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Rafael Rossell

PARA QUE LA MEMORIA NO SE PIERDA

Alcaldía del Municipio Miranda


Santa Ana de Coro, Estado Falcón
Fondo Editorial “Servando Garcés”
Para que la memoria no se pierda
Rafael Rossell

© Alcaldía del Municipio Miranda 2008


Hecho el Depósito de Ley
DEPÓSITO LEGAL: lf70920089003301
ISBN: 978-980-7095-10-5

Esta publicación es auspiciada por:


Alcaldía del Municipio Miranda
(Fondo Editorial “Servando Garcés”)

Dirección Editorial:
Paúl González Palencia

Transcripción de grabaciones entrevistas:


Yolanda García

Transcripción de textos:
Carmen González

Recopilación y Digitalización de textos:


Douglas Rossell García

Diseño de Portada:
T.S.U. Yohennys Peña

Diagramación y Montaje Digital:


Lady Gómez

Impresión:
Impresos Arturo
RIF.: V-09502585-0
Telfs.: 0268-2525086 / 0414-6826274
PRÓLOGO

El Poeta Rafael Rossell ha reunido en este libro un


conjunto de entrevistas realizadas en tiempos distintos a
combatientes guerrilleros, auténticos protagonistas de una
lucha dura que en su momento no logró el apoyo popular
esperado, de allí su repliegue y su derrota. Se trata de hombres
y mujeres que lo sacrificaron casi todo en aras de sus ideales
revolucionarios, que apuntaban hacia un verdadero cambio de
las estructuras del poder en nuestro país.

Se muestran aquí luego de una larga pesquisa emprendida a


cada uno de ellos por el Poeta Rossell, testimonios reveladores
de la condición humana de quienes por aquellos años,
decidieron tomar el camino de la guerra en un afán de
transformar el sistema imperante para la época.

Hombres y mujeres valientes que significaron de alguna


manera, el génesis, vale decir la vanguardia precursora del
proceso revolucionario que hoy se desarrolla en Venezuela,
bajo la conducción del Comandante Presidente Hugo Chávez
Frías.

“Para que la memoria no se pierda” del Poeta Rossell, ha


logrado traer hasta nuestros días, versiones profundas,
revelaciones y anecdotarios inéditos, de viva voz de sus
protagonistas que configuran un valioso aporte a la evaluación
y al debate en frío, de las corrientes tenencias y deslindes que
caracterizaron aquellos años violentos. Es también un
homenaje que estaba pendiente y un reconocimiento que había
sido largamente postergado, a estos heroicos combatientes. Se
reivindica así, la vigencia de sus postulados y el carácter social
y revolucionario de sus hazañas personales y colectivas.
Juntar en este libro, tan portentosas y variadas voces
patrióticas, del pasado reciente, nos obliga a un compromiso
mayor en la construcción del perfil del hombre nuevo.

La Alcaldía del Municipio Miranda, ha considerado pertinente y


oportuno auspiciar la presente edición a través del fondo
Editorial “Servando Garcés” por tratarse más que una obra
literaria o periodística, un amplio documento de contenido
ideológico para el análisis y la discusión.

ING. RAFAEL PINEDA PIÑA


ALCALDE DEL MUNICIPIO MIRANDA
DEL ESTADO FALCÓN
1.- NOTA INTRODUCTORIA

El presente trabajo consta de quince entrevistas que he realizado a


guerrilleros del Frente “José Leonardo Chirino”. El mismo es el
resultado, en primer término, de un proceso de búsqueda en diversas
ciudades de Venezuela con el objetivo de rastrear al grupo de
compañeros y excombatientes. Para su realización me plantee la tarea de
ubicar a los viejos militantes de la lucha popular, con una ventaja para
mí, -con la excepción de Epifania Sánchez- todos los entrevistados fueron
mis compañeros de lucha, tanto en la guerrilla rural como en la guerrilla
urbana y en la lucha política. Estos hombres y esta mujer a quienes
entrevisté forman parte de una generación que se lanzó a la conquista del
poder. Cientos de hombres dejaron sus vidas en las montañas y en las
ciudades y otros murieron o fueron desaparecidos por el SIFA, la
DIGEPOL o la DISIP.

Este trabajo, en segundo lugar, es el resultado do una vieja idea:


presentar elementos documentales para constituir la historia del grupo
armado revolucionario más importante de los años violentos de
Venezuela que cubren la década de los sesenta y parte de los setenta; por
otra parte, rescatar del olvido, para incorporarlos a la historia. La
memoria y el testimonio de muchos combatientes de escasa o ninguna
resonancia pública en esos acontecimientos, pero que participaron en
ellos plena conciencia, con valor y abnegación sin límites. Para ello me
propuse entrevistar a cuantos pude de los sobrevivientes anónimos o casi
anónimos de esa aventura, según algunos, de esa maravillosa y truncada
utopía, según otros. Mi idea era entrevistar a “los olvidados”, como en la
película famosa de Luís Buñuel; o como expresa Erick R. Wolf en
Europe and the People Without History: “Tanto los historiadores sociales
como los sociólogos de la historia han hecho ver que la gente ordinaria
fue a la vez que agente activo del proceso histórico, víctima y testigo
silencioso del mismo. Así pues, necesitamos poner al descubierto la
historia de la ‘gente sin historia’, es decir, las diversas historias activas de
acosadas minorías.”1 Sin embargo, no podía dejar de lado a Douglas
Bravo2 pues él es parte esencial de la historia de la rebelión y su nombre
está indisolublemente ligado al “Frente “José Leonardo Chirino”.

Existen personajes que posteriormente será necesario rescatar sus


testimonios, tales son los casos de Elegido Sibada “Magoya”3, Chuíto y
Amadito Bustillos, Tulio Martínez Delgado, Billito Yánez, Delgado y
Julio Chirinos “El Cabito”. Forman parte de esta historia los
desaparecidos Elías Manuit Camero4 hermano de los sueños y las locuras
y Baltazar Ojeda Negrettí5 pequeño capitán valiente, como diría Pablo
Neruda.

El propósito de este trabajo es triple. En primer lugar, deseo contribuir


a una labor necesaria de esclarecimiento del significado de los años
violentos que cubren la década de los sesenta y parte del setenta. A pesar
de que sobre el tema se ha escrito mucho no se ha pasado del aspecto
puramente anecdótico o de justificación del hecho. Pero aun sobre la
justificación, falta una explicación precisa. Se mueven al respecto dos
explicaciones. Que la lucha armada fue la justa y única respuesta posible
ante la provocación de Rómulo Betancourt, provocación que se manifestó
en una gratuita represión contra el movimiento popular, contra el PCV en
un primer momento y posteriormente contra el MIR. La otra explicación
se fundamenta en la hipótesis según la cual los partidos marxistas,
deslumbrados por el triunfo de la revolución Cubana quisieron
mecánicamente imitarla. Nosotros en este trabajo no pretendemos terciar
en esta disputa. Queremos solamente llamar la atención sobre el hecho y
presentar estos testimonios para que ellos ayuden a colaborar a su
esclarecimiento. El segundo propósito de este trabajo, naturalmente
vinculado al primero, es comenzar el trabajo de estudiar y escribir la
Historia del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”. Aquí
presentamos para ello, como materia en bruto los recuerdos y
apreciaciones de un pequeño grupo de hombres que vivieron esa Historia,
parte de la lucha armada en Venezuela en la década del sesenta del
presente siglo. No ignoramos que la verdadera y completa historia del
Frente requiere de una recopilación y análisis de textos y documentos
que permitan establecer de manera precisa los antecedentes y el mismo
transcurrir de los acontecimientos. Esa recopilación resulta terriblemente
difícil de realizar por el número muy limitado en que se editaba la prensa
clandestina de la época; así mismo porque, siendo su tenencia un acto
perseguido por las policías políticas, pocas personas se atrevieron a
guardar y coleccionar esa prensa, que muchas veces era confiscada en su
totalidad en los allanamientos policiales de los talleres donde se producía.
Por otra parte en las bibliotecas públicas existe un gran vacío
documental; pareciera que se deseara borrar de la memoria colectiva de
los venezolanos este corto pero enriquecedor período histórico.6 En la
actualidad realizamos un arqueo de estas fuentes escritas para,
conjuntamente con las fuentes orales iniciar parte de la Historia de la
Lucha Armada en la Venezuela de la Segunda Mitad del Siglo XX.
Muchos documentos necesariamente de circulación restringida, de
carácter altamente confidencial, donde se analizaba internamente la
situación, resultan ser de difícil localización. Por otra parte, el análisis de
esa documentación presenta también grandes dificultades por su carácter
tendencioso. La prensa clandestina pretendía mostrar las acciones
armadas desde un punto de vista claramente favorable. Por ello casi
siempre exageraban los factores de éxito y omitían los fracasos. Lo
mismo, pero en sentido inverso, hacia la propaganda gubernamental. La
prensa legal independiente estaba generalmente censurada o
autocensurada.

El tercer propósito, finalmente apunta como ya antes dijimos, a


complementar las explicaciones de los comandantes y los dirigentes
políticos con las opiniones de los simples combatientes. Normalmente,
cuando tratan de explicar los acontecimientos históricos, los historiadores
buscan destacar las opiniones y actos de las grandes figuras. Es
precisamente a partir de las grandes figuras que el historiador puede dar
la visión más comprensiva del acontecimiento. Esas grandes figuras, por
su parte, son de hecho figuras de síntesis. Tienen ellos mismos, de los
acontecimientos en los cuales destacan, una comprensión global,
estratégica, que no es frecuente en los demás hombres. Pero una
valoración completa de un acontecimiento histórico nunca será posible
sin contar con otra gama de elementos, como son las condiciones
objetivas referidas a lo económico, lo político y lo social. Al estudiar las
figuras menos resaltadas durante el acontecimiento historiado, queremos
hablar de la extracción social, de la formación cultural-política y de la
inserción en el sistema productivo de quienes formaron el grupo de los
contingentes guerrilleros. Esto ha de permitimos establecer, a fin de
cuentas, si la empresa armada en que se empeñó buena parte de quienes
eran jóvenes en la década del sesenta fue simple acción de iluminados o
ilusos o fue, más bien, una verdadera exigencia histórica de condiciones
económicas, políticas y sociales precisas. Bastaría, finalmente, como
justificación del hecho de ocuparnos de estos hombres en un trabajo
académico, el deseo de cumplir con un acto de justicia: el rendir
homenaje a estos hombres esforzados.

Quiero dar testimonio de agradecimiento a la señora Yolanda García,


quien transcribió las grabaciones de las entrevistas. A la señora Carmen
González, quien mecanografió este trabajo y dio valiosas sugerencias a
mi hijo Douglas Francisco José Rossell García, quien recuperó y
digitalizó los originales para la publicación del 2008. Al poeta Adelis
León Guevara, quien leyó con gran cuidado y entusiasmo las entrevistas
y recomendó su publicación sin retoques, al profesor Andrés Suzzarini
quien me hizo valiosas sugerencias para estructurar la introducción que
precede a las entrevistas, y posteriormente revisó escrupulosamente y
corrigió su redacción.
II.- EN LA BÚSQUEDA DE UNA METÓDICA

La metódica se aproxima a la entrevista como instrumento de


búsqueda de información en la conformación de la historia oral, base a su
vez de la elaboración de las historias de vida como bien lo expresan
Franco Ferrarotti, Daniel Bertaux y F. Aron Hanet7. Razones
emparentadas con mi participación en los hechos determinan que en
momentos, se transforme la misma en un conversatorio que puede
prefigurar un alejamiento de los rasgos caracterizadores de la objetividad,
caracterización por lo demás cuestionada desde el mismo siglo XIX
cuando irrumpe, corno elemento decantador de la transferencia del
método experimental a las nacientes ciencias sociales. En descargo me
permito señalar que a diferencia de las ciencias teórico metodológicas y
de las físico-experimentales, en las Ciencias Sociales no existe un límite
preciso entre sujeto y objeto de investigación o como expresa Fernando
Savater, la subjetividad pasa a constituir un componente nada
despreciable en el conjunto investigativo.8

La búsqueda de información tiene su fundamento no en un plan


estructurado pero sí en aquel construido por la idea permanente de traer a
la mesa del historiador y a la plática cotidiana, las motivaciones de
hombres y mujeres partícipes de una acción que creímos y creemos
trascendentes en la Venezuela del Siglo XX. Tenía razón Marx
cuando expresaba que “el hombre se diferencia del topo porque antes de
construir primero diseña los planos”. El plan nuestro comprendía un gran
objetivo: determinar las motivaciones que tuvieron un grupo de jóvenes
venezolanos para incorporarse como combatientes al Frente guerrillero
“José Leonardo Chirino” en el Estado Falcón. La metódica diseñada, una
entrevista abierta, libre, no codificable que permitiera conocer esa
amalgama de mensajes y acentos sobre una situación humana que se
concretó en un tiempo y en un espacio.

El estudio posterior destinado a escribir la historia de la lucha armada


en Venezuela, por la naturaleza de los problemas determinados,
necesitará no sólo de los testimonios, sino de la integración, de la
bifrontalidad de diversas áreas del conocimiento como la Ciencia
Política, la Antropología, la Sociología, la demografía y la Literatura.

Los testimonios recogidos constituyen en este caso, fuentes para la


comprensión del fenómeno a ser estudiado, por cierto, no las únicas
fuentes. En este sentido constituyen documentación significativa por ser
fuentes conservadas oralmente, es decir, aquellas que viven y se
mantienen en la memoria de las gentes sin escribirse.9

Consideramos que la información oral se conserva tanto en la


memoria individual como colectiva, donde su contenido presenta además
un carácter vivencial. El tratamiento que a la información recogida
debemos dar como investigadores de la historia, transparenta el dominio
de la historiográfica de lugar y tiempo, la documentación y citación
crítica y la interconexión dialéctica en el cambio social.10 Por otra parte
es fundamental reconocer que las fuentes múltiples constituyen un
universo que se transparenta a partir de lo impreso, lo oral y lo objetal.

En el caso presente, los testimonios constituyen materia prima


(Generalidad I en la denominación de marxismo estructuralista) que
acepta el tamiz de la metódica histórica (Generalidad II). Para producir
una nueva visión del proceso en estudio (Generalidad III) no podemos
ignorar el hecho según el cual, la información transmitida oralmente por
el hecho de no encontrarse “plasmada en forma definitiva11, es
susceptible con el transcurrir del tiempo, de sufrir alteraciones originadas
por el alejamiento temporal con respecto a los hechos sobre los cuales
informa. Esta circunstancia hace que la exactitud de su contenido
informativo se conserve en dependencia casi exclusiva de la limitada y
frágil memoria humana.12

La metódica en lo referente a la participación del investigador como


un integrante más del grupo se basa en la línea investigativa que,
partiendo de la crítica a la observación participante, donde domina una
excesiva visión empirista, se refugia más en la observación participativa
para la recreación, la transformación y la superación de los códigos
predeterminados como expresa la escuela latinoamericana de la
investigación para la transformación. Es necesario observar que desde el
punto de vista metódico este proceder se aproxima a la constitución de
los círculos estratégicos o críticos de investigación donde el investigador,
además de investigar es a su vez objeto de investigación.13

Ejemplos de este accionar lo constituyen Mompox y Loba: Historia


Doble de la Costa, de Orlado Fals Borda, Los Olvidados, de Emilio
Serrano Calderón de Ayala y del Testimonio a la Lucha, de Margaret
Randall.
III.- LOS ENTREVISTADOS

Los entrevistados son excombatientes del Frente Guerrillero “José


Leonardo Chirino”, el cual operó en una zona que comprendía partes de
los estados Falcón, norte de Lara y Yaracuy, desde principios de 1962
hasta finales de 1966. La primera entrevista se hizo a Douglas Bravo,
quien durante todo el tiempo en que operó ese frente fue su Primer
Comandante. De los entrevistados, Douglas Bravo, precisamente por
haber sido el Primer Comandante, y haber dirigido más tarde en 1966 una
fracción disidente del Partido Comunista, que contrario a la voluntad del
Partido continúa la lucha guerrillera. La fracción dirigida por Douglas,
opera como movimiento independiente y opuesto al PCV, con grupos
guerrilleros en las montañas y las ciudades hasta 1979, cuando finalmente
se acogió con la mayoría de sus miembros, a la política de pacificación
del entonces Presidente Luís Herrera Campíns.

Alejandro Mariño Suzzarini, junto a Douglas Bravo formó parte de


la Comandancia del frente desde sus inicios. Previamente a la apertura
del frente, en 1960 realizó labores de exploración en la Sierra de Iracara.
En 1961 mientras intentaba instalar una emisora, cae prisionero y
permanece detenido durante varios meses y vuelve a la Sierra el 21 de
Marzo de 1962. En la guerrilla, además de sus tareas propiamente
militares, hace trabajos de asistencia médica. Su formación médica,
naturalmente, es autodidacta y empírica; sin embargo, su competencia en
la materia fue bastante reconocida. Mariño nació en Puerto Ayacucho,
capital del hoy estado Amazonas. Llegó a Caracas en 1956, a estudiar
bachillerato en el Liceo Fermín Toro. Allí hace contacto con la Juventud
Comunista. Trabajó clandestinamente contra la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez en el muy famoso barrio La Charneca, en Caracas. Su
decisión de participar en el movimiento guerrillero está influida
especialmente por la impronta romántica de la Revolución Cubana. La
idea de un asalto armado al poder, alentada por el ejemplo de los
guerrilleros liderizados por Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y
Camilo Cienfuegos, se concretó en él en su alistamiento en la frustrada
invasión interamericana a la República Dominicana del Dictador Rafael
Leonidas Trujillo. A última hora, por razones que no vienen al caso,
Mariño no participó en la expedición. Todos los invasores murieron en
circunstancias aún oscuras, a manos el ejército del dictador.

Mariño salió del frente guerrillero en 1966 a tratarse una grave


afección. Va a Europa, Rusia, China y Vietnam del Norte, que por
entonces soportaba el bombardeo norteamericano. El valor de los
vietnamitas lo admiró grandemente. En 1968 regresa a Venezuela. En el
conflicto sobre la orientación de la lucha armada que para entonces había
distanciado a Douglas Bravo del Partido Comunista, Mariño se somete a
la línea del partido y se va a una columna guerrillera obediente al partido
en el Estado Portuguesa, el llamado Frente “Simón Bolívar”. Allí
permanece hasta finales de 1969 cuando es hecho prisionero en Caracas.
En 1971 sale de la prisión y se separa del Partido Comunista.

Baudilio Loyo, formó parte del Comando del Frente “José Leonardo
Chirino”. Nació en Santa Cruz de Bucaral en el Estado Falcón en 1933.
Es primo hermano de Douglas Bravo. Fue militante de Acción
Democrática y como tal participó en la lucha clandestina contra la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez. En 1960, pasó a formar filas en el
MIR a consecuencia de la división de AD. Entonces era estudiante de
derecho en la Universidad Santa María, en Caracas; estudios que nunca
culminó. A pesar de su militancia mirista se relaciona con su primo
Douglas para la acción guerrillera. Inicia las exploraciones preparatorias,
en 1960, en las montañas de Iracara y Santa Cruz de Bucaral. Estuvo
activo en el frente guerrillero hasta 1965, cuando viaja a Cuba a realizar
cursos militares. Regresa en 1968. Cae preso en ese mismo año hasta
1969. No se integra a la guerrilla y se separa de toda militancia. En la
actualidad posee una pequeña pero muy surtida y rentable bodega en
Barquisimeto. De eso vive. Actualmente no realiza ninguna actividad
política.

Carlos Portillo Pirela se incorporó al Frente “José Leonardo


Chirino” en 1964. Posteriormente fue nombrado Comandante del
Destacamento guerrillero “Gustavo Aranda”. Su actividad política se
había iniciado en 1963 cuando se incorpora al MIR. Nació en Santa
Bárbara del Zulia, hijo de un hacendado de esa región. Su educación es la
correspondiente a un joven procedente de una familia acomodada.
Estudia la primaria en Mérida, en el Colegio San José de los Jesuitas;
secundaria, en Bogotá; Ciencias Políticas en la Universidad de Chile.
Durante el período de la lucha armada realiza en Cuba estudios militares.
En 1966 es detenido en Caracas y en el 68 va al exilio. Vivió en Italia,
Alemania, Francia y otros países europeos. Regresa a Venezuela en 1970,
acogido a la pacificación del Presidente Rafael Caldera. Actualmente es
Gerente de Recursos Humanos de Corpozulia y es propietario de una
finca en La Planicie, en Maracaibo. No participa en ninguna actividad
política, aunque se siente todavía vinculado afectivamente a los
movimientos revolucionarios.

Noel Sirit fue combatiente de un destacamento urbano que actuaba


fundamentalmente en la ciudad de Coro, y en coordinación con las
guerrillas rurales. Fue militante en la Juventud Comunista. Es miembro
de una familia de las más antiguas de Coro, de grandes comerciantes. Su
padre fue Presidente del Concejo Municipal de Coro durante los diez
años de la dictadura perezjimenista. En 1964 cayó preso en una operación
de la guerrilla urbana, en el asalto a la Escuela de Comercio de Coro
para obtener medios de financiamiento. Permanece en la cárcel de
Maracaibo hasta 1967. Luego se incorpora a tareas de la organización de
la Juventud Comunista; llega a ser Secretario General de la Juventud
Comunista y miembro del Buró Político del Partido. Actualmente forma
parte del grupo disidente del Partido Comunista denominado Unión
Patriótica que lideriza Radamés Larrazábal. Es abogado y trabaja en la
Consultoría Jurídica de la Universidad Central de Venezuela.

Ignacio de Jesús Goitia “El Pichirilo”, en 1962 se incorporó al


frente guerrillero “José Leonardo Chirino”. Es natural de Cumarebo,
Estado Falcón. A la caída de Pérez Jiménez, en 1958, se incorpora a la
Juventud Comunista en su pueblo natal. Perdió una mano durante una
operación en la cual le explotó una mina. Sucedió en 1963. En el Hospital
de Cumarebo a donde fue llevado a recibir atención médica fue detenido
por la DIGEPOL. Permaneció detenido en la Cárcel de Maracaibo hasta
el año 1968, cuando fue exiliado por el gobierno de Leoni. Estuvo en
Suiza, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Regresa a Venezuela en
1969, acogido a la política de pacificación del gobierno de Rafael
Caldera. En 1974 se alistó en el sector disidente del Partido Comunista
denominado Vanguardia Comunista que liderizaron Guillermo García
Ponce, Eduardo Machado y Juan Vicente Cabezas, entre otros. En 1978
fue electo diputado a la Asamblea Legislativa en el Estado Falcón y
reelecto en 1983 por la Nueva Alternativa. Actualmente es chofer de un
taxi y dirigente vecinal independiente en Punto Fijo.

Jesús Alberto Díaz Suárez, el “Gordo Cuchú”, se incorpora a la


Juventud Comunista en 1959, siendo casi un niño, y participa en
actividades contra la dictadura de Pérez Jiménez. En esas tareas ayudaba
a su hermana mayor, también activista de la Juventud Comunista. Es
natural de Coro, de familia holgada. Se incorpora a la guerrilla urbana en
1963. Lo detuvieron en ese año junto a Noel Sirit, en Coro. En 1964,
funciona como correaje en la ciudad de Coro con el Frente Guerrillero
“José Leonardo Chirino”. En 1965 se incorpora como combatiente en el
Frente. En 1966 es detenido en Valencia y liberado poco después. Ese
mismo año es detenido en Naguanagua donde convalecía de una herida
sufrida durante una operación urbana. Permanece recluido en el Cuartel
San Carlos, de Caracas hasta 1979, cuando es amnistiado por el entonces
Presidente de la República Luis Herrera Campíns. Actualmente es
propietario de una pequeña carpintería en Cagua, Estado Aragua. No
realiza actualmente ningún tipo de actividad política.

Epifania Sánchez, “La Negra Aurora”, es de las pocas mujeres que


estuvieron como combatientes en las montañas. Se incorpora a la
Juventud Comunista a raíz de la caída del dictador Marcos Pérez
Jiménez. Nació en Oritopo, en el Departamento Vargas, del Distrito
Federal. Por estar muy buscada por los cuerpos policiales, solicita ser
enviada a las guerrillas rurales y se incorpora en 1962 al Frente “José
Leonardo Chirino”. Allí permanece como Jefa de la Escuadra de la
Comandancia, encargada de la seguridad de los comandantes. Participó
en varios encuentros con el ejército. Estuvo en el frente hasta 1965,
cuando la Comandancia considera la inconveniencia de las mujeres en el
frente por ausencia de una política específica; las mujeres resultaron
siempre fuente de problemas en los respectivos frentes. Regresa a
Caracas para participar en actividades de apoyo a la guerrilla rural. Es
detenida en 1966 y permanece en el Cuartel San Carlos hasta finales del
gobierno de Raúl Leoni. Es confinada a La Guaira. Durante el gobierno
de Caldera se le da libertad plena. Actualmente es obrera jubilada de la
Universidad Central de Venezuela y no realiza ninguna actividad política.

Onésimo Medina, el “Negro Medina”, llegó al Frente “José


Leonardo Chirino” a mediados de 1962. Anteriormente, a partir de 1961
comenzó a llevar y ocultar armas en la zona, con las cuales se dotó a los
primeros combatientes. Se incorpora a la Juventud Comunista a raíz de la
caída del dictador Pérez Jiménez. Nació en Curimagua, en la Sierra de
Falcón, donde su padre poseía una pequeña finca productora de caña de
azúcar y café. Su educación formal no superó la escuela primaria. En el
Frente, fue comandante de un destacamento. Sufrió varias heridas en
acción. En el año 1966 cae prisionero en Caracas y es conducido a la
Cárcel de la Isla de Tacarigua. A finales del gobierno de Raúl Leoni es
confinado a la Isla de Coche, hasta que durante el gobierno de Rafael
Caldera se le concede la libertad plena. Hoy vive en Curimagua donde
explota una pequeña finca de café, naranjas y aguacate. También es
mecánico. Lee mucho, tiene una extensa biblioteca. Está totalmente
apartado de cualquier actividad política.

Raúl Chirinos, se incorporó al Frente José Leonardo Chirino a finales


de 1962. Militante del Partido Comunista desde 1956, participa en la
lucha de resistencia contra la dictadura de Pérez Jiménez. El 23 de Enero
de 1958 participó en la agitación de barrios y manifestaciones callejeras
que precedieron a la caída del dictador. Estudió radiotelegrafía en la
Escuela Nacional de Comunicaciones. En el Partido Comunista forma
parte de un aparato especial de telecomunicaciones, y maneja una
emisora para contacto directo con los revolucionarios triunfantes en
Cuba. En 1961 cae preso junto con la emisora. Es al salir en libertad que
parte para el frente guerrillero. A raíz de la separación del Partido
Comunista de un sector dirigido por Douglas Bravo, a principios de 1966
se traslada a Caracas para incorporarse allí a las operaciones armadas
promovidas por el sector disidente. En 1967 es detenido tras un tiroteo
con la DIGEPOL. Herido, es trasladado al Hospital Militar de Caracas,
donde permanece bajo atención médica durante seis meses. Ya repuesto
lo trasladan al Cuartel San Carlos. Allí permanece hasta que en 1970 es
indultado por el Presidente Caldera. Raúl Chirinos trabaja hoy en la
Universidad Central de Venezuela como supervisor de personal del
comedor universitario, continúa políticamente activo en el Movimiento
“Tercer Camino” que liderizan Douglas Bravo y Francisco Prada.

Nicolás Jiménez Morales “El Nico”, se incorporó al frente en el año


1962. En 1956 partió para Buenos Aires a estudiar Ingeniería Eléctrica.
Militó allí en el Partido Comunista Argentino. Después de la caída de
Pérez Jiménez el 23 de Enero de 1958, regresa a Venezuela sin concluir
sus estudios universitarios y se incorpora a las tareas de reconstrucción
del partido en el Estado Falcón en donde nació, específicamente en la
Capital, Coro. Su padre era comerciante, de fortuna considerable. Para
desarrollar sus labores como organizador comunista se hace obrero
petrolero desde 1958 a 1961 en la Compañía Shell de Venezuela, en
Cardón, en el mismo Estado Falcón. En el frente guerrillero se
especializó como explosivista y dirigió una fábrica de granadas y minas,
en una finca cercana a la región montañosa. En esa fábrica es detenido a
mediados de 1963. Permanece en la cárcel de Maracaibo hasta 1968, en
que es indultado por el presidente Raúl Leoni. Actualmente sigue siendo
militante y dirigente del Partido Comunista de Venezuela. Sueña con la
reconstrucción de la Unión Soviética.

Ramón Martínez “El Gallinazo”, se incorporó al frente guerrillero


“José Leonado Chirino” a mediados de 1963. En 1958 luego de la caída
del dictador Marcos Pérez Jiménez, se hace miembro de la Juventud
Comunista, en Cabimas. Es natural de Toruno, un caserío al norte de la
Sierra de Coro. Estudió tres años en la Escuela Técnica Industrial de
Cabimas. Además de participar en las operaciones propias de la guerrilla
rural, lo hace también eventualmente en operaciones de guerrilla urbana.
Se encuentra en el Frente guerrillero hasta 1966 junto a Douglas Bravo.
Ese mismo año es detenido en Caracas. Permanece preso en el SIFA, en
el Cuartel San Carlos de Caracas y en el penal de la Isla de Tacarigua.
Sale en libertad en 1969, por sobreseimiento de causa durante el mandato
del Presidente Rafael Caldera. En la actualidad trabaja como marinero de
un barco petrolero griego. Ha sido también taxista, sereno, etc. Está
apartado de toda actividad política.

Francisco Perozo “Salomón”, nunca estuvo en el Frente guerrillero


rural, pero participó en la lucha armada como combatiente de la
guerrilla urbana dependiente del “José Leonardo Chirino”, desde 1962.
Anteriormente había participado en la lucha contra el dictador Marcos
Pérez Jiménez, como militante del Partido Acción Democrática. En 1969
se divide el MIR y Perozo pasa a formar parte del Grupo Bandera Roja
del cual se separa en 1972. En la actualidad tiene un bar, “Las Malvinas”,
que expende licores después de las cuatro de la tarde. En las mañanas,
vende pescado por la zona de Adícora, en el Estado Falcón. Participa
activamente como independiente en las luchas vecinales.

Francisco Sosa, participó en el movimiento guerrillero urbano, en


Caracas, como combatiente del Destacamento Livia Gouverner, y en el
César Augusto Ríos, a partir de 1962. Al año siguiente se desplaza al
Estado Falcón, para participar también en operaciones urbanas en
coordinación con la guerrilla rural del Frente José Leonardo Chirino. Es
militante de la Juventud Comunista desde 1958, a la caída del dictador
Pérez Jiménez. A mediados de 1963 es hecho prisionero en Punto Fijo,
en el asalto a la inspectoría del tránsito de ese lugar. Es trasladado
sucesivamente a las cárceles de Punto Fijo, Coro, Churuguara y
finalmente a la de Maracaibo. Permanece en esta última hasta mediados
del gobierno de Leoni y se incorpora a la actividad legal en la Juventud
Comunista en Caracas. Estudió luego periodismo y es locutor. Desde
hace diez años vive en Mérida, donde ha hecho periodismo gráfico y
radial. Participó corno candidato independiente para Alcalde del Distrito
Libertador en la elecciones de 1995. Continúa su actividad política
independiente.

Heberto Oráa Ramos, llegó al frente guerrillero “José Leonardo


Chirino” en Enero de 1964 y permaneció allí de manera ininterrumpida
hasta 1966 a raíz de la división del Partido Comunista, por la cual la
dirección del Frente queda exclusivamente en manos del sector liderizado
por Douglas Bravo. Es militante comunista desde la época de la dictadura
de Marcos Pérez Jiménez. Es médico, especialista en medicina interna.
Ejerció su profesión como médico en la guerrilla, a la vez que participaba
en operaciones militares. Actualmente es médico internista en el Hospital
de Guanare. No tiente consulta privada. Continúa siendo hombre de
preocupación política sin actividad ni militancia en ninguna organización.
IV.- LA LUCHA ARMADA EN VENEZUELA

La lucha armada en la Venezuela del sesenta es parte de la insurgencia


en América Latina después del triunfo de los Revolucionarios Cubanos.
Podemos caracterizar la lucha armada en América Latina como el
enfrentamiento entre las vanguardias y los gobiernos nacionales
apoyados por el imperialismo norteamericano. Este enfrentamiento
armado concluirá en una gran derrota en nuestro subcontinente.

En los inicios de esa década Venezuela era gobernada por Rómulo


Betancourt electo en los primeros comicios posteriores a la caída de la
dictadura del General Marcos Pérez Jiménez y con el voto de amplios
sectores del campesinado, del proletariado y de la clase media.

La victoria de Betancourt en el año 1958 no es casual. La misma es


el producto de su larga trayectoria política que arranca desde la década de
los 20 en la lucha contra la dictadura de Gómez y se extiende en el
período postgomecista. En este lapso organiza grupos políticos como el
(ORVE), el PDN y posteriormente Acción Democrática en el año 1941.
Betancourt presenta un plan político y un programa para transformar la
sociedad venezolana. Es además, un estudioso de la realidad nacional, un
polemista de mucho peso y su mensaje tiene acogida entre los pobres de
Venezuela.

Durante la segunda guerra mundial, mientras los comunistas


venezolanos se dedicaban a la defensa de la Unión Soviética y a dirimir
sus problemas internos, Betancourt y sus seguidores, por el contrario, se
dedicaron a la defensa de los intereses de los obreros y a propugnar una
reforma agraria para los miles de campesinos sin tierra en la Venezuela
de entonces.

Acción Democrática es legalizada durante el gobierno del Presidente


Isaías Medina Angarita. El partido fundado por Betancourt se transforma
de una minoría muy activa, con presencia en los sectores urbanos y
rurales del país en un movimiento con una estructura y una movilidad
que trascienda a la forma de los partidos tradicionales. Es un partido con
elementos de la estructura leninista. Al efecto, el Coronel Edito José
Ramírez Rosales sostiene: “en las postrimerías del gobierno del General
Medina Angarita existía una agrupación política que representaba una
minoría, pero la mejor organizada y la que podía ostentar el título de
luchadora infatigable e intransigente con los malos manejos de los
gobiernos anteriores; voceaba además principios doctrinarios y
reivindicaciones sociales que, al hacerse gobierno, terminaron por
hacerse eco de las masas populares. Tal agrupación política era la que
conocemos con el nombre de Partido Acción Democrática, legalizado por
el Presidente Medina el 13 de septiembre de 1941”. 14

El golpe de estado del 18 de Octubre de 1945, perpetrado por un


grupo de militares y con la participación de Betancourt y su partido
significó para él, el encuentro con un país que para ese momento era el
primer productor mundial de petróleo, acompañado de grandes
desigualdades sociales y con una población mayoritariamente rural. La
demanda de petróleo por parte de los centros imperiales originó para
Venezuela la entrada de millones de dólares, lo cual contribuyó a elevar
el nivel de vida de los venezolanos y a iniciar el proceso de
modernización con su secuela de urbanización. Se realizan inversiones en
viviendas, escuelas, hospitales, carreteras, electrificación, etc. En
consecuencia la renta petrolera en manos de la Junta de Gobierno
presidida por Betancourt contribuirá a afianzar la influencia de Acción
Democrática en el pueblo venezolano y a reafirmar su liderazgo.

La alianza entre el sector militar liderizado por Carlos Delgado


Chalbaud, los hermanos Vargas y Marcos Pérez Jiménez con Betancourt
y su partido continúa hasta las elecciones del 14 de Diciembre de 1947
donde es elegido presidente Rómulo Gallegos derrotando a Rafael
Caldera (COPEI) y a Gustavo Machado (PCV). El mismo será derrocado
el 24 de Noviembre de 1948 por un golpe incruento de las Fuerzas
Armadas encabezadas por Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez
Jiménez.
La caída del gobierno de Gallegos se debió en gran medida a la
oposición de los partidos Copei y URD, de sectores del medinismo y
algunas compañías petroleras norteamericanas que se sentían
discriminadas ante la manifiesta preferencia del régimen por las
compañías petroleras del grupo Rockefeller, la Standard Oil of New
Jersey. Es lo que sostiene la Comisión Ideológica del grupo Ruptura:

“Su preferencia más evidente fue para la Standard Oil of New Jersey
y para todo el grupo Rockefeller. Su práctica de arreglarse
directamente con Rockefeller sin tomar en cuenta debidamente las
otras intensas internas del imperialismo y de la burguesía
proimperialista, provocó disgustos”.15

Unos días después del golpe, los copeyanos a través, de su periódico


oficial, “El Gráfico”, celebraba la caída del gobierno:

“Desaparecido de los cuadros oficiales el partido AD, que funcionó


como una maquinaria causante de odios, enconos y pasión política el
anhelo nacional es el de que se enrumbe la vida de la República con
una justa valorización de cada sector de la opinión hacia un sentido
constructivo alejado el país de los senderos de la demagogia y del
sectarismo se desea un unánime esfuerzo que sume las voluntades
venezolanas de todas las clases y sectores sociales hacia la
satisfacción y (Sic) de las mayores necesidades populares”.16

Otro factor que influyó determinantemente fue el descontento de las


fuerzas armadas que se sintieron desplazadas por obra del sectarismo de
Acción Democrática y por la pretensión, por parte de ese partido, según
dijeron más tarde los militares golpistas, de controlar a las mismas
fuerzas armadas:

“Lograda definitivamente entre la posición integral del poder civil


por Acción Democrática, la fracción extremista que ha controlado
dicho partido, inició una serie de maniobras tendientes a dominar
también a las Fuerzas Armadas Nacionales, tratando de sembrar
entre ellas la discordia y la desunión”.17

El derrocamiento de Gallegos será el comienzo de una lucha desigual


para Acción Democrática. La mayoría de sus dirigentes serán
encarcelados y otros tomarán el camino del exilio y muy pocos
regresarán al país. Al efecto Sanín afirma:

“Por supuesto el objetivo fundamental de la Junta era la liquidación


de Acción Democrática a través de la represión brutal. Poco a poco
los adecos fueron reivindicándose en la resistencia por su valor físico
y moral. Primero fue la prisión o expulsión de casi todos los ministros
de Gallegos y de casi toda la directiva del partido. Los primeros
presos fueron los ministros Edmundo Fernández, Manuel Pérez
Guerrero, Raúl Leoni y Ricardo Montilla. (...) Fueron enviados a la
Cárcel Modelo Luis Beltrán Prieto Figueroa, Leonardo Ruiz Pineda,
Juan Pablo Pérez Alfonzo y Eligio Anzola Anzola; y así mismo el
Gobernador del Distrito Federal Alberto López Gallegos. También
fue detenido Gonzalo Barrios”.18

Sin embargo, un grupo muy pequeño, entre los que podríamos


mencionar a Alberto Carnevali, Antonio Pinto Salinas y Leonardo Ruiz
Pineda se quedarán en el país y pagarán con sus vidas el intento de
reconstruir el aparato partidista.

Los diez años de gobierno dictatorial dirigido por Marcos Pérez


Jiménez, desde el punto de vista material, significaron un salto
gigantesco en la modernización de Venezuela. Grandes son las obras
materiales que dejó el régimen del nuevo ideal nacional. Sin embargo,
desde el punto de vista político, de la libertad de expresión, de la
organización sindical independiente, Venezuela era un enorme campo de
concentración, con cientos de presos políticos principalmente del Partido
Comunista y Acción Democrática. La represión que en un principio se
realizó contra la dirigencia de Acción Democrática, a partir de la huelga
petrolera del 50 también fue dirigida contra los comunistas, Jesús Farías
y Rafael Gallegos Mancera permanecerán en prisión hasta Enero del 58 y
los Machado en el exilio, al igual que cientos de militantes comunistas.
Pompeyo Márquez y los García Ponce reconstruirán el pequeño aparato
comunista y lo convertirán en un partido batallador.

A pesar de los duros golpes recibidos por la represión la organización


partidista de Acción Democrática se reconstruye y a partir del año 1956
la generación del 45, entre los que podríamos mencionar a Simón Sáez
Mérida, Carmelo Laboritt y Roberto Ostos Poleo, más un grupo de
jóvenes entre los que mencionaremos a Moisés Moleiro, Lino Martínez,
Américo Martín, Rafael José Muñoz y Julio Escalona toman en sus
manos la conducción del aparato partidista. Estos jóvenes en la
clandestinidad establecieron lazos estrechos con los militantes del Partido
Comunista y la mayoría de ellos serán los dirigentes del MIR en los años
60.

Al producirse el derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez


como producto de una alianza de clases, donde participaron la burguesía,
sectores de las Fuerzas Armadas; los partidos políticos Acción
Democrática, Copei, Unión Republicana Democrática, el Partido
Comunista y la iglesia; en Venezuela comienza un extraordinario ascenso
de las masas quienes toman la calle y participan activamente en las
movilizaciones y en los enfrentamientos de aquel entonces.

Mientras esto ocurría en Venezuela, Fidel Castro desarrollaba la


guerra de guerrilla en Cuba, que en un período relativamente corto le
llevó al triunfo sobre el gobierno de Fulgencio Batista. El triunfo de
Castro y los revolucionarios cubanos se convertirá en el paradigma para
las vanguardias de todo el continente. Abrió las posibilidades de una
lucha de las vanguardias, quienes se lanzan a la conquista del poder.

En las elecciones de Diciembre de 1958, resultó triunfador Rómulo


Betancourt y el partido Acción Democrática, derrotando al Vicealmirante
Wolfgang Larrazábal, quien había encabezado la Junta de Gobierno que
gobernó a la caída de Pérez Jiménez, y a Rafael Caldera, candidato
presentado por el partido Copei. Larrazábal, segundo en número de votos,
había sido presentado como candidato por una amplia alianza en la que se
encontraban los partidos URD y PCV y un gran sector de independientes.
La derrota de Larrazábal, quien triunfó en Caracas y los Estados
centrales, provocó en esos lugares una gran agitación popular que
pretendía el desconocimiento de los resultados electorales. Al respecto
dice Ramón J. Velázquez:

“Algunos sectores del larrazabilismo caraqueño no quisieron


conformarse con los resultados electorales y en la noche del lunes 8
(de diciembre), grupos amenazantes invadieron los alrededores del
Palacio Blanco en plan de franca protesta. Durante el curso de la
semana, continuaron las manifestaciones y tanto la Guardia Nacional
como la policía tuvieron que enfrentarse a los manifestantes
impidiendo su acceso a la sede del Consejo Supremo Electoral”.19

Es de suponer que muchos militantes comunistas y algunos cuadros


medios hayan participado en esos disturbios. Sin embargo la alta
dirección del partido reconoció de inmediato el triunfo de Betancourt y,
lo mismo que los demás partidos, llamó al restablecimiento de la calma y
al restablecimiento de los resultados. Es de nuevo Ramón J. Velázquez
quien nos da testimonio:

“La actitud categórica asumida por el Presidente Sanabria y la junta


unida a la posición del Coronel Marco Aurelio Moros, Comandante
del ejército y al rechazo del PCV a los planes de desconocimiento de
los resultados electorales que un grupo de exaltados políticos abrigó
en los primeros momentos, puso fin a los rumores y a las
manifestaciones”.20

Betancourt tomó formalmente posición de la Presidencia de la


República de Venezuela el 13 de Febrero de 1959, con el más amplio
respaldo que ha tenido gobierno alguno. Formó gobierno con URD y
Copei, partidos estos que junto con AD e independientes, ocuparon
diversos ministerios en el gabinete. El acuerdo de los tres principales
partidos se extendió al poder legislativo, donde se repartieron
equilibradamente los cargos directivos del congreso y las asambleas
legislativas de los Estados. Con igual equidad se repartieron los distintos
cargos del poder Judicial y las gobernaciones de los Estados. Esta actitud
amplia de los vencedores, es decir, de Betancourt y su partido Acción
Democrática, fue consecuencia del llamado “Pacto de Punto Fijo”,
firmado por los tres partidos en la Quinta Punto Fijo, residencia del
entonces líder copeyano Dr. Rafael Caldera, el 31 de Octubre de 1958.
Este pacto tenía el fundamental propósito de lograr la estabilidad política
y la secuencia democrática al respecto nos dice Ramón J. Velázquez:

“Reconocían los partidos signatarios del Pacto, que no obstante las


gestiones realizadas en busca de un candidato de unidad, tal empeño
había fracasado, pero que AD, URD y Copei estaban interesados por
igual en la consolidación de la unidad democrática y en garantizar
una tregua política sin perjuicio de la autonomía organizativa y
caracterización ideológica de cada grupo político”.21

Del Pacto de Punto Fijo fue excluido el Partido Comunista de


Venezuela. Ya desde su llegada del exilio Betancourt arremetió contra los
comunistas a pesar de que estos habían actuado al lado de los adecos en
la clandestinidad, y su parte en la resistencia y en los días decisivos de
Enero de 1958 fue ampliamente significativo para el derrocamiento de
Pérez Jiménez. Betancourt se erigió así en el líder del anticomunismo
venezolano y más tarde lo sería del latinoamericano AD, siguiendo las
mismas pautas, se convirtió también en enemigo fundamental de sus
antiguos compañeros de infortunio. En la campaña electoral, se ocupó en
gran medida en atacar a los comunistas lo cual tuvo su remate en el
discurso de toma de posesión allí dijo Betancourt:

“En el transcurso de mi campaña fui explícito en el sentido de que no


consultaría al Partido Comunista para la integración del gobierno y
en el de que, respetando el derecho de ese partido a actuar como
colectividad organizada en el país, miembros suyos no serían
llamados por mi para desempeñar cargos administrativos en los
cuales se influyera sobre los rumbos de la política nacional e
Internacional de Venezuela. Esta posición es bien conocida de los
venezolanos; y la fundamentaron los tres grandes partidos nacionales
en el hecho de que la filosofía comunista no se compagina con la
estructura democrática del Estado venezolano, ni el enjuiciamiento
por ese parado de la política internacional que debe seguir Venezuela
concuerdo con los mejores intereses del país”. 22

Superado el problema de la elección presidencial, surgían entonces los


problemas prácticos del gobierno. En muchos lugares del país, empezó a
exigírsele al nuevo gobernante el cumplimiento de las promesas hechas
durante la campaña electoral, específicamente en el plano de la reforma
agraria, bandera política de Acción Democrática desde mucho antes de su
posible ascenso al poder. En el mes de Abril del año 1959, Rómulo
Betancourt tuvo que enfrentar el problema de las ocupaciones de tierras
por parte de un importante movimiento campesino en diferentes partes
del país. El nuevo gobierno se ve obligado a hacer concesiones al
campesinado empezando a hacer reparticiones de tierras, especialmente
en los estados Carabobo, Aragua, Portuguesa, Lara y Monagas.23

Ya en los primeros meses del año 59, habían empezado en las


principales ciudades del país importantes agitaciones entre obreros y
empleados de diversa índole. Así las huelgas de pilotos de la aviación
civil, de la marina mercante y de los trabajadores de la caña. Así pues, el
gobierno de Betancourt se inicia con un cuadro conflictivo compuesto
por las exigencias de los trabajadores de las distintas ramas que
imaginaban que el nuevo sistema democrático era el medio de colmar sus
viejas exigencias de justicia social y de bienestar material.

Todo esto hacía mostrar un cuadro de insatisfacción popular, de una


inquietud popular, que era fácil caldo de cultivo para los intentos
revanchistas y de regreso de las fuerzas vinculadas al perezjimenismo,
enemigos tradicionales del presidente y del partido de gobierno. Existía
una fuerte tendencia claramente a favor del dictador recientemente caído,
a pesar del sentimiento mayoritario hacia una convivencia democrática.

De tal manera, contra el gobierno de Betancourt, ciertamente apoyado


por la mayoría de las fuerzas decisorias, vale decir, los partidos AD
Copei y URD, y las bases militantes de esos partidos, las fuerzas
económicas y las fuerzas armadas, se enfrentaron cada cual a su manera y
por separado, las fuerzas de la extrema izquierda y la extrema derecha.
Momento significativo en este ambiente de confrontaciones fue la
manifestación iniciada en la plaza de la Concordia de Caracas por obreros
del llamado Plan de emergencia, manifestación que degeneró en
importantes actos de violencia.

El plan de emergencia fue una medida tomada por la Junta de


Gobierno que sustituyó a Pérez Jiménez para enfrentar el problema de
desempleo en Caracas; por ejemplo, veintidós mil quinientas personas24
asistían regularmente a unas taquillas de pago donde se les entregaba un
salario de desempleado. El saldo de los actos de violencia del 4 de
Agosto fue de 3 muertos y setenta heridos, como consecuencia de
la feroz represión policial. Al cabo de ese día so suprimió oficialmente el
plan de emergencia.25 Estas protestas populares, fueron las primeras
movilizaciones de masas contra el régimen de Betancourt, y de hecho, los
primeros enfrentamientos violentos entre los comunistas y el Régimen.
Los comunistas fueron oficialmente acusados de promover las
movilizaciones y la violencia que en ellas ocurrieron por boca del
Ministro de Relaciones Interiores Luis Augusto Dubuc.26

La manifestación del 4 de Agosto fue un efecto del creciente


desempleo que se había generado a partir de 1958, con el advenimiento
del régimen democrático y la consecuente desactivación de la vida
económica del país, por la que se suspendieron muchos planes previstos
por la dictadura derrocada. Como consecuencia inmediata se iba a
producir el primer decreto presidencial de suspensión de garantías que
habría de caracterizar todo el gobierno de Betancourt, aunque por ahora
sólo limitado al Distrito Federal y Distrito Sucre del Estado Mirando y
sólo por treinta días.

A la situación de agitación social producto del creciente desempleo,


se agrega un debilitamiento de la base de respaldo al gobierno. Bastante
significativo es que este debilitamiento se manifieste también en el
propio seno del partido gobernante. En Octubre de 1959 se realiza
en Caracas la Convención Nacional de Acción Democrática. Esa
Convención se caracterizó por el enfrentamiento de dos generaciones y
dos concepciones políticas distintas que más tarde tomarían, cada cual,
causes igualmente distintos. El grupo generacional más joven estaba
encabezado por Simón Sáez Mérida, último Secretario General durante la
resistencia; se orientaba hacia una concepción socialista bastante marcada
por el marxismo leninismo, proclamaba la adopción de medidas urgentes
a favor de las masas populares y criticaba la política pro-yankee y
anticomunista del gobierno. El otro grupo, “la vieja guardia”, estaba
integrado por los fundadores del partido, la mayoría en el exilio durante
la dictadura; respaldaba incondicionalmente a Betancourt y su gobierno.
En la confrontación, los viejos derrotaron a los jóvenes. El sector de
jóvenes, que había dirigido la lucha final contra Pérez Jiménez, y que en
el momento de la caída de la dictadura tenía el total control de los cargos
directivos, quedó reducido al control del Buró Juvenil. De hecho este es
el principio o de una lucha generacional que posteriormente dividirá al
partido y dará nacimiento al MIR, el cual al lado de los comunistas,
asumirá la lucha armada para asaltar el poder.

En el mismo mes de Octubre, otro elemento se suma a la debilidad del


gobierno, cuando se inicia una ola terrorista promovida por antiguos
afectos a la dictadura, y se denuncia, por parte del Ministro de Relaciones
Interiores, Luis Augusto Dubuc, el descubrimiento de un movimiento
conspirativo para derrocar al régimen. Finalmente, el partido URD
amenaza con separarse del gobierno por no estar de acuerdo con la
política anticomunista del régimen, y cuestiona la legalidad de algunas
medidas tomadas por el gobierno entre sus enemigos políticos, en
especial las llamadas medidas de “alta policía”.

La división del partido Acción Democrática se consumó el 8 de Abril


de 1960, en Maracaibo, donde en un mitin un grupo disidente se declaró
abiertamente como movimiento socialista de orientación marxista
leninista, que se legalizará en agosto de mismo año como Movimiento de
Izquierda Revolucionaria MIR. Las causas cercanas de la división fueron
sendos artículos de prensa publicados por Domingo Alberto Rangel y
Américo Martín, en los cuales el primero criticaba el contrato petrolero
firmado por líderes sindicales de AD, y el segundo, establece incómodas
analogías entre el APRA del Perú y el Partido Acción Democrática. La
dirección partidista respondió pasando del Tribunal Disciplinario a
Rangel y a Martín; esto produjo la insubordinación del Buró Juvenil, el
cual fue inmediatamente suspendido.

Por otra parte, continuaban las conspiraciones de derecha. El 20 de


Abril de 1960, el General Jesús María Castro León se insurreccionó en
San Cristóbal tras tomar el control del Cuartel Bolívar, de esa ciudad.
Los motivos expuestos por Castro León resultaban a todas luces risibles,
pues acusaba entre otras cosas, a Betancourt de connivencia con el
comunismo; al día siguiente desistió de su intento tras constatar que el
resto de los cuarteles del país, que él esperaba que se sumarían a la
rebelión, no lo hacían. Fue capturado por unos campesinos, junto con
otros tres insurrectos, mientras intentaba pasar la frontera hacia
Colombia.

El 24 de Junio de 1960, aniversario de la batalla de Carabobo,


mientras se dirigía hacia el presídium del desfile militar conmemorativo,
un automóvil estacionado hizo explosión al paso del automóvil
presidencial. La explosión produjo la muerte del edecán y leves heridas al
presidente. La investigación posterior reveló que el atentado había sido
tramado desde Santo Domingo por el dictador dominicano Rafael
Leonidas Trujillo, tradicional enemigo de Betancourt.

El 16 de Noviembre, URD se retira del gobierno. Así concluye una


colaboración que se había caracterizado por su fragilidad, que se había
manifestado en desacuerdos frecuentes sobre la aplicación de la política
de orden público, la política anticomunista de Betancourt y en la política
internacional, en especial en lo que tenía que ver con la revolución
cubana de Fidel Castro. El 26 de Agosto se reúne en San Juan de Costa
Rica la VII Reunión de consulta de los Cancilleres Americanos, la cual
condenan la intromisión en el continente de potencias extracontinentales,
aludiendo obviamente a China y la URSS, que mantenían estrechas
relaciones con el régimen cubano. La delegación de Cuba se retira de la
reunión, y el Canciller venezolano Ignacio Luis Arcaya, por instrucción
de su partido URD, renuncia a la presidencia de su delegación para no
verse obligado a votar la resolución, obviamente dirigida contra Cuba. A
su regreso a Venezuela, Arcaya renuncia a la cancillería y URD pone a
disposición del presidente todos sus ministerios y gobernaciones.

El 14 de Octubre de 1960, el semanario “Izquierda”, órgano del MIR


publica un editorial que ha sido considerado por algunos como la
declaración pública de la guerra revolucionaria contra el régimen
democrático. De hecho, es una invitación a la insurrección popular.
Después de señalar que no hay otra salida posible para la crisis presente
que un cambio de gobierno inmediato, señala que el momento oportuno
para la caída del gobierno depende de la decisión de las masas populares.
El gobierno decide detener a los redactores del semanario por lo cual se
inicia una serie de protestas y actos de violencia que se extenderá desde
Caracas a través del país durante el resto de Octubre y hasta los primeros
días de Diciembre. Fue tal la magnitud de los acontecimientos que se
llegó a pensar que en efecto se produciría la caída del gobierno por obra
de lo que se consideró una verdadera insurrección popular. Para detener
los disturbios, Betancourt suspende las garantías constitucionales en
todo el país después de asegurarse el apoyo de todos los partidos
-naturalmente con excepción del MIR y el PCV-, sindicatos, fuerzas
armadas, el clero, fedecámaras, etc. El país recobra la calma el dos de
Diciembre, cuando en la UCV cercada desde hacía días por todo tipo de
fuerzas del gobierno es desalojada pacíficamente. El balance de Octubre
y Noviembre fue de 19 muertos, 300 heridos, y sinnúmero de daños
materiales de todo tipo. Se suspendieron indefinidamente “Izquierda” y
“Tribuna Popular”, que pasaron a editarse clandestinamente.

En Febrero de 1961, controlada en gran medida la agitación de signo


izquierdista, el 20 se produce la insurrección del Coronel Edito Ramírez
en la Escuela Militar de Caracas. Ramírez censuraba a Betancourt por no
ser suficientemente eficaz en la lucha contra el comunismo. El golpe ya
había fracasado al día siguiente. En igual suerte, el 26 de Junio se subleva
en el cuartel “Pedro María Freites” de Barcelona el Mayor Luis Alberto
Vivas Ramírez y los capitanes Rubén Massó y Tesalio Murillo. En Marzo
de 1961, se reúne el III Congreso del PCV. En el se aprueba la tesis de la
necesidad de un cambio inmediato de gobierno, aunque no una posición
insurreccional. Se pretende lograr la renuncia de Betancourt, el cual en su
oportunidad dirá: “ni renuncio ni me renuncian”.
La invasión de Cuba en Playa Girón por parte de exiliados cubanos
con ayuda del gobierno norteamericano, inmediatamente derrotada por
las fuerzas de revolución, y las medidas tomadas luego por el gobierno de
Fidel Castro, repercutieron en Venezuela originando manifestaciones que
fácilmente degeneraron en actos de violencia.

La invasión por Playa Girón provoca en Venezuela nuevos disturbios,


pues el tema cubano es tema de contrastaciones. Por una parte están
quienes respaldan a los revolucionarios en nombre de la autonomía
antiimperialista; por otra parte, quienes se les oponen por representar la
quinta columna del comunismo soviético.

El 9 de Abril de 1961, hay manifestaciones en El Silencio con saldo


de un muerto y diez heridos.27 Entre tanto, también se hacen agudas las
diferencias entre los gobiernos de Cuba y Venezuela, al punto que el 11
de Noviembre Betancourt anuncia el rompimiento de relaciones
diplomáticas. Con esta decisión recrudeció la violencia en todo el país. El
26 de Noviembre un grupo de militantes de la Juventud Comunista
secuestra un avión de la línea aérea Avensa, que partía de Maiquetía, y
después de sobrevolar Caracas y arrojar volantes impresos, lo llevaron a
la isla de Curazao. Fue ese el primer secuestro de un avión en Venezuela,
primero también de una larga secuencia que se extenderá a lo largo de
toda la lucha armada. A los pocos días el gobierno ordena el allanamiento
de los locales del MIR y el PCV.

El año 1962 se inicia con nuevos brotes de violencia callejera en las


ciudades, en especial en Caracas. Las motivaciones inmediatas son la
reunión de Cancilleres en Punta del Este, donde se esperaba que se
tomaran medidas contra el gobierno de Fidel Castro en Cuba, entre las
cuales se rumoreaba la posibilidad de una nueva invasión con apoyo de la
OEA. Las principales acciones violentas se protagonizaron en la Ciudad
Universitaria de Caracas, desde donde hombres armados disparaban
contra la policía y las fuerzas armadas. En el Estado Táchira una huelga
de choferes, que protestaban contra la obligación de contratar un seguro
de responsabilidad civil, de generó rápidamente en actos de violencia,
aparentemente causados por la manipulación del MIR y el PCV.
El 27 de Marzo, el ministro de la defensa anuncia el primer
descubrimiento de un campamento guerrillero; ello ocurre en
Turimiquire, Estado Sucre, a principios de febrero, y que luego se habían
detectado grupos armados en La Azulita, Estado Mérida; en la Sierra de
Coro, en el Estado Falcón; y en los estados Portuguesa y Trujillo.

El 4 de Mayo se sublevó en Carúpano el Batallón de Infantería de


Marina No. 3. El jefe del movimiento era el Capitán de Corbeta Jesús
Teodoro Molina Villegas. Este movimiento, que vino a conocerse luego
como “El Carupanazo”, fue el primer alzamiento militar en Venezuela
con signo izquierdista. Con los militares estaban comprometidos el MIR
y el PCV. Cuando al día siguiente fue vencida la sublevación, junto con
los militares rebeldes fueron detenidos numerosos civiles militantes de
esos partidos, entre ellos el Diputado del PCV Eloy Torres. Con motivo
del Carupanazo, el mismo 4 de Mayo el gobierno suspende nuevamente
las garantías constitucionales, se prohibieron las funciones del MIR y el
PCV, y se ocuparon todos sus locales y archivos.

El 2 de Junio en la Base Naval de Puerto Cabello estalla otra


insurrección militar cuyos jefes son los Capitanes de Navío Manuel Ponte
Rodríguez y Pedro Medina Silva y el Capitán de Corbeta Víctor Hugo
Morales. Este movimiento conocido luego como “El Porteñazo”, al
parecer estaba preparado para ocurrir junto con “El Carupanazo”, pero al
fallar la coordinación el movimiento no se produjo en el momento
oportuno. Vinculado también al MIR y al PCV, esta insurrección fue
singularmente sangrienta. Los militares insurrectos pusieron en libertad y
armaron a unos cien guerrilleros presos en el Castillo de Puerto Cabello,
los cuales enfrentaron a las fuerzas leales al gobierno, causándoles
muchas bajas.

Los acontecimientos de Carúpano y Puerto Cabello marcaron el punto


crítico de la confrontación del MIR y el PCV con el gobierno de
Betancourt y sus sucesores en la presidencia. Quedaban perfectamente
definidos los bandos, con un gobierno decidido a acabar con los
insurrectos por todos los medios, y unos insurrectos en la clandestinidad
decididos a derrocar por las armas al régimen democrático; para ello,
inmediatamente después de Carúpano y Puerto Cabello fundan las
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional.
V.- EL FRENTE JOSÉ LEONARDO CHIRINO

El Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino” se considera fundado el


15 de Marzo de 1962, en la Hacienda “Los Evangelios” propiedad de la
familia Bravo. Ese día se reunieron, con todas las manifestaciones de
solemnidad que exigía el momento histórico y que permitían las
condiciones del ambiente, Douglas Bravo, Primer Comandante del
Frente, Juan Arenas, Iván Bravo “El Negro”, Miguel Noguera, Arcadio
Pérez Martínez e Hilario Navarro (Choropo). La reunión ocurrió en la
Sierra de San Luis, también conocida como Sierra de Iracara. Que este
sea el acto de fundación del frente, corresponde precisamente a la
apreciación del Comandante Douglas Bravo, según la entrevista que aquí
se presenta más adelante (p. 12). Sin embargo, de estos hombres sólo
Bravo formaba parte de lo que sería luego el comando del Frente. En el
transcurso de los siguientes quince días se incorporaron como miembros
de la Comandancia Teodoro Petkoff y Alejandro Mariño Suzzarini, y un
grupo de combatientes entre los cuales destacan los nombres de José
Manuel “Chema” Saher, hijo de quien para aquel el entonces era
Gobernador en el Estado Falcón, Pablo Saher, Rómulo Valero, médico, y
el joven Baltazar Ojeda Negretti. También estuvieron en esos días,
transitoriamente, Alcides Hurtado Secretario General del Partido
Comunista en el Estado Falcón quien a partir de Octubre de 1964 será el
Comisario Político del Frente y Antonio José Urbina, “Caraquita”, Jefe
de la Guerrilla Urbana en el mismo Estado.

El nombre escogido por los revolucionarios para bautizar su frente,


José Leonardo Chirino, fue el de un esclavo negro que en 1795 se
sublevó contra el poder español, en la hacienda “Las Macanillas”, cerca
de Curimagua, en pleno centro de la misma sierra en que ahora, casi dos
siglos más tarde, se declaraban en rebeldía este grupo de jóvenes contra
el “imperialismo norteamericano y sus lacayos criollos”.

El Frente desarrolla su accionar combativo desde 1962 en la Sierra de


San Luis, hasta el año 1966 cuando es transformado en columnas
guerrilleras que se abren paso hacia Barinas en la búsqueda del Apure
con el objetivo de conectarse con la guerrilla colombiana. La
Comandancia del Frente queda constituida por Douglas Bravo, Teodoro
Petkoff, Elías Manuit Camero, Polito Acosta Blanco, Elí Pérez (Leonardo
Quintana), Alirio Chirinos y Domingo Urbina. El dos de Junio del mismo
año, Petkoff regresa a Caracas y su lugar es ocupado por Alejandro
Mariño Suzzarini.

A finales de 1962 el Frente está constituido por tres destacamentos:


(a) el denominado posteriormente “Raúl Henríquez”, bajo la dirección de
Baltazar Ojeda Negretti que opera en la zona de Curimagua y Cabure; (b)
el Destacamento “Elpidio Padovani”, bajo la comandancia de Argenis
González Bravo, que opera en la zona de La Cruz de Taratara y Aracua,
y el Frente Sur dirigido por Domingo Urbina y como Comisario Político
actúa Alirio Chirinos. A este frente pertenece Alejandro Mariño
Suzzarini hasta el año 1965; al mismo se incorpora en Octubre de 1964
Lino Martínez “El Catire Rolando” de la Dirección Nacional del MIR,
quien permanecerá en el mismo como jefe de la brigada hasta Marzo de
1965 cuando es llamado por la Dirección de su Partido para que se
encargue de la Secretaría militar del mismo. El Frente Sur estaba
organizado en tres destacamentos: el “Félix Adam”, el “Gustavo Aranda”
y el “Guillermo Laap” del cual es Comisario Político, Rafael Rossell.
Realizó operaciones en las zonas de Santa Cruz de Bucaral, el Norte
de Lara y el Norte de Yaracuy. En 1965 se crea el Destacamento
“Ibrahim Villasmil” que actúa en parte de la zona costera del Estado
Falcón, comandado por José Mendoza (Bernardo) y Rafael Rossell
(Blas). En 1966, al constituirse las columnas guerrilleras, Rafael Rossell,
Eugenio Riera, Jeremías Barrios, José Mendoza y Fernando Lugo se
trasladan a El Bachiller en el Estado Miranda, siguiendo instrucciones de
la Dirección Política del MIR que aspira a un frente guerrillero propio.

El Frente “José Leonardo Chirino” dispuso además de una


Comandancia Urbana entre Abril de 1963 y Diciembre del mismo año
con funciones de logística y operaciones de saboteo. Constituían la
comandancia: Antonio José Urbina “Caraquita”, Leopoldo Núñez y
Rafael Rossell.
Pensaban estos jóvenes que su lucha antiimperialista contemporánea
era de algún modo una continuación de la lucha contra el colonialismo
español. Pensaban que la guerra anticolonial había constituido un fracaso,
puesto que el resultado no había sido otro que la continuación de
injusticias antiguas, las que ahora esta nueva generación de
revolucionarios eliminando las clases sociales. Hoy, cuando el todavía
reciente intento puede ser considerado ya definitivamente derrotado,
creemos necesaria una mirada retrospectiva sobre ese breve pero
importante período histórico. Una mirada que recaiga, no sobre los
acontecimientos ya destacados por su propio brillo o por una hábil
propaganda. Ni sobre los hombres más notorios de ese proceso, los
comandantes militares y jefes políticos, sino especialmente, sobre los
combatientes más o menos anónimos.

Por este motivo hemos entrevistado a un grupo de valientes y


modestos combatientes del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”.
Ellos no ganaron el honor de la publicidad en la prensa de ninguna parte,
que acaso destacaba las opiniones o las acciones de los comandantes y
los dirigentes políticos. También los historiadores académicos han
preferido destacar a los nombres más conocidos, por haber tomado las
grandes decisiones o expuesto las grandes razones. Pero una historia
basada exclusivamente en los grandes nombres -no necesariamente en los
grandes hombres- será siempre una historia incompleta. El testimonio
que aquí recabamos de estos combatientes tiene al menos un doble valor.
Un valor histórico indudable, porque complementa la visión de los
comandantes y dirigentes porque amplía la perspectiva de cualquier
interpretación agregando la visión de quienes algunas veces por simple
desprendimiento, y muchas más por carecer de la formación y cultura
requeridas, tenían pocas posibilidades de decidir. Voluntariamente
aceptaron un riesgo, y voluntariamente cumplieron las obligaciones que
ese riesgo implicaba: fueron conscientes, y fueron fundamentalmente
disciplinados.

Tienen también estos testimonios un indudable valor humano. Cuando


hablamos del fracaso de la lucha armada atendemos sobremanera al
fracaso de las organizaciones de los partidos que se embarcaron en la
aventura. Los partidos, sin embargo, se adaptan a las nuevas situaciones,
y sus dirigentes, a pesar de los grandes desgarramientos interiores,
continúan en un quehacer que pronto se define como actividad
profesional. Eso, al menos, es lo que hemos apreciado en la posterior
actividad de los dirigentes y comandantes en derrota. El Partido
Comunista, por una parte, y el MAS, por otra, heredero este último de
partes del Partido Comunista y el MIR, se pliegan a la actividad normal
de los partidos políticos tradicionales en el interior de un sistema
democrático inconsistente. Douglas Bravo, disuelto su movimiento, el
PRV, hace una vida política un tanto marginal en otro movimiento,
Tercer Camino, de ideología ambigua o al menos heterodoxa. En todo
caso buscaron continuar una actividad política a través de partidos o
movimientos. Parecen haber asimilado la frustración, mediante una
conducta, que si no es un olvido, parece al menos una sublimación. Para
los combatientes que aquí entrevistamos, la guerra de guerrillas iniciada
en los años sesenta sigue siendo una cosa viva en la memoria. Con la
excepción de Douglas Bravo, -el único que obtuvo amplio renombre
durante el tiempo de la guerrilla- y de Nicolás Jiménez Morales, los
hombres que aquí entrevistamos se han puesto al margen de la presente
actividad política convencional. No participan de partidos políticos. Sin
embargo, ninguno ha perdido la sensibilidad social, la calidad moral que
los llevó a empuñar las armas para lograr la justicia social que
consideraban conculcada. Piensan, además, que esa lucha, quizás
romántica o ilusa, fracasada por razones todavía discutibles, fue un gesto
heroico de desprendimiento, de sacrificio personal, para la liberación de
un pueblo oprimido; nunca, ninguno de esos combatientes pensó medrar
con su sacrificio. Hoy, apartados ya de la vida violenta, hacen vida
pacífica como honestos trabajadores; pero sin olvidar la necesidad de
redención de Venezuela y sus hombres, por lo cual lucharon.
VI.- LOS MOTIVOS

Los analistas de la socio-política coinciden en presentar un escenario


para el año 1960 que comprende tres aristas conflictivas:

a) La situación política: de permanente agitación en el interior de


Acción Democrática por la implantación de una política por parte de
Betancourt de conciliación de clases, marginando las aspiraciones del
sector radicalizado (futuro MIR) que se pronunciaba por reformas
profundas en la sociedad venezolana. El ideólogo fundamental de esta
tendencia lo constituye Domingo Alberto Rangel.

b) La situación social: agudizada por el descontento producido,


especialmente en la capital por la derrota electoral del Contralmirante
Larrazábal y la eliminación por parte de Betancourt del Plan de
Emergencia. Los enfrentamientos se producen casi a diario en las calles
de Caracas. Tanto en Caracas como en las principales ciudades del
interior, los activistas de Acción Democrática constituyen bandas
armadas que unidas a los cuerpos policiales reprimen las
manifestaciones, manifiesta Jesús Díaz Suárez “El Gordo Cuchú” que:
“A raíz del 60, tú te acuerdas, los adecos llegaban y asaltaban los
sindicatos y salían con las bandas armadas a disolver las
manifestaciones, entonces en la Juventud Comunista nos planteamos
responder a esas agresiones, esa fue la idea inicial. Entonces, en las
manifestaciones, siempre había un grupo organizado para responder a las
agresiones de los adecos. Fíjate que hasta para vender Tribuna Popular
teníamos que salir cuatro o cinco camaradas.” (p. 62) y Epifania Sánchez
“La Negra Aurora” relata: “Después empezamos a fabricar esas casas,
empiezan ya los adecos en el poder con las bandas armadas, a frenar el
avance de las luchas populares, como una huelga de transporte que hubo,
los muchachos que caen presos que los detienen en la DIGEPOL, en la
Disip, en la bicha esa como se llama DIGEPOL si, este... los maltrataban,
viene la detención de José Gregorio Rodríguez, después de eso ya
empiezan las infiltraciones dentro del partido, nos toman la casa de Santa
Ana, ahí hubo una explosión con una bomba que metieron y habían
ciertos elementos que creo que estaban unidos a este gente ¿no? que eran
los que llamaban sapos, la gente que estando dentro del Partido hacían
dos tipos de trabajo, se decían revolucionarios y eran espías de este
movimiento. Entonces se nombra un comité aparte clandestino.” (pp. 85-
86)

c) la crisis económica a consecuencia de la baja de los ingresos


petroleros, la fuga de capitales, la crisis de la industria de la construcción
y el aumento del desempleo.

d) la situación internacional: el triunfo de la Revolución Cubana y la


política de hostigamiento del gobierno de los EE.UU.

Este cuadro generador de descontento es enfrentado por el ejecutivo


nacional y por el poder legislativo en forma violenta y en concordancia
con los intereses del bloque de poder constituido y derivado del Pacto de
Punto Fijo. El mismo se encontraba dirigido a la constitución de un
nuevo modelo hegemónico, capaz de crear estabilidad político-social y
adelantar un desarrollo económico modernizador (13). El Pacto se
encontraba dirigido a:

1.- Crear un sistema político que, garantizando una participación


satisfactoria para los distintos agentes sociales, legitimase la acción del
Estado imprimiéndole la estabilidad necesaria para llevar adelante el
modelo de desarrollo.

2.- Crear ciertas premisas que permitieran regular las condiciones


socioeconómicas entre capital y trabajo, en el marco de una situación de
desajuste económico y crisis fiscal.

3.- Crear mecanismos concretos para el acceso institucional de los


intereses de agentes e instituciones sociales. Este asunto significaba
pautar cuotas de participación y responsabilidad de los agentes sociales
en el aparato del Estado.

Para lograrlo era fundamental una alianza del sector político (AD,
COPEI, URD) con el estamento militar, FEDECÁMARAS, la jerarquía
eclesiástica y las cúpulas obreras controladas por AD, las cuales
garantizarían la continuidad del Pacto de Avenimiento Obrero Patronal,
firmado el 24 de Abril de 1958.28

A esta situación, pasado el tiempo, la guerrilla fue para los hombres


que participaron en ella y que hoy la juzgan retrospectivamente una
singular experiencia humana. En los recuerdos que aquí presentamos,
podemos apreciar, por una parte, la convicción generalizada de que se
trataba de una acción justa; que las desigualdades sociales eran generadas
por una inicua explotación de los trabajadores por parte de un voraz
capitalismo, cómplice de la actividad imperialista norteamericana; la
carencia de sensibilidad social del régimen de Rómulo Betancourt y de
quienes le siguieron, atentos sobremanera a complacencia de los
poderosos, desoyendo los requerimientos de las masas populares; los
compromisos de esos gobiernos con la política exterior norteamericana,
que comprometían la soberanía nacional y olvidaban el sentir de patria; el
carácter desmesuradamente represivo contra las protestas populares, eran
más que sobradas razones para alzarse en armas. Al respecto resulta
elocuente la expresión de Baudilio Loyo:

“..., había razones para empuñar las armas. Fue justo. Si no las
empuñábamos nosotros, otros las hubieran empuñado. La historia nos
ha dado la razón; nos derrotaron, pero los vencedores acabaron con
este país, lo arruinaron, lo empobrecieron y lo degradaron”. (p. 133)

Si la decisión de tomar las armas fue acertada o no es otro problema.


En general, los entrevistados no tienen sobre esto convicciones firmes.
Ello equivaldría a responder a la difícil cuestión de si los propósitos
de los guerrilleros hubieran podido hacerse realidad por otros
procedimientos. En todo caso, si fue un error o no, es algo que queda
marginado por el orgullo de haber acertado en la calidad moral de la
decisión. Consideramos ejemplar la opinión de Raúl Chirinos:

“Si fue justo o no lo importante es que nos alzamos, que nos llenamos
de sueños, que intentamos tomar el poder para construir una patria
independiente y soberana. ¡Coño, que nos equivocamos: fue la
equivocación más bella de nuestra vida!” (p. 219)

Al orgullo de haber participado en la guerra de guerrillas acompaña


una grata memoria de los compañeros, de los compañeros caídos y los
compañeros sobrevivientes. La guerrilla significó una gran experiencia de
solidaridad que ha marcado muy fuertemente a quienes en ella
participaron. Es lógico. En las situaciones de privación y desesperación,
cuando aprietan el hambre o la persecución militar, los hombres que no
claudican termina haciéndose individualmente más fuertes y
colectivamente más solidarios, más interdependientes. Saben, aprenden
que la vida de cada quien depende de todos. Los ejemplos de solidaridad
abundan en estas entrevistas.

La solidaridad con los caídos y su permanente recuerdo, es elocuente.


Para nuestros entrevistados, la historia, aun la escrita por historiadores
que simpatizan con el movimiento guerrillero, se ha mostrado injusta con
los compañeros caídos.

La impresión que tienen es que con imposibles excepciones, los


caídos en los combates guerrilleros han caído también en el olvido. La
memoria de esos hombres exige una reivindicación que empiece por
rescatarla. Ramón Martínez, “El Gallinazo”, aplaude:

“… que empiece alguien a escribir las verdaderas razones de lo que


fue el movimiento, de la gente que estuvo ahí, de los muertos, de los
cuales nadie habla; bueno, que diga la verdad, como debe ser. (p.
251)

y más adelante, el mismo Gallinazo, sobre el mismo tema de la historia y


de los muertos señala:

“... que nadie escribe sobre ellos, aquí todo el mundo habla pa’
aparecer en los libros, pa’ aparecer en las historias, pero ellos no
escriben la verdadera historia ni recuerdan a sus compañeros que
cayeron: Arcadio Martínez, Arcadio Pérez Martínez, nombran claro a
Miguel Noguera, porque tienen que nombrarlo, a Baltazar Ojeda
ahora porque tienen que nombrarlo, pero hay mucha gente que cayó,
que fueron compañeros combatientes de distintos estados de
Venezuela... (p. 266) ... demasiada gente cayó y nadie los nombra”.
(p. 267)

Así pues, no hay decepción ni sensación de tiempo perdido. Sienten


que fueron derrotados en una guerra donde la derrota, como en toda
guerra, es una posibilidad. Sólo reclaman hoy un mejor trato para los
olvidados.
VII.- LA DERROTA

La derrota política y militar del Frente “José Leonardo Chirino” se


encuentra indisolublemente unida al fracaso de la lucha armada en
Venezuela, en el período que empieza en 1960 con el inicio de la
autodefensa armada, en 1961 con la constitución de los primeros núcleos
guerrilleros en El Charal dirigido por Lunar Márquez y Juan Vicente
Cabezas, en 1962 el grupo de Humocaro comandado por Argimiro
Gabaldón al cual se incorpora Lunar Márquez y otros que vienen de El
Charal y el grupo de Aroa dirigido por Luben Petkoff y el de La Azulita
en el Estado Mérida, cuyo jefe iba a ser Alfredo Maneiro, quien no llegó
a subir. En ese intento de La Azulita fue herido y tomado prisionero
Agustín Blanco Muñoz, quien luego se escapará durante El Porteñazo y
permanecerá refugiado en la residencia No. 1 de la Ciudad Universitaria
de Caracas en la habitación PB-12.

La falta de éxito del llamado a la abstención electoral y el triunfo de


Raúl Leoni en el año 1964 plantea en el seno del Comité Central del
Partido Comunista el inicio de la discusión sobre una posible tregua en el
campo militar. Se logra su puesta en práctica durante nueve meses y en
ese período surgen tendencias que se plantean la pacificación y el fin de
las acciones armadas. En Abril del año 1965 y en el VII Plano del Comité
Central se elabora la confusa táctica de la “paz democrática” que en
verdad nadie entendió por cuanto por un lado plantea la búsqueda de vías
que abran canales para la participación legal en la relación con las masas
populares y superar de esta forma el aislamiento de la izquierda y por la
otra refuerza las tesis guerreristas del VI Pleno.

La tesis del repliegue había sido planteada en 1964 por Domingo


Alberto Rangel quien de inmediato se separa del MIR. Según Teodoro
Petkoff y Guillermo García Ponce, los cuales se encontraban presos en el
San Carlos, esta idea empieza a materializarse y se refuerza con la caída
de El Garabato y el asesinato de Alberto Lovera: “Yo por ejemplo, creo
que el momento en que nosotros decidimos el repliegue fue el día en que
mataron a Lovera y cayó El Garabato, dos cosas que fueron
simultáneas”.29 “La caída del Garabato significaba que el movimiento
estaba aislado, sin recursos logísticos de ningún tipo... la muerte de
Lovera resume esencialmente el costo en sangre que significaba todo esto
para el Partido”30. Considerados como el aspecto crucial el diseño táctico
de la “paz democrática”. El mismo produce la separación del MIR, el
cual mantenía su alianza con el PCV. En 1965 la comunicación enviada
desde el Cuartel San Carlos, firmada por Pompeyo Márquez, Teodoro
Petkoff y Freddy Muñoz donde reconocen la derrota y la necesidad del
repliegue. Esta posición no es aceptada por la casi totalidad de los
dirigentes de los frentes armados, lo cual puede constatarse en El
Manifiesto de Iracara, la comunicación enviada por Elías Manuit Camero
con el pseudónimo de Amadeo, firmada en la Sierra de Falcón el 12 de
Junio de 1966 y la comunicación del Comandante Arauca (Francisco
Prada) desde el Frente Guerrillero de los Llanos, el 21 de Junio de
1966.31 En ese mismo año, Douglas Bravo es separado del Buró Político
del PCV y lo acompañan Luben Petkoff, Edgar Rodríguez Larralde,
Freddy Carquéz, Elías Manuit Camero, Francisco Prada y otros. Asumen
el nombre FLN-FALN, pasando Fabricio Ojeda a la Presidencia del FLN.

En consecuencia, el repliegue militar unido a la política de


pacificación instrumentada por el primer Gobierno de Rafael Caldera y el
desarrollo del mesianismo, el foquismo y la ausencia de una base social
debilitan al movimiento hasta su total desaparición.

La razón de la derrota no es entre los entrevistados objeto de análisis


exhaustivo. Se puede decir que en última instancia, la posición de cada
uno frente al problema depende de la posición que tomaron en el
momento en que el PCV asumió la táctica de la “Paz Democrática”, a
mediados de 1965, que se proponía la desmovilización de los frentes
guerrilleros y la liquidación de la lucha armada. Según Douglas Bravo
esa decisión del PCV provocó la decisión que permitió a su vez la
formación de un grupo, en 1966, liderizado por él, que tomó
sucesivamente las designaciones del FLN-FALN y PRV, y que luego, en
1972, tomará aspecto legal bajo la denominación de RUPTURA.

El Partido Comunista de Venezuela, en su pleno de Julio - Agosto de


1965, hizo un balance de lo que hasta ese momento había sido la lucha
armada. Aparte los eufemismos, se puede decir que las “resoluciones”,
producto de ese pleno, declaran simplemente la situación de derrota en
que se encuentra esa lucha como consecuencia de gravísimos errores en
su concepción y ejecución. En primer lugar señalaba la derivación
militarista que centraba las tareas en lo estrictamente militar,
desatendiendo los necesarios aspectos propiamente políticos, legales y
pacíficos. Señalaba, también, que la lucha armada no había logrado el
apoyo popular necesario, ni en el campo ni en la ciudad, por lo cual había
degenerado en una simple lucha de vanguardias. Asimismo, los cuerpos
militares de la revolución evidenciaban una singular ineficacia militar, e
ineficacia en las tareas políticas, no militares, como la obtención misma
del apoyo popular. Esos mismos cuerpos mostraban carencia de cuadros
adecuadamente entrenados, y carecían también del armamento mínimo
indispensable para operaciones militares sostenidas y exitosas. La guerra
revolucionaria se encontraba simplemente, en una fase irreversible de
estancamiento que además comprometía las posibilidades de otras formas
legales de lucha, y la supervivencia misma de los partidos
comprometidos en ella, vale decir, al Partido Comunista y el MIR.32

De los entrevistados, Alejandro Mariño Suzzarini, Heberto Oráa,


Nicolás Jiménez, Noel Sirit, Ignacio de Jesús Goitía, Francisco Sosa, es
decir, seis de catorce, en el momento de la escisión de Douglas Bravo
permanecieron alineados con el Partido Comunista y acataron la decisión
de desmovilización. Sin embargo, esa desmovilización, no se produjo de
inmediato. Lo que de inmediato ocurrió fue la separación física de los
militantes comunistas del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”, el
cual quedaba así integrado solamente por los seguidores de Douglas
Bravo. Los militantes comunistas fueron trasladados a las ciudades o a
otros frentes guerrilleros que permanecían fieles a las directivas del
Comité Central. Estos frentes guerrilleros continuaron funcionando en
actitud defensiva a la espera de la definitiva concreción de la paz y de la
incorporación a la vida legal, hasta 1967.

Alejandro Mariño Suzzarini bajó de la Sierra en 1965, aquejado de


una molesta enfermedad. Ese mismo año, para seguir tratamiento médico
apropiado y tomar cursos de especialización militar, fue enviado al
extranjero por el Partido. Estuvo en la Unión Soviética, China, Vietnam
del Norte, Checoslovaquia y Cuba. Al regresar a Venezuela en 1967,
efectuada ya la separación de Douglas Bravo, se incorpora al Frente
Guerrillero “Simón Bolívar”, que operaba en una zona de confluencia de
los estados Lara, Portuguesa y Trujillo, y que comandaba en ese
momento Tirso Pinto. Ese mismo año se completó la desmovilización del
frente, y los combatientes más notorios pasaron a hacer vida clandestina
en las ciudades. Se vinieron a incorporar plenamente a la vida legal en
1969, en el gobierno de Rafael Caldera.

A pesar de la decisión de desmovilización del Partido Comunista,


muchos fieles militantes abrigaban, aun dentro de las estructuras del
partido, la esperanza de continuar la lucha guerrillera. Esto es lo que se
desprende de las declaraciones de Mariño.

“Llego a Venezuela y trato de cumplir lo más disciplinadamente con


la línea del partido, me entrevisto con Teodoro Petkoff quien se había
fugado del San Carlos y me propone que me dediqué a la tarea de la
reconstrucción del partido que había sido muy golpeado par la
represión y por la división del “douglismo”. Le digo a Teodoro;
-mire, camarada, yo soy un guerrero, yo sé de guerra, ustedes me han
mandado al exterior a estudiar el arte de la guerra, yo no soy un
organizador, soy un guerrero-. El Partido Comunista mantenía
todavía el Frente “Simón Bolívar” y me envían a la montaña, pero
antes de irme veo a mi familia y algunos compañeros a quienes tenía
muchos años que no veía, converso con ellos y les manifiesto que
seguiremos en la lucha, que veníamos a reforzar el Frente y les pedí
la solidaridad para continuar en la lucha. Teodoro Petkoff me dice:
-Bueno Mariñito, si te quieres ir para el monte, que te vaya bien-.” (p.
302-303)

Así pues, muchos combatientes, militantes del PCV, siguieron a


regañadientes las directivas del partido, pues estaban convencidos de que
era posible continuar exitosamente la lucha armada. Pero privó en ellos,
por encima de todo la disciplina marxista-leninista en que se habían
formado, la altísima valoración del partido que el partido les había
inculcado. Con el tiempo, han venido a dar la razón a quienes en el
partido promovieron la liquidación de la lucha armada. El mismo Mariño
es testimonio de ello:

“Yo había lanzado una consigna que después Teodoro y


Pompeyo me reclamaron. ¡Primero muertos que bajar!.. Hoy, que
estoy conversando contigo, pienso que la decisión del partido fue
correcta, pues no teníamos base social, los campesinos estaban al pie
del monte, al pie de la cordillera o en pueblos como, la Miel,
Acarigua.” (p. 303-304)

A la resolución del VII Pleno del Comité Central del partido, en el


cual no había participado, Douglas Bravo respondió enviando una carta
al mismo Comité Central para exponer su personal apreciación de la
situación. De hecho, a nuestro entender, la carta no hace más que dar
razón al Comité Central en cuanto al análisis que éste hace, pero así
mismo hace recaer la responsabilidad principal de los errores cometidos
en el propio Comité Central y en especial en su Comisión Política:

“Para ustedes, camaradas del Comité Central no es ningún secreto


que estas fallas y errores pueden verse en la forma más clara dentro
de nuestra Comisión Política. Llevamos adelante la lucha de
opiniones en forma tal que los métodos leninistas de trabajo no
existen, hemos llegado al punto en que la libre expresión es coartada.
La fraternidad ha desaparecido. Las reuniones se realizan en un
ambiente tan hostil que producen una tensión perjudicial que
obstaculiza la labor directiva. Podemos agregar a esto la falta de
coordinación política y organizativa entre nosotros, los miembros de
la Comisión Política.”33

Posteriormente, Bravo hace una exposición en la que, en síntesis,


afirma que, corrigiendo los errores, la lucha armada puede continuar y
concluir con el triunfo de las fuerzas revolucionarias. En ese sentido, pasa
de inmediato a exponer lo que debe ser la manera de llevar a cabo la
lucha revolucionaria.

Para todos los “douglistas”, entonces y ahora, la causa de la derrota,


constituye la posición del Partido Comunista que no respaldó con la
energía que era necesaria la guerra revolucionaria, a tal punto que esa
ausencia de respaldo para algunos llegaba a la traición. Eso podemos
inferirlo de las revelaciones de Jesús Alberto Díaz Suárez, el “Gordo
Cuchú”:

“...; ya habían surgido las discusiones ideológicas, el planteamiento o


la efectividad de que si la guerrilla tenía vigencia, (pero era que nos
estaban vendiendo por cuquitas).34 El partido nos estaba vendiendo
por cuquitas y nosotros éramos unos muchachos inocentes, entonces
se da el fenómeno que Douglas descubre la cuestión y entiende que
era necesario dividirse para continuar la guerra. Douglas empieza a
crear las bases y los aparatos para no dejar a los guerrilleros en el
aire”. (p. 65)

No creemos que las causas de la derrota estén, a más de veinticinco


años de la conclusión de los hechos, perfectamente dilucidadas. Sin
embargo, reiteramos, no es ese el propósito de este trabajo. Al parecer,
todavía no tenemos la suficiente distancia de los hechos para poder
mirarlos desapasionadamente.
REFERENCIAS

__________________
1
Wolf, Eric R... Europa y la gente sin historia, p. 10.
2
Peña, Alfredo. Conversaciones con Douglas Bravo. Edit. Ateneo de Caracas.
Caracas, 1978.
3
Comandante de origen campesino del Frente José Leonardo Chirino, considerado
corno uno de los guerrilleros más audaces de la década del 60.
4
Capitán de las Fuerzas Armadas Nacionales quien en los años sesenta se incorpora
al Movimiento Revolucionario e integra la Comandancia al Frente Guerrillero “José
Leonardo Chirino”, Comandante Guerrillero y Disidente al FLN.
5
Considerado como el más importante táctico militar de la insurgencia de los años
sesenta.
6
El Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) publicó en 1968, cinco tornos
de documentos sobre la violencia en Venezuela en la década del 60. Los mismos
recogen información documental sobre el PCV, el MIR y el FLN-FALN.
7
Ferrarotti, Franco. Histoire et histoire de vie. Edit. Les Meridians París, 1983;
Bertaux, Daniel. Histoire le vie ou recit de practiques. Cordes. París, 1971. Hanet, F.
Aron, D. “Sourees orales, archives orales”; en Annales. París, 1980.
8
Savater, Fernando. Ortodoxos y heterodoxos, p. 16.
9
Hosak. l. (y) otros. Fundamentos de la historia, p. 61. García, Alejandro. Las
Fuentes Orales, p. 9.
10
Fals Borda, Orlando. “Comentarios sobre la Historia Doble de la Costa”, en: De
Ficciones y Realidades. p. 261.
11
Vasina, Jan. La Tradición Oral, p. 27.
12
Bigott. Luis Antonio. Investigación Alternativa y Educación Popular en
América Latina, p. 97.
13
Véase además: Apalategi, Joxemartin Introducción a la Historia Oral, pp. 93-
95; Marinas, José Miguel (y) Cristina Santamarina. La Historia oral: Métodos y
Experiencias, pp. 101-116; Sitton, Thad. Historia Oral, pp. 47-51; pp. 109-116;
Wolf, Eric R. Europa y la gente sin historia, pp. 11-13.
14
Ramírez Rosales, Edito. El 18 de Octubre y la problemática venezolana actual
(1945-l979), p. 66.
15
Comisión ideológica de Ruptura. El Imperialismo petrolero y la Revolución
Venezolana T-2, p. 250.
16
Rodríguez José. ¿Quién Derrocó a Gallegos?, p. 164.
17
Ibid, p. 159.
18
Sanin. Los adecos al poder, p. 142.
19
Velázquez Ramón J. Venezuela moderna, p. 183.
20
Ibid, p. 183.
21
Ibid, p. 179.
22
Ibid, p. 181.
23
CF. Ramón J. Velázquez. Venezuela moderna, p. 176.
24
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
25
CF Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
26
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193
27
Ramón J. Velázquez. Ob. cit., p. 193.
28
González Navarro, José “Relaciones Laborales o Advenimiento Obrero Patronal”,
en Revista sobre Relaciones industriales, pp. 40-42.
29
Blanco Muñoz Agustín. La Lucha Armada. Hablan cinco Jefes, p. 253.
30
Ibid, p. 323
31
Cidoc. Venezuela: La violencia. T 5. p. 321
32
Gott, Richard. Las guerrillas de América Latina, pp. 37-38.
33
Ibid, p. 43.
34
“Nos están vendiendo por cuquitas”, expresión de uso corriente en la región del
Estado Falcón que equivale a “nos están cambiando por algo de valor
insignificante”.
COMANDANTE
DOUGLAS BRAVO

Nació en Cabure en 1933, estudió primaria en la escuelita del


pueblo y bachillerato en el Liceo Cecilio Acosta de Coro, Derecho en
la Universidad Central y en la Universidad Santa María. Muy joven
se hace comunista. Su historia es la de la rebelión contra los
poderosos y contra los dogmas, es parte de los sueños y de la rebelión
en América Latina. Actualmente dirige el Movimiento Tercer Camino,
una mezcla entre el anarquismo y la búsqueda de un camino propio
para la América Latina y Venezuela, desligado de los centros de
poder y de la civilización occidental. Es parte de la historia, de las
utopías, de los sueños y de las irreverencias.
PARA QUE NO SE BORRE LA MEMORIA HISTÓRICA HAY
QUE DERROTAR LA GLOBALIZACIÓN

CONVERSATORIO CON DOUGLAS BRAVO

P.- Buenos días, Comandante Douglas Bravo, mucho tiempo sin verlo.
Estoy escribiendo un libro que tengo bastante avanzado, con el pretendo
reconstruir la historia del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”.
Hasta ahora, he realizado 14 entrevistas, la suya es la número 15. El
libro se llama “Para que la memoria no se pierda”. En gran medida,
este libro es la historia de los que no tienen historia: los combatientes y
las combatientes del “José Leonardo Chirino” tanto de la parte urbana,
como de la rural. He entrevistado a las siguientes personas: Jesús Díaz
Suárez (El gordo Cuchú), Nicolás Jiménez (Nico), Noel Sirit (Benjamín),
Francisco Perozo (Salomón), Raúl Chirinos (El Pica), Onésimo Medina
(El Negro), Ramón Martínez (El Gallinazo), Ignacio de Jesús Goitia
Henríquez (El Pichirilo), Alejandro Mariño Suzzarini (Tovar, Wilmer,
Alex), Carlos Portillo Pirela (Nacho o Daniel), Francisco Sosa
(Pancho), Baudilio Loyo (Gigio), Epifania Sánchez (La Negra Aurora) y
ahora me toca una entrevista con usted. ¿Qué le parece la idea,
Comandante?

R.- Bueno, hermano, poeta, guerrillero. Poeta Rossell, como usted es uno
de los combatientes y de los fundadores del trabajo campesino del Frente
Guerrillero “José Leonardo Chirino”, creo que tiene realmente un buen
proyecto, porque va a incorporar, como dijo hace rato, aquellos que no
tienen historia y me mencionó varios de los compañeros que habiendo
hecho historia, habiendo participado en circunstancias históricas
transcendentales, nadie los conoce, apenas quizá los que anduvimos con
ellos, o los de su caserío, o los de su barrio, si se trata de un pueblo, o de
una ciudad, o quizá sus familiares más cercanos, su novia o su madre.
Aparte de eso, me gusta mucho, porque forma parte de lo que la historia
no ha relatado del “José Leonardo Chirino”, porque usted, quizá, con su
propuesta, pueda llegar a desenterrar elementos importantes de la vida
política de hoy, que nacieron en el propio “José Leonardo Chirino”.
P.- Comandante a usted lo han entrevistado cientos de veces, en todas
las lenguas. Le voy a contar una anécdota para que usted vea.
Estábamos en la escuela guerrillera del destacamento Félix Adam, en El
Oasis y llega un camarada que venía de China y los camaradas chinos lo
habían enviado a Mongolia, él traía un periódico en mongol, donde
venía una entrevista suya. Le quiero hacer una primera pregunta
Comandante “Andrés”, una pregunta muy política, que está muy ligada
con tu espíritu. ¿Qué significó para usted el 23 de Enero y la caída del
General Pérez Jiménez?

R.- En realidad, podríamos decir que me tocó, como militante del Partido
Comunista de Venezuela, participar activamente en la derrota del General
Marcos Pérez Jiménez y formar parte de organismos como el Comité
Obrero de la Junta Patriótica dirigida por Fabricio Ojeda y formar parte
de comandos especiales, junto con gente de Acción Democrática que
dirigía Simón Sáez Mérida y conjuntamente, llevar a cabo en ese
entonces, ese gran esfuerzo. Creo que nosotros consideramos que fue una
gran victoria, porque derrotamos a Pérez Jiménez y años después,
supimos que nos faltó una estrategia correcta para profundizar el proceso
de la caída de Pérez Jiménez, que la táctica para la derrota de Pérez
Jiménez diseñada por el Partido Comunista fue correcta, pero que no
hubo una estrategia correcta para después de la derrota del General y no
tuvimos criterio de poder, no tuvimos concepción del poder, como si la
tenía Rómulo Betancourt, Uslar Pietri y otra gente.

P.- Comandante, cercano al 23 de Enero, un año después de la caída de


Pérez Jiménez hay un acontecimiento histórico que va a ser el parte agua
de la política en América Latina y que desde el Río Grande hasta la
Patagonia, a millares de hombres y mujeres nos va a macar. Yo diría
que no solamente desde Río Grande hasta la Patagonia sino al resto de
los continentes; me refiero al proyecto de la Revolución Cubana en su
primera parte. Qué significó para usted la Revolución Cubana y la
utopía Castrista-Guevarista y de Celia Sánchez?

R.- En realidad yo creo que la Revolución Cubana cuando nace, se


extiende por el mundo entero con su ejemplo y puede llamársele
exactamente como usted dice: la utopía Castrista-Guevarista y Celia
Sánchez. ¿Por qué? Porque es como decir la continuidad de la lucha de
los indios desde el 12 de Octubre de 1492, contra los conquistadores
occidentales, esa batalla de Cuba es una continuación de la lucha de los
indios, de los negros, de los libertadores. Desgraciadamente, en el curso
y desarrollo de esa revolución por razones que hemos explicado en otras
oportunidades, tomó un camino de sovietización, que es como decir, un
camino de europeización, de occidentalización.

P.- Comandante, cae Pérez Jiménez, viene el período de la democracia y


se abre una etapa de violencia en Venezuela que no ha terminado
todavía. Quién inició la violencia, porque la gran aspiración de muchas
generaciones de venezolanos fue la de alcanzar la democracia. ¿Quién
inició la violencia de los años sesenta?

R.- En realidad, yo creo que para el análisis histórico no importa mucho


qué clase la inicia, ni qué dirigentes la inician ni qué partidos, ni qué
núcleos; la violencia nace como producto de las luchas sociales
encrestadas, como la más alta expresión de las luchas sociales. Ahora,
que una clase social -como en el caso de Betancourt- encabezando a la
burguesía y a las transnacionales haya hecho con audacia, maniobras
políticas para ganar terreno con la violencia es otra cosa, pero la violencia
que existió en aquel entonces y que hoy existe, porque más recientemente
tenemos tres grandes acontecimientos de violencia: 27 de Febrero, 4 de
Febrero y 27 de Noviembre y esto va a seguir hasta que pueda Venezuela
lograr su emancipación. De tal manera, que la violencia se inicia el 12 de
Octubre de 1492 y va a terminar cuando América Latina y el Caribe estén
emancipados de la civilización occidental y de las grandes
transnacionales que son parte de la civilización occidental.

P.- Comandante, usted fue comandante del “José Leonardo Chirino”.


Cientos de hombres en toda Venezuela estuvimos bajo su mando, de
diferentes ideologías, partidos, cristianos, marxistas, socialdemócratas,
soñadores y románticos, entre los cuales me encuentro. ¿Cómo se inicia
la construcción o los preparativos para fundar el Frente “José Leonardo
Chirino” porque mis conocimientos históricos me llevan a lo siguiente:
Recién fundado Coro por allá en 1527, cuando llega Ampíes, hay un
primer enfrentamiento muy fiero, un levantamiento dirigido por un indio
Bacoa, dicen que Marcos Bacoa, yo, en particular no creo que se
llamara Marcos Bacoa porque era un indio Jirahara y ningún Indio se
podía llamar Marcos, al menos que los españoles le hayan puesto ese
nombre, que es lo más probable. En 1795 se produce el levantamiento
de los negros, zambos e indios dirigidos por “José Leonardo Chirino” y
en el siglo XIX en la Provincia de Coro, se da inicio a la Guerra Federal
y de allí parten cientos de hombres a engrosar las filas del Ejército
Federal dirigido por el “Valiente General Ezequiel Zamora”. En medio
de la paz gomecista Falcón es una región levantisca, tengo entendido
que los Urbina se levantan contra Gómez ¿Por qué escoge usted la
Sierra de Coro para fundar un frente guerrillero?

R.- Bueno, en realidad yo diría que la Sierra de Falcón es mágica, tiene


algo mágico y todavía quizá no se ha hecho una interpretación adecuada
de ese fenómeno, porque allí se han producido acontecimientos que
justamente, yo los relataba en una intervención que hice en la celebración
de los 200 años del levantamiento de los negros esclavos, zambos e
indios, de la insurrección de la Sierra, encabezados por “José Leonardo
Chirino”. Justamente Bacoa se llama Marcos porque estaba cristianizado,
pero hay un detalle importante, es que Bacoa es casado con una prima o
con una hermana del caudillo coriano y que no eran de la misma etnia,
porque uno es jirahara y el coriano es caquetío, ¿entiende? que es
Manaure, pero tenían divergencias. El levantamiento de Bacoa no
solamente se alza contra los conquistadores españoles en 1532, en
Febrero, sino que se alza contra su propio primo o cuñado, porque había
pactado con los españoles. Largos años después, viene el levantamiento
de José Leonardo Chirino, entre uno y otro median muchos años, 1532-
1795. Durante el levantamiento de Bacoa, que es jirahara, los españoles
realizan una carnicería espantosa contra los indios que se habían
levantado y los sobrevivientes son empujados a lo más profundo de las
montañas. José Leonardo Chirino se levanta en Curimagua, región que
está a muy pocos kilómetros de donde había ocurrido el levantamiento de
Marcos Bacoa. Casi un siglo después viene la Guerra Federal que estalla
en Coro y de La Sierra salen muchas tropas, porque Ezequiel Zamora
vivió en La Caridad durante muchos años, donde tenía su hacienda y de
ahí salen los Generales Payares, Mora y León Colina.

P.- Comandante, pero esos Generales son mulatos, negros e indios.

R.- Efectivamente, mulatos, negros e indios, ese es un aspecto muy


significativo que lo encontramos en el movimiento de José Leonardo
Chirino, esos levantamientos tienen una sincretud de verdad, verdad,
sobre todo, en particular el de José Leonardo, una sincretud cultural, una
sincretud religiosa y una sincretud étnica, es un aspecto muy importante,
eso es sumamente importante. Y después viene el levantamiento en ese
mismo territorio, de Julio Urbina en 1922, que toma a San Luis y después
viene el levantamiento de Rafael Simón Urbina, quien toma Curazao y
desembarca en las costas de Falcón, acompañado por Gustavo Machado,
Miguel Otero Silva y otros revolucionarios.

P.- Dicen que Rafael Simón Urbina tenía un extraordinario táctico-


militar, que peleaba a machete, el General Olegario Reyes, primo de
Caraquita, o tío de Caraquita Urbina.

R.- Bueno, efectivamente, Olegario Reyes tiene, incluso, una pelea, -lo
cuenta Miguel Otero Silva en “Fiebre”- tuvo una desavenencia muy seria
con Rafael Simón Urbina, porque Rafay Simón quería matar a unos
campesinos allí y Olegario que era campesino y de allí mismo, de
Curimagua se opuso radicalmente. Esto lo cuenta después Gustavo
Machado en otro libro. Ese Olegario de verdad, verdad, era un
extraordinario combatiente. Yo creo que Olegario, para aquel entonces,
era lo que fueron más tarde Miguel Noguera y Magoya, lo que fueron ese
grupo de hombres extraordinarios, campesinos natos, que incluso, estos
dos muchachos aprendieron a leer en la guerrilla, como usted mismo lo
sabe.

P.- Bueno, le voy hacer otra pregunta. Los inicios para instalar el frente
“José Leonardo Chirino” se caracterizan por muchas cosas, primero,
son muy pocos los prisioneros que caen en manos del enemigo,
podríamos mencionar entre ellos a Chema Saher, al Catire Rómulo
Valera y a uno de los Lapp, hermano de Guillermo, guerrillero del
Frente Sur que murió ahogado en el río Tocuyo. Los hombres del José
Leonardo se caracterizaran por el conocimiento del terreno y por el
apoyo recibido por los campesinos de la Sierra. Douglas cómo se le
ocurre la idea de instalar ese frente en esa Sierra, que uno la ve ahora y
dice: ¡coño! este fue un gran sueño, un extraordinario sueño y un gran
sacrificio. Hablemos de los preparativos para iniciar las acciones en el
José Leonardo.

R.- En realidad analizando económica y geográficamente la Sierra de


Falcón, la Sierra, que por cierto no se llamaba la Sierra de San Luis; este
fue el nombre que le dieron los españoles; antes se llamaba la Sierra de
los Jiraharas, porque de allí eran los Jiraharas, quienes vivían en un
territorio que abarcaba desde Curimagua hasta Yaracuy y el Norte de
Lara. Económicamente y geográficamente no era muy apta para la
guerra, según los teóricos militares, pero tenía elementos del pasado de
esa mítica de la cual veníamos hablando que le daban una extraordinaria
fuerza. El Frente no se inicia en propiedad como otros frentes, que se
instalan de inmediato, veinte o cincuenta guerrilleros que van de la
ciudad. Allí comenzó con Mariño que llegó a La Caridad, cerca donde
vive Ezequiel Zamora, allí Mariño tenía un conuco y trabajaba y lo
llamaban el doctorcito de La Caridad, más allá, como a 10 Km. estaba
Monoco trabajando la agricultura en el río Hueque; abajo en las Tres
Marías y por los lados de Curimagua estaba Peche, hoy médico, Peche
estaba trabajando también de agricultor, de tal manera, que había unos
veinte hombres, veinte muchachos que hacían el trabajo legal, sin que se
supiera que eran guerrilleros. Su labor era conocer el terreno, introducir
las armas, prepararse, conocer bien al campesino, conocer su región
desde el punto de vista económico, social y espiritual; por cierto, que
algunos de ellos cayeron presos en esa primera tarea, como Mariño, quien
después vuelve al frente guerrillero cuando lo ponen en libertad viene de
regreso desde Caracas, pero antes estuvo en Colombia en la zona de
Marquetalia, donde los colombianos lo habían entrenado, ese es el
comienzo del frente. Simultáneamente con ellos, había hombres del
pueblo que los ayudaban, maestros como Chucho Bravo, campesinos de
la costa, campesinos de Churuguara que llevaban a cabo esa labor de
auxilio y que estaban concatenados a través de las redes que organizaba
el Partido Comunista y el MIR.

P.- En una entrevista que le hice al Comandante Baudilio Loyo, me dijo


que él inició las exploraciones de la Sierra con un grupo de hombres,
pero que como él es primo suyo conversó con usted y te dijo: -primo,
estoy haciendo estas exploraciones- y usted le dijo: -primo, tranquilo
porque aquí tengo un grupo de hombres, entonces es cuando Baudilio
decide irse al Sur ¿es verdad eso?

R.- Eso es cierto, Baudilio se va al Sur, entra al Sur con Simón Domingo
Urbina; ya en el Norte estaba Manilo, haciendo un trabajo lento, lento.
Yo estaba clandestino para ese entonces y allí en la zona de Churuguara
había un elemento histórico muy importante, porque en esa zona estuvo
el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón con las tropas Federales durante
largo tiempo, por cierto, que hay un historiador, un señor que vive en
Churuguara, quien tiene unos archivos allá, en Cabure, quien tiene toda la
vida de Ezequiel Zamora, desde que llegó Ezequiel Zamora, ese señor
está vinculado a los Payares, porque el General Payares es quien le deja
todos esos documentos, ya que él fue ayudante de campo de Ezequiel
Zamora.

P.- Ustedes comienzan ese trabajo en la base social que fue un trabajo
en todo el Estado Falcón; comienzan en la Sierra propiamente, otro
grupo de hombres está en la zona Sur de Falcón, montañas de
Churuguara; otro grupo de hombres en el Este de Falcón, construyendo
partido, frente y social. ¿Cuándo comienzan a instalarse ya con las
armas en el frente, bueno Douglas cuando se instala en la Sierra con los
hombres en armas?

R.- La instalación no se pudo hacer con los hombres en el 60, ni en el 61,


porque estábamos haciendo los preparativos que eran indispensables y
aún así, después vino el problema que confronté con la dirección del
partido. Me fui a ayudar a construir, el Frente de El Llano, de allí pasé a
la zona de Lara, a construir el frente de Lara y luego a Oriente, en
Oriente, me hacen preso y me fugo.
P.- Tengo entendido, que se fugó en Oriente. Hay un episodio famoso
sobre su fuga, porque dicen que usted es más enamorado que un venado
careto y que le mandaba todos los días una rosa a Argelia Melet y le
decía al Digepol: -vaya y me compra unas flores, unas para Argelia y las
otras para su esposa. Creo que fue de ahí que se fugó.

R.- En realidad me hicieron preso junto con Francisco Mieres y con


Germán Lairet, nos trasladaron, nos estábamos preparando para lo que
posteriormente se llamó El Carupanazo. Yo estuve en Carúpano con
Chuchú Molina Villegas, pero no pudo estallar ese levantamiento para la
fecha que lo teníamos programado y nos vinimos a Maturín, donde iba a
estallar un movimiento encabezado por un Coronel de la gente de Hugo
Trejo. No estalló, nos descubrieron y caímos presos. Nos trasladaron a
Caracas y aquí preparamos la fuga. La Dirección del Partido me ayudó
muy poco, entonces, prácticamente la preparé solo con la ayuda de
Argelia Melet, ella y unos médicos me ayudaron muchísimo.
Efectivamente, yo le mandaba flores todos los días a ella con el digepol y
le decía a él que le llevara también a su esposa un ramo de flores. Nos lo
ganamos y estuvo con nosotros de verdad, verdad y se comportó como
una persona extraordinaria, él fue quien nos pasó las armas para los
calabozos de la Digepol; con la ayuda de este hombre a quien siempre
recuerdo con cariño fue posible nuestra fuga.

P.- Comandante se fuga de la Digepol y creo que después de cumplir con


los requisitos elementales de la clandestinidad, se traslada a Falcón.

R.- Efectivamente, llego a Falcón y subo a la montaña el día 15 de Marzo


de 1962. El 15 de Marzo es la fundación del Frente Guerrillero “José
Leonardo Chirino”. Ese 15 de Marzo tiene cierta significación porque le
dimos continuidad a los esfuerzos que venían haciendo con los
campesinos, Mariño, Monopo, Chepe, Peche y los que desde afuera
trabajaban como Caraquita Urbina, Alcides Hurtado, etc., etc.

P.- Por cierto que Alcides está ciego, Alcides es uno de los poquísimos
dirigentes de la Dirección del Partido Comunista que sube a la montaña,
creo que él fue el célebre Comisario Político Camilo o el Gordo Camilo.
R.- Efectivamente, cuando tú introduces ese paréntesis en esta parte, vale
la pena alargar ese paréntesis, hablando de Camilo, él era Diputado a la
Asamblea Legislativa. El Partido Comunista había acordado que el
grueso de la Dirección subiera a la montaña. Alcides Hurtado era,
además, miembro del Comité Central y Secretario General de Partido en
Falcón, él fue uno de los pocos miembros del Comité Central que sube a
la montaña y permanece en el frente guerrillero, prácticamente hasta que
vino la expulsión del Partido Comunista para muchos dirigentes
guerrilleros.

P.- Comandante, se instalan allí, comienzan las cuestiones elementales


de una guerrilla..., era una guerrilla novicia, muchos novatos, muy
noveles. Comienzan los preparativos. En esa época hay las primeras
escaramuzas. Le quiero preguntar lo siguiente, una cosa que a mi me
tiene intrigado, uno de los grandes mitos que a nosotros los muchachos
nos deslumbraba, era que el Diputado a la Asamblea Legislativa del
Estado Miranda, -hoy el señor que está negociando con el Fondo
Monetario internacional la entrega de la Patria-, es un hombre valiente,
inteligente, pero pragmático, me refiero a Teodoro Petkoff. ¿Cuánto
tiempo duró en la guerrilla, porque Teodoro fue uno de los fundadores
del “José Leonardo Chirino”?

R.- Bueno, para seguir te diré lo siguiente: el 15 de Marzo suben a la


guerrilla Juan Arenas, Iván Bravo -el Negro Bravo-, Miguel Noguera, el
famoso Miguel Noguera, Choropo, un grupo de guerrilleros netamente
campesinos, creo que se aproximaban a los siete hombres, porque los
demás tenían que subir después, una vez que se estableciera la base
fundamental de la guerrilla.

P.- ¿Comandante, quiénes suben, Miguel Noguera, Choropo, quiénes?

R.- Ya te dije: Miguel Noguera, Juan Arenas, El Negro, el primer negro


que mataron en la montaña, era muy amigo de Teodoro Petkoff, Arcadio
Pérez Martínez -el Negro Pastor-; era extraordinario, subieron siete
campesinos, los demás tenían que subir después, una vez que ya
estuviéramos nosotros instalados y efectivamente así se hizo, a los 15
días empezó a llegar la gente, Chema Saher, Teodoro Petkoff, el hoy
médico Rómulo Valera, Baltazar Ojeda Negretti, llegó un grupo de la
ciudad y se incorporan nuevos campesinos, en realidad era una guerrilla
novata, la experiencia en combate era nula.

P.- ¿Comandante, cuándo se producen los primeros enfrentamientos con


el ejército, la policía o la Digepol?

R.- Bueno, en realidad, nosotros habíamos trazado un plan que era


preparación y cerrar el círculo, cerrar el círculo quería decir, hacer
trabajos desde Iracara que cubriera a Cabure, Pueblo Nuevo de La Sierra,
San Luis, Coro, La Cruz, todo, todo y no combatir antes, pero por
razones muy especiales cuando llega Domingo Urbina, se produce la
primera escaramuza y Peche que venía en ese grupo combate contra la
policía, hiriendo a varios. Ese fue un enfrentamiento en la carretera, sin
embargo, Domingo y Peche se retiran, después vienen otras dos o tres
escaramuzas más, hasta que finalmente el ejército ingresa a la montaña,
coincidiendo este hecho con El Carupanazo, el 4 de Mayo del 62, me
recuerdo esa fecha, porque yo andaba con Caraquita Urbina, Alcides
Hurtado y con un grupo de guerrilleros por la propia montaña y por otro
lado estaban Alejandro Mariño y Baltazar Ojeda Negretti.

P.- Usted está hablando de hombres extraordinarios; yo creo que


Baltasar Ojeda Negretti es uno de los más grandes tácticos militares
insurgentes que ha existido en Venezuela. El guerrillero más completo de
este siglo en Venezuela, es Baltazar Ojeda Negretti, quien era casi un
niño cuando subió allí y el otro hombre es Miguel Noguera, después, un
poco más adelante hablaremos de esos hombres. Le quiero hacer una
pregunta, -yo creo que ustedes abren las operaciones propiamente en
Las Vegas-, ¿dónde muere Arcadio Pérez Martínez, -el Negro Pastor-?

R.- Sí, hubo unas escaramuzas, sí, en Las Vegas, sí allí hubo un combate.

P.- Comandante, yo me refiero a la acción de Las Vegas. Fue una acción


planificada, tengo entendido que la planificaron usted y Alejandro
Mariño Suzzarini. Con el tiempo me he puesto a ver que en esa acción se
precipitó Alejandro, porque no esperó que usted entrara, para tender el
anillo de fuego sobre el enemigo.

R.- La acción de Las Vegas, por cierto Las Vegas es una zona campesina
en la parte baja de la montaña, se llama así porque está en las vegas del
río Hueque. En esta zona se encontraba un pelotón de policías, bajo el
mando del Sargento Colina, quien era un gran torturador y que había,
incluso, planeado ese mismo día, muchos campesinos y había asesinado
a otra gente más y había hecho presos algunos guerrilleros, entre ellos a
Rómulo Valero y al Chema Saher. La idea nuestra era capturarlo, pero
nos fuimos a buscarlo Mariño, Baltazar Ojeda, Miguel Noguera y otros.
Ahí es donde se destaca Miguel Noguera justamente y después de ese
combate de planificado, es el primer combate victorioso que nos da
armas porque en las cinco escaramuzas anteriores eran una retirada para
nosotros, más bien pérdida de proyectiles, además fuimos sorprendidos
en las escaramuzas. No como aquí, que fuimos nosotros quienes
sorprendimos al enemigo, una cosa es cuando uno sorprende y otra
cuando nos sorprenden, son dos cosas distintas. En esta acción obtuvimos
armas y le causamos varias bajas a la policía, entre ellas el Sargento
Colina quien había muerto en el combate, constituyó un alivio para los
campesinos que se sentían aterrorizados día y noche por la presencia de
ese Señor. Por cierto que allí participa un muchacho de Churuguara,
Adam, Félix Adam que viene del Sur con Miguel Noguera y llegan
justamente ese mismo día y una de las armas, una metralleta muy bonita,
la Ho King se la pasó a Félix Adam y con esa él se traslada después al
Sur donde se encuentra Jota Jota, Alirio Chirinos, El Cabito -Julio
Chirino-, que es de la Península de Paraguaná porque Alirio si es de
Churuguara, de Santa Cruz de Bucaral.

P.- En esa acción ustedes capturan a la policía de Coro unos FN y unas


metralletas Hopking, tres Hopkins y tres FN. Le causan dos bajas al
Sargento Colina y tienen un muerto que es el Negro Pastor: Arcadio
Pérez Martínez, si no me falta la memoria.

R.- En realidad la muerte de José Arcadio Pérez Martínez, significó algo


impactante para los guerrilleros porque Arcadio Pérez Martínez, de
Pueblo Nuevo de la Sierra, descendiente de los negros esclavos que
vienen de Macuquita -porque su tío Don Arcadio Pérez Martínez, de
Macuquita, es el hombre que apoya posteriormente a la guerrilla-.
Arcadio era un hombre querido por todo el mundo, se hizo amigo de
Teodoro, de Chema Saher, andaba permanentemente con Chema Saher,
en los días que estuvo Chema… porque él entra primero que Chema,
Chema entra a los 15 días después de habernos instalados todos y se
había convertido en algo así como la expresión humana y guerrera, al
mismo tiempo, se había convertido en algo así como la expresión
humilde y sencilla y rápidamente aprendió a leer y a escribir en la
montaña. De manera que a su muerte se produce un acto, ya en la entrada
arriba, porque no pudimos retirarlo a él porque ya, inmediatamente, nos
estaban atacando. Hicimos un acto de homenaje, el primer ascendido en
combate es Miguel Noguera. Se asciende a Miguel Noguera. Leonardo
que nos había recibido en el campamento “D” porque ellos no
participaron en ese combate, sino ellos se habían quedado detrás en la
Comandancia, cantó el himno guerrillero de los chilenos, cuya letra es de
Pablo Neruda, y es el poema a Manuel Rodríguez. Un poema bellísimo, a
partir de allí Miguel Noguera, cada vez que oía ese poema, empezaba a
llorar, porque era el recuerdo directo, directo, del hombre más humano
que teníamos nosotros, el hombre de la expresión esa humilde, sencilla,
humana y guerrera al mismo tiempo.

P.- Miguel era un guerrero, audaz analítico, frío, resistente y valiente.


Comandante hablemos de Miguel.

R.- Mire, Poeta le voy a decir algunas cosas de Miguel, así muy sencillas.
Estas son cosas que incluso no aparecen en ningún comentario de ningún
libro. Miguel Noguera ha subido el 15 de Marzo, pero bajaba
frecuentemente a los pueblos, para hacer sus contactos, porque era de los
conocedores, así como el Negro Bravo, él y el Negro Bravo eran
compadres. Miguel Noguera era un indio, indio blanco, hijo de Polo
Madrid, de Cabure; Polo Madrid estuvo preso y torturado bárbaramente y
no habló una palabra, ese hombre el papá de Olimpo, Miguel Noguera es
hermano de Olimpo. Bueno, entonces, fíjese usted este detalle de Miguel
Noguera. Nosotros hemos acostumbrado siempre quizá por la
universidad, quizá por la política a excusarnos de todo, Miguel Noguera
enseñó que no había por qué tener excusas y se acabaron las discusiones.
Un día sale Miguel Noguera para Hueque a buscar una correspondencia y
a poner las minas para una emboscada. ¡Carajo¡ y Miguel Noguera se
tarda, dos días más de lo convenido y nos preocupamos; al final cuando
estamos discutiendo en la Asamblea donde está todo el mundo
disgustado, oye, llega Miguel cargado de comida, con el morral y con
unos sacos, entonces le preguntaron: -Bueno mano Migue, diga por qué
usted no cumplió a la hora, no ve que nos tiene en emergencia, no ve que
estamos angustiados por usted, esto es irregular, esto es injusto y Miguel
Noguera dijo tranquilamente: -No, es que..., la hija de un campesino de
quien estoy enamorado,... me había comprometido a llevarle una serenata
y hasta que no le llevé la serenata, no me vine-. Lo dijo con franqueza, es
decir, otro de nosotros hubiera inventado que estaba haciendo tareas,
actividades, reconocimiento de terreno, etc... No, Miguel dijo la verdad,
simple y llanamente pues. Otro aspecto de Miguel era éste. Mire, cuando
subió Regis Debray, allá estas anécdotas, Poeta, le van a valer a usted un
millón ¿sabe? porque es una historia de la parte humana. Se encontraban
allá en el campamento la Negra Aurora, Tulio Martínez Delgado,
Picapiedra o Raúl Chirinos, porque los campamentos estaban cerca, el de
la emisora de la planta de transmisión y el campamento de la
Comandancia y el de la Escuela, había tres campamentos juntos.
Entonces sube Regis Debray a hacernos una entrevista en 1963, en Julio -
Agosto, no recuerdo bien, pero da la gran casualidad que subiendo Regis
Debray se producen ataques del ejército, cerca a los pueblos y no
hallábamos por dónde sacarlo, -a pesar de que Caraquita Urbina, que era
el jefe de la retaguardia… que por cierto ¿no? Este es un aspecto que
después le voy a decir como se llamaba esa retaguardia-. Lo cierto es que
era imposible bajar a Regis, entonces, el Capi Elías Manuit Camero, -que
era el Comandante del Frente Guerrillero para ese entonces, pues yo era
el Comandante de todo el distrito-, Manuit Camero en una cueva inmensa
que había allá, hacía actos en la noche para que Regis Debray no se
pusiera nervioso, porque en realidad él estaba muy preocupado, porque
cada vez que hacía mi intento de bajar... por cierto que quien lo ayudaba
siempre era la Negra Aurora, que era para ese entonces la jefe del
destacamento donde estaba Magoya y cada vez que hacía un intento no
podía bajar a Regis Debray. El Capi Manuit Camero montaba siempre un
espectáculo. En uno de esos espectáculos le preguntaba, por ejemplo a un
guerrillero ¿por qué se metió usted a guerrillero?. Manuit simulaba con
una latica de sardina que el guerrillero estaba hablando ante un micrófono
decía: -aquí la televisora cósmica!-, así se llamaba la televisora cósmica
con que se transmitía allá para el universo, entonces preguntaba: ¿por qué
se metió usted a guerrillero?. Nosotros que veníamos de la Universidad,
del Partido Comunista, que éramos hombres más o menos preparados,
contestábamos por ejemplo, hubo uno que dijo: yo me metí a guerrillero
porque quiero llevar el socialismo hasta Estados Unidos, y otro dijo: yo
me metí a guerrillero porque quiero entrar a Miraflores con las banderas
rojas y con los campesinos descalzos. Óigame cuando le preguntaban a
Miguel Noguera, ¿por qué se metió a guerrillero? No quiere contestar.

P.- ¿Entonces Comandante, qué contesta Miguel?

R.- Bueno, Poeta, como le decía, cada uno de nosotros contestaba un


poco su discurso preparado, practicado y a Miguel lo conmina el Capi
Manuit, -le dice-: ¿pero Miguel por qué se metió usted a guerrillero, no
ve que todos han respondido por qué se metieron a guerrillero?. Entonces
dice Miguel Noguera: así con una cara seria, porque no quería decir nada,
entonces, Manuit lo conmina otra vez, pero hermano Migue: ¿Por qué se
metió a guerrillero? y respondió así sencillamente: -Por poeta, por poeta-
y era el mejor guerrillero, de paso.

Poeta hay otra anécdota de Miguel Noguera, ahí mismo, cuando Manuit
le está organizando la estadía a Regis Debray. Otra de las preguntas de
Manuit Camero era ésta, ¿qué hizo usted antes de venir a la guerrilla?
¡Coño!, usted se imagina Poeta, me preguntan a mí digo -No joda, estuve
preso en la época de Pérez Jiménez, dos veces preso, fui perseguido y él
otro decía: yo fundé tantos sindicatos, hice tantas cosas, tengo tantos años
militando en el Partido Comunista. Todo el mundo tenía una historia
revolucionaria inmensa, pero Miguel Noguera no había participado en
política porque tenía 17 años y le preguntan y ¿qué hizo usted antes de
venir a la guerrilla? ¡Coño! Apuñalee un carajo en una pelea y llevé
veinte serenatas a pie y cuatro a caballo.
P.- Bueno, Comandante, Miguel muere en El Paso en el combate de El
Paso, 17-18 de Diciembre del 64, es tal vez la más importante operación
militar ejecutada por la guerrilla venezolana durante la década del 60.

R.- Cuando la operación de El Paso nosotros estábamos cercados en la


montaña y se estaban produciendo intensos bombardeos contra nosotros;
estábamos apretados de verdad, verdad y en la montaña teníamos un
número bastante alto de guerrilleros, como sesenta, tuvimos que empezar
a bajar guerrilleros hacia la parte llana a que operaran conjuntamente con
los que ya estaban instalados en El Llano. En El Llano estaban instalados
tres núcleos de guerrilleros, uno que operaba por los lados de La Cruz de
Tara Tara, otro hacia el este y otro hacia el sur donde estaba Alirio
Chirinos, Baudilio Loyo, El Cabito -Julio Chirinos-, Alejandro Mariño
Suzzarini, José Mendoza y tú, entre otros.

P.- Comandante, sigo insistiendo que la operación de El Paso, es la


operación más importante ejecutada por la guerrilla en Venezuela.

R.- Como usted sabe, Poeta, se habían producido intensos bombardeos en


el mes de octubre, por ejemplo. Creo que fue en el mes de octubre donde
se produjeron veintiún días seguidos de bombardeos y realmente había
quedado el Norte agotado, pues, los campesinos habían sido detenidos y
muertos muchos de ellos, desalojados a la fuerza por el ejército,
habíamos perdido la base social de no menos de quince caseríos, bueno y
estaban presos no menos de cien campesinos, en los distintos teatros de
operaciones. Entonces bajamos un grupo de la gente que estaba en el
Norte, allí quedó en el Norte en Iracara, en pleno Iracara el destacamento
dirigido por Raúl Chirinos, -el Picapiedra-, era el destacamento de la
emisora de transmisión, es decir, el destacamento encargado de las
comunicaciones; se quedó el destacamento de la Comandancia que
dirigía creo que Leonardo Quintana, o Eli Pérez, quienes son la misma
persona; se quedó el destacamento de Colina, que es Honorio Navarro -a
quien años más tarde lo asesinan en Los Teques producto de la delación
de un infiltrado llamado Larry Espinoza, que por cierto era sobrino de
Salóm Mesa Espinoza-; y bajó un grupo a reforzar a los que estaban en la
zona baja, por cierto que operaban en La Cruz de Tara Tara, Baltazar
Ojeda y Argenis González Bravo. Miguel Noguera, operaba en Hueque,
Pueblo Nuevo y Cabure. Para coordinar la operación bajó el Capi Manuit
Camero. La idea era operar para aliviar la tensión que había en el Norte.
Los muchachos tenían un dominio del terreno, porque ya tenían
prácticamente dos años operando en el Sur. Miguel, Baltazar, González
Bravo, todo ese grupo eran ya veteranos y había con ellos muchos
campesinos conocedores de la zona. Entonces, se prepara la operación
contra un puesto donde se encontraba concentrado el ejército. Tenían un
destacamento, muchas carpas en todo el río, creo que el Mitare, ese que
baja de San Luis. El ejército estaba acampado en El Paso, un caserío muy
pequeño que está en la hacienda de los Coronado, ellos tenían tomado eso
allí. La operación la dirige Baltazar, de segundo estaba Miguel y de
tercero González Bravo. Participa Magoya, Alfredito, Renán, El
Gallinazo y los muchachos de la zona que habían suministrado la
información exacta de la ubicación de los efectivos del ejército. Debemos
recordar que en esa región se producían combates frecuentemente.
Cuando ya el combate estaba decidido a favor de la guerrilla, se tomaron
doce fales, proyectiles, granadas, las carpas se incendiaron como
consecuencia de lo encarnizado del combate. Cuando ya la situación
estaba dominada, Miguel Noguera que está en la parte de la vanguardia,
cubriendo la entrada para tomar el resto del campamento, se para, en el
momento que se para, se estaba retirando el último soldado, porque todos
huyeron y ese soldado es el que le dispara a Miguel y le pega el tiro en la
parte izquierda arriba del corazón, cae recostado, lo agarra Renán y un
grupo de campesinos. Por cierto, que Miguel mandó a darle vivas a la
guerrilla y al Partido Comunista y pidió que le cantaran el poema a
Manuel Rodríguez, el himno de la guerrilla chilena. No lo pudieron
retirar, no me explico la causa porque él quedó vivo, él quedó hablando
con ellos, claro, desangrándose, porque el tiro era en el pecho y de la
herida manaba mucha sangre, así muere Miguel. Se convierte en una
leyenda y todavía Miguel es una leyenda, porque era el campesino más
conocido para ese entonces; más conocido que Magoya porque Magoya
está participando allí, bajo las órdenes de él.

P.- ¿Cómo se retiran los guerrilleros después de la acción en El Paso?


R.- Esta operación dirigida por Baltazar y por Miguel Noguera, ayudó
mucho, tanto desde el punto de vista político, porque fue un impacto muy
fuerte contra el gobierno, sentir que le habían tomado un campamento.
Por primera vez se le toma un punto concreto al ejército, no es una
emboscada, es el ataque frontal contra un campamento con instalaciones
firmes, donde había morteros, cañones, bazukas, de todo; es además un
punto vigilado por la aviación, existía un helipuerto donde bajaban todos
los días uno o dos helicópteros. Esta acción desde el punto de vista
político-militar, fue impactante y desde el punto de vista moral, oye fue
tremenda, porque elevó la moral de la guerrilla, los destacamentos
guerrilleros de la Sierra que se sentían acosados por la actividad del
ejército y por la represión desatada por los cuerpos represivos SIFA,
DIGEPOL; recuérdese que en Cabure se había instalado el primer teatro
de operaciones, conocido como el TOl y habían muerto muchos
campesinos en Curimagua, Cabure, Hueque, en Pueblo Nuevo de la
Sierra y en toda esa zona. La operación de El Paso es extraordinaria,
desde el punto de vista de la moral para los campesinos, ahí empiezan a
incorporarse los campesinos de La Cruz, de todos esos caseríos que
quedan alrededor de Hueque, del Fango, Palo Quemao, donde habitaban
esos muchachos, muchos de ellos están vivos y viven allí todavía,
recuerda, estos eran muchachos entre 15 y 16 años. Desde el punto de
vista militar, la captura de armas y pertrechos al enemigo nos provee de
armamento moderno, con el que reemplazamos muchas de nuestras
armas que eran obsoletas y bastante usadas.

P.- Comandante, yo he entrevistado algunos de los participantes en la


operación de El Paso, tengo una idea muy clara sobre esa operación
claro, claro está, desde hace unos veinte y tantos años, vengo
conversando con ellos, pero ahora, para la entrevista, he conversado con
los sobrevivientes de esa operación. Creo que la muerte de Miguel
Noguera es un golpe muy duro para la guerrilla, porque como diría,
porque como diría Neruda “pequeño capitán valiente” Miguel unificaba
los mandos y era un hombre muy inteligente.

Bueno. Comandante, le quiero preguntar sobre otro asunto muy


importante, sobre los famosos bombardeos. -Por cierto, lo vi en el
programa de televisión, le confieso, usted sabe que soy un irreverente de
marca mayor, no me gustó nada-. Pero háblame de los bombardeos,
porque he entrevistado alguna gente que estuvo con usted en la cueva
durante esos bombardeos. Cuénteme su versión, además lo he oído
tantas veces en la vida, pero quiero que la gente que va a leer este libro
tenga su versión.

R.- Bueno, antes de pasar a este aspecto de los bombardeos, déjame


contarte la final del combate de El Paso y que estando justamente cercado
arriba, donde estaba la Comandancia, donde habíamos sido
bombardeados, hay que ver la importancia del impacto que causó que se
presentara un guerrillero con un FAL capturado al enemigo. Bajé en esos
mismos días, iba para una reunión. Te voy a contar lo que sucedió allí,
esa reunión la había convocado Argimiro Gabaldón y justamente lo
matan en esos mismos días y no pudo hacerse porque a él lo matan. Me
había convocado Argimiro para una reunión donde iban asistir Luben
Petkoff y Fabricio Ojeda, ya estábamos haciendo los preparativos para
autonomizarnos, independizarnos de ese comando que teníamos
entonces. Pero lo que te quiero decir, es que llega a la montaña, por la vía
de La Chapa, cuando yo estoy transitando de La Chapa para pasar por
donde estaba la hacienda de Raúl Henriquez y seguir rumbo a La Cruz,
llega el primer guerrillero con un FAL nuevecito, entonces los
guerrilleros y campesinos que estaban conmigo, sintieron un impacto
tremendo, una granada, un FAL, proyectiles nuevos y la noticia del
combate fue una cosa extraordinaria, pero también desde el punto de
vista de la moral del enemigo el impacto fue igual, porque haberles
aniquilado un campamento que quedaba a diez minutos del TOl de
Cabure, en la parte baja, cuando ellos estaban concentrados atacándonos
en la montaña, oye, fue algo sorpresivo para ellos. Retiraron todos los
comandos que tenían a su alrededor y los concentraron de nuevo en
Cabure, quitaron todos los comandos que tenía a su alrededor y nos
dejaron terreno libre para movernos. De manera que ese es un aspecto
muy importante, pero allí es bueno contarte que yo bajo a La Cruz con el
hermano del Negro Medina quien me lleva con el español, con Méndez y
busco justamente ir para la guerrilla de Lara a cumplir con la entrevista,
la reunión que me ha mandado a proponer Argimiro; resulta que cuando
estamos bajando, oímos por la radio el 14 de Diciembre, la diferencia
eran seis días, doce días una cosa así cortica. El 14 o 16 de Diciembre
¡coño! la noticia de la muerte de Argimiro. ¡Coño! se acabaron esos
planes de esa reunión que no se pudo hacer, pero que sí la hicimos
después, diez meses después. Luben, Fabricio, el Taparo Linares, un
grupo de guerrilleros, ya preparando lo que después constituye el PRV y
después todo lo que constituye la prosecución de la lucha armada ¡Ah
bueno, pues sobre los bombardeos. Antes del gran bombardeo ese de los
21 días, ciertamente hubo otros bombardeos menores. El bombardeo
mayor fue en Octubre - Noviembre antes del combate de El Paso, en
Iracara. Quien te puede recordar bien es el Picapiedra que estuvo en casi
todos esos bombardeos y la Negra Aurora y el Dr. Heberto Oraá, -
Rodrigo-. Ahora bien, el primer bombardeo que ellos hacen en grande lo
hacen a la cueva de El Cielito. Me encontraba en la cueva de El Cielito
con Miguel Noguera, con un grupo de campesinos, Mano Mato, Matías
Polanco. ¿Te acuerdas de Matías Polanco? el campesino. Entonces, fíjate,
en ese momento que estoy en esa cueva nos llega un aviso con Baltazar, y
nos dice Baltazar: -Pompeyo está entrando por la vía de Macuquita-,
entonces yo le digo a los muchachos que preparen ese campamento allí,
porque yo voy a buscar a Pompeyo Márquez que se encuentra del otro
lado con Manuit Camero. Bueno, comimos juntos, Miguel Noguera,
Baltazar, el Negro Choropo, el Mano Mato en la cueva de El Cielito, que
era un campamento. Comimos muy bien por cierto, porque nos llevaban
comida los campesinos todos los días. Entonces me retiro de la cueva con
Baltazar y un grupo de campesinos y me despido de ellos; salgo a
encontrarme con Pompeyo para traérmelo para esa cueva que era muy
segura. Primero tenía agua, comida, tenía de todo, en el momento que me
estoy alejando que no había pasado más de unos veinte minutos, que voy
con Baltazar, pasa un helicóptero primero y después que pasa el
helicóptero detrás viene la aviación y bombardean exactamente la cueva.
Yo creo que los bombardeos cayeron cerca de nosotros, pues estábamos a
unos veinte minutos. Caen arriba de la cueva donde está Miguel Noguera
con Matías Polanco y un grupo de campesinos, pues yo iba justamente
con Baltazar. Ellos no vieron los aviones, nosotros sí vimos porque ellos
están en la cueva, nosotros vimos todo el desenlace. Ahí se produce la
delación de un infiltrado. Un infiltrado quien logró infiltrarnos a través de
Hueque y se comporta como un hombre bueno y es el que le dice a
Matías Polanco que nos va a mandar comida. Uno de los campesinos que
anda con Matías Polanco ingenuamente le dice a este hombre que
estamos en la cueva de El Cielito. Por eso era que el helicóptero pasaba
fijo hasta que la ubicaron, con un campesino a quien montaron en un
helicóptero. Este campesino conocía y cazaba por allí. Después el
helicóptero pasa, ubica la cueva y le indica al avión donde es que está, se
retira el helicóptero y viene la aviación a bombardear. Bueno estos se
retiraron, nos alcanzaron y llegamos donde estaba Pompeyo, no pudimos
ciertamente llevar a Pompeyo Márquez para allá porque ya se había
producido ese bombardeo, nos quedamos en los campamentos que tenía
Manuit en Iracara.

Ese primer bombardeo fue seguido por una serie de bombardeos


sucesivos, los bombardeos que se sucedieron eran de menor intensidad.
Bombardean un sitio, bombardeaban una pequeña zona, un poco como
entrenando hasta que el bombardeo masivo sí es en Octubre del 64. Es un
bombardeo en gran escala, por la noche cañoneaban la montaña desde
abajo, durante el día bombardeaban tres veces. Hubo muchos muertos,
ese es el bombardeo que anuncia el brujo Andrés, por el cual yo llevo el
nombre. El brujo Andrés era adeco, dirigente adeco y al mismo tiempo,
Jefe Civil de un municipio, fue un hombre muy valiente, lo mató el
ejército. El brujo llegó al campamento donde estaban Leonardo,
Picapiedra, la Negra Aurora y quiso hablar conmigo. Algunos de los
muchachos de Caracas se burlaban porque él y que tenía premoniciones,
locuras que inventaba, él me lleva aparte y me pone la mano en el pecho
y me dice: -Nachito va a pasar algo, dígame que usted no sabe-, -va a
pasar algo-. Ahí estaba el loco Fabricio Aristiguieta que estaba cerca de
mi, pero el loco Fabricio, como todo un muchacho de Caracas, no cree en
esas cosas y me dice el Brujo Andrés: -Nachito, la tierra se va abrir, los
campesinos van a huir, los animales van a saltar, las piedras van a rodar.
Pasa algo malo vayánse-. Al siguiente día previendo que podía ser
verdad, yo mando una patrulla y le digo a Picapiedra que mande una
patrulla con Julio César a poner unas minas por los alrededores para
evitar la entrada contra nosotros. Julio César se va, pero, se bañaron en el
río con los campesinos y les llega el ejército y matan a los campesinos y
Julio César se va herido en la pierna y queda herido otro campesino. Se
regresan los tres guerrilleros hacia el campamento y cuentan lo que pasó.
Dijimos, aquí está pasando algo, lo que estaba anunciando el viejo, el
brujo Andrés. El otro día salgo yo con Méndez a buscar la ruta esa para la
reunión con Argimiro. Voy buscando todo lo que es oeste-oeste. Voy de
Camacho hacia el oeste para llegar a Curimagua bajar a La Cruz y de ahí
seguir para Barquisimeto. Cuando me alejo una hora del campamento de
Picapiedra comienza el bombardeo, la misma operación. Esta vez, dos
helicópteros y luego ahí sí se presentaron aviones en gran cantidad. Una
escuadrilla, creo que eran los F87, después unos camberras que los tenían
ahí bombardeando. Eran oleadas de aviones que bombardeaban
continuamente, tres veces al día, yo pude llegar hasta donde estaban las
plantas de transmisión, pues ya Picapiedra se había venido para este lado,
Picapiedra estaba con Gustavito Villaparedes -El Cromañon-, que
después escribe un libro sobre la guerrilla de Falcón. El Cromañon era de
El Valle, hijo del viejo Gustavo Villaparedes, un viejo dirigente
comunista.

P.- ¿Cromañón?

R.- Cromañón, Gustavo Villaparedes, y estaba con Alfredito, con la


Negra Aurora y Julio César había quedado extraviado porque estaba
herido. ¿Entiende? Entonces, yo me consigo con un grupo de guerrilleros
y los alerto de lo que está pasando, buscamos comida, recogimos unos
útiles que estaban por allí, que podían correr peligro y seguimos la
marcha, dejé ese grupo guerrillero y los mandé pa’casa de Picapiedra. Ya
prácticamente en el Norte no quedaban sino muy pocos guerrilleros,
vamos a decir... fue en Octubre que comenzó ese bombardeo y yo
empecé a bajar a la gente en el mismo Octubre - Noviembre. Ya cuando
empezó la marcha hacia Curimagua que es Diciembre ya no quedaban en
el Norte sino unos treinta, cuarenta guerrilleros. Del resto estaban con
Baltazar, Miguel Noguera en el Sur y en la costa, en el Destacamento
Félix Adam.

P.- Bueno, Comandante, después qué le dices a Pica?


R.- El Pica se queda con la gente de la parte Este de Iracara, es decir, en
Camacho, en toda esa zona con la Negra Aurora y yo le dije que si se
ponía la situación difícil por el bombardeo y por el ataque enemigo que
se suponía que venía inevitablemente después del gran bombardeo, que
tomaron el camino de la ruta para el destacamento suyo justamente, el
destacamento del Sur que era bajar, atravesar la carretera principal, por la
vía del pueblito que desapareció con la Represa que es el Turugual,
tomaban el camino del Congal y luego se metían a la izquierda y llegaban
al Delta que era, vamos a decir, la zona de alivio que pasó a ser toda la
región de Falcón. Ya ustedes tenían una base social grande, con apoyo en
la costa, con apoyo en la montaña y era el único alivio que teníamos
nosotros.

P.- Comandante, el “José Leonardo Chirino”, su núcleo inicial, su


núcleo central, conformado por los destacamentos que operaban en La
Sierra de Iracara permanece allí más o menos hasta el año 65. Creo que
todavía a finales del 65 o comienzos del 66 Baltazar, Ojeda, Negretti se
reencuentra con nosotros, realiza una gran concentración ahí en la zona
de Felipito - Las Lapas; cerca de Tucacas, donde estuvimos ciento y pico
de hombres y esa es la época cuando llegan los combatientes cubanos
dirigidos por el comandante Arnaldo Ochoa y Luben Petkoff viene con
ellos.

R.- Bueno, mira, en realidad cuando se produce la retirada del


destacamento del Pica hacia esa zona y el destacamento de Baltazar y el
que era de Miguel, que se unen los tres destacamentos y marchan hacia la
zona Sur y después se produce lo que puede llamarse la reagrupación de
alguna gente del Sur, del Norte y del Este-Sur en El Barrial. Ahí sale
Baltazar para Caracas porque tuvo un accidente y se queda encargado de
la Comandancia El Cabito Chirinos. Julio Chirinos pasa a ser el
encargado, ya que era el hombre de más jerarquía. Porque ciertamente el
de más jerarquía de todos era Félix, pero Félix Faría había sido
sancionado durante cinco años y se encontraba ya ubicado en Caracas. La
ubicación del personal en El Barrial obedece a un criterio que es el
siguiente: yo quiero explicar esto porque esto no lo hemos dicho nunca.
Cada vez que llega un gobierno al poder se produce una especie de
llamado a la pacificación ¿entiende? Y había llegado Leoni y Leoni hace
la propuesta de la pacificación en el 64, pero en el mismo momento que
está haciendo la propuesta, Leoni pasa a los grandes ataques, a realizar
los grandes bombardeos contra la Sierra de Falcón. De tal manera,
entonces, que ya para el 65 viene una nueva propuesta de pacificación de
parte del gobierno de Leoni. Hay que recordar una cosa Poeta, yo creo
que usted tiene que haberlo introducido en sus escritos históricos.
Durante el gobierno del hombre que aparecía como el más bonachón,
como el abuelito sencillo y humano es cuando se producen las mayores
torturas, ahí está el libro Expediente Negro de José Vicente Rangel,
están los desaparecidos, los muertos, las torturas, los T.O. No es en la
época de Betancourt, es en la época de Leoni. Las “grandes hazañas” de
torturas son del gobierno de Leoni. Éste hace una segunda propuesta de
pacificación. Ya nosotros estamos separados del Partido Comunista, pero
no se ha hecho oficial nuestra expulsión del Partido Comunista, no se ha
hecho oficial y todavía no se ha producido la sanción. ¿Entonces, qué
sucede? Que en esa propuesta de pacificación que ya prácticamente ha
sido aceptada por el Partido Comunista, con la gente que estaba con
Pompeyo en el San Carlos: Teodoro, Freddy Muñoz, Guillermo García
Ponce, etc, etc. Entonces, viene un respiro político, porque el gobierno
cree que ha desaparecido la guerrilla y hay un informe del alto mando y
de los T.O. que lo revela así, en donde sostiene que la guerrilla ya está
liquidada, que el Frente “José Leonardo Chirino” está liquidado. Esto no
lo sabía... le estoy contando esto de nuevo... óigame Poeta, el gobierno
sostenía que el José Leonardo está liquidado, porque ellos han hecho
incursiones a la Sierra después de los bombardeos de Octubre,
Noviembre y Diciembre, ellos se pasearon por Iracara, peor, ya la gente
había bajado para el Sur, para La Cruz y allí estaban bajando para el
destacamento suyo y hacia El Barrial, de tal manera que se pasean por
Falcón y no hay nada, efectivamente, yo había dado órdenes de no
combatir hasta reagrupar a la gente y comenzar un nuevo plan ¿entiende?
De tal manera, entonces, que el gobierno se confunde y sostiene que ha
desaparecido la guerrilla, lo que sucede allí es que hay una gran retirada,
que nos vimos forzados a hacer y es donde nace la tesis de amplio teatro
de operaciones; que no reemplaza la tesis de insurrección combinada,
sino que es una especie de elemento nuevo que aparece allí ¿entiende?.
De tal manera, que la concentración de El Barrial se produce en
momentos, que incluso ingresa a la guerrilla Víctor José Ochoa, que es de
la izquierda de URD, del sector de Fabricio Ojeda.

P.- Bueno, Comandante, pero no me refiero a Ochoa, a Víctor José


Ochoa, el dirigente estudiantil de los años 60, del sector de URD y
después de los grupos maoístas recalcitrantes en Venezuela. Me refiero
al ingreso de los cubanos, porque fíjese, se da un desembarco por la
zona de Morrocoy, donde vienen Luben Petkoff, Arnaldo Ochoa, incluso,
llega Angelito, el coronel español que preparó a los expedicionarios
cubanos que invadieron a Cuba con Fidel Castro al frente, a eso me
refiero.

R.- Lo que pasa, Poeta, es que yo le estoy dando los antecedentes porque
el desembarco de Arnaldo Ochoa es el 24 de Julio y se llamó Operación
“Simón Bolívar”, en homenaje a Bolívar y esto es en el 66 y estamos
todavía en el 65. Ahora sí me está entendiendo ¿no?. De todas maneras
yo le voy a explicar esto y volvemos de nuevo al 65, porque es cuando se
produce la expulsión mía del Buró Político del Partido Comunista y la
expulsión de otros compañeros. Por esa expulsión y por esos
antecedentes es que deciden Fidel Castro y Celia Sánchez enviar ese
grupo de gente. ¿Me está entendiendo?. Es justamente por eso pues. De
tal manera que quería crearle los antecedentes. Pero es bueno que
empecemos con el desembarco y después retrocedemos al 65, cómo se
produce la expulsión, quiénes la apoyan, quiénes no la apoyan, todo ese
conjunto de fenómenos. Yo me encuentro en Yumare con Alirio
Chirinos, Manuit Camero, Baltazar, todo el grupo que viene.., todavía no
se ha producido la división total, ni el desembarco de los cubanos,
entonces salgo por Yumare y Leonardo sale enfermo. Eli Saúl Pérez, de
Barquisimeto -El Pelirrojo-, le cuento los antecedentes porque sí es
importante, porque Eli Saúl es operado en Caracas y le sacan unos
ganglios y lo mandamos inmediatamente a Cuba, donde lo reciben Fidel,
Piñeiro y Celia Sánchez. Entonces ¿qué sucede? que por primera vez ya
hay un vínculo directo entre Fidel y nosotros y solamente se esperaba un
acontecimiento especial para darle a la dirección del FLN allá, de la
misión del FLN que tenía características de embajada en Cuba para
acreditar una persona nuestra y ese hombre es Leonardo Quintana, que es
Eli Saúl Pérez y es allí cuando Leonardo Quintana me dice: -Mira, que se
está preparando todo el terreno para enviar la fuerza expedicionaria
donde vienen Luben y un grupo de personas-. Yo me encuentro en
Caracas reunido, pues se está realizando mi expulsión del Partido
Comunista y bueno eso fue un largo proceso que creo duró de tres a
cuatro meses; Núñez Tenorio conoce muy bien el proceso de mi
expulsión del Partido Comunista y un grupo de personas que usted bien
conoce, entre los que están Alonso Ojeda Olachea, etc. Pero lo concreto
es que en medio de este proceso, se produce el desembarco de Luben
Petkoff, Arnaldo Ochoa y los catorce cubanos y lo hacen por las costas
de Falcón, por un sitio que usted bien conoce, por los lados de Agüide.

P.- Está a punto de ser expulsado del Partido Comunista, pero


desembarcan los cubanos.

R.- Bueno, entonces yo creo que en realidad este desembarco tiene una
extraordinaria significación política, porque este desembarco no es como
lo vieron algunos militantes del Partido Comunista de la dirección, o
como lo vieron otros militantes de los Partidos Comunistas de América
Latina, o como lo vio la CIA, o como lo vieron los gobiernos. Este
desembarco constituye la concreción del proyecto utopía guevariano
justamente de la creación de uno, dos y tres Vietnam en el continente, no
de inventarlo, no de inventarlo, sino de darle concreción a fenómenos que
ya existían en este continente. Porque ¿cuál es el proyecto del Che?
Mire, del Che me relatan los que hablaron con él, porque yo con él sobre
estos temas no hablé, yo lo conocí una sola vez, dándole la mano y nada
más y no pudimos hablar de esto, porque eso fue en el 60. El Che
empieza a madurar más ese proyecto y lo empieza a madurar, para el Che
era preguntarse esto, esto es lo trascendental? cómo defender, fíjese, bien
¿cómo defender el socialismo en Cuba? eso lo decía él en una de sus
charlas a los revolucionarios de América Latina y el mundo. ¿Cómo
defender el socialismo en Cuba? entonces él mismo se respondía y decía:
-fíjese de dos maneras: creando los focos de resistencia-.

P.- ¿Cuál era la tesis del Che para la defensa del socialismo en Cuba?
R.- El Che se planteaba que era necesario que surgieran en América
Latina un conjunto de focos de resistencia, de fuerzas de resistencia, que
abarcara América Central, El Caribe y América del Sur y que esos focos
de resistencia iniciaran su proceso largo, de una u otra manera venía la
confrontación con Estados Unidos; ahora bien, para el Che era
indispensable que estos focos tuvieran autonomía y no dependieran ni de
la Unión Soviética ni de China, ese es el aspecto importante. ¿Por qué?
porque si dependeríamos de la Unión Soviética y de China, era como
salir de una dependencia para caer en otra y hay algo más importante que
es esto. Que es muy importante verlo desde el punto de vista de lo que es
hoy, lo que pasó en el mundo socialista, Kruschev hizo un pacto con
Kennedy cuando la crisis de los misiles en Cuba y ese pacto obligaba a la
Unión Soviética a retirar los misiles, pero también a que Cuba no se
comprometiera ayudar a las guerrillas en América Latina y al mismo
tiempo que no se comprometiera Cuba a ayudar a los guerrilleros en
América Latina. Oiga bien esta cosa ¿no? Estados Unidos se
comprometía a reconocer a Cuba como formando parte del Bloque
Socialista. Cuando se presenta el desembarco de Ochoa aquí ¡Coño! es
una ruptura de Fidel, del Che y de Celia con ese pacto, esa es la
trascendental importancia.

P.- Comandante, Fidel Castro cuando tenía su proyecto continentalista y


de extender la revolución a todo el mundo fue particularmente solidario
con la revolución venezolana, con los patriotas. Ahí están las armas que
cayeron allá en Punta Macoya y la cantidad de combatientes que fueron
entrenados en Cuba y la cantidad de combatientes que fueron a curarse
a Cuba, no sólo de Venezuela, sino de toda América Latina.

R.- Bueno, en realidad cuando me entrevistaron a mi para varias obras,


libros, entre ellos el de Alfredo Peña, yo no quise hablar de esas armas
enviadas por Cuba, ni quise hablar tampoco en detalle del desembarco de
los cubanos el 24 de Julio, pero, ya son hechos que están recogidos
públicamente por otros editores, por otros personajes, por otras historias
y ya no constituye un peligro decir las verdades. Ese proyecto, esas armas
iban a llegar a Venezuela en 1963, llegaron justamente, en Punta Macoya
en Falcón. Fidel aplica una estrategia que era correcta, que nadie supiera
adonde iban a ser desembarcadas las armas. De tal manera, que se podían
tener diferentes puntos de recibimiento. El punto verdadero nadie lo sabía
y efectivamente yo estaba ese día en un punto de recibimiento y
Caraquita Urbina está en otro punto de recibimiento y otros tantos
estaban en otros puntos. Sin embargo, no llegaron a esos puntos y
llegaron a Punta Macoya, donde desgraciadamente, en la mañana, cuando
ya terminan de hacer el desembarco, el compañero que viene allí quizá
por ingenuidad, buscando la seguridad, no le dice al rancherío de
pescadores que algo raro está pasando y hablarles a nombre de un
contrabandista cualquiera, tengo un contrabando ahí, le pago tanto, sino
que se fue a buscar a Chente Beaujón a Coro para que Chente hiciera con
los compañeros que estaban previstos para el traslado. Entonces ¿qué
sucede?. Entonces en ese ínterin en que este compañero se traslada al
bufete de Chente en Coro, sale primero de ese caserío, de ese rancherío
de la Playa va a Punto Fijo, de Punto Fijo a Coro y en Coro busca a
Chente, cuando ya están haciendo los preparativos para el traslado, ya
está anunciando la radio que la guardia agarra un cargamento de armas.
Pero hay otro aspecto trascendental Poeta, hay que ver que esa es una
hazaña extraordinaria de Fidel, del Che y de Celia, porque ya era la
propuesta, es la propuesta utópica caminando. Vamos a romper todo
eso... el acuerdo de Kruschev con Kennedy es en el 62 y todos estos
pasos de Fidel y el Che son ruptura con ese acuerdo, ¡no joda! y
provocaba disgusto y arrechera de la Unión Soviética, lógicamente, pues.
Pero provocaba simpatías del mundo entero con ese proyecto utopía.

P.- Yo creo, Comandante, desviándonos un poco, que hay absoluta


autonomía de Fidel Castro, tratando de buscar su propia independencia,
hasta la invasión soviética a Praga. Yo creo que ahí fue, donde el mono
no carga el hijo.

R.- Eso fue casi simultáneamente. Sí, en realidad Fidel ha estado


actuando con absoluta soltura en base a ese plan que venía concibiendo,
todos estos esfuerzos, reunir, vamos a decir, estos son esfuerzos de guerra
prácticos, pero hay esfuerzos teóricos, la primera declaración de La
Habana, la seguridad, la Tricontinental, la OLAS y la creación de la
OLAS, es crear un nuevo movimiento comunista a nivel continental,
separado de toda vaina, separado, es una ruptura, eso tiene una gran
trascendencia en las luchas de América Latina y del mundo entero; si
nosotros recogemos los esfuerzos de la Tricontinental y de la OLAS, ¡no
joda!. Bueno, no importa que ahorita no los recoja cualquier persona,
pero debemos proseguir con ese gran esfuerzo, que es un esfuerzo de
Fidel y del Che pues, y que hay un personaje silencioso, o dos personajes
silenciosos, que yo quiero mencionar, yo no he hablado nunca con ellos
pero por las informaciones que tuve de cada quien que me contaba una
cosa. De lo que me contaba Ochoa, el mismo que murió, el que fusiló
posteriormente Fidel Castro. De los que me contaban los otros
combatientes continentalistas cubanos allí que Celia Sánchez y Piñeiro
son personajes estrechamente vinculados a ese gran proyecto, proyecto
emancipatorio en gran escala, que los errores no se cometían no por no
actuar, sino por actuar, que es lo extraordinario y que es lo grande
¿entiende? Nosotros debemos retomar todas las partes positivas, todo el
espectáculo de hazaña utópica, de hazaña creadora, de hazaña inédita que
contienen esos esfuerzos para proseguirlas ahora, porque viene una era
extraordinaria.

P.- Comandante, llegan los cubanos, desembarcan y se incorporan a la


guerrilla de Falcón. Fidel, en un discurso el 26 de Julio, llama a apoyar
a los revolucionarios patriotas venezolanos, dirigidos por Douglas
Bravo, en el Occidente y por Américo Martín en “El Bachiller”. Los
cubanos permanecen en Venezuela no sé hasta qué año, pero después
hay una ruptura entre el FLN-FALN y los cubanos... Cuéntenos eso. Qué
pasó, un problema de independencia, de patriotismo de parte de ustedes,
de no alineamiento con nadie? ¿Qué fue lo qué pasó?. Por cierto
Comandante que después hay un desembarco por Machurucuto, donde
vienen Moisés Moleiro, Héctor Pérez Marcano, Eduardo Ortiz Bucarán y
Américo Silva. Y entre los cubanos Raúl Menéndez Tomasevich y el
General Fuentes (Carlos) que hoy es el Jefe del Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas Cubanas.

R.- En realidad, nosotros siempre fuimos celosos de la autonomía y de la


independencia como debe ser toda nación, pues, en lo interno. Eso no
quería decir que en un esfuerzo continental no estuviéramos unidos,
como lo demostramos en la práctica con el esfuerzo del Che y Fidel y
reconocíamos para ese esfuerzo la jefatura del Che y Fidel. Esa es una
cosa distinta a la intromisión directa de tipo policial que se efectuaba en
Cuba para dividir a los guerrilleros venezolanos allá. Yo, incluso, por
ejemplo, que esto es otra revelación, cuando matan al Che, estaba yo en
pleno Caribe en un barco rumbo a Cuba, porque teníamos en Cuba más
de sesenta guerrilleros, yo me iba a poner al frente de ellos para una
invasión y entre esos guerrilleros estaba el Flaco Prada, Fruto Vivas,
Tirso Meléndez, Argelia Melet, todo un gentío que estaba allá, Baltazar
Ojeda, Alirio Chirinos, un grupo numerosísimo, pues. El Cabito Chirinos
o Julio Chirinos, era una élite que teníamos allá, entrenándose, para venir
a Venezuela y yo me iba a poner al frente de ellos. No sé qué pasó, yo
oigo la noticia de la muerte del Che, en el barco donde voy, por cierto,
que el barco se accidentó y pasamos diecinueve días extraviados,
perdidos, entonces me dolió mucho la cuestión de la muerte del Che,
porque yo decía que eso podía significar un duro golpe para esos planes.
De tal manera que cuando usted me dice que si no sería por la cuestión de
Checoslovaquia, creo que eso influyó un poco; sin embargo, lo
fundamental es la muerte del Che. Para Fidel es un golpe muy duro, creo
que a partir de la muerte del Che, Cuba cancela ese gran proyecto utópico
de la utopía guevariana, de la participación masiva, es más, Fidel y el
Che iban mucho más allá en esos proyectos. Yo tengo entendido que el
Che concebía las cosas así. Que si Cuba violaba los acuerdos Kruschev-
Kennedy iba a ser invadida por Estados Unidos ¿verdad? ¿Por qué?
porque estaban violando un acuerdo ya, así como el pacto de Yalta, el
Pacto de Posdam. Entonces ¿qué sucede? al ser violado venía la lógica
invasión de Estados Unidos a Cuba. ¿Qué sucedería con esa invasión?
Fidel respondería diseminando sus fuerzas en todo el continente, donde
estaría él y el Che a la cabeza de esa fuerza, porque esa respuesta de
Cuba que el Che decía para defender el socialismo en Cuba hay que
perder el Estado cubano. ¿Por qué? porque él estaba seguro que
desarrollaría la guerrilla en otras partes del continente y esto provocaría
la invasión a Cuba. Los cubanos diseminarían sus fuerzas en todo el
continente y vendría una resistencia en todo el territorio continental y esa
guerra no la resistirían los Estados Unidos.
P.- ¿Bueno, y por qué no se traen al Che a Venezuela?

R.- Eso es importante pensarlo, por eso cuando una gente se refiere
peyorativamente a la muerte del Che en Bolivia, ¿por qué escogió un país
donde no estaba desarrollada la guerrilla?, yo considero que si bien es
cierto fue un error táctico del Che no haber escogido a Venezuela, aunque
en efecto la había escogido, pero le plantea eso directamente al Buró
Político, a través de Pedro Duno y el Buró Político le niega la entrada. El
Che ha debido ingresar directamente a Venezuela, sin estar consultando
con el Buró Político. Ese error táctico del Che se minimiza al lado de ese
gran proyecto estratégico, de esa utopía, por eso, esas dos cosas tenemos
que revisarlas. Estas cosas las discutíamos mucho, cuando íbamos en la
marcha con los cubanos en Falcón. Conversábamos mucho con Arnaldo
Ochoa, era un brillante guerrillero, una cosa extraordinaria, no hay duda,
una cosa extraordinaria de verdad, realmente un hombre del dominio de
los problemas militares, no sólo guerrillero específicamente, no hay que
olvidar que es un hombre que participa en la guerrilla de Cuba, luego
participa en la reorganización del ejército de Cuba, luego interviene en la
guerra en Angola al frente de las fuerzas expedicionarias cubanas y antes
participó en El Congo con el Che, después se va a Nicaragua, por cierto
que Tirso Meléndez se encontró con él allá; Ochoa es realmente una
especie de Miranda en ese aspecto, pues. En esas cotorras cuando íbamos
en las marchas de Yaracuy hacia Lara y Trujillo, que ya vamos cerca de
Barinas, buscando Colombia, eso no se lo habíamos dicho a nadie, se lo
estamos revelando Poeta, era llegar hasta Colombia a unirnos con los
guerrilleros colombianos, ¿entiende?.

P.- Un solo ejército continentalista. Comandante, yo quiero que no


olvidemos a los muertos. Yo una vez le pregunté a Teodoro Petkoff
-persona a quien yo respeto y admiro mucho- a raíz de la paz
democrática, le hice una pregunta: ¿Teodoro y los muertos, chico? El
catire se puso blanco y no me contestó, pregúntele al Negro Malavé,
quien es actualmente el presidente del Colegio Médico de Carúpano, él
estaba presente cuando yo le hice esa pregunta a Teodoro. Entonces, yo
le quiero preguntar a usted, a Douglas Ignacio Bravo Mora -hijo de
Ignacio y de Nonita- ¿y los muertos Douglas, esos muertos del “José
Leonardo” por qué nadie se acuerda de ellos?

R.- Bueno, en realidad, la vida política hace que el pragmatismo olvide a


los muertos y por eso es que a usted le inquieta ver a esos políticos que
para poder ascender a la categoría de institucionalista, de defensores de
esta supuesta democracia, de personas aceptadas por el status, lo primero
que hacen es abandonar a los muertos. ¿Por qué abandonan a los muertos
de primero?, porque cuando uno abandona a un Miguel Noguera, un
Choropo, un Argimiro Gabaldón, un Fabricio está abandonando una
escuela, está abandonando una conducta, pero está abandonando una
bandera, una filosofía y por eso es que esos grandes carajos, lo primero
que hacen es abandonar a los muertos, para abandonar la bandera y la
filosofía. Nosotros no los hemos abandonado, constituyen todavía parte
de nuestra historia. Eso es lo que hoy es el “Tercer Camino” y lo que fue
el PRV, es una especie de escuela, así como los árabes y los judíos. Mire,
a los árabes y los judíos, se sientan en la noche en su casa a contar la
historia, cada vez que van a comer, esto es la historia desde hace veinte,
treinta siglos. Eso hacemos nosotros cuando estamos reunidos, hablamos
de Choropo, de Miguel Noguera, de Falcón, de Argimiro, del Taparo
Linares, del Chema Saher, de Ibrahím y de Guadalupe Villasmil, es más,
fíjese, de los Pasquier, fíjese usted, que les hemos hecho pequeños
bustos, como el del Chema, como el de Fabricio, que se han hecho actos
porque la democracia ha querido borrar esa historia y la democracia, esta
democracia, que no es democracia, ha querido borrar esa historia y ha
escrito la historia de los que triunfaron para entregar el país, como el caso
de Betancourt, de Caldera, etc. Por eso usted ve complejo cultural
Rómulo Betancourt, Rómulo Gallegos, Raúl Leoni, no sé qué será y no
aparece nada para ellos. Sin embargo, para nosotros eso no se olvida. Por
eso el 21 de Junio es el aniversario de los mártires, de los que cayeron
soñando con una Venezuela distinta, con un mundo distinto, con los que
soñaron sencillamente.

P.- Comandante, yo creo que hay una pérdida de los valores patrios,
cuando yo estaba pequeño las calles de mi pueblo se llamaron y se… se
siguen llamando: calle Libertad, calle Federación, calle Ampíes, calle
Manaure, calle Independencia, calle Simón Bolívar, calle Juan Bautista
Arismendi, Mariscal Sucre, General Mariño, ahora los complejos se
llaman Represa Raúl Leoni, Urbanización Ruiz Pineda, que de paso era
un gran hombre, murió con las botas puestas; Urbanización Pinto
Salinas; Urbanización Luis Hurtado Higuera y acaban de armar un
escándalo muy grande porque la base Libertador, en Palo Negro,
recientemente le levantaron un busto al General Gómez, yo, en
particular, creo Douglas, que el General Gómez es más importante en la
historia de este país que Raúl Leoni o que Jaime Lusinchi, porque el
General Gómez es el organizador de la patria, como pacificador, nos dio
45 años de paz, con ligeras escaramuzas, pero muy pequeñas. ¿Qué
opina usted del intento de los gobernantes de la democracia para que los
venezolanos perdamos nuestra memoria histórica?

R.- Bueno, además eso tiene su raíz en lo que se llama borrar la memoria
histórico-cultural de los pueblos. Ya no es sólo la memoria reciente, sino
borrar la memoria de los indios, porque en la medida que se borre la
memoria histórico-cultural milenaria indígena, en esa medida, nos
occidentalizan más, no se olvide usted que la occidentalización en 500
años, ha sido profunda en el orden filosófico, político, tecnológico, en
todas las cosas, que han hecho posible casi hasta que se borre de nuestra
memoria y eso tiene su origen en ese aspecto pues. Ahora bien, volviendo
a ese orden de cosas, nos encontramos que cuando nosotros
reivindicamos a los muertos no lo hacemos justamente para estar
viviendo de las figuras del pasado, sino para darle continuidad histórica a
los proyectos filosóficos, políticos y sentimentales y a los proyectos
espirituales y religiosos, ese es un aspecto importante ¿por qué?, porque
el pragmatismo político nos acusa a nosotros de estar haciendo actos el
21 de Junio, que lo hacemos y de paso aprovecho para decirte Poeta si es
que este libro sale este año y si no le no importa, de todas maneras queda
el recuerdo. Óigame esto que voy a decirle Poeta, el 21 de Junio se
cumplen 30 años del asesinato de Fabrico Ojeda y ya conversé con un
equipo de intelectuales y de campesinos, entre ellos se encuentra
Clodobaldo Russian, gran amigo de Fabricio, para crear el Comité para la
gran celebración de esos 30 años de la muerte de Fabricio porque la
celebración de la muerte de Fabricio no es una celebración para que esté
muerto sino es justamente para ponerlo más vivo, para darle plenitud a
sus ideas, para darle continuidad a todo lo que hizo Magoya, a todo lo
que hizo Choropo, a todo lo que hizo usted, el Flaco y todo el mundo.
Para darle expresión, diríamos, expresión sentimental, espiritual, cultural,
histórica a lo que ha sido toda esa trayectoria de hombres. Cuando se
escoge la fecha de Fabricio Ojeda, no es porque es el único muerto, es
porque es como el resumen de todos esos mártires y es muy significativo,
pues, que en este año se cumple y de paso le digo estamos a pocos días
también de la celebración de un aniversario más del Frente Guerrillero
“José Leonardo Chirino”. Quiero aprovechar esta oportunidad Poeta para
decirle esto, mire, usted puede leer lo que han dicho en los libros de
Agustín Blanco, por ejemplo, en otras obras, en novelas, en obras de
teatro, por la televisión, en folletos, Pompeyo Márquez, Teodoro,
Américo Martín, todos los que estuvieron en la guerrilla y se han
avergonzado de ese pasado y nosotros llevamos con orgullo ese pasado.
¿Sabe por qué? porque en los años 60, fue la primera vez en este siglo
que el pueblo se atrevió a disputarle el poder a los tradicionales
gobernantes, desde hace 500 años, la primera vez ¡no joda!, eso es
extraordinario y seguimos reivindicando ahora el intento del 27 de
Febrero, el 4 de Febrero y el 27 de Noviembre, porque son expresiones
que ya le quitan la disputa del poder político a las clases dirigentes, ellos
se las disputan entre ellos mismos desde hace 500 años y uno no ingresa
nunca en esa disputa; entró José Leonardo Chirino, entró Bolívar, entró
Ezequiel Zamora y entró la gente de la generación del 60.

P.- Comandante, le quiero hacer una pregunta ya casi para terminar la


entrevista, todavía me queda ésta y otra. Usted desarrolló una teoría muy
bella que chocó contra la ortodoxia comunista, que chocó contra los
grupos pro-cubanos que era la famosa propuesta de la insurrección
combinada; o sea, la participación de guerrilla urbana, guerrilla rural,
movimiento de masa y el trabajo en las Fuerzas Armadas. ¿Qué opina de
los levantamientos militares del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre?

R.- Mira, yo recuerdo haber publicado un artículo en Tribuna Popular,


cuando estaban encargados del periódico José Vicente Abreu y Servando
García Ponce. En ese artículo yo me refería a la participación de los
militares en los procesos de cambio y todo el mundo me cayó encima,
porque era negativo; porque la ortodoxia marxista enseñaba que cada
militar que participaba en los procesos era un dictador más. Después
otros compañeros de distintas partes del continente me criticaron unas
declaraciones que yo di desde Iracara, donde yo llamaba a la
participación de los militares y de los religiosos, bueno, me volvieron a
criticar; resulta que nosotros nos encontramos en América Latina y
tenemos que romper con varios dogmas; el dogma de que la participación
de los militares es a favor de los Estados Unidos, esto no es del todo
verdad, se rompe desde hace tiempo, pero para ponerlo más cercano, en
el mismo 23 de Enero participa un grupo de hombres extraordinarios de
nuestras Fuerzas Armadas; el Coronel Francisco Caamaño, es otra
expresión típica y antes aquí en Venezuela los levantamientos de
Carúpano y Puerto Cabello; más reciente el 4 de Febrero y el 27 de
Noviembre, esos son acontecimientos que revelan que se introdujo una
nueva concepción político-militar distinta a la del mundo entero, eso es
valioso y en nuestro continente se da la participación de los sacerdotes de
la Teología de la Liberación en las luchas, de manera que nosotros no
podemos ser dogmáticos, tenemos que variar sustancialmente este
problema. En cuanto a la cuestión sobre los sacerdotes, el Padre Wictakc
es el hombre que ayuda al Frente “José Leonardo Chirino” y por eso hay
que reconocerlo aquí para que usted lo diga, él se sentía nada menos que
miembro del Frente “José Leonardo Chirino” desde que llegó a
Venezuela, por eso, cuando lo expulsan la primera vez, a él lo saca del
país Caldera y después lo saca Carlos Andrés y él vuelve con nosotros y
se incorpora a la guerrilla aquí, él es quien organiza núcleos cristianos en
La Vega que van a dar a la guerrilla, entre ellos Vargas, quien escribe el
libro “Memorias de un Ñangara”. Wictakc es precursor de la Teología de
la Liberación, es un extraordinario artista, es un escultor, pintor brillante,
brillante de verdad, verdad, un ser humano excepcional.

P.- Comandante, pero además de los militares, este es un país con una
larga tradición de lucha: de los indios, de los negros y entre los siglos
XVIII y XIX pare esos hombres tan grandes y tan vergatarios como
Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Andrés Bello, e1 Mariscal Sucre y José
Leonardo Chirino.
R.- Fíjate, quizá aquí hay un tema muy importante que tocar, es el
siguiente: las luchas que se han desarrollado en América Latina, a veces
tienen un inconveniente serio, es lo que yo planteo en un nuevo
documento, que en parte está en el libro “La otra crisis” y parte está en
exposiciones que he hecho recientemente, usted y yo fuimos partidarios
de la lucha entre dos fracciones occidentales, cuando se habla de
democracia, de república, pero todas son ideas nacidas en occidente.
Cuando se plantean las luchas con un carácter propio, como decía Simón
Rodríguez: la América no debe imitar servilmente; pensamiento
profundo en lo filosófico, porque es un concepto de ruptura con Rouseau,
de ruptura con la Ilustración, eso es terrible, eso que dijo Simón
Rodríguez, está llamando a la creación y de paso le agrega más adelante
en un párrafo: que este continente debe ser poblado con colonos de
aquí mismo, de los indios de aquí mismo. No quería extranjeros, no es
porque tenía xenofobia no, no, no porque él decía que no era necesario y
después decía, me cuenta más un Indio que Ovidio, no era un desprecio
a los grandes pintores, escultores y filósofos de Grecia y Roma, era
simplemente, que él tenía el sentido de revalorizar la milenaria historia
cultural indiana y luego la negra que teníamos nosotros. Por eso, cuando
la lucha se caza hoy en día y eso es lo más importante y en cierta forma,
hoy lo que es el “José Leonardo Chirino” está de nuevo en esa búsqueda
de hacia dónde vamos y hoy estamos replanteando la lucha de
valores contra valores. Valores contra valores es que no se suspende la
lucha de clases, la lucha de clases continúa, pero el problema es que hay
que derrotar los monopolios occidentales hoy, en todas partes del mundo,
derrotar la globalización, para derrotar primero los valores de la
civilización occidental que son valores filosóficos, políticos, religiosos,
culturales, sentimentales, militares, tecnológicos, de toda naturaleza, hay
que exponerle valores alternativos de la nueva civilización en lo
tecnológico, en lo cultural, en los sentimental; si revalorizamos a la
América Latina con sus propios valores ya estamos luchando contra
occidente.

P.- Comandante, estamos en 1996, muy cercano al tercer milenio, yo


creo que en el siglo XXI van a prevalecer tres grandes concepciones
religiosas, eso está claro, el cristianismo, el islamismo y el budismo con
todas sus tendencias. ¿Cómo ve la sociedad venezolana hoy y hacia
dónde se enrumba? ¿Qué piensa Douglas Ignacio Bravo Mora, alias
Andrés, alias Martín, alias Juan Andrés, alias Guillermo, alias Joaquín,
de esta situación?

R.- Poeta, como una vez tuvimos una discusión sobre esto en una
conferencia que yo pasé allá en Mérida que estaba usted. Mire, yo dije en
aquella conferencia, ¿usted se acuerda? para conquistar una nueva
civilización se hace indispensable echar a la calle, desarrollar un nuevo
pensamiento político, filosófico distinto a los que existen y esto yo sé que
asusta, porque al decir distinto estamos enfrentados a Rouseau, a Marx,
estamos enfrentados a todos los que se encuentran allí ¿verdad? Es decir,
estamos enfrentando a todas las corrientes filosóficas, pero dijimos que se
necesitaba también una nueva manera de organizarnos, distinta al partido
y se disgustó mucha gente, porque dicen, éstos no quieren al partido,
claro que no lo queremos, el hombre en América Latina no está llamado a
organizarse como partido, sino en otra forma, en una forma comunitaria,
en una forma de trabajo, en una forma de guerra, en una forma distinta y
dijimos también que era necesario organizar una lucha distinta a la
clásica guerra, que es la que llamamos confrontación de valores, donde
está la confrontación cultural contra occidente, la confrontación
tecnológica, la confrontación científica, la confrontación espiritual-
religiosa y la confrontación con las armas en la mano, pero es una
confrontación de valores y finalmente, dijimos: América Latina necesita
una nueva religión, fíjese usted por qué dijimos eso. Se acuerda que fue
allá en Mérida y se asustó un gentío, eso creo que fue en el 82 o el 84, no
recuerdo exactamente el año. ¿Por qué, por qué una nueva religión?, no
es que estemos contra el budismo, no es que estemos contra el
cristianismo, no es que estemos contra el judaísmo. Es que simplemente
el planeta tierra es inmenso y tiene una franja para el budismo inmensa,
una franja para el islamismo, una franja para el judaísmo y hay una franja
también para las religiones cristianas, para las religiones de los indios,
para las religiones de los negros que se unen, que se empatan, hacen una
sincretud con la teología de la liberación y eso va a dar como
consecuencia a lo largo de los siglos, una nueva religión, un nuevo
pensamiento religioso y espiritual.
P.- Comandante Douglas Ignacio, Martín, José Andrés, Emiliano, como
le llamen. ¿Qué piensas de la soledad del hombre y de su soledad?

R.- Bueno, yo creo que es un lugar común decir, que en la medida en que
se han logrado “victorias”, entre comillas, póngamelas entre comillas,
para lo que se llama la civilización occidental, las victorias de la
industrialización, bueno ha sido tan poderosa la industrialización con la
ciencia y la tecnología, que el hombre hoy está llegando a otros planetas.
Ha sido tan extraordinaria la tecnología que a la tierra la cubre una
cortina de aparatos donde está la guerra de las galaxias y sin embargo, a
medida que el hombre alcanza millones de kilómetros de distancia y
fabrica aparatos sofisticados que tiene a la mano y cuando la informática
es algo extraordinario, en esa misma medida el hombre es más solitario,
digamos más esclavo, desde el punto de vista de su religiosidad, por eso
la emancipación tiene que lograr también la emancipación espiritual del
hombre.

P.- Bueno, Comandante Andrés, Douglas, Douglas Ignacio, hijo de


Nacho y de Nonita no me queda más que darle las gracias por este
tiempo, por estos caminos que hemos recorrido, por estos sueños que
hemos compartido y recompartido, por esas angustias por esas alegrías y
por esa memoria que compartimos, pero creo que lo más importante,
Comandante, es que seguimos soñando.

R.- Poeta, como usted y yo venimos de una tierra que tiene símbolos -por
cierto que hay que rescatar los símbolos-, yo diría que parte de lo que ha
sido el “José Leonardo Chirino”, es porque todos los que pasaron por
allá, usted, Camero, Baltazar Ojeda Negretti, Miguel Noguera, Chema
Saher, supieron apoyarse en los símbolos de esa pequeña comunidad. Así
como hay los símbolos en Los Andes, los símbolos en Oriente, los
símbolos en El Llano, allá subimos para darle más expresión al frente
guerrillero “José Leonardo Chirino”, para aprovechar los símbolos. Usted
sabe que allá hay un símbolo en la montaña que es mágico, que es la
urupagua y desarrollar la urupagua es algo así como desarrollar los
valores propios. Está el símbolo del cardón, al coriano le dicen,
precisamente, que se parece a un cardón, porque es un hombre espinoso,
feo y duro por fuera, pero dulce y con agua por dentro. Hay otro símbolo
del cocuy de penca, que era la bebida de los dioses jiraharas y los
muchachos guerrilleros tomaban cocuy de penca y creen en ese símbolo y
en el mismo símbolo de la montaña, que era la montaña jirahara que le
quitaron ese nombre, todo lo que es hoy la fila de Iracara y todo ese
contorno de San Luis, es como la llamaban los indios, la montaña
Jirahara. Los Jiraharas son algo simbólico de lo que no nos quedaron
restos, así como decir una etnia en ninguna parte, porque después de esa
batalla de Cabure, en 1532 y después de la batalla de José Leonardo
Chirino, donde participan los Jiraharas, que los van reculando hacia el
fondo, hasta llevarlos y exterminarlos toditos, quedaron exterminados;
sin embargo, queda algo en la sangre de los corianos, de los Jiraharas y
queda ese símbolo, pues, y los Jiraharas eran del cocuy, de la urupagua y
del maíz. El maíz era el símbolo de América, en contraposición con el
trigo que es el símbolo de los conquistadores, que es el símbolo de la
opresión.

P.- Bueno Comandante, muchas gracias y esperamos que la memoria no


se pierda, no quiero terminar, bueno parece que esta entrevista no la
vamos a terminar nunca, pero, hay un asunto que me intriga, me llama la
atención, oye cómo nace en esa montaña, tan lejos del mundo, bien
arriba, en esos montañones, en esos canjilones un pensamiento de la
guerrilla; primero que hace alianzas con Fidel Castro y después se
empalma con las ideas planetarias de las utopías, de los sueños que hoy
recorren el mundo. ¿Cómo es eso? le digo que estoy profundamente
reflexivo y con muchas dudas.

R.- Bueno Poeta, en realidad el Frente Guerrillero “José Leonardo


Chirino” hizo unos aportes muy importantes en ese territorio mágico de
Iracara, algo así, como decir, producir muchas ideas, es como decir la
síntesis de ideas milenarias que vienen de los indios y de los negros; al
mismo tiempo yo me atrevería a decir algunas cosas inéditas que nacen
allí colectivamente, eso es lo importante, porque nacen de los
campesinos, nacen de la gente que viene del Llano, de Los Andes, de
Oriente, de los cubanos, de los argentinos, de los colombianos, de los
portugueses, de todos los que estuvieron allá y podría decirse algo, que es
un aspecto fundamental, usted sabe desde que se inicia el Frente “José
Leonardo Chirino”, desde ese mismo momento es plural, porque sus
primeros constructores fueron: Matías Polanco, copeyano; Miguel
Noguera, urredista, Chema Saher, del MIR; Teodoro Petkoff del Partido
Comunista; Juan Arenas, de URD; entonces, eso le da una categoría de
pluralidad y de discusión, donde uno tiene que admitir el respeto a las
demás tendencias y a las demás corrientes, ya ese es el comienzo de
poner a discutir a la gente y no a uniformizarlo, ni pasarle una tabla rasa.
El otro aspecto es que allá se nos ocurrió hacer siempre, lo que se ha
dado en llamar las conferencias guerrilleras, se llegaron a realizar cinco.

P.- ¿Qué era eso de las conferencias guerrilleras, explíqueme eso? De


repente creí que era una reunión o una conferencia con los periodistas.

R.- No, no, en realidad era una reunión en donde participaban dirigentes
de Caracas, donde iba Pompeyo Márquez, Caraquita Urbina, Humberto
Arrieti, Alcides Hurtado del Partido Comunista y por URD asistían -es
bueno mencionarlos, porque estas cosas no se han dicho nunca, dieron un
aporte extraordinario-, los García Leiva, Ricardo García Leiva y Manuel
Antonio García Leiva, quienes fueron presidentes de la Asamblea
Legislativa del Estado Falcón. Asistió por Acción Democrática, nada
menos que Chente Beaujón, quien era para ese entonces Diputado al
Congreso por Acción Democrática, asistió Lino Martínez, Domingo
Urbina que estaba en el Frente del Sur. De tal manera, que las
conferencias eran una discusión, donde no había secretos, porque con
esta pluralidad de personalidades, era imposible tener secreto, claro, cada
quien conservaba sus secretos de partido o de tendencia, pero era una
discusión amplia y profunda, ahí comenzó esa discusión en Falcón, hasta
que en comunicación directa con Fabricio, Argimiro, Luben, Lunar
Márquez, se nos ocurrió la idea de hacer en Falcón una gran reunión de
guerrilleros que fue interrumpida por razones de seguridad y también
políticas, pero después Argimiro montó la gran reunión. Nosotros
llegamos a hacer cinco conferencias, Pompeyo Márquez se dio el lujo de
asistir a las cinco conferencias y eran grandes discusiones. Para decir
esto, por ejemplo, en la discusión de las conferencias porque era un
criterio colectivo, asistió Andrés Pasquier, Felipe Malaver, se propuso
por primera vez la tesis de insurrección combinada, que es la primera
teoría que expusimos. Me tocó el honor de exponerla en esa conferencia
de Falcón y surge después la tesis de lo que se llama El camino propio
de América Latina y el Caribe. No sabíamos lo que era eso, pero sí
sabíamos que eso iba a desembocar en algo que no era tan fácil y
ayudaba mucho en esto Polito Acosta, que después fue enemigo de las
tesis que nacieron allá, era una polémica muy buena. Leonardo Quintana
o Eli Saúl Pérez, el barquisimetano, contribuyeron mucho en eso, gente
que no estaba en Falcón como Fabricio, como Argimiro y sobre todo el
Taparo Linares que nos llegó a visitar. Para ese entonces surge desde el
“José Leonardo”, -esto es importante reseñarlo- un buró político
clandestino, que no era el buró político del Partido Comunista, que lo
componían Teodoro Petkoff, Germán Lairet, Núñez Tenorio, Caraquita
Urbina y otro grupo de gente. Ese buró lo sostuvo con más fuerza
Germán Lairet, hasta que después desistió de él. Teodoro fue el primero
que desistió de esa idea, hizo una carta en contra de mi, una carta que se
publicó, una carta bien escrita, agresiva, como era Teodoro, porque
primero me defiende, -porque Teodoro fue el primero que hizo la defensa
mía en el Buró Político del Partido Comunista-, después me hace una
carta donde me decía: Curraco, dentro del Partido Comunista se
harán todas las revoluciones. Entonces, en realidad, ese Buró Político
fue tan bien creado con una nueva Comandancia y nosotros le
propusimos a Moncada Vidal, Molina Villegas, a Medina Silva que
encabezaran la nueva Comandancia, porque ellos eran miembros y
figuras principalísimas de la vieja Comandancia de las Fuerzas Armadas
de Liberación Nacional y por supuesto, Fabricio sí aceptó encabezar la
presidencia del FLN, del Frente de Liberación Nacional, ese es el gran
mérito de Fabricio, no solamente el mérito que viene de URD y que sin
embargo, su espíritu estaba por encima del nuestro, que veníamos de una
formación de la más pura ortodoxia comunista.

P.- Comandante, hay un personaje, un ser humano, un amigo, un


compatriota, un soñador. Parece que se le borró de la memoria nuestro
amigo, nuestro hermano el Capi Manuit.

R.- Bueno, ya le he hecho muchas referencias a Emiliano y puedo decirte


lo siguiente: yo conocí a Manuit Camero antes de caer Pérez Jiménez,
oficial del ejército de artillería, combinado con Hugo Trejo. Para el lo. de
Enero, lo hacen preso porque estaba conspirando y participa con Hugo
Trejo el lo. de Enero. Manuit Camero es uno de los hombres que tiene las
siguientes características, aquí valen unas anécdotas, así como te eché
una de Miguel Noguera, a Manuit Camero lo conozco antes de caer Pérez
Jiménez y fuimos a llevar serenatas, era serenatero, cantante compositor
extraordinario. Entonces Manuit y yo fuimos a llevar esa serenata y
sucedió algo muy significativo, estas son las cosas que la historia no la
relata, pero que vale la pena contarlas. Manuit Camero llevaba ese día
dos sobres y en los dos sobres llevaba dos cartas de amor.

P.- ¿Comandante y para quién eran esas cartas?

R.- Bueno, llevaba una carta con una rosa roja, en cada uno de los sobres
y una serenata, una era para su mujer Amelia que está viva.

P.- ¿Y la otra?

R.- La otra para una novia. Resulta que se le confundieron los sobres esa
misma noche, entonces yo pago el pato como te podrás imaginar.

P.- Comandante, lo que pasa es que el Capi y usted son musulmanes de


procedimiento. Bueno, vainas a seguir, se nos está quedando por fuera
un tipo, yo creo que él se equivocó de misión, él ha debido ser Carmelita
Descalzo, me refiero a ese ser tan extraordinario: Julio César Rodríguez.

R.- Es importante observar ahorita que hablas de Julio César Rodríguez,


él es la continuación, como decir hablar de Manuit, porque resulta que el
“José Leonardo Chirino”, es uno de los frentes guerrilleros donde se
incorporan oficiales de las Fuerzas Armadas como Tulio Martínez
Delgado y el Capi Elías Manuit Camero y que tú Poeta, que estuviste allá
lo sabes, estuvo Rider Colina que era de la Guardia Nacional, Nicolás
Hurtado, que era un valeroso oficial que se había alzado el 7 de
Septiembre del 58, con Moncada Vidal cuando se alzó el Destacamento
de la Policía Militar en el Palacio Blanco; es decir, que el aporte hecho
por estos oficiales es muy importante, desde el punto de vista táctico y
estratégico.

P.- Yo conocí a Nicolás Hurtado, lo conocí en El Barrial, era Fernando,


creo que muere por los lados de Portuguesa junto con Arcadio Martínez,
el Negro Sangre.

R.- Primo hermano de Pastor.

P.- Háblenos de Nicolás, yo he manejado algunas cartas que me mostró


su hija Yolanda para que las leyera. Unas cartas que él le envió a sus
hijos, unas cartas hermosísimas, donde se nota la condición humana de
Nicolás. ¿Pero, Comandante no me va a hablar de Julio César?

R.- Bueno, Julio César, como te decía, es como la continuación de


Manuit, porque Manuit viene a ser un oficial que lo conozco antes de la
caída de Pérez Jiménez y Manuit es poeta, cantante, de los Manuit
Camero del Llano, un llanero en todo el sentido de la palabra, cantador,
guitarrista, con el cuatro en la mano, peleador y valiente, porque Manuit
tenía una virtud que era valiente, ese hombre ¡carajo! realmente, ese
carajo, era valiente, sereno en el combate y Julio César es un muchacho
humilde de los barrios pobres, hijo natural, nacido en Maraca en un
barrio humilde. Ingresa a la Escuela Militar junto con Guaitero, que
también estaba en ese momento en la guerrilla en Falcón, Guaitero tiene
el mérito extraordinario de ser uno de los siete que se quedan cuando se
va todo el mundo. ¡No joda! que se queda con Miguel Noguera, Baltazar,
conmigo, un grupito muy pequeño, pues. Entonces, Julio César llega a la
guerrilla porque él participó en una conspiración y no se pudo graduar,
eso fue antes de caer Pérez Jiménez y lo botan, porque participa en esa
conspiración y se queda por ahí, por las calles de Maracay, cuando surge
el movimiento guerrillero se incorpora y se va para Falcón. Humilde
indio negro, muy sencillo, usted lo conoció, era un hombre muy humilde.
Él se casa en la guerrilla con La Negra Aurora, hicimos un acto con un
papel especial. Julio César era muy ingenuo, era de los que hacía
combates solo. Montaba una emboscada él solo. Él jamás usaba
uniforme, no le gustaba usar uniforme y notamos que era una cosa buena,
porque era el que dirigía la escuela de Camacho, en pleno centro de
Iracara ¡No joda!, en plena montaña, era el maestro, pues. La maestra no
iba, se iba para Coro y él le atendía a la maestra y atendía a los
conuqueros. Julio César tiene el mérito de haber organizado el primer
centro de producción económica de conucos, donde había maíz y un
conuco donde había ñame, ariguaje, yuca, de todo y él es el que organiza
lo que podría llamarse el primer centro económico colectivista, o cien
bolívares; el campesino compraba el maíz, para aquel entonces cien
bolívares era mucho. Compraba el maíz, sembraba y entonces llegaba la
guerrilla a hacerle la cayapa, la mano vuelta, el convite. Julio César la
invita, invita a todos los campesinos y a la guerrilla, por supuesto, en dos
o tres días estaba liquidando el conuco, pues, recogida la cosecha o
sembrado y cortado se iba a preparar para hacer la roza. A Julio César le
toca el mérito de haber organizado por primera vez eso, mucha gente se
burlaba, porque creía que ir a la guerrilla era ir a pelear solamente.

P.- ¿Cómo muere Julio César? Tengo entendido que fue por violación de
las medidas de seguridad del propio Julio.

R.- Lamentablemente no era muy cuidadoso, estábamos en el


campamento el loco Fabricio Aristiguieta -después te echo una anécdota-,
que era el hombre humilde, sencillo que lo vilipendiaron tanto. ¡No joda!
y estábamos Julio César, La Negra Aurora y yo; le ordené a Picapiedra,
que era el Jefe para ese entonces,-haciéndole caso al brujo, al llamado
brujo Andrés, que no era brujo sino un sabio que recibía y transmitía.
Tenía la capacidad de recibir y transmitir lo que te conté antes que el
hombre me transmitió que algo iba a pasar, que fuera a poner unas minas
y hacer un recorrido por las carreteras principales, porque eso que decía
el brujo podía ser cierto, que algo iba a pasar, que no sabíamos lo que era.
Y Julio César viola las normas de seguridad, se va con una patrulla de
campesinos y de guerrilleros y se meten al pozo más hondo del río Ricoa,
con el hijo de un ganadero y les llegó el Ejército, hirieron a Julio César
en una pierna, matan al campesino de allí, al hijo del ganadero y hieren a
otros guerrilleros y campesinos, es cuando nos enteramos que algo está
pasando. Julio César se aleja para la montaña y se va, se lleva su fusil.
Aquel helicóptero que anuncian que se cayó, fue él que desde un cerro, le
disparó al helicóptero. Pero andaba solo y quizás con una pesadumbre
inmensa de haber violado las normas de seguridad en un momento tan
importante, pues. Julio César es de aquella anécdota bonita, que puede
lucir muy feo para lo que llaman el común de los medios literarios,
porque era el Director de la escuela, el Subdirector era Polito Acosta,
abogado, guerrillero. Cuando llega una vez una caleta de cosas de la
ciudad -allá se llamaba caleta: cartas, regalos, etc.- Julio César que era el
Director de la escuela, porque lo pusimos de Director, porque conocía...,
estaba ya para graduarse en la Escuela Militar..., valiente, peleaba y era
muy sencillo. Julio César convoca a los campesinos, a los alumnos de la
escuela y a los que participaban como profesores a revisar los regalos que
llegaban, entonces saca una carta para un guerrillero, lo que venía allí,
pues, un regalo, un par de medias y saca una cajita, entonces con su
ingenuidad, cuando yo estaba en la Escuela Militar, los algodones para
limpiar el cañón de un fusil eran chiquiticos, así redondillos y resulta que
ahora vienen larguitos y no eran ningunos algodones, eran unos modes
para las mujeres.

P.- ¿Comandante, pero no ha terminado de contarme cómo murió Julio


César?.

R.- Bueno, sobre la muerte de Julio César hay varias versiones, pero
resulta que Julio César pasa a ser, como Miguel Noguera, una especie de
cosa mítica. Él se va para la montaña y empieza a combatir solo.
Picapiedra se retira hacia la Comandancia General y de la Comandancia
baja y va buscando el campamento de ustedes y él se queda perdido, se
queda solo en la montaña. Se queda por un largo tiempo, combatiendo
solo y no sabe donde está la gente. Una de las versiones es que muere
porque le pusieron una emboscada, porque sabían que estaba entre
Camacho y bajando hacia El Turagual, el pueblito que tomó Miguel
Noguera varias veces, donde está ahorita la represa. La otra versión es un
poco distinta, totalmente distinta que estaba en una cueva, de allí salía,
comía, sembró, hizo un conuco y salía con su FAL, ya tenía varias armas
que había conquistado y lo acompañaban varios campesinos a pelear y en
una de esas salidas a pelear, lo matan en un combate. Esa versión me la
contó el viejo Víctor, que era su gran amigo, su mejor amigo campesino
de allí.

P.- ¿Qué nos falta Comandante? Bueno, dejemos a Julio César y


continuemos con Nicolás Hurtado. No nos ha hablado nada de Nico.

R.- Nicolás Hurtado tiene esta historia complicada y bella al mismo


tiempo. Cuando nosotros nos alzamos contra Pérez Jiménez, muchachos
todos, Nicolás Hurtado era ayudante del general Velazco y el General
Velazco creo que fue nombrado para ese entonces Director de la
Seguridad Nacional, lo cual quiere decir que se llevó a uno de sus
ayudantes que era el Teniente Nicolás Hurtado y Nicolás Hurtado andaba
con el general Velazco. El Gral. Velazco es un andino, por cierto, tío de
un gran amigo mío, Benito Velazco, que estuvo preso mucho tiempo
cuando cayó Diego Salazar preso, Benito es psiquiatra. Nicolás Hurtado,
como ya te dije, estuvo preso porque se había alzado con Moncada Vidal
el 7 de Septiembre. Fíjate, Nicolás Hurtado primero es ayudante del Gral.
Velazco, después se alza con Moncada Vidal. Viven esas peripecias,
toman el avión y van a dar a Curazao. El viejo Moncada domina al avión
y su ayudante principal ya para ese entonces es Nicolás Hurtado va a la
cárcel y nosotros no entendíamos eso, por eso es que hay que reivindicar
aspectos de la historia. Nosotros en vez de haber hecho alianza,
propiciada por un sector del Partido Comunista con Betancourt, hemos
debido de haber hecho alianza con Moncada Vidal desde un comienzo y
con el general Ministro de la Defensa Jesús María Castro León.

P.- ¿Castro León?

R.- Castro León, que no era ningún sinvergüenza, es un hombre


nacionalista, enemigo de Acción Democrática y de Betancourt y lo
demostró antes de morirse; tanto es así que a Jesús María Castro León lo
dejan morir de mengua en el San Carlos al igual que al Capitán de Navío
Manuel Ponte Rodríguez, quien era pariente de El Libertador Simón
Bolívar. Entonces Nicolás Hurtado es amigo de toda esta gente, y así
conforme vienen al campo de la revolución, todo ese grupo de hombres,
bueno, Moncada Vidal llega a ser el jefe nuestro, pues, Comandante
General de las FALN y luego llega a ser uno de los más activos
representantes de la guerrilla, Nicolás Hurtado es un hombre
extraordinario, a sus hijos les he visto aquí mismo, aquí en mi casa, han
venido aquí, viven en Guayana, otros viven aquí. Nicolás hizo cursos en
Vietnam, era un hombre muy sencillo, muy humilde, riguroso en el
comer. Estos detalles hay que explicarlos porque cuando se habla de la
guerra, se habla nada más que de fusiles. Era un carajo místico, pero
realmente místico. ¡No joda!, imperturbable en sus cosas. Si llegaba a un
sitio donde había agua fría, se bañaba con agua fría. Comía pocas cosas,
comía muchas raíces, no era ostentoso y andaba siempre con Sangre -el
Negro Arcadio Martínez- primo hermano de Arcadio Pérez Martínez,
más bien sobrino de Arcadio Pérez Martínez y los matan en una
emboscada en Portuguesa. Estábamos nosotros cerca. Nosotros
estábamos en Río Crecido, en Río Vano y ellos estaban un poco más
arriba y los matan allí. Nicolás Hurtado es uno de los representantes de la
oficialidad patriótica, así como Manuit, Rider Colina, Moncada Vidal,
Tulio Martínez Delgado; de ese conjunto de oficiales y soldados que se
incorporan a las fuerzas revolucionarias y que desmienten todas las tesis
del dogmatismo de que los militares son dictatoriales, fascistas y
vagabundos; desmiente así de una manera categórica, ahora lo que
hablamos al final era que usted me había hecho otra pregunta.

P.- Si, yo le había hecho otras preguntas, eran sobre las teorías que se
desprenden de la guerrilla de Falcón.

R.- Bueno, ahí surge lo que se llama la insurrección combinada, nace en


Iracara. Es discutida colectivamente con la presencia de todos los
dirigentes del Partido Comunista, luego viene la ruptura, la expulsión y
luego se plantean caminos propios. Caminos propios, era buscar una
teoría propia, con asiento en América Latina que no fuera en Europa,
porque todas las teorías avanzadas de lo que se quería hacer nacieron en
Europa y teníamos que buscar un camino propio en lo cultural, en lo
espiritual, en lo militar, en lo filosófico, en lo político y ahí comienza esa
carrera, por eso es que lo primero que hacemos cuando nos unimos con
Fabricio fue un seminario de Simón Rodríguez. No teníamos muchos
instrumentos a la mano y el primero que nos ayuda es Simón Rodríguez,
con sus teorías realmente de ruptura, con lo que se llama el mundo de la
modernidad y luego viene a completarnos cuando empezamos a plantear
conjuntamente, con los compañeros de Cuba: Fidel, el Che y otra gente
en América Latina como Marighela en Brasil y Raúl Sendic, en el
Uruguay. ¿Cómo elaborar un pensamiento para esto? En esa búsqueda
hemos seguido y es en lo que estamos ahorita. Yo recuerdo que aquí
discutimos con los compañeros de El Salvador, antes de fundarse la
guerrilla de El Salvador. Nosotros contribuimos mucho en eso, de aquí
fueron como veinte guerrilleros para allá, fue Camarita, el viejo
Camarita. Resulta que en El Salvador se estaba decidiendo un conflicto
continental y lo perdimos porque se dogmatizó, se polarizó, quiere decir
que entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, los revolucionarios
salvadoreños escogieron por la Unión Soviética y nosotros por eso nos
llamamos Tercer Camino, porque pedíamos un tercer camino que no
fueran entre esos dos polos. Desgraciadamente, tuvimos que traer toda
esa guerrilla que estaba allá, estuvo el Flaco Prada, estuvo Tirso
Meléndez, Magoya, Renán todo el mundo pasó por allá. Mandamos la
gente a Nicaragua, a todas partes y yo creo que... por eso reivindicaba,
cuando Fidel apoyó el desembarco de Ochoa para acá, apoyó y estimuló
que el Che viajara para el continente, porque un poco de eso yo creo que
ningún venezolano y quien lo haga de derecha o de izquierda es un
ridículo, que se queje que un hombre de Venezuela participe en otro país
o que otro país participe aquí. Basta con recordar que Bolívar se va a la
Nueva Granada y de la Nueva Granada viene para acá con 500
neogranadinos. Ricaurte, etc., etc., y resulta que esos venezolanos fueron
a dar nada menos que al Potosí, pasaron por el Perú, con Sucre, pasaron a
Bolivia, a todos esos territorios y Páez pensaba invadir a Cuba,
autorizado por Bolívar, para sacar de allí las tropas extranjeras. De
manera que ¡coño! somos un solo continente, no debemos avergonzarnos
de esas cosas, que además son poéticas. Entonces, en ese frente
guerrillero “José Leonardo Chirino” se encubren cosas que usted las
conoce bien y por eso, es que como decíamos hace rato, es allí donde está
el MIR con Chema Saher, con Lino Martínez, con usted mismo, es donde
está Copei, URD, donde está AD. No solamente que estaba Beaujón que
era diputado de Acción Democrática, sino que estaba el Brujo Andrés -de
quien tomo yo ese nombre- que era adeco y murió con una valentía
tremenda y allí se incuba una idea que empieza y sigue hoy, todavía
revoloteando, que es el pensamiento propio en América Latina, no hay
que inventarlo todo, la mitad ya la inventaron los indios y los negros. La
otra mitad es inédita, la inventamos nosotros en esta era, la estamos
inventando en esta era, por eso hablamos de utopía, por eso el “José
Leonardo Chirino” tiene una historia de polémica y discusión, que va con
cosas, como esta, bonitas. Una vez se para uno de los mejores
combatientes como lo fue Miguel Noguera -Miguel Noguera llega al
destacamento del Sur cuando lo mandamos a encargarse del
destacamento de Hueque- y le dice a los muchachos: ...-y de aquí vamos
a dar a la Patagonia- y le preguntan ¿y dónde queda la Patagonia? Más
abajo de Churuguara. Fíjate en esa vaina tan bella ¿entiendes? ¡Coño!.

P.- No estaba equivocado. Fíjese que es verdad.

R.- No estaba equivocado.

P.- Comandante, que la memoria no se pierda.


El Gordo Cuchú junto al Poeta Rossell (cmte Blas)

JESÚS ALBERTO DÍAZ SUÁREZ


(EL GORDO CUCHÚ)

Nació en Coro en 1945, estudió primaria en el Grupo Escolar Juan


Crisóstomo Falcón, bachillerato en el Liceo Cecilio Acosta. Casi niño
ingresa al Movimiento Revolucionario. En 1963 es detenido en Coro
junto con Noel Sirit y Manuel Felipe Quintero Padrón (Mancoveco);
es liberado en diciembre de ese año. Se incorpora a las tareas de le
retaguardia del Frente “José Leonardo Chirino” y a la guerrilla
rural en 1965, donde permanece algún tiempo. Es de los fundadores
del Comando Especial de Sabotaje (CES) que dependía directamente
de Douglas Bravo. En 1966, como consecuencia de la delación de
Carlos González, es detenido en Naguanagua y torturado
salvajemente por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas
de Cooperación (S1FAC). Es trasladado a la carretera de oriente
donde le aplican torturas muy serias. Al tiempo es trasladado al
Cuartel San Carlos, posteriormente a la isla de Tacarigua y después a
la Cárcel Modelo de Caracas, permaneciendo detenido casi diez
años, desde 1966 hasta 1975. Es carpintero como San José y siempre
está sonriente. Tiene una pequeña carpintería en Palo Negro.
PORQUE NO TENGO NADA MÁS QUE DARTE.
TE DOY LAS GRACIAS

CONVERSATORIO CON JESÚS ALBERTO DÍAZ SUÁREZ


(EL GORDO CUCHÚ)

P.- Hola Cuchú, tenía años que no te veía. Ando montado en la idea de
escribir un libro que se llame “Para que la memoria no se pierda”. El
mismo se basa en la idea de recoger las experiencias de los guerrilleros
del “José Leonardo Chirino”, tanto los urbanos como los rurales, pero
Gordo habrá que echar rueda, porque andan dispersos por toda
Venezuela ¿qué te parece la idea?

R.- Coño, Blas, tú siempre con tus vainas, pero vamos a echarle bolas
pues, qué más nos queda, como decía Cuchufleta, pa’lante que pa’tras
espantan.

P.- Gordo, ¿Cuántos años tienes?

R.- 51 años.

P.- Cuchú, a la guerrilla del José Leonardo llega gente de muchos


sectores, unos de partido y otros no. ¿De qué sector provienes?

R.- De la Juventud Comunista.

P.- ¿Cuándo ingresas a la Juventud Comunista?

R.- El año 59; yo era muy joven, casi un niño. Tendría entre 14 y 15
años. Yo era un imberbe.

P.- ¿Quiénes te incorporan?

R.- Tú sabes que nosotros teníamos en esa oportunidad... cómo


explicarte, la cantidad de compañeros que estaban en la clandestinidad,
en el caso de Emiro González -“Batata”-, León Ruiz, Chucho Ruiz, el
hermano de León. Ellos eran miembros de la Junta Patriótica,
representantes de la Juventud Comunista. Yo los conocí a ellos porque mi
hermana Aura del Valle era militante de la Juventud Comunista.

P.- Oye, Cuchú, mis respetos para Aura del Valle, a quien nos unen
profundos sentimientos de cariño y amistad. ¿Es ella quien te integra a
la vida revolucionaria?

R.- Sí, empiezo con las pequeñas tareas, pues, como te explicaba, llevaba
un paquetico aquí y otro más allá; yo era como un cartero, como un
muchacho de mandao y como me gustaban mucho los “pipermín”, mi
hermana Aura me daba dos o tres y yo andaba más contento que
muchacho comiendo moco.

P.- Gordo Cuchú, ¿qué impresión te causó la caída de Pérez Jiménez?

R.- Bueno, Blas, fíjate, cómo explicarte, yo vivía en Coro, una ciudad
aparentemente tranquila, como te digo pacífica, una ciudad que mucha
gente piensa, que es un pueblo indiferente, pero no creas, fíjate a la caída
de Pérez Jiménez, la gente se fue a la calle ¿entiendes?, a la calle; tú
sabes, alrededor del Cine Alcázar, del Liceo “Cecilio Acosta”, al Centro,
al Centro, era como si la gente estuviera loca.

P.- Gordo, ¿te acuerdas? Ahí nos dieron las primeras carreras, no se me
borra la imagen del Chema Saher y de Lucas Matheus y de ese carrerón
que pegamos Gordo, ¿te acuerdas? Fue como el 21 o 22 de Enero del 58.
¿Te acuerdas Gordo?

R.- Coño, Blas, no me voy a acordar, qué bolas tienes. Pero hay cosas
que me impactaron, que me marcaron para toda la vida; como aquello del
gentío en la Plaza Bolívar que decía: ¡suelten los presos! ¡suelten los
presos! y los soltaron.

P.- ¿Gordo, después de la caída de Pérez Jiménez es tu ingreso a la


Juventud Comunista?
R.- Sí, fíjate, abren una casa del partido en la calle Ampíes y entonces
nosotros empezamos a participar de forma abierta; yo pertenecía al
Comité de Base del barrio Cruz Verde, el que está cerquita de la
Urbanización Las Casitas.

P.- Esa siempre ha sido una zona de mucha influencia del Partido
Comunista.

R.- Sí, porque ahí estaba, no sé, Blas si tú te acordás de Cuco Sánchez (El
Sastre).

P.- No, Cuchú, no me acuerdo, de quien si me acuerdo es de Juan XIV


quien era bedel en el Liceo “Cecilio Acosta” y era comunista; de esos
viejos comunistas de la Cruz Verde. Cuchú, ese barrio Cruz Verde era un
barrio muy combativo, ¿te acordás?

R.- Claro que me acuerdo. Las primeras tomas de barrio que se dan,
parten de ahí y casi todos los guerrilleros salen de ahí, de ahí sale “El
Gato” Zárraga, sale Salvador Iturbe quien no era de ahí, sino de Las
Casitas, sale El Gallinazo y sale Vicente Pérez, quien muere en Punto
Fijo cuando está volando el oleoducto. ¿Te acordás, Blas?

P.- Mira, gordo, después viene el año 60, Coro es una ciudad donde se
realizan grandes manifestaciones dirigidas por un hombre casi místico,
como lo fue el Chema Saher. Háblanos de Chema.

R.- Sí, bueno, fíjate ese es un personaje de los grandes personajes de esa
época, el de más peso; primero por su participación, por su coraje, por
sus características físicas. Tú lo conociste, era un hombre grandote, pero
no era un hombre ágil, el hombre de quien tú pudieras decir ¡coño es un
águila!. Pero era un hombre con una moral, coño, muy arrecha, como
muy pocos. Bueno, fíjate, digamos Chema es el personaje de los grandes
personajes de esta época, el de más peso, primero por su participación y
su coraje y por el arraigo que tenía para atraer a las masas, para controlar
las masas. ¿Cómo lograba ese dominio? Y luego su ejemplo, porque
apenas se inicia la guerrilla, él se va pa’ la montaña sin mirar pa’ tras y es
uno de los pilares fundamentales en ese monte. Lo hacen preso, pasa
unos años preso, lo botan para el exterior, regresa y lo matan en la
guerrilla del Bachiller. Chema no ha muerto. Chema vivirá por siempre.

P.- Mira, gordo, ¿cómo ingresas a la lucha armada?

R.- En una Unidad Táctica de Combate (UTC). A raíz del 60, tú te


acuerdas los adecos llegaban y asaltaban los sindicatos y salían con las
bandas armadas a disolver las manifestaciones, entonces en la Juventud
Comunista nos planteamos responder a esas agresiones, esa fue la idea
inicial. Entonces, en las manifestaciones, siempre había un grupo
organizado para responder a las agresiones de los adecos. Fíjate que hasta
para vender Tribuna Popular teníamos que salir cuatro o cinco
camaradas.

P.- ¿Gordo, te entrenaste en el extranjero?

R.- No. No estuve en Cuba ni en Vietnam ni en Laos, ni en Argelia, ni en


China, ni en Rusia. Todos mis conocimientos tácticos y militares los
aprendí en este país. Bueno, la misma práctica, la misma vivencia que le
indican a uno y como dicen los golpes que le da el enemigo a uno lo
enseñan.

P.- Gordo, estuviste preso en el 63. Creo que te agarran con Noel Sirit y
con Mancoveco o Manuel Felipe Quintero Padrón.

R.- Sí, caí con ellos. En esa época había muchos presos: Taba Pedro
Panela, Caraquita Urbina, pero lo tenían aparte, Cheché es macho para
las torturas, las aguanta como un macho y taba “Teno el Peruano”. Yo
no sé si tú te acordás de “Teno el Peruano”, que todos creíamos que se
había portado bien, porque lo tenían aparte, pero resulta que el hombre
había cantao y creo que entregó a Caraquita y no entregó a la mamá
porque estaba en Perú, sino también la hubiera entregao.

E.- Después llegó El Pichón Iturbe. ¿Te acuerdas Gordo?


R.- Claro, lo tuvieron allí bastante tiempo y una noche que estaba
lloviendo mucho se fugó y fue a caer al barcito donde estaban los
billares. Allí lo ayudaron y se volvió otra vez a la montaña. Bueno, lo
que es la solidaridad, esas son las cosas que lo ponen a pensar a uno; esa
gente que jugaba billar fueron solidarios con El Pichón. ¿Tú te acuerdas
de aquel policía que le decíamos “guele peo” o “nariz de peo”, que
siempre nos amenazaba y que una noche nos iba a caer a tiros, pero él
gozaba una bola, porque él no era un represivo, su único problema es
que le dijeran “guele peo”.

P.- Bueno, Gordo, el 24 de Diciembre del 63 te sueltan. ¿Qué haces


después?

R.- Sí, fíjate, no sé si tú te acordás que una de las condiciones que les
ponían a los padres de nosotros, era que nos sacaran del estado y de Coro;
no sé si tú te acordás, no sé si a ti te aplicaron la misma. El problema era
que a uno no le quedaba otra alternativa que irse al monte. Le pido al
partido mi incorporación a la guerrilla, en la montaña, pero deciden que
no y me mandan a Punto Fijo. Allí vivo todo el año 64 y me dedico a
trabajar en la logística, pero resulta que detienen a Lil López Chapman, la
mujer de Polito Acosta Blanco, no la detienen por ninguna delación, sino
porque, fíjate, como son las cosas, todo el mundo sabía que Polito estaba
enguerrillao y que Lil era su mujer, que Lil era su esposa, la esposa de él.
¿Qué sucede?, cuando Polito quería ver a Lil porque a veces uno quiere
ver a su mujer, porque le dan ganas, entonces Polito enviaba al Gato
Oberto Zárraga, que precisamente lo llamábamos El Gato, porque tenía
una habilidad para desplazarse en el monte y conocía todos esos
recovecos y El Gato busca a Lil y los detienen en una alcabala móvil,
pero El Gato es el que paga el pato, le dan palos y lo arrastran por ese
tunero. ¡Imagínate! tenía espinas hasta en la lengua. Allí es cuando El
Gato hace el juramento de no volver a caer preso y que la próxima vez
que lo agarraran sería muerto o se les iba echando tiros. El Gato era del
barrio Monte Verde, a Oberto Zárraga después lo matan en Los Teques
en la Quebrá de la Virgen. Pero así son las vainas, Blas, pobre Gato.
P.- Gordo, tú ingresas a la guerrilla rural, pero eres fundamentalmente,
un guerrillero urbano.

R.- Sí, en un principio era de la guerrilla urbana, después en el 65 me


suben al monte, acordáte que estuve con ustedes. No se había dividido
todavía el Partido Comunista y entonces Douglas nos saca del monte y
organiza el Comando Especial de Sabotaje (CES) que estaba formado
casi por puros corianos y nuestro jefe era El Pichón, el Pichón Iturbe. No
dependíamos ni siquiera del partido y si dependíamos no le parábamos
muchas bolas, porque nosotros dependíamos de Douglas y a él era al
único que le hacíamos caso.

P.- ¿Gordo todavía no se ha dividido el Partido Comunista?

R.- No, Blas, todavía no se ha dividido el Partido Comunista; te toy


hablando de finales del 65 y a principios del 66, pero se da el caso que se
ha publicado el Documento de Iracara, ya habían surgido las
discusiones ideológicas, el planteamiento o la efectividad de que si la
guerrilla tenía vigencia, pero era que nos estaban vendiendo por cuquitas.
El Partido nos estaba vendiendo por cuquitas y nosotros éramos unos
muchachos inocentes, entonces se da el fenómeno que Douglas descubre
la cuestión y entiende que era necesario dividirse para continuar la
guerra. Douglas empieza a crear las bases y los aparatos para no dejar a
los guerrilleros en el aire. Es entonces cuando crea el Comando Especial
de Sabotaje (CES).

P.- Gordo, El Pichón Iturbe era el Comandante del CES.

R.- Sí, mira, éramos El Pichón, Carlos González, el maracucho Ramírez,


El Gallinazo, el Flaco Espinel y el Negro Pulgar.

P.- Gordo, a ti te agarran preso, ¿dónde fue?.

R.- A mi me agarran preso en Valencia en el barrio El Cañaveral, en la


casa de la hermana de Ibrahim Villasmil, esa es una familia que sufrió
mucho, a Valentín primero, o sea Lupe Villasmil muere en la guerrilla
picao de culebra y Valentín Segundo, o sea Ibrahim Villasmil muere por
la Colonia de Araurima en un combate con el ejército. Yo caigo en esa
casa porque la habían allanado y yo no sabía, yo llevaba una
correspondencia y cuando llego, la casa está allanada.

P.- ¿Gordo y te agarraron la correspondencia?

R.- No, Blas, no me la agarraron, porque me la comí.

P.- ¿Y duras mucho tiempo preso?

R.- No, Blas, salí a los poquitos días, porque resulta que allí había una
muchacha muy buenamoza, bonita, bonita, creo que se llamaba Alecia.
Como te iba contando, nosotros habíamos convenido que si nos
agarraban preso en esa casa decía que íbamos a visitar a Alecia. Allí me
agarran y me llevan a la Digepol de Valencia y me interrogan y yo digo
que ella es mi novia y ella dice que soy su novio. Ella es una mujer muy
valerosa y hace honor a su apellido y es por eso que me sueltan como a
los cuatro días. Alecia me salvó.

P.- Gordo, pero después tú caes preso y duras muchos años en el San
Carlos, en Tacarigua y en la Cárcel Modelo de Caracas.

R.- ¡Coño Blas! ya te dije que estábamos en la puerta de la división del


Partido y que Douglas había creado el Comando Especial de Sabotaje y
nos dijo que teníamos concha, que teníamos recursos, que teníamos
armamentos, pero mucha gente “culipandió”, nos sacó el culo y nos dejó
colgados. Douglas nos dijo pa’lante, a organizarnos y entonces nosotros
empezamos a construir, pero éramos todos guerrilleros solicitados porque
nos habíamos tomado muchas fotos en la guerrilla, te acordás cuando
estuvo Regia Debray, que nos tomó fotos por montón a todos y el que no
apareció en su reportaje era porque andaba en otra zona. Estas fotos se las
quitan a Debray en el aeropuerto, pero ya todos nosotros estábamos
jodidos por esa fotografiadera, como si fuéramos artistas de televisión o
boxeadores. Además de eso, no sé si te acuerdas del mocho Ramón
González, se le ocurre la idea de organizar una exposición fotográfica de
la guerrilla; ¡no joda!, Blas, ahí si llegamos donde era.

P.- ¿Entonces, Gordo?

R.- Bueno, Blas, no nos quedó más que echar pa’lante para conseguir
recursos; hicimos algunas operaciones financieras exitosas porque
nosotros sabíamos que esos eran botas, medicinas, armas y conchas y
además solidaridad para los presos y para los familiares de los
guerrilleros caídos. Pero también, realizamos acciones de propaganda
armada en los barrios de Caracas.

P.- ¿Por esos días es cuando tú caes preso?

R.- Sí, yo caigo preso por una delación de Carlos González, pero antes
había sido herido en una operación con el loco Fabricio; me hieren, los
compañeros me sacan y los médicos y las enfermeras revolucionarias me
curan, tenía como mes y medio de estar herido y me había recuperado
mucho, mucho, bastante, bastante. Es entonces cuando me van a visitar
Pichón, Iván el Maracucho y Ramsés; ellos llevan a Carlos González,
fue una sola vez que lo llevaron y fue de noche y yo no se cómo hizo ese
hijo e’ puta para llegar a esa casa en Naguanagua, allá en Tarapío donde
vivía Aura con Raulito y Patricia, ese hombre como que tenía una
computadora en la cabeza, o una cámara porque no se le olvidó ná.

P.- ¿Y a quien más delató Carlos González?

R.- ¡Coño!, Blas! a quién no delató Carlos González, delató al Pichón,


Carlos González es el culpable de la muerte del gatico Oberto Zárraga,
allá en Los Teques, en la Quebrá de la Virgen. Esa era la casa del Dr.
Luis Moreno, quien fue quien me operó cuando me dieron los tiros. Un
médico extraordinario, un revolucionario de esa época y Carlos conoce
esa casa porque es allí donde me llevan herido y el Dr. Luis Moreno es el
que a mi me opera ¿entiende?, él me cura. El Dr. Luis Moreno murió de
una embolia.
P.- Cuchú, y quién era él.

R.- El era un médico muy famoso, comunista y amigo de Douglas Bravo,


él era parte de los círculos solidarios de la guerrilla de Falcón porque era
muy amigo de Douglas y de Argelia Melet y creo que también de Marino
Colina, quien también es médico. La vida de este hombre es un caso
digno de contarte, él era andino. Eran dos hermanos, él era médico y el
otro era cura; el cura, el padre Moreno, fue Capellán de Miraflores en el
primer gobierno de Carlos Andrés; su hermano, el Dr. Moreno era un
viejo militante comunista y cuando la división él se viene con nosotros y
es uno de los fundadores del PRV; cuando allanan la casa yo no estoy
ahí, al que si agarran es a Honorio Navarro -Colina- al que años más
tarde matan en Los Teques. Honorio acababa de llegar de la montaña,
tendría como tres días que habla llegado, Honorio en ese momento es el
Segundo Comandante del “José Leonardo Chirino”. Cuando llegamos a
la Quebrada de la Virgen allá en Los Teques, Honorio se baja del carro,
toca la puerta de la casa del Dr. Moreno y lo hacen preso porque Carlos
González ya se había convertido en sapo y nosotros no sabíamos. Yo me
doy cuenta, prendo el carro y me voy como si nada, yo doy la voz de
alarma pero el gatico Zárraga no estaba en Caracas, me vengo a Valencia
a la casa de Tarapío, donde hacíamos vida normal y es allí donde me
detienen posteriormente. Días más tarde El Gato llega a la casa del Dr.
Moreno, él se da cuenta que la casa está allanada, se tira por detrás, por lo
que llaman la Quebrá de la Virgen y le caen a ráfagas, cae herido y lo
rematan, él tenía un rafagón en la pierna y le dieron varios tiros de gracia.

P.- ¿A ti te agarran después?

R.- Sí, Blas, me agarran precisamente en Tarapío, en Naguanagua,


porque no teníamos claro quién era el delator. Ese fue un allanamiento
horroroso, con un despliegue de hombres del aparato represivo, se
montaron por encima de los techos, agarraron a todo el que encontraron
por ahí. En ese momento, en la casa nos encontrábamos mi hermana Aura
del Valle, yo y los niños de ella que tendrían cuatro y dos años, Raulito y
la Pati; nos sacaron a coñazo limpio y a los niños los dejaron en la calle;
la gente del barrio fue muy solidaria, los recogió y posteriormente se los
entregaron a nuestros familiares; la casa fue saqueada, se llevaron las
pocas cositas que teníamos, porque qué íbamos a tener. A mi me vendan
y me trasladan por la vía de Charallave y desde que soy montado en el
carro del SIFAC lo que comienzan es darme yerga, coñazo y coñazo, me
trasladan hacia la carretera de oriente, el Sargento Matute que era el jefe
de la comisión participa personalmente en las torturas, no sé cuántos días
me estuvieron torturando. La gente se había movido, José Vicente Rangel
se había movido, ¿por quién no se ha movido José Vicente en esta vida?,
somos muchos los revolucionarios y los patriotas que en gran medida
tenemos una deuda con José Vicente porque él arriesgó su bienestar por
defender el derecho a la vida y por defender el derecho que tienen los
hombres y las mujeres para que no nos torturen. To’ escoñetao me
mandan al San Carlos y el Comandante Ernesto Pulido Tamayo dijo:
¡coño!, qué le han hecho a este muchacho! y dio la orden que me llevaran
inmediatamente al Hospital Militar. Mi estado era lamentable, tenía los
oídos reventados y sangrando, todo el cuerpo morado, pero tenía el alma
limpia y por eso hoy puedo ver a mis hijos a los ojos, y por eso hoy
siempre estoy sonriendo, así es la vaina Blas, así es la vaina.

P.- ¿Y del Hospital Militar?

R.- Pa’l San Carlos, allí había mucha gente presa, comunistas, miristas,
militares y guerrilleros. Había mucha gente, entre ellos recuerdo a Freddy
Muñoz, Juan Vicente Cabezas, al Dr. Marino Colina, el psiquiatra que es
de Cumarebo, Alonso Palacios, un niñito bien de la oligarquía de Caracas
¿no? familia de El Libertador Simón Bolívar, pero quien asumió una
actitud revolucionaria y por eso lo tenían allí. Por cierto, le llevaban
todos los días un ramo de flores, era un hombre muy culto, muy
estudioso, parecía un poeta o un filósofo.

P.- ¿Y quiénes más estaban?

R.- Había un personaje folklórico ¿no?, un loco del carajo, que tenía una
novia, en esos días se da el secuestro de Smolen, este personaje no estaba
en nada, pero como buen caraqueño se da bomba y le dice a la novia que
él es uno de los participantes de esa vaina, coño, un carajo que no es nada
de nada, que no tiene idea pues, de lo que está pasando en el país, la
novia tiene un hermano Digepol y se lo dice y lo agarran, se lo llevan
preso, le abren un expediente y lo mandan pa’l San Carlos a pagar el peo
de Smolen, sin tener nada que ver con esta vaina, y estaba el mono
Gragirena.

P.- ¿Quién era ese?

R.- Ese, era un muchacho del MIR que cayó herido en El Bachiller o
en Oriente, no estoy seguro; entonces fue cuando llegamos nosotros, ese
bojote de gente de la guerrilla de Falcón, todo ese grupo de anarco
aventureros como nos decían los comunistas que ya se habían rajao y que
posteriormente, han ido dando tantas volteretas que hasta Ministros son.
Entonces fue cuando llegamos nosotros, llegó Ramón Martínez -El
Gallinazo,- que lo habían agarrado con la Negra Aurora y con otra gente
en la casa de Magdalena Negretti, la mamá de Baltazar y la cuñada del
Ministro Pompeyo Márquez. Bueno, creo que a los dos meses de estar
allí ¿no? nos sentencian por juicio sumarísimo a 27 años y ocho meses.

P.- Gordo, ¿cuánto tiempo duró ese juicio?

R.- Dos horas, hasta menos, eso fue en Conejo Blanco, nos condenan a
diecisiete años y ocho meses, yo pasé diez años en la cárcel, se fugó
Pompeyo, Teodoro, Guillermo García Ponce, amnistiaron todos los
comunistas y nosotros presos. A nosotros nos tenían como rehenes
porque la idea en ese entonces era castigar duramente a la gente de
Douglas, a quienes nos llamaron los anarco aventureros, no me arrepiento
por el tiempo que pasé en la cárcel, maduré, me hice un hombre y aprendí
muchas cosas.

P.- ¿Gordo, estuviste preso todo el tiempo en el San Carlos?

R.- No Blas, después del juicio nos trasladan a la Isla de Tacarigua, a la


famosa isla de Tacarigua, que los comunistas habían bautizado con el
nombre de “Campo de Concentración Rafael Caldera”. Allí había
muchos, muchos presos, es allí donde me encuentro con Eloy Torres y
con Carmelo Laboritt. Carmelo estaba muy enfermo, sufría de insomnios,
estaba muy mal, en cambio Eloy Torres que tenía varios años preso
porque se había alzado en Carúpano, estaba como una Chompa aceitaito,
era mentira que estaba enfermo, esas eran vainas del Partido Comunista
que había iniciado una campaña internacional y había corrido la bola de
que Eloy estaba enfermo, pero Eloy no estaba enfermo na’; él se comía
una cancha de mil metros cuadrados y trotaba todos los días, eso de que
Eloy estaba enfermo era puro cuento.

P.- ¿Gordo, cuéntanos tus impresiones de Eloy Torres?

R.- Ese es un personaje verdad.

P.- ¡Coño! y conociste a Algidas Tamasauka?

R.- Claro, había allí otro personaje que no sé si era ruso o ucraniano, que
llegó muy niño a Venezuela, aquí se hizo comunista, se fue a las
guerrillas con Argimiro Gabaldón y allí lo toman prisionero. Él sabía que
estaba jodido porque le habían hecho una campaña de que él era ruso; es
cierto había nacido por allá, pero se había criado en Venezuela y se
sentía tan venezolano o más venezolano que nosotros, por eso se echa ese
vainón y se enguerrilla. Pero él tenía la idea de la fuga en la cabeza, él
siempre estaba pensando en fugarse y él es uno de los constructores del
túnel que estábamos construyendo en Tacarigua y es cuando descubren el
túnel, lo agarran con Torriello, que también es un guerrillero que estaba
preso, los consiguen en plena tarea, se armó una vaina grande, la requisa
y la planazón fue grande, montaron una punto treinta y dije ¡coño! ahora
si se jodió Cuchú, porque de aquí no nos salva nadie. Los militares
hicieron un simulacro de fusilamiento y nos sacan pa’ la cancha y a ellos
los llevan pa’l Comando, nosotros habíamos pensado que los habían
fusilado. El ruso, no, el valenciano se llamaba Algidas Tamasauka y
después lo botaron de Venezuela y no pudo volver más. Él debe estar
extrañando por allá, en esos frionongos que hacen por allá los mangos y
las naranjas de Valencia. Tú sabes Blas, que después de la tempestad
viene la calma y así fue, todo se normalizó y volvimos a la rutina de la
vida en la cárcel.
P.- Oye, gordo, y cómo fue la vida en la cárcel?

R.- Fue dura, porque nosotros nos habíamos ido del Partido Comunista,
nos llamaban anarco aventureros, fraccios y nos tenían marginados,
porque tú sabes que los Partidos Comunistas son como una iglesia. Ni
siquiera teníamos nombre, después nos llamamos FLN-FALN, pero en
esa época para los comunistas, éramos los anarco aventureros, los
fraccios. Llegamos a Tacarigua en una situación de enfrentamiento pues,
si se quiere en una situación mala. Primero, por lo mal llevada las cosas,
uno viene embuido, uno viene activo y una serie de compañeros que
estaban allí detenidos, desconocían por completo de la lucha que se
estaba dando en el Partido Comunista, a ellos sólo les llegaban los
documentos y los informes del Buró Político, pero desconocían el
Documento de Iracara y no permitían la discusión libre de ese
documento. Era una censura, la censura roja. Estando allí empieza a
llegar otra gente, entre ellos los compañeros del MIR: El Motilón
Márquez Finol, Héctor Rangel y el Catire Portillo Pirela, y
posteriormente Reyes Millán (Natalio).

P.- Oye, Gordo, háblanos de ese hombre, del Motilón Márquez Finol,
porque a mi me parece que el Moti ha sido uno de los estrategas de la
locura y de los sueños.

R.- Bueno, al Motilón yo lo conocí a través de ti, no sé si tú recuerdas.

P.- ¿A través de quién Gordo, a través de quién?.

R.- A través de ti, ¿no te acordás?. Te acordás, que estábamos en


Caracas, no sé por qué motivo, no sé qué íbamos hacer, ah ya me
acuerdo, fuimos a buscar unos M-1 y unas municiones, allí fue cuando
conocí al Motilón.

P.- ¿Gordo y después, quiénes llegaron?

R.- Mira había caído la gente que estaba organizando el FLN en Caracas,
la gente de una radio, que era una organización más amplia y entre ellos
cayó Nery Carrillo. Nery Carrillo va ser para nosotros un maestro,
nosotros sentimos hacia él un profundo respeto y una gran admiración
porque es bueno acordarse, y eso es bueno que Nery tuvo treinta y seis
días desaparecido y su comportamiento ante el aparato del enemigo fue
ejemplar y en la cárcel fue un maestro, impuso orden y disciplina. La
llegada de Nery a Tacarigua nos levanta mucho la moral. Él asume su
papel de dirigente y crea una línea de firmeza, eso le gana el respeto de
todos los presos, absolutamente de todos los presos. Él es el padre de la
consigna que nosotros hicimos conocer en todo el mundo “Presos, pero
irreductibles” y esta consigna la poníamos nosotros en todos los
documentos que sacábamos y en las carteleras que teníamos primero en
Tacarigua y después en La Modelo. Nery Carrillo no es ningún pendejo,
Nery Carrillo hizo llave con El Motilón, son quienes asumen en la
práctica la dirección de los presos en Tacarigua y la Isla pasa a ser un
foco de combate.

P.- ¿Gordo, cuánto tiempo estuviste en Tacarigua?

R.- Yo estuve hasta el año70 en la Isla de Tacarigua.

P.- ¿Cómo era la vida en Tacarigua?

R.- Éramos presos políticos y presos militares, había militares de derecha,


pero para el lado de nosotros, el lado de los presos políticos, había un
grupo de militares que participaron en El Porteñazo y El Carupanazo,
ellos estaban aparte y no tenían contacto con nosotros, poco a poco los
fueron soltando y a otros los mandaron para el exterior.

P.- ¿Qué hacían en Tacarigua?

R.- Además de estudiar y de prepararnos para el futuro, los presos de


Tacarigua producíamos, había una pollera, una lavandería, hacíamos
artesanías, una carpintería, había escuelas, barbería, eso era como un
pueblo, parece mentira, pero era como un pueblo. A uno lo encerraban en
la noche y nos soltaban en la mañana, a las seis de la mañana y nos daban
permiso para sembrar, sembrábamos y producíamos, acordáte como te he
venido diciendo, nosotros éramos el grupo de los desamparados, pero nos
pusimos a producir y hacíamos todas las cosas que te he venido contando.

P.- ¿Gordo, de Tacarigua para dónde te mandan?

R.- Nosotros luchamos mucho para que cerraran Tacarigua, uno estaba
preso y estaba dispuesto a soportar todas las cosas, pero nos daba mucho
dolor cuando venían nuestros familiares en esa gabarra, con ese sol y con
esas colas, nuestras madres y nuestros familiares sufrían mucho. Es
entonces, cuando realizamos la famosa huelga de hambre que duró
quince días, fue una huelga muy dura porque no es lo mismo estar en
tierra firme. De esa huelga salimos victoriosos y logramos algunos
acuerdos, entre ellos el traslado de algunos compañeros para el San
Carlos y otros a los enfermos para que los trataran en el Hospital Militar,
es en los días finales del gobierno de Leoni y a comienzos del gobierno
de Caldera, éste ordenó el cierre de Tacarigua, es entonces cuando nos
trasladan para la Cárcel Modelo. En la Cárcel Modelo hay un pabellón de
los presos políticos, pero la disciplina y la moral eran distintas a las que
nosotros traíamos, porque nosotros éramos de la escuela de Nery Carrillo
y del Motilón Márquez Finol. Creo que ya El Motilón se había fugado del
Hospital Militar.

P.- ¿Oye, Cuchú, en la Modelo, también estuvo Pablo Parra o Pablo


Hernández Parra?

R.- Claro, estuvo mucho tiempo preso, te acordás que después se fugó
muchos años después por el Túnel del San Carlos.

P.- Gordo, a propósito de túneles, ¿no intentaron fugarse?

R.- Mira, Blas, preso es preso, y nosotros constantemente estábamos


pensando en la fuga, hicimos tres huecos, yo diría que fueron dos, porque
a un hueco lo descubren y lo tapan, pero nosotros, lo volvimos hacer y
después hicimos otro de ciento veinte metros y llegamos al Cuartel, o
mejor dicho donde estuvo el Cuartel Urdaneta, nos metimos por las
cloacas del Cuartel Urdaneta.
P.- ¿Por qué no se escapan Gordo?

R.- Mira, déjame contarte lo de ese hueco, el que da hacia el Cuartel


Urdaneta ¿no?. Pablo Parra se comunica con el MIR, no, ya era Bandera
Roja, o la famosa célula Van Troi, que es el origen de Bandera Roja,
entonces, empiezan a preparar los recursos que nos van a brindar, pero
uno de esos carajos cayó y cuando se pasa pa’ la policía nos vende por
cuquita, es decir le dice a la policía que los presos de la Modelo estamos
preparando una fuga y señala que hay un hueco, y como se dice, nos
jodimos. La segunda vez preparamos otro hueco; ya a mi me habían
indultado en esa oportunidad y se da el traslado de los presos hacia
distintas cárceles, por cierto esa vez estaba en la Modelo Máximo
Canales.

P.- Oye, cuéntanos de Máximo Canales o de Paúl del Río.

R.- Mirá, chico, Máximo era un hombre muy humano, muy solidario y le
gustaba pintar mucho, hacía muchos dibujos y leía muchos libros de
filosofía.

P.- ¿Gordo cuántos años duras preso?

R.- En esa oportunidad tuve casi diez años preso, acordáte que caí en el
66 y soy indultado en el año 75. No hablemos de mis caídas posteriores,
te agradezco profundamente esta entrevista y si tienes algo qué decirme
aquí estamos.

P.- ¿Gordo, y qué piensas de ese sueño, de esa gran locura como fue
intentar tomar el cielo, qué opinas hoy?

R.- Bueno, Blas, digamos que esa fue una vivencia muy bella y no hay
que verla como muchos la están viendo hoy en día, como una frustración,
o como una derrota; ¡no! yo pienso que como todas las vivencias dejó
algo productivo, esa es la parte más bella de todos nosotros, que dejamos
nuestra juventud en esta lucha, que otros dejaron sus vidas ¿no? pero a mi
me preocupa, es mi gran preocupación que muchos compañeros
perdieron todo, perdieron la mujer, perdieron el hijo, perdieron sus padres
y todo, otros perdieron sus hermanos, perdieron todo y ahora nadie se
preocupa por organizar a todos esos compañeros que tuvieron de una u
otra manera esa vivencia, hay que tratar de ser solidarios con todos y
agruparnos, digamos los que estamos en capacidad apoyarlos, apoyarnos
unos con otros.

P.- ¿Gordo y hoy qué haces en 1995?.

R.- Tengo un pequeño taller de carpintería, aquí en Turmero, aquí


trabajo, tengo cinco hijos con María, la famosa María Guerrilla, tengo 25
años de casado, la hermana del Caimán a quien conocí cuando estábamos
presos.

P.- Bueno, gordo, que la memoria no se pierda.

R.- Bueno Blas, sólo tengo que agradecerte por ese tiempo que me has
dedicado, espero que saquemos un buen libro y te doy las gracias, porque
no tengo más nada que darte.
EPIFANIA SÁNCHEZ
“LA NEGRA AURORA”

Nació en Oritopo, de origen muy humilde. A la caída de Pérez


Jiménez se incorpora a la Juventud Comunista. Se dedica al trabajo
con las jóvenes de su barrio y lucha por los problemas cotidianos de
la gente: vivienda, agua y deporte. Al iniciarse la represión
betancurista en los años 60 pasa a la clandestinidad. En 1962 se
incorpora al Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”, mujer
valiente y heroica, se adapta rápidamente a la vida guerrillera. En
1966 producto de la delación de Carlos González es detenida en La
Vega, en la casa de Magdalena Negretti -hermana de Consuelo
Negretti y cuñada de Pompeyo Márquez y madre de Baltazar Ojeda
Negretti-. En la sede de la Guardia Nacional de El Paraíso es
torturada bárbaramente. Es trasladada al Cuartel San Carlos, donde
permanece varios años. A finales del gobierno de Leoni es confinada
a La Guaira. Para sobrevivir vendía helados en un carrito. Hoy está
jubilada como obrera de la Universidad Central de Venezuela.
Epifania es la continuadora de las mujeres que acompañaron al
Libertador Simón Bolívar y al valiente General Ezequiel Zamora.
YO LE PINTÉ EL PELO, LAS PESTAÑAS Y HASTA LAS
CEJAS A TEODORO PETKOFF

CONVERSATORIO CON EPIFANIA SÁNCHEZ


(LA NEGRA AURORA)

P.- Bueno, estoy entrevistando a Epifania Sánchez -la Negra Aurora-,


combatiente del Frente “José Leonardo Chirino”, de origen campesino,
obrera, gran luchadora social, largos años en la cárcel; como siempre,
la Negra con los sueños y con la utopías.

Negra, yo me llamo Rafael Rossell, soy profesor de la Escuela de


Historia de la U.L.A, yo también fui guerrillero del Frente “José
Leonardo Chirino”, en el Frente Sur y en el Frente Este. Yo me llamo
Pérez Baldayo, Blas o Erasmo, somos la misma persona. Estoy
escribiendo un libro que voy a titular “Para que la memoria no se
pierda”. Negra, te quiero hacer una pregunta.- ¿De dónde vienes?,
cuéntame de tu vida.

R.- Bueno, chico, yo vengo de un pueblo llamado Oritopo de la parroquia


de Carubao, eso está en Los Caracas, todavía la pobre carretera sigue
igual, aunque cuando yo me vine de allí, me vine en mula y caminando
con un poco de funche en un plato y un poco de pescao frito; hasta
dormimos en la noche arriba en la montaña, mi mamá bueno, una mujer
humilde, con muchos sueños de vivir diferente, mi papá era un hombre
trabajador que trabajaba en el campo, ahí aprendimos a hacer los huecos
para sembrar las caraotas, todos esos productos que él trabajaba, talaba y
quemaba y después sembraba y los viernes bajaba de la montaña y
entonces se iba a pescar, pescaba viernes, sábado y domingo, el lunes en
la madrugada iban llegando, eso era lo que servía para comprar el café, la
sal; los productos que no salían de la montaña, porque a veces hasta la
carne la conseguía él: cazaba lapas, venaos, una tal danta, que es un
animal más o menos como un burro o algo así, pero muy buena carne,
entonces esa era la carne que comíamos en esa época.
P.- Negra y naces en un pueblito y ¿a los cuántos años sales para
Caracas?

R.- Bueno, cuando nos venimos para Caracas yo tenía ocho años y nos
escapamos del viejo, porque mi papá era en esa época campesino, tú
sabes cómo es el medio del hombre machista, que no sabe más nada,
aunque papá sí sabía de revolución porque de pequeñita me acuerdo,
dormíamos en catre y debajo del catre de nosotros había un gran hueco;
mi papá era adeco, toda su vida fue adeco y murió adeco... entonces ahí
escondían las armas cuando los adecos estaban haciendo la revolución,
que sé yo cuando; pues eso que ellos fueron revolucionarios, cuando eran
revolucionarios ¿no? antes que se echaran a perder esa clase de gente, ahí
entraba mi viejo y él siguió adeco hasta el día que se murió. Bueno
imagínate una mujer con cuatro hijos, se viene porque ya estaba cansada,
pues, eso eran peleas inmensas que papá tenía con ella porque era muy
celoso y mi mamá era una mujer, muy cómo te diría, muy alegre con
ganas de vivir; se había comprometido con mi papá teniendo catorce años
y cuando nos vinimos, mi mamá no solamente había tenido a nosotros
cuatro, sino cuatro muchachos más que se le habían muerto, tú te puedes
imaginar lo que era para ella, era una muchachita de catorce años, que se
compromete con una persona que no sabía sino nada más que ponerle
hijos y echarla pa’el conuco a sembrar y a esas cosas, pues.

P.- Negra y ustedes se vienen a Caracas.

R.- Nos venimos a Caracas.

P.- ¿Y a qué zona llegas?

R.- Bueno, mira, nosotros llegamos enfrente de la Maternidad cuando eso


había allí... un rancherío, un barrio en formación.

P.- ¿Por San Martín?

R.- Por San Martín, estaba el hipódromo ¿no? y en esas orillas entre el
hipódromo y la maternidad habían ranchos, había gente que vivía allí y
ahí está una tía mía, vivía una tía mía ahí, hermana de mi mamá;
llegamos ahí a que ella, mi mamá empezó a ir a lavar al Instituto de
Higiene, mi tía tenía muchos años trabajando allí, entonces figúrate de las
comidas que no usaban para los enfermos en esa época: avena, pancitos
pequeñitos y queso, mi tía los recogía y nos mandaba para comer, así
empezó la vida aquí en Caracas.

P.- ¿Fuiste a la escuela?

R.- Bueno, sí me pusieron en la escuela tres veces, la primera vez ya


vivíamos en el barrio donde estaba El Cuartel, ese que está junto al
Observatorio, por esos lados de ahí, bueno, que va, a mi mamá no le
alcanzaba lo que ganaba para pagarnos y comprarnos, aunque en esa
época las cuestiones eran muy baratas y todo eso, pero no le alcanzaba,
después de ahí me pusieron en otra escuela en San Martín donde
estuvimos como unos tres meses en la escuela. Bueno, mamá trabajaba y
quedábamos mis hermanos y yo, que era la mayor de las hembras, porque
el mayor era el varón, entonces recorríamos tó San Martín, mi mamá nos
dejaba en la casa y nosotros salíamos a recorrer tó San Martín, bueno no
llegamos a ponerle seriedad a los estudios, así que cuando me fui al
frente guerrillero no sabía ni poner mi nombre y leer, bueno, menos, yo
aprendí a leer en las guerrillas.

P.- ¿Quiénes fueron tus maestros en la guerrilla, Negra? ¿Quiénes te


enseñaron a leer?

R.- Tal vez la misma necesidad de saber que era lo que estaba pasando
acá en Caracas. Había un diariecito que nos llegaba a veces, como era la
Tribuna Popular, y otro diario El Clarín, !ajá¡…, bueno entonces empecé
a unir las letras para poder ir aprendiendo qué era lo que decía, imagínate
cuando en el 64 yo regreso a Caracas yo conocí a Caracas de nuevo,
porque había letreros que yo los había dejado hechos, ahí, pegados ahí en
la avenida Nueva Granada y no sabía qué decían, al regresar de la
guerrilla es cuando yo empiezo a leer qué decían los letreros.
P.- ¿Cuandote fuiste a la guerrilla cuántos años tenias y en qué
trabajabas, qué hacías?

R.- Bueno, cuando me fui a la guerrilla tenía veintidós años, los había
cumplido en esos días y bueno estaba… después que habíamos hecho una
vida aquí en Caracas vendiendo arepas, cargando agua para hacer la
vida, cargando latas de agua de donde es ahorita el Clínico Universitario
hasta el Primero de Mayo allá arriba en aquel cerro, yo me ganaba la vida
llenando pipotes de agua por las noches, recogiéndole la ropa sucia a
ciertas personas y llevándoselas a mi mamá para que las lavara y las
planchara, ya después empecé más o menos a lavar y a planchar yo
misma, cuando eso se planchaba con una plancha de carbón, mi hermano
estaba ya en el servicio militar, entonces, él me recogía con algunos
oficiales con quien él trabajaba, con quien él está ahí para que yo les
lavara la ropa.

P.- ¿Negra, entonces recogías la ropa para lavar? Cuando cae el


General Pérez Jiménez tú eras una jovencita de unos 18 años más o
menos. ¿Qué significó para ti la caída de Pérez Jiménez? Porque hay
gente que ahora niega la participación de las multitudes, de las
muchedumbres en la caída del General Pérez Jiménez, sobre todo esos
intelectuales de las universidades y del M.A.S. Dicen que no, que eso fue
sólo una acción de los militares y que el pueblo no participó. Cuéntame
tu experiencia de la caída de Pérez Jiménez.

R.- ¿Cómo que no participó, chico? El pueblo participó, porque en este


país lo primero que hubo fue de eso, fue con las gentes que tomaron
ciertos comercios ¿verdad?, apoyando a las acciones que habían hecho
los revolucionarios que después los militares dieron el golpe ya era otra
cosa, pero aquí estaba dado también junto con la gente del pueblo y
personas que sí creían, ahí tienen a Fabricio Ojeda que era un hombre del
pueblo, que también estaba en esa lucha.

Bueno, fíjate tú, yo salí corriendo y dije que también iba a asaltar con un
lote de mujeres del barrio, con la mala suerte que nosotros cuando
llegamos abajo, ya estaba la gente echando plomo a toda hora, por todo
eso que llamaban la Seguridad Nacional y yo tenía una deuda con unas
gentes por ahí, unos militares de una casa que quería cobrársela, pero
cuando yo llegué era muy tarde porque ya se la habían cobrado; ese señor
era un Teniente Coronel, que era el director de la Cárcel Modelo en ese
entonces, yo le trabajé a ellos mucho tiempo, me iban a enseñar a leer,
me iban a enseñar a no sé que cosa y resulta que lo único que me hicieron
fue explotar ¿no? y el señor éste, un gocho, por cierto, bueno, un tirano, y
me debían unas cuentas que tenía que cobrárselas y cuando llegué no me
quedó más remedio que regresarme con toda la gente. En ese entonces mi
padrastro me dice que para dónde íbamos, yo le digo: ¿tú no ves que está
cayendo el gobierno?, están allanando y están tomando cosas ahí; me
dijo: cuidado, pues, en ir a “saquiar” por ahí, no vaya a ser que la
“saquiada” seas tú, y a una de las muchachas que iba conmigo le dieron
un tiro en un pie, entonces ahí se me tuvo que frená la cuestión, porque
había que llevarla al médico y todo eso, todavía ella está viva, gracias a
Dios, esa muchacha.

P.- Cercano a la caída de Pérez Jiménez hay un acontecimiento histórico


que nos dejó marcados; me refiero al proceso de la Revolución Cubana,
chica, cuando bajan esos revolucionarios con el Ché Guevara, Camilo
Cienfuegos, Fidel Castro, después esas muchedumbres y se inicia ese
proceso. ¿Qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Bueno chico, para mi la Revolución Cubana significó y sigue


significando, bueno, una de las mejores etapas de la vida del ser humano,
de las personas que desean que la vida cambie y que ellos nos
demostraron y nos siguen demostrando que sí vale la pena luchar y que sí
vale la pena, porque si se puede cambiar.

P.- ¿Cuándo ingresas al movimiento revolucionario, concretamente a la


Juventud Comunista?

R.- En el año 60 ingreso a la Juventud Comunista por las inquietudes que


uno tiene. Pues veía muchachos hablando por todas partes, eso me
amotinó, me llevó a mi a buscar el contacto con esos muchachos y
empecé a ir a la casa del Partido que estaba en Santa Ana, en la Av. El
Cementerio, ahí empiezo ya a participar como en las Juntas Pro-mejoras,
en la recolección de los muchachos, a llevar a los muchachos por el
deporte, juegos de voleibol, a sacar reinas de carnaval y a todas esas
cuestiones, empieza así mi trabajo como revolucionaria.

P.- Negra, yo tengo entendido que participas en los años 60 en las


grandes escaramuzas, combates, manifestaciones y agitación de calle en
Caracas.

R.- Bueno sí, es verdad, tomamos ahí en El Cementerio, zonas de terreno


que había baldíos, pues, para hacerle casas a la gente que necesitaban,
con ayuda de la junta promejoras. Después empezamos a fabricar esas
casas, empiezan ya los adecos en el poder con las bandas armadas, a
frenar el avance de las luchas populares, como una huelga de transporte
que hubo, los muchachos que caen presos que los detienen en la Digepol,
en la Disip, la bicha esa como se llama Digepol si, este... los maltrataban,
viene la detención de José Gregorio Rodríguez, después de eso ya
empiezan las infiltraciones dentro del partido, nos toman la casa de Santa
Ana, ahí hubo una explosión con una bomba que metieron y habían
ciertos elementos que creo que estaban unidos a esta gente ¿no? que eran
los que llamaban los sapos, la gente que estando dentro del Partido hacían
dos tipos de trabajo, se decían revolucionarios y eran espías de este
movimiento. Entonces se nombra un comité aparte clandestino.

P.- ¿Negra, en el año 62 te incorporas al frente guerrillero “José


Leonardo Chirino”?

R.- Sí.

P.- Cuéntanos esa experiencia y cuéntanos con quiénes, quiénes te


acompañan desde Caracas a Coro.

R.- Bueno, me acuerdo que salgo de una parte cerca de la Universidad


con un doctor que estaba empezando él con un joven, con el Sr. Teodoro
Petkoff, alguien a quien yo respetaba y quería mucho, y otras personas
que ahorita no me acuerdo.
P.- ¿Negra y cómo hiciste para llegar hasta Coro con Teodoro Petkoff
que es un catire muy característico, le pintaste el pelo, se lo cortaste, le
pintaste los bigotes?

R.- No... mira, todavía en ese momento él pasó normal, él pasó en ese
momento normal, ya quizás había un poquito de movimiento hacia esa
zona, nos agarró una alcabala móvil, sinceramente la pasamos bien. Nos
agarró la alcabala móvil en El Palito, yo era la primera vez que iba a
Coro, ni sabía donde me quedaba El Palito, ni nada de eso, pero bueno,
yo ahora sé donde me queda; bueno, cuando llegamos a Coro alquilamos
una casa en Coro, ahí llegamos a esa casa, ahí le pinté yo el pelo a
Teodoro Petkoft, hasta las pestañas y las cejas y tó porque él era un
hombre rubio, había que pintarle los pelos de negro, estando en Coro es
cuando se alza Carúpano.

P.- Y de ahí al monte, ¿adónde fuiste? a la Sierra de Iracara, a La Cruz


de Tara Tara, ¿dónde fuiste?

R.- Bueno, ahí me dejan estos señores, se van, yo quedo a cargo de otra
persona, que pertenecía al movimiento, a la logística de las guerrillas.
Entonces me manda a La Cruz, La Cruz de Tara Tara, ahí conozco al
Comandante Pedro Pistola y a su familia, su cuñado, sus hermanos y su
mamá, una viejita demasiada linda, esa fue la que me puso el nombre de
“Aurora”, porque en su época ella tenía una sobrina que se llamaba
Aurora y que se parecía a mi. Bueno, y ahí empezamos.

P.- Negra, estás ahí en el destacamento que se mueve por la zona de La


Cruz de Tara Tara, que es una parte muy árida, con poca vegetación, yo
creo que en El Ávila hay más vegetación que en esa zona ¿cómo fue tu
adaptación, Negra, a la vida guerrillera?

R.- Bueno, mira, mi adaptación sinceramente no fue tan difícil, debe


haber sido por la forma de ser mía, pues no había nacido en cuna de oro,
había nacido en un catre y sabía más o menos cómo era la vida dura de
los campos, la cuestión de adaptarme debe ser por esta misma situación,
así de “buenachona” que uno tiene de ser; gente del pueblo que donde
quiera que llega no consigue enemigos sino solo amigos y ahí dentro de
los campesinos me acogieron como si eran mi familia los corianos y
empezó la lucha, pues, empezamos a montar el campamento y a echar
adelante.

P.- Tengo entendido, Negra, que de la zona Sur donde está Argenis
González Bravo acampado pasas a la zona de Iracara; no sé si hay una
escuela allí de guerrilleros o entras directamente a la escuadra de la
Comandancia.

R.- Bueno, sí, mira, allí, de esa parte después de muchos trasteos,
precisamente como la zona no era acorde para haber una cantidad de
hombres montados allí, la Comandancia decide que había que eliminar
ese frente en ese momento, esa cuadrilla, esa columna de hombres y
cambiamos a una parte donde fuera mucho más montañosa la zona. De
ahí, bueno, tengo que regresar de nuevo a Coro y después, a los meses de
estar en Coro, tratando e’ver, me suben de nuevo ya por La Negrita.

P.- Negra, cuéntanos tu experiencia en el Frente Norte del “José


Leonardo Chirino”, en el pleno centro de la Sierra de Iracara, en lo que
llaman la propia Sierra de Coro.

R.- Bueno, en la propia, en la Sierra de Coro, tú sabes, en la parte más


montañosa había lo que tú sabes, en la parte más alta, lo que llamaban La
Comandancia del Frente, después fundamos la escuelita, para los nuevos
ingresados al Frente, para enseñarle todo lo que significan las
escaramuzas, la preparación sobre los armamentos y toda esa cuestión, a
nosotros nos toman en La Negrita donde llaman el primer campamento,
donde estaba el Comandante Douglas, estaba una cantidad de
compañeros ahí, pues, ya el frente estaba bastante grande; estaban:
Miguel, El Negro Bravo, -Miguel era un campesino-.

P.- ¿Miguel Noguera?

R.- Miguel Noguera, un campesino, un muchacho campesino que había


subido al Frente. Ese día había mucha gente de la ciudad cuando nos
toman ese campamento, se había terminado también un encuentro con un
grupo de compañeros.

P.- La Conferencia de Iracara.

R.- No. Eso fue antes de la Conferencia de Iracara, había llegado mucha
gente, entre ellos estaba un alto dirigente del Partido Comunista, bueno
estaba, nos encontramos ahí con Pompeyo Márquez y toda esa gente.
Subieron unos compañeros: subió Polica, uno que era locutor, Polica
Salas con la esposa y todas esas gentes y da la casualidad que como a los
dos días, al siguiente día de eso, llega el ejército a la parte de abajo del
campamento. Con nosotros estaba también el capitán Elías Manuit
Camero, un oficial que había desertado y se había integrado al
movimiento revolucionario, por cierto el Capi era el encargado de la
logística, pero era bastante pichirrito con las cosas ¿no?

P.- ¿Quién, el Capi Manuit?

R.- Manuit cuidaba, cuidaba mucho las cosas...

P.- Háblame de ese hombre, sigue hablando de ese hombre, del Capitán
Manuit.

R.- El capitán Manuit lo conocí yo precisamente en Iracara, ya yo estaba


ahí cuando él se incorpora a las guerrillas, un hombre muy alegre,
cantaba, tocaba cuatro y era... bueno una persona sumamente
maravillosa, era una persona muy accesible con quien se podía conversar
y to’ eso, bueno, pero él cuando se trataba de gastos así tú sabes ¿no? ahí
se ponía el hombre tacaño y no quería entonces, claro, como habían ido
unas muchachas de acá de Caracas y el hombre lo convencimos a que
fuera a buscar donde estaba la despensa donde teníamos encuevado los
alimentos, unos chocolates, unas cosas para hacer esa noche un
recibimiento a la gente y entonces el hombre fue y cuando íbamos
llegando donde estaba la cueva, cuando veo hacia abajo aquello estaba
tomado por el ejército ¿no? entonces OK, él se regresa y dice: bueno,
muchachos, cero celebración, porque allá abajo está el ejército. Nos
asomamos y ahí estaba el ejército y empezamos a prepararnos para el
recibimiento y la salida de ahí.

P.- Bueno, Negra y cómo salen. ¿Salen ordenadamente o en desorden?

R.- Bueno, como ya era bastante tarde lo que hicieron fue montar
guardias en diferentes sitios de las entradas por donde podían llegar esta
gente y prepararnos para la retirada, ahí empezamos a movilizarnos, yo
me puse muy brava porque me mandaron a cuidar las mujeres que
habían llegado de Caracas. Bueno, entonces había un muchacho, un
señor llamado Matías un chiquitico él, campesino y entonces me
mandaron a mi a llevarle café a Matías, a donde estaba él; Matías, mira
allá abajo está, tú ves donde está esa matica, ahí hay una culebra Matías,
déjala ir, no la molestes déjala ir, yo digo porque Matías, bueno, porque
si lo pela la bala, lo agarra la culebra.

P.- Bueno, Negra ¿cómo salen de ese cerco?

R.- Bueno, de ahí nos retiramos bastante lejos de donde estaba el


campamento, ellos patearon y todo lo que les dio la gana ese sitio,
después del tiroteo que tuvimos con ellos, no tuvimos bajas, entonces, ahí
nos regresamos, no fuimos a otro lado.

P.- ¿Combatieron, Negra?

R.- Ahí tuvimos el primer combate con esta gente.

P.- Y no tuvieron bajas ustedes.

R.- No.

P.- ¿Y cómo hicieron para sacar a Pompeyo, a Pompeyo Márquez?

R.- Ah, bueno, es que ya, cuando se da eso, ya el Ministro había salido;
sí, ya él había salido, los que quedaban en ese entonces era el grupo de
personas que estaban allá, de damas y eso, porque querían hacer un
contacto más cerca con nosotros.

P.- Bueno, Negra, después de eso sigues en la guerrilla, sigues mucho


tiempo, yo tengo entendido Negra que tú eres de las mujeres que ha
echado plomo en este país.

R.- Bueno, chico, hasta donde llegaban las circunstancias, hubieron


varias partes que yo creí no sobrevivía, pero a estas alturas creo que sí, yo
creo que le voy a pasar a mi abuelita.

P.- Mira, Negra, a ti te agarró el cerco Yunque y Martillo y los


bombardeos en La Sierra, que fueron muy bravos, fíjate que el Pichirilo -
José de Jesús Goitia Henríquez, El Pichi-, me estaba contando que a él
lo agarró un bombardeo; me dice que la tierra temblaba. El Pichi, que es
un hombre macho, un hombre valiente, me decía que estaba asustado,
¿cuál fue tu experiencia durante los bombardeos?

R.- Bueno, mira, este, no sé si puedo decir que uno no se asusta, tú sabes
lo que es que te caiga un tonelón de bombas en una cueva donde tú estás,
aunque ya en ese sitio donde nosotros estábamos no había cuevas, eso era
peor, teníamos un compañerito que nos decía: ya le tocó a Santa Cruz, le
tocó a Hueque, esta semana nos toca a nosotros el bombardeo. Bueno, y
como en efecto al siguiente día amanecieron bombardeando esa parte y
entonces nosotros veíamos a la gente abajo, a los militares, cargaban unos
brazaletes de colores, era como para identificarse entre ellos, los distintos
cuerpos que estaban en esa operación, en ese sitio es cuando, bueno, en
un río le hacen una emboscada a Julio César Rodríguez y matan a un
campesino.

P.- Oye, mira, hay varías versiones sobre la muerte de Julio César dicen
que a Julio César lo matan por violación de medidas. El Judas, era,
chica, un príncipe de las locuras y un ser humano extraordinario; yo
creo que si el “Judas” hubiera estado en la época de Cristo se hubiera
ido detrás de él por ahí, a predicar.
R.- A él le decían El Judas los campesinos, pero de Judas no tenía nada,
él lo que era un muchacho sumamente confiado y muy creído y todo eso,
no me lo está preguntando pero si te diré que yo me casé con Julio César
por las leyes revolucionarias, él estaba joven, yo tal vez tenía un poquito
más edad que él, pero nos enamoramos y como Douglas siempre decía
que la gente que se enamoraba, este, había que arreglar las cosas de una
sola vez para no caer...

P.- Él, Julio César era un poeta, El Judas fue Brigadier Mayor de la
Escuela Militar era un santo, era un tipo muy bello. Háblanos de Julio
César.

R.- Bueno, Julio César era realmente una persona muy bella, gente muy
crédula e ingenuo, un gran hombre; los campesinos lo adoraban en esa
zona, lo querían tanto porque realmente se daba a querer por los
campesinos y ellos mismos fueron lo que le pusieron el nombre de
“Judas”.

P.- Negra, y te casaste con Julio César pero cuéntanos cómo fue ese
amor porque el Che Guevara, que era un gran místico, decía que un
revolucionario “tiene que estar guiado por grandes sentimientos de
amor”; eso parece que ha desaparecido, la gente como que le tiene
miedo al amor.

R.- Bueno, chico, los poetas tienen razón, el amor es “algo” pues... y
tiene que sé así, porque si no hubiéramos creído en el amor y eso, pues,
no nos hubiéramos ido a las guerrillas, no nos hubiéramos alzado en
armas, porque no solamente es el amor hacia un hombre y una mujer,
sino es el amor al pueblo, el amor a los familiares y, por supuesto, el
amor entre hombre y mujer.

P.- ¿Negra, cuánto tiempo permaneces en la guerrilla?

R.- Bueno, duro cuatro años en la guerrilla; ahí superamos un cerco y lo


vivimos muy cerca, porque para mudarnos de un sitio a otro yo no sé si
alguien te ha hablado a ti de El Caimán. Este Caimán salió con otro
compañero llamado David a buscar contactos con las gentes en el pueblo,
pues, ya nos habían tomado todo el pueblo, y las bodegas y todo eso... y
aquello era… ya se habían llevado a todo el mundo preso, entonces en
esa ida de David y “Caimán” a buscar los contactos con los compañeros
del pueblo se le escapa un tiro a David y pega contra unas piedras y ¡zas!
le caen las esquirlas en la cara y él creyó que estaba muy malamente
herido en las orejas y deja el FAL y se va corriendo hacia donde estaba el
ejército, pues, porque ya el ejército venía ofreciendo un salvo conducto y
le decía a la gente que, “bueno guerrillero, entrégate, con este salvo
conducto, tienes tu vida salvada”, mi compañero y camarada, ¡caramba!,
creyó en esa patraña.

P.- ¿David?

R.- David se fue y resulta que lo agarran ahí en el campamento ese


antiguerrillero, los que llaman Cazadores y lo fusilaron en el acto, ahí
entonces nosotros seguimos saliendo ahí, tratando de sobrepasar el cerco
pues, y a veces llegábamos a sitios donde estaban ellos montando su
carpa y nosotros... nos retirábamos, poco a poco, hacia atrás, porque no
nos convenía tampoco. Era un suicidio hacerle un disparo a unos
soldados de esos, bueno, ellos se expresaban así, como una vez que nos
agarran en una zanja, en una quebrada, vamos a cruzar el camino real, ya
veníamos rajando monte, iba Salvador Iturbe, -el comandante Pichón- de
ese grupo, iba Nelson que le decían El Cochino.

P.- Nelson González.

R.- Ajá, un muchacho de acá el 23 de Enero llamado Nelson.

P.- ¿Nelson Ruiz?

R.- Nelson Ruiz, sí; bueno y todos nosotros tratando de cruzar ese cerco
cuando oímos el escándalo que viene por el camino real, resulta que era
una escuadra del ejército que decían que si nos agarraban vulgarmente,
como ellos se expresaban de mentarnos la madre y todo eso y que nos
desbarataban ahí. Bueno, ahí esperamos que esa gente, esa cuadrilla, esa
columna de soldados cruzara, terminara el camino para nosotros poderlo
cruzar, que solamente con haberlo hecho así una granada nos tiraban y
ahí quedábamos toditos de una vez, imagínate si uno tiene que luchar
duramente con ellos, no solamente era el cerco sino que las culebras y
toda esa cuestión.

P.- Negra, en el año 66, por ahí por Febrero-Marzo se logra la gran
concentración del José Leonardo, se unifican y se concentran los
destacamentos en Felipito o las Lapas cerca de Tucacas, la gente del
Sur, la gente que venía de la Sierra de Falcón y la gente que venía del
Este de Falcón, ahí se concentra una cantidad muy grande de
combatientes ¿Estuviste ahí no?

R.- No.

P.- Negra, Negra Aurora, Negra Epifania, Negra Juana, Negra,


permaneces cuatro años en la guerrilla; oye, esa es una experiencia que
nos marcó, cuéntanos el recuerdo, ya nos hablaste de Julio César
Rodríguez, oye, cuéntanos de otros combatientes, oye esos camaradas
tan extraordinarios que existieron en ese frente.

R.- Bueno, mira, hablarte de todos no nos alcanzaría el tiempo, ni tu cinta


tampoco, pero me acuerdo mucho del Negro Arcadio, un campesino
también de la Sierra, de Miguel Noguera.

P.- Háblanos de ese hombre.

R.- Un tronco de combatiente y un campesino, bueno, con mucho pelo en


el pecho, como no pare otra madre. Bueno, él muere en un combate, en
El Paso, el Comandante Miguel Noguera, aunque él decía, que él se había
criado en un bombillito rojo que se veía por allá cuando estábamos en la
montaña, él dice, vamos, Negra vamos pa’l Mirador pa’ enseñarte donde
yo nací, en aquel bombillito rojo que se ve allá. -¿Bueno Miguel y ese
bombillo rojo es tu casa? Entonces él se echaba a reír, resulta que los
muchachos decían que era una casa de no sé que sé yo, que de las
mujeres de la mala vida, decían ellos.
P.- ¿Oye, a ti te detienen en Valencia, Caracas, o en la casa de la mamá
de Baltazar?

R.- Bueno, sí, mira, a mi me agarran en la casa de la mamá del


Comandante Baltazar, ¡qué bueno acordarme del Comandante
Baltazar!, cuando yo conocí al maestro Baltazar era un bebé, cuando yo
lo conocí en las guerrillas, en las montañas ya había tenido mucha
amistad con su mamá acá, porque ella es una mujer de una calidad
humana muy grande y una mujer que dio muchos hombres para que
se los matara la patria, de lo que ella se siente “orgullecida”, bueno,
Baltazar era el hombre que sabía de armamentos como no tienes una idea,
con la poca edad, cuando yo lo conocí, era una un hombre con un cerebro
muy inventor, ese desarmaba una granada y te armaba un fusil, yo creo
que -y que me perdonen los otros camaradas-, pero yo creo que era un
hombre que te tenía unas gran bolas bien puestas, se llamó Baltazar
Ojeda Negretti.

P.- Negra, caes en la casa de Magdalena Negretti, la mamá de Baltazar


la mamá de Hugo, la mamá de Francisco. Cuéntanos sobre tu caída,
porque ahí hubo una delación, creo que de un muchacho llamado Carlos
González, algo así, no estoy muy seguro cómo se llama el tipo.

R.- Bueno, mira, cuando yo llego a la casa de la Sra. Magdalena es


porque ya teníamos lo que llamábamos la división en el Partido entre la
lucha armada y la pacificación; entonces, nosotros nos preguntábamos
¿qué era lo que íbamos a pacificar? y por supuesto no estábamos de
acuerdo con la pacificación de los grandes revolucionarios que nos llevan
a la guerrilla y después del cerco y todo eso que bajamos, estábamos
asignados hacia ciertas partes, porque el Partido nos había quitado el
apoyo, a la vez de que expulsan a Douglas del Partido, hasta el apoyo
como revolucionarios, pues, nos la cortan y es ahí donde nos agarran a un
bojote de gente en una sola casa, esa casa era una casa en La Vega, un
barriecito que de por sí, se ve un poco oscuro, ahí la Sra. Magdalena,
tiene que ir a un hospital porque está un poco enferma y yo me quedo en
la casa de ella.
P.- Negra, ahí te agarran en la casa de Magdalena, creo que te agarran
con El Gallinazo.

R.- Él se descolgó por una ventana, usando una sábana como soga,
bueno, mira, esto, estando en una casa donde no conocía a nadie, ni nadie
me conocía a mi, era una casita de apartamentos ¿no? ahí estábamos
porque no teníamos otro sitio donde tener gente, nos encontrábamos tres,
cuatro o cinco personas en una sola casa, gracias al espíritu
revolucionario de Magdalena, nos había dejado la casa a nosotros. Llega
un día... los muchachos siempre salían y cuando regresaban no tocaban la
puerta sino que entraban porque ellos tenían su llave, nadie sabía que yo
estaba ahí, a mi me habían llevado a casa de ella después que había en el
Junquito una reunión con el Comandante Douglas Bravo, Comandante
Fabricio Ojeda, Ana Janci Jiménez Febres-Cordero y toda esa gente,
entonces, en esa casa donde estaba Douglas y Fabricio Ojeda, se estaba
haciendo una cantidad de materiales para el trabajo y la reagrupación otra
vez del movimiento, entonces es cuando se llevan de ahí a Fabricio Ojeda
para La Guaira y es cuando él cae. Cuando él cae, es cuando me sacan a
mí de ahí, fui a parar a la casa de otro compañero, de ahí es que me pasan
a la casa de Magdalena, ya habían matado a Ojeda y estaba detenida Ana
Janci. Por supuesto, nosotros nos estábamos preparando para subsistir y
recogerle cierta logística a los muchachos que estaban en el frente, que
todos no estábamos acabados, entonces en esa estancia ahí, estaba El
“Galli”, estaba uno de los pioneritos, hijo de la Sra. Magdalena que era
Oswaldo, que lo había conocido yo cuando era un niño de pionero;
bueno, ellos me decían a mi cuando él estaba pequeño que era pionero,
para ellos, yo era la vieja, ¿no? dentro de la juventud yo era la vieja.
Porque hasta me vestía como una vieja y tó eso, entonces estaban ellos
allí esa noche, me acuerdo que les había preparado -porque no teníamos
nada- un plato con harina de trigo y leche, ellos se acostaron. No
sabíamos que había alguien que había caído. En esos días habían llegado
ellos con unas cajas a la casa y al llegar allí tocan la puerta, yo salí a
abrirla, en eso veo a un combatiente que lo había conocido yo y todo
llamado Carlos González en la puerta, me saludó, yo lo saludé y ellos
sacaron las cajas que cargaban y él se fue, entonces, bueno ahí habían
unos materiales que teníamos que limpiarlos y acomodarlos y eso ahí en
esa casa; ese día estuvimos limpiando unas armas, que él sabía que eran
armas lo que habían llevado los muchachos para allá, entonces OK, las
sacaron de ahí, metras como decía el hombre de la Guardia Nacional y de
la policía y de la Digepol cuando me detuvieron.

P.- ¿El Sargento Matute?

R.- El Sargento Matute, él me pregunta cuando me llevaron después de


eso, bueno me sale que con unas mentiras, bueno total, que esa noche los
muchachos se acostaron, se llevaron los corotos, ya había caído Carlos
¿no? pero esa noche yo me había comprometido con una persona que
había ido a la casa y me había dicho: bueno, como ustedes están
realmente necesitados de ayuda económica, yo tengo que pagarle a una
persona para que me planche, por qué no hacemos una cosa, tú me
ayudas y yo te ayudo ¿verdad? Yo te dejo esta ropa, tú me la planchas y
yo te pago para que puedan subsistir, bueno y como a mi la vida
realmente me había hecho trabajando no dije que no, dije: -¡como no,
tráemela y yo te la plancho!-, entonces, la compañera me llevó la ropa, yo
me puse, rocié mi ropa y tal y me iba a poner a plancharla cuando llegó
mi contacto a buscarme; era un muchacho de Valencia, no sabía decirte si
era Douglas o Richard que se llamaba él, me va a buscar ese día,
entonces me dice que bueno que lo habían mandado a buscarme para
trasladarme de ahí a otro sitio, entonces, le digo: -cónchale, vale, lo que
pasa, mira esa ropa que tengo ahí, me he comprometido a plancharla y
¿cómo me voy a ir y voy a dejar esa responsabilidad ahí así?-, entonces
me dice: bueno y ¿cuándo crees tú que puedas terminar de planchar esa
ropa?. Bueno, chico, esa ropa la termino de planchar como a las cuatro de
la mañana, planchándola esta noche, poniéndome a planchar desde
ahorita, entonces él me dice: -bueno ta’bien-, me dejó unas cartas que
iban para los muchachos que estaban en las guerrillas y eso y yo me puse
a planchar, bueno como a las dos de mañana ya yo había terminado de
planchar, tenía toda la ropa planchada y eso y como aparte de que la
cuestión femenina y no sé qué, me puse agarrarme los rollos a esa hora,
cuando suena el timbre de la puerta, entonces yo “sargo” y me asomo,
pregunto que ¿quién es?, entonces me dice un tipo que es un telegrama,
entonces le digo: -bueno pásemelo por aquí, por encima de la puerta-,
cuando abro la ventana de esas que eran como de halar una palanca y se
abre el vidrio, cuando yo le jalo la palanquita a la ventana para ver qué
era, el tipo me mete una ametralladora por un lado y me dice: -abre la
puerta que es la policía-, entonces yo le digo: -un momentico déjeme
vestirme que no sé qué-, entonces salgo corriendo, porque yo sé que
estaba Gallinazo durmiendo, estaba Oswaldo durmiendo y estaba un
yerno de la señora Magdalena durmiendo que acababa de llegar, el
pobrecito hombre de un pueblo, creo que se llamaba David ese yerno de
la Sra. Magdalena, entonces voy corriendo a llamá esa gente, dándole
golpes, jalándole los pies y eso, ya el allanamiento era inminente,
entonces llego y envuelvo toda la correspondencia que me habían dado
en un pañuelo, lo amarro en un pañuelo creo que había sido un congreso
del Partido, lo amarro y se lo empujo por dentro a la poceta y bajo la
poceta, ya en ese entonces los muchachos se habían levantado, agarrando
sábanas y subiendo por esa azotea pa’arriba de ese edilicio, un edificio
pequeño, pero creo que si tenía como 7 a 8 apartamentos, ocho pisos más
o menos, entonces, bueno, empieza el perro a ladrar con los golpes de la
puerta, cuando yo abro la puerta lo primero que hacen es que me dan un
solo golpe al pecho y me pegan contra un murito que dividía la cocina del
comedor. Me montan la ametralladora en la garganta y entonces el tipo
me dice: -palo e’vaina te hemos echado Aurora, tronco e’vaina te hemos
echado-, entonces me dice: -cualquier tiro que haya aquí eres la primera
que vas a morir y de una vez, bueno me echaron un brazo hacia atrás, los
dos brazos, uno hacia el lado del cuello y el otro por detrás de la espalda
y me esposaron y empezaron a bajar gente de ese edificio, en interiores,
en dormilonas, en pantaletas, como bajaban, bueno las bajaron y eso al
ratico se oyeron los tiros y traen a Gallinazo, a Oswaldo y a este otro
compañero Iván, ahí nos tuvieron hasta que registraron y me preguntaron
de quien sea eso, bueno a como a to’ el mundo se le va la libre, el
pañuelo confiscao se devuelve otra vez en la poceta con todo el papelero,
las cartas que llevaba; entonces ahí nos sacaron como a las tres y media a
cuatro de la mañana para la calle y el fulano me decía que el primer tiro
que escuchara, la primerita que iba a sacar era a mi.

P.- Negra ya estás presa, para dónde te llevan, porque ahora es cuando
vienen las torturas y el ruleteo.
R.- Bueno, chico, me llevan para un... yo no sabía en ese momento dónde
estaba, yo sé, que yo lo que oía eran voces, en una oscuridad que ni le
cuento, me zampan por allá, por un cuarto. Yo no sé si tú te acuerdas
cuando vendían las cajas de uvas que había un ceperito así de… Bueno
chico, empiezo a oír voces de gente que me parecía conocida, pero como
estábamos en una oscuridad no veíamos a nadie, no sabía quien era, y ahí
empezaron de urna vez a torturarnos.

P.- ¿Negra, te torturaron mucho, la tortura fue colectiva ahí le dieron


pato y apretones de bola a todo el mundo?

R- Yo creo que no hubo uno a quien no le dieran, que no le apretaran no


digo eso, bueno, cuando empezó a esclarecer, !que veo¡ había, bueno,
casi toda la gente de los campamentos guerrilleros estaban ahí porque
este niñito se había ocupado de llevar a uno a uno a donde estaban allá.

P.- ¿Cuántos días te tuvieron ahí Negra, tú no sabes donde te llevaron?

R.- Bueno, ahí nos tuvieron ocho días, por cierto, ahí en esos días llegó
Aura que la habían agarrado allá en Valencia y más atrás antes, habían
llevado a Salvador -a Pichón- que lo habían agarrado en El Cementerio y
bueno a toda la gente que Carlos sabía, se fue a buscar a Cuchú en
Valencia y a Gallinazo que ya lo habían agarrado junto conmigo y a toda
la gente que el Carlos sabía donde podían localizarlos los tiró ahí, hasta
unas maestras que habían de por ahí del Cementerio que las habían
agarrado en la casa donde vivía Salva que las fueron soltando porque
realmente no sabían nada de nada.

P.- ¿Negra, y ese sitio donde te llevaron, dónde estaba ubicado, qué era
un T.O. o un cuartel?

R.- No, chico, eso es la Guardia Nacional en El Paraíso, ahora bueno,


imagínate que yo paso por ahí y me fijo que había tantas cosas, que uno
no sabía que existían ahí; ahí hasta un túnel, pues, después que supieron
que nosotros estábamos, nos sacaron a medianoche por un túnel a los
nueve días que fue cuando nos dieron que comer y todo eso, porque el
Comandante Matute decía que yo y que era una que lo había herido a él
por allá por la Pastora que sé yo, por allá entonces, yo le decía: -ten
seguridad que yo no fui-, cómo que no, que sí fuste tú, -no, no fui yo,
porque si yo hubiera sido, no me estuviera ahorita aquí.

P.- Mira, Negra y de El Paraíso adónde te llevan.

R.- Bueno del Paraíso ahí pasamos varios días, llevando sol, agua,
“estrasnochos”, nos hicieron simulacros de fusilamientos. Bueno, si
entrevistas al Gallinazo te lo debe de haber dicho. Ahí amarrados de las
rejas del Cuartel nos hicieron el simulacro de fusilarnos, me mandaron a
arrodillarme en el suelo como si yo era pelotera y los muchachos
alrededor, eso fue un desastre. Bueno me inyectaron, me sacaron la
primera muela que me la dejaron desprendida de un solo lao de una
pescozá que me dio con unos guantes de boxeo, uno de los torturadores
del Comandante Matute, por cierto era hasta paisano mío.

P.- ¿Mira Negra y de ahí de El Paraíso dónde te llevaron?

R.- De ahí nos sacaron directamente para el San Carlos, porque no se


sabía si fue porque a todas estas que nosotros estábamos detenidos ahí y
la mayoría de la gente no sabía que estábamos en ese sitio, bueno, sabían
ya que Carlos estaba delatando, pero no sabían donde estaba la gente.
Bueno, de ahí como a los nueve días, gracias a los avisos de unos amigos
y familiares de uno que fue al Congreso, a una parte donde tenían sus
contactos, habló con José Vicente Rangel y José Vicente Rangel se
llega hacia ese sitio, porque yo sé que a mi me estaba interrogando un
oficial del ejército en ese momento, sentado él con las piernas montás
sobre el escritorio dándose con un fuete y entonces me dijo: -ya te hemos
ofrecido el viaje pa’ España y no sé qué, los estudios, el cuido de tu
familia y tú no has querido cooperar con nosotros, entonces te vamos a
sacar en un helicóptero para Coro para que tú nos vayas señalando los
puntos donde están los campamentos guerrilleros-. Entonces le dije: -tú
estás loco, primero porque a mi me ponen ahorita en la calle y yo no sé
dónde estoy, mucho menos vas a creer que yo a ti te voy a decir dónde
están los puestos guerrilleros en Falcón, si yo no se dónde me queda esa
vaina-, entonces llega y me dice el tipo...: en eso que el hombre me dijo
una cuestión.... yo le menté la madre... vino el tipo y me dio con unos
guantes de boxeo; el individuo me dio una cachetada, un golpe, un puño
con la mano, que la cabeza me dio vueltas y vueltas, y cuando la pude
sostener traía el hilo de sangre, así ya de la muela; en ese momento entró
el Jefe de Captura, que era el Comandante Matute y le dijo: -¡coño no me
jodan esa mujer!; entonces, me soltaron y se me pararon los pelos, unos
parados así, porque los rollos no se donde habían ido a parar, me
quedaban unos y otros no y, por supuesto, y con la impresión y todos los
golpes dados y eso, hasta me había venido la menstruación otra vez y
entonces Salvador Iturbe se quitó su chaqueta y me la dio para que me la
pusiera por encima, bueno esa noche, ese día, se sale el Comandante que
me estaba interrogando, ofreciéndome villas y castillos, entonces, él llega
y me pregunta cuál era la relación que yo tenía con José Vicente Rangel,
yo le dije: -ninguna, yo no le conozco ese señor y eso-, cómo que no le
conoce !coño’ y está allá afuera y dice que hasta que no te vea no se va
de aquí; yo le digo que no lo conozco, realmente no lo conocía en
persona, él tenía cierto contacto con mi mamá, porque conocía a una
señora que era amiga de mi mamá, que lo conocía a él; y cuando a ella le
fueron a avisar que yo estaba presa, porque fue una situación que fue un
poco difícil, yo tenía un primo que era de la Guardia Nacional y estaba en
ese momento, cuando él llegó, entonces, imagínate, me ponía a mi en tres
y dos, sin saber para donde agarrar, cuando él llega a su guardia, se da
cuenta que yo estoy ahí y da vueltas, pa’lla y pa’ca y yo echa la loca,
como si no lo conocía porque en la situación en que estábamos, al yo
ponerme a hablar con él, podía hacerle creer a los muchachos otra cosa, o
si no me ponía hablar con él también se iba a extrañar porque éramos
primos hermanos, hijo de una tía mía, aunque yo tenía mucho tiempo que
no lo veía y cuando él se me acerca y me dice: ¿qué te pasó?, -¿qué me
va a pasar?, no me ves que estoy presa-, doy mi media vuelta y me voy
pa’ otro lado, tratando de que él no se me pegara mucho, cuando a él
también lo estaban cazando, lo vieron cuando se me acercó y enseguida
lo agarraron a él y se lo llevaron pa’ dentro, entonces él me dijo,
entonces, el Comandante Matute me dijo: ¿es tu hermano?, -no, chico, te
pelaste, yo no tengo hermanos sapos-, entonces me dice: -bueno, lo que
sea, allá el muchacho ese; -no, ese es un primo mío que tengo años que
no lo veo y tal-, ¿el Guardia Nacional? yo tengo tiempo que no lo veo,
¡no puede ser!. Él dijo que hace dos meses que te vio, que tú no estabas
metida en nada, le digo: -debe ser una prima que se parece a mí y él
creyó que me había visto-, me dice: lo que sea sangre, es sangre y con un
FAL, la ¡pinga! y se lo llevaron a él.

P.- ¿Negra te logras ver con José Vicente?

R.- No, que va, yo a José Vicente lo veo después que estaba en libertad,
que fui a darle las gracias a donde estaba, por haberme socorrido en
aquella época, porque ahí nos pasan por unos túneles pa’ salir a un
sótano que tiene la Guardia Nacional y por la mañana... -pasamos la
noche ahí- y por la mañana, y como a eso de las 9 de la mañana nos
metieron en un carro blindado y nos llevaron al San Carlos; cuando
abrieron la puerta estábamos en el San Carlos.

P.- ¿Negra, cuánto tiempo permaneciste en el San Carlos?

R.- Bueno, en el San Carlos permanecí cuatro años, tres meses o cuatro
años cuatro meses. Estaba sentenciada a ocho años cuatro meses, no sé
cuántos días, hasta se me olvidó.

P.- Negra, cuéntanos tu vida en el cuartel San Carlos; en esa época


había muchas presas políticas, de conciencia, revolucionarias y
patriotas, guerrilleras-patriotas, guerrilleras comunistas, mucha gente:
guerrilleras del FLN-FALN.

R.- Bueno, la primera sorpresa, cuando llegamos al cuartel, salió el


Comandante

P.- ¿Pulido Tamayo?

R.- No. Este que es militar de la marina, “Gubel”.

P.- Gruber.
R.- Que ahora estuvo metido en un alzamiento ahí en un golpe; se llegó
hasta donde yo estaba y me dijo que tenía que dar mi nombre, los
nombres de mis familiares para anotarlos ahí; yo le dije que no tenía
familia y que no tenía nombre, pues, que no tenía parte donde estar y
entonces me dieron una sábana y una almohada y eso, y me subieron
arriba, al área donde estaban las mujeres detenidas ya, sentenciadas y eso.
Estaban Nancy Zambrano, Nely Pérez; estaba la compañera Ana
Jancy, recientemente le habían matado a Fabricio Ojeda, que era su
compañero; pues bueno, llegamos Aurita Díaz y yo, estaban otras
muchachas que ahorita no me recuerdo y fue cuando pudimos decir que
estábamos más o menos, enseguida me dieron un vaso de leche con unas
“libriun” y dormí hasta las cuatro de la tarde del siguiente día, cuando me
desperté.

P.- Negra, y qué hacías en el San Carlos, porque yo tengo entendido que
tú en esa época no sabías leer ¿aprendiste a leer en la guerrilla o en el
San Carlos?

R.- Bueno, mira, yo claro, cuando llegué al San Carlos yo sabía unir las
sílabas como dicen, las primeras vocales, que sé yo, y allá, bueno si, en el
San Carlos las compañeras Nelly y Nancy que nos daban clases ¿no?
Aura misma. Entonces me daban clases, ahí, empecé más o menos, hasta
que después, bueno, saqué el 6o. grado por completo cuando estaba en
libertad.

P.- Negra, qué hacías en el San Carlos, cómo pasar el tiempo, porque
cuatro años y medio en el San Carlos o en cualquiera otra cárcel es
duro.

R.- Bueno, mira, si supieras que ese sitio donde estuvimos en el San
Carlos, donde estábamos, por lo menos nosotras, los primeros días,
después nos metieron a otro gallinero donde llamaban la enfermería, era
muy aceptable, yo llegué a tener mi cuarto sola y aparte de las requisas
que nos hacían, mandaban un mujerón bien grande y bien corpuda,
porque como yo era la más alta, ellas creían que tenían que tomar
medidas contra mi. Ahí conocí otro poco de mujeres que habían
detenidas, que empezaron a llegar después de nosotras, teníamos
compartidas las horas en clases, en lectura, oíamos música, teníamos
charlas y ahí llevábamos la vida así, cocinábamos; a veces también no
nos comíamos la comida que nos mandaban del cuartel, sino que
preparábamos la misma comida de nosotras y así pasábamos los días, la
visita y esa cuestión.

P.- ¿En qué año sales del San Carlos, durante cuál gobierno?

R.- Precisamente salgo cuando la campaña electoral que ganó Rafael


Caldera, esa primera vez, sí.

P.- Negra, y había presos políticos también, porque allí había unos
cuantos del PRV, del Partido Comunista, del MIR ¿a quiénes de esos
presos conociste?

R.- A casi todos los muchachos que se encontraban allí los conocía de
afuera, ya que nos habíamos visto en otra parte, pero sí había bastantes;
después empezaron a caer también otro poco, más nuevos y más mujeres,
conocí a la Sra. Carmen Cárdenas; una señora bastante mayor que la
tuvieron en la Digepol un bojote de tiempo, cuando agarraron un poco de
gente, ahí estuvo ella, estuvo Gladys Alonso, cuando llevaron a ese lote,
llevaron a Mónica Venegas, la Sra. Carmen que le decíamos “mamá
Carmen”, a Gladys Alonso, Tibi, a una muchachita española que no
recuerdo el nombre, a la mamá y todo ese poco de gente. Al Comandante
Nery Carrillo y a todas aquellas otras gentes, bueno, en el San Carlos
estaba el Teniente Tulio Martínez, el Capitán Molina, el Comandante
más viejo de toda la partida fue el presidente del FLN, Moncada Vidal, al
Maestro Moncada Vidal.

P.- ¿El Teniente Coronel Juan de Dios Moncada Vidal?

R.- Si señor, que ese es un maestro en todos los idiomas.

P.- ¿Mira, y no conociste al Viejo Eduardo Machado, y a Gustavo, a


Petkoff, Pompeyo Márquez?
R.- Por supuesto, ya te he dicho por lo menos a Petkoff ya lo conocía, a
Pompeyo también lo conocía y ahí si encontré a los Machado, estaban los
dos diputados Gustavo y Eduardo, estaba Alonso, Sáez Mérida, estaba
to’a esa gente.

P.- ¿Y cómo te trataron los Machado?

R.- Bueno, voy a decirte que no tuvimos mucho roce así pues, aunque en
el grupo de los muchachos había siempre una solidaridad con las mujeres
presas, me acuerdo que tengo muchas cosas bonitas de mis compañeros,
de los que llamaban la militancia, o que estaban fuera de los calabozos,
donde estaban la gente de “caché”; bueno a esas yo les hacía empanadas,
les mandaba arepas, ellos me mandaban a mi y todas esas cuestiones, nos
mandaban a todas, había un compañero como Alonso...

P.- ¿Alonso Palacios?

R.- Alonso Palacios que quincenalmente compartía su mercado que le


mandaban con nosotras y teníamos una cooperativa y entre los oficiales
tenía dos padrinos que también me ayudaban, porque una de las más
pobres del grupo era yo, entonces ellos me pasaban una mensualidad pá
mis gastos y cosas de esas, que eran: Tulio Martínez, -el Teniente Tulio-
y un militar que era Guardia Nacional que se portó muy bien, aunque él
era de la derecha.

P.- Negra, vamos a hablar de un ser humano, chica, vamos a hablar de


ese ser humano tan bello llamado Tulio Martínez, háblanos de Tulio.

R.- Ah, bueno, de eso te puedo hablar, ese es un hombre excelente, para
mí fue siempre la persona con quien yo me podía apoyar en cualquier
problema, por cierto, que ese militar que yo te digo que era de derecha,
que era un hombre muy humanitario y muy buena gente.

P.- ¿Cómo se llamaba Negra, no te acuerdas?

R.- ¡Cómo que no me acuerdo!, me acuerdo todos los días de como se


llamaba, se llama Oscar Sandoval, él fue…estaba en la Guardia Nacional
y a según lo habían agarrado por desertor porque le gustaba mucho la
parranda y se había ido a bailar unos carnavales pa’ Cúcuta, que sé yo por
ahí, lo trajeron ahí y lo sentenciaron como desertor y yo salía al patio,
cuando salíamos a la visita, nos quedaba la ventana y ellos al frente, o
salíamos a coger sol, entonces yo empezaba a llamar a Tulio y él era el
que se asomaba -Sandoval- a la ventana y me decía: ¿qué quieres con
Tulio, Negra, que queréis con Tulio? -no, que quiero hablar con él y eso-,
resulta que era que tenía la visita esa conyugal, que sé yo, una visita que
le daban a ellos todos los miércoles; entonces a esa hora, era que nosotros
tomábamos sol y era que se me ocurría a mi llamar a Tulio, entonces
Sandoval se ponía bravo y decía -esa muchacha si es bien imprudente-.

P.- Negra, hablando de las visitas conyugales, las presas políticas tenían
visita conyugal o estaban condenadas a la abstinencia.

R.- No, señor, estaban condenadas a la abstinencia porque ahí bueno;


algunas que se casaron allá, en el cuartel como Astrid Fisher, que se casó
con otro compañerito que estaba preso del otro lado, lo que llamaban
donde estaban los combatientes, bueno a ella si le dieron una noche de
luna de miel, porque ya se iba para el exterior y lo mismo pasó con
Freddy Muñoz y Nancy Zambrano.

P.- Negra, sales del San Carlos y tienes que comenzar la vida de nuevo
¿qué haces después que sales de San Carlos, a qué te dedicas?

R.- Bueno mira, cuando salgo del San Carlos ya todo el mundo estaba
afuera, habían quedado muy pocas mujeres en el San Carlos, cuando
salgo yo, porque le habían dado confinamiento a algunas, a otras las
habían mandado al exterior, entonces me manda a buscar el Comandante
del Cuartel para hablar conmigo, entonces bajé, me llevaron a hablar con
él, entonces me dice: -que él estaba muy preocupado porque todas las
mujeres ya estaban saliendo y que le preocupaba que yo me fuera a
quedar en el San Carlos sola porque al quedarme sola en el San Carlos
me iban a mandar pa’ la Cárcel de Mujeres y que él consideraba que yo
no debía ir para la Cárcel de Mujeres, que yo me había portado bien en el
Cuartel, que yo no sé qué y tal y me hizo la proposición de pedirme una
entrevista con el Ministro de Relaciones Interiores, entonces yo le dije
que estaba bien, entonces él me pidió la entrevista y un día, una tarde me
mandó a decir para al siguiente día tenía la entrevista con el Ministro de
Relaciones Interiores. Me llevó él mismo Comandante a hablar con el
Ministro, que era el Dr. Leandro Mora, cuando el Dr. Leandro Mora
empezó a hablar conmigo -el Comandante me había dicho que el Dr.
Leandro le tiraba muchos peines a la gente, que yo no reaccionara en
ninguna forma ¿no? que me quedara callaíta, porque él había dicho que
yo era muy dócil y muy esto y que para que no fuera a hacerle quedar
mal-, entonces el Ministro empezó hablar conmigo, me preguntó de
dónde era y quiénes eran mis padres, que no sé que y tal, yo empecé
hablar con él, entonces después de todo eso me dice: mira, Epifania y
cuánto tiempo tienes tú presa, -tantos años doctor. ¿Qué pasó, por qué tu
papá no había venido hablar conmigo?, le digo: -no sé-, dice él: mira yo
aprendí a caminar de manos de tu papá, tu papá me enseñó a montar
caballos, a mi me extraña que tu papá... tu papá es adeco; yo sé dije: -sí,
yo sé que mi papá es adeco- ¿y por qué el viejo no había venido hablar
conmigo?-, le digo: -no sé-, entonces me dice: -no hija, si él hubiera
venido hablar conmigo, usted no se hubiera echado tantos años ahí,
porque yo tengo un hijo que es comunista, porque uno los tiene a ustedes,
pero no les tiene las ideas, ustedes son los que inventan sus ideas.
Entonces me dijo que no me preocupara que él me iba a conseguir el
indulto.

P.- Bueno, Negra, sales de allí de la cárcel, con una mano delante y otra
atrás sin una nica en el bolsillo, como dirían los guaros. ¿A qué te
dedicas?; tienes que buscar trabajo, cuéntame tu vida en la calle,
después de tanto tiempo, porque tenías como diez años perdida del
mundo entre la guerrilla y la cárcel.

R.- Bueno, mira, de ahí del San Carlos me pasan para la señorita Planta,
pa’la cuestión de La Planta, ahí pasé todo el día en la Planta, sacándome
fotos y haciendo papeleos y pon la huella aquí, ponla allá, por los ojos,
rayos de este lado, bueno OK, entonces a las cuatro de la tarde me
llevaron a Catia, donde está el comienzo de la autopista de Caracas-La
Guaira, ahí me estaba esperando mi mamá, me habían dado
confinamiento para el Litoral -El Litoral por cárcel- bueno entonces me
fui allá, porque a según, el mismo Ministro consideraba que mi papá era
el que me podía meter en cintura, que no me había metido mi mamá,
entonces me mandó para casa del viejo.

P.- Bueno ¿Cuánto tiempo duras, cómo es que se llama el pueblo tuyo
Negra?

R.- No, no llegué.

P.- ¿Para dónde te mandaron?

R.- Me mandaron para La Guaira.

P.- Ahí te confinaron.

R.- En La Guaira, a las 7 de la mañana tenía que firmar un papel en La


Jefatura que está por ahí por el Seguro, más o menos, por esos lados, que
está ahí La Prefectura, tenía que ir a firmar ese libro ahí. Me iba a la
playa al mediodía, mi madrastra me mandaba la comida a la playa, a las
cuatro de la tarde tenía que pasar por esa oficina a volver a firmar el
libro.

P.- ¿Cuánto tiempo duraste en eso, Negra?

R.- Bueno, imagínate, ya no tenía cuenta, ni cuanto tiempo, una vez pedí
una entrevista de nuevo con el Ministro y me la dan, me dan la entrevista,
pero imagínate ahí llegó Rafael Poleo, llegó tanta gente y eran las 7 y
media de la noche y yo esperando la entrevista con el Ministro; entonces
llega Rafael Poleo y cuando lo mandan a pasar yo me lo como ¿no?; le
digo, a usted si, vivo, llegando y usted sí va a pasar, yo estoy desde las 12
del día y no he podido pasar a hablar con el Ministro, entonces él cuando
entró le dijo al Dr. que yo estaba furica -ahí está una mujer que está
furisísima, porque esto y lo otro- entonces de una vez a él lo pasaron a
otra oficina, entonces me entrevistaron a mi, era para pedirle
precisamente eso, mi papá era un hombre que tenía 11 muchachos, era
una casita sumamente pequeña: dos cuartos y la cocinita adonde
habíamos tantos, muchos todavía, los muchachos pequeños y yo y todo
eso, entonces yo le decía que allá no había, yo necesitaba conseguir un
trabajo para sostenerme, mantenerme porque lo que mi papá ganaba no
era mayor cosa, entonces él me aconsejó que me quedase allá hasta que él
me avisara, que no me fuera a venir para acá para Caracas, bueno se me
ocurrió la buena idea un 24 en la noche o 31; me fui firmé mi papel y me
vine para Caracas pa’ que mi mamá.

P.- ¿Y entonces, llegas donde tu mamá?

R.- Bueno, llego a que mi mamá y estaba en casa de ella y eso, entonces
ese día me pinté con otra amiga, inventamos que nos echáramos unos
“guiskisitos” y eso, con otros compañeritos y tomamos, ella tenía que
hacer una diligencia en Maracay y me invitó, me fui clandestina.

P.- Pero bueno, Negra, ya te estás escapando prácticamente, ¿cuándo


comienzas a trabajar? porque tienes que empezar a trabajar Negra.
Porque no ibas a vivir del aire, de la caza y de la pesca.

R.- ¿Cómo iba a trabajar? vivía así de lo poco, que me daban allá, me
daban acá.

P.- ¿Cuándo te solucionan definitivamente tu problema?

R.- Bueno me lo solucionan después, cuando gana el Presidente Caldera


las elecciones, porque antes de eso me había metido en un problemón,
que salí en Ultimas Noticias y en todas partes, que yo había fusilado un
hombre en la piscina de la Universidad. Bueno, mi mamá tenía por aquí,
por estos lados, un rancho, por aquí cerca de Caricuao, por esos lados de
ahí y ese rancho lo balacearon y todo eso y que me tenían cercada, y a
todas estas yo no sabía nada de la cuestión que estaba pasando, hasta que
en la mañana me llevaron un periódico, aparecía mi foto en la primera
página, en Ultimas Noticias, y todo. Yo había conocido un sacerdote que
visitaba unas muchachas en el San Carlos, se había portado de maravilla
conmigo allá, y todavía, el Padre Juan Cardozo que había sido párroco
de la Capilla Universitaria, donde llaman la Capilla de la Epifanía, que
todavía está ahí la capilla, se ha conservado, el párroco había conocido a
mi mamá y siempre estaba en contacto con ella, entonces mi mamá fue,
lo consultó a él, él me consiguió una parte donde estuviera, donde unas
amigas de él religiosas y ahí estuve, pero ya esa no era mi forma de estar
encerrada, entonces llegó un momento que le dije a mamá: -bueno
vámonos, yo no puedo estar encerrada aquí-, entonces nos fuimos a
Ultimas Noticias, porque esa era una de las que me tenía, tú sabes, una
campaña, todos los días salía de una forma diferente en Ultimas
Noticias, entonces fui allá, pedí hablar con Capriles, con Miguel Ángel,
entonces me dijo, que él me desmentía la acusación del fusilamiento del
tipo este si yo le daba unas primicias, o algo así, entonces le dije: ¿Qué
primicias le voy a dar a usted, me puede hacer el favor? Y me dice que
es lo que él quiere que yo le diga, entonces me dice: bueno chica que tú
no le tienes miedo a la policía, sino a tus excompañeros !Ay Dios mío,
ahí si fue verdad que me sacó el hombre lo que diría uno ahora: la
piedra!-, le dije: -usted sabe cómo es la cosa, yo no le tengo miedo a mis
compañeros de ninguna forma, de ninguna manera, le dije: no, ni
exguerrillero, ni guerrillero a ninguno de ellos le tengo miedo. Yo a lo
que si le tengo miedo, es que con la campaña esa que ustedes me tienen,
me agarre la Digepol por ahí, por el camino, me acribillen a balazos y
después me pongan un poco de armamento encima, a eso si le tengo
miedo, entonces me dijo el hombre: Bueno, señora, usted tiene que
decirle a..., no lo dejé hablar, le di un jalón por el brazo a mi mamá y le
dije: -nosotros no tenemos nada que hablar con este señor- y nos fuimos,
entonces me decidí a ir a Radio Rumbos y allí le dije al Director: yo
necesito hablar con usted ahorita, aquí, ¿qué se le ofrece? -yo necesito
hablar con usted y tal cosa, entonces yo le dije: yo soy fulana e’tal, yo
acabo de salir de la cárcel que todavía no tengo ni siquiera donde estar,
yo estoy confinada en una parte y mire lo que me sacan y que me tienen
rodeada, y que yo no sé qué, yo no tengo na’ que ver con eso, con nada
de eso, ni con fusilamiento ni nada, entonces el tipo me dijo: -bueno no
se preocupe, tranquila, que la vamos a ayudar-, entonces me hicieron
(cuando eso había una cuestión en Radio Rumbo que era como una
cuestión móvil), que se da la vuelta y te preguntaban qué opinaba, qué
decía, que esto y lo otro, entonces esa gente me entrevistaron,
inmediatamente salí al aire como un extra, entonces ellos me pidieron
qué yo pensaba, que me decía y yo le dije que lo primero que le pedía al
Ministro de Relaciones Interiores era que me garantizara mi vida, porque
antes de ir a Rabio Rumbos, habíamos mi mamá y yo hablado con el
Fiscal General de la República, no te puedo decir quién era ese señor,
pero era un viejo verde ¿no? entonces cuando llegué allá, el señor no
hallaba donde ponerme y me apretaba las piernas y con aquella cosa, y le
decía a mi mamá que tenía una hija muy valiente, ah, no recuerdo como
se llamaba el muérgano ese, de esa vez, que quisiera acordarme, pero no
me acuerdo y que la única forma de arreglarme el problema era hablando
con el Jefe de Capturas de la Digepol; él habló con el jefe de Capturas de
la Digepol ¿no? y le dije que qué pasaba conmigo, que estaba un familiar
mío, que estaba muy asustada por la situación que yo estaba viviendo.

P.- ¿Quién era el Fiscal General de la Nación?

R.- Ajá, ese señor le dice a Patiño, que el Patiño parece que le pregunta a
él que qué donde estoy, que si él sabía donde estaba, entonces él le dice
ahí, delante de nosotras por supuesto, cómo te voy a decir dónde esta esa
muchacha, para que la vayas a matar y yo vaya a cargar con esa culpa,
¿no?, no, yo no. Trancaron el teléfono y eso, entonces él me dijo que
garantizaba la vida siempre que yo me quedara ahí, entonces yo
dije: -mire, yo primero me hace daño el aire acondicionado, y segundo yo
no puedo estar encerrada, yo no sé como duré tantos años encerrada en el
San Carlos, así que vámonos mamá-, buenos días y tal y nos fuimos de
ahí, de ahí fue que fuimos a parar a conseguir la entrevista con Noti
Rumbos, entonces yo le pedí al Ministro públicamente, por Radio que me
garantizara mi vida y que bueno yo necesitaba salir a trabajar, tener de
qué vivir, porque yo no tenía de qué vivir, mi mamá tenía unos cuatro
trastes en la casa y vendía y eso y mi papá no podía con to’ los
muchachos que tenía, mucho menos estarme manteniendo a mi ¿si?

P.- ¿Negra se arregla tu situación definitivamente cuando asume el


poder el Presidente Caldera en su primer gobierno?
R.- Bueno, sí, él asume su primer gobierno, bueno me dan ya libertad
plena, creo que yo terminé la sentencia en el 72, algo así, porque para
cualquier cosa yo tenía que notificarlo al Ministerio, pues.

P.- ¿Bueno, Negra y cuándo comienzas a trabajar?

R.- Bueno, chico, mira, aparte de eso, yo había comenzado a trabajar, yo


comencé a vender helados de esos que le dicen polo, que los vendían en
vasitos así, como todavía estaba medio joven, las fábricas de helado le
metían a uno una gorra roja, una fardita cortica plisadas roja y tal y
me paraba en una esquina, -por cierto, yo llegué ahí y llegaron a
encontrarme los muchachos, Gallinazo y otros muchachos- en toda la
puerta de la Identificación, vendiendo helados ahí, ahí trabajé unos meses
con esa gente; pero ellos estaban acostumbrados a explotar muchachitas
jóvenes, que se gastaban los reales en dulcitos y cosas, es decir, que no
necesitaban trabajar, bueno yo necesitaba trabajar porque yo vivía muy
en vivo como era la situación de mi casa y eso y necesitaba ayudar a mi
familia a eso. Bueno pues, empecé a trabajar en el mercado, ya no me
resultaban los helados esos, cada vez que iba a sacarla le pagaban a uno
el diez ¿no? más las comisiones y te enseñaban cómo tú robar a la gente
que tenías que apretar el vasito más acá para que le cayera menos
“helao”, entonces eso que supuestamente iba dejando era el porcentaje
para ti y cada vez que ibas a cobrar... una vez le tiré todos los papeles al
tipo allá y los tobos y me fui, entonces empecé a trabajá con un señor
vendiendo frutas y eso en el Mercado pero siempre haciendo las
diligencias de mi trabajo ¿si?

P.- Tengo entendido que después trabajas en la Universidad, no sé si en


la Escuela de Nutrición, en la de Dietética o en Bioanálisis no sé...

R.- Bueno, sí, trabajé como camarera en una clínica, -Clínica Rossevelt-
por algún tiempo, pero yo estaba haciendo la solicitud de mi trabajo en la
Universidad y entonces me consiguieron ayuda, ahí en Medicina, para ir
metiendo los papeles y eso y cuando me llamaron todavía trabajaba en la
clínica, entonces pasé a trabajar en el Instituto Anatómico, primero ahí
trabajé unos cinco meses, sin sueldo y sin saber si iba a cobrar ni nada,
porque una noche, un domingo me acosté cuando me llega mi mamá a la
cama, llamándome, me despertó ¿qué pasó mamá? !Ay mija allanaron la
Universidad, acaban de dar un extra!, no sé que, yo no tenía sino la
tarjetica esa donde marcaba el reloj y la carta que me habían dado para
empezar a trabajar. Así que fue el 10 de Octubre del 70, imagínate,
entonces, el 10 de Octubre del 71. Bueno, y perdí esos meses, así que
estuvo allanada la Universidad más lo que yo había trabajado, esos los
perdí, entonces tuve que buscar otro trabajo y después fue que pude
conseguir el trabajo en la Universidad.

P.- ¿Qué piensas de la Venezuela de hoy?

R.- Bueno chico, yo pienso que la Venezuela de hoy no es como cuando


yo tenía 22 años, porque entonces estaba marcada por la lucha armada o
un cambio social en este país, aunque después dijeron que no, que había
que retroceder.., bueno, mira, ahorita no te digo yo un cambio social, esta
Venezuela cada día se va pico abajo de vergüenza, de verdad, aquí hablan
de otros países que se están muriendo de hambre, que y que son
dictaduras ¿pero aquí qué tenemos?, nada menos ayer estaba viendo ahí,
que nos van a subir el derecho de frente, tú te imaginas de Bs. 5.000 el
derecho de frente, que esta zona merezca que uno pague Bs. 5.000 por
derecho de frente. No, chico, los vivos van de mal en peor, por eso es
que aquí no sé qué va a ser de nosotros, todo sube, no hay medicinas.
Los pobres ancianos, tú sabes el dolor que da ver a un poco de jubilados
bajo un palo de agua enfrente de Miraflores pidiendo que le paguen su
pensión, chico, entonces en este país hay algo que habrá que hacer, o
cambia el gobierno la forma de ser, o quién sabe qué es lo que va a ser.

P.- Bueno, Negra, no me queda más que darte las gracias en este rescate
de una memoria que se quiere perder porque nosotros, que ya andamos
en los 50 para arriba parece que a veces se nos pierde la memoria, que
no se pierda Negra, muchas gracias.

R.- Bueno, yo también te doy las gracias espero que te sirva la entrevista
que has sostenido conmigo, gracias por todo; que así sea.
COMANDANTE
BAUDILIO LOYO

Nació en Santa Cruz de Bucaral en 1934, estudió primaria en la


escuela del pueblo, bachillerato en el Liceo Lisandro Alvarado de
Barquisimeto, el Simón Bolívar de San Cristóbal y el Liceo Libertador
de Mérida. Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela
y en la Universidad Santa María. Participa en las luchas estudiantiles
contra Pérez Jiménez. Es detenido en 1957 por la Seguridad Nacional
y recluido en la cárcel de El Obispo; el 27 de Diciembre de ese
mismo año es liberado. Fundador del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria y uno de los iniciadores de la lucha armada en
Venezuela en los años 60. Es el encargado de la fuga de Domingo
Urbina y quien posteriormente lo traslada a las montañas de Falcón.
Permanece hasta el año 65 en dichas montañas. El MIR lo envía a
Cuba a recibir entrenamiento; regresa en 1967. Es detenido con
papeles falsos, el aparato represivo no lo identifica, es enviado a la
cárcel Modelo de Caracas y sale en libertad a finales del Gobierno de
Leoni. Actualmente tiene une bodeguita con la que ha levantado y
educado a sus hijos.
NOS DERROTARON PERO LOS VENCEDORES
ACABARON CON ESTE PAÍS, LO ARRUINARON, LO
EMPOBRECIERON Y LO DEGRADARON

CONVERSATORIO CON BAUDILIO LOYO

P.- Baudilio, estoy haciendo un trabajo que se llama “Para que la


memoria no se pierda”. Es la memoria de los guerrilleros del frente
“José Leonardo Chirino”. Hasta ahora he entrevistado de la guerrilla
urbana a Noel Sirit, a Nicolás Jiménez, a Francisco Perozo, y de la
guerrilla rural a Jesús Díaz Suárez y a Onésimo Medina -El Negro
Medina-. Entre mis planes está entrevistar al Gallinazo -Ramón
Martínez-; al Catire, Carlos Portillo Pirela. Me gustaría conseguir al
Pichón Iturbe, a los hermanos Bustillos, Jesús y Amado Bustillos; a
Magoya, a la Negra Aurora. Alirio Chirinos no quiso darme una
entrevista, a pesar de que estuvimos tres días en la playa y hablamos de
lo divino y de lo humano y me dijo: -Blas, mándame las preguntas por
escrito-. Bueno, pero no puedo pelear con J.J. Lo que si estoy tentado es
de hacerle una entrevista imaginaria. Tú eres un revolucionario de vieja
data. Tengo entendido que estuviste preso cuando Pérez Jiménez. ¿Es
cierto eso?

R.- Sí, en la época de Pérez Jiménez, siendo estudiante, me hicieron


preso en la placita de la Universidad Santa María donde también
estudiaba Douglas Bravo, éramos compañeros de aula, precisamente.

P.- ¿En qué año fue eso Baudilio?

R.- Fue en el 57.

P.- ¿Te agarran allí en la placita de la Universidad Santa María?

R.- Si, precisamente, allí me agarran y por poco también agarran a


Douglas que no se dio cuenta que yo estaba siendo detenido por la
Seguridad Nacional y él vino a saludarme y para evitar que lo fueran a
detener también me monté inmediatamente en la patrulla de la Seguridad
Nacional.

P.- ¿Cuánto tiempo estuviste preso Baudilio y en qué sitio?

R.- Salí, salí el 27 de Diciembre y estuve preso en la Cárcel de El Obispo.

P.- ¿Te torturaron en la Seguridad Nacional?

R.- Me dieron unos coñazos porque a todo el mundo le daban sus


coñazos en la Seguridad Nacional; torturas fueron las que le hicieron a
José Vicente Abreu, a Salom Meza Espinoza y a Héctor Mujica porque
mucho es el guasinero que cantó hasta la Traviatta.

P.- ¿De ahí al Obispo?

R.- Al Obispo, salgo el 27 de Diciembre y me integro al movimiento


contra Pérez Jiménez, dirigido por la Junta Patriótica. Por cierto, que
Douglas Bravo me fue a buscar y me dijo que los días de Pérez Jiménez
estaban contados. Douglas en esas cosas sabe mucho porque él tiene
amigos en todas partes.

P.- ¿Dónde militabas, en el Partido Comunista o en Acción


Democrática?

R.- Bueno, a mí me ficharon como adeco en la Seguridad Nacional, pero


en realidad mi actividad era en la Universidad, en el movimiento
estudiantil que luchaba contra Pérez Jiménez.

P.- Bueno, Ezequiel, cae Pérez Jiménez. ¿Qué significó para ti la caída
de Pérez Jiménez?

R.- Mira, Pérez Baldayo, la caída de Pérez Jiménez significó la esperanza


para que este país lograra una sociedad más justa, unos objetivos más
positivos, un camino hacia la redención del pueblo venezolano, pero,
rápidamente con el transcurrir del sistema democrático nos dimos cuenta
de que no era lo que deseábamos, lo que habíamos soñado cuando
luchábamos contra Pérez Jiménez.

P.- Bueno, Baudilio, cae Pérez Jiménez y comienza una gran borrachera
democrática, grandes manifestaciones, las muchedumbres y las
multitudes en las calles y la burguesía en Miraflores. Qué opinas tú de
esto?

R.- Precisamente, es bueno hacer una observación; cuando estaba en su


apogeo la dictadura de Pérez Jiménez quienes luchamos contra ella
éramos muy pocos; había mucho miedo, la gente tenía miedo de verdad y
a los que luchábamos contra la dictadura nos veían como a unos
lazarientos, como a unos leprosos. Los luchadores contra Pérez Jiménez
en este país éramos poquitos, pocos. La gente tenía miedo porque la
Seguridad Nacional era un cuerpo represivo bien arrecho y las torturas
eran torturas. Nadie quería que se le señalaran como militante de Acción
Democrática y menos del Partido Comunista, eso de la resistencia es puro
cuento. Los dirigentes adecos se fueron al exilio, aquí se quedaron
Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevalli y Antonio Pinto Salinas y los
matan; es cierto que hay muchos adecos en las cárceles, pero es la gente
del pueblo. Los obreros, los campesinos y los estudiantes que siempre
están en la vanguardia de las luchas. Aquí hay hombres como Simón
Sáez Mérida que sí se queda, porque es un hombre muy arrecho, pero
además de arrecho el Cabezón Simón es un hombre inteligente y él es
quien entiende que para tumbar a Pérez Jiménez es necesario unirse con
los comunistas, unirse con los copeyanos, con los urredeistas, con el
arzobispo, con los curas y con los sectores de avanzada de las Fuerzas
Armadas. Esos que se quedaron aquí tenían claro que había que tumbar a
Pérez Jiménez, pero después los que estaban afuera los desplazaron; igual
pasó con la burguesía, busca los periódicos pa’ que veas a toda la
burguesía de Caracas jalándole bolas a Pérez Jiménez, busca los
periódicos pa’ que veas. Cuando tumbamos a Pérez Jiménez, nosotros
estábamos en la calle y ellos en Miraflores.

P.- Pero Ezequiel, tú tenías muchas esperanzas en la democracia.


R.- Tenía, como teníamos todos y en realidad en estas expectativas cayó
hasta el Partido Comunista, un partido con una larga tradición de lucha
que se había embraguetado contra la dictadura de Pérez Jiménez con
cientos de sus militantes presos, que Pompeyo Márquez y Guillermo
García Ponce eran una leyenda con una organización y una capacidad de
movilización muy grande. Fíjate, Pérez Baldayo cuando se alza Moncada
Vidal el 7 de Septiembre del 58, lo derrotamos con el pueblo en armas,
esa vaina fue así, ¡no joda!, porque fue Gustavo Machado con esa cara de
santurrón el que dio la orden de armar al pueblo y ¡coño, no joda!, porque
el pueblo en armas derrota a cualquier ejército y era un pueblo en armas
con el apoyo de los sectores más radicales de las Fuerzas Armadas y
nosotros en vez de impulsar ese proceso, en vez de mandar a los
campesinos a tomar las tierras, en vez de mandar a los obreros a tomar las
fábricas, en vez de sacar al pueblo a la calle. ¿Qué hacemos? Coño!,
desmovilizamos la gente y qué hacen Rómulo Betancourt, Rafael Caldera
y Jóvito Villalba, nos dan una patada por el culo, por el propio culo y se
apoderan de este país y lo vuelven una mierda y lo saquean y lo
empobrecen.

P.- Baudilio, ¿qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Bueno, la Revolución Cubana es una de las grandes revoluciones


americanas porque no te olvides que antes, a comienzo de siglo, los pata
en el suelo, los sin tierra, los que no tenían nada se lanzan al combate
dirigido por Emiliano Zapata y por Pancho Villa. Y México se convierte
en un polvorín y miles y miles de hombres se lanzan al combate, pero es
una lucha por la tierra y por la igualdad, es la lucha de los indios, coño,
de los mestizos, de los explotados que tenían cuatro siglos o más desde
que llegó el hijo e’puta de Cortés, grandísimo hijo de reputa, porque no
hay otra palabra y acaba con esa civilización tan brillante como lo fue la
civilización de los aztecas. Que después muere Zapata y matan a Villa y
aparece ese monstruo que llaman el PRI, esa es otra vaina. Y la
Revolución Boliviana en 1952, cuando los mineros con esos chopos
viejos y esos tacos de dinamita derrotan al ejército, a un ejército
profesional que había causado tantos muertos y había realizado tantas
masacres contra el pueblo boliviano. Por eso la Revolución Cubana no es
más que la continuación de las luchas de los pueblos y de las naciones de
América, en la búsqueda de su definitiva independencia El Che, Fidel
Castro, Píñeiro, Tomás Sevich, el Capitán San Luis son los herederos de
los soldados que se fueron con Bolívar, con Sucre, con Páez, con Jacinto
Lara pensando en una América libre y soberana

P.- Oye. Baudilio, tú eres uno de los iniciadores de la lucha armada en


Venezuela. Yo creo que ustedes se adelantaron al Partido Comunista y al
MIR; creo que tenían un grupo de revolucionarios no se cómo se
llamaba, creo que era el Triangulo Negro, creo que allí estaban contigo
los hermanos Salazar Leopoldo y sus hermanos.

R.- Bueno, el Triángulo Negro, era uno de los grupos que existían, pero
el grupo que tú mencionas, ese grupo de los hermanos Salazar se llamaba
el Direven -Directorio Revolucionario Venezolano-. Era un grupo de
hombres y mujeres que había estado en Cuba, recibiendo entrenamiento.
Regresaron a Venezuela y quisieron repetir aquí la experiencia cubana,
pero no tuvieron mucho éxito, fueron infiltrados y golpeados por los
cuerpos de seguridad.

P.- Oye, Baudilio, háblanos un poco de esos grupos precursores de la


lucha armada en Venezuela.

R.- Mira, Pérez Baldayo, escúchame lo siguiente, porque es algo que muy
poca gente lo sabe en este país, porque lo han querido ocultar. El
movimiento armado en Venezuela, en gran medida, es el producto de los
grupos que estaban descontentos tanto en el Partido Comunista como en
el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Estos grupos son los que
inician los preparativos para impulsar la lucha armada y es entonces
cuando las direcciones del MIR y del Partido Comunista deciden lanzarse
a la toma del poder.

P.- Baudilio, cuéntanos tu experiencia como precursor de la lucha


guerrillera en Venezuela.
R.- Nuestra actividad en función de la lucha armada comienza con una
serie de exploraciones en las montañas de Falcón, éramos un grupo muy
pequeño, no teníamos nombre. Primero iniciamos las exploraciones en la
Sierra de San Luis y luego nos pasamos a las montañas de Santa Cruz de
Bucaral, región que conocía muy bien, pues, esas montañas las conozco
desde niño cuando iba con mis padres y mis primos de cacería o a las
haciendas de los amigos de mis padres. Empezamos las exploraciones en
la Sierra de San Luis, te estoy hablando del año 59. Hicimos esas
operaciones desarmados, llevaríamos algunas escopetas para cazar pero
no llevábamos armas de guerra. Estando en estos menesteres me consigo
con Douglas Bravo y con Raúl Henriquez, tú sabes que Douglas Bravo es
mi primo hermano y mi padre fallecido por cierto, a quien tú conociste
mucho, era amigo entrañable de Nachito Bravo el papá de Douglas.
Douglas me dice: “primo, nosotros tenemos un plan estratégico para esta
zona, estamos realizando un trabajo muy fino, muy paciente, en tal parte
está Peche; en la otra Mariñito”. En verdad, el trabajo que venían
realizando Douglas y el Partido Comunista en la zona era un trabajo muy
cuidadoso. Me marché de allí y seguí las exploraciones en las montañas
de Churuguara y de Santa Cruz de Bucaral.

P.- ¿Cuándo te incorporas a la actividad guerrillera en las montañas de


Santa Cruz de Bucaral?

R.- Posteriormente nos instalamos; éramos un grupo muy pequeño en esa


zona y es cuando me traigo a Domingo Urbina.

P.- ¿A Domingo Urbina?

R.- Sí, a Domingo Urbina. Yo fui a la Cárcel Modelo donde estaba


recluido desde hacía muchos años, porque él había participado en el
asesinato del comandante Carlos Delgado Chalbaud. Fui a hablar con él
con la idea de que se incorporara a la actividad guerrillera en las
montañas de Falcón; pues había una experiencia de la actividad
guerrillera desarrollada en esas tierras por Rafael Simón Urbina, -Rafay
Simón- como decimos los corianos, quien se había alzado hacía muchos
años en la época de Gómez.
P.- Baudilio, ¿de dónde era Domingo Urbina?

R.- Domingo Urbina era nativo de Río Negro o de Caicara del Orinoco,
no sé exactamente, pero era de uno de esos dos pueblos. Su padre Angel
Urbina sí era coriano y se había ido a vivir en esa zona, allí se amancebó
con una india y tuvo a Domingo, nosotros le llamábamos el Indio.
Domingo Urbina era primo lejano de Rafay Simón. Cuando Domingo se
incorpora a la guerrilla estaba rico, porque él controlaba el cafetín de la
Cárcel Modelo y ese era un gran negocio en esa época.

P.- Bueno, ¿y de quién es la idea de incorporar a Domingo a la


guerrilla?

R.- Bueno, por el antecedente de la actividad guerrillera de Rafay Simón,


cuando se levantó contra Gómez, era una leyenda que permanecía en la
memoria de la gente de la Sierra y de las montañas de Falcón, incluso la
gente sostenía que Rafay Simón no había muerto, que eso era mentira,
que esa fue una maniobra de Pérez Jiménez, que Rafay Simón se volvía
zorro, hormiga, gavilán y mapanare y los campesinos decían que a veces
lo encontraban en las cuevas y en los haitones. Por eso nosotros
decidimos incorporar a Domingo Urbina a la guerrilla. Hoy pienso que si
era para explotar el prestigio de Rafay Simón. ¡Coño, no joda! porque si
era para recoger la herencia de Rafay Simón, hubiéramos enguerrillado a
Caraquita, a Caraquita Urbina, a Cheché Urbina que es un hombre culto,
inteligente y con las bolas más grandes que una gandola.

P.- Oye, Baudilio, ¿en qué fecha subes a Domingo a la montaña?

R.- No te podría precisar exactamente, pero fue entre el 61 y el 62.


Nosotros fugamos a Domingo de la Cárcel Modelo; mentira, de la Cárcel
Modelo no, Domingo tenía tanto tiempo preso y era lo que se llama un
preso de confianza, tenía por Catia, por allá por Gato Negro, una
mujercita y él se iba los viernes en la noche y regresaba los domingos,
porque él estaba muy encuerao con esa mujer. Un día lo fuimos a visitar a
la cárcel y le dijimos -Domingo, ya está la cosa lista-; salió de la cárcel,
lo montamos en un carro y fuimos a parar a Lara. No se dan cuenta sino
es el lunes, porque Domingo no regresó el día que le tocaba. Así que el
que te diga que Domingo Urbina se fugó de la Modelo, es un gran
mentiroso.

P.- ¿Y dónde se enconchan?

R.- Nos enconchamos en los pueblitos cercanos a Barquisimeto, allí nos


dieron cobertura y después de estar un tiempo en esa zona, decidimos
trasladarnos a Falcón.

P.- Oye, Baudilio, cuando iban subiendo hacia las montañas de Santa
Cruz de Bucaral tienen un encuentro con la policía. ¿Cómo fue eso?

R.- Te voy a contar cómo fue eso: cuando estábamos en esos pueblitos
nos fue a visitar Caraquita Urbina, quien nos ofreció hombres, armas y
dinero; es entonces cuando decido trasladar a Domingo a las montañas de
Santa Cruz de Bucaral. Íbamos en un jeep y después de pasar por Santa
Cruz, nos encontrarnos una alcabala móvil de la policía y nos entramos a
tiros; yo no sé cómo no nos mataron, fue una tirazón cerrada, pero como
era de noche nos escabullimos y nos escapamos. El jeep donde íbamos
quedó destrozado porque el tiroteo fue muy cerrado. Nos escapamos
echando tiros, Domingo cogió por un lado y yo tomé por el otro. A los
dos o tres días nos volvimos a encontrar.

P.- ¿Allí es cuando comienza realmente la actividad guerrillera?

R.- Sí. Después de este episodio que te estoy contando, nos tiran el
primer cerco con un despliegue numeroso de tropas y de miembros de la
policía y de la Digepol. Nosotros éramos un grupo muy pequeño, éramos
entre ocho y diez hombres. Eludimos el cerco y penetramos en lo más
profundo de la montaña.

P.- Bueno, Baudilio, ¿después qué hacen?

R.- Bueno, al principio éramos cinco, después fuimos creciendo poco a


poco. Nos llegaron tres muchachos de Caracas, entre ellos Gilberto
Valera Mora, el hermano del Chino y de Rosario; él era un estudiante
avanzado de medicina y su estadía nos fue de gran ayuda.

P.- Oye, Baudilio, ¿se incorporan algunos campesinos?

R.- Como no, se incorporan algunos campesinos de la zona y las familias


campesinas nos ayudan mucho desde el punto de vista logístico y de la
información sin esa ayuda no hubiera sido posible nuestra supervivencia.

P.- ¿Cómo se llamaba ese grupo?

R.- No, no tiene nombre. No es ni siquiera el Ezequiel Zamora,


podríamos decir que es la génesis de lo que después será el Ezequiel
Zamora. Después le puse el nombre de Ezequiel Zamora, después del
primer cerco.

P.- Oye, Baudilio, ¿y dónde está Domingo Urbina?

R.- A Domingo Urbina lo teníamos enconchado en Barquisimeto, en la


casa de unos compañeros del MIR y posteriormente lo llevamos de nuevo
a la montaña.

P.- Baudilio, ¿a qué se dedicaban ustedes mientras tanto?

R.- Tú sabes que en ese primer momento, nuestras actividades eran de


exploración y de entrenamiento.

P.- Oye, Baudilio, a partir del año 62 y sobre todo en el 63 y en el 64, el


Partido Comunista y el MIR deciden reforzar el Frente Sur pero ya
Domingo no estaba. Como afirmación de lo antes dicho te diré que
Alejandro Mariño Suzzarini fue trasladado hacia esa zona y ello
significó un avance muy importante porque Alejandro es un guerrero; en
enero del 64 el MIR envía un grupo importante de hombres. Te
mencionaré algunos de ellos, unos vivos y otros muertos: a José
Mendoza, a Carlos Portillo Pirela, a Gustavo Aranda, a Guillermo Laap,
a Ramón Ventura Timaure, al campeón González, a Juan Arnáez y a mi.
Posteriormente en Octubre o Noviembre de ese año, llega Lino Martínez,
un cuadro de una gran experiencia política y militar y para nosotros la
llegada de Lino fue de una gran ayuda, porque Lino es un hombre de una
gran condición humana.

R.- Sí, pero antes déjame contarte algo: sobre Domingo Urbina se tejió
una leyenda, Domingo nunca sirvió para nada, ese fue un mito. Domingo
se constituyó en un obstáculo para el desarrollo de la guerrilla en el sur
de Falcón. Es cierto que el Partido Comunista envía a Mariñito y
anteriormente había enviado al Cabito Julio Chirinos y a mi primo
hermano Alirio Chirinos. Pero la construcción en serio del frente sur es a
finales del 63 y comienzo del 64, cuando comienzan a llegar los recursos
enviados por el Partido Comunista y por el MIR. Empezamos a movernos
en una amplia zona entre Falcón, Lara y Yaracuy; tendría muchas cosas
que decirte, muchas de ellas tú las sabes.

P.- Oye, Baudilio, había un guerrillero campesino llamado Félix Adam,


quien posteriormente muere por los lados de La Danta o de La Taza,
háblanos de ese hombre.

R.- Félix Adam fue un guerrillero que anduvo mucho tiempo con
nosotros; incluso una vez lo enviamos a Iracara y participa en el combate
de La Vega. Él era un gran conocedor de la zona, la conocía como la
palma de la mano y lo mata el Ejército justamente por las imprudencias
de Domingo Urbina y por las violaciones constantes de las medidas de
seguridad. Con la muerte de Félix perdimos uno de nuestros mejores
hombres, quien se nos había incorporado desde los primeros días de
nuestras actividades.

P.- Oye, Baudilio, ¿cuánto tiempo permanece Domingo en la guerrilla?

R.- Mira, Pérez Baldayo, tú sabes y lo sabes muy bien que Domingo fue
un obstáculo y una carga para el desarrollo de la guerrilla en esa zona,
Domingo no tenía idea de lo que era la guerra revolucionaria, él lo que
hizo fue dilapidar los recursos hasta que finalmente llega a acuerdos con
el gobierno y lo sacan primero para Colombia y después para España. Al
final de su vida terminará siendo agente de la DIM y se dedicó a reprimir
a los campesinos con la sola finalidad de despojarlos de sus tierras.
Domingo fue un vagabundo y un gran sinverguenza.

P.- Oye, Baudilio, hablemos de otra cosa. Hablemos de los muertos, de


los combatientes miristas y comunistas muertos en el frente sur.

R.- Mira, como tú sabes allí murieron José Luis Otamendi, un muchacho
estudiante de Ingeniería quien había estudiado en España, murió Félix
Adam que era un campesino y un guerrillero a quien la gente quería
mucho, murió Gustavo Aranda en un combate allí en el norte de Lara, él
había sido grumete y se alzó en El Porteñazo; creo que estuvo en el
destructor Zulia con los Picardi Román y después del Porteñazo, mucho
después ingresa a la guerrilla del frente sur; también murieron Reinaldo
Astudillos, “Jaime” y Vladimir Reyes quien era hermano de Raquel
Reyes, una importante dirigente del Partido Comunista. Por cierto, que a
ella le matan a su hijo Fedor en las montañas de Iracara, también mueren
dos combatientes miristas excepcionales Ramón Ventura Timaure, quien
era maracucho o de Cabimas, no sé exactamente, quien había sido
guerrillero urbano del Zulia y un combatiente mirista también maracucho
a quien nosotros llamábamos el Campeón González o el Gordo Gabriel.

P.- Mira, Baudilio, ¿cuánto tiempo permaneces en la guerrilla?

R.- Hasta comienzos del 65, recuerda que una parte de la guerrilla llegó
hasta Yaracuy y uno de nuestros destacamentos por violación de las
medidas de seguridad fue golpeado duramente y allí fue cuando mataron
a Jaime, a Vladimir, a Ventura Timaure y al Campeón González, El
Catire Portillo Pirela, el Negro Palacios y José Mendoza te pueden contar
mejor cómo y por qué mataron a estos compañeros, porque ellos
estuvieron allí cuando mataron a los muchachos. Como te dije a
comienzos del 65 bajé con un grupo de compañeros.

P.- Baudilio, ¿y no viajas al exterior?

R.- Sí, viajo a Cuba y permanezco allí durante un año, después ingreso
clandestino a Venezuela pero aquí estaba planteada una gran polémica y
el Partido Comunista había decidido replegarse y poner punto final a la
lucha armada.

P.- Tengo entendido que caíste preso. ¿Cómo fue tu caída?

R.- Sí, caigo preso en el 68, acuérdate que primero estuve en Mérida, por
cierto tú te encargaste y el MIR de Mérida de mi seguridad, quiero
agradecer a las familias que me brindaron su apoyo en esa época. De allí
me traslado a Caracas y me hacen preso porque me confunden con un
ladrón de apartamentos, pero cargaba papeles falsos y sin embargo me
abren un expediente y me mandan a la cárcel. Salgo en libertad a finales
del gobierno de Leoni, pero el enemigo no se entera que me tenían en la
cárcel.

P.- Oye, Baudilio, ¿fue justo haber empuñado las armas?

R.- Bueno, mira, Pérez Baldayo, había razones para empuñar las armas,
fue justo, si no la empuñamos nosotros, otros las hubieran empuñado. La
historia nos ha dado la razón nos derrotaron pero los vencedores acabaron
con este país, lo arruinaron, lo empobrecieron y lo degradaron.

P.- Bueno Baudilio, no me queda más que darte las gracias y que la
memoria no se pierda!

R.- Y bueno... así será pues.


ONÉSIMO MEDINA (EL NEGRO)

Nace en Las Macanillas, Sierra de Coro, en 1932. Ingresa al Partido


Comunista después de la caída de Pérez Jiménez. Al iniciarse los
preparativos de la lucha armada cumple tareas importantes en la
ubicación de sitios estratégicos del armamento de la guerrilla. A
mediadas del 63 ingresa a la guerrilla rural del José Leonardo y será
uno de los comandantes más destacados del frente. En 1966 es
detenido producto de una delación y permanece detenido varios años
en el San Carlos y la isla de Tacarigua. Finalmente es confinado en la
Isla de Coche y amnistiado durante el primer gobierno del Presidente
Caldera. En la actualidad vive en la Sierra de Coro, trabaja de
mecánico, tiene veintidós hijos y muchísimos nietos.
YO IBA A LUCHAR POR LA LIBERACIÓN DE MIS
CAMPESINOS

CONVERSATORIO CON ONÉSIMO MEDINA (EL NEGRO)

P.- Estoy haciendo un trabajo que se llama: Para que la memoria no se


pierda. Estamos entrevistando a algunos guerrilleros de los años sesenta,
del Frente “José Leonardo Chirino”, principalmente a los combatientes,
ya le hice una entrevista a Jesús Díaz Suárez (el Gordo “Cuchú”), una a
Noel Sirit, que fue guerrillero urbano, le hice una entrevista a Nicolás
Jiménez, que estuvo en la fábrica de explosivos, allá en Paraguaná y
entre mis proyectos está entrevistarte a ti, al Pichón Iturbe, Alirio
Chirinos, Raúl Chirinos, a un guerrillero de la Costa llamado Eduardo,
a Baudilio Loyo, Aura Díaz, la hermana de Cuchú, no quiso que la
entrevistara.

R.- No quiso saber un coño.

P.- No, no, es que tú sabes cómo es Aura, voy a entrevistar en Paraguaná
a Francisco Perozo de la guerrilla urbana y a Pichirilo, en eso ando. Te
quiero hacer una primera pregunta. ¿Cómo ingresaste al movimiento
revolucionario de los años 60?

R.- Bueno, yo ingresé, me leí un folletico, el primer folletico que leí de


Guillermo García Ponce del Partido Comunista. De ahí sentí pues, es
decir, que vi que en ese momento para nosotros, el campesino, era la
única salida que había, todo lo que por esos meses planteaba García
Ponce, con respecto a lo que era el Movimiento Comunista, que por
cierto, se ha dado una mala interpretación porque ser comunista es algo
bastante grande. La gente cree que son come niños.

P.- Pero, tú no eres de los campesinos pobres de la Sierra, tú eras un


campesino más o menos medio acomodado.
R.- No, al contrario, mi papá poseía unas tierras, unas tierras llanas,
pobres, unas tierras muy fértiles, que jamás se cultivaban, aquí lo único
que se sembraba en esas tierras era caña.

P.- ¿La caña?

R.- La caña, pero la panela te valía 25 ó 30 bolívares una carga.

P.- ¿Una carga? pero Negro, entonces lees el folleto de García Ponce.
¿Te acuerdas cómo se llamaba?

R.- No me recuerdo, pero... mis primeros pasos fueron, cuando cae Pérez
Jiménez, sin saber absolutamente nada de política, me incliné por Acción
Democrática porque yo pensé que Acción Democrática era algo muy
diferente a como después se manifestó, ahí milité un mes.

P.- ¿En Acción Democrática? ¿Y te saliste?

R.- En el acto, yo agarré ese folleto y me lo leí.

P.- ¿Y con quién haces contacto entonces, Negro?

R.- Hago contacto con Alejandro Sandoval.

P.- ¡Alejandro Sandoval! ¿Y quién era ese?

R.- Alejandro Sandoval, ya muerto hoy en día, entonces él nos prestó el


libro ese La Historia del Partido Comunista, hasta me leí una parte, pues,
es un libro muy grueso. ¡Muy grande pues! y ahí comencé yo a militar
directamente en la Juventud del Partido Comunista.

P.- ¿Y no conociste a un viejo extraordinario llamado Raúl Henríquez


que después lo matan?

R.- ¡Como no! Sí lo conocí, ya cuando se estaban dando los primeros


pasos para el movimiento armado. Conocí a Raúl Henríquez.
P.- ¿De esos viejos militantes comunistas? ¿A quién conociste?

R.- A uno muy viejo -conocí a Chemo Chirino, de Curimagua, de los


fundadores del Partido Comunista en Falcón. Ese sí era un tronco de
hombre y bien arrecho.

P.- Ingresas a la Juventud Comunista, porque tú tienes tu hermano,


Chindo, que era de la Juventud Comunista.

R.- Ajá, pero él va detrás de mí. Yo soy el primerito que da el primer


paso, después va Chindo, sí, va mi hermano, o sea, ya estoy en el
movimiento armado, si va mi hermano Helímenas, Humberto Medina que
fue un bastión grandísimo ahora está en España. Mi hermano el menor, él
era el correaje, ya, pero eso fue un proceso ya más eso es un salto que
hubo.

P.- Ese es un proceso que hubo del 58 al 62, son 4 años, ¡verdad!. ¿Y das
un salto muy grande en tu vida?

R.- ¡Grandísimo!, aquí por lo menos captamos mucha gente ¿no? sobre
todo la gente de mi época. Sí, sobre todo a la gente de mi época. Fue el
compadre Ibrahím Sandoval, que fue un hombre que tampoco nadie lo
mienta a estas alturas y fue un hombre tan valioso en el movimiento; él
militó, fue militante del Partido Comunista. También, Rafael Suárez, esa
gente dio un gran aporte a esto, pero nadie los menciona.

P.- ¿Tú te acuerdas del 23 de Enero? ¿Qué significó para ti?

R.- El 23 de Enero, la caída de Pérez Jiménez, bueno, te repito, para mí


en esos momentos yo estaba fuera, yo no entendía absolutamente nada de
política y lo vi como pasan las cosas normal en este país, nada, pero a
partir, ¿qué te diría yo?, empezó el Partido Comunista a movilizarse, a
regar, a hacer propaganda y ahí fue donde me inscribo.

P.- ¿Y te acuerdas de algunos dirigentes comunistas de esa época?


R.- Sobre todo los de aquí, por lo menos de aquí, que estaba éste, para
nosotros el único que se mantuvo en constante contacto con nosotros aquí
en la Sierra, fue Alejandro Sandoval.

P.- ¿Alejandro Sandoval?

R.- Alejandro Sandoval fue, pues, el bastión, pues. El organizador; a ese


hombre se le debía todo, ese hombre incluso pasó armamento, pasó
compañeros pa’cá. Él está muerto. Él era de aquí de esta Sierra, de aquí
donde llaman Los Peladeros. Ajá, yo conocí al viejito Ollarve de la Calle
Federación, uno de los fundadores del Partido Comunista.

P.- ¿El viejito Ollarves?

R.- El viejito Ollarve, ajaa!

P.- ¿A Cuco el sastre, no lo conociste?

R.- Cómo no chico, hace como 4 o 5 días que lo vi.

P.- ¿Está vivo Cuco?

R.- Está vivo, compadre. Está frente al taller del hijo mío. En el Callejón
Borregales. Tú te acuerdas del Tennis, al Tennis, subes un poquito y te
vas a encontrar con un taller mecánico y en la otra puerta, o sea, la casa
del hijo mío que es taller de herrería, Cuco está viejo, vale. Está lúcido y
la cabeza blanca, blanca.

P.- ¿Negro qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Bueno chico, eso significó mucho, pues, me sentí más inclinado hacia
la militancia del partido; yo principalmente pensaba que de verdad esa
era la solución y yo sigo creyendo que esa es la única vía, no hay, para mí
no hay otra cosa, ahorita que te aparezca que te desplace eso y que te
haga un “planteamiento” como una mejora porque aquí si ha habido
procesos unos detrás de otros, partidos unos atrás de otros, pero no tienen
esa realidad, pues que se le plantea al ser humano, su educación
completa, alimentación, educación, salud, eso sigue mira, cada día peor,
es peor, aparte que al marxismo se le ha echado una capa de concreto
arriba, se trata de taparlo pero esas son grandes verdades que tarde o
temprano bueno, porque luchar con un monstruo como es el poderío
norteamericano, eso es muy duro y lo lamentable aquí, yo lo digo, son los
dirigentes que nosotros hemos tenido, los que han capitaneado los
armamentos, no han tenido la claridad suficiente.

P.- Bueno, negro, fíjate, estamos ya en los años 60-61, se comienza a


hacer los preparativos para la lucha armada en Venezuela. Por aquí
estuvo Alejandro Mariño, el Médico, Mariñito, estuvo en Cabure, la
primera emisora la puso a funcionar él, pero ustedes son los primeros
campesinos que empiezan a meter el armamento.

R.- Yo recibo el armamento de manos de Alejandro Sandoval, yo lo


guardaba.

P.- ¿Estuviste con los fundadores del Frente o ingresaste más tarde?

R.- Ingresé más tarde, o sea, mi primera entrevista con Douglas cuando
ya se estaban dando los primeros pasos aquí en la Sierra de Macuquita
fue acá en la Sabanita. Yo tenía el armamento aquí. El ingreso total del
movimiento a la guerra fue cuando tomamos a Curimagua, que viene
Polito Acosta de la montaña, tenía aproximadamente seis u ocho meses.

P.- ¿Cuándo toman Curimagua, viene Polito Acosta?

R.- Viene Polito Acosta, Baltazar Ojeda Negretti que lo mataron en


Maracaibo, viene con un campesino llamado Matías, de Pueblo Nuevo.
Viene con Fabricio Aristiguieta, el Loco, que llamábamos el Loco
Fabricio que lo matan por allá, por el Carpintero, creo. Estaba yo preso.
En ese momento venía Fabricio, Baltazar, Matías y Polito más nada.

P.- ¿No venían ni Cayo Pérez ni Cayo Martínez?


R.- No, esos no llegaron pa’ esta zona. Ellos estaban por Pueblo Nuevo,
por La Aguada.

P.- ¿Cuéntanos tus experiencias?, ¿experiencias muy ricas?

R.- Yo sigo pensando que nosotros tenemos que buscar la forma, una
forma de lucha para mí será que no se derramara sangre, que nosotros
como pueblo aprendiéramos a conquistar el poder sin derramamiento de
sangre porque sí se puede.

P.- Así hizo Ghandi en la India, Negro.

R.- Ah… bueno.

P.- ¿Pero ¿creó conciencia verdad, Negro?

R.- Creó conciencia, aquí está una cosa muy importante, que los
comandantes de esta cuestión, yo digo, no supieron coordinar este
movimiento, porque la cuestión es hacer un recuento histórico, en eso
pelaron todos lo que eran antes comandantes aquí en este movimiento, el
recuento histórico desde la Independencia, si cada movimiento que se ha
producido, ahí, ha sido beneficioso, aquí han ido al poder una cantidad de
hombres que solemos llamar que serían analfabetos, hombres pobres pero
se convierten en unos dictadores, al agarrar el poder el hombre sufre una
transformación que se olvida del otro hombre, que se olvida de cómo, de
que pertenece a este pueblo y ahí están los grandes fracasos. Yo por lo
menos, yo diría siento mucha decepción por un porcentaje de compañeros
que fueron jefes aquí porque no enfocaron el problema de este pueblo, no
lo enfocaron, es cuando usted lucha con el alma porque a mi nadie me va
a decir que fueron las condiciones que se tomaron. El Che Guevara luchó
con el alma, que lo hayan matao, porque en la lucha usted es factible que
lo mate una mapanare, una culebra de esas, o lo mate una bala o lo mate
una enfermedad que usted agarre en una montaña de esa, pero su espíritu
de lucha, del alma no puede cambiarlo, como yo veo muchos ahí que su
lenguaje son tan diferentes a la que tenían anterior cuando andaban con el
fusil en el lomo, aquí es un pensamiento diferente ahora, es que si nos
equivocamos, en qué nos equivocamos, si los sufrimientos continúan
igual; peor, peor porque ahora tenemos una masacre encima de droga que
nos está destruyendo a los muchachos que nacen. Es grande el daño de la
droga contra Venezuela.

P-. Es decir chico, creo que los civiles y los militares que no alzamos en
los años 60 teníamos la razón.

R.- Aquí nos están dando la razón, la lucha de nosotros en contra de un


sistema, Acción Democrática era la pantalla que ponía el enemigo, el
enemigo principal pues, a estas alturas ya no se puede ni comer, la
educación no sirve, la salud ni hablar, seguridad menos, entonces
teníamos razón lo que nosotros estábamos combatiendo.

P.- Y no hemos conseguido una patria mejor que ésta, mejor que la de
Betancourt, mejor que la de Leoni, mejor que la de Caldera, mejor que la
de Carlos Andrés Pérez, mejor que la de Lusinchi, mejor que la de
Ramón J. Velásquez y mejor que la de Caldera.

R.- Mejor, este es el “cormo, el cormo de los cormo”, esta de Caldera,


como no es posible que a estas alturas tú tengas que pagar un paquete de
harina pan que ya están comentando que va a costar trescientos bolívares.

P.- Bueno, pero entonces, fíjate, como la “Historia es el pasado, y el


presente en función del futuro” estamos ahorita en el presente vámonos
un poquito hacia el pasado.

R.- Hacia el pasado, exactamente, aquí está lo que yo te he dicho por


cada movimiento que ha surgido después de la independencia; en este
país ha habido un derramamiento de sangre, cuando aparece un salvador,
o sea un tirano, llamémoslo así, con cara de salvador voy a salvar la
patria, la gente que se perfila con espíritu realmente democrático;
entonces a esos son los primeros que le mandan a matar, a desaparecerlos
y los arrancan pa’ todas partes y yo creo que soy uno de los que creo que
si nosotros llegamos al poder, hubiéramos ido al poder en esa época a
nosotros nos hubieran fusilado.
P.- Lo más probable.

R.- De acuerdo a la fuerza que nosotros hubiéramos adquirido ahí porque


teníamos que derrotar chico, lo que decía Lenín “la enfermedad infantil
del izquierdismo”, cuando tú perfilas en señalar unas fallas que son, que
van en contra de la gente, de gentes pobres de la que lo da todo para casi
nunca recibir nada ¿no? entonces, te dicen que no, porque esa epidemia
de que absorbe.

P.- Bueno, ¿cuál es esa epidemia?

R.- Esa epidemia son los dólares, los que no absorben a la gente, los
prostituyen, esos son los que nos han dañado y nos continuarán dañando,
usted se pone ahí y le ponen ese montón de dólares, aquí estoy yo, ¿no?
es pues.

P.- Bueno Negro ¿te incorporaste a la guerrilla? ¿A cuál de los


destacamentos?

R.- Al Padovani

P.- ¿Quién era el comandante?

R.- Polito y Baltazar

P.- Baltazar Ojeda era un extraordinario guerrero. ¿Háblame de ese


hombre?, ¿De ese monstruo de la planificación?

R.- Baltazar era un monstruo, un hombre muy valiente, extremadamente


valiente, meticuloso.

P.- ¿Temerario?

R.- Un hombre, que él revisaba las cosas detalle a detalle chico, era un
hombre que exigía una disciplina como usted no tiene una idea, muy
estricto, buen compañero, aparte que yo estuve muy poco tiempo con él,
él estuvo muy poco tiempo aquí, porque él después de aquí lo pasaron a
la zona pa’ allá para el Turagual, para Camacho, esa zona porque él
conocía mucho más allá y era más valioso allá que en esta zona que era
donde yo estaba, que me conocía a todo el mundo, entonces en esta zona
cuando ya se incorporaron algunos compañeros, unos muchachos amigos
de nosotros, aquí entonces quedé yo a cargo, al mando del destacamento
que se llamaba. Si, sí, si es mismo.

P.- Padovani.

R.- No, habíamos tenido una pérdida de grupo de aquí que fue cuando
mataron a Iván Moscoso y a Víctor Márquez, entonces ese destacamento
de aquí…

P.- ¿Eso fue después de la toma de Curimagua?

R.- Después de la toma de Curimagua en la noche sucedió eso, tomamos


en el día eso y en la noche a correr.

P.- ¿Allí se salva el Loco Fabricio?

R.- Le falló el FAL, se le tramó o sea el resorte, un resorte que llevan


ellos allí, que se llama recuperador que ra ra ra, jamás lo habían limpiado,
lo desarmamos, después encontramos la falla porque éste era un veterano.
Fabricio era un hombre veterano, ese hombre venía de Carúpano, cuando
la cuestión del Carupanazo, él participó en eso.

P.- ¿Era un guerrero?

R.- Sí, era un guerrero. De los grandes guerreros.

P.- Bueno Negro ¿te incorporas en esta zona?

R.- En esta zona, la zona del Carmen.

P.- ¿Pasas a ser el Comandante?


R.- Sí, de la zona completamente.

P.- ¿Yo supongo que esta era una zona difícil para el abastecimiento?

R.- No mano, aquí no joda, mire..., lo que pasa es que aquí había mucho
campesino en esa época.

P.- ¿Amigos?

R.- Amigos.

P.- ¿Amigos solidarios?

R.- Sí.

P.- ¿Hubo una represión muy grande en esta zona, Negro?

R.- ¡No!, no, qué bárbaro, aquí mataron un poco de gente, mataron a
Timoteo que eso era para la parte de allá, eso era un pueblito, la represión
fue espantosa, pues mandaron a sacar a todos los campesinos para
bombardearnos.

P.- ¿Aquí?

R.- En esta zona y cuando ya mandan a sacar estaba aquí Alcides


Hurtado, estaba ahí en una parte, entonces llegó Salvador Iturbe “El
Pichón”, con Eduardo Abreu.

P.- Ajá, ¿El Flaco Abreu?

R.- Lo ves ahora y no lo conoces, una bola así, entonces inventamos qué
coño había que hacer algo así, una acción o algo así para contener el
avance que era demasiado, bajamos por acá, nos metimos en esa
montaña, entonces ahí localizamos un puesto del ejército, nosotros
íbamos a tomar una ametralladora Punto 50 que estaban donde llamaban
los Patiecitos, una casa más o menos como así, dentramos ahí pero a
medida que vamos avanzando vemos un campamento, que bajan diez
soldados y nosotros éramos doce, entonces consideramos que era menos
peligroso pues.

P.- ¿Emboscaron a los soldados?

R.- Pues claro, pues ya son los cambios de planes que yo nunca estuve de
acuerdo, nunca jamás, nunca estuve de acuerdo, venía Chema, no, Chema
Saher si no.

P.- Lino Martínez, Lino Martínez que después muere por ahí por un
potrero en los llanos de Apure.

R.- Lo matan, lo matan, allá. Pero entonces dejame contate, entonces


vamos ahí, ellos tomaron el mando, porque ellos venían de la
comandancia ¿no?. Este Salvador tenía más jerarquía que yo, Chema, que
era el Comandante en Jefe del pelotón, entonces planificaron que era
mejor eso, yo decía que no, porque ya la planificación que habíamos
hecho era tomar la ametralladora, bajamos pero no nos dio tiempo
compadre, en lo que bajamos, yo voy adelante, andaba El Gato.

P.- ¿El Gato Oberto Zárraga?

R.- ¡Oberto Zárraga! Qué hombre tan valiente ¿Tú sabes? Bueno, vamos
bajando, yo veo un soldado que está sentao con un FAL aquí, entonces,
yo le hago a Chema ¡así no!, que hay dos, entonces él me dice que viene
un hermano mío detrás que lo llamaban Torcuato, que le dispare con una
escopeta, yo le digo que no, que no, que no puede ser, porque la distancia
es mucha para una escopeta, ellos siguen insistiendo, yo me molesto y
volteo, se me desaparece el soldao, yo estoy alante, cuando menos
acuerdo lo tengo acá, al frente que no me dio chance a nada pues, yo lo
ametrallé, el soldao cayó pero cayó el soldao; estaba yo reventao con el
fusil perdió, me lo volaron de las manos, una ráfaga de ametralladora,
me partieron aquí, y aquí, dos venas por aquí, aquí está todavía la
cicatriz, ahí estuve batallando, pues volví a agarrar el armamento, taba
rajao todo, lo probé, respondió, ya no me quedaban balas, cargaba una
granada y una pistola, no podía subir porque me estaban ametrallando,
intenté cruzar así, el fuego de los compañeros no me dejaba.

P.- ¿Cruzado entre dos fuegos?, ¿Negro?

R.- Entre dos fuegos. Entonces me dije, me quedo aquí. Me “sarvaron


esos soldaos”, se fueron, pero nosotros sufrimos una equivocación, por
eso te digo que estar uno modificando planes no se puede hacer en el
camino, lo hace y llevarlo a cabo, no contábamos con un campamento
que había ahí, que habían doscientos soldados... Al lado...

P.- ¿No los habían visto?

R.- De dónde lo íbamos a ver, esa era la trampa, la trampa era poner las
carpitas de diez soldados en la vía, para que tú te la comieras y ellos al
lado ahí.

P.- ¿Era un cebo que les ponían? ¿Negro?.

R.- Exacto. No se pudo lograr nada, si nosotros caemos donde estaba la


ametralladora, no fuera quitao la ametralladora, hubiéramos tenido
alguna baja o algo, pero hubiéramos tomado la ametralladora. Bueno, en
ese momento yo salí herido, yo fui a arrancar a Camacho, que me iban a
operar, un médico que se llamaba Oráa.

P.- Heberto Oráa.

R.- No lo volví a ve más nunca.

P.- Heberto Oráa está en Guanare.

R.- ¿Está en Guanare?

P.- Buen hombre.

R.- Buen hombre, muy buen hombre, un gran hermano, un gran médico.
P.- Él estuvo preso con nosotros el año 63, porque él iba a subir para la
Sierra y lo agarraron en la casa de uno de los Leal. Ahí lo tuvieron hasta
el 24 de Diciembre, lo soltaron, yo creo que lo soltaron y de una vez se
subió.

R.- Si, si, si.

P.- ¿Él era Rodrigo?

R.- Rodrigo.

P.- ¿El Dr. Heberto Oráa duró mucho tiempo en la montaña?

R.- Mucho, mucho.

P.- Un tipo de una gran condición humana y, además, un combatiente,


porque también le gustaba echar tiros.

R.- Él cargaba su fusil como cualquier combatiente. Él estuvo aquí en la


zona conmigo, conmigo anduvo él, como estuvo Magoya también.

P.- Mira, ¿Cómo te recuperaste herido hasta Camacho?

R.- Hasta Camacho.

P.- ¿Andabas sin FAL?

R.- Nada, yo andaba inútil, sin nada, yo tenía que andar en medio de los
compañeros, esta mano me quedó, allá duré más de un mes que no la
movilizaba, pa’ arriba, esta imagínate me quedaron los dedos tendidos
pa’ca.

P.- Bueno, Negro, por ahí a finales 65 o del 66. No me acuerdo,


comienzos del 66, no sé exactamente, por ahí te ubico a ti, te sacan de la
zona, te sacan de aquí y te llevan a Valencia, yo conversé contigo en la
casa de Yayo Toledo.
R.- Ajá, Yayo Toledo.

P.- Y estuvimos hablando de lo difícil que era el abastecimiento para esta


zona porque prácticamente el ejército lo había tomado.

R.- Eso está rodeado, esto es una islita, que está rodeado de carreteras, te
toman aquí, vamos a poner te agarran en Pueblo Nuevo, Pueblo Nuevo te
cubre Cabure, entonces te agarran San Luis, aquí por este lao entonces te
vienen a salir aquí. Tú tienes que ser un verdadero veterano nacido aquí,
yo me la pasaba, me traban el cerco aquí, les pasaba por un lao.

P.- ¿Eso te permitía movilizarte?

R.- Me movilizaba a unos sitios que teníamos por allá, y allá íbamos a
refugiarnos; teníamos unos compañeros muy buenos, unos se han muerto
y a algunos los mataron, campesinos que iban a Curimagua a traernos la
comida, nos abastecíamos de los conucos, de algunos campesinos que
vivían en la zona y nos daban la arepa.

P.- ¿Era una política del ejército, de tierra arrasada y sobre todo de
desocupación campesina?

R.- Desocupación campesina, esos los sacaron.

P.- ¿Esto quedó despoblado?

R.- Se te puso la cuestión completamente difícil.

P.- ¿Tú sabes que allí, después de eso, Douglas tiene la idea de
movilizar, chico, la guerrilla hacia el Este, la Sierra quedó
prácticamente sin guerrilla, porque de ahí se fue toda esa guerrilla
hacia el Este, creo que quedó Magoya por ahí por los lados de Pueblo
Nuevo, pero no mucho?

R.- Ahí sacrificaron unos compañeros en El Llano, no estábamos en


condiciones, yo lo que creo que falló más, mejor coordinación, entonces
comenzaron los problemas que yo todavía desconozco a fondo, las
causas, el desequilibrio que hubo entre Fidel y los comandantes de aquí.

P.- Pero bueno, dices que comienzan las diferencias entre Fidel y los
comandantes, pero llegaron los cubanos, tú no estabas aquí, estabas
preso cuando llegaron.

R.- No, no, yo estaba aquí.

P.- Pero cuéntame, Negro, de tu caída, porque esa es otra cosa muy
importante, porque a mi me dijeron, que a ti, te torturaron mucho.

R.- Si me torturaron, pero en una forma espantosa no fue, es la verdad.

P.- ¿Quién te entrega?

R.- A nosotros nos delataron; mira, nosotros tuvimos un elemento...


cuando yo estoy, yo me había agarrado entre dos fuegos, a mi me
mandaron, porque hubo un mal entendido, que yo no sé de donde salió,
yo continuaba, cuando yo vine a saber que ya el movimiento lo estaban
desmantelando, porque mira, perdí contacto con la Comandancia,
Douglas desapareció, no se pa’ donde cogió, esto quedó sin mando, todos
los días aparecía un Comandante nuevo.

P.- ¿Nuevo?

R.- Nuevo en la dirección; yo todavía no he podido saber a quién era que


se le ocurrió la idea que yo estaba en contra del movimiento, cuando yo
estaba pidiendo material humano y material de guerra para continuar la
lucha, eso bastó con que me mandaran, puedo decirte, que hay testigos de
eso ¿no?. Vino Polito encabezando, Baltazar, “Er’lindo”, Eduardo Abreu,
Billito, ese es un testigo.

P.- ¿Billito Yánez?


R.- Billito, ahí está, en Coro, Billo, fueron; me iban a buscar pa’
fusilarme.

P.- ¿A ti?

R.- A mi, en Barrio Nuevo, ahí estaban ellos, ahí fue donde se desmigajó
todo.

P.- ¿Barrio Nuevo de?

R.- Barrio Nuevo de acá.

P.- ¿De aquí...?

R.- De acá de la Torta hacia adentro.

P.- ¿Te querían fusilar?

R.- Los muchachos me llamaron, me dijeron esto pasa así y así, ¡coño!,
me puse mosca, pero bueno, vamos hacer una reunión ya, ¿qué es lo que
está pasando? entonces ellos que traían órdenes porque estaba en contra,
entonces le presenté algunas copias, es por esto, porque pido material
humano, porque pido proyectiles, armamento pa’ seguir luchando. No
vale, esto es un mal entendido. Baltazar entendió la situación y la orden
que había era que aquí se había acabado todo. Sálvese quien pueda.

P.- ¿Es cuando te sacan?, ¿cómo saliste?

R.- Salgo, salgo yo por mi cuenta.

P.- ¿Dónde fuiste aparar? ¿A Coro?

R.- Fui a parar a Coro, donde un tronco de amigo, ya no es militante del


Partido Comunista, Nanche Villasmil me protegió.

P.- ¡Coño!, Negro, Nanche Villasmil es mi gran amigo.


R.- Ese hombre estuvo batallando conmigo hasta que me llevó a
Valencia.

P.- ¿Estuviste o te llevaron a la casa de Yayo Toledo?, yo te vi ahí, de ahí


no sé dónde te llevaron y no te vi hasta hoy, cómo pasan los años.

R.- De ahí yo me perdí, viendo la situación como era, Toledo asumió una
actitud de desconfianza, de yo con la Señora ¡no!. Me di cuenta cuando
estaban los dos y estaban hablando en inglés, entonces que había que
buscar otro sitio, entonces la Señora, me lo dijo, porque yo le limpiaba la
casa, le lavaba las ollas, te acuerdas que ellos estaban pasando por una
situación económica bastante estrecha.

P.- Dura...

R.- Yo le cuidaba los niñitos, mientras ella salía a buscar trabajo, ella
peleaba mucho con él, tú sabes que él estaba en el movimiento y era así.

P.- De la casa de Yayo sales y ¿dónde te agarran Negro?

R.- De ahí me salgo yo, y me meten en la casa de otro compañero; yo


andaba sufriendo terriblemente de un dolor de muelas, entonces ahí pasé
el hambre hereje; de ahí agarré mi perol, yo no conocía a Valencia, agarré
una carrerita, llévame al terminal de Valencia hacia Caracas, agarré un
carro, como tenía una dirección de mi hermana ahí llegué, recuerdo que
era de Pinto a Santa Rosalía.

P.- ¿En todo el Centro de Caracas?

R.- No hombre, llegué compadre. Ahora, no hallo a mi hermana, pero


llegó en la tarde, ahí comenzó mi calvario, no conozco a Caracas, no
conozco a nadie, pero claro tenía familia, una tía fue la que me protegió,
que me dio amparo, ahí me quedé, al año caí preso.

P.- ¿Quién te entregó? chico.


R.- Ese era un tipo que vino con nosotros, que lo mandaron de allá;
imagínate, que era un sargento de la Guardia Nacional y me lo mandan a
mi pa’ ca, pa’ Tabicera donde estaba yo en Barrio Nuevo, mandaron a ese
hombre, como a los quince días se fue, desertó y se fue.

P.- ¿Él es el que te entrega?

R.- ¡De bola!, lo enconchamos en Caracas, el hermano mío se


encompincha con él y lo supo manejar muy bien, porque como a los tres
o cuatro meses, ¡PAM!, caemos, nadie sabía esa dirección de nosotros.

P.- ¿Ese era Sargento?

R.- Ese era Sargento.

P.- De ahí, ¿adonde te llevan?

R.- Me agarran, pero tan pronto, ahí me agarran ya me estaban


preparando el helicóptero para traerme; mi tía se mueve y habla con José
Vicente Rangel, en esa época, entonces él fue inmediatamente, mano, eso
si lo agradezco yo, pues, a mi me hubieran matao porque me iban a tirar
del helicóptero; entonces José Vicente me dijo, tese tranquilo que ya yo
hablé; no te van a torturar, me dieron una pasá de palos ahí, de ahí no
pasó la cosa, pero la cuestión psicológica.

P- ¿Te tuvieron en el SIFA o en la DIGEPOL?

R.- No, en la DIGEPOL no, me pasaron al SIFA.

P.- ¿Del SIFA a Tacarigua?

R.- Del SIFA al Cuartel San Carlos.

P.- ¿Del Cuartel San Carlos a Tacarigua?

R.- Del Cuartel San Carlos a Tacarigua ¡Sí!


P.- ¿Estuviste en Tacarigua?

R.- Sí, en Tacarigua.

P.- ¿Te acuerdas de alguno de los presos de Tacarigua?

R.- Allí estaban, bueno eso fue un grupo 18 que fuimos, cayó: Salvador,
Cuchú, El Gallinazo, el Maracucho Ramírez que llamábamos Iván, ajá...
al que dice que mentaste ahorita allí encontramos a Eloy Torres, al
Médico al que mentaste ahorita, Rómulo Valero, Carmelo Laborit, esos
eran del MIR y Leobaldo Solórzano.

P.- Dame la impresión de Eloy Torres, porque a mí me interesa mucho.

R.- Eloy Torres era hombre en esa época. hay una cuestión yo no sé, te
diría muy particular que es en el tipo de dirigente el jefe, el jefe siempre
asume una actitud, aunque a veces no es verdadera pero si asume su
actitud de jefe y de buena gente aunque después no es así. Yo tengo ese
concepto por lo menos de Teodoro, y muy decepcionado ahora del
lenguaje que utiliza ahora, en Convergencia, el Ministro de Fronteras.

P.- ¿Pompeyo Márquez?

R.- Ja, ja, ja y eso eran los presos, que digo, esos eran los que iban a
salvar este país.

P.- Pero me dicen, que Eloy tuvo una actitud extraordinaria.

R.- Extraordinaria, ¡como no!

P.- ¿Que era un hombre de brega, que ayudaba a formar la gente


solidaria?

R.- Si, si, pero yo no sé hasta donde era verdad eso, chico.

P.- ¿Tú no sabes hasta cuándo?


R.- Hasta dónde, porque hasta la fecha yo no se por qué, lo que importa
ahora es la actitud de esos compañeros como jefe, porque yo aquí estoy
dolido, yo estoy completamente dolido por la actitud de Douglas.

P.- ¿De Douglas?

R.- Cómo no, compadre, porque Douglas ha debido de tener más claridad
sobre el problema, porque no me venga usted a decir que venimos a
formar el 3er camino, el 2do camino, el 1ro., puede ser que eso pueda
servirle a él, que él tenga una guía, una sola base buscando aglutinar, ¡no!
pero eso te confunde a la gente porque no lo puede hacer uno solo, esto
no lo podemos hacer nosotros solos, mientras tú no creas una conciencia
que lo que hay que crear primero ¿no? como puedes variar, si varías tu
línea ya vas perdiendo, las confundí, confundido.

P.- ¿Cuánto tiempo estuviste en Tacarigua?

R.- Yo estuve en Tacarigua 3 años.

P.- ¿Tres años?, ¿Qué hacían ustedes en la cárcel?

R.- Bueno, nosotros muchas cosas, por lo menos nosotros nos


entrenábamos, estudiábamos, leíamos, sembrábamos.

P.- ¿Por qué, Tacarigua es una Isla, supongo que los tenían sueltos de
día y los recogían de noche?

R.- A las seis de la mañana nos soltaban, nos contaban fú, fú, nos abrían
el galpón, nosotros salíamos a un palio de trescientos metros corríamos,
hacíamos deportes.

P.- ¿Tenían talleres?

R.- Teníamos un taller y tierra.

P.- ¿Para sembrar?


R.- Un pedazo de terreno así, para sembrar, se criaban pollos; con eso
nosotros nos alimentábamos porque la comida allá era bastante fuerte,
una vez hicimos una huelga de hambre de doce días.

P.- ¿De 12 días?

R.- Nosotros estábamos aparte de los militares.

P.- Negro, todo el que está preso lo único que piensa es en fugarse.

R.- En fugarse.

P.- ¿Hubo intentos de fuga?

R.- ¡Cómo! No. Nos descubrieron un túnel que le faltaban 15 metros para
salir a la playa.

P.- ¿Ya casi?

R.- En eso estaba involucrado el viejo Eloy.

P.- ¿Ah! agarraron a un muchacho Torrellas?

R.- ¡Ah ajá! Ta’ en Coro. ¿Tú sabes dónde vive?

P.- Ni idea.

R.- Vive en la Calle Ampíes frente al cine Alcázar.

P.- ¿Está casado?

R.- Ese sí no quiere saber nada.

P.- Pero déjame seguir Negro, ¿estás en Tacarigua?

R.- Tuve en Tacarigua tres años.


P.- ¿Cuándo sales?, ¿a finales del gobierno de Leoni o durante el
Gobierno de Caldera?

R.- Sí, sí, no, a finales.

P.- ¿Y qué hacen contigo, para dónde te mandan?

R.- Me mandan para Nueva Esparta.

P.- ¿Y qué hiciste allí en Nueva Esparta?

R.- Ay, mira.

P.- ¿Dónde te mandaron, para Cubagua, para la Isla de Coche?

R.- Para la Isla de Coche, ahí comía pescao tres veces al día.

P.- ¿Te confinaron?

R.- Confinaíto, con cuatrocientos bolívares en el bolsillo.

P.- ¿Cómo hiciste para sobrevivir?

R.- Me hice amigos, esa es la cuestión, mire, ahí no encontraba un


camarada en esa Isla, solamente el único tipo que había más o menos,
imagínate, en esa época, de izquierda era un tipo uerredista que tenía un
barcito.

P.- ¿Y estás ahí cuánto tiempo, de qué vives ahí, reparabas los motores,
pescabas?

R.- No, no tuve tiempo de nada de eso porque yo estaba haciendo el


curso de mecánica diesel, yo me encontré que por lo menos el Prefecto,
esos deben tener carro, pero el hombre lo que tenía era una bicicleta, sin
guardafango, no había un lugar cómodo para donde uno estar, yo tuve
que quedarme en la misma Prefectura.
P.- ¿En la Prefectura?

R.- Con dos policías y me los pegaron a la pata; entonces yo comencé a


pelear con el Alcalde, en esa época lo llamaban el Alcalde, el Prefecto,
yo aquí en la Isla tengo el derecho de andarme en todo lo que es la Isla y
usted no tiene por qué andarme persiguiendo a mi, yo soy un preso
político, no un preso común aquí; entonces, el hombre revisó, por allá
tengo derecho a pedir mi traslado dentro del Estado Nueva Esparta, para
donde yo quiera.

E- ¿Y para dónde te mandan?

R.- No yo...me dieron el traslado pa’ Nueva Esparta y me vine pa’


Caracas, ya no tenía real compadre.

P.- ¿Andabas sin una locha?

R.- No más que tenía el pasaje, pero es que en esa época tu comprabas un
real de pescado y comías dos días; en esa época en Margarita te daban
tres a cuatro rolas de carite y te cobraban tres reales, uno cincuenta y una
arepa, me vine y le llegué a mi tía, esa fue la que me salvó, con un
palancón; a mi me condenaron a ocho años y ocho meses, ocho años de
cárcel ocho meses, entonces él Maldonado que por cierto estuvo muy
enredado con un pocón de droga después.

P.- ¿Aquí?

R.- Aquí, en Coro.

P.- ¿Era Presidente de la Corte Marcial?

R.- Eso mismo. Era Presidente de la Corte Marcial, después lo agarran


aquí en Coro con el famoso cargamento de cuatrocientos o seiscientos
kilos de cocaína. Si lo agarra Fidel lo fusila, como hizo con Antonio, ¡no
joda! y eso que era héroe de la Revolución y estuvo aquí porque él vino
con Luben Petkoft.
P.- ¿El General Díaz Paredes?

R.- Sí, el habló conmigo, me dijo, hermano, usted no es lo que la gente


dice pero por esa viejita te voy a mandar para allá, yo acababa de salir de
una enfermedad de tendonitis aguda casi duré dos meses en el Hospital
Militar.

P.- ¿No te moriste de vaina?, Negro.

R.- Joda…no caigo ahí mire muerto yo... me sacaron casi muerto de la
Isla.

P.- ¿Y entonces te vienes para Caracas?

R.- Me vine para Caracas.

P- ¿Te volaste de Coche y Cubagua?

R.- Me volé pa’ Coche y de ahí pangán. Ya estaba para las elecciones,
gana Caldera. Yo sigo viviendo en Caracas, en una aproximación de doce
a catorce años.

P.- ¿En Caracas, te quedas allá y, después te pegó la tierra, la nostalgia


por la tierra?

R.- La nostalgia, compadre mire, yo me enfermé en ese lugar, compadre,


yo no pude, no pude, me vine y dejé parte de mi familia allá, me vine pa’
Coro, pa’ ca.

P.- ¿Debías unir mucha familia?, Negro, ¿muchos hijos?

R.- Yo tengo veinte o veintidós hijos.

P.- ¿Con cuántas mujeres?

R.- Uff. Con varias.


P.- ¿Con varias?

R.- Los últimos cuatro, que son; que ya unos están casados y ocho
muchachos que tenía cuando me enguerrillé que uno de ellos que está ahí,
el Negro.

P.- ¿Vladimir?

R.- Vladimir.

P.- ¿Ocho muchachos tenías?

R.- Esos los vine a ver, que ya no los conocía, después que salí de la
cárcel; ¡esos muchachos pasaron el trabajo! ellos me “curpan”, ellos
dicen... antenoche no más estuvimos hablando, que ellos dicen que yo me
metí a la guerrilla por no mantenerlos -cómo se le ocurre hijo- para un
mundo mejor, ojalá su mamá tuviese copias de algunas cartas que yo le
hice a ella, yo sí le dije a ella y a la yerna, yo sigo creyendo que no estaba
equivocao; mira, por lo que estamos pasando ahorita por esta crisis tan
desastrosa, esto es acabe ya de mundo, que esto lo estamos acabando
nosotros mismos que aquellos que roban, ellos son los que tienen esa
dictadura.

P.- ¿Qué te parecieron elecciones?, la gente no votó, Negro.

R.- No votó, una abstención, pero sigue la gente todavía, cónchale con la
venda en la cara compadre.

P.- Sí, ¿por qué no hay un proyecto, un líder, una dirección?, chico.

R.- No aparece dónde está por lo menos unos, líderes, los mejores que
hubieron dentro del movimiento, al que no lo mataron y a estas alturas ya
no sirve para nada porque está completamente viejo.

P.- Ya mejor olvidado.


R.- Yo dentro al movimiento, bueno, imagínate, en el 60, yo tengo
ahorita sesenta y cuatro años, voy a cumplir 65. ¿Dónde está el
reemplace, es decir, la gente que nos va a cambiar a nosotros?, detrás de
nosotros viene una juventud completamente deformada con una mente
que es... porque no sé si eso, porque se pone viejo a hablar mucho y como
así mediatiza que uno quiere que las cosas sean como cuando uno era
joven, yo digo que no, que hay que adaptarse al momento. Si por lo
menos, de lo grande del marxismo que dice que nada se detiene todo
avanza.

P.- Mira Negro, a propósito ¿qué significó para ti el derrumbamiento de


la Unión Soviética, chico, la disgregación?

R.- No hubo un dirigente, Lenín estaba muy claro en su cosa y los


dirigentes sabían, los que realmente habían se perfilaban como dirigentes,
fueron catalogados como enemigos.

P.- ¿De la Revolución?

R.- Exacto, tuvieron que emigrar incluso Throsky que te estaba dando
una cantidad de verdades que están apareciendo, tengo libros de Throsky,
este carajo tenía razón, ah pero te lo matan en México.

P.- ¿En México? ¿y a los otros los fusila Stalin?

R.- Ese mismo camino corre cualquier hombre, en un movimiento donde


los dirigentes te bailan en la cuerda floja, con ese riesgo hasta que lo
maten o te lo absorben pues aquí tenemos por lo menos la actitud de
Chávez, se perfiló como algo bueno, yo dije, perdió una oportunidad,
perdió una oportunidad y lo van a quebrar; ya está listo.

P.- ¿Lo van a matar cualquier día?

R.- Ya te lo tienen ya manejao, ya te tienen el cerco, se lo estrechan, se lo


estrechan; una cantidad de compañeros de él ya andan inclinando la
balanza hacia los billetes; aquí estuvo uno de ellos.
P.- Bueno!, Negro ¿qué perspectiva le ves a este país?

R.- Ja, ja, ja, la perspectiva chico en todo país en el mundo entero es la
juventud, pero esta juventud, no, sin generalizar.

P.- Porque Betancourt decía, chico que las “guerrillas del 60 era un
arroz con pollo sin pollo”, pero ahora, chico, en este país lo que se ve es
una crisis con la participación, chico, de las multitudes, de la gente, de
las muchedumbres, muy importante porque Venezuela se ha convertido
en el país protesta.

R.- ¿En el país protesta?

P.- Protestan los profesores, los maestros, los policías, la Disip, la PTJ,
todo el mundo protesta y los militares que no protestaban también
protestan.

R.- Protestan los policías; también aquí hubo huelgón de policía, una
tirazón, un desastre, pues.

P.- ¿Aquí?

R.- Ajá. Bueno, mira yo te diría que es muy triste si nosotros hacemos un
análisis muy profundo de maestros y médicos, de policía, la gente es una
protesta muy por encima, sin amor a la solución de los problemas porque
usted está protestando es por los reales, usted no está protestando porque
haya un servicio mejor, ni está dispuesto a darlo todo por su pueblo; no,
no, el individualismo, aquí no hacemos ese análisis de esa situación
cuando hablamos con un profesor, mira, de repente te encuentras con un
adeco y te está formando un lío porque, porque queda desamparado
¿entiendes?, a él lo marginan por la cuestión de billete, es decir, nos
hemos prostituido tanto, que sólo defendemos la mascá de comida que
nos vamos a comer, sin importarnos quién está hacia los lados, a mi me
da tristeza cuando alguien dice que la guerrilla eso no tuvo vigencia, y
algunos que por su falla de conocimientos dicen ¿qué ganaste?. Aquí
murieron muchos en el Frente “José Leonardo Chirino”, muchos porque
iban a bajar con una estrella, conmigo no, porque yo iba a luchar por la
liberación de mis campesinos, porque tuvieran una vida mejor, que a los
campesinos se les repartiera sus pedazos de tierra y no repartirle la tierra
aquí, porque estas tierras de aquí no son, porque nosotros tenemos que
pensar que la agricultura tenemos que mecanizarla para que pueda
producir comida, porque ya somos muchas bocas, estos no son terrenos
para agricultura mecanizada, la solución de este país la tenemos en el
Llano.

P.- ¿La Zona Panamericana, en Yaracuy, en Portuguesa?, Negro.

R.- En el Llano hermano; mire, tenemos la solución del país, y tenemos


para extinguir la crisis, cómo puede hablar un gobierno de que va a
solucionar una cantidad de problemas si no produce comida, mano, si la
crisis es la comida, cuántas matas de maíz, de sorgo, de arroz, de trigo,
aquí no tenemos ni siquiera para almacenar cuando hay una cosecha. En
Barinas cuando hay una cosecha de arroz se pierde la mitad.

P.- En Portuguesa, que son vecinos.

R. - Bueno, yo conozco eso, imagínate, no, pero yo estuve en una parte


por Tucupita, yo dije estas son unas tierras espantosas, de verdad y la
cantidad de agua que tenemos que lo que hace es hacerle daño a la gente
no utilizamos eso. ¿Cuál es la política, hay alguna política agraria, aquí
de verdad, pero que funcione?

P.- Mira Negro y como lo que se ve venir es un enorme huracán, una


enorme tormenta social. ¿Qué opinas tú?

R.- No lo para nadie, chico.

P.- No nos quedará otro camino, o tendremos que alzarnos de nuevo.

R.- Pues, coño, no tenemos la gente adecuada, no hay educación


compadre, porque si en este país no educamos a la gente, la gente no
aprende a conquistar sus derechos, entonces con quién nos alzamos.
P.- Aquí lo que está planteado es la educación, porque, fíjate, ese tipo
tan extraordinario llamado Mahatma Ganhdi echó a los ingleses de la
India sin disparar un solo tiro.

R.- Eso...

P.- Pero fue la conciencia.

R.- La conciencia.

P.- ¿En la cabeza, verdad?¡Los preparó!

R.- Eso fue una lucha de titanes, así sin disparar, por lo menos la
Federación fue un desastre, fue una matazón de gente.

P.- ¿Para nada?

R.- Continuamos el sacrificio de un poco de gente inútilmente ¿no? ¿Por


qué? Cada mandatario que llega aquí, porque tiene que estrechar a la
universidad donde se va a formar la gente, me da la impresión eso te dije
ahorita, el individualismo, esa mezquindad. El hombre debe darlo todo.

P.- ¿Qué opinas de ese hombre genial llamado el General Simón


Bolívar?

R.- Bueno, imagínate pues, nada más ver cómo murió ese hombre que lo
dio todo, y esa frase “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”.
Aquí no se ha valorao a Simón Bolívar, nadie ha tratao de complacerlo ni
siquiera, en eso, porque la educación la masacraron aquí, estamos
complaciendo a Bolívar: Si mi muerte contribuye a que cesen los
partidos, se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro, no chico,
no ves que salieron a prestar una camisita para ponérsela al Gran
Libertador de América. Aquí entra un Concejal y a los seis meses anda
podrío de billetes.

P.- ¿Si?
R.- Lo que pasa en este país que aquí roba, mire, desde el empleado que
tiene acceso a cualquier cosa, a nosotros nos roban todo, la cuestión del
seguro, la pensioncita eso se lo serrucha a uno.

P.- Negro, ¿de qué vives hoy?

R.- Yo tengo una pensioncita de siete mil bolívares, sabe, ya la subieron a


nueve mil bolívares, que era de quince mil no me pagaron lo que decretó
el Presidente y nos pagan nueve mil y deben de ser quince mil, imagínate
tú. Yo tengo unas siembritas de café, de ese café mejorado pero no llueve
imagínate, pues, yo trabajo carpintería, trabajo herrería, mercancía o sea
que hago una cantidad de cosas, tengo unas gallinitas, tengo unos
cochinitos, de eso vivo.

P.- Bueno, Negro yo creo que hemos hecho una entrevista, chico, así
recordando el pasado pero en función del presente, yo diría más mirando
hacia el futuro, porque creo que los civiles y militares y que nos alzamos
en los años 60, hubiéramos construido una patria mejor que ésta.

R.- No, no, claro, somos muy poquitos lo que damos con eso, cuando iba
con mi sobrino yo le dije, yo fui guerrillero, como me metí aquí así salí,
aquí hay unos guerrilleros que hicieron grandes atracos y hoy en día por
lo menos lo estás grabando.

P.- ¿Si? Contigo estuvo preso un muchacho, chico, un muchachito


llamado Jesús Alberto Díaz Suárez alias Cuchú, alias Fabio, dime la
impresión de ese hombre, chico.

R.- Ese alias Cuchú era un gran hombre ese saporro, lo llama uno
saporro, pequeño muy risueño. Cuando yo conozco a Cuchú, me llevaron
a la casa de mi tía que estaba yo enconchado con un tirón aquí en la pata.

P.- Si.

R.- Por cierto, lo curó el médico, que por cierto, creo que murió, era
¿cómo se llamaba? chico. No me acuerdo, no me recuerdo el nombre.
P.- ¿Un doctor andino?

R.- Sí, tiene que haber sido.

P.- Se llamaba el Dr. Moreno.

R.- Si, más o menos, lo que pasa será, porque ya los años me están
borrando la memoria.

P.- Por cierto, Negro, en la entrevista que le hice a Cuchú, él me dio el


nombre de ese médico.

R.- De ese médico, ese fue el que le curó el pie de un tiro de revólver que
le dieron a Cuchú.

P.- Si, un viejo comunista. Bueno mira, Negro, chico, vine de tan lejos a
hacerte esta entrevista porque creo que la memoria no debe perderse.

R.- Eso es importante, yo te admiro lo que estás haciendo, porque uno ve


que pierde, que se pierde, como un poco de cosas, donde está todo el
sacrificio de toda una vida, pues, sin ninguna ambición al dinero, pues, si
uno pudiera volver a la época del trueque, ¡chico! para que no se
prostituyera.
NOEL SIRIT

Nació en Coro en 1945, en el seno de una familia acomodada, su


padre fue Presidente del Concejo Municipal de Coro en la época de
Pérez Jiménez y del Coronel Luis A. Vegas Cárdenas. Estudió en el
colegio Pío XII y en el Liceo Cecilio Acosta de Coro. Es abogado,
egresado de la Universidad Central de Venezuela. Casi niño ingresa
a la Juventud Comunista, en noviembre del año 63, ingresa a las
unidades tácticas de combate (UTC) y es detenido en diciembre de ese
año con Jesús Díaz Suárez y Manuel Felipe Quintero Padrón.
Liberado en diciembre de ese año es detenido nuevamente en febrero
del 64. Es torturado salvajemente y permanece durante un año en la
Cárcel Nacional de Maracaibo; luego es trasladado al Retén de
Menores en Coro; al salir en libertad se dedica al trabajo de
reconstrucción de la Juventud Comunista y posteriormente será el
Secretario General de dicha organización y miembro del Buró
Político del Partido Comunista.

Viajó a la Unión Soviética y asiste como invitado a varios Congresos


del Partido Comunista de le Unión Soviética: viajó por los países del
bloque soviético y por Cuba. Hoy es un ecologista militante y trabaja
con el “Picure” Elías José Eljuri en el Vicerrectorado Administrativo
de la Universidad Central de Venezuela.
MIS MOTIVACIONES PARA INGRESAR AL MOVIMIENTO
REVOLUCIONARIO FUE LA PRESENCIA DEL
CHEMA SAHER

CONVERSATORIO CON NOEL SIRIT

P.- Tenía más de 30 años sin verte, la última vez estuvimos presos -si la
memoria no me falla- en el año 63 en la policía de Coro.

R.- Sí, efectivamente para mí es muy grato este encuentro contigo


Rossell, después de tantos años; es más, fueron muy pocas las veces que
yo te vi personalmente, te oía mucho, eras casi una leyenda en Falcón y
un punto de referencia muy importante, pero sí, ciertamente, fueron muy
escasos los momentos que nos vimos, esa fue en la policía de Coro en el
Calabozo No. 1, el famoso calabozo No. 1 de la policía de Coro, donde
queda actualmente el Ateneo.

P.- Ajá, allí mismo. Por cierto Noel, estoy haciendo un trabajo que se va
a llamar “Para que la memoria no se pierda” sobre los combatientes
guerrilleros de Falcón en los años 60. Pienso hacer unas 10 ó 15
entrevistas a: Nicolás Jiménez, Jesús Díaz Suárez, Alirio Chirinos, Raúl
Chirinos, Francisco Perozo, entre otros; a Douglas le han hecho cien mil
entrevistas en la vida y me gustaría entrevistar también a Pedro Panela,
Pedro Chirinos. ¿Qué te parece la idea?

R.- Excelente, yo creo que eso es algo que hay que mantener, pues, a
manera de testimonio, para que esa experiencia no se pierda.

P.- Bueno la primera pregunta es esta, ¿Cómo ingresas a la Juventud


Comunista?

R.- Mira, yo era prácticamente un niño, yo tenía 13 ó 14 años, yo dentro


de mi familia había sido uno de los hermanos que había tenido más
vinculación con la gente de los barrios populares de Coro, por varias
razones, entre ellas que a mi me gustaban los gallos, por ejemplo: gallos
de pelea, entonces me lo pasaba en las galleras buscando gallos y pollos
por allí pues. Ahora, yo poco a poco, claro cuando fui entrando en la
preocupación por la vida social del país y del mundo, fui impactado
también por la revolución cubana, como mucha gente.

P.- Antes de la Revolución Cubana, tú eras de una familia muy


tradicional de Falcón, creo que tu padre fue Presidente del Concejo
Municipal en la época del General Pérez Jiménez ¿no?

R.- Sí

P.- ¿Qué impresión causó en ti el 23 de Enero?

R.- Yo era un niño cuando el 23 de Enero, tendría de 9 a 11 años. Los


recuerdos míos sobre el 23 de Enero son muy fugaces, pues, sí recuerdo
que mi papá fue hasta el final un perezjimenista rajao.

P.- Yo de paso opino que una de las grandes tragedias por las que
atraviesa Venezuela fue la caída de Pérez Jiménez; desde el punto de
vista moral, material, espiritual significó un retroceso por lo menos de
un siglo, qué opinas tú?

R.- Por cierto, que con mi papá me pasó una cosa muy curiosa al
respecto, en los primeros años de mi ingreso a la lucha revolucionaria,
papá y yo teníamos muchos choques por el hecho de que él era
perezjimenista y yo comunista, pero al final resulta que nos acercamos
bastante, pues coincidíamos en la crítica a este sistema político llamado
democrático, creo que sí que el régimen de Pérez Jiménez hay que
examinarlo de una manera nueva en los momentos actuales.

P.- Una nueva óptica. Bueno Noel cuenta de tu ingreso en la Juventud


Comunista, estabas ligado a los barrios de Coro por los gallos, cosa
curiosa, yo tenía un gran amigo comunista llamado José Barreto, estudió
en la Unión Soviética, también era un gran gallero, pero no importa,
cuéntanos de tu ingreso a la Juventud Comunista, te acercaste a la gente
de los barrios a través de los gallos.
R.- Sí, pero digamos eso fue al margen, digamos eso influyó. Luego que
empecé a leer la prensa, a preocuparme por los asuntos del país, del
mundo, entonces me sentí atraído por los ideales de la Revolución
Cubana, de la Unión Soviética, mi idea era entrar al MIR, curiosamente.

P.- Fíjate, porque hay dos cosas que te impactan primero la Revolución
Cubana es el parte aguas. La Revolución Cubana para muchos significó
una nueva versión del mundo y una posibilidad de revolución en este
continente.

R.- Sí, ese es un punto de partida muy importante para América Latina,
para la lucha revolucionaria en América Latina, punto de partida digamos
en las luchas contemporáneas, yo creo que hay que hablar de las luchas
revolucionarias en América Latina antes de la Revolución Cubana y
después de la Revolución Cubana, cuando adquiere un nuevo nivel y
cuando realmente influye de manera terminante hacia todos los pueblos
nuestros.

P.- Pero hay una cosa que tú me decías Noel, que tu idea era ingresar al
MIR, porque yo creo que la juventud de Falcón a raíz del nacimiento del
MIR, oye es una juventud fundamentalmente con una tendencia hacia
el ingreso a la organización, porque hay un gran extraordinario
dirigente llamado el Chema Saher. Yo creo, que ese era un dirigente, con
mucho carisma. ¿No?

R.- Ciertamente, uno de los deseos míos, de las motivaciones para


ingresar en el MIR era la presencia ahí del Chema y de otros destacados
dirigentes juveniles estudiantiles populares; en Falcón era la imagen del
Chema la que me atraía, y por otra parte, además, porque te lo confieso
hoy, el MIR era más tragable que la Juventud Comunista, el nombre
comunista, todavía me da miedo, incluso en mí que era un muchacho que
recién empezaba a entrar en estos ideales, en esta lides, yo prefería,
digamos, era una cosa que parecía más suave y más identificada con la
Revolución Cubana, pero yo pensaba ingresar en el “Cecilio Acosta”
¿no?. No ingresé en el MIR. ¿Por qué? por la sencilla razón, porque los
primeros que me contactan, o con los primeros que yo tengo contacto ahí
en el Liceo “Cecilio Acosta” fue con la gente de la Juventud Comunista y
entonces pasé a formar parte de un comité de base.

P.- Pero escucha lo siguiente Noel, el año 60 tú eras un niño, ¿cuántos


años tendrías?

R.- Tendría unos 14 años.

P.- ¿Y en el 62?

R.- 15.

P.- 15 años, eras un niño, fíjate lo siguiente, el año 60 se caracteriza en


Venezuela, sobre todo a partir de octubre-noviembre del 60 por una
especie de insurrección popular, yo diría de insurrección estudiantil y de
parte de los barrios. En Coro las manifestaciones del 60 son muy
importantes, de una gran magnitud, yo diría de multitudes, de
muchedumbres, de masas, de mucha gente en la calle. ¿Qué impresión
causaron esas manifestaciones en ti?

R.- Una honda huella, eso ayudó mucho a que yo me decidiera a


incorporarme a la lucha revolucionaria, yo recuerdo especialmente una
enorme manifestación que se hizo encabezada por el “Chema” ¿no sé si
también estaba el gavilán Orlando Aguilar, Otto Rivero y otro dirigente
de la época que fue reprimida violentamente por la policía y a mi me
atraparon siendo un niño que estaba ingresando al liceo, me atrapó la
policía, es decir, quedé atrapado entre la policía y quienes se defendían
de ella. Me traté de esconder detrás de un camión para protegerme con
otros muchachos, allí nos hicieron presos por primera vez, claro, nos
soltaron rápidamente ¿no?

P.- Fíjate ya viene el año 62, sobre todo después de la huelga de


transporte. Venezuela entra en un período de una profunda crisis
revolucionaria, vienen los alzamientos militares de Carúpano y Puerto
Cabello, en el año 62 en Falcón comienza la lucha armada,
prácticamente la lucha armada urbana, ya están las guerrillas en la
Sierra, comienza la lucha armada urbana y detienen a Héctor Gil
después de una operación a Radio Coro, ¿verdad?

R.- Sí, recuerdo a Héctor Gil Linares, sí.

P.- Héctor Gil Linares, bueno, fíjate en el año 62 se crean las FALN en
Falcón, las propias FALN integrados por un Estado Mayor urbano,
conformado por Caraquita, Leopoldo Nuñez y yo que somos el Estado
Mayor de la FALN, allí se integra el Partido Comunista y el MIR. El
MIR sigue manteniendo sus unidades y el Partido Comunista también. A
ti te agarran, no sé si en Noviembre o Diciembre del año 63 cerca del
club Concordia, creo que te agarran con Jesús Díaz Suárez, el cojo
Mancoveco o Manuel Felipe Quintero Padrón ¿verdad?

R.- Eso fue, sí, yo recuerdo que íbamos a pie a realizar una operación
militar con motivo de las elecciones que se iban a realizar en esos días y
fuimos -bueno-interceptados sorpresivamente por una patrulla del ejército
donde iba Mambo, que era un sargento para la época, mayor no sé,
nosotros logramos esconder las armas, deshacernos de las armas así
rápidamente, porque si no nos acribillan, teníamos a nuestras espaldas
una patrulla de soldados armados con FAL, armados todos, y
sorpresivamente, bueno nosotros fuimos esa vez a la policía pues, más
que todo por medidas preventivas, por sospechosos, pero apenas nos
encontraron a uno de nosotros uno, dos o tres proyectiles en un bolsillo, y
tal; ahora curiosamente, a mi siempre me llamó la atención que las armas
no fueron encontradas por el ejército, a pesar de que esa noche y al día
siguiente las buscaron intensamente; sí ese episodio que recuerdo, estaba
“Mancoveco” y “Cuchú”.

P-. Allí en Diciembre del 63, el 24 de Diciembre nos largaron


prácticamente a todos, dejaron a una gente presa, producto de la
delación del peruano TENO, a otros los pasaron a Maracaibo, pero a
nosotros incluyéndote a ti y a mi, nos largaron ¿te acuerdas?

R.- Sí.
P.- Bueno, fíjate en Enero del 64 las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional decretan una tregua. Bueno, yo creo que tú caíste preso en
Febrero o Marzo del 64, no estoy seguro, fue por esa fecha o Enero, pero
era un período de tregua en la famosa operación de la Escuela de
Comercio. Fue una época de tregua en Marzo o Enero, por ahí, por esa
fecha, en esa fecha ¿no te acuerdas exactamente la fecha?

R.- No recuerdo exactamente la fecha.

P.- Pero había una tregua decretada, esa fue una operación decretada o
fue un poco que ustedes jugaron a la aventura.

R.- Bueno, mira esa fue una decisión ordenada por el jefe de pelotón
nuestro. Sí, esa no fue una decisión nuestra, nosotros estábamos
absolutamente bajo las ordenes del Sastre Juan el Sastre, que era el
Comandante del pelotón entonces, él ordenó hacer una operación a
nosotros, esa operación estaba delatada de antemano, porque un
muchacho que había ido a Caracas a incorporarse a las guerrillas rurales,
estuvo allí mientras se encontraba el momento para llevarlo a la Sierra, lo
incorporaron a las reuniones nuestras, se enteró de los planes y cuando
nosotros fuimos a hacer la operación la Digepol nos estaba esperando
para matarnos, no nos matan por un hecho fortuito, es decir, la Digepol
encabezada por el Capitán Vegas -tenemos entendido no nos matan
porque parece que de la Escuela de Comercio salieron corriendo dos
muchachos jugando-, entonces, eso confundió a la Digepol y empezaron
a echar tiros y la operación nuestra no era exactamente en la Escuela de
Comercio sino a una cuadra más allá, entonces nosotros comenzamos a
oír los disparos y tal, bueno.

P.- Bueno, no sabía, yo creo que posteriormente Juan el Sastre también


se convirtió en delator.

R.- No sé.

P.- Tú no sabes, porque Juan el Sastre venía de la guerrilla mirista.


R.- Sí.

P.- Lo otro que te quiero preguntar bueno Noel, los agarran a ustedes,
¿cómo fueron las torturas? porque tengo entendido que a ustedes les
dieron mucho palo.

R.- Sí, terribles, a nosotros nos torturaron salvajemente, primero en la


sede de la Digepol en Coro que estaba al lado del Cuartel de la Policía
Municipal y posteriormente nos trasladaron al campamento
antiguerrillero en Cabure, donde fuimos torturados de una manera salvaje
realmente, este hubo simulacro de fusilamiento, hubo tortura de todo tipo
sobre la cual se ha escrito pues, se ha dicho bastante.

P.- Después de allí te llevaron a la cárcel de Maracaibo tengo entendido


que pasaste allí un tiempo bastante largo no sé exactamente, pero
¿pasaste a la cárcel de Maracaibo?

R.- En la cárcel de Maracaibo estuve un año y dos meses y luego nos


trasladaron a Coro porque nosotros éramos menores de edad Ivanhoe,
William y yo, éramos menores de edad y a pesar de eso estuvimos más de
un año como procesados militares en Maracaibo, nos pasaron a Coro a
los Tribunales de Menores. Si entonces es allí por supuesto después de
unos meses de estar en un calabozo especialmente preparado para
nosotros nos pusieron en libertad en Diciembre del 64 creo. ¿No?

P.- ¿En e1 64?

R.- No, en el 66.

P.- Cuéntanos de la vida en la cárcel de Maracaibo, porque por allí


pasaron cientos de venezolanos de diferentes regiones: de Mérida, del
Táchira, de Trujillo, de Falcón, de Lara los mandaban para allá;
cuéntame.

R.- Sí; eso fue una experiencia muy importante en mi vida diría yo. Creo
que la estadía en la cárcel de Maracaibo fue una verdadera escuela que
dejó una huella imborrable en mi vida, personalidad y en mi manera de
pensar fue en la cárcel de Maracaibo donde yo empecé a estudiar en
serio, la ideología Marxista-Leninista, las ideas políticas, es decir, a
profundizar en la lucha política.

P.- Yo creo que la cárcel para todos nosotros fue una enorme escuela de
cuadros y formación ¿te recuerdas de algunos dirigentes ya mayores del
Partido Comunista que estuvieron allí contigo?

R.- En ese entonces estaba Sosa, ahí no había dirigentes muy connotados
del Partido Comunista, si había puros muchachos, había cierta cantidad
de campesinos también de Falcón, Lara y de Portuguesa, pero mira toda
era gente muy buena, generalmente, yo recuerdo que había un orfeón,
que había una organización total para todas las actividades de la cárcel,
desde la limpieza hasta la elaboración de la comida, actividades
culturales, deportivas, una gran solidaridad, a pesar de las cosas pequeñas
y negativas que uno pueda notar ¿No?. Pero realmente fue una gran
escuela, yo tengo un grato recuerdo a pesar de todo, de todos estos
compañeros que estuvieron ahí, creo que eran más de 80 en un momento
determinado, creo que eran más de 80. Nosotros por cierto Ivanhoe,
William y yo éramos los menores, nos llamaban los pollitos, allí, porque
éramos unos muchachos menores de edad, que estábamos allí presos
junto con esa gran cantidad de revolucionarios, muchos de ellos de gran
valor que estaban en la cárcel de Maracaibo.

P.- Mira Noel después sales de la cárcel ¿en qué año?

R.- Como ya te dije fuimos de la cárcel de Maracaibo a la orden de los


Tribunales de Menores de Coro, a la Policía de Coro, creo que eso fue en
el 66, vamos a precisarlo ahora en Diciembre del 66, después de estar tres
meses allí en Coro salimos en libertad por disposición del Tribunal de
Menores, bueno eso fue muy importante para nosotros, para mi familia, y
yo luego de un brevísimo descanso me reincorporé de lleno y proseguí
con las actividades revolucionarias en la calle.

P.- Tú te reincorporas y pasas a ser un cuadro importantísimo de la


Juventud Comunista, sales de allí todavía muy joven tendrías 16, 17 años
no tienes más en esa época y 18 máximo, te incorporas a la Juventud
Comunista a dedicación exclusiva con mucho amor, con mucha mística,
con mucho cariño, ¿verdad?

R.- Sí, efectivamente, paso y me dedico a reorganizar la Juventud


Comunista que había sido muy golpeada por la represión en los años
anteriores, constituimos varios comités de base y realizamos una serie de
actividades importantes también.

P.- Ya está cercana la primera división del Partido Comunista, la gente


de Douglas se abre a raíz del Manifiesto de Iracara, tú sigues en la
Juventud Comunista y después de ahí viene otra división, la división del
MAS, sigues en la Juventud Comunista, creo que llegas a ser miembro de
Buró Político, ¿verdad?

R.- Posteriormente.

P.- Posteriormente llegas a ser miembro de Buró Político, ahí conociste


gente extraordinaria como Gustavo Machado, Jesús Farías, Radamés
Larrazábal, cuéntame de tu militancia a nivel de la Dirección del Partido
Comunista.

R.- Bien, nosotros efectivamente nos mantuvimos dentro del Partido


Comunista cuando se produjo la división que encabezó Douglas Bravo,
posteriormente también como tú señalas cuando se produjo la crisis que
dio origen al MAS, crisis interna, nosotros permanecemos en el partido,
allí atravesé por una crisis muy grande porque buena parte de mis
compañeros, entrañables de la Juventud Comunista en Coro: Víctor Hugo
Bolívar, el Brujo Rafael Laguna, Danilo Rodríguez que lamentablemente
falleció en un accidente de tránsito, Gabriel Buferi, Cruz Sierra Graterol,
actualmente dirigente del MAS en Falcón y varios otros, ellos se fueron
con el MAS ¿no?. Realmente para mi eso fue bastante doloroso, la
separación de unos compañeros con los cuales yo había compartido
momentos tan importantes y con los cuales mantenía y mantengo gran
afecto. Bien, en esa época yo era miembro del Consejo Central de la
Juventud Comunista y fui el único, o creo que quedamos dos del Consejo
Central con el Partido, el resto se fue con el MAS. Entonces esa situación
hizo que a nosotros se nos tomaran muy en cuenta nacionalmente para
iniciar el proceso de reconstrucción nacional de la Juventud Comunista,
que fue devastada por esa crisis interna que dio origen al MAS, entonces,
nos piden que nos traslademos a Caracas; nos vinimos a Caracas y aquí
iniciamos el proceso. Pedro Chirinos también participó muy activamente
en esto y mira yo creo que logramos en un tiempo relativamente breve, si
no volver al nivel que tenía la Juventud Comunista antes que era bastante
importante, bastante alto, logramos en una serie de regiones unos buenos
resultados organizativos y políticos en la Juventud Comunista, esto trajo
como consecuencia que unos años después, nosotros fuimos electos al
Comité Central del Partido, y posteriormente fuimos miembros del Buró
Político del Partido Comunista de Venezuela, tuvimos muchos
encuentros internacionales, tuvimos mucha relación con revolucionarios
de otros países.

P.- Te quiero preguntar sobre los encuentros internacionales, supongo


que viajaste mucho a los países del Bloque Socialista.

R.- Sí, fui a la Unión Soviética, Cuba, a la República Democrática


Alemana, hoy desaparecida, Hungría, Checoslovaquia, Polonia,
Rumania.

P.- Noel, quiero que me hables de ese tipo extraordinario, chico, de ese
viejo así soñador que es Gustavo Machado.

R.- Gustavo Machado era un hombre realmente excepcional, porque


especialmente yo lo recuerdo en su trato con la Juventud Comunista,
Gustavo Machado era un hombre muy paciente ante los jóvenes, sabía
escuchar los planteamientos de la juventud revolucionaria, de la Juventud
Comunista, las críticas, todo esto con la mayor paciencia y sabía darle
una salida constructiva, educativa, positiva a todas las situaciones por
más difíciles que parecieran, era un hombre muy afectuoso además en lo
personal, un hombre muy apasionado por la lucha, por el socialismo en
Venezuela y en el mundo. Realmente yo me siento como un privilegiado
por haber conocido y de haber trabajado bastante cerca de Gustavo
Machado durante el hecho final de su vida, lamentablemente ya
terminada, pues.

P.- Bueno Noel recuerdas algunos de los compañeros caídos chico en


defensa de la revolución, en la constitución del partido y de la Juventud
Comunista, te quiero preguntar por un tipo muy excepcional que yo
conocí mucho y me infundía un extraordinario respeto por sus posiciones
tan justas y comedidas, era para nosotros como una especie de maestro,
me refiero a Nelson López.

R.- Sí, aunque te confieso que yo no conocí a Nelson López.

P.- ¿No conociste a Nelson López?

R.- No, yo lamentablemente no llegué a conocer a Nelson López, más


supe de él después que se produjo la fuga del Cuartel San Carlos, donde
él emergió como uno de los héroes de esa operación tan importante,
donde se fugaron: Pompeyo, Teodoro y Guillermo, él había sido uno de
los pilares fundamentales de eso y a partir de ahí me enteré que era un
revolucionario falconiano, joven comunista, excepcional y ejemplar
conocí a su familia posteriormente con la cual tuve muy buenas
relaciones, aparte de su familia lamentablemente no conocí a Nelson.

P.- Noel el Movimiento Revolucionario de los años 60 constituyó una


gran derrota, no solamente para los revolucionarios, sino también para
el pueblo venezolano, pero creo que lo importante chico de esa
experiencia, de ese asalto al cielo chico, fue atreverse a insurgir. ¿Qué
opinas tú?

R.- Sí, yo creo que es más, los acontecimientos actuales de Venezuela,


los procesos que hemos vivido son una suerte de reivindicación de la
lucha revolucionaria de los años 60. Yo creo que lamentablemente
nosotros hicimos digamos, una insurgencia o insurgimos
extemporáneamente, sí antes del tiempo más oportuno quizás, pero todos
los objetivos de nuestra lucha, todos los planteamientos, todas las
motivaciones creo que son absolutamente correctas; fue un movimiento
muy bello, preñado de desprendimiento, de nobleza, de ideales puros
donde la juventud venezolana se entregó con verdadero ahínco y con gran
pasión revolucionaria y con gran pasión política por conquistar lo que
creía y seguimos creyendo que debe ser el futuro de nuestro país: una
sociedad más justa, una sociedad más libre donde el hombre pueda
realizarse de una manera plena y satisfactoria, yo creo que yo no me
siento en absoluto arrepentido de nada, yo creo que fue un gran momento
histórico de nuestro país, bueno los acontecimientos actuales como te
decía al principio reafirman la justeza de esta lucha.

P.- Porque fíjate que en Venezuela la lucha armada tiene características


muy distintas del resto de América Latina. Venezuela es un país que en
los períodos de crisis un elemento muy importante se suma a las causas
del pueblo: son las Fuerzas Armadas, yo creo que los acontecimientos
recientes del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre, fueron una
consecuencia y una herencia de los alzamientos de Carúpano y Puerto
Cabello.

R.- Sí, efectivamente, como tú señalabas antes, nosotros tenemos la


fortuna, de que nuestras Fuerzas Armadas hayan producido una enorme
cantidad de militares patriotas y revolucionarios, cosa inconcebible, en el
ejército colombiano que está muy cerca, ni hablar del chileno, el
argentino, nada de eso, el peruano, ni siquiera en El Salvador, aquí
bueno, fue Carúpano, fue Puerto Cabello, fue el 4 de Febrero, fue el 27
de Noviembre y está presente pues, en una cantidad de militares que
aunque no se alzaron, como el General Elio García Barrios, expresidente
de la Corte Marcial, lamentablemente fallecido hace poco tiempo, que
fue un brillante oficial y un patriota a toda prueba, un hombre con una
gran dignidad política y brillante militar.

Bueno, nosotros tenemos este hecho que nos ayuda, que nos fortalece en
nuestra lucha, es más yo tengo entendido que muchos de los militares que
participaron en los 60 y algunos de ellos en la represión y en la lucha
contra la insurgencia revolucionaria de los 60, posteriormente, pues, de
alguna manera se han unido o mantienen una relación estrecha con los
revolucionarios de esa época, con quienes planteamos la lucha por la
transformación social de Venezuela.

P.- Yo creo que hoy en Venezuela está planteada una crisis sin salida, yo
creo que de nuevo se unirán el pueblo y las Fuerzas Armadas, Fuerzas
Armadas y pueblo, es lo que por lo menos está más cercano a nuestro
pensamiento y lo que está más cercano a nuestro análisis.

R.- Sí. Yo comparto contigo que no hay salida dentro del actual
ordenamiento jurídico, por ejemplo, nosotros tenemos un sistema político
basado exclusivamente en partidos políticos y la situación actual es la
siguiente: los partidos políticos que en Venezuela representaron una
revolución cuando aparecieron, en relación con la Venezuela de las
montoneras y los caudillos militares, esos partidos políticos fueron
degenerando, deformándose y en lugar de ser instrumento al servicio del
pueblo o de sectores de la sociedad hicieron todo lo contrario, devinieron
en instrumentos que ponían a los sectores de la sociedad o del pueblo al
servicio de los intereses de las cúpulas dirigentes de estos partidos, eso ha
producido un divorcio creciente entre partido y sociedad civil, entre
partido y pueblo, que es lo que se evidencia con el alto nivel de
abstención que se da en las elecciones, entonces, nosotros tenemos una
situación como ésta, es decir, un sistema político que descansa
exclusivamente en partidos políticos y unos partidos políticos que son
cada vez menos representativos del pueblo de Venezuela y a su vez,
tendremos un sistema político que descanse exclusivamente en partidos
políticos y unos partidos políticos que son cada vez menos
representativos del pueblo de Venezuela y a su vez tendremos un sistema
político, con una dirigencia que representará cada vez menos los
intereses y aspiraciones de la sociedad venezolana, eso está haciendo
crisis y eso tiene que cambiar y va a cambiar, no sé de qué manera, pero
evidentemente que la dirigencia política del país no hace una lectura
correcta del fenómeno abstencionismo que se viene presentando de
manera sostenida en los últimos procesos electorales, no hace una lectura
correcta, ni lo hará porque es una cúpula, es una dirigencia política
partidista que quiere seguir simplemente aprovechándose del poder.
P.- Por cierto, que el fenómeno de la abstención es muy interesante,
porque es un país que perdió el amor, el sentimiento y la pasión por el
voto, las elecciones recientes de este 3 de Diciembre demuestran que un
70% de los venezolanos no votó, y en Caracas un 83% de la gente no
votó, es decir que ahorita los gobernadores, concejales, alcaldes que hay
en Venezuela representan a una minoría muy pequeña, la gente le perdió
el amor al voto, ya la gente como que no cree ni en la democracia, ni en
los partidos políticos, ni en el sistema, no sé, creo hay una polarización
en Venezuela creo que a partir de estas elecciones la polarización se
presenta de esta manera: AD por un lado y los abstencionistas por el
otro, así están organizadas las fuerzas hoy en Venezuela.

R.- Sí, además hay una cosa muy grave que quizás no es suficientemente
analizada, o estudiada actualmente, que es en mi opinión, ni siquiera en el
caso de que lleguen a las posiciones de gobierno, digamos de
gobernadores, alcaldes ni siquiera que esas posiciones sean ejercidas por
gente honesta, por gente de una gran vida política patriótica, bueno, te
voy a poner un ejemplo claro, pues, en Bolívar: Andrés Velázquez y
ahora Arias Cárdenas en el Zulia, la impresión que yo tengo es que ni
siquiera esos compañeros, esas personas, podrán ni pueden sin romper
dentro del marco del ordenamiento jurídico y la manera jurídica que hay
en este país y la manera política pueden hacer una gestión verdadera y
radicalmente distinta porque tienen que sujetarse a las normas de un
sistema político concebido y diseñado a través de más de 30 años para la
corrupción, para la ineficiencia, para el aprovechamiento político y
personal de las cúpulas dirigentes del Estado venezolano, es decir, yo
dudo mucho, claro, yo les deseo al Comandante Arias Cárdenas el mejor
de los éxitos y si puedo hacer algo en favor de su gestión, sin ninguna
vinculación, pues, lo haría y cualquier persona de este tipo que llegue a
una posición de Alcalde. Pero, realmente, si nosotros nos ponemos a
examinar la situación nos damos cuenta de que peligrosamente podemos
estar alentando en los sectores del pueblo una nueva frustración, porque
el pueblo zuliano y el pueblo venezolano, seguramente se plantearan
grandes expectativas en torno a lo que va a ser la gestión de Arias
Cárdenas en el Zulia, pero empezando, porque Arias Cárdenas, ahora,
apenas creo que tiene 3 ó 6 diputados a favor de él en la Asamblea
Legislativa y 11 o 15 en contra, así ya eso es una primera limitación a lo
que pueda hacer esa gestión, entonces, hay que tener cuidado porque de
repente la participación de los revolucionarios dentro de las reglas del
juego de este sistema político se pueden transformar en un adorno del
sistema político, es decir, que este es un sistema tan democrático que
permite que Arias Cárdenas que se alzó el 4 de Febrero, dirán ellos, ahora
sea Gobernador, candidato a gobernador, sea gobernador, pero,
¿entonces? en la práctica ellos saben -la dirigencia política de este país-
que este compañero de repente, está impedido ¿no? de poder realizar una
gestión radicalmente distinta a lo que han sido los gobiernos anteriores en
el Estado Zulia, no digo yo que no sea positiva la gestión de Lolita
Aniyar, creo que tuvieron aspectos muy positivos las gestiones de Lolita
Aniyar, Andrés Velázquez en Bolívar y la de Aristóbulo Istúriz aquí en
Caracas.

P.- ¿Y Ramón Martínez?

R.- Exacto, Ramón Martínez en Sucre; pero el problema es que la gente


espera, la gente está tan cansada, tan hastiada, tan decepcionada de tanta
burla, de tanto atropello, de tanta necesidad, de tanto problema, que exige
y quiere de los nuevos dirigentes, una gestión que verdaderamente
demuestre, pero sin ninguna duda y a primeras de cambio y de manera
radical que se trata de una gestión distinta que va a revertirse en beneficio
para la mayoría del país.

P.- Bueno, te quiero hacer una pregunta, yo creo que Venezuela entró
ahora en la época del verdadero saqueo, Venezuela es un país en una
crisis permanente desde todo punto de vista, pero llegó la época de la
entrega total de los recursos de Venezuela, se está entregando la
industria del aluminio, la industria del hierro, la industria petrolera,
entregaron la telefónica, arruinaron la AEROPOSTAL, yo creo que
Venezuela entró ahora como en un precipicio muy profundo y creo que
no hay salida. ¿Qué opinas?

R.- Sí, nosotros estamos siendo víctimas también de la ola neoliberal que
sacude al mundo, la globalización de la economía mundial bajo la égide
de la dirección de los Estado Unidos y sus aliados, ola que viene desde la
actual Rusia donde, por cierto, acaba de sufrir un serio revés la política
neoliberal, porque el Partido Comunista ruso acaba de ganar de manera
importante las elecciones parlamentarias en Rusia.

P.- Oye, por cierto que tocamos el tema de Rusia oye ¿qué significó para
ti como ser humano, como comunista de tantos años, como dirigente del
Partido Comunista de Venezuela, el derrumbe de la Unión Soviética?

R.- Mira, realmente un golpe terrible, yo creo que no me he recuperado


de eso, porque la Unión Soviética llegó a ser el nuestro paradigma,
bueno, entonces yo recuerdo, yo visité de 7 a 8 veces la UNIÓN
SOVIETICA y mira después llegué a la conclusión atando cabos,
después de todas estas cosas, yo participé en varios Congresos del PCUS,
Congresos de la Juventud Comunista de la Unión Soviética, estuve en
eventos importantes internacionales allí, donde estaban los líderes
soviéticos y de otros países del mundo, pero yo llegué a la conclusión
posteriormente, de que los muchachos nuestros los que estudiaban en las
universidades de la URSS que nosotros enviábamos allá becados, con
becas que otorgaba la URSS y la Juventud Comunista siempre fueron los
que tuvieron la razón, a nosotros nos llamaba la atención porque resulta
que nosotros íbamos en misión oficial y teníamos poco contacto con el
pueblo soviético, y teníamos una versión oficializada de lo que ocurría
ahí, en cambio los estudiantes aprendían ruso a los seis meses y vivían
con los rusos, escuchaban a la gente y oían los chistes y tal y ellos si nos
decían cuando nosotros íbamos allá a Moscú, nos decían una serie de
cosas negativas y tal, que nosotros no le prestábamos demasiada
atención y creíamos que se trataba de versiones exageradas o
apreciaciones exageradas de los muchachos, pero resultó que tenían
razón, es decir, que ahí se produjo una gran deformación
lamentablemente que posibilitó la deformación del Partido Comunista, de
un Partido se transformó en una agencia de empleo, o un instrumento de
ascenso social que fue penetrado por ideologías e individualidades
reaccionarias en el fondo, pero que era la única manera pues, para poder
ser general, para ser diplomático, para ser académico se necesitaba ser del
Partido Comunista.
P.- Pero, yo creo que ahí existieron dos mundos: el mundo real y el
mundo del aparato burocrático chico; porque, bueno, otra cosa que creo
que si influyó mucho es el problema de la competencia armamentista con
el imperialismo, creo que al pueblo soviético le faltaron cuestiones
elementales, no vamos a hablar ya del pan y la mantequilla, pero si de
las cosas a las que aspira la gente, gastaron demasiado en armamento y
el otro problema que veo que ahí existía es el ruso-centrismo, porque la
Unión Soviética es muy grande y era un país totalmente desigual, no es
lo mismo la UNIÓN SOVIETICA en la parte asiática que la Rusia blanca
era una especie de zarismo pero sin zar.

R.- Sí. Bueno, yo señalaba, acostumbra a decir que como un ejemplo de


los problemas económicos que tuvo la Unión Soviética, es que era un
país capaz de tener una tecnología espacial de primera línea que lo hacía
competir, e incluso, superar a los Estados Unidos y una tecnología militar
que mantenía una paridad estratégica con los Estados Unidos, pero que
era incapaz de incorporar esos adelantos científico-técnicos a la
producción de bienes materiales para la sociedad, si la Unión Soviética
no era capaz ni siquiera de producir papel toilette suficiente para la
población, jabón de tocador; hojillas para afeitar, cosas como las que tú
dices elementales pues, ni hablar de otro elemento, de otros productos
que son indispensables para la vida y el confort de los ciudadanos de un
país, más en una potencia como esa. Ahora, yo creo que eran errores, que
eran deformaciones, creo que era una situación corregible y que
lamentablemente fue el desplome que se produjo, no fue de ninguna
manera salida, ni lo deseable pues, yo creo que hay que reconstruir la
Unión Soviética.

P.- Ahora Noel. El comunismo fue una gran utopía, una utopía posible,
pero el mundo hoy no está de acuerdo ni con el comunismo, ni con el
capitalismo, porque creo que lo que está en peligro es la humanidad
entera, ya no es el problema de las clases como clase, es el problema de
la humanidad entera, porque se han dado revoluciones profundas y lo
que preocupa más hoy a la gente es la conservación del medio ambiente,
porque pareciera que la humanidad va a un abismo muy profundo y que
no tiene salida, que el gran desastre que viene que ya está por verse, es
el desastre ecológico.

R.- Bueno, yo creo que sin embargo, se mantiene la cuestión social en


primer plano todavía, y las terribles desigualdades sociales que hay en el
mundo, mundo donde hay un grupo de países muy rico y otro grupo de
países mayoritarios donde hay una población que carece de los elementos
esenciales para una vida digna, decente como son los países de América
Latina, de África y parte de Asia, yo creo que eso sigue siendo el gran
reto de la humanidad hoy, no es posible que cuando ya estamos en los
umbrales de un nuevo siglo tengamos todavía en Venezuela y el mundo,
niños y hombres, seres humanos que no tengan como alimentarse, como
educarse, eso es realmente una demostración palpable del fracaso rotundo
de los sistemas económicos-sociales que han privado en los países donde
existe esta pobreza tan acentuada en la humanidad. Ahora, ciertamente
comparto contigo en que el problema ecológico, la defensa del ambiente,
la defensa del planeta, la defensa de la vida, también están ocupando un
lugar creciente dentro de la sociedad mundial, por cierto, que yo me
congratulo de estar coordinando el Centro de Recuperación Reciclaje de
la Universidad Central de Venezuela que es un organismo dedicado por
cierto a eso, nosotros impulsamos la recuperación de desechos sólidos,
concretamente de papel, vidrio y aluminio, como una manera de
contribuir a la defensa del ambiente dentro de la Universidad Central de
Venezuela, tenemos relaciones con una serie de institutos educativos,
educación media, con una serie de organismos también que se ocupan del
tema ecológico, ciertamente, tenemos un problema central y si nos
ponemos a ver jerárquicamente sería un problema número uno, el
problema No. 1 es que defendamos el planeta donde vivimos, la casa
común nuestra que se llama planeta tierra.

P.- La morada del hombre.

R.- Exacto.

P.- ¿Qué opinas tú de los valores venezolanos que es una larga tradición
en nosotros y constituye un punto yo no diría de nuestra ideología, pero
sí de nuestro comportamiento como venezolanos, serían: Simón Bolívar,
Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, la generación del 28, Pío Tamayo?,
por cierto, parece que a la gente se le olvida que Pío Tamayo existió y
era un hombre profundamente humano. ¿Qué opinas tú de ese enorme
político estratega y militar llamado Simón Bolívar, toda concepción anti-
imperialista y nacionalista tiene que contar en parte con el pensamiento
de Bolívar. ¿Qué opinas tú como comunista, como patriota o como Noel
Sirit en última instancia?

R.- Sí, yo creo que el pensamiento y el ejemplo de Simón Bolívar y de


los próceres de la lucha independentista del colonialismo en Venezuela
son un capital bien importante y no siempre bien utilizado por los
revolucionarios venezolanos, yo recuerdo críticamente cómo nosotros
dentro del Partido Comunista donde privaban algunas concepciones muy
dogmáticas teníamos problemas, tuvimos problemas cuando desde la
dirección de la juventud comunista quisimos imprimir un rumbo a la
educación política de los militantes y colocar el pensamiento bolivariano
como uno de los elementos centrales, junto por supuesto, las enseñanzas
de Marx y la experiencia leninista, etc. Mira, hubo gente dentro del
Partido Comunista que se oponía y veía con recelo esa cuestión,
lamentablemente, yo creo que cualquier proyecto político porque yo creo
que aquí hay que diseñar el gran vacío que tenemos en Venezuela hoy, es
que no hay un proyecto político serio de transformación de la sociedad
venezolana, si el proyecto del 60 no está vigente, actualmente no hay
ningún proyecto, hay una serie de partidos políticos de izquierda que
participan en el proceso, los procesos electorales en la vida política del
actual sistema político, pero sin un proyecto de transformación
verdaderamente serio y fundamentado en la sociedad venezolana y en el
sistema político económico imperante, entonces, a mi me parece que una
de las primeras necesidades y el gran reto con el cual, por cierto, todos
estos veteranos de los años 60, una cantidad de gente valiosa como tú y
tantos compañeros que están por allí regados por todo el país, pudieran
dar una gran contribución, pues es que además estamos desperdigados, es
decir, no hay ni siquiera contacto, pero esa experiencia nuestra tiene que
ser valorada, tiene que ser vertida a favor de la elaboración de ese diseño
de proyecto en el cual a mi modo de ver el ejemplo de Bolívar en la lucha
contra el colonialismo, el pensamiento de Simón Rodríguez, la actividad
de Zamora, es decir, de toda la experiencia revolucionaria tan gruesa que
tiene nuestro país. Nuestro pueblo tiene que ser tomado en cuenta como
un proceso único, este país que ha pasado tantas revoluciones, tanta gente
de valor que parió a Simón Bolívar, a Antonio José de Sucre, a Simón
Rodríguez, José Leonardo Chirinos, a Hugo Chávez, a Arias Cárdenas, a
Gustavo Machado, a Jesús Farías. Sí este país tiene, demuestra que tiene
el potencial humano como para producir ese gran esfuerzo de
transformación que reclama el país.

P.- Bueno, Noel chico no me queda más a estas alturas que darte las
gracias por esta entrevista, porque nos has paseado así por parte de la
historia de este país, parte de los sueños nuestros, chico, y sobre todo, yo
creo que la gran enseñanza de los años 60, soñamos y nos alzamos chico,
creo que tendremos que alzarnos de nuevo porque no nos queda otro
camino.

R.- Sí, estoy de acuerdo, además que hay demasiada quietud diría yo, hay
que volverse alzar, yo creo que cuando nos volvamos alzar nos va a
acompañar la inmensa mayoría de los venezolanos, es que a lo mejor ya
están alzados.

P.- Ante Rómulo Betancourt, chico, ante estas cosas históricas, decía que
el movimiento guerrillero en Venezuela era como un arroz con pollo, sin
pollo refiriéndose a la guerrilla rural, ahora va a ser un arroz con pollo
pero con mucho pollo, va haber más pollos que arroz porque va a ser
con la participación del pueblo que cada día está más explotado y más
marginado, alienado, pero, que despertó el 27 de Febrero.

R.- Sí, despertó el 27 de Febrero, se hizo presente después de


acompañarlo en las insurrecciones militares populares del 4 de
Febrero y el 27 de Noviembre, está presente en los procesos
abstencionistas, está presente también una parte cuando vota por
candidatos que ofrecen una transformación política en su gestión como
Alcaldes, como Gobernadores.
P.- Bueno, Noel, no me queda más que darte las gracias por esta
entrevista y que la memoria no se pierda.
RAÚL CHIRINOS

Nació en Santa Cruz de Bucaral en 1934. Estudió en la escuelita del


pueblo, en Punto Fijo y en el Liceo Lisandro Alvarado de
Barquisimeto. Es egresado de la Escuela de Comunicaciones de
Venezuela. Ha trabajado en el Ministerio de Comunicaciones y en
Radio Caracas Televisión. En 1957 se incorpora a la lucha contra
Pérez Jiménez, militante del Partido Comunista forma parte del
aparato de comunicaciones de esa organización. En 1963 es detenido
en el Junko Country Club, donde manejaba una emisora para las
comunicaciones con Fidel Castro. Junto con él es detenido Malaquías
García, chofer de Pompeyo Márquez, son torturados bárbaramente.
Posteriormente es liberado y a mediados del mismo año se incorpora
a la guerrilla rural del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”,
permanece allí hasta el año 65. En 1967 es detenido en Caracas junto
con Mónica Venegas, en el momento de la detención empuña su
pistola, se cae a tiros con los digepoles hiriendo a uno de ellos; lo
capturan muy mal herido, es recluido primero en el Hospital Militar y
posteriormente permanece detenido en el Cuartel San Carlos durante
muchos años. Es un hombre muy valiente y de una extraordinaria
condición humana. Actualmente trabaja en la Universidad Central de
Venezuela.
SI NOS EQUIVOCAMOS, FUE LA MÁS BELLA
EQUIVOCACIÓN DE NUESTRA VIDA

CONVERSATORIO CON RAÚL CHIRINOS

P.- Estoy haciendo un trabajo que se llama “Para que la memoria no se


pierda” y estoy entrevistando principalmente a la gente del “José
Leonardo Chirino”. Hasta ahora he entrevistado a Baudilio Loyo,
Francisco Perozo, Nicolás Jiménez, Noel Sirit, Jesús Díaz Suárez,
Ramón Martínez -El Gallinazo- y al Negro Medina. Entre mis proyectos
está entrevistar a Raúl Chirinos que eres tú, a la Negra Epifania que no
sé cómo se llama, a la negra Aurora, me gustaría entrevistar a Wilmer,
Alfredito y a Chuito, la gente que nadie ha entrevistado; claro, hay que
hacer una entrevista al “Curraco” que es parte de este proceso y no lo
podemos dejar a un lado y a Alirio Chirinos que no me quiere dar la
entrevista, pero eso es por “malcriado” aunque yo le voy a hacer una
entrevista imaginaria a Alirio Chirinos. Entonces, esta es una entrevista
así como llena por la vida porque es algo que somos nosotros; esa es la
idea que tengo; yo sé que tú eres reacio a estas entrevistas.

R.- Bueno Rossell yo soy muy reacio a este tipo de entrevistas pero a ti,
hermano y combatiente del José Leonardo, no te la puedo negar.

P.- Raúl ¿cuándo ingresas al movimiento revolucionario?

R.- Ingreso a mediados del 57 en Agosto-Septiembre de ese año cuando


hago contacto con los jóvenes de la Juventud Comunista en Caracas, por
cierto que era la época cuando estaba estudiando para radiotelegrafista y
entre mis compañeros estaba Atahualpa Montes, quien después ocuparía
altos cargos en la Digepol y en la Disip ahora.

P.- Pica, qué significa para ti la caída del General Pérez Jiménez.

R.- La caída de Pérez Jiménez significó para mí y para millones de


venezolanos un sueño hermoso y las posibilidades de una patria libre
independiente y soberana. Las posibilidades de una Venezuela justa
igualitaria y democrática. Sin embargo, yo creo que esto se quedó en los
sueños y que nada de estos sueños se hicieron realidad. Fíjate cómo está
Venezuela hoy: arruinada, empobrecida, degradada y con niveles de
miseria que a 40 años de la caída de Pérez Jiménez ni siquiera no
hubiéramos imaginado. Aquí va a pasar una vaina muy arrecha, porque
un país tan rico como este, hoy se encuentra sumido en la más absoluta
miseria. Aquí va a pasar una vaina muy arrecha que te lo digo yo. Creo
que los únicos que están claros son los curas, pero los políticos no les
hacen caso. Ahí están el 27 - 28 de Febrero; la gente lo que tenía era
hambre. Mira, Blas, eso se parecía a aquella película mexicana que se
llama “Cuando nos llevó el huracán”. Para allá vamos.

P.- Raúl, después de la caída de Pérez Jiménez ¿qué haces?

R.- Me nombran telegrafista en Maracaibo, luego me trasladan a


Guanare, por cierto, donde conocí al Dr. Heberto Oraá (Rodrigo), quien
era militante de la Juventud Comunista.

P.- Y de allí ¿para dónde?

R.- Fui transferido a San Fernando de Apure y de San Fernando de Apure


pido transferencia para Maracay.

P.- ¿Radiotelegrafista?

R.- Radiotelegrafista. Entonces en Maracay vuelvo de nuevo a participar


en todas las movilizaciones que se estaban dando en esa época, de allí fui
botado junto con 16 compañeros a nivel nacional y me traslado de nuevo
a Caracas, llego aquí a Caracas y entro en contacto, ya militante del
Partido Comunista empiezo a trabajar en los aparatos especiales.

P.- El Partido Comunista tenía un aparato especial ¿verdad?

R.- Bueno, tendría muchos aparatos especiales, pero entre ellos, tenía un
aparato conformado con gente en las comunicaciones, después de allí
empiezo a trabajar en Radio Caracas, estando trabajando en Radio
Caracas operábamos una emisora clandestina desde el Junko Club de
aquí del Junquito: en el Junko Club fui detenido por la Digepol, entre
ellos estaba Orlando García, el que fue después, con el tiempo Jefe de
Seguridad de Carlos Andrés Pérez y al que es acusado después de traficar
pues, con el ejército armas, ese es Orlando García, cubano y el otro de los
que me detienen también es el capitán Vegas.

P.- Por cierto, tiene una anécdota muy interesante sobre ese suceso, es
un acontecimiento muy interesante ¿no?, sobre las famosas llaves porque
creo que tú ibas con otra persona allá en el Junko Club.

R.- En el Junko Club. Nosotros llegábamos allí después de las 9 de la


noche, siempre llevábamos cobijas y llevábamos el reloj, nosotros
trabajábamos a partir de las 2 de la madrugada, el día que llegamos, que
entramos a esa urbanización tiene una sola entrada y una sola salida, nos
dimos cuenta que la casa estaba con las luces prendidas, cuando pasamos
por el frente de la casa, estaba la Digepol conformada por estos señores
que yo le digo y nos dejaron pasar, de allí en adelante todo el trayecto
estaba tomado, nosotros logramos botar las cobijas, botar el reloj ¿no?,
pero teníamos que regresar por donde habíamos entrado, en el regreso
nos preguntaron que qué hacíamos allí, entonces dijimos que nos
estábamos echando los palos y que habíamos visto unas mujeres que
habían cruzado por esa vía y nos habíamos venido, pero prácticamente
nos habíamos equivocado, que no había sido esa la vía que habían
agarrado tales mujeres, nos negamos que veníamos para esa casa, pero al
revisar las llaves que traía el compañero, que era el chofer, que al mismo
tiempo era chofer de Pompeyo Márquez, Malaquías García Ravelo,
lograron abrir la puerta, pues desde ese momento bueno.., nos
introdujeron en la casa, nos bailaban en el patio, nos dejaban en el patio y
después de allí nos trajeron a la Digepol y nos llevaban todas las
madrugadas a bailarnos en esa casa.

P.- Esa casa era una casa bien preparada ¿no creen ustedes que se debió
a delación?
R.- Yo no creo que fue delación el motivo por el cual hayan encontrado
esa casa, pues parece que en esa época andaban buscando al Dr.
Edmundo Chirinos y de sus residencias creo, eso fue lo que supe con el
tiempo, que habían conseguido un recibo de pago del alquiler de esa casa,
entonces, no sé si ese fue el motivo, pero yo no creo que fue por delación.

P.- Entonces, ese fue el motivo, el recibo que consiguieron a Edmundo


Chirinos ¿verdad?

R.- ¡Por supuesto!

P.- Mira y cuánto tiempo los tuvieron así en el duro camino de Canadá.

R.- Bueno chico, eso fue corto, tuvimos en la Digepol, allí nos torturaron,
el comportamiento de mi compañero fue muy bueno, yo era un hombre
en ese momento sin experiencia.

P.- ¿Quiénes eran las personas con las que caíste?, ¿Malaquías y el
otro?

R.- Con Malaquías García Ravelo nada más, cuando a él le preguntaron


dónde vivía el tipo, les dijo no voy a dar mi dirección, entonces el
Capitán Vegas le dijo: si no la das te vamos a escoñetar, les dijo: bueno,
empiecen ¿ves? a mi hasta el momento no me tocaban, a lo mejor me
veían más joven, porque este era un hombre como de 40 años, yo apenas
tendría creo que 22 años, algo así y después se ensañaron conmigo
creyendo que porque era nuevo....

P.- ¿En qué año fue eso?

R.- Eso fue terminando el año 62.

P.- Y te dieron muchos trancazos.


R.- Bueno, allí llegamos y eso fue parejo todo el tiempo, al final ellos se
dieron cuenta también que no me podían sacar nada pues, allí estaba
Atahualpa Montes.

P.- El comisario Atahualpa Montes.

R.- No sé que jerarquía tenía en ese momento, pero con él, yo había
hecho el curso de radiotelegrafista en la Escuela de Comunicaciones;
cuando él me vio, quiso pues, -ya porque nos habíamos conocido antes-
tener conversaciones conmigo, yo me negué a tenerla pues, inclusive yo
no le quise decir que yo había estado en la Escuela de Comunicaciones
con él y le dije: tengo tres días aquí, no me han dejado dormir, me
golpean cada momento y yo me considero que soy inocente, pues, y me
dijo que le dijera si yo había hecho el curso con él, le dije: si quieres
saber algo no me lo pregunte porque yo no estoy dispuesto a decir nada,
ya al final cuando llegó el momento que Atahualpa Montes perdió la
esperanza de tener conversaciones conmigo o que yo le respondiera a las
preguntas que me estaba haciendo decidió escribir. Dijo que me iba a
hundir, pues, y que iba a poner todo allí, todo lo que hubieran hecho los
ñangaras en ese momento, me metió la muerte del policía Viloria, me
metió todas las cuestiones y en ese momento yo le dije que si eso no
llevaba mi firma no tenía ninguna validez, él dijo que esperara que
terminara para ver si no iba a firmar pues ¿ve? Una vez que él terminó de
escribir trajo a un haitiano y no sé si era luchador, boxeador, qué era,
pero el tipo creía que con la presencia de ese señor o con los golpes de
este señor, yo podía firmar; no firmé nada, después de allí fui trasladado a
La Planta y como parece que esa zona pertenece a La Guaira, después
fluimos trasladados a La Guaira, cuando nos trajeron a los Tribunales, me
dijeron que si yo ratificaba esa declaración, pues, les dije que yo no tenía
que ratificar nada, pues mi firma no se encontraba allí, entonces con la
habilidad y los recursos que tenía el Partido Comunista en esa época yo
salí absuelto por los Tribunales al poco tiempo. A la semana de haber
salido de allí, de allí salí y prácticamente en manos del Partido pues o/a
disposición del Partido y a la semana de haber salido de allí, fui
trasladado a Falcón, a Coro, donde me trasladaron después a la guerrilla.
P.- ¿Ingresas al “José Leonardo” más o menos en qué época?

R.- Ingreso al “José Leonardo” en Junio del 63.

P.- Tú eras del grupo de telecomunicaciones del Frente que estaba


conformado por Julián y aquel maracucho flaquito que llamaban Leal
¿no?

R.- Ellos llegan después a la guerrilla.

P.- ¿Tú llegas primero?

R.- Yo llego primero y después, entonces, llego allá a las comunicaciones


y al poco tiempo paso a ser un guerrillero normal, pues.

P.- Mira Raúl ¿cuál fue tu experiencia allí en el Frente José Leonardo,
cuál fue tu experiencia?

R.- Bueno, vale, mi experiencia allí, digo, que es la gran riqueza que
todavía me acompaña, pues, o sea, que aprendí mucho, aprendí a
convivir, aprendí a apreciar los compañeros y aprendí también a
combatir, o sea que de nada de eso tengo que arrepentirme, pues a mis
años...

P.- Fue una experiencia muy rica; cuéntanos tu vida con esos
compañeros extraordinarios que se lanzaron al combate por la
liberación de Venezuela y de la humanidad entera.

R.- Bueno, chico, mi convivencia con ellos fue algo formidable, una gran
calidad humana; prácticamente éramos camaradas y, al mismo tiempo,
hermanos, era en ese momento la familia, pues.

P.- ¿Recuerdas algunos compañeros Raúl?

R.- Bueno chico, yo me recuerdo de todos, pues.


P.- ¿De todos?

R.- De todos; me recuerdo de Miguel Noguera, era un gran hombre, una


persona muy valiente, un hombre muy valiente; me acuerdo de Juan
Farías, el Loco Fabricio Aristiguieta, de Nelson, del negro Arcadio, al
que llamaban Sangre, Rider Colina, fundamentalmente me gustaría
referirme nada más que a los compañeros que murieron en la lucha.

P.- Participaste en algunos combates.

R.- Bueno, chico, yo participo por casualidad en un combate que se da en


las alturas de Hueque, donde se estaban dando las elecciones del año 63 y
donde muere un gran compañero, una persona, un gran guerrillero de
mucha experiencia como era El Colombiano Germán, pues.

P.- ¿Un combatiente colombiano, sí? cuéntanos de esa muerte, porque se


sabe muy poco de la muerte de ese combatiente americanista,
continentalista diríamos, o internacionalista, vamos a ponerlo
continentalista para referirnos un poco a la experiencia bolivariana.

R.- Bueno chico, El Colombiano se llamaba Germán; él había sido


combatiente en Colombia, era un hombre de una gran experiencia y un
hombre que nos enseñó muchas cosas pues, el compañero inclusive sabía
el tiempo en que había pasado el ejército por uno de los caminos, por las
pisadas.

P.- ¿Era un veterano de la guerrilla colombiana?

R.- Era un veterano de la guerrilla colombiana y era el Jefe de la


Escuadra de la Comandancia.

P.- En el “José Leonardo Chirino” o sea que ¿era el responsable de la


seguridad de Douglas?

R.- Fundamentalmente, de la seguridad de Douglas.


P.- Cuéntanos de ese hombre.

R.- Ese hombre participó en muchos combates allá en Colombia y en


muchos combates en la Sierra de Falcón. Esa noche, después de haber
tomado la Comandancia donde teníamos toda la comida, nos vimos
obligados a bajar a las zonas bajas buscando recursos y en ese momento
también se estaban dando las elecciones, se iban a dar las elecciones. Uno
de los planes nuestros allí era tomar Cabure y Pueblo Nuevo de la Sierra
y por eso estábamos tratando de tirar una concentración en esa zona, en
esa oportunidad fuimos como 25 hombres a Hueque, al llegar allí se
destacaron prácticamente los más veteranos hacia la vía de Hueque, hacia
el sitio donde nosotros estábamos y por error creo yo, de esos errores que
a lo mejor se pagan caro tomamos la decisión de dormir en un rancho. En
esos días a los compañeros que se encontraban en esa zona les había
desertado un combatiente, un combatiente campesino y lo había agarrado
el ejército y lo habían comprometido a llevarlos al sitio donde se
encontraban los guerrilleros, esa situación allí fue bastante difícil porque
prácticamente el ejército nos ataca tanto por la subida de Hueque hacia El
Cielito que es uno de los sitios conocidos allá en Falcón como el camino
que venía de la montaña, allí prácticamente lo que nos salva es que
teníamos una ZB-28 y fue disparada pues, en el momento en que ellos
nos estaban atacando, en el momento del ataque, momentos antes de que
empiece el ataque Douglas ordena que nos retiremos porque se estaban
escuchando ruidos; al frente iba El Colombiano, El Colombiano al subir,
prácticamente lo reciben con una ráfaga de ametralladora, pero como él
llevaba una granada en la mano, él logra lanzar la granada y muere allí.

P.- ¿La granada detiene el avance del enemigo?

R.- No, no lo detiene.

P.- ¿Lo mengua?

R.- Lo mengua un poco, lo que prácticamente frena el avance de ellos fue


la ZB-28 que la estaba disparando en ese momento el Tte. Tulio
Martínez, porque yo se lo sugerí y se la traje desde del sitio donde
estaba, o sea que yo le traje la ametralladora y él disparó.

P.- Por cierto, chico, estás hablando de Tulio, de Tulio Martínez, él


pertenece a ese grupo de oficiales patriotas que en diferentes situaciones
históricas de Venezuela han pasado a formar fila en las luchas del
pueblo. Háblanos de Tulio, porque está olvidado, parece que se quiere
perder de la memoria.

R.- Tulio Martínez, bueno, yo tuve la oportunidad de conocer a un


hermano de Tulio Martínez, una familia de comunistas, que era profesor
en Barquisimeto y después con el tiempo lo vuelvo a ver aquí en Caracas.
En la montaña tengo la oportunidad de conocer a Tulio, Tulio fue un gran
combatiente, un hombre de una gran sensibilidad humana, un gran amigo
y considero que muy valiente también.

P.- Bueno Pica, después de esa escaramuza donde muere El Colombiano


¿ustedes se retiran solamente con esa baja?

R.- En ese momento, chico, eso fue como a las 4 de la mañana, cuando
ocurrió el ataque, muere El Colombiano y había otro compañero que
como está vivo, no lo quiero nombrar, también herido en ese momento,
nosotros todavía nos manteníamos disparando, pero se dio una especie de
consulta entre los compañeros que estábamos allí, que debíamos
retirarnos porque teníamos dos heridos más, para mi no era fácil
retirarnos porque yo soy el que recibe a Mano Juan. Cuando recibo a
Mano Juan le pregunto por Douglas y me dice que Douglas se tiró al
monte, allí bueno prácticamente a mi me era muy difícil retirarme sin
saber donde estaba Douglas, pero se tomó la decisión de que había que
retirarse, en el momento de retirarse yo salí con el M1 que usaba y la ZB-
28 a oscuras por el paredón, ese que queda ahí al frente de Hueque y a las
6 de la mañana, cuando eran las 6 - 6:30 de la mañana me di cuenta que
había gente y que había compañeros que perdieron el arma en ese
combate.

P.- ¿Quiénes cargan a Mano Juan?


R.- Bueno, a Mano Juan lo recibo yo, pero es a Tulio y a los otros
compañeros quienes los llevan en hamaca prácticamente por toda la
montaña, hasta que logramos contacto con los campesinos para sacarlo a
Coro. Esos mismos campesinos nos informan que Douglas había pasado
por ahí, que habían visto a Douglas, que le habían dado un pedazo de
arepa y que Douglas había subido hacia Iracara.

P.- Iracara es el gran centro de la guerrilla del “José Leonado Chirino”


¿verdad?

R.- Allí funcionaba la Comandancia, era el sitio más seguro para la


guerrilla por sus condiciones geográficas.

P.- Fue el año 63 y después comienza un cerco muy bravo contra el José
Leonardo, creo que es el cerco del 64.

R.- Eso es ya con Leoni; parece que Leoni había planteado la


pacificación, la cual no se le aceptó y entonces quiso exterminarnos de
alguna forma, se procede a ese gran cerco pues, ese gran cerco con
informaciones que ellos tenían donde se movía la guerrilla con
informaciones que tenían, con los agentes que habían, recabando
información sobre esa zona.

P.- ¿Tengo entendido que tú quedaste en el centro de ese cerco?

R.- Yo en ese momento me encontraba en la zona de Camacho-Acurigua,


allí había dos destacamentos, uno que estaba en Acurigua, que estaba
bajo el mando de Leonardo Quintana -el capitán Leonardo Quintana-,
quien posteriormente muere de cáncer en Cuba y nosotros estábamos en
un sitio llamado San Juan.

P.- ¿Leonardo Quintana es Eli Pérez?

R.- Eli Pérez, sí.


P.- Eli Pérez de Barquisimeto, graduado de psicólogo en Chile. ¿Pica, y
el otro destacamento dónde estaba?

R.- El otro destacamento se encontraba en un caserío que se llamaba San


Juan; allí fue donde nosotros quedamos, perdimos todo contacto con el
resto de la guerrilla y quedamos siete compañeros en el frente rodeados
por todas partes.

P.- ¿Quiénes eran Raúl?

R.- Allí se encontraban.... no te voy a nombrar los compañeros que están


vivos, inclusive hay una canción que se llama “Los siete gatos” que
compuso Gustavo Villaparedes -El Cromañon-. Te voy a nombrar nada
más a Tulio Martínez de los vivos porque bueno yo considero que la
vida de Tulio la conoce todo el mundo. Estaba Tulio, estaba Fabricio
Aristiguieta, el “Loco Fabricio”, estaba Nelson, un compañero del 23 de
Enero que también murió en la guerrilla.

P.- Ese era Nelson Ruiz.

R.- Nelson Ruiz, un compañero de esos que tú dices olvidado, pero que
fue un excelente combatiente, un muchacho bastante joven del 23 de
Enero.

P.- Es el mismo que murió producto de una confusión por los lados de
Píritu, Tocópero o por el Cerro La Campana; por esa zona ya casi en el
llano.

R.- Sí, parece que había llegado en esos días una ropa y como nosotros
allá nos poníamos toda la ropa que llegaba, había llegado una ropa de
kaki, una ropa amarilla que parecía la que usaba la policía de Coro,
entonces ahí fue la confusión, cuando los compañeros estaban
acampando en un sitio, llegaron estos compañeros, hubo una confusión,
una escaramuza y ahí muere este compañero. Un gran hermano, un gran
patriota, un gran revolucionario.
P.- Oye Pica, háblanos de la canción de “Los siete gatos”.

R.- Esa canción fue compuesta por “Cromañón”, bueno allí nosotros
tuvimos, no recuerdo, bastante tiempo, pero prácticamente el cañoneo
empezaba a las 6 AM. y el bombardeo empezaba también a tempranas
horas, hasta que prácticamente caía la tarde, nosotros en ese momento
nos acercábamos mucho a los conucos de los campesinos, una vez que
terminaban los bombardeos nos volvíamos a retirar a las montañas,
andábamos sin comida, sin ropa, andábamos descalzos, pero resistimos y
llegó un momento que prácticamente nos retiramos de la zona sin bajas,
llegamos a algunas zonas donde había ciertos recursos y después de allí
nos dirigimos al Llano y en El Llano se encontraba Baltazar Ojeda
Negretti que ya había tirado la acción de El Paso y los compañeros que
nos veían fueron muy solidarios con nosotros. Mira, Blas, yo he sido muy
reacio a este tipo de entrevistas y prácticamente, coño contigo no, contigo
no me puedo negar pues a algo así, pero toda mi vida he sido reacio a este
tipo de entrevista.

P.- Mira, Raúl, después de ese cerco ustedes se dirigen hacía el este, a la
zona de Píritu, a los llanos de Píritu por esa zona ¿verdad? o hacia
Zazárida, no sé exactamente dónde. Ya se reencuentran de nuevo, ya
Baltazar había ejecutado la acción de El Paso, que creo que fue la más
importante acción de la guerrilla venezolana en los años 60, porque esa
acción fue el aniquilamiento de una posición del ejército y no de un
objetivo en movimiento.

R.- Sí. Yo considero que la acción de El Paso militarmente fue la acción


más importante de la guerrilla venezolana en los años 60. Allí se despojó
al enemigo de armamento y de una cantidad de recursos pues, así como
tú me preguntabas, después de allí nosotros salimos hacia la vía de
Agualinda y ahí en ese momento el Partido Comunista había ordenado el
repliegue, eso fue a comienzos del 65.

P.- ¿A finales del 64?

R.- A finales del 64 si, llegan allí los emisarios políticos a


convencernos que debemos dejar las armas, que debemos salir al
exterior a estudiar; a prepararnos militarmente, para después en mejores
condiciones volver al combate. Nosotros allí nos negamos a aceptar ese
lineamiento del Partido, inclusive, yo expresé que nosotros estábamos
allí, hablé de los sacrificios tanto de la gente que se había incorporado, de
nuestros compañeros y también de los sacrificios que había hecho el
campesinado, pues, en función de esa lucha donde muchos campesinos
murieron, murieron por ayudarnos, murieron por defendernos porque
prácticamente ellos se sentirían traicionados si nosotros los
abandonábamos en ese momento. Y dije también que valía la pena
morir allí pues, porque prácticamente allá habíamos un gran número de
hombres -por no hablar de la mayoría, por no hablar de la guerrilla y de
la mayoría absoluta- dispuestos a morir por lo que creían y consideramos
que valía la pena morir si era necesario y eso fue lo que marcó en el
futuro nuestro comportamiento, esas reflexiones, cuando tú mentalmente
empiezas a ganarte para algo y cuando uno se gana para algo, se gana
para morirse también.

P.- Bueno, Raúl, después del año 64 o/a comienzos del 65 tú sales de la
guerrilla rural del “José Leonardo” y te mandan a la ciudad a realizar
algunas tareas, entre ellas la de abastecimiento a los destacamentos
rurales.

R.- Sí, una vez que prácticamente el Partido Comunista conoce nuestra
decisión de no abandonar las armas, se toma la decisión de sacar de la
montaña un grupo de hombres para garantizar esa ayuda, que ya no
podíamos obtener del Partido Comunista. Ahí viajo, bueno, más o menos
con un grupo, creo que era un grupo más o menos de 10 a 15
compañeros, excelentes compañeros y que tienen el gran honor pues, de
que a los compañeros de arriba no les faltara nada o por lo menos que
pudieran seguir subsistiendo con esa ayuda que era tan necesaria, que era
la ayuda de la ciudad, la cual habíamos perdido por habernos enfrentado
a la Dirección del Partido fundamentalmente.

P.- Realizas una actividad muy importante en la logística. Realizando


una de esas actividades hay un acontecimiento muy importante que debe
estar muy marcado en tu vida: es cuando prácticamente te escapas de las
garras del enemigo en una alcabala en Falcón.

R.- Nosotros estábamos en la ciudad, pero dependíamos de la


Comandancia que en esos momentos estaba en la montaña, podíamos
estar en ese momento en la ciudad, pero también podíamos estar en la
montaña, si se nos necesitaba en esos momentos. Se estaban planteando
tomas de pueblos muy importantes donde había puestos de la Guardia
Nacional, donde había recursos que podían significar mucho en esos
momentos para la guerrilla. Allí una vez que nosotros recibimos la orden
empezamos a trasladarnos a la costa de Falcón, íbamos, viajábamos, nos
llevábamos hoy dos compañeros, otro día nos llevábamos tres
compañeros, yo en esa oportunidad estaba enfermo, me dio una
enfermedad que se le pone la piel roja a uno, no recuerdo en este
momento como se llama, que le da fiebre y toda esa cuestión.

P.- ¿Varicela?

R.- No, no es. Quizás más tarde recuerde y te la digo, entonces acordé
con Félix Farías, que yo me iría con el último grupo y salí con fiebre
todavía de la enfermedad esa, acompañado también con un gran hermano
que se llamó Ramón Pasquier; ya lo que eran armas y todas las
cuestiones, ya nosotros las habíamos enviado todas, eso estaba en la zona
donde íbamos a operar, solamente llevábamos proyectiles que habían
recogido en Puerto Cabello, hamacas, cobijas, morrales en un falso de
una camioneta, no sé si fue un error también haber viajado a altas horas
de la noche, pero a nosotros en esa alcabala que llaman la Alcabala de
Sanare, nos detuvo un guardia nacional.

P.- Cerca de San Juan de Los Cayos.

R.- Sí, cerca de San Juan de Los Cayos, eso es en el cruce allí que va pa’
Tucacas y la otra vía sigue por la parte alta de la costa. Al llegar allí el
guardia que estaba allí nos detuvo, nos mandó a parar, Félix Farías iba al
volante, Juan y yo íbamos al lado en el puesto de adelante de la misma
camioneta; el guardia como la camioneta estaba tan deteriorada, tan
deteriorada, le levantaba una tapa que había allí con unos tornillos y
decía que allí había un falso y que él en una oportunidad había
descubierto un contrabando en esa parte en la camioneta y que le abriera
ese falso pues, Félix Farías le decía que él nunca había abierto eso, pero
que iba a buscar un destornillador o algo, a ver si lo podía abrir, que esa
camioneta la tenía hace muchos años, que podía dar garantía que no había
ningún falso. Cuando yo escuché la conversación me bajé de la
camioneta, me recosté a la camioneta y en el momento que salió Félix
Farías a buscar el tal destornillador, yo creo que no había ni
destornillador, ni alicates ni nada, porque no cargábamos nada, cuando
salió medí la distancia donde estaba el guardia nacional y le salté al
guardia nacional, lo agarré... yo para esa época me las traía pues, en
fuerza, yo siempre fui una persona preocupada por el deporte, por los
ejercicios y agarré el guardia y el guardia prácticamente no llegó a usar la
ametralladora que cargaba, le grité a Ramón que le quitara la
ametralladora, Ramón a lo mejor no esperaba esa actitud y no respondió
en el momento, el que si respondió que era un veterano fue Félix Farías,
que cuando llegó allí le agarró la ametralladora al guardia nacional y
tuvimos bueno que fajarnos con el guardia nacional. Los guardias
nacionales, -sabíamos y teníamos experiencia que eran duros-, bueno
tuvimos que golpearlo, no era deseo nuestro golpearlo pero tuvimos que
golpearlo, hasta que llegó un momento que Félix una vez que yo le puse
la rodilla en la garganta Félix le arrancó la ametralladora y en el forcejeo
se cayó la cacerina, yo le pido a Juan que agarre la cacerina, Juan -no es
Juan es Ramón- que agarre la cacerina una vez que la ametralladora se la
arranca Félix Farías. Félix Farías vuelve al volante en la camioneta y me
pasa la ametralladora, en el momento del forcejeo que le quitamos al
guardia; detrás de esa alcabala estaba un comando de la Guardia
Nacional, el guardia gritaba y llamaba a la gente y la broma, pero debe
ser que estaban dormidos en ese momento y gracias, yo no sé a quién,
pues, de que realmente, no escuchaban los gritos del guardia, me pasa la
ametralladora.

P.- ¿No tenía cacerina?

R.- Ya yo le había dicho a Ramón que recogiera la cacerina, con todo


eso, yo me quedo recogiendo pasando la mano por el piso y logro agarrar
las baterías de la linterna que cargaba en la frente, en ese momento creí
que era la cacerina, cuando arranca Félix la camioneta me agarro de la
camioneta, Ramón se monta en la parte de atrás, le pregunto a Félix
cuando me doy cuenta que no es la cacerina que traigo allí sino las pilas,
le pregunto a Félix que dónde está la cacerina y me dice que Ramón la
había agarrado, le digo a Ramón: -pásame la cacerina- y me dice Ramón
que no había agarrado la cacerina. Bueno, nos fuimos con la
ametralladora pero prácticamente íbamos desarmados, también porque no
llevábamos proyectiles y la cacerina tampoco, avanzamos un tiempo,
varios kilómetros y se apaga la camioneta, una camioneta en muy malas
condiciones, prácticamente no teníamos recursos en ese momento, una
vez que se apaga la camioneta tratamos de prenderla y la... no prende,
procedemos a sacar todo lo que llevábamos en el falso, en eso vienen las
luces de los carros que nos vienen persiguiendo y agarramos la montaña,
agarramos el monte, caminamos todo ese día y a las 6 de la tarde, en una
zona que no la conocíamos ninguno y el único que la conoce era Félix,
porque él había sido el que había llevado los compañeros anteriormente,
se ubica a las seis de la tarde más o menos, se ubica y nos dice: en
aquella montaña es donde están los compañeros; compañeros que nos
estaban esperando para realizar las acciones que teníamos planificadas
nos dijo Félix, también que teníamos que acampar allí y esperar que
fueran las 12 de la noche para poder salir a la vía, porque allí había una
bomba donde la gente permanecía hasta altas horas de la noche, teníamos
que esperar que apagaran las luces, y que una vez que saliéramos a la vía
teníamos que quitarnos las botas para que los perros no nos delataran,
bueno a las 12 de la noche comenzamos a caminar, nos encontramos con
el puente y oímos unas voces, eran los guardias que estaban hablando,
nos tiramos al río Félix y yo, le hacemos señas a Ramón Pasquier que se
venga detrás de nosotros, -Félix Farías y yo éramos unos veteranos del
monte pero Ramón era un muchacho de la ciudad que no sabía nada del
monte-. Comienza la persecución contra nosotros, a Ramoncito lo toman
prisionero y más tarde lo desaparecen. Le queremos reclamar a la
Guardia Nacional y a la Digepol que a los 30 años de la desaparición
y muerte de Ramón Pasquier nos entreguen sus restos. Nosotros
estuvimos perdidos varios días, pero esa era una zona de muy buena base
social, a los días nos rescataron unos campesinos quienes nos protegieron
hasta que hicimos contacto con el resto de los compañeros.

P.- Pica, tengo entendido que a comienzos del 66 te incorporas al


trabajo en la retaguardia.

R.- Sí, de esa zona regresamos a la ciudad y estuve durante el año 66


realizando importantes trabajos que me había encomendado Douglas
hasta mediados del 67, cuando producto de una delación me dan varios
tiros y me toman prisionero pasando varios meses en el Hospital Militar y
varios años en el Cuartel San Carlos.

P.- Pica y cómo fue tu caída.

R.- Mi caída se debe a una delación de un compañero llamado Ariel y de


otro que hoy la memoria no me da para recordarlo. El compañero era
responsable de la relación con la guerrilla colombiana, no servía para
nada, vivía borracho y se gastaba los reales. Decidimos cambiarlo y creo
que Ramiro y Mónica me traen un compañero para que lo sustituya, hablé
varias veces con él y lo fuimos a buscar. Mónica Venegas y yo en el
Centro Comercial de la California Sur, ella lo iba a recoger y yo me
quedo en el carro, él viene, se monta en el asiento trasero, Mónica al
volante y yo al lado, cuando por la ventanilla me ponen una pistola en la
sien y me tratan de esposar, comienza una lucha y logro sacar una pistola,
le doy un tiro al Digepol pero a mi dan los tiros, coño, me salvé de pura
vaina, todavía no sé cómo..., allí me recogen y me despierto muchos días
después. Permanezco seis meses en el Hospital Militar y luego me
trasladan al Cuartel San Carlos.

P.- ¿Cuándo sales?

R.- A mediados del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.

P.- Pica ¿fue justo alzarnos o fue una equivocación?


R.- Si fue justo o no, lo importante es que nos alzamos, que nos llenamos
de sueños, que intentamos tomar el poder para construir una patria
independiente y soberana ¡Coño, que nos equivocamos fue la
equivocación más bella de nuestra vida!.

P.- Bueno, Pica, no me queda más que darte las gracias por esta
entrevista.

R.- Hermano Blas o Poeta Rossell que la memoria no se pierda, que no se


pierda.
Nicolás Jiménez y El Poeta Rossell

NICOLÁS JIMÉNEZ MORALES (NICO)

Nació en Coro en 1920, ingresa a la Juventud Comunista en 1945.


Estudió en el Liceo Cecilio Acosta y en la Universidad de La Plata en
Argentina, trabajó como técnico en la compañía Shell, fue despedido
de la misma cuando se inicia le represión contra los comunistas. En
1963 fue detenido en Buena Vista, Paraguaná cuando estaba al frente
de una pequeña fábrica de explosivos de las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional. Permanece en la Cárcel Nacional de Maracaibo
durante algunos años. Es sobreseído a finales del gobierno de Leoni y
vuelto a detener siendo trasladado a Yumare. En la actualidad es
profesor jubilado de Educación Media.
EN LA CÁRCEL SIEMPRE ESTÁBAMOS PENSANDO EN
FUGARNOS EN LA CÁRCEL

CONVERSATORIO CON NICOLÁS JIMÉNEZ MORALES


(NICO)

P.- Hola, Nicolás, unos cuantos años sin verte, pero no te pones viejo.

R.- Mucho gusto, por esta ocasión de volvernos a ver.

P.- Estoy realizando un trabajo, que se llama “Para que la memoria no


se pierda”, parece que mucha gente quisiera que esa memoria se
perdiera; prefieren hablar de muchas cosas, pero de la lucha armada no.
Sobre esa gesta que fue la lucha armada en Venezuela no quieren saber
nada. Yo soy de los que sigo pensando que el gran mérito de los
revolucionarios venezolanos del año 60 fue lanzarse a la toma del poder,
que nos derrotaron, bueno, no importa, vendrán tiempos mejores.

R.- Indudablemente, hay algunas tesis que se manejan... si fue o no


extemporánea, o alguna otra cosa en relación a la lucha armada, pero yo
creo que fue necesaria, eso se veía venir y era una necesidad histórica.

P.- Nicolás, cuándo comenzaste a militar en la Juventud Comunista,


porque tú tienes tus añitos.

R.- Bueno, eso sí es verdad, que pasan unos cuantos años; en el año 45,
cuando fundamos aquí la Juventud Comunista yo fui el primer secretario
de finanzas de la Juventud Comunista aquí en Falcón.

P.- ¿Tú militaste en la Juventud Comunista con Arístides Beaujon o ese


es más viejo que tú?

R.- Arístides Beaujón fue comunista primero que yo, porque él es mucho
más viejo que yo y cuando yo ingreso a la Juventud Comunista, Arístides
hacía mucho tiempo que había dejado de pertenecer al Partido
Comunista.

P.- ¿Qué hacías cuando el Golpe Militar del año 48?

R.- Cuando el derrocamiento de Gallegos yo estudiaba en el Liceo


“Cecilio Acosta”. Yo estudié allí hasta el año 50. Luego me fui a
Argentina en el año 56-57 y regreso a Venezuela inmediatamente
después de la caída de Pérez Jiménez. Fue una historia extraordinaria y
encontré un país convulsionado en efervescencia con las masas en la
calle.

P.- ¿Qué haces a tu regreso a Venezuela?

R.- Me reincorporo a las actividades de la Juventud Comunista, yo vengo


de militar en la Juventud Comunista Argentina.

P.- ¿Colacho qué otras actividades realizas?

R.- Yo trabajé en la Compañía Shell de Venezuela hasta el año 61 pero


me veo obligado a renunciar cuando se intensifica la represión de
Betancourt contra los comunistas, inclusive para cobrar mis prestaciones
tuve que atravesar los Médanos de noche para evitar la alcabala.

P.- Colacho, participas en las grandes movilizaciones de Octubre-


Noviembre del 60 en Coro.

R.- ¡Cómo no! esas fueron grandes movilizaciones, eso salía espontáneo
de todos los barrios, de todas partes le llegaban al centro de Coro, eso era
ya cotidiano, eso se produjo cuando estaba el gobernador Bracho
Navarrete.

P.- ¿Estaba el Chema Saher?

R. - Sí, como no, yo conocí a Chema Saher porque nosotros teníamos un


círculo juvenil de estudios del marxismo-leninismo con León Ruiz. Con
León Ruiz, que desapareció no se supo más de él, lo detuvieron y lo
mataron. Él era hermano de Chendo Ruiz, de Chucho Ruiz y Alfredo
Ruiz, todos ellos eran militantes de la Juventud del Partido Comunista y
nosotros nos reuníamos en su casa y hacíamos círculos de estudios y a
esos círculos asistía el Chema.

P.- Pero el Chema Saher era muy carismático.

R.- Sí, él se acercaba mucho a nosotros y conversábamos sobre temas de


tipo marxista, de toda una serie de cuestiones ideológicas y él sacaba sus
artículos.

P.- Colacho, el año 60 en Venezuela está marcado por una gran crisis.

R.- ¡Sí, sí, como no! porque el campo todavía estaba poblado pero la
parte urbana comenzaba a sentir el peso de la crisis y entonces
empezaban a producirse estos movimientos muy fuertes ¿no? además de
la carga ideológica en escala internacional.

P. - ¿Qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Yo creo que cuando la Revolución Cubana se produce y el pueblo


toma el poder a la cabeza de Fidel Castro y de todos esos revolucionarios
que conocemos, se va a producir la esperanza en América por la carga
ideológica que hay, es una ola que venía avasallando, pues en toda esta
parte generalmente en la juventud, la gente joven estudiosa entonces
empezaba, Cuba va a ser entonces como una esperanza de que existe una
posibilidad también en Venezuela y en América Latina de que se
produzcan movimientos; yo creo que esto espantó un poco al
Imperialismo y empezó a mover sus piezas indudablemente rápido y por
eso el auge en Venezuela de las fuerzas de izquierda, el auge después del
23 de Enero, entonces verán un peligro y ese peligro trataron de acallarlo
rápido y actuaron con mucha eficacia porque enseguida empezaron a
atacarnos y empezaron a tratar de arrinconarnos.

P.- La represión es un elemento muy importante porque Rómulo


Betancourt se plantea la liquidación ideológica y física de los
revolucionarios en este país.

R.- Indudablemente, esa fue la estrategia y los objetivos planteados por


Betancourt.

P.- El Partido Comunista de Venezuela, que es un gran partido que viene


de dirigir la lucha contra Pérez Jiménez, de ser la vanguardia en esa
lucha, juega un papel muy importante en la caída de Pérez Jiménez y
después es el único partido, el primer Partido Comunista en América
Latina que se plantea la toma del poder mediante la lucha armada.

R.- Bueno, si, en el Tercer Congreso se plantea la lucha armada, yo


siempre he pensado que la lucha armada era inminente, lo decretara o no
lo decretara el partido se iba a producir la lucha armada porque ya el
enfrentamiento se veía venir, era inevitable, yo siempre he dicho que era
inevitable, por eso considero que la lucha armada fue justa en ese
momento.

P.- Colacho, porque la lucha armada en Venezuela tiene características


totalmente distintas al resto de la América Latina, porque en Venezuela
en períodos de crisis las Fuerzas Armadas se descomponen y un sector
de ella se incorpora a las luchas del pueblo, eso no ocurre en los otros
países de América Latina.

R.- Sí, en Venezuela se dan dos grandes levantamientos militares como


son El Carupanazo y El Porteñazo que desgraciadamente fueron
sofocados rápidamente; pero eso va también a influir en las posibilidades,
hay algunos que plantean, que los revolucionarios se plantearon una
posición Puchista, yo creo que no, la descomposición en las Fuerzas
Armadas, todo eso era aparte porque las Fuerzas Armadas no eran una
cuestión diferente al pueblo, las Fuerzas Armadas es una parte importante
dentro de ese todo y al descomponerse sin duda ellos tienen que actuar.

P.- Creo que eso forma parte de nuestro comportamiento como pueblo de
nuestra idiosincrasia, porque nosotros somos una nación distinta. A los
aztecas llegó Hernán Cortés con cuatro hijos de puta y los descompuso;
al inca lo agarraron allá, pero nosotros somos Caribes, a eso tendríamos
que sumar las insurrecciones negros, la Guerra de Independencia, la
Guerra Federal, la Guerra contra Gómez y el desorden continuo. ¿Qué
opinas tú de eso?

R.- Bueno, indudablemente que esa situación histórica de Venezuela


como un país Caribe influye en nuestra sangre, en nuestra manera
también de actuar y de ser, yo siempre me he planteado cuando dicen que
hay amenazas de que sean los norteamericanos para acá, que vienen los
marines para acá, digo yo: bueno los marines podrán venir y podrán lo
que ellos quieran; pero no creo que Venezuela no está en capacidad de
resistir, de asimilar, de asimilarlo, por todos los medios los combatirán,
estoy seguro de eso.

P.- Bueno, fíjate, después de Carúpano Betancourt inhabilita al MIR y al


Partido Comunista. El año 62 se caracteriza por el inicio de las
operaciones armadas de los destacamentos urbanos y el comienzo de la
guerrilla rural.

R.- Sí, sí.

P.- En el año 63 en Falcón constituimos el Estado Mayor de las Fuerzas


Armadas de Liberación Nacional, porque en Falcón convergen tres
corrientes en la formación de la guerrilla, la corriente del Partido
Comunista, la corriente Mirista y una de URD. El Partido Comunista y
el MIR se unen, organizan el Estado Mayor Urbano, constituido por
Caraquita Urbina, Leopoldo Nuñez y por Rafael Rossell, que está aquí.
Es el Estado Mayor Urbano, pero el Partido Comunista y el MIR
mantienen sus propias unidades tácticas y su propio aparato interno. Tú
pasas a la clandestinidad, en el año 63, porque tú eres un hombre muy
apacible, a veces te veo chico y pienso que tú al igual que yo, nos
equivocamos, debimos haber sido curas Carmelitas Descalzos ¿no?,
cantante de Rock, pero tú sales de Coro, se perdió Colacho, tú eras mi
vecino allí al ladito.
R.- Exacto.

P.- ¡Solar con solar - Pared con pared, como dicen no!

R.- Así mismo es.

P.- Desapareciste, te fuiste a una fábrica de explosivos que es donde te


agarran allá en Paraguaná. Cerca de Buena Vista, por ahí, cuéntame
esa experiencia, Colacho, porque ese es uno de los grandes intentos, uno
de los intentos más serios que hace el Partido Comunista, en el
Occidente de Venezuela.

R.- Bueno, sí, yo me quedé en Coro pero como soy muy conocido se
resuelve sacarme, sacarme de aquí, yo no podía moverme con mucha
facilidad aquí, a pesar de que nosotros allá teníamos una fábrica de
pólvora que la hacíamos aquí en Coro, aquí mismo en Coro. No teníamos
otro tipo de actividad, pero luego me trasladan a la Península, y me llevan
a una hacienda cerca de Buena Vista, una pequeña Hacienda donde se
sembraba melones, cosas allí teníamos un galpón donde teníamos nuestro
trabajo, allí me consigo con una señora Mercedes Rizo, hacíamos la
apariencia de que era mi esposa ¿entiende?, los vecinos nos conocían con
el nombre, yo trabajaba en la hacienda ayudándole al señor de la
hacienda, luego me traen a Daniel Ignacio, un muchacho joven también y
lo traen de Punto Fijo, que venía también con situaciones muy difíciles
para mantenerse dentro de Punto Fijo, y me lo llevan allá; ahí tenemos
nosotros una fábrica de explosivos muy casera, muy elemental, pero
habían planes por lo menos para hacer una fragua, para traer cuestiones
metálicas para la fabricación de granadas o cualquier otra cosa,
estábamos justamente en eso, pero ahí los explosivos que hacíamos eran
entregados en los días establecidos.

P.- ¿Llegaron a fabricar granadas o minas, o no?

R.- Hacíamos algunas pruebas pero no las fabricábamos porque habían


algunos defectos en las que nos llegaban, que llamábamos La Livia I, La
Livia II, tenían algunos defectos en su fabricación; su funcionamiento era
muy malo, nosotros estábamos tratando de mejorarlas, con la esperanza
de que nos llegara material para su fabricación ahí y hacerlas completas,
lo único que hacíamos ahí eran explosivos, que lo hacíamos en base a la
Cloratita que tiene un poder de destrucción muy grande.

P.- Yo conocí, un explosivista extraordinario llamado Vicente Pérez que


se mata en una operación organizada contra los oleoductos; esa
operación la planificamos y hubo un poco de mala suerte; ahí mandamos
a un muchacho mirista que fue a su primera operación y se enredó con
unas matas de urupagua, eso fue por mala suerte, porque Américo Silva
y el Negro Bartolomé Vielma nos mandaron unos conitos de Caracas y
yo personalmente mandé a Manuel, de cuyo apellido no quiero
acordarme, con los conos a una estafete en Punto Fijo, llegó con la
contraseña y no lo quisieron recibir. Los muchachos van a la operación y
justamente cuando están colocando la carga es cuando el muchacho se
enreda y así mueren Vicente Pérez y El Porteñito, a mi esa vaina me dejó
muy mal Nicolás. Hablé con el muchacho sobreviviente y las cosas
fueron así, así como te cuento.

R.- ¡Sí, yo lo conocí! Bueno, si; ahora, en relación a eso yo recuerdo


cuando se produjo la voladura del Oleoducto. Cuando se produce la
voladura del oleoducto mueren dos, yo iba a ir a esa operación, yo pedí ir
a esa operación, porque cuando discutíamos la forma de hacer la
explosión iban a utilizar el sistema de cuña, sí, el sistema de cuña. Yo
insinué que lo hiciéramos con una trampa -una trampita con hielo que
provocaba tiempo y cuando se derrite el hielo hacía contacto, que era
mucho más fácil- lo que sucedió ahí yo supuse que después que
extendieron la cuña que la fueron a llevar se enredaron con la misma
cuestión y se produce la explosión.

P.- Nico, como ya te dije, yo hablé con el único sobreviviente de los que
participaron en esa operación, un muchacho mirista llamado “El Ruso”
yo hablé con él. La explosión lo dejó como loco y quién sabe que pasó
con él, quedó en Punto Fijo, quedó muy mal ese muchacho, tuve la
oportunidad de hablarle: él dice que se enredó con unas matas de
urupagua, chico, y cuando se cayó hizo contacto y los muchachos
estaban debajo de la tubería. Cuéntenme todavía de la fábrica de
explosivos donde te agarran, porque eso fue un despliegue escandaloso,
¿no? eso fue producto de una delación, ¿que pasó realmente ahí, hay
tantas versiones?.

R.- Se decía que fue una delación pero no había un elemento que pudiera,
pues, llegar a pensar que alguien hubiese caído preso y había delatado
nuestra posición ya que nuestros contactos eran muy directos;
nosotros mismos teníamos una sola persona, no teníamos otro tipo de
comunicación, entonces era muy difícil pensar que allí se haya producido
una delación pero yo voy preso y voy a dar a Maracaibo.

P.- Cuéntame de tu experiencia en la cárcel y, sobre todo, la experiencia


en la cárcel no porque cuando uno está preso y va para la cárcel dice:
chico, anda en góndola o anda en un Pullman, porque la peor
experiencia es cuando a uno lo agarran y comienzan a darle, a darle en
la Digepol o en el S1FA ¿Cuéntame esa experiencia?

R.- Bueno, yo digo que prácticamente la tortura no fue una tortura física,
más que tortura quizá ellos me respetaron mucho, porque ellos me
conocían, me agarran, me llevan para que Hurtado que era Jefe de la
Digepol en Punto Fijo. Él me conocía y recuerdo que cuando me llevan
delante de él habían dos al lado y cuando me hace una pregunta recibo un
golpe de uno de ellos, entonces lo único que le dije fue -¡Viva la
Democracia!, si esto es la democracia, entonces, sigan dando, ¿no ve?
sigan dando, porque esto es la democracia y ustedes dicen que son
democráticos-, le dije yo. Empezamos una discusión entonces de tipo
ideológico; entonces él se dio cuenta que yo no tenía temor en ese
momento, me dio un cigarro me recuerdo y yo con toda tranquilidad
prendo el cigarrillo, inclusive, apago el fósforo delante de él, para que se
de cuenta que no estoy temblando, no le tengo temor a la situación y
coloco, eso creo que fue lo que entendieron, bueno, pues éste no siente
temor, porque generalmente a los que torturan son a los que sienten
temor, cuando uno lo que tiene es que mantenerse lo más sereno posible
para evitar que lo golpeen en ese caso, es decir, intentaron otras formas
más sofisticadas, me metieron en un calabozo con otro que se hacía pasar
por revolucionario que para venir pa’ Coro y con un cuento raro que si
pa’ llá y pa’ cá, que si iba a mandar un mensaje ¿ve?, entonces yo
conversé con él y entendí que no era ningún revolucionario, no, no lo
lograron tampoco sacarme nada por ese medio.

P.- Oye, Nicolás, háblame de la experiencia en la cárcel pero no


podemos seguir sin que hables chico, de las madres nuestras, en
tremendo rollo se metieron sin estar en nada, sin tener ideología
cargaban el misal, el catecismo, a Cristo, otras el Corán; en tremenda
vaina las metimos, pues.

R.- Bueno, sí, indudablemente que para mi también era muy duro porque
mis demás familiares y hermanos la presión que recibían porque mamá
en vista de mi actuación ella buscaba, se encontraba en una situación
bastante difícil; sin embargo, mamá fue muy valiente, ella se mantenía y
entendía mi lucha a su manera y ella a veces jugaba un papel muy
importante, ya sea como madre, más que todo diría yo. Nosotros
teníamos una pequeña tiendita, una pequeña tiendita llamada Babilonia
donde vendíamos muchas cosas, y eso se convirtió en una estafeta y la
primera que recibía los mensajes era mamá, ella llegaba con una clave;
llegaban ahí, entonces ella me los pasaba a mi y yo de ahí hacía los
contactos que tenía que hacer pues, ahí llegaban gente que me mandaban
de Caracas; tenían que pasar por ahí, yo se los entregaba a Omar Hurtado,
entonces de ahí, bueno, agarraban otros caminos.

P.- Mira Nicolás, de la Digepol de Punto Fijo te reseñan y te traen a


Coro.

R.- Me traen a Coro.

P.- Y de allí.

R.- De aquí me traen a Coro y de Coro me pasan a Barquisimeto, estuve


varios días en Barquisimeto, en la sede de la Digepol de Barquisimeto y
de ahí me pasan, me hacen un expediente, me pasan junto con otros para
Maracaibo; nos llevan para allá.
P.- Estuviste en la cárcel de Maracaibo; Maracaibo era como el centro
de recepción de los patriotas de Trujillo, Portuguesa, Lara, Falcón y
Yaracuy, los mandaban para allá por ser una circunscripción judicial,
jurisdicción militar no sé, ¿qué sabes tú de eso?

R.- Sí, allá, era donde nos llevaban; nos abrían los expedientes; nos
secuestraban como decíamos nosotros y nos metían allá, nosotros
hablamos de secuestro porque nosotros no teníamos auto de detención,
porque se violaba toda la cuestión jurídica, ahí nos metían como animales
sin nada, sin tener derecho a nada; yo estuve por lo menos año y pico sin
auto de detención.

P.- Te llevaron a la Cárcel de Maracaibo; los esbirros dicen que preso


es preso y su apellido es... otro, pero la cárcel es una gran escuela para
los revolucionarios. ¿Cuál fue tu experiencia en la Cárcel de
Maracaibo?

R.- Bueno, es que cuando uno llega a la cárcel la primera impresión de


sentirse en una cárcel es dura, pero entonces uno empieza a conocer la
gente que está ahí, me encuentro con Pichirilo, está Pichirilo ahí en una
celda. A mi me pasan para una celda donde prácticamente estoy con unos
campesinos y empiezo a trabajar con ellos, a conocerlos porque
estábamos aislados, luego poco a poco nos fuimos conversando y
hablando hasta de distancias y conociéndonos y ya haciendo conexiones
y como ahí funcionaba el partido, ahí los partidos funcionaban
evidentemente con sus decisiones y con sus cosas, entonces
prácticamente ingresé a la dirección del partido rápidamente; ahí me
incorporé a la dirección y empezamos nuestro trabajo, el trabajo ahí era
muy duro, pues estábamos aislados, nos encontrábamos muy deprimidos,
ahí lo único que hacíamos era cantar, el canto era muy importante, era
tonificante para el espíritu y a nosotros nos levantaba el ánimo,
cantábamos el himno guerrillero, no sé si tú recuerdas.

P.- ¿El de Capi Manuit?


R.- Sí, el del Capi Manuit, el himno de los guerrilleros y eso nos
levantaba el ánimo y al mismo tiempo golpeábamos a nuestros
carceleros.

P. - Que decía:
“campesinos, estudiantes y obreros
lucharemos por ti hasta morir.
Valerosa mujer de mi tierra.
Ya te miro empuñando el fusil
lucharemos por ti pueblo amado
temblará el asesino y traidor
Venezuela empuñara las armas
y conquista tu revolución”

Ese himno lo compuso el Capi Elías Manuit Camero, que era un hombre
extraordinario, un gran músico, compositor, poeta y soñador. ¿Sabes
una vaina Nico? el Capi se suicida, qué falta nos hace el Capi en esta
época de crisis.

R.- ¡Cómo va a ser!

P.- Nico, no hablemos de esa vaina, me pone muy mal. Bueno Nico,
háblame de tu experiencia en la Cárcel Nacional de Maracaibo.

R.- Bueno, sí, fíjate, que allí en la cárcel nuestros primeros contactos,
como te dije, era primero el contacto, después hago contacto con la
dirección del partido; ahí empezamos a organizarnos, indudablemente
que allí había gente que no era del partido, otra gente que pertenecía al
MIR, tenía también su organización política funcionando; así que
establecíamos todos estos contactos.

P.- ¿Cuánto tiempo estuviste en la Cárcel de Maracaibo, Colacho?

R.- Yo estuve aproximadamente tres años.


P.- ¿Saliste cando el Gobierno de Caldera o durante el Gobierno de
Leoni?

R.- Al final del gobierno de Leoni. Hubo sobreseimiento de causa,


sobreseimiento de causa allá a finales del gobierno de Leoni 67-68, por
ahí salí, no me acuerdo exactamente.

P.- Y luego, Colacho, comienza la vida, pues.

R.- Indudablemente, pero quisiera hablarte un poco más sobre la estadía


en la cárcel; es muy importante porque uno ahí se traza unas metas y la
disciplina, el estudio, ahí uno aprovecha muchísimo el tiempo, primero
porque es preferible estar en una actividad que estar pensando en otras
cosas y se les hace menos pesada la vida en la cárcel y nuestra actividad
era tanta que llegaban las diez y las once de la noche y nosotros
estábamos en reuniones, estudiando o haciendo cosas y más cosas, vale,
nos faltaba tiempo para el trabajo que teníamos, que se realizaba en la
cárcel, lo cual significaba que teníamos una vida muy agitada, hacíamos
deportes, hacíamos de todo, reuniones, teníamos un círculo, canto,
teníamos un orfeón, un pequeño orfeón ahí donde nosotros cantábamos
nuestros himnos y nuestras cosas, para cuando llegaran nuestros
familiares nos vieran alegres, ahí también influyó muchísimo en nosotros,
con esta situación la llegada de Caraquita Urbina, quien ayudó mucho al
colectivo del Partido.

P.- Llegó Caraquita, llega en el 63 por ahí en noviembre, a finales del 63


lo capturan en Coro, producto de una delación de un peruano llamado
Teno. A Caraquita lo torturaron mucho, a Cheché Urbina le dieron
muchos golpes, uno ve las actas de la Asamblea Legislativa de esa
época, el Pelón Medina que era su primo, arma un lío muy grande por el
asunto de la tortura. Esa es la verdad. Caraquita Urbina siempre fue
macho ante la tortura, Cheché es un hombre valiente y es parte de la
historia del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”.

R.- ¡Caray! Cheché es un hombre muy valiente, muy valiente y él allá


organizó el partido; le dio vitalidad, le dio unos objetivos de lucha muy
importantes en la cárcel, nosotros denunciamos, en la revista que dirigía,
¿Qué pasa en Venezuela?, era una revista pequeña. Nosotros hicimos
unas denuncias que aparecen ahí, de las torturas y los fusilamientos,
primeramente por la zona de Cumarebo ¿no? por los campesinos, por
nosotros pasaban.

P.- Colacho, cuando uno está preso siempre piensa en la fuga, yo creo
que allí en la Cárcel de Maracaibo, en esa época, hubo varios intentos
de fuga.

R.- ¡Cómo no! hubo fugas, y fugas muy importantes.

P.- Héctor Gil Linares se escapa de una clínica.

R.- Nosotros en la cárcel siempre estábamos pensando en fugarnos, había


una comisión que procesaba las fugas, lo pasaba al Partido y el Partido
aprobaba o no las fugas de acuerdo a la situación; si se veía posible, si no
se veía posible, si no había posibilidad de que ocurriera una desgracia o
alguna otra cosa, nosotros veíamos la circunstancia de hacerlo; teníamos
bastantes situaciones difíciles ahí, pero se produce una fuga que fue muy
importante, que fue por un error de la Dirección del Comandante, no me
acuerdo si era Moncada que se llamaba, El Comandante que era Director
de la Cárcel de los procesados militares, porque nosotros estábamos
aparte de los procesados civiles, nosotros teníamos un pabellón y tenía
una Dirección Militar, Moncada creo que se llamaba, hay unos presos
que salen en libertad, entre ellos nombra a uno que ya había salido en
libertad, decían fulano y fulano en libertad que se preparen que no sé qué
cosa, entonces enseguida empezó a funcionar el aparato, entonces llegó
un muchacho que había caído preso hacía mucho tiempo, que cayó preso,
no recuerdo el nombre, pero cayó preso por aquí por Guamacho, por esa
zona de por ahí de Cumarebo pa’ arriba, por esa parte cayó él preso,
parece que él pidió la cola y la primera cola que consiguió parece que fue
la del gobernador de aquí de Falcón: Pablo Saher, el papá del Chema
Saher.

P.- ¿Nico, no sería Guillén?


R.- Creo que era Guillén, él cae preso y él se dejó crecer la barba, él tenía
la barba ya, entonces cuando se produce la situación, el campesino,
nosotros le mandamos a rasurar la barba rápidamente, le pusimos un
sombrero campesino y se fue con el nombre, el salió legal con un nombre
diferente.

P.- ¿Colacho, no hicieron túneles?

R.- Nosotros no podíamos hacer túneles porque a nosotros nos tenían en


la parte superior, en la parte de arriba, no podíamos hacer túneles porque
en la parte de abajo estaban los militares, los procesados militares estaban
abajo y los procesados militares civiles estábamos en la segunda planta,
entonces se nos hacía muy difícil ponernos a hacer túneles; nosotros
pensamos en un túnel pero al revés, un túnel que lo hicieron de afuera
hacia adentro, así como sucedió en el San Carlos, de afuera hacia adentro.

P.- Como ocurrió en el San Carlos dos veces. Colacho, porque el túnel
por donde se fugaron Pompeyo Márquez, Guillermo García Ponce y
Teodoro Petkoff fue de afuera hacia adentro pero el túnel por donde se
fugaron Carlos Betancourt, Gabriel Puerta, Francisco Prada Barazarte
y el hoy diputado Rafael Antonio Uzcátegui y muchos más fue de adentro
hacia afuera.

R.- Ajá, como sucedió en el San Carlos, pero esos planes salieron a la
calle, pero nunca fue posible hacerlos, se produce esa fuga, esa fuga salió
magnífica, después hubo una serie de represiones y cosas y lavativas; allí
fue donde nosotros dejamos, nosotros tenemos derecho de salir en
libertad, nosotros lo que estamos aquí estamos secuestrados, nosotros lo
que estamos aquí es secuestrados, nosotros no tenemos ni siquiera el
proceso legal.

P.- ¿No te condenaron nunca Colacho?

R.- No, no me condenaron.

P.- Tu juicio quedó ahí y sales ya a finales del gobierno de Leoni por
sobreseimiento en la época ya en que el Partido Comunista lanza la
política de Paz Democrática, comienzan una serie de conversaciones.

R.- Sí, la paz democrática.

P.- Siguen presos los dirigentes comunistas: Pompeyo, Teodoro y los


otros que se mueren en la cárcel.

R.- Umjú.

P.- Sales en el año 67-68 por ahí exactamente, no sabes la fecha.

R.- En Diciembre salí por sobreseimiento de causa. Regreso aquí,


regreso, aquí me integro al trabajo con papá, papá estaba enfermo y yo lo
había dejado en Maracaibo.

P.- ¿Tu Papá era Ramoncito Jiménez?

R.- Sí, él estaba en Maracaibo con una lesión cardíaca y yo inclusive


cuando salgo de la cárcel lo voy a visitar a él, inclusive unos días antes
pedí permiso para verlo y me concedieron el permiso y yo fui a verlo
estando todavía preso, después me viene a mi el sobreseimiento como a
los quince o veinte días, entonces yo voy a visitarlo, todavía está
hospitalizado, entonces él me ordena que me venga a atender el negocio
aquí, entonces yo me incorporo con el trabajo de papá, ahí con papá, ahí
trabajo en su negocio, tú lo conoces, de allá éramos vecinos.

P.- Vecinos pared con pared.

R.- Umjú. Pero déjame seguirte hablando de la cárcel. Yo te hablaba de


Caraquita, te decía que Cheché Urbina fue un gran dirigente, ahí logró
humanizar la cárcel con nuestras luchas, hacemos unas huelgas de
hambre que fueron muy sonadas, hicimos las denuncias que te decía en la
revista, nosotros denunciamos fusilamientos, entonces cuando eso sale
dicen que esa era una cuestión contra las Fuerzas Armadas, entonces vino
un proceso donde se quería levantar un expediente por difamación a las
Fuerzas Armadas, entonces nombraron unos jueces para que interrogaran
o abrieran un expediente en la cárcel, entonces nosotros empezamos a
mandarles testigos, algunos testigos campesinos hasta que le mandaron al
que sí sabía toda la situación esa, sabía dónde estaban enterrados, cómo
los habían fusilado, quiénes lo habían hecho, todo, todo, porque ese señor
se salvó por un milagro, se salvó por un milagro, porque tuvo una suerte,
pues, de salvarse, porque lo rescataron en el momento, porque él, después
que fusiló a todos, los enterró y después a él lo iban a matar.

P.- Él fusilo a la gente.

R.- El hizo el hueco, los fusilaron, la tropa fusila, el comandante fusila a


los presos y a él lo dejan para que les eche tierra encima y haga el último
hueco donde lo van a matar a él y cuando está haciendo la fosa de él
entonces llega un helicóptero que lo andaba buscando, un amigo que
tenía cierta amistad, porque era el papá de una novia de un teniente y se
salva por eso, mira que estuvo a punto de caer, no se lo querían entregar
porque era testigo, un testigo muy fuerte y entonces hay un
enfrentamiento entre los dos tenientes; el teniente Venenito, a uno que
llamaban por ahí le decían ‘Teniente venenito’ y el otro, porque el
teniente Venenito no recuerdo el nombre, ese fue el que fusiló a la gente
y entonces el otro que venía en el helicóptero se enfrentó con él, y lo
rescató antes que lo mataran. Lo pasan a la cárcel y él nos echa el cuento
completo; nosotros denunciamos esos fusilamientos, hacemos esa
denuncia y mandan unos jueces para abrir la investigación, cuando
nosotros le presentamos ese señor y él da todos los detalles y todas las
cuestiones, los jueces no regresaron más, se acabó el expediente, hasta
ahí llegó, eso se enterró también, eso lo enterraron, esas cosas quedaron
enterradas, pero las denuncias que salieron a través de la revista “¿Qué
pasa en Venezuela?”.

P.- Yo creo que el Director de la revista era Orlando Araujo o Federico


Alvarez, no estoy seguro.

R.- Sí ése era Federico Alvarez.


P.- Bueno, Colacho, ya estamos casi en los albores del Tercer Milenio de
la era cristiana, terminando este siglo, cercano a la época de los cien
años, cuando bajó Cipriano Castro a poner orden en Venezuela, el país
atraviesa por una profunda crisis, yo creo que la crisis más grande en lo
que va de siglo. ¿Qué salida le das a este país?

R.- Hay cierta impresión realmente sobre esta situación actual, se


encuentra que hay un desfase en relación con el 60; mientras que en el 60
había una carga ideológica muy grande y había un gran despliegue
ideológico y había una esperanza muy grande, ahora eso se ha perdido
mucho, entonces eso ha bajado bastante porque es lo que se llama las
condiciones subjetivas, ¿no ves? falla de un partido de izquierda capaces
de la toma del poder no lo hay, en este momento no existe, mientras
exista una crisis, que si esta crisis se hubiera trasladado para el 60 la toma
del poder hubiera sido fácil, porque lo demás se hubiera hecho, chico,
muy fácil; mucha gente dice que fue una aventura como le dije al
principio, una aventura pero era necesario tirarla. Ahora la situación es al
revés, ¿con quién contaríamos desde el punto de vista político para
reemplazar, a todos esos incapaces, y a toda esa corrupción y a toda esa
serie de cosas?; no le veo una salida, no le veo ninguna salida en estos
momentos.

P.- ¿Qué opinas de la participación de las Fuerzas Armadas en la crisis?


porque están revueltas.

R.- Indudablemente que hoy existen tres corrientes en las Fuerzas


Armadas: la parte ortodoxa conformada por los viejos mandos, están los
jóvenes que insurgieron el 4 de Febrero, la flor y nata de nuestro ejército
se quemó ahí en ese momento; a mi me pareció que fue como un
despertar, nadie esperaba prácticamente una situación de esa naturaleza y
de pronto aparece una esperanza, aparece una esperanza con la
insurgencia y de repente vuelve a aparecer la otra insurgencia que
también vuelve a fracasar y los dos fracasos de ellas, yo no diría que se
perdieron todas las esperanzas, sino que las circunstancias fue ese
fracaso, no digo que fue por preparación, sino que fue fortuito, los
inconvenientes para la toma del poder en ese instante.
P.- Ahora, hay una crisis económica, política, social pero, Venezuela es
otra, hay una toma de conciencia muy interesante, lo que no hay es
vanguardia.

R.- No hay vanguardia.

P.- Los movimientos sin vanguardia generalmente terminan en la


derrota.

R.- Indudablemente, así es.

P.- ¿Qué significó para ti el desmembramiento de la Unión Soviética, el


fin de la Revolución de Octubre? Qué significó para ti el fin de la Unión
Soviética, para ti como comunista?

R.- Fíjate, nosotros antes conversábamos, cuando hablamos con los


camaradas de manera particular, conversamos con nuestros amigos y
generalmente esa pregunta siempre, siempre aparece en las
conversaciones, la repercusión y eso no es solamente en mi, eso fue una
repercusión mundial, eso fue un acontecimiento mundial así como fue un
gran acontecimiento, la toma del poder, también dejó de ser el gran
acontecimiento de que el socialismo real, aquel socialismo real que
resultó no ser real, empezó a desmembrarse y desaparecer de la noche a
la mañana, eso fue muy rápido; al principio pensamos que los cambios
eran una necesidad, que eran una necesidad, pero unos cambios que no
podrán ser tan violentos, la violencia de los cambios, provocó realmente
una revolución, yo creo que es la única revolución del mundo que pasa de
un sistema a otro sin que haya violencia, grandes violencias ¿no ves?;
cosa que era al revés, siempre para la toma del poder había una necesidad
de violencia, aquí no se produce esa violencia, la violencia viene a
producirse después de que ha pasado todo, porque cuando empiezan a
comprender los países soviéticos, empezaron a pensar los ciudadanos lo
que habían perdido, entonces sí empezó la violencia, aún vemos cómo se
desangran, cómo hay una serie de problemas, aunque las últimas noticias
son esperanzadoras en el beneficio de que el Partido Comunista viene
tomando algunas posiciones de poder por la vía de las elecciones,
¿verdad?. Esto sería un arranque, yo creo que eso marcó un ciclo en el
cual tendrá que resurgir de las cenizas de la Unión Soviética, tiene que
resurgir como el ave Fénix, tiene que resurgir algo transformado, pero ya
con mucha más firmeza y quizá con una nueva esperanza.

P.- Nosotros tenemos una larga herencia como pueblo; fíjate que al
comienzo de la entrevista te dije que no nos parecemos a ningún pueblo
de América Latina, porque este pueblo que nunca fue dominado a
excepción de la costa, tenemos la herencia Caribe, la herencia de las
insurrecciones negras, la Guerra de independencia, la Guerra Federal;
pensadores extraordinarios como Simón Rodríguez, Simón Bolívar, ese
ser extraordinario cuya figura crece más con el tiempo, toda la lucha
contra Gómez y la herencia de la gente en la calle, porque este es un país
que se parece mucho a lo que se llama agua bajo las hojas, que es
cuando tú vas caminando por un Montañón y dices no hay nada, son
puras hojas secas y de repente se te va la pata hasta la rodilla -¿dónde
caí?- en un fangal. Este es un país de explosiones; yo creo que la nueva
explosión de este país comenzó el 27 - 28 - 29 de Febrero, con el
Caracazo, el Guatirazo, el Guarenazo, el Tecazo, porque fueron varios
los “cazos”; oye, ahí comenzó, porque este es un país que de repente
organiza una gran fiesta y todos se emborrachan y al otro día es
probable que todo el mundo salga a tirar piedras, porque este es un país
impredecible pero con contradicciones muy grandes; y creo que
Venezuela es un volcán a punto de erupción y vendrán grandes cambios,
yo creo que la clase política venezolana no ha analizado lo suficiente la
crisis por la que atraviesa el país, porque no tienen quién les reciba su
mensaje y la prueba está en las últimas elecciones. El 83% de la gente de
Caracas no votó, la abstención que debe andar por el 70, por el 80%;
oye, este país está al borde de una ruptura y una gran ruptura, ojalá que
sea una ruptura tranquila, porque si no va a ser un parto muy
desgarrador.

R.- Todo el mundo, la gente espera que algo suceda, la situación es muy
difícil desde el punto de vista económico y la gente espera, pero el
problema de esperar sin prepararse para ello es la incertidumbre, es lo
impredecible; uno no sabe, en un momento determinado puede
enrumbarse el país, puede provocar un alzamiento militar, de repente
acompañado de una insurgencia, popular, es decir, que puede ser una
mezcla de todas estas cosas y, ¿qué va salir de ahí?. Bueno, yo te digo, si
los partidos tienen claro en este momento hacia dónde van, quiénes lo
van a reemplazar, quiénes son los líderes que van a reemplazar realmente,
siempre se ha dicho que los líderes están en la calle, que los líderes nacen
de los acontecimientos y nacen del momento, pero también es necesario
que se preparen, porque imagínate no es lo mismo que en el 60. En el 60
se sabía que se iba a la toma del poder y había líderes suficientes y
material humano suficiente como para hacer un reemplazo total, no ves,
del aparato del estado, pero nosotros, en estos momentos no vemos, no se
ve esa gente que lo pueda hacer, puede surgir y la historia se hace quizás
en ese empuje, eso se hace a veces en el camino y por eso no sabemos lo
que pueda pasar, pero sí qué tiene que pasar algo, tiene que pasar, eso sí
se nota en el ambiente, aquí tiene que pasar algo y tiene que pasar algo de
total transformación, este pueblo no resiste más las medias puntas, a
Caldera se le dio la oportunidad.

P.- Nicolás, tengo entendido después de tu sobreseimiento te vuelven a


hacer preso en Coro, cuéntanos de tu detención.

R.- Bueno indudablemente que sí; una vez que yo venía de mi trabajo
porque me metí a trabajar en una hacienda sembrada de melones, patillas,
está aquí cerquita de Coro y tenía una camioneta y regresaba con unas
tablas, regresaba de la hacienda; una vez regresando llego a mi casa y me
paro en la esquina a conversar con un amigo y me llega la Digepol y me
detienen violentamente; me llevaron y no tuve escapatoria y más ná, me
agarró en toda la puerta de mi casa, sin más nada, eran los célebres
Digepoles Cuauro y Domingo Ruiz, me llevaron, yo pensé, creí que mi
viaje iba a ser no más hasta ahí, yo tenía que ver con muchas cosas de la
lucha armada pero ya estaba pacificado, el país prácticamente estaba
tranquilo, me llevan a la Digepol pero enseguida me remiten con un
oficio al Cuartel Girardot y ahí me espera una camioneta junto con un
señor y me meten en una camioneta con unos soldados y me llevan a
Cabure al TO.
P.- Al campamento Antiguerrillero.

R.- Sí, al campamento TO-1 en Cabure, me llevan, eso fue tan violento
que no tuve tiempo de pensar ¿qué es lo que esta pasando, pues? como
era tarde, me pasaron a Pueblo Nuevo de la Sierra en un Cuartel ahí que
habían improvisado, ahí me meten en un baño y después a media noche
me sacan de ese baño, me sacan de ahí, me llevan para otra parte, y me
consigo con una señor tirado en el suelo quejándose, quejándose.

P.- ¿Y quién era ese señor?

R.- Era Juan, Juan Arenas que yo había conocido en la Cárcel Nacional
de Maracaibo; había caído preso, era un exguerrillero, que lo habían
detenido; él estuvo en el Frente “José Leonardo Chirino”.

P.- ¿Sabes Nico que es uno de los fundadores de ese Frente?.

R.- Del Frente “José Leonardo Chirino” cayó preso, tenía 2 ó 3 costillas
rotas, no se podía tocar.

P.- Nico, él era un hombre muy valiente, tenía fama de muy macho, fue
de URD y terminó siendo evangélico. ¿Es cierto eso Colacho?

R.- Sí, todo el mundo lo conocía, él después se metió a evangélico,


porque inclusive cuando después quedé ahí nos sacan después por la
mañana.

P.- ¿Estaba Juan Arenas torturado?

R.- Sí, muy duro, muy duro, muy fuerte chico, muy fuerte se quejaba, un
hombre alto fornido; mire, cuando yo vi a ese hombre así dije: imagínate,
yo que soy pequeño, a mi me desbaratarán, qué puedo yo esperar cuando
un hombre, chico, de esa fortaleza; el tipo se quejaba de esa manera tan
fuerte, entonces nos llevan al campamento nuevamente y me van a
interrogar y me meten en una carpa grande con cuatro o cinco soldados,
es una improvisación, de una mesita que es una caja grande, de esas cajas
de municiones que traen cosas así del ejército, empiezan a preguntar mi
nombre y a interrogarme pero no me doy cuenta que me tienen rodeado
con un FAL en la mano dispuestos a darme culatazos; y, bueno,
dije: -hasta aquí llegué, qué más vamos a hacer-; en ese momento llegan
y llaman al comandante, lo llamaron a él, se cuadraron y él salió
rápidamente porque tenía una llamada telefónica o una cuestión, al poco
rato regresa mal humorado, inclusive no le gustó el gesto, tiró así y me
manda a trasladar nuevamente o sea que me sacó del sitio donde estaban,
por lo cual respiré un poco y dije para mis adentros: -se salvó Nico-.

P.- ¿Y para dónde te llevaron, Colacho?

R.- De ahí me agarran y me llevan a Churuguara, yo una vez había


pasado por Churuguara, ahí en la comandancia me meten en la Digepol,
inclusive me pusieron una concha de mango ahí con un M-1 que me lo
pusieron cerquita así y mientras uno se retiraba y me lo dejaron con la
idea de que yo tratara de agarrarlo; es decir, me lo dejaron ahí, era porque
eso no tenía ná’, pa’ empezá, yo no iba a tocá ese bicho ¡que va! ni veía
pa’ allá, de ahí me trasladan, me trasladan con tres porque había otro que
estaba preso y nos llevan por toda esa sierra, llegamos a Barquisimeto y
de Barquisimeto seguimos corriendo, ¿y pa’ dónde vamos? Fuimos a dar
a Yumare.

P.- O sea que te sacaron de Guatemala y te tiraron en Guatepeor.

R.- Cuando nosotros llegamos a Yumare ya era de noche estaba


lloviendo; ahí estaba cayendo una especie de garuita, llegamos ahí, yo
venía peleando con Juan Arenas, le decía -andá por estar hablando
tonterías, reza esa Biblia ahí carajo- porque, él se había metido a
evangélico, -lee esa Biblia ahí carajo y reza bien porque eso es lo último
que nos va a quedar ya-. Yo lo que temía, estaba realmente rabioso sobre
eso, nos llegan a meter en un calabozo tan grande ¿no? era tan pequeñín
que apenas cabía yo, yo cabía bien pero al lado había otro, que era alto,
yo lo vi una vez, lo único que me consolaba, decía yo, aquel debe estar
enrollado allá porque ese no cabe en ese calabocito mientras que yo cabía
completo en el calabozo, aquello era inmundo, yo dormía en el suelo, ahí
estuve 18 días, me sacaban todos los días a la una de la madrugada para
interrogarme, el interrogatorio no fue violento, pero sí agresivo desde el
punto de vista psicológico, siempre trataban de intimidarme. Yo lo único
que pensaba era en mi mamá, yo siempre le decía a mi mamá: -si yo
caigo preso en un momento determinado mueva todo, vaya a la prensa,
vaya a la Asamblea Legislativa, denuncie que estoy desaparecido, diga
que teme por mi vida,- que haga todo lo que sea necesario, que no se
quede callada, que no le escuche a nadie decir yo arreglo esto, no. Salga
usted a denunciar, a denunciar, mamá jugó ese papel y lo jugó muy bien
porque fue a la Asamblea, fue a la prensa, inclusive se movió a Caracas,
se movió en Caracas y un amigo nuestro, tú lo conoces, chico, que es el
General...

P.- Giselo Payares, serrano de Cabure, primo de Douglas.

R.- A, bueno, primo de Douglas si... entonces va a hablar con él allá, él


era adecán de Leoni, fue a Miraflores y enseguida llamaron para Yumare
al general Rangel que era el que era jefe de operaciones, creo, del T0-3
¿Rangel no era?

P.- Azael Rangel.

R.- Ajá, enseguida lo llamó por teléfono y habló y le dijo que él se


responsabilizaba por mi, que él sabía que yo estaba trabajando porque él
había estado en Coro y habíamos conversado, habíamos hablado que
nosotros estábamos en ese proceso ya de pacificación, de incorporación a
la sociedad y al trabajo; entonces, eso me ayudó muchísimo porque yo
noto también allá que la presión bajó; bajó la presión de eso y a los 18
días me pusieron en libertad.

P.- ¿Nicolás Jiménez te largaron en las puertas del TO o te vinieron a


traer a Coro?

R.- No, me soltaron allá, después supe que había ido una comisión de la
Asamblea Legislativa de aquí producto de la movilización que hubo,
inclusive mi hermano fue también allá hasta la puerta de Yumare,
llegaron ahí y me negaron, bueno creyeron que no podían dar
información que tal y que lo otro, después recibí un bolsito, dije: -Ya no
me matan, saben que estoy aquí por lo menos es un alivio-, eso me llevó
a pensar: -ya sabían donde estaba- porque el temor mío era que no
supieran donde yo estaba, me llevaban pa’ Yumare, bueno, y de ahí
desaparezco, yo todos los días, todas las noches salía el helicóptero, el
temor de ese helicóptero que llegaba y salía a medianoche, yo no se
trasladaba, trata ahí, se hablaba muchísimo de que ahí los llevaban en
helicóptero, los tiraban, los mataban fuera.

P.- Existen los testimonios y los trabajos recogidos por José Vicente
Rangel.

R.- Salí bien ¿no? prácticamente salí como dicen los corianos al diantre.
Porque entrar ahí y salir vivo ya es bastante ganancia ¿no? y como te
digo no llegaron a tocarme, sinceramente yo he tenido mucha suerte; en
un sentido yo no puedo decir que hubo tortura física, no, solamente que
cuando me detuvieron me dieron un culatazo ¿no? Pero eso es parte en el
momento de la cuestión, pero no fue así como una tortura, ¿no?

P.- Bueno, Colacho, no me queda más que darle las gracias porque hoy
27 de diciembre, en vez de estarnos echando los palos, estamos hablando
del pasado. Yo creo que los civiles y los militares que nos alzamos en los
años 60 hubiéramos construido una patria mejor que la de Betancourt,
mejor que la de Leoni, mejor que la de Carlos Andrés, mejor que la de
Lusinchi, mejor que la de Caldera.

R.- Indudablemente que sí y yo creo que esto sirva como un mensaje; que
tu libro sirva como un mensaje a la juventud y que no se pierda su
memoria, que las nuevas generaciones sepan de las luchas y los esfuerzos
que se hicieron para transformar este país; no nos dieron la oportunidad,
pero la buscamos.
RAMÓN MARTÍNEZ -EL GALLINAZO-

Nació en Caruma, un pueblito que queda cerca de la Represa El


Isiro en las cercanías de Coro. Estudió la primaria en Cabimas y en
el Instituto Luis Espelozín en Coro. Hace estudios en la Escuela
Técnica Industrial de Cabimas. A la caída de Pérez Jiménez ingresa a
la Juventud Comunista y al comenzar la lucha armada se incorpora a
las Unidades Tácticas de Combate (UTC). En el año 63 ingresa a la
guerrilla rural del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”. En
1966 pasa a formar parte del Comando Especial de Sabotaje dirigido
personalmente por Douglas Bravo. Ese año es detenido como
consecuencia de la delación de Carlos González. Permanece tres años
entre el San Carlos, la Isla de Tacarigua y la Penitenciaría de San
Juan de Los Morros. A la salida de la cárcel se enrola coma marinero
en los buques de la Compañía Venezolana de Navegación, por lo
tanto ha viajado por Europa, Asia, África y América Latina.
Actualmente trabaja en un taxi pirata y con ello mantiene a su
familia.
YO ME HICE HOMBRE EN ESE FRENTE

CONVERSATORIO CON RAMÓN MARTÍNEZ,


-EL GALLINAZO-

P.- Estoy tratando de escribir un libro que se llama “Para que la


memoria no se pierda” basado en entrevistas a los guerrilleros del frente
“José Leonardo Chirino”, a los de la montaña y a los guerrilleros
urbanos; hasta ahora llevo seis entrevistas. He entrevistado a Noel Sirit,
a Jesús Díaz Suárez, a Francisco Perozo, Nicolás Jiménez, Baudilio
Loyo y al Negro Medina. Bueno, qué te parece la idea de este trabajo
que pretendo realizar?

R.- Bueno, creo que es una idea buena y nos sentimos contentos, tú eres
parte también de ese frente, que empiece alguien a escribir las verdaderas
razones de lo que fue el movimiento, de la gente que estuvo ahí, de los
muertos, de los cuales nadie habla; bueno, que diga la verdad, como debe
ser.

P.- ¿Cómo ingresas al movimiento revolucionario?

R.- Bueno, me incorporo después de la caída del General Marcos Pérez


Jiménez, en el 59, en la Juventud Comunista, en la Escuela Técnica
Industrial de Cabimas 60-61, vienen las persecuciones de la gente del
Partido Comunista en el Congreso, se divide Acción Democrática, nace
el MIR y me incorporo a las famosas Unidades Tácticas de Combate
(UTC).

P.- ¿En qué parte de Venezuela te incorporas a la UTC, en Coro o en el


Zulia?

R.- En Cabimas.

P.- ¿Realizaron algunas operaciones importantes en esa fecha?


R.- Bueno, sí, algunas.

P-. Luego ingresas a la guerrilla rural, por ahí en el 62-63.

R.- En el año 63, después de Cabimas, cuando me incorporo al


movimiento, me mandan al estado Trujillo-Valera; allí ya empieza el
movimiento de la guerrilla en La Azulita, después que el MIR en
Machango, con un compañero que fue.., un ganadero del Zulia, no
recuerdo cómo se llama ahorita, el señor que fue el comandante de la
gente del MIR, creo que es la primera guerrilla que se inicia, Quintero
Luzardo, creo que es él y me iba a incorporar ahí, pero, me mandaron a
Valera, allí estuve hasta que la guerrilla de la Azulita fue desmantelada.

P.- ¿Estuviste o no en la guerrilla de La Azulita?

R.- ¡No! estuve abajo, en Valera, trabajando en función del apoyo a la


guerrilla.

P.- ¿En la retaguardia?

R.- En la retaguardia.

P.- ¿En cuestiones logísticas?

R.- Sí, en cuestiones logísticas, con Tarzán Contreras, “Polito de leche”,


en Valera, un poco de gente de la Juventud del Partido Comunista.

P.- ¿Y luego, en qué año ingresas al “José Leonardo”?

R.- Luego de ahí me mandan a participar en El Porteñazo.

P.- ¡Ah...participas en El Porteñazo!, cuéntanos de esa experiencia, de


ese levantamiento de la marina y los civiles.

R.- En la realidad yo casi no tuve contactos con las gentes militares, pero
a mi me llevaron y nos acantonaron en grupos de civiles, en los trailers de
la Petroquímica y de allí, cuando estalló El Porteñazo, bueno,
participamos, estuvimos allí como tres, o cuatro días, luego, saltamos por
una montaña hacia Valencia y con suerte que yo no caí preso, ni
detenido, ni nadie del grupo de nosotros, nadie murió, así pasó.

P.- Eso fue en el año 62 y ya tienes una experiencia, primero en las UTC,
en Cabimas, luego, en la retaguardia en Valera, hacia La Azulita,
participas en El Porteñazo y finalmente, te incorporas al “José
Leonardo” en el año 63.

R.- Sí, me regreso a Coro, me incorporo a la Juventud con el Camarada


Alcides Hurtado, Chindo Muñoz, en el Barrio Cabudare, Rafael Laguna,
Nanche Villasmil y otros compañeros. Un buen día, un adeco, ta’ muerto,
se llamaba Nery de Kam, Nery de Kam me dijo, que si yo estaba metido
en guerrilla y cosas de esas, porque me iban a matar; yo se lo comuniqué
al partido y ahí me mandaron pa’ la Sierra.

P.- ¿Ingresas en el año 63?

R.- En Marzo del 63.

P.- Al frente “José Leonardo Chirino” en la Sierra de Falcón.

R.- Por Quiragua.

P.- ¡Por Quiragua!

R.- Bajo las órdenes del Comandante Onésimo Medina, “El Negro
Medina”.

P.- Por cierto que le he realizado una entrevista al Negro Medina muy
interesante, que de paso es tu primo hermano.

R.- ¡Así es!

P.- ¿Cuánto tiempo permaneces en el frente?


R.- Bueno, del 63 hasta el 66.

P.- Conociste allí también compañeros extraordinarios, hay unos


muertos, otros vivos; cuéntanos de tu experiencia en el “José Leonardo”
y de esos hombres que empuñaron las armas por la liberación de
Venezuela y de la humanidad entera.

R.- Bueno, yo llegué muy joven; me hice hombre en ese frente, aprendí
mucho de todos ellos Baltazar, Colina, Billito, Onésimo, Arcadio
Martínez, Miguel Noguera y tantos guerrilleros que hubo ahí, con los
cuales compartí combates, hambre, trabajo, alegrías y bueno, aquí estoy,
me siento bien.

P.- Bueno, yo creo que tú participas en una de las operaciones militares


más importantes desarrolladas por la guerrilla venezolana, contra las
fuerzas militares de este país, ¿cómo fue la toma de El Paso?

R.- ¡Sí! yo participé en El Paso, bajo el mando del comandante Baltazar


Ojeda Negretti, el capitán Miguel Noguera, el capitán Argenis García
Bravo, eso fue en Diciembre del 64, un 17 de Diciembre se empezó a
trabajar la operación en El Paso, no se pudo tirar ese día y se tiró el 18 a
las 4 de la tarde, estuvimos peleando hasta las 6:30-7:00 de la noche, ahí
perdimos al segundo comandante al mando, uno de los hombres más
valiosos que ha botado la guerrilla en América: Miguel Noguera.

P.- Sí, ahí muere el guerrillero más audaz, más tranquilo, más analítico
del frente “José Leonardo Chirino”, oye era un mito. ¿Cómo muere
Miguel? Pero, primero, cuéntanos la acción de El Paso.

R.- Bueno, si, el 17 empezamos a tirar la operación, no la pudimos tirar


porque se atravesaron unas señoras, unos niños y nos replegamos; luego,
volvimos de nuevo al otro día y se tiró la operación, esa operación era
una operación a una brigada del ejército del Batallón de Ingeniería
Francisco Avendaño. Empezamos a “peliá” a las 4 de la tarde, en un
enfrentamiento de guerra pues, de combate. Frente a frente, a las 6 de la
tarde, nosotros habíamos dominado totalmente el punto de mando del
ejército. El comandante Miguel Noguera y Baltazar Ojeda Negretti, mi
persona, Abreu y otros que no recuerdo sus nombres ahorita, estábamos
parados y se rindió un soldado, estábamos hablando con él, le estábamos
explicando que no le iba a pasar nada, que no se preocupara, sonó un tiro;
todo el mundo se replegó, el soldado corrió y se escondió atrás de una
ceiba, donde habían unos muertos, agarró un fusil y disparó, Baltazar
Ojeda Negretti estaba en cuclillas, el tiro se lo pegó en la gorra y le pasó
a Miguel, quien estaba atrás, parado, yo estaba al lado de él y cogió el
tiro en el pecho, eso, ya terminando el combate, ya para retirarnos
murieron varios soldados en el combate. Sí, Miguel muere, Baltazar toma
una decisión de dejarlo ahí, en el sitio, porque no hallábamos qué hacer
con él, no teníamos nada que hacer, a Miguel lo captura el ejército
ya muerto, le da sepultura por ahí cerca de la zona, cerca de un puente
propiamente, nosotros nos retiramos, muchos se perdieron, el
comandante Magoya se perdió solo, yo me retiré con Baltazar, con
Colina, los demás también cogieron solos, porque fue una plomazón muy
rápida, porque nos dieron alcance, tuvimos que “peliar” como media
hora, como te dije, dejamos a Miguel y llegamos al campamento cerca de
Murucusa, donde estábamos acampados, ya ahí mi pierna no daba pa’
más, estaba muy inflamada, me sacan hacia Caracas, caminando desde
Murucusa hasta Píritu, que salgo con el compañero Félix Faría, me lleva
a Caracas, me operan el 24 de Diciembre y ya el 7-8 de Enero estaba en
el frente; me incorporaron de nuevo y de ahí, me incorporo a mi
destacamento, que es el de Los Llanos, ahí estábamos, me mandan a abrir
una pica con el compañero Félix Faría hacia las colonias de Araurima,
llegamos y encontramos al camarada Evaristo González, -El Cuchufleta-,
ese camarada se pone en contacto inmediatamente, con un destacamento
o una brigada del MIR, creo que estaba bajo el mando del comandante
Rossell, mi amigo, mi hermano, mi compañero de muchacho en el
Espelozín y en el liceo; ahí, bueno, estuve con ellos un tiempo,
caminamos por toda esa zona, haciendo zona, buscando puestos,
explorando, hay muchas anécdotas allá; me acuerdo que una vez salimos
a buscar comida hacia la hacienda de mi papá y estábamos en un
campamento a orillas del río Tocuyo y bueno llovía mucho, y esa zona se
inunda, el compañero Rossell iba con un saco, casi 60 kilos en el lomo,
habiendo unos flojos ahí, unos compañeros que tuve problemas con ellos,
le daba el agua al cuello, me acuerdo, no se me olvida, yo creía que el
gordo se iba a ahogar y bueno pa’lante, ese era el trabajo de la guerrilla;
hacer trabajo social, cargar comida pa’ su logística, pa’ sobrevivir en las
montañas, esa noche nos perdimos, estábamos frente al mismo
destacamento, caminábamos y caminábamos, les dije, bueno, cómanse
algo, déjenme a mi, que yo voy a conseguir el puesto; me acuerdo, que
me senté en una mata, cuando me paré, voltié pa’ tras, estaban las
hamacas y los otros compañeros, ellos no nos oían, ni los que estaban
acostados, ni nosotros veíamos el sitio, bueno, ahí estuve; ahí llega la
Comandancia, ya el camarada Douglas y la Comandancia, luego de ahí
me mandan a las Colonias de Yumare a abrir la pica nuevamente y
encuentro allí en Yumare al compañero Lino Martínez, que era miembro
de la Comandancia y además era el comandante de esa brigada,
compuesta por el MIR y gente de la Juventud Comunista, ahí también
estaba el “Motilón” José Mendoza y otra gente del MIR y de la Juventud
Comunista, allí llegamos a Yumare, ahí ya, vengo, busco a la
Comandancia nos trasladamos allá con el Camarada Douglas Bravo,
tuvimos un tiempo ahí, en esa parte de Yumare, haciendo contactos,
trabajos y bueno las reuniones con el Partido allá, del regional de
Yaracuy, luego pasamos a Cerro Azul, hubo muchas escaramuzas, me
tocó participar en varias de ellas. El camarada Douglas tenía el proyecto
de realizar lo que hizo Zamora, o sea, triangular la guerra, me manda
hacia Nirgua para que pasara a Los Llanos, abriendo la pica, con el
camarada Raúl Chirinos “El Pica”.

P.- “Picapiedra”.

R.- De Nirgua, llegamos a Nirgua, de ahí me devuelven y vengo hacia


Yaracuy, ahí nace el famoso Comando Especial de Sabotaje (CES), lo
forma el comandante Pichón Iturbe, voy yo, el loco Fabricio, El Gato
Oberto Zárraga, Magoya, Cuchú y otros, Dionisio Ramírez, “el Nicho”,
el camarada Magoya cuando estábamos en Caracas no le gustó la vida en
la ciudad, no estaba acostumbrado al combate en la ciudad y dijo: “esto
no es pa’ mi”, aquí me matan, se va a la Sierra y se encarga de su lucha
otra vez, en su destacamento, donde estaba, nosotros nos quedamos,
empezamos a realizar operaciones, como ya te dije de tipo económico,
porque ya era la época en que se hablaba del repliegue de la Quinta
Conferencia, creo que no me acuerdo muy bien, ya el Partido Comunista
se iba a acoger a la Pacificación y bueno, en Caracas daba miedo eso,
habían grupos por un lado, había una desorganización en la lucha, nos
peleábamos unos con otros por las operaciones y eso, de todas maneras
nos mantuvimos con el frente, no dimos marcha atrás. En una reunión
El “Pichón” Iturbe dijo: ¿estamos con la guerra o con el Partido?, yo sí
estoy con la guerra. Estamos con la guerra, dijimos nosotros.

P.- ¿El Pichón no era del Partido?

R.- No, era de URD.

P.- Igual que Billito Yánez.

R.- Sí, y Magoya y esa gente y Miguel que era urredista, esa gente no era
del partido.

P.- ¿Galli, por qué en la guerrilla de Falcón se incorpora mucha gente,


con y sin partido?

R.- De AD.

P.- De AD, del Partido Comunista, del MIR, de URD.

R.- Valiosa gente, mucha gente valiosa, de distintos partidos, yo sí era


militante de la Juventud Comunista, entonces no hallaba a qué
someterme, porque me reunía con la gente del Partido, con la familia de
Pompeyo Márquez, con esa gente, entonces, decían: “repliegue, la
pacificación”, a la final me quedé con la guerra, y me volví a ir, me
mandaron a llevarle los reales a Baltazar, porque estaban en una situación
caótica, nosotros, incluso, estuvimos a punto de desertar, nos pensábamos
ir con 6-7 millones de bolívares en esa época para Brasil: El Gato
Fabricio, Pichón y yo.

P.- ¿Se pensaban ir con esos reales?


R.- Sí, sí, nos pensábamos ir, porque ya la lucha estaba muerta, pero la
gente que se mantenía con Baltazar, nos acordarnos eran compañeros y
bueno, los cobres los fuimos a llevar, llegando me incorporan al MIR
nuevamente, el MIR tenía problemas, porque le habían sacado su gente,
ya había llegado “El Chema” de Cuba, se había trasladado al Bachiller,
no sé dónde estaba el gordo Rossell, porque no lo encontré, encontré un
poco de gente del MIR allí, en esa zona y no estaban sin mando, porque
ellos no aceptaban el mando de la gente del Partido Comunista. El
Camarada Baltazar, me llama y me dice: no te puedes ir otra vez
para la ciudad, le digo: -yo soy miembro del CES-, me dice: no tengo
problemas, el único que puede ser Comandante de esa gente eres tú. Yo
le dije: -bueno, me quedo una semana y en realidad, bueno aceptaron-,
pues, todos me querían mucho, además eran falconianos la mayoría, tuve
con ellos casi un mes, pero el camarada Pichón no aceptó que me quedara
y tuvieron que trasladarme otra vez a Caracas, hasta que caigo preso en
Julio del 66.

P.- Galli, caes preso en Julio del 66, producto de una delación.

R.- ¡Sí!

P.- ¿Quién los delató?

R.- Si, correcto, el compañero, un coriano, paisano, porque como todos


saben el CES tuvo compuesto por puros corianos, este es un compañero,
Carlos González, delató las conchas donde estábamos y bueno nos
detuvieron.

P.- Creo que hay unos muertos, cae preso el Pichón Iturbe, caes preso tú,
cae preso el gordito Cuchú, allanan a Aura en Naguanagua ¿no?, hay un
solo cabrón, pero a ustedes los torturan mucho.

R.- Bueno, en esa caída de nosotros, en realidad, se mueve mucha gente,


porque era de lógica, porque nosotros sabíamos demasiado, éramos
guerrilleros que llegamos de Falcón, como todos saben, que era el Frente
más bravo de Venezuela, los contactos con tanta gente que estaba
implicada en esa lucha, entonces, tenía la gente que replegarse,
movilizarse, porque no se sabía si nosotros aguantábamos esa tortura, de
todas maneras tanto el Frente como la gente del MIR, del Partido, de
todos los que estaban implicados en esa lucha, no tuvieron que huir tanto,
porque en realidad, el que hace la delación no conocía mucho, los que
más conocíamos éramos El Pichón, El Gato Oberto Zárraga y yo. El Gato
Oberto Zárraga cae en combate, cuando va con un camarada del Comité
Central del Partido Comunista a una reunión en Los Teques, estaba
allanada por el SIFAC, que es el organismo que los hace presos y salió
corriendo, se tiró a correr hacia adentro para salvar al compañero, un
abogado que no sé cómo era su nombre, que era un miembro del Comité
Central. El Gato saltó por el río y había una cerca, cuando fue a saltar, un
Guardia Nacional lo tiró por la espalda, muere el compañero con tres
tiros.

P.- El Gato era un extraordinario combatiente rural y urbano.

R.- ¡Sí! Oberto Zárraga fue un gran compañero, creemos que fue el
hombre clave en la logística aquí en Coro.

P.- En el “José Leonardo”. Era un hombre muy audaz El Gato Zárraga,


¿verdad?

R.- Por eso era su nombre “El Gato”. Era muy audaz, muy vivo, muy
buen compañero y dispuesto a ir a donde fuera. Nosotros no fuimos
detenidos ni por el SIFA, ni por la Digepol, o Disip, sino por el SIFAC.
Bueno, me hacen preso, primero me caen a tiros, porque traté de irme por
un edificio, trate de tirarme con una sábana hacia abajo, y me cayeron a
tiros.

P.- ¿Dónde te agarran Galli?

R.- En Caracas, en La Vega, en una casa que tenía alquilada la mamá de


Baltazar Ojeda Negretti.

P.- ¿Allí te agarran?


R.- La vieja Magdalena Negretti, tenía una casa allí, ahí estábamos
nosotros, estaba la negra Aurora, estaba William Espinel, que nos
quedamos esa noche por cosas de la vida pero... allanaron, Carlos
González se apareció ahí con esta gente del SIFAC, y bueno, hubo una
“tirazón” ahí, me agarraron en la madrugada.

P.- ¿Ustedes estaban armados o desarmados?

R.- No, nosotros, no teníamos armamento.

P.- ¿No tenían armas?

R.- No.

P.- Los agarran allí, a Espinel, a la Negra Aurora, a ti y a quién más.

R.- A Hugo Negretti.

P.- A Hugo Negretti que era un muchacho.

R.- A Damián Barrios, un compañero del Comité Central del Buró


Político del Partido Comunista.

P.- ¿Y luego?

R.- Luego detienen a Socorro, la esposa de Pompeyo.

P.- ¿Socorro Negretti?

R.- Socorro Negretti de Márquez y a José Vicente Rangel, porque creo


que iban a ver el problema de Hugo, que era su sobrino, y de nosotros,
seguro por la cosa de los derechos humanos, esos fueron detenidos
también momentáneamente, pero con José Vicente tenía la cosa esa… la
inmunidad parlamentaria, le dieron la libertad; luego ahí vinieron las
torturas, yo fui torturado ahí creo que El Pichón y yo fuimos los hombres
torturados, más nadie, yo fui torturado más que todos, más que todos
ellos, fui torturado más, de ahí nos pasaron a la cárcel, bueno, nos
sentenciaron como si fuéramos del Porteñazo también, porque habían
estado las garantías suspendidas. Estaban las garantías suspendidas y
caímos en el bloque y nos metieron la máxima, 27 años, no sé cuántos
días, no se cuántos minutos, ¡ahí estuve pues preso! Cuchú estuvo preso
casi diez años.

P.- Bueno, ¿te hacen preso y de allí dónde te llevan?

R.- Bueno, nos hacen presos ahí, en esa casa, nos llevan, como te dije ahí,
ahorita, nos llevan a la Comandancia de la FAC, que es ahí en El Paraíso,
ahí nos someten a torturas, y estamos, luego, nos trasladan a una especie
de cárcel momentánea que tiene la guardia, donde lleva a sus presos; en
ese corre-corre que había, la Digepol y el SIFA estaban en un dale y dale,
nos ruleteaban pa’ llevarnos pa’ la sierra de Coro, bueno pa’ fusilarnos,
pero como por nosotros se pagaba un dinero por la cabeza, sobre todo,
por la del Pichón y la mía, el comandante de SIFAC era Matute Bravo, el
sargento Matute Bravo, sabía que iba a obtener beneficios con los cobres,
o sea la recompensa, no nos largó y nos dejaron allí; nos pasaron de ahí,
entonces ya sabían que éramos guerrilleros todos, y nos pasaron al
Cuartel San Carlos. Todos esos dirigentes del Partido Comunista, esos
grandes dirigentes, ahorita son grandes dirigentes con el MAS; ahí bueno,
había mucha gente en realidad, estábamos creo que ese era el pabellón 1,
no me acuerdo, nosotros estábamos ahí, había mucha gente, habíamos
como 50 ó 60 personas, de ahí nos trasladaron a la Isla Tacarigua, en la
Isla Tacarigua sí había demasiados presos, la Isla Tacarigua se contaba
como de 1- 2- 3- 4- 5 galpones grandísimos, cogían más de ciento y pico
de personas cada galpón, entonces, bueno ahí vivíamos, como debe ser,
preparándonos, porque creíamos todavía volver a la guerrilla.

Y hoy que estoy aquí hablando contigo y me estás tirando fotografías, me


acuerdo cuando andaba con ese pedazo de fusil allá ¡viejito! que te
tumbaba allá en Yaracal.

P.- Cuéntanos la vida en Tacarigua, una vida realmente interesante,


parece que a mucha gente, se les ha “olvidado” que pasaron por
Tacarigua.

R.- Bueno, en realidad, a veces pienso que sí, porque ahí muchos
compañeros, amigos, hermanos, se puede decir que estuvieron allí, que
ahí la pasamos feas muchas veces, los allanamientos que hacía el Ejército
a medianoche, nos sentaban ahí, parecían que nos iban a fusilar a todos,
había mucha gente de alta dirección en el país.

P.- ¿Como quiénes?

R.- Ahí estuvo, bueno, Eloy Torres, Carmelo Laboritt, en el Pabellón de


los militares estaba Tulio Martínez, estaba mucha gente, Polito Acosta,
hoy muerto, había mucha gente, “El Motilón” -Márquez Finol-, que ese si
era un hombre inteligente y arrecho.

P.- ¡Ah chico! El Motilón Márquez, háblanos de ese hombre, de ese ser,
de ese guerrero.

R.- Bueno, yo creo, para mi, que era un gran hombre, yo tenía mucho
aprecio por él, siempre hubo los problemas de que los maracuchos no
servían para la guerra, porque salían huyendo, yo creo que éste sobrepasó
la media, éste valía por toditos, era muy bueno, El Motilón, ¡sí era muy
bueno!, muy inteligente, era capaz y valiente, como ahí no había nadie,
pues, ya todos sabemos la vida de él y como murió pues, nos quería
mucho.

P.- Galli, y e1 viejo Eloy Torres, chico, también era un “personón”.

R.- Ese es mi papá, yo siempre he dicho que Pompeyo y el viejo Eloy,


esos son mis papás. Cuando yo me quise ir del Partido Comunista en la
división de la FALN, con el camarada Douglas y el Partido Comunista,
nosotros estábamos presos, ya surge la división y surge el FLN, que se
queda solo, y el Partido Comunista se va de repliegue, yo propuse, como
era el único miembro del grupo del CES de Falcón y se estaba creando la
Comandancia internamente con Héctor Valverde Aristimuño, Genaro
Guaitero Díaz, El Pichón Iturbe y otro compañero, sí, un poco de
compañeros, se estaba formando en la Isla Tacarigua la dirección de la
FALN, yo propuse al partido que me diera mi baja, porque yo era
guerrillero del Frente “José Leonardo Chirino” y tenía que incorporarme
a la dirección con el puesto que me dieran ahí, en la Isla. La gente de la
FALN, entonces, el camarada, el viejo Eloy me dijo: -usted no se va del
Partido, ni ha sido expulsado, ni se va-. Bueno, medité. Bueno, en esa
meditación todavía salí de la cárcel y todavía sigo siendo Marxista, no
estoy con el Partido Comunista, porque en realidad me fui por
decepciones con esa dirección, pero yo sigo siendo Marxista, soy amigo
de los comunistas, soy amigo de los miristas, soy amigo de los masistas.

P.- Y hablando de los miristas y el gordo Carmelo Laboritt, que es un


hermano y un maestro.

R.- Bueno, muy buena gente, al cual aprecio mucho, era mi amigo de
caminata y de correr, todas las tardes entrenábamos los dos, lo quise
mucho, lo aprecio mucho todavía, nos apreciamos, siempre nos vemos.

P.- ¿Galli y en Tacarigua no intentan escaparse?

R.- En Tacarigua como tú sabes se preparó una gran fuga, creo que iba a
ser la fuga del siglo, era una obra de ingeniería, se estaba realizando el
túnel, creo que el más importante que se hubiera hecho en el mundo,
porque iba a ser por debajo del agua, entonces ese túnel fue delatado, no
se sabe todavía quién lo tiraría, pero, bueno, era muy poca gente la que
tenía conocimiento del túnel, yo sé del túnel cuando ya casi estaba listo
pa’ irnos; en el primer grupo que se iba estaba metido El Pichón Iturbe,
yo y otros compañeros, pues, del Partido Comunista y del MIR que
estaban involucrados en eso; es lo único que sé, porque en realidad ni
trabajé, ni participé, pero sí, el túnel fue descubierto, ahí nos toca, nos
tiramos una gran huelga, de ahí vamos a dar Argidas Tamasauka, creo
que es el presidente de Lituania ahorita, Cleobaldo Rusián -que después
fue el Contralor de la Alcaldía de Caracas, con la gente de la Causa R- y
yo a San Juan de Los Morros, eso fue ya, en el 67-68, finales del 67 o
principios del 68 y ahí tuvimos en San Juan de Los Morros. En el
Hospital, por cierto, que ahí conocí al famoso Miguel Silvio Sanz, de la
Seguridad Nacional, estuvimos presos con él, ahí compartimos con él.

P.- ¿Te sacaron de Tacarigua para San Juan de los Morros?

R.- Sí, para San Juan de los Morros.

P.- ¿Con quiénes te llevaron Galli?

R.- Con Tamasauka, Cleobaldo Rusián, un Lorenzo de apellido


Mosquera y mi persona, ahí estuvimos como tres o cuatro meses, luego,
nos trasladaron de nuevo a la Isla de Tacarigua, ya cuando llegamos se
podía decir que teníamos libertad por sobreseimiento, casi todos los que
estábamos fueron sobreseídos, al único que botaron pa’ el exterior fue a
Tamasauka por su condición de ruso, era venezolano, pero, él nunca se
nacionalizó, hoy creo que es el presidente de Lituania.

P.- Galli y los muertos, chico, porque ahí quedó un “reguerón” de


muertos, nuestros amigos, nuestros hermanos, nuestros compañeros de
alegrías, pesares, de dolores y de sueños.

R.- Bueno, en una reunión que tuve en Coro, con Billito, con Abreu, con
Hermes Mora, hablábamos de eso, yo les explicaba que el poeta Rossell
quería escribir un libro, o estaba en eso, ellos me decían que aquí hay
mucha gente que ha escrito, -incluso Douglas- y no habla de sus muertos,
yo les dije que bueno, que yo iba a hablar con el poeta Rossell y le
íbamos a pedir eso, que no se olvidara de los muertos.

P.- ¿Galli y los muertos?

R.- Bueno, como ya te dije, pues, lo que te planteé sobre los muertos, que
nadie escribe sobre ellos, aquí todo el mundo habla pa’ aparecer en
libros, pa’ aparecer en las historias, pero ellos no escriben la verdadera
historia, ni recuerdan a sus compañeros que se cayeron: Arcadio
Martínez, Arcadio Pérez Martínez, nombran, claro, a Miguel Noguera,
porque tienen que nombrarlo, a Baltazar Ojeda ahora porque tienen que
nombrarlo, pero hay mucha gente que cayó, que fueron compañeros
combatientes de distintos estados de Venezuela: de Margarita, de
Caracas, de Oriente, estudiantes universitarios, campesinos, obreros y
entonces, yo leo los libros de los que escriben, incluso, se ponen ellos
como generales, yo creo que no han agarrado ni una tira-tira, pero, así es
la vida hoy, cuando estoy conversando contigo, aquí bajo esta mata de
mango, aquí en este cabrán, en la ciudad de Cabimas, mi planteamiento
es que escribes, un libro, bueno, que hagas honor a ellos, que fueron
compañeros, hijos también como Valentín Villasmil y muchos otros que
estuvieron involucrados en esa lucha, y que cayeron, demasiada gente
cayó y nadie los nombra, por lo menos que se haga una lista, pa’ que la
gente vea que estos cayeron, no importa, pero que aparezca, ahorita me
estoy acordando del hombre que... te lo voy a decir, porque no lo
metimos allá, cuando estábamos en Yaracal, hablando, cuando se
incorporó un muchacho del MIR que te iba a matar, iba a matar a
Douglas, que era la misión, que después lo fusilaron allá, no me recuerdo
de su nombre, eso fue cuando íbamos a tomar Miri-Mire por allá, por La
Paloma, se incorporó ese muchacho, era de la gente del MIR, iba con ese
propósito, una carta que se agarró, era que iba a matar al gordo Rossell y
al Comandante Douglas Bravo.

P.- Estamos ya en 1996, Venezuela se ha estremecido, un


estremecimiento muy grande, se estremecieron los barrios que bajaron,
nadie les dio ni una navaja y se lanzaron los militares a la insurrección,
y la gente los vio como muy extraño. ¿Qué opinas de la Venezuela de
hoy?

R.- Bueno, en realidad, Venezuela siempre se ha movido política y


militarmente; pero los partidos políticos se volvieron corporaciones, lo
que les interesa es producir para ellos y pa’ su gente: el voto, no se
preocupan por más nada, el país va pa’ bajo, el país está caído, nosotros,
los que nos alzamos en los años 60-61-62, toda esa gente, nos llamaron
terroristas, asesinos, ladrones, equivocados, traidores a la Patria, como
me sentenció a mi, el general Díaz Paredes, que después cayó preso en
Coro, con 500 kilos de cocaína, yo creo que traidor es él y así todos eso
bichos, los adecos, mira como están los adecos, el Partido se acaba,
Copei va caminando pa’ otro mundo. El MAS nace de los dirigentes que
se quemaron el pecho, incluso, yo participo en la fundación del MAS en
Petare, uno de sus fundadores. Me voy del MAS porque dejo de creer,
lamentablemente, en esos grandes dirigentes, que fueron tan buenos en
esa época, el país está por el suelo, nadie cree en nadie, no hay una
conciencia, se alzan los militares, hay una diferencia de aquellos que se
alzan en El Porteñazo, había partido cuando El Porteñazo, había partido y
la gente estaba con el golpe y dispuesta a pelear por el golpe, porque lo
demostró El Porteñazo, El Carupanazo y El Barcelonazo, pero, resulta
que los militares no creían mucho en la guerra, no creían mucho en la
posición del Partido Comunista y del MIR. Ahora se da otra concepción,
ahora los militares sí son revolucionarios como los Comandantes Hugo
Chávez y Arias Cárdenas aquí en el Zulia y otra gente, Visconti, toda esa
gente, que son revolucionarios, que caen y tienen otra perspectiva de lo
que es un golpe de estado en función de lo que está pasando en el país,
pero, el pueblo no está organizado, los partidos no creen en las masas,
porque ya ellos quieren irse, parece ser, y yo veo la cosa así, no sé, a lo
mejor estoy equivocado, los partidos políticos no es que creen que van a
dar un golpe de estado, sino que lo propugnan pa’ ellos irse, como se
fueron cuando Pérez Jiménez, y volver 14 años después a volver a
montarse en el coroto, pa’ seguir robando, pero van a estar equivocados.

P.- Galli, no sé si darte las gracias o qué, pero estamos aquí y creo que
esa memoria de quienes empuñamos las armas, pensando en una patria
libre, independiente y soberana no se puede perder, quedaron nuestros
muertos, yo una vez le pregunté a Teodoro Petkoff ¿y los muertos?
Todavía no me ha contestado.

R.- Ese nunca te contestará, porque ese es parte del sistema, ese es un
bandido, un pillo, pero, nosotros todavía seguimos creyendo en la lucha
social, en cualquier momento, por el voto o por las armas, el pueblo
tomará el poder, como dijo Angelito y la Pasionaria en una entrevista
“Pa’ viví de rodillas, es mejor morir peleando con las botas puestas” así
soy yo El Gallinazo siempre con la guerra.
ALEJANDRO MARIÑO SUZZARINI

Nació en Puerto Ayacucho en 1938, hijo de Camila y Pedro.


Participa activamente en la lucha “En los días finales de Pérez
Jiménez”, como diría Dieguito Salazar. Fundador del trabajo
estratégico del Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”, pasa a
ser miembro de su Comandancia. Ante el caos y la anarquía existente
en el Destacamento Sur es enviado allí para poner orden. Permanece
en esa zona hasta Febrero de 1965, cuando viaja a la Unión
Soviética, China, Vietnam y Cuba para recibir entrenamiento en las
academias militares de esos países. A su regreso a Venezuela es
detenido y después de ser ruleteado por muchos cuarteles militares es
recluido en la cárcel de Maracaibo donde permanece algún tiempo.
En la actualidad trabaja en el Ministerio de Fronteras con el Ministro
Pompeyo Márquez, además es un próspero empresario.
LO ÚNICO QUE LE OFRECÍ AL PARTIDO FUERON MIS
SACRIFICIOS Y MIS SUEÑOS

CONVERSATORIO CON ALEJANDRO MARIÑO SUZZARINI

P.- Comandante Mariño, mucho gusto, tenía muchos años que no lo veía,
me contenta mucho, estoy haciendo un trabajo que se llama “Para que la
memoria no se pierda”, estoy entrevistando, fundamentalmente, a los
combatientes del frente “José Leonardo Chirinos”, tanto a los del frente
urbano como a los de la guerrilla rural.

R.- El gusto es mío, y para mi, es de gran interés el hecho de que


personas como tú, se preocupen por algo tan importante, como lo fue ese
pedazo de historia, esa etapa tan importante, llena de dignidad, de arrojo,
de sacrificio por una causa que creíamos y que seguimos creyendo, de esa
gesta de la que no nos arrepentimos. Siempre he dicho que una de mis
posturas en el mundo y mi concepción del mundo, se debe a esa gran
experiencia por la que nos tocó vivir a esa generación que se llama “la
generación del 60” y esos distintos procesos de lucha por los cuales
atravesamos y donde logramos adquirir esa basta experiencia, un gran
sentido de sensibilidad y de solidaridad que muchos todavía no hemos
perdido.

P.- Bueno, Comandante, ¿cuándo inicia usted sus actividades


revolucionarias?

R.- Fundamentalmente, yo vengo de El Amazonas y me incorporo al


liceo Fermín Toro, por allá por el año 55, donde se está gestando un
pensamiento, un conjunto de ideas, inquietudes que yo no diría
revolucionarias, sino sólo inquietudes progresistas de avanzada, de un
grupo de jóvenes que se destacaban en aquel momento, donde estaba
Nancí Suzzarini, Caraquita Urbina, Régulo Hernández, este otro amigo,
que está hoy en la televisión, que aparece en un programa que no
recuerdo en este momento, Santana, Emilio Santana. Entonces, de ahí,
tomo contacto, yo vengo con unas ideas de tipo naturistas, fundamos allí,
con otros amigos, el centro de estudios biológicos, es como un herbolario
y comienzo a distinguir entre qué son las organizaciones de partido y las
inquietudes partidistas, y a reconocer quién está gobernando en aquel
momento, esa mentalidad joven, la inquietud de quien está gobernando el
país, lo que es la aspiración de una democracia, lo que es una dictadura
militar, bueno, se empiezan a abrir los sentidos y son mis primeros
contactos ahí, algunas alertas de que es riesgoso entrar con esos grupos
que aparecen como extremistas y sin embargo, me preocupa y me
procuro información, ahí establezco los primeros contactos con la gente
de pensamiento de avanzada.

P.- ¿Además de esos compañeros de quiénes más te acuerdas?

R.- Emilio Santana, los hermanos Leal, los hermanos Gabaldón, Arratia.

P.- ¿El Negro Arratia?

R.- El Negro Arratia, a Torres, un famoso pianista. Recuerdo que se


editaban dos periódicos: Vulcano y el otro no lo recuerdo. Mira Blas es
que a uno se le pierde la memoria, los años no pasan en vano.

P.- ¿Editaban Vulcano, Comandante y del otro periódico no se acuerda?

R.- Vulcano, -no recuerdo cómo se llamaba el otro periódico-, había una
competencia interesante, competencia periodística entre Vulcano y Leo,
creo que era el otro periódico y otro periódico muy imparcial, muy
apolítico que manejaba Emilio Santana ¿no?. Pero, en realidad, había una
serie de actividades extra-cátedra, -extra clases-, sumamente interesante,
de tipo deportivo: Ginkana, se daba la investigación, se daba con
acuciosidad información sobre lo que estaba ocurriendo en el país, es
decir, creo que esa generación estaba dotada de una gran sensibilidad y
por instinto, por intuición, no se por qué, pero había sensibilidad en los
jóvenes de esta época y una gran preocupación por lo que estaba
aconteciendo en el país, y por esa búsqueda de superación, así lo sentí en
aquellos momentos y yo me preocupé por eso. Posteriormente, en el
Fermín Toro, al mismo tiempo que estudiábamos ahí, se hacían
actividades contra el gobierno de Pérez Jiménez: manifestaciones hasta
concluir en batallas campales con el ejército y la Seguridad Nacional, por
estas experiencias muchos somos expulsados, unos aterrizamos en unos
liceos, otros, en otros, yo voy a parar en el de La Quebradita, en el Luis
Razetti, donde me consigo con gente, ya militantes, donde hay una
postura más definida contra la dictadura y ya yo entraba en contacto con
algunos de la Juventud Comunista, como Jesús David Garmendia, como
el Flaco Prada, Francisco Prada Barazarte, con ellos son mis primeros
contactos con la Juventud Comunista, con la Juventud Revolucionaria y
bueno, formo parte de esas células comunistas, con todas las medidas de
seguridad y de disciplina que se imponían o que se exigían en aquella
época, posteriormente, llego al Amazonas y me consigo que en mi casa y
en los alrededores, hay un grupo de expulsados políticos, de los
diferentes partidos: Comunista, URD y AD; entro en contacto con ellos,
entre ellos recuerdo a Alexis Adam, a Abdón López, a Pedro Calzadilla, a
Rafael Elino Martínez, a González Niño, a José Esteban Ruiz Guevara,
entonces, aquí, indudablemente reafirmo más mi preocupación, interés, y
hasta conocimiento por lo que se está trabajando, por la lucha que se está
desarrollando en el país, de la cual yo decía, que eran grupos como
selectos, pues, no había una discusión, era bastante clandestino, trabajo
bastante cerrado, el trabajo de captación era sumamente cuidadoso, se
revisaban los orígenes de cada quien, padres, donde trabajaban, en fin,
toda una serie de medidas para tratar que la Seguridad Nacional a través
de los captados, no fuesen a infiltrarse en el movimiento.

P.- ¿Dónde, en qué ciudad de Venezuela estabas durante las jornadas del
21-22 y 23 de Enero del 58?

R.- Me encontraba en el barrio La Ceiba, en La Charneca, habíamos


desarrollado un trabajo de varios meses, ya nos quedábamos a vivir, a
dormir y convivíamos, y vivíamos allí prácticamente, fuera de las horas
de clases nos trasladábamos allá, era un trabajo permanente, constante y
claro. ¿Qué era lo qué pensaba, por qué, era uno tan dedicado y
decidido?. Porque la receptividad de la gente fue permanente y creciente,
no nos delataba la gente, nosotros éramos sus líderes, a pesar de que
estamos hablando de una edad de 17-18 años, que éramos bastante
jóvenes, y sin embargo, podíamos nosotros dirigir gente, que nos
triplicaba, gente de 60-50-40 años, no solamente eran los jóvenes, sino
que la población nos protegía y realmente, nosotros dirigíamos unas
cosas, las otras cosas, nos las enseñaban ellos, nos decían qué debíamos
hacer, porque todas no nos las sabíamos.

P.- ¿Realizaron algunos combates callejeros, levantaron barricadas, qué


actividad concreta de violencia realizaron en los días finales de Pérez
Jiménez?

R.- Para esa época ya habíamos pasado de los volantes, de los mítines
relámpagos en las fábricas, en las iglesias, y en los medios estudiantiles,
en las universidades, en los carritos por puestos, en los autobuses, ya
habíamos pasado a la acción armada. Yo recuerdo que había conseguido
a través de una gran amiga, Carmen Noria, un revólver que era de su
padre y esa era nuestra arma fundamental, lo otro fue que Nancí
Suzzarini, con otro amigo que no recuerdo como se llama, habían llegado
de Argentina y nos facilitaron las fórmulas de los cócteles molotov, o sea,
las bombas molotov, mejoradas con azúcar refinada y ácido sulfúrico,
entonces, esto mejoró las actividades porque ya habíamos entrado en
constante lucha contra la policía, contra el ejército, contra los aparatos
represivos, contra la Seguridad Nacional, y teníamos zonas en las que ya
de alguna manera, logramos un grado de influencia bastante interesante,
entre ellos, La Charneca, que era donde me tocaba con mayor frecuencia
participar; allí se dieron el 20, 21 y 23 de Enero, grandes combates se
fueron sucediendo de una escala menor en plena calle a una escala
mayor, empezamos desde la iglesia Santa Teresa, bajamos a la que era La
Rotunda o Plaza La Concordia y de allí nos fuimos replegando en la
medida que íbamos actuando, se quemaban algunos carros, entrábamos
en acciones de tira y encoge, contra la policía y la Seguridad Nacional;
nos fuimos desplazando hasta La Charneca, empezamos al pie de la
Charneca y a medida que fueron llegando refuerzos del enemigo,
nosotros nos fuimos atrincherando en la parte de arriba, no dejándolos
subir, esto fue así: nosotros, bombas, molotov y piedras y ellos, plomo. El
pueblo se incorporó, yo digo, que en 100%, digo en un 100%, porque no
estaba en ese momento en capacidad de medir porcentajes pero si
recuerdo que estaba Rafael Elino Martínez, estaba el negro Arratia y uno
que conocí en esos momentos: José Rafael Núñez Tenorio, de quien
había oído hablar y había ingresado al país clandestinamente y se nos
incorporó, siendo de gran refuerzo, porque muchas cosas uno las
desconocía y en esos momentos, cualquier refuerzo de esa envergadura,
ya que ellos tenían experiencia en cuanto a dirigir y distribuir gente, nos
facilitó la operación y pudimos mantener, contener a los efectivos de la
Seguridad Nacional y de la Guardia Nacional y de la policía que se había
incorporado, inclusive, sectores del ejército que se habían incorporado
para contener ese repudio popular, que era realmente muchas consignas y
los combates se inician ahí.

P.- ¿Fue una participación masiva del pueblo, o es parte del mito de la
izquierda venezolana, hubo o no participación del pueblo el 23 de
Enero?

R.- No diría que total, pero, era lo que podíamos decir los sectores clase
media, las barriadas totalmente ¿no? y nosotros las guiábamos porque me
tocó también participar en Los sin Techo, en el Cerro León, en distintas
partes, en La Vega, en las fábricas íbamos a dar mítines relámpagos y los
obreros estaban con nosotros. Nosotros hacíamos un balance, se hacía
siempre, esa era la metodología, un balance de cada acción, de un tipo, o
de otro y los resultados eran crecientes en la medida que se iba venciendo
el miedo, parece que la gente intuía que se aproximaba un desenlace, ¿de
qué tipo? bueno, uno no lo sabía, pero, la gente estaba al tanto de que
iban a ocurrir cosas importantes, porque el pueblo es muy sabio e intuye
cuando se aproximan los grandes cambios.

P.- Mire, Comandante, cae Pérez Jiménez como consecuencia de esas


grandes jornadas del 21-22 y 23 de Enero. ¿Qué significó para usted la
caída del general Pérez Jiménez?

R.- Nosotros estábamos claros en la lucha en que estábamos


comprometidos, en lo que significaba Pérez Jiménez, desde el punto de
vista de la agresividad, del atropello, de la castración del venezolano, de
la castración de la dignidad, algunos quieren salvar a Pérez Jiménez y
decir que hizo obras arquitectónicas y decir que hizo obras que perduran,
eso no lo discuto, pero lo que sí hay que discutir y en lo que hay que estar
muy claro es que el régimen de Pérez Jiménez fue oprobioso, en contra
de la dignidad del hombre por la represión atroz que instrumentó, creo
que ahí está representada la parte negativa de su gobierno. No se puede
conducir a un pueblo, como si fuese mi arreo, encarcelarlo si protestaba,
es decir, era la parte del oscurantismo en ese momento.

P.- ¿Comandante, cuando huye Pérez Jiménez qué sintió usted?

R.- Recuerdo que el 23 de Enero, por el intenso trabajo político y militar


que había realizado, me encontraba muy agotado y me quedé dormido en
el Barrio La Charneca, en la madrugada los camaradas me van a levantar,
yo me levanto, estos camaradas me incorporan, comienza todo un
movimiento en los cerros de La Charneca, Hornos de Cal, etc., yo bajo,
en el camino nos conseguimos con unas banderas, hemos bajado como
unas treinta o cincuenta personas, la gente comienza a incorporarse y nos
dirigimos a Miraflores, estaba el negro Arratia, un compañero de la
Juventud Comunista que comandaba, yo calculo que eran como cinco mil
personas, a lo mejor eran mil, pero, yo los veía, no sé, para mi, interpreto
y creo que eran miles de personas; no me iba a poner a contarlos, lo único
que para controlarlos, pusimos banderas a cada tantas cuadras, para saber
los segmentos que llevábamos, de la cantidad de gente, una sola voz no
podía hablar, no llevábamos megáfonos, ni nada, este compañero nos
dice: ¡ahora hacia la Seguridad Nacional!, vamos llegando como a las
cuatro de la mañana, esa gran muchedumbre fue creciendo, eran miles y
miles.

P.- ¿Comandante, usted participa en la toma de la Seguridad Nacional?

R.- Sí, llegamos a las cuatro de la madrugada, ya se habían entablado los


combates, el ejército está atacando, con muy baja mística, con poca
actitud de combate, con una actitud de dejar pasar las cosas, sin embargo,
las multitudes, las muchedumbres enardecidas, los que vamos llegando
reforzamos la situación, cuando ven estas muchedumbres que van
llegando, que ya se visualiza con un poco de claridad con las luces del
amanecer iniciamos el asalto a la Seguridad Nacional, es entonces,
cuando el pueblo arremete nuevamente con todos los recursos que tiene,
exigimos al ejército que responda, el ejército no quiere responder, nos
montamos sobre los tanques y arengamos a los soldados y a los oficiales
que tenían sus órdenes muy precisas, que era de mantenerse a la
expectativa, más que a la ofensiva, pero los que si estaban respondiendo
con gran agresividad, desesperados, eran los agentes de la Seguridad
Nacional y en la medida que van pasando las horas, indudablemente, al
calor de las muchedumbres van sumando gente, van sumando gente; la
gente se lanza hacia los sitios más cercanos, cuando se hace más de día
-ya estamos hablando de las 5:30-6:00 de la mañana, empiezan a
escaparse muchos de los agentes de la Seguridad Nacional, los presos
comienzan a salir, empiezan a libertar a los presos, los de la Seguridad
salen camuflageados con los presos, con los colchones encima, con
sábanas encima, pero, sin embargo, algunos de ellos son descubiertos en
esa fuga, entre ellos el que llamaban El Gavilán, que tenía por costumbre
torturar a los presos sacándole las uñas, aplastándole los dedos a los
presos, así descubrimos algunos de ellos, las multitudes llegaban en ese
instante y el esbirro que quedaba ahí era nada porque muy rápidamente la
gente los golpeaban y en fracciones de segundo ahí quedaban, cuando
llegaban los del ejército a tratar de separar y tal, ya esa gente estaba
liquidada.

P.- ¿Derrocan a Pérez Jiménez y creo que comienza un gran ascenso del
pueblo en las calles?

R.- Es cierto, hay una gran euforia popular, una gran alegría por todas
partes, sí, en los ánimos de los venezolanos hay un contenido nuevo,
instinto que va a perdurar por algún tiempo, van a surgir algunos
movimientos como los de Castro León, algunos intentos de recuperar el
poder nuevamente, de hacer fracasar el movimiento revolucionario. De
esta participación de todos los partidos que se habían empeñado con gran
honestidad, con gran coraje, con gran valentía, yo creo que bastante
parejo, no puedo decir nada de la gente de Acción Democrática, la gente
de Copei, la gente del URD, del Partido Comunista; realmente una
intensa labor muy creativa para derrocar a Pérez Jiménez.
P.- Comandante, hay un levantamiento de la Policía Militar en el
Palacio Blanco, el mismo es derrotado con la participación del pueblo
en armas, ¿participó usted en los combates del Palacio Blanco?

R.- Yo estuve siempre cerca de los acontecimientos, del desenlace, había


resistencia en muchos puntos, así como había esa resistencia y ya había
caído por el peso de la participación popular, así mismo, se trasladan
entonces, hacia Miraflores, concretamente, al Palacio Blanco que es
donde hay una resistencia encabezada por la Policía Militar, hay un
atrincheramiento y recuerdo muy bien que Wolfang Larrazábal fue
acompañado por el pueblo a quien Gustavo Machado dio la orden de
armar y entre el pueblo y los militares leales derrotaron a los alzados en
el Palacio Blanco. Recuerdo a una señora del Partido Comunista, muy
llena de cadillos en la cara, que todavía la veo, en aquel entonces
vendedora de Tribuna Popular y quien todavía sigue por las calles, a
ella le dieron un balazo en una pierna y esa señora con todo el coraje del
mundo no quiso ir a curarse, yo me puse a estudiarla, ella permanecía
lanzando gritos en contra de la dictadura, reforzando a los que estaban
combatiendo en ese momento, el pueblo estaba en la calle, los
estudiantes, los jóvenes que estaban en la calle, había de todo, es
interesante todo aquello, allí había una comunión entre civiles y militares,
ahí no había partido, ahí todos eran uno solo. Aquel momento fue
realmente glorioso, un momento del que solamente algunos tenemos el
privilegio de haberlo vivido, indudablemente, quedamos marcados para
siempre, con acontecimientos de esa naturaleza, de gran envergadura, que
lo impactan a uno y lo sellan para siempre. En el fragor del combate
penetramos hasta el cuartel y empezamos a lanzar una gran cantidad de
armamento que los camaradas iban recogiendo, estas son las armas que
posteriormente utilizará el Partido Comunista en los años 60. Esto en
gran medida se debe a la visión del camarada Rafael Elino Martínez, que
si estaba claro de las cosas que vendrían después.

P.- ¿Comandante, eso fue durante el alzamiento de Juan de Dios


Moncada Vidal?

R.- Sí, durante ese alzamiento.


P.- ¿Y tú no crees que el pueblo dio gran aporte de sangre el 23 de Enero
y la oficialidad joven fue la vanguardia del pueblo?

R.- Sí, ahí va a ocurrir un fenómeno, los combatientes tanto militares,


como los combatientes de los partidos, sin hacer excepción ninguna
lucharon con gran honestidad, espontaneidad, con toda la pureza que
privaba para aquellos momentos, sin embargo, ya algunos políticos como
Rómulo Betancourt habían entrado en conversaciones y en negociaciones
con Estados Unidos para prometer qué tipo de gobierno iban a hacer, las
estratagemas de las cuales se iban a aprovechar, se iban a valer para
apoderarse del poder, pescando en río revuelto porque el movimiento
popular no estaba claro. No había un perfil definido, estaba como un solo
pueblo, como un solo hombre para participar en las luchas, pero no tenía
claro el problema del poder. En cambio, la burguesía y los partidos
políticos sí sabían para donde iban, el pueblo dio su sacrificio y ellos se
apoderaron del poder.

P.- Mira, Alejandro, creo que el gran planteamiento estratégico del


Partido Comunista era el de la Democracia, ¿qué opinas acerca de esto?

R.- Sí, totalmente, se creía en una democracia que podía irse


desarrollando, progresando hacia los intereses del pueblo, pero, no sé en
qué quedaba aquello de las contradicciones, porque si sabemos, si nos
manejamos con la dialéctica y nos manejamos con el criterio de lo que es
el socialismo frente al capitalismo, estamos claros, más o menos claros,
entre una cosa y otra.

P.- ¿Qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Es el acontecimiento histórico, es la referencia sobre la dignidad, es la


pureza del proceso revolucionario. La Revolución Cubana va a marcar
hitos, va a estimular el proceso revolucionario venezolano que había
entrado como un proceso frío, de una democracia no entendible y
propicia ante el descontento ya existente por la frustración del pueblo,
por la manera como se venía apoderando del poder la burguesía, como
había logrado colocarse en los mejores puntos estratégicos con el
asesoramiento que tenían, sobre todo del Departamento de Estado de los
Estados Unidos y el aplaudir de todos los países imperialistas capitalistas.
Indudablemente que la llegada de Fidel, la llegada de la Revolución con
Fidel a Venezuela, en esas celebraciones del 23 de Enero en El Silencio
van a constituir una gran referencia, un estímulo a ese descontento que ya
comenzaba a estar presente en los que nos sentíamos frustrados, por la
manera como se habían burlado del pueblo Betancourt y sus
acompañantes, como se habían aprovechado de la situación, entonces, la
Revolución Cubana se nos presenta como la definición, no de promesas
sino de la toma del poder y comienzan a hacer que esas transformaciones
que exige un pueblo en una revolución con el pueblo inmerso,
comprometido, asumiendo el compromiso con grupos dinámicos más de
vanguardia, más sensibles.

P.- A propósito, yo creo que después de la caída de Pérez Jiménez pasas


a formar parte del aparato especial del Partido Comunista, del aparato
armado.

R.- Sí, paso a formar parte del aparato armado del Partido Comunista.

P.- Oye ¿estuviste entre la gente que se preparó para invadir República
Dominicana; creo que fuiste compañero del Perro Linares y del Gocho
Cárdenas, quienes murieron durante el desembarco en ese país?

R.- Sí, es cierto, el Partido Comunista fue invitado a que enviara


combatientes venezolanos para la lucha en Santo Domingo, en el primer
grupo no pude ir. Viajé hasta Bogotá y Somapá en Colombia a recibir
cierto entrenamiento de tipo militar que terminó más que todo siendo de
tipo social, de trabajo social, porque ya allí no había aparato armado, yo
no entro en contacto con el aparato armado, sino con lo que significa el
trabajo político, el trabajo de masas, el trabajo social realmente ¿no?,
tengo que decir también que no fue sólo el Partido Comunista, estaban
incorporados en este grupo que iba para Santo Domingo a reforzar las
guerrillas, la lucha armada en Santo Domingo, algunos jóvenes de
Acción Democrática.
P.- ¿Te acuerdas de algunos de estos jóvenes?

R.- Hay un juez muy conocido, que no voy a dar su nombre porque
tendría que consultarlo con él, es un juez bastante severo, bastante
estricto y creo que bastante honesto que estuvo en la PTJ, después se
graduó de abogado y hoy es representante del poder judicial, una
personalidad muy interesante, ecuánime, también creo que honesta.
Había jóvenes de URD, de los cuales no me acuerdo en este momento
¿no? El entrenamiento lo hacíamos fundamentalmente hacia Santa Lucia,
hacia los Valles del Tuy, hacia El Ávila. El Ávila fue fundamentalmente
uno de los sitios de mayor intensidad y de mayor entrenamiento, nosotros
pasamos a este grupo porque éramos un grupo especial, habíamos
recibido un entrenamiento de tipo militar a través de los miembros del
Partido Comunista, la gente de la Juventud Comunista y componíamos el
aparato especial del Partido que resguardaba de alguna manera los
intereses y tomábamos algunas medidas con los dirigentes para que no
fuesen agredidos.

P.- Comandante, tengo entendido que posteriormente se va a realizar


trabajo social y de exploración en la Sierra de Coro y que ahí lo agarran
preso.

R.- Así es, pero antes de eso me manda el Partido Comunista a las zonas
próximas a El Bachiller, en Miranda, en la zona de la Costa, donde reviso
y hago un estudio de la situación social y geográfica de la zona, mi
informe es negativo, dice que no hay condiciones allí porque la población
campesina es adicta a Acción Democrática, entonces consideramos que
no era oportuno. Después de esa experiencia me pasan a investigar la
parte de Falcón, me voy a la Sierra de Falcón, hago caminatas por
distintos sitios de la Sierra de Iracara, no tan profundo, pero allí en el
informe que rindo, digo que reúne todas las condiciones por los haitones,
por lo difícil de la geografía y digo que esa zona va a ser difícil para ser
cercada por el enemigo; no así para nosotros que representaba muchas
ventajas, no podían hacer un cerco fácilmente, les iba a costar mucho
como en efecto a la larga eso sucedió. En ese inicio me manda el Partido
Comunista, yo me voy hacia la parte baja de Iracara por los lados de
Cabure, concretamente, San José y lo que llaman el caserío de San José,
ahí me instalo, ahí fungí de médico con algunos conocimientos que ya
había adquirido.

P.- ¿Lo que dicen, Alejandro es que tú eres un gran yerbatero?

R.- Bueno, yo no diría tanto, yo si sé de plantas medicinales, de medicina


alterna y de alimentación alternativa, conozco bastante indudablemente.

P.- ¿Se instala en San José?

R.- Sí, allí construyo con ayuda de los campesinos una casa, en una
montañita y después, comienzo a sembrar hortalizas, la gente me veía
muy bien y comienzo a recetar a la gente en algunas cosas, cuando se me
presentaban casos que no sabía porque era medicina más profunda, me
venía a Caracas, en mi libreta anotaba cada uno de los casos, había
algunas veces que tenía hasta cien personas haciendo fila para tratarse
conmigo, porque la médico de Cabure, era una “sifrinita” mexicana, ese
término no se utilizaba en aquella época, tenía un gran desprecio por la
gente, porque ellos llegaban sudados porque venían de lejos, había que
recorrer diez kilómetros de San José hasta allá y esos caseríos aledaños,
entonces, yo les recetaba, les facilitaba algunas medicinas y en los casos
más profundos, más complejos venía donde Argelia Melet, quien todavía
no era esposa de Douglas, estaban conociéndose. También una hermana
de Argelia Laya, llamada René Laya, me asesoraban, me daban
respuestas y qué tipo de tratamiento podría optar, algunos los trataba con
hierbas, yo no disponía de tanto tiempo, entonces no tenía disponibilidad
de medicamentos y puedo decir que muchos médicos eran muy solidarios
y siempre me facilitaban medicinas, entre esos, puedo nombrar a Pedro
Cardiel, él es copeyano y a Simón Muñoz, actual Rector de la U.C.V,
muchos médicos comunistas me facilitaban medicamentos con los cuales
socorríamos a la gente entre Cabure y Pueblo Nuevo de la Sierra. Pero yo
no estaba solo, conmigo estaba otro joven, Pechi se llamaba, no me
acuerdo el nombre completo de él, se fracturó un tobillo y tuvo que
retornar a la ciudad, Monopo sé que era el seudónimo, un amigo del
joven camarada de Puerto Cabello y trabajaba en otro sector, entonces así
fuimos ubicando varias personas que fueron haciendo esa labor social.
Junto con la labor social fuimos metiendo las armas a la montaña, armas
que me facilitaba el Partido Comunista a través del compañero Douglas
Bravo; me iban entregando sacos llenos de distintos tipos de armas,
armas viejas, otras menos viejas y otras, pues, modernas, no automáticas,
pero, en fin, eran fusiles, pistolas, metralletas, municiones; esto lo fuimos
metiendo en burro, con ayuda de los campesinos, totalmente con ayuda
de los campesinos, íbamos de madrugada, partíamos a eso de la una, dos
de la madrugada hacia los haitones, que son cuevas, naturalmente
camuflageadas, el trabajo que nos tocaba a nosotros de taparlas era muy
poco, porque eran sitios por donde no transitaba la gente, ni campesinos,
ni nada, muy difícil de llegar allí. Por último teníamos una emisora en
Cabure, en esa época no la logramos pasar por algunos inconvenientes,
después, no sé si por alguna imprudencia de mi parte o labor de
inteligencia del aparato represivo la emisora es incautada. Arman un gran
escándalo y me quieren ligar con la conspiración de los Perezjimenista.

P.- ¿En qué año fue eso, Alejandro?

R.- Estamos hablando del año 59, todavía no hemos entrado al año 60
¿no?. Entonces yo llego a Falcón a mediados del año 59. Más tarde en el
año 60 ya se había fundado el MIR, me ponen preso junto con un grupo
de compañeros de esa organización, entre ellos Carmelo Laboritt, Julio
Cacique, José Marcano, el viejito de Sutrabanc, Américo Chacón, bueno,
otros compañeros que ya no me acuerdo. Pero eso hizo que forjáramos
una gran amistad, que después también va a repercutir, porque en un
momento determinado ellos me llaman, la Dirección del MIR me llama,
cuando ya salgo de la cárcel, cuando ya estoy haciendo esas labores por
allá en Falcón, no se ha iniciado la lucha armada, no han aparecido los
destacamentos guerrilleros, perdón, si han comenzado la labor social, no
recuerdo bien si ha comenzado la actividad guerrillera, pero los
compañeros del MIR se reúnen conmigo, me acuerdo que fue aquí donde
estaba el cine Arauca y hoy está el Banco Unión, me citaron y me
consultaron sobre la posibilidad de instalar un frente armado en El
Bachiller, y cómo veía yo la zona, yo niego todas las posibilidades
porque conocía esa zona, la misma podía ser cercada y acordonada, por
tierra y podía ser bombardeada por aire y por mar, entonces, ¿cuál es la
vía de escape?. Lo otro es que la influencia de Acción Democrática allí
en la zona era bastante acentuada.

P.- Pero, mira, Alejandro estábamos en Falcón con la emisora ¿qué


pasó?

R.- Yo decía que quizá por imprudencia, o por la habilidad de los


aparatos represivos del estado, me detectan y después de esas actividades,
tratando de meterme a domador de caballos me fracturo un brazo y voy a
curarme al hospital de Coro donde tontamente caí preso.

P.- Te agarraron en el hospital de Coro.

R.- Me agarraron en el hospital de Coro.

P.- ¿No habías disparado todavía el primer tiro Alejandro?

R.- No, no, nada en absoluto, quizá podemos hablar de tiros entre dos
personas que se matan de las familias que estaban ahí, como es la muerte
del camarada Raúl Henríquez, quien se cae a tiros con otro señor del
pueblo, no por cuestiones políticas, sino por el honor de una mujer,
indudablemente que la muerte de este camarada es el primer gran golpe
que recibe la guerrilla, porque él era mi hombre de mucho prestigio entre
los campesinos y una persona muy valiente y solidaria.

P.- Mira, Alejandro, a raíz de la muerte de Raúl Henríquez, ¿te quedas o


sales de la zona?

R.- No, muere Raúl Henríquez y otros camaradas que eran el soporte del
trabajo que estábamos realizando. Sin embargo, había otra gente que nos
apoyaba, entre ellos mi camarada llamado Ramón de cuyo apellido en
este momento no me acuerdo, es el pilar de la organización en la zona, es
el hombre de toda confianza junto con otro compañero. Esta es una zona
donde la familia Bravo goza de gran prestigio y es por esto que Douglas
la había seleccionado, porque él sabía que el apoyo de sus familiares iba
a ser bastante grande como efectivamente lo fue. Como te iba contando a
mi me hacen preso en el hospital de Coro a raíz de una fractura que tuve
cuando me metí a domador de caballos, eso fue en 1959. Conocía de
estos camaradas, conocía de su capacidad, de su habilidad, de su destreza
y de su gran espíritu revolucionario ¿no? entonces, ese espíritu de
sacrificio que lo han venido demostrando todavía los que quedan vivos,
que realmente han sido consecuentes, no se han doblado, no se han
doblegado, muere Raúl Henríquez en ese encuentro con esta otra persona
del mismo sitio que eran hasta medio familia.

Yo continúo mi trabajo, está finalizando el año 59. Bueno, me hacen


preso cuando bajo. La Digepol me lleva a un recorrido con los
campesinos que siempre me ayudaron a cargar las armas, a cargar los
proyectiles, a cargar la emisora, la emisora nunca subió, esa emisora
quedó en Cabure. Con los campesinos siempre tuve una actitud de que no
los conocía, uno que vivía en la casa era contratado, era mi empleado,
algunos inclusive nunca se habían montado en un carro, pero no
delataron, no hablaron, no sabían nada, por mi parte tampoco, lo que hizo
que salieran a los dos o tres días, poco a poco fueron retornados a Coro y
de allí a su lugar de origen. A mi me llevan a la Digepol en Caracas que
entonces estaba en lo que se llamaba la Casa Gris, donde conozco a Juan
Arenas y a otros revolucionarios que habían sido apresados por estar
conspirando.

P.- ¿Pero, Alejandro, no fue en el Hospital de Coro donde te hicieron


preso?

R.- Sí, sí, de Coro me trajeron rápidamente a Caracas.

P.- ¿En qué te trasladaron?

R.- En una patrulla, esposado, como ya te dije me internan en la Casa


Gris donde conozco ahí a Juan Arenas y a muchos revolucionarios, ahí
están presos también algunos perezjimenistas, separados de los
comunistas, de los que de alguna manera venían haciendo protesta contra
Betancourt; de ahí me hicieron un recorrido a los calabozos de la policía
de Petare. En Petare, por protesta y por rebeldía, me fracturo la cabeza y
me llevan al hospital y de ahí me pasan solitario a los tigritos en la
Digepol, estaban terminando la Digepol y el segundo que vino a hacerme
compañía fue Oswaldo Barreto, que venía de Mérida por los
acontecimientos y las protestas que habían ocurrido allá cuando la visita
de Betancourt.

P.- Es decir Comandante, que usted y el Prof. Oswaldo Barreta Miliani


fueron los primeros huéspedes en la Digepol de Los Chaguaramos.

R.- Así es, fuimos los primeros huéspedes. Después de allí, con el brazo
fracturado, y por estar muy enfermo con una úlcera estomacal, me llevan
al Hospital Vargas, ahí se presentan mis familiares y muchos camaradas,
entonces, me proponen que me fugue. Yo atajé eso por toda la
información que me dieron los abogados que me asistían, quienes me
dijeron que mi caso iba a ser resuelto rápidamente. Por cierto, que entre
los médicos que me asistieron en el Hospital Vargas recuerdo con mucho
cariño al Dr. Jesús Sevillano y a la Dra. Volcán. Del Hospital Vargas me
trasladan de nuevo a la Digepol, de allí a otra cárcel, que quedaba en San
José, luego me sacaron y me llevaron de noche, en un avión para Falcón,
bueno, en Falcón sigue el proceso para mi libertad con mis abogados,
entre ellos, estaba el actual Procurador de la Nación el Dr. Jesús Petit
D’costa, quien era de la izquierda de Acción Democrática, después fue
del MIR y ahora es calderista.

P.- El Chivo Jesús Petit D’ Costa ¿el chivo del MIR?

R.- Sí, es uno de mis defensores. Duro como tres o cuatro meses en la
cárcel de Coro, luego fui puesto en libertad.

P.- ¿Al salir de la cárcel qué rumbo tomas?

R.- Bueno, sé que Douglas Bravo, Teodoro Petkoff, Argenis Bravo,


inclusive Baltazar Ojeda Negretti estaban arriba en la montaña, también
Juan Arenas y Domingo Urbina, era un grupo como de quince a
dieciocho personas, todavía no había llegado el compañero Chema Saher.
P.- Comandante Mariño, creo que usted está confundido con las fechas
porque eso fue en marzo de 1962, que es cuando se funda el
Destacamento “José Leonardo Chirino” que, posteriormente, se
convierte en el Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”, creo que
usted tiene una confusión.

R.- Cierto, cierto.

P.- ¿Usted se acuerda cuando ingresa Chema Saher a la guerrilla?

R.- Chema Saher llega un mes o mes y medio después de la llegada de


los primeros hombres al Frente ¿no?

P.- ¿Quién era el Jefe del Destacamento, Teodoro Petkoff o Douglas


Bravo?

R.- Si, ya están Douglas y Teodoro, Douglas es el hombre de armas


tomar, es el hombre del monte, el que se mueve con facilidad, es el que
tiene influencia entre la gente de la zona y Teodoro es el hombre teórico
que viene de la ciudad. A la larga el Jefe de la guerrilla de Falcón es
Douglas y Teodoro se vendrá a la ciudad al trabajo urbano.

P.- ¿Alejandro, cuándo se inicia el primer cerco contra el “José


Leonardo Chirino”?

R.- Hay un momento en que a Argenis González Bravo se le manda a


organizar la zona hacia La Cruz de Tara Tara, Teodoro se queda en el
campamento central, con Domingo Urbina, Juan Arenas y el resto de la
gente. Yo me había trasladado hacia mi punto lejano del campamento
para entrevistarme con Caraquita Urbina y con Pompeyo Márquez. Ahí
recibimos instrucciones del Partido Comunista y tal, quien nos orienta
que en vez de combatir permanezcamos a la defensiva y casi siempre va a
privar este tipo de orientación, nunca que pasemos a la ofensiva, porque
los soldados también son hijos de obreros y de campesinos; esa fue la
orientación que recibimos del partido.
P.- Estábamos hablando que te ibas a entrevistar con Pompeyo Márquez,
Cheché Urbina, creo si la memoria no me falla, que es durante esa
entrevista con Pompeyo, Antonio José Urbina Shiripa, Caraquita,
cuando tienen la primera escaramuza con el ejército.

R.- Sí, nosotros veníamos de esa reunión, donde recibimos el informe


político del Comité Central y del Buró político, con las directrices
políticas y la estrategia a seguir. Nos habíamos enterado que el ejército
estaba por incursionar en la zona. En la entrevista te hablé que Argenis
González Bravo había sido destacado para la zona de la Cruz de Tara
Tara con un destacamento que él iba a constituir a fin de abrir
operaciones en esa zona. Cuando nosotros salimos del campamento
quedan Teodoro Petkoff, Juan Arenas y Domingo Urbina, el resto del
grupo se había dividido, una parte para encontrarse con Caraquita y con
Pompeyo Márquez, después de despedirnos, con nosotros se viene
Caraquita porque va a pasar unos días conviviendo con nosotros en el
campamento; teníamos pues, más de ocho días marchando, rompiendo
monte y salimos a la cercanía de Barrialito, que es un caserío cerca de
Pueblo Nuevo de la Sierra. En el Trapiche, creo que era el Trapiche de la
Caridad, nos encontramos de frente con el ejército; yo voy a la
vanguardia, se me traba el FAL, se me atascó, no hice más que un solo
disparo, comienza el tiroteo y tuve que rampar, de vaina no me mataron.
Los compañeros después me cuentan, que me daban por muerto porque
pensaron que una ráfaga me había atravesado, pero yo me tiré por una
quebrada y los tiros no me alcanzaron, tuvimos suerte, todo el grupo sale
y no tenemos bajas, yo me quedo entre el fuego del enemigo y el fuego
de los compañeros nuestros que responden.

P.- ¿Es decir Comandante, que usted quedó entre dos fuegos?

R.- Entre los dos fuegos y muy cerca del enemigo, pero ninguna bala me
tocó, yo no sé por qué. Esto me ocurre en este combate y en otras
situaciones muy parecidas, pero ninguna bala me tocó, me picaban muy
cerquita sí y me retiro por dentro de un mogote, me voy retirando, oigo
los ruidos..., es el ejército que me anda buscando, después que la gente
nuestra se ha retirado, me logro escabullir por el mogote pero rampando y
ahí me quedo cerquita de ellos.

P.- ¿Destrancaste el FAL o seguiste con el FAL trancado?

R.- Seguí con el FAL trancado y después descubro que tenía una piedra
atravesada, una piedrita atravesada, eso fue como a las 11 de la mañana,
yo me quedé quieto, me retiré lo más que pude pero sin hacer mucho
movimiento, porque el monte era poco y ahí permanecí oculto como de
siete a ocho de la noche, entonces, de ahí sí me fui porque siempre se
oían los ruidos y el ejército buscándome. Me retiré hasta la casa de unos
campesinos, me identifiqué con ellos y me informaron de los
movimientos del ejército.

P.- Te encuentras con unos campesinos y ¿entonces?

R.- Ellos me resguardan en la casa, detrás de la casa, cerca de la casa hay


unas lajas, ahí permanezco, ellos me mantienen al día de todos los
sucesos, me dicen que han agarrado algunos presos, que había heridos,
que muertos. Después con unos campesinos amigos hice contacto de
nuevo con el resto de los compañeros de la guerrilla a través de la tía
Chila.

P.- Oye, la tía Chila es una mujer realmente solidaria con el proceso de
la guerrilla en Falcón.

R.- Desde el principio, la familia de Douglas, concretamente la tía Chila


y otra hermana con su esposo, gente extraordinaria. Es a través de ellos
cuando logro de nuevo el enlace con Douglas, quien me informa que
nuestras fuerzas están intactas. La columna se ha salvado, nadie ha caído
preso y ellos se enteran pues de que yo estoy vivo. Ya me habían dado
por muerto, porque habían visto cuando caía, pero no era que yo caía,
sino que yo me tiré para rampar y protegerme. A los tres días, ellos
mismos me guían hasta donde está una escuadra nuestra y ahí estaba
Caraquita Urbina. Sabíamos que el ejército estaba todavía arriba, habían
tendido un cerco en gran parte de la montaña, pues tenían informantes
que le habían dado el dato sobre nuestra ubicación.

P.- ¿Mira, Alejandro, y ustedes no le hicieron bajas al ejército en esa


escaramuza del Trapiche?

R.- No, en absoluto, eso fue un encuentro relámpago, muy rápido, eso
sucedió en fracciones de segundos, no sé cuantos, a mi me pareció una
eternidad. Tanto nosotros, como el ejército, nos sorprendimos de la
escaramuza, porque no teníamos información de la presencia del ejército
en la zona y ellos tampoco tenían información de nosotros. Teodoro
Petkoff y los compañeros que estaban en la parte alta de la montaña sí
tenían información sobre la presencia del ejército en la zona y por ello
habían tomado las medidas necesarias para evitar sorpresas del enemigo.
El ejército venía muy lento. Esto está ocurriendo con una diferencia de
dos a tres días del encuentro que sostuvimos en El Trapiche. Nosotros
nos dedicamos fundamentalmente a la propaganda armada, es decir,
penetramos en pequeños caseríos, nos abastecíamos de alimentos y
realizábamos propaganda entre la agente.

P.- ¿Qué pueblos y caseríos tomaron?

R.- Los caseríos de La Caridad, San José, donde previamente se había


hecho un trabajo político, todos estos caseríos quedaban entre Pueblo
Nuevo y Cabure.

P.- Mira, Alejandro, me interesa mucho el primer combate victorioso, la


primera incautación de armas al enemigo y las primeras bajas que tuvo
la guerrilla. Tú participaste en la acción donde muere el Negro Pastor
-Arcadio Pérez Martínez- ¿participas en esa operación? Cuéntanos tu
experiencia en esa acción.

R.- Sí, éste era un combatiente destacado y muy querido por su


capacidad para resolver diferentes situaciones en la montaña, él era un
campesino, era un hombre muy habilidoso, muy hábil, sin tener casi
ninguna formación, ni política, ni ideológica, era un hombre que estaba
ganado para el proceso revolucionario más por instinto. Éste era uno de
los fundadores del Frente, con un alto grado de confianza en lo que
realizaba y que la transmitía a los compañeros que componían el
Destacamento “José Leonardo Chirino” y al mismo Douglas Bravo.

P.- Estamos hablando de Arcadio Pérez Martínez, un combatiente


extraordinario. ¿Alejandro dónde fue el encuentro donde muere Arcadio
Pérez Martínez -el negro Pastor-?

R.- Dentro de la planificación que se hace en el destacamento “José


Leonardo Chirino” que después pasa a ser el Frente “José Leonardo
Chirino” porque de destacamento pasa a ser Frente. ¿Por qué inicialmente
éramos un destacamento? Con la posterior incorporación de un gran
número de gente hace que esto se convierta de Destacamento en Frente.
Un Frente lo componían distintos destacamentos tanto rurales, como
urbanos. La incorporación de Arcadio Pérez, del Negro Bravo y otra
gente de ahí, nos hizo acelerar el proceso, a través de ellos aprendimos a
conocer lo que era no solamente el vocabulario sino también aprendimos
la psicología y el comportamiento de los campesinos.

P.- Pero, Alejandro, cuéntame cómo muere Arcadio Pérez Martínez.

R.- Arcadio Pérez Martínez siempre quiso ir al frente, quiso estar


combatiendo siempre, tuvimos que estarlo atajando. En esos días
iniciamos un plan de operaciones y fuimos tomando pueblos, caseríos y
pueblitos, en esa avanzada iba la columna principal y nos dividimos en
pequeños grupos para poder cubrir en un solo día varias localidades para
dar a conocer los objetivos de nuestra lucha y para que se incorporaran
nuevos combatientes a nuestras fuerzas. Cuando estábamos realizando
estas operaciones se nos informa que hay una fuerza compuesta por
campesinos, policías y digepoles. Ubicamos la posición del enemigo y
decidimos realizar una operación contra sus fuerzas. Obtuvimos
información sobre su número y su ubicación. Douglas Bravo divide
nuestras fuerzas en dos grupos, él atacaría por un lado y por la
retaguardia yo le apoyaría. Él iba a atacar primero. Rodeamos el objetivo
y nos apostamos esperando que llegara Douglas; sin embargo, yo me
adelanto y rodeo la casa donde estaban los policías, les pedimos que se
rindieran y que entregaran las armas y le respetaríamos la vida, esta gente
respondió con fuego cerrado y también respondimos con fuego cerrado.
Entramos disparando, era una casa de bahareque, de ahí sale un grupo
disparando con sus metralletas, pero nosotros respondimos al fuego. En
la primera línea estábamos Arcadio Pérez Martínez, Miguel Noguera y
yo, todavía no sé cómo no nos barrieron a todos; no sé cómo la gente
resistió, porque salieron disparando, barriendo, abanicando con las
metralletas, con la buena suerte que Miguel Noguera saltó del otro lado y
disparó, a mi me pasaron las balas cerquita porque sentí el viento, pero no
me tocaron, y si tocaron al Negro Arcadio a quien llamé para darle
instrucciones y lo que estaba era tambaleándose, el Negro había caído
mal herido. Los policías y los digepoles se rindieron, eran tres o cuatro;
les causamos varias bajas entre heridos y muertos; este fue el bautizo de
fuego de los guerrilleros del “José Leonardo Chirino”. Entre las bajas del
enemigo estaba el Sargento Colina que era quien había capturado al
Chema Saher y al Catire Rómulo Valero, quien fue el primer médico de
la guerrilla. Nosotros tuvimos la baja de Arcadio Pérez Martínez -el
negro Pastor-. El negro Pastor estaba muy mal herido y su muerte fue
muy rápida, casi instantánea, mientras terminábamos la operación,
capturábamos y desarmábamos a todos, no le habíamos prestado
atención, sino después que terminó el combate, fuimos a auxiliarlo,
Arcadio había fallecido, nosotros intentamos atornicarlo, tratar de curarlo
y que se movilizara rápidamente hacia Cabure, donde pudieran auxiliarlo,
ya casi al final de la operación llega Douglas que había tenido ciertos
obstáculos en el camino.

P.- ¿Después de esa operación hacia dónde se retiran, Comandante


Mariño?

R.- Nos retiramos hacia la Sierra de Iracara, sin mayores dificultades por
ser conocedores de la zona; nos retiramos ordenadamente, muy rápido,
hicimos contacto con la gente en algunos caseríos y finalmente nos
internamos montaña adentro.

P.- ¿Alejandro, cuánto tiempo permaneces en la Sierra de Iracara?


R.- Aproximadamente dos años. Salgo a Caracas para un tratamiento de
una úlcera, que siempre me mantuvo achacoso y que me producía
limitaciones, sobre todo por lo que todo el mundo conoce, la
alimentación es básica en un tratamiento como éste y tú sabes lo mal que
se alimenta un guerrillero.

P.- Creo que después te mandan al frente sur, donde había una guerrilla
incipiente, donde estuvo Domingo Urbina y Baudilio Loyo, y después las
direcciones del Partido Comunista y del M1R, deciden reforzar ese frente
con armas, hombres y dinero. ¿Cuándo te trasladas al frente sur del
“José Leonardo”?

R.- Bueno, esta experiencia comienza porque Douglas me dice: -mira,


Alejandro no te quedes, vente para el Norte porque de aquí salimos con
una columna y vamos a reforzar al sur-. Pero nunca esa columna salió,
nunca estuvo en condiciones para salir. Yo estaba en Caracas, me
proponen que me encargue de la parte sur donde estaba Domingo Urbina,
que es con quien me encuentro y con el Cabito Julio Chirinos y Alirio
Chirinos, quien después será el responsable de la retaguardia del Frente
Guerrillero “José Leonardo Chirino”.

P.- Te encuentras con Alirio Chirinos, Juan José, J. J. o Coromoto, quien


es la misma persona. Tengo entendido que Alirio era el comisario
político del grupo de hombres que andaban con Domingo Urbina.

R.- Alirio era prácticamente el comisario político y el responsable militar


era Domingo Urbina y el tercer hombre era Julio Chirinos. Domingo
Urbina era realmente un hombre sin ninguna formación política, sin
ninguna formación comunista, un desadaptado, un aventurero, él tenía un
concepto un poco a lo Pancho Villa.

P.- ¡Coño!, Alejandro, pero Pancho Villa es uno de los grandes


estrategas militares del siglo XX, no le eches esa vaina a Pancho Villa,
comparándolo con el hijo’e puta de Domingo Urbina y, además,
Domingo Urbina no echó ni un solo tiro en la montaña, Pancho Villa
merece respeto.
R.- Domingo Urbina andaba muy bien armado y a caballo y todos los
demás andábamos a pie y con la gran suerte, pues, que entre ellos, los dos
que estaban de comandantes eran Domingo Urbina y Julio Chirinos, a mi
me enviaron para poner orden y disciplina a ese grupo de hombres y lo
logré. Yo toda la vida he comenzado de abajo, en todas las cosas que he
emprendido, porque he sido un hombre muy disciplinado y muy
abnegado; para coordinar y poner a marchar aquel grupo de hombres se
necesitaba de una gran fortaleza, de un gran espíritu de sacrificio, eso se
necesitaba y lo logré.

P.- ¿Tuviste desacuerdos con el indio Domingo Urbina? y que conste


una vaina, cuando te hablo del indio Domingo Urbina no lo estoy
haciendo de una manera peyorativa, porque los indios son nuestros
padres predecesores quienes nos han dejado una rica herencia cultural
y genética, lo llamo indio porque ese era su seudónimo, sólo por eso.

R.- Domingo viene de otra escuela y tuvimos algunos encontronazos,


diferencias profundas sobre la vida y sobre el mundo, por su manera de
conducir la guerrilla al estilo de las viejas montoneras y por su manera de
tratar al campesino, hay una gran diferencia en el trato al campesinado
entre nosotros los revolucionarios y la manera como los trató Domingo
Urbina, él quería utilizar al campesino, no incorporarlo, no sembrar
ideología, él quería utilizarlo y para nosotros el campesino merecía y
merece todo nuestro respeto y consideración.

P.- ¿Alejandro, en qué mes sale Domingo Urbina de la guerrilla y


cuándo pacta con el Gobierno? ¿De quién es la idea de llevar a
Domingo a la guerrilla?

R.- Yo no estoy muy claro de eso, lo único que he oído es que el Partido
Comunista le propone y él acepta las condiciones porque pensaba que las
cosas eran más fáciles, después allá en la montaña descubre que la
montaña, la vida del guerrillero es otro mundo, es otra instancia ¿no?
sería como muy largo y complejo explicarlo, no se trata de una clase, se
explicaría a través de todo este mundo de conversaciones que has tenido
conmigo y con otros y lo mismo que por tus experiencias y vivencias
hayas podido sentir. Entonces con Domingo no voy a entrar a ser crítico,
no creo que corresponda en este momento, creo que ese paso que dio fue
importante, él ha podido escoger otra situación, sin embargo, se sumó a
ese momento de sensibilidad, a ese proceso hermoso y trascendental por
lo menos para los que lo vivimos y por lo menos para los que todavía lo
sentimos y me parece que ese gesto hay que valorárselo a Domingo
Urbina.

P.- Alejandro, después de la salida de Domingo Urbina comienza


realmente el fortalecimiento del Frente Sur ¿verdad?

R.- Yo diría que no porque Domingo Urbina se haya ido, sino por la
decisión de la Dirección del MIR de reforzar el Frente Sur, no solamente
con gente muy buena sino también con armas, porque como te decía
anteriormente andábamos muy mal armados. A partir de Enero de 1964
comienzan a llegar los recursos: hombres, armas y dinero que nos
enviaban los camaradas del MIR y del Partido Comunista; hay una
preocupación por atendernos, funciona la logística, con regularidad, no es
que antes no existiera. Envían cuadros a reforzar el Frente, a Portillo
Pirela, a José Mendoza, a Rafael Rossell y en Octubre o Noviembre de
ese año, envían a Lino Martínez de la Dirección Nacional del MIR, Alirio
Chirinos se encarga de la logística del Frente y la camarada Raquel Reyes
será la responsable de la logística para nosotros y se ubica en
Barquisimeto, en una casita donde, por cierto, tú estuviste instalado allí
con nosotros. Tratamos de establecer contactos con los compañeros del
Frente Norte del “José Leonardo” donde está Douglas; hacemos unos
intentos serios para conectar el Norte y el Sur, fundamos la escuela
guerrillera “José Luis Otamendi”, que era el nombre de un combatiente
de la Juventud Comunista que había caído en combate a finales del 63 en
esa zona. El Tte. Sarmiento era el Director de la escuela y tú eras el
Comisario Político, me acuerdo que acababas de salir de la cárcel y
llegaste gordote y pasaste mucho trabajo, pero te acostumbraste y te
adaptaste a la vida de la montaña. Además de la Escuela de Capacitación
Guerrillera, preparábamos las condiciones para enfrentar el enemigo, ya
habíamos tenido algunas experiencias y empezamos a realizar un trabajo
de exploración hacia el Norte de Lara, Noroeste de Yaracuy y hacia el
Este de Falcón y realizábamos un trabajo entre el campesinado, pasamos
meses en esto, logramos triangular el Frente, es decir, nos movíamos
libremente por el Sur de Falcón y por el Norte de Lara y Yaracuy. A la
vez fuimos organizando micro empresas, donde los campesinos nos tejían
alpargatas, montamos alguna especie de bodeguita atendida por
campesinos nuestros y llegamos a tener una gran zona de influencia. Así
fuimos creando ciertas condiciones y evitábamos el enfrentamiento
con el enemigo porque ese no era nuestro plan estratégico. El
campesinado en la zona fue muy solidario con nosotros, sin embargo, la
Digepol, el ejército y la Guardia Nacional hacían incursiones, pero no se
toparon con nosotros, caían en el vacío y no recababan ninguna
información. Pasado el tiempo el enemigo fue recabando información,
empezaron a hacer política social, fueron penetrando con psicólogos,
sociólogos y sindicalistas; empezaron a organizar grupos campesinos de
contraguerrilla, a los cuales le pagaban; fueron reclutando informantes
y realizando una serie de servicios básicos para la población. Nosotros
seguimos preparándonos militarmente pero creo que no visualizamos lo
que se nos venía encima. El ejército realizó un importante trabajo de
información en la zona de Santa Cruz de Bucaral, La Taza y caseríos
aledaños. Era un plan muy bien dirigido y esto lleva más tarde a una gran
ofensiva del enemigo que había aprendido mucho de su propia
experiencia militar, de nuestros errores, de las experiencias guerrilleras
en Filipinas y en Malasia y sobre todo, de la experiencia cubana y de la
guerra de Indochina, donde el imperialismo se había metido en camisa de
once varas y de donde no podría salir sino con la cabeza gacha y
maltratado por las múltiples derrotas causadas por los pueblos
indochinos.

P.- Oye, Alejandro, en Octubre o Noviembre del año 64, comienza un


gran cerco contra el “José Leonardo Chirino”.

R.- Eso es cierto, al frente de la fuerzas militares enemigas se encontraba


el Coronel Bernardo Rigores, un andino muy capaz, nos lanzaron un
acordonamiento por tierra y aire. Se internaron en lo más profundo de la
montaña, empezaron a hacer vida de contraguerrilla, se movilizaban a pie
y en helicóptero y nosotros en el Frente Sur habíamos sido víctimas de
una delación de un Teniente llamado Hildemaro Sarmiento Mora, quien
había sido enviado por Simón Sáez Mérida, yo lo había mandado a hacer
una exploración hacia la parte Este con Aquiles y Rafael Rossell, él
resolvió llegar hasta Barquisimeto y dejó a Aquiles y al gordo Rossell en
una pensión en Barquisimeto. El gordo hace contacto con la
organización, va y regresa a la montaña. Hildemaro Sarmiento se va para
Caracas y se convierte en delator. Él conocía prácticamente todos
nuestros planes y nuestras zonas de alivio. Contra nosotros se intensifica
el cerco y recibimos golpes certeros en parte por nuestra inexperiencia y
en parte debido a la delación de Hildemaro Sarmiento. Sin embargo,
fuimos bastante habilidosos por el dominio que teníamos de la zona y por
la ayuda que nos brindaba el campesinado que nos abastecía y nos daba
información sobre los movimientos del ejército y de la Digepol, esto nos
permitió desplazarnos con seguridad y romper el cerco.

P.- Comandante Mariño, es de mi conocimiento que el ejército le causó a


la guerrilla importantes bajas. ¿Puede mencionar usted el nombre de los
compañeros caídos en combate?

R.- Recuerdo a Vladimir Reyes, hermano de Raquel Reyes, una


extraordinaria camarada miembro del Comité Central del Partido
Comunista, era un muchacho muy joven que escasamente tendría entre
18 y 20 años, estaba Reinaldo Astudillo, cuyo seudónimo era Jaime;
murieron Ventura Timaure, Alias Benito y el gordo Gabriel, un
maracucho que ahí en Maracaibo lo llamaban el campeón González;
recuerdo también la muerte ahogado en un río de un combatiente
argentino-venezolano llamado Guillermo Laap. Oye, como ya te dije
anteriormente, también murieron en este frente José Luis Otamendi,
quien era un estudiante de Ingeniería, venezolano pero que vivía en
España y era militante del Partido Comunista Español, murió en combate
con una patrulla mixta conformada por campesinos y digepoles; allí le
dimos un tiro a un delator llamado Clodomiro; por cierto, que nosotros
nos enteramos que a José Luis le cortaron las manos; también murió un
muchacho muy joven llamado Gustavo Aranda, él había sido grumete y
se alzó en El Porteñazo, en el Destructor Zulia, no estoy seguro, pero
creo que él era Radiotécnico, era flaquito, de una gran moral y se parecía
mucho a los apóstoles de Cristo; también murió Félix Adam, era un
guerrillero veterano, un campesino, lo matan por violar las medidas de
seguridad, él participó conmigo en el combate de El Paso, no me queda
más que pedir gloria eterna para estos compatriotas que murieron por
lograr el sueño de una patria libre e independiente.

P.- Comandante, en qué año sale usted del Frente Sur, la memoria no me
falla debe haber sido en Enero- Febrero del 65.

R.- Nosotros evadimos el cerco y nos dirigimos a un pueblito en las


Colonias de Yumare, es el pueblo de Manuelito, en Yaracuy, allí llego
con mucha gente, entre quienes recuerdo a Lino Martínez, a Goyito
Yajure, a ti, al Cabito Julio Chirinos, a Germán y a otros camaradas. Allí
comenzamos un proceso de evaluación, de reestructuración, de reponer
las fuerzas perdidas, llegan nuevos cuadros de dirección y sigo enfermo
de mi úlcera, me trasladan a Barquisimeto, dejo encargado del Frente a
Lino Martínez, mi camarada de la Dirección Nacional del MIR por quien
siento un profundo respeto y cariño como ser humano; Lino es un
político experimentado de una condición humana extraordinaria y muy
valiente.

P.- ¿Comandante, cuánto tiempo dura en el extranjero y que países


visita?

R.- Bueno, utilizando la vía que hemos utilizado los revolucionarios


venezolanos me traslado a Colombia, donde recibo la solidaridad del
Partido Comunista Colombiano y de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Recibo la solidaridad y el cariño
de estos camaradas, quienes me protegen y me envían a Europa. Pero
déjame decirte que la experiencia con los camaradas colombianos fue
muy rica por su gran mística, ayuda, su solidaridad permanente, su amor
hacia el prójimo, hacia un combatiente que iba de un país hermano, del
país cuna del gran Libertador Simón Bolívar, el padre de los sueños y de
las dificultades. Tengo que agradecer eternamente a los camaradas
colombianos la solidaridad que me mostraron. De Colombia salí y me
dirigí a Europa.
P.- Alejandro, cuéntanos tu experiencia en el extranjero.

R.- Bueno, de Colombia, me dirijo a Europa, visito Checoslovaquia, el


recibimiento allí fue más allá de lo que me podía imaginar, de allí me
traslado a la Unión Soviética, donde hago muchos cursos teóricos y
militares. Después me traslado a la República Popular China, recorrí
prácticamente media China, es un país enorme, quedé profundamente
impactado por la maravilla y la magia de ese país, allí recibí
entrenamiento militar muy severo, participé en maniobras con el Ejército
Popular Chino, conocí a Mao Tse Tung, a Lin Piao, al mariscal Chu Te;
para mí fue una experiencia inolvidable haber conocido a estos hombres
que son parte de la historia luminosa de la humanidad. La atención de los
chinos y la hospitalidad del Partido, del pueblo, del ejército y del
gobierno no tienen comparación, me impactaron tanto que dejaron una
huella profunda en mi vida de combatiente, de ser humano y de soñador.
De China viajé a Hanoi en plena guerra, pues, el Partido del Trabajo del
Vietnam nos había hecho una invitación, llegamos a Hanoi que estaba
recibiendo el bombardeo inclemente de la aviación norteamericana;
vimos los Phanton norteamericanos queriendo acabar con ese pueblo, con
esa cultura, con esa civilización, miles de años más antigua que la de
ellos y vimos al pueblo vietnamita resistir y derribar los bombarderos
norteamericanos, pedimos que nos incorporaran a las tropas que se
enfrentaban de verdad verdad a los agresores norteamericanos y los
vietnamitas nos dijeron: -su sitio de combate es en Venezuela, el pueblo
vietnamita vencerá, a ustedes los necesitan en su país-, eso nos dijeron
los vietnamitas. Para mi fue una gran enseñanza, la de un pueblo
pequeño, aparentemente endeble e indefenso, sin embargo, se agigantó
para derrotar al yanqui agresor, quien no escatimó esfuerzos políticos,
militares y tecnológicos para tratar de aplastar ese pueblo. Yo vi a ese
pueblo, como un pueblo sabio y lo vi, porque conviví con el pueblo
vietnamita. No sintió temor ante los bombardeos indiscriminados, derribó
los aviones norteamericanos y con ellos hicieron una cantidad de objetos
de artesanía, sortijas, prendedores, pulseras y con ello demostraban que la
tecnología más avanzada de la guerra ante un pueblo combatiente y
resistente no es mas que una basura, creo que con ello lograron el
simbolismo que un pueblo pequeño pero dispuesto a luchar es capaz de
enfrentarse a un enemigo más fuerte y poderoso y es capaz de vencerlo,
como lo demostraron los pueblos indochinos que terminaron expulsando
al imperialismo yanqui de su territorio.

P.- ¿Y no estuviste en Cuba?

R.- Sí, de Vietnam me traslado a Cuba, allí había un grupo numeroso de


venezolanos quienes se estaban entrenando; teníamos pensado
desembarcar en las costas venezolanas, entre ellos estaba Luben Petkoff
pero, hay la división del Partido, yo me quedo con el aparato y me dejan
en libertad para tomar una decisión de venirme o quedarme. Tomé la
decisión de quedarme y venirme para Venezuela utilizando el aparato
clandestino; me acompañan Raquel Reyes, quien era mi compañera, el
Capitán Omar Echeverría y otros compañeros que en este momento no
recuerdo. El otro grupo aceptó la proposición del gobierno cubano y
acordaron ingresar a Venezuela con Luben Petkoff y los camaradas
cubanos que le acompañaban. Luben me escribe pero decidí seguir la
línea del Partido Comunista, como ya te dije me vine a Venezuela, pues,
el Partido me había hecho la proposición de que me fuera a estudiar
Medicina a la Unión Soviética pero yo me vengo a Venezuela.

P.- ¿Y qué haces cuando ingresas a Venezuela?

R.- Llego a Venezuela y trato de cumplir lo más disciplinadamente con la


línea del partido; me entrevisto con Teodoro Petkoff, quien se había
fugado del San Carlos y me propone que me dedique a la tarea de la
reconstrucción del partido que había sido muy golpeado por la represión
y por la división del “douglismo”. Le digo a Teodoro: -mire, camarada,
yo soy un guerrero, yo sé de guerra, ustedes me han mandado al exterior
a estudiar el arte de la guerra, yo no soy un organizador, soy un guerrero.
El Partido Comunista mantenía todavía el Frente “Simón Bolívar” y me
envían a la montaña, pero antes de irme veo a mi familia y algunos
compañeros a quienes tenía muchos años que no veía, converso con ellos
y les manifiesto que seguiremos en la lucha, que veníamos a reforzar el
Frente y les pedí la solidaridad para continuar en la lucha. Teodoro
Petkoff me dice: -Bueno Mariñito si te quieres ir para el monte, que te
vaya bien-. Me voy por los lados de Portuguesa, donde el Partido
mantenía la Comandancia del Frente “Simón Bolívar”, pero antes hablé
con Tirso Pinto, quien me incorpora al trabajo político, Tirso era el
Comandante y me dijo: -Mariñito, me hace falta un hombre como tú para
que continuemos en la lucha.

P.- Mariñito, creo que no duras mucho tiempo en la montaña. Al Partido


Comunista ya no le interesaba la lucha armada y se había replegado.
Creo que lo que hicieron ustedes ahí era caminar y comer porque ni un
tirito echaron.

R.- Bueno, la experiencia que tengo que contarte es que nuestra guerrilla
andaba paralela a la guerrilla de Douglas; por un lado, la guerrillas de
Douglas y por el otro la guerrilla del Partido Comunista, pero nos
evitábamos, nos movíamos casi en la misma zona, nos llegamos a topar,
conversé con los camaradas y teníamos muchas ganas de encontrarnos
con los guerrilleros de Douglas para conversar pero no se dieron las
condiciones. Llegó un momento en que nuestra guerrilla que estaba en
esa parte de las montañas de Portuguesa estaba agotada, habíamos
perdido la iniciativa y poco a poco fuimos desmantelando el resto de la
guerrilla comunista. Influyó mucho en nuestra decisión la ofensiva que
tendió el ejército que había llevado a una represión salvaje contra los
campesinos que nos apoyaban. En Lara siguió actuando otro
destacamento del Partido Comunista al mando de Miguel Padrón, un
camarada valiente, pero posteriormente Miguel y los compañeros que le
acompañaban también fueron desmovilizados. Yo había lanzado una
consigna que después Teodoro y Pompeyo me reclamaron, ¡primero
muertos que bajar! Hoy, que estoy conversando contigo, pienso que la
decisión del Partido fue correcta, pues no teníamos base social, los
campesinos estaban al pie del monte, al pie de la cordillera o en pueblos
como La Miel, Acarigua. Sometimos a discusión lo que estaba pasando y
fue cuando llegó el Capitán Pedro Medina Silva, quien estuvo con
nosotros discutiendo la situación, también estuvo allí Argelia Laya, ella
fue en varias oportunidades, recibimos mucha solidaridad y orientación
de estos dos compañeros y nos acompañaron por mucho tiempo.
Entonces, tomamos la decisión de desmantelar todo; sin embargo, se dan
algunos enfrentamientos antes de que hubiésemos desmantelado el frente,
nos fuimos retirando lentamente de a poquito, comenzamos a ubicar
a la gente, legalizándola, haciendo contactos con los campesinos,
reencontrándonos con los viejos camaradas del Partido y de la Juventud
Comunista. Ocurren algunas escaramuzas con el ejército y algunos
guerrilleros cayeron presos y delataron. La retaguardia sufre muchos
golpes, sin embargo, ya la decisión de desmantelar el frente estaba
tomada. Me bajan a Caracas y me encargan de dirigir la guerrilla urbana
del Partido Comunista, bajo la responsabilidad directa de Pompeyo
Márquez y después de Teodoro Petkoff y por aquél que fue Ministro de
Carlos Andrés, German Lairet, ante ellos tenía que responder de lo que
estaba haciendo. Mira, gordo, no me lo estás preguntando, pero Eloy
Torres me calumnia vilmente, me acusa de haber dispuesto de los fondos
de la revolución, no le guardo rencor, allá él. ¿De dónde sacó esa
información, de que yo realizaba operaciones para mi peculio? Esto es
injusto y si quiero hacer este señalamiento no es porque yo sea injusto,
sino porque es contra un hombre como yo, que había dedicado urna vida
al movimiento revolucionario. En Caracas caigo preso y Eloy Torres le
dice a mi madre a doña Camila Suzzarini, que yo me había apropiado de
las cosas en las operaciones que había realizado y que esas operaciones
las hacía por mí cuenta, que no las había autorizado la dirección del
Partido Comunista, aprovecho para que pongas en tu entrevista que
Alejandro Mariño Suzzarini nunca ha operado fuera de las líneas del
Partido Comunista y que cuando fui miembro del Partido Comunista lo
que le ofrecí al Partido fueron muy sacrificios y mis sueños, hoy no soy
miembro del Partido Comunista, hoy soy militante de la ideología
comunista, no me arrepiento de haber empuñado las armas, sigo firme
con mis ideas, pero quiero hacer esta aclaratoria, porque Eloy Torres fue
injusto y me difamó ante mi madre, quien no es comunista, pero fue una
gran columna y un gran apoyo, y quien nos asistió con recursos y con
amor. Con recursos y a veces sacrificó su comida y la seguridad de sus
hijos para que nosotros siguiéramos en la lucha, doña Camila Suzzarini
fue muy solidaria desde que yo estaba en el Frente “José Leonardo
Chirino” hasta que salimos de la montaña de Portuguesa, entonces, si esto
se escribe quiero hacer un llamado al camarada Eloy Torres, quien es una
persona valiosa, que no invente y que me diga de dónde sacó esa
información, no le guardo rencor, allá él con su conciencia y yo con la
mía.

P.- Mira, Alejandro, pero en Caracas te hacen preso y te mandan a la


Cárcel de Maracaibo, es la misma época en que está preso Jorge
Rodríguez y Jesús Díaz Zárraga. Yo te fui a visitar varias veces a la
cárcel, pero Alejandro ¿cómo te hacen preso?

R.- Como te iba contando, Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff y


Germán Lairet me ordenan realizar una serie de operaciones, pero que las
realizara con prudencia y tomando las respectivas previsiones. En esa
época llegó Álvaro Carrera de Checoslovaquia y otros camaradas que
habían salido de las cárceles, conversé con ellos y me dicen que están
dispuestos a participar en las operaciones, comenzamos a prepararnos,
pero que yo me acuerde no tuvimos éxito y menos que yo me haya
quedado con dinero; habíamos planificado una operación con gente
veterana, pero producto de una delación de un ex-sargento de la Guardia
Nacional que había estado preso nos detectaron la operación y me hacen
preso junto con Álvaro Carrera. Cargaba documentos falsos y los
digepoles no sabían a quién habían agarrado, en el camino nos dicen
“guevones” por qué no tiraron la operación, la orden que tenemos es de
matarlos a todos. Por cierto que el chingo Rivero Ostos, con once
digepoles o más me cayó a patadas, nos desnudó y nos cayeron a golpes,
a lo mejor fue un minuto o cinco, nos dieron muchos golpes. Nos sacaban
de noche, nos paraban en el patio, nos caían a patadas, nos tiraban contra
el piso, esto duró como unos quince días, pensé que me iban a matar. El
Chingo Rivero Ostos dirigió las torturas personalmente, yo lo vi; en esa
época no usaban la capucha, yo vi al Chino Rivero Ostos, ahora se la da
de gente decente, pero es un torturador.

P.- ¿Bueno, Alejandro y de allí adónde te llevan?

R.- A los quince días me llevan a Yumare, que era el gran centro de la
tortura y de donde desaparecieron mucha gente, pero tuve suerte, creo
que iba un Obispo, no sé si el de San Felipe o Barquisimeto, de allí me
sacaron hacia Carabobo y de nuevo me trajeron a Yumare, no se cuánto
duré, tuve suerte, me aplicaron una guerra psicológica, trajeron mucha
gente a reconocerme y de allí me trasladaron a la Cárcel de Maracaibo.

P.- Alejandro, cuéntanos tu experiencia en la cárcel de Maracaibo.

R.- La cárcel y la tortura constituyen una escuela para los


revolucionarios, quienes hemos salido con la frente en alto nos hemos
graduado realmente de revolucionarios. En esa época había muchos
presos en la cárcel de Maracaibo, estaban Jorge Rodríguez, Jesús Díaz
Zárraga, Eduardo Paredes, pero en la cárcel hay que pasar el tiempo
estudiando y trabajando, también estaba con nosotros Cara e’vieja Mejías
y uno siempre está pensando en la manera de fugarse, organizábamos un
equipo y comenzamos a hacer un túnel, pero hubo una delación, llegó un
compañero Luis Martínez, El Garabato, un hombre bueno y muy correcto
y nos trajo la información que el túnel estaba detectado y que nos iban a
realizar un allanamiento, pues el enemigo tenía conocimiento que
nosotros estábamos haciendo un túnel. Tengo entendido que el aparato
enemigo detecta el túnel por una delación, por una imprudencia de Mejía,
quien pidió ayuda a la gente del FLN-FALN, la gente de Douglas y uno
de los compañeros que estaba trabajando afuera en función de nuestra
fuga cae preso y delata lo del túnel, por eso lo descubren. Henry López
Sisco en persona llega a la cárcel de Maracaibo y comienza una requisa,
pero no sabe quiénes éramos los que estábamos metidos en lo del túnel.
De la cárcel de Maracaibo salgo a finales del gobierno de Caldera.

P.- Bueno Comandante, no sé si darte las gracias por haber rescatado


parte de la memoria de esos sueños y de esas utopías de los que muchos
se avergüenzan y quisieran que la memoria se perdiera.
FRANCISCO PEROZO

Nace en Santa Cruz de Paraguaná en 1922, autodidacta, sastre,


talabartero y pescador. Participa activamente en la caída contra
Pérez Jiménez, como militante de Acción Democrática. Miembro
fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Deja sus
negocios y se incorpora a la lucha armada como Jefe de los
Destacamentos de la Guerrilla Urbana del MIR en Falcón. Ha sufrido
cárcel, tortura y persecuciones. Su comportamiento ante la tortura
siempre fue heroico, hoy vende pescado en una camioneta toda
destartalada y tiene un barcito en El Supí -“las Malvinas”-.
Permanece activo en la lucha armada hasta los años 70, en la
actualidad sigue siendo un luchador social y no reniega de su pasado.
Es tal vez uno de los hombres que le ha hecho más daño a las
inversiones del imperialismo en Venezuela.
CUANDO ESOS OLEODUCTOS VOLABAN YO ME SENTÍA
EN LA GLORIA

CONVERSATORIO CON FRANCISCO PEROZO


(SALOMÓN, RUPERTO O PANCHO)

P.- ¡Hola Francisco!, tanto tiempo sin verte. El objetivo de mi visita es


porque pretendo escribir un libro que se llamará “Para que la memoria
no se pierda”, con ello pretendo reconstruir la historia del Frente “José
Leonardo Chirino”. Pretendo entrevistar tanto a los guerrilleros rurales,
como a los urbanos. Como usted es parte de esa historia, me he movido
desde Mérida hasta acá para entrevistarlo. Yo quiero hacer esto
Francisco, para que la memoria no se vaya a perder; en eso ando.
¿Cómo ingresas al movimiento revolucionario de los años 60?

R.- Por la oposición que le hicimos de frente al gobierno de Rómulo


Betancourt, una vez que se divide Acción Democrática y formamos parte
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); yo fui de los
primeros militantes del MIR en el barrio Andrés Eloy Blanco de Punto
Fijo.

P.- Francisco, ¿recuerdas algunos de los dirigentes del MIR acá en


Falcón?

R.- Como no, estaba Jesús María Gauna Moreno, estaba Raúl Lugo
Rojas, estaba Pastor Peña Vadell, por poco no nos agarran presos en la
Casa del Partido. Pastor Peña Vadell era evangélico y era un hombre muy
correcto. Estaba el Chivo Pettit, el que ahora es el Procurador General de
la República, él era el teórico del partido, me acuerdo de Chencho Coello
que era de la Sierra y antes fue adeco; estaba Felipito Rivero, a él lo
conocí el 21 o el 23 de enero cuando tumbamos a Pérez Jiménez.

P.- ¿Francisco, y no conociste a Chema Saher?

R.- ¿Coño Blas!, como no lo voy a conocer; mire, “Chema Saher”


conmigo fue como persona de la más absoluta confianza, yo tenía mi
sastrería y él iba a dormir allí, es decir, yo le daba la llave y entonces esa
era su casa. En la sastrería que tenía en la calle Colombia, se llamaba “La
Económica”, porque tú sabes, Rafael que yo soy sastre y talabartero.

P.- ¿Francisco, participas en los enfrentamientos de Octubre y de


Noviembre del año 60?

R.- Sí, participé, estuve preso. Hubo represión, los adecos no nos
perdonaban que hubiéramos fundado una organización revolucionaria.

P.- Francisco, ¿dónde estuviste preso?

R.- Caí en Punto Fijo y me llevan a Coro; estando preso me manda a


llamar Pablo Saher, el papá de Chema, quien era el gobernador, parece
ser que para esa fecha había mucha popularidad con respecto a mi
nombre, yo pensé otra cosa. Me fue a visitar y me fue a conocer, porque
él sabía quien era yo, porque me había embraguetado en la lucha contra
Pérez Jiménez, perdón él no era el gobernador en ese entonces, lo fue
después. El gobernador era Pedro Luis Bracho Navarrete, es que estaba
confundido.

P.- ¿Salomón, cómo fue la entrevista tuya con Pablo Saher?

R.- Bueno, la entrevista era con una proposición, que yo volviera al


partido y que todo quedaría arreglado, siempre y cuando hubieran dos
personas que estuvieran muy interesados en que llegáramos a un arreglo,
y él me dijo que regresara a Acción Democrática y me prometió muchas
cosas. Yo le dije que sería imposible y me regresaron al calabozo.

P.- ¿Cuándo sales de la policía de Coro?

R.- Estuve cuarenta y cinco días detenido, sí, sí.

P.- ¿Te acuerdas de algunos de los presos que estuvieron contigo?


R.- Sí, recuerdo mucha gente. Estuvo Alirio Chirinos, estuvo Quiñones
que tenía un taller en Punto Fijo, en la calle Colombia, estuvo Pepe Lupe
Polanco, el que después se echó a perder y se volvió un corrupto de
primera. Por cierto, del calabozo donde estábamos, nos pasaron al
pabellón dos; allí había mucha gente, y fue cuando cumplí años. Los
compañeros me hicieron una fiesta con furruco, maracas y todo ese
mollejero. Fue una gran fiesta.

P.- Oye, Francisco, el año 62 es un año de grandes movilizaciones y


combates. Se dio la huelga de transporte y más tarde, los levantamientos
de Carúpano y Puerto Cabello. ¿Participaste en las escaramuzas
durante la huelga de transporte?

R.- Mira, la lucha fue dura, se alzaron los barrios. Aparecieron unos
chopitos y lanzan unos niples y me los achacaron a mí. Me desaparecí de
Punto Fijo, la ayuda de la gente fue muy buena y me dieron protección y
me fueron mudando de casa en casa.

P.- Francisco, tú fuiste jefe del Destacamento “Ezequiel Zamora”, que


fue el primer Destacamento urbano fundado por el MIR. Por cierto, yo le
dije a Caraquita, -Cheché el destacamento nuestro se va a llamar
“Josefa Camejo”- y Cheché me dijo: -mira, Gordo, ponlo “Ezequiel
Zamora”-. ¿Dónde te entrenaste Salomón?

R.- Los entrenamientos prácticos, en las casas donde vivíamos, nos


hacíamos citas y no hubo un gran entrenamiento ni adentro ni afuera.

P.- ¿Y en las zonas cercanas a Coro?

R.- Nos entrenamos por ahí, porque hay mucho monte. Recuerdo que
Raúl Lugo Rojas nos trajo un compañero de Caracas que había estado en
Cuba, él fue el que nos entrenó con las armas y con los explosivos. ¿Te
acuerdas, Gordo? porque tú estuviste con nosotros. ¡No te hagas el
pendejo!

P.- Francisco, tú eres una persona muy meticulosa y por eso te


especializaste en el arte de los explosivos. Cuéntanos tu experiencia
como explosivista.

R.- Yo aprendí porque tenía gran empeño y porque tenía tanto amor y
pasión por la lucha, porque no nos quedaba otra cosa que hacerle frente a
la situación, porque era durísima pa’ nosotros, es más, había situaciones
que se presentaban por la Sierra y si nosotros no las tratábamos de
golpear abajo, ¡coño! eso sería destructible allá arriba.

P.- Te hiciste un experto, un zorro en la lucha contra el imperialismo, no


a nivel teórico, ni en un cafetín de la Universidad, sino en la práctica
porque hay que ver, Salomón, como le diste duro a esos oleoductos.
¿Cuéntanos cómo se vuela un oleoducto?

R.- Las operaciones las hacíamos nosotros y los materiales a nosotros nos
llegaban de otra fuente, nos lo estregaba el Partido Comunista. Ellos
tenían los materiales pero no tenían gente con quien moverse, la mayoría
de los combatientes los traían de otro lado, nosotros no, los combatientes
miristas éramos de aquí: estudiantes, obreros, campesinos, eran de aquí.
Partimos de la nada y por eso pudimos aguantar tantos años de represión.

P.- ¿Cuántas operaciones realizaste Salomón?

R.- Varias, varias, Blas. Tú sabes cuántas. Fueron operaciones exitosas,


pero lo grandioso, lo extraordinario, es que cuando esos oleoductos
volaban yo me sentía como en la gloria, me daba una vaina muy arrecha.
Cuando nos recogían los compañeros no nos dejaban manejar y nos
abrazaban emocionados. Fíjate, Blas lo que significa la lucha, se siente
placer, se siente emoción, porque realmente uno se enfrenta a cosas muy
poderosas.

P.- En el año 64, la mayoría de los combatientes miristas nos vamos al


frente sur, tú te quedas en la ciudad. ¿Hasta cuándo permaneciste en
Falcón?

R.- Oye, estuve hasta el año 66 cuando me trasladan a otra ciudad. La


represión fue muy dura, pero la gente me protegió y me mandaron a otra
zona. Me puse a trabajar vendiendo correas por muchas zonas de
Venezuela, por los estados del Llano y Los Andes y por el Centro y
estuve clandestino cuatro o cinco años.

P.- Creo que caes preso en Coro.

R- Sí, me agarran en el Hospital de Coro; me agarraron en una redada y


me pasaron a la Digepol, allí está un digepol llamado Rafael, no me
acuerdo su apellido, él era de la policía de Punto Fijo; él me reconoció y
dijo -¡coño! si éste es Francisco Perozo, por fin caíste no joda, coño e’la
madre, te vamos a joder!, teníamos tiempo buscándote, pajarito-.
Enseguida me pasó pa’ dentro, y entonces me pusieron las esposas y me
revisó para ver si estaban flojas y me las apretó más. De allí fue el
calvario, ese calvario de que allí en adelante venía lo malo; las torturas y
todo ese mollejero y los interrogatorios empezaron suaves y después
eran coñazos, eran palos que tiraban por encima y me echaron una llave
en la nuca que perdí el conocimiento; cuando recordé estaba esposado y
recordé como si hubiera estado dormido. -¡Coño e’la madre, esos hijos de
puta sí me dieron coñazos!- Andaba turulato, de allí me sacaron y me
mandaron pa’ la policía otra vez. A los cuatro o seis días me volvieron a
llevar, me tuvieron allá en la Digepol otra vez, amarrao en una cama.
Estando allí me llevaron a Jesús Antonio Vetencurt (Zapata) para que lo
reconociera, él dijo que no me conocía y yo dije que jamás en mi vida lo
había visto. A Chucho Vetencurt no lo torturaron. De ahí me sacaron de
nuevo pa’ la policía.

P.- ¿En la policía; con quiénes te metieron?

R.- Me metieron con los presos comunes, con los malandros, pero ellos
me respetaban mucho y me enseñaron a quitarme las esposas, entonces
yo me ponía las esposas como yo quería y ellos me explicaron como eran
los asuntos, yo me defendía porque las esposas estaban flojas y no me
molestaban. Los malandros fueron muy solidarios conmigo. También
llevaron para ese calabozo a Chucho Vetencurt, yo tengo ganas de irme
esta noche ¿no?, y Chucho, me dijo: ¿cómo me vas a echar esta vaina
Salomón? si yo estoy ya pa’ que me suelten, entonces ¿vas a echar a
perder la cosa?, entonces le dije: no Chucho si no me voy a ir, ven! acá,
ven!, pa’ que veas, le abrí las esposas, se las abrí y se las volví a cerrar y
dice: ¡Coño, chico, no hagas eso, no hagas eso Francisco, no hagas eso
Salomón, porque coño, me vas a echar a perder la salida! Había llegado
la señora de Caracas, que le había arreglado el asunto por allá, porque el
general Camilo Vetencurt era su primo hermano.

P.- Bueno, ¿cuánto tiempo permaneces allí?

R.- Bueno, a los días me sueltan.

P.- ¿Y qué haces?


R.- Me voy a Punto Fijo y allí aparecen unas armas y la Digepol me anda
buscando para que fuera a firmar una boleta de citación, pa’ que fuera a
Coro a declarar, ¡ni pendejo que fuera yo! no hice esa pendejada, sino
que me fui pa’ Maracaibo y me dediqué hacer correas y a vender correas,
porque tú sabes que tengo muchos hijos con varias mujeres.

P.- ¿Y qué hiciste en Maracaibo?

R.- Busqué allá la gente más conocida de aquí, algunos estaban bien y
otros un poco rajaos, y por allá me hice un ranchito y estando en mi
rancho, me llevaron a Tirado-Tirado, que era uno de los guerrilleros más
activos de Bandera Roja, pues ya se había dividido el MIR. Se había
dividido el MIR pero yo no lo sabía, y me llevan a Tirado-Tirado y
después que se divide el MIR me lo vuelven a llevar los mismos
compañeros. Yo estaba trabajando y lo mantenía y les daba su platica y
tenía que fijarme a trabajar, iba a Los Llanos, pa’ Los Andes y pa’ toda
esa zona, y pa’ Timotes y pa’ Canaguá, un pueblito muy bonito allá en er
culo’er mundo.

P.- ¿Y Tirado-Tirado?

R.- Me llevan a Tirado-Tirado y ese señor desapareció, porque se iba no


sé para dónde, a mi me pareció raro, porque él se emborrachaba, eso para
mí era muy raro ¡umjuu! no sé, a mi me parece raro.

P.- ¿Y entonces?

R.- Sigo teniendo contacto con los compañeros, unos venían y otros iban
de Caracas y total nunca perdimos el contacto, y me dijeron que venían
para una operación que se iba a realizar. Se presentó una situación
peligrosa, que fue que trajeron unos compañeros de Caracas, pero eran
unos locos y me nombran a mí para sacarlos de la zona y me dijeron por
la tarde que por ahí estaba el Ejército y exactamente así fue. A mi no me
participaron nada de que el Ejército estaba acantonado en ese sitio, y a
nosotros nos tocó pasar con un camioncito lleno de armas. Llegamos a la
alcabala y tuvimos buena leche; a veces uno está de buena leche y otras
está de mala leche. No nos registraron y llevábamos ese armerío, sentí un
fríito y las taparas se me fueron pa’l tustús. Por la radio, los soldados
decían gato uno, gato dos y era que el teniente se había levantado una
puta colombiana. Entonces nos dijeron: -pasen-. Arrancamos despacito y
un soldado caraqueño me dijo: -pana, regáleme un cigarro-, yo le regalé
una cajetilla y él me dijo: -nosotros aquí y el teniente con esa
colombiana-.

P.- ¿Y Tirado-Tirado?

R.- Bueno, déjame contarte otra vaina. Mira, después de eso


desintegramos ese grupo y me voy a Maracaibo, me pongo a vender mis
correitas, porque tenía que mantener a mis muchachos y acabo de llegar
de Mérida y veo al Propa, que así le decíamos a Tirado-Tirado y ya se
había metido a sapo y fue a buscarme ¡coño! me vuelven a agarrar y si
me dan palo en la Disip, menos mal que se movieron los organismos de
los Derechos Humanos y había un doctor Coello, que era gran Jefe en
Relaciones Interiores y me mandó a soltar, pero me dieron palo y me
fracturaron las costillas, menos mal que yo soy un hombre fuerte, sino me
hubiera muerto.

P.- Bueno, Francisco, viejo lobo ¡que la memoria no se pierda!


R.- Bueno Blas, vendrán tiempos mejores.
Ignacio de Jesús Goitia y Poeta Rossell

IGNACIO DE JESÚS GOITIA “EL PICHIRILO”

Nació en Cumarebo en 1944, estudió en el Grupo Escolar Padre Román


de Cumarebo. Se incorpora a la Juventud Comunista después de asistir a
una conferencia de Gustavo Machado en 1958. Agitador de calle,
organizador y caballito de batalla. Participa activamente en los
combates callejeros de los años 60. Es detenido varias veces y por menor
de edad es liberado. A finales del año 62 ingresa a la guerrilla rural del
Frente Guerrillero “José Leonardo Chirino”. En 1963, durante una
operación de hostigamiento a la policía de Puerto Cumarebo pierde una
mano al estallarle una mina. El Dr. Borrero, Director del Centro de
Salud de Cumarebo le salva la vida al invocar las Normas sobre los
Prisioneros de Guerra de la Convención de Ginebra. Es internado en la
Digepol de Coro, posteriormente es llevado a Churuguara y a
Barquisimeto y de allí lo trasladan a la Cárcel Nacional de Maracaibo,
donde permanece varios años. A finales del gobierno de Leoni le es
conmutada la pena por el exilio, viajó a Suiza, Checoslovaquia y la
Unión Soviética. Durante el primer gobierno de Caldera regresa a
Venezuela y se incorpora a las actividades de reconstrucción del Partido
Comunista. Participa activamente en las luchas sociales en Falcón; ha
sido miembro de Vanguardia Comunista y de la Nueva Alternativa.
Actualmente maneja un taxi y tiene una familia muy bella.
ME PARÉ EN LA PUERTA A VÉ LO QUE ESTABAN
HABLANDO

CONVERSATORIO CON IGNACIO DE JESÚS GOITÍA


HENRIQUEZ (PICHIRILO)

P.- ¿Qué significó para ti la caída de Pérez Jiménez?

R.- Bueno, yo para ese entonces tenía de 14 ó 15 años, estudiaba en la


Escuela Padre Román y oía muchos comentarios entre gente vieja que se
sentaban a discutir, principalmente militantes, incluso de U.R.D. Estos
discutían la caída de Pérez Jiménez, la huelga petrolera aquí en
Paraguaná, las luchas que se estaban librando y hablaban de Dictadura y
que había que establecer una democracia. Yo participé en pintar
consignas a media noche contra Pérez Jiménez y dándole vivas al
movimiento estudiantil y al movimiento obrero, recuerdo que al día
siguiente la Seguridad Nacional llegó a Cumarebo y se llevó a una gente
presa, a una muchacha que incluso la llamaban la “Locha”.

P.- ¿Cuándo ingresas al movimiento revolucionario?

R.- Después de la caída del gobierno de Pérez Jiménez recuerdo que hubo
una gran revuelta en Cumarebo. Hubo asaltos a abastos de italianos,
porque en ese entonces, se creó una fobia anti-italiana porque se decía
que a los italianos, Pérez Jiménez les había dado la libertad de meterse en
el país y la gente veía los abastos italianos y los saqueaba; yo participé
en esos saqueos, sinceramente lo digo porque andaba la furia de: -se
acabó Pérez Jiménez y no sé qué cosa-, posteriormente, yo por casualidad
vi una casa del Partido Comunista, que estaban ese día abriéndola; tenía
una “banderota” roja y había llegado Gustavo Machado a dar una
conferencia, yo me acerqué y recuerdo que yo andaba descalzo, porque
sucede que las alpargatas que nosotros cargábamos siempre, la mayor
parte de los muchachos de ahí de Cumarebo, las teníamos amarrá de la
cintura, para que no se desgastaran; yo ese día me paré en la puerta a ve’
los que estaban hablando y estaban comiendo, Gustavo Machado se
levanta, me agarra y me mete hacia adentro y me sienta así, casi a un lado
de él y me pone comida, yo en ese momento pensé, me dije: -aquí es mi
sitio, aquí es donde debo estar yo, porque hay gente importante y como
tratan a uno y era un hombre que venía de Caracas y Caracas para aquel
entonces, decir que vengo de Caracas, era como decir que venía del cielo;
entonces yo allí empecé a militar, al día siguiente regresé y me encontré
con un compañero llamado Socorrito y otro compañero llamado Charles
Thielen, que hoy es un empresario del queso en Cumarebo -fábrica
queso-, para ese entonces era militante del Partido Comunista. Allí
empiezo a ir todos los días y empiezan a enseñarme a pintar cartelones, a
pegar afiches y empiezo entonces a traer muchachos para que se
incorporen a ese movimiento, allí empieza mi vida revolucionaria.

P.- Bueno, cae Pérez Jiménez, viene la democracia, asume el poder


Rómulo Betancourt, Venezuela tiene muchas esperanzas, pero
inmediatamente se ve que Rómulo Betancourt tiene compromisos muy
grandes con el imperialismo y está signado por un pensamiento
anticomunista. El año 60, en Falcón, se originan grandes combates de
calle, combates de militantes, manifestaciones, escaramuzas en la calle.
¿Participas en esos sucesos?

R.- Puerto Cumarebo no era una ciudad que tomaba decisiones, pero sí
llegaba el reflejo de las luchas, de las luchas y de las pequeñas protestas
que se hacían en varias provincias del Estado, principalmente teníamos
noticias de las grandes luchas estudiantiles, de La Charneca, del 23 de
Enero que realmente había una gran movilización contra el gobierno
represivo de Rómulo Betancourt. Ya pa’ aquel entonces empezaban los
allanamientos a los sindicatos, empezaba el gobierno a eliminar lo que
ellos consideraban los focos rojos para introducir lo que llamaban ellos
los dirigentes de la democracia y de eso no escapábamos nosotros, pues,
a nosotros también se nos dio una tarea de participar en consignas, a
veces quemábamos cauchos en las avenidas, a veces pintábamos paredes
y participábamos de acuerdo a la provincia donde nosotros estábamos,
pero realmente participábamos en las luchas que se avecinaban y
estábamos preparándonos para los futuros combates, porque de lo único
que si estábamos claros y le decíamos al Partido Comunista que la lucha
era larga y había que continuar y que nosotros estábamos dispuestos a
correr todos los caminos que eran necesarios para tumbar el gobierno de
Rómulo Betancourt y hacer un gobierno popular.

P.- ¿Qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Bueno, la Revolución Cubana para nosotros significó un avance, un


empuje grande y una toma de conciencia y de necesidad de continuar la
lucha y hacer una transformación, aparte de que nosotros, los de la
provincia, no teníamos esos grandes conocimientos ideológicos y de
principio, sino aspiraba a llevar el fervor de la combatividad. Antes de
que triunfara la Revolución Cubana, se hizo una campaña de un (1)
bolívar para la Sierra Maestra, nosotros oíamos Radio Rebelde, oíamos
noticias que venían de La Habana a través de la prensa, de la poca prensa
que llegaba a la provincia y uno estaba interesado, pues, en ver al famoso
Fidel Castro, -con aquella barba-, eso influenció mucho, fue mucha
influencia para todos los jóvenes de esa época, recogimos de casa en casa
el bolívar para ayudar a los revolucionarios de la Sierra Maestra y tumbar
el gobierno e Batista, esa es una gran experiencia y quizás un empuje
muy emocional para nosotros los jóvenes de esa época.

P.- La sociedad venezolana entra en una crisis muy grande, la de los


años 60. En el año 62 se produce la huelga nacional del transporte, que
estalla en San Cristóbal y se extiende a todo el país. ¿Participas en esas
batallas, en esas escaramuzas, en esos combates?

R.- Sí. Yo participo en esos combates, como venía diciendo, pero antes
de eso yo había estado preso, pero, como era joven me soltaron a las 72
horas y después por la misma influencia de la Revolución Cubana, de
aquella bandera del 26 de Julio la “Roji-Negra” que después fue símbolo
del M.I.R., yo tuve el atrevimiento que una vez me encaramé, de noche,
por las tejas de la policía de Cumarebo y en el asta le puse la bandera
“Roji-Negra” y al día siguiente amaneció la bandera puesta y ese día me
buscaron y me hicieron preso, posteriormente, estuve preso por lanzar
consignas, por pintar las calles, incluso la iglesia de Cumarebo; una vez a
Monseñor Tomás Riera Lugo le pinté la iglesia donde decía “Viva la
Revolución”, “Viva Fidel Castro” y me denunciaron y volví preso, pa’
ese entonces, ya yo estaba en actividades, metido en protestas, hablaba en
las equinas, lo poco que sabíamos pero lo hablábamos. Vino el año 62,
cuando ya estábamos preparados, el Partido Comunista lanza aquella
consigna “¡Gobierno Popular Ya!”, un afiche que salió en toda
Venezuela, en Cumarebo nosotros pegamos también esos famosos
afiches, esa vez hubo una gran represión, una gran represión, nosotros
pegábamos de noche los afiches y de día las bandas armadas de Acción
Democrática pa’ aquel entonces y la Digepol los arrancaban. Vino la
famosa huelga del 62 pero antes, hubieron los acontecimientos aquellos
de Puerto Cabello y el Carupanazo en el cual nosotros no participamos,
porque eso era un alzamiento militar -cívico militar- con militantes y
fichas del Partido Comunista y del M.I.R., pero también conllevó a que la
situación estaba preparándose para la toma del poder, porque eso era lo
que se planteaba en aquel momento: la toma del poder... Entones se
planteaban otras cosas, a través de las luchas, pero el objetivo principal
era tomar el poder para allí desarrollar nosotros la Revolución Socialista.

P.- ¿Cuándo ingresas al Frente “José Leonardo Chirino”?

R.- Bueno, después de la huelga yo caigo preso, me hacen preso y hacen


presa a una gente de Cumarebo, unos comerciantes de apellido Alvarez,
que ya están muertos, pero sí recuerdo que en la policía de Coro yo hice
una huelga en aras de mi libertad y había alrededor de 7 a 8 intelectuales
y abogados de la Península de Paraguaná en el cual estaba Toledo
Román, Galdones, estaba Jesús Cordero Giusti, había otra gente que no
recuerdo pero si sé que eran profesionales y viejos retirados del Partido
Comunista. El gobierno puso como condición para soltarlos que firmaran
un documento, un manifiesto en el cual ellos repudiaban la política de
violencia y se acogían a la democracia de Rómulo Betancourt, yo
recuerdo que muchos de ellos firmaron ese documento y salieron en
libertad, yo salí porque era menor de edad y la huelga la suspendí porque
me soltaron, pero en esa época así eran las condiciones. Recuerdo que
también en esa instancia llegó preso, traído de Barquisimeto aquel
famoso guerrillero llamado “El Gavilán”, el viejo, “El Gavilán” que tenía
una cosa en la pierna, no sé, una enfermedad en la pierna, pero yo lo
recuerdo muy bien.

Allí se plantea entonces, la lucha, ya el Partido estaba, se oían los


rumores que habían campamentos guerrilleros, que pasaban vestidas de
verde, esos rumores que siempre se corren. El Partido Comunista ya
estaba resteado, incluso en el Congreso Nacional y a los Diputados les
había dicho que el único camino era la lucha armada, habían clausurado
ya, ya estaba por clausurarse el Partido Comunista y el MIR que en ese
momento también estaba naciendo los famosos “Cabezas Calientes”, a
nosotros se nos plantea la toma de dos decisiones: o morir en la calle o
irnos al monte, porque la represión era tan feroz y tan sin compasión de
los cuerpos de represión, que no perdonaban a nadie, a las mujeres las
violaban, este yo recuerdo que estando yo preso oí que una muchacha
Alvarez, de Coro, Belkis Alvarez, de Coro, era madrina del basketbol en
Valencia y allá la sacó la Digepol y se la trajeron y la torturaron y toas’
esas cosas a esa muchacha en Coro. Supe de casos de hechos de
violaciones de campesinas de la Sierra, los bombardeos de la Sierra, el
bombardeo incluso de Puerto Cabello. Cuando Carlos Andrés era
Ministro de Relaciones Interiores, se nos planteaba esa situación y
tomamos el camino de la lucha armada, yo ese día hice contacto con
Nelson Ramón López, el famoso hombre revolucionario del túnel del
cuartel San Carlos, hice contacto en su casa, posteriormente me trasladan
a la Plaza Zamora, allí hago contacto con un chofer, el chofer me traslada
a Macuquita, allá me entregan a un campesino y el campesino, esa noche,
recuerdo que estaban cocinando, me dieron un plato de quinchoncho y
me dijo que a eso de la una llegaban a buscarme. Yo me recosté un poco
y oí los silbidos, los famosos cantos de pájaros y el campesino me dijo: -
prepárese, que ya lo vienen a buscar-, cuando la sorpresa más grande de
mi vida y cuando abren la puerta, el primero que entra es el famoso
“Cuchufleta” Evaristo González, el cual hace poco falleció, un gran
combatiente, un gran revolucionario, a quien nunca se le aguaron los ojos
pa’ continuar la marcha de la vida y de sus ideales. Bueno, allí subimos al
monte, a la montaña ya enguerrillao’. Llegamos a un campamento
provisional que tenían ellos allí y recuerdo que estaban cocinando como
una mazamorra, me ofrecieron y yo no quise porque yo había comido
quinchoncho, entonces Evaristo me pasa muy emocionado, pues, me pasa
una ZK, una ametralladora y me dice qué cómo se maneja, yo en eso que
la halo, un proyectil se cae y cae dentro del fogón, dentro de la fogata que
había ahí. Bueno, allí no quedó nadie, a mí me halaron y me sacaron, yo
pensaba que era el ejército que llegaba, bueno, la tembladera que me dio
fue grande, porque estoy empezando, soy novatico y entonces me
pregunta -¿qué pasa?-, me dice que el proyectil va a estallar y eso no se
sabe por donde sale, al ratico estalló el proyectil. De ahí, en la mañana
oscuro, oscuro, cuatro de la mañana, empezó la marcha monte adentro,
subimos por peñascos, ríos, pasábamos por caminos.

P.- ¿Quiénes te recibieron allá en el “José Leonardo Chirino”, además


de Cuchufletas?

R.- Con Cuchufletas habían 3 guerrilleros más que yo no recuerdo,


quienes estaban allí porque yo no los conocía, conocía a Cuchufleta
porque era de Falcón, pero cuando llegamos, ya que pasamos tras esas
calamidades, que llegamos al Frente José Leonardo Chirino en la Sierra
en el pico arriba, me recibe Douglas Bravo, Polito Acosta, El negro
Bravo, Miguel Noguera, Luis Quiñones que es de Valencia, que por
cierto me dio una carta para que se las entregara a sus familiares, y se la
pusiera desde Cumarebo, yo se la puse. Estaban también, El Pichón
Iturbe, por cierto que se me había olvidado, El Pichón Iturbe ya estaba
allí enguerrillao’. Bueno, esa es la Comandancia y el Negro Bravo, -ya lo
menté que también estaba allí-, muy bueno, por cierto, ese negrito era
buenísimo. Allí permanecí aprendiendo lo que se llama marcha, tras
marcha y contramarcha, hubo algunos combates y llegaron compañeros
heridos ¿no? entre otros compañeros estaba la Negra Juana. Allí se fundó
la escuela -la escuela del Frente guerrillero “José Leonardo Chirino”: la
Escuela “Enrique Padovani”.

P.- ¿Quién era el Director de esa escuela?

R.- Era el Comandante Hipólito Acosta, “Polito” Acosta, ahí estaba


también, ahí llegó Leonardo que me decían que era cubano, estaba un
muchacho que fue Alférez de la aviación: Julio César, que lo mataron
después en un combate en una cueva, Julio Cesar Rodríguez sí, era un
muchacho muy “chévere” y había un poco de gente que había llegado
nueva al Frente José Leonardo Chirino, eso estaba ubicado por el paso de
la Gata, por los alambiques de Acurigua en la Sierra adentro, allí yo
recuerdo una anécdota que me pasó, que fue que me mandaron hacer
guardia y entonces, yo, novato, me encaramé en un árbol y empecé a
cantar una canción que se llamaba “estoy en el rincón de una cantina”, al
rato estaba preso, me hicieron preso los compañeros, me sancionaron, me
regañaron, me quitaron el cigarro y la comida por un día, yo pregunté:
que ¿por qué?, me dijeron que el eco de la voz se oía. Bueno, tremendo,
entonces yo, posteriormente, cuando el tiempo pasó, yo comprobé que
realmente el eco de la voz se oía, porque yo una vez perseguí a un
hombre que estaba cortando un árbol y oía al árbol más cerca y más cerca
y mientras más caminaba más lejos se me ponía, entonces, sabía que era
el eco, ahí aprendí esa lección.

P.- Bueno, creo que tú quedas en medio de un cerco, cuéntanos tu


experiencia en ese cerco, creo que era el cerco Yunque y Matillo.

R.- Ese es el famoso cerco Yunque y Martillo, que se tiró en el año 63, ya
empezando el 63, era una operación envolvente, de cerrarnos el paso, de
cercarnos y aniquilarnos, entonces la Comandancia General a través de
los informantes que teníamos y los contactos se enteró que pronto nos
iban a tirar ese famoso cerco, que había que desplazarnos hacia otras
zonas, pero sucede que también estábamos “cercaos” porque el gobierno
había tomado medidas y el primer paso que iba a dar era bombardear la
Sierra de Coro. Antes de llegar el bombardeo, un avión pasó dos veces y
movía las alas haciendo como saludando, Douglas lo vio y mandó
urgentemente que teníamos que replegarnos, porque sucede que nos iban
a bombardear, de allí nos fuimos todos. Douglas, Polito Acosta y mi
persona nos fuimos para una cueva, cuando entramos, Douglas con una
varilla empezó a tocar el piso y de repente se abrió el suelo, era lo que
nosotros llamábamos el famoso Haitón, que sinceramente si él no se da
cuenta a lo mejor caemos en una trampa de la naturaleza.

P. - ¿Pichirilo, cuánto tiempo estuvieron en la cueva?


R.- Allí estuvimos alrededor de 20 a 25 minutos, el bombardeo fue
realmente corto, se centró más hacia la zona del Charal. Douglas agarró
zona de alivio ¿no?; en la zona del Charal el bombardeo fue duro y
nosotros estábamos pa’ este lado, para el lado de Acurigua ¿si? pero se
sentía el temblor de la tierra, allí realmente sentí miedo, incluso hasta el
fusil no lo agarraba, porque tenía un pánico terrible, porque yo nunca
había estado en un bombardeo.

P.- Bueno, yo tengo entendido que después de ese cerco te mandan a la


región de Cumarebo a organizar un Destacamento, creo que el
destacamento 9-69 del José Leonardo Chirino, ahí es cuando ocurre la
famosa operación donde pierdes tu mano, cuéntanos de esa operación.

R.- Bueno, el Estado Mayor, la Comandancia General acuerda romper el


cerco y para romper el cerco había que desplazar fuerzas hacia otras
zonas de alivio, para hacer una campaña de distracción, mejor dicho,
distraer las fuerzas hacia la zona de Cumarebo; me encomiendan a mí
porque yo nací allí y conozco esa zona. Antes de bajar, ya Douglas había
dicho que yo tenía una estrella y después le pregunté al “Terrible”, al
“Terri”, qué era esa estrella y me dijo que yo era Teniente de las Fuerzas
Armadas de Liberación Nacional y que iba a comandar un destacamento,
que tenía que formarlo en Cumarebo. Yo llego a Cumarebo, ya a los 7 u 8
días yo tenía el Destacamento formado por los militantes de la Juventud
que estábamos allí. Nelson López me manda con dos maestras ese día,
llegaron como si estuvieran embarazadas con el armamento y con el
uniforme y todo. En la noche, nosotros, alrededor de las 10, estábamos
vestidos de verde, con un brazalete que decía “Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional” y tricolor, teníamos alrededor del cuello unos
pañuelos rojo y negro, yo cargaba una subametralladora, cargaba mi
formitura, mi cuchillo y bueno andábamos con alpargatas porque íbamos
pa’ una zona que necesitábamos movernos muy rápido; esa noche
nosotros nos reunimos, yo hablé con los muchachos, les dije de la
situación que estábamos viviendo, de la ola de represión que se había
desatado, que era imposible soportar una vida en la ciudad y que los
compañeros en las guerrillas tenían un cerco llamado Yunque y Martillo,
que los estaban cada día presionando más, y que el cerco los estaba
estrangulando, que era necesario hacer una operación urgentemente por
encima de lo que sea, cueste lo que cueste, le pregunté: el que quería irse
me lo dijera, o si no que se quedara, todos dijeron que iban a ir, todos
salimos esa noche 13 de Marzo del 63 rumbo a tomar el Pueblo
Cumarebo.

P.- ¿Cómo fue la operación en sí?

R.- Para nosotros la operación fue buena, independientemente de que no


se tomó el pueblo y se capturó el armamento. Pero la operación no era en
el sentido de tomar el armamento, la operación era una operación de
distracción, de romper un cerco, que el ejército supiera que el cerco que
estaba haciendo allá… pero las guerrillas estaban fuera de ese cerco,
estaban para otro lado y ese fue el sentido, e incluso así se cumplió,
porque inmediatamente cuando nosotros tomamos el pueblo, que
duramos alrededor de media hora peleando, peleando, que yo tomo la
decisión de retirarnos, porque abajo teníamos un comando de la Guardia
Nacional que era la antigua Santa Rita, yo tomo la decisión de lanzar una
granada, me dijeron que era una granada, pero después supe que era la
Livia Gouvernier, una famosa mina que se había hecho en la famosa
fábrica de El Garabato, en el Estado Miranda, donde por culpa de unos
traidores: Helímenas Chirinos y Luisito Núñez habían asesinado a unos
camaradas, científicos, que habían fabricado esos explosivos allí, bueno
esa granada, me dijeron a mi que era una granada, cuando yo halé el
cordón para lanzarla, exploté y volé como alrededor de cinco metros
cayendo en un charco de agua, donde un compañero mío que era de
Caracas, Nelson Rampersard, que era un combatiente muy bueno, se
portó muy bien en el aparato represivo, éste me agarra y me dice ¿qué
hacemos?, le digo que me amarre algo en la mano para no desangrarme,
él se quita el pañuelo, me amarra de no sé donde, consiguieron un palo y
me hicieron un torniquete, aún así yo mantenía mi posición de retirarnos,
porque el ejército avanzaba. En eso le digo que lanzara la otra granada
que quedaba, que no la jalaran, sino que la botaran, porque esa no servía,
yo no sabía todavía qué era una mina, ellos la botaron y la granada volvió
a explotar, era una mina que hacía contacto y explotaba. En eso venían
los Jeep de la Guardia Nacional, nosotros tuvimos la suerte de que nos
lanzamos a una cuneta y los jeep nos pasaron por un lado, allí caminamos
los siete compañeros, siete Kms. que quedaban del pueblo Cumarebo al
barrio “Barrialito”. Cuando llegamos al barrio Barrialito, ya en
Cumarebo, a la salida de Cumarebo, yo le planteé a ellos que se
dispersaran, que se fuera cada quien para su casa y que escondiéramos el
armamento, porque a ellos no los conocían, yo continué solo a la casa de
un vecino, un señor que estaba ahí que me llevara, ellos continuaron, se
quitaron todo, yo continúe vestido de verde con una formitura y con un
brazalete tricolor de la bandera de Venezuela, de las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional, como insignia. Llegó aquel señor, lo toqué, le dije
que me ayudara, que me había volcado en el camión de mi papá y él salió
y me vio sin mano, desangrándome y me montó en el carro, me llevó al
hospital de Cumarebo, estando de guardia el Dr. Borrero, llegando yo que
me acostaron en la camilla, llegó la Digepol, la policía, el ejército y le
plantearon a él que me entregara y él les dijo que no, que yo era un
enfermo y que en el hospital mandaba él, mejor dicho, que si me entrega
me fusilan. De allí me trasladan a Coro; en Coro había un doctor, ese
doctor debe estar muerto ya, le deben de haber enterrado boca abajo, para
que se vaya más abajo, era un hombre torturador, él me agarró a mi los
tendones que los tenía colgando y me les echó un jalón y ahí me
desmayé. Sé que me atendió el Dr. Freddy Cuba, primo de Douglas y una
señora, una enfermera que se llamaba Carmen Bravo, por cierto, que se
portaron muy bien conmigo allí, después que recuperé mi conocimiento,
me encerraron en el mismo hospital en un calabocito, ahí, pero había un
gran movimiento de policías, eso por un suceso que había pasado de riñas
personales, entre Juan Arenas y un tal Jiménez, que Juan había matado a
Jiménez y entonces la policía y el ejército habían tomado el hospital. El
Partido se había planteado la necesidad de rescatarme, yo vi los
camaradas que me iban a rescatar, pero como se estaba formando ese
cerco de militares y policías, no pudieron rescatarme, ahí me trasladaron
a los famosos “tigritos”, en el Callejón Palmasola, que está cerca del
Ateneo de Coro, allí funcionaba la famosa Digepol.

P.- Te llevan al Hospital de Coro, ahí permaneces un tiempo, luego te


regresan a la Digepol ¿finalmente te envían a la cárcel de Maracaibo?
R.- Bueno, ahí en la Digepol había un Digepol que venía de Caracas
llamado “Chigüita”, un negrito malasangre, represivo, pegaba mucho,
escupía a la gente, a mi me escupió mucho, yo no voy a decir que me
torturaba, pero sí me escupía mucho y me vejaba, en ese entonces estaba
el famoso Atahualpa Montes, estaba el Capitán Vegas, Cuauro, no me
recuerdo el nombre, o Castillo que jugaba mucho gallo, habían otros. Una
brigada de Digepoles que había venido de Caracas. Una vez me sacaron a
mi para La Vela, para los Médanos y yo me dije dentro de mi, bueno me
van a matá, me van a fusilá, porque ellos me pusieron a reconocer ¿qué
cuántos guerrilleros había en la Sierra? y yo la respuesta que les di era
que habían como dos mil guerrilleros y entonces me decían que eso era
mentira, les dije: -bueno no sé-, la idea era darles a entender que eran
muchos guerrilleros, entonces me decían: ¿dónde están?. -Yo no sé,
búsquenlos-, -no, que tienes que llevarnos-, -no, yo no voy-. Yo siempre
me resistía a contestarles, siempre que me preguntaban por la guerrilla,
yo les daba el número exagerado, para que ante esa realidad, ellos
sintieran temor y miedo de penetrar al monte. Me llevaron a Coro, a los
Médanos y me pusieron rescotao’ y me dijeron: -ahora te envainaste,
ahora si es verdad que no te salvas y me metieron una ráfaga de
ametralladora-, yo dije: -me mataron-. Sinceramente, me puse aguaito,
aguaito, pero cerré los ojos y dije: -bueno, qué voy hacer-. Sentí la ráfaga
y el poco de arena que me cayó y ahí dijeron: -te salvaste ahora, pero la
próxima te vamos a matar, te vamos a fusilar-. Me llevaron otra vez para
El Tigrito, el Chigüita ese pasaba todos los días y me decía: -mañana te
fusilamos-. En ese entonces, sentí la voz de mi mamá que me fue a ver
con mi hermana Carmen, me fueron a ver y entonces yo les pegué un
grito, entonces, yo oí que dijeron ahí está, ahí está, está vivo, entonces, yo
dije: -ya se envainaron, ya aquí no me hacen nada-, porque saben que
estoy vivo. Al otro día me iban a sacar de nuevo, el mismo “Chigüita” y
llegó Atahualpa Montes y se me quedó mirando y no sé qué explicarme,
qué fue, qué pasó, porque tenía la vaina que torturaba, que hacía
desastres, famoso por cierto, que está vivo todavía, les dijo dejen a éste
hombre tranquilo, mándenlo para Churuguara ya no lo vayan a estropear.
Me trasladan a Churuguara junto con Nelson Rampersard Bello y un
famoso guerrillero que se llama Salas, que es de la Cruz de Tara Tara, de
la Cruz un muchacho Salas, yo no me recuerdo el nombre de él. Adolfo
Salas, que había caído prisionero y entonces en el trayecto de la vaina, él
le quitó la carabina al Digepol, se cayó a tiros y le dieron un tiro en el
hombro, bueno, ahí estuvimos los tres y nos llevaron a Churuguara.
Estando en Churuguara había mucha gente presa, campesinos de La
Negrita, de La Chapa, eso estaba lleno, estaba lleno, llevaron unos
doctores de Punto Fijo, también presos, no recuerdo quiénes eran,
después los soltaron. Allí llegó Atahualpa Montes y estuvo hablando con
Rampersard Bello, porque yo tenía la teoría siempre de no hablar,
siempre me callaba y entonces estuvo hablando con él, de repente se
volteó hacia mí y sacó una pistola y me dijo: -agarra esta pistola para que
veas como funciona eso, no tiene balas-, me dijo. Yo le dije: -yo no
agarro la pistola-, yo me imaginé que si agarraba la pistola, dejaba mis
huellas ahí pegadas, entonces, me mataba, entonces yo no la agarré,
entonces dijo: -nosotros no le vamos hacer nada, llévenselo para
Maracaibo, trasládenlo para que pague su condena allá-, eso lo dijo
Atahualpa Montes. Al otro día llegó una Comisión del Ejército del SIFA
y nos trasladó a Barquisimeto. En Barquisimeto duramos tres días en un
calabozo oscuro, oscuro.

P.- ¿A Barquisimeto?

R.- Enseguida me trasladó una comisión del SIFA, un Tenientico y cuatro


soldados, nos llevaron a Maracaibo. En el transcurso nos llevaron atrás,
aguantando sol y “esposaos”, principalmente yo, iba todavía “vendao”,
yo iba “quemao”, claro, porque parecía una momia, porque me había
quemado todo por la explosión. El más peligroso que se veía era Salas,
Adolfo Salas, que era el que se había tirado de una camioneta, arrancó el
fusil y se echó plomo, pero lo agarraron herido, sino no lo agarran,
entonces, por allá por Carora abajo se paran a comer y nos brindan unas
arepas a nosotros y el Tenientico se acerca a nosotros disimuladamente y
nos regala una caja de cigarros a cada uno y nos dijo lo siguiente: -yo
simpatizo con el movimiento guerrillero, yo recibo órdenes, pero a mi no
me gusta maltratarlos-; eso fue lo único que habló. Cuando llegamos a
Maracaibo que nos entregó, nos dijo: -buena suerte; algún día las cosas
cambiarán-, no supe más nunca de ese Teniente.
Cuando llegamos a la cárcel ese día, en la tardecita, cuando llegamos a la
cárcel, nos pasan pal Departamento de Procesados Militares, que queda
atrás y vimos cuando vamos entrando ya en la cárcel, que había mucha
gente, habían allanado a la Universidad, estaba Rafael Zanoni, Anselmo
Natale, Francisco Sosa, Pepe Santana..., bueno Nicolás Jiménez, Luis
Briceño, Omar Fuenmayor Labarca, que era un peruano, había mucha
gente ahí, había alrededor y seiscientos campesinos, bastantes. Cuando
vamos entrando a la cárcel lo primero que oímos fue una cosa que nos
llenó de regocijo y nos emocionó, era aquella famosa canción que decía:

UNA MAÑANA DE SOL RADIANTE


ABELLACHAO CHAO CHAO,
esa canción que decía viva el combate.

P.- Bueno vas a la cárcel, en la cárcel de Maracaibo, en ese entonces


allí, había revolucionarios y patriotas de toda Venezuela, pero
fundamentalmente de Portuguesa, Lara, Falcón y Yaracuy.

R.- Sí, de Barquisimeto estaban los hermanos Gómez, estaba Gómez que
era un técnico; un profesor de Copeyal, estaba este muchacho que
llamábamos “Carne Frita”, estaba Lategui. De Portuguesa estaban unos
campesinos que no recuerdo los nombres, pero había un señor que yo no
sé que pasó con el hijo, que parece que violó a una muchacha y lo
fusilaron, que se llamaba Vergara, el campesino Vergara y el muchacho
no se qué pasó en la guerrilla con él. Había mucha gente de todas partes
de Venezuela, había una represión terrible, terrible, eso estaba lleno.
Bueno, oímos la canción y entramos y los compañeros, los camaradas nos
saludaban, nos ubicaron en nuestros respectivos pabellones y allí empezó
entonces la vida, la vida del preso político. La escuela nos daba
Economía, Filosofía, todo lo que realmente enseña un comunista, pa’ ser
un buen revolucionario, teníamos nuestras horas libres, sembrábamos,
teníamos nuestro campo de agricultura, yo estuve ubicado en el pabellón
F-5. Las requisas eran terribles, porque creían que nosotros éramos unos
bandidos. Tuve muchos problemas en la cárcel, tuve problemas en la
cárcel, una vez un teniente en una requisa, me dio un planazo, porque yo
no dejé que entraran y se formó un gran escándalo y me dijo que yo era
un peleador de barrio, un macho de barrio, porque yo gritaba. No me
quejo, formé un gran escándalo porque me dio un planazo y de allí una
vez dije que me dolía mucho la mano, que tenía que operarme y hablé
con los camaradas del Partido, ya a mi me habían subido a la Regional
del Partido ahí en la cárcel; pertenecía a la Comisión de interrogación
que allí funcionaba, en el sentido de que cuando llegaba un preso,
nosotros lo interrogábamos, para ver qué había dicho, eso lo anotábamos
y se lo pasábamos al abogado y el abogado lo veía en los expedientes, ahí
sancionábamos a muchos camaradas que tuvieron debilidad ante el
aparato represivo. Compañeros que eran valerosos y nosotros los
catalogábamos a veces... fuimos fuertes con algunos compañeros que los
mandábamos a bajar al piso de abajo, al piso que estaba abajo porque
habían delatado mucho y cargaban el ejército, sirvieron como vaqueanos
y otros compañeros que llevaron a la Digepol a las casas a sacar
compañeros, esos los sancionaron. Otros compañeros tuvieron menos
grado de culpabilidad, le aplicamos incluso la ley del hielo, que no le
hablábamos, había un compañero que después lo mataron de una
puñalada abajo, porque se bajó, a mi me daba mucha tristeza, yo siempre
le daba un cigarrillo así a escondidito pa’ que él se lo fumara, porque no
le dábamos nada y entonces él un día que estaba obstinado tuvo una
discusión con los presos comunes y lo mataron. Marrufo se llamaba el
muchacho.

P.- Mira. Pichirilo, esa experiencia en la cárcel, es una experiencia


grandiosa.

R.- Bueno, allí en la cárcel aprendí lo que soy, lo poco que soy y
conocimientos del Partido Comunista y la Filosofía del Socialismo, y el
fortalecimiento de lo que es un comunista, ahí leí La Madre, Así se
Templó el Acero, Joven Guardia y muchos, muchos libros, pero lo que
más me impresionó es el primer libro, el que nosotros leemos es La
Madre, el libro que nosotros leemos y ese libro es para nosotros como un
principio de dar un paso hacia la graduación de revolucionario.

P.- ¿Cuánto tiempo estás en la cárcel de Maracaibo?


R.- A mi me llevan a Tribunales en Grano de Oro; estaba un fiscal de
apellido Parra, recuerdo a Parra y entonces yo le pregunté: -cuándo me
lleva a tribunales- y me dice: -no te preocupes, que yo te voy a meter a ti,
dos años y pico. Ah, dos años y pico, yo los tengo pago. Me llevaron a
juicio y me condenan a ocho años, diez meses.

P.- ¿El Fiscal Parra?

R.- El Fiscal Parra me condena a ocho años, diez meses; yo me paré ese
día y con mi poca experiencia que tenía le dije: -hoy me condenas, pero
mañana te fusilo-, en pleno tribunal se lo dije, de ahí fui derechito al
calabozo, abajo, como castigo quince días. Había un Tte. Coronel,
llamado Moncada, que era gocho y él me parece, que yo le caí sangre
dulce, a los tres días llegó y dijo: ¿por qué está aquí? y yo le conté y me
dijo sáquelo de ahí, que se vaya con su gente, esos ineptos incapaces
usted está pa’ irse y nosotros pa’ cuidarnos.

P.- Pero hay un incidente muy famoso Pichirilo, cuando a raíz de una
requisa te montaste en el topito del calabozo y tienes un altercado
muy grande con el jefe de la cárcel, un Comandante, un coronel,
cuéntanos ese incidente porque esa noticia recorrió el mundo.

R.- Ese incidente fue así: esa vez, había una requisa terrible, nos estaban
quitando de todo, pero antes, me había pasado a mi otra cosa; una cosa
curiosa ¿no? nosotros teníamos un plan de fuga y entonces yo era el que
tenía escondido cámaras para hacernos las fotografías, tenía escondido
alicates, tenía escondidos todos esos instrumentos, nosotros ese día, en
ese diciembre teníamos un pesebre, debajo de San José, debajo de la
Virgen María, los estoy tapizando de vainas y entonces me dijo el tipo:
Coño, chico, ya vienen y era el guardia que tenía en un lado, me
arrancaron todo y se llevaron hasta bueno, ahí fue preso hasta San José y
la Virgen María se la llevaron también, entonces, posteriormente, hubo la
famosa requisa, esa famosa requisa fue terrible to’ mundo ahí se asustaba,
unos camaradas más imprudentes, otros, eran más pacientes, otros eran
más violentos, bueno el calabozo donde estaba yo el F-6, era un calabozo
donde estaban los más violentos, porque éramos así; estaba El Pichón
Iturbe, David Guarecuco, Roger Medina, que es de la Sierra; estaba
Chimoito Medina, estaba Candunga; había un poco de gente del Palo
Quemao y de Cabure, había ese espíritu y ahí era donde “empezábamos”
las protestas para que los demás las siguieran, incluso cuando muere
Kenneddy, estaba preso aquel famoso diputado del MIR, Raúl Lugo
Rojas ¡coño!, que hombre tan cobarde y llorón, parecía una vieja en un
entierro, siempre llorando, ¡que hombre tan flojo!.

P.- ¿Raúl Lugo Rojas?

R.- Raúl Lugo Rojas, ese es un flojo. Ajá, Raúl Lugo Rojas, mira, bueno,
ese es un cobarde, se lo puedo decir y se lo puede preguntar a Francisco
Sosa, a Pepe Santana, a los que estuvieron en la cárcel. Cuando muere
Kenneddy nosotros de la misma emoción empezamos a gritar: Mataron
ese carajo y vaina y él nos grita a nosotros, él nos grita a nosotros: que
nos quedáramos quietos porque la primera bomba que saliera de Cabo
Cañaveral iba a caer en la cárcel de Maracaibo y que nos quedáramos
quietecitos, que por qué teníamos que estar gritando y vaina, cagao’ e
bola, entonces sucede que al otro día llegó la visita y él, ante la mujer, le
lloró en las piernas, a la mujer, para que le hiciera la diligencia, pa’ que
lo sacara de esa vaina, es una historia que la puedo corroborar yo con
otras personas que estuvimos en esa vez. Nosotros vivimos ahí momentos
amargos, momentos de crisis, de vez en cuando la requisa, ese fue un día
que me planearon. Con el jefe yo tuve un altercado duro, nos dijimos
palabras duras, incluso yo escupí, yo le eché una escupitá y entonces to’
el mundo se armó de botellas y vaina, aquí nos iban a matá, pero sucede
que aquí nos van a requisar y no nos requisaron, no entraron, no nos
requisaron, nosotros en la puerta y ese bojotón de guardias, pero ya
nosotros habíamos hecho trabajo previo, entre los doce o quince guardias
que habían, seis guardias estaban con nosotros, nos los habíamos ganado,
principalmente yo, que me la pasaba corriendo y me la pasaba hablando
en las garitas, éstos eran los famosos guardias que soltaron a los
guerrilleros en Trujillo, a los del Porteñazo que se fugaron, esos eran esos
guardias que dejaron escapar a esa gente.

P.- ¿A Fabricio Ojeda?


R.- Eso, y a Echeverría.

P.- ¿A Echeverría y al Teniente Acosta Bello?

R.- Acosta Bello.

P.- ¿Y a Fleming Mendoza?

R.- Esos guardias que los trasladaron después pa’ allá fueron los que
ayudaron a Fleming, esos fueron los que ayudaron a escapar a esos
compañeritos. Ya el trabajo lo habíamos hecho previamente. Bueno,
teníamos un plan de fuga, yo plantee después el traslado al hospital pa’
que me operaran la mano, porque y que me dolía. El Partido afuera
acordó secuestrarme de nuevo, rescatarme de nuevo. Había un guardia
que yo le hablé con franqueza porque yo me lo había ganado y me dijo: -
bueno chico, vamos a hacer lo siguiente: cuando entre la gente yo me
hago el loco, me quitan la ametralladora y meten pa’ dentro y ustedes se
van-; yo llegué ese día a consulta, cuando hago consulta en el Hospital
Central, me sale una enfermera, que no era enfermera, vestía de
enfermera y me dice: ¿puede manejar esta pistola?, yo le dije: -sí-, me
dijo: -bueno, pasa pa’ dentro-, pero, exactamente cuando voy pasando,
llegó otro trabajador con unos presos comunes y un pelotón de guardias
nacionales, yo recuerdo que me dijeron: -hoy no será, otro día será-, me
trasladaron de nuevo.

P.- Mira, Pichirilo y en qué año sales de la cárcel?

R.- Pero antes te voy a relatar una cosa, posteriormente, me llevan al


hospital, me hospitalizan en el Hospital Central y estando hospitalizado
con dos guardias enfrente, se me duermen los guardias y yo me fugo y da
la casualidad que me perdí en el hospital, porque yo no conocía el
hospital. Cuando salgo afuera, me detienen a mi por indocumentado,
porque no tenía documentos, cuando estoy en la policía, dan la orden que
se fugó un guerrillero y da la casualidad que era yo y me llevan otra vez
pa’ la cárcel. La guardia me amarra en una bicha de esa de tomar agua, en
pleno patio y cae un palo de agua, estuve toda la noche aguantando agua.
En el día llegó otra vez el Coronel que era encargado de la cárcel y se
vuelve a recalentá con los guardias, me mandan a soltá y me sube otra
vez pa’ mi pabellón y regaña a los guardias y arresta a los guardias y a mi
me puso allá arriba, son cosas, que es realmente la famosa fuga mía, que
no llegó a prosperar.

P.- ¿Mira Pichi y cuándo sales de la cárcel?

R.- Bueno, en la cárcel sucedían cosas, chico y lo que nosotros


llamábamos calihuevas, esas calihuevas famosas, entraban y salían y se
iban y venían, y llegaba la familia los días de visita y “los decían” a los
estudiantes universitarios: ya hablé con el Ministro tal-, bueno Briceño
Linares, era Ministro de la Defensa y Briceño Leoni que estaba preso era
sobrino de él y sobrino de Raúl Leoni.

P.- ¿Tío de él?

R.- Tío de él, exactamente, y le traían noticias de Caracas, “te van a


soltar”, nosotros, los campesinos, que veníamos de extracción campesina,
no teníamos a nadie quien hablara por nosotros, incluso, no nos iban a
visitar porque no teníamos nada pues, nosotros lo que hacíamos era
compartir con los demás ¿no? pero, entonces había muchos estudiantes
porque Caldera había allanado la Universidad Central de Venezuela y se
había llevado un poco de gente presa pa’ allá profesores y todo, entre
estos a José Rafael Zanoni, Luis Hurtado, estaba Omar González, estaba
Andrés Aguilar -El Papote-, bueno mucha gente estaba allí presa y
también el poeta Héctor D’ Lima.

P.- ¿Héctor D’Lima?

R.- Héctor D’ Lima que se fugó vestido de mujer que después andaba
loco por ahí, no sé qué fue lo que pasó, no supe.

P.- ¿Escribió un libro?

R.- Aja, Héctor D’ Lima se fugó vestido de mujer, que la mujer lo ayudó
y salió vestididito de mujer completo. Estaba Freddy Rojo, también se
fugó de mujer.

P.- ¿A Freddy Rojo lo mataron?

R.- Lo mataron en Valencia, entonces se fugó y cuando iba pasando la


puerta afuera, una mujer dijo: -esa tiene batata-. Se fugó Eloy Rodríguez,
que después lo encontré yo en Praga. Bueno, había muchas cosas que
coincidían ahí en la cárcel ¿ve? Esa vez que estábamos en ese proyecto
de pacificación me llegan y me condenan a 8 años y 10 meses, entonces
lo curioso de eso, era que to’ mundo salía, tú sabes que había indultos en
Diciembre y Febrero, la toma de gobierno, habían indultos, to’ mundo se
iba y uno lo que le quedaba decir: ey, me dejás el ventilador, ey me dejás
los zapatos, ey me dejás la sábana, eso es lo que le quedaba a uno ¿no? de
los que se iban, esa vez dieron un extra, estábamos viendo un televisor
que teníamos, que era remendado por un Sr. Gómez de Barquisimeto, que
era puro bombillo, como resistencia que tenía, ahí veíamos una película,
una serie que llamaban, que era de un mocho de una mano del “Dr.
Kimbel”, ajá, esa la veíamos to’ los días, to’ el mundo, abríamos huecos
pa’ “pasanos” de calabozo en calabozo, entonces un extra, el extra dice:
van a soltar presos políticos y vaina, “veerga”, yo me paré y dije: -me
voy a dormir, porque le daba a uno tristeza, coño se iba to’ el mundo y
uno se quedaba y esperaba más gente y se quedaba, ya yo había
pagado cinco anos y medio en la cárcel de Sabaneta, procesado militar y
tuve trece huelgas, tuvimos la huelga de 13 días, cuando se cayó el
puente sobre el lago, tuvimos esa huelga, -bueno era una huelga a nivel
nacional-. Bueno, yo me acuesto, dan el extra, no mientan a nadie, to’ el
mundo grita y empiezan a hacé café, porque tú sabes la cuestión y vaina,
entonces dicen, que dentro de poco darán la lista, yo estoy acostao’ con
las almohadas puestas en las orejas ¿no? pa’ no oí, pero claro, que va no
podía, yo abrí las almohadas para oír y entonces, de repente, oigo que
dicen: Ignacio de Jesús Goitía Henriquez y dice la gente: -Pichirilo te
vas- y yo grito también: -ya me voy, me voy-, pero yo no sé pa’ onde es
que me voy, el problema está en que yo oigo el nombre mio y no sé pa’
onde voy, ahí nos pusimos a hacer café y no dan más el extra. Oí a Noti
Rumbos, entonces Noti Rumbos confirma la vaina, Noti Rumbos dice
otra vez, pero tampoco me dice pa’ donde, entonces yo digo: -bueno, me
voy-. A las 5 AM. viene el tropel de guardias: -tan, tan, tan, arreglarse
Ignacio de Jesús Goitía, arregle su maleta imagínate tú, yo que no había
salido de Cumarebo, de vender cal en un burro, entonces sucede que me
van a soltar en libertad, no tenía ni ropa, ni nada, lo que primero meto en
una maleta que tenía, una maleta que parecía de peluquero, que eran
“amarrás”, meto mis alpargatas, un sombrero que me dieron, un paltó y
una vaina, de repente yo le pregunto al Teniente: ¿Bueno y pa’ donde
voy, porque yo veo a to’ el mundo, están soltando unos, otros confinaos’
y otros pa’ otros “laos” y yo dije, bueno, y por donde iré yo, que me están
diciendo que arregle ropa? Yo lo miro y entonces le digo: ¿dónde iré yo?,
-usted va pa Suiza- me dijo él y ¿dónde queda eso?, me dice: -fuera del
país-. Le dije: ¿por qué me botan a mí? No sé, el gobierno considera que
tú eres peligroso y te botaron. -Me botan, me expulsan para Suiza.

P.- Bueno, cuéntanos de esa experiencia en el extranjero, porque van


botando un poco de gente para Suiza.

R.- Llegó y me paran en el bus, y arrancamos pa’ Suiza.

P.- ¿Al aeropuerto?

R.- Perdón pa’ Caracas, pa’ Caracas me llevan pa’ La Planta, pa’
depositarme allá y no tenía ni pasaje, entonces, sucede cuando llego, veo
a mi mamá en la puerta, no se cómo se enteró, la veo llorando y vaina y
el guardia que me había ayudado, también se le salieron las lágrimas,
entonces me dijo: -Coño, adiós, yo... me llevaron de ahí, me fui, me
llevaron.., llego a La Planta, me depositan en La Planta, en sitio especial,
ahí habían como 30 y pico, estaba yo recuerdo a un hombre ahí, estaba un
tal llamao’ Rasputín que era del Destacamento del Livia Gouvernier.

P.- Ese era Acosta, hermano de Mayita Acosta, la esposa de Freddy


Muñoz, aunque Freddy parece musulmán, se ha casado tantas veces, al
contrario de Arístides Beaujón, a quien no se le conoce mujer alguna y
tanto que le gustaban las mujeres a su hermano Chente.
R.- Ajá y lo mandaron pa’ España y muchos.

P.- Ese era el caso Smolen.

R.- Smolen, el caso Smolen si, entonces sucede que allí to’ el mundo fue
saliendo porque la familia tenía plata, eran de la clase media, o clase alta
y le llevaban los pasajes, el gobierno pagaba pasajes, como a los cuatro
días llegó Landaeta, Coromoto. Landaeta que era del Partido Comunista
me dice que va del Buró Político y que me tiene los pasajes; el Partido
Comunista me da doscientos dólares y la Federación de Centros
Universitarios me dio los pasajes.

P.- ¿Te fuiste a Suiza?

R.- Entones ahí salgo yo con otro muchacho que también era mocho de la
mano, que es de Mérida, un mochito que es de Mérida y salgo con unos
que trabajan “horita” en El Cementerio que son los hermanos Martínez,
Pascual Martínez, bueno salimos los tres, dos mochos y un obrero, nos
largan a Suiza. Bueno nos llevan al Aeropuerto.

P.- ¿No se necesitaban visas para ir a Suiza?

R.- Nos llevan al Aeropuerto, al destacamento 69 que está en Maiquetía,


no sé que número era, entonces ahí nos dan una comida y vaina y ahí nos
montan en el avión de Viasa, me recuerdo yo de VIASA y lo sientan a
uno y el capitán le dice al otro capitán de la nave: a estos señores los
entregan en el aeropuerto, cuando estén fuera del área del espacio aéreo
venezolano que les den sus documentos. Los pasaportes se los entregaron
a él, y ahí iba Timolión Linares, Daniel Linares; Timolión que trabaja
ahorita en Yaracuy me parece, ajá, Timolión Linares, perdón, perdón la
equivocación está aquí; el mochito se vino conmigo de Moscú, los que
de aquí fuimos éramos Linares, Martínez y yo. Bueno, íbamos ahí,
entonces, Linares como él es poeta y recita y vaina, empezó a recitar un
poema ahí, que hizo que las aeromozas lloraran, aquel poema que decía
este,
“Probablemente yo mañana marche al frente
el partido me llama no me preguntes a qué,
que si me matan, corre al partido y
colócale a un lado: otro más que murió por la paz.
No llores que las hembras no lloran cuando van a peliá”*

Hasta ahí... ese hombre no jó... ahí lloramos tó el mundo, ellos


empezaron a regalarnos cosas, a mí y bueno yo me bajo en New York.
Nos bajamos en New York, ahí nos hacen presos.

P.- Claro, terroristas internacionales.

R.- Ahí nos hacen presos y nos sientan en una vaina ahí, por cierto, que el
sombrerito que llevaba fue a parar al culo el’ mundo, una brisa me lo
voló, yo iba a salí a corré hasta buscarlo y me agarraron, entonces, me
senté ahí, al otro rato, como a las cuatro horas, nos llaman los mismos
hombrotes, unos bichotes grandotes y nos llevan pa’ otro aeropuerto y
nos montan en un avión pa’ Suiza, y en ese lapso, en ese lapso como
chiste ¿no?, pero fue verdad, me da un dolor de barriga y no hallo que
hacer, un dolor de barriga tremendo. -Coño, porque había comido
caraotas ahí en Maiquetía- ¡Verga! y yo primera vez que me monto en un
avión- entonces sucede que leo... yo voy to’ ahí y le digo a éste y cómo
está pa’ llá la cosa y me dice aquí está oscuro, yo digo verga por aquí está
pegando un sol, estábamos cruzando el “Meridiano de Freus”, no sé qué
cosa es esa -no jó... y una vaina. Si chico y yo dije: -Bueno y ¿qué es
esto? a la vaina, como caímos aquí, lo que había pa’ bajo era pura
neblina, a vaina ahora si es verdad que me vine a morir tan lejos, bueno
no aguantaba el dolor y le digo a la mujé, a una monja, que iba al lao’
mio: -mija, me disculpa pero yo tengo un dolor de barriga- y me
dice: -allá atrás, allá atrás se hace-, le digo: -¿atrás? tú estás loca, cómo
me voy a meté pa’ llá atrás-, dice: -sí atrás-, digo: -no-. Yo pensé que era,

________
*E1 poema que recita Thimolión Linares pertenece al poeta Adelis León Guevara y está
recogido en su poemario Por los caminos del viento, 1962 y se titula El Partido me llama,
según testimonio del propio poeta, que revisó los originales de este trabajo.
que uno abría la ventana del avión y uno sacaba el rabo pa’ fuera, pues,
era la primera vez que me montaba yo en un avión y yo dije: -no, si me
caigo de ahí, sape gato-. Bueno, mira llegué a Suiza con el dolor de
barriga y me siento... aah, bueno, el Partido Comunista me ha dado a mi
un papelito y yo me lo había metio’ por la correa ¿no? que ese era un
teléfono pa’ llamar a Gerónimo Carrera en Checoslovaquia, el papá del
poeta Alvaro Carrera.

P.- ¿Gerónimo Carrera?

R.- Gerónimo, que era responsable del Partido Comunista allá, a bueno,
entonces, llego allá y llegamos y no hallamos qué hacer, mano y yo
apurao’; verga en eso pasa un maracucho, cantando, esos andan regaos’
por todas partes, me le pegué atrás y le dije: -¡coño mano! yo no soy de
aquí, venimos exilaos’ y me dijo: pero dónde estás sentao’ tú-. Le dije:
-ahí, arriba-, decía “toalet”, tampoco sabía qué era eso, yo estaba
buscando donde decía “excusao”, no jó... me metí en el cuarto ahí, chico,
y ahí hice mi necesidad, cuando salí, me para la mano pa’ cobrarme, yo
dije: -coño, pero si aquí cobran también por cagar, por eso es que los
suizos son tan ricos.

P.- ¿Pagaste?

R.- Pagué, pagué, entonces, hablo con el maracucho, le digo la situación,


me dice que si no tengo un teléfono, le digo: -coño aquí tenemos un
teléfono, chico,- entonces dice: -venga pa’ ca, hizo una llamada
internacional pa’ Checoslovaquia, exactamente, nos estaban esperando:
-compren el pasaje “horita” y se vienen-. Entonces fue y buscó a unos
carajos representantes de la embajada rusa, que están ahí en el aeropuerto
de Suiza, los tipos se movieron y nos metieron en un avión, ese avión
parecía un avión de guerra, bueno y yo “to’ asustaito” mano, llegamos a
Checoslovaquia, cuando llegamos a Checoslovaquia, oigo que me dicen
Pichirilo, yo dije: -la verga, aquí me conocen también y entonces, cuando
veo allá a Eloy Rodríguez.

P.- ¿Eloy Rodríguez él que se había fugado?


R.- Eloy Rodríguez que se había fugao’. Esa noche nos dieron unas
coronas, porque la peseta allá es corona, y entonces nos fuimos pa’ una
taberna a tomar cerveza negra “Tres Coronas”, unas bichas así grandotas
y Eloy con el cuatro cantaba: La guerra de los Vargas, no sé qué eso así.-
Bueno, esa noche encontramos ahí a Ana.

P.- ¿Ana Guanipa?

R.- Ana Guanipa con la hija, estaban en Checoslovaquia, sí estaban en


Checoslovaquia y se venían de regreso ese otro día. En el aeropuerto de
Moscú, de Checoslovaquia perdón, Checoslovaquia encontré a José
Vicente Rangel que venía de Moscú, sí, ahí lo vi, después vimos a
Alexander “Dusque” era presidente, en ese entonces, antes de la
primavera de Praga. Después me encontré ¿cómo se llama él? coño, se
me han olvidao un poco de nombres. Éste que era del Partido Comunista,
el médico ese, que era poeta, coño, ya me acordé el doctor Mancera.

P.- ¿Gallegos Mancera?

R.- Gallegos Mancera estaba allá en Checoslovaquia, ahí duramos


bebiendo aguardiente, caminando, me la pasaba encerrao, íbamos a la
Universidad, conociendo; posteriormente se presentó el problema de la
intervención de los tanques rusos a Checoslovaquia, ese día nos sacaron a
nosotros para el aeropuerto y nos enviaron a Moscú y nos recibieron,
bueno, donde nos recibieron, no sé si era a to’ el mundo, nosotros no
pasamos por la aduana, nosotros siempre que llegábamos estaba una
limosina negra ah, con unos tipos “chichi” y nos metían y a zapatear pa’
otro lao’, ahí en Moscú llegamos y nos trasladan y entonces iba una
traductora llamada “Periboche”, entonces, nos iba contando cuando
llegaron los nazis y eso. De ahí nos trasladaron a una residencia “La
Pichinga” entonces, después me pasaron a mí a la Escuela del Partido
Comunista de la Unión Soviética, a la Escuela Superior del Partido
Comunista.

P.- ¿Cuánto tiempo estuvieron ahí en la Escuela de Cuadros del Partido


Comunista?
R.- “Tuve” un año”.

P.- ¿Aprendiste ruso Pichi?

R.- No, no hablo ruso, porque lo que hacía era echar bromas, porque yo
decía, que cuando viniera a Venezuela para qué me iba a servir, esa es
una teoría mala ¿ve? como experiencia, yo decía que cuando viniera a
Venezuela venía otra vez pa’ la lucha, entonces no me preocupé por
aprender, aprendí lo necesario, a enamorá mujeres, comer y beber.

P.- Eso es lo que aprende uno primero.

R.- Sí, lo que aprende el venezolano y el escándalo que formábamos en la


plaza Gorky, en los botiquines, los escandalosos, éramos los latinos.

P.- ¿Regresas en Venezuela en qué año?

R.- En el 69 regreso.

P.- ¿A ti te botaron cuándo?

R.- Finalizando el Gobierno de Betancourt, empezando Leoni.

P.- ¿Empezando Leoni?

R.- Sí, me bota Leoni y regreso cuando Caldera.

P.- ¿Cuánto tiempo en el exterior?

R.- Como un año; no sé exactamente.

P.- Regresas a Venezuela, te incorporas a la reconstrucción del Partido


en el Frente Obrero.

R.- Sí.
P.- Creo que dirigiste una huelga en las camaroneras.

R.- Sí, sí. Bueno participé, ahí regreso a Maracaibo y regreso al Partido
Comunista… llego a Maiquetía durante el gobierno de Caldera; pues,
Lorenzo Fernández dice: -que todos los que están fuera de su país,
regresen-, te acuerdas de la famosa frase..., inmediatamente... El Partido
Comunista, parece que allá éramos muy echadores de broma aah, pero
antes te puedo contar una anécdota: es que nosotros nos volábamos con
Ramón Latiegui que es de Barquisimeto, nos volábamos de la escuela, yo
era jefe de pabellón, como yo era bochinchero, a mi me pusieron jefe de
cuarto de todos los pasillos, porque habían unos alemanes que llegaban
borrachos y hacían mucha bulla, entonces, yo llegaba en la mañanita,
tempranito me paraba ahí, cuando ellos llegaban les decomisaba la
Vodka, entonces, esa Vodka decomisada nos la bebíamos los
venezolanos, entonces, brincábamos la “palizá” y nos íbamos, nos
íbamos. Una vez Simón el árabe, el del famoso túnel del San Carlos, el
que sacó a Pompeyo, a Teodoro y a Guillermo García Ponce, aquí, pero
en Moscú también él se encargó de acusarnos a nosotros, que nosotros no
amanecíamos ahí en la escuela; que buena vaina, de libertador a policía,
menos mal que no llegó a Miraflores, nos hubiera fusilao’.

P.- ¿Simón -el árabe- era un hombre muy disciplinado?

R.- Sí, muy disciplinado, entonces yo una vez me calenté con él y le iba a
dar un cabillazo, le dije yo: -¿por qué nos “sapias” a nosotros?-, porque
yo le decía a él, que ellos adentro, ellos conseguían rusas ¿no? porque
ellos sabían hablar ruso, nosotros teníamos que salir pa’ la calle,
entonces, ¿por qué él tenía que sapiarnos? yo tuve una discusión con
Simón -el árabe-, que vivía allá en la Escuela Superior de PCUS, dirigida
por el Buró Político del Partido Comunista, ahí estuve yo un año.

P.- ¿Del Partido Comunista de la Unión Soviética?

R.- De la Unión Soviética.

P.- Estuviste un año y no aprendiste a hablar ruso.


R.- No aprendí a hablar ruso y entonces, decía “diebuska jorasivamire
padivan” esas cosas así, “Guarecuco”, aprendió más que yo, el otro
compañero mío aprendió más que yo, porque se dedicaba y Carlos
Rodríguez del MAS, ese aprendió el ruso tremendamente. Esa era la
teoría de él y nos dijo a nosotros muchas veces, que él no salía a la calle
porque él era fiel a su mujer, dijo que no había visto una rusa. Al año nos
regresaron, nos vinimos, llegamos a Francia y nos hicieron presos,... ahí
sí venía este muchachito, el que es mochito, de Mérida, el mocho Marín,
sí venía. Lo hicieron preso, nos hicieron preso en Francia, porque
veníamos de la Unión Soviética, entonces se presentó una huelga de una
línea americana. Bueno y nos dejaron presos ahí y nos metieron presos en
un hotel, nos atendieron ahí, hasta el otro día que nos vinimos en la Aero
Francia, venía vuelo Lisboa, en Lisboa llegamos, ahí estaba todavía
“Olivero”.

P.- Pichi ¿el dictador Oliveira Salazar?

R.- Sí, Oliviera Salazar. De Lisboa volamos a Caracas, cuando venía en


el vuelo veía abajo a Caracas, me paré, porque ahí nadie hablaba español
¿no? Cuando vienen de allá pa’ ca nadie habla español, cuando ya van
llegando a Caracas, to’ mundo habla español.

P.- ¿Tú hablabas en ruso?

R.- No, yo ni en ruso, yo venía callao, entonces sucede que cuando llego
ahí me paré y dije: yo me llamo fulano é tal, este se llama fulano é tal y
este se llama fulano e’ tal, miembros del Partido Comunista de
Venezuela, venimos de la Unión Soviética, si nos hacen presos y nos
desaparecen, ustedes saben muy bien que venimos aquí sanos, que alguno
de ustedes haga el favor y avise en la Parroquia San Juan al Partido
Comunista, a Eduardo Machado, que vienen tres exiliados de la Unión
Soviética.

P.- ¿Con quiénes regresaste, con Juan David y Guarecuco?

R.- No, Guarecuco no estuvo en exilio, regresé con Pascual Martínez, con
Timolión Linares y regrese con el mochito ese que yo digo, que es un
camarada, que es de Mérida y yo, éramos cuatro que regresábamos.
Llegando a Maiquetía nos detiene la Digepol; pa’ ese entonces era la
Digepol todavía.

P.- La Disip con Caldera.

R.- La Disip, la Disip, sí, la Disip. Nos llamaron aparte, nos llamaron
aparte, nos metieron en una patrulla y nos llevaron pa’ los Chaguáramos.
Cuatro días presos allá, nos interrogaron, a mí me preguntaron -¿qué
hacía?- yo les dije que yo trabajaba en mi campo en la Unión Soviética
recogiendo papas.

P.- ¿Cómo fue el cuento allá en la Digepol cuando te preguntaron que


hacías en Rusia?

R.- Interrogaron a todos y me interrogaron a mi, entonces me preguntaron


que qué hacía yo en la Unión Soviética, qué si hacía cursos de
especialidades y cosas de esas y que si era del terrorismo internacional;
algunos payasos de la Disip que estaban ahí preguntando, yo dije que
estaba en un campo recolectando papas, bueno me dejaron tranquilo y me
soltaron, yo después es que me imagino que... no me imaginaba, si eran
arriba o abajo que nacían las papas, entonces, yo dije, si me fueran
preguntao’ a lo mejor les digo, que las descolgaba, -sucede que las papas
nacen en las raíces-, me fueran agarrao’ en el embuste, sí. De ahí me
trasladé a Maracaibo, “tuve” en Maracaibo, me vine a Falcón, me
mandan a Punto Fijo. Me mandan a Punto Fijo a organizar el Partido
Comunista, porque aquí la gente se había dispersado un poco y entonces
necesitaban un funcionario, como funcionario la ayuda era de Bs. 200,00
cuando llegaba, cuando llegaba la ayuda, porque a veces no llegaba y
llegué durmiendo en unos cartelones, éstos me llevaron a una casa, de
una familia Sánchez en Carirubana de donde es mi mujer, una de las hijas
de la señora Sánchez en Carirubana y allí empecé a través de Rosa, la que
es mi mujer ahorita, hace los contactos con los antiguos miembros del
Partido Comunista y mucha gente, empezamos a organizar el Partido
Comunista y empezamos a funcionar, vinieron otras luchas, las luchas,
las huelgas esas de las camaroneras. Primero hubo la lucha de los
pescadores, en la cual hubo batallas importantes, participamos
directamente en la quema de una patrulla, en Carirubana, mi mujer y otro
compañero desarmaron a un policía, recuerdo que el policía decía: -yo no
disparo porque ahí va mi hermano-, y entonces ella le estaba quitando el
fusil, entonces, el policía no le quería dar el fusil, cuando revisaron la
información en la policía, todos los policías habían disparado menos él,
hoy se llama el policía Juan del Diablo.

P.- Mira, Pichirilo tú diriges el conflicto de los camaroneros, en esas


camaroneras que hay en Punto Fijo, creo que eras el Secretario del
Sindicato.

R.- Yo era secretario de reclamos entonces, yo dirijo la huelga porque las


condiciones eran muy malas laboralmente, pero yo sé reconocer
públicamente, yo creo que yo cometí varios errores en esa huelga,
primero porque yo venía todavía con el furor y la sangre caliente de la
revolución y cuando la dirigí estaba muy influenciado por las huelgas de
Petrogrado - Leningrado - Stalingrado, como se quiera llamar, yo soñaba
con dirigir una huelga donde los pitos de las empresas sonaran así
como sonaban en Europa: Piii y yo me veía así, en serio yo me veía
así, y esa huelga la dirigí así de esa forma en ese estilo, yo no transigí
en nada, yo pedía un aumento salarial y me ofrecían y yo no aceptaba
nada. Incluso el día de la huelga salieron todos los obreros parados en el
portón de la fábrica a cantar el Himno Nacional y los que estaban adentro
salieron y entonces tiraron las campanas y los pitos y la vaina y me veía
yo como, como un Stalin dirigiendo muy emocionaó, entonces, sucede
que las huelgas no se dirigen así, yo reconozco públicamente porque en
eso tengo una experiencia del camarada Stalin que dice: Que reconocer
los errores públicamente es virtud del hombre revolucionario.

P.- Pichi estamos en 1996 cerca del tercer milenio de la era cristiana,
Pichi qué significó para ti el derrumbe de la Unión Soviética?

R.- Bueno, yo militaba en el Partido Vanguardia Comunista, cuando hubo


la división del Partido Comunista, me fui con Guillermo Garcia Ponce,
Alcides Hurtado, Carlos Del Vechio, Eduardo Machado, Juan
Vicente Cabeza, un poco de gente que estábamos allí, nos fuimos, pues,
ya en el Partido Comunista no se podía estar, era insoportable mantener
una corriente ahí, no había renovación, eran los mismos camaradas
planteándose de que el mundo estaba cambiando y ellos no veían ese
crecimiento y ese desarrollo y ese desarrollo social. Había que cambiar
algunas cosas, nosotros pensábamos que afuera nosotros podíamos hacer
un movimiento comunista distinto, la vida nos enseñó que no pudimos,
pero lo intentamos, bien, milité en ese Partido en Vanguardia Comunista,
fui miembro el Buró Político, fui miembro de la Dirección Nacional,
posteriormente, fundamos a la Nueva Alternativa, también fui de la
Dirección Nacional y del Buró Político de la Nueva Alternativa, ahí
militó Américo Martín, tuve muchas conversaciones Alfredo Maneiro,
hubieron muchos universitarios ahí con nosotros, posteriormente, eso
también se fue cayendo y ya no queda lo que era la Nueva Alternativa,
pero hubo muchas discusiones dentro del partido muy buenas, muy
buenas, pero siempre los teóricos y la gente que tiene experiencia tratan
de imponer su criterio sobre los que no tenemos esa experiencia
internacional. Yo discutía, dos veces tuve discusión con el camarada
Eduardo Machado, que recientemente falleció, una vez yo dije cuando
Gorbachov que esta era un quinta columna infiltrado en el movimiento
internacional comunista y que Gorbachov iba a derrumbar el sistema
socialista, porque los comunistas, los camaradas viejos de 80-90 años
habían cometido muchos errores, estaban viviendo como en una logia en
cuna del pasado ¿no? y habían descuidado las fábricas, habían
descuidado la clase obrera y ellos se daban un cierto lujo, lo mismo que
estaba pasando con la Revolución Sandinista, con los siete comandantes,
con los nueve comandantes, yo señalé eso. En una discusión Eduardo
Machado me dijo a mi, de que yo qué sabía del Movimiento Internacional
Comunista, cuando él tenía ese prestigio de haber fundado el Partido
Comunista Cubano, el Partido Comunista Americano, vivió en la Unión
Soviética. Bueno, toda la experiencia, internacional y valerosa y
respetable que tenía, tiene y sigue teniendo toda la vida y toda la historia
del camarada Eduardo Machado, pero yo difería de él en ese momento,
yo le decía: -no, que eso se iba a caer- y me dijo: -no, eso no se iba a
caer-, que si yo planteaba eso en la Unión Soviética me hubieran fusilao’
y él me dijo: -porque si usted es stalinista, yo también soy stalinista, yo
admiro mucho a Stalin, con todos los defectos que pueda tener Stalin y
todos los crímenes que pueda haber hecho a la humanidad, Stalin está
justificado, porque era un momento determinado y unas condiciones
concretas, pues si Stalin no lo hace, a Stalin lo fusilan y se derrumba el
estado Socialista y Stalin lo que hizo fue pertrechar y fortalecer el
Ejército Rojo. Bueno, todas las cosas que se hablaban, pero él siempre
salía con ese Stalin y yo le dije que iba caer el mundo Socialista y
también le dije que iba a haber un golpe militar en Venezuela y lo dije
aquí públicamente, a tó esto me decía que no, porque el ejército
venezolano estaba… déjame terminar la cosa de primero pa’ no
equivocarme- bueno, entonces, cae el mundo socialista, se derrumba de la
noche a la mañana, setenta años de revolución socialista, una formación
de un Ejército Rojo que no existió, que era mentira, porque si ese Ejército
Rojo hubiera estado fortalecido bajo la doctrina del Marxismo -
Leninismo, no se cae el mundo socialista, se sostiene con las bayonetas, o
con las pistolas o con el fusil. ¿Y qué hizo el Ejército Rojo? no hizo nada,
se derrumbó porque era una falsedad, un sueño; hoy en día, la vida está
demostrando que con un rostro más humano el Socialismo y el
Comunismo están recuperando terreno otra vez, por las elecciones,
incluso, caramba en Ucrania, Polonia, en la Unión Soviética, va a ganar
también, pero, no me creyeron, no me creyeron, yo no era un
internacionalista, yo era un obrero, que venía de abajo.

P.- Mira, a propósito, tú sabes que en este país parecía que todo se había
acabado, pero, creo que había agua bajo las hojas, tú has sido
guerrillero y yo también, uno va caminando por la montaña y ve todo
seco, pero, hay un poco de agua bajo las hojas y de repente, se te meten
las piernas hasta las rodillas, así pasa en Venezuela. Hay tres
acontecimientos, que creo van a marcar este país por lo que resta del
siglo, me refiero al 27 y 28 de Febrero cuando las Fuerzas Armadas
venezolanas cometen la primera gran masacre en su historia; luego, el 4
de Febrero, cuando la oficialidad joven organiza un golpe y fracasa
desde el punto de vista militar pero, despierta la conciencia nacional;
luego el 27 de Noviembre cuando no tumban a Pérez. Las Fuerzas
Armadas en Venezuela por su origen y formación son distintas a las
Fuerzas Armadas de Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y a las de
Guatemala. ¿Qué opinas tú de las Fuerzas Armadas como factor de
cambio en Venezuela?

R.- Bueno, mira, yo te voy a relatar un poquito atrás para que tú veas lo
siguiente: yo venía siguiendo, a mi me dicen que yo soy del grupo de
Guillermo García Ponce, fundador de la Junta Patriótica, porque
Guillermo siempre fue un estudioso del aspecto militar y yo venía
siguiendo el problema de los ascensos militares y el descontento que se
venía gestando dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales. Militares que
renunciaban, generales que abandonaban los cargos, los ascensos
atrasados, un descontento que se venía formando, la teoría del pueblo era
que los militares no se alzaban porque los generales estaban cómodos,
que los generales vivían con un buen sueldazo, casas buenas y tenían
buena forma de vivir, y que ellos no se podían alzar, yo decía que no, que
la tropa de abajo se iba a alzar, que había un descontento, que había
alguien que pensaba en este país y que quisiera a la Venezuela. La
historia y el tiempo me volvió a dar la razón a mí.

P.- ¿Cuál fue el tiempo y la razón?

R.- Sucedió el 4 de Febrero, sucede el 27 de Noviembre, pero, como


consecuencia de un problema social, de un problema que se venía
gestando a través de una descomposición política, económica y moral
porque la sociedad de Venezuela está desmoralizada desde arriba hasta
abajo, porque la capa de dirigentes políticos se ha convertido en un sector
de corruptos, que no piensan en el porvenir del país, ni en el porvenir de
la República, sino en sus problemas personales y es así como Venezuela
se está fundiendo cada día, pero hay gente dentro de las Fuerzas Armadas
que piensa que hay que salvarla, y que hay que poner orden y respeto
dentro de la Nación, allí surge como consecuencia, un descontento a
través de la aplicación de una política Neoliberal de Carlos Andrés Pérez,
que trae como consecuencia, empobrecer más a los pobres y enriquecer
más a los ricos y profundizando más el hambre y la miseria del pueblo
venezolano, eso trae como consecuencia un desbordamiento de anarquía
y sin control ni dirección del 27 de Febrero, cuando hubo los famosos
saqueos y protestas en las calles, pero es bueno señalar aquí, de que
nosotros en la Nueva Alternativa discutíamos este problema, incluso, el
viejo Eduardo Machado planteaba que había que lanzar una consigna a la
calle: convertir el descontento en protesta. Existía un descontento en la
población venezolana, que no estaba canalizado, esa era la consigna del
viejo Eduardo Machado ¿qué pasó? que ese descontento se desborda el
27 de Febrero, pero sin vanguardia ni na’. Ese es el pecado más grande
que tiene la izquierda venezolana, que había sentimientos de descontento
profundos, crisis profundas, que iban a estremecer las estructuras de la
sociedad venezolana y no participaron, incluso, son cómplices del
sistema, yo lo puedo señalar, porque todo el mundo lo sabe, cuando el
golpe del movimiento del 4 de Febrero de Chávez, los primeros que
salieron en la televisión fueron la gente del MAS y el camarada Héctor
Mujica, condenando la intentona militar, porque sabía que estaba en
peligro la democracia representativa, ajá y fue, incluso, la reacción, los
conservadores de este país. Caldera es quien agarra el mensaje del 4 de
Febrero y lo lleva al Parlamento y ahí está Caldera utilizando ese
lenguaje y esa reforma, esa inquietud y ese malestar de la población.
Llega a la Presidencia de la República, después nos traiciona también a
nosotros, pero, ahí está. La izquierda ¿qué hizo? mejor dicho, lo que
decía el camarada MAO TSE TUNG, vimos pasar el cadáver frente a
nosotros y no hicimos nada y aún más culpable es la izquierda
venezolana, que yo se lo señalé a Guillermo García Ponce una vez, en
una reunión del Comité Central de la Nueva Alternativa, que había que
hacer contacto y penetrar las Fuerzas Armadas, porque aquí la lucha
armada está descartada, aquí la lucha guerrillera no son las montañas de
antes, que tienen autopistas, que tienen televisores, los campesinos tienen
antenas parabólicas, tienen telcel, tienen comunicación, eso no pasó en
los años 60, entonces, aquí para hacer una reforma estructural buena, hay
que ir a las Fuerzas Armadas, hay que penetrar y hacer un trabajo dentro
de las Fuerzas Armadas y eso estaba planteado y no me hicieron caso, no
me hicieron caso, pasó el movimiento y lo más grave de eso, es que
después que pasa el huracán, quedan retazos y yo lo “plantié” en la
Habana - Cuba, cuando fui con Radamés Larrazábal, hablando con
Radamés le dije: Radamés hay otro movimiento, me dijo: -ya eso está
opacado; le dije: ¡no! hay dos mil oficiales presos, hay un descontento y
dentro de las Fuerzas Armadas, todavía hay otro descontento, va a
reventar y el 27 de Noviembre reventó el alzamiento de la Marina y la
Aviación- ah que otra cosa, que otra cosa fuera sonao’, si nosotros
hubiéramos estao’ allí, si nosotros la vanguardia, el movimiento de
izquierda, la revolución, los nacionalistas y los patriotas de este país
hubiéramos participado y coordinado esas acciones, pero, ¿qué pasó?
Que alguien quiso tomar también por sectarismo, aisló el movimiento, y
ahí yo culpo, también a los compañeros de Bandera Roja, a los
“ultrosos”, porque el problema aquí no es del que eche más tiro, aquí el
problema es quien tenga más inteligencia para penetrar y hacer las cosas,
entonces, ¿qué hicieron los compañeros?

P.- Bueno Pichi ¡que la memoria no se pierda!

R.- Bueno, yo te doy las gracias por darme esta oportunidad de


entrevistarme pa’ tu libro, creo que tú estás aportando algo a los
recuerdos de los años sesenta, de los que luchamos, los que dimos toda la
vida y que quede grabao’ pa’ la historia y en nombre de mi familia
muchas ¡gracias!.
El poeta Rossell y Francisco Sosa

FRANCISCO SOSA

Nace en Caracas en 1944, estudió bachillerato en el Liceo Fermín


Toro y el Andrés Eloy Blanco en Caracas, miembro de una familia
que participa activamente en la lucha contra Pérez Jiménez, después
de la caída de ese gobierno se incorpora a la Juventud Comunista y
pasa a formar parte de la Brigada “José Antonio Mella”, que será la
génesis de los destacamentos armados del Partido Comunista en el
Distrito Federal. En Diciembre del 61 es detenido en La Guaira y
posteriormente se fuga del retén de El Junquito. Cae preso en
Biscucuy y se vuele a fugar y finalmente es detenido durante el intento
de toma de la Inspectoría de Punto Fijo, es torturado bárbaramente y
posteriormente recluido en la cárcel de Maracaibo. Es liberado a
finales del gobierno de Leoni. En la actualidad se dedica a la
profesión de periodista y radiodifusor. Dirige un periódico
humorístico llamado “Qué bolas” en la ciudad de Mérida.
VENGO DE UNA FORMACIÓN CATÓLICA CRISTIANA
MUY LIMPIA

ENTREVISTA A FRANCISCO SOSA

P.- Hola Francisco, ¿cómo estás? siempre te veo, hay gente que tenía 34
años sin ver como uno que llaman “El Papote” -Andrés Aguilar-. Mira,
estoy tratando de escribir un libro con los guerrilleros del Frente “José
Leonardo Chirino” tanto los guerrilleros urbanos, como los rurales. El
libro se va a llamar “Para que la memoria no se pierda” ¿qué te parece
esta idea Pancho? Bueno, Francisco, como decía el brujo Andrés
“jálele”.

R.- Yo pienso, que lamentablemente esa es la última generación que tiene


como una especie de criterio al respecto, porque sin menospreciar a
nuestros jóvenes de hoy, muy por lo contrario, defendiéndolos, porque
pienso que esta juventud nuestra está siendo bombardeada más que nadie
en la historia de la humanidad por elementos contraculturales y
degradantes, pero considero, que somos como el último eslabón donde
hubo una especie de coherencia en ese proceso de sentimiento de gestas.

P.- ¿Francisco cuándo ingresas al movimiento revolucionario?

R.- Yo diría, que mi ingreso al movimiento revolucionario, -la lucha


mía-, parte desde que era un niño, porque yo nací en el seno de una
familia que luchó contra la dictadura de Pérez Jiménez, o sea, ya nosotros
teníamos una concepción de lo que era una patria, si se quiere
democrática, o sea, antidictatorial, se luchaba por principios. Cuando
Pérez Jiménez, yo era un muchacho sumamente suelto, participé
colaborando con la Junta Patriótica indirectamente, porque más que todo,
era un hermano mío quien estaba incorporado a la lucha, era mayor que
yo, estudiante universitario, yo era un niño que ya tenía conciencia.

P.- Hay grandes acontecimientos en la historia de la humanidad que a


uno lo dejan marcado Chico, a mí me ha tocado ver dos: la caída de
Pérez Jiménez y la entrada de los Sadinistas a Managua. ¿Qué significó
para ti la caída de Pérez Jiménez?

R.- Bueno, da la casualidad que tengo un trabajo que se llama “Sueño y


Pesadilla”, signa un poco esas expectativas y esas vivencias, esas
expectativas que he tenido y lo que he vivido ¿no?. Cuando cae Pérez
Jiménez -no solamente para nosotros los jóvenes, sino para los adultos de
ese momento-, se abre un horizonte de esperanza, para llevar la patria
hacia senderos de desarrollo y felicidad social. Lamentablemente, pues,
los ulteriores acontecimientos, por una parte, desvirtuaron ese trabajo y
mataron un poco esa esperanza, por otro lado, a veces pienso, que todo
estaba internacionalmente laborado como una jugada de laboratorio,
-si se quiere-, como pre-condicionado ¿no? En el acontecimiento de
Managua, tuve también la oportunidad de participar desde Venezuela,
porque en el momento en que los Sandinistas entran, estaba leyendo la
declaración del último Congreso que se realizó en el Parque Central,
estaba como delegado y estaba leyendo la declaración de Venezuela y la
declaración de ese Congreso. Eso fue una apertura, un horizonte
esperanzador.

P.- ¿Francisco, qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- Bueno, igualmente opino que la Revolución Cubana presigna esas


esperanzas, uno piensa que los pueblos sí tienen una capacidad de
respuesta ante la opresión, pero es una guerra verdaderamente muy
compleja, por ejemplo, me he dedicado desde hace un tiempo, unos
cuantos años, a profundizar, a revisar un poco la historia, pienso que los
centros de poder mundial han estado mejor organizados de lo que uno ha
creído, y en este momento pienso, que ese ejemplo tan hermoso para la
humanidad que fue la lucha de un pueblo por su revolución, por su
libertad y por imponer un modelo de justicia social, como
verdaderamente lo aspiramos todos y lo aspiran todos los pueblos, está
amenazado seriamente por esos centros de poder.

P.- Mira, Francisco, para ti, el casi niño, el casi adolescente del año 58,
¿qué significó para ti esa revolución con esos barbudos: Fidel Castro,
Camilo Cienfuegos, el Che Guevara, qué significó para ti esa
revolución?

R.- Bueno, es el indicador de que la lucha puede cristalizar en triunfos,


pero lamentablemente, te repito, hoy en día pienso que los mismos
revolucionarios deben profundizar más el estudio de la historia y adquirir
un conocimiento más profundo de cómo están organizados los centros de
poder, desde el punto de vista ideológico, desde el punto de vista de las
armas, desde el punto de vista económico, para poder verdaderamente
definir cuáles son los verdaderos enemigos y localizarlos, ubicarlos,
cuantificarlos y crear una respuesta para este momento.

P.- Francisco, ¿en qué año ingresas a la Juventud Comunista?

R.- Eso fue inmediato a la caída de Pérez Jiménez, vino ese fervor, yo
vengo con una formación católica cristiana muy límpida, muy pura y
lamentablemente, a veces uno tiene como una mala experiencia con algún
cura, con la iglesia y uno en un momento, el modelo que tiene es Cristo,
-ejemplo que uno visualizó desde el punto de vista ideológico en el
socialismo y el comunismo-, considero que la iglesia no lo estaba
cumpliendo entonces, recuerdo que de manera, si se quiere ingenua, yo
decía que era socialista, lo era, marxista en lo social y católico en lo
espiritual. Me incorporo a la juventud comunista, dado que vi el ejemplo
de un hermano mayor y de muchos otros del trabajo en la lucha contra
Pérez Jiménez y consideraba que esa era la verdadera posición de los
cristianos ¿no? entonces me incorporé inmediatamente a la Juventud
Comunista a la caída de Pérez Jiménez.

P.- Francisco ¿te acuerdas de algunos de tus compañeros de militancia?

R- Bueno, yo recuerdo el grupo de Félix Yordi, el grupo de Caraquita


Urbina, el grupo de Alirio Naime, mi hermano mayor, de mi hermano
Henry Naime, fallecido en un accidente... te estoy hablando de los
jóvenes universitarios, porque yo, por precoz, estaba en eso... contribuía
con ese grupo y después de eso, recuerdo en la Juventud Comunista a
Suzzarini, a José Rafael Zanoni, recuerdo al negro Angel Moros,
recuerdo ¿que más te digo? al mismo Caraquita Urbina que ya te lo
nombré, al Catire Pozo.., bueno... son tantos ¿no?

P.- Francisco y después de la caída de Pérez Jiménez ¿qué haces?

R.- Yo en ese entonces era estudiante del Liceo Fermín Toro, estaba en el
Centro de Estudiantes como delegado de curso y participábamos todos
del triunfo del Centro Ferretón... allí había personajes como Orión Torres
y varios compañeros que en este momento no recuerdo, posteriormente
no fui aceptado en el próximo curso del Liceo y me dieron cupo en el
Liceo Andrés Eloy Blanco, donde participé como miembro del Centro de
Estudiantes, al lado le quedaba la Técnica Industrial del oeste, allá en
Catia, y entonces allí los expulsaron a todos menos a mí. A mí me
correspondió dirigir el movimiento estudiantil, tanto del Liceo Andrés
Eloy Blanco, como de la Técnica Industrial, porque los compañeros de la
Técnica me aceptaron mucho ¿no?, entonces estaba trabajando, lo que
llamaban el trabajo ordinario, pero ya se estaban creando las escuadras,
las brigadas especiales, y participé allí en la escuadra “José Antonio
Mella”, estaban hombres como el desaparecido Ezequiel, como Antonio
Paiva Reinozo el de Los Aguiluchos y que posteriormente será asesor de
la campaña del negro Claudio Fermín, pero en esa época era un
revolucionario y pasó muchos años en la cárcel porque se robó el famoso
avión, yo iba a participar en esa operación, pero lamentablemente caí
enfermo con una especie de fiebre entonces; me sustituyó un hermano de
Ezequiel. Allí estábamos el “Cara e’Loco de Armas”, Ezequiel, mi
hermano Henry Naime, Alí Paredes, asesinado por la Digepol, estuvo
Vicente Pérez, quien cae posteriormente en Falcón en la voladura de un
oleoducto, mi grande hermano del alma Pío Gil Mendoza, alias Adolfo,
estuvo también el español Alejandro Tejero, no sé si te lo nombré, o sea,
que esa escuadra fue considerada verdaderamente brillante y la mayoría
de los que te nombré cayeron en combate o fueron desaparecidos como
Alejandro Tejero que era un español a quien habían traído muy niño a
Venezuela y se incorporó a las luchas de nuestro pueblo.

P.- Tú eres uno de los pocos sobrevivientes de ese grupo porque fíjate,
mataron a Alejandro Tejero, murió Vicente Pérez en una explosión,
mataron a Alí Paredes, sí, mataron a Cara ‘e Loco, eres uno de los pocos
sobrevivientes ¿a qué destacamento te integras, a cuál de los
destacamentos del Partido Comunista?

R.- Bueno, como te dije anteriormente, eso fue previo a la creación de las
FALN. Estaban las escuadras y las brigadas especiales, éstas pertenecían
como te dije a la Brigada “José Antonio Mella” y posteriormente al
“César Augusto Ríos”, es el destacamento que en Caracas operaba con
ese nombre y el “Livia Gouverner”, sin embargo, algunos combatientes
participábamos simultáneamente, o de manera alternativa, tanto en el
César Augusto como en el Livia, si se quiere el César Augusto Ríos era el
más popular.

P.- ¿Participas en muchas operaciones?

R.- Bueno, yo no sé si esa mentalidad conspirativa de uno y sobre todo


eso signó toda mi vida. Se signó por no ser delator.

P.- Coño, pero te vuelves misterioso Francisco, qué no sabe de ti el


enemigo, ¡coño estamos recogiendo la historia! ¿Por qué ahora te
vuelves misterioso?

R.- Bueno, hay algo muy particular, nosotros, sobre todo la escuadra, la
“José Antonio Mella” participó en muchas operaciones, todas las que nos
asignaban y que nos designaba la organización, pero nosotros, el grupo
de Vicente Pérez, José Alí Paredes... bueno... ese grupo éramos también
un poco lo que nos dijeron posteriormente “anarquistas”, pero nosotros
cumplíamos con las misiones y además inventábamos las nuestras.

P.- Mira y ¿cómo fuiste a dar a Punto Fijo, chico? porque tú caes en la
Operación a la Inspectoría de Punto Fijo.

R.- Bueno, en realidad ocurrió previamente a la participación en aquel


intento de golpe de estado cívico-militar en La Guaira, eso fue en
Diciembre del 61, amaneciendo el 62, previo al Carupanazo, a nosotros
nos agarraron en La Guaira, ese era un movimiento cívico-militar, el
Partido Comunista con una gran influencia en algunos sectores de las
Fuerzas Armadas, sobre todo en la Marina y esa operación
lamentablemente fue fallida, todos lo saben, fue algo sumamente mal
preparado, hubiera sido realmente un desastre si se hubiera dado ese
golpe ¿no? hubo gente que fue enviada a La Guaira sin saber ni siquiera
para qué, esto fue improvisado, yo estaba en desacuerdo con la
operación, pero por disciplina fui, pero en realidad me sentí sumamente
desagradado por haber caído en algo que de antemano pensé iba a ser un
fracaso.

P.- Ahí el enemigo hizo caída y mesa limpia, hay más de ciento y pico de
presos de la Juventud y del Partido Comunista. ¿A ti te agarraron allí?

R.- A mí me agarraron en La Guaira, ajá, bueno, allí nos tuvieron en El


Castillo de La Guaira, después nos pasaron al retén de El Junquito que no
había sido inaugurado, eso iba a ser un retén de menores, nos pasaron
para Caracas y nos enviaron para El Junquito, ahí fue donde hubo la
célebre huelga de hambre masiva más larga del mundo, que fue la huelga
de hambre de 15 días, después hicimos otras más, el 9 de Mayo yo me
fugué, yo estaba hospitalizado porque se me desató una úlcera duodenal y
estando en el Hospital Vargas fue cuando se dio lo del Carupanazo, yo no
participé allí, estaba preso, estaba detenido, y posteriormente me fugo el
9 de Mayo del 62.

P.- ¿Participaste en El Porteñazo?

R.- Bueno, sí, yo me fugué y participé en El Porteñazo y espero a un


grupo de compañeros, decidimos que era una locura atrincherarse, es
más, preguntábamos si había sido minada La Petroquímica que para ese
entonces, era como una especie de niña bella y hermosa del gobierno, y
que el minarla hubiera causado en gran parte la caída del gobierno de
Betancourt, sin embargo, supimos que eso no se había dado y que los que
no se podían atrincherar porque consideramos que eso iba a ser una
matanza, porque consideramos que Puerto Cabello es un hueco pues, en
efecto fue así, pues nosotros nos fugamos por la montaña, con un grupo
de efectivos de la Marina y conseguimos algunas bestias, de allí nos
llevamos algunas armas, salimos por las montañas de Carabobo y
posteriormente me pasé a Portuguesa, tuve una participación en el Estado
Portuguesa, tanto en el escenario urbano como en el escenario rural -en la
montaña-. Después, regresé a Caracas, participé nuevamente en las
operaciones con las FALN, realicé campañas especiales en distintas
regiones del país, posteriormente me fui otra vez a Portuguesa, me
agarraron, me volví a fugar, tuve tres fugas, me agarraron en Biscucuy y
me fugué y me fui a Caracas, realizamos otro tipo de campaña. Estuve
fuera de Venezuela también. Cuando me enviaron a la campaña de
Falcón estuve en Punto Fijo, allí se dio la muerte lamentable de nuestro
queridísimo Vicente Pérez, en la voladura del oleoducto, fueron varias
operaciones planificadas de apoyo a la guerrilla rural, eran unas
voladuras a unos puentes... en Boca de Yaracuy y un puente hacia el
oeste de Coro, la voladura de un puente en la carretera Churuguara-
Barquisimeto y las operaciones en Punto Fijo, además de las voladuras de
los oleoductos, esa fue una semana muy dura para la guerrilla, sí de
muchas bajas.

P.- ¿Qué pasó en la Inspectoría, una operación que en el papel estaba


muy bien planificada, qué pasó allí, qué pasó realmente?

R.- Mira, previo a eso llegué primero a Coro, se me dio la orden de que
tratara de coordinar, de organizar, sobre todo de coordinar la relación con
el MEP, ahí es donde me consigo con mi gran hermano Vicente Pérez
después de unos cuantos años sin vernos, y él me pone en contacto con
unos compañeros de Falcón, me pone en contacto con la Comandancia de
la gente del MIR, ahí percibo que lamentablemente, había como una
consigna entre ellos, ellos me decían que era la tesis del fifty-fifty, la tesis
del mitad-mitad, ellos no la compartían, ellos no aceptaban ser dirigidos..,
recuerdo muy bien que yo les dije que respetaba eso, en base al poder de
cada uno, ellos decían que por encima de sus cabezas, sus sombreros
ellos eran aproximadamente diez a uno, con relación a nosotros, le
preguntaba sobre el nivel de experiencia y era igual ¿no?, entonces yo le
plantee que cómo era posible que nosotros teníamos un plan, una
campaña y no podíamos poner a cada uno de los efectivos de ellos a
comandar las operaciones que nosotros teníamos, no tenían ni siquiera
para comandarlas ¿no? entonces ¿cómo pretendían hacerlo? sin embargo,
habíamos llegado a cierto acuerdo; allí conocí un compañero... pues...
no quiero nombrarlo, con el cual tuve lamentablemente profundas
diferencias, sin embargo, él había logrado aceptar un poco el
planteamiento que yo le hacía, posteriormente vino otra gente de Caracas.
En el caso de la operación donde caí, que era una operación simultánea
donde se iba a tomar la Guardia Nacional, la Digepol, la Dirección
General de Policía y la Inspectoría del Tránsito de Punto Fijo, bueno..,
cuando llegaron los compañeros... yo recuerdo que designan al
compañero del MIR para que comande esa operación; cuando yo le
pregunto que en cuántas operaciones había participado, lo único que
alegó era que él había estado en Cuba ¿no?, pero él estuvo en Cuba y no
participó ni en la Revolución Cubana ni participó en la nuestra, lo que
estaba era en puro plano teórico y algunos conocimientos técnicos sobre
armamento nada más, pero él no había participado en ninguna operación,
en ninguna.

P.- Mira Francisco esa operación fue un desastre...

R.- Bueno sí, fue un desastre.

P.- ¿Cuántos muertos Francisco?

R.- Ahí mataron a dos compañeros que fueron fusilados en la calle, pero
previamente..., lo que te quiero decir es que yo había decidido no
participar en la operación porque allí se violaron todos los principios
básicos de la clandestinidad y todo el mundo sabía que allí iba a pasar
algo esa misma noche, es más, las luces las apagan en toda la ciudad, las
apagan a tempranas horas de la noche, pero por sentimentalismo decido
participar, y que el compañero que iba a dirigir la operación no sabía
dónde estaba parado, entonces yo decidí... bueno... participar, no sé... a
lo mejor con la esperanza de que pudiera salvar la situación;
lamentablemente, recuerdo que el compañero iba con una ametralladora,
yo tomé una pistola, una 9 milímetros, el compañero iba vestido de
Guardia Nacional y resulta.. bueno... que me doy cuenta de que estamos
ya en el escenario, que se va a hacer la toma.., pues el personaje no tiene
ni siquiera montada la ametralladora ¿no? y el seguro pasado, entonces
yo se la monté, bueno... cuando llegamos al sitio nos estaban esperando,
y eran inocentes personas si se quiere porque estaban con fusiles FN 30 y
cuando llegamos.., pues este señor, el compañero, se quedó mudo, se
asustó y bueno.., le quitaron la ametralladora, se la arrancaron la
ametralladora, se la arrancaron de pico... yo intenté participar, intenté
entonces tomar el mando de la situación... la gente... lo que llamaba uno
el enemigo, en ese momento obedecieron a la voz de mando mía, pero
lamentablemente se me encasquilló la pistola.

P.- ¿Bueno, Francisco, qué pasó entonces?

R.- Allí se produjo una gran confusión, no sé cómo no nos mataron,


porque en realidad cuando yo traté de tomar la ametralladora, cuando se
dan cuenta de que yo no soy ningún oficial ni nada, no sé cómo no nos
dispararon, no sé cómo no me dispararon.. bueno ahí lamentablemente
nos sometieron, y en eso venía llegando el otro grupo, el que iba hacia la
Digepol y bueno... igualmente los atraparon de una manera muy fácil,
como a unos pajaritos..., a pesar de que eran compañeros que venían de
Caracas, pero no habían tenido un buen adiestramiento, ahí no hubo
ningún tipo de preparación..., de esas operaciones, esa fue una
improvisación fatal... y es cuando escuchamos posteriormente unos
disparos a mitad de la cuadra, a corta distancia es que nos damos cuenta
que a esos muchachos los están fusilando.

P.- Francisco ¿a esos muchachos los fusilaron?

R.- Sí, a esos muchachos los fusilaron, a Vicente Medina y al otro


compañero. Oye ¿cómo es el nombre del otro compañero? A ellos los
fusilaron porque ya ellos estaban sometidos, es más, les dispararon en el
suelo.

P.- Bueno, Francisco, viene una de las partes más duras de un


revolucionario, que es la cárcel y la tortura. Cuéntanos de tu experiencia
ante el aparato enemigo.
R.- Bueno, en ese momento yo decido, ante la confusión, lavarme el
cerebro y me di cuenta, que la gente que nos había sometido no sabían
instruir un expediente, lo que era una instrucción de un expediente, de un
procedimiento, y cuando ellos confiadamente nos gritaban: “bueno,
pajarito, ¿ahora lo van a negar?”, entonces le hice entender a los
compañeros que se quedaran callados, que no les discutieran nada, de
manera tal que nos movieran de allí, que nos movilizaran de allí, que nos
sacaran de allí, ya al movilizarnos, un expediente no se puede instruir,
por lo tanto, desde el punto de vista legal nosotros teníamos una base
para argumentar que no estábamos allí presentes. Para empezar nos
dieron una golpiza, patadas, culatazos, etc. Después de la golpiza nos
trasladaron a un cuartel, yo llevaba doble ropa, me quité la que llevaba
encima y me dejé la que tenía debajo. Entonces dije: ahora es cuando
viene la chiquitica, “aquí es donde se enfrenta el miedo con la cobardía”,
yo diferencio el miedo de la cobardía, para mí el miedo es físico, el
miedo es necesario, pero la cobardía ya es moral, el miedo es mucho,
pero cobardía jamás.

P.- Mira Francisco, ¿te torturaron?

R.- Sí, bueno, a nosotros nos dieron una soberana paliza y después nos
trasladaron a Carirubana y ahí también nos dieron una golpiza,
posteriormente nos pasaron a Churuguara, nos ruletearon para
Churuguara. Yo no hablé, o sea, no acepté absolutamente nada, usé una
coartada donde planteé que yo había ido porque un señor me había
ofrecido trabajo y que el individuo me había dejado por allá esperando, y
como no llegó me fui en la noche a ver si podía irme para Caracas,
entonces en eso me pidieron la cédula y como vieron que era de Caracas
me cayeron a golpes y de allí no sabía lo que había pasado, me negué a
reconocer a ninguno de ellos.

P.- ¿Oye, Francisco, no tuviste oportunidad de escaparte?

R.- De Churuguara... por cierto de casualidad no me fugué.., no me


fugué, nos hubiéramos fugado en una ruleteada que nos echaron, pero los
compañeros en la buseta -lo que era una buseta en esa época- se asustaron
entre ellos..., el que comandaba la operación de Punto Fijo... por eso yo
siempre tuve profundas diferencias con el compañero, hoy le digo a Dios
que lo disculpe y yo lo disculpo también, pero en aquella época yo estaba
muy molesto porque la mayoría habló y ahí se asustaron y de allí nos
pasaron a Barquisimeto, a mí fueron especialmente a hacerme hablar de
Caracas, entre ellos un agente de la Digepol que... hoy en día me ve y me
abraza, pues.

P.- ¿Quién es ése, Francisco?

R.- Oye, es un poco duro decirlo, pero el individuo a mí no me reconoció


por la golpiza que me habían dado. El individuo a que me refiero es
Atahualpa Montes, él no me reconoció y cuando me dijo que venía
especialmente a hacerme hablar... me preguntó que si yo sabía quién era
él, me di cuenta de que él no me estaba reconociendo dado lo desfigurado
que estaba mi rostro ¿no?, ahí fue cuando me di cuenta -y le di gracias a
Dios- que no me reconoció pues, porque si me hubiera reconocido, lo
más seguro es que me hubieran matado; me dijo que yo estaba metido
hasta los ñepes, que yo estaba metido en eso, le dije que no, al final le
dije unas frases que lo conmovieron, le dije que a él lo veía como a un
hombre inteligente y que pensara que si con la golpiza que él veía que me
habían dado, yo no había dicho nada, era por dos cosas: lo primero
porque no sabía un coño, así se lo dije; lo segundo, porque lo sabía y
tenía las taparas tan grandes que yo no iba a decir nada y en efecto, si lo
supiera tampoco se lo iba a decir, y que si me iban a volver a torturar que
mejor me mataran porque si no, yo me iba a suicidar, eso lo conmovió y
me preguntó que cómo me iba a suicidar si yo estaba amarrado. Todo
eso, mire, lo he pensado mil veces pero le pego la frente, le pego el
cráneo a esa pared y he contado hasta las milésimas de segundos de dolor
que voy a sentir, por lo demás si quedo vivo voy a quedar loco, no voy a
tener ni siquiera conciencia; eso..., bueno..., en efecto él llamó a los
demás efectivos de la Digepol y a unos policías que estaban allí: “miren,
vean a este hombre” y les ordeno que: “a este hombre no se le toque
porque yo respeto a los hombres” y entonces dijo que desde ese momento
él me prometía que no me iban a torturar más, pero ahí fue donde me
dijo: “no es como el peruano ése que no le habían levantando la mano
cuando ya había delatado hasta a la madre que lo parió”.

P.- Oye ¿Cómo se llama ese peruano?

R.- Lamentablemente un hombre a quien queríamos mucho, un


extraordinario efectivo de la ciudad, él es Godofredo Labarca Vega, alias
El Teno, una estrella del Livia Gouverner.

P.- Pero, fíjate, vamos a seguir, estás en Churuguara donde se encuentra


Atahualpa Montes, estás muy golpeado, los torturadores y los jefes
policiales sienten un profundo respeto por los hombres y las mujeres que
soportan estoicamente la tortura.

R.- Sí, es cierto, muy cierto. En efecto, Atahualpa Montes me dijo que si
por casualidad me llegaran a pegar y yo me dignaba comunicarme con él,
que le avisara, que él era capaz de actuar contra los hombres que me
torturaran.

P.- Mira ¿y de allí de Churuguara para dónde te mandan?

R.- Bueno, de Churuguara nos ruletearon una vez más, porque supe por
un mismo Digepol que se impresionó mucho por las golpizas que nos
habían dado, y en el caso mio porque no había hablado; este personaje
me dijo que aguantara, porque venía una comisión del Congreso,
recuerdo que cuando eso nos ruletearon hacia Miri-Mire y estuvimos por
ahí, en la zona de La Pastora por ahí por Capadare. Eso es bajando de
Miri-Mire hacia adentro y de allí se baja a la costa y se va hasta Agüide.
Por cierto, un pueblo tan lindo de Falcón, y nos siguieron ruleteando,...
fue cuando te dije que tuve la oportunidad de fugarnos y los compañeros
lamentablemente se asustaron, y bueno... posteriormente nos llevaron a
Barquisimeto. En Barquisimeto nos metieron en la policía y allí nos
dieron una golpiza, nos metieron con los malandros, con los presos
comunes y posteriormente nos llevaron a la Cárcel Nacional de
Maracaibo.
P.- Francisco, la cárcel es una gran enseñanza y una gran escuela, en
esa época en Maracaibo confluyeron los patriotas de Falcón,
Portuguesa, Lara y Yaracuy. Ey, cuéntanos esa experiencia en la Cárcel
de Maracaibo, porque esa es una experiencia bastante rica.

R.- Mira, la Cárcel de Maracaibo... ahí están dos cárceles, una que es la
Cárcel Modelo y la otra que es la Cárcel Nacional. En la Cárcel Modelo
es donde están los procesados, lo que uno llama los procesados comunes
y en la Cárcel Nacional nos metieron con los que eran los procesados
militares, o sea, los soldados que por distintos motivos, unos por motivos
internos y otros por diversas razones... se comportaron muy bien con
nosotros... entonces fueron... llevados a esa zona, no a lo que es la Cárcel
Nacional. Ellos estaban en la planta baja y nosotros los políticos, o sea
los revolucionarios, estábamos en los pabellones de la planta alta de la
Cárcel Nacional de Maracaibo, allá en Sabaneta.

P.- ¿Qué hacían en la cárcel?

R.- Bueno, mira, te digo lo siguiente, cuando no se tiene una mística y


cuando no se tiene un horizonte y unas metas trazadas, la cárcel se hace
pesada, pero a nosotros el tiempo se nos iba, yo siento que en Maracaibo
el tiempo se nos fue rápidamente, porque nosotros realizábamos muchas
tareas, es más, eso se transformó en una verdadera universidad, nosotros
llegamos a ver casos de campesinos analfabetas, que en menos de un año,
ya tenían niveles de bachillerato, amén de otras materias que no se ven en
la parte pedagógica formal, como es el caso de la Filosofía, Economía e
Historia, vistas desde la concepción del materialismo histórico que es el
método y el modelo que nosotros empleamos, pero por otro lado, también
hacíamos deporte, teatro, mira allí se escribía música, formábamos
grupos musicales, teníamos grupos de teatro; mira,... verdaderamente que
fue una experiencia desde el punto de vista espiritual, desde el punto de
vista moral, desde el punto de vista cultural y artístico, nuestra
experiencia fue bastante rica ¿no?.

P.- ¿Recuerdas a algunos de tus compañeros presos de la Cárcel de


Maracaibo?
R.- Bueno, muchísimos, recuerdo, mira, mis grandes amigos Andrés
Aguilar Pérez, alias Papote, un enano de 2 metros 6 centímetros que
venía..., por cierto, él no participó en Falcón sino que lo llevaron de la
isla El Burro de Tacarigua, lo llevaron, y de la isla de Tacarigua.. y allí
estaban hombres como Gil Linares, el periodista Héctor Gil Linares, que
fue una leyenda por cierto, se escapó, él se fugó de allí, por cierto; él
participó también en las FALN en Coro, tomó la Radio Coro, fue un
hombre que tuvo una participación militar bastante brillante, amén de que
era un excelente profesional del periodismo y un hombre bastante culto,
escritor por cierto, es poeta, qué te puedo decir, ahí hubo hombres como
un médico, como Félix Yordi, que estuvo en las montañas, una belleza de
personaje, muy lindo, hoy en día dejó totalmente la medicina, la
pediatría, para dedicarse a las Artes Plásticas, es un extraordinario
escultor ya reconocido; bueno, hubo personajes así muy lindos, yo
quisiera terminar de escribir algo sobre un personaje de Falcón que me
llamó mucho la atención, que fue también una leyenda allá en Falcón,
que le llamaban “El Guerrillero Solitario”, que fue Juan Arena, tuve una
experiencia lindísima, una gran comunicación espiritual con Juan Arena,
pero allí estuvieron Alfredo, el mocho Pichirilo, él se llama Ignacio de
Jesús Goitía, Colacho Jiménez -Nicolás Jiménez-, Bernardo Duno;
bueno, había gente, mira, de todos los estratos socioeconómicos, pues,
había hombres tan bellos como el negro Sabas Zabala, un hombre
analfabeta, pero con una gran sabiduría, un verdadero oráculo, un hombre
muy taciturno y callado, pero con una gran experiencia, fue uno de los
grandes baquianos de la montaña, posteriormente supe que lo habían
matado; pero así como estaba el sector campesino de Falcón está el sector
campesino de la zona de Lara y Portuguesa, vino gente que estuvo con
Argimiro Gabaldón, por cierto, me llamó mucho la atención un grupo de
campesinos que eran evangélicos ¿no?, cosa que uno no creía pues, que
los evangélicos participaran en política, sin embargo, ellos no sólo
participaron en la política formal, sino que participaron en la política
revolucionaria.

P.- Francisco, sin los cristianos no hay revolución en este continente.


¿Qué opinas tú?
R.- Es cierto, es cierto, sí, es cierto, cristianos de todas las tendencias:
católicos, presbiterianos, evangélicos, fundamentalistas. Bueno, la pauta
de la gran revolución mundial, la marca nuestro Señor Jesucristo
cuando..., desprecia el reinado de los poderosos y dice: “Mi Reino no es
de este mundo”.

P.- Mira Francisco, ¿cuánto tiempo estuviste en la cárcel?

R.- Dos años, dos años...

P.- ¿Sales a finales del gobierno de Betancourt?

R.- No, yo salí... -por cierto me hiciste recordar algo que me dijo un
jurista: “eres el primer hombre en la historia política y constitucional de
Venezuela que tiene dos autos de detención por Tribunales Militares”-,
yo salí sobreseído por el presidente Raúl Leoni, el 24 de Julio del año
1965 y a los tres o cuatro días me dictan auto de detención nuevamente
por un documento que nosotros sacamos y que fue publicado por el
periódico “Qué pasa en Venezuela”, que lo dirigían Orlando Araujo -hoy
fallecido- y... ¿cómo se llama el otro amigo... que está vivo, periodista
también... Díaz Rangel no?... ahorita te digo el nombre, excelente
persona... ellos dos dirigían ese periódico y por cierto que les dictaron
auto de detención a ambos, no... esto fue por un reportaje que se llamó
“Venezuela bajo el signo del terror”, donde se denunciaban las torturas
que le propinaron a los políticos, pero sobre todo a los campesinos de las
distintas sierras, no solamente de Falcón sino de Lara y Portuguesa.

P.- Francisco, ¿fue justo o no, fue justo haber dado ese salto hermoso
hacia la conquista del poder?

R.- Bueno, yo te digo que hoy en día tengo una posición sumamente
crítica, pero te lo voy a responder de la manera más tajante. Es el
momento más precioso de mi vida y creo que de la vida de muchos
hombres como nosotros, y si yo volviera a nacer lo volvería a hacer.

P.- Bueno, Francisco. Te quiero hacer una última pregunta y no la voy a


meter en la entrevista ¿qué siente un patriota como jefe de campaña de
Caldera en el Estado Mérida?

R.- ¡No! La puedes meter con toda libertad, mira, yo quiero que entiendas
que mi naturaleza no es esa simplemente, que yo obedezco a una
situación muy especial, muy especial que está viviendo el momento, yo
veía que una crisis terrible desde el punto de vista moral, una gran
confusión desde el punto de vista cultural y político, entonces ahí el país
estaba como sumido en una letrina cuyo personaje principal era Carlos
Andrés Pérez, la gente ¿no?... el terror a Carlos Andrés Pérez era terrible,
tanto en Acción Democrática como en la oposición, y Carlos Andrés
Pérez, por todo el apoyo que tiene, no sólo nacionalmente sino
internacionalmente, tenía al país totalmente sometido, metido como te
dije en esa letrina, es el momento en que se sacude, se sacude como
producto también del levantamiento del 4 de Febrero, los compatriotas
militares dan esos sacudones y también el 28 de Febrero, cuando el
pueblo de Caracas con el pueblo de Guarenas y el pueblo de La Guaira se
sacuden, entonces empieza a vislumbrarse que ese poder no es
omnipotente, que ese poder no es eterno, pero sin embargo, no hay
claridad política, porque ni siquiera la izquierda, la llamada izquierda,
tenía una claridad política, entonces el pueblo venezolano se ve como...
atrapado, cómo es atraído por un gran imán, ese gran imán es un hombre
con una figura... bueno... que no se le puede negar... su decencia, su
formación, su cultura, que es el doctor Rafael Caldera, en ese momento
un hombre como uno que ama tanto a la patria dice “bueno señores...”,
este fenómeno se va a dar, todo el mundo se va a volcar hacia él y quien
le va a dar el discurso, ¿qué discurso van a percibir esas masas
inocentes?, entonces allí van a participar unos personajes -como esos que
llaman los dateados, en el hipódromo, que le dicen cuál es el caballo que
tienen preparado- y se van a empatar al lado de Caldera, pero no porque
tienen un proyecto nacional, porque amen al país, esos señores lo que van
es con proyectos personalistas y proyectos económicos totalmente ajenos
al interés de la nación, y yo me meto allí, si se quiere en cierta forma para
conocer ese fenómeno, para conocer -dentro del ojo del huracán- esa
dinámica, estudiarla profundamente, pero a la vez para tratar de bloquear
las malas acciones que estos personajes iban a realizar y allí está el
producto, yo fui el primero que le anunció a Caldera documento en mano
-es historia esto-, le anuncio a Caldera el proyecto que tenían con lo del
Banco Andino, eso me trajo profundos problemas, y es más, les puedo
decir que mi vida a estas alturas... mi vida corrió riesgo y sigue corriendo
en cierto sentido.

P.- Mira, Francisco una pregunta más, en el contexto de la memoria, oye


chico, hablaste de nuestros muertos, muertos queridos... Vicente Pérez,
Alejandro Tejero, Eduardo Navarro, José Alí Paredes, pero quiero que
nos hables especialmente de Vicente Pérez.

R.- Oye, mira, Vicente Pérez... tú me miras…, si me ves ahorita me ves


erizado totalmente... Vicente Pérez fue un hombre especial, ese fue un
hombre como sacado de la tierra, era como tú ver una mata de yuca, una
mata de ocumo, un hombre, y era a su vez como ver una flor, un
individuo profundamente recio pero con una gran dulzura, un verbo que
apenas salía de su boca, pero que cuando te hablaba eran cosas
profundamente tiernas, aun cuando era un hombre sumamente recio, un
valiente, pero yo creo que no hay otro valiente como él, no significa que
él sea el único valiente, un individuo sumamente calculador, también,
sumamente sereno, cojeaba, por cierto de un pie y si se quiere un
individuo con una inteligencia natural, no fue un hombre estudiado pero
tenía una visión política... un individuo si se quiere con una especie de
formación extranatural chico. A Vicente Pérez lo consigo en Coro.

P.- Hay semanas que son duras, Francisco, esa semana fue muy dura
para la guerrilla porque, fíjate, muere Vicente Pérez y el Porteñito, allá
en el oleoducto por un accidente lamentable; yo tuve la oportunidad de
conversar con un sobreviviente de esa operación, él me dijo que la noche
estaba muy oscura y que se había enredado con unas maticas de
urupagua y él llevaba los detonadores y al resbalarse hicieron contacto y
fue cuando estalló la carga. Esa es una semana dura Francisco, mueren
Vicente Medina y el otro compañero de cuyo nombre no me acuerdo y en
la Sierra después de la toma de Curimagua caen Víctor Márquez e Iván
Moscoso.
Mira, Francisco para mí este texto tiene un significado especialísimo
porque yo soy un hombre del José Leonardo, de la guerrilla urbana y de
la guerrilla rural y esto para mí es el recuerdo que se estaba perdiendo,
no lo dejaremos Francisco y nos proyectaremos más allá de este milenio
y se lo contaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos, porque fue una
gesta hermosa llena de sueños y de sacrificios.

R.- Mira, yo pienso que estamos viviendo el momento más dramático de


la historia de la humanidad, porque con ese término que llaman
globalización, que es globalización para los centros de poder, favorable a
los centros de poder, pero esa globalización no es favorable a los pueblos,
porque los pueblos no deciden, son los centros de poder los que tienen
monopolizado la parte económica, la parte cultural, como la parte de la
difusión a través de los medios de comunicación, entonces hoy la gran
falacia es que las pautas las dictan ellos, y los pueblos se creen que tienen
participación por el simple hecho de que son unos receptores, pero los
pueblos no son emisores, entonces estamos viviendo un momento muy
bravo pero yo siempre creo que los pueblos tienen sus respuestas.

P.- Bueno, viejo, hemos abarcado muy someramente un período


importante de la historia de este país, de nuestra memoria, de nuestros
corazones, de nuestras alegrías, de nuestros traumas, de nuestras
angustias, pero también de nuestros sueños. Bueno hermano, el Santo
Dios me lo bendiga, qué casualidad que estamos cercanos... a unos
pocos días de la llegada del Papa, me parece que es un momento
trascendental, digno de estudiarlo profundamente, pienso que el mundo
cristiano tiene que jugar un papel -como tú lo dijiste anteriormente- un
papel muy importante en cambiar este llamado nuevo orden mundial que
yo considero que es el nuevo desorden internacional; nosotros debemos
plantearnos un nuevo orden internacional verdaderamente justo. Yo creo
que todo ha muerto, chico, lo único que no muere es la utopía.

R.- Bueno, tú hablas de la utopía y yo te repito que mientras exista el


amor, esa chispa divina que Dios nos ha inoculado, nos ha dado, nosotros
consideramos que esa es la fuente que permitirá abrir nuevos cauces
hacia una lucha, pero pienso que los llamados revolucionarios deben
profundizar más en el conocimiento de los grandes centros de poder
mundial, por ejemplo en el caso de Venezuela me duele profundamente
cómo los dirigentes, no sólo los dirigentes tradicionales que sostienen al
sistema, sino los llamados dirigentes revolucionarios le están haciendo
ver al pueblo venezolano que es un pueblo atrasado, que nosotros
vivimos con una economía subsidiada, con una economía enferma, yo
pienso que ese argumento es tomado de la revista Visión, esa es parte de
la chuleta del Fondo Monetario Internacional, al que yo no llamaría
Fondo Monetario Internacional sino Fondo Mortuorio Internacional, y
pienso que la economía nuestra podrá tener muchos defectos, pero si
alguna economía es enferma es la economía de esas grandes potencias
que se levantaron, nada más y nada menos, que con uno de los crímenes
más terribles de la historia de la humanidad, sobre la base del tráfico de
esclavos negros; nosotros no podemos sentirnos inferiores a los ingleses
ni a los holandeses ni a los franceses ni a los norteamericanos, porque las
economías de ellos sí han sido subsidiadas sobre la base del crimen, sobre
la base del despojo, sobre la base del impedimento de nuestro desarrollo,
de nuestros pueblos. Nosotros no somos pueblos subdesarrollados,
nosotros somos pueblos impedidos desde nuestro desarrollo, que es otra
cosa, y ese debe ser el argumento que deben esgrimir nuestros llamados
economistas, esos que están imbuidos con las teorías de Harvard,
universidad que no es tal para mí, Harvard no es sino un centro
ideológico de lavado cerebral del modelo anglosajón de economía.

P.- Bueno, Francisco, no me queda más que agradecerte para que la


memoria no se pierda. Hay mucha gente que no quiere realmente que se
pierda la memoria, ¿qué opinas tú?

R.- No, tú tienes totalmente la razón y es más, precisamente el


planteamiento actual de que la historia se detuvo, de que la historia
murió, eso para mí es una falacia, no hay sino que revisar la línea
histórica para ver dónde están nuestros valores, dónde están esos
hombres, como tú lo dijiste anteriormente, esos muertos, esos muertos no
pueden haberse desaparecido; de haber desaparecido de la faz del
pensamiento y del recuerdo de uno, esos muertos tienen que ser una
fuente inspiradora de nuevas luchas, de nosotros decirle a nuestros hijos
que los políticos no todos han sido corruptos, que los políticos más
hermosos fueron los que murieron en los campos de batalla, a los que
persiguieron, a los que desaparecieron y nosotros debemos conservar esa
llama para dejarle a nuestros hijos urna herencia de libertad.

P.- Oye, Francisco, Venezuela es un caso muy particular en América


Latina, es el único país donde en las grandes crisis, las crisis
económicas, espirituales, políticas, morales insurge un elemento que no
está presente en el resto de América Latina que es la aparición de una
corriente en las Fuerzas Armadas que da el salto en el vacío y pasa a
tomar parte de las luchas del pueblo. ¿Qué opinas tú?

R.- Bueno, precisamente eso corrobora lo que decíamos anteriormente,


que la historia no se detuvo y que precisamente el sector militar no se
detuvo y que precisamente el sector militar venezolano a diferencia de los
militares en otros países, el sector militar nuestro no ha sido clasista, el
sector militar nuestro tiene una gran influencia de las gestas libertadoras
desde antes de Bolívar mismo, están las luchas de los indios contra los
conquistadores españoles, están las luchas de los negros esclavos cuya
máxima expresión es el levantamiento de José Leonardo Chirino en la
Sierra de Coro. Está el pensamiento de Simón Rodríguez, está la
conspiración de Gual y España y posteriormente nuestra Guerra de
Independencia dirigida por nuestro Libertador Simón Bolívar y toda esta
llama está allí viva. Allí está la memoria, está totalmente viva y allí en
cierto momento ha habido esos brotes, esos movimientos que hacen que
el militar nuestro despierte y se sienta unido al pueblo, yo sí pienso que
Venezuela no solamente tiene un papel y juega un rol en América Latina,
sino que lo puede jugar a nivel internacional, a nivel mundial, porque
aquí se están jugando los máximos intereses de las grandes potencias, en
este momento ya no de las potencias sino del gran sector financiero
internacional. Venezuela, además de los recursos ya conocidos como los
del petróleo y el hierro, posee... bueno.., uno de los grandes pulmones
vegetales del mundo y posee una de las regiones donde está
prácticamente más del 50% de la biodiversidad, que son el futuro del
alimento mundial y es por ello que los grandes centros financieros del
poder mundial se juegan esos intereses aquí en Venezuela, amén de su
posición estratégica en el mapa ¿no?, es por ello que pienso que militares
y civiles podemos hacer una nueva gesta para el país y hablar de una
verdadera democracia que aquí no ha habido, aquí lo que existe es un
modelo corruptocrático.

P.- ¡Gracias Francisco, que la memoria no se pierda!


CARLOS LUIS PORTILLO PIRELA

Nace en San Carlos del Zulia, en 1938, estudió en Mérida en el


Colegio San José y en Bogotá. Hace estudios de Ciencias Políticas en
la Universidad de Chile. Ingresa al Movimiento Revolucionario en
1963 y en Marzo de 1964 se incorpora al Frente Sur del “José
Leonardo Chirino” y permanece allí hasta Septiembre del 66 cuando
el MIR decide enviar sus combatientes a la guerrilla de El Bachiller.
En Diciembre del 66 es detenido en la casa de Jesús Márquez Finol.
Es llevado el Cuartel San Carlos y a la isla de Tacarigua a finales del
Gobierno de Leoni lo envían al exilio a Europa. Ha viajado por
Estados Unidos, Asia y América Latina. En la actualidad es Gerente
de Recursos Humanos de CORPOZULIA. Si hubiera vivido en la
época de Cristo al igual que el catire Edgar Rodríguez Larralde
hubiera sido uno de sus apóstoles.
HAY UNA CRISIS DE SOLEDAD EN VENEZUELA

CONVERSATORIO CON CARLOS LUIS PORTILLO PIRELA

P.- Catire Portillo Pirela buenas tardes, mucho tiempo que no te veía,
nos han pasado los años, no en vano, tenemos muchas canas, estoy
haciendo una investigación que teóricamente, se va a llamar “Para que
la memoria no se pierda”, con la idea de editar un libro o varios libros
para reconstruir de manera oral, la Historia del Frente “José Leonardo
Chirino”. Es la historia de los sin historia, porque hasta ahora a
Douglas Bravo, por ejemplo, le deben haber hecho 500 entrevistas, en
todas las lenguas, pero hay mucha gente a quienes no le han hecho ni
siquiera una foto, hasta ahora, he entrevistado a Nicolás Jiménez, Noel
Sirit, Baudilio Loyo, Jesús Díaz Suárez, al Gallinazo, a Francisco
Perozo, a Alejandro Mariño Suzzarini, a Francisco Sosa, guerrilleros
urbanos y rurales del Frente “José Leonardo Chirino”. Una de mis ideas
es entrevistar a Carlos Luis Portillo Pirela no. ¿Qué te parece la idea?

R.- Primero, quiero darte las gracias, porque cuando a uno le activan la
memoria, sobre todo, recordando las cosas que uno ha hecho, digo con
conciencia, ya que la meta, los objetivos lo colocaban dentro de las
personas, dentro de los hombres, que buscábamos la liberación nacional,
y detrás de la liberación nacional no hay otra cosa que la dignidad
humana, así que te agradezco que me hayas recordado que estuvimos en
el frente “José Leonardo Chirino”, hombre histórico. Quisimos hacer
historia, mejor dicho, se hizo historia, tal vez una de las cosas más
importantes, es que estés recogiendo “Para que la memoria no se pierda”.

P.- Catire, yo estoy trabajando, mejor dicho estamos trabajando con


entrevistas abiertas. La primera pregunta que te voy a hacer porque
nosotros somos parte de una generación muy importante, yo creo que
desde la guerra de independencia, no surge una generación con tantas
ganas de tomar el poder como la nuestra. ¿Qué significó para ti la caída
del gobierno del General Pérez Jiménez?
R.- Bueno, primero, quisiera contar una anécdota; yo recuerdo que me
iba para Bogotá a estudiar, y salí de la hacienda nuestra, que estaba en el
Km. 16 hacia El Vigía, para agarrar carro a San Cristóbal -San Cristóbal-
Cúcuta-, y luego, volar a Bogotá. En la vía, en el Km. 35, en lo que se
llama El Moralito, existía una bomba de gasolina, recuerdo que el chofer,
llegó a echar gasolina, y en el momento que estaba echando gasolina,
llegó una de esas patrullas de la Seguridad Nacional y le dijo al bombero:
-mira, llénanos esta vaina pero rápido-, yo, que estaba sentado en la silla
de atrás, viendo esa pedantería, esa falta de sencillez y de educación para
tratar a la gente, en voz muy queda, en voz muy baja, yo dije: -ojalá se le
reventara el motor-, recuerdo que el carro en el que andaba salió rumbo a
El Vigía; como a los ocho kilómetros ya de andar, se nos atraviesa la
patrulla, que había estado echando gasolina, y viene hacia el chofer y le
dijo: ¿Quién fue el hijo de puta que dijo que se nos reventara el motor?
indudablemente me miraron a mi, yo bien asustado por cierto, me salvo
un poco porque el chofer le dijo: -ese es el hijo de la viuda, de la
hacienda del 16, y en esa conversación, bueno, yo ni hablé, yo creo que
estaba más amarillo que un papel, y seguimos más adelante, sin lugar a
dudas, quien se lo dijo fue el bombero, porque esa fue la conclusión a la
que yo llegué, ¿no?, entonces, esa era la imagen que yo tenía del
gobierno de Pérez Jiménez, cuando Pérez Jiménez cae, yo estoy en
Bogotá estudiando bachillerato, y entonces por la prensa, por la radio, la
televisión, indudablemente que fue una fiesta para nosotros, los que
estábamos estudiando allá y sobre todo porque en Bogotá había una serie
de exilados políticos del Partido Comunista y de Acción Democrática.
Recuerdo que estaba Ávila Chacín, que posteriormente fue presidente del
Congreso de Venezuela, y una pléyade de gente bien interesante de
Acción Democrática para aquella época, pues, porque el militante adeco
era un revolucionario para aquella época; también recuerdo y estas
anécdotas son buenas, porque en el fondo reflejan lo que ha significado
para uno la caída de Pérez Jiménez, así que fuimos a la Embajada
Venezolana, un grupo de venezolanos ahí afuera, y al lado mío estaba un
señor, un camarada, lamentablemente no recuerdo su nombre, y estaba
gritando y estaba tirando piedras, y llegó un policía colombiano, de
Bogotá, y le dijo: -compórtese o lo llevo preso-. Mira, aquel hombre
cuando le dijeron eso, se abrió la camisa y estaba lleno de cicatrices, se
levantó los pantalones y tenía la marca de los grillos, porque había estado
preso en Guasina y había sido víctima de Pérez Jiménez, y le dijo: -¿y
usted me va a meter miedo?, mire, observe-, y el policía cuando vio
tantas cicatrices, indudablemente, que se sintió como apenado, como
avergonzado y se retiró. Bueno, yo recibí esos aires de toda esa gente,
que eran luchadores, yo prácticamente no había hecho nada, vamos a
decirlo así y, sin embargo, estaba rodeado de gente de suma importancia,
y sobre todo de un temple revolucionario. Esas fueron las primeras
impresiones que a mi me quedaron, y me quedaron bien guardadas,
porque después viene el análisis, lo que significaba, pues, la caída de
Pérez Jiménez y el nacimiento de una democracia, el nacimiento de una
nueva forma de vida y fundamentalmente ese deseo de libertad que está
impreso en todos los pueblos ¿no? Bueno, así que para mí la caída de
Pérez Jiménez fue un renacer, fue algo bien importante.

P.- Catire, muy cercano a la caída de Pérez Jiménez, ocurre un


acontecimiento, que va a dejar marcada a toda una generación desde el
Río Grande hasta la Patagonia: es la Revolución Cubana. ¿Qué significó
para ti la entrada triunfal de los revolucionarios cubanos a La Habana y
el desarrollo del proceso revolucionario cubano?

R.- La revolución Cubana, pienso, fue el acontecimiento que de manera


práctica, de manera sencilla, fue una referencia en nuestro continente de
la realización de nuestros sueños, como luchadores, para la toma del
poder y hacer el socialismo, porque era la primera vez que teníamos tan
cerca un ejemplo como ese, yo creo que eso nos llenó de esperanza, pero
ya una esperanza como más cerca, una esperanza como más sentida, una
esperanza como que nos movía a seguir adelante, era un punto de
referencia para decir: -mira, sí se puede, sí es posible, así que la
Revolución Cubana para nosotros, o para mí, fundamentalmente, fue una
gran lección y sobre todo, porque tuve la oportunidad en los primeros
años del proceso de ir allá, conviví con ellos durante un año, ver la fuerza
y una revolución y eso lo impregna a uno de seguridad, de conocimiento
y fundamentalmente, de querer hacer la revolución también en nosotros.
P.- Catire Portillo ¿cómo ingresas al movimiento revolucionario, qué
elementos influyen para tu ingreso al movimiento revolucionario?

R.- Bueno, en primer lugar, el hecho de haber vivido en varias partes,


haber tenido inquietudes con grupos literarios en Colombia, en Chile, en
Perú, lo van a uno impregnando de una idea progresista, al comienzo, al
mirar aquí en Venezuela a Domingo Alberto Rangel, haber leído, pues,
toda esta pléyade de escritores, de esa época en el continente, lo fueron a
uno formando; cuando yo llego a la revolución, ya he visto la caída de
Rojas Pinilla, donde participé con la alegría del pueblo colombiano, en
las calles de Bogotá, ya he visto los estudiantes de Chile, ya he visto un
proceso en Bolivia y cuando llego a Venezuela, prácticamente, no tenía
militancia y a través de unos amigos: Marquito Godoy y Rafito Godoy,
yo conozco la gente del MIR, y conversando en una oportunidad con
Simón Sáez Mérida, que era diputado al Congreso Nacional, fuimos a
conversar con él para que nos diera el pase para ir a Cuba, todavía yo no
era militante de ningún partido político, pero, sí era militante de la
revolución, del deseo de hacer la revolución, y fuimos a Cuba, eso fue en
el año 62, ahí comienza mi militancia como revolucionario en un partido
político y en este caso en el MIR, fuimos a Cuba y regresamos, tuvimos
un año y al regresar, que fue en el año 63, entro directamente en el Frente
guerrillero “José Leonardo Chirino”.

P.- Yo creo que ingresas en Febrero, Marzo o en Abril del año 64 al


Frente Sur del “José Leonardo Chirino”, a mí me consta porque yo
estuve entre los guerrilleros que te recibieron.

R.- Bueno, ahí comienza mi vida clandestina, mi vida de revolucionario,


mi vida de 24 horas dedicado a la lucha, con gente muy valiosa, recuerdo
a Baudilio Loyo, recuerdo al Cabito Julio Chirinos como le decíamos
nosotros, a Pérez Baldayo o el Poeta Rossell que son la misma persona, a
Gaspar de la gente del Sur, a Mariño Suzzarini, en fin no éramos un
grupo grande, pero éramos un grupo que por lo menos teníamos un gran
conocimiento de la geografía, un gran conocimiento de la gente, y ahí nos
fuimos formando hasta juntarnos un poco con la gente del Frente
guerrillero “José Leonardo Chirino”, también, pero de la parte Norte,
donde estaba Douglas, donde estaba Magoya, donde estaba Baltazar,
Guzú, Cuchú, toda esa cantidad de amigos, que uno conoce allí, al
Gallinazo, bueno, El Pichón y otros.

P.- ¿Catire, qué significó para ti tu aprendizaje en la escuela guerrillera


en el Campamento de El Oasis?

R.- Bueno, El Oasis para nosotros, no sólo fue un paisaje maravilloso y


bonito y por la mucha seguridad que nos brindaba, pues, lo intrincado de
la zona, lo difícil y la cantidad de horas que había que caminar para
llegar a ese sitio, y la seguridad relativa, que nos daba la existencia del
agua ¿no?. Sí, realmente, eso fue una hermosa escuela, escuela, porque
no sólo aprendimos el arte militar, sino porque aprendimos a
convencernos, a darnos cuenta de la responsabilidad histórica que para
nosotros significaba ser guerrilleros, guerrilleros que luchaban por la
liberación nacional de Venezuela, y pensábamos inclusive, un poco más
allá. Entonces El Oasis fue nuestro primer momento en la lucha
revolucionaria, en la lucha para organizarnos, en la lucha para pensar, en
la lucha para decidir, y en la lucha para continuar, vamos a decir,
pensando en un proceso que cada día se hacía más necesario.

P.- A finales del 64, Octubre o Noviembre del 64, el Frente Sur de “José
Leonardo”, decide abrir operaciones, te envían con un destacamento a ti
y a otros combatientes, bajo el mando de Gaspar para abrir operaciones
en la parte central de las montañas de Santa Cruz de Bucaral, allí sufren
ustedes varias bajas, tú eres uno de los sobrevivientes de ese
destacamento, junto con el Negro Palacios y Gaspar. ¿Qué pasó
realmente, cuál fue el origen de esas bajas a los combatientes de ese
destacamento?

R.- Esa es una de las cosas tristes, que aún conserva uno en su memoria
¿no? El origen fundamental, desde mi punto de vista, fue que no se
guardaron las medidas de seguridad, que se deben de guardar en toda
lucha y sobre todo cuando un grupo guerrillero va a acampar, el lugar no
daba las condiciones que se necesitaban para la seguridad, yo recuerdo
que le informé a Gaspar y le dije: -aquí estamos muy mal, este es un sitio
de pura piedra de ojo, aquí no tenemos defensa, y él me respondió: -Mira,
son las 7, 7:30 de la noche, no creo que el ejército se vaya a meter de
noche a la montaña, lamentablemente, ya el ejército estaba adentro y
nosotros no nos habíamos dado cuenta. Tanto así, que tampoco se
guardaron las medidas de seguridad, se hizo un poco de bulla, se cantó,
en fin, había cierta alegría en el grupo y no se guardaron las medidas
suficientes. A la mañana siguiente, estoy plenamente convencido que
eran como las 7:05 que en una montaña, apenas está comenzando a
aclarar, sonó el primer disparo y después de ese disparo lo que vino fue
ráfagas cerradas, por todos lados y todo momento, no eran tiros
individuales, no, eran ráfagas cerradas y posiblemente era un
destacamento, que tenía unos 25 o 30 hombres; recuerdo que no me dio
tiempo de tomar el fusil y no sólo a mí, sino a la mayoría, para
defendernos, para salir de allí y recuerdo que me tocó rampar, huyendo,
tratando de salir del sitio donde estábamos metidos, en la huida me
detectaron y prácticamente, pues, cerraron fuego contra mi, pero yo
estaba protegido por las piedras de ojo, había muchas piedras de ojo allí y
sentían que me caían en la espalda las piedritas, pues como producto de
la destrucción hecha por los disparos, seguí avanzando y sé que volvieron
a ubicarme porque uno dijo: -allá va uno-, entonces, escondido detrás del
palo, pero se sentía el impacto cerrado de las ráfagas, pues, que nos
estaban haciendo; pude poco a poco, salir a la quebrada y ya en la
quebrada, pude acelerar más el paso, para salirme del lugar, que era lo
primero que se debía hacer, perdí el fusil, perdí el morral y ya como a
400-500 metros más, había un alto de unos cuatro o cinco metros, abajo,
había un pozo y una piedra de laja muy aguda y un pequeño espacio entre
los dos, pensé que si caía sobre las piedras me mataba y si en el agua
había una piedra también adentro, me mataba, entonces, me lancé, no
tenía más alternativa, para atrás no podía ir y caí en medio de esas dos
cosas, salí corriendo y vi una guitarra, una puerta de alambre,
afortunadamente, la conocí, porque por ahí habíamos pasado, dando una
vuelta, buscando esa quebrada y pude emprender una carrera y retirarme
del lugar y como era de noche todavía, perdón, ya ahí prácticamente, salí
corriendo y me metí al monte, para evitar, pues, que fuera detectado ¿no?
Pasé un tiempo allí, continué después el camino, tratando de encontrar
un sitio que definitivamente conociera, porque otra de las desventajas que
nosotros teníamos en ese momento, es que era la primera vez que íbamos
a hacer un trabajo social en ese lugar y no conocíamos bien el sitio, ese es
uno de los puntos débiles aparte, pues, de que no se tomaron las medidas
de seguridad, etc., etc. Prácticamente yo duré cuatro días solo, solo sin
contacto con nadie, ni con los compañeros, ni con campesinos, recuerdo
que por ese camino llegué ya, a una zona donde si conocía y no tenía
ningún temor de andar allí, porque sabía que no me iba a perder, sabía
donde estaba el agua, sabía todas esas cosas y recuerdo que había una
chocita de un campesino, no recuerdo su nombre en este momento y
como de 1 y media a 2 de la mañana, yo ponía a calentar en el monte,
ponía a calentar un pote y le metía granos de maíz y luego, me venía a la
casa, porque la candela la prendía en el monte, no se detectaba y luego
me venía a la casa que yo había visto un molino y como a la 1 o a las 2 de
la mañana empezaba a moler ese maíz que había puesto a hervir,
también, ya tarde de la noche, mirando para todos lados como dándole
vueltas al molino hasta que lograba hacer una arepa y esa papilla, pues,
yo me la comía.

P.- Sales de la zona bajo la protección de los campesinos ¿quiénes te


protegen y te cuidan?

R.- Al tercer día, al tercer día porque yo mismo veía a los campesinos y
el temor, la desconfianza hace que uno quiera seguir solo, al tercer día
apareció Gaspar, y apareció Palacios, ya éramos cuatro y nos habíamos
dado cuenta que Jaime o sea, Reinaldo Astudillo, Benito o Ventura
Timaure, que era de aquí del Zulia, había un gordo, también de aquí de
Maracaibo, el campeón González, así lo llamamos y Vladimir Reyes
habían muerto, habíamos tenido cuatro bajas; después al tiempo supe que
el amigo gordo que lamentablemente no recuerdo su nombre murió
desangrado, él se huyó de allí; pudo salir del cerco militar, pero quedó
solo y muy mal herido y prácticamente murió desangrado y lo
encontraron así en uno de los caminos.

P.- Catire, tú permaneces en el Frente Sur del “José Leonardo” hasta el


año 66, más o menos ¿verdad? Creo que después sales porque te
pensaban enviar al exterior y caes en la casa de Jesús Márquez Finol.
R.- Sí, los chinos habían pedido al MIR que enviará unas veinte
personas, para hacer un curso de estado mayor, era la información que
nosotros teníamos del Motilón, y recuerdo entonces, que solicitaron gente
de los distintos frentes guerrilleros del país, que éramos militantes del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, de la parte de Falcón, me
seleccionaron a mí para hacer ese viaje a China. Nosotros íbamos a salir
como que era el 1º de Enero y prácticamente caímos para finalizar ya el
mes de Diciembre, caímos detenidos, fue un allanamiento que nos hizo
la policía, un compañero delató, el golpe iba dirigido ahí, en esa casa, el
día anterior estaba el Chema Saher, que había regresado de Cuba, estaba
un amigo de Maracay, no recuerdo el nombre en este momento. Bueno,
como ocho o diez personas que habían regresado del exterior y que iban
hacia el Frente El Bachiller ¿no?

P.- Ahí cae uno de los grandes revolucionarios venezolanos del siglo XX
Jesús Márquez Finol, a ustedes como es del conocimiento público, los
torturaron mucho.

R.- Sí, allí en esa oportunidad, la comisión de la Digepol la comandaba


Olimpo Armas y estaba también Granados, era otra persona que estaba
allí, ellos estaban diciendo: Bueno, se lo jodió la revolución ya con El
Motilón y este grupo detenido, ya no hay más posibilidades de combate
aquí en la zona urbana y recuerdo que no sé de donde se me ocurrió
decirles: -mira, nosotros estamos presos, estamos detenidos, pero,
mientras haya hambre y mientras la gente de los cerros tenga dificultades,
siempre habrá lucha, recuerdo que Olimpo Armas sacó su pistola, la
montó y me la puso en la sien y de pronto dijo: ¿Quién va a matar a un
Catire tan feo como éste?, desmontó la pistola y se la guardó, yo pasé un
rato realmente como mudo, porque impacta saber que te puedan volar la
cabeza de un tiro, en manos pues, de gente como esa, allí estábamos
Jesús Márquez Finol, estaba Henry o Héctor Rangel y estaba mi persona,
de allí fuimos trasladados a Las Brisas, donde se hicieron cosas muy
desagradables, fundamentalmente, por la idea que tenía la policía de
liquidar físicamente al Motilón, habían inclusive tramado una trampa,
como era pasarle una lima a los presos comunes y luego sacar al Motilón
de la celda de los políticos y pasarlo para la de los presos comunes, con el
propósito de que los presos limaran los barrotes que iban a la calle,
salirse ellos y El Motilón al verlos salir, indudablemente, que él se iba a
querer salir también, entonces, la policía lo esperaba afuera y le aplicaría
la ley de fuga, afortunadamente, los presos respetaban y conocían al
Motilón y como él era un hombre, pues, de una gran capacidad, de
convencimiento, de comunicación, de comunicarse con la gente en sí, los
presos le dijeron lo que estaba pasando.

P.- Creo que El Motilón Márquez Finol es uno de los presos que han
torturado más junto con Nery Carrillo y el gordo Andrés Cova Mata.
Catire, háblanos de la estadía de ustedes en la Digepol.

R.- Yo creo que uno de los momentos difíciles en la vida de nosotros, de


los que estábamos en ese momento ahí, de Jesús Márquez Finol, de
Henry, de mi persona, de Pedro Reyes Millán, fue estar en manos de
gente como Mateo Huizi, era un torturador de primera, inclusive, ahí se
dio el caso de que a nosotros nos trataban muy mal, muy mal, de pronto,
un día, estábamos en los calabozos y todos los digepoles allí nos miraban
y no se metían con nosotros, era una conducta bien extraña, bien rara,
nosotros nos mirábamos y nos preguntábamos ¿qué nos irán a hacer, qué
irá a pasar? y de pronto recuerdo que pedí permiso para ir al baño,
cuando voy rumbo hacia el baño, miré los periódicos que estaban sobre la
mesa de los digepoles y pude ver claramente el titular que decía:
¡Asesiado Mateo Huizi! claro, como ellos pensaron, o pensaban, que El
Motilón era uno de los grandes jefes de la revolución venezolana, y
estaban torturándolo tanto, ellos pensaron que las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional, habían mandado a matar a Mateo Huizi, y entonces,
hubo una especie de respeto, una especie de recogerse para darnos un
mejor trato, a partir de allí cesó un poco la tortura, hasta posiblemente,
posteriormente, les dieron nuevas órdenes, la idea era desaparecer
físicamente al Motilón, lo que pasa es que en una reunión que ellos
tuvieron, para decidir eso, terminaron pensando que, políticamente era
más importante para ellos sacar en la prensa que Jesús Márquez Finol
estaba detenido, porque todas esas torturas y todas esas cosas fueron
secretas, no habían sacado a la luz pública que nosotros habíamos caído
detenidos y como no pudieron asesinarlo, decidieron sacar a la luz
pública que habían detenido a uno de los cabecillas fundamentales. Tanto
es así, que salió en la prensa, el titular: “Detenido el último reducto de
la guerrilla urbana en Caracas”.

P.- Ustedes duran mucho tiempo en la Digepol y luego ¿dónde los


trasladan?

R.- Después de la Digepol, que fue nuestro peor momento, por las
torturas, por todas las cosas que allí se viven, nosotros pasamos al cuartel
San Carlos; en el Cuartel San Carlos la situación era diferente, tanto
desde la alimentación como en el trato, y allí estamos un par de meses,
fuimos trasladados posteriormente a la Isla de Tacarigua. La Isla de
Tacarigua tiene unas estructuras viejas, calabozos grandes como polleras
de esas largas, pero por lo menos había un espacio bastante amplio, había
un campo de jugar béisbol, canchas de jugar basketbol, pero no se dejaba
de estar preso. Yo decía que Tacarigua es una segunda escuela para
nosotros, había gente bien importante, estaba Héctor Valverde
Aristimuño, estaba Rafael Thielen, estaba el viejo Carmelo Laboritt, Eloy
Torres, en fin un grupo no sólo de valientes venezolanos, porque el
problema no es ser valiente, era un grupo de venezolanos preparados,
conscientes, preocupados por el destino de su país y que no dejaron que
la cárcel los venciera, ni los doblegara, la cárcel no los quebró, sino que
desde allí mismo, empezarnos a prepararnos en el conocimiento de la
Literatura, en la Historia, en las armas, en fin, era una escuela para
mantener la moral, la visión y el espíritu revolucionario; allí la parte más
dura fue cuando se descubre un túnel que hizo Árgidas Tamasauka, con
otro grupo de personas, que pertenecían al Partido Comunista, ellos
hablaron con la dirección del MIR, cuando se acercaba el momento de
cumplirse la fecha para la salida, para la huida, era algo que había
preparado el Partido Comunista con mucho cuidado y pienso que
inclusive se hablaba de un submarino que iba a llegar a la orilla y el túnel
salía hasta allá; por lo menos eran los cuentos que nosotros
escuchábamos ¿no? El túnel llegaba hasta allá, hasta la orilla, y un
submarino iba a llegar a rescatar a las personas que allá había, porque era
realmente gente de mucho peso y de mucho prestigio en los partidos
políticos ¿no?; lamentablemente, antes de la fuga los descubren y ese día,
esa noche, para nosotros fue tormentosa, porque nos sacó la guardia, nos
sacó a culatazos, a empujones, y nos metió en el patio de jugar béisbol y
montaron dos punto treinta, dos ametralladoras punto treinta y nosotros
pensamos, -bueno que esa era nuestra última noche y que iba a ocurrir
una masacre allí. Afortunadamente, no pasó de ahí y al día siguiente,
bueno, volvimos a entrar a los calabozos, la vida siguió allí, con lo
cotidiano y nosotros logramos preparar posteriormente, lo que
posiblemente haya sido la mejor huelga de hambre que se haya realizado
en Venezuela, con esa huelga, nosotros lo que perseguíamos era: por un
lado que se nos llevara a tribunales y se nos juzgara, porque contra
muchos de nosotros no había pruebas suficientes para seguir estando
presos, y, precisamente por eso es que el gobierno no quería llevarnos a
tribunales, porque en el fondo no tenían pruebas para dejarnos presos, así
ellos supieran que uno estaba metido en el proceso revolucionario. Esa
huelga la hicimos tan bien organizada, que la radio en Caracas decía:
-Extra, extra, las once y cuarto, en este momento se está desmayando
Jesús Márquez Finol, en los calabozos de la isla Tacarigua, y
efectivamente en ese momento se estaba desmayando el camarada
Márquez Finol. Entonces, eso desconcertó a la policía, tanto a nivel
interno, como a nivel externo, porque cada vez que se daba ese extra era
verdad que sucedía esa cuestión, porque estaba realmente planificado
¿no? Luego nos mandaron un teniente coronel y nos mandaron otra gente
del Congreso a hablar con nosotros, nosotros rechazábamos los emisarios
porque no hablábamos con subalternos y queríamos la presencia del
Ministro de la Defensa, y otros personeros de mayor relevancia en el
Congreso, recuerdo que José Vicente Rangel vino a conversar con
nosotros en la isla de Tacarigua, por cierto que en la Venezuela de hoy
uno de los pocos hombres que goza del afecto y de la credibilidad de los
venezolanos es el Dr. José Vicente Rangel.

P.- Catire, de Tacarigua creo que te mandan al exilio ¿en qué año fue
eso?

R.- Pienso que eso fue en el año 67, 67 para el 68, salimos algunos
camaradas, nos conmutaron las penas por exilio, en el gobierno de Leoni,
efectivamente, pues, allí nos sacaron de la isla, nos llevaron a Cotiza,
donde permanecimos un día apenas, al siguiente día, pues, nos
condujeron esposados hasta la escalerilla del avión que salía rumbo a
Suiza, y era Suiza precisamente, porque era un país donde no se
necesitaba visa, sino que al llegar al aeropuerto, a uno le ponían un sello
de ese país. Yo sabía que Carmelo Laboritt estaba en Italia, en Roma y
mi destino era Roma, tan pronto, pues, salí de la Isla Tacarigua a Suiza,
pasé a Roma, busqué al camarada Carmelo Laboritt, y en esa misma casa
donde él estaba, me hospedé. Carmelo estaba un poco enfermo, nos
dedicamos a cuidarlo, ayudarlo, porque es una de las cosas más
importantes que un revolucionario puede hacer, la solidaridad con sus
compañeros, posteriormente, me hice un buen giro, no solamente por
Italia, sino que logré ir a Suecia, Luxemburgo, Alemania, España,
Francia; fue un giro bastante importante, porque lo hice llegando a casa
de amigos, que me explicaban los procesos industriales, los procesos
sociales, los procesos históricos de cada país, y eso, bueno, lo va
preparando a uno, para ser una persona con mayor conocimiento histórico
y social, de los procesos nacionales e internacionales.

P.- ¿Cuándo regresas a Venezuela?

R.- Yo estuve como unos ocho meses en el extranjero, y regreso


prácticamente a Venezuela en el comienzo del gobierno de Rafael
Caldera, no, fue con la pacificación. No, déjame recordar una cosa, no,
regreso a Venezuela ya para entregar Leoni. La primera vez salgo con
Leoni y regreso con Caldera, así es la cosa, y recuerdo que en el
aeropuerto, las personas que me fueron a esperar eran dos primas que
vivían en Caracas, uno de sus esposos era el Agregado Cultural de la
Embajada de Venezuela en España, él era militante de Acción
Democrática, recuerdo también que la primera persona, que me fue a
visitar en Las Brisas fue Juancho La Corte, hijo del Dr. Luis La Corte,
que me dijo, -mira, si no sales en el gobierno de Caldera, nosotros hemos
hablado con papá para que logre la salida de ustedes ¿no?,
afortunadamente, salimos antes de la llegada de Carlos Andrés Pérez, y
me ayudó a salir, sin lugar a dudas, el gobernador del Estado Mérida
“Chuy Copei” -Jesús Rondón Nucete- que es compadre de mi prima
Alicia, y Alicia le dijo: -mira, Chuy, él no va a venir por pacificación,
pero si yo te ayudé a ti cuando los camaradas se peleaban con los
copeyanos en la Universidad de Mérida, tú me debes ayudar a mi sin
condiciones, haciendo que mi primo pueda salir en libertad.

P.- ¿Catire, al regresar de Europa, te detienen en el aeropuerto?

R.- Sí, me detienen y me llevan de nuevo a Las Brisas, y hay una cosa
bien interesante, quien me recibe en Las Brisas, es el digepol que
conocemos nosotros, con el nombre del Morocho, que estuvo en la
comisión cuando nos detuvieron en la casa del Motilón entonces, me
dijo: -cuando yo entré al calabozo, el Morocho me dijo: -Coño mataron a
tu jefe, ese es el hombre más arrecho que ha pasado por esta policía, El
Motilón-. Yo recuerdo que tuvimos un diálogo sin odios, sin rencores, un
preso y un digepol que ya con los años, pues, habían cambiado muchas
cosas, y me llamó la atención el respeto y la admiración que esos señores
sentían por Jesús Márquez Finol.

P.- O sea que, durante el primer gobierno de Caldera te detienen en el


aeropuerto y posteriormente, te liberan y te entregas a la vida legal ¿no?

R.- Sí, mira, con la venida y prisión mía, sucede algo bien importante, a
mi me trasladan a Caracas en un carro, con dos personas, una en cada
puerta y yo en el medio, me traían esposado, el chofer y otra persona
adelante, ya por el camino, un policía le dice al otro: pero chico, para qué
lo llevamos esposado, si lleva gente a un lado y al otro ¿no?. Mira, tú no
te escapas si te soltamos, entonces, yo le dije: -yo no sé quién, que venga
de Francia a Venezuela, va a escaparse con cuatro policías, eso es un
problema de pensarlo ¿no? y ellos en ese viaje me conversaron, claro que
a ustedes los joden, a ustedes los ponen presos, mientras que Douglas
anda paseando, mientras que Douglas anda por ahí. Es una manera para
desmoralizar a la gente, que no sabe cuál es la vida de los
revolucionarios, y el respeto que de una u otra manera nosotros sentimos
por el camarada Douglas Bravo, pues. Bueno, me traen a la cárcel de
Maracaibo, a la llegada mía, lo importante de esto, es que cuando a mi
me juzgan y me sueltan, tienen que soltar al Negro Zárraga, y soltar a
Camarón, que estaban presos por el mismo caso mío, y luego ellos van a
vivir a Barquisimeto y a Caracas.

P.- Catire, yo creo que tienes una confusión, me da la impresión que se te


fueron los tiempos, tú sabes que a uno ya le empieza a fallar la memoria,
por eso es que digo que esto tiene una mayor validez, porque estás
confundiendo una cosa con otra. Estás confundiendo tu llegada de
Francia en tu primer exilio con tu caída posterior a raíz de la delación
de Leovigildo Briceño, quien luego se convierte en Jefe de Operaciones
de la Disip y en uno de los grandes narcotraficantes de Venezuela hasta
que lo detienen con cientos de kilos de cocaína.

R.- De Leovigildo Briceño -¡Coño, gracias, gracias! Sí, sí tienes toda


razón, tienes toda la razón, sí, no, no, yo llego e inclusive me juzgan y me
sueltan, y de nuevo comienzo a trabajar en Coloncito, Estado Táchira, y
en San Carlos del Zulia, que es de donde yo soy. Aquí me incorporo al
trabajo político con la gente de la Liga Socialista, allí precisamente con el
Negro Marcos Gómez, David Nieves, Julio Escalona y Esther Añez,
quienes conformaban la dirección de ese grupo, fundamentalmente, para
trabajar en las zonas de Lara, Trujillo, Táchira y el Estado Zulia.
Leovigildo es el responsable de la parte del Estado Zulia. Allí se da el
caso de que yo salgo a Chile, justamente después de estar trabajando allí,
con el propósito de arreglar unos problemas de tipo personal, mejor
dicho, el divorcio que tenía que ser en Chile, porque ya con mi esposa,
después de pasar por la Isla de Tacarigua, pasaron tantos años que...
teníamos como ocho años que no nos veíamos, y entonces la idea era ir a
Chile, divorciarme y conocer el hijo que tenía allá.

P.- Catire, después que vas a Chile, regresas de nuevo a Venezuela, a


finales del gobierno de Caldera, hasta donde tengo conocimiento
realizas un largo recorrido por los países del cono sur.

R.- Mira, la idea era regresar de Chile; yo iba en un viaje de 15 días, eso
fue para arreglar lo de mi divorcio, conocer al hijo que tenía allá y
regresarme; en ese momento, cae preso Leovigildo Briceño, quien era el
jefe de ese sector de la Panamericana, y tira presos a unas 92 personas,
entre campesinos, hacendados, etc. Toda la gente que colaboraba de una
u otra manera, y recibo una correspondencia estando en Chile, donde me
dicen que Maracaibo está muy caliente, que lo mejor que puedo hacer es
quedarme en el frío, eso a mi me llamó mucho la atención, porque era
una cosa muy lacónica, y me puse a pensar, que algo raro había pasado, y
que no debería venirme por el aeropuerto de Maracaibo ni de Caracas, y
regresé por Bogotá. En Bogotá vino un periodista, creo que era del ELN a
una conferencia en San Cristóbal, y allí se entrevistó con otros
periodistas, que eran de la Liga Socialista y ellos me enviaron el mensaje:
lo más prudente era que no entrara, porque no había infraestructura para
cuidarme, y que la situación mía aquí era bastante difícil, bastante grave,
los amigos colombianos, ayudaron a sacarme, ya que ellos tienen una
infraestructura muy buena y gente en el aeropuerto, o tenían para aquella
época, no sé ahora. Tenían gente allí, salí con mi propio pasaporte, no
tuve dificultades y fui de nuevo al Perú, donde me recibió Ricardo
Gadea, que era el cuñado del Che Guevara, o sea, el hermano de Hilda
Gadea, que fue la primera esposa del Che Guevara. Él me recibió y me
atendió, porque afortunadamente, yo lo atendí a él en Chile, unos años
antes, donde él llegó muy mal, después de la derrota del MIR, o de un
grupo de gente del MIR del Perú, fueron a dar a Chile y allá, nos
conocimos, nos atendimos y nos apreciamos. Cuando yo regreso,
prácticamente derrotado, él me tiende la mano, me ayuda, viajó por diez
o quince ciudades del Perú, hablando del proceso venezolano, del
proceso latinoamericano y con ellos, consigo el pase para el MIR
boliviano y nos vamos a Bolivia. Estaba en el poder en ese momento, el
general Torres, que era un general progresista, que se entendía con los
revolucionarios, con el MIR, con un poco de gente, a quien Vancer le da
un golpe y lo derrota. La derrota de Torres, hace que prácticamente yo
dure unos cuatro meses en Bolivia, donde habiendo hecho los contactos
con la gente del MIR, me había puesto a trabajar con ellos, sobre el
proceso revolucionario boliviano, recuerdo que ahí conocí al compañero
Araniba, quien ahora por la prensa, me he enterado es el Canciller de
Bolivia, a Jaime Paz Zamora, con quien tuve la oportunidad de dialogar,
de conversar, de ir a su casa a cenar, a almorzar, conocí a su familia, y
que después por prensa y por muchas cosas pude sentir la alegría que fue
presidente de la República de Bolivia.
P.- Catire, cómo vez tú, la Venezuela de hoy, porque creo que la
Venezuela de hoy no es la misma; la democracia ha fracasado, pero creo
que hay tres o cuatro acontecimientos que la marcan, primero, la
masacre cometida contra el pueblo el 27-28 de Febrero del 89; el golpe
de Estado del 4 de Febrero, el levantamiento de la Fuerza Aérea y de la
Marina el 27 de Noviembre del 92 y la caída del Presidente Pérez.
¿Cómo vez la Venezuela de hoy, qué posibilidades tiene el movimiento
patriótico y revolucionario, para lograr una patria libre, independiente,
soberana y no alineada?

R.- Sí, el proceso venezolano es muy rico, son muchas las vertientes, son
muchos los acontecimientos que ocurren, que nos obligan a reflexionar a
ser más serios en el análisis de lo que sucede en el país. Indudablemente,
estamos ante un pueblo que de una u otra manera tiene un nuevo piso,
para visualizar su propia situación y ese nuevo piso se lo da después del
27 de Febrero el pueblo; sabe que no puede salir sin una dirección a la
calle, ese 27 de Febrero es difícil que se vuelva a repetir, luego el 4 de
Febrero, que es tal vez, el acontecimiento más importante de este siglo,
desde el punto de vista como hecho particular, pero, que irradió una
nueva forma de pensar en el venezolano. El 4 de Febrero, como se dice
vulgarmente, destapa la olla de la corrupción, de la mentira, del fracaso,
de toda la porquería que pueda existir en un país, pero también surgen
cosas importantes, que necesita un país para enrumbar su mundo, su
economía, su sociedad, su gente. En el 4 de Febrero, cuando el
levantamiento es dominado y el Comandante Hugo Chávez cae detenido,
en esos 28 segundos, que aparece en la pantalla de la televisión, el pueblo
venezolano, tiene un gran aprendizaje, cuando él dice por ejemplo:
Reconoce que el coronel, que estaba en Maracaibo, Francisco Arias
Cárdenas, y que el coronel que estaba en Valencia, habían alcanzado los
objetivos, porque ellos habían tomado la ciudad, entonces, él hace un
reconocimiento público a esos jefes militares; porque este es un país
donde a la gente no se le reconoce su trabajo, a la gente no se le reconoce
su inteligencia, a la gente no se le reconocen las cosas buenas que hace.
Entonces él ahí hace un reconocimiento bien importante, luego, tal vez,
otra cosa mucho más importante que tampoco se usa en nuestro país, él
dice: -Yo asumo la responsabilidad, aquí nadie es responsable de nada.
La gente tiene un proyecto en mi organismo, ese proyecto fracasa y a la
persona no le pasa nada, entonces ese aprendizaje que sale en esos 28
segundos, de la presencia de Hugo Chávez en la televisión, lo asume la
población, y Chávez se convierte en un mito, eso es lo que le da un
liderazgo fundamental a Chávez en ese momento.

Ahora, cae Carlos Andrés Pérez, como producto de la necesidad, no sólo


de la población, sino de los propios grupos económicos y políticos, de
sacarlo de la escena política y por eso no hay derramamiento de sangre,
sino que ahí el convencimiento y la aplicación de la ley para una persona,
que durante su período, prácticamente, escamoteó las libertades,
escamoteó posibilidad real, de que este pueblo se enrumbara, con un
presupuesto bien elevado que existía, hacia una economía más justa, más
sana, aún dentro del sistema capitalista, prácticamente, sus aspiraciones
neoliberales, que tampoco pudo desarrollar, dieron con el traste de la
economía nacional y estoy convencido de que los 250 millones de
bolívares por lo que se le juzga, no es la causa fundamental. La causa
fundamental, es haber sido un presidente que malversó una posibilidad,
para que este país estuviera en mejores condiciones. Pienso que el
discurso de Caldera en el Congreso, fue en ese momento oportuno, al
reconocer la validez del golpe militar del 4 de Febrero, ahí se catapulta
Caldera, que prácticamente, no tenía posibilidad de volver a ser
presidente de la República, y toma la iniciativa, hasta llegar al poder, en
las elecciones 1993. Ya tenemos 2 años de este gobierno, no se han
definido todavía sus líneas, se mueve entre la no aplicación del
neoliberalismo y la posible aplicación del mismo; esa misma dualidad no
ha permitido al gobierno de Caldera, que tome un rumbo más sólido; más
necesario, así sea duro, para sacar al país de la crisis en la cual vive, que
no es sólo una crisis de carácter económico; hay una crisis ética, hay una
crisis moral, hay una crisis de soledad en la población venezolana.

Las perspectivas que veo en el movimiento patriótico, o tal vez, no diría


en el movimiento patriótico, refiriéndome simplemente al Movimiento
Bolivariano, yo pienso, que hay perspectivas globales de un movimiento
revolucionario y que también han cambiado los parámetros para los
nuevos enfoques que se le dan a los procesos de cambio a nivel nacional,
a nivel internacional, y a ello me voy a referir. Cuatro hechos importantes
que han ocurrido en los últimos ocho años, el más importante, tal vez, es
el proceso que ocurre en la Unión Soviética y que da al traste con el
socialismo que existía en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas;
eso obliga a algunos socialistas, a salir a la palestra pública y se da el
diálogo entre Gorvachov y Reagan, yo le doy mucha importancia a este
hecho, porque estoy convenido que ese hecho, marca un hito en el
proceso de cambio a nivel nacional y universal, y es que por primera vez,
desde hace muchos años, el diálogo comienza a tener una importancia
inusitada, primero con esa conversación entre Gorvachov y Reagan, se
nos junta de la cabeza lo que podríamos llamar la famosa “guerra fría”,
pero se inicia el diálogo de todos los enemigos del mundo, prueba de ello
está, en que los Palestinos y los Judíos están conversando y llegando a
momentos de definición, para la aceptación del Estado palestino, al igual,
que del Estado judío, eso es un hecho que trasciende el diálogo, y ahora
todo el mundo conversó, la guerrilla salvadoreña en Centroamérica, por
ejemplo. Te decía, que el diálogo pasa a formar parte de las necesidades
fundamentales, para el desarrollo de un movimiento progresista o
movimiento revolucionario, o un movimiento de cambio. Otro de los
puntos que forman parte, pues, de las necesidades actuales, son los
medios de comunicación, hoy los medios de comunicación permiten
saber lo que acontece en el mundo, esta rapidez, esta facilidad, agiliza la
información en los procesos de conocimiento, de lo que ocurre en cada
país, en la formación y en la conciencia de los pueblos. El otro son los
derechos humanos, antes de los derechos humanos era que agarraban un
preso político y lo torturaban, y los partidarios de ese partido político o
amigos protestaban, hoy en día, los derechos humanos, son el derecho a
la vida, el derecho al trabajo, el derecho a la salud, por consiguiente, se
abre un compás, donde no sólo es el militante de un partido político que
defiende a una persona cuando la torturan, sino que son todas las
personas que necesitan de educación, salud, seguridad, bienestar y
diversión. Entonces, los derechos humanos pasan a ser una bandera de
carácter universal, que nos corresponde a todos los seres defenderlo.

La ecología, también era antes la protesta, porque se utilizaba un


herbicida, un plaguicida mal utilizado, llegaba a las aguas, llegaba a
romper la estructura normal del medio ambiente; hoy la ecología es la
defensa de la madre tierra, si no defendemos la madre tierra el hombre
perece, entonces, se han transformado en variables universales, que le
permiten al hombre buscar más unidad, ya no es un problema de adecos,
de copeyanos, de comunistas, de masistas, de miristas, ya es un problema
de que todos necesitamos la bandera de los derechos humanos, la bandera
de la ecología, la bandera del diálogo, la bandera de los medios de
comunicación, para ir gestando un nuevo movimiento, donde la vida se
haga más placentera, más justa, más vivible. Estas son las cosas que de
una, u otra manera, hace que los acontecimientos como el 4 de Febrero,
ayuden a empujar, ayuden a pensar, ayuden a reflexionar la necesidad de
abrir un gran frente de lucha, contra esta sociedad, fundamentalmente, del
neoliberalismo, donde la posibilidad del desarrollo del capitalismo
salvaje como dice el Papa, es cada vez más propicia y la humanidad no
está en capacidad, ni dispuesta a permitir semejante explotación ni
desairar todos los sentimientos posibles de convivencia.

P.- Bueno, Catire, no me queda más que darte las gracias por esta
entrevista, porque la memoria se está perdiendo, a veces, hasta nosotros
mismos la hemos perdido, vamos a ver que logramos de este trabajo que
he venido realizando con tanto amor, con tantos recuerdos, con tantas
vivencias y con tantos sueños. Esperaremos, vamos a ver, en eso
estamos. Catire, no me queda más que darte las gracias y que la
memoria no se pierda.
DR. HEBERTO ORAA RAMOS
“RODRIGO”

Nació en Guanare el 26-11-1931, estudió primaria en Guanare y


bachillerato en el Liceo Unda en la misma ciudad y en el Liceo
Lisandro Alvarado de Barquisimeto., Desde muy joven ingresa a la
Juventud Comunista y participa activamente en las luchas contra
Pérez Jiménez. En 1962 con Lucas Matheus y otros revolucionarios
intentan instalar un frente guerrillero en Mérida-La Azulita, es
detenido en Casigua-El Cubo y trasladado al retén judicial de
Maracaibo, al poco tiempo es liberado y es detenido en Coro en
diciembre del 63, es liberado y se incorpora al Frente Guerrillero
“José Leonardo Chirino” donde permanece casi cuatro años. Hoy es
médico del Hospital Miguel Oráa en Guanare.
LOS HUMANOS VIVIMOS SOÑANDO CON UN MUNDO
MEJOR

CONVERSATORIO CON EL DR. HEBERTO ORÁA RAMOS


(RODRIGO)

P.- Bueno Heberto tanto tiempo sin verte; creo que tenía más de 30 años
que no te veía, desde el año 66, en El Barrial, cerca de Felipito o
Tucacas, cuando estábamos concentrados los guerrilleros del “José
Leonardo”.

R.- Sí, son 30 años y pico Rafael, por supuesto, han pasado tantas cosas,
pero, lo importante es que nuestra amistad y nuestros ideales se
mantienen incólumes, se mantienen en armonía con aquellos años de
nuestra juventud, la pasantía que hicimos cuando nos conocimos,
primeramente en la Policía de Coro, mantiene nuestra amistad hasta la
fecha de hoy, pues, recuerda que estuvimos presos allí el año 63 y de eso
hace unos cuantos años.

P.- Quiero aprovechar la oportunidad para que hagamos memoria de un


amigo común, del Dr. Carlos Muñoz Oráa, mi profesor en la Escuela de
Historia de la Universidad de Los Andes.

R.- Justamente, en diciembre del año pasado, un amigo de Mimilo me


trajo una recopilación de artículos que él había escrito; aprovecho la
ocasión para recordar una vez más a nuestro querido primo, los artículos
de Carlos Emilio, que trajo mi hermano, nos dan una noción más amplia
de su pensamiento intelectual y político.

P.- Rodrigo, Heberto Oráa, el médico, el doctorcito, como sea,


camarada Rodrigo, tengo entendido que tú eres uno de los iniciadores
de la lucha armada en Venezuela y que eres uno de los fundadores de
la guerrilla en La Azulita, junto con Alfredo Maneiro, Lucas Matheus y
el Negro Agustín Blanco Muñoz. Creo, que al Negro Agustín Blanco
Muñoz le dan un tiro allí en La Azulita y lo toman prisionero, después se
fuga durante El Porteñazo, creo que junto con él se fuga Tirso Alberto
Meléndez quien posteriormente, fue el encargado de la misión del FLN-
FALN en La Habana.

R.- Sí, así es, Rafael, a partir del año 61, cuando ya se vislumbra la lucha
armada aquí en Venezuela, como producto de las acciones de calle del
año 61, iniciamos los primeros contactos en Mérida, para la formación de
un grupo guerrillero; es así como nos visitan allá en Mérida Davicito
Esteller y Argimiro Gabaldón, el querido y recordado Argimiro
Gabaldón, allí se discute ampliamente la formación de un Frente
guerrillero, inclusive, en contra de la voluntad del Partido Comunista, que
todavía se oponía en esos días a la lucha armada. Nosotros formamos los
primeros núcleos en Mérida y a comienzos del 62; en Marzo del 62,
nosotros marchamos a La Azulita, específicamente a Caño Zancudo y
empezamos la actividad armada allí.

P.- Heberto, ese es el famoso núcleo de La Azulita, ustedes tuvieron


contacto con el Ejército y creo que tuvieron un muerto. Te quiero hacer
la siguiente pregunta: ¿Estuvo Alfredo Maneiro en ese Frente o nunca
estuvo allí?

R.- Una vez que subimos a las montañas de La Azulita, nos dividimos en
dos grupos uno que estuvo en la parte alta de la montaña, entre los cuales
me contaba y un segundo grupo, que comandaba el querido compañero
Lucas Matheus Freites. Nosotros nos ubicamos en la parte alta del Río
Aguas Calientes, primero en los afluentes; estando allí fueron hechos
prisioneros dos campesinos, entonces tuvimos que movilizarnos hacia la
parte alta y después bajamos muy cerca de la alcabala de Puente Real,
inclusive, estuvimos haciendo planes para el asalto de esa alcabala.
Como dije, subimos hasta la parte alta del Río Aguas Calientes y estos
campesinos le pidieron permiso al Comandante para buscar provisiones
en unos conucos que tenían y el Comandante, sin consultar al resto de la
guerrilla, permitió que esta gente fuera abajo, y en realidad fueron al
Comando del Ejército. Al día siguiente, fuimos sorprendidos y atacados
por el Ejército. Cuando fuimos atacados, el suscrito, estaba limpiando el
arma y todo el mundo estaba haciendo tareas de mantenimiento, por esta
razón, la capacidad de respuesta fue muy leve y en este encuentro murió
un guerrillero caraqueño, del que no tuve el honor de conocer su nombre,
pero si recuerdo sus características en este momento, era un joven de
unos 20 a 25 años, estudiante de Economía y fue herido también otro
guerrillero que no recuerdo. En ese encuentro nos dividimos, unos
tomaron hacia un lado y los otros tomaron otra ruta; la mayor parte del
comando guerrillero fue sacado por un simple guerrillero, hay que
reconocer que el Comandante que fungía en ese momento, abandonó el
mando, nosotros no supimos realmente qué se hizo el tipo, no podría
decir que huyó, pero se desapareció y entonces el grupo guerrillero hace
un sitio de contacto, una parte por el suscrito y el otro, por ese señor, ese
guerrillero merideño, una excelente persona que no sé dónde estará hoy
en día; te debo decir Rafael, que hasta ese momento Alfredo Maneiro no
había llegado todavía a este frente guerrillero, la llegada de Maneiro fue
posterior, cuando nosotros nos disolvemos, nos dividimos, para buscar
una nueva ubicación.

P.- ¿Bueno Heberto y de allí hacia dónde se dirigen?

R.- Lucas Matheus nos saca de la zona, hace contacto con la retaguardia
y en una camioneta vieja que teníamos, Lucas nos lleva a Flor de Patria,
Pampán y Pampancito. Posteriormente, nos trasladamos a Maracaibo, es
en este momento que entra Alfredo Maneiro a comandar nuestro grupo
guerrillero. Posteriormente, nos trasladamos hacia la parte Sur del Lago,
en un kilómetro, pues, allí hablan es por kilómetros, creo que en el 13 o
en el 14; allí estuvimos acantonados con el objeto de planificar lo que fue
hecho por Alfredo Maneiro y su segundo al mando, la toma de Casigua-
El Cubo, esto fue realmente un error desde el comienzo, un error táctico,
se sabía que Casigua-El Cubo es una zona militar muy bien apertrechada
y el ejército venezolano siempre temía un ataque de la guerrilla
colombiana, finalmente, cuando nos dirigíamos a Casigua, fuimos hechos
prisioneros sin disparar un tiro.

P.- Yo creo que hasta allí llega la historia de la guerrilla de La Azulita,


Rodrigo.
R.- Sí, la historia de la guerrilla de La Azulita llegó hasta que nosotros
nos dispersamos hacia la parte de Flor de Patria, es cuando entra Alfredo
Maneiro a comandar al grupo y con la fallida toma de Casigua-El Cubo,
termina justamente la historia del frente guerrillero de La Azulita.

P.- ¿Rodrigo, qué significo para ti la caída del General Marcos Pérez
Jiménez?

R.- La caída del gobierno de Pérez Jiménez fue el triunfo de tantas luchas
y tantos desvelos de los venezolanos de todas las categorías sociales, para
no decirte clases. Primero fue el triunfo de los estudiantes, segundo, de
los campesinos y de los obreros, que habían luchado siempre contra la
Dictadura, porque la gente poderosa, los ricos y los banqueros se
sumaron unos días antes de caer Pérez Jiménez, pero de todas maneras, la
caída de Pérez Jiménez fue la culminación de varios años de lucha, esto
constituyó, por supuesto, una alegría y un sentimiento de euforia de parte
de todos los venezolanos, que habíamos luchado contra Pérez Jiménez y
los que no habían luchado también celebraron, porque habían sufrido en
carne propia los rigores de la Dictadura. Lamentablemente, la caída de
Pérez Jiménez no llenó las expectativas y los sueños que la gente se había
planteado, se aprovecharon de la victoria del pueblo, la burguesía y los
partidos políticos, que luego condujeron a Venezuela a la pobreza y a la
ruina.

P.- Rodrigo, cercano a la caída de Pérez Jiménez y al año siguiente, hay


un acontecimiento que va a marcar la vida y los sueños de los hombres
desde el Río Grande hasta la Patagonia, me refiero al triunfo de la
Revolución Cubana. ¿Qué significó para ti la Revolución Cubana?

R.- El triunfo de la Revolución Cubana para mi y para los venezolanos,


-quiero volver a repetirlo-, llenó o complicó las expectativas que
nosotros, los venezolanos que luchamos contra Pérez Jiménez, nos dio el
triunfo de la Revolución Cubana, lo que no nos dio la caída de Pérez
Jiménez, por cuanto en la caída de Pérez Jiménez, el poder no fue
asumido por la gente que luchó y que se sacrificó contra Pérez Jiménez,
sino que a la caída de Pérez Jiménez, el poder es tomado por la clase
poderosa, justamente, por aquellos que dos, cuatro, o veinte días antes de
la caída de Pérez Jiménez, se sumaron a la lucha, porque ya veían que el
dictador estaba caído, mientras, que la Revolución, tiene dos aspectos
importantes: primero, diría que allí el poder es tomado por la gente que
realmente luchó y se sacrificó con la caída del dictador Fulgencio Batista,
un dictador, si es posible mucho más sanguinario que Pérez Jiménez y
allí toma el poder justamente la gente que lucha y se sacrifica y que
muere por la lucha armada, eso pues, nos llenó a nosotros de satisfacción
y de alegría, nos llenó de orgullo y lo que no pudimos lograr con la caída
de Pérez Jiménez, pues, nos lo estaba dando Cuba, con la caída de
Fulgencio Batista y el triunfo de Fidel Castro. Por otro lado, es muy
importante el triunfo de la Revolución Cubana, porque va a levantar un
sentimiento de lucha y de justicia en el resto del mundo, no solamente en
América, sino en el mundo, y por otra parte, el triunfo de la Revolución
Cubana, como digo, puso en duda el hecho de lo que se hablaba del
Socialismo, de que las revoluciones comunistas o la Revolución
Socialista, solamente se daba a partir de la clase obrera, del núcleo
obrero; sin embargo, la Revolución Cubana fue dada por una lucha de
campesinos, vamos a decir, esto dejó sin efecto, lo que hablaban los
marxistas-leninistas de que las revoluciones comunistas se darían a partir
de la clase obrera.

P.- Heberto en el año 60 se producen en Venezuela grandes


enfrentamientos sobre todo en Octubre y Noviembre, hay escaramuzas,
combates, muchedumbres en las calles, muchas protestas. Mérida,
tradicionalmente, ha sido una zona conflictiva, de grandes luchas
estudiantiles, ¿participas en los sucesos de Octubre y Noviembre del 60?

R.- Sí, indudablemente, nosotros teníamos en Mérida una Juventud


Comunista bien entrenada, bien organizada y bien disciplinada y eso nos
llevó a nosotros, a tomar acciones de todo tipo en Mérida, desde
manifestaciones, como una que hicimos, inclusive, exponiéndonos a
todos los peligros, frente a la Gobernación del Estado, allí frente a la
Plaza Bolívar, diferentes pintas, planificar y efectuar fabricación y
posturas de niples, en algunas zonas de la ciudad, en las cuales
participaban el suscrito y Lucas Matheus y toda la Juventud Comunista
de Mérida, entre las cuales, me place mucho nombrar a Elba Molina de
Alvarado, hoy en día, gran luchadora social, y como dije anteriormente,
en esos años, además de esas acciones, me recuerdo una acción muy
importante donde metimos a dos estudiantes por el hospital de Mérida y
dieron mítines en la azotea, al paso de una caravana oficial, de la azotea
del hospital de Mérida lanzamos unos comunicados, etc., una gran
sorpresa, en esos momentos se inician los primeros contactos, las
primeras reuniones para la formación del Ejército de Liberación
Nacional, que posteriormente se proyectó en el Frente de La Azulita.

P.- Heberto, tengo entendido que te vas a incorporar al Frente “José


Leonardo Chirino” al final del año 62 o Noviembre-Diciembre del 63,
cuéntanos cómo fue esa experiencia para tu ingreso al José Leonardo,
porque me consta que cuando ibas a incorporarte al Frente te toman
prisionero y te mandan a la policía de Coro, donde estuvimos unos
cuantos días sin tomar el sol.

R.- Luego del fracaso de La Azulita y la dispersión del Frente,


especialmente después del fallido intento de la toma de Casigua-El Cubo,
se deciden las siguientes cuestiones: en una reunión, justamente en el
Internado Judicial de Maracaibo, la gente que estuvimos allí, Lucas
Matheus y el suscrito Heberto Oráa, decidimos integrarnos a los frentes
guerrilleros, que ya para ese momento estaban funcionando. El “José
Leonardo Chirino” y el frente guerrillero “Antonio José de Sucre”, en
Oriente. El primero comandado por Douglas Bravo y el de Oriente por
Alfredo Maneiro. En el internado Judicial de Maracaibo Lucas Matheus y
el otro grupito de gente, decidimos entonces que unos nos íbamos para
el “José Leonardo Chirino” y el otro para el “Antonio José de Sucre”,
entre todo el grupo, el único que decidió ir para el “José Leonardo
Chirino” fue justamente Heberto Oráa, el suscrito. Lucas Matheus, con el
resto de la gente, incluyendo posteriormente a Maneiro, que no estaba
preso en ese momento, se van al frente “Antonio José de Sucre” y
consolidan ese frente allí. Al salir del internado judicial de Maracaibo
llego a Guanare, inmediatamente después de un receso de un mes, me
dirijo a Mérida con todos los peligros que esto involucraba, por cuanto
me decían que me iban a linchar allá cuando llegara a Mérida, que me
iban a matar, decidí ir a Mérida y me gradué el 12 de Febrero de 1963.
Me dirigí al Ministerio de Sanidad e inmediatamente me dan un trabajo
de médico rural para Anaco, en el Estado Anzoátegui. Allí trabajé hasta
Agosto, -no recuerdo bien, posiblemente hasta mediados de Agosto-,
cuando llega a mi casa, en Guanare, un telegrama urgente de Pompeyo
Márquez, donde me dice que me traslade inmediatamente -al término de
la distancia- a Caracas, que quiere hablar conmigo, llego a Guanare e
inmediatamente me dirijo a Caracas y justamente allí la gente del Partido,
la gente de la dirección armada del Partido, me emplaza que necesitan
urgentemente un médico para el Frente guerrillero “José Leonardo
Chirino” y yo me pongo a las órdenes, inmediatamente me dirijo a
Falcón, llego allí a la casa de unos excelentes camaradas, excelentes
amigos, entre los cuales, uno de ellos es Ramiro Leal y Pedro Leal, con
una madre, excelente que me atendió como a un hijo y unas hermanas
también muy simpáticas, muy buenas y también luchadoras sociales.
Estando allí en la casa de los Leal, por un soplo no se sabe de quien,
posiblemente algún vecino denunció que allí se estaba llevando a cabo
una reunión de guerrilleros y fuimos asaltados, la casa fue asaltada por la
policía estatal, allí entonces nos hicieron presos a Ramiro Leal y al
suscrito, fuimos llevados a la policía de Coro, donde tuve el honor de
conocer a Rafael Rossell, mi gran amigo, desde ese momento y para
siempre.

P.- Heberto, cuando sales de la policía de Coro, ¿subes inmediatamente


a la montaña?.

R.- El mismo día que salgo de la policía de Coro, me dirijo a Caracas y


me pongo en contacto con el Partido de Caracas, con un compañero el
cual me manda con el Comandante Leonardo, hoy fallecido; allá en su
casa tuve oportunidad de conocerlo a él y a su esposa Mónica Venegas y
a un excelente compañero, un gran camarada, que fue fusilado durante el
gobierno de Raúl Leoni, era el compañero Andrés Pasquier; al día
siguiente me trasladé a la Sierra de Coro, haciendo escala en Tocuyo de
la Costa, donde dormí en una camioneta, al día siguiente, fuimos hacia la
zona de la Sierra de San Luis, donde a la una de la mañana, nos recogió
un compañero guerrillero, hoy en día también muerto, murió mordido por
una serpiente venenosa. Después de seis horas de camino, río arriba o
quebrada arriba, a las 6 de la mañana, fuimos recibidos en el frente en ese
puesto de guerrilleros, por el Comandante de ese momento Julio César
Rodríguez, también sacrificado por los enemigos de la revolución y por
su compañera la segunda Comandante la “Negra Aurora”.

P.- Heberto comienza la vida en la guerrilla, oye quienes combatimos


bajo las órdenes de Manuit Camero, Baltazar Ojeda, Douglas Bravo y
toda esa pléyade de venezolanos extraordinarios soñadores, estamos
profundamente agradecidos por un médico, que entonces no tenía el pelo
blanco, que se llamaba “RODRIGO” que estuvo mucho tiempo en la
guerrilla. Cuéntanos tu adaptación a la guerrilla, porque adaptarse a la
guerrilla es duro, es cosa de mujeres muy valientes y de hombres también
muy decididos.

R.- Sí, pienso que es cuestión de tener una gran formación ideológica,
una gran formación ideológica que te lleve a los estratos más avanzados
de la lucha, que según decía nuestro querido Che Guevara, pues la fase
más avanzada, más sublime de la lucha pues, es la guerrilla pues, y la
adaptación fue al principio difícil y duro, especialmente, por el sitio, por
dormir a la intemperie, a lo cual uno no está acostumbrado, conocer
nueva gente y especialmente, el peligro constante que rodea al
guerrillero, las serpientes venenosas y el constante acecho del soldado,
pero la adaptación mía fue rápida, era un joven en aquellos momentos,
con un gran ideal de lucha y un gran ideal de triunfo de la revolución
venezolana, no me fue difícil la adaptación. Quiero, en estos momentos,
Rafael, nombrar a Baltazar, fue el gran jefe guerrillero, el gran
Comandante del Frente “José Leonardo Chirino” fue Baltazar Ojeda
Negretti, lamentablemente muerto, conocí también allí al también gran
Comandante, gran revolucionario, Elías Manuit Camero, también
sacrificado, también muerto hoy en día.

P.- Pero hay un hombre excepcional Rodrigo, llamado Miguel Noguera,


háblanos de ese hombre.
R.- Sí, Rafael, es un olvido involuntario, más que todo porque tengo el
gran defecto de no recordar los nombres propios de personas, de cosas,
etc., pero, Miguel Noguera, es un hombre realmente inolvidable para la
gente que estuvo en el Frente “José Leonardo Chirino”, era un hombre
llano, sincero, buen amigo, era un compañero con una gran preparación
sicológica para la lucha y una gran formación revolucionaria, un hombre
de gran tamaño, de gran corpulencia, pero así igual que su tamaño, era el
valor que demostró en la lucha y el corazón grande para las luchas
sociales y la lucha revolucionaria. Él murió en uno de los grandes
combates que tuvo la guerrilla del frente revolucionario “José Leonardo
Chirino”, posiblemente la causa de esto fue exceso de confianza, porque
realmente, en ese combate se tenía dominado al enemigo, con la mayoría
muertos y el resto había huido, entonces, quedaba allí una sola persona
que estaba atrincherada en un árbol pues, por la corpulencia de Miguel,
éste se para en ese momento a querer rematar y entonces, el hombre se
aprovecha y cega la vida de un gran revolucionario: Miguel Noguera.

P.- Para este trabajo le hice una entrevista al Negro Medina, a Onésimo
y Onésimo me dice: -¿Poeta adónde vas?-, le digo: -bueno tengo muchos
planes, pero ando buscando al Dr. Heberto Oráa-, llévale todos mis
saludos porque después de la operación que hicimos contra un puesto
avanzado del Ejército, donde me hieren en los brazos, Heberto Oráa,
chico me opera en plena Sierra. Oye, yo creo que Heberto Oráa era un
mago, porque mira como quedé, después de haber recibido tantos tiros.

R.- Rafael, esto que tú me dices me trae mi gran recuerdo del Negro
Onésimo Medina, ellos eran varios hermanos, pero realmente, el que
sobresalía por su bonomia, valor, su organización y su disciplina en el
frente, en la lucha era el Negro Medina, como se le decía, en efecto uno
en la guerrilla, con las pocas cosas que teníamos allí, pues, en aquel
momento hubo que hacer, como dice el llanero, de tripas corazón y
operar al Negro Medina, pues, con las pocas cosas que teníamos y gracias
a Dios y a la Virgen, la cuestión salió muy buena, este es un guerrillero
excelente, de gran personalidad y gran disciplina y que lamentablemente
pues, tengo muchos años sin verlo y a través de ti quiero que me le des un
saludo, un abrazo.
P.- Heberto, yo quiero que me hables de un guerrillero que murió picado
por una culebra, se llamaba Guadalupe Villasmil, primo hermano de
Ibrahim Villasmil, quien muere en combate por los lados de la Colonia
de Araurima, háblanos de Lupe, de Valentín primero porque Ibrahim era
Valentín Segundo.

R.- Este guerrillero del que me hablas Rafael, lo conocí justamente el


mismo día que me incorporé a la guerrilla con Julio César y la Negra
Aurora. En ese grupo guerrillero estaba también este guerrillero
Guadalupe, es un guerrillero falconiano, un hombre moreno de baja
estatura, si estoy hablando de Guadalupe Villasmil -Valentín- justamente,
el seudónimo es Valentín, él era un hombre de allí de La Sierra, de un
pueblo que estuvimos allí visitando cuando yo subía por segunda vez
para la guerrilla. El guía que nos llevaba, me llevó al pueblo y me dijo:
este es el poblado de un guerrillero que está arriba. Posteriormente lo
conocí, era Valentín, un hombre muy avispao, muy alegre, muy
extrovertido y de un gran valor como hombre, como guerrillero, tengo
una anécdota que siempre me recuerdo: el mismo día que yo subía a la
guerrilla, me vio en el maletín un frasco de agua de colonia que me había
regalado mi novia que tenía aquí en Guanare y yo no sé por qué la metí
en el maletín, porque se supone que un guerrillero no va a llegar al frente
guerrillero con agua de colonia; se me metió allí y Valentín en lo que me
vio el frasco de agua de colonia me dijo: -Dr. regáleme ese frasco de agua
de colonia y yo se lo regalé y cada vez que se bañaba, que a veces eran
varias veces al día, se empavonaba con agua de colonia y no era porque
el hombre no era valiente, ni era un gran soldado sino que a él le gustaba
el agua de colonia, esa es una anécdota muy interesante con él;
lamentablemente estando en el frente, en el mismo frente donde yo llegué
en el año 63, salimos a una acción, a un reconocimiento de territorio,
entonces él se metió al monte a hacer una necesidad y entonces una
Macaurel lo mordió y a pesar de todos los esfuerzos no teníamos allí
absolutamente nada, mandamos comisión para todas partes y logramos
obtener apenas tres frascos de suero antiofídico que se los puse y
aparentemente mejoró y debo decir, hoy en día, que no murió de la
mordedura de culebra prácticamente, sino que tuvo una gangrena
secundaria, es decir, no tuvimos en el momento de la mordedura de
culebra, la antitoxina tetánica que se acostumbra poner en estos casos y
con mala suerte, en aquella montaña, él adquirió una gangrena gaseosa y
de eso falleció Valentín.

P.- Rodrigo, nosotros no podemos hablar del “José Leonardo” sin


hablar de tres hombres, dos muertos y uno vivo. El primero es el Capi
Elías Manuit, el segundo Baltazar Ojeda y el tercero está vivo que es el
Teniente Tulio Martínez Delgado. Pero primero vamos a comenzar con
el Capi Elías Manuit Camero.

R.- Sí, yo me enteré Rafael, creo que te dije que me había enterado por ti
mismo, fue ayer o antier, que yo me enteré que el Capi, el querido Capi,
había muerto, no quiero preguntar, ni saber de qué murió en este
momento. Pero, cuando yo llegué a la guerrilla, ya el Capi estaba allí, en
otro campamento y tuve oportunidad de conocerlo con todos sus defectos
y todas sus cualidades, -más cualidades que los defectos-, era un hombre
de gran disciplina, de gran amistad, de mucho valor y esencialmente, era
un gran poeta. Era un gran poeta, inclusive, muchos periodistas de Chile,
etc., le hicieron allí entrevistas y sacaron sus notas de allí, fue un hombre
que creyó en la revolución, creyó en la guerrilla, creyó en el país y
desertó del Ejército, justamente para agregarse y contribuir al triunfo de
la guerrilla, hoy en día, pues, lamentamos y lloramos la muerte de Elías
Manuit Camero.

P.- Por la segunda persona por la que te voy a preguntar, porque era
casi un niño, yo por él siento un profundo respeto como táctico-militar;
creo que es el guerrillero más completo que existió en Venezuela llamado
Baltazar Ojeda Negretti. Háblanos de ese hombre.

R.- Tengo el mismo concepto tuyo, Rafael. Baltazar Ojeda Negretti,


-BON- como le decíamos allí en la guerrilla, BON, las iniciales de él, fue
realmente un hombre de gran disciplina y un hombre de gran valor, un
táctico y un estratega, yo puedo agregar más cosas sobre Baltazar, ¿no?
en el año 63, cuando estoy terminando mi carrera de medicina, en unas
cortas vacaciones que vine aquí a Guanare, me buscaron en mi casa para
que fuera a curar a un guerrillero, a una persona, en ese momento no me
dijeron si era un guerrillero, o si era un camarada del Partido;
simplemente me traslado allí, a un barrio de Guanare, creo que es el
barrio Colombia Norte y allí en una casucha, en una casa de palma me
entrevisto con una persona herida; en efecto, era un guerrillero querido.
Más tarde, cuando subo a la guerrilla de Falcón me encuentro con el
guerrillero que curé en Guanare en el año 63, por supuesto, que en aquel
entonces no sabía su nombre y era Baltazar Ojeda Negretti. Él había
ingresado a la guerrilla de El Charal y de Biscucuy, no como un
guerrillero propiamente dicho, sino como técnico de armas, él había
hecho un curso a nivel de Caracas, de técnico en armamento y
justamente, armando un fusil o una escopeta, se le había ido un tiro y le
había herido en el cuero cabelludo, afortunadamente la herida fue en el
cuero cabelludo y perdió un gran segmento del mismo. Yo lo traté, con
las medicinas y el cuidado que le puse, sanó rápidamente.
Posteriormente, como te dije antes, cuando llego a la Sierra de Falcón,
me consigo que el muchacho que había tratado allí era el hombre clave
del Frente y la mano derecha de Douglas. Baltazar era un hombre
carismático, con un ángel muy grande entre los guerrilleros y los
campesinos de la zona; era el hombre de los grandes combates, de las
grandes batallas que se dieron posteriormente en Falcón. Él fue
ascendiendo en las guerrillas, porque cuando llegó era muy joven, era un
zorro de la montaña, con un conocimiento extraordinario de la zona. En
el combate de El Paso, Baltazar es quien planifica la acción, fue una
operación exitosa; más tarde, por sus méritos, llegó a ser el jefe del “José
Leonardo” sólo por debajo de la jefatura de Douglas Bravo. Pero el
guerrero, el gran guerrero, el batallador, el táctico era Baltazar Ojeda
Negretti, a quien lamentablemente estamos llorando hoy en día, pero era
un guerrero, un gran guerrero, murió con las botas puestas.

P.- Otro ser humano extraordinario en la guerrilla de Falcón fue el


Teniente Tulio Martínez Delgado, quien es uno de los primeros oficiales
de las Fuerzas Armadas Nacionales que ingresa a la guerrilla. Es bueno
recordar Rodrigo, que en los años 60, un grupo de oficiales, entre
quienes recordamos al Capitán Elías Manuit Camero, Víctor Fleming
Mendoza, Octavio Acosta Bello y muchos otros ingresan al movimiento
guerrillero. Háblanos del Teniente Tulio Martínez Delgado.
R. - Sí, Tulio es un gran hombre y está vivo gracias a Dios. Yo conocí a
Tulio cuando éramos unos jovencitos entre los 15 y los 16 años y
estudiábamos juntos en el Liceo “Lisandro Alvarado”. Yo estudiaba en
Barquisimeto Tercer año y Tulio primero, porque él es más joven que yo;
posteriormente me consigo con Tulio en la guerrilla; un ser humano
extraordinario, un gran amigo, con un gran espíritu de sacrificio, con
grandes sueños; justamente había desertado del Ejército al igual que Elías
Manuit Camero, porque creían en una patria libre, porque creían en la
transformación social de la humanidad y por ello marcharon al sacrificio
y a las penurias, dejando la comodidad y un futuro brillante que tenía en
las Fuerzas Armadas. Tulio no era un oficial cualquiera, en esos días
había venido de unos cursos de antiguerrilla que los norteamericanos
dictaban en la zona del Canal de Panamá por cierto, lo envían a combatir
a los guerrilleros del “José Leonardo Chirino” en las montañas de Falcón,
entonces deserta y se incorpora a la guerrilla; lo hace de una manera
brillante, no solamente como todos los grupos de las guerrillas del Estado
Falcón y también se encargaba de las transmisiones de la emisora del
Frente.

P.- Rodrigo, ¿qué significó en tu vida, tu experiencia en la guerrilla?


¿Qué significó para ti esa experiencia de casi cuatro años como médico
del Frente guerrillero “José Leonardo Chirino”?

R.- Rafael, para una persona joven, como yo, ingresar a la guerrilla, ir a
la guerrilla era culminar un pensamiento, una idea, un desprendimiento
que se vino cuajando cuando apenas éramos unos adolescentes entre 15 y
16 años, aquí en Guanare y posteriormente en Barquisimeto, cuando
cursaba estudios en el “Lisandro Alvarado”. Mi ingreso a la guerrilla
significó para mi una especie de culminación de los deseos de
reivindicación de los pobres, de los campesinos y de los obreros,
justamente, ir a la guerrilla era bueno, llegar a cumplir con lo que tanto
habíamos anhelado, porque no te puedo negar, cuando decidimos ir a la
guerrilla, lo hicimos con la idea de que íbamos a ganar y ese
pensamiento, esa lucha que habíamos sostenido en la juventud, la íbamos
a culminar con el triunfo de la revolución venezolana, pensábamos tomar
el poder con los Frentes guerrilleros y la lucha en las ciudades, nosotros
soñábamos bajar triunfantes de la Sierra de Coro y tomar a Venezuela,
tomar a Falcón, tomar la tierra del Chema Saher, del Negro Pastor y
después seguir hasta Caracas, eso fue para mí una gran experiencia, eso
ha permanecido como una marca indeleble en mi pensamiento, de paso,
sigo siendo un revolucionario, sigo siendo un hombre de ideas socialistas,
de ideas para reivindicar al hombre pobre y a los explotados de
Venezuela y del mundo entero.

P.- Rodrigo, en el año 66 se produce la división del Partido Comunista,


es cuando expulsan a Douglas y a un grupo grande de militantes de esa
organización. Tú estás todavía en la guerrilla, en el campamento El
Barrial, ahí cerquita de Tucacas, habías cumplido tres años en la
guerrilla, compartiendo la vida de la guerrilla, tú fuiste uno de los
hombres que caminaste desde Iracara hasta el este de Falcón, hacia la
zona de Felipito-Las Lapas, donde se realizó la más importante
concentración guerrillera, durante la lucha armada en Venezuela, por
cierto, que para esa fecha desembarcan en las costas de Falcón el
Comandante Arnaldo Ochoa y Luben Petkoff en la famosa operación
“Simón Bolívar”. Te quiero preguntar por un hombre extraordinario, el
Teniente Nicolás Hurtado Barrios (Fernando), háblanos de ese hombre,
porque ese era un gran hombre.

R.- Rafael, al Teniente Hurtado lo conocí, yo diría que no imitando a los


chinos, sino que hay analogías que no se pueden soslayar, nosotros
tuvimos una gran marcha también, de los guerrilleros de la Sierra de
Coro, que es lo que tú acabas de nombrar pues, nosotros de la zona de la
Sierra de San Luis y de La Cruz de Tara Tara, donde teníamos nuestra
base, bien sea por las condiciones de alimentación y el acoso del ejército,
se habían hecho realmente graves y teniendo posibilidades para
desplazarnos hacia otras zonas, hicimos una gran marcha, que nos llevó
hacia la zona de Yaracuy, de Yumare, Felipito, Las Lapas, esa fue una
marcha realmente extenuadora, pero también gloriosa, porque nosotros
tuvimos muchos días y muchas noches caminando, descansábamos
solamente para comernos la ración de una lata de sardina para tres; pero
seguíamos marchando y llegamos a la zona y allí fue donde realmente
conocí al Teniente Nicolás Hurtado Barrios. Allí supe que era un hombre
excelente, gran amigo, un gran consejero, nos conversaba sobre todas las
cosas: sobre el agua, sobre la montaña y sobre la lucha de los pueblos en
América Latina, en Asia y en el Continente Negro-Africano. Él se
desplazó hacia otras zonas y yo perdí el contacto con él, recientemente,
me enteré que murió en combate aquí en la zona de Ospino, cuando
Douglas Bravo moviliza los guerrilleros del “José Leonardo Chirino”
desde la zona donde estábamos, entre Falcón y Yaracuy hasta Ospino y
luego, pasan El Charal de nuevo; sinceramente yo ya no tenía contacto
con la guerrilla; yo bajó a Caracas en el año 66, no estoy seguro si el
Teniente Hurtado muere el año 66 o el 67, pero de lo que sí estoy seguro,
es que muere aquí en Ospino, en la zona montañosa de Ospino, en un
combate, en una emboscada que le hace el Ejército a la guerrilla. Tengo
entendido que fue un militar que dio un gran vuelco, él era Teniente de la
Policía Militar, cuando el alzamiento del 7 de Septiembre, que encabezó
el Comandante Juan de Dios Moncada Vidal; Nicolás Hurtado da un
vuelco en su pensamiento, era un hombre muy apegado a las normas,
luego viaja a China y a Vietnam, donde enriquece su pensamiento
político y militar, a su regreso a Venezuela se incorpora al “José
Leonardo Chirino” y como ya te dije muere aquí cerca de Ospino.

P.- El año 66, el Partido Comunista ordena el repliegue y pone fin a la


lucha armada; desde entonces, han pasado muchas cosas en el mundo, se
han dado profundos cambios a nivel planetario, cayó el Muro de Berlín,
se desintegró la Unión Soviética, los chinos realizan una masacre en la
Plaza Tienamen. En Venezuela se han producido profundos
acontecimientos que han dejado marcada la sociedad venezolana
durante un largo período, me refiera al 27 y 28 de Febrero, cuando los
hambrientos de Venezuela se levantan y son reprimidos por nuestras
Fuerzas Armadas, quienes provocan un genocidio entre nuestro pueblo;
los jóvenes militares dirigidos por Hugo Chávez, Francisco Arias
Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos, Urdaneta Hernández y el Comandante
Ortiz se levantan el 4 de Febrero y son derrotados militarmente, pero su
gesto nos revela que en el seno de las Fuerzas Armadas existe una
corriente patriótica y nacionalista; el tercer acontecimiento es el de 27
de Noviembre del año 1993, que dejó a nuestra Fuerza Aérea sin lo más
brillante de su oficialidad. Por cierto, en un Foro donde uno de los
ponentes era el General Visconti, le dije: General, dele gracias a Dios
que las bombas que usted lanzó sobre Caracas no estallaron, porque
sino usted seria uno de los grandes genocidas de la historia. El General
me vio y no me dijo nada porque él es un hombre muy comedido. Qué
opinas de la Venezuela de hoy?

R.- Rafael, yo pienso que el 27 de Febrero fue un acontecimiento que se


fue preparando lentamente en base a tantas injusticias, a tanta miseria,
que estos gobiernos democráticos han llevado al país; podríamos
mencionar: el aumento de la gasolina y el aumento de los pasajes que
fueron la chispa que encendieron la hoguera ese 27 de Febrero, no es sino
una cuestión que llegó a su límite, es una cuestión que se venía
preparando, como digo, por la miseria a que habían conducido a nuestro
pueblo, por las injusticias que se habían cometido contra el pueblo
venezolano, que hace entonces explosión el 27 de Febrero; es un estallido
de furia del pueblo venezolano contra las injusticias, contra la miseria,
contra el abuso de los gobernantes y de los grupos empresariales en su
conjunto. Indudablemente, que esto no triunfó, porque era imposible que
el pueblo desarmado triunfara, contra el poder de fuego tan grande de
las Fuerzas Armadas. Vino la contraparte que fue el genocidio que hizo el
Ejército contra el pueblo venezolano; se habla de tres mil muertos y de
fosas comunes en La Peste y todavía se siguen buscando los cadáveres,
pero no hay nada oculto, ellos aparecerán. Luego viene el alzamiento de
Chávez, no es sino la contraparte, o la sed de justicia contra los
desafueros, vamos a decir, de estos regímenes democráticos posteriores a
la caída de Pérez Jiménez, posterior al 23 de Enero. El levantamiento de
Chávez y de los militares jóvenes, no es sino la reivindicación de la
justicia, porque yo considero que Hugo Chávez y los oficiales que se
alzaron con él son hombres que arriesgaron su prestigio, sus vidas y su
carrera con ese alzamiento. Considero que el levantamiento de Hugo
Chávez llevaba fines reivindicativos y de justicia para el pueblo
venezolano, pero lamentablemente, la situación no se desarrolló como se
pensaba; pero yo sigo creyendo que el movimiento de Chávez es un
movimiento justo, sin ser yo golpista y sin creer que el golpismo es el que
va a salvar al país. El movimiento de Chávez no era un golpe simple y
llanamente para apoderarse del poder, era un movimiento, yo diría,
reivindicativo de la justicia venezolana, es decir, que Chávez estaba
hablando por el pueblo venezolano. Lamentablemente, Chávez no tuvo el
apoyo que ha debido tener en ese momento y fracasó; ahora el
movimiento posterior no es sino una consecuencia del 4 de Febrero, yo
diría que es un movimiento en contraparte a los militares que masacraron
a la gente el 27 de Febrero; indudablemente, que estos alzamientos se
dieron contra la política de Pérez y de sus medidas económicas, que
condujeron al país al hambre y la miseria. Es decir, hambre para el
pueblo, pero, para las clases poderosas significó mayores ganancias. Esto
es lo que pienso en este momento.

P.- Heberto, qué piensas de las utopías y los sueños, porque sin las
utopías y los sueños no hay revolución.

R.- Yo pienso Rafael, que las utopías y los sueños son algo intrínseco de
la humanidad. Los humanos viven soñando con un mundo mejor, con un
mundo bueno y nosotros aquí en Venezuela: Rafael Rossell, Raúl
Chirino, El Gallinazo, la Negra Aurora, Douglas Bravo, el Negro Medina
y la gente que murió y toda la gente que luchamos en las guerrillas, yo
pienso que éramos unos soñadores. Y el Capi Manuit, Tulio Martínez, el
Teniente Nicolás Hurtado Barrios, Alfredito, el Treco, Magoya y Miguel
Noguera que eran y que son unos soñadores. Hoy seguimos con las
utopías y nuestro gran sueno no es más que ver reivindicado al pueblo
venezolano, nosotros tenemos que ver y seguir soñando, porque el pueblo
venezolano tendrá otra vida en el futuro, tendrá otro nivel de vida y la
gente dejará de morirse de hambre, dejará de morirse la gente porque no
hay medicina, dejará de morirse porque no tienen con qué comer, Rafael,
sí el sueño de nosotros, es que la revolución con la cual hemos soñado
toda la vida, tiene que darse en algún momento de la vida, aunque sea
con otras características, el pueblo venezolano seguirá luchando por sus
reivindicaciones y por su revolución y nosotros seguiremos con ese
sueño, Rafael.

P.- Bueno Heberto, yo creo que la ,memoria no se va a perder; la


mayoría de nosotros pasamos de los 50, pero la memora no se va a
perder porque quedara como la memoria de la resistencia indígena
contra los españoles como la insurrección de José Leonardo Chirino,
como la Guerra de Independencia de nuestros tatarabuelos, que se
fueron detrás de Bolívar; como la memoria de nuestros bisabuelos, que
se fueron detrás del General Ezequiel Zamora. Nosotros somos parte de
esa memoria que no se pierda. Te voy a dar las gracias Heberto, por este
reencuentro y por esta entrevista. Lo que quiero es tomarme un café y un
traguito contigo y darte las gracias a ti y a Guille tan solidarios, tan
hermanos.

R.- Rossell, quiero expresarte, que estoy realmente muy contento, en


primer lugar por haberte visto, después de tantos años, 30 años de
ausencia vamos a decir, quiero manifestarte que estoy muy contento de
colaborar contigo en esta obra que estas escribiendo, en esta obra del
rescate de la memoria del “José Leonardo Chirino”; en esta obra de
historia oral, como tú la llamas y si en algo colaboré contigo me siento
muy contento y muy alegre de haber ayudado a un amigo querido y a un
hermano.

P-. Heberto te traigo los recuerdos de mucha gente, de muchos de los


guerrilleros del Frente “José Leonardo Chirino”, te traigo los saludos
de El Gallinazo, del Negro Medina, de Carlos Portillo Pirela, del Gordo
Cuchú, de Alirio Chirino, de Aura Díaz Suárez, del Pichirilo, de
Francisco Perozo, de Juanita Villasmil, de Noel Sirit, de Nicolás
Jiménez, de Douglas Bravo, quien me dijo si ve usted a ese hombre,
Poeta, salúdelo y dígale que ahí van nuestros abrazos y nuestros sueños.

R.- Rafael, eso que me dices de ese abrazo y de esos saludos que me
manda ese grupo de hermanos queridos, me llena, de mucha alegría y
mucha satisfacción y te digo igualmente, que no hay un momento en la
vida que yo no me recuerde también de ellos, los recuerdo, como cuando
uno recuerda a los primero amigos de los bancos de la escuela, como
cuando uno recuerda al hermano lejos, o al hermano caído, ellos serán
siempre recordados y los tendremos siempre en nuestro corazón; mi
señora, Doña Guille, es testigo de que yo siempre estoy recordando y su
recuerdo será siempre imperecedero, esa es una marca, una huella, que
nos quedará siempre en el corazón. Dentro de ese grupo de hermanos que
me nombraste se te olvidó y yo sé porque ya me lo habías dicho antes,
que tú recuerdas mucho, es el hermano ya muerto que me acaba de decir
de Polito Acosta Blanco, mi gran amigo, un gran compañero, un gran
hombre, que puso su intelecto al servicio de la revolución. Él estuvo allí
con nosotros en la guerrilla y hoy me entristece saber por ti, que Polito
Acosta Blanco murió hace algún tiempo y te digo pues, que recordaré
para siempre, que toda la vida recordaré a ese grupo de gente que estuvo
conmigo en la guerrilla.

P.- Bueno, Heberto, o Rodrigo, o Dr. Heberto Oráa, hermano y


combatiente de los sueños, no me queda más que darte un abrazo.

R.- Gracias, Rafael.

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