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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS JURÍDICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA : DERECHO PENITENCIARIO

TEMA : LA LEGISLACION PENITENCIARIA NACIONAL


Y SUPRANACIONAL.

CICLO : IX

DOCENTE : NORA YUYES GARCIA

ALUMNOS : ALMESTAR ROA, VICTORIA DE LOS MILAGROS


ARANDA TERRONES, STHEFANY
LIVIA TORRES, CRISTIAN
ORTIZ AREVALO KELLY KARIN
PALACIOS AGURTO, CARLOS
SIAPO TORRES, KAREN THALIA
SANCHEZ NOLE, ROSA
YUCRA HUANCOLLO, JOHNNY IVAN

TUMBES – 2018
Perú
DEDICATORIA
Gracias a Dios y a nuestra familia por ser apoyo incondicional en el transcurso de nuestra
carrera.

Los Autores
INDICE
CAPÍTULO I
LA LEGISLACION PENITENCIARIA NACIONAL Y SUPRANACIONAL
1.1 LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

1.2. BASE NORMATIVA

a. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

B. CÓDIGO DE EJECUCIÓN PENAL Y LEYES PENITENCIARIAS.


C. REGLAMENTOS GENERALES Y ESPECIALES DE CARÁCTER
PENITENCIARIO.

1.3. POLÍTICAS RELACIONADAS

CAPÍTULO II

2.1. ENFOQUES DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

2.2. PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

2.3. EJES DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

CAP´TULO III

EL SISTEMA PENITENCIARIO VIGENTE Y EL INSTITUTO NACIONAL


PENITENCIARIO
3.1. LA PENA EN EL CÓDIGO PENAL
3.1.1.-CONCEPTO DE PENA
3.1.2. FINES DE LA PENA EN EL CÓDIGO PENAL
3.2. LA PENA Y SUS FINES EN LA LEGISLACIÓN PERUANA
3.3. HISTORIA DEL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO
3.4. EL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO (I N P E) COMO ENTIDAD
3.4.1. FUNCIONES GENERALES DEL INPE
3.4.2. MISIÓN
3.4.3. VISIÓN
3.5. ESTRUCTURA ORGÁNICA DEL INPE

I. ÓRGANO DE DIRECCIÓN
II. ÓRGANO DE CONTROL
III. ÓRGANOS DE ASESORAMIENTO Y NORMATIVIDAD TÉCNICA
IV. ÓRGANOS DE APOYO ADMINISTRATIVO
V. ÓRGANOS DE APOYO TÉCNICO
VI. ORGANOS DE EJECUCIÓN Y DESCONCENTRADOS

3.6. PROYECCIONES CONSTITUCIONAL E INTERNACIONAL


3.6.1.-RÉGIMEN CONSTITUCIONAL

3.6.2.-RÉGIMEN INTERNACIONAL

CAPÍTULO IV

LEGISLACION PENITENCIARIA SUPRANACIONAL

PROCADURIA PÚBLICA

4.1. PROCURADURÍA PÚBLICA ESPECIALIZADA SUPRANACIONAL

4.2. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DEL INTERNO EN EL SISTEMA


PENITENCIARIO PERUANO
4.2.1.- DERECHOS DIRECTAMENTE AFECTADOS.

CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
INTRODUCCION

La privación de libertad como sanción penal fue conocida en el Derecho Penal antiguo
hasta el siglo XVIII, la reacción penal estaba destinada fundamentalmente a las penas
capitales, corporales e infamantes; con esto no queremos negar que el encierro de los
delincuentes existió desde tiempos inmemoriales, pero éste no tenía carácter de pena,
sencillamente su fin era retener a los culpables de un delito en un determinado lugar,
mantenerlos seguros hasta que fueran juzgados para proceder a la ejecución de las penas
antes referidas.

En la Edad Antigua, las características de las prisiones tenían un punto en común, que se
les entendían como un lugar de custodia y tormento; en la Edad Media además de las
prisiones de la Edad Antigua, surgen dos clases de encierro, en las prisiones de Estado,
en las cuales se recluía a los enemigos del poder por haber traicionado a los adversarios
detentadores del poder. También existía la prisión Eclesiástica, que estaba destinada a
Sacerdotes y Religiosos, consistía en un encierro para éstos en el cual debían hacer
penitencias por sus pecados.

En el Siglo XIX surge la época del humanitarismo con John Howard y César Beccaria,
que enfocaban su atención hacia al hombre mismo y cuya máxima institución fue la
"Declaración de los Derechos del Hombre", con esto se inicia el pensamiento del
correccionalismo, cuya premisa es que existe una relación Estado-Delincuente, y que se
hace necesario reparar el daño causado por el delito reformando a quien lo produce.

Antes del Siglo XVIII no existía derecho de los penados a la readaptación, las penas del
pasado eran siempre personales, hacían caso omiso de la entidad del ser humano y sólo
proponían su destrucción o mutilación. De esta manera no puede existir el derecho del
individuo a la readaptación, porque ésta implica la individualidad biológica, psíquica y
cultural del sujeto, por lo que esto carece de validez cuando la única posibilidad es la
eliminación de la persona, tal posibilidad no permite la más mínima readaptación.

A través de la historia universal de los Derechos del hombre que comete un delito, éste
se encuentra ante un sistema penitenciario donde no se cumplen con los derechos de las
personas privadas de libertad, a pesar de los Derechos Humanos y los principios de las
escuelas penales.
CAPÍTULO I

LA LEGISLACION PENITENCIARIA NACIONAL Y SUPRANACIONAL

1.1 LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

La Política Nacional Penitenciaria establece y organiza la intervención del Estado en el


sistema penitenciario, en todos sus poderes, sectores y niveles; con el propósito de brindar
un tratamiento integral a toda la población a la cual se ha impuesto medidas y penas
oportunas y racionales, así como fomentar la resocialización eficaz de dicha población.
En este contexto, el enunciado de la Política Nacional Penitenciaria es:

 Racionalizar el ingreso y salida al sistema penitenciario, incrementar la cobertura


y calidad del tratamiento diferenciado de la población penitenciaria de régimen
cerrado y régimen abierto, así como promover la reinserción social de la población
que ha culminado la sanción recibida, a través de una visión sistémica e
intervención interinstitucional, multisectorial e intergubernamental en el sistema
penitenciario.

1.2. BASE NORMATIVA

A nivel nacional, se identifican las siguientes normas que otorgan las principales líneas a
seguir en la configuración de la presente Política Nacional:

a. Constitución Política del Perú.

b. Código Penal

c. Código de Ejecución Penal y Las Leyes Penitenciarias

d. Reglamento del Código de Ejecución Penal

e. Ley de la Carrera Especial Penitenciaria Ley N° 29079

f. Ley Orgánica del Poder Ejecutivo Ley N° 29158

g. Ley que crea el Consejo Nacional de Política Criminal Ley N° 29807


a. Constitución Política del Perú

Es la que fija los principios del ordenamiento jurídico, como norma suprema, a la que
deben ajustarse todas las demás fuentes legales.

Italo Luder decía refiriéndose a la Argentina, que el “artículo 18 de la Constitución


Nacional, establece que las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y
no para castigo de los detenidos en ella, y toda medida que a pretexto de precaución
conduzca a mortificarlos más allá de lo que ella exige, hará responsable al juez que la
autorice”.

Así mismo el artículo 252 de la Constitución Española fija determinados lineamientos


penitenciarios.

La actual Constitución peruana, en su artículo 233 señala “Son garantías de la


administración de justicia: El derecho de los reclusos y sentenciados a ocupar
establecimientos sanos y convenientes.

En su artículo 234 estipula: “El régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación,
rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad, de acuerdo con el Código de
Ejecución Penal”.

Del texto de la norma constitucional peruana, relativa al derecho penitenciario se


desprende que sigue una tendencia humanista y resocializadora, que orienta y guía la
normatividad penitenciaria.

b. Código de Ejecución Penal y Leyes Penitenciarias.

Son fuentes básicas, luego de las normas constitucionales, que nutren al Derecho
Penitenciario nacional.

Antes del año 1969, en el Perú la fuente legal penitenciaria principal era el Código Penal
de 1924, que en una serie de disposiciones contenía regulaciones concernientes a la
ejecución penal; otra ley de nivel similar que tenía algunas disposiciones penitenciarias
lo fue el Código de Procedimientos Penales.

Posteriormente el 6 de marzo de 1985 nuestra patria cuenta con su primer Código de


Ejecución Penal, dado por Decreto Legislativo Nº 330. Actualmente tenemos el Decreto
Legislativo Nº 654 dado el 31 de julio de 1991 que reglamenta el Nuevo Código de
Ejecución Penal

c. Reglamentos generales y especiales de carácter penitenciario.

Son normas emanadas del Poder Ejecutivo, conforme al artículo 211 de la Constitución
Política del Perú, que en el inciso 11 estipula: “Ejercer la potestad de reglamentar las
leyes sin transgredir ni desnaturalizarlas; y, dentro de tales límites, dictar decretos y
resoluciones”.

En el caso del Código de Ejecución Penal vigente, norma básica que regula los
lineamientos de la ejecución penal, se ha reglamentado mediante D. S. Nº 015-2003-JUS
el Reglamento del Código de Ejecución Penal el 9 de setiembre del 2003, que es otra de
las fuentes inmediatas del Derecho Penitenciario Nacional.

También están dentro de las fuentes de conocimiento del derecho Penitenciario, los
Reglamentos carcelarios particulares o especiales, que regulan en forma más específica y
concreta los aspectos más individualizados que supone el proceso de la ejecución penal,
sin transgredir el Reglamento general, ni el Código de Ejecución Penal ni los principios
constitucionales que orientan al sistema penitenciario peruano. De esta naturaleza similar
son las Resoluciones Supremas y Resoluciones Ministeriales sobre aspectos
penitenciarios.

1.3. POLÍTICAS RELACIONADAS

El carácter multisectorial y articulado de la Política Nacional Penitenciaria, además de


basarse en la coordinación permanente y estratégica, se realiza en la conexión de Política
y Planes diseñados por los sectores involucrados. En este sentido, para la elaboración de
la Política se han tomado en cuenta, entre otras, las siguientes herramientas de gobierno:

- Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018

- Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017 - Plan Nacional de Educación para


Todos 2005-2015

- Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe

- Plan Nacional de Personas Adultas Mayores 2013-2017 3.4.


CAPÍTULO II

2.1. ENFOQUES DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

Se trata de la perspectiva institucional que orienta y dinamiza el modelo de intervención


que caracteriza a la Política Nacional, y que impacta en su diseño, implementación,
monitoreo y evaluación en todas sus esferas y niveles de acción planificada.

a) Género.-

Este enfoque permite reconocer las diferencias y desigualdades de género, para garantizar
el reconocimiento, promoción, protección y exigibilidad de los derechos de las mujeres y
hombres en igualdad de condiciones. Consiste es integrar esta perspectiva desde el diseño,
implementación, monitoreo y evaluación de políticas y programas y en todas las esferas
y niveles de cualquier acción planificada del sistema penitenciario.

b) Intercultural.-

Este enfoque permite reconocer las diferencias culturales, sin discriminar ni excluir,
buscando generar una relación recíproca entre los distintos grupos étnico-culturales que
cohabitan en un determinado espacio, considerando sus particularidades socio-culturales
y respetando los derechos humanos. En el marco del sistema penitenciario esto implica
tomar en cuenta las costumbres y particularidades culturales y lingüísticas de los internos
pertenecientes a pueblos indígenas y/o población afroperuana en los servicios y
tratamiento penitenciarios.

c) Derechos humanos.-

El enfoque basado en los derechos humanos es un marco conceptual para el proceso de


desarrollo humano, basado en las normas internacionales, el cual está orientado a la
promoción y la protección de los derechos humanos. El resguardo de la conservación
personal, al respecto, se convierte en una directriz fundamental, materializándose en el
derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (Observación General N° 14 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas). En ese
sentido, la implementación de la política nacional penitenciaria tendrá como eje central
el respeto de la dignidad humana, al margen de la situación jurídica de los internos, y de
acuerdo a los estándares establecidos en el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos
d) Enfoque de persona.-

Con este enfoque se intenta promover los aspectos más dignificantes de la persona; entre
ellos, la creatividad, la trascendencia, el autoestima y la autonomía. De este modo, se
resalta un continuo empeño en el camino de la libertad y de la liberación de las fuerzas
del ser humano como motor de la actualización de sus potencialidades a partir de la
confianza y el respeto mutuo.

2.2. PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

Son axiomas fundamentales y fundantes que orientan de forma coherente las decisiones
que se adopten en el marco de la implementación de la política nacional penitenciaria.

a) Principio de comunicación.-

Todos los avances y logros obtenidos, como resultantes del proceso de implementación
de la Política Nacional Penitenciaria, así como aquellas decisiones que se adopten en
relación a dicho proceso; deben ser comunicadas en forma oportuna y estratégica a la
sociedad en su conjunto (instituciones públicas, medios de comunicación, gremios de la
sociedad civil, academia, etc.)

b) Principio de participación regional y local.-

Se debe considerar la puesta en marcha de esfuerzos transversales destinados a empoderar


a los gobiernos regionales y locales, a fin de fomentar el involucramiento de la comunidad
local; así como para garantizar la sostenibilidad de los proyectos y acciones que
establezca la Política Nacional Penitenciaria.

c) Principio de compromiso y colaboración interinstitucional e intergubernamental.-

Es necesario considerar una metodología de trabajo que asegure la participación de las


diversas entidades públicas que conforman la estructura del Estado, así como de aquellas
que pertenecen a los diferentes niveles de gobierno; en el diseño y validación de
estrategias nacionales, regionales y locales de la Política Nacional Penitenciaria.

d) Principio de participación de la sociedad civil.-

La sociedad civil (organismos, asociaciones, gremios, colectivos, iglesia, academia, etc.),


debe contar con los espacios suficientes y necesarios que garanticen su participación
activa en la gestión de la Política Nacional Penitenciaria.
e) Principio de atención de internos con necesidades especiales.-

La Política Nacional Penitenciaria, visibiliza y genera una línea de atención diferenciada


para aquellos grupos de personas que están inmersas en el sistema penitenciario, y que
tienen requerimientos especiales (inimputables, toxicómanos dependientes, extranjeros,
adultos mayores, discapacitados, etc.); con el propósito de fomentar condiciones y
tratamiento igualitario para todos.

f) Principio de gestión del conocimiento.- Todos los procesos desarrollados y logros


alcanzados en el marco la Política Nacional Penitenciaria, cuentan con una metodología
de gestión a fin de garantizar su aprendizaje, y procurar mejoras en forma continua.

2.3. EJES DE LA POLÍTICA NACIONAL PENITENCIARIA

La Política Nacional Penitenciaria considera los siguientes ejes:

a) Sistema de Justicia Penal.- Está enfocado en la racionalización del ingreso y salida de


ciudadanos al sistema penitenciario.

b) Tratamiento.- Corresponde a todas las actividades orientadas a la rehabilitación de la


población penitenciaria en régimen cerrado y abierto, enfatizando en la promoción de un
estilo de vida saludable, así como en la prevención, la recuperación y la rehabilitación de
los problemas de salud que presenta.

c) Resocialización.- Está orientado a facilitar la relación y vinculación de la población


penitenciaria con la sociedad.
CAPITULO III

EL SISTEMA PENITENCIARIO VIGENTE Y EL INSTITUTO NACIONAL


PENITENCIARIO
Nuestro vigente Sistema Penitenciario posee una estructura u organización autónoma, con
funciones que le permiten poder efectuar cambios efectivos en la realidad penitenciaria
existiendo un conjunto de normas legales que dan sustento y posibilidad en los momentos
actuales, para diseñar un sistema penitenciario coherente y avanzado en nuestro medio.

3.1. LA PENA EN EL CÓDIGO PENAL


3.1.1.- Concepto de pena
El concepto de pena se plantea, en principio, como un concepto formal. Pena es el mal
que impone el legislador por la comisión de un delito al culpable o culpables del mismo.
Con esta definición no se dice nada, sin embargo, sobre cuál es la naturaleza de ese mal
o por qué o para qué se impone. La respuesta a estas cuestiones es uno de los problemas
más discutidos de la Ciencia del Derecho penal y la polémica desborda incluso los límites
jurídicos, para convertirse en un tema de interés general para otras ciencias, Sociología y
Filosofía principalmente.

Si se quiere conseguir claridad en este asunto, debería distinguirse desde el principio tres
aspectos de la pena: La justificación, su sentido y su fin. Mientras que con respecto al
primer aspecto puede decirse que existe unanimidad, no ocurre lo mismo con respecto a
los otros dos.

La pena se justifica por su necesidad como medio de represión indispensable para


mantener las condiciones de vida fundamentales para la convivencia de personas en una
comunidad. Sin la pena la convivencia humana en la sociedad actual sería imposible. Su
justificación no es, por consiguiente, una cuestión religiosa ni filosófica, sino una amarga
necesidad.

3.1. 2. Fines de la Pena en el Código Penal

(ART. IX del título preeliminar)

a. Preventiva

b. Protectora
c. Resocializadora

3.2. LA PENA Y SUS FINES EN LA LEGISLACIÓN PERUANA

Los últimos procesos de reforma tienden, precisamente, a hacer de la pena un instrumento


de resocialización, sin abandonar su aspecto retributivo y preventivo general. En el
Código de Ejecución Penal, se dispone que la "ejecución de las penas y medidas
privativas de libertad tienen por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación
del penado a la sociedad" art. II del título preliminar.

En el plano práctico, conduce a un "derecho penal" en que las personas devienen en objeto
de manipulación en las manos de un Estado todopoderoso. Para evitar este grave peligro,
no basta, como lo creía Maúrtua, contar con un sistema penitenciario organizado con la
perfección necesaria. La experiencia de los últimos años en el mundo demuestra lo
contrario. De allí que en países como Suecia, donde se han realizado serios esfuerzos para
aplicar los métodos de tratamiento más avanzados, exista una fuerte corriente dirigida a
reforzar un sistema penal basado en el reconocimiento de la capacidad de culpabilidad y
de responsabilidad de las personas.

En el código penal peruano, se determinan los fines de la pena, que deben ser cumplirse
en diferentes esferas. La prevención será a cargo de Sistemas de Prevención del delito,
desde los jóvenes, medidas legislativas y una buena y determinante participación de la
Policía Nacional. En cuanto a la protección está a cargo del Poder Judicial y los Sistemas
jurisdiccionales al imponer pena a los infractores y delincuentes que pueden causar algún
daño a la sociedad, a parte de la función de "castigo" la pena servirán para proteger a la
sociedad de individuos con tendencias delictuosas. En cuanto a la resocialización, estará
a cargo del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), quienes mediante medidas que
ejecute en sus centros penitenciarios intentar conseguir la resocialización de los internos.

El Contexto Político de la Reforma. El artículo 139.22 de la Constitución Peruana de 1993


y el art. II del Título preliminar del Código de Ejecución Penal establecen que el fin de
las penas es la “reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad”.

La distancia entre este mandato constitucional y la actual configuración del ordenamiento


penitenciario y la realidad de las prisiones es sideral, por lo que urge emprender un
extenso movimiento de reforma que acomode el sistema penitenciario en su conjunto no
ya solo a la resocialización del penado, sino a que la pena privativa de libertad se ejecute
en condiciones compatibles con la dignidad de la persona y en el marco jurídico propio
del Estado de Derecho. Este último objetivo debe considerarse prioritario, en cuanto que
resulta una condición previa a toda política reeducadora.

Antes de analizar las principales carencias del ordenamiento y la realidad penitenciaria


conviene realizar una serie de consideraciones, bastante obvias por lo demás, tendientes
a subrayar los obstáculos políticos y sociales con los que puede encontrarse la reforma.
Incluso en países con alto grado de cultura constitucional y de respeto a los derechos
humanos la mejora de las prisiones y la humanización del régimen penitenciario suelen
encontrar un fuerte rechazo social, ya que se trata de realizar una política pública que
favorece precisamente a ciudadanos que han infringido las normas más básicas de
convivencia. El que la conducta delictiva se desencadene en muchos casos debido a
problemas sociales y económicos es algo que se suele olvidar en este momento, lo que
resulta por otra parte comprensible si se piensa que muchas de las víctimas pertenecen al
mismo estrato social del agresor. Siempre existirá por tanto una parte más o menos
importante de la sociedad que piense que los recursos públicos deben asignarse a otros
fines prioritarios. Este problema, con el que toda reforma debe contar, es de prever que
se agudice considerablemente en Perú.

3.3. HISTORIA DEL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO


Los antecedentes históricos del INPE relatan que por fin, el artículo 26 del Código Penal
de 1924, recoge la opinión de los entendidos en la materia al establecer la creación de la
Inspección General de Prisiones. Esta institución se encargaría a partir de esa fecha de la
dirección de todos los establecimientos carcelarios del país, siendo su primer director
(Inspector General) el doctor Augusto Llontop. Tres años después, el 12 de febrero de
1927, el Decreto Supremo Nº 70 crea la Escuela de Vigilancia, dando paso al
funcionamiento del Servicio de Identificación Dactiloscópica como órgano de la
Inspección General de Prisiones, y la publicación del Boletín de Criminología, revista
que dejó de circular el año 1992.

El 26 de marzo de 1928, el Dr. Bernardino León y León asume la dirección de la


Inspección General de Prisioneros. Se pone en marcha grandes reformas al sistema
penitenciario, como por ejemplo, el cambio de nombre por el de Dirección General de
Prisiones. El 14 de enero de 1929 se dicta el Reglamento de Clasificación de Conducta
de los Penados; y en febrero se da a conocer el Reglamento del Instituto de Criminología.

Los años subsiguientes evidenciaron un abandono del tema penitenciario, hasta que el 16
de agosto de 1937, mediante D.S. Nº 97 se dicta un nuevo reglamento de penitenciaría de
Lima. Siete años después, el 2 de junio de 1944, se abre la Escuela de Vigilantes que
funcionó hasta mediados de diciembre de 1945.

Los vaivenes del sistema penitenciario son de conocimiento del entonces presidente de la
República Luís Bustamante y Rivero, quien el 12 de marzo de 1946 ordena el
funcionamiento de la Escuela de Personal Auxiliar de los Establecimientos Penales y de
Tutela, institución que tuvo vigencia hasta diciembre de 1948. La administración
Bustamante reorganiza los servicios médicos en los establecimientos penales y de tutela,
elabora la ficha psico-física de reclusos y tutelados, crea el servicio social para esos
centros, e inicia las investigaciones de las condiciones antropológicas y sociales de la
penitenciaría, entre otras medidas. Pero, muchas de esas disposiciones quedaron truncas,
como consecuencia del golpe de estado.

En 1951 se crea la colonia penal agrícola El Sepa. Años después, el primer gobierno del
presidente Fernando Belaunde Terry construye el Centro Penitenciario de Lurigancho, en
Lima, e inicia la construcción del Centro Penitenciario de Ica (Cachiche) y la cárcel de
Quenqoro, en el Cusco. Por Resolución Suprema Nº 211 del 13 de mayo de 1965, se
establecen los estatutos para la creación del Centro de Capacitación Penitenciaria, que
funcionó hasta setiembre de 1968.

Luego, el gobierno del General Juan Velasco Alvarado, dicta dispositivos legales
referentes al derecho penitenciario peruano, y por Decreto Ley 17519 establece que la
Dirección General de Establecimientos Penales forme parte de la estructura del Ministerio
del Interior.

Durante ese mismo gobierno se crea el Centro de Formación y Capacitación Penitenciaria


(CEFOCAP), con la finalidad de formar agentes penitenciarios. Sería después el siguiente
gobierno militar, esta vez el de Francisco Morales Bermúdez que, de conformidad con lo
establecido en la Constitución de 1979, reapertura el Ministerio de Justicia, incluyendo
en su estructura a la Dirección General de Establecimientos Penales.
En el segundo gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry, a través de la Ley
Orgánica del Ministerio de Justicia, se incluye a la Dirección General de Establecimientos
Penales y Readaptación Social como uno de los órganos del sector Justicia.

El 06 de marzo de 1985, por Decreto Legislativo Nº 330 se promulga el Código de


Ejecución Penal, y por Decreto Supremo Nº 012 del 12 de junio del mismo año se aprueba
su reglamentación, dando origen así al INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO,
organismo público descentralizado, rector del Sistema Penitenciario Nacional integrante
del Sector Justicia.

3.4. EL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO (I N P E) COMO ENTIDAD


El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) es un Organismo Público Descentralizado del
Sector Justicia, rector del Sistema Penitenciario Nacional, con personería Jurídica de
derecho público y con autonomía económica, técnica, financiera y administrativa. Forma
pliego presupuestario y se rige por el Código de Ejecución Penal y su Reglamento.

3.4.1. FUNCIONES GENERALES DEL INPE


Son funciones generales del Instituto Nacional Penitenciario, las establecidas en el
Código de Ejecución Penal y su Reglamento:

a) Dictar las políticas y normas técnico - administrativas del INPE;


b) Proponer y otorgar los beneficios penitenciarios establecidos en el Artículo 42º
del Código de Ejecución Penal;
c) Ejecutar las acciones de Tratamiento Penitenciario;
d) Desarrollar las acciones de Asistencia Post Penitenciaria en coordinación con los
gobiernos regionales y municipales;
e) Desarrollar acciones de Tratamiento en el Medio Libre y Penas Limitativas de
Derecho;
f) Llevar el registro de antecedentes de los procesados y sentenciados a Penas
Privativas de Libertad y Limitativas de Derechos;
g) Celebrar contratos y convenios con personas naturales o jurídicas; entidades
públicas o privadas, nacionales o extranjeras;
h) Desarrollar y promover investigaciones sobre criminalidad, así como elaborar y
proponer políticas de prevención del delito y tratamiento penitenciario;
i) Planear, organizar, coordinar, ejecutar, controlar y evaluar la seguridad y servicios
especiales del INPE;
j) Administrar los recursos humanos, materiales, económicos y financieros;
k) Ejecutar el Proceso Presupuestal y el Sistema de Contabilidad Gubernamental;
l) Planear, coordinar, ejecutar y evaluar los programas de infraestructura
penitenciaria;
m) Adquirir a título oneroso o gratuito, bienes, muebles o inmuebles para el
mejoramiento del Sistema Penitenciario Nacional;
n) Constituir las personas jurídicas que sean necesarias de acuerdo a lo establecido
en la Ley del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del
Estado;
o) Celebrar Convenios de Cooperación Técnica a nivel nacional e internacional;
p) Las demás que establece el Código de Ejecución Penal y su Reglamento.

3.4.2. MISIÓN.

Contribuir a la administración de justicia cuidando y atendiendo a los procesados,


sentenciados y liberados; rehabilitando a los sentenciados para lograr su reinserción social
positiva.

3.4.3. VISIÓN.
Ser la Institución estatal que lidere la integración del esfuerzo de la sociedad y de sus
propios servidores para reeducar a los sentenciados, rehabilitar y reinsertar a los liberados;
a través de una organización humanista y científica, eficiente y eficaz, que motive la
convicción de adherencia y confianza de las personas atendidas en el proceso
resocializador".
3.5. ESTRUCTURA ORGÁNICA DEL INPE

I. ÓRGANO DE DIRECCIÓN

Consejo Nacional Penitenciario

Presidente. Presidencia

Vice Presidente. Vice Presidencia

II. ÓRGANO DE CONTROL

Oficina General de Auditoria

III. ÓRGANOS DE ASESORAMIENTO Y NORMATIVIDAD TÉCNICA

Oficina General de Planificación

Oficina General de Asesoría Jurídica

Oficina General de Tratamiento

Oficina General de Seguridad

IV. ÓRGANOS DE APOYO ADMINISTRATIVO


Secretaría General
Oficina General de Administración
Oficina General de Infraestructura

V. ÓRGANOS DE APOYO TÉCNICO


Oficina Ejecutiva de Informática
Oficina Ejecutiva de Registro Penitenciario

VI. ORGANOS DE EJECUCIÓN Y DESCONCENTRADOS


Centro Nacional de Estudios Criminológicos y Penitenciarios (CENECP)
Direcciones Regionales.
3.6. PROYECCIONES CONSTITUCIONAL E INTERNACIONAL
Quizás Ia verdadera medida deI interés, deI apremio, que una materia suscita, radica en
Ias proyecciones constitucionaIes e internacionaIes que consigue. A esto no es obstácuIo
que Ia constitución política y deI Derecho común internacionaI hayan poseído, hasta un
pasado aún cercano, determinadas Imitaciones de contenido, impuestas por una técnica
tradicional.

3.6.1.-RÉGIMEN CONSTITUCIONAL
EI tema penitenciario se Iiga fundamentaImente a Ios derechos deI hombre. EI régimen
penitenciario es entonces, ante todo, un pIanteamiento de Ios intereses deI individuo
frente a Ias urgencias de Ia defensa sociaI. Esto es, en suma, soIuciones a un confIicto.

En Ia idea de confIicto, siempre presente, quiérase o no, en Ia porción dogmática de Ias


constituciones. Hay coincidencia de propósitos: Ia resociaIización figura Ia cabeza de Ios
desiderata individuaIes y sociaIes. La pena, en suma, como medicina. Con todo, eI
mandato constitucionaI subsiste para asegurar esta iden tidad de fines y de procedimientos
por parte deI Estado, para impedir que Ia desviación eI tratamiento ceda frente aI castigo.
Esta es, de aIgún modo, también Ia expIicación de Ios dos órdenes de normas
penitenciarias captadas en Ias constituciones.

3.6.2.-RÉGIMEN INTERNACIONAL

Hay en eI Derecho InternacionaI un desarroIIo paraIeIo aI deI máximo Derecho interno;


aI internacionaI atrajo primeramente sóIo eI súbdito y únicamente después Ie importó eI
hombre: cuando Ios individuaIes enriquecieron, aI Iado de Ios estados, eI eIenco de Ios
sujetos deI Derecho internacionaI púbico.

AI iguaI que en eI ámbito constitucionaI, en eI internacionaI aparecen sobrepuestos dos


órdenes de normas, ambos estampados, empero, de una soIa vez; Ia sobreposición, es de
ideas penoIógicas y en eIIas se trasIuce una Iarga evoIución. AI precepto humanitario,
que proscribe una Iarga evoIución. AI precepto humanitario, que proscribe torturas y
penas y tratos crueIes, inhumanos o degradantes, se agrega eI propósito actuaI de Ia
prisión: “EI régimen penitenciario consistirá en un tratamiento cuya finaIidad esenciaI
será Ia reforma y Ia readaptación sociaI de Ios penados.” Además, sueIe haber normas
sobre cIasificación y trabajo.
Otras dos cuestiones convienen traer a cuentas. En Ia Conversión europea se acoge ya Ia
acción sobre eI estado peIigroso sin deIito, y en eI Pacto InternacionaI se indica: “nadie
será sometido sin su Iibre consentimiento a experimentos médicos o científicos”

Si sóIo ahora, en eI curso de dos décadas se ha creído Ia humanidad a punto para Ia


internacionaIización de Ios derecho humanos, muy Ientamente enunciados, no obstante
que Ia preocupación nacionaI por eIIos es centenario, ¿sería consecuente pensar que Io
está ya, también, para Ia internacionaIización de un conjunto de regIas detaIIadas sobre
ejecución penitenciaria? ¿Y qué hay de Ia jurisdicción internacionaI a propósito para eI
controI de Ia apIicación de Ias regIas?

Todas estas cuestiones permiten suponer que Ia internacionaIización por eI cauce deI
tratado es, todavía, un ideaI improbabIe. Más aún resuIta serIo si se toma en cuenta Ia
extendida desobediencia nacionaI a Ias RegIas. En eI foro de su reforma se pIanteó varias
veces, certeramente, otra recIamación: cumpIimiento. Por hoy, Ia tarea inmediata
continúa sien do Ia tensión internacionaI y de progresiva asunción interna de Ias RegIas.
SóIo en este sentido podrían taIes normas aspirara convertirse en Derecho internacionaI,
dentro de un pIazo razonabIe.
CAPÍTULO IV

LEGISLACION PENITENCIARIA SUPRANACIONAL

PROCADURIA PÚBLICA

Es la Procuraduría Pública encargada de ejercer la defensa jurídica del Estado en


instancias Supranacionales. El Procurador Público Especializado Supranacional adquiere
la denominación de Agente del Estado Peruano cuando es acreditado ante la Corte
Supranacional.

Participamos en los procesos sean o no jurisdiccionales, establecidos al amparo de los


Tratados Internacionales suscritos por el Perú, con el fin de resguardar los intereses del
Estado dentro del ámbito de sus obligaciones internacionales.

4.1. PROCURADURÍA PÚBLICA ESPECIALIZADA SUPRANACIONAL

1.- Premisas básicas para el análisis de la Defensa Jurídica del Estado Peruano a cargo de
la Procuraduría Pública Especializada Supranacional ante los órganos supranacionales de
protección de derechos humanos. Para una adecuada comprensión de las acciones que
realiza la Procuraduría Pública Especializada Supranacional (PPES) en materia de
defensa jurídica del Estado peruano ante instancias internacionales es importante tener en
cuenta diversas premisas básicas, las cuales se explican a continuación.

2.- El cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado peruano como materia
central de las controversias ante los órganos supranacionales de protección de derechos
humanos. Al ratificar tratados sobre derechos humanos, el Estado peruano asume diversas
obligaciones en torno a su respeto y garantía. Cuando una controversia llega a
conocimiento de los órganos internacionales de protección de derechos humanos, lo que
se evalúa es si el Estado ha cumplido con esas obligaciones. Por ello, los resultados de un
proceso ante los órganos supranacionales de protección de derechos humanos dependen
principalmente del grado de cumplimiento por parte del Estado de sus obligaciones
internacionales, a partir de lo cual la Procuraduría Pública Especializada Supranacional
define la estrategia de defensa. En ese sentido, tales resultados no dependen de un
funcionario o una entidad estatal en particular, sino de lo que el Estado en su conjunto
haya hecho o dejado de hacer en materia de protección de derechos humanos. En
consecuencia, el grado de cumplimiento de las obligaciones estatales en materia de
respeto y garantía de derechos humanos es lo que define la defensa del Estado ante
instancias supranacionales. Si el Estado cumple tales obligaciones, la defensa se fortalece.
Por el contrario, si no cumple con ellas, se debilita. Esta perspectiva también es válida
para el análisis de los resultados de una decisión de los órganos supranacionales, en donde
debe distinguirse el debate respecto a los aspectos procesales, los hechos del caso, los
derechos reconocidos en los tratados que se invocan como afectados, los actos calificados
como lesivos a los mismos y las reparaciones ordenadas. En un caso resuelto por tales
órganos no se obtiene un resultado favorable o desfavorable en su totalidad, siendo
relevante identificar qué fue lo que se planteó y qué fue lo que finalmente decidió el
órgano de protección, que no siempre acoge todas las pretensiones solicitadas. A ello debe
agregarse que en todo caso es posible identificar aquellas materias que resultan, desde la
perspectiva del Estado, el eje central de la controversia y de su defensa jurídica.

 Competencia y marco normativo de la PPES. La Procuraduría Pública


Especializada Supranacional es el órgano competente y especializado en materia
de defensa jurídica y representación procesal del Estado peruano ante las
instancias supranacionales de protección de derechos humanos, tanto del sistema
interamericano como del sistema universal. Creada a partir del Decreto
Legislativo Nº 1068, que regula el Sistema de Defensa Jurídica del Estado,
empezó sus actividades en enero del año 2009

4.2. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DEL INTERNO EN EL SISTEMA


PENITENCIARIO PERUANO
Dentro de un sistema democrático, Ia relación Estado – interno no se define como una
relación especiaI sino como una relación jurídica con derechos y deberes para cada una
de Ias partes, Ios cuaIes deben estar especificados sobre derecho humanos, así como en
Ias Ieyes y en Ios regIamentos que desarroIIan Ias mismas.

Siendo que esta reIación jurídica estado – interno garantiza Ia permanencia de un estado
democrático de derecho, resuIta necesario que este haga eso de su iuspuniendi - faciItad
otorgada por Ia sociedad soIo de manera excepcionaI e indispensabIe aI no existir otros
mecanismos que brinden una respuesta satisfactoria a Ios confIictos sociaIes más graves.

Por eIIo se estabIece que eI interno tiene derecho y obligaciones que deben observarse en
Ia fase de ejecución penaI, desde eI preciso momento en que Ia sentencia legitima Ia
ejecución de Ia pena privativa de Iibertad, hasta su finaIización.
La observación y garantía de estos derechos constituye Ia institucionaIización deI Estado
de Derecho en un sistema democrático, pues Ia faIta de reconocimiento y Ia afectación
arbitraria e indiscriminada de estos conIIevaría a Ia Iegitimación de un estado autoritario
y dictatoriaI donde eI respeto de Ios derechos fundamentaIes deI interno estaría dado por
eI concepto que tenga de eIIos eI gobernante de turno.
Derechos fundamentes de toda persona: La persona como consecuencia de una
determinada resoIución judiciaI que restrinja su Iibertad individuaI ambuIatoria, además
puede ver afectado otros derechos fundamentaIes que son compatibIes con eI objeto de
Ia detención o cumpIimiento de Ia condena y, por ende, cons ervar Ios demás derechos
fundamentaIes que Ie son inherentes a todo ser humano. En este orden de ideas podemos
estabIecer Ias siguientes categorías:

4.2.1.- DERECHOS DIRECTAMENTE AFECTADOS.


La constitución poIítica de 1993 en Ios incisos 11) y 24) deI articuIo 2º preserva eI
derecho de Ia persona a eIegir Iibremente su Iugar de residencia y a transitar Iibremente
por eI territorio nacionaI.

Sin embargo, como consecuencia de Ia pena privativa de Ia Iibertad estos derechos


fundamentaIes de rango constitucionaI resuItan directamente afectados en su ejercicio y
efectividad. Es decir, estos derechos constitucionaIes se ven Iegítimamente restringuido
por Io expresamente contenido en Ia resoIución judiciaI en virtud de Ia Iey.

Como señaIa eI TribunaI ConstitucionaI aI estabIecer que tratándose de personas privadas


IegaImente de su Iibertad Iocomotora, una obIigación de Ia que no pueden rehuir Ias
autoridades penitenciarias es Ia de prestar Ias debida s garantías para que no se afecte o
Iesione Ia vida, integridad física y Ios demás derechos constitucionaIes que no se Ies haya
restringido, eIIo supone que, dentro de márgenes sujetos aI principio de razonabilidad, no
soIo pueden sino que deben adaptarse aqueIIas medidas estrictamente necesarias con eI
objeto de preservarIas.
Por Io tanto, Ia persona que se encuentra privada de su Iibertad es un sujeto tituIar de
todos Ios derechos fundamentaIes amparados por Ia constitución e instrumentos
internacionaIes ratificados por eI Perú.

Derechos Indirectamente Afectados. - Así mismo, como consecuencia de Ia Iey y Ia


sentencia judiciaI se ven afectados indirectamente diversos derechos fundamentaIes de Ia
persona, entre Ios cuaIes tenemos: derecho a Ia famiIia, derecho de propiedad, derecho a
Ia propia imagen, derecho a Ia reunión y asociación, derecho aI trabajo y a Ia educación,
derecho aI sufragio, etc., donde eI ejercicio pIeno de Ios mismo es materiaImente
imposibIe por eI hecho de Ia permanencia deI interno en eI estabIecimiento penitenciario.

En efecto, en eI caso de Ia persona privada de Ia Iibertad, eI derecho a Ia famiIia –


consagrado en eI articuIo 4º de Ia Constitución considerada como un derecho sociaI y
económico – vaIe decir, a estar en contacto con Ios padres, esposos o conviviente, hijos
y otros famiIiares se ve indudabIemente Iimitado puesto que eI ejercicio de este derecho
estará sujeto a Ia periodicidad y horario de visita programado pro Ia Administración
Penitenciaria.
Por otro Iado, Ios derechos de trabajo y educación se encuentran supeditados a Ias
posibiIidades materiaIes y presupuestarias que dispone Ia Administración Penitenciaria.

Derechos excepcionalmente afectados. De iguaI manera, con Ia privación de Ia Iibertad


se ven afectados eventuaI y excepcionaImente aIgunos derecho fundamentaIes de Ia
persona, taIes como: eI derecho a Ia intimidad o privacidad y eI derecho aI secreto de Ias
comunicaciones ordenada y pacífica dentro deI estabIecimiento penitenciario, deber que
Ie viene impuesto a Ia Administración Penitenciaria.

EI TribunaI ConstitucionaI a señaIado que “en cuanto a Ia invasión de Ia privacidad de


Ios internos beneficiarios mediante Ia fiImación permanente de sus actividades rutinarias,
Ia diIigencia de inspección ha corroborado que, si bien existen cámaras fiImadoras en eI
recinto penaI, estos se haIIan apostados en Iugares estratégicos para controIar Ia
seguridad deI pena I y Ia propia seguridad de Ios internos, y no en Ios Iugares de
aIojamiento de Ios beneficiarios como se aIegaba.
Derechos Inalienables. Son Ios derechos que Ios internos – en caIidad de procesados
sentenciados- preservan aI ser inherentes a su status de persona con excepción, obvio es
de aqueIIos que se encuentran Iimitados o afectados por Ia Iey y Ia sentencia judiciaI
respectiva. Con esta categoría de derechos se incIuyen aqueIIos que forman parte deI
núcIeo duro de Ios derechos fundamentaIes de Ia persona recogidos y garantizados por
nuestra Constitución PoIítica y reconocidos en Ios tratados y pactos internacionaIes, sobre
derechos humanos ratificados por eI Perú, Ios cuaIes constituyen eI marco jurídico
fundamentaI de Ia ejecución penaI en concordancia con Io estipuIado en eI articuIo 3º deI
RegIamento Penitenciario, que contiene eI mandato generaI de respeto de Ios demás
derechos fundamentaIes de Ios internos, aI estabIecerse que: “ Ia ejecución de Ia pena se
cumpIirá respetando Ios derechos fundamentaIes de Ia persona consagrados en Ia
Constitución poIítica deI Perú, y en eI resto deI ordenamiento jurídico peruano. Los
derechos de Ios internos son Ios siguientes: derecho a Ia dignidad, derecho a Ia vida,
derecho a Ia iguaIdad, derecho a Ia integridad personaI, derecho a Ia saIud, etc
CONCLUSIONES

 La Política Nacional Penitenciaria establece y organiza la intervención del Estado en el


sistema penitenciario, en todos sus poderes, sectores y niveles; con el propósito de brindar
un tratamiento integral a toda la población a la cual se ha impuesto medidas y penas
oportunas y racionales, así como fomentar la resocialización eficaz de dicha población.
 La Constitución Política del Perú es la que fija los principios del ordenamiento jurídico,
como norma suprema, a la que deben ajustarse todas las demás fuentes legales.
 Los enfoques de la Política Nacional Penitenciaria se trata de la perspectiva institucional
que orienta y dinamiza el modelo de intervención que caracteriza a la Política Nacional, y
que impacta en su diseño, implementación, monitoreo y evaluación en todas sus esferas y
niveles de acción planificada.
 Los Principios de la Política Nacional Penitenciaria son axiomas fundamentales y
fundantes que orientan de forma coherente las decisiones que se adopten en el marco de la
implementación de la política nacional penitenciaria.
 Los Ejes de la Política Nacional Penitenciaria son: el Sistema de Justicia Penal, el
Tratamiento y la Resocialización.
 El Régimen Internacional hay en eI Derecho InternacionaI un desarroIIo paraIeIo aI deI
máximo Derecho interno; aI internacionaI atrajo primeramente sóIo eI súbdito y
únicamente después Ie importó eI hombre: cuando Ios individuaIes enriquecieron, aI Iado
de Ios Estados, eI eIenco de Ios sujetos deI Derecho internacionaI púbico.
 La Procuraduría Pública encargada de ejercer la defensa jurídica del Estado en instancias
Supranacionales. El Procurador Público Especializado Supranacional adquiere la
denominación de Agente del Estado Peruano cuando es acreditado ante la Corte
Supranacional.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 BERNARDO DE QUIROS, Constancio. “Lecciones de Derecho


Penitenciario”. 1953. México 293 Págs.

 BUENO AURUS, Francisco. “Estudios PenaIes y Penitenciarios”.


PubIicaciones deI Instituto de CriminoIogía de Ia Universidad CompIutense de
Madrid. España,1981

 GARCÍA VALDES, Carlos. “Derecho Penitenciario”. Primera edición.


Madrid. Ministerio de Justicia. 1989. 326 Págs.

 GARCÍA VALDES, Carlos. “Estudios de Derecho Penitenciario”. Tecnos,


1982. Madrid. 168 Págs.

 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. “La Prisión”. Fondo de Ia CuItura Económica.


Primera Edición .1975. México. 204 Págs.

 HUGO VIZCARDO, Wilfredo. “ManuaI de derecho penaI y penitenciario:


compendio teórico practico para una defensa IegaI eficaz”. Ediciones Jurídi
cas, 1997.Lima. 240 Págs.

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