo habrá que echar rueda, porque andan dispersos por toda
Venezuela ¿qué te parece la idea?
R.- Coño, Blas, tú siempre con tus vainas, pero vamos a echarle bolas
pues, qué más nos queda, como decía Cuchufleta, pa’lante que pa’tras
espantan.
R.- 51 años.
R.- El año 59; yo era muy joven, casi un niño. Tendría entre 14 y 15
años. Yo era un imberbe.
P.- Oye, Cuchú, mis respetos para Aura del Valle, a quien nos unen
profundos sentimientos de cariño y amistad. ¿Es ella quien te integra a
la vida revolucionaria?
R.- Sí, empiezo con las pequeñas tareas, pues, como te explicaba, llevaba
un paquetico aquí y otro más allá; yo era como un cartero, como un
muchacho de mandao y como me gustaban mucho los “pipermín”, mi
hermana Aura me daba dos o tres y yo andaba más contento que
muchacho comiendo moco.
R.- Bueno, Blas, fíjate, cómo explicarte, yo vivía en Coro, una ciudad
aparentemente tranquila, como te digo pacífica, una ciudad que mucha
gente piensa, que es un pueblo indiferente, pero no creas, fíjate a la caída
de Pérez Jiménez, la gente se fue a la calle ¿entiendes?, a la calle; tú
sabes, alrededor del Cine Alcázar, del Liceo “Cecilio Acosta”, al Centro,
al Centro, era como si la gente estuviera loca.
P.- Gordo, ¿te acuerdas? Ahí nos dieron las primeras carreras, no se me
borra la imagen del Chema Saher y de Lucas Matheus y de ese carrerón
que pegamos Gordo, ¿te acuerdas? Fue como el 21 o 22 de Enero del 58.
¿Te acuerdas Gordo?
R.- Coño, Blas, no me voy a acordar, qué bolas tienes. Pero hay cosas
que me impactaron, que me marcaron para toda la vida; como aquello del
gentío en la Plaza Bolívar que decía: ¡suelten los presos! ¡suelten los
presos! y los soltaron.
P.- Esa siempre ha sido una zona de mucha influencia del Partido
Comunista.
R.- Sí, porque ahí estaba, no sé, Blas si tú te acordás de Cuco Sánchez (El
Sastre).
R.- Claro que me acuerdo. Las primeras tomas de barrio que se dan,
parten de ahí y casi todos los guerrilleros salen de ahí, de ahí sale “El
Gato” Zárraga, sale Salvador Iturbe quien no era de ahí, sino de Las
Casitas, sale El Gallinazo y sale Vicente Pérez, quien muere en Punto
Fijo cuando está volando el oleoducto. ¿Te acordás, Blas?
P.- Mira, gordo, después viene el año 60, Coro es una ciudad donde se
realizan grandes manifestaciones dirigidas por un hombre casi místico,
como lo fue el Chema Saher. Háblanos de Chema.
R.- Sí, bueno, fíjate ese es un personaje de los grandes personajes de esa
época, el de más peso; primero por su participación, por su coraje, por
sus características físicas. Tú lo conociste, era un hombre grandote, pero
no era un hombre ágil, el hombre de quien tú pudieras decir ¡coño es un
águila!. Pero era un hombre con una moral, coño, muy arrecha, como
muy pocos. Bueno, fíjate, digamos Chema es el personaje de los grandes
personajes de esta época, el de más peso, primero por su participación y
su coraje y por el arraigo que tenía para atraer a las masas, para controlar
las masas. ¿Cómo lograba ese dominio? Y luego su ejemplo, porque
apenas se inicia la guerrilla, él se va pa’ la montaña sin mirar pa’ tras y es
uno de los pilares fundamentales en ese monte. Lo hacen preso, pasa
unos años preso, lo botan para el exterior, regresa y lo matan en la
guerrilla del Bachiller. Chema no ha muerto. Chema vivirá por siempre.
P.- Gordo, estuviste preso en el 63. Creo que te agarran con Noel Sirit y
con Mancoveco o Manuel Felipe Quintero Padrón.
R.- Sí, caí con ellos. En esa época había muchos presos: Taba Pedro
Panela, Caraquita Urbina, pero lo tenían aparte, Cheché es macho para
las torturas, las aguanta como un macho y taba “Teno el Peruano”. Yo
no sé si tú te acordás de “Teno el Peruano”, que todos creíamos que se
había portado bien, porque lo tenían aparte, pero resulta que el hombre
había cantao y creo que entregó a Caraquita y no entregó a la mamá
porque estaba en Perú, sino también la hubiera entregao.
R.- Sí, fíjate, no sé si tú te acordás que una de las condiciones que les
ponían a los padres de nosotros, era que nos sacaran del estado y de Coro;
no sé si tú te acordás, no sé si a ti te aplicaron la misma. El problema era
que a uno no le quedaba otra alternativa que irse al monte. Le pido al
partido mi incorporación a la guerrilla, en la montaña, pero deciden que
no y me mandan a Punto Fijo. Allí vivo todo el año 64 y me dedico a
trabajar en la logística, pero resulta que detienen a Lil López Chapman, la
mujer de Polito Acosta Blanco, no la detienen por ninguna delación, sino
porque, fíjate, como son las cosas, todo el mundo sabía que Polito estaba
enguerrillao y que Lil era su mujer, que Lil era su esposa, la esposa de él.
¿Qué sucede?, cuando Polito quería ver a Lil porque a veces uno quiere
ver a su mujer, porque le dan ganas, entonces Polito enviaba al Gato
Oberto Zárraga, que precisamente lo llamábamos El Gato, porque tenía
una habilidad para desplazarse en el monte y conocía todos esos
recovecos y El Gato busca a Lil y los detienen en una alcabala móvil,
pero El Gato es el que paga el pato, le dan palos y lo arrastran por ese
tunero. ¡Imagínate! tenía espinas hasta en la lengua. Allí es cuando El
Gato hace el juramento de no volver a caer preso y que la próxima vez
que lo agarraran sería muerto o se les iba echando tiros. El Gato era del
barrio Monte Verde, a Oberto Zárraga después lo matan en Los Teques
en la Quebrá de la Virgen. Pero así son las vainas, Blas, pobre Gato.
P.- Gordo, tú ingresas a la guerrilla rural, pero eres fundamentalmente,
un guerrillero urbano.
R.- No, Blas, salí a los poquitos días, porque resulta que allí había una
muchacha muy buenamoza, bonita, bonita, creo que se llamaba Alecia.
Como te iba contando, nosotros habíamos convenido que si nos
agarraban preso en esa casa decía que íbamos a visitar a Alecia. Allí me
agarran y me llevan a la Digepol de Valencia y me interrogan y yo digo
que ella es mi novia y ella dice que soy su novio. Ella es una mujer muy
valerosa y hace honor a su apellido y es por eso que me sueltan como a
los cuatro días. Alecia me salvó.
P.- Gordo, pero después tú caes preso y duras muchos años en el San
Carlos, en Tacarigua y en la Cárcel Modelo de Caracas.
R.- Bueno, Blas, no nos quedó más que echar pa’lante para conseguir
recursos; hicimos algunas operaciones financieras exitosas porque
nosotros sabíamos que esos eran botas, medicinas, armas y conchas y
además solidaridad para los presos y para los familiares de los
guerrilleros caídos. Pero también, realizamos acciones de propaganda
armada en los barrios de Caracas.
R.- Sí, yo caigo preso por una delación de Carlos González, pero antes
había sido herido en una operación con el loco Fabricio; me hieren, los
compañeros me sacan y los médicos y las enfermeras revolucionarias me
curan, tenía como mes y medio de estar herido y me había recuperado
mucho, mucho, bastante, bastante. Es entonces cuando me van a visitar
Pichón, Iván el Maracucho y Ramsés; ellos llevan a Carlos González,
fue una sola vez que lo llevaron y fue de noche y yo no se cómo hizo ese
hijo e’ puta para llegar a esa casa en Naguanagua, allá en Tarapío donde
vivía Aura con Raulito y Patricia, ese hombre como que tenía una
computadora en la cabeza, o una cámara porque no se le olvidó ná.
R.- Pa’l San Carlos, allí había mucha gente presa, comunistas, miristas,
militares y guerrilleros. Había mucha gente, entre ellos recuerdo a Freddy
Muñoz, Juan Vicente Cabezas, al Dr. Marino Colina, el psiquiatra que es
de Cumarebo, Alonso Palacios, un niñito bien de la oligarquía de Caracas
¿no? familia de El Libertador Simón Bolívar, pero quien asumió una
actitud revolucionaria y por eso lo tenían allí. Por cierto, le llevaban
todos los días un ramo de flores, era un hombre muy culto, muy
estudioso, parecía un poeta o un filósofo.
R.- Había un personaje folklórico ¿no?, un loco del carajo, que tenía una
novia, en esos días se da el secuestro de Smolen, este personaje no estaba
en nada, pero como buen caraqueño se da bomba y le dice a la novia que
él es uno de los participantes de esa vaina, coño, un carajo que no es nada
de nada, que no tiene idea pues, de lo que está pasando en el país, la
novia tiene un hermano Digepol y se lo dice y lo agarran, se lo llevan
preso, le abren un expediente y lo mandan pa’l San Carlos a pagar el peo
de Smolen, sin tener nada que ver con esta vaina, y estaba el mono
Gragirena.
R.- Ese, era un muchacho del MIR que cayó herido en El Bachiller o
en Oriente, no estoy seguro; entonces fue cuando llegamos nosotros, ese
bojote de gente de la guerrilla de Falcón, todo ese grupo de anarco
aventureros como nos decían los comunistas que ya se habían rajao y que
posteriormente, han ido dando tantas volteretas que hasta Ministros son.
Entonces fue cuando llegamos nosotros, llegó Ramón Martínez -El
Gallinazo,- que lo habían agarrado con la Negra Aurora y con otra gente
en la casa de Magdalena Negretti, la mamá de Baltazar y la cuñada del
Ministro Pompeyo Márquez. Bueno, creo que a los dos meses de estar
allí ¿no? nos sentencian por juicio sumarísimo a 27 años y ocho meses.
R.- Dos horas, hasta menos, eso fue en Conejo Blanco, nos condenan a
diecisiete años y ocho meses, yo pasé diez años en la cárcel, se fugó
Pompeyo, Teodoro, Guillermo García Ponce, amnistiaron todos los
comunistas y nosotros presos. A nosotros nos tenían como rehenes
porque la idea en ese entonces era castigar duramente a la gente de
Douglas, a quienes nos llamaron los anarco aventureros, no me arrepiento
por el tiempo que pasé en la cárcel, maduré, me hice un hombre y aprendí
muchas cosas.
R.- Claro, había allí otro personaje que no sé si era ruso o ucraniano, que
llegó muy niño a Venezuela, aquí se hizo comunista, se fue a las
guerrillas con Argimiro Gabaldón y allí lo toman prisionero. Él sabía que
estaba jodido porque le habían hecho una campaña de que él era ruso; es
cierto había nacido por allá, pero se había criado en Venezuela y se
sentía tan venezolano o más venezolano que nosotros, por eso se echa ese
vainón y se enguerrilla. Pero él tenía la idea de la fuga en la cabeza, él
siempre estaba pensando en fugarse y él es uno de los constructores del
túnel que estábamos construyendo en Tacarigua y es cuando descubren el
túnel, lo agarran con Torriello, que también es un guerrillero que estaba
preso, los consiguen en plena tarea, se armó una vaina grande, la requisa
y la planazón fue grande, montaron una punto treinta y dije ¡coño! ahora
si se jodió Cuchú, porque de aquí no nos salva nadie. Los militares
hicieron un simulacro de fusilamiento y nos sacan pa’ la cancha y a ellos
los llevan pa’l Comando, nosotros habíamos pensado que los habían
fusilado. El ruso, no, el valenciano se llamaba Algidas Tamasauka y
después lo botaron de Venezuela y no pudo volver más. Él debe estar
extrañando por allá, en esos frionongos que hacen por allá los mangos y
las naranjas de Valencia. Tú sabes Blas, que después de la tempestad
viene la calma y así fue, todo se normalizó y volvimos a la rutina de la
vida en la cárcel.
P.- Oye, gordo, y cómo fue la vida en la cárcel?
R.- Fue dura, porque nosotros nos habíamos ido del Partido Comunista,
nos llamaban anarco aventureros, fraccios y nos tenían marginados,
porque tú sabes que los Partidos Comunistas son como una iglesia. Ni
siquiera teníamos nombre, después nos llamamos FLN-FALN, pero en
esa época para los comunistas, éramos los anarco aventureros, los
fraccios. Llegamos a Tacarigua en una situación de enfrentamiento pues,
si se quiere en una situación mala. Primero, por lo mal llevada las cosas,
uno viene embuido, uno viene activo y una serie de compañeros que
estaban allí detenidos, desconocían por completo de la lucha que se
estaba dando en el Partido Comunista, a ellos sólo les llegaban los
documentos y los informes del Buró Político, pero desconocían el
Documento de Iracara y no permitían la discusión libre de ese
documento. Era una censura, la censura roja. Estando allí empieza a
llegar otra gente, entre ellos los compañeros del MIR: El Motilón
Márquez Finol, Héctor Rangel y el Catire Portillo Pirela, y
posteriormente Reyes Millán (Natalio).
P.- Oye, Gordo, háblanos de ese hombre, del Motilón Márquez Finol,
porque a mi me parece que el Moti ha sido uno de los estrategas de la
locura y de los sueños.
R.- Mira había caído la gente que estaba organizando el FLN en Caracas,
la gente de una radio, que era una organización más amplia y entre ellos
cayó Nery Carrillo. Nery Carrillo va ser para nosotros un maestro,
nosotros sentimos hacia él un profundo respeto y una gran admiración
porque es bueno acordarse, y eso es bueno que Nery tuvo treinta y seis
días desaparecido y su comportamiento ante el aparato del enemigo fue
ejemplar y en la cárcel fue un maestro, impuso orden y disciplina. La
llegada de Nery a Tacarigua nos levanta mucho la moral. Él asume su
papel de dirigente y crea una línea de firmeza, eso le gana el respeto de
todos los presos, absolutamente de todos los presos. Él es el padre de la
consigna que nosotros hicimos conocer en todo el mundo “Presos, pero
irreductibles” y esta consigna la poníamos nosotros en todos los
documentos que sacábamos y en las carteleras que teníamos primero en
Tacarigua y después en La Modelo. Nery Carrillo no es ningún pendejo,
Nery Carrillo hizo llave con El Motilón, son quienes asumen en la
práctica la dirección de los presos en Tacarigua y la Isla pasa a ser un
foco de combate.
R.- Nosotros luchamos mucho para que cerraran Tacarigua, uno estaba
preso y estaba dispuesto a soportar todas las cosas, pero nos daba mucho
dolor cuando venían nuestros familiares en esa gabarra, con ese sol y con
esas colas, nuestras madres y nuestros familiares sufrían mucho. Es
entonces, cuando realizamos la famosa huelga de hambre que duró
quince días, fue una huelga muy dura porque no es lo mismo estar en
tierra firme. De esa huelga salimos victoriosos y logramos algunos
acuerdos, entre ellos el traslado de algunos compañeros para el San
Carlos y otros a los enfermos para que los trataran en el Hospital Militar,
es en los días finales del gobierno de Leoni y a comienzos del gobierno
de Caldera, éste ordenó el cierre de Tacarigua, es entonces cuando nos
trasladan para la Cárcel Modelo. En la Cárcel Modelo hay un pabellón de
los presos políticos, pero la disciplina y la moral eran distintas a las que
nosotros traíamos, porque nosotros éramos de la escuela de Nery Carrillo
y del Motilón Márquez Finol. Creo que ya El Motilón se había fugado del
Hospital Militar.
R.- Claro, estuvo mucho tiempo preso, te acordás que después se fugó
muchos años después por el Túnel del San Carlos.
R.- Mirá, chico, Máximo era un hombre muy humano, muy solidario y le
gustaba pintar mucho, hacía muchos dibujos y leía muchos libros de
filosofía.
R.- En esa oportunidad tuve casi diez años preso, acordáte que caí en el
66 y soy indultado en el año 75. No hablemos de mis caídas posteriores,
te agradezco profundamente esta entrevista y si tienes algo qué decirme
aquí estamos.
P.- ¿Gordo, y qué piensas de ese sueño, de esa gran locura como fue
intentar tomar el cielo, qué opinas hoy?
R.- Bueno, Blas, digamos que esa fue una vivencia muy bella y no hay
que verla como muchos la están viendo hoy en día, como una frustración,
o como una derrota; ¡no! yo pienso que como todas las vivencias dejó
algo productivo, esa es la parte más bella de todos nosotros, que dejamos
nuestra juventud en esta lucha, que otros dejaron sus vidas ¿no? pero a mi
me preocupa, es mi gran preocupación que muchos compañeros
perdieron todo, perdieron la mujer, perdieron el hijo, perdieron sus padres
y todo, otros perdieron sus hermanos, perdieron todo y ahora nadie se
preocupa por organizar a todos esos compañeros que tuvieron de una u
otra manera esa vivencia, hay que tratar de ser solidarios con todos y
agruparnos, digamos los que estamos en capacidad apoyarlos, apoyarnos
unos con otros.
R.- Bueno Blas, sólo tengo que agradecerte por ese tiempo que me has
dedicado, espero que saquemos un buen libro y te doy las gracias, porque
no tengo más nada que darte.
EPIFANIA SÁNCHEZ
“LA NEGRA AURORA”
R.- Bueno, cuando nos venimos para Caracas yo tenía ocho años y nos
escapamos del viejo, porque mi papá era en esa época campesino, tú
sabes cómo es el medio del hombre machista, que no sabe más nada,
aunque papá sí sabía de revolución porque de pequeñita me acuerdo,
dormíamos en catre y debajo del catre de nosotros había un gran hueco;
mi papá era adeco, toda su vida fue adeco y murió adeco... entonces ahí
escondían las armas cuando los adecos estaban haciendo la revolución,
que sé yo cuando; pues eso que ellos fueron revolucionarios, cuando eran
revolucionarios ¿no? antes que se echaran a perder esa clase de gente, ahí
entraba mi viejo y él siguió adeco hasta el día que se murió. Bueno
imagínate una mujer con cuatro hijos, se viene porque ya estaba cansada,
pues, eso eran peleas inmensas que papá tenía con ella porque era muy
celoso y mi mamá era una mujer, muy cómo te diría, muy alegre con
ganas de vivir; se había comprometido con mi papá teniendo catorce años
y cuando nos vinimos, mi mamá no solamente había tenido a nosotros
cuatro, sino cuatro muchachos más que se le habían muerto, tú te puedes
imaginar lo que era para ella, era una muchachita de catorce años, que se
compromete con una persona que no sabía sino nada más que ponerle
hijos y echarla pa’el conuco a sembrar y a esas cosas, pues.
R.- Por San Martín, estaba el hipódromo ¿no? y en esas orillas entre el
hipódromo y la maternidad habían ranchos, había gente que vivía allí y
ahí está una tía mía, vivía una tía mía ahí, hermana de mi mamá;
llegamos ahí a que ella, mi mamá empezó a ir a lavar al Instituto de
Higiene, mi tía tenía muchos años trabajando allí, entonces figúrate de las
comidas que no usaban para los enfermos en esa época: avena, pancitos
pequeñitos y queso, mi tía los recogía y nos mandaba para comer, así
empezó la vida aquí en Caracas.
R.- Tal vez la misma necesidad de saber que era lo que estaba pasando
acá en Caracas. Había un diariecito que nos llegaba a veces, como era la
Tribuna Popular, y otro diario El Clarín, !ajá¡…, bueno entonces empecé
a unir las letras para poder ir aprendiendo qué era lo que decía, imagínate
cuando en el 64 yo regreso a Caracas yo conocí a Caracas de nuevo,
porque había letreros que yo los había dejado hechos, ahí, pegados ahí en
la avenida Nueva Granada y no sabía qué decían, al regresar de la
guerrilla es cuando yo empiezo a leer qué decían los letreros.
P.- ¿Cuandote fuiste a la guerrilla cuántos años tenias y en qué
trabajabas, qué hacías?
R.- Bueno, cuando me fui a la guerrilla tenía veintidós años, los había
cumplido en esos días y bueno estaba… después que habíamos hecho una
vida aquí en Caracas vendiendo arepas, cargando agua para hacer la
vida, cargando latas de agua de donde es ahorita el Clínico Universitario
hasta el Primero de Mayo allá arriba en aquel cerro, yo me ganaba la vida
llenando pipotes de agua por las noches, recogiéndole la ropa sucia a
ciertas personas y llevándoselas a mi mamá para que las lavara y las
planchara, ya después empecé más o menos a lavar y a planchar yo
misma, cuando eso se planchaba con una plancha de carbón, mi hermano
estaba ya en el servicio militar, entonces, él me recogía con algunos
oficiales con quien él trabajaba, con quien él está ahí para que yo les
lavara la ropa.
Bueno, fíjate tú, yo salí corriendo y dije que también iba a asaltar con un
lote de mujeres del barrio, con la mala suerte que nosotros cuando
llegamos abajo, ya estaba la gente echando plomo a toda hora, por todo
eso que llamaban la Seguridad Nacional y yo tenía una deuda con unas
gentes por ahí, unos militares de una casa que quería cobrársela, pero
cuando yo llegué era muy tarde porque ya se la habían cobrado; ese señor
era un Teniente Coronel, que era el director de la Cárcel Modelo en ese
entonces, yo le trabajé a ellos mucho tiempo, me iban a enseñar a leer,
me iban a enseñar a no sé que cosa y resulta que lo único que me hicieron
fue explotar ¿no? y el señor éste, un gocho, por cierto, bueno, un tirano, y
me debían unas cuentas que tenía que cobrárselas y cuando llegué no me
quedó más remedio que regresarme con toda la gente. En ese entonces mi
padrastro me dice que para dónde íbamos, yo le digo: ¿tú no ves que está
cayendo el gobierno?, están allanando y están tomando cosas ahí; me
dijo: cuidado, pues, en ir a “saquiar” por ahí, no vaya a ser que la
“saquiada” seas tú, y a una de las muchachas que iba conmigo le dieron
un tiro en un pie, entonces ahí se me tuvo que frená la cuestión, porque
había que llevarla al médico y todo eso, todavía ella está viva, gracias a
Dios, esa muchacha.
R.- Sí.
R.- No... mira, todavía en ese momento él pasó normal, él pasó en ese
momento normal, ya quizás había un poquito de movimiento hacia esa
zona, nos agarró una alcabala móvil, sinceramente la pasamos bien. Nos
agarró la alcabala móvil en El Palito, yo era la primera vez que iba a
Coro, ni sabía donde me quedaba El Palito, ni nada de eso, pero bueno,
yo ahora sé donde me queda; bueno, cuando llegamos a Coro alquilamos
una casa en Coro, ahí llegamos a esa casa, ahí le pinté yo el pelo a
Teodoro Petkoft, hasta las pestañas y las cejas y tó porque él era un
hombre rubio, había que pintarle los pelos de negro, estando en Coro es
cuando se alza Carúpano.
R.- Bueno, ahí me dejan estos señores, se van, yo quedo a cargo de otra
persona, que pertenecía al movimiento, a la logística de las guerrillas.
Entonces me manda a La Cruz, La Cruz de Tara Tara, ahí conozco al
Comandante Pedro Pistola y a su familia, su cuñado, sus hermanos y su
mamá, una viejita demasiada linda, esa fue la que me puso el nombre de
“Aurora”, porque en su época ella tenía una sobrina que se llamaba
Aurora y que se parecía a mi. Bueno, y ahí empezamos.
P.- Tengo entendido, Negra, que de la zona Sur donde está Argenis
González Bravo acampado pasas a la zona de Iracara; no sé si hay una
escuela allí de guerrilleros o entras directamente a la escuadra de la
Comandancia.
R.- Bueno, sí, mira, allí, de esa parte después de muchos trasteos,
precisamente como la zona no era acorde para haber una cantidad de
hombres montados allí, la Comandancia decide que había que eliminar
ese frente en ese momento, esa cuadrilla, esa columna de hombres y
cambiamos a una parte donde fuera mucho más montañosa la zona. De
ahí, bueno, tengo que regresar de nuevo a Coro y después, a los meses de
estar en Coro, tratando e’ver, me suben de nuevo ya por La Negrita.
R.- No. Eso fue antes de la Conferencia de Iracara, había llegado mucha
gente, entre ellos estaba un alto dirigente del Partido Comunista, bueno
estaba, nos encontramos ahí con Pompeyo Márquez y toda esa gente.
Subieron unos compañeros: subió Polica, uno que era locutor, Polica
Salas con la esposa y todas esas gentes y da la casualidad que como a los
dos días, al siguiente día de eso, llega el ejército a la parte de abajo del
campamento. Con nosotros estaba también el capitán Elías Manuit
Camero, un oficial que había desertado y se había integrado al
movimiento revolucionario, por cierto el Capi era el encargado de la
logística, pero era bastante pichirrito con las cosas ¿no?
P.- Háblame de ese hombre, sigue hablando de ese hombre, del Capitán
Manuit.
R.- Bueno, como ya era bastante tarde lo que hicieron fue montar
guardias en diferentes sitios de las entradas por donde podían llegar esta
gente y prepararnos para la retirada, ahí empezamos a movilizarnos, yo
me puse muy brava porque me mandaron a cuidar las mujeres que
habían llegado de Caracas. Bueno, entonces había un muchacho, un
señor llamado Matías un chiquitico él, campesino y entonces me
mandaron a mi a llevarle café a Matías, a donde estaba él; Matías, mira
allá abajo está, tú ves donde está esa matica, ahí hay una culebra Matías,
déjala ir, no la molestes déjala ir, yo digo porque Matías, bueno, porque
si lo pela la bala, lo agarra la culebra.
R.- No.
R.- Ah, bueno, es que ya, cuando se da eso, ya el Ministro había salido;
sí, ya él había salido, los que quedaban en ese entonces era el grupo de
personas que estaban allá, de damas y eso, porque querían hacer un
contacto más cerca con nosotros.
R.- Bueno, mira, este, no sé si puedo decir que uno no se asusta, tú sabes
lo que es que te caiga un tonelón de bombas en una cueva donde tú estás,
aunque ya en ese sitio donde nosotros estábamos no había cuevas, eso era
peor, teníamos un compañerito que nos decía: ya le tocó a Santa Cruz, le
tocó a Hueque, esta semana nos toca a nosotros el bombardeo. Bueno, y
como en efecto al siguiente día amanecieron bombardeando esa parte y
entonces nosotros veíamos a la gente abajo, a los militares, cargaban unos
brazaletes de colores, era como para identificarse entre ellos, los distintos
cuerpos que estaban en esa operación, en ese sitio es cuando, bueno, en
un río le hacen una emboscada a Julio César Rodríguez y matan a un
campesino.
P.- Oye, mira, hay varías versiones sobre la muerte de Julio César dicen
que a Julio César lo matan por violación de medidas. El Judas, era,
chica, un príncipe de las locuras y un ser humano extraordinario; yo
creo que si el “Judas” hubiera estado en la época de Cristo se hubiera
ido detrás de él por ahí, a predicar.
R.- A él le decían El Judas los campesinos, pero de Judas no tenía nada,
él lo que era un muchacho sumamente confiado y muy creído y todo eso,
no me lo está preguntando pero si te diré que yo me casé con Julio César
por las leyes revolucionarias, él estaba joven, yo tal vez tenía un poquito
más edad que él, pero nos enamoramos y como Douglas siempre decía
que la gente que se enamoraba, este, había que arreglar las cosas de una
sola vez para no caer...
P.- Él, Julio César era un poeta, El Judas fue Brigadier Mayor de la
Escuela Militar era un santo, era un tipo muy bello. Háblanos de Julio
César.
R.- Bueno, Julio César era realmente una persona muy bella, gente muy
crédula e ingenuo, un gran hombre; los campesinos lo adoraban en esa
zona, lo querían tanto porque realmente se daba a querer por los
campesinos y ellos mismos fueron lo que le pusieron el nombre de
“Judas”.
P.- Negra, y te casaste con Julio César pero cuéntanos cómo fue ese
amor porque el Che Guevara, que era un gran místico, decía que un
revolucionario “tiene que estar guiado por grandes sentimientos de
amor”; eso parece que ha desaparecido, la gente como que le tiene
miedo al amor.
R.- Bueno, chico, los poetas tienen razón, el amor es “algo” pues... y
tiene que sé así, porque si no hubiéramos creído en el amor y eso, pues,
no nos hubiéramos ido a las guerrillas, no nos hubiéramos alzado en
armas, porque no solamente es el amor hacia un hombre y una mujer,
sino es el amor al pueblo, el amor a los familiares y, por supuesto, el
amor entre hombre y mujer.
P.- ¿David?
R.- Nelson Ruiz, sí; bueno y todos nosotros tratando de cruzar ese cerco
cuando oímos el escándalo que viene por el camino real, resulta que era
una escuadra del ejército que decían que si nos agarraban vulgarmente,
como ellos se expresaban de mentarnos la madre y todo eso y que nos
desbarataban ahí. Bueno, ahí esperamos que esa gente, esa cuadrilla, esa
columna de soldados cruzara, terminara el camino para nosotros poderlo
cruzar, que solamente con haberlo hecho así una granada nos tiraban y
ahí quedábamos toditos de una vez, imagínate si uno tiene que luchar
duramente con ellos, no solamente era el cerco sino que las culebras y
toda esa cuestión.
P.- Negra, en el año 66, por ahí por Febrero-Marzo se logra la gran
concentración del José Leonardo, se unifican y se concentran los
destacamentos en Felipito o las Lapas cerca de Tucacas, la gente del
Sur, la gente que venía de la Sierra de Falcón y la gente que venía del
Este de Falcón, ahí se concentra una cantidad muy grande de
combatientes ¿Estuviste ahí no?
R.- No.
R.- Él se descolgó por una ventana, usando una sábana como soga,
bueno, mira, esto, estando en una casa donde no conocía a nadie, ni nadie
me conocía a mi, era una casita de apartamentos ¿no? ahí estábamos
porque no teníamos otro sitio donde tener gente, nos encontrábamos tres,
cuatro o cinco personas en una sola casa, gracias al espíritu
revolucionario de Magdalena, nos había dejado la casa a nosotros. Llega
un día... los muchachos siempre salían y cuando regresaban no tocaban la
puerta sino que entraban porque ellos tenían su llave, nadie sabía que yo
estaba ahí, a mi me habían llevado a casa de ella después que había en el
Junquito una reunión con el Comandante Douglas Bravo, Comandante
Fabricio Ojeda, Ana Janci Jiménez Febres-Cordero y toda esa gente,
entonces, en esa casa donde estaba Douglas y Fabricio Ojeda, se estaba
haciendo una cantidad de materiales para el trabajo y la reagrupación otra
vez del movimiento, entonces es cuando se llevan de ahí a Fabricio Ojeda
para La Guaira y es cuando él cae. Cuando él cae, es cuando me sacan a
mí de ahí, fui a parar a la casa de otro compañero, de ahí es que me pasan
a la casa de Magdalena, ya habían matado a Ojeda y estaba detenida Ana
Janci. Por supuesto, nosotros nos estábamos preparando para subsistir y
recogerle cierta logística a los muchachos que estaban en el frente, que
todos no estábamos acabados, entonces en esa estancia ahí, estaba El
“Galli”, estaba uno de los pioneritos, hijo de la Sra. Magdalena que era
Oswaldo, que lo había conocido yo cuando era un niño de pionero;
bueno, ellos me decían a mi cuando él estaba pequeño que era pionero,
para ellos, yo era la vieja, ¿no? dentro de la juventud yo era la vieja.
Porque hasta me vestía como una vieja y tó eso, entonces estaban ellos
allí esa noche, me acuerdo que les había preparado -porque no teníamos
nada- un plato con harina de trigo y leche, ellos se acostaron. No
sabíamos que había alguien que había caído. En esos días habían llegado
ellos con unas cajas a la casa y al llegar allí tocan la puerta, yo salí a
abrirla, en eso veo a un combatiente que lo había conocido yo y todo
llamado Carlos González en la puerta, me saludó, yo lo saludé y ellos
sacaron las cajas que cargaban y él se fue, entonces, bueno ahí habían
unos materiales que teníamos que limpiarlos y acomodarlos y eso ahí en
esa casa; ese día estuvimos limpiando unas armas, que él sabía que eran
armas lo que habían llevado los muchachos para allá, entonces OK, las
sacaron de ahí, metras como decía el hombre de la Guardia Nacional y de
la policía y de la Digepol cuando me detuvieron.
P.- Negra ya estás presa, para dónde te llevan, porque ahora es cuando
vienen las torturas y el ruleteo.
R.- Bueno, chico, me llevan para un... yo no sabía en ese momento dónde
estaba, yo sé, que yo lo que oía eran voces, en una oscuridad que ni le
cuento, me zampan por allá, por un cuarto. Yo no sé si tú te acuerdas
cuando vendían las cajas de uvas que había un ceperito así de… Bueno
chico, empiezo a oír voces de gente que me parecía conocida, pero como
estábamos en una oscuridad no veíamos a nadie, no sabía quien era, y ahí
empezaron de urna vez a torturarnos.
R.- Bueno, ahí nos tuvieron ocho días, por cierto, ahí en esos días llegó
Aura que la habían agarrado allá en Valencia y más atrás antes, habían
llevado a Salvador -a Pichón- que lo habían agarrado en El Cementerio y
bueno a toda la gente que Carlos sabía, se fue a buscar a Cuchú en
Valencia y a Gallinazo que ya lo habían agarrado junto conmigo y a toda
la gente que el Carlos sabía donde podían localizarlos los tiró ahí, hasta
unas maestras que habían de por ahí del Cementerio que las habían
agarrado en la casa donde vivía Salva que las fueron soltando porque
realmente no sabían nada de nada.
P.- ¿Negra, y ese sitio donde te llevaron, dónde estaba ubicado, qué era
un T.O. o un cuartel?
R.- Bueno del Paraíso ahí pasamos varios días, llevando sol, agua,
“estrasnochos”, nos hicieron simulacros de fusilamientos. Bueno, si
entrevistas al Gallinazo te lo debe de haber dicho. Ahí amarrados de las
rejas del Cuartel nos hicieron el simulacro de fusilarnos, me mandaron a
arrodillarme en el suelo como si yo era pelotera y los muchachos
alrededor, eso fue un desastre. Bueno me inyectaron, me sacaron la
primera muela que me la dejaron desprendida de un solo lao de una
pescozá que me dio con unos guantes de boxeo, uno de los torturadores
del Comandante Matute, por cierto era hasta paisano mío.
R.- No, que va, yo a José Vicente lo veo después que estaba en libertad,
que fui a darle las gracias a donde estaba, por haberme socorrido en
aquella época, porque ahí nos pasan por unos túneles pa’ salir a un
sótano que tiene la Guardia Nacional y por la mañana... -pasamos la
noche ahí- y por la mañana, y como a eso de las 9 de la mañana nos
metieron en un carro blindado y nos llevaron al San Carlos; cuando
abrieron la puerta estábamos en el San Carlos.
R.- Bueno, en el San Carlos permanecí cuatro años, tres meses o cuatro
años cuatro meses. Estaba sentenciada a ocho años cuatro meses, no sé
cuántos días, hasta se me olvidó.
P.- Gruber.
R.- Que ahora estuvo metido en un alzamiento ahí en un golpe; se llegó
hasta donde yo estaba y me dijo que tenía que dar mi nombre, los
nombres de mis familiares para anotarlos ahí; yo le dije que no tenía
familia y que no tenía nombre, pues, que no tenía parte donde estar y
entonces me dieron una sábana y una almohada y eso, y me subieron
arriba, al área donde estaban las mujeres detenidas ya, sentenciadas y eso.
Estaban Nancy Zambrano, Nely Pérez; estaba la compañera Ana
Jancy, recientemente le habían matado a Fabricio Ojeda, que era su
compañero; pues bueno, llegamos Aurita Díaz y yo, estaban otras
muchachas que ahorita no me recuerdo y fue cuando pudimos decir que
estábamos más o menos, enseguida me dieron un vaso de leche con unas
“libriun” y dormí hasta las cuatro de la tarde del siguiente día, cuando me
desperté.
P.- Negra, y qué hacías en el San Carlos, porque yo tengo entendido que
tú en esa época no sabías leer ¿aprendiste a leer en la guerrilla o en el
San Carlos?
R.- Bueno, mira, yo claro, cuando llegué al San Carlos yo sabía unir las
sílabas como dicen, las primeras vocales, que sé yo, y allá, bueno si, en el
San Carlos las compañeras Nelly y Nancy que nos daban clases ¿no?
Aura misma. Entonces me daban clases, ahí, empecé más o menos, hasta
que después, bueno, saqué el 6o. grado por completo cuando estaba en
libertad.
P.- Negra, qué hacías en el San Carlos, cómo pasar el tiempo, porque
cuatro años y medio en el San Carlos o en cualquiera otra cárcel es
duro.
R.- Bueno, mira, si supieras que ese sitio donde estuvimos en el San
Carlos, donde estábamos, por lo menos nosotras, los primeros días,
después nos metieron a otro gallinero donde llamaban la enfermería, era
muy aceptable, yo llegué a tener mi cuarto sola y aparte de las requisas
que nos hacían, mandaban un mujerón bien grande y bien corpuda,
porque como yo era la más alta, ellas creían que tenían que tomar
medidas contra mi. Ahí conocí otro poco de mujeres que habían
detenidas, que empezaron a llegar después de nosotras, teníamos
compartidas las horas en clases, en lectura, oíamos música, teníamos
charlas y ahí llevábamos la vida así, cocinábamos; a veces también no
nos comíamos la comida que nos mandaban del cuartel, sino que
preparábamos la misma comida de nosotras y así pasábamos los días, la
visita y esa cuestión.
P.- ¿En qué año sales del San Carlos, durante cuál gobierno?
P.- Negra, y había presos políticos también, porque allí había unos
cuantos del PRV, del Partido Comunista, del MIR ¿a quiénes de esos
presos conociste?
R.- A casi todos los muchachos que se encontraban allí los conocía de
afuera, ya que nos habíamos visto en otra parte, pero sí había bastantes;
después empezaron a caer también otro poco, más nuevos y más mujeres,
conocí a la Sra. Carmen Cárdenas; una señora bastante mayor que la
tuvieron en la Digepol un bojote de tiempo, cuando agarraron un poco de
gente, ahí estuvo ella, estuvo Gladys Alonso, cuando llevaron a ese lote,
llevaron a Mónica Venegas, la Sra. Carmen que le decíamos “mamá
Carmen”, a Gladys Alonso, Tibi, a una muchachita española que no
recuerdo el nombre, a la mamá y todo ese poco de gente. Al Comandante
Nery Carrillo y a todas aquellas otras gentes, bueno, en el San Carlos
estaba el Teniente Tulio Martínez, el Capitán Molina, el Comandante
más viejo de toda la partida fue el presidente del FLN, Moncada Vidal, al
Maestro Moncada Vidal.
R.- Bueno, voy a decirte que no tuvimos mucho roce así pues, aunque en
el grupo de los muchachos había siempre una solidaridad con las mujeres
presas, me acuerdo que tengo muchas cosas bonitas de mis compañeros,
de los que llamaban la militancia, o que estaban fuera de los calabozos,
donde estaban la gente de “caché”; bueno a esas yo les hacía empanadas,
les mandaba arepas, ellos me mandaban a mi y todas esas cuestiones, nos
mandaban a todas, había un compañero como Alonso...
R.- Ah, bueno, de eso te puedo hablar, ese es un hombre excelente, para
mí fue siempre la persona con quien yo me podía apoyar en cualquier
problema, por cierto, que ese militar que yo te digo que era de derecha,
que era un hombre muy humanitario y muy buena gente.
P.- Negra, hablando de las visitas conyugales, las presas políticas tenían
visita conyugal o estaban condenadas a la abstinencia.
P.- Negra, sales del San Carlos y tienes que comenzar la vida de nuevo
¿qué haces después que sales de San Carlos, a qué te dedicas?
R.- Bueno mira, cuando salgo del San Carlos ya todo el mundo estaba
afuera, habían quedado muy pocas mujeres en el San Carlos, cuando
salgo yo, porque le habían dado confinamiento a algunas, a otras las
habían mandado al exterior, entonces me manda a buscar el Comandante
del Cuartel para hablar conmigo, entonces bajé, me llevaron a hablar con
él, entonces me dice: -que él estaba muy preocupado porque todas las
mujeres ya estaban saliendo y que le preocupaba que yo me fuera a
quedar en el San Carlos sola porque al quedarme sola en el San Carlos
me iban a mandar pa’ la Cárcel de Mujeres y que él consideraba que yo
no debía ir para la Cárcel de Mujeres, que yo me había portado bien en el
Cuartel, que yo no sé qué y tal y me hizo la proposición de pedirme una
entrevista con el Ministro de Relaciones Interiores, entonces yo le dije
que estaba bien, entonces él me pidió la entrevista y un día, una tarde me
mandó a decir para al siguiente día tenía la entrevista con el Ministro de
Relaciones Interiores. Me llevó él mismo Comandante a hablar con el
Ministro, que era el Dr. Leandro Mora, cuando el Dr. Leandro Mora
empezó a hablar conmigo -el Comandante me había dicho que el Dr.
Leandro le tiraba muchos peines a la gente, que yo no reaccionara en
ninguna forma ¿no? que me quedara callaíta, porque él había dicho que
yo era muy dócil y muy esto y que para que no fuera a hacerle quedar
mal-, entonces el Ministro empezó hablar conmigo, me preguntó de
dónde era y quiénes eran mis padres, que no sé que y tal, yo empecé
hablar con él, entonces después de todo eso me dice: mira, Epifania y
cuánto tiempo tienes tú presa, -tantos años doctor. ¿Qué pasó, por qué tu
papá no había venido hablar conmigo?, le digo: -no sé-, dice él: mira yo
aprendí a caminar de manos de tu papá, tu papá me enseñó a montar
caballos, a mi me extraña que tu papá... tu papá es adeco; yo sé dije: -sí,
yo sé que mi papá es adeco- ¿y por qué el viejo no había venido hablar
conmigo?-, le digo: -no sé-, entonces me dice: -no hija, si él hubiera
venido hablar conmigo, usted no se hubiera echado tantos años ahí,
porque yo tengo un hijo que es comunista, porque uno los tiene a ustedes,
pero no les tiene las ideas, ustedes son los que inventan sus ideas.
Entonces me dijo que no me preocupara que él me iba a conseguir el
indulto.
P.- Bueno, Negra, sales de allí de la cárcel, con una mano delante y otra
atrás sin una nica en el bolsillo, como dirían los guaros. ¿A qué te
dedicas?; tienes que buscar trabajo, cuéntame tu vida en la calle,
después de tanto tiempo, porque tenías como diez años perdida del
mundo entre la guerrilla y la cárcel.
R.- Bueno, mira, de ahí del San Carlos me pasan para la señorita Planta,
pa’la cuestión de La Planta, ahí pasé todo el día en la Planta, sacándome
fotos y haciendo papeleos y pon la huella aquí, ponla allá, por los ojos,
rayos de este lado, bueno OK, entonces a las cuatro de la tarde me
llevaron a Catia, donde está el comienzo de la autopista de Caracas-La
Guaira, ahí me estaba esperando mi mamá, me habían dado
confinamiento para el Litoral -El Litoral por cárcel- bueno entonces me
fui allá, porque a según, el mismo Ministro consideraba que mi papá era
el que me podía meter en cintura, que no me había metido mi mamá,
entonces me mandó para casa del viejo.
P.- Bueno ¿Cuánto tiempo duras, cómo es que se llama el pueblo tuyo
Negra?
R.- Bueno, imagínate, ya no tenía cuenta, ni cuanto tiempo, una vez pedí
una entrevista de nuevo con el Ministro y me la dan, me dan la entrevista,
pero imagínate ahí llegó Rafael Poleo, llegó tanta gente y eran las 7 y
media de la noche y yo esperando la entrevista con el Ministro; entonces
llega Rafael Poleo y cuando lo mandan a pasar yo me lo como ¿no?; le
digo, a usted si, vivo, llegando y usted sí va a pasar, yo estoy desde las 12
del día y no he podido pasar a hablar con el Ministro, entonces él cuando
entró le dijo al Dr. que yo estaba furica -ahí está una mujer que está
furisísima, porque esto y lo otro- entonces de una vez a él lo pasaron a
otra oficina, entonces me entrevistaron a mi, era para pedirle
precisamente eso, mi papá era un hombre que tenía 11 muchachos, era
una casita sumamente pequeña: dos cuartos y la cocinita adonde
habíamos tantos, muchos todavía, los muchachos pequeños y yo y todo
eso, entonces yo le decía que allá no había, yo necesitaba conseguir un
trabajo para sostenerme, mantenerme porque lo que mi papá ganaba no
era mayor cosa, entonces él me aconsejó que me quedase allá hasta que él
me avisara, que no me fuera a venir para acá para Caracas, bueno se me
ocurrió la buena idea un 24 en la noche o 31; me fui firmé mi papel y me
vine para Caracas pa’ que mi mamá.
R.- Bueno, llego a que mi mamá y estaba en casa de ella y eso, entonces
ese día me pinté con otra amiga, inventamos que nos echáramos unos
“guiskisitos” y eso, con otros compañeritos y tomamos, ella tenía que
hacer una diligencia en Maracay y me invitó, me fui clandestina.
R.- ¿Cómo iba a trabajar? vivía así de lo poco, que me daban allá, me
daban acá.
R.- Ajá, ese señor le dice a Patiño, que el Patiño parece que le pregunta a
él que qué donde estoy, que si él sabía donde estaba, entonces él le dice
ahí, delante de nosotras por supuesto, cómo te voy a decir dónde esta esa
muchacha, para que la vayas a matar y yo vaya a cargar con esa culpa,
¿no?, no, yo no. Trancaron el teléfono y eso, entonces él me dijo que
garantizaba la vida siempre que yo me quedara ahí, entonces yo
dije: -mire, yo primero me hace daño el aire acondicionado, y segundo yo
no puedo estar encerrada, yo no sé como duré tantos años encerrada en el
San Carlos, así que vámonos mamá-, buenos días y tal y nos fuimos de
ahí, de ahí fue que fuimos a parar a conseguir la entrevista con Noti
Rumbos, entonces yo le pedí al Ministro públicamente, por Radio que me
garantizara mi vida y que bueno yo necesitaba salir a trabajar, tener de
qué vivir, porque yo no tenía de qué vivir, mi mamá tenía unos cuatro
trastes en la casa y vendía y eso y mi papá no podía con to’ los
muchachos que tenía, mucho menos estarme manteniendo a mi ¿si?
R.- Bueno, sí, trabajé como camarera en una clínica, -Clínica Rossevelt-
por algún tiempo, pero yo estaba haciendo la solicitud de mi trabajo en la
Universidad y entonces me consiguieron ayuda, ahí en Medicina, para ir
metiendo los papeles y eso y cuando me llamaron todavía trabajaba en la
clínica, entonces pasé a trabajar en el Instituto Anatómico, primero ahí
trabajé unos cinco meses, sin sueldo y sin saber si iba a cobrar ni nada,
porque una noche, un domingo me acosté cuando me llega mi mamá a la
cama, llamándome, me despertó ¿qué pasó mamá? !Ay mija allanaron la
Universidad, acaban de dar un extra!, no sé que, yo no tenía sino la
tarjetica esa donde marcaba el reloj y la carta que me habían dado para
empezar a trabajar. Así que fue el 10 de Octubre del 70, imagínate,
entonces, el 10 de Octubre del 71. Bueno, y perdí esos meses, así que
estuvo allanada la Universidad más lo que yo había trabajado, esos los
perdí, entonces tuve que buscar otro trabajo y después fue que pude
conseguir el trabajo en la Universidad.
P.- Bueno, Negra, no me queda más que darte las gracias en este rescate
de una memoria que se quiere perder porque nosotros, que ya andamos
en los 50 para arriba parece que a veces se nos pierde la memoria, que
no se pierda Negra, muchas gracias.
R.- Bueno, yo también te doy las gracias espero que te sirva la entrevista
que has sostenido conmigo, gracias por todo; que así sea.
COMANDANTE
BAUDILIO LOYO
P.- Bueno, Ezequiel, cae Pérez Jiménez. ¿Qué significó para ti la caída
de Pérez Jiménez?
P.- Bueno, Baudilio, cae Pérez Jiménez y comienza una gran borrachera
democrática, grandes manifestaciones, las muchedumbres y las
multitudes en las calles y la burguesía en Miraflores. Qué opinas tú de
esto?
R.- Bueno, el Triángulo Negro, era uno de los grupos que existían, pero
el grupo que tú mencionas, ese grupo de los hermanos Salazar se llamaba
el Direven -Directorio Revolucionario Venezolano-. Era un grupo de
hombres y mujeres que había estado en Cuba, recibiendo entrenamiento.
Regresaron a Venezuela y quisieron repetir aquí la experiencia cubana,
pero no tuvieron mucho éxito, fueron infiltrados y golpeados por los
cuerpos de seguridad.
R.- Mira, Pérez Baldayo, escúchame lo siguiente, porque es algo que muy
poca gente lo sabe en este país, porque lo han querido ocultar. El
movimiento armado en Venezuela, en gran medida, es el producto de los
grupos que estaban descontentos tanto en el Partido Comunista como en
el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Estos grupos son los que
inician los preparativos para impulsar la lucha armada y es entonces
cuando las direcciones del MIR y del Partido Comunista deciden lanzarse
a la toma del poder.
R.- Domingo Urbina era nativo de Río Negro o de Caicara del Orinoco,
no sé exactamente, pero era de uno de esos dos pueblos. Su padre Angel
Urbina sí era coriano y se había ido a vivir en esa zona, allí se amancebó
con una india y tuvo a Domingo, nosotros le llamábamos el Indio.
Domingo Urbina era primo lejano de Rafay Simón. Cuando Domingo se
incorpora a la guerrilla estaba rico, porque él controlaba el cafetín de la
Cárcel Modelo y ese era un gran negocio en esa época.
P.- Oye, Baudilio, cuando iban subiendo hacia las montañas de Santa
Cruz de Bucaral tienen un encuentro con la policía. ¿Cómo fue eso?
R.- Te voy a contar cómo fue eso: cuando estábamos en esos pueblitos
nos fue a visitar Caraquita Urbina, quien nos ofreció hombres, armas y
dinero; es entonces cuando decido trasladar a Domingo a las montañas de
Santa Cruz de Bucaral. Íbamos en un jeep y después de pasar por Santa
Cruz, nos encontrarnos una alcabala móvil de la policía y nos entramos a
tiros; yo no sé cómo no nos mataron, fue una tirazón cerrada, pero como
era de noche nos escabullimos y nos escapamos. El jeep donde íbamos
quedó destrozado porque el tiroteo fue muy cerrado. Nos escapamos
echando tiros, Domingo cogió por un lado y yo tomé por el otro. A los
dos o tres días nos volvimos a encontrar.
R.- Sí. Después de este episodio que te estoy contando, nos tiran el
primer cerco con un despliegue numeroso de tropas y de miembros de la
policía y de la Digepol. Nosotros éramos un grupo muy pequeño, éramos
entre ocho y diez hombres. Eludimos el cerco y penetramos en lo más
profundo de la montaña.
R.- Sí, pero antes déjame contarte algo: sobre Domingo Urbina se tejió
una leyenda, Domingo nunca sirvió para nada, ese fue un mito. Domingo
se constituyó en un obstáculo para el desarrollo de la guerrilla en el sur
de Falcón. Es cierto que el Partido Comunista envía a Mariñito y
anteriormente había enviado al Cabito Julio Chirinos y a mi primo
hermano Alirio Chirinos. Pero la construcción en serio del frente sur es a
finales del 63 y comienzo del 64, cuando comienzan a llegar los recursos
enviados por el Partido Comunista y por el MIR. Empezamos a movernos
en una amplia zona entre Falcón, Lara y Yaracuy; tendría muchas cosas
que decirte, muchas de ellas tú las sabes.
R.- Félix Adam fue un guerrillero que anduvo mucho tiempo con
nosotros; incluso una vez lo enviamos a Iracara y participa en el combate
de La Vega. Él era un gran conocedor de la zona, la conocía como la
palma de la mano y lo mata el Ejército justamente por las imprudencias
de Domingo Urbina y por las violaciones constantes de las medidas de
seguridad. Con la muerte de Félix perdimos uno de nuestros mejores
hombres, quien se nos había incorporado desde los primeros días de
nuestras actividades.
R.- Mira, Pérez Baldayo, tú sabes y lo sabes muy bien que Domingo fue
un obstáculo y una carga para el desarrollo de la guerrilla en esa zona,
Domingo no tenía idea de lo que era la guerra revolucionaria, él lo que
hizo fue dilapidar los recursos hasta que finalmente llega a acuerdos con
el gobierno y lo sacan primero para Colombia y después para España. Al
final de su vida terminará siendo agente de la DIM y se dedicó a reprimir
a los campesinos con la sola finalidad de despojarlos de sus tierras.
Domingo fue un vagabundo y un gran sinverguenza.
R.- Mira, como tú sabes allí murieron José Luis Otamendi, un muchacho
estudiante de Ingeniería quien había estudiado en España, murió Félix
Adam que era un campesino y un guerrillero a quien la gente quería
mucho, murió Gustavo Aranda en un combate allí en el norte de Lara, él
había sido grumete y se alzó en El Porteñazo; creo que estuvo en el
destructor Zulia con los Picardi Román y después del Porteñazo, mucho
después ingresa a la guerrilla del frente sur; también murieron Reinaldo
Astudillos, “Jaime” y Vladimir Reyes quien era hermano de Raquel
Reyes, una importante dirigente del Partido Comunista. Por cierto, que a
ella le matan a su hijo Fedor en las montañas de Iracara, también mueren
dos combatientes miristas excepcionales Ramón Ventura Timaure, quien
era maracucho o de Cabimas, no sé exactamente, quien había sido
guerrillero urbano del Zulia y un combatiente mirista también maracucho
a quien nosotros llamábamos el Campeón González o el Gordo Gabriel.
R.- Hasta comienzos del 65, recuerda que una parte de la guerrilla llegó
hasta Yaracuy y uno de nuestros destacamentos por violación de las
medidas de seguridad fue golpeado duramente y allí fue cuando mataron
a Jaime, a Vladimir, a Ventura Timaure y al Campeón González, El
Catire Portillo Pirela, el Negro Palacios y José Mendoza te pueden contar
mejor cómo y por qué mataron a estos compañeros, porque ellos
estuvieron allí cuando mataron a los muchachos. Como te dije a
comienzos del 65 bajé con un grupo de compañeros.
R.- Sí, viajo a Cuba y permanezco allí durante un año, después ingreso
clandestino a Venezuela pero aquí estaba planteada una gran polémica y
el Partido Comunista había decidido replegarse y poner punto final a la
lucha armada.
R.- Sí, caigo preso en el 68, acuérdate que primero estuve en Mérida, por
cierto tú te encargaste y el MIR de Mérida de mi seguridad, quiero
agradecer a las familias que me brindaron su apoyo en esa época. De allí
me traslado a Caracas y me hacen preso porque me confunden con un
ladrón de apartamentos, pero cargaba papeles falsos y sin embargo me
abren un expediente y me mandan a la cárcel. Salgo en libertad a finales
del gobierno de Leoni, pero el enemigo no se entera que me tenían en la
cárcel.
R.- Bueno, mira, Pérez Baldayo, había razones para empuñar las armas,
fue justo, si no la empuñamos nosotros, otros las hubieran empuñado. La
historia nos ha dado la razón nos derrotaron pero los vencedores acabaron
con este país, lo arruinaron, lo empobrecieron y lo degradaron.
P.- Bueno Baudilio, no me queda más que darte las gracias y que la
memoria no se pierda!
P.- No, no, es que tú sabes cómo es Aura, voy a entrevistar en Paraguaná
a Francisco Perozo de la guerrilla urbana y a Pichirilo, en eso ando. Te
quiero hacer una primera pregunta. ¿Cómo ingresaste al movimiento
revolucionario de los años 60?
P.- ¿Una carga? pero Negro, entonces lees el folleto de García Ponce.
¿Te acuerdas cómo se llamaba?
R.- No me recuerdo, pero... mis primeros pasos fueron, cuando cae Pérez
Jiménez, sin saber absolutamente nada de política, me incliné por Acción
Democrática porque yo pensé que Acción Democrática era algo muy
diferente a como después se manifestó, ahí milité un mes.
P.- Ese es un proceso que hubo del 58 al 62, son 4 años, ¡verdad!. ¿Y das
un salto muy grande en tu vida?
R.- ¡Grandísimo!, aquí por lo menos captamos mucha gente ¿no? sobre
todo la gente de mi época. Sí, sobre todo a la gente de mi época. Fue el
compadre Ibrahím Sandoval, que fue un hombre que tampoco nadie lo
mienta a estas alturas y fue un hombre tan valioso en el movimiento; él
militó, fue militante del Partido Comunista. También, Rafael Suárez, esa
gente dio un gran aporte a esto, pero nadie los menciona.
R.- Está vivo, compadre. Está frente al taller del hijo mío. En el Callejón
Borregales. Tú te acuerdas del Tennis, al Tennis, subes un poquito y te
vas a encontrar con un taller mecánico y en la otra puerta, o sea, la casa
del hijo mío que es taller de herrería, Cuco está viejo, vale. Está lúcido y
la cabeza blanca, blanca.
R.- Bueno chico, eso significó mucho, pues, me sentí más inclinado hacia
la militancia del partido; yo principalmente pensaba que de verdad esa
era la solución y yo sigo creyendo que esa es la única vía, no hay, para mí
no hay otra cosa, ahorita que te aparezca que te desplace eso y que te
haga un “planteamiento” como una mejora porque aquí si ha habido
procesos unos detrás de otros, partidos unos atrás de otros, pero no tienen
esa realidad, pues que se le plantea al ser humano, su educación
completa, alimentación, educación, salud, eso sigue mira, cada día peor,
es peor, aparte que al marxismo se le ha echado una capa de concreto
arriba, se trata de taparlo pero esas son grandes verdades que tarde o
temprano bueno, porque luchar con un monstruo como es el poderío
norteamericano, eso es muy duro y lo lamentable aquí, yo lo digo, son los
dirigentes que nosotros hemos tenido, los que han capitaneado los
armamentos, no han tenido la claridad suficiente.
P.- ¿Estuviste con los fundadores del Frente o ingresaste más tarde?
R.- Ingresé más tarde, o sea, mi primera entrevista con Douglas cuando
ya se estaban dando los primeros pasos aquí en la Sierra de Macuquita
fue acá en la Sabanita. Yo tenía el armamento aquí. El ingreso total del
movimiento a la guerra fue cuando tomamos a Curimagua, que viene
Polito Acosta de la montaña, tenía aproximadamente seis u ocho meses.
R.- Yo sigo pensando que nosotros tenemos que buscar la forma, una
forma de lucha para mí será que no se derramara sangre, que nosotros
como pueblo aprendiéramos a conquistar el poder sin derramamiento de
sangre porque sí se puede.
R.- Creó conciencia, aquí está una cosa muy importante, que los
comandantes de esta cuestión, yo digo, no supieron coordinar este
movimiento, porque la cuestión es hacer un recuento histórico, en eso
pelaron todos lo que eran antes comandantes aquí en este movimiento, el
recuento histórico desde la Independencia, si cada movimiento que se ha
producido, ahí, ha sido beneficioso, aquí han ido al poder una cantidad de
hombres que solemos llamar que serían analfabetos, hombres pobres pero
se convierten en unos dictadores, al agarrar el poder el hombre sufre una
transformación que se olvida del otro hombre, que se olvida de cómo, de
que pertenece a este pueblo y ahí están los grandes fracasos. Yo por lo
menos, yo diría siento mucha decepción por un porcentaje de compañeros
que fueron jefes aquí porque no enfocaron el problema de este pueblo, no
lo enfocaron, es cuando usted lucha con el alma porque a mi nadie me va
a decir que fueron las condiciones que se tomaron. El Che Guevara luchó
con el alma, que lo hayan matao, porque en la lucha usted es factible que
lo mate una mapanare, una culebra de esas, o lo mate una bala o lo mate
una enfermedad que usted agarre en una montaña de esa, pero su espíritu
de lucha, del alma no puede cambiarlo, como yo veo muchos ahí que su
lenguaje son tan diferentes a la que tenían anterior cuando andaban con el
fusil en el lomo, aquí es un pensamiento diferente ahora, es que si nos
equivocamos, en qué nos equivocamos, si los sufrimientos continúan
igual; peor, peor porque ahora tenemos una masacre encima de droga que
nos está destruyendo a los muchachos que nacen. Es grande el daño de la
droga contra Venezuela.
P-. Es decir chico, creo que los civiles y los militares que no alzamos en
los años 60 teníamos la razón.
P.- Y no hemos conseguido una patria mejor que ésta, mejor que la de
Betancourt, mejor que la de Leoni, mejor que la de Caldera, mejor que la
de Carlos Andrés Pérez, mejor que la de Lusinchi, mejor que la de
Ramón J. Velásquez y mejor que la de Caldera.
R.- Esa epidemia son los dólares, los que no absorben a la gente, los
prostituyen, esos son los que nos han dañado y nos continuarán dañando,
usted se pone ahí y le ponen ese montón de dólares, aquí estoy yo, ¿no?
es pues.
R.- Al Padovani
P.- ¿Temerario?
R.- Un hombre, que él revisaba las cosas detalle a detalle chico, era un
hombre que exigía una disciplina como usted no tiene una idea, muy
estricto, buen compañero, aparte que yo estuve muy poco tiempo con él,
él estuvo muy poco tiempo aquí, porque él después de aquí lo pasaron a
la zona pa’ allá para el Turagual, para Camacho, esa zona porque él
conocía mucho más allá y era más valioso allá que en esta zona que era
donde yo estaba, que me conocía a todo el mundo, entonces en esta zona
cuando ya se incorporaron algunos compañeros, unos muchachos amigos
de nosotros, aquí entonces quedé yo a cargo, al mando del destacamento
que se llamaba. Si, sí, si es mismo.
P.- Padovani.
R.- No, habíamos tenido una pérdida de grupo de aquí que fue cuando
mataron a Iván Moscoso y a Víctor Márquez, entonces ese destacamento
de aquí…
P.- ¿Yo supongo que esta era una zona difícil para el abastecimiento?
R.- No mano, aquí no joda, mire..., lo que pasa es que aquí había mucho
campesino en esa época.
P.- ¿Amigos?
R.- Amigos.
R.- Sí.
R.- ¡No!, no, qué bárbaro, aquí mataron un poco de gente, mataron a
Timoteo que eso era para la parte de allá, eso era un pueblito, la represión
fue espantosa, pues mandaron a sacar a todos los campesinos para
bombardearnos.
P.- ¿Aquí?
R.- Lo ves ahora y no lo conoces, una bola así, entonces inventamos qué
coño había que hacer algo así, una acción o algo así para contener el
avance que era demasiado, bajamos por acá, nos metimos en esa
montaña, entonces ahí localizamos un puesto del ejército, nosotros
íbamos a tomar una ametralladora Punto 50 que estaban donde llamaban
los Patiecitos, una casa más o menos como así, dentramos ahí pero a
medida que vamos avanzando vemos un campamento, que bajan diez
soldados y nosotros éramos doce, entonces consideramos que era menos
peligroso pues.
R.- Pues claro, pues ya son los cambios de planes que yo nunca estuve de
acuerdo, nunca jamás, nunca estuve de acuerdo, venía Chema, no, Chema
Saher si no.
P.- Lino Martínez, Lino Martínez que después muere por ahí por un
potrero en los llanos de Apure.
R.- ¡Oberto Zárraga! Qué hombre tan valiente ¿Tú sabes? Bueno, vamos
bajando, yo veo un soldado que está sentao con un FAL aquí, entonces,
yo le hago a Chema ¡así no!, que hay dos, entonces él me dice que viene
un hermano mío detrás que lo llamaban Torcuato, que le dispare con una
escopeta, yo le digo que no, que no, que no puede ser, porque la distancia
es mucha para una escopeta, ellos siguen insistiendo, yo me molesto y
volteo, se me desaparece el soldao, yo estoy alante, cuando menos
acuerdo lo tengo acá, al frente que no me dio chance a nada pues, yo lo
ametrallé, el soldao cayó pero cayó el soldao; estaba yo reventao con el
fusil perdió, me lo volaron de las manos, una ráfaga de ametralladora,
me partieron aquí, y aquí, dos venas por aquí, aquí está todavía la
cicatriz, ahí estuve batallando, pues volví a agarrar el armamento, taba
rajao todo, lo probé, respondió, ya no me quedaban balas, cargaba una
granada y una pistola, no podía subir porque me estaban ametrallando,
intenté cruzar así, el fuego de los compañeros no me dejaba.
R.- De dónde lo íbamos a ver, esa era la trampa, la trampa era poner las
carpitas de diez soldados en la vía, para que tú te la comieras y ellos al
lado ahí.
R.- Buen hombre, muy buen hombre, un gran hermano, un gran médico.
P.- Él estuvo preso con nosotros el año 63, porque él iba a subir para la
Sierra y lo agarraron en la casa de uno de los Leal. Ahí lo tuvieron hasta
el 24 de Diciembre, lo soltaron, yo creo que lo soltaron y de una vez se
subió.
R.- Rodrigo.
R.- Nada, yo andaba inútil, sin nada, yo tenía que andar en medio de los
compañeros, esta mano me quedó, allá duré más de un mes que no la
movilizaba, pa’ arriba, esta imagínate me quedaron los dedos tendidos
pa’ca.
R.- Eso está rodeado, esto es una islita, que está rodeado de carreteras, te
toman aquí, vamos a poner te agarran en Pueblo Nuevo, Pueblo Nuevo te
cubre Cabure, entonces te agarran San Luis, aquí por este lao entonces te
vienen a salir aquí. Tú tienes que ser un verdadero veterano nacido aquí,
yo me la pasaba, me traban el cerco aquí, les pasaba por un lao.
R.- Me movilizaba a unos sitios que teníamos por allá, y allá íbamos a
refugiarnos; teníamos unos compañeros muy buenos, unos se han muerto
y a algunos los mataron, campesinos que iban a Curimagua a traernos la
comida, nos abastecíamos de los conucos, de algunos campesinos que
vivían en la zona y nos daban la arepa.
P.- ¿Era una política del ejército, de tierra arrasada y sobre todo de
desocupación campesina?
P.- ¿Tú sabes que allí, después de eso, Douglas tiene la idea de
movilizar, chico, la guerrilla hacia el Este, la Sierra quedó
prácticamente sin guerrilla, porque de ahí se fue toda esa guerrilla
hacia el Este, creo que quedó Magoya por ahí por los lados de Pueblo
Nuevo, pero no mucho?
P.- Pero bueno, dices que comienzan las diferencias entre Fidel y los
comandantes, pero llegaron los cubanos, tú no estabas aquí, estabas
preso cuando llegaron.
P.- Pero cuéntame, Negro, de tu caída, porque esa es otra cosa muy
importante, porque a mi me dijeron, que a ti, te torturaron mucho.
P.- ¿Nuevo?
P.- ¿A ti?
R.- A mi, en Barrio Nuevo, ahí estaban ellos, ahí fue donde se desmigajó
todo.
R.- Los muchachos me llamaron, me dijeron esto pasa así y así, ¡coño!,
me puse mosca, pero bueno, vamos hacer una reunión ya, ¿qué es lo que
está pasando? entonces ellos que traían órdenes porque estaba en contra,
entonces le presenté algunas copias, es por esto, porque pido material
humano, porque pido proyectiles, armamento pa’ seguir luchando. No
vale, esto es un mal entendido. Baltazar entendió la situación y la orden
que había era que aquí se había acabado todo. Sálvese quien pueda.
R.- De ahí yo me perdí, viendo la situación como era, Toledo asumió una
actitud de desconfianza, de yo con la Señora ¡no!. Me di cuenta cuando
estaban los dos y estaban hablando en inglés, entonces que había que
buscar otro sitio, entonces la Señora, me lo dijo, porque yo le limpiaba la
casa, le lavaba las ollas, te acuerdas que ellos estaban pasando por una
situación económica bastante estrecha.
P.- Dura...
R.- Yo le cuidaba los niñitos, mientras ella salía a buscar trabajo, ella
peleaba mucho con él, tú sabes que él estaba en el movimiento y era así.
R.- Allí estaban, bueno eso fue un grupo 18 que fuimos, cayó: Salvador,
Cuchú, El Gallinazo, el Maracucho Ramírez que llamábamos Iván, ajá...
al que dice que mentaste ahorita allí encontramos a Eloy Torres, al
Médico al que mentaste ahorita, Rómulo Valero, Carmelo Laborit, esos
eran del MIR y Leobaldo Solórzano.
R.- Eloy Torres era hombre en esa época. hay una cuestión yo no sé, te
diría muy particular que es en el tipo de dirigente el jefe, el jefe siempre
asume una actitud, aunque a veces no es verdadera pero si asume su
actitud de jefe y de buena gente aunque después no es así. Yo tengo ese
concepto por lo menos de Teodoro, y muy decepcionado ahora del
lenguaje que utiliza ahora, en Convergencia, el Ministro de Fronteras.
R.- Ja, ja, ja y eso eran los presos, que digo, esos eran los que iban a
salvar este país.
R.- Si, si, pero yo no sé hasta donde era verdad eso, chico.
R.- Cómo no, compadre, porque Douglas ha debido de tener más claridad
sobre el problema, porque no me venga usted a decir que venimos a
formar el 3er camino, el 2do camino, el 1ro., puede ser que eso pueda
servirle a él, que él tenga una guía, una sola base buscando aglutinar, ¡no!
pero eso te confunde a la gente porque no lo puede hacer uno solo, esto
no lo podemos hacer nosotros solos, mientras tú no creas una conciencia
que lo que hay que crear primero ¿no? como puedes variar, si varías tu
línea ya vas perdiendo, las confundí, confundido.
P.- ¿Por qué, Tacarigua es una Isla, supongo que los tenían sueltos de
día y los recogían de noche?
R.- A las seis de la mañana nos soltaban, nos contaban fú, fú, nos abrían
el galpón, nosotros salíamos a un palio de trescientos metros corríamos,
hacíamos deportes.
P.- Negro, todo el que está preso lo único que piensa es en fugarse.
R.- En fugarse.
R.- ¡Cómo! No. Nos descubrieron un túnel que le faltaban 15 metros para
salir a la playa.
P.- Ni idea.
R.- Para la Isla de Coche, ahí comía pescao tres veces al día.
P.- ¿Y estás ahí cuánto tiempo, de qué vives ahí, reparabas los motores,
pescabas?
R.- No más que tenía el pasaje, pero es que en esa época tu comprabas un
real de pescado y comías dos días; en esa época en Margarita te daban
tres a cuatro rolas de carite y te cobraban tres reales, uno cincuenta y una
arepa, me vine y le llegué a mi tía, esa fue la que me salvó, con un
palancón; a mi me condenaron a ocho años y ocho meses, ocho años de
cárcel ocho meses, entonces él Maldonado que por cierto estuvo muy
enredado con un pocón de droga después.
P.- ¿Aquí?
R.- Joda…no caigo ahí mire muerto yo... me sacaron casi muerto de la
Isla.
R.- Me volé pa’ Coche y de ahí pangán. Ya estaba para las elecciones,
gana Caldera. Yo sigo viviendo en Caracas, en una aproximación de doce
a catorce años.
R.- Los últimos cuatro, que son; que ya unos están casados y ocho
muchachos que tenía cuando me enguerrillé que uno de ellos que está ahí,
el Negro.
P.- ¿Vladimir?
R.- Vladimir.
R.- Esos los vine a ver, que ya no los conocía, después que salí de la
cárcel; ¡esos muchachos pasaron el trabajo! ellos me “curpan”, ellos
dicen... antenoche no más estuvimos hablando, que ellos dicen que yo me
metí a la guerrilla por no mantenerlos -cómo se le ocurre hijo- para un
mundo mejor, ojalá su mamá tuviese copias de algunas cartas que yo le
hice a ella, yo sí le dije a ella y a la yerna, yo sigo creyendo que no estaba
equivocao; mira, por lo que estamos pasando ahorita por esta crisis tan
desastrosa, esto es acabe ya de mundo, que esto lo estamos acabando
nosotros mismos que aquellos que roban, ellos son los que tienen esa
dictadura.
R.- No votó, una abstención, pero sigue la gente todavía, cónchale con la
venda en la cara compadre.
P.- Sí, ¿por qué no hay un proyecto, un líder, una dirección?, chico.
R.- No aparece dónde está por lo menos unos, líderes, los mejores que
hubieron dentro del movimiento, al que no lo mataron y a estas alturas ya
no sirve para nada porque está completamente viejo.
R.- Exacto, tuvieron que emigrar incluso Throsky que te estaba dando
una cantidad de verdades que están apareciendo, tengo libros de Throsky,
este carajo tenía razón, ah pero te lo matan en México.
R.- Ja, ja, ja, la perspectiva chico en todo país en el mundo entero es la
juventud, pero esta juventud, no, sin generalizar.
P.- Porque Betancourt decía, chico que las “guerrillas del 60 era un
arroz con pollo sin pollo”, pero ahora, chico, en este país lo que se ve es
una crisis con la participación, chico, de las multitudes, de la gente, de
las muchedumbres, muy importante porque Venezuela se ha convertido
en el país protesta.
P.- Protestan los profesores, los maestros, los policías, la Disip, la PTJ,
todo el mundo protesta y los militares que no protestaban también
protestan.
R.- Protestan los policías; también aquí hubo huelgón de policía, una
tirazón, un desastre, pues.
P.- ¿Aquí?
R.- Ajá. Bueno, mira yo te diría que es muy triste si nosotros hacemos un
análisis muy profundo de maestros y médicos, de policía, la gente es una
protesta muy por encima, sin amor a la solución de los problemas porque
usted está protestando es por los reales, usted no está protestando porque
haya un servicio mejor, ni está dispuesto a darlo todo por su pueblo; no,
no, el individualismo, aquí no hacemos ese análisis de esa situación
cuando hablamos con un profesor, mira, de repente te encuentras con un
adeco y te está formando un lío porque, porque queda desamparado
¿entiendes?, a él lo marginan por la cuestión de billete, es decir, nos
hemos prostituido tanto, que sólo defendemos la mascá de comida que
nos vamos a comer, sin importarnos quién está hacia los lados, a mi me
da tristeza cuando alguien dice que la guerrilla eso no tuvo vigencia, y
algunos que por su falla de conocimientos dicen ¿qué ganaste?. Aquí
murieron muchos en el Frente “José Leonardo Chirino”, muchos porque
iban a bajar con una estrella, conmigo no, porque yo iba a luchar por la
liberación de mis campesinos, porque tuvieran una vida mejor, que a los
campesinos se les repartiera sus pedazos de tierra y no repartirle la tierra
aquí, porque estas tierras de aquí no son, porque nosotros tenemos que
pensar que la agricultura tenemos que mecanizarla para que pueda
producir comida, porque ya somos muchas bocas, estos no son terrenos
para agricultura mecanizada, la solución de este país la tenemos en el
Llano.
R.- Eso...
R.- La conciencia.
R.- Eso fue una lucha de titanes, así sin disparar, por lo menos la
Federación fue un desastre, fue una matazón de gente.
R.- Bueno, imagínate pues, nada más ver cómo murió ese hombre que lo
dio todo, y esa frase “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”.
Aquí no se ha valorao a Simón Bolívar, nadie ha tratao de complacerlo ni
siquiera, en eso, porque la educación la masacraron aquí, estamos
complaciendo a Bolívar: Si mi muerte contribuye a que cesen los
partidos, se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro, no chico,
no ves que salieron a prestar una camisita para ponérsela al Gran
Libertador de América. Aquí entra un Concejal y a los seis meses anda
podrío de billetes.
P.- ¿Si?
R.- Lo que pasa en este país que aquí roba, mire, desde el empleado que
tiene acceso a cualquier cosa, a nosotros nos roban todo, la cuestión del
seguro, la pensioncita eso se lo serrucha a uno.
P.- Bueno, Negro yo creo que hemos hecho una entrevista, chico, así
recordando el pasado pero en función del presente, yo diría más mirando
hacia el futuro, porque creo que los civiles y militares y que nos alzamos
en los años 60, hubiéramos construido una patria mejor que ésta.
R.- No, no, claro, somos muy poquitos lo que damos con eso, cuando iba
con mi sobrino yo le dije, yo fui guerrillero, como me metí aquí así salí,
aquí hay unos guerrilleros que hicieron grandes atracos y hoy en día por
lo menos lo estás grabando.
R.- Ese alias Cuchú era un gran hombre ese saporro, lo llama uno
saporro, pequeño muy risueño. Cuando yo conozco a Cuchú, me llevaron
a la casa de mi tía que estaba yo enconchado con un tirón aquí en la pata.
P.- Si.
R.- Por cierto, lo curó el médico, que por cierto, creo que murió, era
¿cómo se llamaba? chico. No me acuerdo, no me recuerdo el nombre.
P.- ¿Un doctor andino?
R.- Si, más o menos, lo que pasa será, porque ya los años me están
borrando la memoria.
R.- De ese médico, ese fue el que le curó el pie de un tiro de revólver que
le dieron a Cuchú.
P.- Si, un viejo comunista. Bueno mira, Negro, chico, vine de tan lejos a
hacerte esta entrevista porque creo que la memoria no debe perderse.
P.- Tenía más de 30 años sin verte, la última vez estuvimos presos -si la
memoria no me falla- en el año 63 en la policía de Coro.
P.- Ajá, allí mismo. Por cierto Noel, estoy haciendo un trabajo que se va
a llamar “Para que la memoria no se pierda” sobre los combatientes
guerrilleros de Falcón en los años 60. Pienso hacer unas 10 ó 15
entrevistas a: Nicolás Jiménez, Jesús Díaz Suárez, Alirio Chirinos, Raúl
Chirinos, Francisco Perozo, entre otros; a Douglas le han hecho cien mil
entrevistas en la vida y me gustaría entrevistar también a Pedro Panela,
Pedro Chirinos. ¿Qué te parece la idea?
R.- Excelente, yo creo que eso es algo que hay que mantener, pues, a
manera de testimonio, para que esa experiencia no se pierda.
R.- Sí
P.- Yo de paso opino que una de las grandes tragedias por las que
atraviesa Venezuela fue la caída de Pérez Jiménez; desde el punto de
vista moral, material, espiritual significó un retroceso por lo menos de
un siglo, qué opinas tú?
R.- Por cierto, que con mi papá me pasó una cosa muy curiosa al
respecto, en los primeros años de mi ingreso a la lucha revolucionaria,
papá y yo teníamos muchos choques por el hecho de que él era
perezjimenista y yo comunista, pero al final resulta que nos acercamos
bastante, pues coincidíamos en la crítica a este sistema político llamado
democrático, creo que sí que el régimen de Pérez Jiménez hay que
examinarlo de una manera nueva en los momentos actuales.
P.- Fíjate, porque hay dos cosas que te impactan primero la Revolución
Cubana es el parte aguas. La Revolución Cubana para muchos significó
una nueva versión del mundo y una posibilidad de revolución en este
continente.
R.- Sí, ese es un punto de partida muy importante para América Latina,
para la lucha revolucionaria en América Latina, punto de partida digamos
en las luchas contemporáneas, yo creo que hay que hablar de las luchas
revolucionarias en América Latina antes de la Revolución Cubana y
después de la Revolución Cubana, cuando adquiere un nuevo nivel y
cuando realmente influye de manera terminante hacia todos los pueblos
nuestros.
P.- Pero hay una cosa que tú me decías Noel, que tu idea era ingresar al
MIR, porque yo creo que la juventud de Falcón a raíz del nacimiento del
MIR, oye es una juventud fundamentalmente con una tendencia hacia
el ingreso a la organización, porque hay un gran extraordinario
dirigente llamado el Chema Saher. Yo creo, que ese era un dirigente, con
mucho carisma. ¿No?
P.- ¿Y en el 62?
R.- 15.
P.- Héctor Gil Linares, bueno, fíjate en el año 62 se crean las FALN en
Falcón, las propias FALN integrados por un Estado Mayor urbano,
conformado por Caraquita, Leopoldo Nuñez y yo que somos el Estado
Mayor de la FALN, allí se integra el Partido Comunista y el MIR. El
MIR sigue manteniendo sus unidades y el Partido Comunista también. A
ti te agarran, no sé si en Noviembre o Diciembre del año 63 cerca del
club Concordia, creo que te agarran con Jesús Díaz Suárez, el cojo
Mancoveco o Manuel Felipe Quintero Padrón ¿verdad?
R.- Eso fue, sí, yo recuerdo que íbamos a pie a realizar una operación
militar con motivo de las elecciones que se iban a realizar en esos días y
fuimos -bueno-interceptados sorpresivamente por una patrulla del ejército
donde iba Mambo, que era un sargento para la época, mayor no sé,
nosotros logramos esconder las armas, deshacernos de las armas así
rápidamente, porque si no nos acribillan, teníamos a nuestras espaldas
una patrulla de soldados armados con FAL, armados todos, y
sorpresivamente, bueno nosotros fuimos esa vez a la policía pues, más
que todo por medidas preventivas, por sospechosos, pero apenas nos
encontraron a uno de nosotros uno, dos o tres proyectiles en un bolsillo, y
tal; ahora curiosamente, a mi siempre me llamó la atención que las armas
no fueron encontradas por el ejército, a pesar de que esa noche y al día
siguiente las buscaron intensamente; sí ese episodio que recuerdo, estaba
“Mancoveco” y “Cuchú”.
R.- Sí.
P.- Bueno, fíjate en Enero del 64 las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional decretan una tregua. Bueno, yo creo que tú caíste preso en
Febrero o Marzo del 64, no estoy seguro, fue por esa fecha o Enero, pero
era un período de tregua en la famosa operación de la Escuela de
Comercio. Fue una época de tregua en Marzo o Enero, por ahí, por esa
fecha, en esa fecha ¿no te acuerdas exactamente la fecha?
P.- Pero había una tregua decretada, esa fue una operación decretada o
fue un poco que ustedes jugaron a la aventura.
R.- Bueno, mira esa fue una decisión ordenada por el jefe de pelotón
nuestro. Sí, esa no fue una decisión nuestra, nosotros estábamos
absolutamente bajo las ordenes del Sastre Juan el Sastre, que era el
Comandante del pelotón entonces, él ordenó hacer una operación a
nosotros, esa operación estaba delatada de antemano, porque un
muchacho que había ido a Caracas a incorporarse a las guerrillas rurales,
estuvo allí mientras se encontraba el momento para llevarlo a la Sierra, lo
incorporaron a las reuniones nuestras, se enteró de los planes y cuando
nosotros fuimos a hacer la operación la Digepol nos estaba esperando
para matarnos, no nos matan por un hecho fortuito, es decir, la Digepol
encabezada por el Capitán Vegas -tenemos entendido no nos matan
porque parece que de la Escuela de Comercio salieron corriendo dos
muchachos jugando-, entonces, eso confundió a la Digepol y empezaron
a echar tiros y la operación nuestra no era exactamente en la Escuela de
Comercio sino a una cuadra más allá, entonces nosotros comenzamos a
oír los disparos y tal, bueno.
R.- No sé.
P.- Lo otro que te quiero preguntar bueno Noel, los agarran a ustedes,
¿cómo fueron las torturas? porque tengo entendido que a ustedes les
dieron mucho palo.
R.- Sí; eso fue una experiencia muy importante en mi vida diría yo. Creo
que la estadía en la cárcel de Maracaibo fue una verdadera escuela que
dejó una huella imborrable en mi vida, personalidad y en mi manera de
pensar fue en la cárcel de Maracaibo donde yo empecé a estudiar en
serio, la ideología Marxista-Leninista, las ideas políticas, es decir, a
profundizar en la lucha política.
P.- Yo creo que la cárcel para todos nosotros fue una enorme escuela de
cuadros y formación ¿te recuerdas de algunos dirigentes ya mayores del
Partido Comunista que estuvieron allí contigo?
R.- En ese entonces estaba Sosa, ahí no había dirigentes muy connotados
del Partido Comunista, si había puros muchachos, había cierta cantidad
de campesinos también de Falcón, Lara y de Portuguesa, pero mira toda
era gente muy buena, generalmente, yo recuerdo que había un orfeón,
que había una organización total para todas las actividades de la cárcel,
desde la limpieza hasta la elaboración de la comida, actividades
culturales, deportivas, una gran solidaridad, a pesar de las cosas pequeñas
y negativas que uno pueda notar ¿No?. Pero realmente fue una gran
escuela, yo tengo un grato recuerdo a pesar de todo, de todos estos
compañeros que estuvieron ahí, creo que eran más de 80 en un momento
determinado, creo que eran más de 80. Nosotros por cierto Ivanhoe,
William y yo éramos los menores, nos llamaban los pollitos, allí, porque
éramos unos muchachos menores de edad, que estábamos allí presos
junto con esa gran cantidad de revolucionarios, muchos de ellos de gran
valor que estaban en la cárcel de Maracaibo.
R.- Posteriormente.
P.- Noel, quiero que me hables de ese tipo extraordinario, chico, de ese
viejo así soñador que es Gustavo Machado.
Bueno, nosotros tenemos este hecho que nos ayuda, que nos fortalece en
nuestra lucha, es más yo tengo entendido que muchos de los militares que
participaron en los 60 y algunos de ellos en la represión y en la lucha
contra la insurgencia revolucionaria de los 60, posteriormente, pues, de
alguna manera se han unido o mantienen una relación estrecha con los
revolucionarios de esa época, con quienes planteamos la lucha por la
transformación social de Venezuela.
P.- Yo creo que hoy en Venezuela está planteada una crisis sin salida, yo
creo que de nuevo se unirán el pueblo y las Fuerzas Armadas, Fuerzas
Armadas y pueblo, es lo que por lo menos está más cercano a nuestro
pensamiento y lo que está más cercano a nuestro análisis.
R.- Sí. Yo comparto contigo que no hay salida dentro del actual
ordenamiento jurídico, por ejemplo, nosotros tenemos un sistema político
basado exclusivamente en partidos políticos y la situación actual es la
siguiente: los partidos políticos que en Venezuela representaron una
revolución cuando aparecieron, en relación con la Venezuela de las
montoneras y los caudillos militares, esos partidos políticos fueron
degenerando, deformándose y en lugar de ser instrumento al servicio del
pueblo o de sectores de la sociedad hicieron todo lo contrario, devinieron
en instrumentos que ponían a los sectores de la sociedad o del pueblo al
servicio de los intereses de las cúpulas dirigentes de estos partidos, eso ha
producido un divorcio creciente entre partido y sociedad civil, entre
partido y pueblo, que es lo que se evidencia con el alto nivel de
abstención que se da en las elecciones, entonces, nosotros tenemos una
situación como ésta, es decir, un sistema político que descansa
exclusivamente en partidos políticos y unos partidos políticos que son
cada vez menos representativos del pueblo de Venezuela y a su vez,
tendremos un sistema político que descanse exclusivamente en partidos
políticos y unos partidos políticos que son cada vez menos
representativos del pueblo de Venezuela y a su vez tendremos un sistema
político, con una dirigencia que representará cada vez menos los
intereses y aspiraciones de la sociedad venezolana, eso está haciendo
crisis y eso tiene que cambiar y va a cambiar, no sé de qué manera, pero
evidentemente que la dirigencia política del país no hace una lectura
correcta del fenómeno abstencionismo que se viene presentando de
manera sostenida en los últimos procesos electorales, no hace una lectura
correcta, ni lo hará porque es una cúpula, es una dirigencia política
partidista que quiere seguir simplemente aprovechándose del poder.
P.- Por cierto, que el fenómeno de la abstención es muy interesante,
porque es un país que perdió el amor, el sentimiento y la pasión por el
voto, las elecciones recientes de este 3 de Diciembre demuestran que un
70% de los venezolanos no votó, y en Caracas un 83% de la gente no
votó, es decir que ahorita los gobernadores, concejales, alcaldes que hay
en Venezuela representan a una minoría muy pequeña, la gente le perdió
el amor al voto, ya la gente como que no cree ni en la democracia, ni en
los partidos políticos, ni en el sistema, no sé, creo hay una polarización
en Venezuela creo que a partir de estas elecciones la polarización se
presenta de esta manera: AD por un lado y los abstencionistas por el
otro, así están organizadas las fuerzas hoy en Venezuela.
R.- Sí, además hay una cosa muy grave que quizás no es suficientemente
analizada, o estudiada actualmente, que es en mi opinión, ni siquiera en el
caso de que lleguen a las posiciones de gobierno, digamos de
gobernadores, alcaldes ni siquiera que esas posiciones sean ejercidas por
gente honesta, por gente de una gran vida política patriótica, bueno, te
voy a poner un ejemplo claro, pues, en Bolívar: Andrés Velázquez y
ahora Arias Cárdenas en el Zulia, la impresión que yo tengo es que ni
siquiera esos compañeros, esas personas, podrán ni pueden sin romper
dentro del marco del ordenamiento jurídico y la manera jurídica que hay
en este país y la manera política pueden hacer una gestión verdadera y
radicalmente distinta porque tienen que sujetarse a las normas de un
sistema político concebido y diseñado a través de más de 30 años para la
corrupción, para la ineficiencia, para el aprovechamiento político y
personal de las cúpulas dirigentes del Estado venezolano, es decir, yo
dudo mucho, claro, yo les deseo al Comandante Arias Cárdenas el mejor
de los éxitos y si puedo hacer algo en favor de su gestión, sin ninguna
vinculación, pues, lo haría y cualquier persona de este tipo que llegue a
una posición de Alcalde. Pero, realmente, si nosotros nos ponemos a
examinar la situación nos damos cuenta de que peligrosamente podemos
estar alentando en los sectores del pueblo una nueva frustración, porque
el pueblo zuliano y el pueblo venezolano, seguramente se plantearan
grandes expectativas en torno a lo que va a ser la gestión de Arias
Cárdenas en el Zulia, pero empezando, porque Arias Cárdenas, ahora,
apenas creo que tiene 3 ó 6 diputados a favor de él en la Asamblea
Legislativa y 11 o 15 en contra, así ya eso es una primera limitación a lo
que pueda hacer esa gestión, entonces, hay que tener cuidado porque de
repente la participación de los revolucionarios dentro de las reglas del
juego de este sistema político se pueden transformar en un adorno del
sistema político, es decir, que este es un sistema tan democrático que
permite que Arias Cárdenas que se alzó el 4 de Febrero, dirán ellos, ahora
sea Gobernador, candidato a gobernador, sea gobernador, pero,
¿entonces? en la práctica ellos saben -la dirigencia política de este país-
que este compañero de repente, está impedido ¿no? de poder realizar una
gestión radicalmente distinta a lo que han sido los gobiernos anteriores en
el Estado Zulia, no digo yo que no sea positiva la gestión de Lolita
Aniyar, creo que tuvieron aspectos muy positivos las gestiones de Lolita
Aniyar, Andrés Velázquez en Bolívar y la de Aristóbulo Istúriz aquí en
Caracas.
P.- Bueno, te quiero hacer una pregunta, yo creo que Venezuela entró
ahora en la época del verdadero saqueo, Venezuela es un país en una
crisis permanente desde todo punto de vista, pero llegó la época de la
entrega total de los recursos de Venezuela, se está entregando la
industria del aluminio, la industria del hierro, la industria petrolera,
entregaron la telefónica, arruinaron la AEROPOSTAL, yo creo que
Venezuela entró ahora como en un precipicio muy profundo y creo que
no hay salida. ¿Qué opinas?
R.- Sí, nosotros estamos siendo víctimas también de la ola neoliberal que
sacude al mundo, la globalización de la economía mundial bajo la égide
de la dirección de los Estado Unidos y sus aliados, ola que viene desde la
actual Rusia donde, por cierto, acaba de sufrir un serio revés la política
neoliberal, porque el Partido Comunista ruso acaba de ganar de manera
importante las elecciones parlamentarias en Rusia.
P.- Oye, por cierto que tocamos el tema de Rusia oye ¿qué significó para
ti como ser humano, como comunista de tantos años, como dirigente del
Partido Comunista de Venezuela, el derrumbe de la Unión Soviética?
P.- Ahora Noel. El comunismo fue una gran utopía, una utopía posible,
pero el mundo hoy no está de acuerdo ni con el comunismo, ni con el
capitalismo, porque creo que lo que está en peligro es la humanidad
entera, ya no es el problema de las clases como clase, es el problema de
la humanidad entera, porque se han dado revoluciones profundas y lo
que preocupa más hoy a la gente es la conservación del medio ambiente,
porque pareciera que la humanidad va a un abismo muy profundo y que
no tiene salida, que el gran desastre que viene que ya está por verse, es
el desastre ecológico.
R.- Exacto.
P.- ¿Qué opinas tú de los valores venezolanos que es una larga tradición
en nosotros y constituye un punto yo no diría de nuestra ideología, pero
sí de nuestro comportamiento como venezolanos, serían: Simón Bolívar,
Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, la generación del 28, Pío Tamayo?,
por cierto, parece que a la gente se le olvida que Pío Tamayo existió y
era un hombre profundamente humano. ¿Qué opinas tú de ese enorme
político estratega y militar llamado Simón Bolívar, toda concepción anti-
imperialista y nacionalista tiene que contar en parte con el pensamiento
de Bolívar. ¿Qué opinas tú como comunista, como patriota o como Noel
Sirit en última instancia?
P.- Bueno, Noel chico no me queda más a estas alturas que darte las
gracias por esta entrevista, porque nos has paseado así por parte de la
historia de este país, parte de los sueños nuestros, chico, y sobre todo, yo
creo que la gran enseñanza de los años 60, soñamos y nos alzamos chico,
creo que tendremos que alzarnos de nuevo porque no nos queda otro
camino.
R.- Sí, estoy de acuerdo, además que hay demasiada quietud diría yo, hay
que volverse alzar, yo creo que cuando nos volvamos alzar nos va a
acompañar la inmensa mayoría de los venezolanos, es que a lo mejor ya
están alzados.
P.- Ante Rómulo Betancourt, chico, ante estas cosas históricas, decía que
el movimiento guerrillero en Venezuela era como un arroz con pollo, sin
pollo refiriéndose a la guerrilla rural, ahora va a ser un arroz con pollo
pero con mucho pollo, va haber más pollos que arroz porque va a ser
con la participación del pueblo que cada día está más explotado y más
marginado, alienado, pero, que despertó el 27 de Febrero.
R.- Bueno Rossell yo soy muy reacio a este tipo de entrevistas pero a ti,
hermano y combatiente del José Leonardo, no te la puedo negar.
P.- Pica, qué significa para ti la caída del General Pérez Jiménez.
P.- ¿Radiotelegrafista?
R.- Bueno, tendría muchos aparatos especiales, pero entre ellos, tenía un
aparato conformado con gente en las comunicaciones, después de allí
empiezo a trabajar en Radio Caracas, estando trabajando en Radio
Caracas operábamos una emisora clandestina desde el Junko Club de
aquí del Junquito: en el Junko Club fui detenido por la Digepol, entre
ellos estaba Orlando García, el que fue después, con el tiempo Jefe de
Seguridad de Carlos Andrés Pérez y al que es acusado después de traficar
pues, con el ejército armas, ese es Orlando García, cubano y el otro de los
que me detienen también es el capitán Vegas.
P.- Por cierto, tiene una anécdota muy interesante sobre ese suceso, es
un acontecimiento muy interesante ¿no?, sobre las famosas llaves porque
creo que tú ibas con otra persona allá en el Junko Club.
P.- Esa casa era una casa bien preparada ¿no creen ustedes que se debió
a delación?
R.- Yo no creo que fue delación el motivo por el cual hayan encontrado
esa casa, pues parece que en esa época andaban buscando al Dr.
Edmundo Chirinos y de sus residencias creo, eso fue lo que supe con el
tiempo, que habían conseguido un recibo de pago del alquiler de esa casa,
entonces, no sé si ese fue el motivo, pero yo no creo que fue por delación.
P.- Mira y cuánto tiempo los tuvieron así en el duro camino de Canadá.
R.- Bueno chico, eso fue corto, tuvimos en la Digepol, allí nos torturaron,
el comportamiento de mi compañero fue muy bueno, yo era un hombre
en ese momento sin experiencia.
P.- ¿Quiénes eran las personas con las que caíste?, ¿Malaquías y el
otro?
R.- No sé que jerarquía tenía en ese momento, pero con él, yo había
hecho el curso de radiotelegrafista en la Escuela de Comunicaciones;
cuando él me vio, quiso pues, -ya porque nos habíamos conocido antes-
tener conversaciones conmigo, yo me negué a tenerla pues, inclusive yo
no le quise decir que yo había estado en la Escuela de Comunicaciones
con él y le dije: tengo tres días aquí, no me han dejado dormir, me
golpean cada momento y yo me considero que soy inocente, pues, y me
dijo que le dijera si yo había hecho el curso con él, le dije: si quieres
saber algo no me lo pregunte porque yo no estoy dispuesto a decir nada,
ya al final cuando llegó el momento que Atahualpa Montes perdió la
esperanza de tener conversaciones conmigo o que yo le respondiera a las
preguntas que me estaba haciendo decidió escribir. Dijo que me iba a
hundir, pues, y que iba a poner todo allí, todo lo que hubieran hecho los
ñangaras en ese momento, me metió la muerte del policía Viloria, me
metió todas las cuestiones y en ese momento yo le dije que si eso no
llevaba mi firma no tenía ninguna validez, él dijo que esperara que
terminara para ver si no iba a firmar pues ¿ve? Una vez que él terminó de
escribir trajo a un haitiano y no sé si era luchador, boxeador, qué era,
pero el tipo creía que con la presencia de ese señor o con los golpes de
este señor, yo podía firmar; no firmé nada, después de allí fui trasladado a
La Planta y como parece que esa zona pertenece a La Guaira, después
fluimos trasladados a La Guaira, cuando nos trajeron a los Tribunales, me
dijeron que si yo ratificaba esa declaración, pues, les dije que yo no tenía
que ratificar nada, pues mi firma no se encontraba allí, entonces con la
habilidad y los recursos que tenía el Partido Comunista en esa época yo
salí absuelto por los Tribunales al poco tiempo. A la semana de haber
salido de allí, de allí salí y prácticamente en manos del Partido pues o/a
disposición del Partido y a la semana de haber salido de allí, fui
trasladado a Falcón, a Coro, donde me trasladaron después a la guerrilla.
P.- ¿Ingresas al “José Leonardo” más o menos en qué época?
P.- Mira Raúl ¿cuál fue tu experiencia allí en el Frente José Leonardo,
cuál fue tu experiencia?
R.- Bueno, vale, mi experiencia allí, digo, que es la gran riqueza que
todavía me acompaña, pues, o sea, que aprendí mucho, aprendí a
convivir, aprendí a apreciar los compañeros y aprendí también a
combatir, o sea que de nada de eso tengo que arrepentirme, pues a mis
años...
P.- Fue una experiencia muy rica; cuéntanos tu vida con esos
compañeros extraordinarios que se lanzaron al combate por la
liberación de Venezuela y de la humanidad entera.
R.- Bueno, chico, mi convivencia con ellos fue algo formidable, una gran
calidad humana; prácticamente éramos camaradas y, al mismo tiempo,
hermanos, era en ese momento la familia, pues.
R.- En ese momento, chico, eso fue como a las 4 de la mañana, cuando
ocurrió el ataque, muere El Colombiano y había otro compañero que
como está vivo, no lo quiero nombrar, también herido en ese momento,
nosotros todavía nos manteníamos disparando, pero se dio una especie de
consulta entre los compañeros que estábamos allí, que debíamos
retirarnos porque teníamos dos heridos más, para mi no era fácil
retirarnos porque yo soy el que recibe a Mano Juan. Cuando recibo a
Mano Juan le pregunto por Douglas y me dice que Douglas se tiró al
monte, allí bueno prácticamente a mi me era muy difícil retirarme sin
saber donde estaba Douglas, pero se tomó la decisión de que había que
retirarse, en el momento de retirarse yo salí con el M1 que usaba y la ZB-
28 a oscuras por el paredón, ese que queda ahí al frente de Hueque y a las
6 de la mañana, cuando eran las 6 - 6:30 de la mañana me di cuenta que
había gente y que había compañeros que perdieron el arma en ese
combate.
P.- Fue el año 63 y después comienza un cerco muy bravo contra el José
Leonardo, creo que es el cerco del 64.
R.- Nelson Ruiz, un compañero de esos que tú dices olvidado, pero que
fue un excelente combatiente, un muchacho bastante joven del 23 de
Enero.
P.- Es el mismo que murió producto de una confusión por los lados de
Píritu, Tocópero o por el Cerro La Campana; por esa zona ya casi en el
llano.
R.- Sí, parece que había llegado en esos días una ropa y como nosotros
allá nos poníamos toda la ropa que llegaba, había llegado una ropa de
kaki, una ropa amarilla que parecía la que usaba la policía de Coro,
entonces ahí fue la confusión, cuando los compañeros estaban
acampando en un sitio, llegaron estos compañeros, hubo una confusión,
una escaramuza y ahí muere este compañero. Un gran hermano, un gran
patriota, un gran revolucionario.
P.- Oye Pica, háblanos de la canción de “Los siete gatos”.
R.- Esa canción fue compuesta por “Cromañón”, bueno allí nosotros
tuvimos, no recuerdo, bastante tiempo, pero prácticamente el cañoneo
empezaba a las 6 AM. y el bombardeo empezaba también a tempranas
horas, hasta que prácticamente caía la tarde, nosotros en ese momento
nos acercábamos mucho a los conucos de los campesinos, una vez que
terminaban los bombardeos nos volvíamos a retirar a las montañas,
andábamos sin comida, sin ropa, andábamos descalzos, pero resistimos y
llegó un momento que prácticamente nos retiramos de la zona sin bajas,
llegamos a algunas zonas donde había ciertos recursos y después de allí
nos dirigimos al Llano y en El Llano se encontraba Baltazar Ojeda
Negretti que ya había tirado la acción de El Paso y los compañeros que
nos veían fueron muy solidarios con nosotros. Mira, Blas, yo he sido muy
reacio a este tipo de entrevistas y prácticamente, coño contigo no, contigo
no me puedo negar pues a algo así, pero toda mi vida he sido reacio a este
tipo de entrevista.
P.- Mira, Raúl, después de ese cerco ustedes se dirigen hacía el este, a la
zona de Píritu, a los llanos de Píritu por esa zona ¿verdad? o hacia
Zazárida, no sé exactamente dónde. Ya se reencuentran de nuevo, ya
Baltazar había ejecutado la acción de El Paso, que creo que fue la más
importante acción de la guerrilla venezolana en los años 60, porque esa
acción fue el aniquilamiento de una posición del ejército y no de un
objetivo en movimiento.
P.- Bueno, Raúl, después del año 64 o/a comienzos del 65 tú sales de la
guerrilla rural del “José Leonardo” y te mandan a la ciudad a realizar
algunas tareas, entre ellas la de abastecimiento a los destacamentos
rurales.
R.- Sí, una vez que prácticamente el Partido Comunista conoce nuestra
decisión de no abandonar las armas, se toma la decisión de sacar de la
montaña un grupo de hombres para garantizar esa ayuda, que ya no
podíamos obtener del Partido Comunista. Ahí viajo, bueno, más o menos
con un grupo, creo que era un grupo más o menos de 10 a 15
compañeros, excelentes compañeros y que tienen el gran honor pues, de
que a los compañeros de arriba no les faltara nada o por lo menos que
pudieran seguir subsistiendo con esa ayuda que era tan necesaria, que era
la ayuda de la ciudad, la cual habíamos perdido por habernos enfrentado
a la Dirección del Partido fundamentalmente.
P.- ¿Varicela?
R.- No, no es. Quizás más tarde recuerde y te la digo, entonces acordé
con Félix Farías, que yo me iría con el último grupo y salí con fiebre
todavía de la enfermedad esa, acompañado también con un gran hermano
que se llamó Ramón Pasquier; ya lo que eran armas y todas las
cuestiones, ya nosotros las habíamos enviado todas, eso estaba en la zona
donde íbamos a operar, solamente llevábamos proyectiles que habían
recogido en Puerto Cabello, hamacas, cobijas, morrales en un falso de
una camioneta, no sé si fue un error también haber viajado a altas horas
de la noche, pero a nosotros en esa alcabala que llaman la Alcabala de
Sanare, nos detuvo un guardia nacional.
R.- Sí, cerca de San Juan de Los Cayos, eso es en el cruce allí que va pa’
Tucacas y la otra vía sigue por la parte alta de la costa. Al llegar allí el
guardia que estaba allí nos detuvo, nos mandó a parar, Félix Farías iba al
volante, Juan y yo íbamos al lado en el puesto de adelante de la misma
camioneta; el guardia como la camioneta estaba tan deteriorada, tan
deteriorada, le levantaba una tapa que había allí con unos tornillos y
decía que allí había un falso y que él en una oportunidad había
descubierto un contrabando en esa parte en la camioneta y que le abriera
ese falso pues, Félix Farías le decía que él nunca había abierto eso, pero
que iba a buscar un destornillador o algo, a ver si lo podía abrir, que esa
camioneta la tenía hace muchos años, que podía dar garantía que no había
ningún falso. Cuando yo escuché la conversación me bajé de la
camioneta, me recosté a la camioneta y en el momento que salió Félix
Farías a buscar el tal destornillador, yo creo que no había ni
destornillador, ni alicates ni nada, porque no cargábamos nada, cuando
salió medí la distancia donde estaba el guardia nacional y le salté al
guardia nacional, lo agarré... yo para esa época me las traía pues, en
fuerza, yo siempre fui una persona preocupada por el deporte, por los
ejercicios y agarré el guardia y el guardia prácticamente no llegó a usar la
ametralladora que cargaba, le grité a Ramón que le quitara la
ametralladora, Ramón a lo mejor no esperaba esa actitud y no respondió
en el momento, el que si respondió que era un veterano fue Félix Farías,
que cuando llegó allí le agarró la ametralladora al guardia nacional y
tuvimos bueno que fajarnos con el guardia nacional. Los guardias
nacionales, -sabíamos y teníamos experiencia que eran duros-, bueno
tuvimos que golpearlo, no era deseo nuestro golpearlo pero tuvimos que
golpearlo, hasta que llegó un momento que Félix una vez que yo le puse
la rodilla en la garganta Félix le arrancó la ametralladora y en el forcejeo
se cayó la cacerina, yo le pido a Juan que agarre la cacerina, Juan -no es
Juan es Ramón- que agarre la cacerina una vez que la ametralladora se la
arranca Félix Farías. Félix Farías vuelve al volante en la camioneta y me
pasa la ametralladora, en el momento del forcejeo que le quitamos al
guardia; detrás de esa alcabala estaba un comando de la Guardia
Nacional, el guardia gritaba y llamaba a la gente y la broma, pero debe
ser que estaban dormidos en ese momento y gracias, yo no sé a quién,
pues, de que realmente, no escuchaban los gritos del guardia, me pasa la
ametralladora.
P.- Bueno, Pica, no me queda más que darte las gracias por esta
entrevista.
P.- Hola, Nicolás, unos cuantos años sin verte, pero no te pones viejo.
R.- Bueno, eso sí es verdad, que pasan unos cuantos años; en el año 45,
cuando fundamos aquí la Juventud Comunista yo fui el primer secretario
de finanzas de la Juventud Comunista aquí en Falcón.
R.- Arístides Beaujón fue comunista primero que yo, porque él es mucho
más viejo que yo y cuando yo ingreso a la Juventud Comunista, Arístides
hacía mucho tiempo que había dejado de pertenecer al Partido
Comunista.
R.- ¡Cómo no! esas fueron grandes movilizaciones, eso salía espontáneo
de todos los barrios, de todas partes le llegaban al centro de Coro, eso era
ya cotidiano, eso se produjo cuando estaba el gobernador Bracho
Navarrete.
P.- Colacho, el año 60 en Venezuela está marcado por una gran crisis.
R.- ¡Sí, sí, como no! porque el campo todavía estaba poblado pero la
parte urbana comenzaba a sentir el peso de la crisis y entonces
empezaban a producirse estos movimientos muy fuertes ¿no? además de
la carga ideológica en escala internacional.
P.- Creo que eso forma parte de nuestro comportamiento como pueblo de
nuestra idiosincrasia, porque nosotros somos una nación distinta. A los
aztecas llegó Hernán Cortés con cuatro hijos de puta y los descompuso;
al inca lo agarraron allá, pero nosotros somos Caribes, a eso tendríamos
que sumar las insurrecciones negros, la Guerra de Independencia, la
Guerra Federal, la Guerra contra Gómez y el desorden continuo. ¿Qué
opinas tú de eso?
P.- ¡Solar con solar - Pared con pared, como dicen no!
R.- Bueno, sí, yo me quedé en Coro pero como soy muy conocido se
resuelve sacarme, sacarme de aquí, yo no podía moverme con mucha
facilidad aquí, a pesar de que nosotros allá teníamos una fábrica de
pólvora que la hacíamos aquí en Coro, aquí mismo en Coro. No teníamos
otro tipo de actividad, pero luego me trasladan a la Península, y me llevan
a una hacienda cerca de Buena Vista, una pequeña Hacienda donde se
sembraba melones, cosas allí teníamos un galpón donde teníamos nuestro
trabajo, allí me consigo con una señora Mercedes Rizo, hacíamos la
apariencia de que era mi esposa ¿entiende?, los vecinos nos conocían con
el nombre, yo trabajaba en la hacienda ayudándole al señor de la
hacienda, luego me traen a Daniel Ignacio, un muchacho joven también y
lo traen de Punto Fijo, que venía también con situaciones muy difíciles
para mantenerse dentro de Punto Fijo, y me lo llevan allá; ahí tenemos
nosotros una fábrica de explosivos muy casera, muy elemental, pero
habían planes por lo menos para hacer una fragua, para traer cuestiones
metálicas para la fabricación de granadas o cualquier otra cosa,
estábamos justamente en eso, pero ahí los explosivos que hacíamos eran
entregados en los días establecidos.
P.- Nico, como ya te dije, yo hablé con el único sobreviviente de los que
participaron en esa operación, un muchacho mirista llamado “El Ruso”
yo hablé con él. La explosión lo dejó como loco y quién sabe que pasó
con él, quedó en Punto Fijo, quedó muy mal ese muchacho, tuve la
oportunidad de hablarle: él dice que se enredó con unas matas de
urupagua, chico, y cuando se cayó hizo contacto y los muchachos
estaban debajo de la tubería. Cuéntenme todavía de la fábrica de
explosivos donde te agarran, porque eso fue un despliegue escandaloso,
¿no? eso fue producto de una delación, ¿que pasó realmente ahí, hay
tantas versiones?.
R.- Se decía que fue una delación pero no había un elemento que pudiera,
pues, llegar a pensar que alguien hubiese caído preso y había delatado
nuestra posición ya que nuestros contactos eran muy directos;
nosotros mismos teníamos una sola persona, no teníamos otro tipo de
comunicación, entonces era muy difícil pensar que allí se haya producido
una delación pero yo voy preso y voy a dar a Maracaibo.
R.- Bueno, yo digo que prácticamente la tortura no fue una tortura física,
más que tortura quizá ellos me respetaron mucho, porque ellos me
conocían, me agarran, me llevan para que Hurtado que era Jefe de la
Digepol en Punto Fijo. Él me conocía y recuerdo que cuando me llevan
delante de él habían dos al lado y cuando me hace una pregunta recibo un
golpe de uno de ellos, entonces lo único que le dije fue -¡Viva la
Democracia!, si esto es la democracia, entonces, sigan dando, ¿no ve?
sigan dando, porque esto es la democracia y ustedes dicen que son
democráticos-, le dije yo. Empezamos una discusión entonces de tipo
ideológico; entonces él se dio cuenta que yo no tenía temor en ese
momento, me dio un cigarro me recuerdo y yo con toda tranquilidad
prendo el cigarrillo, inclusive, apago el fósforo delante de él, para que se
de cuenta que no estoy temblando, no le tengo temor a la situación y
coloco, eso creo que fue lo que entendieron, bueno, pues éste no siente
temor, porque generalmente a los que torturan son a los que sienten
temor, cuando uno lo que tiene es que mantenerse lo más sereno posible
para evitar que lo golpeen en ese caso, es decir, intentaron otras formas
más sofisticadas, me metieron en un calabozo con otro que se hacía pasar
por revolucionario que para venir pa’ Coro y con un cuento raro que si
pa’ llá y pa’ cá, que si iba a mandar un mensaje ¿ve?, entonces yo
conversé con él y entendí que no era ningún revolucionario, no, no lo
lograron tampoco sacarme nada por ese medio.
R.- Bueno, sí, indudablemente que para mi también era muy duro porque
mis demás familiares y hermanos la presión que recibían porque mamá
en vista de mi actuación ella buscaba, se encontraba en una situación
bastante difícil; sin embargo, mamá fue muy valiente, ella se mantenía y
entendía mi lucha a su manera y ella a veces jugaba un papel muy
importante, ya sea como madre, más que todo diría yo. Nosotros
teníamos una pequeña tiendita, una pequeña tiendita llamada Babilonia
donde vendíamos muchas cosas, y eso se convirtió en una estafeta y la
primera que recibía los mensajes era mamá, ella llegaba con una clave;
llegaban ahí, entonces ella me los pasaba a mi y yo de ahí hacía los
contactos que tenía que hacer pues, ahí llegaban gente que me mandaban
de Caracas; tenían que pasar por ahí, yo se los entregaba a Omar Hurtado,
entonces de ahí, bueno, agarraban otros caminos.
P.- Y de allí.
R.- Sí, allá, era donde nos llevaban; nos abrían los expedientes; nos
secuestraban como decíamos nosotros y nos metían allá, nosotros
hablamos de secuestro porque nosotros no teníamos auto de detención,
porque se violaba toda la cuestión jurídica, ahí nos metían como animales
sin nada, sin tener derecho a nada; yo estuve por lo menos año y pico sin
auto de detención.
P. - Que decía:
“campesinos, estudiantes y obreros
lucharemos por ti hasta morir.
Valerosa mujer de mi tierra.
Ya te miro empuñando el fusil
lucharemos por ti pueblo amado
temblará el asesino y traidor
Venezuela empuñara las armas
y conquista tu revolución”
Ese himno lo compuso el Capi Elías Manuit Camero, que era un hombre
extraordinario, un gran músico, compositor, poeta y soñador. ¿Sabes
una vaina Nico? el Capi se suicida, qué falta nos hace el Capi en esta
época de crisis.
P.- Nico, no hablemos de esa vaina, me pone muy mal. Bueno Nico,
háblame de tu experiencia en la Cárcel Nacional de Maracaibo.
R.- Bueno, sí, fíjate, que allí en la cárcel nuestros primeros contactos,
como te dije, era primero el contacto, después hago contacto con la
dirección del partido; ahí empezamos a organizarnos, indudablemente
que allí había gente que no era del partido, otra gente que pertenecía al
MIR, tenía también su organización política funcionando; así que
establecíamos todos estos contactos.
P.- Colacho, cuando uno está preso siempre piensa en la fuga, yo creo
que allí en la Cárcel de Maracaibo, en esa época, hubo varios intentos
de fuga.
P.- Como ocurrió en el San Carlos dos veces. Colacho, porque el túnel
por donde se fugaron Pompeyo Márquez, Guillermo García Ponce y
Teodoro Petkoff fue de afuera hacia adentro pero el túnel por donde se
fugaron Carlos Betancourt, Gabriel Puerta, Francisco Prada Barazarte
y el hoy diputado Rafael Antonio Uzcátegui y muchos más fue de adentro
hacia afuera.
R.- Ajá, como sucedió en el San Carlos, pero esos planes salieron a la
calle, pero nunca fue posible hacerlos, se produce esa fuga, esa fuga salió
magnífica, después hubo una serie de represiones y cosas y lavativas; allí
fue donde nosotros dejamos, nosotros tenemos derecho de salir en
libertad, nosotros lo que estamos aquí estamos secuestrados, nosotros lo
que estamos aquí es secuestrados, nosotros no tenemos ni siquiera el
proceso legal.
P.- Tu juicio quedó ahí y sales ya a finales del gobierno de Leoni por
sobreseimiento en la época ya en que el Partido Comunista lanza la
política de Paz Democrática, comienzan una serie de conversaciones.
R.- Umjú.
P.- Nosotros tenemos una larga herencia como pueblo; fíjate que al
comienzo de la entrevista te dije que no nos parecemos a ningún pueblo
de América Latina, porque este pueblo que nunca fue dominado a
excepción de la costa, tenemos la herencia Caribe, la herencia de las
insurrecciones negras, la Guerra de independencia, la Guerra Federal;
pensadores extraordinarios como Simón Rodríguez, Simón Bolívar, ese
ser extraordinario cuya figura crece más con el tiempo, toda la lucha
contra Gómez y la herencia de la gente en la calle, porque este es un país
que se parece mucho a lo que se llama agua bajo las hojas, que es
cuando tú vas caminando por un Montañón y dices no hay nada, son
puras hojas secas y de repente se te va la pata hasta la rodilla -¿dónde
caí?- en un fangal. Este es un país de explosiones; yo creo que la nueva
explosión de este país comenzó el 27 - 28 - 29 de Febrero, con el
Caracazo, el Guatirazo, el Guarenazo, el Tecazo, porque fueron varios
los “cazos”; oye, ahí comenzó, porque este es un país que de repente
organiza una gran fiesta y todos se emborrachan y al otro día es
probable que todo el mundo salga a tirar piedras, porque este es un país
impredecible pero con contradicciones muy grandes; y creo que
Venezuela es un volcán a punto de erupción y vendrán grandes cambios,
yo creo que la clase política venezolana no ha analizado lo suficiente la
crisis por la que atraviesa el país, porque no tienen quién les reciba su
mensaje y la prueba está en las últimas elecciones. El 83% de la gente de
Caracas no votó, la abstención que debe andar por el 70, por el 80%;
oye, este país está al borde de una ruptura y una gran ruptura, ojalá que
sea una ruptura tranquila, porque si no va a ser un parto muy
desgarrador.
R.- Todo el mundo, la gente espera que algo suceda, la situación es muy
difícil desde el punto de vista económico y la gente espera, pero el
problema de esperar sin prepararse para ello es la incertidumbre, es lo
impredecible; uno no sabe, en un momento determinado puede
enrumbarse el país, puede provocar un alzamiento militar, de repente
acompañado de una insurgencia, popular, es decir, que puede ser una
mezcla de todas estas cosas y, ¿qué va salir de ahí?. Bueno, yo te digo, si
los partidos tienen claro en este momento hacia dónde van, quiénes lo
van a reemplazar, quiénes son los líderes que van a reemplazar realmente,
siempre se ha dicho que los líderes están en la calle, que los líderes nacen
de los acontecimientos y nacen del momento, pero también es necesario
que se preparen, porque imagínate no es lo mismo que en el 60. En el 60
se sabía que se iba a la toma del poder y había líderes suficientes y
material humano suficiente como para hacer un reemplazo total, no ves,
del aparato del estado, pero nosotros, en estos momentos no vemos, no se
ve esa gente que lo pueda hacer, puede surgir y la historia se hace quizás
en ese empuje, eso se hace a veces en el camino y por eso no sabemos lo
que pueda pasar, pero sí qué tiene que pasar algo, tiene que pasar, eso sí
se nota en el ambiente, aquí tiene que pasar algo y tiene que pasar algo de
total transformación, este pueblo no resiste más las medias puntas, a
Caldera se le dio la oportunidad.
R.- Bueno indudablemente que sí; una vez que yo venía de mi trabajo
porque me metí a trabajar en una hacienda sembrada de melones, patillas,
está aquí cerquita de Coro y tenía una camioneta y regresaba con unas
tablas, regresaba de la hacienda; una vez regresando llego a mi casa y me
paro en la esquina a conversar con un amigo y me llega la Digepol y me
detienen violentamente; me llevaron y no tuve escapatoria y más ná, me
agarró en toda la puerta de mi casa, sin más nada, eran los célebres
Digepoles Cuauro y Domingo Ruiz, me llevaron, yo pensé, creí que mi
viaje iba a ser no más hasta ahí, yo tenía que ver con muchas cosas de la
lucha armada pero ya estaba pacificado, el país prácticamente estaba
tranquilo, me llevan a la Digepol pero enseguida me remiten con un
oficio al Cuartel Girardot y ahí me espera una camioneta junto con un
señor y me meten en una camioneta con unos soldados y me llevan a
Cabure al TO.
P.- Al campamento Antiguerrillero.
R.- Sí, al campamento TO-1 en Cabure, me llevan, eso fue tan violento
que no tuve tiempo de pensar ¿qué es lo que esta pasando, pues? como
era tarde, me pasaron a Pueblo Nuevo de la Sierra en un Cuartel ahí que
habían improvisado, ahí me meten en un baño y después a media noche
me sacan de ese baño, me sacan de ahí, me llevan para otra parte, y me
consigo con una señor tirado en el suelo quejándose, quejándose.
R.- Era Juan, Juan Arenas que yo había conocido en la Cárcel Nacional
de Maracaibo; había caído preso, era un exguerrillero, que lo habían
detenido; él estuvo en el Frente “José Leonardo Chirino”.
R.- Del Frente “José Leonardo Chirino” cayó preso, tenía 2 ó 3 costillas
rotas, no se podía tocar.
P.- Nico, él era un hombre muy valiente, tenía fama de muy macho, fue
de URD y terminó siendo evangélico. ¿Es cierto eso Colacho?
R.- Sí, muy duro, muy duro, muy fuerte chico, muy fuerte se quejaba, un
hombre alto fornido; mire, cuando yo vi a ese hombre así dije: imagínate,
yo que soy pequeño, a mi me desbaratarán, qué puedo yo esperar cuando
un hombre, chico, de esa fortaleza; el tipo se quejaba de esa manera tan
fuerte, entonces nos llevan al campamento nuevamente y me van a
interrogar y me meten en una carpa grande con cuatro o cinco soldados,
es una improvisación, de una mesita que es una caja grande, de esas cajas
de municiones que traen cosas así del ejército, empiezan a preguntar mi
nombre y a interrogarme pero no me doy cuenta que me tienen rodeado
con un FAL en la mano dispuestos a darme culatazos; y, bueno,
dije: -hasta aquí llegué, qué más vamos a hacer-; en ese momento llegan
y llaman al comandante, lo llamaron a él, se cuadraron y él salió
rápidamente porque tenía una llamada telefónica o una cuestión, al poco
rato regresa mal humorado, inclusive no le gustó el gesto, tiró así y me
manda a trasladar nuevamente o sea que me sacó del sitio donde estaban,
por lo cual respiré un poco y dije para mis adentros: -se salvó Nico-.
R.- No, me soltaron allá, después supe que había ido una comisión de la
Asamblea Legislativa de aquí producto de la movilización que hubo,
inclusive mi hermano fue también allá hasta la puerta de Yumare,
llegaron ahí y me negaron, bueno creyeron que no podían dar
información que tal y que lo otro, después recibí un bolsito, dije: -Ya no
me matan, saben que estoy aquí por lo menos es un alivio-, eso me llevó
a pensar: -ya sabían donde estaba- porque el temor mío era que no
supieran donde yo estaba, me llevaban pa’ Yumare, bueno, y de ahí
desaparezco, yo todos los días, todas las noches salía el helicóptero, el
temor de ese helicóptero que llegaba y salía a medianoche, yo no se
trasladaba, trata ahí, se hablaba muchísimo de que ahí los llevaban en
helicóptero, los tiraban, los mataban fuera.
P.- Existen los testimonios y los trabajos recogidos por José Vicente
Rangel.
R.- Salí bien ¿no? prácticamente salí como dicen los corianos al diantre.
Porque entrar ahí y salir vivo ya es bastante ganancia ¿no? y como te
digo no llegaron a tocarme, sinceramente yo he tenido mucha suerte; en
un sentido yo no puedo decir que hubo tortura física, no, solamente que
cuando me detuvieron me dieron un culatazo ¿no? Pero eso es parte en el
momento de la cuestión, pero no fue así como una tortura, ¿no?
P.- Bueno, Colacho, no me queda más que darle las gracias porque hoy
27 de diciembre, en vez de estarnos echando los palos, estamos hablando
del pasado. Yo creo que los civiles y los militares que nos alzamos en los
años 60 hubiéramos construido una patria mejor que la de Betancourt,
mejor que la de Leoni, mejor que la de Carlos Andrés, mejor que la de
Lusinchi, mejor que la de Caldera.
R.- Indudablemente que sí y yo creo que esto sirva como un mensaje; que
tu libro sirva como un mensaje a la juventud y que no se pierda su
memoria, que las nuevas generaciones sepan de las luchas y los esfuerzos
que se hicieron para transformar este país; no nos dieron la oportunidad,
pero la buscamos.
RAMÓN MARTÍNEZ -EL GALLINAZO-
R.- Bueno, creo que es una idea buena y nos sentimos contentos, tú eres
parte también de ese frente, que empiece alguien a escribir las verdaderas
razones de lo que fue el movimiento, de la gente que estuvo ahí, de los
muertos, de los cuales nadie habla; bueno, que diga la verdad, como debe
ser.
R.- En Cabimas.
R.- En la retaguardia.
R.- En la realidad yo casi no tuve contactos con las gentes militares, pero
a mi me llevaron y nos acantonaron en grupos de civiles, en los trailers de
la Petroquímica y de allí, cuando estalló El Porteñazo, bueno,
participamos, estuvimos allí como tres, o cuatro días, luego, saltamos por
una montaña hacia Valencia y con suerte que yo no caí preso, ni
detenido, ni nadie del grupo de nosotros, nadie murió, así pasó.
P.- Eso fue en el año 62 y ya tienes una experiencia, primero en las UTC,
en Cabimas, luego, en la retaguardia en Valera, hacia La Azulita,
participas en El Porteñazo y finalmente, te incorporas al “José
Leonardo” en el año 63.
R.- Bajo las órdenes del Comandante Onésimo Medina, “El Negro
Medina”.
P.- Por cierto que le he realizado una entrevista al Negro Medina muy
interesante, que de paso es tu primo hermano.
R.- Bueno, yo llegué muy joven; me hice hombre en ese frente, aprendí
mucho de todos ellos Baltazar, Colina, Billito, Onésimo, Arcadio
Martínez, Miguel Noguera y tantos guerrilleros que hubo ahí, con los
cuales compartí combates, hambre, trabajo, alegrías y bueno, aquí estoy,
me siento bien.
P.- Sí, ahí muere el guerrillero más audaz, más tranquilo, más analítico
del frente “José Leonardo Chirino”, oye era un mito. ¿Cómo muere
Miguel? Pero, primero, cuéntanos la acción de El Paso.
P.- “Picapiedra”.
R.- Sí, y Magoya y esa gente y Miguel que era urredista, esa gente no era
del partido.
R.- De AD.
P.- Galli, caes preso en Julio del 66, producto de una delación.
R.- ¡Sí!
P.- Creo que hay unos muertos, cae preso el Pichón Iturbe, caes preso tú,
cae preso el gordito Cuchú, allanan a Aura en Naguanagua ¿no?, hay un
solo cabrón, pero a ustedes los torturan mucho.
R.- ¡Sí! Oberto Zárraga fue un gran compañero, creemos que fue el
hombre clave en la logística aquí en Coro.
R.- Por eso era su nombre “El Gato”. Era muy audaz, muy vivo, muy
buen compañero y dispuesto a ir a donde fuera. Nosotros no fuimos
detenidos ni por el SIFA, ni por la Digepol, o Disip, sino por el SIFAC.
Bueno, me hacen preso, primero me caen a tiros, porque traté de irme por
un edificio, trate de tirarme con una sábana hacia abajo, y me cayeron a
tiros.
R.- No.
P.- ¿Y luego?
R.- Bueno, nos hacen presos ahí, en esa casa, nos llevan, como te dije ahí,
ahorita, nos llevan a la Comandancia de la FAC, que es ahí en El Paraíso,
ahí nos someten a torturas, y estamos, luego, nos trasladan a una especie
de cárcel momentánea que tiene la guardia, donde lleva a sus presos; en
ese corre-corre que había, la Digepol y el SIFA estaban en un dale y dale,
nos ruleteaban pa’ llevarnos pa’ la sierra de Coro, bueno pa’ fusilarnos,
pero como por nosotros se pagaba un dinero por la cabeza, sobre todo,
por la del Pichón y la mía, el comandante de SIFAC era Matute Bravo, el
sargento Matute Bravo, sabía que iba a obtener beneficios con los cobres,
o sea la recompensa, no nos largó y nos dejaron allí; nos pasaron de ahí,
entonces ya sabían que éramos guerrilleros todos, y nos pasaron al
Cuartel San Carlos. Todos esos dirigentes del Partido Comunista, esos
grandes dirigentes, ahorita son grandes dirigentes con el MAS; ahí bueno,
había mucha gente en realidad, estábamos creo que ese era el pabellón 1,
no me acuerdo, nosotros estábamos ahí, había mucha gente, habíamos
como 50 ó 60 personas, de ahí nos trasladaron a la Isla Tacarigua, en la
Isla Tacarigua sí había demasiados presos, la Isla Tacarigua se contaba
como de 1- 2- 3- 4- 5 galpones grandísimos, cogían más de ciento y pico
de personas cada galpón, entonces, bueno ahí vivíamos, como debe ser,
preparándonos, porque creíamos todavía volver a la guerrilla.
R.- Bueno, en realidad, a veces pienso que sí, porque ahí muchos
compañeros, amigos, hermanos, se puede decir que estuvieron allí, que
ahí la pasamos feas muchas veces, los allanamientos que hacía el Ejército
a medianoche, nos sentaban ahí, parecían que nos iban a fusilar a todos,
había mucha gente de alta dirección en el país.
P.- ¡Ah chico! El Motilón Márquez, háblanos de ese hombre, de ese ser,
de ese guerrero.
R.- Bueno, yo creo, para mi, que era un gran hombre, yo tenía mucho
aprecio por él, siempre hubo los problemas de que los maracuchos no
servían para la guerra, porque salían huyendo, yo creo que éste sobrepasó
la media, éste valía por toditos, era muy bueno, El Motilón, ¡sí era muy
bueno!, muy inteligente, era capaz y valiente, como ahí no había nadie,
pues, ya todos sabemos la vida de él y como murió pues, nos quería
mucho.
R.- Bueno, muy buena gente, al cual aprecio mucho, era mi amigo de
caminata y de correr, todas las tardes entrenábamos los dos, lo quise
mucho, lo aprecio mucho todavía, nos apreciamos, siempre nos vemos.
R.- En Tacarigua como tú sabes se preparó una gran fuga, creo que iba a
ser la fuga del siglo, era una obra de ingeniería, se estaba realizando el
túnel, creo que el más importante que se hubiera hecho en el mundo,
porque iba a ser por debajo del agua, entonces ese túnel fue delatado, no
se sabe todavía quién lo tiraría, pero, bueno, era muy poca gente la que
tenía conocimiento del túnel, yo sé del túnel cuando ya casi estaba listo
pa’ irnos; en el primer grupo que se iba estaba metido El Pichón Iturbe,
yo y otros compañeros, pues, del Partido Comunista y del MIR que
estaban involucrados en eso; es lo único que sé, porque en realidad ni
trabajé, ni participé, pero sí, el túnel fue descubierto, ahí nos toca, nos
tiramos una gran huelga, de ahí vamos a dar Argidas Tamasauka, creo
que es el presidente de Lituania ahorita, Cleobaldo Rusián -que después
fue el Contralor de la Alcaldía de Caracas, con la gente de la Causa R- y
yo a San Juan de Los Morros, eso fue ya, en el 67-68, finales del 67 o
principios del 68 y ahí tuvimos en San Juan de Los Morros. En el
Hospital, por cierto, que ahí conocí al famoso Miguel Silvio Sanz, de la
Seguridad Nacional, estuvimos presos con él, ahí compartimos con él.
R.- Bueno, en una reunión que tuve en Coro, con Billito, con Abreu, con
Hermes Mora, hablábamos de eso, yo les explicaba que el poeta Rossell
quería escribir un libro, o estaba en eso, ellos me decían que aquí hay
mucha gente que ha escrito, -incluso Douglas- y no habla de sus muertos,
yo les dije que bueno, que yo iba a hablar con el poeta Rossell y le
íbamos a pedir eso, que no se olvidara de los muertos.
R.- Bueno, como ya te dije, pues, lo que te planteé sobre los muertos, que
nadie escribe sobre ellos, aquí todo el mundo habla pa’ aparecer en
libros, pa’ aparecer en las historias, pero ellos no escriben la verdadera
historia, ni recuerdan a sus compañeros que se cayeron: Arcadio
Martínez, Arcadio Pérez Martínez, nombran, claro, a Miguel Noguera,
porque tienen que nombrarlo, a Baltazar Ojeda ahora porque tienen que
nombrarlo, pero hay mucha gente que cayó, que fueron compañeros
combatientes de distintos estados de Venezuela: de Margarita, de
Caracas, de Oriente, estudiantes universitarios, campesinos, obreros y
entonces, yo leo los libros de los que escriben, incluso, se ponen ellos
como generales, yo creo que no han agarrado ni una tira-tira, pero, así es
la vida hoy, cuando estoy conversando contigo, aquí bajo esta mata de
mango, aquí en este cabrán, en la ciudad de Cabimas, mi planteamiento
es que escribes, un libro, bueno, que hagas honor a ellos, que fueron
compañeros, hijos también como Valentín Villasmil y muchos otros que
estuvieron involucrados en esa lucha, y que cayeron, demasiada gente
cayó y nadie los nombra, por lo menos que se haga una lista, pa’ que la
gente vea que estos cayeron, no importa, pero que aparezca, ahorita me
estoy acordando del hombre que... te lo voy a decir, porque no lo
metimos allá, cuando estábamos en Yaracal, hablando, cuando se
incorporó un muchacho del MIR que te iba a matar, iba a matar a
Douglas, que era la misión, que después lo fusilaron allá, no me recuerdo
de su nombre, eso fue cuando íbamos a tomar Miri-Mire por allá, por La
Paloma, se incorporó ese muchacho, era de la gente del MIR, iba con ese
propósito, una carta que se agarró, era que iba a matar al gordo Rossell y
al Comandante Douglas Bravo.
P.- Galli, no sé si darte las gracias o qué, pero estamos aquí y creo que
esa memoria de quienes empuñamos las armas, pensando en una patria
libre, independiente y soberana no se puede perder, quedaron nuestros
muertos, yo una vez le pregunté a Teodoro Petkoff ¿y los muertos?
Todavía no me ha contestado.
R.- Ese nunca te contestará, porque ese es parte del sistema, ese es un
bandido, un pillo, pero, nosotros todavía seguimos creyendo en la lucha
social, en cualquier momento, por el voto o por las armas, el pueblo
tomará el poder, como dijo Angelito y la Pasionaria en una entrevista
“Pa’ viví de rodillas, es mejor morir peleando con las botas puestas” así
soy yo El Gallinazo siempre con la guerra.
ALEJANDRO MARIÑO SUZZARINI
P.- Comandante Mariño, mucho gusto, tenía muchos años que no lo veía,
me contenta mucho, estoy haciendo un trabajo que se llama “Para que la
memoria no se pierda”, estoy entrevistando, fundamentalmente, a los
combatientes del frente “José Leonardo Chirinos”, tanto a los del frente
urbano como a los de la guerrilla rural.
R.- Emilio Santana, los hermanos Leal, los hermanos Gabaldón, Arratia.
R.- Vulcano, -no recuerdo cómo se llamaba el otro periódico-, había una
competencia interesante, competencia periodística entre Vulcano y Leo,
creo que era el otro periódico y otro periódico muy imparcial, muy
apolítico que manejaba Emilio Santana ¿no?. Pero, en realidad, había una
serie de actividades extra-cátedra, -extra clases-, sumamente interesante,
de tipo deportivo: Ginkana, se daba la investigación, se daba con
acuciosidad información sobre lo que estaba ocurriendo en el país, es
decir, creo que esa generación estaba dotada de una gran sensibilidad y
por instinto, por intuición, no se por qué, pero había sensibilidad en los
jóvenes de esta época y una gran preocupación por lo que estaba
aconteciendo en el país, y por esa búsqueda de superación, así lo sentí en
aquellos momentos y yo me preocupé por eso. Posteriormente, en el
Fermín Toro, al mismo tiempo que estudiábamos ahí, se hacían
actividades contra el gobierno de Pérez Jiménez: manifestaciones hasta
concluir en batallas campales con el ejército y la Seguridad Nacional, por
estas experiencias muchos somos expulsados, unos aterrizamos en unos
liceos, otros, en otros, yo voy a parar en el de La Quebradita, en el Luis
Razetti, donde me consigo con gente, ya militantes, donde hay una
postura más definida contra la dictadura y ya yo entraba en contacto con
algunos de la Juventud Comunista, como Jesús David Garmendia, como
el Flaco Prada, Francisco Prada Barazarte, con ellos son mis primeros
contactos con la Juventud Comunista, con la Juventud Revolucionaria y
bueno, formo parte de esas células comunistas, con todas las medidas de
seguridad y de disciplina que se imponían o que se exigían en aquella
época, posteriormente, llego al Amazonas y me consigo que en mi casa y
en los alrededores, hay un grupo de expulsados políticos, de los
diferentes partidos: Comunista, URD y AD; entro en contacto con ellos,
entre ellos recuerdo a Alexis Adam, a Abdón López, a Pedro Calzadilla, a
Rafael Elino Martínez, a González Niño, a José Esteban Ruiz Guevara,
entonces, aquí, indudablemente reafirmo más mi preocupación, interés, y
hasta conocimiento por lo que se está trabajando, por la lucha que se está
desarrollando en el país, de la cual yo decía, que eran grupos como
selectos, pues, no había una discusión, era bastante clandestino, trabajo
bastante cerrado, el trabajo de captación era sumamente cuidadoso, se
revisaban los orígenes de cada quien, padres, donde trabajaban, en fin,
toda una serie de medidas para tratar que la Seguridad Nacional a través
de los captados, no fuesen a infiltrarse en el movimiento.
P.- ¿Dónde, en qué ciudad de Venezuela estabas durante las jornadas del
21-22 y 23 de Enero del 58?
R.- Para esa época ya habíamos pasado de los volantes, de los mítines
relámpagos en las fábricas, en las iglesias, y en los medios estudiantiles,
en las universidades, en los carritos por puestos, en los autobuses, ya
habíamos pasado a la acción armada. Yo recuerdo que había conseguido
a través de una gran amiga, Carmen Noria, un revólver que era de su
padre y esa era nuestra arma fundamental, lo otro fue que Nancí
Suzzarini, con otro amigo que no recuerdo como se llama, habían llegado
de Argentina y nos facilitaron las fórmulas de los cócteles molotov, o sea,
las bombas molotov, mejoradas con azúcar refinada y ácido sulfúrico,
entonces, esto mejoró las actividades porque ya habíamos entrado en
constante lucha contra la policía, contra el ejército, contra los aparatos
represivos, contra la Seguridad Nacional, y teníamos zonas en las que ya
de alguna manera, logramos un grado de influencia bastante interesante,
entre ellos, La Charneca, que era donde me tocaba con mayor frecuencia
participar; allí se dieron el 20, 21 y 23 de Enero, grandes combates se
fueron sucediendo de una escala menor en plena calle a una escala
mayor, empezamos desde la iglesia Santa Teresa, bajamos a la que era La
Rotunda o Plaza La Concordia y de allí nos fuimos replegando en la
medida que íbamos actuando, se quemaban algunos carros, entrábamos
en acciones de tira y encoge, contra la policía y la Seguridad Nacional;
nos fuimos desplazando hasta La Charneca, empezamos al pie de la
Charneca y a medida que fueron llegando refuerzos del enemigo,
nosotros nos fuimos atrincherando en la parte de arriba, no dejándolos
subir, esto fue así: nosotros, bombas, molotov y piedras y ellos, plomo. El
pueblo se incorporó, yo digo, que en 100%, digo en un 100%, porque no
estaba en ese momento en capacidad de medir porcentajes pero si
recuerdo que estaba Rafael Elino Martínez, estaba el negro Arratia y uno
que conocí en esos momentos: José Rafael Núñez Tenorio, de quien
había oído hablar y había ingresado al país clandestinamente y se nos
incorporó, siendo de gran refuerzo, porque muchas cosas uno las
desconocía y en esos momentos, cualquier refuerzo de esa envergadura,
ya que ellos tenían experiencia en cuanto a dirigir y distribuir gente, nos
facilitó la operación y pudimos mantener, contener a los efectivos de la
Seguridad Nacional y de la Guardia Nacional y de la policía que se había
incorporado, inclusive, sectores del ejército que se habían incorporado
para contener ese repudio popular, que era realmente muchas consignas y
los combates se inician ahí.
P.- ¿Fue una participación masiva del pueblo, o es parte del mito de la
izquierda venezolana, hubo o no participación del pueblo el 23 de
Enero?
R.- No diría que total, pero, era lo que podíamos decir los sectores clase
media, las barriadas totalmente ¿no? y nosotros las guiábamos porque me
tocó también participar en Los sin Techo, en el Cerro León, en distintas
partes, en La Vega, en las fábricas íbamos a dar mítines relámpagos y los
obreros estaban con nosotros. Nosotros hacíamos un balance, se hacía
siempre, esa era la metodología, un balance de cada acción, de un tipo, o
de otro y los resultados eran crecientes en la medida que se iba venciendo
el miedo, parece que la gente intuía que se aproximaba un desenlace, ¿de
qué tipo? bueno, uno no lo sabía, pero, la gente estaba al tanto de que
iban a ocurrir cosas importantes, porque el pueblo es muy sabio e intuye
cuando se aproximan los grandes cambios.
P.- ¿Derrocan a Pérez Jiménez y creo que comienza un gran ascenso del
pueblo en las calles?
R.- Es cierto, hay una gran euforia popular, una gran alegría por todas
partes, sí, en los ánimos de los venezolanos hay un contenido nuevo,
instinto que va a perdurar por algún tiempo, van a surgir algunos
movimientos como los de Castro León, algunos intentos de recuperar el
poder nuevamente, de hacer fracasar el movimiento revolucionario. De
esta participación de todos los partidos que se habían empeñado con gran
honestidad, con gran coraje, con gran valentía, yo creo que bastante
parejo, no puedo decir nada de la gente de Acción Democrática, la gente
de Copei, la gente del URD, del Partido Comunista; realmente una
intensa labor muy creativa para derrocar a Pérez Jiménez.
P.- Comandante, hay un levantamiento de la Policía Militar en el
Palacio Blanco, el mismo es derrotado con la participación del pueblo
en armas, ¿participó usted en los combates del Palacio Blanco?
R.- Sí, paso a formar parte del aparato armado del Partido Comunista.
P.- Oye ¿estuviste entre la gente que se preparó para invadir República
Dominicana; creo que fuiste compañero del Perro Linares y del Gocho
Cárdenas, quienes murieron durante el desembarco en ese país?
R.- Hay un juez muy conocido, que no voy a dar su nombre porque
tendría que consultarlo con él, es un juez bastante severo, bastante
estricto y creo que bastante honesto que estuvo en la PTJ, después se
graduó de abogado y hoy es representante del poder judicial, una
personalidad muy interesante, ecuánime, también creo que honesta.
Había jóvenes de URD, de los cuales no me acuerdo en este momento
¿no? El entrenamiento lo hacíamos fundamentalmente hacia Santa Lucia,
hacia los Valles del Tuy, hacia El Ávila. El Ávila fue fundamentalmente
uno de los sitios de mayor intensidad y de mayor entrenamiento, nosotros
pasamos a este grupo porque éramos un grupo especial, habíamos
recibido un entrenamiento de tipo militar a través de los miembros del
Partido Comunista, la gente de la Juventud Comunista y componíamos el
aparato especial del Partido que resguardaba de alguna manera los
intereses y tomábamos algunas medidas con los dirigentes para que no
fuesen agredidos.
R.- Así es, pero antes de eso me manda el Partido Comunista a las zonas
próximas a El Bachiller, en Miranda, en la zona de la Costa, donde reviso
y hago un estudio de la situación social y geográfica de la zona, mi
informe es negativo, dice que no hay condiciones allí porque la población
campesina es adicta a Acción Democrática, entonces consideramos que
no era oportuno. Después de esa experiencia me pasan a investigar la
parte de Falcón, me voy a la Sierra de Falcón, hago caminatas por
distintos sitios de la Sierra de Iracara, no tan profundo, pero allí en el
informe que rindo, digo que reúne todas las condiciones por los haitones,
por lo difícil de la geografía y digo que esa zona va a ser difícil para ser
cercada por el enemigo; no así para nosotros que representaba muchas
ventajas, no podían hacer un cerco fácilmente, les iba a costar mucho
como en efecto a la larga eso sucedió. En ese inicio me manda el Partido
Comunista, yo me voy hacia la parte baja de Iracara por los lados de
Cabure, concretamente, San José y lo que llaman el caserío de San José,
ahí me instalo, ahí fungí de médico con algunos conocimientos que ya
había adquirido.
R.- Sí, allí construyo con ayuda de los campesinos una casa, en una
montañita y después, comienzo a sembrar hortalizas, la gente me veía
muy bien y comienzo a recetar a la gente en algunas cosas, cuando se me
presentaban casos que no sabía porque era medicina más profunda, me
venía a Caracas, en mi libreta anotaba cada uno de los casos, había
algunas veces que tenía hasta cien personas haciendo fila para tratarse
conmigo, porque la médico de Cabure, era una “sifrinita” mexicana, ese
término no se utilizaba en aquella época, tenía un gran desprecio por la
gente, porque ellos llegaban sudados porque venían de lejos, había que
recorrer diez kilómetros de San José hasta allá y esos caseríos aledaños,
entonces, yo les recetaba, les facilitaba algunas medicinas y en los casos
más profundos, más complejos venía donde Argelia Melet, quien todavía
no era esposa de Douglas, estaban conociéndose. También una hermana
de Argelia Laya, llamada René Laya, me asesoraban, me daban
respuestas y qué tipo de tratamiento podría optar, algunos los trataba con
hierbas, yo no disponía de tanto tiempo, entonces no tenía disponibilidad
de medicamentos y puedo decir que muchos médicos eran muy solidarios
y siempre me facilitaban medicinas, entre esos, puedo nombrar a Pedro
Cardiel, él es copeyano y a Simón Muñoz, actual Rector de la U.C.V,
muchos médicos comunistas me facilitaban medicamentos con los cuales
socorríamos a la gente entre Cabure y Pueblo Nuevo de la Sierra. Pero yo
no estaba solo, conmigo estaba otro joven, Pechi se llamaba, no me
acuerdo el nombre completo de él, se fracturó un tobillo y tuvo que
retornar a la ciudad, Monopo sé que era el seudónimo, un amigo del
joven camarada de Puerto Cabello y trabajaba en otro sector, entonces así
fuimos ubicando varias personas que fueron haciendo esa labor social.
Junto con la labor social fuimos metiendo las armas a la montaña, armas
que me facilitaba el Partido Comunista a través del compañero Douglas
Bravo; me iban entregando sacos llenos de distintos tipos de armas,
armas viejas, otras menos viejas y otras, pues, modernas, no automáticas,
pero, en fin, eran fusiles, pistolas, metralletas, municiones; esto lo fuimos
metiendo en burro, con ayuda de los campesinos, totalmente con ayuda
de los campesinos, íbamos de madrugada, partíamos a eso de la una, dos
de la madrugada hacia los haitones, que son cuevas, naturalmente
camuflageadas, el trabajo que nos tocaba a nosotros de taparlas era muy
poco, porque eran sitios por donde no transitaba la gente, ni campesinos,
ni nada, muy difícil de llegar allí. Por último teníamos una emisora en
Cabure, en esa época no la logramos pasar por algunos inconvenientes,
después, no sé si por alguna imprudencia de mi parte o labor de
inteligencia del aparato represivo la emisora es incautada. Arman un gran
escándalo y me quieren ligar con la conspiración de los Perezjimenista.
R.- Estamos hablando del año 59, todavía no hemos entrado al año 60
¿no?. Entonces yo llego a Falcón a mediados del año 59. Más tarde en el
año 60 ya se había fundado el MIR, me ponen preso junto con un grupo
de compañeros de esa organización, entre ellos Carmelo Laboritt, Julio
Cacique, José Marcano, el viejito de Sutrabanc, Américo Chacón, bueno,
otros compañeros que ya no me acuerdo. Pero eso hizo que forjáramos
una gran amistad, que después también va a repercutir, porque en un
momento determinado ellos me llaman, la Dirección del MIR me llama,
cuando ya salgo de la cárcel, cuando ya estoy haciendo esas labores por
allá en Falcón, no se ha iniciado la lucha armada, no han aparecido los
destacamentos guerrilleros, perdón, si han comenzado la labor social, no
recuerdo bien si ha comenzado la actividad guerrillera, pero los
compañeros del MIR se reúnen conmigo, me acuerdo que fue aquí donde
estaba el cine Arauca y hoy está el Banco Unión, me citaron y me
consultaron sobre la posibilidad de instalar un frente armado en El
Bachiller, y cómo veía yo la zona, yo niego todas las posibilidades
porque conocía esa zona, la misma podía ser cercada y acordonada, por
tierra y podía ser bombardeada por aire y por mar, entonces, ¿cuál es la
vía de escape?. Lo otro es que la influencia de Acción Democrática allí
en la zona era bastante acentuada.
R.- No, no, nada en absoluto, quizá podemos hablar de tiros entre dos
personas que se matan de las familias que estaban ahí, como es la muerte
del camarada Raúl Henríquez, quien se cae a tiros con otro señor del
pueblo, no por cuestiones políticas, sino por el honor de una mujer,
indudablemente que la muerte de este camarada es el primer gran golpe
que recibe la guerrilla, porque él era mi hombre de mucho prestigio entre
los campesinos y una persona muy valiente y solidaria.
R.- No, muere Raúl Henríquez y otros camaradas que eran el soporte del
trabajo que estábamos realizando. Sin embargo, había otra gente que nos
apoyaba, entre ellos mi camarada llamado Ramón de cuyo apellido en
este momento no me acuerdo, es el pilar de la organización en la zona, es
el hombre de toda confianza junto con otro compañero. Esta es una zona
donde la familia Bravo goza de gran prestigio y es por esto que Douglas
la había seleccionado, porque él sabía que el apoyo de sus familiares iba
a ser bastante grande como efectivamente lo fue. Como te iba contando a
mi me hacen preso en el hospital de Coro a raíz de una fractura que tuve
cuando me metí a domador de caballos, eso fue en 1959. Conocía de
estos camaradas, conocía de su capacidad, de su habilidad, de su destreza
y de su gran espíritu revolucionario ¿no? entonces, ese espíritu de
sacrificio que lo han venido demostrando todavía los que quedan vivos,
que realmente han sido consecuentes, no se han doblado, no se han
doblegado, muere Raúl Henríquez en ese encuentro con esta otra persona
del mismo sitio que eran hasta medio familia.
R.- Así es, fuimos los primeros huéspedes. Después de allí, con el brazo
fracturado, y por estar muy enfermo con una úlcera estomacal, me llevan
al Hospital Vargas, ahí se presentan mis familiares y muchos camaradas,
entonces, me proponen que me fugue. Yo atajé eso por toda la
información que me dieron los abogados que me asistían, quienes me
dijeron que mi caso iba a ser resuelto rápidamente. Por cierto, que entre
los médicos que me asistieron en el Hospital Vargas recuerdo con mucho
cariño al Dr. Jesús Sevillano y a la Dra. Volcán. Del Hospital Vargas me
trasladan de nuevo a la Digepol, de allí a otra cárcel, que quedaba en San
José, luego me sacaron y me llevaron de noche, en un avión para Falcón,
bueno, en Falcón sigue el proceso para mi libertad con mis abogados,
entre ellos, estaba el actual Procurador de la Nación el Dr. Jesús Petit
D’costa, quien era de la izquierda de Acción Democrática, después fue
del MIR y ahora es calderista.
R.- Sí, es uno de mis defensores. Duro como tres o cuatro meses en la
cárcel de Coro, luego fui puesto en libertad.
P.- ¿Es decir Comandante, que usted quedó entre dos fuegos?
R.- Entre los dos fuegos y muy cerca del enemigo, pero ninguna bala me
tocó, yo no sé por qué. Esto me ocurre en este combate y en otras
situaciones muy parecidas, pero ninguna bala me tocó, me picaban muy
cerquita sí y me retiro por dentro de un mogote, me voy retirando, oigo
los ruidos..., es el ejército que me anda buscando, después que la gente
nuestra se ha retirado, me logro escabullir por el mogote pero rampando y
ahí me quedo cerquita de ellos.
R.- Seguí con el FAL trancado y después descubro que tenía una piedra
atravesada, una piedrita atravesada, eso fue como a las 11 de la mañana,
yo me quedé quieto, me retiré lo más que pude pero sin hacer mucho
movimiento, porque el monte era poco y ahí permanecí oculto como de
siete a ocho de la noche, entonces, de ahí sí me fui porque siempre se
oían los ruidos y el ejército buscándome. Me retiré hasta la casa de unos
campesinos, me identifiqué con ellos y me informaron de los
movimientos del ejército.
P.- Oye, la tía Chila es una mujer realmente solidaria con el proceso de
la guerrilla en Falcón.
R.- No, en absoluto, eso fue un encuentro relámpago, muy rápido, eso
sucedió en fracciones de segundos, no sé cuantos, a mi me pareció una
eternidad. Tanto nosotros, como el ejército, nos sorprendimos de la
escaramuza, porque no teníamos información de la presencia del ejército
en la zona y ellos tampoco tenían información de nosotros. Teodoro
Petkoff y los compañeros que estaban en la parte alta de la montaña sí
tenían información sobre la presencia del ejército en la zona y por ello
habían tomado las medidas necesarias para evitar sorpresas del enemigo.
El ejército venía muy lento. Esto está ocurriendo con una diferencia de
dos a tres días del encuentro que sostuvimos en El Trapiche. Nosotros
nos dedicamos fundamentalmente a la propaganda armada, es decir,
penetramos en pequeños caseríos, nos abastecíamos de alimentos y
realizábamos propaganda entre la agente.
R.- Nos retiramos hacia la Sierra de Iracara, sin mayores dificultades por
ser conocedores de la zona; nos retiramos ordenadamente, muy rápido,
hicimos contacto con la gente en algunos caseríos y finalmente nos
internamos montaña adentro.
P.- Creo que después te mandan al frente sur, donde había una guerrilla
incipiente, donde estuvo Domingo Urbina y Baudilio Loyo, y después las
direcciones del Partido Comunista y del M1R, deciden reforzar ese frente
con armas, hombres y dinero. ¿Cuándo te trasladas al frente sur del
“José Leonardo”?
R.- Yo no estoy muy claro de eso, lo único que he oído es que el Partido
Comunista le propone y él acepta las condiciones porque pensaba que las
cosas eran más fáciles, después allá en la montaña descubre que la
montaña, la vida del guerrillero es otro mundo, es otra instancia ¿no?
sería como muy largo y complejo explicarlo, no se trata de una clase, se
explicaría a través de todo este mundo de conversaciones que has tenido
conmigo y con otros y lo mismo que por tus experiencias y vivencias
hayas podido sentir. Entonces con Domingo no voy a entrar a ser crítico,
no creo que corresponda en este momento, creo que ese paso que dio fue
importante, él ha podido escoger otra situación, sin embargo, se sumó a
ese momento de sensibilidad, a ese proceso hermoso y trascendental por
lo menos para los que lo vivimos y por lo menos para los que todavía lo
sentimos y me parece que ese gesto hay que valorárselo a Domingo
Urbina.
R.- Yo diría que no porque Domingo Urbina se haya ido, sino por la
decisión de la Dirección del MIR de reforzar el Frente Sur, no solamente
con gente muy buena sino también con armas, porque como te decía
anteriormente andábamos muy mal armados. A partir de Enero de 1964
comienzan a llegar los recursos: hombres, armas y dinero que nos
enviaban los camaradas del MIR y del Partido Comunista; hay una
preocupación por atendernos, funciona la logística, con regularidad, no es
que antes no existiera. Envían cuadros a reforzar el Frente, a Portillo
Pirela, a José Mendoza, a Rafael Rossell y en Octubre o Noviembre de
ese año, envían a Lino Martínez de la Dirección Nacional del MIR, Alirio
Chirinos se encarga de la logística del Frente y la camarada Raquel Reyes
será la responsable de la logística para nosotros y se ubica en
Barquisimeto, en una casita donde, por cierto, tú estuviste instalado allí
con nosotros. Tratamos de establecer contactos con los compañeros del
Frente Norte del “José Leonardo” donde está Douglas; hacemos unos
intentos serios para conectar el Norte y el Sur, fundamos la escuela
guerrillera “José Luis Otamendi”, que era el nombre de un combatiente
de la Juventud Comunista que había caído en combate a finales del 63 en
esa zona. El Tte. Sarmiento era el Director de la escuela y tú eras el
Comisario Político, me acuerdo que acababas de salir de la cárcel y
llegaste gordote y pasaste mucho trabajo, pero te acostumbraste y te
adaptaste a la vida de la montaña. Además de la Escuela de Capacitación
Guerrillera, preparábamos las condiciones para enfrentar el enemigo, ya
habíamos tenido algunas experiencias y empezamos a realizar un trabajo
de exploración hacia el Norte de Lara, Noroeste de Yaracuy y hacia el
Este de Falcón y realizábamos un trabajo entre el campesinado, pasamos
meses en esto, logramos triangular el Frente, es decir, nos movíamos
libremente por el Sur de Falcón y por el Norte de Lara y Yaracuy. A la
vez fuimos organizando micro empresas, donde los campesinos nos tejían
alpargatas, montamos alguna especie de bodeguita atendida por
campesinos nuestros y llegamos a tener una gran zona de influencia. Así
fuimos creando ciertas condiciones y evitábamos el enfrentamiento
con el enemigo porque ese no era nuestro plan estratégico. El
campesinado en la zona fue muy solidario con nosotros, sin embargo, la
Digepol, el ejército y la Guardia Nacional hacían incursiones, pero no se
toparon con nosotros, caían en el vacío y no recababan ninguna
información. Pasado el tiempo el enemigo fue recabando información,
empezaron a hacer política social, fueron penetrando con psicólogos,
sociólogos y sindicalistas; empezaron a organizar grupos campesinos de
contraguerrilla, a los cuales le pagaban; fueron reclutando informantes
y realizando una serie de servicios básicos para la población. Nosotros
seguimos preparándonos militarmente pero creo que no visualizamos lo
que se nos venía encima. El ejército realizó un importante trabajo de
información en la zona de Santa Cruz de Bucaral, La Taza y caseríos
aledaños. Era un plan muy bien dirigido y esto lleva más tarde a una gran
ofensiva del enemigo que había aprendido mucho de su propia
experiencia militar, de nuestros errores, de las experiencias guerrilleras
en Filipinas y en Malasia y sobre todo, de la experiencia cubana y de la
guerra de Indochina, donde el imperialismo se había metido en camisa de
once varas y de donde no podría salir sino con la cabeza gacha y
maltratado por las múltiples derrotas causadas por los pueblos
indochinos.
P.- Comandante, en qué año sale usted del Frente Sur, la memoria no me
falla debe haber sido en Enero- Febrero del 65.
R.- Bueno, la experiencia que tengo que contarte es que nuestra guerrilla
andaba paralela a la guerrilla de Douglas; por un lado, la guerrillas de
Douglas y por el otro la guerrilla del Partido Comunista, pero nos
evitábamos, nos movíamos casi en la misma zona, nos llegamos a topar,
conversé con los camaradas y teníamos muchas ganas de encontrarnos
con los guerrilleros de Douglas para conversar pero no se dieron las
condiciones. Llegó un momento en que nuestra guerrilla que estaba en
esa parte de las montañas de Portuguesa estaba agotada, habíamos
perdido la iniciativa y poco a poco fuimos desmantelando el resto de la
guerrilla comunista. Influyó mucho en nuestra decisión la ofensiva que
tendió el ejército que había llevado a una represión salvaje contra los
campesinos que nos apoyaban. En Lara siguió actuando otro
destacamento del Partido Comunista al mando de Miguel Padrón, un
camarada valiente, pero posteriormente Miguel y los compañeros que le
acompañaban también fueron desmovilizados. Yo había lanzado una
consigna que después Teodoro y Pompeyo me reclamaron, ¡primero
muertos que bajar! Hoy, que estoy conversando contigo, pienso que la
decisión del Partido fue correcta, pues no teníamos base social, los
campesinos estaban al pie del monte, al pie de la cordillera o en pueblos
como La Miel, Acarigua. Sometimos a discusión lo que estaba pasando y
fue cuando llegó el Capitán Pedro Medina Silva, quien estuvo con
nosotros discutiendo la situación, también estuvo allí Argelia Laya, ella
fue en varias oportunidades, recibimos mucha solidaridad y orientación
de estos dos compañeros y nos acompañaron por mucho tiempo.
Entonces, tomamos la decisión de desmantelar todo; sin embargo, se dan
algunos enfrentamientos antes de que hubiésemos desmantelado el frente,
nos fuimos retirando lentamente de a poquito, comenzamos a ubicar
a la gente, legalizándola, haciendo contactos con los campesinos,
reencontrándonos con los viejos camaradas del Partido y de la Juventud
Comunista. Ocurren algunas escaramuzas con el ejército y algunos
guerrilleros cayeron presos y delataron. La retaguardia sufre muchos
golpes, sin embargo, ya la decisión de desmantelar el frente estaba
tomada. Me bajan a Caracas y me encargan de dirigir la guerrilla urbana
del Partido Comunista, bajo la responsabilidad directa de Pompeyo
Márquez y después de Teodoro Petkoff y por aquél que fue Ministro de
Carlos Andrés, German Lairet, ante ellos tenía que responder de lo que
estaba haciendo. Mira, gordo, no me lo estás preguntando, pero Eloy
Torres me calumnia vilmente, me acusa de haber dispuesto de los fondos
de la revolución, no le guardo rencor, allá él. ¿De dónde sacó esa
información, de que yo realizaba operaciones para mi peculio? Esto es
injusto y si quiero hacer este señalamiento no es porque yo sea injusto,
sino porque es contra un hombre como yo, que había dedicado urna vida
al movimiento revolucionario. En Caracas caigo preso y Eloy Torres le
dice a mi madre a doña Camila Suzzarini, que yo me había apropiado de
las cosas en las operaciones que había realizado y que esas operaciones
las hacía por mí cuenta, que no las había autorizado la dirección del
Partido Comunista, aprovecho para que pongas en tu entrevista que
Alejandro Mariño Suzzarini nunca ha operado fuera de las líneas del
Partido Comunista y que cuando fui miembro del Partido Comunista lo
que le ofrecí al Partido fueron muy sacrificios y mis sueños, hoy no soy
miembro del Partido Comunista, hoy soy militante de la ideología
comunista, no me arrepiento de haber empuñado las armas, sigo firme
con mis ideas, pero quiero hacer esta aclaratoria, porque Eloy Torres fue
injusto y me difamó ante mi madre, quien no es comunista, pero fue una
gran columna y un gran apoyo, y quien nos asistió con recursos y con
amor. Con recursos y a veces sacrificó su comida y la seguridad de sus
hijos para que nosotros siguiéramos en la lucha, doña Camila Suzzarini
fue muy solidaria desde que yo estaba en el Frente “José Leonardo
Chirino” hasta que salimos de la montaña de Portuguesa, entonces, si esto
se escribe quiero hacer un llamado al camarada Eloy Torres, quien es una
persona valiosa, que no invente y que me diga de dónde sacó esa
información, no le guardo rencor, allá él con su conciencia y yo con la
mía.
R.- A los quince días me llevan a Yumare, que era el gran centro de la
tortura y de donde desaparecieron mucha gente, pero tuve suerte, creo
que iba un Obispo, no sé si el de San Felipe o Barquisimeto, de allí me
sacaron hacia Carabobo y de nuevo me trajeron a Yumare, no se cuánto
duré, tuve suerte, me aplicaron una guerra psicológica, trajeron mucha
gente a reconocerme y de allí me trasladaron a la Cárcel de Maracaibo.
R.- Como no, estaba Jesús María Gauna Moreno, estaba Raúl Lugo
Rojas, estaba Pastor Peña Vadell, por poco no nos agarran presos en la
Casa del Partido. Pastor Peña Vadell era evangélico y era un hombre muy
correcto. Estaba el Chivo Pettit, el que ahora es el Procurador General de
la República, él era el teórico del partido, me acuerdo de Chencho Coello
que era de la Sierra y antes fue adeco; estaba Felipito Rivero, a él lo
conocí el 21 o el 23 de enero cuando tumbamos a Pérez Jiménez.
R.- Sí, participé, estuve preso. Hubo represión, los adecos no nos
perdonaban que hubiéramos fundado una organización revolucionaria.
R.- Mira, la lucha fue dura, se alzaron los barrios. Aparecieron unos
chopitos y lanzan unos niples y me los achacaron a mí. Me desaparecí de
Punto Fijo, la ayuda de la gente fue muy buena y me dieron protección y
me fueron mudando de casa en casa.
R.- Nos entrenamos por ahí, porque hay mucho monte. Recuerdo que
Raúl Lugo Rojas nos trajo un compañero de Caracas que había estado en
Cuba, él fue el que nos entrenó con las armas y con los explosivos. ¿Te
acuerdas, Gordo? porque tú estuviste con nosotros. ¡No te hagas el
pendejo!
R.- Yo aprendí porque tenía gran empeño y porque tenía tanto amor y
pasión por la lucha, porque no nos quedaba otra cosa que hacerle frente a
la situación, porque era durísima pa’ nosotros, es más, había situaciones
que se presentaban por la Sierra y si nosotros no las tratábamos de
golpear abajo, ¡coño! eso sería destructible allá arriba.
R.- Las operaciones las hacíamos nosotros y los materiales a nosotros nos
llegaban de otra fuente, nos lo estregaba el Partido Comunista. Ellos
tenían los materiales pero no tenían gente con quien moverse, la mayoría
de los combatientes los traían de otro lado, nosotros no, los combatientes
miristas éramos de aquí: estudiantes, obreros, campesinos, eran de aquí.
Partimos de la nada y por eso pudimos aguantar tantos años de represión.
R.- Me metieron con los presos comunes, con los malandros, pero ellos
me respetaban mucho y me enseñaron a quitarme las esposas, entonces
yo me ponía las esposas como yo quería y ellos me explicaron como eran
los asuntos, yo me defendía porque las esposas estaban flojas y no me
molestaban. Los malandros fueron muy solidarios conmigo. También
llevaron para ese calabozo a Chucho Vetencurt, yo tengo ganas de irme
esta noche ¿no?, y Chucho, me dijo: ¿cómo me vas a echar esta vaina
Salomón? si yo estoy ya pa’ que me suelten, entonces ¿vas a echar a
perder la cosa?, entonces le dije: no Chucho si no me voy a ir, ven! acá,
ven!, pa’ que veas, le abrí las esposas, se las abrí y se las volví a cerrar y
dice: ¡Coño, chico, no hagas eso, no hagas eso Francisco, no hagas eso
Salomón, porque coño, me vas a echar a perder la salida! Había llegado
la señora de Caracas, que le había arreglado el asunto por allá, porque el
general Camilo Vetencurt era su primo hermano.
R.- Busqué allá la gente más conocida de aquí, algunos estaban bien y
otros un poco rajaos, y por allá me hice un ranchito y estando en mi
rancho, me llevaron a Tirado-Tirado, que era uno de los guerrilleros más
activos de Bandera Roja, pues ya se había dividido el MIR. Se había
dividido el MIR pero yo no lo sabía, y me llevan a Tirado-Tirado y
después que se divide el MIR me lo vuelven a llevar los mismos
compañeros. Yo estaba trabajando y lo mantenía y les daba su platica y
tenía que fijarme a trabajar, iba a Los Llanos, pa’ Los Andes y pa’ toda
esa zona, y pa’ Timotes y pa’ Canaguá, un pueblito muy bonito allá en er
culo’er mundo.
P.- ¿Y Tirado-Tirado?
P.- ¿Y entonces?
R.- Sigo teniendo contacto con los compañeros, unos venían y otros iban
de Caracas y total nunca perdimos el contacto, y me dijeron que venían
para una operación que se iba a realizar. Se presentó una situación
peligrosa, que fue que trajeron unos compañeros de Caracas, pero eran
unos locos y me nombran a mí para sacarlos de la zona y me dijeron por
la tarde que por ahí estaba el Ejército y exactamente así fue. A mi no me
participaron nada de que el Ejército estaba acantonado en ese sitio, y a
nosotros nos tocó pasar con un camioncito lleno de armas. Llegamos a la
alcabala y tuvimos buena leche; a veces uno está de buena leche y otras
está de mala leche. No nos registraron y llevábamos ese armerío, sentí un
fríito y las taparas se me fueron pa’l tustús. Por la radio, los soldados
decían gato uno, gato dos y era que el teniente se había levantado una
puta colombiana. Entonces nos dijeron: -pasen-. Arrancamos despacito y
un soldado caraqueño me dijo: -pana, regáleme un cigarro-, yo le regalé
una cajetilla y él me dijo: -nosotros aquí y el teniente con esa
colombiana-.
P.- ¿Y Tirado-Tirado?
R.- Después de la caída del gobierno de Pérez Jiménez recuerdo que hubo
una gran revuelta en Cumarebo. Hubo asaltos a abastos de italianos,
porque en ese entonces, se creó una fobia anti-italiana porque se decía
que a los italianos, Pérez Jiménez les había dado la libertad de meterse en
el país y la gente veía los abastos italianos y los saqueaba; yo participé
en esos saqueos, sinceramente lo digo porque andaba la furia de: -se
acabó Pérez Jiménez y no sé qué cosa-, posteriormente, yo por casualidad
vi una casa del Partido Comunista, que estaban ese día abriéndola; tenía
una “banderota” roja y había llegado Gustavo Machado a dar una
conferencia, yo me acerqué y recuerdo que yo andaba descalzo, porque
sucede que las alpargatas que nosotros cargábamos siempre, la mayor
parte de los muchachos de ahí de Cumarebo, las teníamos amarrá de la
cintura, para que no se desgastaran; yo ese día me paré en la puerta a ve’
los que estaban hablando y estaban comiendo, Gustavo Machado se
levanta, me agarra y me mete hacia adentro y me sienta así, casi a un lado
de él y me pone comida, yo en ese momento pensé, me dije: -aquí es mi
sitio, aquí es donde debo estar yo, porque hay gente importante y como
tratan a uno y era un hombre que venía de Caracas y Caracas para aquel
entonces, decir que vengo de Caracas, era como decir que venía del cielo;
entonces yo allí empecé a militar, al día siguiente regresé y me encontré
con un compañero llamado Socorrito y otro compañero llamado Charles
Thielen, que hoy es un empresario del queso en Cumarebo -fábrica
queso-, para ese entonces era militante del Partido Comunista. Allí
empiezo a ir todos los días y empiezan a enseñarme a pintar cartelones, a
pegar afiches y empiezo entonces a traer muchachos para que se
incorporen a ese movimiento, allí empieza mi vida revolucionaria.
R.- Puerto Cumarebo no era una ciudad que tomaba decisiones, pero sí
llegaba el reflejo de las luchas, de las luchas y de las pequeñas protestas
que se hacían en varias provincias del Estado, principalmente teníamos
noticias de las grandes luchas estudiantiles, de La Charneca, del 23 de
Enero que realmente había una gran movilización contra el gobierno
represivo de Rómulo Betancourt. Ya pa’ aquel entonces empezaban los
allanamientos a los sindicatos, empezaba el gobierno a eliminar lo que
ellos consideraban los focos rojos para introducir lo que llamaban ellos
los dirigentes de la democracia y de eso no escapábamos nosotros, pues,
a nosotros también se nos dio una tarea de participar en consignas, a
veces quemábamos cauchos en las avenidas, a veces pintábamos paredes
y participábamos de acuerdo a la provincia donde nosotros estábamos,
pero realmente participábamos en las luchas que se avecinaban y
estábamos preparándonos para los futuros combates, porque de lo único
que si estábamos claros y le decíamos al Partido Comunista que la lucha
era larga y había que continuar y que nosotros estábamos dispuestos a
correr todos los caminos que eran necesarios para tumbar el gobierno de
Rómulo Betancourt y hacer un gobierno popular.
R.- Sí. Yo participo en esos combates, como venía diciendo, pero antes
de eso yo había estado preso, pero, como era joven me soltaron a las 72
horas y después por la misma influencia de la Revolución Cubana, de
aquella bandera del 26 de Julio la “Roji-Negra” que después fue símbolo
del M.I.R., yo tuve el atrevimiento que una vez me encaramé, de noche,
por las tejas de la policía de Cumarebo y en el asta le puse la bandera
“Roji-Negra” y al día siguiente amaneció la bandera puesta y ese día me
buscaron y me hicieron preso, posteriormente, estuve preso por lanzar
consignas, por pintar las calles, incluso la iglesia de Cumarebo; una vez a
Monseñor Tomás Riera Lugo le pinté la iglesia donde decía “Viva la
Revolución”, “Viva Fidel Castro” y me denunciaron y volví preso, pa’
ese entonces, ya yo estaba en actividades, metido en protestas, hablaba en
las equinas, lo poco que sabíamos pero lo hablábamos. Vino el año 62,
cuando ya estábamos preparados, el Partido Comunista lanza aquella
consigna “¡Gobierno Popular Ya!”, un afiche que salió en toda
Venezuela, en Cumarebo nosotros pegamos también esos famosos
afiches, esa vez hubo una gran represión, una gran represión, nosotros
pegábamos de noche los afiches y de día las bandas armadas de Acción
Democrática pa’ aquel entonces y la Digepol los arrancaban. Vino la
famosa huelga del 62 pero antes, hubieron los acontecimientos aquellos
de Puerto Cabello y el Carupanazo en el cual nosotros no participamos,
porque eso era un alzamiento militar -cívico militar- con militantes y
fichas del Partido Comunista y del M.I.R., pero también conllevó a que la
situación estaba preparándose para la toma del poder, porque eso era lo
que se planteaba en aquel momento: la toma del poder... Entones se
planteaban otras cosas, a través de las luchas, pero el objetivo principal
era tomar el poder para allí desarrollar nosotros la Revolución Socialista.
R.- Ese es el famoso cerco Yunque y Martillo, que se tiró en el año 63, ya
empezando el 63, era una operación envolvente, de cerrarnos el paso, de
cercarnos y aniquilarnos, entonces la Comandancia General a través de
los informantes que teníamos y los contactos se enteró que pronto nos
iban a tirar ese famoso cerco, que había que desplazarnos hacia otras
zonas, pero sucede que también estábamos “cercaos” porque el gobierno
había tomado medidas y el primer paso que iba a dar era bombardear la
Sierra de Coro. Antes de llegar el bombardeo, un avión pasó dos veces y
movía las alas haciendo como saludando, Douglas lo vio y mandó
urgentemente que teníamos que replegarnos, porque sucede que nos iban
a bombardear, de allí nos fuimos todos. Douglas, Polito Acosta y mi
persona nos fuimos para una cueva, cuando entramos, Douglas con una
varilla empezó a tocar el piso y de repente se abrió el suelo, era lo que
nosotros llamábamos el famoso Haitón, que sinceramente si él no se da
cuenta a lo mejor caemos en una trampa de la naturaleza.
P.- ¿A Barquisimeto?
R.- Sí, de Barquisimeto estaban los hermanos Gómez, estaba Gómez que
era un técnico; un profesor de Copeyal, estaba este muchacho que
llamábamos “Carne Frita”, estaba Lategui. De Portuguesa estaban unos
campesinos que no recuerdo los nombres, pero había un señor que yo no
sé que pasó con el hijo, que parece que violó a una muchacha y lo
fusilaron, que se llamaba Vergara, el campesino Vergara y el muchacho
no se qué pasó en la guerrilla con él. Había mucha gente de todas partes
de Venezuela, había una represión terrible, terrible, eso estaba lleno.
Bueno, oímos la canción y entramos y los compañeros, los camaradas nos
saludaban, nos ubicaron en nuestros respectivos pabellones y allí empezó
entonces la vida, la vida del preso político. La escuela nos daba
Economía, Filosofía, todo lo que realmente enseña un comunista, pa’ ser
un buen revolucionario, teníamos nuestras horas libres, sembrábamos,
teníamos nuestro campo de agricultura, yo estuve ubicado en el pabellón
F-5. Las requisas eran terribles, porque creían que nosotros éramos unos
bandidos. Tuve muchos problemas en la cárcel, tuve problemas en la
cárcel, una vez un teniente en una requisa, me dio un planazo, porque yo
no dejé que entraran y se formó un gran escándalo y me dijo que yo era
un peleador de barrio, un macho de barrio, porque yo gritaba. No me
quejo, formé un gran escándalo porque me dio un planazo y de allí una
vez dije que me dolía mucho la mano, que tenía que operarme y hablé
con los camaradas del Partido, ya a mi me habían subido a la Regional
del Partido ahí en la cárcel; pertenecía a la Comisión de interrogación
que allí funcionaba, en el sentido de que cuando llegaba un preso,
nosotros lo interrogábamos, para ver qué había dicho, eso lo anotábamos
y se lo pasábamos al abogado y el abogado lo veía en los expedientes, ahí
sancionábamos a muchos camaradas que tuvieron debilidad ante el
aparato represivo. Compañeros que eran valerosos y nosotros los
catalogábamos a veces... fuimos fuertes con algunos compañeros que los
mandábamos a bajar al piso de abajo, al piso que estaba abajo porque
habían delatado mucho y cargaban el ejército, sirvieron como vaqueanos
y otros compañeros que llevaron a la Digepol a las casas a sacar
compañeros, esos los sancionaron. Otros compañeros tuvieron menos
grado de culpabilidad, le aplicamos incluso la ley del hielo, que no le
hablábamos, había un compañero que después lo mataron de una
puñalada abajo, porque se bajó, a mi me daba mucha tristeza, yo siempre
le daba un cigarrillo así a escondidito pa’ que él se lo fumara, porque no
le dábamos nada y entonces él un día que estaba obstinado tuvo una
discusión con los presos comunes y lo mataron. Marrufo se llamaba el
muchacho.
R.- Bueno, allí en la cárcel aprendí lo que soy, lo poco que soy y
conocimientos del Partido Comunista y la Filosofía del Socialismo, y el
fortalecimiento de lo que es un comunista, ahí leí La Madre, Así se
Templó el Acero, Joven Guardia y muchos, muchos libros, pero lo que
más me impresionó es el primer libro, el que nosotros leemos es La
Madre, el libro que nosotros leemos y ese libro es para nosotros como un
principio de dar un paso hacia la graduación de revolucionario.
R.- El Fiscal Parra me condena a ocho años, diez meses; yo me paré ese
día y con mi poca experiencia que tenía le dije: -hoy me condenas, pero
mañana te fusilo-, en pleno tribunal se lo dije, de ahí fui derechito al
calabozo, abajo, como castigo quince días. Había un Tte. Coronel,
llamado Moncada, que era gocho y él me parece, que yo le caí sangre
dulce, a los tres días llegó y dijo: ¿por qué está aquí? y yo le conté y me
dijo sáquelo de ahí, que se vaya con su gente, esos ineptos incapaces
usted está pa’ irse y nosotros pa’ cuidarnos.
P.- Pero hay un incidente muy famoso Pichirilo, cuando a raíz de una
requisa te montaste en el topito del calabozo y tienes un altercado
muy grande con el jefe de la cárcel, un Comandante, un coronel,
cuéntanos ese incidente porque esa noticia recorrió el mundo.
R.- Ese incidente fue así: esa vez, había una requisa terrible, nos estaban
quitando de todo, pero antes, me había pasado a mi otra cosa; una cosa
curiosa ¿no? nosotros teníamos un plan de fuga y entonces yo era el que
tenía escondido cámaras para hacernos las fotografías, tenía escondido
alicates, tenía escondidos todos esos instrumentos, nosotros ese día, en
ese diciembre teníamos un pesebre, debajo de San José, debajo de la
Virgen María, los estoy tapizando de vainas y entonces me dijo el tipo:
Coño, chico, ya vienen y era el guardia que tenía en un lado, me
arrancaron todo y se llevaron hasta bueno, ahí fue preso hasta San José y
la Virgen María se la llevaron también, entonces, posteriormente, hubo la
famosa requisa, esa famosa requisa fue terrible to’ mundo ahí se asustaba,
unos camaradas más imprudentes, otros, eran más pacientes, otros eran
más violentos, bueno el calabozo donde estaba yo el F-6, era un calabozo
donde estaban los más violentos, porque éramos así; estaba El Pichón
Iturbe, David Guarecuco, Roger Medina, que es de la Sierra; estaba
Chimoito Medina, estaba Candunga; había un poco de gente del Palo
Quemao y de Cabure, había ese espíritu y ahí era donde “empezábamos”
las protestas para que los demás las siguieran, incluso cuando muere
Kenneddy, estaba preso aquel famoso diputado del MIR, Raúl Lugo
Rojas ¡coño!, que hombre tan cobarde y llorón, parecía una vieja en un
entierro, siempre llorando, ¡que hombre tan flojo!.
R.- Raúl Lugo Rojas, ese es un flojo. Ajá, Raúl Lugo Rojas, mira, bueno,
ese es un cobarde, se lo puedo decir y se lo puede preguntar a Francisco
Sosa, a Pepe Santana, a los que estuvieron en la cárcel. Cuando muere
Kenneddy nosotros de la misma emoción empezamos a gritar: Mataron
ese carajo y vaina y él nos grita a nosotros, él nos grita a nosotros: que
nos quedáramos quietos porque la primera bomba que saliera de Cabo
Cañaveral iba a caer en la cárcel de Maracaibo y que nos quedáramos
quietecitos, que por qué teníamos que estar gritando y vaina, cagao’ e
bola, entonces sucede que al otro día llegó la visita y él, ante la mujer, le
lloró en las piernas, a la mujer, para que le hiciera la diligencia, pa’ que
lo sacara de esa vaina, es una historia que la puedo corroborar yo con
otras personas que estuvimos en esa vez. Nosotros vivimos ahí momentos
amargos, momentos de crisis, de vez en cuando la requisa, ese fue un día
que me planearon. Con el jefe yo tuve un altercado duro, nos dijimos
palabras duras, incluso yo escupí, yo le eché una escupitá y entonces to’
el mundo se armó de botellas y vaina, aquí nos iban a matá, pero sucede
que aquí nos van a requisar y no nos requisaron, no entraron, no nos
requisaron, nosotros en la puerta y ese bojotón de guardias, pero ya
nosotros habíamos hecho trabajo previo, entre los doce o quince guardias
que habían, seis guardias estaban con nosotros, nos los habíamos ganado,
principalmente yo, que me la pasaba corriendo y me la pasaba hablando
en las garitas, éstos eran los famosos guardias que soltaron a los
guerrilleros en Trujillo, a los del Porteñazo que se fugaron, esos eran esos
guardias que dejaron escapar a esa gente.
R.- Esos guardias que los trasladaron después pa’ allá fueron los que
ayudaron a Fleming, esos fueron los que ayudaron a escapar a esos
compañeritos. Ya el trabajo lo habíamos hecho previamente. Bueno,
teníamos un plan de fuga, yo plantee después el traslado al hospital pa’
que me operaran la mano, porque y que me dolía. El Partido afuera
acordó secuestrarme de nuevo, rescatarme de nuevo. Había un guardia
que yo le hablé con franqueza porque yo me lo había ganado y me dijo: -
bueno chico, vamos a hacer lo siguiente: cuando entre la gente yo me
hago el loco, me quitan la ametralladora y meten pa’ dentro y ustedes se
van-; yo llegué ese día a consulta, cuando hago consulta en el Hospital
Central, me sale una enfermera, que no era enfermera, vestía de
enfermera y me dice: ¿puede manejar esta pistola?, yo le dije: -sí-, me
dijo: -bueno, pasa pa’ dentro-, pero, exactamente cuando voy pasando,
llegó otro trabajador con unos presos comunes y un pelotón de guardias
nacionales, yo recuerdo que me dijeron: -hoy no será, otro día será-, me
trasladaron de nuevo.
R.- Héctor D’ Lima que se fugó vestido de mujer que después andaba
loco por ahí, no sé qué fue lo que pasó, no supe.
R.- Aja, Héctor D’ Lima se fugó vestido de mujer, que la mujer lo ayudó
y salió vestididito de mujer completo. Estaba Freddy Rojo, también se
fugó de mujer.
R.- Perdón pa’ Caracas, pa’ Caracas me llevan pa’ La Planta, pa’
depositarme allá y no tenía ni pasaje, entonces, sucede cuando llego, veo
a mi mamá en la puerta, no se cómo se enteró, la veo llorando y vaina y
el guardia que me había ayudado, también se le salieron las lágrimas,
entonces me dijo: -Coño, adiós, yo... me llevaron de ahí, me fui, me
llevaron.., llego a La Planta, me depositan en La Planta, en sitio especial,
ahí habían como 30 y pico, estaba yo recuerdo a un hombre ahí, estaba un
tal llamao’ Rasputín que era del Destacamento del Livia Gouvernier.
R.- Smolen, el caso Smolen si, entonces sucede que allí to’ el mundo fue
saliendo porque la familia tenía plata, eran de la clase media, o clase alta
y le llevaban los pasajes, el gobierno pagaba pasajes, como a los cuatro
días llegó Landaeta, Coromoto. Landaeta que era del Partido Comunista
me dice que va del Buró Político y que me tiene los pasajes; el Partido
Comunista me da doscientos dólares y la Federación de Centros
Universitarios me dio los pasajes.
R.- Entones ahí salgo yo con otro muchacho que también era mocho de la
mano, que es de Mérida, un mochito que es de Mérida y salgo con unos
que trabajan “horita” en El Cementerio que son los hermanos Martínez,
Pascual Martínez, bueno salimos los tres, dos mochos y un obrero, nos
largan a Suiza. Bueno nos llevan al Aeropuerto.
R.- Ahí nos hacen presos y nos sientan en una vaina ahí, por cierto, que el
sombrerito que llevaba fue a parar al culo el’ mundo, una brisa me lo
voló, yo iba a salí a corré hasta buscarlo y me agarraron, entonces, me
senté ahí, al otro rato, como a las cuatro horas, nos llaman los mismos
hombrotes, unos bichotes grandotes y nos llevan pa’ otro aeropuerto y
nos montan en un avión pa’ Suiza, y en ese lapso, en ese lapso como
chiste ¿no?, pero fue verdad, me da un dolor de barriga y no hallo que
hacer, un dolor de barriga tremendo. -Coño, porque había comido
caraotas ahí en Maiquetía- ¡Verga! y yo primera vez que me monto en un
avión- entonces sucede que leo... yo voy to’ ahí y le digo a éste y cómo
está pa’ llá la cosa y me dice aquí está oscuro, yo digo verga por aquí está
pegando un sol, estábamos cruzando el “Meridiano de Freus”, no sé qué
cosa es esa -no jó... y una vaina. Si chico y yo dije: -Bueno y ¿qué es
esto? a la vaina, como caímos aquí, lo que había pa’ bajo era pura
neblina, a vaina ahora si es verdad que me vine a morir tan lejos, bueno
no aguantaba el dolor y le digo a la mujé, a una monja, que iba al lao’
mio: -mija, me disculpa pero yo tengo un dolor de barriga- y me
dice: -allá atrás, allá atrás se hace-, le digo: -¿atrás? tú estás loca, cómo
me voy a meté pa’ llá atrás-, dice: -sí atrás-, digo: -no-. Yo pensé que era,
________
*E1 poema que recita Thimolión Linares pertenece al poeta Adelis León Guevara y está
recogido en su poemario Por los caminos del viento, 1962 y se titula El Partido me llama,
según testimonio del propio poeta, que revisó los originales de este trabajo.
que uno abría la ventana del avión y uno sacaba el rabo pa’ fuera, pues,
era la primera vez que me montaba yo en un avión y yo dije: -no, si me
caigo de ahí, sape gato-. Bueno, mira llegué a Suiza con el dolor de
barriga y me siento... aah, bueno, el Partido Comunista me ha dado a mi
un papelito y yo me lo había metio’ por la correa ¿no? que ese era un
teléfono pa’ llamar a Gerónimo Carrera en Checoslovaquia, el papá del
poeta Alvaro Carrera.
R.- Gerónimo, que era responsable del Partido Comunista allá, a bueno,
entonces, llego allá y llegamos y no hallamos qué hacer, mano y yo
apurao’; verga en eso pasa un maracucho, cantando, esos andan regaos’
por todas partes, me le pegué atrás y le dije: -¡coño mano! yo no soy de
aquí, venimos exilaos’ y me dijo: pero dónde estás sentao’ tú-. Le dije:
-ahí, arriba-, decía “toalet”, tampoco sabía qué era eso, yo estaba
buscando donde decía “excusao”, no jó... me metí en el cuarto ahí, chico,
y ahí hice mi necesidad, cuando salí, me para la mano pa’ cobrarme, yo
dije: -coño, pero si aquí cobran también por cagar, por eso es que los
suizos son tan ricos.
P.- ¿Pagaste?
R.- No, no hablo ruso, porque lo que hacía era echar bromas, porque yo
decía, que cuando viniera a Venezuela para qué me iba a servir, esa es
una teoría mala ¿ve? como experiencia, yo decía que cuando viniera a
Venezuela venía otra vez pa’ la lucha, entonces no me preocupé por
aprender, aprendí lo necesario, a enamorá mujeres, comer y beber.
R.- En el 69 regreso.
R.- Sí.
P.- Creo que dirigiste una huelga en las camaroneras.
R.- Sí, sí. Bueno participé, ahí regreso a Maracaibo y regreso al Partido
Comunista… llego a Maiquetía durante el gobierno de Caldera; pues,
Lorenzo Fernández dice: -que todos los que están fuera de su país,
regresen-, te acuerdas de la famosa frase..., inmediatamente... El Partido
Comunista, parece que allá éramos muy echadores de broma aah, pero
antes te puedo contar una anécdota: es que nosotros nos volábamos con
Ramón Latiegui que es de Barquisimeto, nos volábamos de la escuela, yo
era jefe de pabellón, como yo era bochinchero, a mi me pusieron jefe de
cuarto de todos los pasillos, porque habían unos alemanes que llegaban
borrachos y hacían mucha bulla, entonces, yo llegaba en la mañanita,
tempranito me paraba ahí, cuando ellos llegaban les decomisaba la
Vodka, entonces, esa Vodka decomisada nos la bebíamos los
venezolanos, entonces, brincábamos la “palizá” y nos íbamos, nos
íbamos. Una vez Simón el árabe, el del famoso túnel del San Carlos, el
que sacó a Pompeyo, a Teodoro y a Guillermo García Ponce, aquí, pero
en Moscú también él se encargó de acusarnos a nosotros, que nosotros no
amanecíamos ahí en la escuela; que buena vaina, de libertador a policía,
menos mal que no llegó a Miraflores, nos hubiera fusilao’.
R.- Sí, muy disciplinado, entonces yo una vez me calenté con él y le iba a
dar un cabillazo, le dije yo: -¿por qué nos “sapias” a nosotros?-, porque
yo le decía a él, que ellos adentro, ellos conseguían rusas ¿no? porque
ellos sabían hablar ruso, nosotros teníamos que salir pa’ la calle,
entonces, ¿por qué él tenía que sapiarnos? yo tuve una discusión con
Simón -el árabe-, que vivía allá en la Escuela Superior de PCUS, dirigida
por el Buró Político del Partido Comunista, ahí estuve yo un año.
R.- No, yo ni en ruso, yo venía callao, entonces sucede que cuando llego
ahí me paré y dije: yo me llamo fulano é tal, este se llama fulano é tal y
este se llama fulano e’ tal, miembros del Partido Comunista de
Venezuela, venimos de la Unión Soviética, si nos hacen presos y nos
desaparecen, ustedes saben muy bien que venimos aquí sanos, que alguno
de ustedes haga el favor y avise en la Parroquia San Juan al Partido
Comunista, a Eduardo Machado, que vienen tres exiliados de la Unión
Soviética.
R.- No, Guarecuco no estuvo en exilio, regresé con Pascual Martínez, con
Timolión Linares y regrese con el mochito ese que yo digo, que es un
camarada, que es de Mérida y yo, éramos cuatro que regresábamos.
Llegando a Maiquetía nos detiene la Digepol; pa’ ese entonces era la
Digepol todavía.
R.- La Disip, la Disip, sí, la Disip. Nos llamaron aparte, nos llamaron
aparte, nos metieron en una patrulla y nos llevaron pa’ los Chaguáramos.
Cuatro días presos allá, nos interrogaron, a mí me preguntaron -¿qué
hacía?- yo les dije que yo trabajaba en mi campo en la Unión Soviética
recogiendo papas.
P.- Pichi estamos en 1996 cerca del tercer milenio de la era cristiana,
Pichi qué significó para ti el derrumbe de la Unión Soviética?
P.- Mira, a propósito, tú sabes que en este país parecía que todo se había
acabado, pero, creo que había agua bajo las hojas, tú has sido
guerrillero y yo también, uno va caminando por la montaña y ve todo
seco, pero, hay un poco de agua bajo las hojas y de repente, se te meten
las piernas hasta las rodillas, así pasa en Venezuela. Hay tres
acontecimientos, que creo van a marcar este país por lo que resta del
siglo, me refiero al 27 y 28 de Febrero cuando las Fuerzas Armadas
venezolanas cometen la primera gran masacre en su historia; luego, el 4
de Febrero, cuando la oficialidad joven organiza un golpe y fracasa
desde el punto de vista militar pero, despierta la conciencia nacional;
luego el 27 de Noviembre cuando no tumban a Pérez. Las Fuerzas
Armadas en Venezuela por su origen y formación son distintas a las
Fuerzas Armadas de Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y a las de
Guatemala. ¿Qué opinas tú de las Fuerzas Armadas como factor de
cambio en Venezuela?
R.- Bueno, mira, yo te voy a relatar un poquito atrás para que tú veas lo
siguiente: yo venía siguiendo, a mi me dicen que yo soy del grupo de
Guillermo García Ponce, fundador de la Junta Patriótica, porque
Guillermo siempre fue un estudioso del aspecto militar y yo venía
siguiendo el problema de los ascensos militares y el descontento que se
venía gestando dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales. Militares que
renunciaban, generales que abandonaban los cargos, los ascensos
atrasados, un descontento que se venía formando, la teoría del pueblo era
que los militares no se alzaban porque los generales estaban cómodos,
que los generales vivían con un buen sueldazo, casas buenas y tenían
buena forma de vivir, y que ellos no se podían alzar, yo decía que no, que
la tropa de abajo se iba a alzar, que había un descontento, que había
alguien que pensaba en este país y que quisiera a la Venezuela. La
historia y el tiempo me volvió a dar la razón a mí.
FRANCISCO SOSA
P.- Hola Francisco, ¿cómo estás? siempre te veo, hay gente que tenía 34
años sin ver como uno que llaman “El Papote” -Andrés Aguilar-. Mira,
estoy tratando de escribir un libro con los guerrilleros del Frente “José
Leonardo Chirino” tanto los guerrilleros urbanos, como los rurales. El
libro se va a llamar “Para que la memoria no se pierda” ¿qué te parece
esta idea Pancho? Bueno, Francisco, como decía el brujo Andrés
“jálele”.
P.- Mira, Francisco, para ti, el casi niño, el casi adolescente del año 58,
¿qué significó para ti esa revolución con esos barbudos: Fidel Castro,
Camilo Cienfuegos, el Che Guevara, qué significó para ti esa
revolución?
R.- Eso fue inmediato a la caída de Pérez Jiménez, vino ese fervor, yo
vengo con una formación católica cristiana muy límpida, muy pura y
lamentablemente, a veces uno tiene como una mala experiencia con algún
cura, con la iglesia y uno en un momento, el modelo que tiene es Cristo,
-ejemplo que uno visualizó desde el punto de vista ideológico en el
socialismo y el comunismo-, considero que la iglesia no lo estaba
cumpliendo entonces, recuerdo que de manera, si se quiere ingenua, yo
decía que era socialista, lo era, marxista en lo social y católico en lo
espiritual. Me incorporo a la juventud comunista, dado que vi el ejemplo
de un hermano mayor y de muchos otros del trabajo en la lucha contra
Pérez Jiménez y consideraba que esa era la verdadera posición de los
cristianos ¿no? entonces me incorporé inmediatamente a la Juventud
Comunista a la caída de Pérez Jiménez.
R.- Yo en ese entonces era estudiante del Liceo Fermín Toro, estaba en el
Centro de Estudiantes como delegado de curso y participábamos todos
del triunfo del Centro Ferretón... allí había personajes como Orión Torres
y varios compañeros que en este momento no recuerdo, posteriormente
no fui aceptado en el próximo curso del Liceo y me dieron cupo en el
Liceo Andrés Eloy Blanco, donde participé como miembro del Centro de
Estudiantes, al lado le quedaba la Técnica Industrial del oeste, allá en
Catia, y entonces allí los expulsaron a todos menos a mí. A mí me
correspondió dirigir el movimiento estudiantil, tanto del Liceo Andrés
Eloy Blanco, como de la Técnica Industrial, porque los compañeros de la
Técnica me aceptaron mucho ¿no?, entonces estaba trabajando, lo que
llamaban el trabajo ordinario, pero ya se estaban creando las escuadras,
las brigadas especiales, y participé allí en la escuadra “José Antonio
Mella”, estaban hombres como el desaparecido Ezequiel, como Antonio
Paiva Reinozo el de Los Aguiluchos y que posteriormente será asesor de
la campaña del negro Claudio Fermín, pero en esa época era un
revolucionario y pasó muchos años en la cárcel porque se robó el famoso
avión, yo iba a participar en esa operación, pero lamentablemente caí
enfermo con una especie de fiebre entonces; me sustituyó un hermano de
Ezequiel. Allí estábamos el “Cara e’Loco de Armas”, Ezequiel, mi
hermano Henry Naime, Alí Paredes, asesinado por la Digepol, estuvo
Vicente Pérez, quien cae posteriormente en Falcón en la voladura de un
oleoducto, mi grande hermano del alma Pío Gil Mendoza, alias Adolfo,
estuvo también el español Alejandro Tejero, no sé si te lo nombré, o sea,
que esa escuadra fue considerada verdaderamente brillante y la mayoría
de los que te nombré cayeron en combate o fueron desaparecidos como
Alejandro Tejero que era un español a quien habían traído muy niño a
Venezuela y se incorporó a las luchas de nuestro pueblo.
P.- Tú eres uno de los pocos sobrevivientes de ese grupo porque fíjate,
mataron a Alejandro Tejero, murió Vicente Pérez en una explosión,
mataron a Alí Paredes, sí, mataron a Cara ‘e Loco, eres uno de los pocos
sobrevivientes ¿a qué destacamento te integras, a cuál de los
destacamentos del Partido Comunista?
R.- Bueno, como te dije anteriormente, eso fue previo a la creación de las
FALN. Estaban las escuadras y las brigadas especiales, éstas pertenecían
como te dije a la Brigada “José Antonio Mella” y posteriormente al
“César Augusto Ríos”, es el destacamento que en Caracas operaba con
ese nombre y el “Livia Gouverner”, sin embargo, algunos combatientes
participábamos simultáneamente, o de manera alternativa, tanto en el
César Augusto como en el Livia, si se quiere el César Augusto Ríos era el
más popular.
R.- Bueno, hay algo muy particular, nosotros, sobre todo la escuadra, la
“José Antonio Mella” participó en muchas operaciones, todas las que nos
asignaban y que nos designaba la organización, pero nosotros, el grupo
de Vicente Pérez, José Alí Paredes... bueno... ese grupo éramos también
un poco lo que nos dijeron posteriormente “anarquistas”, pero nosotros
cumplíamos con las misiones y además inventábamos las nuestras.
P.- Mira y ¿cómo fuiste a dar a Punto Fijo, chico? porque tú caes en la
Operación a la Inspectoría de Punto Fijo.
P.- Ahí el enemigo hizo caída y mesa limpia, hay más de ciento y pico de
presos de la Juventud y del Partido Comunista. ¿A ti te agarraron allí?
R.- Mira, previo a eso llegué primero a Coro, se me dio la orden de que
tratara de coordinar, de organizar, sobre todo de coordinar la relación con
el MEP, ahí es donde me consigo con mi gran hermano Vicente Pérez
después de unos cuantos años sin vernos, y él me pone en contacto con
unos compañeros de Falcón, me pone en contacto con la Comandancia de
la gente del MIR, ahí percibo que lamentablemente, había como una
consigna entre ellos, ellos me decían que era la tesis del fifty-fifty, la tesis
del mitad-mitad, ellos no la compartían, ellos no aceptaban ser dirigidos..,
recuerdo muy bien que yo les dije que respetaba eso, en base al poder de
cada uno, ellos decían que por encima de sus cabezas, sus sombreros
ellos eran aproximadamente diez a uno, con relación a nosotros, le
preguntaba sobre el nivel de experiencia y era igual ¿no?, entonces yo le
plantee que cómo era posible que nosotros teníamos un plan, una
campaña y no podíamos poner a cada uno de los efectivos de ellos a
comandar las operaciones que nosotros teníamos, no tenían ni siquiera
para comandarlas ¿no? entonces ¿cómo pretendían hacerlo? sin embargo,
habíamos llegado a cierto acuerdo; allí conocí un compañero... pues...
no quiero nombrarlo, con el cual tuve lamentablemente profundas
diferencias, sin embargo, él había logrado aceptar un poco el
planteamiento que yo le hacía, posteriormente vino otra gente de Caracas.
En el caso de la operación donde caí, que era una operación simultánea
donde se iba a tomar la Guardia Nacional, la Digepol, la Dirección
General de Policía y la Inspectoría del Tránsito de Punto Fijo, bueno..,
cuando llegaron los compañeros... yo recuerdo que designan al
compañero del MIR para que comande esa operación; cuando yo le
pregunto que en cuántas operaciones había participado, lo único que
alegó era que él había estado en Cuba ¿no?, pero él estuvo en Cuba y no
participó ni en la Revolución Cubana ni participó en la nuestra, lo que
estaba era en puro plano teórico y algunos conocimientos técnicos sobre
armamento nada más, pero él no había participado en ninguna operación,
en ninguna.
R.- Ahí mataron a dos compañeros que fueron fusilados en la calle, pero
previamente..., lo que te quiero decir es que yo había decidido no
participar en la operación porque allí se violaron todos los principios
básicos de la clandestinidad y todo el mundo sabía que allí iba a pasar
algo esa misma noche, es más, las luces las apagan en toda la ciudad, las
apagan a tempranas horas de la noche, pero por sentimentalismo decido
participar, y que el compañero que iba a dirigir la operación no sabía
dónde estaba parado, entonces yo decidí... bueno... participar, no sé... a
lo mejor con la esperanza de que pudiera salvar la situación;
lamentablemente, recuerdo que el compañero iba con una ametralladora,
yo tomé una pistola, una 9 milímetros, el compañero iba vestido de
Guardia Nacional y resulta.. bueno... que me doy cuenta de que estamos
ya en el escenario, que se va a hacer la toma.., pues el personaje no tiene
ni siquiera montada la ametralladora ¿no? y el seguro pasado, entonces
yo se la monté, bueno... cuando llegamos al sitio nos estaban esperando,
y eran inocentes personas si se quiere porque estaban con fusiles FN 30 y
cuando llegamos.., pues este señor, el compañero, se quedó mudo, se
asustó y bueno.., le quitaron la ametralladora, se la arrancaron la
ametralladora, se la arrancaron de pico... yo intenté participar, intenté
entonces tomar el mando de la situación... la gente... lo que llamaba uno
el enemigo, en ese momento obedecieron a la voz de mando mía, pero
lamentablemente se me encasquilló la pistola.
R.- Sí, bueno, a nosotros nos dieron una soberana paliza y después nos
trasladaron a Carirubana y ahí también nos dieron una golpiza,
posteriormente nos pasaron a Churuguara, nos ruletearon para
Churuguara. Yo no hablé, o sea, no acepté absolutamente nada, usé una
coartada donde planteé que yo había ido porque un señor me había
ofrecido trabajo y que el individuo me había dejado por allá esperando, y
como no llegó me fui en la noche a ver si podía irme para Caracas,
entonces en eso me pidieron la cédula y como vieron que era de Caracas
me cayeron a golpes y de allí no sabía lo que había pasado, me negué a
reconocer a ninguno de ellos.
R.- Sí, es cierto, muy cierto. En efecto, Atahualpa Montes me dijo que si
por casualidad me llegaran a pegar y yo me dignaba comunicarme con él,
que le avisara, que él era capaz de actuar contra los hombres que me
torturaran.
R.- Bueno, de Churuguara nos ruletearon una vez más, porque supe por
un mismo Digepol que se impresionó mucho por las golpizas que nos
habían dado, y en el caso mio porque no había hablado; este personaje
me dijo que aguantara, porque venía una comisión del Congreso,
recuerdo que cuando eso nos ruletearon hacia Miri-Mire y estuvimos por
ahí, en la zona de La Pastora por ahí por Capadare. Eso es bajando de
Miri-Mire hacia adentro y de allí se baja a la costa y se va hasta Agüide.
Por cierto, un pueblo tan lindo de Falcón, y nos siguieron ruleteando,...
fue cuando te dije que tuve la oportunidad de fugarnos y los compañeros
lamentablemente se asustaron, y bueno... posteriormente nos llevaron a
Barquisimeto. En Barquisimeto nos metieron en la policía y allí nos
dieron una golpiza, nos metieron con los malandros, con los presos
comunes y posteriormente nos llevaron a la Cárcel Nacional de
Maracaibo.
P.- Francisco, la cárcel es una gran enseñanza y una gran escuela, en
esa época en Maracaibo confluyeron los patriotas de Falcón,
Portuguesa, Lara y Yaracuy. Ey, cuéntanos esa experiencia en la Cárcel
de Maracaibo, porque esa es una experiencia bastante rica.
R.- Mira, la Cárcel de Maracaibo... ahí están dos cárceles, una que es la
Cárcel Modelo y la otra que es la Cárcel Nacional. En la Cárcel Modelo
es donde están los procesados, lo que uno llama los procesados comunes
y en la Cárcel Nacional nos metieron con los que eran los procesados
militares, o sea, los soldados que por distintos motivos, unos por motivos
internos y otros por diversas razones... se comportaron muy bien con
nosotros... entonces fueron... llevados a esa zona, no a lo que es la Cárcel
Nacional. Ellos estaban en la planta baja y nosotros los políticos, o sea
los revolucionarios, estábamos en los pabellones de la planta alta de la
Cárcel Nacional de Maracaibo, allá en Sabaneta.
R.- No, yo salí... -por cierto me hiciste recordar algo que me dijo un
jurista: “eres el primer hombre en la historia política y constitucional de
Venezuela que tiene dos autos de detención por Tribunales Militares”-,
yo salí sobreseído por el presidente Raúl Leoni, el 24 de Julio del año
1965 y a los tres o cuatro días me dictan auto de detención nuevamente
por un documento que nosotros sacamos y que fue publicado por el
periódico “Qué pasa en Venezuela”, que lo dirigían Orlando Araujo -hoy
fallecido- y... ¿cómo se llama el otro amigo... que está vivo, periodista
también... Díaz Rangel no?... ahorita te digo el nombre, excelente
persona... ellos dos dirigían ese periódico y por cierto que les dictaron
auto de detención a ambos, no... esto fue por un reportaje que se llamó
“Venezuela bajo el signo del terror”, donde se denunciaban las torturas
que le propinaron a los políticos, pero sobre todo a los campesinos de las
distintas sierras, no solamente de Falcón sino de Lara y Portuguesa.
P.- Francisco, ¿fue justo o no, fue justo haber dado ese salto hermoso
hacia la conquista del poder?
R.- Bueno, yo te digo que hoy en día tengo una posición sumamente
crítica, pero te lo voy a responder de la manera más tajante. Es el
momento más precioso de mi vida y creo que de la vida de muchos
hombres como nosotros, y si yo volviera a nacer lo volvería a hacer.
R.- ¡No! La puedes meter con toda libertad, mira, yo quiero que entiendas
que mi naturaleza no es esa simplemente, que yo obedezco a una
situación muy especial, muy especial que está viviendo el momento, yo
veía que una crisis terrible desde el punto de vista moral, una gran
confusión desde el punto de vista cultural y político, entonces ahí el país
estaba como sumido en una letrina cuyo personaje principal era Carlos
Andrés Pérez, la gente ¿no?... el terror a Carlos Andrés Pérez era terrible,
tanto en Acción Democrática como en la oposición, y Carlos Andrés
Pérez, por todo el apoyo que tiene, no sólo nacionalmente sino
internacionalmente, tenía al país totalmente sometido, metido como te
dije en esa letrina, es el momento en que se sacude, se sacude como
producto también del levantamiento del 4 de Febrero, los compatriotas
militares dan esos sacudones y también el 28 de Febrero, cuando el
pueblo de Caracas con el pueblo de Guarenas y el pueblo de La Guaira se
sacuden, entonces empieza a vislumbrarse que ese poder no es
omnipotente, que ese poder no es eterno, pero sin embargo, no hay
claridad política, porque ni siquiera la izquierda, la llamada izquierda,
tenía una claridad política, entonces el pueblo venezolano se ve como...
atrapado, cómo es atraído por un gran imán, ese gran imán es un hombre
con una figura... bueno... que no se le puede negar... su decencia, su
formación, su cultura, que es el doctor Rafael Caldera, en ese momento
un hombre como uno que ama tanto a la patria dice “bueno señores...”,
este fenómeno se va a dar, todo el mundo se va a volcar hacia él y quien
le va a dar el discurso, ¿qué discurso van a percibir esas masas
inocentes?, entonces allí van a participar unos personajes -como esos que
llaman los dateados, en el hipódromo, que le dicen cuál es el caballo que
tienen preparado- y se van a empatar al lado de Caldera, pero no porque
tienen un proyecto nacional, porque amen al país, esos señores lo que van
es con proyectos personalistas y proyectos económicos totalmente ajenos
al interés de la nación, y yo me meto allí, si se quiere en cierta forma para
conocer ese fenómeno, para conocer -dentro del ojo del huracán- esa
dinámica, estudiarla profundamente, pero a la vez para tratar de bloquear
las malas acciones que estos personajes iban a realizar y allí está el
producto, yo fui el primero que le anunció a Caldera documento en mano
-es historia esto-, le anuncio a Caldera el proyecto que tenían con lo del
Banco Andino, eso me trajo profundos problemas, y es más, les puedo
decir que mi vida a estas alturas... mi vida corrió riesgo y sigue corriendo
en cierto sentido.
P.- Hay semanas que son duras, Francisco, esa semana fue muy dura
para la guerrilla porque, fíjate, muere Vicente Pérez y el Porteñito, allá
en el oleoducto por un accidente lamentable; yo tuve la oportunidad de
conversar con un sobreviviente de esa operación, él me dijo que la noche
estaba muy oscura y que se había enredado con unas maticas de
urupagua y él llevaba los detonadores y al resbalarse hicieron contacto y
fue cuando estalló la carga. Esa es una semana dura Francisco, mueren
Vicente Medina y el otro compañero de cuyo nombre no me acuerdo y en
la Sierra después de la toma de Curimagua caen Víctor Márquez e Iván
Moscoso.
Mira, Francisco para mí este texto tiene un significado especialísimo
porque yo soy un hombre del José Leonardo, de la guerrilla urbana y de
la guerrilla rural y esto para mí es el recuerdo que se estaba perdiendo,
no lo dejaremos Francisco y nos proyectaremos más allá de este milenio
y se lo contaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos, porque fue una
gesta hermosa llena de sueños y de sacrificios.
P.- Catire Portillo Pirela buenas tardes, mucho tiempo que no te veía,
nos han pasado los años, no en vano, tenemos muchas canas, estoy
haciendo una investigación que teóricamente, se va a llamar “Para que
la memoria no se pierda”, con la idea de editar un libro o varios libros
para reconstruir de manera oral, la Historia del Frente “José Leonardo
Chirino”. Es la historia de los sin historia, porque hasta ahora a
Douglas Bravo, por ejemplo, le deben haber hecho 500 entrevistas, en
todas las lenguas, pero hay mucha gente a quienes no le han hecho ni
siquiera una foto, hasta ahora, he entrevistado a Nicolás Jiménez, Noel
Sirit, Baudilio Loyo, Jesús Díaz Suárez, al Gallinazo, a Francisco
Perozo, a Alejandro Mariño Suzzarini, a Francisco Sosa, guerrilleros
urbanos y rurales del Frente “José Leonardo Chirino”. Una de mis ideas
es entrevistar a Carlos Luis Portillo Pirela no. ¿Qué te parece la idea?
R.- Primero, quiero darte las gracias, porque cuando a uno le activan la
memoria, sobre todo, recordando las cosas que uno ha hecho, digo con
conciencia, ya que la meta, los objetivos lo colocaban dentro de las
personas, dentro de los hombres, que buscábamos la liberación nacional,
y detrás de la liberación nacional no hay otra cosa que la dignidad
humana, así que te agradezco que me hayas recordado que estuvimos en
el frente “José Leonardo Chirino”, hombre histórico. Quisimos hacer
historia, mejor dicho, se hizo historia, tal vez una de las cosas más
importantes, es que estés recogiendo “Para que la memoria no se pierda”.
P.- A finales del 64, Octubre o Noviembre del 64, el Frente Sur de “José
Leonardo”, decide abrir operaciones, te envían con un destacamento a ti
y a otros combatientes, bajo el mando de Gaspar para abrir operaciones
en la parte central de las montañas de Santa Cruz de Bucaral, allí sufren
ustedes varias bajas, tú eres uno de los sobrevivientes de ese
destacamento, junto con el Negro Palacios y Gaspar. ¿Qué pasó
realmente, cuál fue el origen de esas bajas a los combatientes de ese
destacamento?
R.- Esa es una de las cosas tristes, que aún conserva uno en su memoria
¿no? El origen fundamental, desde mi punto de vista, fue que no se
guardaron las medidas de seguridad, que se deben de guardar en toda
lucha y sobre todo cuando un grupo guerrillero va a acampar, el lugar no
daba las condiciones que se necesitaban para la seguridad, yo recuerdo
que le informé a Gaspar y le dije: -aquí estamos muy mal, este es un sitio
de pura piedra de ojo, aquí no tenemos defensa, y él me respondió: -Mira,
son las 7, 7:30 de la noche, no creo que el ejército se vaya a meter de
noche a la montaña, lamentablemente, ya el ejército estaba adentro y
nosotros no nos habíamos dado cuenta. Tanto así, que tampoco se
guardaron las medidas de seguridad, se hizo un poco de bulla, se cantó,
en fin, había cierta alegría en el grupo y no se guardaron las medidas
suficientes. A la mañana siguiente, estoy plenamente convencido que
eran como las 7:05 que en una montaña, apenas está comenzando a
aclarar, sonó el primer disparo y después de ese disparo lo que vino fue
ráfagas cerradas, por todos lados y todo momento, no eran tiros
individuales, no, eran ráfagas cerradas y posiblemente era un
destacamento, que tenía unos 25 o 30 hombres; recuerdo que no me dio
tiempo de tomar el fusil y no sólo a mí, sino a la mayoría, para
defendernos, para salir de allí y recuerdo que me tocó rampar, huyendo,
tratando de salir del sitio donde estábamos metidos, en la huida me
detectaron y prácticamente, pues, cerraron fuego contra mi, pero yo
estaba protegido por las piedras de ojo, había muchas piedras de ojo allí y
sentían que me caían en la espalda las piedritas, pues como producto de
la destrucción hecha por los disparos, seguí avanzando y sé que volvieron
a ubicarme porque uno dijo: -allá va uno-, entonces, escondido detrás del
palo, pero se sentía el impacto cerrado de las ráfagas, pues, que nos
estaban haciendo; pude poco a poco, salir a la quebrada y ya en la
quebrada, pude acelerar más el paso, para salirme del lugar, que era lo
primero que se debía hacer, perdí el fusil, perdí el morral y ya como a
400-500 metros más, había un alto de unos cuatro o cinco metros, abajo,
había un pozo y una piedra de laja muy aguda y un pequeño espacio entre
los dos, pensé que si caía sobre las piedras me mataba y si en el agua
había una piedra también adentro, me mataba, entonces, me lancé, no
tenía más alternativa, para atrás no podía ir y caí en medio de esas dos
cosas, salí corriendo y vi una guitarra, una puerta de alambre,
afortunadamente, la conocí, porque por ahí habíamos pasado, dando una
vuelta, buscando esa quebrada y pude emprender una carrera y retirarme
del lugar y como era de noche todavía, perdón, ya ahí prácticamente, salí
corriendo y me metí al monte, para evitar, pues, que fuera detectado ¿no?
Pasé un tiempo allí, continué después el camino, tratando de encontrar
un sitio que definitivamente conociera, porque otra de las desventajas que
nosotros teníamos en ese momento, es que era la primera vez que íbamos
a hacer un trabajo social en ese lugar y no conocíamos bien el sitio, ese es
uno de los puntos débiles aparte, pues, de que no se tomaron las medidas
de seguridad, etc., etc. Prácticamente yo duré cuatro días solo, solo sin
contacto con nadie, ni con los compañeros, ni con campesinos, recuerdo
que por ese camino llegué ya, a una zona donde si conocía y no tenía
ningún temor de andar allí, porque sabía que no me iba a perder, sabía
donde estaba el agua, sabía todas esas cosas y recuerdo que había una
chocita de un campesino, no recuerdo su nombre en este momento y
como de 1 y media a 2 de la mañana, yo ponía a calentar en el monte,
ponía a calentar un pote y le metía granos de maíz y luego, me venía a la
casa, porque la candela la prendía en el monte, no se detectaba y luego
me venía a la casa que yo había visto un molino y como a la 1 o a las 2 de
la mañana empezaba a moler ese maíz que había puesto a hervir,
también, ya tarde de la noche, mirando para todos lados como dándole
vueltas al molino hasta que lograba hacer una arepa y esa papilla, pues,
yo me la comía.
R.- Al tercer día, al tercer día porque yo mismo veía a los campesinos y
el temor, la desconfianza hace que uno quiera seguir solo, al tercer día
apareció Gaspar, y apareció Palacios, ya éramos cuatro y nos habíamos
dado cuenta que Jaime o sea, Reinaldo Astudillo, Benito o Ventura
Timaure, que era de aquí del Zulia, había un gordo, también de aquí de
Maracaibo, el campeón González, así lo llamamos y Vladimir Reyes
habían muerto, habíamos tenido cuatro bajas; después al tiempo supe que
el amigo gordo que lamentablemente no recuerdo su nombre murió
desangrado, él se huyó de allí; pudo salir del cerco militar, pero quedó
solo y muy mal herido y prácticamente murió desangrado y lo
encontraron así en uno de los caminos.
P.- Ahí cae uno de los grandes revolucionarios venezolanos del siglo XX
Jesús Márquez Finol, a ustedes como es del conocimiento público, los
torturaron mucho.
P.- Creo que El Motilón Márquez Finol es uno de los presos que han
torturado más junto con Nery Carrillo y el gordo Andrés Cova Mata.
Catire, háblanos de la estadía de ustedes en la Digepol.
R.- Después de la Digepol, que fue nuestro peor momento, por las
torturas, por todas las cosas que allí se viven, nosotros pasamos al cuartel
San Carlos; en el Cuartel San Carlos la situación era diferente, tanto
desde la alimentación como en el trato, y allí estamos un par de meses,
fuimos trasladados posteriormente a la Isla de Tacarigua. La Isla de
Tacarigua tiene unas estructuras viejas, calabozos grandes como polleras
de esas largas, pero por lo menos había un espacio bastante amplio, había
un campo de jugar béisbol, canchas de jugar basketbol, pero no se dejaba
de estar preso. Yo decía que Tacarigua es una segunda escuela para
nosotros, había gente bien importante, estaba Héctor Valverde
Aristimuño, estaba Rafael Thielen, estaba el viejo Carmelo Laboritt, Eloy
Torres, en fin un grupo no sólo de valientes venezolanos, porque el
problema no es ser valiente, era un grupo de venezolanos preparados,
conscientes, preocupados por el destino de su país y que no dejaron que
la cárcel los venciera, ni los doblegara, la cárcel no los quebró, sino que
desde allí mismo, empezarnos a prepararnos en el conocimiento de la
Literatura, en la Historia, en las armas, en fin, era una escuela para
mantener la moral, la visión y el espíritu revolucionario; allí la parte más
dura fue cuando se descubre un túnel que hizo Árgidas Tamasauka, con
otro grupo de personas, que pertenecían al Partido Comunista, ellos
hablaron con la dirección del MIR, cuando se acercaba el momento de
cumplirse la fecha para la salida, para la huida, era algo que había
preparado el Partido Comunista con mucho cuidado y pienso que
inclusive se hablaba de un submarino que iba a llegar a la orilla y el túnel
salía hasta allá; por lo menos eran los cuentos que nosotros
escuchábamos ¿no? El túnel llegaba hasta allá, hasta la orilla, y un
submarino iba a llegar a rescatar a las personas que allá había, porque era
realmente gente de mucho peso y de mucho prestigio en los partidos
políticos ¿no?; lamentablemente, antes de la fuga los descubren y ese día,
esa noche, para nosotros fue tormentosa, porque nos sacó la guardia, nos
sacó a culatazos, a empujones, y nos metió en el patio de jugar béisbol y
montaron dos punto treinta, dos ametralladoras punto treinta y nosotros
pensamos, -bueno que esa era nuestra última noche y que iba a ocurrir
una masacre allí. Afortunadamente, no pasó de ahí y al día siguiente,
bueno, volvimos a entrar a los calabozos, la vida siguió allí, con lo
cotidiano y nosotros logramos preparar posteriormente, lo que
posiblemente haya sido la mejor huelga de hambre que se haya realizado
en Venezuela, con esa huelga, nosotros lo que perseguíamos era: por un
lado que se nos llevara a tribunales y se nos juzgara, porque contra
muchos de nosotros no había pruebas suficientes para seguir estando
presos, y, precisamente por eso es que el gobierno no quería llevarnos a
tribunales, porque en el fondo no tenían pruebas para dejarnos presos, así
ellos supieran que uno estaba metido en el proceso revolucionario. Esa
huelga la hicimos tan bien organizada, que la radio en Caracas decía:
-Extra, extra, las once y cuarto, en este momento se está desmayando
Jesús Márquez Finol, en los calabozos de la isla Tacarigua, y
efectivamente en ese momento se estaba desmayando el camarada
Márquez Finol. Entonces, eso desconcertó a la policía, tanto a nivel
interno, como a nivel externo, porque cada vez que se daba ese extra era
verdad que sucedía esa cuestión, porque estaba realmente planificado
¿no? Luego nos mandaron un teniente coronel y nos mandaron otra gente
del Congreso a hablar con nosotros, nosotros rechazábamos los emisarios
porque no hablábamos con subalternos y queríamos la presencia del
Ministro de la Defensa, y otros personeros de mayor relevancia en el
Congreso, recuerdo que José Vicente Rangel vino a conversar con
nosotros en la isla de Tacarigua, por cierto que en la Venezuela de hoy
uno de los pocos hombres que goza del afecto y de la credibilidad de los
venezolanos es el Dr. José Vicente Rangel.
P.- Catire, de Tacarigua creo que te mandan al exilio ¿en qué año fue
eso?
R.- Pienso que eso fue en el año 67, 67 para el 68, salimos algunos
camaradas, nos conmutaron las penas por exilio, en el gobierno de Leoni,
efectivamente, pues, allí nos sacaron de la isla, nos llevaron a Cotiza,
donde permanecimos un día apenas, al siguiente día, pues, nos
condujeron esposados hasta la escalerilla del avión que salía rumbo a
Suiza, y era Suiza precisamente, porque era un país donde no se
necesitaba visa, sino que al llegar al aeropuerto, a uno le ponían un sello
de ese país. Yo sabía que Carmelo Laboritt estaba en Italia, en Roma y
mi destino era Roma, tan pronto, pues, salí de la Isla Tacarigua a Suiza,
pasé a Roma, busqué al camarada Carmelo Laboritt, y en esa misma casa
donde él estaba, me hospedé. Carmelo estaba un poco enfermo, nos
dedicamos a cuidarlo, ayudarlo, porque es una de las cosas más
importantes que un revolucionario puede hacer, la solidaridad con sus
compañeros, posteriormente, me hice un buen giro, no solamente por
Italia, sino que logré ir a Suecia, Luxemburgo, Alemania, España,
Francia; fue un giro bastante importante, porque lo hice llegando a casa
de amigos, que me explicaban los procesos industriales, los procesos
sociales, los procesos históricos de cada país, y eso, bueno, lo va
preparando a uno, para ser una persona con mayor conocimiento histórico
y social, de los procesos nacionales e internacionales.
R.- Sí, me detienen y me llevan de nuevo a Las Brisas, y hay una cosa
bien interesante, quien me recibe en Las Brisas, es el digepol que
conocemos nosotros, con el nombre del Morocho, que estuvo en la
comisión cuando nos detuvieron en la casa del Motilón entonces, me
dijo: -cuando yo entré al calabozo, el Morocho me dijo: -Coño mataron a
tu jefe, ese es el hombre más arrecho que ha pasado por esta policía, El
Motilón-. Yo recuerdo que tuvimos un diálogo sin odios, sin rencores, un
preso y un digepol que ya con los años, pues, habían cambiado muchas
cosas, y me llamó la atención el respeto y la admiración que esos señores
sentían por Jesús Márquez Finol.
R.- Sí, mira, con la venida y prisión mía, sucede algo bien importante, a
mi me trasladan a Caracas en un carro, con dos personas, una en cada
puerta y yo en el medio, me traían esposado, el chofer y otra persona
adelante, ya por el camino, un policía le dice al otro: pero chico, para qué
lo llevamos esposado, si lleva gente a un lado y al otro ¿no?. Mira, tú no
te escapas si te soltamos, entonces, yo le dije: -yo no sé quién, que venga
de Francia a Venezuela, va a escaparse con cuatro policías, eso es un
problema de pensarlo ¿no? y ellos en ese viaje me conversaron, claro que
a ustedes los joden, a ustedes los ponen presos, mientras que Douglas
anda paseando, mientras que Douglas anda por ahí. Es una manera para
desmoralizar a la gente, que no sabe cuál es la vida de los
revolucionarios, y el respeto que de una u otra manera nosotros sentimos
por el camarada Douglas Bravo, pues. Bueno, me traen a la cárcel de
Maracaibo, a la llegada mía, lo importante de esto, es que cuando a mi
me juzgan y me sueltan, tienen que soltar al Negro Zárraga, y soltar a
Camarón, que estaban presos por el mismo caso mío, y luego ellos van a
vivir a Barquisimeto y a Caracas.
R.- Mira, la idea era regresar de Chile; yo iba en un viaje de 15 días, eso
fue para arreglar lo de mi divorcio, conocer al hijo que tenía allá y
regresarme; en ese momento, cae preso Leovigildo Briceño, quien era el
jefe de ese sector de la Panamericana, y tira presos a unas 92 personas,
entre campesinos, hacendados, etc. Toda la gente que colaboraba de una
u otra manera, y recibo una correspondencia estando en Chile, donde me
dicen que Maracaibo está muy caliente, que lo mejor que puedo hacer es
quedarme en el frío, eso a mi me llamó mucho la atención, porque era
una cosa muy lacónica, y me puse a pensar, que algo raro había pasado, y
que no debería venirme por el aeropuerto de Maracaibo ni de Caracas, y
regresé por Bogotá. En Bogotá vino un periodista, creo que era del ELN a
una conferencia en San Cristóbal, y allí se entrevistó con otros
periodistas, que eran de la Liga Socialista y ellos me enviaron el mensaje:
lo más prudente era que no entrara, porque no había infraestructura para
cuidarme, y que la situación mía aquí era bastante difícil, bastante grave,
los amigos colombianos, ayudaron a sacarme, ya que ellos tienen una
infraestructura muy buena y gente en el aeropuerto, o tenían para aquella
época, no sé ahora. Tenían gente allí, salí con mi propio pasaporte, no
tuve dificultades y fui de nuevo al Perú, donde me recibió Ricardo
Gadea, que era el cuñado del Che Guevara, o sea, el hermano de Hilda
Gadea, que fue la primera esposa del Che Guevara. Él me recibió y me
atendió, porque afortunadamente, yo lo atendí a él en Chile, unos años
antes, donde él llegó muy mal, después de la derrota del MIR, o de un
grupo de gente del MIR del Perú, fueron a dar a Chile y allá, nos
conocimos, nos atendimos y nos apreciamos. Cuando yo regreso,
prácticamente derrotado, él me tiende la mano, me ayuda, viajó por diez
o quince ciudades del Perú, hablando del proceso venezolano, del
proceso latinoamericano y con ellos, consigo el pase para el MIR
boliviano y nos vamos a Bolivia. Estaba en el poder en ese momento, el
general Torres, que era un general progresista, que se entendía con los
revolucionarios, con el MIR, con un poco de gente, a quien Vancer le da
un golpe y lo derrota. La derrota de Torres, hace que prácticamente yo
dure unos cuatro meses en Bolivia, donde habiendo hecho los contactos
con la gente del MIR, me había puesto a trabajar con ellos, sobre el
proceso revolucionario boliviano, recuerdo que ahí conocí al compañero
Araniba, quien ahora por la prensa, me he enterado es el Canciller de
Bolivia, a Jaime Paz Zamora, con quien tuve la oportunidad de dialogar,
de conversar, de ir a su casa a cenar, a almorzar, conocí a su familia, y
que después por prensa y por muchas cosas pude sentir la alegría que fue
presidente de la República de Bolivia.
P.- Catire, cómo vez tú, la Venezuela de hoy, porque creo que la
Venezuela de hoy no es la misma; la democracia ha fracasado, pero creo
que hay tres o cuatro acontecimientos que la marcan, primero, la
masacre cometida contra el pueblo el 27-28 de Febrero del 89; el golpe
de Estado del 4 de Febrero, el levantamiento de la Fuerza Aérea y de la
Marina el 27 de Noviembre del 92 y la caída del Presidente Pérez.
¿Cómo vez la Venezuela de hoy, qué posibilidades tiene el movimiento
patriótico y revolucionario, para lograr una patria libre, independiente,
soberana y no alineada?
R.- Sí, el proceso venezolano es muy rico, son muchas las vertientes, son
muchos los acontecimientos que ocurren, que nos obligan a reflexionar a
ser más serios en el análisis de lo que sucede en el país. Indudablemente,
estamos ante un pueblo que de una u otra manera tiene un nuevo piso,
para visualizar su propia situación y ese nuevo piso se lo da después del
27 de Febrero el pueblo; sabe que no puede salir sin una dirección a la
calle, ese 27 de Febrero es difícil que se vuelva a repetir, luego el 4 de
Febrero, que es tal vez, el acontecimiento más importante de este siglo,
desde el punto de vista como hecho particular, pero, que irradió una
nueva forma de pensar en el venezolano. El 4 de Febrero, como se dice
vulgarmente, destapa la olla de la corrupción, de la mentira, del fracaso,
de toda la porquería que pueda existir en un país, pero también surgen
cosas importantes, que necesita un país para enrumbar su mundo, su
economía, su sociedad, su gente. En el 4 de Febrero, cuando el
levantamiento es dominado y el Comandante Hugo Chávez cae detenido,
en esos 28 segundos, que aparece en la pantalla de la televisión, el pueblo
venezolano, tiene un gran aprendizaje, cuando él dice por ejemplo:
Reconoce que el coronel, que estaba en Maracaibo, Francisco Arias
Cárdenas, y que el coronel que estaba en Valencia, habían alcanzado los
objetivos, porque ellos habían tomado la ciudad, entonces, él hace un
reconocimiento público a esos jefes militares; porque este es un país
donde a la gente no se le reconoce su trabajo, a la gente no se le reconoce
su inteligencia, a la gente no se le reconocen las cosas buenas que hace.
Entonces él ahí hace un reconocimiento bien importante, luego, tal vez,
otra cosa mucho más importante que tampoco se usa en nuestro país, él
dice: -Yo asumo la responsabilidad, aquí nadie es responsable de nada.
La gente tiene un proyecto en mi organismo, ese proyecto fracasa y a la
persona no le pasa nada, entonces ese aprendizaje que sale en esos 28
segundos, de la presencia de Hugo Chávez en la televisión, lo asume la
población, y Chávez se convierte en un mito, eso es lo que le da un
liderazgo fundamental a Chávez en ese momento.
P.- Bueno, Catire, no me queda más que darte las gracias por esta
entrevista, porque la memoria se está perdiendo, a veces, hasta nosotros
mismos la hemos perdido, vamos a ver que logramos de este trabajo que
he venido realizando con tanto amor, con tantos recuerdos, con tantas
vivencias y con tantos sueños. Esperaremos, vamos a ver, en eso
estamos. Catire, no me queda más que darte las gracias y que la
memoria no se pierda.
DR. HEBERTO ORAA RAMOS
“RODRIGO”
P.- Bueno Heberto tanto tiempo sin verte; creo que tenía más de 30 años
que no te veía, desde el año 66, en El Barrial, cerca de Felipito o
Tucacas, cuando estábamos concentrados los guerrilleros del “José
Leonardo”.
R.- Sí, son 30 años y pico Rafael, por supuesto, han pasado tantas cosas,
pero, lo importante es que nuestra amistad y nuestros ideales se
mantienen incólumes, se mantienen en armonía con aquellos años de
nuestra juventud, la pasantía que hicimos cuando nos conocimos,
primeramente en la Policía de Coro, mantiene nuestra amistad hasta la
fecha de hoy, pues, recuerda que estuvimos presos allí el año 63 y de eso
hace unos cuantos años.
R.- Sí, así es, Rafael, a partir del año 61, cuando ya se vislumbra la lucha
armada aquí en Venezuela, como producto de las acciones de calle del
año 61, iniciamos los primeros contactos en Mérida, para la formación de
un grupo guerrillero; es así como nos visitan allá en Mérida Davicito
Esteller y Argimiro Gabaldón, el querido y recordado Argimiro
Gabaldón, allí se discute ampliamente la formación de un Frente
guerrillero, inclusive, en contra de la voluntad del Partido Comunista, que
todavía se oponía en esos días a la lucha armada. Nosotros formamos los
primeros núcleos en Mérida y a comienzos del 62; en Marzo del 62,
nosotros marchamos a La Azulita, específicamente a Caño Zancudo y
empezamos la actividad armada allí.
R.- Una vez que subimos a las montañas de La Azulita, nos dividimos en
dos grupos uno que estuvo en la parte alta de la montaña, entre los cuales
me contaba y un segundo grupo, que comandaba el querido compañero
Lucas Matheus Freites. Nosotros nos ubicamos en la parte alta del Río
Aguas Calientes, primero en los afluentes; estando allí fueron hechos
prisioneros dos campesinos, entonces tuvimos que movilizarnos hacia la
parte alta y después bajamos muy cerca de la alcabala de Puente Real,
inclusive, estuvimos haciendo planes para el asalto de esa alcabala.
Como dije, subimos hasta la parte alta del Río Aguas Calientes y estos
campesinos le pidieron permiso al Comandante para buscar provisiones
en unos conucos que tenían y el Comandante, sin consultar al resto de la
guerrilla, permitió que esta gente fuera abajo, y en realidad fueron al
Comando del Ejército. Al día siguiente, fuimos sorprendidos y atacados
por el Ejército. Cuando fuimos atacados, el suscrito, estaba limpiando el
arma y todo el mundo estaba haciendo tareas de mantenimiento, por esta
razón, la capacidad de respuesta fue muy leve y en este encuentro murió
un guerrillero caraqueño, del que no tuve el honor de conocer su nombre,
pero si recuerdo sus características en este momento, era un joven de
unos 20 a 25 años, estudiante de Economía y fue herido también otro
guerrillero que no recuerdo. En ese encuentro nos dividimos, unos
tomaron hacia un lado y los otros tomaron otra ruta; la mayor parte del
comando guerrillero fue sacado por un simple guerrillero, hay que
reconocer que el Comandante que fungía en ese momento, abandonó el
mando, nosotros no supimos realmente qué se hizo el tipo, no podría
decir que huyó, pero se desapareció y entonces el grupo guerrillero hace
un sitio de contacto, una parte por el suscrito y el otro, por ese señor, ese
guerrillero merideño, una excelente persona que no sé dónde estará hoy
en día; te debo decir Rafael, que hasta ese momento Alfredo Maneiro no
había llegado todavía a este frente guerrillero, la llegada de Maneiro fue
posterior, cuando nosotros nos disolvemos, nos dividimos, para buscar
una nueva ubicación.
R.- Lucas Matheus nos saca de la zona, hace contacto con la retaguardia
y en una camioneta vieja que teníamos, Lucas nos lleva a Flor de Patria,
Pampán y Pampancito. Posteriormente, nos trasladamos a Maracaibo, es
en este momento que entra Alfredo Maneiro a comandar nuestro grupo
guerrillero. Posteriormente, nos trasladamos hacia la parte Sur del Lago,
en un kilómetro, pues, allí hablan es por kilómetros, creo que en el 13 o
en el 14; allí estuvimos acantonados con el objeto de planificar lo que fue
hecho por Alfredo Maneiro y su segundo al mando, la toma de Casigua-
El Cubo, esto fue realmente un error desde el comienzo, un error táctico,
se sabía que Casigua-El Cubo es una zona militar muy bien apertrechada
y el ejército venezolano siempre temía un ataque de la guerrilla
colombiana, finalmente, cuando nos dirigíamos a Casigua, fuimos hechos
prisioneros sin disparar un tiro.
P.- ¿Rodrigo, qué significo para ti la caída del General Marcos Pérez
Jiménez?
R.- La caída del gobierno de Pérez Jiménez fue el triunfo de tantas luchas
y tantos desvelos de los venezolanos de todas las categorías sociales, para
no decirte clases. Primero fue el triunfo de los estudiantes, segundo, de
los campesinos y de los obreros, que habían luchado siempre contra la
Dictadura, porque la gente poderosa, los ricos y los banqueros se
sumaron unos días antes de caer Pérez Jiménez, pero de todas maneras, la
caída de Pérez Jiménez fue la culminación de varios años de lucha, esto
constituyó, por supuesto, una alegría y un sentimiento de euforia de parte
de todos los venezolanos, que habíamos luchado contra Pérez Jiménez y
los que no habían luchado también celebraron, porque habían sufrido en
carne propia los rigores de la Dictadura. Lamentablemente, la caída de
Pérez Jiménez no llenó las expectativas y los sueños que la gente se había
planteado, se aprovecharon de la victoria del pueblo, la burguesía y los
partidos políticos, que luego condujeron a Venezuela a la pobreza y a la
ruina.
R.- Sí, pienso que es cuestión de tener una gran formación ideológica,
una gran formación ideológica que te lleve a los estratos más avanzados
de la lucha, que según decía nuestro querido Che Guevara, pues la fase
más avanzada, más sublime de la lucha pues, es la guerrilla pues, y la
adaptación fue al principio difícil y duro, especialmente, por el sitio, por
dormir a la intemperie, a lo cual uno no está acostumbrado, conocer
nueva gente y especialmente, el peligro constante que rodea al
guerrillero, las serpientes venenosas y el constante acecho del soldado,
pero la adaptación mía fue rápida, era un joven en aquellos momentos,
con un gran ideal de lucha y un gran ideal de triunfo de la revolución
venezolana, no me fue difícil la adaptación. Quiero, en estos momentos,
Rafael, nombrar a Baltazar, fue el gran jefe guerrillero, el gran
Comandante del Frente “José Leonardo Chirino” fue Baltazar Ojeda
Negretti, lamentablemente muerto, conocí también allí al también gran
Comandante, gran revolucionario, Elías Manuit Camero, también
sacrificado, también muerto hoy en día.
P.- Para este trabajo le hice una entrevista al Negro Medina, a Onésimo
y Onésimo me dice: -¿Poeta adónde vas?-, le digo: -bueno tengo muchos
planes, pero ando buscando al Dr. Heberto Oráa-, llévale todos mis
saludos porque después de la operación que hicimos contra un puesto
avanzado del Ejército, donde me hieren en los brazos, Heberto Oráa,
chico me opera en plena Sierra. Oye, yo creo que Heberto Oráa era un
mago, porque mira como quedé, después de haber recibido tantos tiros.
R.- Rafael, esto que tú me dices me trae mi gran recuerdo del Negro
Onésimo Medina, ellos eran varios hermanos, pero realmente, el que
sobresalía por su bonomia, valor, su organización y su disciplina en el
frente, en la lucha era el Negro Medina, como se le decía, en efecto uno
en la guerrilla, con las pocas cosas que teníamos allí, pues, en aquel
momento hubo que hacer, como dice el llanero, de tripas corazón y
operar al Negro Medina, pues, con las pocas cosas que teníamos y gracias
a Dios y a la Virgen, la cuestión salió muy buena, este es un guerrillero
excelente, de gran personalidad y gran disciplina y que lamentablemente
pues, tengo muchos años sin verlo y a través de ti quiero que me le des un
saludo, un abrazo.
P.- Heberto, yo quiero que me hables de un guerrillero que murió picado
por una culebra, se llamaba Guadalupe Villasmil, primo hermano de
Ibrahim Villasmil, quien muere en combate por los lados de la Colonia
de Araurima, háblanos de Lupe, de Valentín primero porque Ibrahim era
Valentín Segundo.
R.- Sí, yo me enteré Rafael, creo que te dije que me había enterado por ti
mismo, fue ayer o antier, que yo me enteré que el Capi, el querido Capi,
había muerto, no quiero preguntar, ni saber de qué murió en este
momento. Pero, cuando yo llegué a la guerrilla, ya el Capi estaba allí, en
otro campamento y tuve oportunidad de conocerlo con todos sus defectos
y todas sus cualidades, -más cualidades que los defectos-, era un hombre
de gran disciplina, de gran amistad, de mucho valor y esencialmente, era
un gran poeta. Era un gran poeta, inclusive, muchos periodistas de Chile,
etc., le hicieron allí entrevistas y sacaron sus notas de allí, fue un hombre
que creyó en la revolución, creyó en la guerrilla, creyó en el país y
desertó del Ejército, justamente para agregarse y contribuir al triunfo de
la guerrilla, hoy en día, pues, lamentamos y lloramos la muerte de Elías
Manuit Camero.
P.- Por la segunda persona por la que te voy a preguntar, porque era
casi un niño, yo por él siento un profundo respeto como táctico-militar;
creo que es el guerrillero más completo que existió en Venezuela llamado
Baltazar Ojeda Negretti. Háblanos de ese hombre.
R.- Rafael, para una persona joven, como yo, ingresar a la guerrilla, ir a
la guerrilla era culminar un pensamiento, una idea, un desprendimiento
que se vino cuajando cuando apenas éramos unos adolescentes entre 15 y
16 años, aquí en Guanare y posteriormente en Barquisimeto, cuando
cursaba estudios en el “Lisandro Alvarado”. Mi ingreso a la guerrilla
significó para mi una especie de culminación de los deseos de
reivindicación de los pobres, de los campesinos y de los obreros,
justamente, ir a la guerrilla era bueno, llegar a cumplir con lo que tanto
habíamos anhelado, porque no te puedo negar, cuando decidimos ir a la
guerrilla, lo hicimos con la idea de que íbamos a ganar y ese
pensamiento, esa lucha que habíamos sostenido en la juventud, la íbamos
a culminar con el triunfo de la revolución venezolana, pensábamos tomar
el poder con los Frentes guerrilleros y la lucha en las ciudades, nosotros
soñábamos bajar triunfantes de la Sierra de Coro y tomar a Venezuela,
tomar a Falcón, tomar la tierra del Chema Saher, del Negro Pastor y
después seguir hasta Caracas, eso fue para mí una gran experiencia, eso
ha permanecido como una marca indeleble en mi pensamiento, de paso,
sigo siendo un revolucionario, sigo siendo un hombre de ideas socialistas,
de ideas para reivindicar al hombre pobre y a los explotados de
Venezuela y del mundo entero.
P.- Heberto, qué piensas de las utopías y los sueños, porque sin las
utopías y los sueños no hay revolución.
R.- Yo pienso Rafael, que las utopías y los sueños son algo intrínseco de
la humanidad. Los humanos viven soñando con un mundo mejor, con un
mundo bueno y nosotros aquí en Venezuela: Rafael Rossell, Raúl
Chirino, El Gallinazo, la Negra Aurora, Douglas Bravo, el Negro Medina
y la gente que murió y toda la gente que luchamos en las guerrillas, yo
pienso que éramos unos soñadores. Y el Capi Manuit, Tulio Martínez, el
Teniente Nicolás Hurtado Barrios, Alfredito, el Treco, Magoya y Miguel
Noguera que eran y que son unos soñadores. Hoy seguimos con las
utopías y nuestro gran sueno no es más que ver reivindicado al pueblo
venezolano, nosotros tenemos que ver y seguir soñando, porque el pueblo
venezolano tendrá otra vida en el futuro, tendrá otro nivel de vida y la
gente dejará de morirse de hambre, dejará de morirse la gente porque no
hay medicina, dejará de morirse porque no tienen con qué comer, Rafael,
sí el sueño de nosotros, es que la revolución con la cual hemos soñado
toda la vida, tiene que darse en algún momento de la vida, aunque sea
con otras características, el pueblo venezolano seguirá luchando por sus
reivindicaciones y por su revolución y nosotros seguiremos con ese
sueño, Rafael.
R.- Rafael, eso que me dices de ese abrazo y de esos saludos que me
manda ese grupo de hermanos queridos, me llena, de mucha alegría y
mucha satisfacción y te digo igualmente, que no hay un momento en la
vida que yo no me recuerde también de ellos, los recuerdo, como cuando
uno recuerda a los primero amigos de los bancos de la escuela, como
cuando uno recuerda al hermano lejos, o al hermano caído, ellos serán
siempre recordados y los tendremos siempre en nuestro corazón; mi
señora, Doña Guille, es testigo de que yo siempre estoy recordando y su
recuerdo será siempre imperecedero, esa es una marca, una huella, que
nos quedará siempre en el corazón. Dentro de ese grupo de hermanos que
me nombraste se te olvidó y yo sé porque ya me lo habías dicho antes,
que tú recuerdas mucho, es el hermano ya muerto que me acaba de decir
de Polito Acosta Blanco, mi gran amigo, un gran compañero, un gran
hombre, que puso su intelecto al servicio de la revolución. Él estuvo allí
con nosotros en la guerrilla y hoy me entristece saber por ti, que Polito
Acosta Blanco murió hace algún tiempo y te digo pues, que recordaré
para siempre, que toda la vida recordaré a ese grupo de gente que estuvo
conmigo en la guerrilla.