Está en la página 1de 17

Sarmiento frente a España.

Visiones de una Argentina romántica en el mundo


Author(s): Alejandra Laera
Source: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 41, No. 82 (2015), pp. 37-52
Published by: Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/44475406
Accessed: 12-03-2018 20:39 UTC

JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide
range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and
facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at
http://about.jstor.org/terms

Centro de Estudios Literarios "Antonio Cornejo Polar"- CELACP is collaborating with


JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Revista de Crítica Literaria Latinoamericana
Año XLI, N° 82. Lima-Boston, 2do semestre de 2015, pp. 37-52

Sarmiento frente a España.


Visiones de una Argentina romántica en el mundo

Alejandra Laera
Universidad de Buenos Aires / CONICET

Resumen

El artículo aborda un aspecto central de la relación entre Europa e Hispanoa-


mérica que despliega Domingo F. Sarmiento en sus Viajes (1845-1847). Para
ello, trabaja con el relato del viaje a Francia y a España, y el modo en que se
distancia de las "impresiones de viaje". El planteo principal es que la idea de
orientalismo, de corte romántico, le permite a Sarmiento procesar la situación
de minoridad lingüística y cultural del Río de Plata y reposicionarse respecto de
la cultura europea. En ese sentido, su relato de viajes retoma y reconfigura las
nociones de color local, exotismo y orientalismo que había planteado Facundo
(1845).
Palabras clave-. Domingo F. Sarmiento, relato de viajes, antihispanismo, orienta-
lismo, romanticismo, color local.

Abstract

This paper examines the complex relationship between mid- 19th century His-
panic American culture and Europe by looking at one of the salient sentiments
in Domingo F. Sarmiento's Viajes (1845-1847): his antihispanism. Specifically, it
focuses on the sections on France and Spain, where Sarmiento's work signifi-
candy eschews the style of "travel impressions". In those sections, Romantic
orientalism allows Sarmiento to both inscribe the minority status of Río de la
Plata's culture and language politically, and to position himself in the larger
context of European culture. This rhetorical maneuver enables Sarmiento to
revisit and reconfigure notions of local color, exotism and orientalism he had
explored in Facundo (1845).
Keywords: Domingo F. Sarmiento, travel narrative, antihispanism, orientalism,
romanticism, local color.

La anécdota que me interesa compartir en esta oportunidad está


narrada en una carta que Domingo Faustino Sarmiento escribe des-
de París, en 1846, durante su viaje a Europa. A fines del año ante-

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
38 Alejandra Laera

fior, Sarmiento ha salido de Santia


enviado por el gobierno en misión of
europeo y norteamericano de educ
escribe sus impresiones en forma de
colegas de Hispanoamérica, que reu
1849. Entre esas cartas, una de las
desde París a su amigo Antonino A
Chile por oposición al gobierno san
ñado por Sarmiento, el espacio donde
gran consagración en la República m
de consagración à la Pascale Casano
desde el siglo XVIII y hasta prome
otorgaba visibilidad y legitimidad
aquellos provenientes de las periferia
rios y su distribución desigual de rec
142)1. Para lograrlo, decía Sarmient
recomendación del gobierno chileno,
en 1845 a modo de propaganda ant
tas llevo para penetrar en París, l
bierno de Chile y el Facundo ; tengo

1 En cuanto a la consagración, afirma C


cimiento por parte de la crítica autónoma
literaria" y que "La transmutación mágic
res es, para los textos procedentes de reg
cambio de naturaleza: un tránsito de la inex
invisibilidad al estado de literatura, trans
(172). Más allá de los matices que se podría
esquema centro-periferia que conlleva la
enfatizar es que Sarmiento asume una po
tipo de ideas (su ratificación de lo naciona
frente a interpretaciones europeas de la r
ca, para su imposición, consagración y val
europea, universal o incluso extranjera; ver
El entonces ministro de educación Ma
Sarmiento, envía una carta, a la que se ref
plomático de la cancillería chilena en Parí
cho, una entrevista privada con el minist
de las actividades de Sarmiento en su est
715). Todas las citas de Sarmiento en sus
1981, que normaliza y actualiza la ortografí

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 39

Sarmiento espera entregar su libro a d


escena política y cultural francesa, hacer
tuación en el Río de la Plata y explicar
civilización/barbarie. Pero también esp
tado por los críticos en la prensa, en par
me des Deux Mondes .
Sin embargo -y acá se inicia la anécd
gunda llave, es decir el libro, esta no fun
envío de ejemplares hecho desde Valp
había perdido y Sarmiento llevaba cons
cual se hacía imposible entregarlo a los d
por lo tanto, difundirlo como tenía pr
dos meses después, consigue dejarlo en la
ro pasan varias semanas más sin noticias
con efusividad, lo invitan a colaborar pe
una próxima reseña del Facundo . Pese a
porque el artículo le hace falta para pres
"En París -afirma- no hay otro título pa
ser autor o rey" ( Viajes 137). Por eso
querido ser introducido todavía a Jule
Lamartine: "no quiero verlos como
-explica-; quiero tener títulos para prese
an que satisfago una curiosidad de viaj
saldrá finalmente en diciembre, cuando
España para llegar a Barcelona: consta
mentario del Facundo con la firma del esp
libros hispanoamericanos Charles Maza
de poner en circulación, pero, sobre todo
volver a Chile y unos años después en
La anécdota, podríamos decir, tiene un
consagra en París tal como hubiera queri
muy bien en su consagración americana
ca a las teorizaciones de Pascale Casano
De toda la anécdota, quiero detenerm
Sarmiento, con su único ejemplar del Facu
que alguien lo recomiende a la prensa;
tarse cómo hacer para entregarlo a tod
mismo tiempo. Escribe entonces: "Yo q

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
40 Alejandra Laera

que encontraba, io anco /, pero mi


español es una lengua desconocid
que sólo se habló en tiempo de Lo
ha degenerado en dialecto inman
ideas" ( Viajes 135). Y concluye a
"Tengo, pues, que gastar cien franc
traduzca una parte" (1 Viajes 135)
parisina, Sarmiento pone las dific
ser un visitante (un extranjero) en
Y lo hace doblemente. Primero, p
español", esto es: el español del R
que, en principio, se habla en Esp
por ser la lengua de España, estar
las lenguas que se hablan en la Eu
namiento expuesto por Sarmien
llano, el que se convierte en un d
force sarmientino, no lo es estricta
como lo son otras lenguas que se
podría llegar a decirse del "mal
que se trata de una suerte de dial
"inmanejable para la expresión de l
el castellano no sólo deja de ser in
ser comprendido y apreciado, sino
español rioplatense.
Desconocido en París, el castella
habla malamente un argentino, en u
demos a los rasgos que dan Gilles
finir a la literatura menor, se trat
que, en la coyuntura postcolonial
respecto del castellano, políticamen
de ser un dispositivo colectivo (31
miento está en situación de mino
miento se propone, antes que most
cómo ello explica en gran medida
hacer, de la situación de minoridad
tura. En la operación sarmientina q
al relato de su reseña en la Revue de
deja de ser, por su propia condici

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 41

bién en España), "inmanejable para la ex


vez más, aunque con un sentido inverso
entonces, la solución más apropiada result
No es sino por medio de la traducción
posición en París. Ya no es él quien traduc
cia con Europa -como lo había hecho en
aprender la gramática inglesa, con las nov
go después, para difundirlos en la pre
francés ( Recuerdos de provinda)-, sino qu
hacerlo implica la necesidad de enfatiza
respecto de lo español, y por lo tanto su g
mismo movimiento con el que el texto
inmanejable para la expresión de las ide
en París. Como si dijéramos: cuando las
expresan mejor3. Ahora bien: ¿quién es ca
menor en París, donde, como descubre Sa
Acá quiero mencionar un hecho que m
que -hasta donde sé- no ha sido destaca
buscar un traductor para su libro en P
preparado y con tan claras expectativas
prende al llegar a Europa es el desconoc
ñola en Francia. Sólo eso explica que no
traducción del Facundo en Chile, donde te
de tiempo, menos urgencia (aun cuando
bastante repentinamente). Sólo eso expl
do a la improvisación un hecho sin el cual
tativas se verían frustradas. No puedo s
imposibilidad de hacer conocer el libro, e
reconocido como un par, como escrito
cordemos que Sarmiento acaba de llegar a
España, pero también que, además de h

3 La escena no puede sino recordarnos la oper


tue point les idées!" que Sarmiento usa como epíg
original y en traducción acriollada ("A los hom
varias veces a lo largo de su obra y que siempre
cias culturales en el terreno del don de lenguas; S
cruzar la frontera en su exilio a Chile, y sabe q
pueden entenderlo ( Facundo 4-5).

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
42 Alejandra Laera

numerosos artículos periodísticos,


Andrés Bello acerca del español, en
gramatical de Bello, él propone una r
la prosodia4. A todo esto, hay que su
davía: la idea de mundo (civilizado)
al que el Río de la Plata pertenecía po
que ir a ocupar su lugar. Que Sarmien
nes por lo que sabía a través de los
guas por su cuenta (entre ellas el fra
suponiendo que podía entenderlas y
idea de mundo según la cual la perten
so a la cultura universal una cuestión de voluntad. Una idea de
mundo que, paradójicamente, revela su desconocimiento. Justamen-
te Sarmiento, que para garantizarse ese derecho y acortar distancias
se dedicó a la traducción (traducción cultural que implicaba traduc-
ción de lenguas), se encuentra -de pronto- en la necesidad de ser
traducido para sus pares5.
Entonces, volviendo: ¿quién puede traducir esa lengua menor en
París? Para referirse al traductor del español, Sarmiento usa la pala-
bra "orientalista": "Tengo, pues, que gastar cien francos para que
algún orientalista me traduzca una parte" ( Viajes 135). No busca
Sarmiento apenas un traductor ni alguien que simplemente sepa cas-
tellano, no busca Sarmiento un letrado que domine la lengua espa-
ñola como bien podría dominar el inglés ni tampoco un viajero en
condiciones de pasar su texto al francés. Busca, en cambio, un
orientalista, una suerte de especialista -podría decirse a esa altura del
siglo XIX, que ya había conocido a Silvestre de Sacy- en aquello
más previsiblemente vinculado con el lejano y el cercano Oriente,
con Asia, con el mundo árabe, con Egipto...6. Por supuesto, Sar-

4 Para la posición de Sarmiento en la polémica que sostuvo con Andrés Be-


llo en 1842, ver particularmente, entre otros, "Ejercicios populares de la lengua
castellana" y "Se contesta a un comunicado" ( Mercurio , 17/4y7/5) ( Polémicas de
Santiago de Chile 1842).
En un movimiento muy diferente al previsible dentro del mundo cultural:
que los pares y/ o la crítica lean un libro en el original y decidan traducirlo para
ampliar su difusión.
6 Dice Edward Said con respecto al proceso de especialización del orienta-
lismo que, en líneas generales y a lo largo del siglo XIX, va de los escritos de los

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 43

miento se refiere a un orientalista en tér


cos; sin embargo, a la luz de los capítul
ción -correspondientes a la primera parte
habitantes-, los mismos que glosaría Char
te-rendu para la Revue des Deux Mondes, pod
lismo filológico nunca se restringe a la
implica una visión del mundo. Lo españo
hispanoamericano fuera de la idea de m
por la idea de progreso, sino que lo lleva
y lo exotiza; lo español se convierte en
antiguos vínculos con el mundo árabe (u
el mismo Sarmiento había aprovechado en
analogía entre las estepas y la llanura, en
mestizo, entre el despotismo oriental y
sino en la propia lengua7. El color local, p
Sarmiento al que puede imaginárselo má
dica en la lengua; esto es: en lo que lo e
llano (¡y no de más oriental!). Sarmiento s
una España exotizada y totalmente rom
de conocerla: una España que es y no es
do. Una España que, orientalizada tamb
propio Sarmiento, en tanto hispanoameri
tico. Sarmiento, que va a mirar y a con
conocer y explicar, se encuentra en París
y por extensión, de sí mismo, que no e
sólo por un error de interpretación so

viajeros a la academización: "El orientalismo, c


ganiza sistemáticamente adquiriendo material ori
regulada. Por un lado están las obras de gram
textos originales adquiridos, y por otro, la exten
mérico de todas estas obras o incluso el hecho
este conocimiento" (205).
7 Sobre las analogías orientalistas y su conex
forma de gobierno, ver Altamirano, "El orient
en Facundo " 178-191; sobre el recurso general
Ricardo Piglia, "Notas sobre Facundo " 7.

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
44 Alejandra Laera

sino por su exotización (que literali


un recurso comparativo que le servía
Antes de terminar la lectura de esta
ta que escribe desde España, querrí
refiero a los cien francos que Sarm
mente para pagarle la traducción al o
trada de agosto de 1846 del Diario d
consigna 102 francos y aclara: "Pag
ducción de la primera parte del Facu
caro ha pagado en París Sarmiento
francés de unos capítulos de su lib
mismo le ha salido un mes de alquile
amigo, un poco más es lo que pagó
chaleco ( Viajes 167-168 y 172-176).
por un orientalista, en la París de m
mente caro. Lo que paradójicament
ción de objeto exótico, un objeto de v
color local, del romanticismo, de lo p
es que lo español, tan devaluado cu
revaloriza en tanto objeto cultural inf
Después de esa experiencia en Par
cuyo relato de viaje dedica al escrit
Lastarria, "el escritor rayano en cu
francés" {Viajes 184). Lastarria, con q
el tratamiento empleado en la carta -
entre ambos no lo demuestre tan c
gunda persona del plural: "os escri
blar de España, Sarmiento habla prim
empezar, y ya por total elección y n
sobre la ortografía, la pronunciación
ra aprendido de las circunstancias
español" haciéndolo traducir al fra

8 ¿Descompensación de sus impresiones


cualquier caso, la imagen de Sarmiento evit
figuras de la escena política y cultural fran
como mira el viajero "los pájaros raros" es
Sarmiento que se infiere de todo el episod
tellano y su necesidad de traducción.

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 45

la potencia de la lengua menor y dirime


en la pequeña diferencia lingüística. En u
que la desviación de la ortografía usual e
tal entre España y las colonias. Sarmient
no importa, que allá no leen libros esp
tienen autores, ni escritores ni nada.
ustedes aquí y nosotros allá traducimos,
ferente que ustedes escriban de un modo
otro" ( Viajes 184). En este ingreso a la s
ña, y frente a la noción de colonia, Sar
sosteniendo la lengua menor (y de pas
propia reforma ortográfica frente al acad
A diferencia de lo ocurrido en otras
emanicipatorio de la América hispana,
hispanismo fue prácticamente unánime y
da la llevó adelante la autoproclamada
pertenecía Sarmiento10. En las lecturas d
en la librería de Marcos Sastre, que pr
verría, Juan Bautista Alberdi y Juan Mar

9 En la polémica contra el academicismo, señ


tes, en artículo del Mercurio del 17/4/1842: "C
hemos de repudiar en nuestro lenguaje, hablad
dismos que nos ha entregado formados el pueb
expresivos son, al mismo tiempo que recibim
usan los escritores españoles y que han recibid
del cual viven. La soberanía del pueblo tiene t
el idioma; los gramáticos son como el senado c
a los embates populares, para conservar la rut
tro juicio, si nos perdonan la mala palabra, el
de la sociedad habladora; pero, como los de su
reducido a gritar y desternillarse contra la corr
las innovaciones" ("Ejercicios populares de la l
Los jóvenes de la Generación del 37 se reun
nizado en la librería de Marcos Sastre, donde
hasta que debió suspenderse por conflictos con
Juan Manuel de Rosas; el Salón tuvo eco en e
otras provincias del Río de la Plata, como San
Sarmiento. Una vez que los conflictos con Ros
tos provocaron el exilio de sus integrantes, el
tinuó, sobre todo, epistolarmente.

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
46 Alejandra Laera

fue, de hecho, el antihispanismo, un


se al revisar la exposición de Gutiérr
lengua. Gutiérrez será claro y contun
sólo de distinguirse, sino de separars
Nula, pues, la ciencia y la literatura esp
nos completamente con ellas, emancipa
ciones peninsulares, como supimos hace
mamos libres. Quedamos aún ligados por
idioma; pero este debe aflojarse de día
trando en el movimiento intelectual de
pa. Para esto es necesario que nos fami
jeros, y hagamos constante estudio d
aquellos se produzca de bueno, interesan

Sarmiento sigue, en cuanto al antih


neración, sólo que les da, poniendo
puesta de reforma ortográfica, una i
separa del academicismo español, si
personaje de la importancia de André
coincide en lo político. Pero, sobre to
neres, porque convierte su reforma
de originalidad al ponerla en práctica
especie de escritura privada -ya q
llegó a adoptarla-, Sarmiento redob
menor. Por caminos diferentes, Sar
más antihispanistas de todos los r
muestra este episodio tardío: todav
ingreso a la Real Academia Español
plica en su respuesta pública y a lo lar
que debe rechazar una implícita colon
secuencias en otras zonas del pensam

11 Tras una disquisición específica sobre


tablada en la prensa sobre el tema, conclu
para un sudamericano la aceptación de u
Española. Su aceptación liga y ata con el v
pone a la urbanidad, si no entero someti
aquel cuerpo, que como compuesto de ho
políticas que afectan a la comunidad, al m
por esas opiniones; y yo no estoy seguro
las de la Academia [...]" (72-73). Habría qu

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 47

Ahora bien: ¿cómo logra resolver Sarm


relato del viaje, la relación entre la neces
luación de lo español y el color local inhe
todo romántico le resultaba imprescindib
parejamente la crítica a lo español y e
español? ¿O, para sostener la distancia
orientalista? Desde la escena inicial de
Sarmiento presenta el color local (lo po
leo, ante todo, el planteo de un gran ma
puede reconstruirse más o menos así: si
tino respecto de los europeos no españ
da, es la posibilidad de reconocer la leng
lo que ve; en cambio, "el extranjero qu
zada de palabras incoherentes, se cree en
clara a España el país más romanesco, má
extra-mundanal que pudo soñarse jamás"
aquel que encuentra lo exótico en Espa
bla castellano, mientras un argentino, al
ñar. Por esa vía, el argentino resulta supe
por ejemplo, un francés o un inglés. Y d
rece, en España -ya que no lo fue en F
cepcional. Un viajero, a la vez, de otros v
Así como en la introducción de los V
de Alexandre Dumas era difícil escribir
sara de verdad al lector, dado que en s
"si lo que se lee es una novela capricho
punto edénico de la tierra", en esta car
incluir a Dumas entre quienes leen el
pensan la comprensión insuficiente co
187). Y es en la analogía donde se gesta
de la atmósfera, en los tintes del hori
reconocía seguramente Dumas paisajes

siglo XX para que tuviera lugar un giro hispan


muchos casos, de una relectura acorde de la o
particular en algunas de las biografías que de
Centenario de su nacimiento, como la Historia
nes (1911).

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
48 Alejandra Laera

blemente, sin haberlos visto" en sus


describir la operación de Dumas,
mo si no se diera cuenta!- describir
do: su propia analogía entre las pam
un territorio que desconocía y sobr
un espacio que conocía por los in
aspecto físico de la España -dice
efecto a la fantasía la idea de Áfric
jes 187). En todos los casos, una
local, lo busca y lo encuentra, analo
pero a la vez lo critica, lo expulsa d
to: para Sarmiento, el orientalismo
Y así como en Facundo era la barba
derse, inédita y renovadoramente,
en el viaje por Europa el orientalism
tantos viajeros europeos, para descr
rencia que Sarmiento, como sus con
rioplatense, quiere desterrar13.
Este gesto resulta complementa
puesto, pero apunta al mismo fin:
el mundo occidental y, por lo tant
trata de vaciar a España de original
el color local, de desestetizar una z
En ese sentido es que España "por

12 Q"inZe jours au Sinai' corresponde a la


xandre Dumas y fue publicada en 1839,
autor no realizó el viaje a Egipto, sino q
in ńtu por su gran amigo Adrien Dauzats
Otro paso da Sarmiento, inmediatame
sobre su viaje a África ( Viajes 235-274). A
rio, el exotismo despierta sus "instintos
do, lo diferente, y revisar la analogía en
africano, entre sus habitantes y sus cos
lismo que se infería del Facundo y que
también del que se intentaba encontrar
sentido segaleniano del exotismo, a la "
que la notion du différent; la perceptio
chose n'est pas soi-même; et le pouvoir
concevoir autre" (Segalen 23).

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 49

algo de su originalidad primitiva" (Sarmient


cia ya no es más detenida por bandidos,
conden con sus carabinas para asaltar al via
tilla son ruinas porque han sido quemado
tampoco están más los grupos de monjes
etcétera. "El viajero que busca el color l
reconoce la España, sino cuando apercib
192), sólo que esos mendigos también ha
bres. Esos cambios, esa pérdida de originali
llama "decadencia de la época". Y es el m
viajeros -que también fueron hasta Madr
Sarmiento, a las bodas reales de Isabel II
pintorescamente, como es el caso del pro
à Cadixy que surge como encargo periodíst
men en 1847. En todas las menciones que d
Dumas hace Sarmiento, en su gesto a la vez
paro, hay que considerar no sólo la búsqued
ciación del "escritor americano" respect
también una competencia puntual por la
espacio discursivo y por su difusión escrita1
Los escasos estudios sobre el viaje a Es
marcas que caractericen el viaje y su rel
estudios (por ejemplo, ver Benitez 717-75
interesa, más allá de una cierta contradicto
cal por parte de Sarmiento o de su neces
aquello que ha afectado la propia naturaleza
Plata, es focalizar la figura del viajero: u
del cual sabemos, tras haber leído el Facund
casi todo en los libros. Y que ha viajado c
había configurado en Sarmiento una idea d
la imaginación a la experiencia (y no al rev
latos de viaje, entre ellos las Impresiones de
había aprendido allí, como dije antes, el

14 Según Rubén Benitez, quien da los pormeno


bien Sarmiento y Dumas coincidieron en varios
vez, cuando dos artistas franceses que fueron com
le presentaron al escritor (748).

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
50 Alejandra Laera

para escribir su libro. ¿Qué trae de d


en el tipo de viajero antes que en l
relato en y por España? Reconocer qu
su preparación excede los modelos d
(ese algo, en buena medida, que, po
terizar la escritura de Sarmiento).
paña, esta decepción convertida en
vertido en ventaja del argentino qu
guir, también le ha ocurrido en Parí
ciudad de Eugène Sue, el Sue de Les m
él mismo había publicado en la prens
y amigas le habían recomendado co
cuentra:

No hay ya ni aquellas pocilgas y vericuetos donde los Misterios comie


Se ha abierto por medio de la cité, una magnífica calle que atraviesa de
Palacio de Justicia hasta la plaza de Nuestra Señora, iluminada a gas, y
dada de estas tiendas de París, envueltas en cristales como gases tran
entes, graciosas y coquetas como una novia. En vano preguntará ust
dónde fueron los primeros puñetazos del Churriador con Rodolfo, dó
vendía sus fritangas la Pegriote; estas pobres gentes, ¡oh dolor!, no s
nada {Viajes 111).

Esa ciudad de la literatura no existe más, dice Sarmiento. La c


dad de los libros, podríamos decir poniéndolo en otros términos
una ciudad del pasado.
Es precisamente en esa ciudad del presente que es París, e
que justo cuando acorta la distancia espacial experimenta la m
distancia cultural, donde Sarmiento encuentra la clave del or
lismo. Porque si Francia no precisa de color local, si se puede
convertir aquello que se ha leído sobre ella, que se sabe sobr
en el signo de las transformaciones culturales modernas, en Esp
el color local, aquello que distancia pero a la vez atrae, tiene nec
riamente que estar en algún lado. Está en la escena de la corr
toros organizada a raíz de las bodas reales a las que asiste Sarmie
podría argumentarse. Y es cierto. Pero no hay allí un color
orientalista, sino ese color local vinculado con la relación ent
ción, pueblo, paisaje y costumbres; el color local entendido c
rasgo original, como peculiaridad, y que si roza el exotismo, no

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
Sarmiento frente a España 5 1

cesariamente lo orientaliza15. En cambio, e


que se ha descubierto con sorpresa en París
o Sarmiento lo pone, en lo único que él con
origen y por su experiencia como hablante
jero hispanoamericano puede superar el
justamente, los franceses. Esto es: en la l
tiende y a la que, incluso, modifica. Una le
torescamente sólo porque se la conoce.
Con la sagacidad de un contemporáneo
Sarmiento: como aquel que no se adecúa
tocó vivir y por eso mismo puede percibirl
Sarmiento afirma en su carta desde Mad
remolque" sino a destiempo . La expresión
dad por sobre la espaciaüdad- no puede ser
car la situación española y darles sentido
Pero también sirve para pensar al viajer
contemporáneo- que en la brecha entre
libro y la experiencia se descubre, repen
pertenecer por derecho propio, a destiemp
el destiempo de lo lejano, el destiempo d
española, en su forma castellana, con su
creación individual, propongo, ofrece para
de alojar el color local orientalista que le pe
nariamente, acercarse al mundo occiden
conjurar ese destiempo que el viaje, en vez

15 Esta es sólo una de las tantas referencias a l


Sarmiento en su relato: "He visto los toros y sen
Espectáculo bárbaro, terrible, sanguinario, y sin
estímulo. ¡Imposible apartar por un momento lo
movimientos peristálticos de la cabeza, está estud
cuernos afilados al elegante toreador que tiene p
ciones del corazón, la necesidad de emociones qu
tisfacen los toros como no satisface el teatro ni
La exasperación de las batallas para los veterano
[...]" (Viajes 207).
16 Retomo la idea de Sarmiento como contemp
Sarmiento en intersection . Uteratura, cultura y política (2

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms
52 Alejandra Laera

Bibliografía citada

Agamben, Giorgio. "¿Qué es lo contemporáneo?". En Desnude % [2


Aires: Adriana Hidalgo Editora, 2011. 17-29.
Altamirano, Carlos. "El orientalismo y la idea del despotismo en F
Sarmiento en intersecáón. Cultura, literatura y política en la Argentina. G
ticuore y Alejandra Laera, comps. Buenos Aires: Libros del Ro
178-191.

Batticuore, Graciela, y Alejandra Laera. "Tribulaciones del autor y su obra:


Sarmiento como clásico". En Sarmiento en intersecáón. Cultura, literatura y políti-
ca en la Argentina. Graciela Batticuore y Alejandra Laera, comps. Buenos Ai-
res: Libros del Rojas, 2013. 17-29.
Benitez, Rubén. "El viaje a España". En Domingo F. Sarmiento. Viajes por Eu-
ropa, Africa y América 1845-1847 y Diario de gastos. Javier Fernández, edición
crítica. Buenos Aires: Colección Archivos, 1993. 717-757.
Casanova, Pascale. Ea 'República Mundial de las Letras: Barcelona: Anagrama,
2001.
Deleuze, Gilles y Félix Guattari. Kafka. Por una literatura menor [1975]. México,
DF: Era, 1983.
Gutiérrez, Juan María. Cartas de un porteño. Polémicas en torno a la idioma y a la 'Real
Academia Española. Buenos Aires: Taurus, 2003.
- . "Fisonomía del saber español: cuál deba ser entre nosotros". En El Salón
literario de 1837. Félix Weinberg, ed. Buenos Aires: Hachette, 1958, 145-157.
Said, Edward. Orientalismo [1978]. Madrid: Libertarias, 1990.
Sarmiento, Domingo Faustino. Viajes por Europa, Africa y América 1845-1847 y
Diario de Gastos. Buenos Aires: Colección Archivos, 1993.
- . Facundo. Buenos Aires: Ayacucho-Hyspamérica, 1986.
- . Viajes. Buenos Aires: Editorial de Belgrano, 1981.
- . Recuerdos de provinda. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1979.
- . Polémicas de Santiago de Chile 1842. Edición de Teodosio Fernández. Bibliote-
ca Cervantes Virtual.

Segalen, Victor. Essai sur l'exotisme, une esthétique du divers. Paris: A Fontfroide,
1995.

Verdevoye, Paul. "Viajes por Francia y Argelia". En Domingo F. Sarmiento.


Viajes por Europa, Africa y America 1 845-1 847 y Diario de gastos. Javier Fer-
nández, edición crítica. Buenos Aires: Colección Archivos, 1993. 639-715.

This content downloaded from 200.89.140.130 on Mon, 12 Mar 2018 20:39:53 UTC
All use subject to http://about.jstor.org/terms

También podría gustarte