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Grocio y la Teoría del Contrato Social


Un Estudio Preliminar de las
Inéditas Theses LVI
por

Peter Borschberg
Universidad Nacional de Singapur

1. Grocio y el contrato social: el contexto de las Theses LVI


2. El manuscrito de las Theses LVI y otros escritos relevantes de Grocio
3. Unos pensamientos sobre las fuentes aducidas por Grocio
4. El método del análisis grociano en las Theses LVI
5. Los derechos del hombre y las organizaciones anteriores a la sociedad
6. La génesis de la sociedad pública y del estado
7. Derechos y obligaciones de los ciudadanos: enfoque en la soberanía
8. Derechos y obligaciones: derecho a la rebelión
9. Conclusión
2

1. Grocio y el Contrato social: el contexto de las Theses LVI

El presente artículo tiene por objeto hacer un examen preliminar de un


manuscrito, hasta la fecha desconocido e inédito, del gran humanista y abogado
internacional holandés Hugo Grocio.1 En dicho manuscrito, Grocio se ocupa,
esencialmente, de la formación de una sociedad civil basada en un arreglo
contractual, y a su vez, examina los derechos y las obligaciones que emanan de
ese pacto o contrato voluntario.
Vale la pena resaltar, que las Theses LVI son, en principio, verdadera-
mente únicas en el propio contexto de Grocio. Aunque en sus escritos políticos,
históricos y jurídicos deja entrever la existencia de algún arreglo contractual,
nunca profundiza ad hoc en el tema. Existe, cuando menos, un firme paralelismo
entre este manuscrito inédito y algunas de las secciones de su libro, de gran
trascendencia e influencia historia, De Jure Belli ac Pacis (Tres libros sobre la ley
de la guerra y de la paz), publicado por primera vez en latín en 1625.2 En el
transcurso del presente articulo se establecerán paralelismos adicionales con
otras obras político-jurídicas y teológicas de Grocio, incluyendo, de forma
significativa, la Inleidinghe tot de Hollandsche Rechtsgeleerdheid (Introducción a la

1
El presente artículo es el resultado de muchos años de trabajo realizado en varias
instituciones de investigación y estudios superiores, especialmente el Institut für
Europäische Geschichte en Mainz, Alemania. Afradesco sinceramente al Institut por su
apoy incondicional durante años. Una versión anterior de este artículo se presentó en el
Seminario para Graduados del Departamento de Política y Relaciones Internacionales,
Rutherford College, Universidad de Kent en Canterbury, en diciembre de 1998.
2
H. GROCIO: ... de iure belli ac pacis libri tres, in quibus ius naturae et gentium: item iuris publici
praecipua explicantur, París, 1625. Los paralelismos se encuentran principalmente en el
libro 2, capítulo 5, pero semejanzas adicionales de razonamiento, exposición y las fuentes
utilizadas pueden encontrarse en el libro 1, capítulos 3 y 4.
3

jurisprudencia de Holanda)3 y las Annotationes in Novum Testamentum (Anotacio-


nes al Nuevo Testamento).4
Si se pudiese comprobar la datación preliminar de manera, académica-
mente aceptable, entonces se podría considerar como precursor general de
dichas obras durante, al menos, quince o veinte anos, i.e., su génesis, por lo
tanto, pueden enmarcarse en la primera década del siglo XVII. Esto significa
que la composición de las Theses LVI se puede subsumir, con seguridad, dentro
del contexto de varios otros manuscritos incipientes de Grocio, incluyendo su
recién publicado Commentarius in Theses XI (Comentario de once tesis),5 o los
fragmentos De Pace (Sobre la paz)6 y De Societate Publica cum Infidelibus (Sobre la
sociedad publica con infieles).7

3
GROCIO, Inleiding tot de Hollandsche Rechts-geleertheyt — The Jurisprudence of Holland, editado
por R.W. Lee, primera edición (corregida), 2 vols., Oxford 1953.
4
Esta obra, que Grocio comenzó durante su encarcelamiento en Loevesteyn (1619-1622),
surgió de un comentario crítico sobre los cuatro Evangelios y llegó a ser un comentario
completo sobre el Nuevo y el Antiguo Testamento. El texto completo está publicado en:
GROCIO, Opera Omnia Theologica, una reproducción a facsímile de la edición impresa por
J. Blaeu, Amsterdam, 1679, Stuttgart-Cannstatt, 1974.
5
PETER BORSCHBERG, Hugo Grotius Commentarius in Theses XI. An Early Treatise on
Sovereignty, the Just War, and the Legitimacy of the Dutch Revolt, Bern: Peter Lang, 1994;
PETER BORSCHBERG: «Commentarius in Theses. Ein unveröffentlichtes Kurzwerk
von Hugo Grotius», Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte, Rom. Abt., vol. 109,
1992, pág. 450 y sigs.
6
Leiden, Biblioteca Universitaria, B.P.L. 922, fols. 302-307. PETER BORSCHBERG:
«De Pace», Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte, Rom. Abt., vol. 113, 1996, págs
268-292.
7
Leiden, Biblioteca Universitaria, B.P.L. 922, fols. 314-318. Para una consideración más
profunda de este fragmento, hasta la fecha inédito, cfr. PETER BORSCHBERG: «De
Societate Publica cum Infidelibus. Ein unveröffentlichtes Kurzwerk von Hugo Grotius,
Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte, Rom. Abt., vol. 115, págs. 355-393; PETER
BORSCHBERG: «De Societate Publica cum Infidelibus. Una obra juvenil de Hugo
Grocio», Revista de Estudios Políticos, nueva epóca, 83, 1994, págs. 113-36.
4

2. El manuscrito de las Theses LVI y otros escritos relevantes de


Grocio

El manuscrito inédito Theses LVI fue colegido en 1864 de entre los papeles que
poseía la familia Cornets-de Groot, descendientes del humanista del siglo XVII.
Posteriormente, esta pieza fue adquirida por la Universidad de Leiden en
subasta publica en la Haya.8 El manuscrito forma parte de un legajo de papeles
titulado Collectanea Autographa Hugonis Grotii (Colección de papeles autógrafos
derivados de Hugo Grotio) archivados actualmente como Ms. Cod. B.P.L. 922.
Las Theses LVI y las anotaciones a sus lecturas que relacionadas con ellas
abarcan desde el fol. 287-90 (recto y verso). La pieza esta escrita en dos folios
grandes, plegados de forma que presentan un tamaño de unos 315 x 200 mm.
La calidad del papel es excelente con una impronta peculiar, dos marcas de agua
que representan el Águila del Sacro Imperio Romano con la insignia de la
Ciudad de Basilea.9 Esta pieza es autógrafa, escrita en latín.
Cada hoja esta plegada, verticalmente, por la mitad, de manera que
permite una ayuda al estudio. Esta técnica fue utilizada por Grocio en varios
borradores, incluso en su De Societate Publica cum Infidelibus (Sobre la sociedad
publica con infieles).10 La columna derecha la utilizo para el texto, mientras que
la izquierda la uso para notas y referencias adicionales. Por las numerosas notas
adicionales en el margen del texto, por las referencias, y sobre todo por las dos

8
BORSCHBERG (1994), págs. 32-33.
9
Leiden, Biblioteca Universitaria, B.P.L. 922, fols. 288, 289. W.F. TSCHUDIN,
Monumenta Chartae Papyraceae Historiam Illustrantia, vol.VII, The Ancient Paper-Mills of Basle
and their Marks, Hilversum, 1958, lám. 169, núm. 267.
10
BORSCHBERG (1998), pág. 357.
5

calidades de tinta empleada, podemos deducir que el tratado fue escrito en más
de una sesión, por lo menos en dos.
La fortuna nos conduce al hallazgo de anotaciones compiladas por
Grocio, específicamente para la redacción y composición de este manuscrito.
Estas aparecen en los fols. 290 verso y 291 recto. Un análisis detallado de dichas
anotaciones revela claramente la consulta, por parte del autor, de obras claves
relacionadas con este tema. Con su usual premura, Grocio apunto referencias y
paginación que quizás no sean fáciles de descifrar, empero son sumamente
valiosas para el historiador y el teórico político hoy por hoy ya que conceden un
acceso poco común al pensamiento grociano. La sección que nos proponemos
comentar a continuación, explica, brevemente, algunas de las fuentes claves que
figuran en dichas anotaciones.

3. Unos pensamientos sobre las fuentes aducidas por Grocio

Como se ha indicado en el capitulo anterior, nos encontramos ante una


situación privilegiada con este tratado ya que Grocio indico en sus anotaciones
las lecturas realizadas y las obras, especialmente, compiladas para su ulterior
elaboración. Estas acotaciones nos permiten, no tan solo vislumbrar el método
de trabajo seguido por Grocio, sino que, a su vez, nos ayudan a evaluar la
intención y el significado de esta pieza inédita. A continuación, comentare las
referencias que aparecen tanto en las anotaciones a las Theses LVI como en el
corpus principal del texto latino.
Las fuentes aducidas por Grocio se enmarcan en dos categorías distintas:
aquellas esperadas y las de nueva adquisición. Cuando pensamos en la teoría del
6

contrato social, a finales del siglo XVI y principios del XVII, vienen a nuestra
mente las obras de los monarcomanos franceses, pero muy en particular el
folleto tan polémico a la vez que de gran influencia histórica, Vindiciae contra
tyrannos (Reivindicación de la libertad contra tiranos). Desconocemos,
verazmente, la identidad del autor de esta pieza, aunque se ha atribuido a
Philippe Languet, a François Hotman o a Johan Junius de Jonge.11 Cuando
Grocio alude a este folleto en las Theses LVI lo hace utilizando las abreviaturas
Vind. o en algunos casos, simplemente V. Esta abreviatura va seguida de un
número de página y de una breve reseña apuntando algún razonamiento o
selección que se puede encontrar en dicha pagina.
La paginación, las anotaciones, así como las referencias sirven como
referente para descubrir la edición que Grocio utilizo. Este referente nos lleva,
irremisiblemente, a destacar tres impresiones realizadas por dos diferentes
editoriales. La versión más antigua del texto fue impresa por Cornelius Sutorius
en el pueblo de Ursel (Ursella) en 1600.12 Una segunda versión del texto fue
impresa por Lázaro Zetzner en Francfort (del Main) en 1608,13 mientras que la

11
ETIENNE JUNIUS BRUTUS, Vindiciae contra Tyrannos: traduction française de 1581,
editado por A. Jouanna (et al. eds.), Ginebra: Librairie Droz, 1979, págs. ii-iii;
STEPHANUS JUNIUS BRUTUS, A Defence of Liberty against Tyrants. Translation of
the Vindiciae contra Tyrannos, editado por H.J. Laski, London, 1924; W. NIJENHUIS,
Adrianus Saravia, Leiden: E.J. Brill, 1980, pág. 245. ― Para la identidad del autor de esta
obra de pensamiento político tan históricamente influyente, cfr. Hugo GROCIO,
Commentarius in Theses XI (1994), págs. 78-79.
12
Vindiciae contra tyrannos: sive, de principis in populum populique in principem, legitima
Potestate / Stephano Jvnio Brvto Celta, auctore, Urselliis: apud Cornelium Surtorium,
[1600].
13
Vindiciae Contra Tyrannos: Sive, De Principis In Populum, Populique In Principem,
legitima Potestate / Stephano Iunio Bruto Celta, auctore, Francofurti Impensis Lazari
Zetzneri Bibliop. Arg. [1608].
7

tercera es una reimpresión de la edición de Zetzner de 1622.14 Estas tres


ediciones siguen un mismo formato, es decir, duodecimo a la vez que presentan
la misma división de páginas en el texto principal escrito en latín (un total de
281 páginas). Pero, quizás lo mas destacable de estas tres ediciones es la adición
de la obra De Jure Magistratum in Subditos, et officio Subditorum erga Magistratus de
Johan Baptist Fickler al Vindicae. Las ediciones mantienen una paginación
continua, ocupando la Vindicae las paginas 1-187 mientras que la obra de Fickler
se encuentra entre las páginas 191-281.15 Las referencias de Grocio a esta
edición van más allá de la página 187, con lo cual se deduce que incluyen
también el tratado de Fickler.
Tras este introito se impone inevitablemente una cuestión de base: Cuales
fueron las páginas y los pasajes que captaron la atención de Grocio? Un análisis
más minucioso de las referencias revela que se centran, principalmente, en los
derechos y privilegios de los ciudadanos, en los derechos de los monarcas o de
los príncipes sobre sus súbditos, pero, muy especialmente, en los problemas que
conlleva la definición de la tiranía y el derecho del pueblo, en general a
sublevarse contra su legítimo soberano. Sin duda, estos temas alcanzaron en
aquella época una importancia considerable, tanto para la historia como para la
legitimidad de la Republica Holandesa. Estos mismos temas preocuparon a
Grocio los cuales abordó en sus primeros escritos, incluyendo de forma
significativa su De Antiquitate Reipublicae Batavicae (Sobre la antigüedad de la

14
Vindiciae contra tyrannos: sive de principis in populum, populique in principem, legitima
Potestate, Francofurti: Zetzner, [1622].
15
Una versión adicional del texto que incluye la Vindiciae tanto como De Jure Magistratuum
de Fickler se publicó en Montisbeligardi (Mömpelgard) en 1580 (a la mejor 1599) y
juntos abarcan 326 páginas impresas.
8

Republica holandesa) y los Annales et Historiae de Rebus Belgicis (Anales e historias


de los acontecimientos en los Países Bajos).16
Al hilo de la cuestión de la resistencia política, en general, la Tesis 53 hace
referencia a la 15 Sesión del Concilio de Constanza.17 Es conocido, que esta
sesión se ocupo de condenar y censurar la cláusula infame utilizada para
justificar los asesinatos políticos, conocida comúnmente como Quaelibet
tyrannus.18 El fondo histórico de esta cláusula es de suma importancia para el
contexto del manuscrito grociano, y por esta razón merece especial atención.
Esta cláusula, sumamente controvertida, que se remonta a la época del
Concilio de Constanza, está inextricablemente vinculada con el asesinato del
Duque de Orleáns, hermano de Carlos VI de Francia, acaecido en 1407. Se
encargó al teólogo, Jean Petit (latinizado Parvus), que escribiera una apología
jurídica de dicho asesinato. Así lo hizo Petit, concediendo el derecho a todos los
súbditos a asesinar a todo aquel que fuese considerado «un tirano evidente o
manifiesto.» En 1416, el Rector de la Universidad de Paris, Jean Gerson, exigió
la supresión de las doctrinas políticas que legitimaban este tipo de asesinatos, es
decir de los «tiranos evidentes». Pero lo interesante en este contexto es que
Gerson no se preocupa tanto por el magnicidio de tiranos per se como por
recurrir a tales principios de doctrina política sirviendo como pretexto en apoyo
de cualquier operación a ultranza. La presión política ejercida por Gerson en el
Concilio de Constanza no produjo los resultados esperados. No se adopto una
condena clara e inequívoca sobre la doctrina del asesinato político que hubiera

16
GROCIO, Liber de Antiquitate Reipublicae Batavicae, ... Leiden: Raphelengius, 1610;
GROCIO, Annales et Historiae de Rebus Belgicis, Amsterdam: G. Blaeu, 1658.
17
Sacrosancta Concilia ad Regiam editionem Exacta, Venecia, 1731, vol. 16 (1414-1418), cols.
250-266: Articuli dogmatizati per Joannem Wiclef et Joannem Hus; condemnatio illius propositionis,
‘quilibet tyrannus’.
18
Ibidem, col. 262.
9

permitido su supresión mediante fuerza de ley. En cambio, el Concilio resolvió


el 6 de julio de 1415 – poco después de la condena del protorreformista Jan Hus
― que la cláusula quaelibet tyrannus de Jean Petit era simplemente herética.19 Este
hecho, la no condenación de la cláusula categóricamente, que podría haber
acabado, de facto, con la supresión legal de la doctrina del asesinato de tiranos,
colocó otra piedra fundamental sobre la cual las doctrinas políticas de la
Reforma Francesa y las Guerras de Religión habrían de erigirse. Grocio
reconoció, con claridad, los peligros políticos y constitucionales que implicaba
una doctrina sistemática de resistencia política formulada dentro de estos
parámetros. La resistencia política adquiere relevancia en varios de sus escritos
político-jurídicos mas importantes, incluyendo su De Jure Belli ac Pacis, que marcó
un hito, así como la obra anterior, Commentarius in Theses XI.20
Otra de las fuentes que encontramos entre las referencias de Grocio para
las Theses LVI es el Defensor Pacis (Defensor de la Paz) de Marsilio de Papua.
Grocio se refiere específicamente a dictio 1, capitulo 9.21 En esta obra, Marsilio
aboga preferentemente por una monarquía electoral. Apelando, expresamente, a
los escritos de Aristóteles, recomienda ésta como la mejor forma posible de
gobierno. En este contexto, en particular, Marsilio también establece el hecho
de que el estado descansa sobre los fundamentos de un pacto que emana de la

19
Para el debate sobre el tiranicidio en el Concilio de Constanza en general, cfr. B. BESS,
«Die Lehre vom Tyrannenmord auf dem Konstanzer Konzil», Zeitschrift für
Kirchengeschichte, 36 (1915): 1-61; R. FRIEDENTHAL, Ketzer und Rebell. Jan Hus und das
Jahrhundert der Revolutionskriege, Mónaco /Bav., 1972, págs. 333 y sigs.; PATRICIO
CARVAJAL, «Derecho de resistencia, derecho de revolución, desobediencia civil. Una
perspectiva histórica de interpretación. La formación del derecho publico y de la ciencia
política en la temprana edad moderna», Revista de Estudios Políticos, 76, (1992), págs. 72 y
sigs., especialmente nota 33.
20
DJB, 1.4; Commentarius in Theses (1994), págs. 136 y sigs.; 236 y sigs.
21
MARSILIO DE PADUA, Defensor Pacis, editado por Previté-Orton, Cambridge:
Cambridge University Press, 1928, 1.9, págs. 89 y sigs.
10

pars sanior o pars valentior (mayoría cualitativa) así como del libre albedrío del
hombre.22
Por ultimo, encontramos un par de referencias a las Relectiones XII o Doce
relecciones del teólogo español Francisco de Vitoria. Grocio, cita a este, con
frecuencia y marcada preferencia así como alude a otros miembros de la llamada
«Escuela de Salamanca.»23 Cuando Grocio se refiere a la obra de Vitoria lo hace
de forma abreviada Vict. seguida de un número de página. Los números de
páginas corresponden a la primera edición de las Relectiones, publicada en 1557.24
En la Tesis 22 encontramos una referencia a la pagina 193. Esta
corresponde a la Relectio de Potestate Civili de Vitoria o Relección sobre el poder civil.
Después de definir el gobierno secular, el teólogo salmantino llega a una
conclusión importante en la pág. 193, página que se ocupa de las calificaciones
del monarca y también de la forma más adecuada de establecer una constitución
para cualquier tipo de sociedad. En este contexto, Vitoria estipula que los
cristianos pueden establecer, a base de una mayoría de los votos, una monarquía
que se rija por una pars sanior (mayoría cualitativa). Sea cual fuere la decisión
establecida por la mayoría cualitativa esta debería ser considerada suficiente para
obligar a todos sus súbditos a obedecer el nuevo estado. Según Vitoria, el rey no
solo tiene poder sobre sus súbditos individuales, sino también sobre el estado
como un todo. Es contra el contenido de un segundo pasaje en el mismo

22
Ibidem., 1.12-13, págs. 48 y sigs., 1.15, págs. 66 y sigs., 1.17, págs. 89 y sigs.
23
Cfr. esp. ANTONIO TRUYOL Y SERRA: «Francisco de Vitoria y Hugo Grocio»,
Ciencia Tomista, 111, (1984), pág. 23; ROBERT FRUIN, «An Unpublished Work of
Grocio», Bibliotheca Visseriana, 5, (1925), págs. 61 y sigs.
24
Commentarius in Theses XI, (1994), págs. 48-49.
11

tratado donde se hace evidente la importancia que adquiere un mayor rigor de la


referencia de Grocio:25

«Así como el estado (o la mancomunidad) tiene poder sobre sus partes individuales,
este poder no puede ser ejercido por las masas porque no pueden aprobar leyes,
promulgar edictos, enjuiciar en el tribunal ni castigar a los que han transgredido la
ley. Por eso fue necesario confiar la administración del poder político en un grupo
pequeño de personas.»

Una segunda referencia a Vitoria subyace en la Tesis 37 como Vict. n. 8.26


En vista de las observaciones arriba mencionadas, se deduce que Grocio tenía
en mente el 8 de la De Potestate Civili de Vitoria. En este pasaje, el erudito
salmantino investiga sobre la cuestión de si «el poder de los reyes emana del
Derecho natural o del divino, o si lo recibe de la mancomunidad y de los
hombres.»27 Vitoria sostiene que aun sin hacer referencia a las Sagradas
Escrituras es evidente que una multitud de personas no estaría en condiciones
de administrar los asuntos de la mancomunidad de mutu propio. Por esta razón –
continua ― «es menester que se encomiende el gobierno y la administración de
ciertas materias a ciertos hombres que se responsabilicen de la mancomunidad y
cuiden del bienestar común», e inmediatamente agrega que «es relevante que
sean varios hombres, como en una oligarquía o un solo hombre, como en una

25
FRANCISCO DE VITORIA, «Relectiones Theologicae XII» (1557), «De Potestate
Civili», §14, pág. 193; FRANCISCO DE VITORIA, «Political Writings», editado por
Anthony Pagden y Jeremy Lawrence, Cambridge: Cambridge University Press, 1991,
págs. 95-6.
26
Theses LVI, fol. 288 verso.
27
VITORIA (1991), pág. 14.
12

monarquía.»28 Después de desestimar dos falacias relacionadas con la compati-


bilidad de la soberanía con el Derecho natural, con el Derecho divino y con lo
que Vitoria define como «libertad evangélica», el salmantino descarta la opinión
de los teólogos «católicos» no specificamente identificados que creen que el
poder real emana de Dios y arguye que «la mancomunidad no traspasa su poder
al soberano, sino simplemente su propia autoridad.»29 Por esta razón «no se trata
de una cuestión de dos poderes separados, el del soberano y el de la comuni-
dad», es decir, el pueblo como entidad. «Una comunidad civil esta integrada por
todos sus ciudadanos y así, la mancomunidad tiene el poder de administrar y
gobernarse a si misma así como a sus ciudadanos en paz y de obligar a los que
violen dicha paz y de contenerlos dentro de los limites del deber civil.»30
Además de Johann Baptist Fickler31 hay una fuente especifica que a priori
uno no espera encontrar entre las anotaciones y referencias directas de las Theses
LVI, a saber, la Trew Law of Free Monarchies (La vera ley de la monarquía libre)32
del rey Jaime I/VI. Por otro manuscrito grociano recién publicado, Commentarius
in Theses XI, sabemos que este tratado no era desconocido al autor ya que
incluso mandó preparar un resumen especial en latín para propio uso. Dicho
resumen se encuentra entre los papeles de la Collectanea autographa archivada en
Leiden.33 En la Tesis 38, Grocio se refiere a Cicerón y la Trew Law of Free

28
Ibidem.
29
Ibidem., pág. 16.
30
Ibidem., pág. 17.
31
Cfr. arriba, nota 15.
32
Este tratado está en: JAMES I/VI: The Political Works of James I, editado por C.B.
McIlwain, Cambridge (Mass.): Harvard University Press, 1918, págs. 53 y sigs.
33
Leiden, UB: B.P.L. 922, fols. 292-293; cfr. también: BORSCHBERG (1994), págs. 44-45,
56-57.
13

Monarchies.34 «Potestas prius in republica quod in rege» o «El poder político resta
primero en el estado antes de conferirse al monarca.»35 Al adentrarse en los
orígenes de la monarquía en Escocia, Jaime I/VI desestima la «falsa afirmación
de tales escritores sediciosos, que quisieran persuadirnos de que las leyes y el
estado de nuestro país fueron establecidas antes de la entronización de un rey
…»36 En este contexto claramente opone, «los reyes … en Escocia existían antes
que ningún estado o clase de hombres allí; antes de que se celebrara ningún
parlamento o se promulgare ninguna ley.» Esta posición, esencialmente, le
permite a Jaime proceder hacia una definición de lo que el llama «monarquía
libre» y establecer paralelismos entre un padre y sus hijos.37
Sobre esta base de las fuentes aducidas y consultadas por Grocio para la
ulterior composición de las Theses LVI se puede reconstruir los puntos
principales de interés y disputa que se plantean a lo largo del manuscrito inédito.
Conforman, por así decirlo, los parámetros básicos jurídicos, filosóficos y

34
Theses LVI, §38, fol. 289 recto.
35
Cfr. también Theses LVI, fol. 287 verso, §41.
36
JAMES I, The Trew Law of Free Monarchies (1918), pág. 62.
37
Ibidem, pág. 64: «Since I haue so clearly prooued then out of the fundamentall lawes and
practise of this country, what right & power a king that ouer his land and subiects, it is
easie to be vnderstood, what allegeance & obedience his leges owe vnto him; I meane
always of such free monarchies as our king is, and not of elective kings, and much less of
such sort of gouernors, as the dukes of Venice are, whose Aristocratick and limited
government, is nothing like to free Monarchies; although the malice of some writers hath
not beene ashamed to mis-know any difference to be betwixt them.» ― James compares
the king to a father, and clearly prefers that his authority is not challenged, and his
performance not judged by anyone but God. If not, the consequences are dire, as King
James highlights in the following section, ibid., pp. 65-6: «So as (to conclude this part) if
the children may vpon any pretext that can be imagined, lawfully rise vp against their
Father, cut him off, & choose any other whom they please in his roome; and if the body
for the weale of it, may for any infirmitie that can be in the head, strike if off, then I
cannot deny that the people may rebel, control, ad displace, or cut off their king at their
owne pleasure and vpon respects moouing them. …»
14

políticos de su exposición. En suma, basándonos en las fuentes consultadas por


Grocio, podemos argumentar que: primero, el estado es siempre, de alguna
manera, el producto del libre albedrío de la gente. Este punto es compartido en
cierta medida por los archidefensores del absolutismo real, inclusive Jaime I/VI,
y por supuesto por la literatura de las guerras de religión francesas, tales como
Stephanus Junios Brutus y su bien conocido adversario, el historiador
jurisconsulto, Jean Bodin.38 Segundo, el sistema que se elige impone diferentes
tipos de obligaciones a los súbditos o ciudadanos y a su vez determina los
diversos derechos de que disfrutan. Tercero, según Aristóteles y Marsilio de
Papua, quien sigue su ejemplo, en la monarquía subyace la mejor forma de
gobierno. Empero, para Grocio y algunas de sus fuentes, como Francisco de
Vitoria, hay otras formas viables, y la gente tiene la libertad de elegir la forma de
gobierno que mejor encaje con su destino.39 Cuarto, los monarcas u otros
oficiales del estado tienen la obligación de salvaguardar los intereses y de
promover el bienestar de sus súbditos. Quinto, los monarcas que abusan de su
poder y que son «tiranos evidentes», pueden ser repelidos e incluso destituidos
de su cargo, pero aquellos que hayan leído los pasajes más relevantes de De Jure
Belli ac Pacis de Grocio, o de hecho cualquiera de sus otras obras que versan
sobre el tema de la rebelión y la resistencia, pronto evidenciarán la poca

38
JEAN BODIN, The Six Bookes of a Commonweale. A Facsimile reprint of the English translation
of 1606 ... editado por K.D. McRae, Cambridge (Mass.): Harvard University Press, 1962.
39
Este punto es notablemente atacado por Robert Filmer en las primeras páginas de su
obra Patriarcha. Véase: ROBERT FILMER: Patriarcha and other Writings, editado por
Johann P. Sommerville, Cambridge: Cambridge University Press, 1991, pág. 2: «Since the
time that school divinity began to flourish, there hath been a common opinion
maintained as well by devines as by divers other learned men which affirms: ‘Mankind is
naturally endowed and born with freedom from all subjection, and at liberty to choose
what form of government it please, and that the power which any one man hath over
others was at the first by human right bestowed according to the discretion of the
multitude’».
15

relevancia o el poco entusiasmo que concede a este derecho. Esta actitud bien
pudiera representar la posición de un pensador y político con más experiencia y
madurez. Pero no se puede negar que la rebelión contra un soberano legitimo y
la destitución de tiranos eran cuestiones políticas discutidas acaloradamente,
estrechamente interrelacionadas con la legitimidad de la naciente República
Holandesa, y por supuesto con la causa del joven Grocio, carente de experiencia
política, quien durante los primeros años del siglo XVII se pronunció como uno
de sus mas fieles apologéticos.40
En las anotaciones a las Theses LVI en el verso del fol. 290 se encuentra el
nombre del escocés católico William Barclay en conjunción con la cuestión «An
princeps regnum transferre possit» i.e., «Si un príncipe puede transferir el poder
sobre su reino.» Grocio plantea una cuestión cuasi idéntica en De Jure Belli ac
Pacis41 y lo hace, refiriéndose explícitamente a la obra que escribió Barclay contra
los monarcomanos, De regno de regali potestate adversus Buchananum, Brutum,
Boucherium, et reliquos Monarchomachos libri sex o en castellano: «Seis libros sobre el
reino y el poder real dirigidos contra Buchanan, Brutus, Boucher y otros
monarcomanos.» Lo que debió pensar Grocio al apuntar esta referencia, sin
duda, puede reconstruirse en base a su exposición en De Jure Belli ac Pacis.
En esta obra escribe que «Barclay sostiene que si un rey enajena a su
reino o lo somete a otro, dicho reino ya no le pertenece.» Grocio rechaza esta
asunción de plano, argumentando que si un reino se confiere a base de
elecciones o por línea sucesoria, dicha transferencia debiera considerarse nula e
invalidada. En términos legales, el príncipe ocuparía el cargo como usu-
fructuario y así, la transferencia de tales derechos de usufructo a un tercero no

40
En este contexo las obras siguientes de Grocio son notables: Commentarius in Theses XI,
Annales et Historiae de Rebus Belgicis, and De Antiquitate Reipublicae Batavicae.
41
DJB, 1.4.10, pág. 118.
16

tendría ningún efecto sobre los convenios legales ya establecidos. Sin embargo,
dependiendo, precisamente, de esos convenios legales que determinan la natura-
leza del usufructo, este quizás no sea transferible a un tercero, de modo que
podría revertir al dueño, i.e., al pueblo. Aquí concluye Grocio:42

«Sin embargo, si un rey en realidad intenta enajenar a su reino o a someterlo, no


tengo la menor duda de que en este caso la resistencia es justificada. Porque el poder
soberano, como hemos dicho, es una cosa y la manera de mantenerlo es otra; y la
gente puede oponerse a un cambio en la manera de retener el poder soberano por la
razón que esta no esta contenida en el propio poder soberano.»

Además de los autores hasta ahora mencionados, el manuscrito y las


notas sobre sus lecturas para las Theses LVI contienen algunas referencias de
fuentes antiguas así como contemporáneas. Aparte de referencias varias a las
Sagradas Escrituras, se encuentran también referencias definitivas al filósofo
griego Aristóteles y al político romano Cicerón. Las obras de estos dos autores
pueden considerarse como piedras angulares para los teóricos políticos a
principios del siglo XVII.

4. El metodo del análisis en las Theses LVI

Antes de proceder a reconstruir la génesis de la sociedad política tal como se


presentan en las Theses LVI inéditas, será útil poner de relieve algunos aspectos
del método de discusión empleado por Grocio.

42
DJB, 1.4.10, pág. 118.
17

Se trata, las Theses LVI de un manuscrito en el que el humanista holandés


se ocupa de la génesis de la sociedad política explica el origen contractual del
poder soberano y político e investiga la relación mutua entre la magistratura y
los ciudadanos. Para lograr su objetivo, Grocio se concentra, básicamente, en
los problemas clásicos de la teoría política y la jurisprudencia, incluyendo la
obediencia de los ciudadanos y súbditos, tanto como las vías permisibles de
resistencia política activa.
A priori, podemos decir que este programa guarda cierto paralelismo con
el libro 2, capitulo 5, del De Jure Belli ac Pacis del mismo humanista.43 En este
capitulo, de gran influencia histórica, se vislumbra la manera en que los
derechos positivos y las obligaciones se establecen a base de arreglos
contractuales. Al deslizarse hacia niveles más altos de la organización política y
social, se indica que el individuo y sus intereses se reajustan en varias estructuras
sociales y políticas de la sociedad civil, estructuras, que por otra parte incluyen
de forma notable el matrimonio y hasta cierto punto la crianza de los hijos.
Paralelamente a éstas, Grocio considera los derechos de los ciudadanos y
súbditos del estado. Llegados a este punto, vale la pena subrayar que es
inmanente en el modo grociano de comentar y analizar el establecer
paralelismos entre el individuo por un lado y el estado por el otro. Esta manera,
típicamente grociana, subyace en sus propios fundamentos, ya que se basa,
principalmente en el Derecho Romano, considerando, de esta forma, que el
estado es una persona ficta, una «persona artificial» o una entidad corporativa,
específicamente dotada de derechos y obligaciones semejantes a los de un
individuo. Empero, a su vez, es implícito en su forma de comentar y razones,
empezar con ideas generales, que evolucionan hacia cuestiones más especificas

43
DJB, 2.5., págs. 175 y sigs.
18

en el transcurso de su análisis.44 Esta argucia permite a Grocio desenvolver lo


que el considera cuestiones peliagudas o complejas. El método, obviamente,
esta inspirado en la escuela ramista de disertación filosófica a la que se adherían
los publicistas políticos y jurídicos de fines del siglo XVI y principios del XVII.45
La Política Methodice Digesta de Juan Altusio (Johannes Althusius), publicada
primero en 1602, no solo exhibe características en su estructura y modo de
disertar, sino que también se ocupa de innumerables preocupaciones seme-
jantes, incluyendo la creación de la sociedad civil por contrato, o cuestiones
claves de obediencia, tiranicidio y resistencia política.46
En muchos aspectos, las Theses LVI tienden un puente intelectual y
metodológico entre dos obras claves de Grocio, De Jure Praedae y De Jure Belli ac
Pacis. Estas dos obras sin duda, representan la evolución de pensamiento del
humanista holandés.
El siguiente análisis de las Theses LVI reconstruye y examina diversas
cuestiones esenciales que se plantean en el manuscrito. Podría darse que el
orden de las tesis haya sido alterado como una estrategia para simplificar la
discusión y clarificar la selección de cuestiones esenciales que están en juego. La
primera sección empieza con los derechos y obligaciones otorgados al hombre
antes del establecimiento de la sociedad civil. En el contexto de las teorías del
contrato social, esto se conoce comúnmente como «el estado de la naturaleza».

44
BORSCHBERG (1998), pág. 367.
45
Sobre Grocio y la metodología ramista , cfr. PETER HAGGENMACHER: Grotius et la
doctrine de la guerre juste, Paris, 1986, pág. 70 y sigs.
46
JOHANNES ALTHUSIUS, Politica Methodice Digesta. Reprint of the Third Edition of 1614,
editado por Carl J. Friedrich, Cambridge (Mass.): Harvard University Press, 1932.
19

5. Los derechos del hombre y las organizaciones anteriores a la


sociedad.

Ya se ha comentado que las Theses LVI empiezan con la afirmación sobre el


voluntarismo divino, tras esta asunción, Grocio, explora una serie de cuestiones
relacionadas con la adquisición de derechos (naturales) sobre otras personas o
individuos. Las cuestiones planteadas y examinadas en este contexto son
bastante profundas, y hasta donde mi conocimiento alcanza, los otros teóricos
sociales las evitan de plano. Cabria la posibilidad que esta omisión sea un acto ad
hoc.
Grocio asume dos afirmaciones importantes en este contexto. La
primera, en la Tesis 2, sostiene que el individuo posee el derecho sobre sus
propias acciones y posesiones, y a su vez, tiene la capacidad de retener o
conservar tales acciones o posesiones, o de otro modo, apartarlas de si mismo.
La segunda Asunción sigue en la Tesis 6 y mantiene que el hombre, por
naturaleza, no posee ningún derecho sobre las acciones, del cuerpo? ni las
posesiones de otro individuo.47
Estas dos premisas representan las descripciones básicas de lo que los
teóricos del contrato social conocen como el estado natural?, condición
hipotética según la cual vivía el hombre antes del establecimiento de la sociedad
civil. En este contexto, vale la pena hacer hincapié en el hecho de que Grocio
no esta interesado, particularmente, en el desarrollo de una razón que justifique
la creación y la existencia de la propiedad privada. Indudablemente, como
abogado instruido, dio por sentado los pasajes relevantes en el libro 2, titulo 1

47
Grocio menciona el estado de la naturaleza en sus otras obras pero nunca lanza un
comentario sistemático sobre el tema más amplio. Cfr. DJB, 1.1.10.7, pág. 27; 1.3.1.1-2,
págs. 66-7; 3.9.18.1, pág. 571.
20

de las Instituciones Justiniano que se ocupan de las dimensiones de la posesión y de


la propiedad privada.48
La intención de Grocio es explicar las relaciones que mantienen los
individuos entre si en el contexto mas básico, es decir, en primer lugar expone la
propia limitación de la libertad natural del hombre por medio de la voluntad
divina, tal como se expresa en las Sagradas Escrituras y en las revelaciones. En
un estado natural, como el de Adán y Eva, el hombre no vive en un vacío ético,
sino que tienen obligaciones dictadas por principios que derivan de la justicia y
de la religión naturales; y la religión precede, de acuerdo con la tradición bíblica,
al establecimiento de la sociedad civil.49 Este punto es de suma trascendencia.
Por lo tanto, lo que se colige de la disertación de Grocio en las primeras
líneas de las Theses LVI es que los principios del bien y del mal, ya sean naturales
o se nos impongan por la revelación, deberían ser considerados como los
primeros nexos, aunque tenues, entre individuos. De estos principios primi-
genios emanan otros derechos. Un medico,50 tal como explica Grocio en otro
contexto, no tiene poder alguno sobre sus pacientes si nos ceñimos a una
acepción rigurosa de la palabra, pero sí posee cierto poder de persuasión basado
en su pericia en el campo de la medicina. El paciente individual puede aceptar u
optar por rechazar el consejo profesional del medico. En otras palabras, la
decisión es al fin y al cabo una cuestión de la propia conciencia del individuo.
En consecuencia, el poder limitado que ejerce el medico o el sabio sobre
nosotros está, en última instancia, basado en un acto de persuasión y

48
The Institutes of Justinian, editado por J.A.C. Thomas, Amsterdam-Oxford: North-Holland
Publishing Company, 1975, págs. 65 y sigs.
49
Con referencia a la historia bíblica, esta observación es válida no sólo con respecto a
Adán y Eva, sino también en cuanto al establecimiento del antiguo estado hebraico bajo
Moisés.
50
Cfr. Theses LVI, fol. 287 recto, §7.
21

consentimiento.51 Dicho de otra forma, el acto de consentir sienta las bases del
poder político y de las obligaciones y también es este acto de consentir el que
viene a prefigurar todos los niveles de las organizaciones anteriores a la
sociedad. La organización más fundamental basada en un «contrato voluntario»
en la sociedad de Grocio en sus Theses LVI es la institución del matrimonio.52
Quizás esta idea no parezca a priori un punto de inflexión, pero la
interpretación grociana es en realidad interesante e incluso asombrosa. Grocio –
sin anunciarlo expresamente- rompe con las convenciones establecidas de la
teoría política que estaban en boga a finales del siglo XVI y principios del XVII.
En este periodo, los principales teóricos políticos todavía utilizaban razona-
mientos que se pueden considerar típicamente aristotélicos para explicar las
fuerzas que condujeron a la formación de la sociedad política. Esto es cierto si
nos fijamos en el concepto de appetitus societatis, la propensión natural del
hombre a socializar y trabar amistad con otros. El matrimonio es una forma
particularmente especial de amistad, de la cual nace el esbozo más básico pero a
su vez más natural de una sociedad organizada, a saber, la familia.53 Aristóteles,
ya había planteado la tesis de que los primeros reyes eran patriarcas de familia, y
los teóricos políticos aristotélicos del Renacimiento fortalecieron este modelo
básico, valiéndose, para ello, de la historia bíblica. Llegados a este punto, vale la
pena citar dos obras notables en este contexto, De Republica Hebraeorum (Sobre la
mancomunidad de los hebreos) de Carolo Sigonio,54 y De Republica Ebraeorum

51
Cfr. Theses LVI, fol. 287 recto, §8; ibidem. fol. 290 verso, §56.
52
Ibidem, fol. 287 verso, §18.
53
ARISTÓTELES, Akademie Ausgabe, 1252 b 18-21.
54
Edición consultada: CAROLO SIGONIO (Sigonius): De Republica Hebraeorum,
Middelburg: Guilelmus Goeree, 1676.
22

(Sobre la mancomunidad de los hebreos) de Bonaventura Cornelius Bertram.55


Semejantes líneas de pensamiento son esbozadas en obras de pensamiento
político mejor conocidas, abarcando desde los partidarios más seculares de la
monarquía (absoluta), Jean Bodin56 y Robert Filmer,57 hasta el paladín de la
soberanía popular, Juan Altusio.58
Lo más sorprendente es que Grocio en sus Theses LVI no argumente de
acuerdo a estos parámetros axiomáticos. Trata a la gente, primero como
individuos independientes e iguales, y solo de forma secundaria como miembros
de familias i otras formas de asociaciones anteriores a la sociedad. De modo que
la unidad más básica de la sociedad política, en realidad, no es la familia, sino el
individuo libre.59 Es en este punto donde las ideas de Groce convergen con
aquellas expresadas por su homologo inglés, Hobbes.
La fuerza de la doctrina política de Hobbes radica, precisamente, en la
disrupción de la tradición aristotélica hasta entonces prevaleciente, poniéndola
de cabeza hacia abajo. Hobbes argumenta contra los aristotélicos afirmando que

55
Edición consultada: BONAVENTURA CORNELIUS BERTRAM: De Republica
Ebraeorum, Recensitus Commentarioque illustratus Opera, editado por Constantijn l’Empreur ab
Oppijck, Leiden: Jean Maire, 1641.
56
BODIN, Six Bookes (1962), Appendix B, The Principal Definitions and Distinctions,
«Republica est familiarum rerumque inter ipsas communium summa Potestate ac ratione
moderata multitudo.» ... «Diximus Rempublicam esse legitimam plurium familiarum et
earum rerum, quae illis communes sunt, cum summa potestate gubernationem.»
57
FILMER (1991), pág. 11.
58
Althusius habla en este contexto de una asociación consociatio propinquorum de los que han
estado muy unidos a nosotros. Cfr. ALTHUSIUS, Politica Methodice Digesta (1932),
capítulo 3, págs. 26 y sigs.
59
Cfr. DJB, 1.1.14.1, pág. 30: «Est autem Civitas coetus perfectus liberorum hominum,
iuris fruendi et communis utilitatis causa sociatus.» ― DJB, 2.6.4, pág. 201: «Nam qui in
civitatem coëunt, societatem quandam contrahunt perpetuam et immortalem. ...» —
DJB, 2.12.9.1, pág. 265: «… nam inter contrahentes propior quaedam est societas, quam
quae communis est hominum.»
23

de ninguna manera la inclinación natural del hombre es trabar amistades ni


buscar la compañía de otros. Al contrario, el individuo es solitario y brutal con
una propensión natural al enfrentamiento en vez de la amistad, es realmente la
clave para desentrañar los fundamentos de la sociedad política.60
Grocio – de forma muy ingeniosa ― evita los extremos de los primeros
aristotélicos modernos y de el homologo de estos, Thomas Hobbes. Como
jurisconsulto que era, Grocio escribe esencialmente sobre actos de consenso e
identifica las obligaciones especificas que emanan de tales pactos basados en el
consenso. Es claramente obvio que no le interesa, para nada, la base sobre la
cual las partes del acuerdo lograron tal resolución, i.e., si se conocieron
inicialmente como amigos o enemigos. Tal vez, sea esta la razón por la que
Grocio, en una carta a su hermano Willem de Groot en 1643, rechazara severa e
inequívocamente los axiomas políticos de Hobbes.61
Al interpretar los orígenes de la sociedad civil, Grocio, probablemente,
esta mas inclinado hacia la teoría de la sociedad política esgrimida por Altusio.
En la Politica Methodice Digesta, la sociedad civil es una red de contratos, todos de
naturaleza diferente y a su vez distintos en cuanto a los intereses que en última
instancia representan. Por esta razón, es posible hablar en el contexto de Altusio
de una «teoría de múltiples contratos sociales.» Para Altusio el incumplimiento

60
THOMAS HOBBES: Leviathan, editado por Richard Tuck, Cambridge: Cambridge
University Press, 1991, pág. 88.
61
Es evidente que Grocio había escudriñado un borrador de De Cive de Hobbes que
circulaba en París. No está claro en el contenido de dicha carta del 11 de abril de 1643 a
Willem si Grocio en verdad sabía quién era el autor de este manuscrito. Cfr. GROCIO:
Epistolæ Quotquot reperiri potuerunt, Pars Secunda, núm. 648, págs. 951-2: «Librum ‘de Cive’
vidi, placet quæ pro Regibus dicit. … Fundamenta tamen quibus suas sententias
superstruit, probare non possum. Putat inter homines omnes a natura esse bellum et alia
quædam habet nostris non congruentia. Nam et privati cujusque officium putat sequi
Religionem in patria sua probatam. ... Sunt et alia quaedam quae probare non possum.»
24

de un contrato cualquiera no llevaría necesariamente el desmembramiento del


orden civil y político ya que en caso de que se violara un contrato, los
ciudadanos podrían depender de otras formas de asociaciones voluntarias y
contractuales para representar sus intereses a nivel político, geográfico, social o
profesional (gremios, sindicatos).
En vista de estas consideraciones y otras relacionadas, Grocio explora en
las Theses LVI los derechos y obligaciones que emergen de diferentes relaciones
contractuales, incluyendo el matrimonio, su extensión a la familia o hasta el
empleo. Un tipo especial de relación que Grocio esgrime, tiene su origen en el
Derecho Divino y el Derecho natural y se enfoca en lo que podría llamarse el
Derecho teleológico a actuar en beneficio de otro.62
Un ejemplo claro es el derecho que ejercen los padres sobre las acciones,
la propiedad y las aspiraciones de sus hijos.63 Este derecho esta sancionado por
la Sagrada Escritura. Los padres poseen derechos naturales y divinos sobre sus
hijos, con tal que actúen de acuerdo con su propio beneficio y limiten su
autoridad al periodo de tiempo antes de que los hijos alcancen la madurez.64
Otro escenario indicado por Grocio es que los hijos permanecen bajo la

62
Theses LVI, fol. 287 recto, §10. El paralelismo en el nivel de la sociedad civil sigue en el
§23, fol. 287 verso.
63
Ibidem. Cfr. también Inleidinghe, 1.3.8, pág. 18; 1.6.1-4, págs. 32-34.
64
Cfr. DJB, 2.5.7, págs. 177-8, incl. la referencia de Grocio al núm. 30:2 y sigs. ― Más
comentario de Grocio a Exodo 20:12: «Honra a tu padre y a tu madre» en: «Opera
Omnia Theologica», vol. 1, págs. 47A-B: «Proximi Deo sunt parentes, et veluti in terris
dii quidam, quorum ministerio Deus usus est, ut nos in hoc pulcherrimum Templum
suum introduceret.» — Inleidinghe, 1.3.8, pág. 14: «... want het zelve [wet] leert ons, dat de
kinderen, als haer wezen naest God van haer ouders ontfanghen hebbende, de zelve haer
ouders daer over alle eer, danck ende onderdanigheid schuldig zijn.» ibidem 1.6.4, págs.
32-34: «De kinderen op en dezer wijzen van de vaderlicke hand zijnde ontslaghen ...
blijvende voorts altijd plichtig haere ouders gehoorzaemheid ende eerbiedinghe te
bewijzen volgens de aengebooren ende Goddelicke gegeven wet.»
25

autoridad de los padres si estos permanecen en el feudo patriarcal.65 Empero,


Grocio reconoce que los padres retienen ciertos derechos limitados sobre sus
hijos (pero estos se moderan con el tiempo)66 y en la misma medida los hijos
tienen la obligación de cuidar de ellos en el crepúsculo de su vida.67
Los comentarios sobre varios pasajes de las Theses LVI se concentran en
las obligaciones mutuas de los hijos para con sus padres. La perspicacia
desarrollada en este contexto sirve de acicate para examinar más adelante las
relaciones más complejas de los derechos y obligaciones de los ciudadanos en
una sociedad política.
Grocio eleva su consideración hasta el nivel de la sociedad consensual a
principios de la Tesis 13, después de esta afirmación: «la obligación de los hijos
es mayor que los derechos con los cuales están permanentemente investidos los

65
DJB, 2.5.7, pág. 177: «Sic jure quod Deus Hebraeis dedit, potestas patris in filium aut
filiam, ad dissolvenda vota non erat perpetua, sed durabat quamdiu liberi pars erant
domus paternae.» — GROCIO, Opera Omnia Theologica, vol. I, comentario en Num. 30:4:
«[Filia] quae est in domo patris sui. Idem in filio. Sed filia donec maritum haberet solebat
in patris manere domo: filius quamdiu patri placeret. Quae autem sic in domo erant
patris, cibo patris alebantur. Pleraque autem vota de cibo. Requiritur autem ut votum
valeat, justa etiam aetas voventis, quae est annorum xiii in mare, xii in femina.» — Cfr.
también GROCIO, Inleidinghe, 1.6.4, pp. 32-34: «De onbestorven kinderen werden
mondig door huwelick ofte handlichtinge, de welcke geschied of in rechte, of
stilzwijgende, te weten zo wanneer enig kind werd toe-gelaten op zich zelve te woonen
ende neeringe te doen.»
66
Theses LVI, fol. 287 verso, §12.
67
DJB, 2.5.6: «In tertio tempore filius in omnibus est αυτεζούριος, ‘suique iuris’, manente
tamen semper illo pietatis et observantiae debito, cujus causa perpetua est. Unde sequitur
regum actus irritos dici eo nomine non posse quod parentes habeant.»
26

padres.»68 Su intención, no es otra, que la de poner de manifiesto paralelismos


con las obligaciones de los ciudadanos para con los magistrados.69
Parece que Grocio se da cuenta de que su primer paralelismo es
defectuoso. Reconoce que los derechos de los padres sobre los hijos son de
naturaleza distinta de la de los derechos que emanan de un contrato basado en
un acto de consentimiento. La clave para abrir la red de obligaciones que deben
los ciudadanos al estado proviene de un acto de consentimiento, y al dar su
consentimiento los individuos constituyentes tienen que ser considerados
inicialmente como partes activas de igual posición, pero su estatus puede variar
y de hecho este cambia como consecuencia de concluir un contrato de base
social. Por esta misma razón, Grocio examina en las Tesis 18-20 la forma más
inveterada, más natural y más básica de un arreglo «contractual» a saber, el
matrimonio.70
En contraste con la consideración de paralelismos en el libro 2, capitulo 5
en De Jure Belli ac Pacis,71 obra ya mencionada, Grocio no explicita con detalles
significativos su tratamiento de los derechos y obligaciones del matrimonio en
las Theses LVI. Sin embargo, lo que si enfatiza es que el matrimonio debiera
comprenderse en términos de relación contractual. Tal comprensión del
matrimonio corresponde a la noción arraigada en el Derecho romano y a la vez,
esta idea es esgrimida en otra de las obras de Grocio, Inleidinghe.72 Sobre la base

68
Theses LVI, fol. 287 verso.
69
Una indicación de esto sederiva de las anotaciones de Grocio en el fol. 290 verso, donde
indica la cuestión siguiente: «An lex naturali eandem sit Potestas penes patres tam quae
penes magistratis.»
70
Ibidem, fol. 287 verso.
71
Cfr. arriba, nota 65.
72
Grocio recurre a una serie de términos en holandés que implican una relación
contractual; cfr. GROCIO Inleidinghe, 1.5.16-19, págs. 26-29.
27

de tal contrato nupcial surge la obligación mutua de los esposos. 73


Específicamente, con referencias a la Sagrada Escritura (Efesios 21:10) Grocio
recuerda que la esposa debe obediencia a su marido. Sin embargo, sus
argumentos son tan claros aquí como en otros escritos, especialmente en
Annotationes in Novum Testamentum, al manifestar que tal obediencia tiene que
mantenerse dentro de los confines del Derecho natural y de la revelación
divina.74 De tal manera que una mujer necesita obedecer a su marido solo hasta
el punto en que los actos que provienen de su obediencia no sean contrarios a la
razón natural y la revelación cristiana. En la misma medida Grocio establece en
la Tesis 20, haciendo referencia a Colosenses 3:18-19,75 que un marido puede
darle ordenes a su esposa solamente si tiene en mente su bienestar y si sus
ordenes siguen la línea de los principios de la Voluntad Divina y la equidad
natural.76

6. La génesis de la sociedad publica y el estado

En la Tesis 21, Grocio concluye su consideración de los derechos y obligaciones


a nivel individual y subsiguientemente eleva sus deliberaciones al nivel de la

73
Theses LVI, fol. 287 verso, §18.
74
Cfr. GROCIO, Opera Omnia Theologica, vol. 1, S. 5A-B (contienen references adicionales
al Nuevo Testamento); ibidem, vol. 2, pág. 902A: «Imperium in uxorem vir habet
privilegio naturae et gentium jure»; ibidem, pág. 903A: «Quae autem in Vetere Testamento
applicantur Deo, ea Christo applicantur in Novo». — Cfr. también ibidem, págs. 1103B;
1104A-B; Inleidinghe 1.3.8, p. 16; 1.4.6, p. 20; 1.5.20, pág. 28.
75
Cfr. Theses LVI, fol. 287 verso.
76
Cfr. también GROCIO Inleidinghe, 1.5.20, pág. 28; 1.5.24, pág. 30.
28

sociedad civil.77 Esta correlación entre individuo y estado es una impronta típica
del modo grociano, como ya señaló Cornelis Van Vollenhoven en uno de sus
estudios seminales publicado en 1931.78 Los comentarios de Vollenhoven se
mueven en el contexto del estudio detallado de De Jure Belli ac Pacis, pero se
pueden extrapolar observaciones idénticas a otras obras de Grocio, incluyendo
sus primeros escritos políticos y jurídicos.
Grocio subraya la validez de sus afirmaciones con referencias a la Sagrada
Escritura que de forma notable expresan la necesidad de todo ser humano de
someterse a un sistema político que ha sido sancionado por Dios. Por
sancionado por Dios, Grocio entiende lo que revela en su comentario a
Romanos 13:1,79 pasaje que fue controvertido durante el principio de la edad
moderna.
En las Theses LVI Grocio también se refiere a la pag. 193 de las Relectiones
de Vitoria.80 El teólogo salmantino establece las bases de un estado democrático
perfectamente moderno cuando – como Marsilio de Padua ― afirma que toda la
gente es libre de escoger una constitución, aunque no sea la «mejor», i.e., si optan
por no adoptar una constitución monárquica.81 Vale la pena enfatizar el hecho
de que Grocio se refiere al mismo pasaje de Vitoria en su consideración paralela
de la sociedad política consensual en el Commentarius in Theses.82 En este
contexto, sin embargo, Grocio no aborda el tema del establecimiento del estado

77
Theses LVI, fol. 287 verso.
78
CORNELIS VAN VOLLENHOVEN, «The Framework of Grotius’ De Jure Belli ac
Pacis (1625)», Verhandelingen der Koninklijke Nederlandsche Akademie van Wetenschappen, afd.
Letterkunde, 30, 4 (1931): §33, pág. 29.
79
Cfr. DJB, 1.4.4, pág. 106.
80
VITORIA, Relectiones XII (1557), pág 193.
81
Cfr. Commentarius in Theses (1994), págs. 228-9.
82
Ibidem, págs. 248-9.
29

por así decirlo, sino solo de la formación de asociaciones voluntarias basadas en


el consenso de los individuos que disfrutan de los mismos derechos así como de
las mismas posiciones. Estas asociaciones abarcan diferentes estratos de la
sociedad civil y son gobernadas por la decisión de la pars sanior (mayoría
cualitativa).
Esta concepción de la sociedad civil, asombrosamente, moderna, no es
única y especifica del propio pensamiento Grociano sino que debemos
enmarcarla dentro de las ideas prevalecientes en el siglo XVI, y mas
concretamente asociarla con la escuela de pensamiento que desde la segunda
mitad del siglo XVI estaba readaptando las ideas de los abogados romanos en la
antigüedad clásica. El estado esta basado en un contrato no solamente para
Altusio en Frisia o para Bartholomaus Keckermann en Danzig,83 sino también
para los monarcomanos protestantes en Francia,84 y la llamada Escuela de
Salamanca en Castilla. Muchos autores exploran la cláusula de las Digesta
Justiniano, libro 1, capitulo 4, la cual hace referencia a un acto de transferencia
que deriva de la Lex Regia (Ley Real). En el 1 se encuentra la siguiente cita del
abogado romano Ulpiano:85

« … La gente le transfirió [al príncipe] todo su poder y autoridad.»

83
Cfr. F. GOEDEKING, Die Politik des Lambertus Danaeus, Johannes Althusius und Bartho-
lomäus Keckermann; Eine Untersuchung zur politisch-wissenschaftlichen Literatur des Protestantismus
zur Zeit des Frühabsolutismus, Inauguraldissertation, Heidelberg, 1967; E. MENKE-
GLÜCKERT, Die Geschichtsschreibung der Reformation und Gegenreformation: Bodin und die
Begründung der Geschichtsmethodologie durch Bartolomäus Keckermann, Lipsia, 1912; B.
NADOLSKI, Życie i działność naukowa ucznego gdańkiego B. Keckermanna, Torun, 1963; J.
VAN ZUYLEN, Bartholomäus Keckermann, sein Leben und Wirken, Inauguraldissertation,
Lipsia, 1934.
84
Cfr. especialmente los dos clásicos tratados políticos por Stephanus Junius Brutus y
Theodore Beza.
85
Ulpiano en Dig. 1.4.1.
30

El problema, tal como surgió, particularmente en el siglo XVI y


especialmente en el XVII, sobre todo en Francia y en los Países Bajos, no es una
cuestión de si el estado debiera establecerse a base de un contrato nocional o
no, sino cuales podrían haber sido los términos básicos de dicho contrato.86 La
cita de Ulpiano en el Digesta Justiniano no alude a los términos sobre los cuales la
transferencia de poder tuvo lugar en la Roma antigua. Esta referencia podría
haberles proveído, al menos, un orientación mas concreta a los teóricos
políticos del Renacimiento y el Humanismo. El resultado fue que la controversia
política se encaminó hacia dos campos de disertación.
El primer campo debatió la naturaleza del precepto político. La
transferencia de poder, representó un sólo acto irrevocable como argüían los
absolutistas reales como Juan Bodin y de forma más notoria Thomas Hobbes?
El segundo campo se concentró en la transferencia de poder y autoridad que ex
professo dependía de resultados satisfactorios y del buen gobierno. Esta causa fue
notablemente defendida por los autores de la Escuela de Salamanca, por los
monarcomanos protestantes en Francia y de hecho, por muchos de los rebeldes
panfletistas holandeses del siglo XVI.
Contra el telón de fondo de estos debates y acontecimientos históricos es
fácil seguir a Grocio en su relación de cómo se establece el estado en base de un
contrato social de base amplia? Could we use fundamento?.
En las Theses LVI Grocio afirma que cada individuo está obligado a
unirse a alguna forma de sociedad de asociaciones. Esta afirmación bien podría

86
Para el debate sobre la lex regia en general, cfr. HANNS GROSS: Empire and Sovereignty. A
History of Public Law Literature in the Holy Roman Empire, 1599-1804, reimpresión de la
primera edición de 1973, Chicago, 1975; con referencia específica al debate sobre la
naturaleza del ‘contrato social’ en los Países Bajos, cfr. P.A.M. GEURTS: De Nederlandse
opstand in de pamfletten, 1566-1584, Utrecht, 1983.
31

tener connotaciones aristotélicas de la sociabilidad innata del hombre, pero a la


vez, es un claro reconocimiento de que ningún hombre puede subsistir solo.
Esta percepción es valida para Grocio, a pesar de la índole precisa de la
asociación social a la cual el individuo opte por afiliarse a largo plazo. Sea como
fuere, el matrimonio y la familia que por naturaleza emana del matrimonio, han
de ser considerados la forma más básica y primitiva de una asociación social
contractual.
Grocio estipula, además en las Theses LVI que el consenso de la sociedad
política descansa sobre la igualdad natural de las partes constituyentes.87 Si uno
supone, de acuerdo con el libro 2 de las Instituciones Justiniano,88 que antes del
establecimiento del estado, todos los humanos compartían de forma igualitaria
las riquezas de la tierra, entonces, esto debe extrapolarse también a los
individuos.89
Por cierto, la igualdad de todos los individuos así como el principio de
consenso es la piedra angular que mantiene unida a la sociedad. Este
razonamiento contrasta, claramente, con la posición propugnada por los
partidarios del absolutismo real, que insistían en que todo poder político
proviene de la autoridad paterna de Adán. En el mundo anglosajón, Robert
Filmer sea quizás el más firme defensor de este razonamiento.
Para Grocio el acto histórico de llegar a un consenso es suficiente para el
establecimiento de los derechos de la soberanía. Es interesante destacar, que se

87
Cfr. Theses LVI, fol. 288 verso, §36.
88
Cfr. arriba, nota 48.
89
Esto ha sido confirmado por teóricos políticos del siglo 17 de divergentes escuelas de
pensamiento, e.g., abarcando desde el defensor de la soberanía popular, Johannes
Althusius, hasta el campeón del monarquismo, Robert Filmer., Cfr. ALTHUSIUS,
Politica, capítulo 18, §18, pág. 139: «... [J]ure naturali omnes homines sunt aequales, l. quod
attinet, De reg. jur.» Cfr. también arriba, nota 39.
32

refiere a estos como ius imperio (derecho del imperio). No es una coincidencia
que el termino latino sea idéntico al que emplea Juan Altusio en su política
Methodice Digesta de 1602. Como Grocio, Altusio era un detractor acérrimo del
jurisconsulto e historiador francés Juan Bodin, a quien se atribuye la paternidad
del concepto moderno de la soberanía. La posición de Grocio contra Bodin
halla confirmación adicional en la Tesis 41.90 Grocio explica que el «derecho de
imperio» o la «soberanía» se erige sobre una base de consenso antes de que se le
confíe a un príncipe o a un monarca.91 Bien pudiera ser que esta afirmación
estuviera dirigida contra las asunciones de Bodin y otros defensores del
absolutismo real, como el Rey Jaime I. Estos autores trataron los derechos de la
soberanía como una posesión exclusiva hereditaria y personal del monarca.
Evidentemente, Grocio rechazó esta afirmación de plano. En las Theses LVI
Grocio establece que la autoridad soberana puede ser conferida como precepto
(o usufructo) al príncipe o al monarca por las partes contractuales.92 Grocio
rehúsa restringirse a los términos específicos del «contrato social», i.e., si el
precepto dado al príncipe o al monarca depende del buen gobierno y por eso es
irrevocable. En este aspecto, su punto de vista es afín al razonamiento
presentado por el salmantino Francisco de Vitoria, quien estipuló que es opción
de las partes contractuales decidir el tipo de gobierno y constitución que
satisfagan sus necesidades.93 En este contexto Grocio extiende su crítica del
absolutismo real poniendo de manifiesto el hecho de que no hay un solo

90
Ibid., fol. 289 recto.
91
Cfr. Theses LVI, fol. 289 recto, §41. Cfr. también VITORIA, De Potestate Civili, núm. 8, la
refutación de este principio por JAIME I/VI, y notas 27 y Error! Bookmark not
defined..
92
Cfr. arriba, nota Error! Bookmark not defined..
93
Cfr. arriba, nota 25.
33

arquetipo de soberanía, sino muchas variaciones en la distribución del poder


soberano entre los diferentes cargos e instituciones de un gobierno.94

7. Derechos y obligaciones de los ciudadanos: enfoque en la


soberanía

Es del todo evidente, en las Theses LVI que Grocio identifica muchos
paralelismos entre los derechos y obligaciones de un contrato privado por un
lado, y los del estado por otro. Tres puntos clave, merecen más atención en este
contexto.
Primero, Grocio explica que es posible «transferir [como precepto
condicional o incondicional] completo poder político a otra parte.» Por esta
afirmación, el entiende que los territorios pueden ser vendidos, trocados,
intercambiados, o regalados por un príncipe, con el fin de que la naturaleza de
una constitución dada permita tal acto. Los argumentos propuestos en las Theses
LVI se basan en otras obras claves, incluyendo un tratado hasta la fecha inédito,
escrito en holandés y conocido por el titulo Los derechos de los príncipes de Orange al
Principado de Orange (ca. 1637). En las primeras líneas, Grocio declara:95

«Existen diferentes clases de soberanía. Algunas son de tal naturaleza que no pueden
ser transferidas ni por testamento ni en base a ningún contrato. Luego, existen otros
tipos de los cuales uno puede deshacerse o enajenar, como comúnmente parece ser

94
Commentarius in Theses (1994), págs. 215 y sigs.
95
Leiden, Biblioteca Universitaria BPL 920, fol. 2 recto.
34

que así ha ocurrido a lo largo de la historia.96 Hay varios ejemplos como Jerusalén,
Nápoles y Chipre, que eran reinos. Por lo que respecta a los principados, existen
muchos casos donde se da esta circunstancia. Entre los principados cristianos
encontramos Acaya, Tesalia, Acarnia, Atenas y Durazzo. Y luego hay numerosos
casos semejantes entre los turcos, persas y otros pueblos.»

Es evidente en este pasaje que ciertos príncipes y monarcas no pueden


ser considerados «absolutos»97 bajo ninguna circunstancia y por consiguiente no
pueden ser absueltos de la fuerza vinculante de la ley humana. Grocio reconoce
en sus Theses LVI así como en otras obras, como Commentarius in Theses que
algunos príncipes deberían ser considerados como soberanos absolutos.98 Esta
diferencia, básicamente, establece los fundamentos para entender su
razonamiento planteado en las Tesis 37-39.99 En estas Tesis se ocupa de los
problemas que conlleva la transferencia completa o incompleta de autoridad
soberana (algo inconcebible para Bodin), tanto como la «soberanía ejercida a
base del consenso.»100 En estos casos la soberanía se confiere a la gente (o a sus
representantes respectivamente), quienes transfieren poder a un príncipe como
fideicomiso condicional o incondicional.
Segundo, la transferencia de autoridad soberana también puede reflejar el
deseo de los ciudadanos (o de sus representantes) de unirse voluntariamente o
someterse a la autoridad de otro estado. Esta posibilidad se indica en la Tesis 34
y bien podría tener sus orígenes inmediatos en la Relectio de Potestate Civili de

96
Cfr. la pregunta hecha por Grocio en sus notas para las Theses LVI, fol. 290 verso: «An
princeps regnum transferre possit.»
97
DJB, 1.3.13, págs. 88-89.
98
Commentarius in Theses XI (1994), págs. 214 y sigs.
99
Theses LVI, fols. 288 verso – 289 recto.
100
DJB, 1.3.10 y sigs., págs. 82 y sigs.
35

Francisco de Vitoria, a la cual ya hemos aludido.101 Esta presunción ya había


sido abordada en el fragmento De Societate Publica cum Infidelibus, aunque este
indica que como condición sine qua non el acto de sumisión solo sea permitido
según el Derecho divino, si la fe de los residentes cristianos no se somete a un
peligro innecesario.102
Tercero, la soberanía puede ser adquirida asimismo sobre territorios en
caso de «guerra justa». Las condiciones para librar tales «guerras justas» son algo
estrictas para Grocio y se han comentado de forma mas dilatada en otras
publicaciones.103 Respecto a este tema, Grocio, en líneas generales, sigue el
dictum de Tomás de Aquino y de la Escuela de Salamanca: una guerra puede
llamarse justa si esta empieza en nombre de la autoridad pública (i.e. el
soberano) un segundo supuesto sería, si se hace con buenas intenciones y
finalmente, si la causa por la cual se lucha es justa.104 Tales «causas justas»
[leemos especialmente en el fragmento inédito De Pace (Sobre la paz)] incluyen
primero la autodefensa, segundo la recuperación de derechos y bienes
aprehendidos por el enemigo público de uno, tercero, demandas propuestas por
daños y costos incurridos y cuarto, el castigo de los enemigos públicos de
uno.105 También cabe resaltar que en este caso, precisamente como en el caso de
personas (como prisioneros de guerra) y objetos físicos, el ganador de la

101
Cfr. arriba, nota 25.
102
BORSCHBERG (1998), págs. 361, 375-6; DJB 2.15.10.2-3, págs. 307-8.
103
Cfr. esp. HAGGENMACHER, Grotius et la doctrine de la guerre juste, París: Presses
Universitaires de France, 1983.
104
SANTO TOMÁS, Summa Theologiae, Secunda Secundae, qu. 40.
105
BORSCHBERG (1996), págs. 279-83.
36

contienda tiene derecho a adquirir derechos políticos y derechos de soberanía


durante la «guerra justa.» 106

8. Derechos y obligaciones: derecho a la rebelión

A priori el derecho a la rebelión expuesto por Grocio en las Theses LVI recuerda
la teoría de la resistencia preconizada por los monarcomanos de Francia. Esto es
cierto particularmente respecto a la afirmación de Grocio de que los derechos
establecidos sobre la base de una relación contractual se pueden disolver bajo
circunstancias especiales. Tales circunstancias especiales tendrían lugar, por
ejemplo, en el caso que el soberano aprobase leyes que infringiesen claramente
la revelación divina de la tradición cristiana. 107
Según las obras de los principales monarcomanos protestantes
consultados por Grocio específicamente para escribir las Theses LVI, sobre todo
las de Stephanus Brutus y Teodoro Beza,108 los súbditos tienen la potestad de
participar en la resistencia política hasta el punto de deponer o incluso asesinar a
su príncipe si es menester. Mientras que el propio Grocio concede a los
ciudadanos o súbditos de los estados no absolutos un derecho a la resistencia
política, el cumplimiento de estos derechos especiales es una empresa compleja
y cuando menos sencilla.109 Grocio esta de acuerdo con la premisa de que los

106
Institutes of Justinian, 2.2.1-2; Commentarius in Theses (1994), págs. 260-1.
107
Véanse las Theses LVI, §25, fol. 287 verso, donde Grocio mantiene que los ciudadanos
tienen que obedecer para que las leyes no infrinjan los preceptos de Dios.
108
Cfr. arriba, notas 11 y 12.
109
Véase esp. en este contexto la exposición más extensa de Grocio en DJB, 1.4, págs. 103
y sigs.
37

príncipes no debieran forzar a sus súbditos por fuerza de ley a participar en


ninguna actividad que infrinja el Derecho divino.110 Empero, si lo hacen, tales
leyes no dan derecho a los ciudadanos a rebelarse contra su soberano y
deponerlo o asesinarlo por un cuestión meramente de tiranía. De hecho, el
derecho a resistir, tal y como aparece en el contexto de las Theses LVI, esta
intricado con el Commentarius in Theses. Allí el derecho a la resistencia depende de
una gran cantidad de variables, incluyendo de forma significativa la índole o
clase de constitución que un estado, en particular, haya adoptado. Sin duda,
Grocio reta el punto de vista sustentado por Juan Bodin y algunos teóricos
absolutistas que consideran el precepto de soberanía como un conjunto
indivisible de derechos conferidos sobre el monarca. Un siglo y medio antes de
que el Barón de Montesquieu recomendara en su Esprit des Lois (El espíritu de
las leyes) la división de poderes (i.e. una división de los derechos de la soberanía
entre las instituciones claves del estado) como un fundamento ideal de
constitución, Grocio ya había afirmado expresamente en el Commentarius in
Theses que una división de derechos soberanos entre diferentes partes es una
herramienta útil para impedir la tiranía.111 Abogó esencialmente por un sistema
constitucional moderno de pesos y contrapesos.
Grocio está interesado en subrayar que si un monarca degenera en tirano,
los deberes y las obligaciones del ciudadano, de ningún modo quedan
suprimidos o suspendidos. De tal manera que cuando un rey viola su contrato
con su pueblo, Grocio no considera esta acción como la hacedora de la
disolución del estado, ni tan siquiera del desplome total del orden civil. Por una
parte, los intereses permanentes de los ciudadanos están aglutinados en una

110
Cfr. Theses LVI, fol. 287 verso, §25, y el paralelismo en el nivel del matrimonio, nota 74.
111
Commentarius in Theses (1994), págs. 228-9.
38

serie de «contratos sociales» que empiezan con la institución del matrimonio. De


forma mas significativa ― así al menos lo subraya en las Theses LVI ― ningún
individuo tiene derecho a iniciar resistencia legítima contra su soberano
legítimo, de forma individual. Esta tesis concuerda con el razonamiento
esgrimido por los monarcomanos protestantes, especialmente con Teodoro
Beza en su tratado De iure magistratum in subditos,112 tratado de trascendencia
histórica. En esta obra los individuos solo poseen un derecho indirecto a la
resistencia. Esto equivale a decir que los individuos no pueden iniciar actos de
rebelión por propia instigación ni en base a su juicio, pero si se les permite
participar en actos de resistencia ya iniciados por la magistratura o si han sido
nombrados agentes de la resistencia por los magistrados.113 Según Grocio los
magistrados tienen el deber de hacer de defensores y garantes del orden
constitucional.
Esta opinión sobre el derecho a la rebelión, que se encuentra en las Theses
LVI ya fue esgrimida en Commentarius in Theses así como en su De Jure Belli ac
Pacis, libro 1, capitulo 4.114 De estas obras se colige que Grocio inclina la balanza
a favor de una resistencia política restringida, idea, por otra parte, cercana a los
razonamientos de los partidarios de la monarquía absoluta de los siglos XVI y
XVII.

9. Conclusión

112
THÉODORE DE BÈZE, Du droit des Magistrats, editado por Robert M. Kingdon,
Geneva: Librairie Droz, 1971.
113
Cfr. Theses LVI, fol. 290 recto, §54, donde Grocio plantea la cuestión de si los
ciudadanos están obligados a levantarse en armas a instancias de los magistrados
inferiores.
114
DJB, 1.4, págs. 103 y sigs.
39

El objetivo principal de este artículo ha sido explorar algunos de los aspectos


más relevantes de la obra de Grocio, hasta ahora inéditos, las Theses LVI.
Gracias a las contrarreferencias de otras obras grocianas ha sido posible no tan
solo explorar de forma mas detallada cuestiones esenciales como el estado
natural, la génesis del estado y la rebelión, sino también contextualizar las ideas
de Grocio en un trasfondo intelectual e histórico, sobre todo sus primeros
esfuerzos por justificar el nacimiento de la república holandesa a principios del
siglo XVII. 115
Las preguntas que inevitablemente afloran en el contexto de esta
conclusión tienen dos aspectos: Cual fue su propósito y cuando se escribieron?
En su correspondencia publicada no existe ninguna prueba factible que ofrezca
a los lectores una mínima noción que arroje luz verde sobre cuando fue
compuesto este manuscrito, empero es posible evaluar la fecha de su
composición por medio de la naturaleza del manuscrito y las fuentes utilizadas,
vinculando a la vez los razonamientos de las Theses LVI con otras obras
grocianas. Además de mostrar firmes paralelismos con el libro 2, capitulo 5 de
De Jure Belli ac Pacis,116 el presente articulo también revelo relaciones con sus
primeras obras claves, incluyendo de forma significativa el Commentarius in Theses
XI, tratado sobre la soberanía, la guerra justa y la legitimidad de la Rebelión

115
Cfr. especialmente las obras siguientes de GROCIO: Parallelon rerumpublicarum liber tertius:
De moribus ingenioque populorum Atheniensium, Romanorum, Batavorum, 4 vols., Haarlem, 1801-
03; GROCIO: Liber de antiquitate Reipublicæ Batavicæ, Leiden, 1610; GROCIO: Annales et
Historiæ de rebus Belgicis in Amsterdam, 1657; GROCIO: De Republica Emendanda,
contenido en: FIORELLA DE MICHELIS, Le origini storiche e culturali del pensiero di Ugo
Grozio, Firenze, 1967, págs. 169-89.
116
Véase arriba, nota 43.
40

Holandesa, encontrado en el mismo legajo de manuscritos que contiene las These


LVI.
Existe poca duda al respecto que se trata de una obra temprana de
Grocio. A juzgar por los paralelismos internos con otros manuscritos
contenidos en el legajo B.P.L. 922 y las marcas de agua que representan el
Águila Imperial del Sacro Imperio Romano con la insignia de la Ciudad de
Basilea,117 es evidente que la pieza fue escrita en la primera década del siglo
XVII. Por los significativos paralelismos que presenta con otras obras de
Grocio, incluyendo el Commentarius in Theses XI y por el uso de algunas fuentes
claves que se traslapan (e.g. Francisco de Vitoria, Jaime I/VI) y por la marca
idéntica de agua con el Águila Imperial y el escudo de armas de la ciudad de
Basilea se deduce que la génesis de este manuscrito puede fijarse tan pronto
como 1602-1604. Dicho de otra manera, Grocio, al concebir esta obra tendría
unos veinte anos.
En suma, no se debe rechazar de plano la posibilidad de que las Theses
LVI fueran concebidas originariamente como borrador para la elaboración de
otra obra de cariz completamente distinto.

117
Véase arriba, nota 8.

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