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Chile, al ser un país minero el cual concentra la mayor cantidad de faenas en el norte,
debe tener en consideración las grandes sequías que afectan la zona y la negligencia que
se genera al ocupar los limitados recursos hídricos para la industria.
Uno de los mayores inconvenientes para llevar esto como una solución a considerar, es la
gran inversión económica en la construcción de tuberías, como también, en la energía
eléctrica, que será necesaria para la propulsión del agua a mineras que alcanzan hasta los
5000 msnm.
A pesar de todo esto, a partir del 2011, mineras como Escondida, Michilla, Mantos de la
Luna, entre otras, han optado por la inversión en este proceso, teniendo increíbles
resultados tantos económicos como sociales con las comunidades vecinas.
Objetivos :
Al hablar de aguas marítimas, se puede decir que la mayoría de estos proyectos si cuentan
con el permiso, ya que al ser un mecanismo nuevo, estos fueron realizados
posteriormente a la puesta en marcha de la Ley. Y si bien, no están regularizadas la
extracción de aguas marítimas por parte de las mineras, si lo están los emisarios
submarinos encargados de la extracción, por lo que la regulación en sí se cumple.
Figura 2 : Gráfico “Consumo de agua de mar según estado de los permisos ambientales en la minería del
cobre”
Como se puede observar en el gráfico, se espera que el 67% de los proyectos mineros
cumplan con la certificación de aprobación ambiental y el 33% de éstos no tengan los
permisos pertinentes. Dentro de este 33%, hay un 29% de estos proyectos que
ingresarían al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y el 4% faltantes no
presentarían su certificación.