ayuda a la solubilización de las proteínas, lo que favorece la ligazón entre las
distintas materias primas, impartiendo una consistencia más adecuada a la
masa embutida, mejora las propiedades emulsionantes, etc. Para sazonar los embutidos se emplean, además, mezclas de una amplia variedad de componentes tales como pimentón, canela, pimienta, ajo, orégano, azúcar, etc., de acuerdo con la especificidad del producto de que se trate.