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Terapia de juego para niños

La pérdida de un ser querido es un evento muy estresante para un niño. La forma en


la que el niño consiga resolver e integrar esta experiencia, determinará en gran
medida su capacidad futura para afrontar otras situaciones de pérdida. Debido a que
los recursos personales en los niños se encuentran todavía en proceso de desarrollo,
su proceso de superación del duelo estará condicionado en gran medida por el apoyo,
disponibilidad y actitud que presenten los adultos que les rodean.

PROCESO DE DUELO
Según Worden (1996) el proceso de duelo implica cuatro tareas esenciales que el niño
deberá realizar para proceder a una correcta integración de su experiencia de duelo.
Estas tareas son las siguientes:

 Aceptación de la pérdida: Consistirá en aceptar el fallecimiento del ser querido


como algo permanente. Superar cualquier intento de negar la realidad de que
la persona ha fallecido. El niño para poder realizar esta etapa necesitará
comprender el concepto de irreversibilidad.
 Trabajo de las emociones y del dolor que la pérdida implican: Las emociones
evocadas por el dolor de la pérdida deben ser expresadas, reconocidas e
integradas. Se debe evitar cualquier intento de suprimir o negar estas
emociones ya que esto podría resultar en la manifestación de otras conductas
disfuncionales que intentarían aliviar el estrés producido por la represión de
estas emociones negativas.
 Adaptación al entorno con la ausencia del ser querido: Esto implicará cambio
de roles en las relaciones con otros familiares, en ocasiones cambios de hogar
etc.
 Recolocación emocional del fallecido y continuación con la vida real: Lo cual
significa encontrar un lugar privado donde poder guardar los sentimientos por
la persona fallecida de forma segura.

Sipos y Solano (2001) mencionan en su trabajo algunos apuntes importantes


realizados por Bowlby sobre este tema (p.9):
“En opinión de Bowlby es habitual que después de una pérdida los niños manifiesten
ansiedad y estallidos de cólera. La ansiedad se debe a que el niño puede temer sufrir
una nueva pérdida, lo que le hace más sensible a toda separación de la figura que
desempeña las funciones de maternaje. Algunos niños se ponen furiosos por el mismo
hecho de la pérdida. Es importante que el padre que sobrevive entienda que los
estallidos de ira de su hijo se deben a la ausencia del fallecido y no culpabilice al niño
al considerar irrazonables sus enfados o atribuirlos a problemas de carácter. Aunque
es difícil saber hasta qué punto los niños son propensos a culpabilizarse
espontáneamente por una pérdida, lo que parece evidente es que, si el padre se
enfada con frecuencia con el niño, éste tendrá problemas de autoestima y será más
vulnerable a la depresión”.

CONDUCTAS ADECUADAS

Entregar un concepto claro de la palabra "muerte": Sobre todo dejar claro que el ser
querido no va a volver.

Generar un sentimiento de protección en el niño: El niño puede sentirse desprotegido


después del fallecimiento de su ser querido, y puede temer a la muerte de otro ser
querido o a la suya propia.

Prevenir o contener (cuando ya hayan aparecido) los sentimientos de culpa.

CONDUCTAS A EVITAR

Evitar el tema: Cuando se evita hablar del tema, se evita dar explicaciones claras y
entendibles al niño de lo que ha ocurrido. Así pues, el niño puede proceder a elaborar
sus propias explicaciones, lo que puede derivar en sentimientos de culpabilidad, por la
limitación cognitiva del menor para conseguir entender por sí mismo lo que ha
ocurrido.

Dar explicaciones sin sentido: “se ha dormido”, “se ha ido al cielo”, “es una estrella”,
pueden desembocar en comportamientos como tener miedo a ir a dormir, conservar la
esperanza de volverlos a ver, ya que “si está en el cielo tal vez pronto pueda venir a
visitarme, o tal vez yo pueda volar al cielo pronto a hacerle una visita”.
Impedir que expresen sus emociones: Incluso los niños más pequeños que no
consiguen entender completamente la pérdida del ser querido, notan su ausencia, y
esto genera emociones que deben de ser expresadas libremente ya que su represión
podría derivar en otros comportamientos disfuncionales o psicopatologías. Frases
como “tú ya eres un niño grande, tienes que ser fuerte y no llorar” deben evitarse a
toda costa. Las rabietas y enfados pueden ser una expresión clara de la rabia que
sienten los niños.

La Terapia de Juego proporciona al niño la seguridad, apoyo y tranquilidad necesarios


para que este pueda expresar su dolor y emociones a través del juego. De esta forma
el niño conseguirá conectar son sus emociones, trabajarlas e integrarlas. Esto, a su
vez, conllevará una mayor facilidad para que el niño pueda asimilar el fallecimiento e
integrarlo como parte de su historia personal. Se trabajará además el concepto de
irreversibilidad a través del juego y se potenciará el proceso de entendimiento del
concepto "muerte".

Los terapeutas pueden trabajar con niños de todas las edades en un ambiente seguro
y de confianza para ayudarles a asimilar y procesar experiencias difíciles y aumentar
de este modo su autoestima y confianza. Pueden trabajar como parte de un equipo o
de forma independiente, y pueden tener una referencia para el apoyo profesional
adicional como parte de la terapia. El objetivo principal de un terapeuta de juego es
equipar a los niños con conductas más adaptativas y mejores mecanismos para la vida
cotidiana. Esto sirve para ayudar a desarrollar una visión más positiva de su lugar en
el mundo.

¿En qué consiste la Terapia de Juego?

La Terapia de Juego consiste en una serie de sesiones, por lo general de 30 a 45


minutos de duración, donde un terapeuta se reunirá con un niño para centrarse
exclusivamente en sus necesidades por medio del juego. Algunos terapeutas pueden
trabajar con los hermanos o grupos de niños, pero las sesiones individuales suelen ser
la forma más común de la Terapia de Juego.

1. JUEGOS DE EXPRESIÓN SIMBÓLICA

Esta habilidad de proyectar a través de símbolos y metáforas sus experiencias y


sentimientos profundos, le ayuda a procesar e integrar. El paciente puede tomar la
suficiente distancia del tema conflictivo lo cual le ayuda a sentirse seguro para
expresar y al mismo tiempo para protegerse de los sentimientos que lo abruman.

El Rincón Hogareño:
Es una casa de juguete o esquina del cuarto. En este rincón con frecuencia los niños
tratan lo que han vivido en casa, aquí se experimentan roles y relaciones. Los niños
ilustran casi en su totalidad algunas de sus asociaciones individuales con el “hogar” y
los difíciles problemas que giran en torno a sus relaciones tempranas con figuras
primarias.

Casa de muñecas:

El juego en la casa de muñecas puede ser muy revelador. Las muñecas llenan cierta
cantidad de roles, los niños pueden jugar de manera realista. Los niños usan al
muñeco bebé para expresar la parte de bebé propio, lo que le hace el niño al bebé
(muñeco) puede que sea lo que se le hizo al niño cuando él era un bebé, por lo cual
esta técnica es útil en toda terapia de juego.

Títeres

Son una rica fuente de juego simbólico, a través de los títeres los niños pueden
encontrar un medio para expresar cosas que serian difícil expresar abiertamente. El
terapeuta debe tomar nota del dialogo, personaje y conflicto, las verbalizaciones y el
tema principal de la historia.

2. JUEGOS DE EXPRESIÓN CORPORAL Y DE MOVIMIENTO

Cuentos

Lectura: Los cuentos aportan importantes mensajes tanto a nivel consciente como
inconsciente y les ayudan a comprender que se pueden sobrellevar las dificultades de
la vida adulta. Pueden encontrar en los cuentos ejemplos que les enseñaran valores,
algunos básicos como diferenciar el bien y el mal.

Representación: Leer cuentos al niño y ayudarle a interiorizarlos haciendo después


un teatro de la historia.

Inventar final: Leer cuentos sin leer el final y dejar que sean ellos quienes desarrollen
el final libremente.

3. JUEGOS DE EXPRESIÓN EMOCIONAL

Es necesario ayudarlos a identificar sus sentimientos y enseñarles a expresarlos.

Tabla de caras– Identificar

Con la tabla de caras (está en material para entregar) mostrando expresiones


emocionales diferentes: triste, enojado, feliz… el niño puede señalar la expresión que
corresponde a sus sentimientos. Puede tratar de imitar la expresión y usar el espejo
para ver su propia cara.

Expresar

Buscar diferentes formas para expresar lo que se siente: lo escribimos, hacemos una
canción, lo dibujamos, lo bailamos, lo hablamos y vemos como la emoción se va
modificando.
4. JUEGO DE EXPRESIÓN CREATIVA

Artes plásticas

Algunos niños se comunican con mayor facilidad a través de la forma, color y dibujo
que de manera verbal. A través del arte se da al niño la oportunidad de expresar lo
inexpresable, como reflejo del mundo interior del niño son necesarios los materiales
como pintura, dibujos, trabajo con arcillas, plastilina, arena y agua. Las creaciones del
niño deben exponerse en cada sesión. El arte es una forma de comunicación
simbólica que ofrece una oportunidad para la representación terapéutica y su solución.

Juguetes de construcción y rompecabezas

Al utilizar juguetes de construcción los niños pueden expresar cómo se han sentido
(aún de manera pre-verbal) acerca de ser “piezas descartadas” o “unirse”, “hacer algo
nuevo”. Demoler creaciones a partir de los juguetes de construcción puede que sea la
expresión vivida de sus sentimientos.

MANEJO DEL DUELO EN EMERGENCIAS Y DESASTRES

La reacción psicológica que sucede tras la muerte de un ser querido, el estado que
sobreviene tras sufrir una pérdida importante en la vida, se denomina duelo. La
diferencia más importante entre perder algo y perder a alguien está definida por la
muerte, ya que convierte la pérdida en irremplazable e irreversible. El duelo es un
proceso normal y una manifestación universal.

EL DUELO NORMAL

Tradicionalmente se ha hablado de fases del período de duelo pero, en la actualidad,


se prefiere hablar de componentes. La razón es que no siguen una sucesión temporal
estricta y que pueden solaparse varios de estos acontecimientos simultáneamente.
Estos componentes son los siguientes :

COMPONENTES DEL PROCESO DE DUELO.

1. SHOCK: Aparece en los momentos iniciales, y su duración es mayor cuando el


suceso es imprevisto.

Se asocia a apatía y sensación de estar fuera de la realidad.

2. DESORGANIZACIÓN: Ocurre también al principio. Se acompaña de desesperación


y absoluta desestructuración del funcionamiento del individuo en cualquiera de los
ámbitos vitales.

3. NEGACIÓN: Es una forma frecuente de reacción ante sucesos inesperados. El


individuo espera la llegada o la llamada de la persona desaparecida y actúa como si
nada ocurriese.
4. DEPRESIÓN: Representa la progresión a una fase adaptativa más realista.
Confirma que el proceso del duelo se está llevando a cabo de forma adecuada.

5. CULPA: Consiste en pensamientos recurrentes, casi obsesivos, en relación a lo que


se podría haber hecho para evitar el suceso. También son más frecuentes si no se ha
podido despedir del fallecido y si las relaciones con él no eran buenas

6. ANSIEDAD: Surge ante el miedo, generalmente realista, de los cambios que


ocurrirán en la vida del paciente después del suceso (ej. soledad, dificultades
económicas, etc.). Es el miedo a tener que sobrevivir sin la persona fallecida porque
satisfacía una serie de necesidades.

7. IRA: Puede ir dirigida hacia familiares o amigos que no han “ayudado” durante el
suceso o hacia personas que todavía disfrutan de lo que el paciente ha perdido (ej.:
otras personas que conservan sus cónyuges o sus hijos). También es habitual que la
ira se dirija hacia el personal sanitario (reacción frecuente en plantas oncológicas y en
urgencias) o incluso hacia el fallecido por haber abandonado a los supervivientes.

8. RESOLUCIÓN Y ACEPTACIÓN: Ocurre cuando el paciente ha podido adaptarse a


la pérdida de la persona y asumir las modificaciones que producirá este suceso en su
vida. No siempre se alcanza esta fase.

Duelo patológico: Realización de asistencia psicológica individual y/o familiar para


elaborar el proceso de duelo y asumir el fallecimiento del ser querido a fin de que,
pasado un periodo de tiempo prudencial, no interfieran en la vida de la persona

Se puede pensar en un duelo patológico cuando:

Los síntomas perduran excesivamente (más de 12 semanas);

Tienen tendencia a empeorar o provocan exagerado sufrimiento de manera


permanente, o existe riesgo de complicaciones, como suicidio o consumo exagerado
de alcohol.

El duelo patológico debe ser tratado como con un trastorno depresivo.

ETAPAS DEL DUELO

1. Incredulidad (negación).
2. Fase de excitación, alarma, inquietud, dolor, coraje y culpabilidad (esta fase puede ir
acompañada de alteraciones fisiológicas tales como el insomnio, pérdida de peso,
etc.).
3. Asimilación ( reelaboración )
4. Recuperación.

VARIABLES QUE AFECTAN EL CURSO DEL DUELO

1. Identidad y rol de la persona pérdida


2. Edad y sexo de la persona que sufrió la pérdida
3. Causas y circunstancias de la pérdida
4. Circunstancias sociales y psicológicas de la persona que sufrió la pérdida alrededor
del momento en que esta se produjo y posteriormente
5. Personalidad del que sufrió la pérdida con especial referencia a sus facultades para
establecer relaciones de amor y capacidad para responder a situaciones de estrés.

Los
 objetivos
 de
 la
 intervención


 Deben
 consistir
 en
 favorecer
 el
 trabajo 
de
 duelo,
para
 ello 
es
importante
 (Fernández
y
Rodríguez,
2002):

 Facilitar 
la
 aceptación 
de 
la
 realidad 
de 
la
pérdida.

 Facilitar 
la 
expresión
 y
 el 
manejo
 de 
los
 sentimientos
 ligados 
a
 ella.

 Facilitar
 la 
resolución
 de 
los
 problemas
 prácticos 
suscitados por
 la 

falta
 de
 lo
 perdido.

 Facilitar 
una 
despedida
 y 
la 
posibilidad
 de 
volver
 a 
encontrar
 sentido

 y 

satisfacción 
en 
la vida.


Con
 el
 fin
 de 
 conseguir
 estos 
 objetivos 
 existen 
 una 
 serie 
 de

estrategias 
 que 
 pueden 
 utilizar
 los
 diplomados
 en
 enfermería
 para

ayudar
 a
 las
 personas
 en
 duelo
 (Cook
 y
 Oltjenbruns

1989;
 Ripoll,
 1997;
 Fernández
 y
 Rodríguez,
 2002):


 Permitir
 la
 contemplación
 del
 cuerpo
 del
 fallecido.
 Esto
 es
 muy

importante
 para
 evitar
posteriores
 fantasías,
temores
 y
 fantasmas.

Previamente,
 debemos 
advertir,
 si
 existen, 
de
posibles
 alteraciones
visibles
 en 

el
 cuerpo 
o
 de 
su
 aspecto
 actual
 (intubado,
conectado al

 respirador
 si
 es
 donante
 de
 órganos,
 etc.).
 También
 se
 les

permitirá
 que
 le
 toquen
 y
 le
 hablen, 
“que
puedan
despedirse”.

 Avisar, 
 si
 lo 
desean, 
 a
 algún
 familiar
 o 
amigo.

 Ayudar
 al superviviente
 a
 tomar
 conciencia
 de
 la
 muerte.
 En
 los

momentos
 iniciales,
 la
sensación 
de
 irrealidad
es 
la
 norma.
Hablar

sobre
 la
 pérdida
 ayuda
 a
 realizar
 esa
 tarea.
 La
persona
 que

pretende 
facilitar la
 puede
 preguntar
 sobre
 la
 forma 
en 
la
 que
 se

enteró 
de 
la
misma,
 cómo
 reaccionó,
 qué
 pensó,
 qué
 sintió.
 También

 puede
 explorar
 el
 comportamiento
frente 
a 
los 
rituales 
que
 facilitan

el
 cumplimiento
 de 
esta
 tarea,
 como 
la
 contemplación 
del
cadáver

en
 los
 ritos
 funerarios,
 las 
visitas 
a 
la 
tumba.
 Si
 el
 superviviente

cuenta
 que
 no 
ha
podido 
realizarlos,
se 
pueden
 explorar 
las 
fantasías

 al 
respecto.

 Ayudar
 a 
identificar
 y
 expresar
 sus 
sentimientos
 “a
 su 
modo
 y

manera”,
 manteniendo
 una
comprensión
 empática 
y 
sin
 forzar 
nunca

la
 situación.


La
 pérdida
 puede
 evocar
 sentimientos
 muy
 dolorosos
 de
 los
 que
 el

superviviente
 puede
 intentar
 protegerse
 inconscientemente.
 Aunque,
 a

veces,
 posponer
 la
 experimentación
 de
 esos
 sentimientos
 puede
 ser

útil,
 en
 general,
 ignorarlos
 puede
 ser
 causa
 de
 problemas
 y

dificultades 
 en 
 el
 proceso
 de
 duelo.
 La
 persona 
 que 
 va
 a
 actuar

como
 ayuda
 puede
 facilitar 
 la
 expresión 
 de
 estos
 sentimientos.

A 
 veces, 
 esta
 tarea 
 puede 
 estar
 dificultada
 por 
 el
 hecho
 de
 que
quien
 la
 solicita 
 puede
 pedirle,
 precisamente
 un
 remedio
 para 
 evitar el

dolor 
 (en
 forma,
 por
 ejemplo ,
 de 
 medicamento).


Los
 sentimientos 
 puestos 
 en 
 juego 
 por
 la 
 pérdida
 pueden 
 ser
 muy



variados.
 Desde
 luego
 está
 el
 sentimiento
 de
 pena
 por
 la
 pérdida.

Pero
 también
 los
 de
 rabia,
 culpa
 e
 indefensión.

TÉCNICAS DE AFRONTAMIENTO DEL ESTRÉS PARA LA PREVENCIÓN DEL


BURNOUT

El concepto de “síndrome del Burnout” (“síndrome de estar quemado”,


“síndrome de quemarse por el trabajo”, “síndrome
del estrés laboral asistencial”), nace de la consideración del estrés laboral
sufrido por los profesionales.

En un principio se pensaba que los ejecutivos eran los más estresados, sin
embargo las investigaciones afirmaban que también estaban expuestas a este tipo
de estrés las personas que tuviesen un contacto directo con pacientes, clientes,
alumnos o ciudadanos cuyas exigencias desbordaban la capacidad de actuación
del profesional, ya que la situación le ha sobrepasado y se va reduciendo su
capacidad de adaptación.

Maslach y Jackson (1981, 1982) definen “Burnout” como un cuadro


clínico cuyos síntomas principales son:

– El Cansancio Emocional: también llamado agotamiento emocional,


agotamiento de la energía o los recursos emocionales propios, una experiencia de
estar emocionalmente agotado, debido al contacto cotidiano y mantenido con
personas a las que hay que atender porque son la razón de ser de su trabajo.

– La Despersonalización: desarrollo de sentimientos negativos, y de actitudes y


sentimientos de cinismo hacia las personas destinatarias del trabajo. Estas
personas son vistas por los profesionales de forma deshumanizada debido a un
endurecimiento afectivo, lo que conlleva que les culpen de sus problemas.

– La falta de Realización Personal en el trabajo: tendencia a evaluarse


negativamente, y afectando a la habilidad en la realización del trabajo y a la
relación con las personas a las que atienden. Los trabajadores se sienten
descontentos consigo mismos e insatisfechos con sus resultados.
El síndrome es frecuente en profesionales de la salud, de la educación y en
profesionales que trabajan en los servicios humanos. Sin embargo, el síndrome
de “estar quemado” también se aplica a un extenso colectivo de profesionales
que incluye desde los directivos a las amas de casa.

Por otra parte, hay que mencionar que el síndrome tiene un desarrollo insidioso
y progresivo como respuesta al estrés laboral crónico, pero hay que destacar
que en este proceso sobre todo fracasan las estrategias de afrontamiento que
suele emplear el sujeto, como por ejemplo, la evitación.

Las consecuencias del síndrome del Burnout son muy negativas tanto para el
sujetoque lo padece (salud física y mental: alteraciones psicosomáticas,
ansiedad, depresión, etc.) como para la organización en la que desempeña su rol
profesional (disminución del rendimiento, absentismo laboral, abandono del
puesto de trabajo, etc.).

ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN

Las estrategias de intervención para la prevención y tratamiento del síndrome de quemarse


por el trabajo pueden ser agrupadas en tres categorías (Gil-Monte y Peiró, 1997):

1. Estrategias individuales

2. Estrategias grupales

3. Estrategias organizacionales

En el nivel individual, el empleo de estrategias de afrontamiento de control o centradas en el


problema previene el desarrollo del síndrome de quemarse por el trabajo. Por el contrario, el
empleo de estrategias de evitación o de escape facilita su aparición.

Dentro de las técnicas y programas dirigidos a fomentar las primeras se encuentran el


entrenamiento en solución de problemas, el entrenamiento de la asertividad, y del
entrenamiento para el manejo eficaz del tiempo. También pueden ser estrategias eficaces
olvidar los problemas laborales al acabar el trabajo, tomar pequeños momentos de descanso
durante el trabajo, y marcarse objetivos reales y factibles de conseguir. Desarrollo de
conductas que eliminen la fuente de estrés o neutralicen las consecuencias negativas del
mismo.

Aumentar y conservar las amistades con interacciones satisfactorias y emotivas, delegar


responsabilidades, no creerse indispensable, solicitar ayuda cuando el trabajo es excesivo o
cuando no se está preparado para afrontarlo, compartir los problemas laborales, las dudas y
opiniones con los compañeros.
En el nivel grupal e interpersonal el empleo de estrategias de prevención e intervención pasan
por fomentar por parte de los compañeros el apoyo social: los individuos obtienen nueva
información, adquieren nuevas habilidades o mejoran las que ya poseen, obtienen refuerzo
social y retroinformación sobre la ejecución de las tareas, y consiguen apoyo emocional,
consejos, u otros tipos de ayuda. Pines define seis formas de ofrecer apoyo: escuchar al sujeto
de forma activa, dar apoyo técnico, crear necesidades y pensamiento de reto, desafío y
creatividad, apoyo emocional y apoyo emocional desafiante, participar en la realidad social del
sujeto confirmando o cuestionándole las creencias sobre sí mismo, autoconcepto, autoeficacia
y autoestima. Es importante considerar el apoyo social formal e informal en la prevención del
burnout, pues mientras los contactos de carácter informal previenen el desarrollo del
síndrome, los formales pueden llegar a incrementarlo, dado que suponen mayor carga e
implicación laboral. Otro aspecto importante es que a largo plazo, el apoyo social, puede crear
dependencia de los demás, baja autoestima y sentimientos de inferioridad. Con relación a las
estrategias para su implantación, el apoyo social en el trabajo puede venir, básicamente, de los
compañeros y de los supervisores, pero uno de los elementos más importantes son los grupos
informales.

El objetivo primordial de los grupos de apoyo es la reducción de los sentimientos de soledad y


agotamiento emocional de los profesionales, el incremento del conocimiento, la ayuda para
desarrollar formas efectivas de tratar los problemas y la facilitación de un trabajo más
confortable. Otra forma de desarrollar el apoyo social en el trabajo es fomentar y entrenar a
los compañeros y a los supervisores en dar retroinformación, mediante la cual se les informa
sobre cómo son percibidos, entendidos y vividosus modos de comportamiento.

En el diagnostico precoz son los primeros en darse cuenta, antes que el propio interesado, son
una importante fuente de apoyo, son quien mejor nos comprenden ya que pasan por lo
mismo; por el contrario, cuando las relaciones son malas, contribuyen a una rápida evolución
del burnout. Por todo esto es de vital importancia fomentar una buena atmósfera de trabajo:

Desde la Administración se plantea ahora la necesidad de intentar articular estrategias de


prevención y de intervención que palíen el malestar que vive la población docente. Habrá que
considerar:

- condiciones de prevención primaria, centradas en medidas de selectividad, orientadas a


evitar que personas con características personológicas y motivacionales poco idóneas, accedan
a la formación profesional de la docencia; así como alternativas de revisión de la formación
que recibe el futuro profesor, ya que se estima que ésta no se adecua suficientemente a las
exigencias actualmente demandadas

- propuestas de prevención secundaria para profesores en activo, que contribuyan a detectar y


superar las dificultades del ejercicio profesional.

- modalidades de prevención terciaria para profesores con desajustes psíquicos, orientadas a


facilitar periodos de readaptación laboral y reequilibrio psíquico.
Las técnicas de prevención incluyen:
– Mantener un estilo de vida saludable (alimentación moderada, honestidad, no
alterarse fácilmente, relajación, paciencia, realización de ejercicio físico y
distracción en algún momento del día para la desconexión con la vida laboral, no
ser aprensivo, etc.).

– Satisfacción en el lugar de trabajo: si no estás satisfecho en el trabajo y te


sientes quemado por ello, pregúntate qué es lo que falla y cómo podrías
afrontarlo.

– Apoyo personal y social: desde lo laboral a lo familiar es muy importante


disponer de este tipo de apoyo, y para todos los ámbitos, ya que nos puede
ayudar con el afrontamiento de la situación desagradable que se padece o incluso
a ver las cosas desde otra perspectiva.

– Comunicaciones abiertas: la comunicación, dentro de la honestidad y la


educación, es un factor muy importante para que podamos expresar lo que
deseamos, siendo asertivos. Es una manera de evitar la despersonalización que se
ha mencionado anteriormente.

– Mejora de la organización personal: la organización siempre es un paso muy


importante para poder llevar a cabo nuestros objetivos en la vida y utilizar las
técnicas de afrontamiento mas propicias para cada caso.

– Desarrollo de habilidades profesionales: no quedarse estancado o bloqueado


y seguir desarrollando habilidades hará que nos sintamos más realizados con
nosotros mismos, y evitando así el sentimiento de esa falta de realización
personal que caracteriza al Síndrome de estar Quemado.

Además de todo esto, sería de gran relevancia comentar que la prevención de este
tipo de estrés, también ha de abordarse desde el enfoque organizacional y no
sólo de forma individual ya que la promoción de la calidad de vida laboral se
consigue mediante la puesta en práctica de políticas óptimas de dirección
organizacional.

EMDR (REPROCESARÍAN Y DESENSIBILIZACIÓN MEDIANTE EL MOVIMIENTO


DE OJOS)

¿Qué es?
Es una técnica psicológica utilizada sobretodo para trabajar trastornos de
ansiedad. El método fue desarrollado y creado por Francine Shapiro en
1987. Ella descubrió que los movimientos oculares involuntarios
reducían el nivel de malestar (ansiedad) ante pensamientos negativos.

El modelo que sustenta la EMDR es complejo y contiene elementos de


procedentes de distintos enfoques, por ejemplo: la psicología
conductual, el procesamiento bioinformacional, la psicología cognitiva o
humanista, los sistemas familiares o la psicodinámica.

El tratamiento puede ser rápido para un trauma simple, llegando a funcionar


en tres sesiones. Para traumas más complejos el tratamiento es más largo.

La meta del tratamiento es que el paciente procese la información sobre el


suceso traumático de forma adaptativa lo que implica una reducción de los
síntomas, un cambio en las creencias y un mejor funcionamiento general de
la persona. Se trabaja en dos fases, la de preparación y la de tratamiento en
sí:

 En la fase de preparación se trabaja una memoria positiva


(asociada a sentimientos de seguridad y calma) que se pueda
utilizar para manejar (contrarrestar) sentimientos negativos que
aparezcan durante la aplicación de la técnica.
 En el tratamiento el paciente narra un acontecimiento traumático
seleccionado. Mientras narra el trauma realiza ejercicios de
estimulación bilateral. El terapeuta interrumpe de vez en cuando
los movimientos bilaterales para asegurarse que el sujeto esta
procesando correctamente el trauma. Son intervalos repetitivos de
30 segundos de atención dual. Cuando el sujeto es capaz de narrar
el suceso sin manifestar estrés emocional entonces se le pide que
elija una cognición positiva respecto al suceso y se centre en ella
mientras continúa.

La estimulación bilateral que se puede utilizar es de tres tipos:

 Visual: Mover los ojos de un lado al otro guiados por el terapeuta,


 Auditiva: Escuchar sonidos alternados en ambos oídos.
 Kinestésica: El terapeuta da suaves golpes de forma alternada sobre las
manos o hombros del sujeto.

La EMDR no es hipnosis y no implica amnesia, ni se duerme a la persona.

¿Por qué funciona?


La idea es que esta técnica funciona por la estimulación bilateral (que es el
elemento diferencial con técnicas similares que se utilizan para estos mismos
trastornos). La estimulación bilateral facilita la conexión entre los dos
hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la
disminución de la carga emocional.

Estos movimientos inducidos pretenden asemejarse a los que se


producen durante la fase REM del sueño, fase en la que se procesan los
acontecimientos ocurridos durante el día. La EMDR pretende ayudar a
eliminar bloqueos producidos en el procesamiento emocional
ocasionados por la gran carga emocional asociada a la memoria del
evento.

¿Para que se utiliza?


Es el tratamiento de elección (junto con la exposición prolongada) para
el trastorno de estrés postraumático. De echo ha sido mucho más
estudiada (y originalmente creada) para este trastorno.

Pero aparte de esto también se ha aplicado en tratamientos de duelo, fobias,


trastornos de ansiedad y pánico, dolor crónico y abuso de sustancias
(por ejemplo el tabaco).

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