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La Incertidumbre de Educar en el Futuro

Indiscutiblemente la educación es el principal instrumento de la formación del


individuo y la sociedad que día a día se enfrenta a nuevos retos, mismos que
exigen reflexionar sobre el futuro impredecible e incierto.

Actualmente se vive en un mundo donde las tareas de la escuela y de los


docentes se ven amenazadas por la influyente presencia de los flujos
comunicacionales; el reto es su apropiación, transformación y aplicación en el
proceso de enseñanza-aprendizaje.

Además el siglo XXI demanda a la educación y a los docentes, a adquirir ciertos


saberes, conocimientos y criterios que ayuden a afrontar la incertidumbre de
educar en el futuro; mediante fundamentos y bases sólidas que permitirán a los
estudiantes apropiarse de herramientas que faciliten su inserción tanto en el
mercado laboral, social y comunitario, así como seguir aprendiendo a lo largo de
su vida.

Por ello, en esta oportunidad se abordarán componentes esenciales que clarifican


el panorama de la educación en el futuro; entre los principales subtemas están: los
docentes en la incertidumbre de las redes, los siete saberes necesarios para la
educación del futuro según el autor Edgar Morin, los cuatro pilares de la educación
propuestos por Delors y la UNESCO, por último se hace una propuesta
pedagógica para enfrentar la educación del futuro. Se espera que el abordaje de
estos temas sea de gran beneficio para el lector y principalmente para los
docentes que ya están en ejercicio como también los que están en formación.

Los docentes en la incertidumbre de las redes.

El uso de las tecnologías de la información y comunicación TIC y en especial de


las redes sociales en la vida cotidiana ha desencadenado una revolución en la
transmisión y creación de conocimiento. La educación y principalmente el papel
del docente no está al margen del uso de las nuevas tecnologías y en específico
de las redes.
Sin embargo, existe cierta incertidumbre o inseguridad por parte del equipo
docente en el uso de las redes, esto se debe a que existe una brecha digital que
se ve muy marcada en la relación docente-estudiante.

Al respecto de la brecha digital Serrano y Martínez (2003) la definen como:

La separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países...) que
utilizan las tecnologías de la información y comunicación como una parte rutinaria
de su vida diaria y aquéllas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las
tengan no saben cómo utilizarlas. (p.8)

En la misma línea Palamidessi (2006) afirma que:

La vida de la mayor parte de los docentes en ejercicio ha transcurrido en un


entorno social y tecnológico radicalmente distinto al actual y su biografía escolar
no contiene escenas en las que las tecnologías digitales fueran un elemento
constitutivo de las experiencias de enseñanza y el aprendizaje. Como
contrapartida, los alumnos que asisten a las escuelas han nacido en un
mundo marcado por entornos mediados tecnológicamente y suelen haber
adquirido una serie de prácticas y saberes instrumentales que en muchos casos
los docentes no poseen. Los niños que asisten a las escuelas - sobre todo en las
zonas urbanas - suelen ser usuarios de estas tecnologías en su marco familiar.
(p.71)

En este sentido, los docentes en la actualidad enfrentan un gran desafío y reto no


solo del saber incorporar las TIC en su quehacer educativo, sino que también
apropiarse de ellas como herramientas educativas y sobre todo aplicarlas o
usarlas en sus actividades diarias.

En este caso lo ideal fuera que “los docentes y las TIC serían aliados de una
transformación profunda orientada hacia el desarrollo profesional docente”
(Palamidessi, 2006, p.79). Puesto que muchos docentes se muestran inseguros y
con incertidumbre al hablar de tecnología y muchas veces evaden el tema para no
mostrar su falta de conocimiento y no sentirse inferiores ante sus estudiantes.
Esto obedece a que la mayoría de estudiantes al ingresar a los establecimientos
educativos ya llevan consigo mismos ciertos referentes de la generación
tecnológica que les ha tocad vivir; mientras que muchos de los docentes aún
desconocen el uso de varias herramientas digitales los estudiantes se muestran
como expertos en dicha área. Sin embargo, los docentes deben comprender que
no es culpa de ellos y tampoco de sus estudiantes haber nacido en generaciones
diferentes y en lugar de estar en un duelo o preocuparse por perder su autoridad,
deben procurar actualizarse y sobre todo aprovechar los conocimientos de sus
estudiantes para enriquecer y juntos construir nuevos conocimientos con relación
al uso de las nuevas tecnologías digitales que serán de beneficio para ambos.

Es decir, se debe contar con “los deseos de cambiar, actualizarse y brindar una
formación adecuada a los alumnos se conjugan en la inclusión de TIC y de las
redes apoyadas en tecnología en las prácticas de la enseñanza” (Palamidessi,
2006, p.83). Con ello se puede evitar ver a las TIC como una amenaza a la
autonomía del papel docente y en lugar de adoptar el papel de víctimas de los
cambios tecnológicos, adoptar la actitud de ver a las redes como una oportunidad
de aprendizaje y que viene a facilitar en gran medida el trabajo docente.

Los siete saberes necesarios para la educación del futuro según Edgar
Morin.

Morin (1999) propone la necesidad de trabajar e implementar en todos los niveles


educativos siete saberes que él considera fundamentales en cualquier sociedad y
cultura. Es una invitación para los educadores a la reflexión sobre la educación, el
individuo y la sociedad que deben formar para el futuro inmediato. A continuación
se abordan de manera clara y concisa dichos saberes.

Las cegueras del conocimiento: El autor hace énfasis en que no se debe creer
ciegamente en las ideas aceptadas o antiguas, siempre se debe examinar la
naturaleza de las mismas, esto se debe a que ningún conocimiento es inalterable.
La educación actual, considerada como el medio más importante para la difusión
de los conocimientos, se ha olvidado enseñar que el conocimiento humano no es
perfecto, presenta dificultades y tendencias tanto al error como a la ilusión, por lo
cual se olvida de enseñar a reflexionar acerca de la naturaleza del conocimiento
así como el hecho de que el conocimiento no puede considerarse como una
herramienta exenta de defectos y lista para ser usada sin consecuencia alguna,
por lo cual es indispensable enseñar a las nuevas generaciones a no caer en el
error de creer que el conocimiento alcanzado es firme y mucho menos, a caer en
la ilusión de que el uso objetivo de la razón nos permitirá evitar cometer errores,
es decir, “la educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en
algún grado, amenazado por el error y por la ilusión” (Morin, 1999, p.5).

Por tanto, la educación tiene el compromiso obligatorio de formar a la humanidad


para criticar el conocimiento y el objetivo primordial de la educación del futuro
será, apropiar a cada uno de los docentes y estudiantes de la capacidad, para
detectar y subsanar los errores e ilusiones, partiendo de contexto social,
educativo, cultural, político, crítico y reflexivo; todo esto con el fin de evitar que sus
propios deseos y emociones, les pueda generar una ceguera frente a nuevos
conocimientos que tiene en su entorno cambiante.

Los principios de un conocimiento pertinente: En este saber se manifiesta que


cualquier conocimiento actual, tiene como contexto el mundo mismo, porque el
contexto, es lo que le da sentido a las cosas. Por ello el conocimiento pertinente,
trata de un conocimiento íntegro, que aborda todos los campos, sin necesidad de
dividirlo y menos hacer del saber una visión corta. Los aspectos que se destacan
son la necesidad de contextualizar el saber, ubicarlo en el aquí y el ahora.

Propone además una inteligencia general, en la que el desarrollo de las aptitudes


generales potencie la capacidad de tratar los problemas particulares y en la que se
supere la contradicción de la vía analítica para acceder al saber, que impide
abordar los problemas esenciales que se presentan como complejos e integrados
en múltiples aspectos.
Por ello, para la educación del futuro es imperante desarrollar la inteligencia
general, para lograr resolver los problemas educativos, desde un enfoque
globalizado, tomando en cuenta su complejidad, porque es la única manera de
poder conocer sus partes, y poder atacar a la inteligencia separada o
fragmentada, para que no se siga reflejando o parasitando en otros individuos.

Enseñar la condición humana: Para este saber, los seres humanos deben
conocer realmente quienes son, dónde están, de dónde vienen y hacia donde se
dirigen.

Morín (1999) establece que:

La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en
la condición humana, Estamos en la era planetaria; una aventura común se
apodera de los humanos donde quiera que estén. Estos deben reconocerse en su
humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a
todo cuanto es humano. (p.23)

Tomando en cuenta esos aspectos, en la educación del futuro es imprescindible


que el ser humano se conozca primero así mismo, autocriticarse, reconociendo los
errores y virtudes, para luego poder emitir juicios ante los demás. Por otro lado, la
educación del futuro deberá velar por que la idea de unidad de la especie humana
no borre la de diversidad humana, y que la de diversidad no borre la de la unidad
humana, esto se logrará consensuándonos de la condición común a todos los
humanos y de la muy rica y necesaria diversidad de los individuos, de los pueblos,
de las culturas como ciudadanos de un territorio común, el planeta tierra.

Enseñar la Identidad Terrenal: En este saber se destaca que hemos entrado en


la era planetaria, de las telecomunicaciones, de la información, de la Internet, de
las influencias de otras culturas sumergidas en la complejidad del mundo.

En ese sentido, la educación del futuro debe ser manifestada desde la unidad
planetaria, donde es necesario enseñar a vivir juntos, compartir, comunicarnos,
dejando atrás el pasado incierto; para que se pueda crear un sentido de
pertinencia, se acepte la diversidad humana y las distintas culturas del mundo, sin
perder la propia identidad; porque esto es la garantía de la diversidad y
complejidad humana.

Enfrentar las Incertidumbres: El autor es enfático al señalar que la incertidumbre


ha estado y está presente en la historia humana y por tanto lo que queda es
aprender a enfrentarla en lo real, en el conocimiento y en la acción.

Una nueva conciencia empieza a surgir: el hombre, enfrentado a las


incertidumbres por todos los lados, es arrastrado hacia una nueva aventura. Hay
que aprender a enfrentar la incertidumbre puesto que vivimos una época
cambiante donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado.
(Morin, 1999, p. 46)

Ante esto, solo nos queda confiar en la embarcación que se llama educación, que
nos salva de hundirnos en el océano de la incertidumbre.

Enseñar la Comprensión: Este saber hace énfasis en que no se debe reducir al


ser humano a una o varias de sus cualidades debido a que las mismas son
múltiples y complejas. En otras palabras, evitar colocarles una etiqueta a las
personas ya sea por sus defectos o virtudes.

Por ello, la tarea de la educación del futuro en todos los niveles educativos
necesita una reforma de las mentalidades, donde se haga énfasis en los procesos
de comprensión entre los seres humanos, que se enseñe a entender al otro, a
valorarlo, a comunicarse con él de manera cordial, tratando de desarrollar una
educación de comunicación tolerante y comprensiva.

Con esto se pretende evitar los obstáculos del egocentrismo, indiferencias y se


busca fomentar el respeto, la empatía y la tolerancia.

La ética del género humano: Este último saber necesario para la educación del
futuro, expresa que la ética de los seres humanos, no se debe basar en lecciones
de moral, sino que debe formarse en las mentes partiendo de la conciencia de
cada individuo, que es parte de una sociedad, especie y comunidad.
Por ello, Morin (1999) hace referencia a “una ética propiamente humana, es decir
una antropo-ética debe considerarse como una ética de los tres términos
individuo—sociedad—especie, de donde surge nuestra conciencia y nuestro
espíritu propiamente humano. Esa es la base para enseñar la ética venidera”
(p.59).

En este sentido, la educación debe contribuir en la toma de conciencia del cuidado


del planeta y la comunidad. Está conciencia se debe concebir en la voluntad de
producir verdaderos cambios en la manera de pensar y actuar. Hay que enseñar
hacer pensar a cada persona que es humano, un individuo, pero que forma parte
de una comunidad o sociedad y que en estos días llenos de complejidad debe
existir un verdadero compromiso con la solidaridad.

Los cuatro pilares de la educación.

La educación es una vía obligada para obtener determinados resultados, tales


como experiencia práctica, fines de carácter económico y la realización de la
persona.

Para conseguir los propósitos anteriores, Delors propone que la educación deberá
estructurarse en cuatro pilares, cada uno de ellos es bastante importante para
lograr favorecer las capacidades de creatividad en las personas, por medio de
experiencias.

También propone una visión renovada del aprendizaje, reafirmando y expandiendo


el concepto de aprendizaje durante toda la vida. Dicho concepto habría de ser una
de las llaves de acceso al siglo XXI porque va más allá de la distinción tradicional
entre educación básica y educación permanente, y responde al reto de un mundo
que cambia rápidamente. Los cuatro pilares relativos a la educación y a la vida
son los siguientes:

Aprender a conocer: Este pilar hace referencia no solo a la capacidad del ser
humano de adquirir conocimiento, sino que también a la capacidad de comprender
y asimilar lo que lo rodea, a poder pensar y ser capaz de determinar problemas y
buscar alternativas de solución.

Aprender a conocer incluye aprender a aprender, que es una habilidad de


aprendizaje que implica la ejercitación de la atención, la memoria y el
pensamiento. Esto permite a cada ser humano beneficiarse de las oportunidades
de educación que se presentan a lo largo de la vida. Puesto que “el proceso de
adquisición del conocimiento no concluye nunca y puede nutrirse de todo tipo de
experiencias” (Delors, 1996, p.99).

Aprender a conocer hace énfasis en la cultura general debido a que “en nuestros
días, una mente verdaderamente formada necesita una amplia cultura general y
tener la posibilidad de estudiar a fondo un pequeño número de materias” (Delors,
1996, p.97).

Esto permitirá al ser humano especializarse en una rama del saber humano, sin
descuidar o perder el interés por lo que sucede en otras ramas. Es decir,
promueve ampliar los conocimientos por medio de la indagación básica de otras
disciplinas y a no encerrarse únicamente en la especialidad o profesión.

El contexto educativo guatemalteco se basa en el Currículum Nacional Base,


mismo que contempla los contenidos declarativos enfocados en el “saber que”
vinculados directamente con el aprendizaje de hechos, datos y conceptos. En este
sentido, se puede decir que el pilar del conocimiento aprender a conocer tiene
cierta similitud con lo que postula en actual Currículum Nacional Base.

Aprender a hacer: Consiste en que al estudiante se le debe enseñar a poder


implementar sus conocimientos y a como poder adaptarse a los cambios de la
sociedad. A diferencia del aprender a conocer, el pilar del aprender enfatiza en el
poner en práctica las competencias profesionales adquiridas. Es decir, que se
refiere al modo de aplicar los conocimientos e influir en el entorno de una manera
eficaz. Pero, además de aprender a practicar una profesión u oficio, es necesario
que el ser humano desarrolle la capacidad de adaptarse a toda clase de
situaciones, que pueden ser a menudo inciertas, y a trabajar en equipo.
Por ello, como lo señala Delors (1996) “los aprendizajes deben, así pues,
evolucionar y ya no pueden considerarse mera transmisión de prácticas más o
menos rutinarias, aunque éstas conserven un valor formativo que no debemos
desestimar” (p.100).

En Guatemala, este pilar tiene coincidencia con el contenido procedimental del


Currículum Nacional Base que se énfasis en el “saber hacer” mismo que tiene que
ver con las habilidades y potenciales del estudiante. En otras palabras el pilar del
aprender a hacer consiste en relacionar la teoría y la práctica, pero de una manera
dinámica y no estática, puesto que la sociedad continuamente está sometida a
grandes cambios.

Aprender a vivir juntos: Este pilar se entiende como la necesidad de cultivar la


comprensión hacia los demás, su historia, sus tradiciones y su espiritualidad. Se
trata de poder enseñar la capacidad de convivir de manera pacífica, es decir,
generar una cultura de paz y no una cultura de violencia. Delors (1996) afirma que:

La educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad dela especie humana y
contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre
todos los seres humanos. Desde la primera infancia, la escuela debe, pues,
aprovechar todas las oportunidades que se presenten para esa doble enseñanza.
Algunas disciplinas se prestan particularmente a hacerlo, como la geografía
humana desde la enseñanza primaria y más tarde los idiomas y literaturas
extranjeros. (p.104)

En este sentido, el aprender a vivir juntos es uno de los pilares más importantes,
claro sin restarles importancia a los anteriores, debido a que para poder seguir
avanzando en la educación, se debe aprender a convivir con las demás personas,
entender que cada ser humano es totalmente diferente, tanto física como
mentalmente. Pero hay que aprender a aceptarlos, para así facilitar el proceso de
la educación. Aquí se pone a prueba la tolerancia y el respeto.

Ahora bien, en el contexto guatemalteco el pilar de aprender a vivir juntos como el


tiene un vínculo o similitud con lo que postula el Currículum Nacional Base en el
contenido actitudinal que se enfoca en el “saber ser” mismo que implica actitudes,
hábitos y valores del estudiante que le permitirán vivir en armonía con sus
semejantes.

Sin embargo, para que esto suceda se requiere de la cooperación de todos los
actores de la educación, es decir, el involucramiento de los profesores, directores,
estudiantes, padres de familia y la sociedad, debido a que por altos que sean los
esfuerzos sobre este tema en la escuela, el resultado no depende solo de esta,
porque el factor más es la educación que reciben en el hogar, porque por más que
en las escuelas inculquen buenos valores y principios, si la enseñanza de hogar
es contraria a esta, esos esfuerzos tendrán pocos resultados o en el caso más
extremo nulos.

Aprender a ser: Este pilar de la educación, es el resultado de los tres pilares


anteriores y hace hincapié en la plena realización del potencial humano. Es decir,
promueve un crecimiento integral del ser humano debido a que el siglo XXI exige
una mayor autonomía y capacidad de juicio junto con el fortalecimiento de la
responsabilidad personal en la realización del destino colectivo.

La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y


mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual,
espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular
gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento
autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos
qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida. ....................................
(Delors, 1996, p.106)

Este punto es muy importante, debido a que la educación debe ser el medio por el
cual se crean a individuos con pensamiento propio y ser capaces de ser críticos
con el medio que los rodea.

Propuesta pedagógica para enfrentar la educación del futuro.

Como propuesta pedagógica que coadyuva a enfrentar la educación del futuro se


postula que: Las autoridades del Ministerio de Educación y los docentes deben
estar en constante vanguardia con relación al manejo e implementación de las TIC
y esto se logra por medio de actualización docente pertinente al contexto local y
global. Pero no basta solo con enseñar el uso de las mismas, sino que se requiere
que exista inversión en infraestructura adecuada y, sobre todo la dotación y
mantenimiento del equipo tecnológico dentro de las escuelas.

Por otro lado, debe existir una correcta implementación del Currículum Nacional
Base, el equipo docente en su mayoría debe cambiar actitudes tradicionales y
adoptar actitudes acordes a las demandas actuales. Pues la educación del futuro
deberá estar centrada en la condición humana, estos deben reconocerse por su
humanidad y diferenciarse y comprender la diversidad cultural. Es decir,
enseñarles a los estudiantes que tiene potenciales y capacidades para resolver los
problemas que se les presentan en su vida y no enseñarles cómo deben resolver
los problemas, puesto que vivimos en un mundo que está en constante cambio y
los problemas del pasado, el presente y el futuro no han sido los mismos.

A manera de conclusiones se puede decir que:


a) Con la entrada de las Tecnologías de la Información y Comunicación a finales
del siglo pasado, han cambiado las formas de ser y de mirar todo, ya no son
como los conocíamos antes. Las escuelas tienen en sus manos las
herramientas necesarias para contribuir al progreso y llevar a cabo una
enseñanza integral y humanística. Pues la enseñanza tradicional, en la que,
sólo el docente tenía la razón, y el estudiante pasaba a segundo plano ha
quedado rezagado.

b) La educación forma parte vital de la sociedad en que vivimos como formadora


de los saberes en el individuo. Esta función hace que caiga sobre ella una
carga muy pesada que dificulte la enseñanza-aprendizaje. Por ello los saberes
que postula Edgar Morin verdaderamente son necesarios para educar en el
presente y futuro.
c) Los cuatro pilares de la educación, son muy importantes debido a que es sobre
los cuales el individuo basa sus acciones cognitivas a lo largo de su vida,
porque aprender a conocer, hacer, convivir y ser, implica aprender a aprender,
de manera que el individuo se identifique abiertamente con el entorno,
generalice los aprendizajes de manera reflexiva e integral.

En virtud de lo anterior se hacen las siguientes recomendaciones para afrontar la


incertidumbre de educar en el futro:

a) Procurar la implementación de las TIC en el quehacer educativo, pero no se


debe descuidar el lado humano pues sino se caría en el error personas
robotizadas, sin sensibilidad ni valores. y con un estereotipo de la educación,
pienso que hay más por hacer, transmitir valores.

b) Tener en cuenta los siete saberes y divulgarlo con el fin de que todos los
actores de la educación reflexionen sobre ellos e implementen estrategias para
llevarlos a la realidad y que no solo quede en papeles.

c) Preparar a los estudiantes para que puedan pensar por sí mismos, sean
capaces de tomar decisiones, que tengan un criterio propio. Sin embargo, para
que esto se logre es responsabilidad de: la sociedad, Estado, escuela y familia
contribuir en la formación de bases sólidas o pilares que sostendrán la
educación de las nuevas generaciones.

Referencias bibliográficas

Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. UNESCO. Madrid, ES.:


Santillana.

Morin., E. (1999). Los siete saberes necesarios para educar en el futuro.


UNESCO. Madrid, ES.: Santillana.
Palamidessi., M. (2006). La escuela en la sociedad de redes: Una introducción a
las tecnologías de la informática y la comunicación en la educación. Buenos
Aires, AR.: Fondo de Cultura Económica.

Serrano S., A. y Martínez M., E. (2003). La Brecha Digital: Mitos y Realidades.


México, DF.: UBAC.

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