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Violador en búsqueda de confianza o compensación

Se trata de un tipo de violador que tiene una percepción distorsionada de la


relación entre el agresor y el agredido. El agresor considera que su actuación hará
disfrutar a la víctima y acercará a la persona objeto de su deseo, pudiendo llegar a
establecer una relación romántica.

Características

1. No tienen por qué tener una personalidad extraña

La mayor parte de las personas no cometen violaciones. Esto puede hacer pensar que un
perfil típico de violador ha de ser la de alguien con enormes particularidades,
características que no tienen la mayoría de las personas y que hacen que en su día a día
sean personas solitarias y sin contacto normal con la sociedad. Si bien en algún caso
concreto esto puede llegar a ser cierto, en general esto no es verdad.

Una gran mayoría de violaciones son llevadas a cabo por sujetos con una
personalidad dentro de lo “normal” y que tienen amigos, familia y trabajo. De hecho
muchos de ellos son personas con pareja, con la cual generalmente mantienen relaciones
de forma convencional.

2. Poder, no sexo

Una de las características más comunes de la mayor parte de violadores es que el


objetivo real de su acción no es obtener gratificación sexual.

En su mayoría, las personas que cometen una violación sabiendo qué están haciendo
buscan y se ven atraídos por la idea de ejercer dominación, de hacer que otras
personas hagan algo en contra de su voluntad y obedeciendo al interés del agresor.
Dicho de otro modo, en una violación lo que se busca no es únicamente sexo, sino que
también y especialmente lo que se busca es el ejercicio del poder.

3. Tienden a buscar víctimas que consideran más débiles

Si bien se han dado casos en que la víctima es alguien físicamente más fuerte que el
agresor, por norma general los individuos que cometen agresiones sexuales buscan
víctimas que consideran físicamente más débiles que ellos o de las que conocen
puntos débiles a aprovechar.

En cualquiera de los dos casos, la elección de víctima está vinculada a la posibilidad de


ejercer el poder o bien sobre alguien a quien creen que pueden someter o bien sobre
alguien que consideran por encima y a quien quieren ver humillado/a y por debajo de sí
mismos.

4. Sentimientos de inferioridad y frustración vital


Otro de los elementos que comparten la mayoría de violadores es la presencia de un
elevado sentimiento de frustración e inferioridad que puede llegar a ser expresado
mediante explosiones de violencia.

Si bien no tienen por qué demostrarlo en la mayor parte de las facetas de su vida diaria e
incluso pueden llegar a actuar de forma prepotente, estos sentimientos de inferioridad
pueden provocar una reacción en forma de deseo de dominar al otro, un deseo que en
algunas personas puede desembocar en una agresión sexual.

5. Poca capacidad de empatía

Se produzca la agresión sexual por el motivo que sea, en general los violadores tienen
una capacidad de empatía muy limitada o inexistente. Así, el agresor sexual no puede,
no le importa o elige no pensar en qué supone la violación para la víctima, o bien
que llega a considerar que la satisfacción de su deseo de poder y sexo merece el
sufrimiento de la víctima. Esto es visible en muchos de los casos que indican que la
víctima en realidad sí quería mantener relaciones o que en fondo disfrutó de la
situación.

6. No anticipación a las consecuencias

Se ha observado que muchos violadores nunca pensaron en qué podría pasar


después de cometer el acto, si el caso sería investigado o si serían encontrados y
detenidos. Este refleja un cierto déficit a la hora de anticipar las consecuencias de sus
propios actos, sean éstas para sí mismos o para otros. Este factor no sería determinante
para las personas que lo que en realidad buscan son la consecuencia en sí del acto más
que el propio acto per se.

7. Posible historia de abusos o aprendizaje de una sexualidad coercitiva

Al igual que ocurre con la violencia de género muchas personas que en la actualidad
cometen delitos sexuales han sido a su vez abusados o maltratados en la infancia, o bien
han sido testigos de abusos hacia otros familiares significativos.

Esto provoca que a la larga puedan llegar a identificar la coerción como un modo
normal de proceder, y que aunque sepan que socialmente está mal visto puedan sentir
el impulso de acometer el acto.

8. Consideran que tienen derecho a cometer la agresión

En un gran número de casos los individuos que cometen violaciones consideran


que tenían derecho a forzar a la víctima, en ocasiones por razones culturas. Así las
agresiones sexuales son más frecuentes en personas y regiones en las que aún persiste
una cierta consideración de superioridad del hombre ante la mujer, o bien consideran
que sus necesidades están por encima de los demás.

9. No se trata de enfermos mentales


Si bien la imagen típica de violador es la de un psicópata o alguien que padece un
trastorno mental, considerar que los agresores sexuales son personas con un trastorno
mental sería falso y reduccionista.

Es posible encontrar que algunos trastornos de personalidad como el antisocial


pueden facilitar una actuación de este tipo y es cierto que se pueden hallar casos de
violaciones durante estados psicóticos, maníacos o realizados por personas con
discapacidad intelectual pero por norma general los agresores sexuales son capaces de
juzgar correctamente la situación y saben qué están haciendo.

10. En su mayoría son plenamente imputables

Una consecuencia del punto anterior. Dado que en su mayoría los sujetos que cometen
este tipo de actos tienen plena consciencia de que su actuación es dañina y está penada
por la sociedad, por lo general los violadores son judicialmente imputables.

11. Evaden responsabilidad

Una característica común en muchos de los casos en los que no se presenta psicopatía o
psicopatología es el intento de evadir su responsabilidad en el acto. Es frecuente
justificar la conducta por el uso de sustancias o pretender sufrir una psicopatología para
evadir el castigo. A nivel informa, más allá de los procesos judiciales, es habitual que
culpen a la víctima.

12. Culpabilizan a la víctima

Parte de los sujetos que cometen violaciones suelen indicar que la culpa de la
situación es de la propia víctima. Frases como “iba provocando”, “en el fondo quería”
y variantes de ellas son frecuentes en agresores sexuales que han sido detenidos,
evitando hacerse cargo de la situación y excusándose.

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