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Los Viajes de la Pequeña Nefertiti

Hace mucho tiempo en el 1362 antes de la edad cero, en una tierra lejana llamada Egipto, existió una niña
llamada Nefertiti, en su cumpleaños la niña pidió un deseo a los dioses egipcios “viajar a lugares desconocidos”,
este fue cumplido y un día cuando estaba jugando afuera del templo, vio como una luz brillaba, curiosa se dirigió
hasta el lugar de donde provenía la luz, cuando llegó vio que la luz provenía de un gran objeto jamás antes visto,
este objeto tenía una puerta mágica que de pronto se abrió y de allí salieron dos seres mágicos diferentes a ella,
estos le dijeron a la pequeña Nefertiti: –Somos los seres viajeros, hemos venido a cumplir tu deseo. – Visitaremos
grandiosos lugares. Así la niña subió a la nave que rápidamente ascendió por los cielos saliendo de la tierra
viajando por el espacio y llegando a un remolino que los haría viajar en el tiempo. – ¡Llegamos pequeña Nefertiti!
Hemos viajado muchísimos años atrás del Antiguo Egipto –dijeron los seres viajeros – ¡Hurra! –exclamó la niña.

Al bajar de la nave la niña observó cómo muchísimos egipcios la mayoría esclavos trabajaban arduamente,
¡Estaban construyendo la pirámides de Guiza!, ya casi terminaban una, la más grande llamada Keops, pero las
otras dos pirámides las de Kefren y Micerino que para el tiempo en que la pequeña Nefertiti vivía ya estaban
finalizadas, faltaban por terminar de construir. ¡Qué impresionante! –dijo la niña –Este viaje me ha gustado
mucho. –Los seres viajeros le anunciaron a la niña – Bueno Nefertiti ¡es hora de seguir viajando! Viajaremos al
futuro, pero antes haremos una parada en el 3000 antes de la edad cero a Mesopotamia. ¡Estupendo! –exclamó
la niña. Así subieron todos a la nave, volando hasta el espacio en búsqueda de aquel remolino mágico que los
llevaría a su destino.

Su estancia allí no fue muy larga pero la niña Nefertiti con gran asombro notó que aunque Mesopotamia tenía
características similares a Egipto, también eran muy diferentes como que no existía un Faraón sino un Rey, y este
no era considerado un dios como en su cultura sino que más bien era un intermediario entre los dioses y sus
súbditos, otras de las cosas que le encanto a Nefertiti fueron aquellas bellas pinturas hechas en forma de mosaico
que se encontraban dentro de los templos, eran grandes murales llenos de mucho color que deleitaban sus
pequeños ojos. Los seres viajeros le preguntaron a la niña: – ¿Qué te ha parecido este lugar? –Es un encanto, todo
me ha parecido extraordinario. –responde la niña. –Ahora sí, es tiempo de irnos al futuro. – le dicen los seres a
Nefertiti. –¡Pues vámonos! –con alegría indica la niña. Y de nuevo se fueron en la nave, para continuar su mágico
viaje al futuro.

Llegando la niña emocionada pregunta: –¿Dónde estamos? –Hemos viajado al futuro estamos en el 400 antes de
la edad cero en la Antigua Grecia –pronuncian los seres viajeros. –¡Wow! exclama con sorpresa la pequeña –Este
lugar sí que es extraordinario, diferente y desconocido para mí. –observando todo a su alrededor, notó que las
mujeres y los hombres se vestían con túnicas y tenían cuerpos esbeltos. – Se ve que todos aquí cuidan mucho su
cuerpo. – exclama la niña con asombro. Más tarde los seres viajeros llevaron a Nefertiti a visitar el Partenón de
Atenas, cuando llegan hasta allá la pequeña con admiración expresa: – ¡Qué maravilloso templo! Todo tiene una
medida ideal, luce tan perfecto. – Si mi pequeña los griegos le dan mucha importancia a la estética tanto de su
cuerpo como de las construcciones y otras creaciones. –agrega uno de los seres viajeros. Así también visitaron el
templo de Artemisa en Efeso, y conocieron al pintor Polignoto de Tasos apreciando muchas de sus pinturas, y por
último cuando ya regresaban a la nave se encontraron a Mirón de Eléuteras quien les enseño su fastuosa
escultura “El Discóbolo”, con el que la niña quedó magnificada, finalmente se despidieron de todos, y felices
regresaron a la nave para realizar su último viaje.

Mientras se encontraban dentro de la nave viajando en el tiempo a su próximo destino, la pequeña Nefertiti les
dice a los seres viajeros: –¡Qué feliz me siento! ¡ha sido el mejor día que he tenido! De pronto uno de los seres
exclama: ¡Hemos llegado! Esta será nuestra última parada. Nerfertiti nerviosa por lo que conocería pronto y triste
a la vez porque después de este viaje regresaría a su aburrida vida, sintió miedo en salir. Cuando uno de los seres
observó esto le dijo: –Nefertiti no estés triste al finalizar nuestro viaje tenemos una última sorpresa para ti –La
niña contenta otra vez, decidió salir de la nave.

Llegando a Roma cerca del 100 antes de la edad cero, lo primero que visitaron fue el Templo Del Castori, donde
se adoraban a los hijos mellizos del Dios Zeus, un dios griego del cual la niña ya conocía por su viaje anterior, esta
adoración se realizaba en agradecimiento a una batalla militar ganada por los romanos, allí la niña pudo observar
que los soldados romanos se vestían utilizando uniformes de color rojo o blanco que los distinguían de las demás
personas, también se colocaban cascos llamados gáleas y corazas metálicas que le servían de protección durante
las batallas. Otro lugar que visitaron fue El templo di Apolo Sosiano, donde se adoraba al dios Apolo. La niña notó
que en Roma existían muchas características parecidas a la cultura griega. Pero fue cuando los seres viajeros
llevaron a la niña a Pompeya donde con admiración pudo notar que no sólo la cultura romana tenía
características griegas, sino que en algunas construcciones como el templo de Isis en Pompeya pudieron ver que
un poco de la cultura egipcia estaba inmersa en la cultura romana al disfrutar de los magníficos murales que
estaban dentro del templo, que aunque estaban realizados en un estilo de tradición romana poseían muchas
características egipcias, algo que cautivo a la niña y le fue de mucho agrado.

Al finalizar este viaje por la Antigua Roma, todos subieron a la nave felices por todo el recorrido que habían
realizado y con emoción regresaron al hogar de Nefertiti. Con mucha emoción y lágrimas en los ojos la pequeña
Nefertiti se despidió diciéndoles: – Gracias por este hermoso viaje nunca lo olvidare y los olvidare. –Los seres
viajeros le recordaron a la niña que le tenían una última sorpresa diciéndole – Antes de irnos queremos dejarte un
regalo y será el don de ser escuchada, cuando crezcas harás cosas importantes y el pueblo de Egipto te conocerá,
serás fiel representante de tu nombre Nefertiti que significa Bondad de Atón, la bella ha llegado, y lograras
convertirte en una reina – faraón, para gobernar junto a tu esposo, y algún día volveremos y te llevaremos para
que viajes nuevamente con nosotros mi niña. La pequeña los abrazó y agradeció por el don recibido, así estos
seres increíbles se fueron en su gran objeto mágico, mientras que la niña los vio alejarse por los cielos cada vez
más y más, hasta que desaparecieron.

FIN

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