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LA LECTURA EN EL PERÚ

Todos estamos de acuerdo que leer libros es un acto plausible y aquel


ávido consumidor de estos es usualmente enaltecido por su gran
capacidad intelectual.

Aquellos que gustan de leer libros saben que los beneficios para la mente
son innumerables, estimula la concentración, la imaginación, la empatía,
la astucia, el intercambio de ideas; mejora la expresión oral y escrita, etc.

Pero, ¿estaríamos de acuerdo en leer cualquier libro una hora


diariamente?

Según el Ministerio de Cultura del Perú, los peruanos leemos menos de un


libro al año, lo cual pone en manifiesto nuestra gran deficiencia en el
hábito de la lectura de libros. Esto podría traducirse en que todas las
habilidades previamente mencionadas las poseen la gran mayoría de
peruanos, pero en un nivel muy bajo; subdesarrollados.

Si se dieron cuenta, hice hincapié en “leer libros” debido a que


sorpresivamente, el 73,0% de los peruanos leen diarios de acuerdo a un
estudio realizado por la SEPP e indagando más aún, el periódico más
vendido en nuestro país es el Trome, un diario dedicado al mundo del
espectáculo y al escándalo de las celebridades cuya primera plana se
caracteriza por tener títulos llamativos y exagerados.

Muchas veces hemos oído la expresión: dime quién con quien andas y te
diré quién eres, una frase muy versátil pues no solo se aplica al tipo de
compañía que tengas, sino que también podemos aplicarlo a este
escenario en donde se relaciona el gusto por el escándalo con un bajo
nivel cultural.

Es así entonces, que el bajo nivel cultural sería el responsable de que


nuestro país tenga tan bajas cifras en la lectura de libros ya que la
población prefiere entretenerse con la prensa rosa, que no tiene ningún
beneficio salvo saciar el morbo por saber de la vida de los demás, a leer
un libro cuyos beneficios para la mente ya han sido declarados.

El problema radica en una combinación de factores como la falta de


bibliotecas, el difícil acceso que tienen los jóvenes a estas, el que no se
promueva el hábito de la lectura a temprana edad y “la cultura del más
vivo”, en donde los menores de edad aprenden a solucionar sus
problemas con el medio más fácil y menos elaborado que puedan
imaginar llegándose en muchos casos a obtener más consecuencias que
beneficios a largo plazo.
Entonces, si queremos aumentar las cifras en la lectura de libros,
incrementar nuestro nivel cultural y adquirir múltiples habilidades que nos
ayudarán a comprender mejor la forma en que piensan las personas y a
solucionar las situaciones que nos presenten de una forma inteligente
tenemos que dedicar muchísima más atención a la lectura de libros en
los jóvenes para que de esta forma sean buenos padres y enseñen bien
a su prole para que un ciclo de buenos pensadores se repita a través de
las generaciones.

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