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Los dos árboles

Amada, mira en tu propio corazón,

el árbol sagrado crece allí;

de la alegría surgen las ramas sagradas

y todas las flores estremecidas que ellas dan.

Los cambiantes colores de sus frutos

son dote de alegre luz para las estrellas;

la certeza de su escondida raíz

ha plantado silencio en la noche;

el agitarse de su frondosa cabeza

donó su melodía a las olas

y desposaron la música con mis labios,

susurrando para ti hechicera canción.

Allí van los Amores en círculos,

el círculo llameante de nuestros días,

girando en espiral de un lado a otro

por esos vastos e ignorantes caminos frondosos;

al recordar ese pelo agitado

y cómo se disparan las sandalias aladas,

tus ojos se llenan de tierna solicitud:

amada, mira en tu propio corazón.

No mires más en el espejo amargo


que demonios, con astucia sutil,

muestran ante nosotros cuando pasan;

o mira sólo un instante;

pues crece allí una imagen fatal

que recibe la noche tormentosa,

raíces casi cubiertas por las nieves,

cortadas ramas, ennegrecidas hojas.

Pues todo deviene esterilidad

en el espejo opaco que los demonios sostienen,

el espejo de exterior abatimiento

hecho cuando Dios durmiera en tiempo antiguo.

Allí, por las ramas partidas, andan

los cuervos de inquietante pensamiento;

volando, clamorosos, de un lugar a otro,

con garra cruel y garganta hambrienta,

o se detienen y olfatean el viento

y agitan las raídas alas; ¡ay!,

tus ojos dulces se tornan crueles:

no mires más en el espejo amargo.

Versión de Enrique Caracciolo Trejo

Aceite y sangre

En tumbas de oro y lapislázuli


cuerpos de santos y santas exudan

aceite milagroso, fragancia de violeta.

Pero bajo los pesados cúmulos de arcilla pisoteada

yacen cuerpos de vampiros pletóricos de sangre;

sus mortajas están ensangrentadas y sus labios están

húmedos.

Versión de Alberto Girri

"(...) La vida es sueño y los sueños, sueños son", mencionó Segismundo, ante una
realidad inventada por Bacilio y Clotaldo. Ambos creadores de dos mundos diferentes.
Sin embargo, para el principe de Polonia, las dos realidades llegaban a conjugarse en
algún punto del sueño, o bien de la vida. Una idea que ya hace tiempo atrás venía siendo
un misterio para el hombre.

El tema de los sueños y la vida como una misma realidad ya se había visto antes..
Primero con Platón, después el misticismo, el budismo entre otras culturas. Los sueños
formaban parte de una realidad creada por el hombre

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