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Emma BarRANDEGUY HABITACIONES Prologo de Maria Moreno NTarscarece paovncnt pee 0 ands “AVTERCE ET REAAAIOE | Ferree ey Sew SPSS ee ee eee Corer eee Coleceién Aqui me pongo a cantar Dirigida por Marfa Moreno Disefio de ta: Alsanna Cortez Diagramacisn: Orcenter © 2002, Catiloges Ay, Independencia 1860 1225 ~ Buenos Aires - Argentina ‘Telefax 5411 4381-5708/58794462 worncatalogosedit.com ar E-mail catalogos@ ciudad com ar ISBN 950-895-128-1 ‘Todos los derechos reservados. Probibida la reproduccién toal o parcial de esta obra, por cualquier procedimiento (ya sea grifico, electrOnico, 6ptico, quimico, mecinico, fotocopias, etc.) y el almacenamiento o transmisién de sus conteniddos en soportes magnézicos, sonoros, visuales o de cualquier otro tipo, sin permiso expreso del editor. Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Impreso em Argentina / Printed in Argentina Para Alfredo J.J. Weis HABITACIONES Prdlogo Esta novela fue escrita hacia fines de los afos cincuen- 12. No porazar, ya que en sus pliogues se respira a aemdsfera liberearia que esallarfa en fa d&cada siguiente. Pero con wna diferencia norora: Por sobre el mandi ideolSgicoy la pe- ripecia existencialista sobrevive en ella una soltura sensual {que evoca la relectura modernista de los griegos, anterior a 1a tragedia colectiva de la primera guerra, y el proyecto cor- poral del socialismo ut6pico, disperso bajo los imperativos del Capital analizado como racionalidad de la produccisn, Lapalabra “novela” exge wna duda. Habitcanes, como todas las obras de Emma Barrandéguy, que ells sintetiza de ‘una manera injusta como de catarss, cuenta los avatares de ‘una conciencia en la mejor tradicign memorialsta nacional Victoria Ocampo, LV. Mansillz~ En sus encrelineas puede leerse una reflexin sobre el destino de una intelectsal que noes porteftay no por eso concedié en jugar de regionalista y que “affancesada” con ironia, comparté la mismna luz de _=provincia con Juan L, Ortie y Carlos Mastronardi, Lo hizo ‘ajo la consigna de “intentar demoler la sociedad burguesa injusta y evar la introspeccién hasta los iltimos posibles GUOCODLESSS*e See we eo 9 3 > 9 > 10 Eun Bagtanoecuy En la lectura de EI segundo sexo de Simone de Beauvoir yy en los tomos de sus autobiografiss, Emma Barrandéguy recibi6 la marca que la enfrencara a esa palabra que el cuer- po rescaté de la politica, libertad. Los interioresiluminados aqui son también los del interior los de una culeura sumergi- dda ~alejada de la metrépolis~ lade las familias undidas y de los terratenientes asolados por l neva burguestade comien= 208 de los afios 20. Como en las memorias de Victoria (Ocampo, la aurobiograia se funde con Ia biografia de la pa- “Cuando mi abuelo se suicidaba en 1896, por pérdida de sus cosechas, Eduardo Wilde, aquel ministro de educa- ign autonomista, defensor dela ley laica de ensefanza,ter- minaba su Prometeo y Cia, conscripcin como artillero en Ramos Mejia, ya doblaba el nuevo siglo y la guerra con Chile era una posibilidad”. Pero si para Victoria Ocampo era urgente rescatar la rosa de la mierda, para Emma Barrandéguy es preciso, bajo la gufa de su maestro Rail Gonzaler Tuti6n, blindavl, conversirla en Habitaciones ese relato con que el recuerdo orden wn amor que sobresale en wna “red sentimental” no slo por st condicién de prohibido sino porque esti destinado a encar- nar aquello que la pasi6n suele ubicar como exterior a toda Serie posible. Que ese relato se ordene dando testimonio ante ‘oro lo emparenta al Alexis de Marguerite Yourcenar aun- {que quien io haga se cuente en wna posicién totalmente dis- tuntaa lade Adriano, la de alguien que se piensa en posicién de subordinacién pero que, desde ali ejerceestratégicamente lncritca a todo aquello que lo subordina: la especie, la clase social, los deseos de acuerdo a cada sexo. El amor de la na- sadora por aquella 2 quien nombra Florencia no lleva a la ppreguata sobre lo que el protocolo psicolégico llama aenta- ‘én sexual sino al recorrido licido por los desfiladeros de tuna basqueda erética instalada en tna soberania que los f HABITACIONES " | I6sofos eatsticos con quienes Emma Barrandéguy polemi b Glam eercinds Sect tr ae | eragedia~ como inadmisible para los dilemas de ia carne | Escrita macho antes de que se tcorizara sobre asic | por delante de elas, en un horizonte mis radical en nro gue denuncis los espeismos de toda lecisn, la utiles | dade los deseo y de sus formas, “el anhelo de una puetss | abiera hacia ors habitciones, hacia nuevas experiencing | ‘Aledo Wess encarna i lecmos el nombre en ade |, dicaoriay el de ss segunda persona ante la que el ead tesdmonio en correlitoaciertoe dios esboras por lea mma~s tin hombre de Sur es decirquepertenece a una Coal lon de a clara ale argentina, Frente a vox dela =| | radora vuelve juga como la contacra de de Vieira campo: los interiors euyasconinasdesorre no son 80 los de un amor que no os decir su nombre sino los de wna cultura de oposicign, la dela izquierda de lov aos seins, republicans, comunita ya menudo, prosept yen donde aquellos amores debian permanecer ena penumbra de dlenacin burguesa,Entonces, comoen una cj chit, cade (itlrscande to gee ines oaiysgweee, | soar Socurends nse eins Det ote Rete Ksiortresn ocean pte partic see she See ee eeca ace ee eens ae ae ee Cee ote eee ae Gece ee ae ace Seagate omnes ales | Soon ae Cee ee eee cee eee er coe ioed sees bay tccnece- 2 Eva Bateanogcuy HABITACIONES B En ese sentido las confesiones laicas que desnudan el text, lejos de constituir una justficacién son el detalle, a cevidencia de todo lo que escapaba al saber superior del ma- cho, todo aquello donde éste nade podria saber; ealizadss con tun tono muy alejado de la autocompasin, uilizan Ja mo- desta afectada con que ls mujeres ~desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta Mariquita Sinchez pasando por Victoria ‘Ocampo misma se han dirigido a la autoridad para enrostrarle sus excesos cuando no sus debilidades: "Sos fe- liz, Alfredo, me pregunto ahora, vos que lens bien las con- diciones exigidas por la estadistca y las noticias finebres: esposa, hijs, sociedades anénimas? Zo simplemente no te has interrogado tanto como yo y seguiste viviendo cada dia, que es lo que en realidad deberfamos hacer y hacemos, no es cierto? Tirar, nomis. Seguirtirando, 2Hasta? Hasta la muer- El final de Habitaciones es una cia del final de La (ada de Simone de Beavoir ssl que los personajes no estin en los mismos lugares ltrizngulo no ex equitero: la mu~ Jer ms joven privlegia su vinculo con la otra mujer y el Tivalesel hombre. Es umbién una resolucion que empujael ‘estimonio ala fccin_ para que se vuela novela de trans- ages y la ley deje caer su peso, memos para subrayar su inexorable acs que para hacer mis transparent el huge dela victima. Porque Emma Barrandéguy expone dilertasP que ponen en evidencia la desigualdad de poderes mientras que La ined ignoraba el derecho de pernada intelectual sjercido por el mis fuerte y que valve iusora toda igual- dad, Ese final es estoico y, en cierro modo, feliz: CAcaso no constiiye un final fia conservar el amor pasién, sustra- yéndolo ala decadencia y la muerte? Fue realmente un accidente fal oun sacrificio confer gemplares, el hecho de aque Florencia manchara de sangre la mano del abogado, de ‘un homme de yy de una astoridad intelectual? El lector ue no se contente con el lugar de Voyeur -s lo iciera quedaria desilusionado— podré averiguarlo si consiente en sbrir los osigosy mir hacia adeno, siempre que lo hag cona Hsbitacions io exige, cr ca | Mere Moreno ios sila en tia ini a te te ie oe a ae | ape HABITACIONES “Quier y wml or cuyas brass oka vy, lone cn pa er flz, or em Poesy betirys a HABITACIONES 7 Querido Alfredo, te cuento Estoy sol Por eso, a pesar de que tengo puesta la po- llera negra y ers de esperar que me ensuciara con el polvo, decid arreglar el estate de arriba dela biblioteca, poniendo juntos todos los libros que queria tener 2 mano. Es claro que {quizd me critiearias que al lado de Bl jugueterabiosopusiers el Baudelaire de Sartre y al lado de éste Sidahara y mis alls el libro de Simmel sobre la moda. No hay razones que guiew lo que hago. Pero To imporeante es que di con laseleccin de poesia estadounidense que me dedicaste y que sabia que por all andaba, Fue sno de los primeros libros que editaste y mientras permanectcasada lo have jianto a cus cartas, envuelto en pa~ pel de seda La cosas, et verdad, se miran poco como los ‘cuadros de Li paredes ~uno se acostumbra-,pero sé que all sci eu dedicatoria, an elogiosa. Siempre me asombrd que Pudieras decirme que “todo me lo debes a mi". éCémo pue~ de alguien deberme 2 mi todo lo que ha sido? Es claro que fen ese entonces éramos j6venes y que vos estabas enamora- do, pero de todos modos no me veo capaz de haber arbitrado nunca el destino de nadie, Sin embargo, tus palabras me en- orgullecen. El si, me digo, si me vio entonces como en realidad so. Cuesta poco apoyarse en la vanidad para seguir, andando. Creerse que hay una realidad mejor, de laque par- ticipammos ) a a onl as cy se sone ae co ca oe ne we wewu.wdiopns, a wae perevpsvewveuvueseCcuuew 18 Ewa Battanoecuy En honor la verdad, siempre atu lado me sent segu- #3, no intelectualmente segura, pues vets a veces que no po dia seguir, que no estaba en pie de igualdad con vos, que ni habia lefdo a Dylan Thomas ni conocia las demoledoras ‘menudencias que vos conocias de los literatos argentinos, Pero me sentia segura y comiaa tu lado en los restaurantes donde los mozos te conocian, sin que mi ropa de salir dela coficina, ni mi cabeza trabajosamente arreglada los domin- 180s, ni mis medias de camintar me crearan el menor comple Jo. Nia vos. Vos sabias bien lo que convenia comer, lo que ‘ra rico sin pretensiones burguesas y el vino adecuado y el postre sensacional que gustaba a todas las mujeres. Yaquella -¥ez que te manchaste li corbata ingles y te sentiste molesto hnasta la furia cuando el mozo te oftecié taleo, no pude dejat de sentir una ternura infinita. Quieé lo comprendiste y s2- ‘bias que és eran las cosas que nos nian. Nivos te ofas decir: “Pero, querido..” ni yo tenia que decirlo pensando en lo. que ime costaba elegir y comprar is crbatas de mi marido para ue él un dia que tenia unas copas de ms, las arrancara todas dde la puerta del ropero y sc las regalara a mi primo. ‘Quiero decirte con esto que cuando estibamos juntos . > . . ’ ; HABITACIONES 31 Florencia ¢ Es verano, Florencia abre su camisa de muchacho para ‘mostrarme su nuevo corpifo. —tLe gusta? —me pregunta Mi edad me autoriza al cinisme: No, no es trinsparente —iAh, sies por eso.! Y¥ con ademin ripido ~Zy habitual? se desnuda un echo y lleva mi mano hacia Nola deseo, en ese momento, pero acepto su piel y su carne y anoto, dentro del episodio, su sonrisa satisecta y vyencedora Estaes Florencia, que ingresé dos veces a mi vida para desquiciarla y se quemé y nos quemé con su fuego. Pot mi parte, tal ver, bien merecido, Florencia me trataba de usted, vos sabés, Alfredo. Desnuda sobre la cama, con sus pechos espaciados y redondos, sf, como los de la Maja de Goya, me decia cuando yo mal me defendis de su capricho: 2 usted se vaa perder todo esto? ‘Como caracterizacion de un tipo psicolégico, la ex- presién parece bastar. No obstante, habia mis inocencia de | que pensamos en lo que la Nifia decia y hacfa, Y no creas 52 Evan Basanti HABITACIONES, 33 que esl carifo que me dicta esas palabras sino la observa ‘ion a distancia, que hora resulta fil Al decir inocencia quizi me refiera a sinceridad. Florencia se crea realmente valisa y deseaba que yo la qui- siera.Pienso que 2 vos te adiaba,o que recelaba de vos por- que te ubicabas fuera de ese Ambito flsico en el que ella se ‘mangjaba conmigo, __Con vos yo me quedaba eallada y escuchaba; con ella pon‘a el méximo de mi ingenio y prodigaba mis charlas cn afin de suscitar admiracién. Ademés estaba el deseo, Eran dos mundos diversos e irreconciliables. En el medio se mo- ‘ian, a su vez, otros seres. ‘No, yo no estaba dispuesta a perderme todo aquello, por supuesto... Alfredo, te cuento ¢ Sis como deca al principio Sar, nade ms qu ano cs responsi de ss propasaceones sia que ls comtngen- a tuya para nada en las detrminaciones, inde Gur tac ds que yo dein solocionar lama ce mi vida, acho empo ine he debatido pensindolo.¥ siempre he bud de is decison. Fists que la soloci que medio mano mete en conBdenis Reconotco aber orga hs vnculacones qu crea- tan slredodor mo una ted sentimental. Peo el deco no fod e ciao susein vnclaiones =e imposible no hax Caron ena media en que la ligasn 3 hace osesiva Reconoveo ambien que a imposbiida de romper sed deve de haber suri del deseo permanente de queda bien, dz que no pensen mal deg y o del emor de hacer sti Tel demts como tipsriament he gusta de repetiioy imc hasta kare po, reser he dead quel impo ratarade args coins, dose -corara samara in que etTsion a Jord remedio i siniers de ads, Las suaciones fueron yor exp arstiadosey easandoa los dems un suitimien~ Te guid tmayor que el de una ruptrs defini: el st Imig de vor mural cargo yd soportar todas is crcl Eas inp ens mgjr buena volunad. Todo eto pienso cua ver que eamino mi posi hacia aquelo se [SBR 2 Sega Ie ee EE EC SAL CSSOCESESCSESCIOSSS' 8 ° 8 8 2 2 a ® 2 a > > > a4 Evawa Basanoccuy £4 los que fen busca de comespondencia ya os que lex zxribuyo ti “esclvitud, cuando tn realidad fa co hey ‘to are logue youve que mi idea del amore an educa que egaba 4 identifica exclusament cone sea? Gea nse laatcci, cea cl afeto. ND hay ott manera dees {Oca ies ra an la queers nponbic descr. arid? Tanta mi solid de emumek devon oe EE que miro hacia el pasado no dg de oreo oma {Tes seo pregunan acs?” “* Preesnteme Sélo sé que he exado destinaaagcasionary merecer todi clase de desacuerdos. Asi me lo han hecho presente, por lo menos. Menos vos, sc entende, Por anh ian do sin embarn,legars cuss tines cacao foes ba idensteado la Incider con s forma ale ee soci? Dos cos sé que son en mi cnstntes: fase de aprobicgay la bisqied Bi, Hublospecin ooc ice iis capichostuvieran le aquiccenca dl ones ke rodeaban, © que yo habia elegido en otros momento. de get abandonada, pero todo eso complicaba cada vez mis las cosas, coartaba cada vez mis mi libertad, mi tiempo. pasa ena realidad de mi vinclaci con ella

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